#DESCONSIDERADA (????) jajajajaj xd

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                                                               { ↭💕 @anghtmvre 💕 ↭ }

                      ✨“ Behind the mask of ice that people wear, there beats a heart of fire “ ✨

          Los eventos obligatorios eran parte de su día a día incluso cuando estaba fuera de la prisión que significaba la Academia. Sonreír de forma ensayada para demostrar la comodidad que no sentía era tan sencillo como respirar siempre y cuando se tratase de un evento de caridad porque esos compraban el favor de los votantes, aunque eso no significaba que el moreno estuviese feliz por perder valiosas horas de su tiempo en una niñería como ese baile. Las máscaras que se suponía, debían añadir un toque de fineza parecían más bien un tipo de tortura extra porque era un uniforme distinto que se veía forzado a vestir. El mundo entero parecía complacido con la música; también con el ambiente de película antigua que los envolvía mientras el moreno no se molestaba en disimular un bostezo. El problema de la gente del círculo social en el que se desenvolvía, era que para guardar las apariencias se volvían aburridos.

Su mirada se movió alrededor en busca de algo que fungiera como una inyección de adrenalina para motivarse a seguir ahí cuando la notó. Como en una escena de película romántica barata fue capaz de reconocerla por el tono vibrante de su cabello pero el azul de sus ojos en contraste con la máscara fue lo que atrapó su atención por más de un segundo. No había hecho contacto alguno con la pelirroja por semanas porque no se le daba la gana ser el primero en buscarla, ¿Por qué debía hacerlo cuando era ella la que fantaseaba con un profesor? No obstante, en más de una ocasión se descubrió a sí mismo marcando de memoria el número de la joven antes de cambiar de opinión en el último instante y abandonar el teléfono en el fondo de un cajón como si de un arma de destrucción se tratase. Quería molestarla, quería escucharla insultarlo porque era parte de la dinámica que le divertía pero si se trataba de ser testarudo, Valentin tenía treinta y cinco años de práctica. Por algunos minutos se dedicó a observarla de lejos, rememorando la forma exacta en que se había sentido al tocarla, también el sabor de sus labios que le recordaba ligeramente a la vainilla. Cansado de sus recuerdos, decidió alcanzarla aunque se detuvo de golpe al verla encaminarse hasta el espacio designado donde se encontraba un tipo vendiendo besos por un par de dólares. Serena había pagado por uno, para luego prácticamente devorarse al imbécil en cuestión.  

Valentin no movió un músculo para detenerla, ni siquiera para reaccionar. Se quedó de pie por un momento antes de girar sobre sus talones hasta la mesa de las bebidas. No sabía cómo había creído que podía resistir esa velada sobrio. Ya no era el mismo hombre de siempre, los bordes de su personalidad comenzaban a difuminarse y todo era responsabilidad de la pelirroja tanto como de él mismo por permitir que una mocosa consentida siquiera tuviera notoriedad en su radar. Bebió de la primera copa que tuvo al alcance, manteniendo la mesura en sus sorbos para luego verse envuelto en una conversación sin sentido con una de las profesoras que alegaba que la subasta de solteras era un desastre porque a pesar de que tenían buenos números en recaudaciones, no eran las que esperaban. El moreno dio un vistazo rápido a la lista, encontrando el nombre de Serena en ella.  Sin pensarlo siquiera, se postuló para comprar una cita con ella. Nadie iba a superar su oferta por lo que con una sonrisa esperó con paciencia a que la profesora se encargase de comenzar a nombrar a los ganadores de otras solteras. Serena iba a detestar cada segundo de ello. Eso sonaba magnifico.