#ClientsHorrorStories
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"Quiero que usés este tipo de letra, se llama Comic Sans"
Después de haberle pedido al Diseñador que hiciera su logo más grande en el diseño de su flyer, Don Cliente sigue inconforme y sigue agregando cambios que desea a su lista. Al parecer Don Cliente quiere volver loco al Diseñador para que cuando el trabajo por fin esté terminado, éste le salga gratis.
Diseñador: ¿Se puede pasar Don Cliente?
Don Cliente: ya estás adentro, ¿Qué necesitás?
Diseñador: bueno, le traigo la muestra del diseño con los cambios que me pidió, ahora su logo ocupa el 50% del diseño...
Don Cliente: ¿Ves la diferencia? ¡Te lo dije! Se ve mucho mejor que antes, deberías cobrarme más barato, al final yo estoy haciendo todo el trabajo.
Diseñador: y bien ¿Entonces queda aprobado?
Don Cliente: no tan rápido, hijo... antes, tengo una observación.
Diseñador: ¿Otra?
Don Cliente: claro, he estado pensando y el tipo de letra que usaste creo que ha matado el diseño ¿Traés tu laptop con vos?
Diseñador: ehhhhh... sí, claro, déjeme que la saque, mientras tanto, cuénteme ¿Qué tiene en mente?
Don Cliente: bueno, hay una fuente muy linda que me gustó mucho, sería mejor que ocupés este tipo de letra, se llama Comic Sans.
(Suena la música de Psicosis)
Diseñador: ¿Está bromeando verdad?
Don Cliente: claro que no, a ver, cambiále la letra...
Diseñador: está bien.
Don Cliente: dejáme ver...
Diseñador: ¿Y bien?
Don Ciente: ¡ESTÁ VIVO! ¡ESTÁ VIVO!
Diseñador: ¿ehhh? No me asuste, ¿De qué habla?
Don Cliente: que el diseño muerto y aburrido que habías hecho ahora está vivo y es divertido...
Diseñador: usted ha creado un monstruo.
Que el cliente solicite cambios en el diseño siempre se considera algo normal hasta cierto punto y es totalmente válido cuando el cliente sabe lo que está haciendo, pero existen ocasiones en las que hablando particularmente sobre la tipografía, el cliente puede llegar a pedir cambios en el tipo de letra que resultan atroces, pues algunos de ellos se dejan llevar por lo que les parece una fuente "bonita" o "llamativa" y se olvidan de aspectos tan importantes como de la legibilidad y claridad de la misma. Pueden existir casos no tan raros ni aislados en los que el cliente puede llegar a pedir que se use un tipo de letra especifica, y tampoco sería tan raro que nos llegue a pedir la famosa tipografía que todos consideran "bonita y divertida": Comic Sans, claro, a excepción de nosotros los diseñadores, quienes sabemos que lejos de tratarse de un cliché, el rechazo por ésta fuente surge en su falta de homogeneidad, proporcionalidad y funcionalidad lo que produce que sea poco legible y nada estética. Valorando estos aspectos debemos ver que la universalidad y aceptación que pueda tener esta fuente entre las personas que no tienen conocimientos en tipografía, no la hace una buena opción ni justifica su uso por ningún diseñador, pues de usarla estaríamos atentando contra la efectividad para comunicar el mensaje visual que deseamos, de manera que se trate de ésta controversial fuente o de cualquier otra que le reste legibilidad y claridad al diseño debemos en la medida de lo posible, presentarle opciones o propuestas al cliente que puedan cumplir con las expectativas del mismo sin sacrificar la funcionalidad del diseño. Es por lo anterior que no debemos dejarnos llevar a la primera ante una petición que será perjudicial para el mismo cliente y en vez de ello debemos explicarle porqué el uso de ciertas fuentes puede resultar inadecuado en el Diseño Gráfico. Así que la próxima vez que nos veamos en ésta horrorosa situación dejemos el conformismo a un lado y tratemos de ir más allá y persuadir al cliente sobre lo que le será más conveniente.
Agradecimientos a Luis Antonio Mejía por contribuir con ésta historia de horror.
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"Haz el logo más grande"
Don cliente: muchacho, te estaba esperando...
Diseñador: temo preguntar para qué.
Don cliente: bueno, resulta que a noche luego que me mandaste el diseño con los últimos cambios que te pedí, me puse a ver "The attack of the 50 foot woman" y me di cuenta que el logo en el diseño no era lo suficientemente grande...
Diseñador: ¿Cómo? Pero si se trata de un flyer, ¿Cómo podría hacer el logo de 50 pies?
Don cliente: lo que quiero es que el logo resalte mucho más, así que hacélo más grande.
Diseñador: don cliente, ¡Pero si hago el logo más grande el diseño quedará desequilibrado y le restará relevancia al resto del mensaje!
Don cliente: sí, tenés razón muchacho...
Diseñador: ¿Me lo dice en serio?
Don cliente: ¡Claro que no! Solo hacé lo que te digo, quiero la muestra para ésta misma tarde, sin pretextos.
Tan terrorífico como "el ataque de la mujer de 50 pies" resulta esa, muchas veces incómoda petición de parte del cliente que comúnmente suena como esto: "Quiero que hagas el logo más grande", y es que no importando cuán grande hayamos colocado el logo en el diseño, él cliente siempre lo pedirá más grande, como si se tratase de la ley de Murphy en el diseño. Como diseñadores nos vemos en la obligación de asesorar al cliente respecto a lo que resulta más conveniente para el diseño solicitado, pero al final si éste no cede ni confía en nuestro criterio profesional, no nos quedará de otra que hacer lo que él cliente nos pide por muy equivocado que éste, pues es éste quién paga.
Con respecto a las cuestiones estéticas, puede que en algunas ocasiones ésta petición sea válida y no afecte demasiado la estructura del diseño en cuestión, pero aún así deben tomarse en cuenta varios aspectos para saber si esto es viable o no, como por ejemplo asegurarse de que no se violen los espacios de seguridad del logo, los cuales deben estar especificados en el manual de identidad (si quién diseñó el logo lo proveyó), de manera que ningún objeto alrededor interfiera con dicho espacio de seguridad, pues esto permitirá que el logo en ningún momento pierda funcionalidad ni resulte visualmente afectado. Por otra parte es necesario ver que a la hora de escalar el logo, esto se haga a proporción, pues hay casos en los cuales el cliente llega a pedir que con el afán de llenar espacio se estire el logo de manera vertical u horizontal, es decir de manera desproporcional, lo cual es uno de los "NO" que se especifican claramente en los manuales de identidad. Otro aspecto a tomar en cuenta es que el cliente nos haya proveído el logo con una buena resolución en el caso de que no nos lo proveyera en formato vectorial, que dicho sea de paso es una obligación de parte del diseñador proveer el logo al cliente en formato editable, pues si se se nos ha pagado por un logo es lo menos que podemos hacer por respeto al cliente y además como un acto de solidaridad con aquellos diseñadores que en un futuro se verán en la necesidad de contar con éste en dicho formato, pues suele pasar que se nos pide que hagamos mucho más grande el logo, pero la resolución del mismo no da para tanto y termine pixelándose.
Reforzando todo lo anterior, es importante cuidar de las proporciones de cada uno de los elementos que componen el diseño para que haya un equilibrio y adecuado contraste y que no que no quede uno o más elementos más exageradamente grandes con respecto a los demás.
Como hemos podido ver hay muchos más aspectos detrás de aquella "inofensiva" petición de hacer el logo más grande de los que el cliente se imagina, no se trata solo de tomar este elemento y escalarlo así por así, se trata de algo más complejo que puede afectar grande y -muchas veces- negativamente la composición del diseño que puede terminar convirtiendo al mismo en una desproporcinal monstruosidad.
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