#Congreso mundial contra el fascismo
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¿Democracia vs. Fascismo mainstream? Por Txema Sánchez
Apuntes a la luz del evento contra el Fascismo convocado por la Revolución Bolivariana, de la que el autor se considera desde hace años un soldado más. Una iniciativa que merece ser venerada y como decía Fidel Castro, es un evento que reflejó tener “sentido del momento histórico”. Fuente: Almayadeen Efectivamente está y se ve una difusión provocada de los movimientos y acciones de carácter…
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#Hoy | Todo listo en Caracas, #Venezuela, para el inicio del Congreso Mundial contra el Fascismo, Neofascismo y Expresiones Similares.
#Hoy | Everything is ready in Caracas, #Venezuela , for the start of the World Congress against Fascism, Neofascism and Similar Expressions.
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La URSS y los exiliados
El periodo entre guerras trajo consigo las ideas totalitarias; en Alemania se gestaba el nazismo; en Italia el fascismo; en España el Franquismo; y en la Unión Soviética y todos los países del este el comunismo. La primer guerra mundial fue el primer escenario globalizador, desde mi punto de vista, la preparación de lo que vendría para el siglo XX. El mundo no ha conocido la paz y los regímenes siguen gestándose a través del globo.
De lo que no se habla, porque somos de occidente, es de la cultura literaria comunista, porque a pesar de que estamos en una parte del mundo “libre", no se nos ha permitido conocer o reconocer a los autores de la ideología contraría a nuestro régimen, si es que se puede llamar así al capitalismo. La literatura se rige por la realidad, y nuestra realidad es el consumo, no la revolución.
La literatura es una ficción de la realidad que brinda ideas, formas y creaciones de percibir el mundo; es una representación de un contexto histórico en donde la memoria de los pueblos es guardada y representada como un producto estético. La literatura permite recolectar las anécdotas, las memorias, los hechos y las voces que construyen un relato histórico que permite una visión estética acerca de los hechos.
La producción literaria está relacionada con los acontecimientos que sucedieron en una realidad determinada. Entre los años de 1914 a 1945 fue un periodo complicado, es decir, con una carga histórica muy importante que hasta nuestros días sigue teniendo repercusiones.
Fue mucho lo que se escribió acerca de las guerras, infinidades de historias de los países vencedores, pero qué fue de aquellos que se encontraban detrás de la cortina del este. Anna Ajmátova, por ejemplo, en su poemario Requiem denunciaba la violencia institucional del stalinismo, de esta forma fue exiliada y censurada, Nikolái Gumiliev fue arrestado y fusilado por la Checa por ir en contra del régimen soviético, Ósip Mandelashtam produjo tres grandes obras poéticas, pero fue arrestado por su poema Epigrama que iba en contra de Stalin y muere en un campo de trabajo en 1938. Marina Tsvetáyeva fue considerada como una de las representantes literarias de su época, su poesía apasionada, con sintaxis inusual e influencia de canciones populares, intimidad y psique femenina, eso la diferenciaba de los demás, sin embargo, fue acosada por el régimen y se suicida en 1941.
Los países de la cortina del este censuraron, persiguieron y fusilaron a sus poetas, inclusive se piensa o se estima que el régimen comunista mató a más personas que el régimen nazista, lo importante es, rescatar los nombres, los poemas, las travesías, las voces que callaron al nombre del comunismo.
Otros de los nombres que es necesario rescatar es Sruguéi Yesenin, él participó en un círculo de poetas campesinos y fue un exponente del imaginismo, y a pesar que brindó su apoyo la revolución, fue acosado y arrestado por el régimen soviético por su obra Desilusión en la Rusia soviética, y termina suicidándose.
La economía de la URSS comienza a tener grandes transformaciones, pasando de una situación agrícola a una situación industrial, esto hace que la literatura de los países que conformaban a la Unión soviética se adentrarán a un nuevo realismo, Chejov ya había brindado relatos acerca de la vida social campesina, pero ahora se había transformado a un realismo socialista y mostraba un nuevo estilo de vida. En el año de 1934 se estableció un congreso de escritores soviéticos en donde se hablaron de contenidos, formas y pautas que deberían apegarse todos los intelectuales que querían ser validados por el régimen. No había libertad para la escritura, y gracias a Andrei Zdhánov se impuso un discurso de realismo socialista a todos los escritores.
Maksim Gorki, reconocido por su novela: los bajos fondos, en la cual mostraba los estratos más bajos de la sociedad soviética. También dramaturgo con su obra: La madre, en donde describe la conciencia revolucionaria, muere de forma poco clara, a pesar de que romantiza el realismo socialista.
La consecuencia de la segunda guerra mundial fue la polarización del mundo, divididos y censurados unos de otros, la parte occidental no podía hablar de revolución, mientras que la oriental imponía un régimen en donde se exaltaba los valores revolucionarios que poco a poco fueron decayendo a lo largo del siglo XX.
Referencias.
Trotsky, L. (1924) Literatura y revolución. Proyecto Espartaco. Disponible en: https://ceip.org.ar/Capitulo-II-Los-companeros-de-viaje-literarios-de-la-revolucion.
Yégorov, O. (2018) 5 datos sobre Iliá Ehrenburg, que predijo Hiroshima enfureció a los nazis y bautizó una época. Rusia Beyond. Disponible en: https://es.rbth.com/historia/81460-5-datos-ilia-ehrenburg
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Su primer acto como poeta comunista Por Manuel Almisas Albéndiz | 22/10/2024 | Cultura Tengo los zapatos rotos de subir a la azotea para ver si veo pasar al valiente Salvochea. El poeta portuense Rafael Alberti (1902-1999), autor de «Marinero en tierra» (1924), obra con la que obtuvo el Premio Nacional de Poesía al año siguiente, le dio la bienvenida a la proclamación de la Segunda República con la representación a cargo de la Compañía de Margarita Xirgu en el Teatro Español, de su drama en verso «Fermín Galán» (estrenado el 1 de junio de 1931), sobre el héroe de la sublevación republicana de Jaca -natural de San Fernando (Cádiz), escrito en forma de romance de ciegos. Ya entonces, y desde meses antes, este «poeta vanguardista» era considerado por la crítica literaria, junto con Federico García Lorca, el mejor poeta de una nueva pléyade de escritores, la conocida años después como «Generación del 27». La evolución política de Rafael Alberti le llegó junto a la que será su esposa, la escritora y periodista María Teresa León Goyri (Logroño, 1903), cuando ambos emprendieron un viaje por Europa al principio del verano de 1931 al ser pensionada María Teresa por la Junta de Ampliación de Estudios del Ministerio de Instrucción Pública, que dirigía Santiago Ramón y Cajal (1). El viaje dio para mucho más que para estudiar las nuevas tendencias del teatro europeo, y por ejemplo, les permitió asistir los días 27 y 28 de agosto de 1932 al Congreso Mundial contra la Guerra y el Fascismo que los escritores Henri Barbusse y Romain Rolland organizaron en Ámsterdam. Este periplo fue interrumpido cuando estaban en Berlín, al ser invitado Alberti por el grupo literario «Mediodía» de Sevilla para actuar el día 30 de octubre de 1932 en el «Coliseo España» de la capital hispalense, en el Concierto de la Orquesta Bética de Cámara recitando su «Pájara Pinta» con música de Federico Elizalde. En Sevilla también fue invitado Alberti para dar una conferencia en el Ateneo, y tras unos días en Madrid siguieron con su viaje de estudios y partieron hacia Moscú a donde llegaron para participar en las fiestas por el aniversario de la Revolución soviética el 7 de noviembre de 1932. Cuando a finales de abril de 1933 Alberti regresó a Madrid, ya era citado en la prensa por primera vez como el «poeta proletario y comunista», y su libro de poemas «Consignas», publicado por «Ediciones Octubre» en fecha tan significativa como el 1º de mayo de 1933, confirmaba esa transformación vital; no es casual que el poemario se abriera con esta cita de Lenin: «La literatura debe ser una literatura de Partido». Aunque en realidad, su primera adscripción a esta nueva forma de pensar se manifestó un año antes, cuando la prensa conservadora El Debate calificaba de «comunistoide» la crónica que Alberti había enviado al diario El Sol -donde colaboraba con frecuencia- ensalzando la película «El Acorazado Potemkin» (de S. Eisenstein) que Alberti y María Teresa vieron en abril de 1932 en el Centro Socialista de la ciudad belga de Brujas. Esta película soviética, que «excitaba a la rebelión y al motín» -según El Debate– aún estaba prohibida en España y en otros muchos países europeos. Rafael y María Teresa, poco antes de volver a Madrid, vivieron en Moscú las celebraciones del «Día Internacional de la Mujer» el 8 de marzo de 1933, donde los carteles oficiales llamaban a «Las trabajadoras contra la esclavitud», «¡Abajo la opresión de la vida doméstica!» y «¡Abajo la esclavitud de la cocina!», siguiendo la consigna de Lenin en 1920: «Cada cocinera debe aprender a gobernar el Estado». Aquí en España, por el contrario, no hubo actos o manifestaciones de ningún tipo con motivo del «Día de la Mujer», pero, casualidad o no, aquella noche del 8 de marzo de 1933 se estrenaba en el Teatro Beatriz de Madrid el drama de Federico García Lorca, «Bodas de sangre», con asistencia del propio autor que hizo una pausa en sus salidas a pueblos de Madrid con su gru...
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Maduro denuncia una nueva «agresión internacional» contra Venezuela
Durante la clausura del «Congreso mundial contra el fascismo, neofascismo y expresiones similares», Nicolás Maduro destacó este miércoles que su Gobierno está enfrentando una “agresión internacional” y un “brote fascista” que busca afectar a la población venezolana. Maduro manifestó que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos…
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Congreso Mundial contra el Fascismo y Expresiones Similares iniciará este martes +Video
Más de 95 países dirán presente en la convocatoria que busca despertar conciencia de la gravedad del fascismo
http://diariohoja.com/2024/09/10/congreso-mundial-contra-el-fascismo-y-expresiones-similares-iniciara-este-martes-video/
#FascistasNoPasarán 🇻🇪 #LeerDescoloniza #ChavezAhoraYSiempre
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Los neofascismos europeos y el mundo árabe-musulmán
Por Stéphane François y Nicolas Lebourg
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Stéphane François y Nicolas Lebourg, "Le courant nationaliste-révolutionnaire et les mondes arabo-musulmans, de Maurice Bardèche à Christian Bouchet", Bernard Bruneteau e Yves Santamaria eds, Extrémismes européens et mondes arabo-musulmans, París, L'Harmattan, 2021, pp. 153-166.
La corriente nacionalista-revolucionaria (conocida como “NR”) se considera a sí misma como la extrema izquierda de la extrema derecha y se corresponde, sobre todo, con la reintroducción en el neofascismo francés de la historiografía relativa a la Revolución Conservadora y al nacional-bolchevismo alemán, especialmente porque se identifica con los nacionalismos de los movimientos de liberación del Tercer Mundo. Se trata de una corriente nebulosa cuyos pequeños grupos tienen a menudo una existencia efímera, pero que continuamente influyen en la Nueva Derecha. También ha proporcionado al Frente Nacional (FN) varios de sus cuadros más importantes, como François Duprat (1940-1978), que consiguió convertir al FN y a la extrema derecha al antisionismo y a la denuncia social de la inmigración norteafricana. Dos hombres serán usados como límites temporales de este texto: Maurice Bardèche (1907-1998) y Christian Bouchet (nacido en 1955).
Además de sus referencias compartidas con el fascismo, tienen un punto biográfico en común: son intelectuales, doctores, pero marginalizados en el mundo académico. Maurice Bardèche, cuñado de Robert Brasillach y primer negacionista de Francia (1948), era un académico doctorado en literatura, expulsado de la universidad en la Liberación a pesar de no haber colaborado con los nazis; Christian Bouchet es doctor en etnología. Se trata, pues, de intelectuales que produjeron una auténtica visión del mundo, no de meros activistas que politizaban su experiencia cotidiana. Ambos se han interesado por el mundo árabe-musulmán para reconfigurar su credo ideológico. De hecho, el movimiento NR ha desarrollado un análisis del nacionalismo árabe que ha contribuido a la renovación de la extrema derecha europea occidental (1). Más allá de estos elementos teóricos, se han desarrollado progresivamente relaciones entre los nacionalistas de ambas orillas del Mediterráneo (2). En este contexto, las ideologías y las prácticas han dependido especialmente de su relación con el Islam, ya se trate de su fascinación por la revolución iraní de 1979 o del giro islamófobo de 1999 (3).
El nacionalismo árabe a la luz del nacionalismo europeo
Desde el Congreso de Verona de 1943, que renovó la ideología de Mussolini, el ideal neofascista sigue centrado en el proyecto de una federación europea de Estados nacionalistas, comprometidos en la lucha contra la “plutocracia mundial”, la cual pretenden desarrollar apoyándose en África y el nacionalismo musulmán, es decir, una continuación de los debates europeos del periodo de entreguerras sobre la construcción de una “Eurafrica”. En la posguerra, varios antiguos partidarios de la concepción europea del fascismo se unieron y acentuaron esta dimensión. Extremistas de derechas y antiguos Waffen SS de varias naciones de Europa Occidental lanzaron el Movimiento Social Europeo (MSE) en Malmö (Suecia) en 1951. Según los servicios de inteligencia estadounidenses, el MSE contaba con una organización económica euroárabe encargada de cubrir y financiar sus actividades: la Comisión de Estudios Euroárabes, que prohibía implícitamente todas las sociedades francesas, inglesas o “judías” [1].
Los miembros franceses del MSE recibían apoyo financiero del banco de Worms y estaban dirigidos por Bardèche y René Binet (1913-1957). Ambos ya habían colaborado en el seno del Mouvement Socialiste d'Unité Française (1948), primer grupo neofascista francés que subrayó su antisionismo y propugnó el rechazo del alineamiento con Estados Unidos elogiando a Tito. Mantuvo “excelentes relaciones” con el portavoz de la embajada egipcia y de la Liga Árabe [2]. Sin embargo, el conflicto personal entre ambos hombres provocó una escisión en el MSE. El grupo dirigido por Binet dio origen a la Nouvel Ordre Européen (NOE), que permaneció activa hasta la década de 1980. Con la guerra de Argelia, la NOE abrazó posturas de racismo global, aceptando la independencia de las colonias a cambio de la repatriación de los inmigrantes presentes en Europa, con el fin de proscribir toda clase de mestizaje. La revista de la NOE acabó adoptando las tesis de los tradicionalistas-revolucionarios italianos (una corriente del pensamiento nacionalista-revolucionario que incorporaba las ideas políticas de Julius Evola): pedía un acuerdo con Rusia y la Libia del coronel Gadafi para acabar con la dominación judía de Europa, antes de que esta última fuera totalmente destruida por la inmigración promocionada por los judíos [3].
Bardèche no lo llevó tan lejos su antisionismo. Encargado de definir la teoría de las relaciones internacionales del MSE, retrató una Europa ciertamente atrapada entre la Rusia asiática y Estados Unidos, pero para él el colonialismo seguía siendo el futuro: la unidad de los países de Europa debía permitir abrir sus colonias a todos sus ciudadanos y posibilitar así el desarrollo conjunto de África [4]. En 1961, Bardèche publicó su obra magna política, Qu'est ce que le fascisme? En ella desarrolla su concepción de un fascismo genérico, cuya encarnación actual sería el nasserismo. Explica cómo el Islam puede verse como un modo de regeneración política, considerando que el Corán tiene “algo viril, algo romano, por así decirlo” [5]. En su opinión, Nasser consiguió lo que el MSE no había logrado: crear un nacionalismo que iba más allá de los Estados-nación y establecer un socialismo “nacional” que no estaba alineado con el duopolio Unión Soviética-Estados Unidos. Sus comentarios se produjeron en un momento en que una parte importante de la extrema derecha creía que sólo la construcción de la Eurafrica podría evitar que Europa desapareciera de la historia y proporcionar una forma de salvar la herencia imperial. Cabe señalar que en 1967 el suizo Gaston Amaudruz, que en aquella época se había convertido en el líder de la NOE, pero que durante la Segunda Guerra Mundial había fundado el Movimiento Eurafrica, la cual preconizaba una confederación de los Estados de Europa, África y Oriente Próximo, se reunió con Nasser, el nazi suizo buscaba su apoyo en nombre de lo que decía ser su lucha común contra la “judería internacional” [6].
François Duprat, discípulo y estrecho colaborador de Bardèche, retomó estas concepciones y les dio una traducción militante. Desde la perspectiva historiográfica del fascismo genérico, sostuvo que “el nacionalismo revolucionario representa un valor universal que cada pueblo descubre a su manera, al tiempo que se vincula a un frente común” [7]. A partir de entonces, los diversos ejemplos históricos del mundo se convirtieron en fuentes de inspiración, modelos menos estigmatizadores que los de los regímenes fascistas conocidos, demostrándose que todos ellos pertenecían a una corriente política dinámica que no había desaparecido. Para Duprat, antiguo partidario de la Organisation de l'Armée Secrète (OAS, organización terrorista proargelina francesa), las relaciones euroárabes tienen una gran importancia porque, en su opinión, es en Oriente Próximo donde se está produciendo la resurrección del fascismo. Este razonamiento se debe al obsesivo antisemitismo de Duprat. En 1967, fue él quien introdujo en la extrema derecha francesa la nazificación de Israel, concebida en la Unión Soviética y retomada y difundida por los nacionalistas árabes. Fue el primero en vincular este antisionismo radical con el antisemitismo y la negación del Holocausto. Además, al igual que Bardèche, que veía en los partidos Baas una forma de fascismo, Duprat se sintió fascinado por el partido Baas sirio ya desde el Movimiento de Occidente (1964-1968). A diferencia de gran parte de la prensa, no veía que el régimen se alineara con la URSS, sino que los nacionalistas usaban tal relación para convertir sus países en una forma de “socialismo fascista” [8].
Esta elección fue también estratégica: el nacionalismo revolucionario francés se construyó observando constantemente la actitud de los trotskistas. Duprat observó cómo utilizaban la imagen del Che para dar nueva vida a sus ideas. Los diferentes partidos Baath desempeñaron el mismo papel para los RN. Cuando era estratega de Ordre Nouveau (1969-1973), el movimiento de extrema derecha más importante de la posguerra, Duprat se ocupó de esta cuestión “internacionalista” desde la primera conferencia de prensa del movimiento: declaró, en un intento de demostrar la modernidad de sus propias tesis, que “las soluciones practicadas en los países del Tercer Mundo son soluciones neofascistas si se las despoja del ropaje marxista del que están revestidas” [9].
En el caso sirio tenemos un régimen-fascista que ha conservado el potencial social y revolucionario del movimiento-fascista. De hecho, Duprat se limita a leer la situación siria a la luz de los logros de la historiografía del fascismo, así como de ciertas ideas clave de la revolución conservadora alemana, como la unión de los pueblos de la periferia contra los del centro, es decir, la coalición de las “naciones proletarias” (según la terminología fascista italiana) contra las “naciones burguesas” del Occidente liberal. En el contexto de la extrema derecha francesa de los últimos años, esta contribución es esencial, ya que este campo se esfuerza por superar el resentimiento por la pérdida de Argelia y por pensar más allá de la “Francia solitaria” maurrasiana de la que ya se burlaba el fascista Robert Brasillach. Siendo en se momento el número 2 del FN, Duprat se especializó en artículos sobre política exterior para la prensa del partido. Varios altos cargos del partido formados por Duprat consideran que, sin su contribución, Jean-Marie Le Pen nunca se habría opuesto a la primera guerra de Irak (1991) en nombre de la multipolaridad, yendo así a contracorriente tanto de su electorado como de toda una parte de su entorno. Lo hizo repitiendo, y entonces sin interrupción, el eslogan lanzado en su día por Duprat: “nacionalistas de todos los países: uníos” [10].
El paralelismo entre neofascismo y baasismo no es descabellado. Muchas de las ideas baasistas se solapan con las de los neofascistas (la idea de la gran nación, de la lucha contra la propia clase dominante a sueldo del imperialismo, etc.) [11]. La palabra “ba'ath” significa “renacimiento”, algo que cualquier lector del trabajo de Roger Griffin sobre la palingenesia del fascismo genérico es incapaz de pasar por alto. Así pues, la utopía del renacimiento europeo y la de la nación árabe podían coexistir por separado en una ideología de grandes espacios abiertos que podía ofrecer un estilo tercermundista y revolucionario, al tiempo que garantizaba la compartimentación interétnica. Los solidaristas de los Grupos de Acción Juvenil reclamaban así la creación de “polos regionales autónomos (nación árabe, unidad africana, confederación mediterránea, etc.)” con una Europa de naciones soberanas descentralizadas y políticamente nacionalistas [12]. Marginada ideológica y moralmente, la extrema derecha europea necesitaba con urgencia este tipo de proceso de renovación. No hay que confundir inspiración, uso y asimilación ideológica. En definitiva, las referencias a la política exterior son siempre un medio de legitimación de las propias posiciones que corresponden principalmente a lo que el emisor del discurso quiere encontrar en el país o el movimiento que cita.
La cuestión turca revela así las líneas de fractura que salpican este campo político. Los “NR” siguen simpatizando políticamente con el kemalismo. Uno de sus principales doctrinarios en Europa, el valón Jean Thiriart (1922-1992), llegó a creer que la Eurasia jacobina con la que soñaba debía tener como capital Estambul. Este hombre que era, por decirlo suavemente, miembro de las redes de apoyo de la OEA, se convirtió en un gran admirador del Baas iraquí. Es cierto que sentía una aversión absoluta por todas las religiones en general (mientras que Duprat era un ateo pacífico), pero consideraba que el Islam era una religión particularmente antieuropea. También veía en el kemalismo un modo de civilizar a los musulmanes. Por último, Fabrice Robert, líder de los islamófobos Identitaires a principios de la década de 2000, dedicó su tesis de máster en Historia al estudio del kemalismo cuando aún era un joven nacionalista-revolucionario radical antisionista.
En definitiva, ¿cuáles son las convergencias ideológicas entre ambas corrientes? Existe, por supuesto, un gusto por los regímenes militares, la búsqueda de un nacionalismo autoritario que pueda servir de referencia, tanto geográficamente distantes – por lo tanto, no los regímenes fascistas europeos que son el símbolo del mal en las representaciones colectivas de posguerra – como temporalmente cercanas, para demostrar que no pertenecemos a un pasado superado. Hay otras razones: el apoyo a los regímenes antiamericanos; la adopción del antiimperialismo; la reflexión sobre la reintroducción de las religiones civiles después de 1945; la búsqueda de un camino más allá de los Estados-nación que no sea la construcción de imperios racistas; y, por último, el progreso de una afirmación laica: desnacionalizar y descristianizar la extrema derecha significa continuar la ruptura con Maurras y, por lo tanto, reinventar la extrema derecha francesa. Los resultados no son nada desdeñables. Sin embargo, no se trata tanto de un injerto como de una utilización. No se trata de adopción sino de adaptación.
Actividades subversivas transnacionales
Cuando se trata de las relaciones entre los nacionalistas de las dos orillas del Mediterráneo, el mito está muy presente, porque si los RN pueden reivindicar vínculos con los nacionalistas del sur del Mediterráneo, ello les permite capitalizar una leyenda, darse un barniz de seriedad revolucionaria, sirve a sus detractores y a los enemigos nacionalistas del mundo árabe-musulmán para conspirar contra un fantasmático “islamofascismo”, un “concepto” que todos los historiadores del fascismo rechazan, pero que ha demostrado la misma capacidad polémica que la asimilación de los extremos. Así que todo el mundo tiene interés en la leyenda. Muchos escritores, tanto amigos como enemigos de Duprat, glosan los vínculos que supuestamente mantuvo y la financiación que supuestamente obtuvo en el mundo árabe y musulmán. A este respecto, Duprat siempre se burló de las fantasías de los periodistas sobre la “Internacional Negra” y afirmó que, aunque tenía contactos en todo el mundo, se trataba sobre todo de intercambiar publicaciones y que la Internacional Negra no era más que una dirección de “buzones” [13].
De hecho, aunque ya en 1969 elogiaba al Partido de Acción Nacionalista Turco, tuvo que esperar hasta 1978 para enviar a uno de sus hombres, el neonazi Michel Faci, a establecer contactos con Lobos Grises. Sin embargo, en 1967 creó un Centro de Estudios y Documentación de los Problemas de Oriente Próximo y una Agrupación para la Liberación de Palestina. También estuvo en contacto con el Partido Popular Sirio (PPS), cuyo “estilo fascista” apreciaba. Es cierto que el PPS, que tenía sus orígenes en el Partido Nacional Socialista Sirio, era ferozmente antisemita y contaba, entre otros, con un doctrinario, Fayez Sayegh, que había elaborado para la Organización para la Liberación de Palestina un folleto en el que equiparaba el sionismo al nazismo [14].
A través de él, Duprat entró en contacto con la oficina parisina de la Liga Árabe. El jefe de Duprat en aquella época confirma hoy que su misión le llevó a conocer a personas de todo el espectro político y que a menudo soñaban con el dinero del petróleo. Explica, sin embargo, que no distribuía subvenciones directamente, sino que suscribía un gran número de publicaciones de apoyo a la causa árabe. Además, aunque su director adjunto admitió haber intercambiado opiniones con Duprat (por quien sentía verdadera estima intelectual) de 1967 a 1972, negó haberle financiado. De hecho, los boletines antisionistas de Duprat son extremadamente modestos y no mencionan el dinero del petróleo... Los periodistas han mencionado las visitas al Líbano, pero mientras que los solidaristas franceses sí fueron allí a luchar con los falangistas, Duprat consideraba a estos últimos agentes del “imperialismo sionista” y decía a los militantes que la sangre de los nacionalistas franceses debía caer en Francia... Es cierto que mantuvo vínculos con el mundo árabe, pero desentrañar la leyenda es más difícil que la realidad. Los periodistas que afirmaron que sus publicaciones sobre la negación del Holocausto estaban financiadas por Siria tenían como fuente a los partidarios neonazis de Duprat, es decir, personas de un entorno muy abierto a la extrapolación, y, de hecho, esas publicaciones pertenecían a los nacionalistas británicos [15].
El grupo que parece haber tenido más contactos en el mundo árabe fue Joven Europa, fundado en 1960 con el nombre de Comité d'Action et de Défense des Belges d'Afrique (que desapareció en 1969), por Jean Thiriart. También él fue miembro de las redes de apoyo de la OEA. Con sede en Bélgica, Joven Europa tenía filiales en Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Italia, Portugal, Suecia y, fuera de Europa, en Sudáfrica, Canadá e Hispanoamérica [16].
La organización defendía una ideología de unificación europea que resonaba con el nacionalismo árabe del Baas. Thiriart intentó promover la colaboración con sus socios nacionalistas árabes en el marco de una guerra de guerrillas globalizada. Propuso que formaran Brigadas Europeas, que prestarían apoyo en la guerra para destruir Israel, adquirirían experiencia y formarían así el núcleo del futuro “Ejército Popular para la Liberación de Europa”. La Nation Européenne, órgano de prensa del movimiento, da testimonio de estos vínculos. El embajador sirio en Bruselas, el embajador iraquí en París y dirigentes argelinos escribieron artículos para el periódico. En julio de 1968 Thiriart se entrevistó con el Jefe del Estado de Argelia. Unas semanas más tarde, el activista valón fue recibido en Iraq, Líbano y Egipto, donde participó en el congreso de la Unión Socialista Árabe. El periódico estaba subvencionado por la Liga Árabe y la Organización para la Liberación de Palestina. Al parecer, fue el apoyo de esta última lo que le permitió sobrevivir económicamente. Pero cuando Ahmed Choukeiry fue sustituido por Yasser Arafat al frente de la OLP, el periódico y el movimiento desaparecieron. A pesar de todo, los vínculos con el mundo árabe se consideraron tan fuertes que, en los archivos de los servicios secretos portugueses bajo Salazar, podemos encontrar acusaciones formuladas contra Joven Europa en las que se describía al grupo como “vinculado a los servicios de inteligencia de ciertos países árabes”, una consideración que bien pudo deberse al talento de Thiriart para la intoxicación [17].
Las redes forjadas en torno a Jean Thiriart han perdurado más allá de él y se han hibridado con otras redes transnacionales. Un ejemplo es Gilles Munier, el ejecutivo argelino de Jeune Europe. No dejamos de cruzarnos con él en apoyo de diversos regímenes nacionalistas árabes. Agente literario de Sadam Husein, es Secretario General de la asociación Amitiés franco-irakiennes, que organiza reuniones de apoyo a su causa con personalidades de todo el espectro político francés y que, a principios de 2003, dirigió una misión de "Voluntarios Europeos por la Paz" en Bagdad. En 2005, Gilles Munier fue uno de los imputados en el escándalo del "petróleo por alimentos"[18].
Uno de los rehenes occidentales tomados por Sadam Husein antes de la segunda guerra del Golfo fue el abogado Daniel-Louis Burdeyron, antiguo ejecutivo de NOE. Inspirado por el tradicionalista-revolucionario italiano Claudio Mutti [19], Burdeyron se convirtió en un leal a Duprat. En 2011 los grupos pro-sirios incluían a cuadros del RN como Christian Bouchet. De hecho, durante las dos guerras del Golfo, los NR apoyaron al régimen del partido Baath iraquí de Saddam Hussein – independientemente de su delaicización a medias – y aprovecharon la oportunidad para subrayar fervientemente que la guerra era obra del “imperialismo estadounidense-sionista”. Los nacionalistas revolucionarios franceses estaban dirigidos entonces por Christian Bouchet, que se describía a sí mismo como discípulo tanto de Duprat como de Thiriart.
En 1991 Christian Bouchet se convirtió en Secretario General del movimiento de la Tercera Vía. Envió un memorándum a los militantes en el que fijaba la orientación de la oposición a la guerra: “Es probable y deseable estrechar lazos/colaborar con los círculos antiimperialistas árabes o musulmanes (a priori los futuros factores desestabilizadores del Sistema). En este caso, se hará hincapié en un discurso etnodiferencialista” [20].
Además de activista, Christian Bouchet también es editor y difusor de ideas. Su editorial, Ars Magna, es la que publica las traducciones al francés de obras de Michel Aflak [21], así como el mencionado folleto de Fayez Sayegh. En 2007, en una reunión de la asociación Égalité et Réconciliation [22], pronunció una conferencia en la que defendía la compatibilidad entre islam y nacionalismo [23]. Tras haber militado en el FN entre 2008 y 2015, se ha mantenido discreto sobre sus credenciales históricas y geopolíticas.
La asociación Égalité et réconciliation, fundada en 2007, es un ejemplo de ello. Dirigida por el agitador antisemita Alain Soral, Égalité et réconciliation durante un tiempo incluyó a dirigentes convertidos al islam que se declaraban partidarios de Duprat, con vínculos con el agitador antisemita negro Dieudonné y de línea proiraní, siendo lanzada con el objetivo de encontrar candidatos más “diversos” para el FN, con el fin de contribuir a la estrategia de normalización mediática.
Si bien este movimiento pretendía atraer a jóvenes de origen árabe-musulmán, el análisis del discurso antisemita de Soral muestra sobre todo que se inscribe en la tradición del antisemitismo europeo, en particular mediante referencias al nacionalsocialismo y a los elementos más explícitos del antisemitismo (conspiracionismo, obsesión por la perversidad sexual de los judíos, antisemitismo y negación del Holocausto, elogio de la violencia, etc.). Una ideología de la que dice formar parte, aunque rechaza su racialismo. Su tono peculiar, su obsesión por la sexualidad y la perversidad de los judíos y el lenguaje soez que utiliza se parece mucho a Der Stürmer, nombre de la revista nazi fundada por Julius Streicher, mientras que su conspiración para convertir a los judíos en entes degenerados, inteligentes y casi omniscientes y omnipotentes recuerda al antisemitismo casi metafísico de Dietrich Eckart. De hecho, tres libros nazis han sido publicados por Kontre Kulture, la editorial del movimiento, entre ellos Mein Kampf, Le Testament politique d'Adolf Hitler y Mémoire d'un magicien deHjalmar Schacht, que fue Ministro de Economía del Reich. El deseo de Soral de “reconciliación nacional” con el Islam no significa que su antisemitismo antisionista sea una consecuencia del islamismo: sus ideas se inscriben en la tradición del movimiento nacionalista-revolucionario europeo, en particular en la forma en que Duprat creía que el “sionismo” era responsable de la transnacionalización de la política en Occidente.
La época de Alain Soral en el partido lepenista fue la responsable del famoso cartel del FN en el que aparece un beurette dando un pulgar hacia abajo. Sin embargo, los intentos de construir “nuevas convergencias” entre nacionalistas-revolucionarios y personas de origen inmigrante han sido un fracaso. Pero, al igual que su padre, Marine Le Pen ha recurrido a la reserva de cuadros e ideas radicales de extrema derecha para dotar a su partido de una columna vertebral ideológica en política exterior. La presidenta del FN ha conservado muchos de los temas de política exterior de esta nebulosa (denuncia del Imperio, orientación hacia el Este, etc.). Sin embargo, está claro que las redes del RN no legitiman los regímenes y los neofascistas no son una puerta de entrada a la opinión pública europea. La asociación europea de apoyo a la Libia de Gadafi siempre ha estado dirigida por el RN (Christian Bouchet y luego el Parti Communautariste national-européen, discípulos de Thiriart) y no sirvió de nada ni cuando el dictador volvió a las andadas ni cuando empezó la guerra de 2011 – a pesar de su intento de crear una “asonada” antiimperialista en las redes –. Además, a veces es difícil saber dónde acaba la subversión antiimperialista proárabe y dónde empieza el ruido occidental [24].
El islamismo: ¿mito movilizador u horizonte apocalíptico de expectativas?
La introducción del referente islámico en la extrema derecha radical francesa, y su reversión islamófoba, se debieron en realidad sobre todo a su deseo de imitar a los extranjeros. A principios de la década de 1970 Bardèche y el entonces antiguo oficial de las Waffen SS Yves Jeanne, cercano al MSE y luego a la NOE antes de unirse a la Unión Mundial de Nacionalsocialistas, introdujeron en Francia los escritos políticos de Julius Evola. Así se exportó a Francia el pensamiento tradicionalista de René Guénon [25] y la adopción del referente iraní por parte de los grupos NR italianos tras la Revolución Islámica de 1979. Siguiendo los pasos del grupo neofascista italiano Terza Posizione, los grupos NR franceses empezaron a elogiar a Irán como régimen antiimperialista y antimaterialista, visto como la primera posible revolución tradicionalista de la historia.
Por lo tanto, el origen de esto no era en sí mismo una simpatía particular por la religión musulmana, sino por una “visión del mundo” y no existe ninguna contradicción cuando el Mouvement Nationaliste-Révolutionnaire francés se jactó en 1979 de que entre sus filas se encontraban los únicos estudiantes franceses invitados a la Unión Nacional de Estudiantes Iraquíes, una organización baazista, conocida por sus asociaciones turcas, y ensalzaron la revolución iraní [26]. La Nueva Derecha francesa siguió su ejemplo y pronto Alain de Benoist (también amigo de la islamóloga Sigrid Hunke) elogiaba el régimen de Jomeini, calificándolo de “tradicionalista-revolucionario” [27], suscribiendo así implícitamente esta dinámica. Hay que tener en cuenta que, desde su creación unos años antes, la fuente de inspiración de la Nueva Derecha era la Revolución Conservadora alemana, que también había influido en Evola y en los NR. Stefan Breuer señala con razón que la posteridad de esta Revolución Conservadora se encuentra en Teherán más que en ningún otro lugar [28].
Sin embargo, las referencias a Irán que se hacen deben situarse en una perspectiva endógena. Hasta ahora existía el “socialismo europeo”, el “nazi-maoísmo”, el “nacional-bolchevismo”, etc., pero ahora Claudio Mutti reivindicaba la creación de un “chiismo europeo”. Claudio Mutti, por su parte, reivindica ahora un “chiismo europeo”. Se trata de un uso poético de la oscilación ideológica. Es un gusto por el oxímoron político, el término “chiismo” sustituye al término “socialismo” antes del calificativo “europeo” que se usaba durante la época en que los grupos NOE se autodenominaban “socialistas europeos”: el sustrato ideológico no cambia, Mutti sigue siendo ante todo un evoliano ario. Se mantiene en el terreno de la estética del “réprobo”, tan típica del neofascismo. En la década de 1970, cuando el marco de referencia marxista se había derrumbado, los partidos comunistas ya no ofrecían una salida revolucionaria y la financiarización de la economía y la atomización social anunciaban la muerte de la era industrial, los RN buscaban nuevos términos y temas para reinventarse. Lo que conllevaba una carga subversiva ya no era el referente izquierdista sino el referente islámico. En otras palabras, si desde la caída de Mussolini, el término “Revolución” ha sido más una metáfora, un término poético, que un programa para los fascistas, asistimos aquí a un fenómeno similar. En efecto, el Islam permite revivir la carga subversiva del primer fascismo, del fascismo como movimiento, pero en un contexto geopolítico en el que el horizonte ya no está marcado por el socialismo ruso, sino por Irán.
Dentro de la Nueva Derecha, Alain de Benoist y Guillaume Faye abogaron por la no asimilación de los inmigrantes y su repliegue en las comunidades religiosas tradicionales, argumentando de Benoist que el islamismo era un baluarte contra la occidentalización del mundo. Esta línea etnodiferencialista radical es también la del NR, en particular Christian Bouchet, antiguo alumno del antropólogo radical Robert Jaulin. En 1991, durante el debate sobre el uso del velo en las escuelas, su grupo, Nouvelle Résistance, fundado ese mismo año [29], lanzó un folleto titulado Le tchador j'adore ("Me encanta el chador"). Otro folleto comparaba la exclusión de los estudiantes con velo con el pogromo de Rostock (1992), utilizando el lema “Detengan al racismo antimusulmán”, habitual en la prensa. En el boletín interno de la asociación, sólo aparece el Islam bajo el epígrafe “Resistencia al Nuevo Orden Mundial”. Después del 2001 el jefe de la asociación comenzó a apoyar diversos grupos islamófobos. Christian Bouchet, admirador de los regímenes laicos, es víctima desde hace años de rumores que lo presentan como un contacto de redes salafistas.
Según el manifiesto ideológico de Nouvelle Résistance, que en su momento reunió a la mayor parte de la extrema derecha fuera del Parlamento Europeo en el Front Européen de Libération (FEL), fundado en 1991 [30], hay que promover la comunitarización de los inmigrantes: “El eventual retorno de los inmigrantes a sus propios países exige el respeto de sus lenguas, culturas, costumbres y creencias. Esto significa concederles autonomía religiosa, cultural y educativa” [31]. La idea de que el Islam político y la extrema derecha europea representaban conjuntamente células de resistencia al globalismo y al eje americano-sionista fue retomada entonces por Identité, la revista teórica del FN, bajo la influencia de los ejecutivos de la Nueva Derecha. Sin embargo, una serie de factores iban a reorientar a los nacionalistas. El tema no resultó muy prometedor en términos de afiliación. Un informe interno firmado por Christian Bouchet afirmaba: “En cuanto a la inmigración, nuestro etnodiferencialismo y nuestra orientación proárabe en política exterior nos han incapacitado en gran medida y nos han privado de un tema de reclutamiento prometedor... nunca hemos sido capaces de articular una posición teórica coherente y prometedora, lo que constituye una grave carencia para nosotros” [32].
Estas dificultades existen tanto a nivel nacional como europeo. El Parti Communautariste national-européen, fundado en Bruselas en 1984 por Luc Michel, ha roto con el FEL y ahora tacha a sus antiguos aliados de secuaces iraníes que promueven la islamización de Europa. En esta guerra interna de la extrema derecha radical, en la que la cuestión del islam es ante todo un elemento de diferenciación, otras formaciones se alinean a su lado. Sin embargo, resulta que alguien cercano al PCN escribe en su prensa: Yves Bataille, un antiguo ejecutivo francés del NR. Residente en Yugoslavia, su mujer era colega de Radovan Karadzic, un psiquiatra que llegó a convertirse en el líder del movimiento ultranacionalista serbobosnio durante la guerra de la antigua Yugoslavia (1991-1995). Durante este conflicto, los nacionalistas serbios, acostumbrados ya desde hacía veinte años a denunciar las intenciones genocidas de los musulmanes yugoslavos contra el pueblo serbio, argumentaron que su guerra no era imperialista, sino que constituía la legítima defensa de un país europeo contra un proyecto totalitario de construcción de un Estado islamista [33]. Por su parte, Yves Bataille se convirtió en parte de un grupo de presión pro-serbio, escribiendo un artículo tras otro en la prensa occidental, vinculando los temas pro-serbios a la clásica denuncia del NR del “imperialismo americano-sionista” y afirmando su deseo de construir una Eurasia aliada con una nación panárabe [34]. Introdujo así el argumento serbio y afirmó que la guerra de la ex Yugoslavia se explicaba por el deseo americano-sionista de perpetuar su hegemonía sobre Europa desestabilizándola mediante la creación de una República islámica [35]. La cuestión de la interpretación del lugar del Islam en Europa contribuyó así a la desintegración del FLE.
Tras este fracaso, Nouvelle Résistance se transformó en 1998 en Unité Radicale, un movimiento que exalta la lucha de los terroristas suicidas palestinos y cita de buen grado a Bin Laden como ejemplo. Se trata de un movimiento radical antisionista, en el que, a través de una estética del martirio, la causa palestina se combina con las figuras de Drieu la Rochelle y Mishima. Pero esta orientación creó problemas. Bajo la influencia del neoderechista Guillaume Faye, antes antiamericano-sionista y que luego ensalzó la idea de una “Reconquista”, afirma que las violaciones colectivas que actualmente son noticia en Francia son actos de limpieza étnica destinados a instaurar finalmente una república islámica en Francia, una parte del movimiento se orienta hacia consignas identitarias e islamófobas como “Fuera el Islam de Europa”.
El cambio de las posturas de los radicales forma parte de una radicalización de sus normas. Si bien la extrema derecha fue el primer grupo que hizo suyos los temas de la propaganda serbia, pronto se le unieron personas de otras procedencias políticas. Unité Radicale participó en el Mouvement National-Républicain de Bruno Mégret. En 1999, tras escindirse del FN y llevarse consigo a la mayoría de sus cargos electos, ejecutivos y militantes, este último retomó el tema de la islamización de Europa para diferenciarse del FN, considerado cosmopolita (donde una cantante negra calentaba la sala antes de la entrada de Jean-Marie Le Pen, presencia del ejecutivo Farid Smahi, que habló de la oposición euroárabe al “sionismo”, etc.). La competencia entre los dos partidos condujo a este “uno contra uno”. Desde la guerra de Kosovo, la extrema derecha ha sido testigo de un vasto movimiento de nazificación del Islam, produciendo un giro léxico e ideológico sin precedentes desde la época abierta por Duprat en 1967.
Mientras que la preponderancia de los Identitaires en la extrema derecha fuera del FN demuestra que la islamofobia se ha convertido en la opinión mayoritaria, Christian Bouchet mantuvo una línea NR antes de afiliarse al FN, con una red, un sitio web (voxnr.com) y una revista (cuyos dos primeros números especiales trataban sobre Bin Laden y después sobre la relación entre el islam y los nacionalistas franceses) que apoyaban sistemáticamente a Irán. Sin embargo, en 2002 publicó un estudio sobre el islamismo, claramente inspirado en Gilles Kepel, que abogaba por un cambio hacia una orientación post-islamista: “Hoy, Occidente tiembla ante el islamismo, aunque no sea más que una sombra de su antigua grandeza [...]. [...] Seamos claros. El islamismo [...] sigue existiendo y sigue siendo capaz de movilizar multitudes. Sus elementos más extremistas son capaces de organizar operaciones mediáticas impresionantes. Es cierto. Pero los jóvenes iraníes o los jóvenes pakistaníes (o incluso, en menor medida, los jóvenes afganos) tienen todos un pariente cercano o lejano en el extranjero y todos, o casi todos, ven canales por satélite. El mundo moderno y sus valores no les son extraños. [...] En los países donde ha llegado al poder, el islamismo no ha ‘cambiado la vida’, no ha proporcionado una alternativa al mundo moderno, sino que se ha limitado a revestir la modernización de la sociedad con un manto de moralidad. En este sentido, ha sido un fracaso total, razón por la cual acabará desapareciendo” [36].
Según Christian Bouchet, el objetivo de la tesis del choque de civilizaciones es impedir la construcción de un mundo multipolar. La guerra del Líbano de 2006 fue un ataque concertado contra una nación árabe multiconfesional por parte de un Occidente que propugna la “ideología de lo Mismo”. En la universidad de verano de Égalité et Réconciliation, en el 2008, Bouchet afirmó pertenecer a una larga tradición de no hostilidad hacia el islam en la extrema derecha francesa. Pero abandona el etnodiferencialismo radical y promueve ahora un islamismo asimilacionista y republicano para Francia. En su discurso, argumentó que el nuevo trazado del mapa ideológico en torno a la cuestión del Islam como posible enemigo común interno significaba que la división derecha/izquierda que existía desde el siglo XIX había llegado a su fin y que lo mismo se aplicaba a la extrema derecha, que, en su opinión, ya no existía. La occidentalización ha cambiado las cartas de juego políticas.
Conclusión
En el fondo, la extrema derecha radical francesa no es más proislamista que antiislamista. Para los RN el asunto argelino hace tiempo que pasó, aunque sigue pesando en la memoria de una parte importante de los nacional-populistas y forma parte de la tentación terrorista tras los atentados del 2015, vividos como un tercer enfrentamiento de la guerra de Argelia por una parte de la extrema derecha. Para los RN el uso del islam o las referencias al nacionalismo árabe es una cuestión de retoques ideológicos y debe entenderse como un juego de hibridación e identificación mutua con sus referentes árabo-musulmanes, del mismo modo que los distintos movimientos nacionalistas europeos acostumbran a posicionarse unos en relación con otros. Es cierto que existen puntos en común entre los radicales de ambas orillas del Mediterráneo. Hay algunos puntos de convergencia ideológica (etapas revolucionarias en la construcción de un nuevo orden internacional de carácter social-nacionalista) y estratégica (su primer objetivo reivindicado es la destrucción de la “entidad sionista” considerado sinónimo de imperialismo) que demuestran que el acuerdo no puede limitarse a un vulgar efecto mimético.
También cabe destacar la plasticidad ideológica que muestra el movimiento NR: por ejemplo, en la retórica violentamente occidentalista de Anders Breivik pueden encontrarse capas de razonamiento procedentes de diversos ámbitos nacionalistas. Pero gran parte del discurso antes centrado en la conspiración sionista se ha deslizado ahora hacia la denuncia de “Eurabia”, una teoría conspirativa sobre la subyugación demográfica y cultural de Europa por un “Islam” totalitario.
En conjunto, sin embargo, estos extremistas no proponen una concepción muy diferente de la que prevalece en el resto del campo político. Sobre la cuestión del Islam, desde la guerra de Kosovo, las tesis de la extrema derecha radical francesa han estado, volens nolens, en gran medida a la sombra de las del gobierno serbio, la reacción francesa y el neoconservadurismo estadounidense – muchos antiguos antisionistas radicales han acabado incluso abogando por el apoyo a Israel –. La denominación de la sociedad posmoderna desindustrializada y atomizada que los cuadros del RN achacaban al Nuevo Orden Mundial estadounidense-sionista ahora ve como esos mismos cuadros que se han convertido en “identitarios” han terminado por sostener las tesis de “Eurabia” y la “Gran Sustitución”. Ahora que este tema ha alcanzado a un público mucho más amplio, cabe preguntarse si estos militantes, que parecen representar un nicho muy devaluado políticamente, no son ante todo una vanguardia que prefigura los interrogantes, o las tensiones, de la orilla norte con respecto a la orilla sur del Mediterráneo.
Notas
[1] Central Intelligence Agency, «The fascist international», 9 janvier 1956, p. 2, FOIA 519a6b28993294098d51133c
[2] Dirección general de seguridad nacional, «Un nouveau parti politique extrémiste, le Mouvement socialiste d’unité française, se réclame de l’idéologie nationale-socialiste et raciste», 26 novembre 1948, p. 3, AN/4AG/76.
[3] L’Europe réelle, mai 1976.
[4]. Maurice Bardèche, L’Œuf de Christophe Colomb, Paris, Les Sept Couleurs, 1951.
[5] Maurice Bardèche, Qu’est ce que le fascisme?, Sassetot-le-Mauconduit, Pythéas, 1995 (première édition : 1961), p. 127.
[6]. Damir Skenderovic et Luc van Donge, «Gaston-Armand Amaudruz, pivot et passeur européen», in Olivier Dard (dir.), Doctrinaires, vulgarisateurs et passeurs des droites radicales au xxe siècle (Europe-Amériques), Berne, Peter Lang, 2012, pp. 211-216
[7]François Duprat, Le Manifeste nationaliste-révolutionnaire, Dossiers Nationalistes, Supplément numéro deux aux Cahiers Européens Notre Europe, 1976, p. 1.
[8]François Duprat, Le Néo-fascisme dans le monde arabe et en Amérique latine, Supplément à la Revue d’Histoire du fascisme, 1974, p. 2 et p. 23; idem, L’Agression israélienne et ses conséquences, Défense de l’Occident, numéro spécial, juillet-août 1967 p. 3; idem, Le Fascisme dans le monde, Défense de l’Occident, numéro spécial, octobre-novembre 1970 pp. 51-52 ; Occident-Université, 26 avril 1966.
[9]Alain Rollat, Les Hommes de l’extrême droite. Le Pen, Marie, Ortiz et les autres, Paris, Calmann-Lévy, 1985, p. 50.
[10] François Duprat, Le Fascisme dans le monde, 1970, p. 28.
[11] Michel Aflak, A propos du mouvement du Ba’th arabe, s.e., Nancy, 1990, pp.6-15 ; idem, Impérialisme et sionisme, Ars, Nantes, s.d., pp.6-8.
[12] Cahiers du solidarisme, n°1 et n°3, 1976; Jeune Garde solidariste, octobre-novembre 1975.
[13] Grégory Pons, Les Rats noirs, Paris, Jean-Claude Siméon, 1977, p. 65.
[14] Fayez Sayegh, Le Colonialisme sioniste en Palestine, Nantes, Ars, s. d. ; François Duprat, L’Agression israélienne, 1967, p. 10.
[15] Cf. Nicolas Lebourg et Joseph Beauregard, François Duprat, l’homme qui inventa le Front National, Paris, Denoël, 2012, pp. 81-89.
[16] DCRG, «Le Mouvement «Jeune Europe»», Bulletin mensuel confidentiel Documentation-Orientation, septiembre de 1965, p. 17 y p. 20, AN F7 15584.
[17] «Jean Thiriart in Cairo and Bagdad», Patterns of Prejudice, vol. 3, 1969, pp. 22-23; Frédéric Laurent, L’Orchestre noir, Paris, Stock, 1978, p. 133; Jean-Yves Camus et René Monzat, Les Droites nationales et radicales en France, Lyon, Presses universitaires de Lyon., 1992, pp. 50-51.
[18] Escándalo de corrupción relacionado con el programa "petróleo por alimentos", que permitió al Irak de Sadam Husein vender parte de su petróleo a cambio de bienes de primera necesidad.
[19] Ver Stéphane François et Olivier Schmitt, «L’extrême droite et le monde: une vision “alternative” des relations internationales», Interrogation?, n°21, 2015, http://www.revue-interrogations.org/L-extreme-droite-francaise.
[20] Christian Bouchet, Circulaire SG/91/1, 4 de febrero de 1991 (documento interno).
[21] Michel Aflak (Damasco 1910-París 1989) fue un político y profesor sirio, fundador del partido Baas.
[22] En aquel momento, Alain Soral, fundador de Égalité et Réconciliation, seguía apoyando al FN.
[23] Christian Bouchet, Islam et combat national. Pour une approche pragmatique, Nantes, Ars Magna, 2008.
[24] Cf. Abel Mestre et Caroline Monnot, Le Système Le Pen. Enquête sur les réseaux du Front National, Paris, Denoël, 2011.
[25] René Guénon (Blois 1886-El Cairo 1951) fue un esoterista y teórico de la “Tradición” francés que se convirtió al islam en 1912. Desarrolló una filosofía antimoderna basada en el análisis de las doctrinas de varias religiones “tradicionales” (sobre todo el islam y el hinduismo). Sobre Guénon, cf. Jean-Pierre Laurant, René Guénon, les enjeux d’une lecture, Paris, Dervy, 2006.
[26] Jeune Nation solidariste, 29 novembre 1979; MNR, Courrier intérieur, 21 de enero de 1980 (documento interno). El MNR se fundó en 1979. Dio origen a Troisième Voie en 1985.
[27] Le Monde, 25 de agosto de 1987.
[28] Stefan Breuer, Anatomie de la Révolution conservatrice, Paris, Maison des sciences de l’Homme, 1996, p. 237.
[29] Nouvelle Résistance nació de Troisième Voie y desapareció en 1998, para ser sustituida al año siguiente por Unité Radicale.
[30] Se disolvió en 2002 y fue sustituida por la Réseau Géopolitique Européen.
[31] Pour la Cause du peuple. Manifeste de Nouvelle Résistance, Ars Magna, Nantes, 1997, s.p.
[32] 3er Congreso de Nouvelle Résistance, moción presentada por la secretaría general de la organización, p.3 – documento interno
[33] Xavier Bougarel «Travailler sur l’islam dans la Bosnie en guerre», Cultures & Conflits, n°47, 2002, pp. 49-80; Jacques Sémelin, Purifier et détruire. Usages politiques des massacres et génocides, Le Seuil, Paris, 2005, p. 33.
[34] Entrevista de Yves Bataille con Nicolas Lebourg, 21 de junio de 2004.
[35] Yves Bataille, «Chronique d’un embrasement annoncé», Nation Europe, janvier-mars 1995.
[36] Chistian Bouchet, L’Islamisme, Puiseaux, Pardès, Collection B.A.-BA, 2002, pp. 109-110.
#historia#islam#mundo árabe#europa#fascismo#tercera posición#nacional-revolucionarios#revolución conservadora#política
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#Herstory #UnDiaComoHoy #IrèneJoliotCurie (París, 12 de septiembre de 1897-ibídem, 17 de marzo de 1956) fue una #física, #química, #política, #activista #antifascista y #feminista francesa. Fue galardonada junto a su marido con el #PremioNobel de Química en 1935 por descubrir la radiactividad inducida y la radiactividad. Una de las tres primeras mujeres miembros de un gobierno en Francia al ser nombrada Subsecretaria de Estado para la Investigación científica por el Frente popular en 1936. Activista por los derechos de las mujeres, aceptó el puesto, por un período limitado predefinido de tres meses para apoyar la causa de la mujer y la de la investigación científica. Durante la Segunda Guerra Mundial (1939 - 1945) decide quedarse en Francia a pesar de la Ocupación y a causa de sus problemas de salud que le obligan a estancias frecuentes en el sanatorio de Dordoña o en el de la Alta Saboya. Esconde el radio cerca de Périgueux y protege a los investigadores judíos o miembros de la resistencia. En enero de 1945 es nombrada comisaria de la Energía atómica, la única mujer entre cinco comisarios, contribuye a la primera pila atómica francesa, Zoé, que se pone en marcha el 12 de diciembre de 1948. En 1945 asume la vicepresidencia de la Unión de Mujeres Francesas y forma parte del Comité mundial para la paz y el desarrollo e interviene en el Congreso Mundial de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo. Tras la explosión de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki en 1945 milita contra el uso militar de la energía nuclear. Fue apartada de la Comisión Francesa de Energía Atómica en 1951 por sus simpatías con el Partido Comunista Francés. Entre 1951-1954 es rechazada en cuatro ocasiones como miembro de la Real Academia de Ciencias. Decidió representarse a sí misma en cada oportunidad para denunciar la exclusión de la mujer de esta institución. Murió de una leucemia, resultante de una sobreexposición a la radiación en el curso de trabajo. — Wikipedia #efemérides #cientificas #mujeresyciencia #womeninscience #educarenigualdad #educarenfeminismo #schooloffeminism https://www.instagram.com/p/CbM0P7yKq_8/?utm_medium=tumblr
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Discurso del Libre Pensamiento francés con ocasión de las reuniones Día Internacional del Libre Pensamiento, 20 de septiembre de 2020
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Queridos amigos, queridos camaradas,
Hoy celebramos el Día internacional del Libre Pensamiento. Les recuerdo que esta iniciativa fue tomada en el segundo congreso internacional de la Asociación Internacional para el Libre Pensamiento, en Mar del Plata, Argentina, en noviembre de 2011. Desde entonces, no hemos fallado.
El 20 de septiembre se coloca bajo las figuras tutelares de Simón Bolívar y Giuseppe Garibaldi, liberadores de América Latina. Garibaldi fue apodado “el héroe de los dos mundos” debido a su acción en América Latina y en Italia.
El 20 de septiembre de 1870, Roma fue anexada a Italia. Las tropas italianas entraron en la ciudad papal por la puerta Pia. Era el fin de los estados pontificios, y la abolición del poder temporal del Papa ahora confinado en el ámbito privado del Vaticano. No hará falta nada menos que el fascismo mussoliniano para intentar hacer de esta propiedad de la Iglesia un pseudo-estado. Sabemos que, al contrario de lo que se nos dice aquí y allá, no es así, y que los argumentos para presentar a Bergoglio como Jefe de Estado no son más que tonterías. Sí, los papas han perdido su poder llamado temporal, es de desear que las Iglesias pierdan el suyo por todo el planeta. Los librepensadores, humanistas y ateos del mundo entero trabajan en ello, tal es el sentido de nuestra celebración de hoy.
Pero, sin embargo, el poder espiritual conserva todavía una huella no desdeñable en las instituciones internacionales por el reconocimiento de la Santa Sede, como observador, pero más aún, en la OIT y en la Unesco, donde los sacerdotes son oficialmente responsables.
Queridos amigos, queridos camaradas:
El 20 de septiembre de 1870, en Italia, el Temporal relegaba por un tiempo al Religioso a la esfera privada. Hoy, en Francia, hay que constatar que estamos lejos del respeto de esta separación entre las Iglesias y el Estado.
Todos recordamos el discurso de Emmanuel Macron en el Collège des Bernardins, donde llamaba a «reparar el vínculo entre la Iglesia y el Estado». Se ha escuchado visiblemente, ya que constatamos que desde las recientes elecciones municipales, algunos municipios han creado, de todas partes, cargos de adjuntos a los cultos o a la espiritualidad.
Observamos también que el nuevo Ministro del Interior no cesa de presentarse como Ministro de Culto, a pesar de que esta función fue abolida por la Ley de 9 de diciembre de 1905 de Separación de las Iglesias y del Estado. La nostalgia de la República ya no es lo que era.
Cada uno es libre de asociarse con quien quiera para promover sus ideas. Es lo que se llama la libertad de asociación que fue instituida por la gran ley de 1901. Hoy se oye decir a este gobierno que habría que compartir su concepción «de la República y de la laicidad» para percibir subvenciones públicas. Es el reino del dinero-rey en todos los niveles.
Hubo una época en la que los partidarios del Concordato, que hacía de las religiones servicios públicos y de los religiosos funcionarios, decían claramente:«Quien paga manda». Era el tiempo de la servidumbre intelectual. La conciencia estaba entonces bajo el almud del sepulcro. Si hay que compartir los mismos «valores» que este gobierno para percibir subvenciones públicas, ¿dónde está la democracia, dónde está la libertad, dónde está la igualdad?
Quieren imponer el yugo del pensamiento único en el que todos deben tener los mismos «valores», las mismas ideas y las asociaciones deben decir lo mismo. Y si eso no se hace, los Kapos televisivos nos llaman al orden, esperando que la represión se intensifique aún más.
Bajo el pretexto de la sanidad, las fuerzas de la ley están en todas partes, todo el tiempo. Incluso se ha visto a policías entrar en escuelas para comprobar que los niños llevaban «correctamente» la máscara. Incluso bajo Vichy, la Escuela siguió siendo un cuasi-santuario, excepto donde se decía «Adiós a los niños» (1). Se ha visto a los trabajadores maltratados por las fuerzas de represión por la misma razón. Y mientras tanto, el Gobierno se esfuerza por reprimir, prohibir, encuadrar, organizar manifestaciones y reuniones de aquellos que se atreven a desafiar su orden y su política.
No se puede aumentar la suma de las libertades de que se disfruta si no se sabe defender las que ya se poseen. Ahora bien, nuestras libertades están gravemente amenazadas, como lo estableció el reciente Congreso del Libre Pensamiento. Les invito a leer atentamente nuestro nuevo número de Argumentos sobre las libertades, disponible gratuitamente en nuestro sitio web. Es esclarecedor para ver dónde hemos llegado en la deriva totalitaria.
Queridos amigos, queridos camaradas:
En todos los países del mundo se han visto las mismas escenas de superstición religiosa en las que era a quien blandía su gri-gri totémico para conjurar la COVID 19. Y, al mismo tiempo, las religiones y los religiosos se apartaban de las normas sanitarias que los gobiernos imponían a la población en su conjunto.
Por ello, la Asociación Internacional del Libre Pensamiento tiene previsto redactar un Libro Negro Mundial de la Pandemia para examinar en detalle las colusiones entre religiones y Estados en este asunto y poner de relieve la represión de unos y los privilegios de otros. Ningún continente se ha librado de esta ola oscurantista.
Queremos crear una enorme comisión de investigación en todos los países y continentes.
Vamos a empezar en Europa para mostrar la nocividad de los 14 Concordatos, cuya derogación exigimos pura y simple. Vamos a proponer a todas las asociaciones con las que mantenemos relaciones amistosas y acciones que se reúnan en el marco de la campaña europea contra los concordatos para establecer esta constatación en una conferencia europea.
También nos dirigiremos a nuestras asociaciones hermanas en los Estados Unidos para que nos informen de lo que ha ocurrido y de lo que sigue sucediendo en este continente.
Nuestro Congreso Mundial sobre Educación no pudo celebrarse en septiembre de 2020 como estaba previsto. Se espera que el próximo año se celebre sobre el mismo tema y también en España.
Queremos devolver al ser humano al corazón de su destino. Pensamos como Jacques Prévert:
El pavo real rueda El azar hace el resto. Dios se sienta en ella Y el hombre lo empuja»
Queridos amigos, queridos camaradas:
En este lugar, recordemos también nuestra lucha por la plena rehabilitación de los Fusillés como ejemplo de la guerra imperialista de 1914-1918. Esta es una de las mayores batallas de nuestra asociación, una lucha contra la espada con un pasador. Un combate para que el soldado siga siendo un ciudadano y no un sujeto atado por la obediencia en una institución de no-ley, la «Gran muda», el ejército todopoderoso frente al individuo incorporado.
Estamos a punto de presentar a la Asamblea Nacional una propuesta de ley para la rehabilitación colectiva de los fusilados, por lo menos por tres grupos parlamentarios. En las próximas semanas habrá que movilizarse para pedir a todos los diputados de todas las circunscripciones que voten esta propuesta.
Repitamos lo que le dijimos a Chauny en el Aisne (dept), el 20 de abril de 2019, inaugurando el Monumento en homenaje a los Fusilados: “Trazaremos el cuadro exacto de los que tomarán posición o no. Y sabremos recordar a todos en las próximas elecciones. Puesto que el Ejecutivo se ha deshonrado públicamente, nos dirigimos al Legislativo que se supone que representa la voluntad del pueblo. Entonces veremos lo que es realmente. Hay palabras y hay hechos. No cederemos en esta exigencia, porque lo que queremos al obtener la rehabilitación colectiva es el reconocimiento del derecho a decir NO a la muerte, NO a la guerra, NO a la barbarie militarista. Al hacer justicia a los muertos del pasado, queremos salvar a los vivos de hoy y de mañana. ”
Alrededor del 11 de noviembre de 2020, organizaremos como de costumbre más de un centenar de reuniones pacifistas delante de monumentos por la Paz y contra la guerra o en lugares simbólicos. Este año abriremos nuestras reuniones a todos aquellos que actúan con nosotros contra el reclutamiento generalizado de la juventud a través del Servicio Nacional Universal y les daremos la palabra.
Por supuesto, no se puede concluir esta alocución sin evocar el objeto de todos nuestros esfuerzos, desde hace más de dos años, en el suelo de nuestro país: una manifestación nacional la defensa de la ley de 1905 con motivo del intento gubernamental de revisarla seriamente.
En nuestro Congreso Nacional Virtual hemos podido medir el compromiso de numerosas federaciones departamentales por su éxito. Hemos recibido el anuncio de apoyos de peso en el mundo asociativo, filosófico, sindical y político.
Es el movimiento laico histórico que se reconstituye. Es el Juramento de Vincennes que vuelve a la memoria de todos. Y sí, camaradas, los ritmos de la historia son a veces muy lentos, y como la actividad de los volcanes experimentan largas fases de silencio. Pero el sentimiento secular está siempre presente, y hemos trabajado pacientemente para despertarlo. Vamos a mantener este lugar indispensable de conciencia del movimiento laico. Camaradas, sin exclusiones, sin tratos ocultos, respetando la personalidad de cada uno, traduzcamos este movimiento que se construye en cada una de nuestras Federaciones.
¡Ni Dios ni Señor! ¡Abajo la Calota! ¡Viva la Social!
(1) Alusión a la película “Au revoir les enfants !” que evoca la deportación de escolares judíos
[traducción automática por Reverso]
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Fascismo y neofascismo. Una selección de textos para un debate indispensable
Para descargar la publicación digital entre aqui: Publicación digital de la REDH sobre fascismo y neofascism Presentación El capitalismo, en su fase actual de despliegue, ha declarado la guerra a la humanidad. La confrontación que plantea, multiforme y multidimensional, no persigue otro objetivo que tomar control definitivo de los principales recursos estratégicos del planeta y, por esta vía,…
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Una pareja fue agredida ayer en el barrio de Carabanchel por un grupo de jóvenes fascistas. La llamada a la ‘revuelta’ de la ultraderecha está provocando una gran crispación en varios barrios de Madrid El paseo de confinamiento, ese que en Madrid solo puede darse de momento a partir de las ocho de la tarde, acabó para Sonia y Marcos (nombres ficticios para preservar su anonimato) a las tres de la mañana en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Parte de lesiones y denuncia mediante. Volvían a su casa, en el distrito de Carabanchel, cuando se toparon con una de las concentraciones, teóricamente improvisadas, que la extrema derecha lleva días promoviendo en muchas ciudades del Estado español. En la Plaza Pedro Almodóvar, decenas de personas se concentraban para pedir la dimisión del Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos con banderas españolas y cacerolas. El camino a casa de esta pareja fue interrumpido por un: “¡A por ellos!”.
Sonia y Marcos corrieron sin saber con exactitud qué estaba pasando: “No sabía si me estaba montando una película”, dice ella desde el otro lado del teléfono. Los golpes que el grupo de fascistas propiciaron a su pareja evidenciaron que no estaba equivocada. “Os vamos a matar”, decían, mientras Marcos era golpeado. Ha salido, dentro de lo que cabe, bien parado de esta agresión, que demuestra que el alboroto que está provocando la extrema derecha en el Parlamento español tiene consecuencias directas en la calles. El parte de lesiones recoge, sin mucha literatura, el final de esta historia. No fue fácil recibir la valoración médica. Acudieron a dos centros de salud de urgencia, cerrados por la crisis de la Covid-19, antes de ser derivados a un hospital privado con el que la Consejería de Sanidad firmó un “acuerdo millonario” con una duración de 30 años.
Jule Goikoetxea, filósofa y profesora de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, asegura que nos enfrentamos a una lógica previa al confinamiento: “Las cuatro elecciones al Congreso español ya demostraban una polarización de la sociedad. La gente se está organizando para demandar acciones más radicales de las que se venían demandando en los últimos 20 años”. Este proceso de polarización está relacionado, en algunos casos, con la extensión de la pobreza, con las privatizaciones, con el enfado que producen las políticas neoliberales, los recortes. En otros, se resume como pérdida de privilegios. “Ante estas pérdidas se refuerzan las ideologías que ya convivían en la sociedad, pero que, por determinadas circunstancias, llevaban décadas aceptándolas en las estructuras políticas y el sistema económico”. Ahora, ante la pérdida de confianza democrática, tanto en el sistema como en las instituciones, la sociedad se radicaliza: “Volveremos a tener grupos armados en Europa, vinculados a la extrema derecha”, dice Goikoetxea. “Esto va para largo –sigue– porque es algo estructural. No es un hecho concreto, es un cúmulo de decisiones políticas que se han tomado en Europa en las últimas décadas”.
El ambiente está especialmente crispado en Madrid. Violeta Assiego, abogada, cree que la situación no extrapolable a otros territorios, pero sí muy preocupante: “La Comunidad de Madrid es ahora mismo el baluarte de la extrema derecha, que está provocando una escalada de violencia contra todo lo que puede representar el sanchismo y Podemos. Están tratando de provocar una revuelta, en palabras literales de Abascal”. Las vecinas y los vecinos que están saliendo a las calles en Madrid parecen totalmente entregados a un discurso que asegura que el Gobierno está vulnerando derechos y limitando libertades. La gente está abrazando ese discurso para defender lo suyo y está sirviendo de cortina de humo para que haya grupos radicales, organizados, que se infiltran entre esa multitud de votantes de derecha para elevar el tono”. La crisis económica a la que nos enfrentamos, que deriva no solo de la crisis sociosanitaria de la Covid-19, sino que está completamente atravesada por las políticas neoliberales que llevan años aplicándose en Europa, favorecerá, aún más, el extremismo de la derecha en todo el mundo: “Están llamando a la revuelta, al golpismo; buscan generar un estallido social, una inestabilidad política que permita que gobierne la derecha. Tienen una estrategia clara, a nivel mundial. Cuentan con financiación, con parte del poder económico. Nos enfrentamos a un Goliath, pero también hay un David”. “Nos salvaron los vecinas”
El David son todas esas vecinas que se están organizando para hacer frente al fascismo. Sonia y Marcos lo tienen claro: fueron los gritos de sus vecinas y vecinos los que hicieron posibles que el grupo de jóvenes fascistas dejasen de golpearle. Uno de ellos, además, pudo grabar a los agresores. La abogada Violeta Assiego tiene claro que es precisamente ahí, en la resistencia vecinal, donde tenemos que poner el foco, aunque nos falta “la versión política, que potencie y lidere el movimiento de cuidados que puede contrarrestar la ideología fascista que está tomando forma en la calle”. Necesitamos, en torno a los cuidados y a los barrios, una movilización que ponga en valor otra fórmula de afrontar esta crisis. Frente a las banderas y las cazuelas. “Están, por un lado, los que defienden sus privilegios y salen a la calle pasando por alto el ordenamiento jurídico, los que se pasan por alto las pautas de convivencia que garantizan la salud de todas las personas. Ellos priman sus ideas por encima del bien común. Por otro lado, hay muchísimas redes vecinales que están privando lo colectivo por encima de cualquier otra cosa”. El movimiento feminista puede ser ese eje vertebrador: “No aceptamos violencia en nuestros barrios. Estamos fuertes. La violencia fascista es violencia patriarcal, racista, LGTBfóbica”.
Pablo Santos vive en Carabanchel y forma parte de los movimientos vecinales del barrio. Lamenta que las protestas están llegando a los barrios con mucha fuerza en muy poco tiempo: “Diría que hemos tenido dos fases. Primero, las protestas en uno de los barrios más ricos, probablemente, de España. La gente rica protestando, pues fenomenal. Claro que me preocupa y está alentado desde las élites políticas, pero son los que son. Me parece bien que el conflicto de clases se evidencie, pero el problema es que este ciclo de protestas está aterrizando en los barrios de manera más organizada. La gente tiene miedo y la patria se presenta como una garantía de supervivencia, pero España son los servicios públicos y las vecinas saliendo a la calle. Tenemos que insistir en eso y construir un nuevo marco antifascista desde otros paradigmas”. ¿Por ejemplo? La plataforma del Orgullo crítico o las redes del vecindario. Fueron precisamente los gritos de las y los vecinas alertaron a los fascistas: “¡Vámonos!”, gritó uno de ellos. No volváis nunca.
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(Ponencia presentada al 1º congreso mundial contra el fascismo celebrado en Caracas, Venezuela los días 10 al 12 de septiembre de 2014) Por Alberto Pinzón Sánchez* Un saludo a los camaradas de la mesa directiva, y a los demás camaradas asistentes. Camaradas: He venido a aquí a aprender de ustedes, no a enseñarles lo que ustedes viven. Sin embargo, se me ha encomendado escribir para este histórico congreso, que se realiza en la Venezuela asediada y amenazada de muerte, un condensado de experiencias que he resumido en forma de 10 tesis, las que me voy a permitir leer, contando la paciencia de ustedes: Continue reading 10 tesis sobre el fascismo y su actualidad.
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EL MUNDO DIVIDIDO Y LA GUERRA FRÍA (primera parte). Por el historiador Esteban Alberto González.
Para adultos y universitarios. Lectura gratuita.
Revista HISTORIA
COLECCIÓN LIBROS
UNIVERSAL.
HISTORIADOR ESTEBAN ALBERTO GONZÁLEZ.
ÍNDICE.
Capítulo 1.
La revolución comunista rusa y la caída del gobierno del Zar Nicolás II.
- El devenir histórico de la revolución bolchevique.
- La economía del zarismo y los revolucionarios socialistas.
- La filosofía de Karl Marx.
- Las causas del estallido revolucionario. La pérdida del botín de la guerra y los conflictos sociales. El imperio ruso y las nacionalidades. Los enfrentamientos por las desigualdades económicas. El bolchevique Lenin. Las consecuencias sociales de la Primera Guerra Mundial.
- La Duma y el gobierno provisional burgués.
- El fracaso del gobierno provisional burgués. La revolución de octubre y el triunfo de los bolcheviques.
- El gobierno de Lenin. La Cheka. Las nacionalidades y la designación de Stalin en la Comisaría de Asuntos Nacionales. La Constitución de la URSS en 1924.
- La guerra civil. La coalición militar contra Rusia. La alianza militar contra los comunistas soviéticos. Los gobiernos enemigos de los bolcheviques. La contrarrevolución derrotada. Las consecuencias de la guerra civil, con la intervención militar extranjera. Los desacuerdos entre los aliados antibolcheviques
-El comunismo de guerra del gobierno de Lenin. La transición económica hacia el socialismo. Una década de la N.E.P. de Lenin, mezcla del capitalismo y el socialismo. El comunismo de guerra. La finalización de la Nueva Política Económica.
-La muerte de Lenin en 1924. Los tres nuevos organismos soviéticos. La concentración del poder político. Su fallecimiento.
- El gobierno de Stalin (1924-1939).
- La federación estatal centralizada.
- La colectivización de la agricultura. La producción agrícola deficiente. Los kulaks. La gran explotación agrícola colectiva. El XV Congreso del Partido, reunido en 1927. El argumento de Stalin.
- Las purgas políticas del oficialismo, el sabotaje minero y los nuevos técnicos comunistas. La expulsión del bloque trotskista-zinovievista del Partido Comunista. El oficialismo contra los kulaks. La ofensiva oficialista del comunismo y la resistencia de los kulaks. La aplicación del artículo 107 del Código Penal, contra los kulaks. El sabotaje en las minas de Shajti. La preparación de los nuevos técnicos soviéticos. La expulsión del bloque Bujarin-Rykov. El asesinato del probable sucesor de Stalin: Sergio Mironovich Kirov, en 1934. El “Gran Terror” de las purgas stalinistas. Los campos soviéticos de la exterminación. La colectivización forzada.
- Los planes quinquenales. El primer plan quinquenal (1928-1933).El segundo (1933-1937) y el tercer plan económico quinquenal (hasta 1941).
Capítulo 2.
El fascismo.
La guerra civil española (1936-1939) y el triunfo del militarismo fascista de Franco.
- El gobierno de Primo de Rivera.
- La Segunda República.
- La guerra civil. La intervención extranjera en la guerra civil española. El financiamiento de la guerra. El putsch del comunismo en la República. La purga de Stalin en el mundo. El bombardeo de Guernica. La propaganda comunista y la versión de Orwell. Los intelectuales y el Congreso de Escritores de Madrid. La finalización de la guerra civil. El gobierno de Franco y la sucesión monárquica.
El nazismo.
- Los hombres del Este y la cultura alemana. El pueblo judío alemán.
- El Tercer Reich.
- El antisemitismo en la cultura Volk alemana.
- Las escuelas de la cultura Volk.
- La reacción de la comunidad judía.
- La casa Rothschild.
- La civilización y la cultura.
- El libro de Spengler: “La decadencia de Occidente”.
- La formación política de Hitler y su ideología. Los personajes influyentes en Hitler. La concepción política de Hitler. La importancia de la raza aria alemana. La división de Alemania en Gaue. Su régimen centralista y participativo.
-El nacionalsocialismo alemán. El partido político de Hitler: del DAP al NSDAP. El programa político de Hitler para el pueblo alemán. Los afiliados.
- El putsch fracasado de Hitler en 1923.
- Hitler en la prisión de Landsberg. Su libro “Mein Kampf”.
- Los aliados de Adolf Hitler.
- La estabilización de la moneda alemana.
- La nueva estrategia de Hitler: el político de la democracia. Su salida de la cárcel en 1924.
- El ascenso gubernamental de Hitler. La economía de la República de Weimar y la desocupación alemana. Las elecciones, los afiliados y el financiamiento del Partido Nazi. Las organizaciones paramilitares (S.A. y S.S.) y la propaganda nazi. El Sicherheitsdienst SD de Reinhard Heydrich. La organización de la SS al asumir Hitler.
El canciller Hitler (1933). Los partidos políticos de Alemania.
- El gobierno de Adolf Hitler. La legislación nazi. El gabinete. La Gestapo. Las políticas de la Gleichschaltung y la uniformidad ideológica. Las promesas electorales inclumplidas y las purgas políticas.
- El “Nuevo Orden” del nazismo. Los campos de concentración nazi. La “solución final” para exterminar a los judíos y la experimentación médica nazi.
- La economía nazi. El campesinado. La economía industrial.
- La intelectualidad y el arte en el régimen nazi.
- El nazismo y la religión cristiana.
El fascismo italiano.
- El ascenso gubernamental de Benito Mussolini. Las escuadras de acción fascista. Balbo. El régimen parlamentario y la crisis italiana. El Partido Comunista de Italia. La Marcha fascista sobre Roma.
- El gobierno de Mussolini y su totalitarismo.
- La economía fascista. El corporativismo. Las políticas fascistas para la economía y la sociedad.
Capítulo 3.
La revolución comunista en China.
-La fundación del Partido Comunista. Su primer trabajo: la huelga ferroviaria.
- Etapas de la revolución comunista en China.
- La Primera Guerra Revolucionaria Comunista (1924-1927).
- Los dirigentes del Partido Comunista Chino.
- Las clases sociales de China. Los amigos y los enemigos del comunismo chino. Clasificación de las clases sociales chinas. La gran burguesía de los compradores y la clase de los terratenientes. La burguesía media. La pequeña burguesía. El semiproletariado. El proletariado. El lumpemproletariado.
- El ejército productivo.
- El partido comunista chino entre 1928 y 1935. La Larga Marcha a Yenán (1934-1935). La doctrina de la Nueva Democracia.
- La guerra civil en China (1945-1949). La proclamación de la República Popular de China.
- La República Popular de China. La China de Mao. La reforma agraria. Las nacionalizaciones comunistas. Las cooperativas.
- El primer plan quinquenal de China (1953-1957).
- La campaña de las “Cien Flores”.
- El gran salto hacia adelante de Mao (1958-1961).
Capítulo 4.
La Primera Guerra Fría.
- El inicio de la Primera Guerra Fría y la cultura.
- La fundación de las Naciones Unidas y el plan Marshall.
- El militarismo occidental y la creación de la OTAN.
- El proteccionismo industrial y el nacionalismo.
Las conquistas de Japón. China. Los nacionalistas
asiáticos. La economía argentina. La guerra de Corea.
- La carrera de armamentos.
- La Comunidad Europea.
- Los ahorros y los gastos elevados del Estado.
- Las elecciones presidenciales. Kennedy: el guerrero de la
Guerra Fría.
-El conflicto del gobierno de Kennedy con los empresarios norteamericanos.
- Los Estados Unidos de América: la policía de América
Latina. Los misiles nucleares soviéticos en Cuba.
- La carrera espacial entre los Estados Unidos de
América y la Unión Soviética.
- La guerra de Vietnam.
Capítulo 5.
La Segunda Guerra Fría.
- Las revoluciones mundiales y la Segunda Guerra Fría.
- Los gobiernos peronistas. La guerra civil en la Argentina.
- La guerra de las Malvinas.
Capítulo 6.
Los universitarios.
- La Reforma Universitaria de 1918. Salazar y su gobierno de los profesores. La culpa colectiva. El espionaje. La filosofía de Hegel. La militancia universitaria y la propaganda de la extrema derecha. La persecución ideológica y la guerra racial. La estética nacional y la pasión de la propaganda estatal. La represión a los profesionales, la reeducación y la uniformidad ideológica. La inteligencia universitaria en la autocracia de Stalin. La juventud del Komsomol. La reeducación de los guardias rojos de Mao. La reeducación en Camboya. El tratamiento de electroshock y el psicoanálisis de Sigmund Freud. El castigo psiquiátrico. La pérdida de la autonomía universitaria y las purgas ideológicas. La población universitaria. Los profesores y el movimiento político de los universitarios. El sindicalismo. Las diferencias ideológicas entre los ricos y los pobres. Las universitarias. El capital intelectual y las oportunidades laborales.
Capítulo 7.
El final de la Guerra Fría.
- Ronald Reagan y la nueva derecha ideológica. Margaret Thatcher y el sindicalismo. Las privatizaciones. La guerra de las Malvinas. La finalización del gobierno de Thatcher. La policía ideológica de U.S.A. en el mundo. El terrorismo de sus enemigos. El rearme norteamericano con las nuevas tecnologías bélicas. La dirigencia soviética, La O.P.E.P. t el aumento del precio del petróleo. Japón ante la crisis petrolera. La economía petrolera de la Unión Soviética. El crédito bancario de la O.P.E.P. para el mundo. M. S. Gorbachov y la crisis soviética. La impopularidad de Gorbachov y la popularidad de Yeltsin. La disolución de la Unión Soviética. El fracaso del putsch de agosto de 1991. Las consecuencias del putsch. El desmembramiento y un nuevo tratado para la Federación de Estados Soberanos. La terminación de la Guerra Fría. La Federación Rusa. La población, la superficie y los límites. Las islas y los archipiélagos. El relieve. El sistema hídrico. El río Don. Los lagos. El Mar Caspio. La rusificación. La economía agrícola-ganadera. Las riquezas forestales. La fauna de Siberia. La pesca. La riqueza del subsuelo. George Bush y la intervención norteamericana (Panamá y Granada). La invasión militar de Irak a Kuwait y la guerra del Golfo, Los cambios por la finalización de la Guerra Fría. La economía petrolera de la Argentina.
Capítulo 8.
Israel, los países del Islam y la descolonización europea en el siglo XX.
La creación del Estado de Israel en Palestina. La partición de Palestina. La superficie de Israel. La guerra por la división de Palestina. La composición poblacional de Israel. La ciudadanía israelí. La economía israelí. Las obras para el riego. La educación, el ejército y la religión. Las empresas petroleras. La inestabilidad política y las rivalidades ideológicas. La importación del petróleo en U.S.A. La Guerra de los seis días. La guerra de Yom Kippur. Las amenazas de la O.P.E.P. a los aliados de Israel. La revolución islámica iraní. El capitalismo y la economía socialista. La militancia islámica y la uniformidad religiosa. Las sectas musulmanas. La influencia cultural europea en África del Norte. El anticolonialismo y la independencia. La falta de solidaridad de las potencias coloniales. La descolonización francesa con De Gaulle. Nigeria. Nyerere y su totalitarismo en Tanzania. El Congo. Joseph Mobutu en Zaire. Bokassa y la República Central Africana (Centroafricana). El régimen racista de Idi Amín en Uganda.
ESTA ES UNA PUBLICACIÓN PRIVADA Y GRATUITA. NO ES OFICIALISTA. EL HISTORIADOR ESTEBAN ALBERTO GONZÁLEZ SOLICITA AYUDA MONETARIA PARA SU ENSEÑANZA. DOCUMENTO NACIONAL DE IDENTIDAD Nº 13.686.812. DOMICILIO: PASAJE MADAME COULIER Nº 1375, CIUDAD DE FORMOSA, PROVINCIA DE FORMOSA, ARGENTINA. CÓDIGO POSTAL: 3600. TELÉFONO: 3704433134. CORREOS ELECTRÓNICOS:
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Capítulo 1.
La revolución comunista rusa y la caída del gobierno del Zar Nicolás II.
El devenir histórico de la revolución bolchevique.
Desde 1879, la revolución rusa contra el gobierno del Zar Nicolás II era una posibilidad; entre 1905 y 1906, este fermento revolucionario aumentó para el zarismo; en 1915, la revolución era previsible; en 1917, la revolución bolchevique se concretó. (HOBSBAWM, 1997, p 64). La desaparición del liberalismo en la sexta para de la humanidad, por la revolución socialista rusa, cambió los principios de la sociedad de Occidente en los países comunistas y aumentó los conflictos ideológicos en los países capitalistas, argumentó H. Laski. (CROUZET. 1981, T. VII, p 230).
La economía del zarismo y los revolucionarios socialistas.
Rusia era un país con una economía casi feudal, agraria y atrasada; su proletariado industrial no era muy numeroso, pero favoreció a las ideas revolucionarias. La doctrina de Karl Marx (1818-1883) se enseñó en Rusia desde 1870. Una figura importante del marxismo ruso era V. Plejánov (1856-1918); él fundó el Grupo por la emancipación del trabajo y se exilió porque fue perseguido por el gobierno zarista.
En 1895, la primera de las sociedades socialistas inició sus actividades en San Petersburgo. En 1893, un grupo de estas sociedades fundó la Unión en la lucha por la emancipación de la clase de los trabajadores. Al comienzo del siglo XX, el Partido se dividió en dos grupos: el primero era el de los bolcheviques, liderado por Vladimir Ilich Ulianov (o Lenin, 1870-1924); el segundo estuvo integrado por los mencheviques y sus líderes eran Z. J. Martov y Plejánov.
La burguesía liberal fue muy poderosa en los países industriales del oeste europeo; el proletariado industrial y los campesinos propietarios eran más abundantes. No obstante, la revolución socialista triunfó en Rusia; el socialismo ruso, para Karl Marx, fue el detonante para otras revoluciones proletarias en los estados industriales y capitalistas. El progreso del capitalismo estatal en Rusia fue importante, pero su burguesía local no era tan fuerte ni independiente, por dos causas: los capitales económicos extranjeros y la importancia del rol del Estado. La economía estatal era dueña de varias riquezas: el petróleo, las minas de carbón y de oro, muchas industrias y los ferrocarriles. El gobierno zarista otorgó los subsidios, los créditos a través de sus bancos, cobró las tarifas de sus aduanas y permitió las concesiones. La industria privada rusa tenía una dependencia extremadamente alta con respecto al poder estatal. El capitalismo estatal tuvo éxito en la Rusia Imperial.
La filosofía de Karl Marx.
La filosofía de Hegel y el materialismo científico confluyeron en la doctrina de Karl Marx. Con Hegel finalizó el idealismo alemán, que siguió a Kant y prevaleció en los primeros cincuentas años del siglo XIX. El materialismo científico o cientificista estuvo representado en la Alemania del Siglo XIX por estos personajes: J. Moleschott (1822-1893), L. Büchner (1824-1899) y K. Vogt (1817-1895); esta filosofía era la herencia materialista del siglo XVIII: La Mettrie, Holbach, etc.
De la filosofía de Hegel derivaron dos tendencias: la derecha siguió la dirección de Hegel y la izquierda hegeliana fue revolucionaria. La filosofía de Karl Marx procedió de la izquierda hegeliana de Ludwig Feuerbach (1804-1872). Con Feuerbach, la dialéctica espiritualista hegeliana se convirtió en materialista; la materia y no el espíritu era la realidad en permanente desarrollo.
Pero el materialismo dialéctico era “simple materia” y no explicó la conciencia. El materialismo histórico quiso explicar la evolución histórica. Para Karl Marx, la historia era forjada por el fundamento material:
- La situación económica objetiva,
- La estructura de la “forma de economía”.
- La relación entre la producción y el consumo.
- La relación entre la fuerza laboral y los medios de producción.
Desde el materialismo histórico se afirmó que la situación social era la respuesta a la estructura económica. El orden jurídico, el orden político y el montaje ideológico estuvieron condicionados por la situación social. La filosofía, la moral y la religión eran del montaje ideológico, expresado por Karl Marx, para mantener los privilegios de “la clase dominante”. Las fuerzas productivas eran: los instrumentos de la producción, los trabajadores, las experiencias de ellos, etc. Las relaciones de producción incluyeron a todas las disposiciones de la legalidad con respecto a los bienes económicos. Los instrumentos productivos y las relaciones de la producción siempre cambiaron, por los cambios en la producción; el molino de viento permitió prevalecer a los señores feudales en la sociedad; y el molino de vapor hizo posible el capitalismo industrial en la sociedad. En el devenir histórico, desde la comunidad más primitiva hasta la actualidad capitalista, después de pasar por la esclavitud y el feudalismo, se evidenció el paralelismo entre las relaciones económicas y las fuerzas. El hombre, las relaciones entre los humanos y la superestructuras estuvieron condicionadas por ambas; el ser humano, los pensamientos de él y sus sentimientos se dirigieron a satisfacer sus necesidades económicas; las relaciones entre los hombres incluyeron: al amo y al esclavo, al señor y al siervo, al capitalista y al proletariado, etcétera; las ideologías (moral, religión ciencia y filosofía) y la organización jurídica y política estuvieron en la superestructura (TORCHIA ESTRADA, 1960).
Las causas del estallido revolucionario.
La pérdida del botín de la guerra y los conflictos sociales. El absolutismo ruso intentó mejorar su economía estatal con la guerra. Nicolás II quiso una guerra chica y victoriosa contra el Japón, entre 1904 y 1905, para aumentar el prestigio de su gobierno contra el socialismo revolucionario ruso, pero fracasó. Para Lenin la guerra siempre tuvo un papel revolucionario en historia de los pueblos. En 1905 los campesinos se sublevaron, los proletarios urbanos hicieron huelgas y las peleas eran abundantes en Moscú; y el 23 se conoció la matanza del domingo sangriento en Rusia (ocurrió el 22 de enero, el 9 de enero para el calendario juliano de Rusia). Se amotinaron los marinos del (acorazado) Príncipe Potemkin y otros militares no obedecieron al gobierno ruso. Para Nicolás II, la monarquía constitucional era la salida política de esta crisis, pero después él reprimió porque consiguió el financiamiento francés.
Los soviets. Trotzki y otros revolucionarios organizaron los soviets en San Petersburgo; ellos trabajaron para lograr un gobierno socialista, pero Lenin advirtió sobre un posible fracaso. La Duma y la reforma agraria del zarismo no bastaron para disminuir los antagonismos (CROUZET. 1981. T. VII, pp 230 a 234 ).
El imperio ruso y las nacionalidades. El absolutismo del gobernante ruso se favoreció con la influencia de la iglesia ortodoxa. Este monarca aplicó su política hegemónica y centralista, apoyada por su poder militar, para lograr la rusificación de las otras naciones de su gran imperio. Pero había mucha oposición y se crearon partidos políticos nacionalistas. Los antagonismos políticos, sociales y económicas aumentaron. La guerra tribal en las estepas, enfrentaron a los pueblos nómades contra el gobierno central entre los años 1905 y 1906; la represión rusa fue brutal porque masacraron y deportaron a los vencidos. En junio de 1916, el Congreso de las Nacionalidades reunió a los representantes de los diversos pueblo en Lausanne; en este lugar, un miembro de la delegación de Bujara incluyó a toda esta región en su petición de independencia, para establecer la soberanía del Turkestán (HAMBLY. 1971, p 226).
Los enfrentamientos por las desigualdades económicas. Las riquezas concentradas en poder del Estado y la corrupción de los funcionarios públicos aumentaron esta crisis rusa; los proletarios industriales tenían salarios miserables y los campesinos no poseían tierras. La falta del progreso de la empresa privada y la arrogancia de una administración zarista arcaica eran las quejas de la burguesía rusa.
El bolchevique Lenin. Vladimir Ilich Ulianov (Lenin) nació en 1870 y murió en 1924, era un intelectual marxista muy influido por Engel y un revolucionario dispuesto a concretar un gobierno comunista en Rusia. Lenin era filósofo ruso, muy importante para el materialismo dialéctico; en su obra: Materialismo y empiriocriticismo, publicada en 1909, Lenin escribió sobre su teoría del conocimiento realista y racionalista. La concepción filosófica de este revolucionario era partidista; además del determinismo económico, proveniente de Marx, Lenin acentuó la importancia de la voluntad humana al explicar el proceso de desarrollo social (TORCHIA ESTRADA, 1960). Los alemanes ayudaron a Lenin en su traslado a Rusia, desde Suiza, para atravesar el suelo de Alemania y dirigir su revolución contra el Zar Nicolás II (FLORIA Y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 2, 261). El nacimiento de Lenin ocurrió en Simbirsk. Su padre fue un inspector de las escuelas de la educación primaria. Alexander, su hermano mayor, fue ahorcado por intentar asesinar al zar, con una bomba casera. Lenin fue expulsado de la Universidad de Kazán, por sus “actividades revolucionarias”. Se pasó al marxismo, después de este hecho estudiantil. Recibió una sentencia de 3 años y fue desterrado a Siberia, por importar libros “sediciosos”, en una maleta de doble fondo. Lenin se casó con la revolucionaria Nadezhda Krúpskaya. Él era de una familia cristiana, pero no aceptó esta religión. Lenin no se preocupó por los sacerdotes corruptos, porque no gozaron de una gran influencia cultural en la sociedad rusa, sino por los santos cristianos (JOHNSON.2000, pp 72 y 73).
Las consecuencias sociales de la Primera Guerra Mundial. Esta gran guerra enfrentó a las nacionalidades e incrementó los odios entre las clases sociales. Los gobiernos de los países involucrados buscaron aliados contra sus enemigos. Las promesas falsas del manifiesto del gran duque Nicolás enojaron a los polacos, enemigos de los austríacos y alemanes. Los finlandeses y los habitantes del Báltico fueron germanófilos y simpatizaron con la revolución. La falta de la organización económica, los sufrimientos del pueblo y la pérdida de la guerra enfrentaron a estos grupos sociales: los agricultores con los propietarios, los obreros con los burgueses y los soldados con los oficiales del ejército.
La Duma y el gobierno provisional burgués.
Rusia afrontó tres crisis graves para la supervivencia del gobierno zarista. La primera de estas crisis era la posibilidad de la derrota militar ante Alemania, durante la Primera Guerra Mundial; perder esta guerra significó, para la monarquía rusa, su ruina económica y no solamente por la pérdida del botín de guerra, sino por la fragmentación del imperio ruso, debido a la invasión militar de su enemigo. La segunda crisis era aún más difícil para el gobierno de Nicolás II, porque necesitó tener éxito en la represión de la revolución social. La sociedad rusa se dividió, harta de sufrir las calamidades de esta gran guerra mundial; los habitantes rusos más pobres carecieron de sus comidas. El gobierno exigió aumentar la producción agrícola al campesinado ruso, pero no alcanzó para alimentar al ejército ni a los obreros de las fábricas de armamentos. La única alternativa para las autoridades era comprar alimentos en grandes cantidades, pero los precios se elevaron y se incrementaron las revueltas agrarias. Hasta el mes de diciembre de 1916, la cantidad de los levantamientos campesinos era de 557.
Los odios aumentaron en esta sociedad clasista; los obreros se quejaron de la explotación económica capitalista; y durante las manifestaciones revolucionarias, los soldados no obedecieron las órdenes de los oficiales y no reprimieron a los manifestantes. Muchos de los soldados provinieron de las familias campesinas; ellos y los campesinos sufrieron la guerra y la crisis económica; las ideas revolucionarias se propagaron desde las ciudades hacia los campos, a través de los parientes de las familias residentes en ambos lugares. También los campesinos pobres quisieron la reforma agraria para convertirse en propietarios, pero el reparto de las tierras era inaceptable para los privilegiados del régimen monárquico. La caída de la monarquía, las huidas de varios terratenientes y el triunfo de la revolución socialista permitieron que las propiedades rurales estuvieran disponibles para los campesinos sin tierras. El tercer gran conflicto era con las nacionalidades, con la pérdida de poder político del gobierno central.
El gobierno del Zar fue abandonado por las autoridades, excepto por una parte de la policía. Todos se amotinaron; los obreros y soldados favorecieron la caída del régimen y terminaron formando los soviets, una asamblea popular tradicional y proveniente del campo, desde la época monárquica; en 1905, ya lo hicieron con sus diputados de los obreros y de los soldados. La monarquía zarista no pudo mantenerse, pero los nobles y los burgueses liberales la defendieron para hacer obedecer a los militares y solucionar los conflictos sociales más difíciles, enemigos de sus intereses creados.
La monarquía rusa fue derribada en marzo de 1917 y dos bandos quisieron gobernar Rusia. El primero era el bando contrario al gobierno provisional burgués: el Soviet (consejo popular), con los obreros y los soldados revolucionarios como diputados. El Soviet contó con un Comité Ejecutivo, integrado por un revolucionario del socialismo: Kerensky y un menchevique. El ministro del Interior: el príncipe Lov presidió la Duma y ésta creó el gobierno provisional.
Con la burguesía casi sin poder político, el gobierno ruso se caracterizó por su dualidad. Los soviets aumentaron su cantidad y estuvieron presentes hasta en los pueblos muy pequeños. El Soviet (la asamblea popular) era cada vez más activo y dinámico; su influencia política creció en Rusia.
Los socialistas lograron más poder político cuando aparecieron nuevos consejos populares o soviets en los territorios rusos. Los liberales eran los aliados de la nobleza. El gobierno provisional burgués aplicó políticas reformistas, copiadas del modelo occidental: la separación Estado e Iglesia ortodoxa, el sufragio universal para elegir los consejos administrativos locales, la administración de la justicia a través de los jurados y la jornada laboral de 8 horas. Se mantuvo la concepción de la unidad de este país: Rusia era una e indivisible, aunque se reconoció la independencia de Polonia. Pero este gobierno burgués no realizó la reforma agraria, impulsada por los bolcheviques y esperada por los campesinos revolucionarios.
El fracaso del gobierno provisional burgués. La revolución de octubre y el triunfo de los bolcheviques.
El programa político de los bolcheviques fue revolucionario y popular: terminar con la guerra y restablecer la paz, asegurar la libertad para las nacionalidades y expropiar las tierras a los terratenientes.
Los bolcheviques tuvieron sus locales partidarios en las ciudades más grandes de Rusia. Este partido obrero logró mucha influencia política en dos ciudades: Petrogrado y Moscú. También contó entre sus partidarios a los militares del ejército ruso, especialmente a los soldados del campesinado. Cuando un general monárquico intentó un golpe de Estado para derrocar al gobierno provisional burgués, la derecha política acudió a los bolcheviques para sofocar este levantamiento militar y gobernar a Rusia.
El ejército alemán era una amenaza para Rusia y su gobierno burgués. Los militares alemanes ocuparon el límite fronterizo septentrional de Estonia, ubicada a muy poca distancia de Petrogrado, la capital política de Rusia. Esta última ciudad era San Petersburgo, en la época monárquica; después de la muerte de Lenin se denominó Leningrado. (CROUZET. 1981. T. VII, pp 232 y 233).
Para Lenin, líder del partido revolucionario bolchevique, era el momento adecuado para realizar su golpe de Estado en Rusia. Los liberales carecieron de suficiente fuerza política para impedir la anarquía en Rusia, dijo Lenin, mientras era posible el gobierno del partido bolchevique en este país. Otro argumento de este líder comunista fue la pérdida de la soberanía por la posibilidad de la rendición de la derecha gubernamental rusa, ante el ejército alemán del Káiser Guillermo II. (HOBSBAWM. 1997, p 65).
Petrogrado y el Instituto Smolny recibieron a los cosacos, perteneciente al ejército de Krasnoff (Krasnov). Los cosacos vieron al ejército comunista y comprendieron que no era posible vencerlos con un millar de la caballería de los cosacos. Ellos negociaron para volver a sus tierras del Don o estar en el frente. Krasnoff (Krasnov) y los cosacos se retiraron hacia Gatchina. Los oficiales del ejército enemigo de los bolcheviques cayeron presos de los cosacos. El Palacio de Gatchina fue ocupado por los militares bolcheviques. En una de las salas de este palacio estuvieron los oficiales de Krasnoff (Krasnov). Kerensky se escapó antes, para dirigirse al Palacio de Invierno. Krasnoff (Krasnov). Esta fuga de Kerensky fue escrita por Krasnov el 14 de noviembre de 1917. A través de este documento se conoció que el general Krasnov fue llamado por el comandante Kerensky, jefe del ejército antibolchevique, porque se quejó del descontento de los militares cosacos y su amenaza de arrestar a Kerensky (TROTSKI. 1973, pp 120 y 121).
En octubre de 1917, los bolcheviques derrocaron al gobierno provisional burgués; Kerensky perdió su prestigio ante la población y cayó sin la resistencia de sus partidarios.
El gobierno de Lenin.
Después de la revolución de octubre, Lenin y sus partidarios bolcheviques necesitaron tener un gobierno central. Pero la oposición política reaccionó e intentó constituir una nueva fuerza social contra el gobierno bolchevique, porque no deseó perder sus privilegios. En este grupo opositor estuvieron: los políticos de la derecha burguesa y partidarios del gobierno provisional derrocado, varios socialistas y los militares más recelosos de los nuevos intereses del Estado. Estos militares eran los oficiales formados durante la monarquía rusa y los cadetes, con una educación similar; ellos eran privilegiados y muy diferentes a los soldados del campesinado pobre que quisieron la reforma agraria de los bolcheviques, para acceder a la propiedad rural. Los comités políticos de las ciudades más importantes de Rusia no reconocieron al gobierno central bolchevique; tampoco obedeció el Comité de la Salvación de la Patria y la Revolución, creado por el Consejo Municipal de dicha ciudad, con sede en Petrogrado, la capital política de Rusia.
El gobierno de Lenin aplicó sus nuevas políticas gubernamentales y centralistas; entregó nuevamente las tierras a los campesinos pobres, aliados de la revolución bolchevique; además, negoció con Alemania la salida de Rusia de la Primera guerra mundial. En 1918 se conoció la proclama del comisario de todas las nacionalidades: Stalin; esta “Declaración de los pueblos de Rusia” era una política aceptada por los pueblos de Rusia y convocó a la alianza con los pueblos islámicos rusos y orientales. Los soviets de obreros y de campesinos se fusionaron. La asamblea constituyente, formada en noviembre y con posterioridad a la aprobación de la ley agraria, fue disuelta por el gobierno bolchevique. Los militantes comunistas cubrieron los puestos gubernamentales y trabaron cualquier intento de volver al régimen político anterior.
Finalmente, el V Congreso General de los Soviets se reunió en 1918 para aprobar una nueva constitución y reglamentar con los procedimientos del gobierno bolchevique, aplicados desde meses atrás. Esta constitución eran prohibió votar a sus enemigos ideológicos: los nobles, los patronos, los religiosos y los políticos opositores. La representación política de la ciudad y el campo se hizo de una manera desigual: un representante cada 25.000 habitantes de la urbe y uno para 125.000 del ámbito rural. El poder político era constituido en forma de una pirámide, con los soviets superpuestos de los pueblos o de las ciudades; sus directivos eran elegidos a través del sufragio directo; en la cumbre estuvo el Comité Nacional Ejecutivo, elegido por el Congreso pan ruso de los Soviets. Durante el intervalo de sus sesiones, fueron delegados todos los poderes a este comité, para designar al Consejo de comisarios del pueblo, cuya función gubernamental era el poder ejecutivo. (CROUZET. 1981. T VII, pp 232 y 233).
La Cheka.
El comité Revolucionario del soviet de Petrogrado fue la fuerza armada de los bolcheviques, con anterioridad a los sucesos del 25 y 26 de octubre. Dicho comité fue convertido en un subcomité, subordinado al ejecutivo del gobierno central, para controlar la seguridad ante los contrarrevolucionarios e impedir los sabotajes ni tener problemas con los suministros, las cargas, etc. Este organismo de seguridad fue creado el 12 de noviembre de 1917, por un decreto del Sovnarkom. El polaco Félix Dzerzhinski fue el jefe de una sección especial, encargada de vigilar a los sospechosos. El comité militar se disolvió el 7 de noviembre de 1917, a través de un decreto del Sovnarkom (Consejo de Comisarios del Pueblo), pero Dzerzhinski siguió con su sección, convertida en la Comisión Extraordinaria Rusa (Cheka), responsable de eliminar a los contrarrevolucionarios y no permitir ningún sabotaje. Esta organización se conoció oficialmente más de una década después, cuando se publicó el de decreto de la creación de la Checa en el periódico Pravda del 18 de diciembre de 1927. La Cheka contó con un comité, integrado por 8 miembros y dirigido por Dzerzhinski; los cuadros, el cuerpo de los inspectores y los agentes fueron de esta organización de seguridad. Muchos de sus miembros eran polacos o letones. Se destacaron M. Y. Latsi, Peter y Kedrov.
La Cheka aumentó su poder, entre diciembre de 1917 y enero de del año siguiente, para crear un servicio de inteligencia nacional. Exigió que los soviets dieran informaciones sobre los contrarrevolucionarios. Otra exigencia de la Cheka fue la creación de un comité de seguridad para cada soviet, destinado a transmitir la información a sus agentes profesionales. La Ojrana fue la policía política secret del zar y contó con 15 mil miembros, pero la Cheka utilizó a 250 mil agentes. La Ojrana arrestó a los sospechosos, para entregarlos a los tribunales. Los tribunales especiales fueron controlados por la Cheka, para condenar a los detenidos. La Ojrana eliminó a 17 humanos en un año, por todos los delitos. La Cheka ejecutó, cada mes, a mil acusados por delitos políticos, entre 1918 y el año posterior. La Cheka asesinó a 6 mil individuos en el segundo semestre de 1918; al año siguiente, las víctimas totalizaron 10 mil; en 1920, las sentencias de muerte alcanzaron a 50 mil.
Los primeros campos de concentración, dedicados a los trabajos forzados, fueron administrados por la Cheka, por un decreto del Sovnarkom, para castigar a los burgueses. Con posterioridad, los alrededores de las ciudades y el ámbito rural sirvieron para construir los campamentos de trabajos forzados. Estas prisiones se convirtieron en el centro del enorme archipiélago de Gulag.
El gobierno de Petrogrado fue trasladado a Moscú, por la seguridad de Lenin. El Sovnarkom quedó protegido por las murallas del Kremlin. Dzerzhinski organizó su propia estructura para servir a Lenin, con independencia del Sovnarkom. Una prisión fue construida frente a la plaza Lubyanka, en un edificio que perteneció a una compañía de seguro. Un poco antes del inicio de la guerra civil, en enero de 1918, Lenin quiso fusilar a los individuos ociosos. Posteriormente, esta orden fue extendida a otros enemigos de su gobierno: los burgueses, las prostitutas, los especuladores, los estafadores, etc. Todas las categorías y las clases de la sociedad fueron incluidas en la culpa colectiva de la purga política leninista. El decreto de enero de 1928, dictado por Lenin, ordenó la eliminación de todos “los insectos dañinos” para Rusia; esta orden era un invitación para la criminalidad masiva (JOHNSON. 2000, pp 92, 93, 94 95 y 96).
Las nacionalidades y la designación de Stalin en la Comisaría de Asuntos Nacionales.
Joseph Stalin fue designado comisario, por Lenin, en el Comisariato del Pueblo de las Nacionalidades (Narkomnats) . Era un burócrata capaz de soportar las tareas más tediosas, elegido para dirigir la maquinaria partidista o el Estado.
Rusia se quedó sin Finlandia, Polonia y los Estados bálticos, porque se convirtieron en repúblicas burguesas. Ucrania fue obligada a integrar la Unión Soviética, con la aceptación de la autodeterminación proletaria, entre 1921 y 1922, porque era necesaria para la producción alimenticia; el ejército Rojo controló este país en 1920. El Cáucaso y el Asia rusa conocieron de esta técnica, aplicada por Stalin. La autodeterminación burguesa en los países de la Unión Soviética era rechazada por la lucha socialista, porque la autodeterminación proletaria era el derecho de los trabajadores. Era imprescindible gobernar, en estas naciones, con los soviets y otros organismos del proletariado. Stalin instaló sus funcionarios partidarios en las nacionalidades, para seguir la tradición de la rusificación, favorecer la cohesión y la unidad de las Nacionalidades en la Unión Soviéticas, concretada en 1920 con el “centralismo democrático”. Lenin y Stalin reconstruyeron el imperio zarista; después Stalin lo amplió. El concepto de Lenin era la “la unión voluntaria”, utilizada para su propaganda (JOHNSON. 2000, PP 103, 104, 105 Y 111). La fusión era libre y voluntaria, por el principio de “la libre disposición de los pueblos”. El socialismo era posible con un estado centralizado, para detener el separatismo causado por la revolución. El comisario de las Nacionalidades Stalin dijo, en 1921, que el acercamiento de los países subdesarrollados era necesario para dejar el atraso (cultural, económico y político). Apenas finalizó la revolución de octubre, el Consejo de Comisarios del Pueblo reconoció, a través de la Carta de las Naciones de Rusia, el derecho de cada nación de la Unión Soviética para ejercer su propia decisión política; este documento político incluyó: la secesión y la terminación de los privilegios que diferenciaron a las naciones, además del “principio del libre desarrollo” de las minoría étnicas y nacionales. Rusia prometió respetar las costumbres y las creencias de los pueblos del Islam, en esta propaganda. Los cosacos fueron despojados de sus colonias; las repúblicas Checheno-Inguche (Checheno-Inguchétia) y Kazajistán, en las regiones Semiretchie y Oremburg (Oremburgo), se liberaron de los cosacos. La lengua nativa fue oficial en las repúblicas autónomas. Moscú, Ashkhabad, Bakú y Tashkent contaron con la Universidad de Trabajadores de Oriente (CROUZET. 1981. T.VII, p 281).
La Constitución de la URSS en 1924.
El primer Congreso Panruso de los Soviets fue realizado el 10 de enero de 1923. Una Comisión integrada por 25 miembros; Rusia y las repúblicas de Transcaucasia tuvieron tres representantes; 5 fueron enviados por Ucrania y otros 5 representaron a las repúblicas autónomas. Un funcionario del oficialismo bolchevique ruso fue destinado en cada uno de los grupos, para obedecer las órdenes partidarias. La elaboración de esta constitución se hizo en Moscú. Esta constitución federal estableció la legalidad, pero el gobierno soviético fue una autocracia centralizada, en la práctica (JOHNSON. 2000, p 105). Varias repúblicas: Rusia Blanca, Ucrania y la república Federal de Transcaucasia (Georgia, Armenia y Azerbaiyán) integraron, con la república de Rusia, la Unión Soviética en 1922. Turkmenistán y Uzbekistán ingresaron en 1924. Tagirikistán (Tayikistán) se unió en 1929. Las repúblicas federales eran 11 en 1936, porque se unieron Kirguizistán (Kirguistán o Kirguizistán o Kirguisia) y Kazaquistán (Kazajistán), además de las tres repúblicas de la federación de Transcaucasia que fue disuelta. También se integraron a la URSS: 22 repúblicas autónomas, 9 regiones autónomas y 12 distritos nacionales /CROUZET. 1981. T. VII, pp 281 y 282).
La guerra civil.
La coalición militar contra Rusia.
La alianza militar contra los comunistas soviéticos.
Los comisarios soviéticos enfrentaron a dos realidades difíciles para la supervivencia del gobierno comunista ruso. La primera era la guerra civil, en un país con una economía arruinada; la oposición de sus enemigos: los dirigentes y otros privilegiados, anteriores a la revolución bolchevique; y el sistema gubernamental desorganizado, con graves problemas administrativos. La segunda era la guerra contra los extranjeros anti-soviéticos, una coalición militar destinada derribar al gobierno leninista.
Las Consecuencias territoriales del Tratado de Brest-Litovsk. 18 Enero 2008 (UTC). Del Departamento de Historia de la Academia Militar de los EE. UU. West Point.
La decisión política de no participar más en la Primera Guerra Mundial, por parte de los rusos, favoreció a sus enemigos extranjeros. Después de la paz Brest-Litovsk, Rusia perdió sus tierras más ricas con muchos habitantes. Los alemanes ocuparon Ucrania, el granero de la Unión Soviética. El separatismo político del gobierno de Skoropadsk fue apoyado por Alemania. Las tropas anti bolcheviques, invadieron Finlandia para aportar soldados al general Mannercheim y derribar al gobierno bolchevique de dicho lugar. También enviaron tropas para sostener al gobierno menchevique en Georgia. Los turcos ocuparon los Cáucasos y Bakú, conquistaron Azerbaiyián (Azerbaiyán) y realizaron propagandas panturiana en dos estados políticos: Crimea y Turquestán.
Las mejores tierras rusas, las minerías y las industrias petrolíferas fueron cercenadas al nuevo estado comunista, heredero del ex imperio del Zar, por los imperios centrales; eran las tierras extendidas desde Finlandia hasta el Caspio. Por el abandono de la guerra por Rusia, sus aliados de gran guerra consideraron traición a la paz de Brest-Litovsk e intentaron involucrar a los rusos, nuevamente, en la guerra para crear un nuevo frente en el este. Además, estos ex aliados quisieron terminar con las propagandas bolcheviques en el extranjero, el reconocimiento de las deudas económicas contraídas por el gobierno del Zar y el respeto de las propiedades extranjeras.
La política intervencionista se inició y fue una guerra directa para derrocar al gobierno bolchevique, después de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. El intervencionismo consistió en el desembarco de las tropas en Rusia y el apoyo militar, con el envío de las misiones militares, armas, municiones y el dinero para los rusos blancos: los conservadores, los mencheviques y los socialistas revolucionarios; esta ayuda extranjera involucró a otros aliados: los partidarios del gobierno zarista, el régimen parlamentario y liberal, los defensores de las nacionalidades y los opuestos a la independencia comunista. Todos ellos desearon mantener la unidad de Rusia.
En el Caspio, los británicos armaron un gobierno menchevique, socialista y revolucionarios, para gobernar Ashkabad y tomaron Merv. Otros desembarcos de tropas se realizaron en el norte: Murmansk y Arkangel; el objetivo era equilibrar las tropas alemanas ubicadas en Finlandia. Los japoneses desembarcaron en Vladivostok para recoger a dos grupos: los prisioneros de guerra y los desertores, integrantes de las tropas checoslovacas, para su próximo destino que era combatir en Francia.
Los gobiernos enemigos de los bolcheviques.
La intervención militar anti bolchevique, por parte de los aliados extranjeros, fue complementada con la ayuda a los gobiernos opositores a los soviéticos, organizados en el interior, especialmente en las provincias periféricas. Los vendeés lograron quitarles territorios al gobierno de Moscú. En julio ocurrió la sublevación de kov en Yavoslav; el ejército anti bolchevique se organizó en el territorio de los cosacos del Don, con Kornilof como jefe y después con Alexeiev. En Arkangel se estableció un gobierno blanco. Samara y Kazan fueron ocupadas por las tropas checoslovacas que interrumpieron su retirada. En Omosk se instaló un gobierno socialista revolucionario en septiembre.
Después del armisticio del 11 de noviembre, los aliados anti bolcheviques intervinieron más directamente: los soldados franceses desembarcaron en Odessa y las tropas de franceses, griegos y polacos ocuparon una zona costera del Mar Negro de 150 km de ancho, en diciembre de 1918.
El gobierno de Omsk fue derrocado por los oficiales de Siberia y el almirante Koltchak se proclamó jefe supremo de Rusia. La guerra contra los bolcheviques se unificó con la jefatura de Denikin, sucesor de Alexeiev; Debikin al mando de las tropas de Kuban, reconoció el gobierno de Koltchak. Clemenceau escribió sobre la estrategia anti bolchevique y el plan consistente en realizar un cerco económico contra los bolcheviques y organizar el orden utilizando a los rusos. Siguiendo dicho plan, el almirante Koltchak, asesorado por los generales: Knox y Janin, empujó a los bolcheviques hasta el Volga. Pskov fue ocupado por un ejército equipado por los ingleses y liderado por el general Yudénitch, quien llegó cerca de Petrogrado (actual San Petersburgo, Rusia). La caballería de Denikin se dirigió hacia Moscú, pero éste fue derrotado por la caballería roja al finalizar 1919. Los cosacos abandonaron a Denikin y los estonianos a Yudénitch, en 1920. Desde entonces, la retirada fue total; el ejército de Koltchk se retiró a Siberia y su líder fue fusilado en febrero. Wrangel sustituyó a Denikin y sus militares fueron enviados a Crimea, pero en noviembre abandonó dicho lugar. Kiev, en Ucrania, cayó bajo el ejército polaco en mayo, pero su éxito militar no duró y este ejército fue perseguido. Polonia terminó siendo invadida; una contraofensiva defendió Varsovia y se hicieron los preliminares de la paz de Riga, en octubre.
La guerra civil e internacional terminó en 1920, con los ejércitos blancos eliminados. Georgia, reconocido por jure en la alianza anti-bolchevique, cayó en 1921. Los norteamericanos y los británicos exigieron que los japoneses se fueran de la Provincia Marítima. Los blancos de la República de Extremo Oriente terminaron derribados y la unidad rusa recuperó dicho territorio.
La intervención fracasada.
Las causas. La victoria bolchevique sucedió por varias causas:
- Los objetivos bélicos aliados no siempre coincidieron y eran, mayormente, contradictorios.
- El presidente norteamericano Wilson se negó a la pérdida de la unidad rusa.
- Los motines y las deserciones en el bando aliado no permitieron proseguir la guerra anti bolchevique.
- Tanto en Francia como en Inglaterra, los obreros eran contrarios a la política intervencionista en Rusia. La C. G. T. protestó y lo mismo hizo el partido socialista francés. En las ciudades inglesas ocurrieron algaradas y huelgas. El partido laborista exigió dejar tranquila a Rusia.
- Los problemas en Finlandia, India y la revolución en Hungría, exigieron enviar a los militares. La Rusia bolchevique se favoreció con estas urgencias militares. En Alemania, los disturbios y la política del gobierno alemán de firmar la paz por separado, con su par ruso, preocuparon a los intervencionistas en Rusia.
- La intervención necesitó a 400.000 soldados, pero era una cantidad demasiado exigente. A esta realidad militar favorable a la independencia rusa, se agregó el objetivo de los partidarios de la reconstrucción de Europa; los hombres de negocios británicos quisieron incluir a Rusia en sus planes. La intervención fue desaconsejada o atenuada, con el objetivo de establecer relaciones comerciales con todos los países. El Cáucaso y Odessa fueron abandonados, por esta política de no intervenir directamente; pero se estableció un cordón sanitario, para impedir la expansión comunista rusa.
La contrarrevolución derrotada.
Los anti-bolcheviques ya carente de una fuerza militar importante estaban divididos en dos grupos: la izquierda y la derecha. La primera, integrada por los mencheviques y socialistas revolucionarios, era la más importante fuerza popular, pero su objetivo de lograr una reforma agraria dependía de la votación de una Asamblea Constituyente. La segunda tampoco era tan coherente ideológicamente ni estaban muy unidos y los liberales eran pocos; constituyeron su fuerza: las gentes de la derecha y la extrema derecha, los funcionarios de altas jerarquías, los grandes propietarios y los oficiales, especialmente de ideología monárquica que establecieron gobierno dictatoriales en los lugares ocupados por ellos. Cuando volvieron al poder político las antiguas clases dirigentes, las fuerzas populares se pasaron al bolchevismo. Los terratenientes recuperaron sus propiedades y su autoridad sobre los campesinos; los obreros bolcheviques fueron vigilados y terminaron presos. Pero al carecer de una base popular, no lograron la movilización de muchas gentes. Además, ellos soportaron levantamientos de los campesinos exasperados. Los soviets y los grupos anárquicos se favorecieron con las guerrillas; en Ucrania, la retaguardia de los ejércitos de sus enemigos: Koltchak y Denikin fue atacada por los guerrilleros de Malhno.
Posteriormente, las nacionalidades también eran contrarias y se rebelaron con la política unitaria. Nikolái Nikoláyevich Yudénich o Yudénitch fue apoyado por estonianos, pero temerosos de la dominación rusa, hicieron fracasar la ofensiva anti bolchevique. Por el mismo temor, Krasnov y Denikin fueron abandonados por los cosacos (Don,Térek y Kubán). La población de Ucrania también era hostil con los anti bolcheviques y Petliura era más enemigo de ellos que de los bolcheviques. Las características negativas de los anti-bolcheviques los perjudicaron: su estado era muy corrupto y anti popular, sus jefes eran arrogantes y muy incapaces, la arbitrariedad y la falta de una buena administración no favorecieron la adhesión popular; para peor, los anti bolcheviques eran considerados agentes de las potencias extranjeras.
El general Brusílov se pasó a las filas bolcheviques, cuando los polacos invadieron Ucrania; y la población ucraniana defendió favorablemente la causa nacionalista ante los invasores polacos. Los anti-bolcheviques estaban más divididos que los comunistas. Los soviets aplicaron políticas federalistas y las nacionalidades se tranquilizaron; la política agraria causó la adhesión del campesinado. Los blancos significaron la vuelta de los terratenientes como propietarios de las tierras y el gobierno de la unidad blanca. El gobierno bolchevique representó, en su propaganda gubernamental, la defensa de Rusia ante los extranjeros. Esta moral rusa se reforzó con la creación del Ejército Rojo en 1918, integrado por los jóvenes obreros, los campesinos y los antiguos soldados; sus oficiales se originaron en las tropas y en el antiguo ejército. Estos soldados eran los desertores de la Primera Guerra Mundial, que abandonaron el frente y se negaron a luchar; a ellos se agregaron los campesinos dispuestos a luchar ante la vuelta del régimen político derechista. Totalizaron 350.000 soldados en octubre de 1918 y aumentaron a 1.500.000 en mayo del año siguiente. La cercanía de las tropas de Yudénitch a Petrogrado y las de Denikín en Orel movilizó a los obreros de las fábricas, quienes se armaron para la guerra. En Ucrania, el 90 % de los miembros del partido comunista se alistaron para enviarlos a la guerra contra los enemigos del bolchevismo. El Ejército Rojo era superior por sus efectivos; su posición central y la capacidad para maniobrar, con la utilización de sus transportes, favorecieron a los comunistas en esta guerra contra los blancos (monárquicos) y los extranjeros.
Las consecuencias de la guerra civil, con la intervención militar extranjera.
La escasa fuerza militar aliada intervencionista no fue suficiente para derrotar al bolchevismo; a esta realidad se sumó la incapacidad y la impotencia de los gobiernos blancos, creados artificialmente y auxiliados. El programa propuesto de la monarquía constitucional no alcanzó a vencer el temor ruso por la vuelta al régimen social anterior. Pero la intervención militar aliada prolongó la guerra civil. Los pobladores del país, especialmente de Siberia y de Ucrania, soportaron la opresión más extremista. Fueron abundantes los saqueos y las miserias; la represión muy violenta y sangrienta prolongó la guerra civil y el intervencionismo extranjero, durante 3 años. Se exiliaron los blancos vencidos: los aristócratas, los industriales, los oficiales, los comerciantes y los soldados que combatieron en los ejércitos de Koltchak y Wrangel; los representantes de las clases liberales, los socialistas revolucionarios y los intelectuales, en una cantidad de 2 millones, se fueron de Rusia. Los ucranianos y los georgianos se refugiaron en Manchuria. Bulgaria, Checoslovaquia, Yugoslavia, China, todo el Oriente, Francia y hasta América acogieron a los refugiados. Ellos se tuvieron que adaptar a las sociedades de los países que los recibieron y muchos soportaron las miserias económicas (CROUZET. 1981. T. VII, pp 234 a 238)
Los desacuerdos entre los aliados anti bolcheviques.
Al finalizar 1918 participaron 180 mil militares aliados en el suelo ruso: los franceses, los norteamericanos, los japoneses, los griegos, los italianos, los serbios y los checos; a esta fuerza militar se agregaron 300 mil rusos, enemigos de los bolcheviques, que contaron con las armas, el dinero y los consejos técnicos extranjeros.
Gran parte de la opinión pública de Occidente no creyeron en el expansionismo bolchevique, sino en una Rusia debilitada, impregnada de internacionalismo. El general Denikin (Antón Ivánovich Denikin).y el almirante Kolchak eran, para esta gente, el imperialismo del zarismo ruso. Los aliados se decepcionaron con el almirante Kolchak, porque no aceptó independizar Finlandia ni los Estados bálticos; tampoco quiso las elecciones de la democracia en Rusia. Denikin era contrario a los polacos; Ucrania, el Cáucaso y otros países chicos no fueron incluidos en ningún plan de libertad por este general, sino quiso restablecer el imperio del zar. Alrededor de 100 mil judíos fueron eliminados por su tropa, en 1919, porque culpó al judaísmo de la revolución bolchevique.
Los jefes militares antibolcheviques no coincidieron con los nacionalistas oprimidos. Denikin se dirigió a Moscú, después de la caída de Kiev, pero los militares aliados fueron evacuados del norte. Lenin aprovechó y envió su ejército al sur. Los militares del general Yudenich estuvieron a 40 kilómetros de Petrogrado, el 10 de octubre de 1919. Denikin estuvo en las cercanías de Tula (oeste de Moscú), en esta fecha. Siete días después, los cosacos se retiraron de la guerra civil rusa, los nacionalistas se alzaron en Ucrania y una “rebelión general” ocurrió en el Cáucaso. La causa blanca estuvo perdida a fines de este año (JOHNSON. 2000, pp 99, 101 y 102).
El comunismo de guerra del gobierno de Lenin. La transición económica hacia el socialismo.
Una década de la N.E.P. de Lenin, mezcla del capitalismo y el socialismo.
El campesinado ruso pobre era un aliado importante para el gobierno de Lenin, porque muchos de sus miembros lucharon contra los blancos de la derecha ideológica, para tener sus tierras. El 80 % de la población de este país perteneció al ámbito rural y este porcentaje tan alto lo convirtió en un aliado muy valioso para atraerlo hacia el socialismo. El proletariado industrial era el aliado tradicional de los marxistas europeos, pero en Rusia reunió a un número más insignificante de obreros.
Desde el inicio de su gobierno, Lenin necesitó de una década para la economía de transición hacia el socialismo. Mantener la alianza, sin conflictos graves, con los campesinos y destruir a los contrarrevolucionarios eran importantes para consolidar la economía comunista. Esta transición económica era necesaria para Lenin y sus primeras políticas gubernamentales no eran socialistas, sino se originaron en las ideas provenientes de una burguesía más radicalizada; el gobierno comunista no quiso expropiar las empresas privadas sino controlarlas. Los bancos, las empresas de seguros y los negocios monopólicos: el petróleo, la metalurgia, la hulla y el azúcar se nacionalizaron; los industriales y comerciantes fueron agrupados en los sindicatos y se crearon sociedades para el consumo. Lenin utilizó este tiempo para capacitar a sus dirigentes políticos, destinados a dirigir las empresas socialistas. Su gobierno aumentó las propagandas gubernamentales sobre la importancia de la revolución socialista para la economía del pueblo.
Para su administración gubernamental, Lenin utilizó a los técnicos burgueses y a otros funcionarios del anterior gobierno del Zar. El leninismo trabajó con los propietarios, por su importancia económica en dicha transición. La derecha política era muy contrarrevolucionaria y no favoreció a la economía comunista. Lenin adelantó sus políticas socialistas para transformar a la economía. Los contrarrevolucionarios dificultaron la aplicación del Código de Trabajo de 1918; el comunismo gubernamental exigió trabajar a todos los ciudadanos aptos y asumió el control de las industrias. También nacionalizó los bancos, las tierras y el comercio exterior. Además, el gobierno comunista creó cooperativas de consumo, confiscó las fincas de los campesinos ricos y prohibió la propiedad territorial, para favorecer la economía estatal. Otras políticas aplicadas fueron: la prohibición del trabajo asalariado en la agricultura y el reparto de las tierras entre los nuevos campesinos propietarios. El gobierno de Lenin fundó comités agrarios, integrados por dos grupos del campesinado: los pobres y los medianos, para controlar las entregas de las tierras.
El Estado eligió no recaudar los impuestos y careció de dichos ingresos económicos. La economía era crítica; los propietarios no cuidaron las herramientas y los equipos para el trabajo rural. Con el transporte estropeado y sin una economía de explotación racional, el campo no abasteció a la ciudad con sus productos en cantidad necesaria; la producción de trigo disminuyó ¾, comparada con la administración zarista. La decadencia económica era todavía peor, porque la producción minifundista era muy inferior a la economía de los terratenientes de la época monárquica; los campesinos pobres no contaron con los capitales económicos, las máquinas ni las herramientas de los campesinos ricos. Las urbes perdieron gran parte de su población porque cambiaron las políticas económicas; Petrogrado y Moscú disminuyeron sus habitantes con porcentaje altos, el primero hasta un poco más de 50 % y el segundo con 45 %.
Las industrias soportaron esta crisis económica; en 1920, su producción en la fundición era 2,4 % menos que en 1913 y el acero disminuyó un 4 %. También otros productos manufacturados bajaron: el algodón industrial cayó un 5 % y el azúcar un 5,8 %. Las mercancías destinadas al consumo bajaron en un porcentaje del 1/8 con respecto a 1912. La mano de obra asalariada cayó un 24 % y los ferrocarriles disminuyeron un 37 %. Las movilizaciones, las bajas de la guerra revolucionaria y las migraciones de los habitantes de las ciudades hacia los campos, para conseguir trabajos y alimentos, resultaron en una merma del 34 % en la cantidad de los obreros disponibles para la construcción. (CROUZET. T. VII, 1981).
El comunismo de guerra.
La finalidad del “comunismo de guerra” fue reglamentar el consumo y la producción. Se nacionalizaron las empresas con 5 empleados y con un motor disponible para los trabajos; también las de 20 empleados, pero sin utilizar ningún motor. La gran industria y las mayorías de las empresas medianas y chicas fueron expropiadas; el control de las empresas por los obreros cambió por la gestión de estos últimos. El director de cada una de estas empresas, era designado por los sindicatos y un consejo obrero, integrado con los miembros elegidos, acompañó al mismo en su gestión económica. El gobierno creó una dirección central para la producción de las diferentes industrias y monopolizó los cereales. También formó “los comités de los campesinos pobres” para anular la resistencia política de los campesinos ricos y confiscar sus reservas de trigos, destinadas para la economía estatal; otras de sus funciones eran: entregar las semillas, además de otros “recursos agrícolas” a los campesinos y fijar los salarios de los trabajadores rurales. Los miembros de dichos comités, inspeccionaron las cooperativas y los mercados. El gobierno comunista creó “las granjas colectivas y de consumo”, pero estas últimas apenas alcanzaron el 1 % del total de la economía rural.
Ucrania era la gran proveedora de los productos agrícolas para la economía rusa; pero la guerra se prolongó durante 6 años y arruinó su agricultura. El gobierno comunista necesitó de los alimentos de la agricultura de otras economías rurales y realizó las requisas en los campos de los propietarios: los grandes, los medianos y los pequeños; los minifundistas fueron afectados para obtener los excedentes de las cosechas. Las resistencias antigubernamentales de los campesinos ocurrieron por estas pérdidas económicas. El campesinado no solamente se levantó contra el gobierno de Lenin y se dedicó a producir nada más que para su subsistencia, sin aportar los alimentos para el Estado. Los resentimientos de los campesinos aumentaron, porque desde las ciudades no se enviaron los productos industriales al campo. En las ciudades faltaron los alimentos agrícolas y en el campo carecieron del petróleo, los objetos manufacturados y el jabón. Los campesinos sembraron 1/3 menos y las cosechas de 1920 disminuyeron un 2/3 en 1917 y un 50 % al año siguiente. Los campesinos pobres fueron aliados de la revolución comunista por el reparto de la tierra, pero los sacrificios exigidos por la guerra eran muchos, porque ellos fueron obligados a servir en el ejército y a proveer de los alimentos al Estado; estas penurias económicas no favorecieron la cohesión revolucionaria del comunismo. Además, después de la victoria comunista, los campesinos eran los dueños de las tierras y ya no temieron a los blancos (los monárquicos). La crisis económica causó: los conflictos entre los campesinos y el gobierno de Lenin, una gran inflación monetaria, el papel moneda cambiado por vales y la creación de un sistema de trueque entre los obreros y los empleados del gobierno. Los pagos en especies no evitaron los precios altos de la inflación. La moneda prácticamente desapareció.
Los enfrentamientos entre los habitantes de las ciudades y los campesinos, la desintegración social, el empobrecimiento de las fuerzas de la producción y la escasez de los productos terminaron con “el comunismo de guerra”.
La finalización de la Nueva Política Económica.
Después de concluir la guerra civil, el gobierno comunista permitió el capitalismo privado para reconstruir la economía. El Estado apoyó a las pequeñas industrias privadas y al desarrollo económico del campo; ambas economías fueron complementarias. El gobierno de Lenin optó por no incautar la propiedad privada, sino únicamente cobró un impuesto en especie a los propietarios. Pero esta declinación del socialismo era solamente temporal, porque no tardó en aplicarse las políticas socialistas y éstas se incluyeron, posteriormente, en las bases del “Plan quinquenal”; la nacionalización, la movilización laboral, el control de la industria y otras políticas se abandonaron, especialmente las referidas a la moneda y a la economía. Varias empresas fueron estatizadas: las dedicadas a los créditos, los transportes, el comercio exterior y las industrias; estas empresas totalizaron el 92, 4 % y los trabajadores alcanzaron el 84,5 %. En las cooperativas y en las empresas privadas, los trabajadores y la producción de cada una de ellas fueron inferiores en cantidad; en la primera de estas sociedades económicas, su producción era de 2,7 % y la mano de obra asalariada era de 15 %; en la segunda, con su capital económico privado, trabajaron el 2 % y su producción era el 4,9 %. La economía industrial se caracterizó por la escasez de su producción.
El gobierno aplicó “la Nueva Política Económica”, desde 1921, para aumentar la producción rural e incentivar la economía industrial. El trueque fue sustituido por la economía monetaria, los excedentes de las mercaderías fueron comercializados por sus productores en el mercado libre (CROUZET. 1981. T. VII, pp 238 a 248 ).
La muerte de Lenin en 1924.
Los tres nuevos organismos soviéticos.
En la primavera de 1919 se reunió el Octavo Congreso del partido, para agregar tres nuevos organismos; uno de ellos era el Buró de organización (Orgburó), destinado a dirigir el partido diariamente; otro organismo era el secretariado del Comité Central, integrado por 5 miembros; el tercero era el Organismo Político o Politburó, con 5 miembros, ocupado de las decisiones de los asuntos más urgentes. La integración de estos organismos fue interrelacionada, para impedir los enfrentamientos entre ellos. El Politburó y el Orgburó contaron con Stalin.
La concentración del poder político.
Entre 1919 y 1921, Stalin colocó a sus hombres en el gobierno soviético, para tener la maquinaria estatal dócil, disciplinada y homogénea; las jerarquías del partido, los órganos de la Unión Soviética y los funcionarios del gobierno fueron afectados por esta política de desplazamiento gubernamental stalinista. Stalin conoció, por su trabajo, a las personalidades soviéticas y armó su propio grupo de funcionarios incondicionales, porque era el proveedor de los puestos públicos.
El Décimo Congreso del Partido convirtió a Stalin en secretario privado y sus ayudantes fueron Molotov y Kuibysher. La maquinaria estatal quedó en poder de Stalin. El bolchevique Preobrazhensky se quejó por la concentración del poder político en Stalin, porque se ocupó de los comisariatos, el Orgburó y el Politburó y 12 comités del partido.Tiempo después, Lenin sufrió su primer ataque cerebral (1922).
En el último Congreso del Partido que contó con la presencia de Lenin, este líder bolchevique destacó la importancia de la lucha contra los enemigos del oficialismo, para castigarlos con la cárcel o el fusilamiento; los contrarrevolucionarios y la intervención extranjera, el espionaje y el bloqueo se condenaron. Lenin no quiso tomar una licencia larga, decidida por el Orgburó en junio de 1921, después de sufrir de jaquecas muy severas. Lenin volvió a trabajar un poco en julio. El Politburó comunicó las nuevas órdenes para proteger la salud de Lenin. En septiembre trabajó normalmente, pero en el mes siguiente su empeoró y descansó en su casa rural de Gorki. Lenin sufrió el primer ataque cerebral el 25 de mayo de 1922. Estuvo varios meses sin trabajar; el 2 de diciembre volvió a sus tareas, pero el Comité Central aplicó un “régimen riguroso” para cuidar su salud y no pudo acceder a la documentación. (En diciembre de 1922 quedó paralizado en su lado derecho, por otro ataque cerebral). Stalin supervisó el estado de la salud de Lenin.
Su fallecimiento.
El testamento de Lenin fue dictado el 24 de diciembre. Criticó el excesivo poder de Stalin y el peligro de su uso, Otra nota fue dictada por Lenin el 30 de diciembre, para mostrar su contrariedad con Stalin y su Comisión de Control. En postdata de su testamento, escrito el 4 de enero de 1923, Lenin tachó de grosero a Stalin y su propuesta, para sus camaradas, era el alejamiento de Stalin de todos sus cargos públicos. El 5 de mayo se quejó del maltrato telefónico a su esposa, por parte de Stalin; Lenin amenazó con romper su relación gubernamental con Stalin. El habla, el pensamiento y el movimiento de Lenin se perdieron por su ataque cerebral del 9 de marzo de 1923. Otro infarto cerebral, en enero de 1924, causó su muerte (JHONSON. 2000, pp 111 a 116).
El gobierno de Stalin (1924-1953).
Iósif Vissariónovich Dzhugashvili (Iósif Stalin o José Stalin). Su estatura era de 1,60 m, pero gobernó a muchos eslavos muy gigantes. La importancia de la superestructura, con su ingeniería social.
Lenin murió en 1924 y subió José Stalin, el secretario general del Partido Comunista (Panruso) y heredero de una autocracia ya completada, pero con la idea de eliminar a sus rivales políticos en el comunismo. Este burócrata fue un seminarista en una época anterior (jOHNSON. 2000, pp 327 y 328).
La federación estatal centralizada.
Tres constituciones: 1918, 1924 y 1936 rigieron en Rusia, desde la revolución bolchevique de octubre hasta la Segunda Guerra Mundial. La confederación, concretada en 1924 y confirmada en 1936, fue constituida por un gobierno federal, similar a otros estados federales en el mundo. La dirección estatal y la elaboración de los planes quinquenales, para concretarlos después, fueron sus responsabilidades. Era soberano “en los asuntos comunes”, encargados a los comisarios y después a los ministros; sus funciones eran: la guerra y la marina, las relaciones exteriores, las comunicaciones, los transportes y otras. Los gobiernos locales se atribuyeron: la instrucciòn (la educación) pública, la administración de la justicia, la higiene, los servicios sociales y la administración interior, pero recibieron las “directivas de carácter general”.
El gobierno soviético contó con varios organismos. El Congreso de los Soviets de la Unión se reunió cada 24 meses. El Comité Central Ejecutivo de la Uniòn (Tsik) se convirtió en Soviet Supremo y fue elegido por el Congreso; se reunió cada 6 meses y fue compuesto por dos Cámaras. El Soviet de la Unión se eligió en proporción a los habitantes de cada territorio y república. En el Soviet de las Nacionalidades fueron representadas: las repúblicas federadas, con 5 diputados (posteriormente 25) por cada una de ellas, las repúblicas autónomas con 5 (después 11), las regiones autónomas con 1 (luego 5) por cada región y el distrito regional contó con un representante. El Presídium fue elegido por los dos consejos (el Soviet Supremo con sus dos cámaras), con 27 integrantes provenientes de los dos consejos y otros 9 “elegidos en común”; era el Jefe de Estado colegiado y funcionó por delegación “permanente de poderes” del Soviet Supremo, cuando no estaba sesionando; sus prerrogativas eran similares al presidente norteamericano. El Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom) se subordinó al Soviet Supremo y al Presidium. Las repúblicas se ocuparon de la educación superior (CROUZET. 1981. T. VII, pp 282 y 283).
La colectivización de la agricultura.
La producción agrícola deficiente.
En 1927 la producción de cereales en la U.R.S.S. no alcanzó la cantidad lograda antes de la Primera Guerra Mundial. Otros productos agrícolas aumentaron, pero era preocupante la disminución y la poca productividad del trigo. El 37 % del cereal era destinado a las ciudades soviéticas y la crisis afectó a sus pobladores.
La gran explotación agrícola, propiedad del terrateniente, desapareció a favor de la distribución de las tierras a los minifundistas, por la revolución socialista, pero causó la disminución de la producción agrícola y aumentó el hambre en la ciudad. La falta la alimentación afectó negativamente al ejército y la crisis agrícola fue perjudicial para la ganadería. (CROUZET. 1981. T. VII, pp 260 a 264 ).
Los kulaks.
Ante la crisis económica, el gobierno intentó aumentar la producción de la agricultura y aplicó su economía socialista, contra el capitalismo de la gran explotación económica privada de los kulaks (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946). Para el campesinado pobre de Rusia, el kulak (puño) era un al mal campesino, pero como clase social fue un invento del oficialismo bolchevique para su purga política, afirmó Paul Johnson (JOHNSON. 2000, p 339).
No era posible mejorar la economía soviética con los minifundistas, sino a través de la gran empresa socialista y su economía colectivista. Para concretar esta nueva economía, la colectivización del campo y eliminar a los kulaks, la clase social de los privilegiados, eran políticas necesarias La colectivización rural se realizó simultáneamente con el Primer Plan Quinquenal. (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946).
La gran explotación agrícola colectiva.
El Partido siguió las políticas de Lenin sobre la necesidad de la gran empresa agrícola colectiva, aún después de su muerte en 1924. Las indicaciones dejadas por él, eran para salir de la miseria y el hundimiento de la economía de las pequeñas explotaciones agrícolas y sustituirlas por la gran explotación agrícola colectiva: las cooperativas (artels) (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946).
El XV Congreso del Partido, reunido en 1927. El argumento de Stalin.
El 2 de diciembre de 1927, se reunió el XV Congreso del Partido, con 898 delegados presentes con voz y voto y 771 con voz únicamente. Ellos representaron a 887.233 afiliados y a un total de 348.357 aspirantes. En este congreso, Stalin argumentó sobre la importancia de aniquilar a los elementos capitalistas de la U.R.S.S. El minifundio era incompatible con la técnica moderna y Stalin habló de solucionar la crisis agrícola, con el cultivo común del suelo, con las técnicas, los tractores y otras maquinarias (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946). Las tareas del XV Congreso fueron:
-Acordar la obra de colectivización agrícola con la creación de una red integrada por los koljoses (las cooperativas campesinas) y los sovjoses (estas granjas soviéticas no tuvieron el carácter cooperativo de los koljoses, sino que se caracterizó por su dependencia directa del Estado).
- Desarrollar una ofensiva contra la clase de los kulaks, restringir el capitalismo en el ámbito rural y dirigir a la economía campesina hacia el socialismo.
- Eliminar al bloque trotskista zinovievista.
Las purgas políticas del oficialismo, el sabotaje minero y los nuevos técnicos comunistas.
La expulsión del bloque trotskista-zinovievista del Partido Comunista.
El Congreso XV acusó al bloque trotskista-zinovievista de realizar “lucha antisoviética” y tener un programa político incompatible con el Partido bolchevique. Los integrantes de este bloque fueron expulsados: Radek, Rokovski, Preobrazbenski, Piatakov, Ismithov, Serebriakov, Kamenev, Safaron, Sarkis, Lifsjitz, Smilga, Mdivani y los miembros del grupo centralistas democráticos: V. Simirnov, Sapronov y otros. Posteriormente, Trotski, Radek y otros fueron acusados oficialmente de “espías de los extranjeros”, enrolados en los servicios secretos de los países capitalistas. Zinoviev, Kamenev y otros fueron acusados de colaborar con el capitalismo extranjero antisoviético. Algunos expulsados del Partido fueron readmitidos, pero sometidos a un período de prueba, aunque no duraron mucho y terminaron expulsados por sus actividades anti soviéticas (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946).
La destrucción de Trotsky no fue difícil para Stalin, porque las luchas entre los revolucionarios eran más por el temor y la ambición que por los programas comunistas. Zinoviev y el general Kamenev coincidieron con la izquierda de Trotsky, pero Stalin trabajó con ellos para no permitir un golpe estatal del Ejército Rojo de Trotsky. Esta estrategia política de Stalin fue hecha en 1923, cuando Lenin estaba en coma (murió al año siguiente). Stalin fue apoyado por dichos aliados para detener a Sultán-Galiyev (Mirsaid Sultán-Galiev). El Comité Central y otras organizaciones políticas locales recibieron a más leales de Stalin. Zinoviev y Kamenev sirvieron a Stalin para convertirlo a Trotsky en un hereje del comunismo, por sus disputas con Lenin en una época pasada. Trotsky fue apartado de la conducción del ejército en enero de 1925, por la decisión del Partido Comunista. Su expulsión del Politburó ocurrió en octubre de 1923 y se exilió en México, pero fue asesinado por un espía de Stalin en 1940. Trotsky, Kamenev y Zinoviev afirmaron que era necesario coaccionar y hasta aplastar a los campesinos para hacerlos obedecer; Stalin los expulsó por este argumento político, contrario al campesinado aliado de la revolución comunistas (JOHNSON.2000, pp 330 a 332).
El oficialismo contra los kulaks.
El Partido bolchevique hizo su purga política para excluir del socialismo gobernante a los grupos: primero trotskista-zinovievista y el segundo Bujarista. Al primero de ellos, el oficialismo acusó de oponerse a la colectivización y “la edificación del socialismo”; el segundo grupo era imputado por diversas causas: la oposición a los koljoses, su insistencia sobre el fracaso de estos últimos y la defensa de los intereses económicos de los kulaks y favorecer a la burguesía. Los bujaristas argumentaron sobre la incorporación de los kulaks al socialismo y descartaron el peligro político del enriquecimiento burgués, para el Gobierno Soviético (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946).
La ofensiva oficialista del comunismo y la resistencia de los kulaks.
Los kulaks se negaron a las ventas al Gobierno Soviético de los sobrantes del trigo cosechado por ellos y acumularon gran cantidad de esta producción en sus graneros. El Partido Comunista culpó a los kulaks de utilizar el terror contras sus militantes, los koljosianos y los soviets en la aldea. El oficialismo comunista culpó a los Kulaks de incendiar los koljoses para destruir los cereales acopiados por el Estado; esta acusación del oficialismo fueron: causar el hambre con la falta de pan entre los obreros y soldados e impedir “el carácter de masa” de los koljoses.
La aplicación del artículo 107 del Código Penal, contra los kulaks.
De acuerdo a las políticas del XV Congreso, el Partido Bolchevique concretó su ofensiva contra los kulaks. El gobierno comunista aplicó el artículo 107 del Código Penal contra el acopio ilegal de los sobrantes del trigo de los kulaks, porque se negaron a venderlos a “precio de taza”dichos y estos productos agrícolas fueron confiscados. Los soviéticos entregaron el 15 % del trigo mencionado a los campesinos pobres, a través de una serie de franquicias. Los kulaks fueron perjudicados por la alianza bolchevique con el campesinado y perdieron más poder político en el ámbito rural.
En 1928, el Estado Soviético aumentó las reservas de trigos y mejoró económicamente el movimiento de los koljoses.
El sabotaje en la minas de Shajti.
En el mismo año, el gobierno comunista desbarató un sabotaje en las minas del sector de Shajti, ubicadas en la cuenca del Donetz (Donets). El grupo saboteador fue integrado por varios técnicos contrarrevolucionarios y quiso el fracaso de la extracción de la hulla y la destrucción de las máquinas utilizadas en las minas. Los acusados fueron sometidos a la justicia de los Tribunales. Stalin aconsejó formar técnicos soviéticos capaces para sustituir a los técnicos menos confiables para el oficialismo.
La preparación de los nuevos técnicos soviéticos.
El Comité Central se ocupó del ingreso de miles de comunistas a las escuelas técnicas superiores, para su capacitación laboral y formación profesional.
La expulsión del bloque Bujarin-Rykov.
El grupo Bujarin-Rykov se unió con el Partido contra el bloque Trotskista; ante el ataque del Gobierno Soviético contra los kulaks, este grupo se enfrentó con los bolcheviques para defender a dicha clase económica. El bloque Bujarin exigió la abolición de las medidas extraordinarias del Gobierno Soviético, porque eran contrarias a los intereses económicos de los kulaks. El oficialismo comunista acusó a sus integrantes de favorecer la ideología burguesa, contraria a la lucha de clases. Para la tesis leninista, solamente con la aniquilación del enemigo de clase era posible la extinción de dicha lucha de clases.
El 10 de julio de 1928 se reunió el Comité Central y Bujarin dijo que los kulak no eran peligrosos ante las ametralladoras de los comunistas, pero la colectivización rural forzada era resistida por el campesinado. Bujarin se juntó con sus aliados: el jefe nominal de dicho gobierno Rykov y el jefe de los sindicalistas,Tomsky, el 11 de julio del mismo mes, para enfrentar a Stalin (JOHNSON. 2000, pp 332 y 333).
El bloque Bujarin-Rykov se organizó para resistir el ataque de los bolcheviques, reunió en sus filas a la juventud burguesa e integró a su grupo a estas gentes: Maietsh, Slepkov, Goldemberg, Aijenwald y otros. Con Tomski, se agregaron los dirigentes de la burocracia sindical: Dogadov, Melnieranski y otros. Con Rykov, se unieron los dirigentes disidentes de los soviets: A. Smirnov, V. Schmidt, Eismont, etc. Otro grupo aunque era del Partido en Moscú, reforzó su organización opuesta al oficialismo: Uglanov, Ujanov, Kotov, Yagoda, Riutin, Polonki, etc. (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946). Sin el apoyo de Yagoda de la OGPU ni de otros partidarios armados, Tomsky y Rykov fueron obligados a renunciar a sus cargos; los tres confesaron públicamente sus errores (JOHNSON. 2000, p 333).
También otro grupo de derecha era de Moscú, pero sus integrantes no atacaron las políticas del oficialismo comunista. Uglanov y otros eran los activistas contra el Partido bolchevique. En la prensa oficialista de Moscú y en las reuniones del mismo, dicho grupo moscovita enemigo, argumentó sobre realizar concesiones a los kulaks y disminuir los impuestos aplicados a los mismos. La exposición del disidente Uglanov fue sobre respecto del pueblo agobiado por la industrialización y la importancia de sustituir la industria pesada por la ligera; este político era opuesto a la construcción de la central Dnieper. Uglanov y sus seguidores fueron acusados de pertenecer a un grupo ideológico de desviación derechista (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946).
El asesinato del probable sucesor de Stalin: Sergio Mironovich Kirov, en 1934.
Serguéi Kírov o Sergio Mironovich Kirov fue asesinado, con un revólver, el 7 de diciembre de 1934, en el Smolny, ubicado en Leningrado. El oficialismo bolchevique acusó de este crimen a un asesino perteneciente al grupo de Zinóviev, con centro en Leningrado y dedicado a asesinar a la dirigencia del Partido Comunista (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946, p 445).
El asesino de Kirov, en el Instituto Smolny, fue Leonid Vasílievich Nikoláev. La custodia de Kirov fue retirada por el jefe de la NKVD de Leningrado: Yagoda. Jruschov afirmó, en 1956 y después en 1961, que Stalin fue el responsable de la muerte de Kirov, debido a la popularidad de dicho dirigente comunista y porque no quiso ningún sucesor de su liderazgo; además, Stalin utilizó este crimen para aplicar su purga política entre los comunistas. El jefe de la seguridad de Kirov era Broizov y murió por los garrotazos, ordenados por Stalin. La ejecución de Nikoláev fue realizada el 29 de diciembre y otros cien individuos, acusados de “blancos”, terminaron fusilados; 40 mil residentes de Leningrado fueron enviados a los campos como prisioneros. Los habitantes de esta ciudad, que supieron algo importante sobre este crimen, no sobrevivieron o se perdieron en el archipiélago de Gulag. (JOHNSON. 2000, pp 372 y 373).
El “Gran Terror”de las purgas stalinistas.
Zinoviev o Grigori Yevséievich Zinóviev y Kamenev fueron arrestados por orden de Stalin, 14 días después del asesinato de Kirov. Ellos terminaron enjuiciados en 1936 y asesinados 24 horas después de la terminación del juicio. Con posterioridad a estas muertes, Stalin ordenó a Yagada la ejecución de 5 mil afiliados al Partido Comunista, que estuvieron presos. Yagoda fue sustituido por Yezhov en el puesto de “comisario del pueblo de Asuntos Interiores” y se inició la purga en la policía política. El último integrante del Politburó, antiguo amigo de Stalin, Ordzhonikidze fue otra víctima de esta purga.
En 1937, Stalin no encontró ningún impedimento para asesinar a sus rivales políticos y los comunistas Rikov y Bujarin murieron. Desde 1936, quiso eliminar a todos los enemigos de su régimen gubernativo; 3 mil oficiales de la policía política y el 90 % de “los acusadores” . El general de caballería Schmidt fue el primer militar asesinado por esta purga. Stalin incluyó en su lista de víctimas al mariscal Tujachevski, jefe del Ejército de la Unión Soviética. Otros 7 altos oficiales y 30 mil oficiales, la mitad de la oficialidad, cayeron en la purga militar. casi todo los generales y los coroneles fueron víctimas. Stalin quiso destruir a todos lo revolucionarios comunistas, anteriores a su gobierno. Solamente dos de una totalidad de 150 representantes del XVII salvaron sus vidas. Este oficialismo bolchevique eliminó a un millón de afiliados al Partido Comunista (JOHNSON. 2000, pp 373, 374 y 375).
Los campos soviéticos de la exterminación.
Los “campos de la muerte” soviético eran de diferentes clases. Existió el campo para la viuda, los huérfanos y los familiares de los oficiales del ejército asesinados. Otras cárceles fueron los orfanatos para los hijos de “los enemigos del pueblo” ; la hija del mariscal Tujachevski: Svetlana terminó muerta después de tener “la edad suficiente”, como era común en estas prisiones. El NKVD (el Comisariado del pueblo para Asuntos Internos) realizó sus masacres con las ametralladoras en estos campos; un ejemplo fue el asesinato de 40 mil individuos en el campo Kolyma. Los campos para extraer el otro y “el castigo especial” asesinaron a muchos presos. La duración de su vida era un mes para el trabajador esclavo. La política de Stalin causaron 10 millones de muertos (JOHNSON. 2000, pp 378 y 379).
La colectivización forzada.
Stalin decidió exterminar a todos los kulaks el 27 de diciembre de 1929. La organización de la colectivización agraria estuvo a cargo de la OGPU, pero el gobierno soviético utilizó todas las alternativas posibles para apurarla. El campesinado fue incentivado ideológicamente, para ocupar las tierras expropiadas de los kulaks y a perseguirlos. Todos opositores fueron considerados kulaks y las poblaciones que se resistieron fueron cercadas por los policías y los militares, subidas a los camiones, deportadas o ametralladas, a pesar de la recomendación de Stalin de no utilizar la violencia, el 2 de marzo de 1930. Los trasladados por la colectivización agraria fueron al Asia Central, a Siberia y al norte de Rusia (en Europa). La resistencia de los campesinos se manifestó en la quema de los granos, la destrucción de los utensilios para la labranza y los animales sacrificados: l00 millones entre las ovejas y las cabras, 30 millones de vacas y 18 millones de caballos. (JOHNSON. 2000, pp 338, 339, 340, 341 y 342).
Los planes quinquenales.
El programa económico de los planes quinquenales fue adoptado por el partido comunista entre los años 1928 y 1929. El artículo de Stalin “el año de la gran crisis” rechaza a la economía rural minifundista e impulsa la industrialización. La industrialización siguió un plan detallado y para su elaboración tardó 7 años y su puesta en práctica necesitó dos años más. La Comisión del Consejo de Trabajo y Defensa (Gosplan) actualizó las investigaciones económicas anteriores, para este programa de industrialización soviética.
El primer plan quinquenal (1928-1933). El primer plan quinquenal tuvo sus retrocesos y otras dificultades, por una cosecha pobre en 1929; en este año, la crisis económica mundial perjudicó la exportación y dicho plan no se pudo completar y se caracterizó por su desigualdad, los medios de transportes insuficientes y la escasa mano de obra, común y calificada. Antes los primeros resultados, el gobierno soviético apuró su plan industrial y quiso hacerlo en cuatro años, pero tuvo que renunciar porque la rapidez de colectivización agraria disminuyó la calidad de vida. En el segundo año de su aplicación, la hulla, la fundición y el acero no alcanzaron la cantidad exigida, pero mejoró en el tercer año con la puesta en funcionamiento de un grupo de fábricas muy grandes; en este año la mecanización de la agricultura favoreció el abastecimiento. Los resultados económicos fueron desiguales, algunos favorables y otros negativos. Las maquinarias fueron construidas y alcanzaron un 181,2 %, con respecto a esta planificación; la electrificación en el campo llegó a un 136 %; y la producción del petróleo totalizó un 102 %. La extracción de la hulla logró un 86 % ; el acero, un 57 %; y la fundición, un 62 %. Los arriendos de la ganadería faltaron y perjudicaron a las lanas (un 34 %) y el plan del azúcar apenas consiguió un 32 %.
El segundo (1933-1937) y el tercer plan económico quinquenal (hasta 1941). El primer plan quinquenal sacrificó a la industria pesada y al incremento de los suelos cultivados, para favorecer a otras economías: la industria ligera, los rendimientos de la agricultura y los transportes. El segundo plan quinquenal intentó la igualdad, aunque tuvo sus prioridades. Cuando culminó este plan, la industria pesada se incrementó un 6,9 veces desde 1928 y la industria ligera aumentó 3,9 veces. Este plan se concretó en un 102%, pero tampoco pudo con las desigualdades en los resultados económicos; en el calzado, un 107 %; en los laminados, 104 %; en el azúcar, 104 %; en la electricidad; un 96 %; en la fundición, un 91 %; en la hulla, un 89 %, en el algodón, un 64 %; y en la lana, un 46 %.
En la aplicación del tercer plan quinquenal, la invasión de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial perjudicó el desarrollo de las industrias químicas por los gastos militares, aumentados desde 1936; esta industria alcanzó un 70 % en 1941. Cuando llegó 1940, Rusia ya era un país industrial, la colectivización agraria era un hecho terminado y se convirtió en la tercer potencia mundial y la segunda en Europa. Este país estuvo en el segundo lugar en la producción de hierro, oro y petróleo; ocupó el tercer lugar en el mundo en la fundición, el acero, la energía eléctrica y el algodón; el cuarto en los motores de los automóviles, la producción de hulla, etc. La construcción de la central hidroeléctrica del Dnieper inferior, entre 1927 y 1932, permitió funcionar a 9 turbinas de 10 mil caballos de fuerza. La industria del caucho sintético cubrió el 50 % del consumo. La red de los canales y los ríos se incrementaron, en 1933, con la puesto en funcionamiento del canal Báltico y Mar Blanco; el canal Moscú-Volga fue otra obra, concretada en 1937. Los ferrocarriles recorrieron muchas tierras: el Transiberiano de Omsk a Tcheliabinsk, las líneas férreas Arkangel- Moscú y entre Moscúy-Jarkov. Otras redes ferroviarias llegaron al Turksib, las líneas Karanganda-Balkach, Urales-Kuznets y Urales-Karanganda. En la producción industrial mundial, Rusia ocupó el 13,1 % en 1932. El pánico económico de 1929 afectó a los países industriales capitalistas, pero no afectó de una manera similar a Rusia y multiplicó varias veces su producción (CROUZET. 1981. Vol. VII, pp 49 a 54).
El gobierno soviético concretó algunas obras muy grandes: el dique del Dniéper en 1932, la siderúrgica de Magnitogorsk, la fabricación de los tractores en Stalingrado y la minería de la Cuenca de Kuznetsk, ubicada en Siberia. Pero en la construcción del canal Báltico-mar Blanco trabajaron 300 mil esclavos. Otros esclavos políticos fueron obligados a trabajar en diversas obras: la minería del oro, los ferrocarriles y la forestación. (JOHNSON, 2000, p 342).
Capítulo 2.
El fascismo.
La guerra civil española (1936-1939) y el triunfo del militarismo fascista de Franco.
El gobierno de Primo de Rivera.
El general Primo de Rivera gobernó España, entre 1923 y 1930. Tuvo éxito con el problema de Marruecos, pero no aportó ninguna solución eficaz para recambio gubernamental (CROUZET. 1981. T. VII, p 225)
El socialista Largo Caballero colaboró con la dictadura de Primo de Rivera, para no favorecer el enfrentamiento sangriento y mejorar la situación del trabajador. La moderación de su socialismo permitió la transición pacífica entre la monarquía y la república (JOHNSON. 2000, p 401). España volvió al régimen constitucional en 1930, con los gobiernos de Berenguer y Aznar, pero la monarquía de Alfonso XIII cayó el 14 de abril de 1931 (CROUZET. 1981. T. VII, p 225).
Antonio Primo de Rivera y Sáenz Heredia nació en Madrid en 1903 y fue el hijo de Miguel Primo de Rivera, dictador de España entre 1923 y 1930. Él fundó la Falange Española en 1933. Otra creación de Antonio fue el Sindicato Español Universitario. La Falange y las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalista (J.O.N.S.) se fusionaron en 1934. El liberalismo, la democracia, el sufragio universal y los partidos políticos eran despreciados por él. Fue muy influyente entre los nacionalistas más extremistas de Latinoamérica, incluso para el nacionalismo católico argentino (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992, p 329).
La Segunda República.
La Segunda República tuvo dos bienios; el primero fue izquierdista y ocurrió entre los años 1931 y 1933; el segundo fue conservador y se prolongó desde 1933 hasta 1935. Los sucesos violentos europeos y los enfrentamientos ideológicos dividieron a la sociedad española (CROUZET. 1981. T. VII, p 225).
La violencia ni la legalidad de la izquierda fueron apoyadas por Largo Caballero, en la república, para no provocar a los militares y causar un golpe de Estado. Él no permitió el incendio de la casa del general derechista Mola, por parte de la militancia de la izquierda de su partido. La constitución reformista contó con su apoyo, autorizó las nacionalizaciones pero con el pago de las indemnizaciones. Largo Caballero construyó 7 mil escuelas, durante los primeros 12 meses de la república. Los anarquistas y los comunistas hicieron huelgas, pero Caballero decidió el uso de la artillería contra los huelguistas violentos. La derecha militar intentó un golpe militar en 1932, pero fracasó. Una ley de reforma agraria, bastante modesta, fue aprobada. Los sindicatos y el partido socialistas fueron penetrados por la ultraizquierda. Caballero se inclinó más hacia la izquierda, para recuperar el control de la importante federación sindical UGT. Los triunfos de Hitler en Alemania y del canciller austriaco Dollfuss convencieron a Caballero para dejar la moderación y pasar a la violencia en las calles. La crisis campesina no favoreció a la república. La reforma agraria no fue aplicada, por su falta de aceptación. Los precios de los productos del campo bajaron. Finalizó la emigración hacia el ámbito rural, con el regreso de 100 mil trabajadores. Las guardias civiles fueron violentas para terminar con las sublevaciones campesinas, dirigidas por los anarquistas. Los socialistas perdieron las elecciones de 1933 (JOHNSON. 2000, pp 401 y 402).
La izquierda abandonó la democracia en 1934. Largo Caballero, dirigente del PSOE (Partido Socialista Obrero Español), hizo un llamamiento a una huelga agrícola en 1934, pero fracasó. Miles de campesinos fueron amenazados y trasladados, en camiones, a mucha distancia para su deportación. Caballero fue más extremista en octubre. La huelga general de Madrid no tuvo una acogida muy entusiasta. La independencia de la república catalana, en Barcelona, duró 10 horas. Un comité obrero, en Asturia, existió durante 15 días, pero su resistencia minera fue violenta y utilizó dinamita. Madrid y Barcelona no contaron con el levantamiento obrero. El general Francisco Franco se ocupó de la represión con cuatro columnas de militares, integrados por las tropas coloniales y el ejército regular.
Dimitrov presentó la idea del Frente Popular en agosto de 1935, durante el VII Congreso del Comintern. Franco temió la neutralización o la división del ejército, con la asunción gubernamental de la ultraizquierda; tampoco quiso la caída de la propiedad rural en poder de los comunistas. Este general era favorable a la preparación militar contra la ultraizquierda en España, al inicio de febrero de 1936, pero dudó del respaldo civil a la intervención militar (JOHNSON. 2000, pp 402 y 403).
El Frente Popular ganó las elecciones del 16 de febrero de 1936. La ultraizquierda sembró el miedo en la Confederación Española de Derechas Autónomas, liderada por Gil Robles, un republicano antimonárquico y antifascista. Esta derecha democrática no escapó del totalitarismo. Las Juventudes de Acción Popular, perteneciente a la CEDA, pasaron a la violencia contra la izquierda “antiEspaña”o antiespañola, el separatismo y la “francomasonería”. La JAP rechazó el diálogo con sus enemigos. La militancia extremista de la CEDA utilizó el miedo a la ultraizquierda, para convencer al electorado español en febrero de 1934. En su propaganda advirtió sobre el peligro de la victoria del Frente Popular, por la pérdida de la propiedad privada urbana o rural, quemada, saqueada o distribuida entre la chusma armada. El Frente Popular venció con menos del 50 % de los votantes. La izquierda agregó un millón de votos más. La derecha se incrementó con 750 mil votos. Los diputados comunistas eran 17, pero aumentó su influencia cultural. La diputada Dolores Ibarruri, la “Pasionaria”, fue culpada del asesinato a mordiscos de un sacerdote. Eran muchos los religiosos del clero en España: 35 mil sacerdotes, 600 mil monjas y 20 mil monjes. El Obispo de Jaén y su hermana murieron, ante una multitud de 2 mil testigos, por la criminalidad de la miliciana “Pecosa” (Josefa Coso “La Pecosa”). Un grupo de sacerdotes fueron enterrados, quemados vivos o perdieron sus orejas. La izquierda no quiso esperar un segunda vuelta, dispuesta por “un refinamiento constitucional”, para formar su gobierno. Liberaron a los presos de la cárcel de Orvieto. Varios templos religiosos cristianos fueron incendiados. La izquierda quiso echar del Parlamento a los diputados de la CEDA, con el argumento de “irregularidades”. Esta campaña izquierdista se extendió al presidente Alcalá Zamora.
El agente de la Comintern ( la Internacional Comunista) Vittorio Codevilla y el dirigente de la Juventud Socialista Santiago Carrillo lograron unir a los militantes comunistas con los socialistas; 40 mil socialistas sirvieron a los comunistas. El Frente Popular presentó su programa revolucionario en las Cortes, sin considerar a la oposición política. La posibilidad de una guerra civil, porque la izquierda no respetó la legalidad de los representantes de la mitad del electorado español, fue una advertencia de Robles en las Cortes. Robles advirtió, en junio, sobre la violencia en España: 269 crímenes (mayormente asesinatos políticos), 160 templos cristianos quemados, 69 oficinas destrozadas, 1287 agresiones,, 10 diarios asaltados, 228 paros parciales y 111 huelgas generales (JOHNSON. 2000, pp 402, 403, 404 y 405). Siete mil religiosos, cerca del 13 % del total, fueron asesinados en España. Estas víctimas eran mayormente sacerdotes y monjes, pero muy pocas monjas. En una diócesis de Cataluña, en Girona, 6 mil imágenes religiosas fueron destruidas. La izquierda revolucionaria y el anarquismo denunciaron estos hechos violentos, porque sus militantes eran revolucionarios anticlericales, que quisieron cambiar toda la realidad ideológica de España, pero el gran enemigo de ellos era el capitalismo (HOBSBAWM. 1977, pp 83 y 84). José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia fue procesado por el Frente Popular y murió fusilado (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992, p 329).
Los socialistas estuvieron divididos. Uno de sus líderes Indalecio Prieto fue un moderado que no coincidió con Largo Caballero; él criticó la violencia izquierdista, porque era una provocación para el alzamiento militar, pero no fue escuchado. La clase media, los artesanos, los dueños de las fábricas, los oficiales del ejército y la policía eran contrarios a la violencia de la ultraizquierda; la ocupación de los campos por los anarquistas, las huelgas en las industrias y los enfrentamientos callejeros los asustaron. Las pandillas fascistas se organizaron y respondieron con violencia a los grupos de la izquierda: el movimiento juvenil callejero, el Partido Obrero de Unificación marxista (POUM), los anarquistas y los Sindicalistas Libres. El Frente Popular, con su militancia juvenil sádica, engendró a los agentes stalinistas, o estalinistas, de la guerra civil española. El POUM y los anarquistas hicieron huelgas y ocuparon las fábricas, en marzo. Andalucía, Extremadura y otros lugares soportaron la ocupación de las grandes propiedades campesinas por parte de la izquierda, en el mismo mes. La guardia civil estuvo retenida en sus cuarteles. El gobierno republicano dio licencia al ejército. La policía participó en la violencia o fue indiferente ante el fuego que consumió las cosechas. El parlamentario de la derecha Calvo Sotelo fue encontrado muerto el 14 de julio; este crimen se responsabilizó a la guardia de asalto, como represalia por dos camaradas asesinados, víctimas de la pandilla de la derecha. Robles atribuyó, el 13 de julio, este asesinato al gobierno y se exilió en Francia, porque no quiso participar en el golpe de Estado, en parte fallido, contra el gobierno de la Segunda República (entre el 17 y el 18 de julio de 1936) (JOHNSON. 2000, pp. 405 y 406).
La guerra civil española.
La guerra civil en España duró desde la sublevación militar del 18 de julio de 1936 hasta el triunfo de Franco, anunciada oficialmente el 1 de abril de 1939 (CROUZET. 1981. T. VII, p 225). El sur y el este, en gran parte, estuvieron en poder de los generales sublevados, pero no se adueñaron de Madrid. El norte y el este fue controlada por el gobierno republicano, hasta el comienzo de 1938.
El odio republicano causó la violencia contra los religiosos cristianos. El clero era monárquico, antiliberal, antisocialista y el fascismo no fue de su agrado. El cardenal Primado de Toledo era un amigo de los británico y enemigo de los fascistas. Los miembros del clero recibieron compensaciones económicas, cuando perdieron sus tierras en 1837. El clero era considerado rico, pero el sacerdote de parroquia fue pobre. Muchos crímenes republicanos fueron hechos por la militancia joven, los sindicalistas y los cuadros políticos; ellos tuvieron diferentes nombres: “Espartaco”, las “furias”, los “linces de la república”, los “leones rojos” y “fuerza y libertad”, entre otros. El clero no fue parte del alzamiento militar, pero fueron asesinados: 11 obispos, (⅕ parte de la totalidad), 13 % de los sacerdotes y 12 % de los monjes. Las monjas muertas alcanzaron a 283. Muchas monjas fueron violadas. Los laicos nacionalistas, especialmente los integrantes de la Falange, fueron víctimas mortales de los republicanos. Ernest Hemingway utilizó, en su obra “Por quién doblan las campanas” un episodio ocurrido en Ronda, donde murieron 512 individuos arrojados a la garganta. Una docena de grupos de asesinos estuvieron en Madrid; se destacó García Attadell (Atadell) como dirigente de uno estos grupos.
Muchos de los republicanos asesinos se recibieron en la policía secreta de Barcelona, influida por los soviéticos. La izquierda mató a 55 mil civiles; entre estas víctimas mortales, las mujeres totalizaron 4 mil y los niños se contaron por centenares. Los crímenes de los nacionalistas fueron hechos, mayormente, por los militares. Los enemigos republicanos eran detenidos por la noche, sometidos a torturas y fusilados. Los sacerdotes que intercedieron terminaron asesinados. El poeta García Lorca fue otra víctima mortal de la represión militar, porque era el cuñado del alcalde socialista de Granada.
Los crímenes de los nacionalistas (muchos eran ultranacionalistas) fueron: entre 7 mil a 8 mil en Navarra, 8 mil en Granada, 9 mil en valladolid, 2 mil en Zaragoza, 9 mil en Sevilla y 3 mi en los Baleares. Todos los diputados del Frente Popular que capturaron, 6 generales,1 almirante terminaron asesinados por los nacionalistas; otras víctimas mortales fueron: los gobernadores, los maestros y los médicos; en total, los muertos totalizaron 50 mil en esta aplicación totalitaria de la culpa colectiva (JOHNSON. 2000, pp 406, 407 y 408).
La intervención extranjera en la guerra civil española.
El putsch de Franco no fracasó totalmente por la participación extranjera, porque no tuvo éxito en cinco urbes importantes, debido al ejército más numeroso de los republicanos, aumentado con las milicias populares. Los oficiales de la Marina fueron ejecutados. El ejército de África no pudo pasar el estrecho a través del mar, porque fue impedido por dos destructores y dos cruceros. La aviación de los golpistas fue superior, pero no contaron con el transporte aéreo para trasladar a 200 soldados, diariamente, a la península española. El general Mola careció de las municiones suficientes para su levantamiento de Burgos. Franco llegó a Tetuán, desde las Canarias, el 19 de julio de 1939; en este lugar, este líder golpista consiguió los aviones italianos y alemanes al finalizar julio. Mola recibió de Franco 600 mil proyectiles y 3 mil soldados pasaron, en un día, el estrecho de Gibraltar. Franco se convirtió en generalísimo y jefe de Estado, después que los ejércitos del sur y norte se juntaron el 11 de agosto, pero no prevaleció en el aire por la llegada de los aviones rusos y franceses, para apoyar a los republicanos. Los tanques rusos y la superioridad aérea no permitieron la caída de Madrid. Los alemanes enviaron: los tanques y los aviones de una unidad militar de experimentación y 10 mil soldados, de los cuales 5 mil pertenecieron a la Legión Cóndor; después, suministraron 600 aviones y 200 tanques, los cañones antiaéreos de 88 mm y los instructores militares. Los italianos aportaron entre 40 a 50 mil soldados, 660 aviones, 150 tanques, 800 cañones de una artillería de muy buena calidad, los rifles y las ametralladoras. Estos enemigos de los republicanos aseguraron que hundieron 62.800 toneladas de las embarcaciones y eliminaron 903 aviones. El ejército de Franco contó con la colaboración de miles de soldados de Portugal, 600 irlandeses con su jefe O’Duffy y 75 mil soldados moros; también participaron algunos franceses, norteamericanos, británicos, rusos blancos y latinoamericanos. La República recibió 300 carros blindados, 900 tanques y mil aviones de los rusos. Los franceses dieron 300 aviones a los republicanos, pero careció de eficacia al utilizar los materiales suministrados y muchos se abandonaron en el campo del enfrentamiento militar. Los tanques rusos eran los mejores, pero un poco antes de finalizar la guerra un regimiento de estos tanques era del ejército de Franco. Los rusos aportaron 2 mil especialistas militares y 1.000 pilotos, pero no trasladaron un contingente militar numeroso. La República utilizó a 40 mil extranjeros.
El financiamiento de la guerra.
Los republicanos tuvieron una reserva importante de oro, pero no consiguieron créditos para comprar los armamentos bélicos de Occidente y pagaron las armas rusas con las ⅔ partes de este oro. La peseta republicana se devaluó mucho en 1937 y después cayó. El crédito soviético estuvo agotado en 1938. Franco mantuvo estable la peseta nacionalista, sin contar con esta reserva de oro; las empresas extranjeras en España fueron presionadas por él, logró exportar y consiguió los créditos en su país, necesarios para pagar los suministros bélicos. El gobierno de Franco debió 225 millones de dólares a los alemanes y 273 millones a los italianos en 1940; para cobrar estas deudas era necesario que los franquistas ganaran la guerra civil (JOHNSON. 2000, pp 408 a 413).
El putsch comunista en la República.
La guerra entre los grupos de izquierdas en la República se inició en Barcelona, en la primavera de 1937. El POUM y los anarquistas fueron atacados por los comunistas, después del asesinato de su dirigente Roldán Cortada, sucedido el 28 de abril. Estos bandos tuvieron asesinos, policías y ejércitos privados. Caballero no aprobó la disolución de las milicias del POUM. Los comunistas influyeron ideológicamente en el bando republicano, más cuando se necesitaron las armas soviéticas, suministradas por Stalin. Los agentes comunistas de la OGPU y la NKVD, en España, fueron dirigidos por Alexander Orlov, subordinado a Yezhov; otro personaje fue André Marty, un francés del Comintern. Caballero no aceptó la absorción del Partido Socialista por el Partido Comunista ni la influencia stalinista (estalinista). Este gobernante español expulsó de su despacho a Marcel Rosenberg, el embajador de la Unión Soviética, por la exigencia de Stalin para lograr la renuncia de un general republicano. Rosenberg fue asesinado cuando volvió a la URSS. En el Partido Comunista de España se reunieron varios dirigentes comunistas; entre ellos estuvieron Orlov, Marty y el secretario general del Partido Comunistas de España José Díaz. Este español y Jesús Hernández, ministro de Educación de España, no aceptaron el golpe de Estado para derribar a Caballero. Juan Negrín, un profesor de la clase media más privilegiada, sin filiación política, fue el sucesor de Caballero. Él fue elegido por Arthur Stashevsky, un agente de Stalin. No compró armas para ganar la guerra civil, sino recorrió Francia para divertirse con las jóvenes. Su gula era excesiva y acostumbró a cenar tres veces. Los comunistas se adueñaron del Ministerio de Interior y los puestos policiales y militares importantes, cuando Negrín ocupó el cargo de primer ministro, para el cambio completo del gobierno español. Dos falangistas prisioneros fueron obligados, por la policía madrileña, a participar de un falso intento golpista de la “quinta columna” de Francisco Franco y falsificaron la firma una correspondencia entre el líder del POUM y Franco. Todos los jefes del POUM fueron arrestados por las documentaciones falsas. Los intentos del gabinete español para liberar a Nin de la cárcel no tuvieron ningún éxito. Nin no confesó y fue torturado, pero recién murió en el Prado, asesinado por Orlov. Miles de integrantes del POUM soportaron las torturas comunistas hasta morir o fueron ejecutados. Muchas víctimas eran del extranjero: el trotskista Ervin Wolff, el austríaco Kurt Landau y José Robles, un ex docente de la Universidad Johns Hopkins. Orwell y Willy Brandt, posteriormente canciller alemán, escaparon.
La purga de Stalin en el mundo.
Muchos de los agentes soviéticos fueron eliminados en el mundo, por la gran purga de Stalin en la URSS. Robles murió por saber demasiado del general soviético Antonovich Berzin, también asesinado. Casi todos los sirvientes del comunismo en España terminaron muertos, entre 1937 y 1938, excepto Orlov porque amenazó publicar su relato de los secretos comunistas. En París murió envenenado con cianuro el jefe de la NKVD, en febrero de 1938. En Rotterdam falleció (por un atentado) Evhem Konovalek, el proveedor de las armas destinadas a España, en mayo de 1938. Walter Krivitsky era el jefe de la inteligencia soviética en Europa Occidental y sobrevivió hasta febrero de 1941, cuando fue asesinado por los criminales de Stalin en Washington. Otra víctima fue Rudolf Clement, decapitado en el Sena. Además murieron Michael Koltzov, Arthur Stashevsky y Antonov Ovseenko.
El bombardeo de Guernica.
La ciudad vasca de Guernica fue bombardeada por 43 aviones de la Legión Cóndor, proveniente de Alemania. Fue una decisión del coronel alemán Wolfgang von Richthofen, después de consultar con el coronel Juan Vigón, jefe de Estado Mayor del franquista Mola. La ciudad histórica de Guernica, con su roble muy conocido porque fue el lugar de reunión del primer parlamento vasco, fue destruida un 70 % en su edificación y murieron mil individuos.
La propaganda comunista y la versión de Orwell.
El comintern utilizó este bombardeo como propaganda contra su enemigo. Picasso pintó un cuadro de Guernica, exhibido en el Metropolitan de Nueva York. Esta tragedia vasca consiguió la adhesión de las revistas Newsweek y Time, favorables a la causa republicana. Otto Katz y Willi Muezenberg, (Willi Münzenberg) posteriormente asesinados por decisión de Stalin, se ocuparon de la propaganda del Cominter. Ellos utilizaron el ataque aéreo de Guernica, para ocultar la purga comunista en el POUM. No se pudo conocer la versión de Orwell, sobre esta purga, por la oposición de director del New Statesman Kingsley Martin, favorable al bando republicano. Finalmente, Orwell logró publicar este escándalo en el New English Weekly, pero tuvo escasa repercusión entre los intelectuales de la izquierda (JOHNSON. 2000, pp 413, 414, 415, 416 y 417).
Los intelectuales y el Congreso de Escritores de Madrid.
El intelectual progresista se sirvió de España para su actividad literaria. André Malraux, escritor de La condición humana en 1932, sobre la Revolución China, viajó a España para escribir la continuación de su novela, publicada en 1938 con el nombre de Esperanza. Él consiguió los bombarderos Potex, muy lentos para la causa republicana, pero no los aviadores. Hemingway fue convencido de la culpabilidad de Robles, acusado de espionaje, por el represor del contraespionaje Pepe Quintanilla.
El Comintern organizó y pagó las reuniones internacionales de los intelectuales, para favorecer su propaganda. El líder del Partido Comunista Marcel Cachin dirigió, en 1937, la Campaña Internacional por la Paz, realizada en Bruselas. En el mismo año se hizo el Congreso de los Escritores de Madrid y los intelectuales, trasladados en Rolls-Royce, fueron premiados con los banquetes y las fiestas. También presenciaron la danza y los conciertos de canto.
La finalización de la guerra civil.
Las facciones de la izquierda, aseguró Orwell, se disputaron las posiciones militares en la guerra civil española, convencidos del triunfo republicano. Evitaron las bajas para no disminuir sus efectivos militares. Los comunistas negaron el apoyo aéreo y la artillería al POUM. Franco aplicó su “guerra de desgaste”, durante el invierno de 1937-1938. En abril España fue dividida en dos partes. Franco se preocupó por tener la mayoría militar. Stalin completó sus purgas políticas en el otoño y quiso un nuevo acuerdo con los países de la democracia de Occidente o negociar con Hitler. La España republicana se quedó sin oro. La ofensiva final de Franco fue en Cataluña, antes de llegar la Navidad. Barcelona fue derrotada el 28 de enero de 1939 y los militares de Franco ocuparon Madrid el 28 de marzo. El ejército de Franco perdió 90 mil soldados y 110 mil fueron las bajas de los republicanos. Un millón quedaron inválidos, 25 mil murieron por la desnutrición y otros 10 mil por los ataques aéreos. Los fusilados o muertos “detrás de las líneas” totalizaron 130 mil y 500 mil terminaron exiliados. El juicio sumario fue aplicados por los vencedores, contra los republicanos detenidos. El ministro del Interior Suñer quiso vengar a sus hermanos, fusilados en las prisiones republicanas. El cuñado de Mussolini era Ciano y afirmó sobre la cantidad de fusilados por día, entre los republicanos; en Madrid, 200 o 300; en Barcelona, 150; y en Sevilla, 80 (JOHNSON. 2000, pp 418 a 421).
El gobierno de Francisco Franco y la sucesión monárquica.
En 1939 España se declaró neutral, pero el 13 de junio de 1940 negoció con el nazismo su participación en la Segunda Guerra Mundial. Las exigencias españolas eran muchas y no fueron aceptadas por Hitler: Todo Marrueco, Orán, grandes territorios de África Occidental y muchos suministros y equipos militares, para la defensa de las Canarias y el ataque a Gibraltar. Estas exigencias fueron nuevamente reiteradas en la reunión entre Hitler y Franco en Hendaya, el 23 de octubre del mismo año, pero terminaron rechazadas.
Dos mil republicanos pasaron los Pirineos y entraron en España, en octubre de 1944, para causar un levantamiento general y derrocar a Franco. Un gobierno republicano, formado el 26 de agosto de 1945, fracasó porque los aliados contra el fascismo no quisieron una nueva guerra civil española. Franco prohibió el saludo fascista, pero no disolvió la Falange porque era controlada por él.
El gobierno de Franco fue constituido por los funcionarios aceptados por los empresarios, los terratenientes y la Iglesia. El gobernante se consideró el centinela de España y no apoyó al político profesional, para no afrontar ningún riesgo estatal.
Una “ley de sucesión”, con su principio monárquico, fue aprobada por la votación de la mayoría del electorado español. Juan Carlos fue educado para suceder a Francisco Franco. La autoridad de Franco fue traspasada a Juan Carlos en 1974. En noviembre de 1975, después de la muerte de Franco, Juan Carlos fue coronado como monarca de España (JOHNSON. 2000, pp 453, 744 y 745).
El nazismo.
Los hombres del Este y la cultura alemana. El pueblo judío alemán.
Los hombres del Este eran simpatizantes de la cultura de la raza aria y enemigos de la civilización del Oeste. Estos dirigentes perdieron la Primera Guerra Mundial; sin embargo, ellos engañaron ideológicamente al pueblo alemán y culparon de esta derrota a los defensores de la civilización de Occidente, especialmente a los judíos. Después de esta gran guerra, las actividades políticas, culturales y artísticas en la República de Weimar estuvieron influenciadas por los judíos alemanes; la intelectualidad, el arte, la música, la cinematografía, el teatro y las publicaciones, entre ellas los periódicos, incluyeron a muchos de esta colectividad.
El burócrata de Alemania fue educado con los “criterios prusianos” y su honra era obedecer a los políticos gubernamentales; la consecuencia negativa de este obedecimiento era su “abdicación moral”; esta práctica se extendió hasta terminar la Segunda Guerra Mundial.
La nación alemana moderna provenía del militarismo prusiano. El Estado prusiano militarista de Bismarck, con su Estado de bienestar, fue copiado por los hombres del Este; era paternalista y tenía su seguridad social y su programa de salud pública para el trabajador. Este sistema era opuesto al liberalismo, con sus salarios altos y la opción de elegir libremente.
El Tercer Reich.
El historiador Arthur Moeller van Bruck publicó una obra antiliberal, en 1923, referida a los imperios alemanes; el primer Reich fue el imperio medieval; el segundo Reich fue el creado por Bismarck, pero fue artificial y se derrumbó por la corrupción liberal; el Tercer Reich debía defender los valores de Alemania y durar mil años. Para lograr este tercer imperio, era necesario depurar la sociedad alemana del capitalismo y el liberalismo (JOHNSON. 2000, pp 145, 157, 159 y 163).
El antisemitismo en la cultura Volk alemana.
El antisemitismo alemán ya se había expresado en la cultura Volk alemana y su vuelta al campo. El Volk, su mitología y su hábitat natural en el paisaje de Alemania, con sus bosques misteriosos y cubiertos por las sombras, fue importante en el movimiento romántico de este país. Se originó en la época napoleónica y en 1817 se empezaron a quemar los libros no deseados, por corromper a la cultura Volk.Un autor de novelas históricas: Otto Gemlin (Otto Gmelin) escribió en Die Tat, una publicación del romanticismo alemán, sobre la importancia de la campiña para un pueblo y su raza; sin este hábitat, el alma se moría. El pueblo judío por estar desarraigado no tenía alma, carecía de paisaje propio y se amontonaba en la gran ciudad. Era necesario quitar las industrias y las tecnologías a los judíos para destruirlos, porque eran enemigos mortales. La burguesía y el proletariado del mundo conspiraban para destruir al campesinado alemán, su alma y su paisaje natural (JOHNSON. 2000, pp 153 y 154).
Las escuelas de la cultura Volk.
La vida al aire libre fue defendida por las escuelas Volk. Los ritos de esta cultura eran practicados en los anfiteatros naturales, como las montañas Harz y otras. Los jóvenes del movimiento Volk caminaron por las campiñas para difundir su música, con la utilización de la guitarra. Los colegios y las universidades recibieron esta cultura antisemita. Otras costumbres de sus integrantes eran: tomar baños de sol y practicar el desnudismo puro, virtuoso y no provocativo sexualmente. Josefina Baker, una bailarina erótica de raza negra, no era aceptada moralmente por los hombres del Este.
La reacción de la comunidad judía.
La comunidad judía reaccionó ante esta cultura enemiga; en un primer momento, los judíos intentaron la asimilación y se dedicaron a diversos trabajos: artesanía, agricultura y ejército; pero después, ellos crearon: las ligas estudiantiles, los grupos de militantes y otras organizaciones judías.
La Casa Rothschild.
Los judíos alemanes no trabajaron como funcionarios del Estado ni eran los capitalistas de las industrias más importantes en este país. En la elección de 1932 no tuvieron candidatos de su colectividad. Sin embargo, el asesor financiero de Bismarck fue el judío Gerson von Bleichröder, el organizador de los bancos y especialmente de la Casa Rothschild, con el propósito de financiar las guerras de Alemania. En 1920 Walter Rathenau ocupó una alta jerarquía y fue casi la excepción entre los miembros de esta colectividad, pero terminó asesinado poco después.
Civilización y cultura.
Para los hombres del Este, la civilización era de Occidente, cosmopolita, desarraigada, enemiga de los germanos, inmoral, contaminante racialmente y demasiado material. En cambio, la cultura era pura, virtuosa, nacional, auténtica, espiritual y alemana. La cultura empujaba a los alemanes hacia el Este y la civilización los dirigía hacia el Oeste.
El editor de la revista Die Tat, desde 1912, fue Eugen Diederich y dijo, en su casa de la ciudad de Jena, que la democracia pertenecía a la civilización mientras la aristocracia era similar a la cultura.
En 1924 D. H. Lawrence escribió, en su “Carta desde Alemania”, sobre el alejamiento alemán de la polaridad del cristianismo civilizado y su acercamiento al Este. Este cambio ocurrió por la influencia de Tartaria, con su polaridad salvaje. La fascinación alemana por el Este, destruido por Atila, causaron la caída de la influencia civilizadora. La paz y la producción ya no bastaron para mantener la esperanza de Alemania en su reconciliación con Europa; esta adhesión ya se resquebrajó en 1921. (JOHNSON. 2000, pp 144, 145, 154, 155, 156 y 175).
Después de 1800, las terminologías civilización y cultura fueron rivales; en el año 1900, la palabra cultura fue muy utilizada. También se dió una “concepción unitaria” de la idea de ambos términos, pero no fue constitutiva de la “regla general”. En Francia nacieron casi al mismo tiempo. Cicerón habló de “cultura mentis”; sin embargo, civilización apareció por primera vez en una obra del año 1776. Civilización nació con más tarde, porque civilización y civilizado son palabras que se remontan a los siglos XVI y XVII. Civilización se convirtió en un “ideal profano” de progreso, tanto intelectual como técnico, social y moral.
En el año 1850, ambos términos pasaron del singular al plural; con esta pluralidad, se dejó el ideal de una “civilización definida” europea y se consideraron todas las experiencias humanas de otros continentes.
Con Herder, en la lengua alemana, cultura fue el progreso tanto intelectual como económico y civilización designó el “aspecto material” de la vida del ser humano.
Cultura es la “verdadera espiritualidad” y civilización es la “mecanización”, para Thomas Mann.
Henri Marrou consideró a la cultura como la “forma personal” de la vida y del espíritu; él dejó la terminología civilización a las realidades sociológicas.
El antropólogo norteamericano: Philip Bagby reservó la palabra civilización para la ciudad y la cultura para el campo, pero consideró a la civilización como un estadio superior.
Spangler afirmó que hay tantas filosofías y artes como culturas (BRAUDEL. 1995, pp 134 a 155).
El libro de Spengler: “La decadencia de Occidente”.
En su libro: “La decadencia de Occidente”, Oswald Spengler consideró ocho civilizaciones históricas, entre ellas la última y la octava: la civilización de Occidente. Esta obra, publicada en 1918, fue un bestseller y su esencia era al darwinismo social. La plutocracia, la democracia y la tecnología mostraron los signos de la decadencia de esta cultura de Occidente. La civilización se imponía a la cultura alemana y causaba su derrota en la Primera Guerra Mundial. Spengler era un maestro de escuela y pronosticó una nueva época, marcadas por las guerras crueles y los héroes duros. Otra obra suya se publicó en 1920: “Prusianismo y socialismo” para exponer sus socialismo nacional, sin las clases sociales y dirigido por un director. (JOHNSON. 2000, pp 162 y 163).
La formación política de Hitler y su ideología.
Los personajes influyentes en Hitler. Karl Lueger era el alcalde de Viena (Austria) y su paternalismo estatal fue muy exitoso: los cinturones verdes, la creación de un millón de empleos, los transportes, la educación y la seguridad social; este socialcristiano influyó, con su socialismo, en el pensamiento de Hitler sobre la política interior de Alemania, hasta 1931. Persuadir a las masas para cambiar la libertad por la seguridad estatal impresionó al joven Hitler. Georg Schönerer logró influir en el antisemitismo de Hitler, con su proyecto de una legalidad antijudía. Otro influyente fue un militar: Ludendorff, con su politización del ejército. (JOHNSON. 2000, pp 170 y 171)
La concepción política de Hitler. Esta concepción fue opuesta a las ideas de la revolución francesa (1789), porque los vencedores de Occidente, después de la Primera Guerra Mundial, obligaron a caer en un estado inferior a la república de Weimar al aceptar la ideología liberal. Para Hitler era preciso que Alemania despertara contra el liberalismo y su individualismo, porque no eran convenientes a la mentalidad de la población alemana; la libertad y la igualdad del liberalismo no eran naturales para Hitler, por la falta de coincidencia de dicho sistema racional con la naturaleza; por ser el “eslabón de las generaciones”, el hombre no se halló aislado; la misión del Estado jerárquico de librería y vendió 6 millones de ejemplares en 1940. Goebbels, Darré, Rosenberg y las publicaciones: Angriff y Völkischer Beobachter divulgaron las ideas expuestas por Hitler. (CROUZET. 1981. Vol. VII, p 210).
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(see also in http://criterio.hn, Honduras, under https://t.co/vuza8DmmjV https://t.co/lcQE8DDMIp) and https://libertasblogs.wordpress.com/2018/10/29/jair-bolsonaro-un-sadico-para-brasil-y-el-mundo/
Desde el pasado 29 de septiembre del presente año, en la ciudad de Duesseldorf se esta produciendo demostraciones en contra del candidato Jair Bolsonaro. Que en la actualidad este pasado Domingo gano las elecciones con un 55,1% en Brasil. En la prostesta se pide no votar a favor de Jair Bolsonaro del extremista de derecha en Brasil. Las demostraciones están llegando en todas partes de Alemania, por la lucha de una Brasil libre que lucha contra el fascismo. Este grupo de protestantes lucha por lo feminista. Jair Bolsonaro ha traido un desconcierto mundial por sus comentarios en referencia a la homosexualidad. Un hombre que está en contra del homosexualismo, que no entiende que cada persona tiene derecho a ser repetado por las decisiones que tome con su vida. Un hombre que es racista, que va encontra de las mujeres y en contra de los refugiados. La pregunta ¿Es esto lo que realmente quiere Brasil? Un presidente sin calidad humana? Estos son los comentarios desagradables del candidato Jair Bolsonaro que era unos de los candidatos este Domingo a la presidencia de Brasil y ahora actual presidente:
„En una entrevista para el dokuserie Gaycation, Ellen Page nos recordó una declaración anterior de Bolsonaro que uno podría expulsar la homosexualidad de un niño con una azotaina apropiada.Como también en otra entrevista que le hizo el cómico británico Stephen Fry, Bolsonaro 2013 afirmó que ” a los brasileiros no nos gustan los homosexuales ” (Nós, Brasileiros, não gostei de homossexuais)“. Sobre la diputada Maria do Rosário (PT), dijo en febrero de 2015: “no merece ser violada porque es muy fea. Ella no es mi tipo. Yo nunca la violaría. (ELA não merece porque ELA é muito RUIM, porque ELA é muito FEIA. Não FAZ MEU Gênero. Jamais un estupraria.) Fue condenado por 10.000 reales, que el Tribunal Supremo confirmó. El periodista americano Glenn Greenwald describió a Bolsonaro como “el funcionario elegido más hostil, odioso del mundo democrático” (the most misogynistic, hateful elected official in the democratic world). La plataforma de noticias australiana News.com.au se preguntaba si Bolsonaro era discutible como el “político más atroz del mundo” (el político más repulsivo del mundo). El día-marcador escribió, contra Bolsonaro, el Presidente de los E.E.U.U. Donald Trump aparecido “como la encarnación de la sabiduría, del equilibrio y del alojamiento“. Estos son los comentarios desagradable de Jair Bolsonaro en relación en contra a la Homosexualidad y al feminismo. https://de.wikipedia.org/wiki/Jair_Bolsonaro Hoy ha escrito el periodico aleman Spiegel online: Elecciones en Brasil, miedo a la dictadura. Así de extremista son los casos de los fan de Bolsonaro, que hasta ya hay caos de homicidios realizados. Como es posible que hasta pastorese evangélicalos estén metidos y que propongan que voten por Bolsonaro? “Los pastores llaman en el servicio de la iglesia para elegir Bolsonaro” “Los pastores piden Bolsonaro durante el servicio”, dice Mónica Silva, una joven mujer que, como empleada de la autoridad de salud, visita numerosos hogares todos los días. Las protestas contra Bolsonaro se han extendido por Alemania en los últimos días Aproximadamente el 30 por ciento de los brasileños se estima que son las iglesias pentecostales fundamentalistas, y en el Congreso tienen un lobby poderoso. Edir Macedo, un ex comerciante callejero que ha construido un imperio de la iglesia en todo el mundo con su “Igreja universal”, declaró su apoyo a Bolsonaro poco antes de la primera votación. Decenas de miles de pastores de todo el país han estado actuando como trabajadores electorales no oficiales desde entonces. Esto es lo que causa el Polaritismo: „La polarización en la sociedad ha destruido amistades y familias desgarradas. Entre los opositores del candidato derechista crece el miedo de una nueva dictadura. En los últimos días, numerosas universidades públicas han sido investigadas e intervenidas por la policía“ (http://www.spiegel.de/politik/ausland/brasilien-das-land-steht-vor-einem-harten-rechtsruck-a-1234847.html). En otras palabras Bolsonaro se guia en la doctrina de Maquiavelo: donde el poder a la dictadura en sus propios intereses en dirigimiento a la dominacia de Gobernanza y sus institos inhumanos. Como en la acumulación al poder. Si esto es lo que le espera a Brasil si eligen a Jair Bolsonaro. Me siento feliz de vivir en un país libre, donde se puede respirar como humano y donde puedo ejercer mi libertad, aquí en Alemania. Lastimosamente ayer Brasil eligio a Bolsonaro como presidente
Carmen Aguilera García
Jair Bolsonaro un sádico para Brasil y el mundo? (see also in Honduras, under and Desde el pasado 29 de septiembre del presente año, en la ciudad de Duesseldorf se esta produciendo demostraciones en contra del candidato Jair Bolsonaro.
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JOSE MARTÍ COMO PRECURSOR DE LA CUARTA TEORÍA POLÍTICA
Leonid Savin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
El legado de José Julián Martí Pérez revela la imperfección de las ideologías que llegaron a dominar en el siglo XX y confirma la necesidad de crear una nueva teoría política.
El poeta, filósofo, político y revolucionario cubano José Julián Martí Pérez en Cuba es un héroe nacional que dio su vida por la liberación de la patria. En los círculos literarios es considerado uno de los fundadores del modernismo. En Rusia, es conocido principalmente en los círculos de latinoamericanistas, y tal vez de aquellos que están ampliamente y profundamente interesados en la historia de la Revolución Cubana, sin limitarse al conocimiento del Che Guevara y los hermanos Castro Rus. En la época soviética, solo se publicaron dos libros (Martí, Escenas sobre Norteamérica. M: GIHL, 1963; Marty, Favortios. M: Fiction, 1974), que representan solo una pequeña parte de la obra del autor cubano, que estaba censurada. La elección, por supuesto, fue dictada por la crítica de Martí al capitalismo norteamericano, que él conoció desde adentro, viviendo por algún tiempo en los Estados Unidos ("Viví en las entrañas del monstruo y lo conozco por dentro. En mis manos está la honda de David").
También estamos interesados en José Martí, no solo como el Apóstol de la Independencia, como se le llama en Cuba, sino también como un filósofo político, al que se le puede atribuir con seguridad ser del círculo de pensadores que precedió a la Cuarta Teoría Política.
Por supuesto, en su momento no había marxismo ni fascismo, y las realidades del Caribe estaban relacionadas principalmente con el colonialismo y las ambiciones imperialistas. Pero en las obras de José Martí vemos no solo la superación del pensamiento económico estrecho, característico de la reacción socialista y nacionalista (fascista) ante los inicios del capitalismo. Se las arregló para ver las verdaderas aspiraciones de la gente, más allá de las ideas políticas y las formas organizativas de su época. Él plasmó sus pensamientos sobre este tema en una carta a su camarada en armas, el general Máximo Gómez del 10.20.1884, escrita en Nueva York: "Por las ordenes, las tropas se pueden controlar en general, pero el pueblo no se crea por medio de las ordenes. Estamos preparando una revolución más compleja que requiere una preparación más hábil que cualquier otra revolución".
José Martí se opuso al imperialismo, pero no al imperio, lo cual a menudo es enfatizado por los martinistas. Criticó el capitalismo liberal burgués, al tiempo que entendía la naturaleza parasitaria del sistema bancario de entonces (y del futuro). "Si no es posible robar tierras extranjeras, actúan como una camarilla cohesiva, interfieren en la política nacional y cambian las leyes del país para sus propios fines. Inflan el prestigio de alguna empresa, venden sus acciones, fomentan la confianza pública con fraude deshonesto y luego arruinan esta empresa... A su servicio hay periódicos, telégrafos, damas seculares, caballeros elocuentes y respetados, diputados, polemistas ardientes que derraman sus elogios al Congreso, defendiendo sus intereses. Todo está en sus manos, pueden comprarlo todo", escribió en su obra periodística el "Ministro de la Marina Whitney".
Su vida en los Estados Unidos dejó una marca indeleble en el trabajo de Martí. "Esta nación es como un árbol: los gusanos a menudo anidan en las raíces de los árboles poderosos", así describió a la nación norteamericana en el ensayo “Premio de Boxeo”. Y aquí existe una caracterización muy detallada en la que trata de capturar tanto el pasado como el futuro: "El tiempo mostrará cuán profundas fueron las raíces de este árbol en flor y lo que une más fuertemente a la gente: el dolor común y el sacrificio conjunto de los hechos o el mismo deseo de obtener ganancias. Solo el tiempo dirá si las fuerzas del mal monstruoso y la destrucción están madurando en las profundidades de este país gigantesco y sorprendente, y si el alma de un pueblo, en cuya vida no había un ennoblecimiento femenino, esta fuente del sentido de la belleza y un rasgo que complemente el carácter nacional, no se ha corrompido" (En Coney Island se vacia Nueva York).
Martí fue un revolucionario brillante y activo, alabando las tradiciones y la cultura popular. Entendió la complejidad de la construcción independiente del Estado en el contexto de las relaciones internacionales. Echó un vistazo a las profundidades de aquellos países y pueblos que tuvo la oportunidad de visitar, expresándolo en su poesía o periodismo.
Anticipó el surgimiento de América Latina como un polo especial de la política mundial, especialmente señalando el papel de Cuba en la geopolítica regional.
La comprensión de la importancia de la libertad de la Isla de Cuba, que se convirtió en una realidad debido a las acciones de Fidel Castro y sus camaradas de armas, está claramente indicada en una carta a Manuel Mercado: "Debemos lograr la independencia cubana, de lo contrario, Estados Unidos se apoderará de las Antillas y desde aquí atacará a las tierras de Nuestra América... Hay pueblos (y estos incluyen al nuestro) que están vitalmente interesados en asegurar que los imperialistas extranjeros no estén de acuerdo con los españoles y allanen el camino a través de Cuba para la anexión de los países de Nuestra América al Norte cruel, agresivo y despreciativo... "
"Nuestra América", un pequeño ensayo político de José Martí, es muy amplio en contenido y conserva su relevancia. Al mismo tiempo, el término en sí entró en uso para todos los patriotas latinoamericanos que abogan por la creación de un Gran Espacio, es decir, continuar desarrollando las ideas de Simón Bolívar en un nuevo contexto. En este ensayo, Martí habla sobre las ideas, sobre la identidad de los pueblos, sobre la necesidad de una lucha conjunta, incluso si estos países están separados por grandes distancias, sobre la necesidad de evitar copiar formas de gobierno ("el espíritu de gobierno debería ser el espíritu de su pueblo"). En este trabajo, Martí también critica la teoría racial-biológica, que ya estaba de moda en Europa. Si el apóstol Pablo dijo que "no hay griegos ni judíos", entonces Martí declaró que "las personas de diferente físico y color de piel están dotadas de la misma alma". Entonces, el camino hacia el 4PT está abierto a todos los pueblos de pensamiento libre que no han sufrido la decadencia del liberalismo o el racismo-nacionalista burgués y superficial.
Curiosamente, las ideas de José Martí están consagradas en la Constitución cubana como la base ideológica que guía al Estado. Por lo tanto, es correcto decir que Cuba sigue no solo al marxismo-leninismo, sino también al josemartismo. Si Marx propuso un análisis económico de la relación entre las clases, y Lenin describió otras prioridades en la lucha contra la burguesía y el capitalismo, Martí representa a un filósofo original que condensa las letras caribeñas con la práctica de la lucha de liberación, las ideas legales (José Martí era un abogado de formación) y un espíritu de libertad. ¡Imaginemos, por ejemplo, que las ideas de F.M. Dostoievski se vieran reflejadas en la Constitución de Rusia!
En nuestros trabajos filosóficos, políticos e ideológicos sobre 4TP, a menudo planteamos la cuestión de la libertad positiva, que, en nuestra opinión, debe incluir el significado de un sistema político ideal. Martí escribió en su ensayo “Los tres héroes”: "La libertad es el derecho a ser honesto: no a ser hipócrita en palabras o pensamientos". En otro lugar, señaló: “Antes de que naciera un hombre, y cerca de su cuna, ya están listos en los amplios y gruesos brazaletes que lo encadenan a la filosofía, las religiones, los pasatiempos de los padres, los sistemas políticos. Una persona así se retuerce, atada, y permanece amordazada y ensillada como un caballo de por vida. Por lo tanto, la tierra ahora está llena de personas cuyos rostros están ocultos bajo disfraces".
Entonces, Martí sugirió buscar un camino hacia la liberación, no solo del dominio de España, sino también del dominio de las ideas escolásticas de la filosofía racional de Europa Occidental (en gran parte culpable del actual estado de crisis del mundo), cuya incompatibilidad con el espíritu de América Latina fue previsto providencialmente por el poeta cubano.
"Si hay un tribunal superior, solo con ustedes estaré ante este tribunal: o seremos condenados ambos, o seremos salvados juntos". Estas líneas se atribuyen a Martí como dedicados a su musa. ¿Pero quién era ella realmente? Esta musa es su tierra natal, Cuba. La historia ha demostrado que Martí tenía razón. Por eso es necesario seguir estudiando las ideas de este gran filósofo y revolucionario cubano. Y desarrollarlas en el contexto del orden mundial actual.
El artículo se publicó por primera vez en enero de 2014.
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Tres New Deals: por qué nazis y fascistas adoraban a FDR, por Mises Hispano.
[Three New Deals: Reflections on Roosevelt’s America, Mussolini’s Italy, and Hitler’s Germany, 1933-1939. Por Wolfgang Schivelbusch. Metropolitan Books, 2006. 242 pgs.]
Los críticos del New Deal de Roosevelt a menudo lo comparan con el fascismo. Los numerosos defensores de Roosevelt desestiman este cargo como propaganda reaccionaria; pero como lo deja claro Wolfgang Schivelbusch, es perfectamente cierto. Además, se reconoció que era cierto durante la década de 1930, tanto por los partidarios del New Deal como por sus oponentes.
Cuando Roosevelt asumió el cargo en marzo de 1933, recibió del Congreso una delegación extraordinaria de poderes para hacer frente a la Depresión.
Los amplios poderes otorgados a Roosevelt por el Congreso, antes de que ese organismo entrara en receso, no tenían precedentes en tiempos de paz. A través de esta “delegación de poderes”, el Congreso, en efecto, se había eliminado temporalmente como la rama legislativa del gobierno. El único control que quedaba del ejecutivo era el Tribunal Supremo. En Alemania, un proceso similar permitió a Hitler asumir el poder legislativo después de que el Reichstag se incendió en un presunto caso de incendio premeditado el 28 de febrero de 1933. (p.18).
La prensa nazi celebró con entusiasmo las primeras medidas del New Deal: Estados Unidos, como el Reich, había roto decisivamente con el “frenesí desinhibido de la especulación del mercado”. El periódico del Partido Nazi, el Völkischer Beobachter, “subrayó” la adopción de Roosevelt de las tensiones de pensamiento nacionalsocialistas en sus políticas económicas y sociales, “elogiando el estilo de liderazgo del presidente como compatible con el propio Führerprinzip dictatorial de Hitler” (p.190).
Tampoco el propio Hitler carecía de elogios para su contraparte estadounidense. Él “le dijo al embajador estadounidense William Dodd que estaba ‘de acuerdo con el presidente en la visión de que la virtud del deber, la disposición para el sacrificio y la disciplina debe dominar a todo el pueblo. Estas demandas morales que el presidente coloca ante cada ciudadano individual de la Los Estados Unidos son también la quintaesencia de la filosofía estatal alemana, que encuentra su expresión en el eslogan “El bienestar público trasciende el interés del individuo”‘” »(págs. 19-20). Un Nuevo Orden en ambos países había reemplazado un anticuado énfasis en los derechos.
Mussolini, que no permitió que su trabajo como dictador interrumpiera su prolífico periodismo, escribió una brillante reseña de Looking Forward de Roosevelt. Encontró “reminiscencias del fascismo… el principio de que el Estado ya no deja la economía a su suerte”; y, en otra revisión, esta vez de New Frontiers de Henry Wallace, Il Duce encontró el programa del Secretario de Agricultura similar a su propio corporativismo (pp. 23-24).
Roosevelt nunca tuvo mucho uso para Hitler, pero Mussolini era otro asunto. “No me importa decírtelo en confianza”, comentó FDR a un corresponsal de la Casa Blanca, “que estoy manteniendo un contacto bastante cercano con ese admirable caballero italiano” (p.31). Rexford Tugwell, un importante asesor del presidente, tuvo dificultades para contener su entusiasmo por el programa de Mussolini para modernizar Italia: “Es la pieza de maquinaria social más limpia … más eficientemente que he visto. Me produce envidia” (p. 32). citando a Tugwell).
¿Por qué estos contemporáneos vieron una afinidad entre Roosevelt y los dos principales dictadores europeos, mientras que la mayoría de la gente los ve hoy como polos opuestos? La gente lee la historia al revés: proyectan los feroces antagonismos de la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos luchó contra el Eje, en un período anterior. En ese momento, lo que impresionó a muchos observadores, incluidos, como hemos visto, a los principales actores, fue un nuevo estilo de liderazgo común en América, Alemania e Italia.
Una vez más, debemos evitar un error común. Debido a los despiadados crímenes de Hitler y su aliado italiano, se supone erróneamente que los dictadores fueron en su mayoría odiados y temidos por la gente que gobernaban. Muy por el contrario, fueron en esos años de preguerra los objetos de considerable adulación. Un líder que encarnaba el espíritu de la gente había reemplazado al viejo aparato burocrático de gobierno.
Mientras que la ascensión casi simultánea de Hitler y Roosevelt al poder resaltó las diferencias fundamentales… los observadores contemporáneos notaron que compartían una habilidad extraordinaria para tocar el alma de las personas. Sus discursos fueron personales, casi íntimos. Ambos, a su manera, dieron a sus audiencias la impresión de que se estaban dirigiendo no a la multitud, sino a cada oyente como un individuo. (p.54)
Pero, ¿la tesis de Schivelbusch no cae ante una objeción obvia? Sin duda, Roosevelt, Hitler y Mussolini fueron líderes carismáticos; y todos ellos rechazaron el laissez-faire a favor del nuevo evangelio de una economía administrada por el Estado. Pero Roosevelt conservó las libertades civiles, mientras que los dictadores no lo hicieron.
Schivelbusch no niega las diferencias manifiestas entre Roosevelt y los otros líderes; pero incluso si el New Dealera un “fascismo blando”, los elementos de compulsión no faltaban. La campaña “Blue Eagle” de la Administración Nacional de Recuperación sirve como su principal ejemplo. Los empresarios que cumplían con los estándares de la NRA recibieron un póster que podían exhibir prominentemente en sus negocios. Aunque se suponía que el cumplimiento era voluntario, el director del programa, el general Hugh Johnson, no se abstuvo de apelar a los boicots ilegales masivos para garantizar los resultados deseados.
“El público”, agregó [Johnson], “simplemente no puede tolerar el incumplimiento de su plan”. En un buen ejemplo de doble sentido, el argumento sostenía que la cooperación con el presidente era completamente voluntaria, pero que las excepciones no serían toleradas porque la voluntad del pueblo estaba detrás de FDR. Como dijo un historiador [Andrew Wolvin], la campaña de Blue Eagle “se basó en la cooperación voluntaria, pero los que no cumplieron se vieron obligados a participar”. (p.92)
Schivelbusch compara este uso de la psicología de masas con la fuerte presión psicológica utilizada en Alemania para forzar las contribuciones al Fondo de Ayuda de Invierno.
Tanto el New Deal como el fascismo europeo estaban marcados por lo que Wilhelm Röpke llamó acertadamente el “culto de lo colosal”. La Tennessee Valley Authority fue mucho más que una medida para llevar electricidad a las áreas rurales. Simbolizaba el poder de la planificación gubernamental y la guerra en los negocios privados:
La TVA fue la realización concreta y de acero de la autoridad reguladora en el corazón del New Deal. En este sentido, las represas masivas en el Valle de Tennessee eran monumentos al New Deal, así como las Nuevas Ciudades en los Pantanos Pontinos eran monumentos al Fascismo … Pero más allá de eso, la propaganda de TVA también estaba dirigida contra un enemigo interno: los excesos capitalistas que había llevado a la Depresión … (pp. 160, 162)
Este destacado estudio es tanto más notable cuanto que Schivelbusch muestra poco conocimiento de la economía. Mises y Hayek están ausentes de sus páginas, y capta el significado de la arquitectura mucho más que los errores de Keynes. Sin embargo, él tiene un instinto para lo esencial. Concluye el libro recordando el gran libro de John T. Flynn de 1944, As We Go Marching.
Flynn, comparando el New Deal con el fascismo, previó un problema que aún enfrentamos hoy.
Pero, voluntaria o involuntariamente, argumentó Flynn, el New Deal se había puesto en la situación de necesitar un estado de crisis permanente o, de hecho, una guerra permanente para justificar sus intervenciones sociales. “Nace en crisis, vive en crisis y no puede sobrevivir a la era de la crisis… La historia de Hitler es la misma”… El pronóstico de Flynn para el régimen de su enemigo Roosevelt suena más adecuado hoy que cuando lo hizo en 1944… “Debemos tener enemigos”, escribió en As We Go Marching . “Se convertirán en una necesidad económica para nosotros”. (pp 186, 191)
El artículo original se encuentra aquí.
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