#Cinturón de fuego
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aperint · 2 years ago
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Azul el cielo, el mar y …¿Lava volcánica?
Azul el cielo, el mar y …¿Lava volcánica? #aperturaintelectual #vmrfaintelectual @victormanrf @Victor M. Reyes Ferriz @vicmanrf @victormrferriz Víctor Manuel Reyes Ferriz
28 DE MARZO DE 2023 Azul el cielo, el mar y …¿Lava volcánica? POR: VÍCTOR MANUEL REYES FERRIZ Cuando escuchamos que un volcán hizo erupción, nuestra mente inmediatamente nos proporciona imágenes de piedras incandescentes en tonalidades naranjas, rojos y amarillos que van acompañadas de fumarolas en ocasiones de no tanta altura pero muy densas o viceversa, pero también imaginamos ríos de magma…
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fuckedupsociety155 · 1 year ago
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Right???? Like, just now I've started getting my winter clothes out (no hace tanto frío pero genes be genes) and just when I think that the days will be steadily cold THE SUN COMES BACK IN FULL FORCE. Like, I'm freezing at night, morning is kinda cold, and then the rest of the day is melting me.
And yeah, INDECI todos los días con su "DEFENSA CIVIL, TAREA DE TODOS" Like I know, I get it, but it's also messages like "make sure you don't swim in the sea" and I'm like en el micro going home from uni to work and do homework and I'm like "Oh no, mis planes de ir a nadar al mar han sido interrumpidos 😑"
Gotta say, it's so funny that everyone talks about climate change now that it's affecting the US, like the fires are in Canada but most people are focusing about how it affects US over the country who's literally on fire
It's funny too that everyone talks about climate change when it affects the US but when Italy was flooding just last month you could only see a few articles about it and people promptly forgot about it
It's also very funny how everyone focuses on the US about climate change when in March this year both Ecuador and Peru were flooding and suffering from mudslides throughout the whole month (caused by and unprecedented phenomenon in this region) and nobody said anything about it even when lifes where lost and people lost their houses
And it's very funny how no one is talking about how next year we're probably have El Niño which will affect the whole planet, guess it'll take the US getting affected for people to talk about that, because countries like Colombia, Ecuador and Peru have been suffering constantly about them in the past decade, something that shouldn't have been happening, and no one has said anything
Isn't that funny?
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Capítulo 3: El origen de un país y su prehistoria, un paseo por la historia del país del sol naciente.
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El Pleistoceno:
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Sean bienvenidos, a una nueva serie, de arqueología prehistórica, en esta ocasión, nos trasladamos al país del sol naciente. En los capítulos anteriores hablamos de: ¿Cuándo llegaron por primera vez los homínidos a Japón? ¿De qué vivían?, hablamos algo de su geografía, aunque no todo lo que a mí me hubiera gustado, por eso en este episodio y en los venideros la iremos analizando y como conformó la prehistoria japonesa hasta su final, también comentamos el inicio de la prehistoria humana a nivel global y de los primeros humanos de africanos que hablamos de forma superficial, también hablamos de ¿Quiénes habitaban Japón cuando ellos llegaron? Y de ¿cuándo llegaron? Respondimos a las preguntas de forma sintética, en los siguientes capítulos hablaremos más de cada uno de ellos en profundidad, como es debido dicho esto pónganse cómodos que empezamos.
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El pleistoceno fue un periodo glacial en el cual los casquetes polares eran enormes, no toda la tierra estaba cubierta como se ha hecho creer, había zonas con praderas, una vez aclarado esto damos paso a la geografía que la abordaremos unos cuantos episodios para entender mejor su historia, prehistoria entre otros temas.
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Geografía nipona en la prehistoria:¿Cuándo se formó el archipiélago japonés? Hay dos teorías, la primera dice que lo más probable es que se formaran por partes cada una de las cuatro grandes islas y otra dice que salieron directamente de una sola formación, es decir, que las placas tectónicas en un solo sismo salieron las cuatro islas¿Qué opinan ustedes? Lo que sí se sabe es que hokkaido se formó de una tajada hace 20 millones de años, yo aporto una tercera teoría que hubiera pequeñas islas y que a raíz de lay se formará el resto de las islas, japón se sitúa en el cinturón de fuego, lo que lo convierte en un objetivo de las actividades volcánicas ¿Cómo se llaman las placas tectónicas que forman el archipiélago? Esta pregunta y muchas más la veremos en los próximos capítulos.
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Vamos a dividir este capítulo en sus epígrafes para poder hablar de la geografía gracias por valorarlo. -
第3章 国の成り立ちと先史、日出ずる国の歴史を歩く。 - 更新世: - 先史考古学の新しいシリーズへようこそ。この機会に、私たちは日出ずる国に移ります。 前の章では、ヒト科が初めて日本に到達したのはいつですか? 彼らは何を食べて暮らしていたのでしょうか?私たちは彼らの地理について少し話しましたが、私が望んでいたすべてではありませんでしたので、このエピソードと今後のエピソードではそれを分析し、それが終わりに至るまで日本の先史時代をどのように形作ったのか、また、古代の始まりについても説明します。世界レベルでの人類先史と、私たちが表面的に語る最初のアフリカ人についても話しますが、彼らが到着したとき、誰が日本に住んでいたのかについても話します。 そして彼らはいつ到着しましたか? 私たちは総合的な方法で質問に答えました。次の章では、それぞれの質問について詳しく説明します。言うまでもなく、安心して始めましょう。 - 更新世は、極冠が巨大だった氷河期で、信じられているように地球全体が覆われていたわけではなく、草原のある地域もありました。これが明らかになると、地理の問題に道が譲られます。これについては、いくつかのエピソードで取り上げます。その歴史、先史時代などのトピックをより深く理解するために。 - 先史時代の日本の地理: 日本列島はいつ形成されたか? 2つの理論があり、1つは4つの大きな島がそれぞれ部分的に形成された可能性が最も高いというもので、もう1つは単一の地層から直接生じたもの、つまり1回の地震でプレートが残ったものであるというものです。四島についてどう思いますか? 知られているのは、北海道は2000万年前に一片に形成されたということである。私は、小さな島々が存在し、その結果として残りの島々が形成されるだろうという3番目の理論を提供する。日本は火の輪の中に位置している。列島を形成するプレートを何というでしょう? この質問とさらに多くの質問を次の章で見ていきます。 - 地理についてお話しできるよう、この章をエピグラフに分割する予定です。ご評価いただきありがとうございます。
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Chapter 3: The origin of a country and its prehistory, a walk through the history of the country of the rising sun.
The Pleistocene:
Welcome to a new series of prehistoric archeology, on this occasion, we move to the country of the rising sun. In the previous chapters we talked about: When did hominids first arrive in Japan? What did they live on? We talked a little about their geography, although not everything I would have liked, so in this episode and in future ones we will analyze it and how it shaped Japanese prehistory until its end, we also discuss the beginning of human prehistory at a global level and the first African humans that we talk about superficially, we also talk about Who inhabited Japan when they arrived? And when did they arrive? We answered the questions in a synthetic way, in the following chapters we will talk more about each of them in depth, as it should be said, make yourself comfortable and let's begin.
The Pleistocene was a glacial period in which the polar caps were enormous, not all the earth was covered as it has been believed, there were areas with grasslands, once this is clarified we give way to geography, which we will address in a few episodes to understand better. its history, prehistory among other topics.
Japanese geography in prehistory: When was the Japanese archipelago formed? There are two theories, the first says that it is most likely that each of the four large islands were formed in parts and the other says that they came out directly from a single formation, that is, that the tectonic plates in a single earthquake left the four islands. What do you think? What is known is that Hokkaido was formed in one slice 20 million years ago, I provide a third theory that there were small islands and that as a result of this the rest of the islands will be formed, Japan is located in the ring of fire , making it a target for volcanic activities. What are the tectonic plates that form the archipelago called? We will see this question and many more in the next chapters.
We are going to divide this chapter into its epigraphs to be able to talk about geography, thank you for valuing it.
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nevenkebla · 7 months ago
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De no ser por el fuego
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Amazing Spider-Man (1963) #12 Steve Ditko, Stan Lee (Autores)
— Spider-Man: ¡Octopus, eres un loco! ¡Ambos quedaremos atrapados! — Doctor Octopus: ¡El edificio está desierto! ¡Somos solo tú y yo! ¡Solo uno de los dos sobrevivirá! — Spider-Man: ¿Estás tan lleno de odio que prefieres morir que detener nuestra batalla? ¡Yo puedo escapar a través de una ventana, pero a ti te aplastará alguna escultura! — Doctor Octopus: ¡No te escaparás con palabras! ¡Voy a acabar contigo! — Spider-Man: (¡Esa pesada estatua de piedra ha caído sobre Octopus! ¡No puede liberarse!) — Doctor Octopus: ¿Q-qué ha ocurrido? ¡No puedo levantarla! ¡Estoy atrapado! — Spider-Man: ¡Aguanta, sabihondo! ¡Te sacaré! ¡Hey! El piso… ¡Se viene abajo con todo ese peso! ¡Se desploma! — Doctor Octopus: ¡Socorro! — Spider-Man: ¡No puedo alcanzarle! ¡Las llamas llegan demasiado alto! Demasiado calor… ¡No puedo pasar! ¿Qué pasa conmigo? ¡Estaba tan preocupado con Doc Ock que me he olvidado de mí mismo! ¡Tampoco para mí es un lecho de rosas! ¿Cómo salgo de aquí?
— Spider-Man: ¡Mi única oportunidad consiste en emplear mi tela! Tejeré un escudo antifuego con… ¡Oh, no! ¡Se me acabó el fluido! Tengo cartuchos de repuesto en mi cinturón… ¡Si puedo utilizarlos a tiempo! Las llamas se acercan… Tengo que moverme más deprisa… Suerte que lo he practicado tan a menudo… ¡Que podría hacerlo dormido! ¡Así! ¡Ya está cargado! ¡Ahora presiono el botón de disparo y cruzo los dedos! ¡Allá va! ¡Funciona! ¡Ahora, si pudiera alcanzar la ventana…! ¡Lo hice! ¡Me pegaré a la pared de de este edificio vecino y, desde aquí, saltaré a un segundo lugar! ¡Hay coches de bomberos abajo! Me pregunto si sacarán a Doc Ock a tiempo. — Liz Allen: ¡Mira! ¡Es Peter! ¡Te estaba buscando! ¡Te has perdido toda la diversión! — Flash Thompson: ¡Piérdete, Parker! ¡El Dr. Octopus todavía está libre! ¡Podrías verle y desmayarte de miedo! — Peter Parker: ¿Por qué no te arrastras de vuelta a la piedra debajo de la que has salido, Flash? — Hombre: ¡Hey! ¡Allí está el Dr. Octopus! ¡Parece medio muerto! — Bombero: ¡Es vuestro compañero! ¡Nosotros no lo queremos! — Oficial de policía 1: ¡Bueno, nosotros sí! ¡Estábamos ansiosos por echarle el guante a este personaje! ¡Muy bien, amigo, andando! ¡Tenemos una bonita celda para que te recuperes en ella! — Doctor Octopus: ¡Spider-Man no me venció! ¡Ha sido el fuego! ¡De no ser por el fuego, todo habría sido diferente! — Oficial de policía 2: ¡Claro, claro! ¡Cada vez que te encuentras a Spider-Man, te deja frío! Pero la próxima será diferente… ¡Lo sabemos!
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newhector · 1 month ago
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THE WIFE
2st part
After licking my fingers one by one and with them wet, it was even easier for me to insert them all the way into her, and as a hook I pulled her up, raising her hips and helping her climb all the steps more easily until she reached the bedroom. . Once on top and without removing them, I force her to climb onto the bed on her knee, showing me a great view of the end of her back. I took out my fingers, already completely dripping, and hit her left buttock hard, sending the small, sticky drops into the air. that still remained on the fingers. The open palm of my hand was marked on her buttock, it had resonated strongly in the room and not a single scream came out of her, she knew she was going to do it, she was waiting and longing for it.
I grabbed her by her dark hair and dragged her towards the headboard of the bed. She clung to my wrist as I pulled her. I turned her around and spread her legs; She let herself be done, there was fire in her eyes and she grabbed her breasts tightly and then pinched her nipples even harder while she showed me a long tongue that ran over her lips with excessive lasciviousness, she was possessed of lust and wanted it all.
I inserted two fingers again while I leaned on my knees on the bed next to her, with eager and nervous hands I deftly and skillfully unbuttoned the belt, the pants button and the zipper, she put her hand in and looking into my eyes and after checking what I had found inside gave me
— Wow, this is a real treasure —
I pulled them up and freed him from his tight interior, raised his head and eagerly brought his open mouth closer, and he inserted it all the way inside while I agitated his insides. I felt her throat and her tongue hot, so hot that it made me close my eyes with pleasure, I fell on the bed as she placed herself on top of me, she forced me to take out my still dripping fingers, and placing herself between my legs I He was eating like a hungry beast, from time to time I opened my eyes and grabbed his long, curly hair with both hands to observe how skillfully he did it...
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Tras Lamer mis dedos uno a uno y con ellos húmedos me resultó aún más fácil introducirlos hasta el fondo en ella, y a modo de gancho tire de ella hacia arriba, alzando sus caderas y ayudándola a subir con mayor facilidad todos los peldañoss hasta llegar al dormitorio. Una vez arriba y sin sacarlos la oblige a subir a la cama de rodilla, mostrándome una gran visión del final de su espalda, saque los dedos ya completamente chorreando, y golpee con fuerza su glúteo izquierdo, saltando en el aire las pequeñas y pegajosas gotas que aún quedaban en los dedos. En su nalga quedó marcada la palma abierta de mi mano, había resonado con fuerza en la habitación y de ella no salió ni un solo grito, sabía que lo iba a hacer, lo esperaba y anhelaba.
La cogí de su morena melena y la arrastre hacia el cabecero de la cama, ella se agarró a mi muñeca a medida que yo tiraba de ella, la di la vuelta y separe sus piernas; ella se dejaba hacer, en su mirada había fuego y se agarraba con fuerza sus pechos para luego pellizar con más fuerzas aún sus pezones mientras me mostraba una lengua larga que recorría con excesiva lascivia sus labios, estaba poseída de lujuria y lo quería todo.
Volví a introducir dos dedos mientras me arrimaba de rodilla sobre la cama a ella, con abidas y nerviosas manos desabrocho con destreza y habilidad, el cinturón, el botón del pantalón y la cremallera, metió la mano y mirándome a los ojos y tras comprobar lo que habia encontrado en su interior me dijo
— la ostia, esto es un verdadero tesoro —
Tiro de ellos hacia arriba y lo libero de su apretado interior, levanto su cabeza y acerco con ansia su boca abierta, y la introdujo hasta el fondo mientras yo agitaba su interior.
Sentía su garganta y su lengua caliente, tan caliente que me hizo cerrar los ojos de placer, me dejé caer sobre las cama a medida que ella se iba colocando sobre mi, me obligó a sacar los dedos aún chorreantes, y colocándose entre mis piernas me fue comiendo como una fiera hambrienta, yo de vez en cuando abría los ojos y cogía su larga y rizada melena con ambas manos para observar con que habilidad lo hacia...
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cloned-sheep97 · 11 months ago
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Hola vi tu teoría del Cuarteto, y yo tengo varias!
1: fuego en la disco es la continuación de mírenme, más específicamente es mírenme desde la perspectiva del la persona con ansias de ver mirada, y esa persona es al mismo tiempo la de punta Cana.
2:cinturon gris y la casa de Damián esta conectada , mi teoría es que Chris( el de cinturón gris) es el que está llendo a la casa de Damián.
3: el invierno del 92,raro, natural, están conectados (esta se explica por si misma)
4: 10 años no son nada es el antítesis de como pasa el tiempo
¿Qué opinas?
no se quien eres pero te amo demasiado
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kitty-buster-moon-simp · 11 months ago
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Mi OC De The Amazing Digital Circus, Millie
Millie Es Una Perrita Border Collie Payasita De 25 Años De Edad Hermana Pequeña De Kowalski (No El De Madagascar XD) Y Ricky (Mis OCs), Es Su Hermana Aunque Ella Es Un Border Collie Y Kowalski Y Ricky Son Pingüinos, Ella Está Enamorada De Pomni Pero Es Muy Tímida Para Hablar Con Ella Y Porque Tiene Miedo De Que La Rechaze.
Ella Puede Hacer Payasadas Como Típica Payasita, Puede Sacar Conejos (O Peluches) De Su Sombrero De Payaso.
Ella Se Caracteriza Por Siempre Llevar Consigo Un Pequeño Saco Con Polvillo De Hadas Que Le Fue Dado Por Monserrat, Una Hada Murciélago Que Se Esconde En Su Cuarto Durante El Día (Aunque También Tolera La Luz Solar), Ella Tiene La Responsabilidad De Solo Usar Su Polvillo De Hadas Solo En Casos De Emergencia, Cuando Lo Uso Para Volar Para Salvar A Sus Hermanos Pingüinos De Kaufmo (Abstraido), No Se Sabe Si Tiene Otra Ocupación, Trabajo O Otra Participación Más Que La De Sacar Algo Del Sombrero O La De Su Polvillo De Hadas, Puede También Que Sea Apoyo Moral O Sea La Conciencia De La Pandilla O Que Sea Una De Las Ayudantes, Sus Mejores Amigas Son Selena, Akane Y Monserrat.
Millie Es Un Perro Border Collie De Pelaje Negro Y Blanco, Cabello Largo, Un Ojo De Botón Blanco En La Parte Derecha (Ya Que Cuando Era Una Cachorrita, Una Viuda Cascarrabias La Golpeó En El Ojo Derecho, Provocando Que Lo Perdiera), Un Ojo Verde, Un Flequillo Que Tapa Su Botón Donde Debería Estar Su Ojo Derecho, Un Pelaje Blanco En El Pecho, Tiene Orejas De Perro Negras Con Blanco Por El Interior (Que Por Si Notan En La Imagen, Forman Como Un Corazón) En La Parte De Su Ojo Izquierdo, Tiene 3 Corazones Rosas Que Representan El Amor De Hermanos Entre Ella Y Sus Hermanos Pingüinos, Tiene Su Pierna Derecha Negra Con La Pata Blanca, Y La Pierna Izquierda Es Blanca Con La Pata Negra.
Como Vestimenta, Millie Usa Un Vestido Blanco Con Lunares De Colores Rosado, Azul, Amarillo, Morado Y Verde, Un Cinturón Rosa Con Un Moño Por Detrás, Usa Un Sombrero De Payaso A Juego Con Su Vestido Y Con Un Pompón Rosa En La Punta, Tiene Unas Ligas Rosas Que Sujetan Sus Trenzas (Que Aquí No Están), En La Trenza De Atrás, Usa Un Moño Rosado, En Su Cuello, Lleva Su Saco De Polvillo De Consigo En Un Saco Amarillo Con Una Cuerda Café Para Mantenerlo Sujetado En Su Cuello En Casos De Emergencia Y Usa Un Broche De Cabello De Dango 🍡 (Que Se Me Olvidó Ponerle).
Millie Es Un Apodo, Su Nombre Completo Es Mildred De Collie.
Ella Adora Correr, Hacer Payasadas, Estar Con Sus Hermanos Y Amigos Y Le Encanta Pomni (Ya Que Esta Enamorada)
Millie Odia Que Le Digan Que Es Adoptada (Porque Es Adoptada), Que Le Hagan Bromas (Sobretodo Que Quién La Haga Es Jax) Y Que Le Digan Comentarios Sobre La Adopción
A Millie Le Da Miedo Ver A Sus Amigos O Hermanos En Peligro, Kaufmo Abstraido, La Reina Gloink, Los Cohetes, Los Fuegos Artificiales,
Su Eslogan En "Por Los Dientes De Caine!", Ella Dice Esto Cuando Jax Le Hace Bromas A Los Demás, Cuando Ve A Sus Amigos O Hermanos En Peligro O Cuando Ve Algo Que La Asusta
Ella Ladra O Muerde Cuando Se Siente Amenazada O Para Defenderse (Como Cuando Jax Le Hace Bromas)
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rinconliterario · 1 year ago
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“Aullido” Allen Ginsberg
I
Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas, arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de un colérico pinchazo, hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión celestial con el estrellado dínamo de la maquinaria nocturna, que pobres y harapientos y ojerosos y drogados pasaron la noche fumando en la oscuridad sobrenatural de apartamentos de agua fría, flotando sobre las cimas de las ciudades contemplando jazz, que desnudaron sus cerebros ante el cielo bajo el El y vieron ángeles mahometanos tambaleándose sobre techos iluminados, que pasaron por las universidades con radiantes ojos imperturbables alucinando Arkansas y tragedia en la luz de Blake entre los maestros de la guerra, que fueron expulsados de las academias por locos y por publicar odas obscenas en las ventanas de la calavera, que se acurrucaron en ropa interior en habitaciones sin afeitar, quemando su dinero en papeleras y escuchando al Terror a través del muro, que fueron arrestados por sus barbas púbicas regresando por Laredo con un cinturón de marihuana hacia Nueva York, que comieron fuego en hoteles de pintura o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o sometieron sus torsos a un purgatorio noche tras noche, con sueños, con drogas, con pesadillas que despiertan, alcohol y verga y bailes sin fin, incomparables callejones de temblorosa nube y relámpago en la mente saltando hacia los polos de Canadá y Paterson, iluminando todo el inmóvil mundo del intertiempo, realidades de salones de Peyote, amaneceres de cementerio de árbol verde en el patio trasero, borrachera de vino sobre los tejados, barrios de escaparate de paseos drogados luz de tráfico de neón parpadeante, vibraciones de sol, luna y árbol en los rugientes atardeceres invernales de Brooklyn, desvaríos de cenicero y bondadosa luz reina de la mente, que se encadenaron a los subterráneos para el interminable viaje desde Battery al santo Bronx en benzedrina hasta que el ruido de ruedas y niños los hizo caer temblando con la boca desvencijada y golpeados yermos de cerebro completamente drenados de brillo bajo la lúgubre luz del Zoológico, que se hundieron toda la noche en la submarina luz de Bickford salían flotando y se sentaban a lo largo de tardes de cerveza desvanecida en el desolado Fugazzi’s, escuchando el crujir del Apocalipsis en el jukebox de hidrógeno, que hablaron sin parar por setenta horas del parque al departamento al bar a Bellevue al museo al puente de Brooklyn, un batallón perdido de conversadores platónicos saltando desde las barandas de salidas de incendio desde ventanas desde el Empire State desde la luna, parloteando gritando vomitando susurrando hechos y memorias y anécdotas y excitaciones del globo ocular y shocks de hospitales y cárceles y guerras, intelectos enteros expulsados en recuerdo de todo por siete días y noches con ojos brillantes, carne para la sinagoga arrojada en el pavimento, que se desvanecieron en la nada Zen Nueva Jersey dejando un rastro de ambiguas postales del Atlantic City Hall, sufriendo sudores orientales y crujidos de huesos tangerinos y migrañas de la china con síndrome de abstinencia en un pobremente amoblado cuarto de Newark, que vagaron por ahí y por ahí a medianoche en los patios de ferrocarriles preguntándose dónde ir, y se iban, sin dejar corazones rotos, que encendieron cigarrillos en furgones furgones furgones haciendo ruido a través de la nieve hacia granjas solitarias en la abuela noche, que estudiaron a Plotino Poe San Juan de la Cruz telepatía bop kabbalah porque el cosmos instintivamente vibraba a sus pies en Kansas, que vagaron solos por las calles de Idaho buscando ángeles indios visionarios que fueran ángeles indios visionarios, que pensaron que tan sólo estaban locos cuando Baltimore refulgió en un éxtasis sobrenatural, que subieron en limosinas con el chino de Oklahoma impulsados por la lluvia de pueblo luz de calle en la medianoche invernal, que vagaron hambrientos y solitarios en Houston en busca de jazz o sexo o sopa, y siguieron al brillante Español para conversar sobre América y la Eternidad, una tarea inútil y así se embarcaron hacia África, que desaparecieron en los volcanes de México dejando atrás nada sino la sombra de jeans y la lava y la ceniza de la poesía esparcida en la chimenea Chicago, que reaparecieron en la costa oeste investigando al F.B.I. con barba y pantalones cortos con grandes ojos pacifistas sensuales en su oscura piel repartiendo incomprensibles panfletos, que se quemaron los brazos con cigarrillos protestando por la neblina narcótica del tabaco del Capitalismo, que distribuyeron panfletos supercomunistas en Union Square sollozando y desnudándose mientras las sirenas de Los Álamos aullaban por ellos y aullaban por la calle Wall, y el ferry de Staten Island también aullaba, que se derrumbaron llorando en gimnasios blancos desnudos y temblando ante la maquinaria de otros esqueletos, que mordieron detectives en el cuello y chillaron con deleite en autos de policías por no cometer más crimen que su propia salvaje pederastia e intoxicación, que aullaron de rodillas en el subterráneo y eran arrastrados por los tejados blandiendo genitales y manuscritos, que se dejaron follar por el culo por santos motociclistas, y gritaban de gozo, que mamaron y fueron mamados por esos serafines humanos, los marinos, caricias de amor Atlántico y Caribeño, que follaron en la mañana en las tardes en rosales y en el pasto de parques públicos y cementerios repartiendo su semen libremente a quien quisiera venir, que hiparon interminablemente tratando de reír pero terminaron con un llanto tras la partición de un baño turco cuando el blanco y desnudo ángel vino para atravesarlos con una espada, que perdieron sus efebos por las tres viejas arpías del destino la arpía tuerta del dólar heterosexual la arpía tuerta que guiña el ojo fuera del vientre y la arpía tuerta que no hace más que sentarse en su culo y cortar las hebras intelectuales doradas del telar del artesano, que copularon extáticos e insaciables con una botella de cerveza un amorcito un paquete de cigarrillos una vela y se cayeron de la cama, y continuaron por el suelo y por el pasillo y terminaron desmayándose en el muro con una visión del coño supremo y eyacularon eludiendo el último hálito de conciencia, que endulzaron los coños de un millón de muchachas estremeciéndose en el crepúsculo, y tenían los ojos rojos en las mañanas pero estaban preparados para endulzar el coño del amanecer, resplandecientes nalgas bajo graneros y desnudos en el lago, que salieron de putas por Colorado en miríadas de autos robados por una noche, N.C. héroe secreto de estos poemas, follador y Adonis de Denver -regocijémonos con el recuerdo de sus innumerables jodiendas de muchachas en solares vacíos y patios traseros de restaurantes, en desvencijados asientos de cines, en cimas de montañas, en cuevas o con demacradas camareras en familiares solitarios levantamientos de enaguas y especialmente secretos solipsismos en baños de gasolineras y también en callejones de la ciudad natal, que se desvanecieron en vastas y sórdidas películas, eran cambiados en sueños, despertaban en un súbito Manhattan y se levantaron en sótanos con resacas de despiadado Tokai y horrores de sueños de hierro de la tercera avenida y se tambalearon hacia las oficinas de desempleo, que caminaron toda la noche con los zapatos llenos de sangre sobre los bancos de nieve en los muelles esperando que una puerta se abriera en el East River hacia una habitación llena de vapor caliente y opio, que crearon grandes dramas suicidas en los farellones de los departamentos del Hudson bajo el foco azul de la luna durante la guerra y sus cabezas serán coronadas de laurel y olvido, que comieron estofado de cordero de la imaginación o digirieron el cangrejo en el lodoso fondo de los ríos de Bowery, que lloraron ante el romance de las calles con sus carritos llenos de cebollas y mala música,
que se sentaron sobre cajas respirando en la oscuridad bajo el puente y se levantaron para construir clavicordios en sus áticos, que tosieron en el sexto piso de Harlem coronados de fuego bajo el cielo tubercular rodeados por cajas naranjas de Teología, que escribieron frenéticos toda la noche balanceándose y rodando sobre sublimes encantamientos que en el amarillo amanecer eran estrofas incoherentes, que cocinaron animales podridos pulmón corazón pié cola borsht & tortillas soñando con el puro reino vegetal, que se arrojaron bajo camiones de carne en busca de un huevo, que tiraron sus relojes desde el techo para emitir su voto por una eternidad fuera del tiempo, & cayeron despertadores en  sus cabezas cada día por toda la década siguiente, que cortaron sus muñecas tres veces sucesivamente sin éxito, desistieron y fueron forzados a abrir tiendas de antigüedades donde pensaron que estaban envejeciendo y lloraron, que fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela en Madison Avenue entre explosiones de versos plúmbeos & el enlatado martilleo de los férreos regimientos de la moda & los gritos de nitroglicerina de maricas de la publicidad & el gas mostaza de inteligentes editores siniestros, o fueron atropellados por los taxis ebrios de la realidad absoluta, que saltaron del puente de Brooklyn esto realmente ocurrió y se alejaron desconocidos y olvidados dentro de la fantasmal niebla de los callejones de sopa  y carros de bomba del barrio Chino, ni siquiera una cerveza gratis, que cantaron desesperados desde sus ventanas, se cayeron por la ventana del metro, saltaron en el sucio Passaic, se abalanzaron sobre negros, lloraron por toda la calle, bailaron descalzos sobre vasos de vino rotos y discos de fonógrafo destrozados de nostálgico Europeo jazz Alemán de los años 30 se acabaron el whisky y vomitaron gimiendo en el baño sangriento, con lamentos en sus oídos y la explosión de colosales silbatos de vapor, que se lanzaron por las autopistas del pasado viajando hacia la cárcel del gólgota -solitario mirar- autos preparados de cada uno de ellos o Encarnación de Jazz de Birmingham, que condujeron campo traviesa por 72 horas para averiguar si yo había tenido una visión o tú habías tenido una visión o él había tenido una visión para conocer la eternidad, que viajaron a Denver, murieron en Denver, que volvían a Denver; que velaron por Denver y meditaron y andaban solos en Denver y finalmente se fueron lejos para averiguar el tiempo, y ahora Denver extraña a sus héroes, que cayeron de rodillas en desesperanzadas catedrales rezando por la salvación de cada uno y la luz y los pechos, hasta que al alma se le iluminó el cabello por un segundo, que chocaron a través de su mente en la cárcel esperando por imposibles criminales de cabeza dorada y el encanto de la realidad en sus corazones que cantaba dulces blues a Alcatraz, que se retiraron a México a cultivar un hábito o a Rocky Mount hacia el tierno Buda o a Tánger en busca de muchachos o a la Southern Pacific hacia la negra locomotora o de Harvard a Narciso a Woodland hacia la guirnalda de margaritas o a la tumba, que exigieron juicios de cordura acusando a la radio de hipnotismo y fueron abandonados con su locura y sus manos y un jurado indeciso, que tiraron ensalada de papas a los lectores de la CCNY sobre dadaísmo y subsiguientemente se presentan en los escalones de granito del manicomio con las cabezas afeitadas y un arlequinesco discurso de suicidio, exigiendo una lobotomía al instante, y recibieron a cambio el concreto vacío de la insulina Metrazol electricidad hidroterapia psicoterapia terapia ocupacional ping pong y amnesia, que en una protesta sin humor volcaron sólo una simbólica mesa de ping pong, descansando brevemente en catatonia, volviendo años después realmente calvos excepto por una peluca de sangre, y de lágrimas y dedos, a la visible condenación del loco de los barrios de las locas ciudades del Este, los fétidos salones del Pilgrim State Rockland y Greystones, discutiendo con los ecos del alma, balanceándose y rodando en la banca de la soledad de medianoche reinos dolmen del amor, sueño de la vida una pesadilla, cuerpos convertidos en piedra tan pesada como la luna, con la madre finalmente  y el último fantástico libro arrojado por la ventana de la habitación, y a la última puerta cerrada a las 4 AM y el último teléfono golpeado contra el muro en protesta y el último cuarto amoblado vaciado hasta la última pieza de mueblería mental, un papel amarillo se irguió torcido en un colgador de alambre en el closet, e incluso eso imaginario, nada sino un esperanzado poco de alucinación-
ah, Carl, mientras no estés a salvo yo no voy a estar a salvo, y ahora estás realmente en la total sopa animal del tiempo y que por lo tanto corrió a través de las heladas calles obsesionado con una súbita inspiración sobre la alquimia del uso de la elipse el catálogo del medidor y el plano vibratorio, que soñaron e hicieron aberturas encarnadas en el tiempo y el espacio a través de imágenes yuxtapuestas y atraparon al Arcángel del alma entre 2 imágenes visuales y unieron los verbos elementales y pusieron el nombre y una pieza de conciencia saltando juntos con una sensación de Pater Omnipotens Aeterna Deus para recrear la sintaxis y medida de la pobre prosa humana y pararse frente a ti mudos e inteligentes y temblorosos de vergüenza, rechazados y no obstante confesando el alma para conformarse al ritmo del pensamiento en su desnuda cabeza sin fin, el vagabundo demente y el ángel beat en el tiempo, desconocido, y no obstante escribiendo aquí lo que podría quedar por decir en el tiempo después de la muerte, y se alzaron reencarnando en las fantasmales ropas del jazz en la sombra de cuerno dorado de la banda y soplaron el sufrimiento de la mente desnuda de América por el amor en un llanto de saxofón eli eli lamma lamma sabacthani que estremeció las ciudades hasta la última radio con el absoluto corazón del poema sanguinariamente arrancado de sus cuerpos bueno para alimentarse mil años.
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mariadelrefugioquintana · 2 years ago
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¡Hola Familia!
En esta ocasión nos alineamos con los procesos físicos de la Tierra, conectando con la energía de los Volcanes, que están haciendo erupción.
Este es un gran movimiento Planetario, la Tierra está creando equilibrio y transmutación mediante la erupción de distintos
Volcanes en el Cinturón de Fuego Planetario y en otros sitios. El México el Popocatépetl finalmente ya entro en erupción 🌋
El Código que hemos elegido en esta ocasión es RECONECTAR. Este Código forma parte del Sistema de Códigos Arcturianos, contiene la fuerza de transmutación profunda del Rayo Violeta y es un Código que ayuda a elevar la vibración mediante de la liberación de las emociones que se encuentran profundamente arraigadas a nivel celular.
La fuerza del Fuego de los Volcanes representa el vehículo de transmutación colectiva que la
Madre Tierra utiliza para realizar la limpieza de las emociones humanas que se encuentran energéticamente incrustadas en los planos etericos de la Tierra.
La Madre Tierra nos invita a transmutar nuestra ira interior. Los sentimientos de abandono y frustración que generan enojo en el Ser Humano, pueden ser transformados y liberados mediante la fuerza del Fuego. Conectar con el Volcán mediante la imagen ayuda a alinearse con ese punto planetario que se encuentra creando una profunda depuración física y energética de la Tierra.
Uniendo la fuerza del Fuego y la energía del Código
RECONECTAR proponemos crear un equilibrio interior en el que nos sintonicemos con la fuerza del Amor
mediante la transmutación de nuestro enojo interior.
Irradiemos profunda Gratitud a la Madre Tierra y sintonicemos con la energía de la quinta dimensión que está anclándose en la Tierra, a medida que nos liberamos de aquello que nos ata a la conciencia de la dualidad de la tercera dimensión. Gratitud a todos los Seres Humanos y Animales que se encuentran viviendo situaciones complicadas a raíz de este proceso en la Tierra, que todo se pueda restaurar en orden perfecto para el bienestar de todos los involucrados.
Amor y Gratitud!
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treeofliferpg · 2 years ago
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Ideas de rol: Enemigos a amantes
Recordamos que el siguiente texto no ha sido redactado por el staff de ToL, solo lo hemos traducido para que pueda llegar a más personas. La autoría pertenece a @screnwriter-old. Podéis leer el post original en su tumblr así como en nuestro tumblr bajo la etiqueta “idioma original”.
Advertencia: incluye nsfw. Algunas de las escenas pueden ser algo picantes ;)
Tu enemigo ha sido gravemente herido y alguien necesita vendarlo, así que accedes a ayudarlo, y de repente está sin camisa y no puedes evitar admirar su cuerpo, algo de lo que se da cuenta.
Tú y tu enemigo tienen que besarse para crear una distracción, aunque se pierden en besarse, y los únicos que terminan distrayéndose sois vosotros dos, y mientras tu enemigo te empuja contra la pared, buscas a tientas su cinturón.
Encadenas a tu enemigo, dejándolo atrás mientras grita y te maldice para que vuelcas a liberarlo.
Sólo hay una cama, pero esta vez están discutiendo sobre quién debe dormir en el suelo, a lo que ninguno accede, así que termináis compartiendo, increíblemente molestos por tener que compartir el espacio. No es el común amigos a amantes, en que ambos se meten torpemente en la cama. Esto es un directo "Prenderé fuego a esta cama si no te quedas de tu lado".
Tu enemigo te seduce besando tu cuello, pasando sus dedos por tu cuerpo. Bonus: si tiene lugar en un balcón, con tus amigos en el jardín debajo. Si uno de ellos mira hacia el balcón, te atraparán y, sin embargo, no puedes obligarte a alejar a tu enemigo de ti.
Estás molesto una noche, y no sabes a dónde ir, así que terminas en la casa de tu enemigo, y cuando abren la puerta, te quedas en silencio por un segundo, antes de decir (con lágrimas en los ojos) ' 'No sé a dónde más ir'. Tu enemigo no dice nada. En lugar de eso, te tiran a sus brazos, dándote un hombro para llorar.
Durante un baile, formal o informal, el personaje A está bailando con el personaje C, y el personaje B no puede quitarles los ojos de encima, y ​​cuando el personaje A se da cuenta de esto, sonríe y comienza a bailar más íntimamente con el personaje C, mientras sin apartar la vista del personaje B.
La banda de tu enemigo está hablando de secuestrarte o torturarte, y tu enemigo no entiende por qué siente una repentina necesidad de estrangular a su banda por querer ponerte en peligro.
Sujetando a tu enemigo contra la pared, o montando a horcajadas sobre sus caderas, sujetando sus brazos por encima de su cabeza.
Arrebatas un cuchillo de las manos de tu enemigo y lo arrojas al suelo, luego agarras a tu enemigo por el cuello y golpeas tus labios contra los suyos. Se sorprende, pero responde de inmediato.
Amenazas a tu enemigo, y cuando cierras la distancia entre vosotros, te da cuenta de lo atraído que realmente te siente por él.
La banda de tu enemigo le dice a tu enemigo que tiene que elegir entre tú y ellos. Tu enemigo no duda. Te elige a ti a medida que su banda levanta sus armas, tu enemigo te protege, porque si quieren llegar a ti, primero tendrán que matarlo a él.
Meterte en la cama con tu enemigo para "desahogarse" o "resolver la tensión sexual". Os prometéis mutuamente que será sólo una vez, pero a la noche siguiente, vuelve a suceder .
Tirando a tu enemigo al suelo cuando te amenazan, poniendo un cuchillo en su garganta "tócame si te atreves". "¿Eso es un desafío?"
"No vas a matarme". "No estés tan seguro de eso". "Si me quisieras muerto, ya estaría seis pies bajo tierra".
Has sido herido, tu rostro está todo amoratado, tu enemigo pone un dedo debajo de tu barbilla, acercando tus ojos a los suyos, preguntando: "¿quién te hizo esto?" cuando no respondes, preguntan de nuevo "¿ Quién te hizo esto?"
Tu enemigo sigue sonriendo cuando lo tienes inmovilizado, y parece disfrutar tener un cuchillo contra su garganta "¿Te estás excitando con esto?" "Disfruto bastante la vista".
Tú y tu enemigo os unís por algo que tenéis en común. cuando la conversación termina y necesitas irte, tu enemigo te sigue hasta la puerta y dice "todavía nos odiamos, ¿verdad?", dudas por un momento: "todavía te patearía el trasero". ''Cuento con ello'' compartís una risa, y cuando salís por la puerta, comenzáis a sonrojaros.
Tú y tu enemigo os abrazáis, es completamente accidental, y ninguno de vosotros sabe por qué sucedió, y es como... Os miráis el uno al otro, con una expresión de "nunca más hablemos de esto" .
Os evitáis durante semanas después de compartir un momento íntimo, ya sea un beso, un abrazo, tomarse de la mano o simplemente mirarse los labios
Terminas en el regazo de tu enemigo, y tiras del cinturón de sus pantalones "vamos a terminar con esto".
Es la 1 a.m., tu enemigo llama a tu puerta, y estás como qué estás haciendo en mi casa, luego te das cuenta de que están cargando un cadáver, y piensas qué diablos es eso, y tu enemigo está como, necesito tu ayuda, ahora, desesperadamente, y estás como, bien, pero si manchas de sangre mi alfombra, terminarás como él (muerto).
Recientemente rompiste con tu pareja, quien te engañó. sabiendo que estás molesto y enojado, tu enemigo aparece en tu casa. Le dices que no lo quieres allí, y mientras abres la puerta, insinuando que quieres que se vaya, tu enemigo la cierra de golpe y dice "úsame ". Sabes que quiere decir en la cama. y sabes que está mal y sabes que no deberías y sabes que te arrepentirás. Pero terminas durmiendo con él la misma noche.
'' No puedo ir allí contigo, lo sabes. Todo es... demasiado complicado.''
''Si les haces daño, te mataré. ¿Me escuchas? Te mataré.''
Tu enemigo dice "golpéame". Tú lo golpeas, sin dudarlo y tu enemigo se queda como ?????
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rubimoon45 · 1 year ago
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SANGRE Y FUEGO
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CAPÍTULO 6: Los dragones se reúnen
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*Es un capítulo largo*
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-Princesa, el príncipe Aemond solicita poder veros. ¿Lo dejo pasar?
Naerys estaba al lado de la chimenea, sentada en una de las butacas mullidas y con un cojín tanto en la espalda como en los pies, sobre un taburete traído especialmente para su comodidad. Tenía un libro en el regazo, Historia de los Rhoynar, al que no le estaba haciendo realmente caso más que acariciar los dibujos y los relieves que en la Ciudadela se había esforzado en detallar.
Sir Harrold Westerling sujetaba el casco de su armadura contra su costado, el rostro en alto y los ojos clavados en cualquier otro lugar que no fuera ella. Tal vez porque pese a la manta que le habían echado sobre los hombros, el camisón aún asomaba y quedaba a la vista. Y eso que los Capas Blancas estaban juramentados a nunca tener hijos y casarse.
-Déjele pasar.
El príncipe entró en el dormitorio compartido poco después. Seguía inmaculado como hacía unas horas en la Sala del Trono, pero ahora una espada adornaba su cinturón, enfundada y con la empuñadura a la vista,
-Por tu estado, puedo intuir que el maestre no mentía en lo que dijo -comenzó diciendo-. Solo unos mareos y malestares femeninos.
-Y por tu estado puedo decir que estar con sir Criston en el patio de entrenamiento es mejor que compartir espacio con cualquier otro. Pobre caballero al que le haya tocado enfrentarse a ti.
-Solo un pobre desgraciado que en vez de llevar la espada debería llevar el escudo de un verdadero caballero.
Por los pasos pudo saber que se acercaba. El rastro de un casto beso rápido en su cabeza la dejó meditando unos segundos. Cerró el libro, la mano en el interior para señalar la página y no perderse. Aemond se estaba quitando la espada del cinto.
-Apestas a dragón, mi señor.
-Algunos ven eso como una señal de valentía y honor. Lamento que mi señora no pueda decir lo mismo.
-Sabes que no lo digo por eso -depositó el libro en la mesilla auxiliar, y sin apartar los ojos en su ancha pero delgada espalda continuó-. ¿Para qué has ido a Pozo Dragón? ¿Has ido a ver a los dragones de la princesa? Sabes que no han venido más que en barco.
-La deformidad de esos dragones enanos me da igual -le respondió sin volverse-. Me interesaba más saber cómo está el diminuto dragón de vuestra hermana, mi señora, la misma que de joven me empujó. Y el de vuestra abuela la cual ha desprestigiado la autoridad de mi señora madre.
Se le escuchaba más molesto que iracundo, que ya era raro de por sí. Quien solía perder los estribos era Aegon cuando se le intentaba contener, o simplemente se burlaba e ignoraba los consejos puritanos de su madre. Quien acababa pagando todo eso luego era la princesa con la que estaba casado. Así que a ella, a Naerys, le tocaba pagar los platos todos de la recepción de ese día.
-Si el Rey ha querido acudir estaba en su derecho como monarca, mi príncipe Aemond, y no podemos discutir su decisión. El asunto está zanjado.
-Curioso que no lo haya hecho antes.
Naerys se acarició el vientre, sintiendo las nauseas regresar. Tuvo que hacer un esfuerzo y varis respiraciones profundas para no acabar echando lo poco que había comido en ese margen de horas.
-Sir Harrold, ¿podría dejarnos a solas?
El caballero se mantuvo en silencio unos segundos, mirando al vacío extraña, solo para acabar asintiendo con la cabeza y retirarse al exterior de la sala. Una vez solos ambos, la tensión de la sala podía liberarse sin necesidad de retenerse. Ni de crear una escena innecesaria frente a otros.
-Hoy podrías venir conmigo a ver al Rey, a leerle antes de que se duerma.
-Me temo que pierdes el tiempo leyendo historias de justas y caballeros a un hombre moribundo -ni siquiera le hizo falta que se diera la vuelta para saber la pizca de sarcasmo y la picardía que adornaba su rostro-. Pero quién seré yo para decirte lo que hacer, princesa.
Solo podía ver el movimiento de sus músculos en su espalda, el cuero moviéndose, pero nada más. La rigidez de sus hombros denotaba la tensión de su cuerpo, la melena plateada moviéndose con cada gesto que hacía. La correa del pache iba por encima de la pequeña coleta que ataba su caballera, envolviendo el cráneo y manteniendo el parche bien amarrado donde debía estar. Uno de sus mayores complejos era que alguien indeseado viera el contenido detrás de él, y a veces discutían por él. Sabía que podía quitárselo en su presencia, que no iba a asustarse como el resto de las damas o a lanzar comentarios desafortunados sobre su pérdida.
-Estás siendo injusto.
-¿Injusto, yo? No soy quien ha tenido que aceptar en contra de su voluntad una alianza que no le placía, esposa. A no ser que la princesa Rhaenys deseara desde siempre prometer a sus nietas con esos niños.
Naerys abrazó la manta sobre sus hombros, sujetándola en la unión de su pecho, al mismo tiempo que bajaba los pies del taburete acolchado y lanzaba una profunda respiración.
-Ese asunto no nos incumbe -reprendió-. E incluso si pudiéramos decir algo, ya está hecho. Nosotros ignoramos la aprobación del Rey y de la Reina y nos casamos en Rocadragón sin su permiso.
-Y sin embargo llevan un asunto claro a la capital a sabiendas de que iban a ganar la discusión con el apoyo del Rey. Los críos de mi hermano son más inteligentes que ellos -lanzó el jubón de cuero con rabia contra el suelo. Naerys se asustó con la agresividad que estaba tomando aquella discusión-. Y por si fuera poco habrá que verlos en la cena.
-¿Qué cena? -preguntó Naerys, sorprendida y confundida a la par.
Aemond se dio la vuelta. Tenía la mandíbula apretada y se apresuraba a desamarrarse los botones de las muñecas. Ya estaba caminando en otra dirección. Ni siquiera hizo contacto visual con ella.
-Ninguna. No vamos a ir.
-Eso ya se verá dependiendo de la gravedad del asunto, Aemond -le respondió-. ¿Qué cena?
-El Rey quiere cenar con toda su familia reunida aprovechando que todos estamos en la Fortaleza Roja. Preferiría limpiar las cuevas de los dragones y sus mierdas antes de reunirme con alguno de ellos tras esa humillación.
Naerys, sin embargo, lo vio como una oportunidad para estar con su familia todos unidos al menos una única vez sin crear instigaciones. Por el bien del Rey. Lo habían visto aquella mañana; ya no era un hombre que pudiera sostenerse por sí mismo sin ayuda y mucho menos capaz de soportar un disgusto más. Ese hombre estaba a puerta del Extraño, y este esperaba para darle su brazo. La princesa Naerys miró a su esposo con seriedad.
-Dudo que vuestra madre permite que no acudamos cuando se espera de nosotros que vayamos. Sigues siendo hijo del Rey y yo su sobrina. ¿De verdad crees que será feliz sabiendo de nuestra ausencia?
Se giró en su dirección, retándola con la mirada
-No me importa -en ese momento, una chispa pasó corriendo por sus ojos que hizo que las arrugas de su frente desaparecieran y su expresión se suavizase-. Espero que al menos tu malestar físico esté mejor que el del Rey.
Si era una broma, solo le hizo gracia a él. De hecho, le sorprendía la capacidad que tenía para concentrarse en otros asuntos más que prestarle atención a ella que literalmente había salido de la Sala del Trono por su petición y ni siquiera había aparecido en las horas posteriores por ir a Pozo Dragón.
-Gracias por preguntar. Pero antes te habrías percatado nada más entrar de mi estado. Supongo que las cosas cambian, incluso para nosotros -recogió la mitad de la manta, que caía cuan larga era-. Dorothea -la sirvienta entró casi a la carrera en el dormitorio-. Prepara la bañera para el príncipe. Sus sentidos han nublado su olfato y está apestando el dormitorio.
La doncella obedeció y fue a llamar a los sirvientes corriendo. Naerys aprovechó para acercarse a la cama, recogiendo la falda del camisón y abrazándose a la manta. El canto de los pájaros en el exterior sonaban cercanos, seguramente porque estuvieran apoyados en la barandilla del exterior. El dormitorio no tenía un balcón, pero los ventanales podían abrirse y daban a uno de los torreones de la Fortaleza que miraban hacia el mar. Era una de las cosas que más le gustaban de ese dormitorio y que la habían pillado por sorpresa; su cercanía al océano, la llegada del olor del mar y el agua que desembocaba en este desde el Aguasnegras.
-¿A dónde vas?
-A intentar hablar con mi padre antes de la cena. Solucionar unos problemas que vienen de antes -se dejó caer sobre el colchón de plumas, estirando las piernas. La daga, un regalo de la Mano, descansaba en la mesita al lado de unos gruesos libros y un candelabro a medio consumir.
El corazón golpeando en su pecho martilleaba con fuerza. Naerys se acarició el cuello, empapado en sudor y con algunos mechones pegados a su nuca.
-¿Para qué ir cuando puedes atender otras cosas?
Su doncella entró seguida de dos sirvientes que cargaban una bañera de metal. Los dos la pusieron en medio del dormitorio, al lado de la chimenea, moviendo los muebles que estaban ahí dispuestos contra las paredes.
-¿Bordar flores y dragones, gestionar fiestas de té y pasear con otras damas que deben morirse de ganas de cotillear sobre lo que ha pasado hoy en la Sala del Trono? Estoy demasiado débil como para soportar a algunas de ellas en estos momentos.
-Malestares femeninos -lo escuchó mascullar.
Naerys se tocó el collar. Nunca se lo quitaba. Ni para dormir ni para bañarse. El metal era resistente, y de la mejor calidad. Y que los dioses la castigasen si alguien pensaba que iba a deshacerse del último recuerdo que tenía de su madre. Alejó el recuerdo de su madre y sus últimos momentos, cuando le acarició la cabeza y le dio una de sus mejores sonrisas mientras se agarraba el vientre abultado.
-No eres el único defraudado con ellos.
Los sirvientes se marcharon de la habitación tras colocar y llenar la bañera. Avivando las llamas del fuego estaba la doncella, arrodillada frente a la chimenea cuidando de las llamas. Aemond había conseguido quitarse la camisa, exponiendo su pecho pálido y en el cual se dibujaban sombras con la iluminación. Mantenía los pantalones puestos, pero estaba descalzo. Parte de su melena estaba todavía recogida, y se tocaba las hebillas del parche con la atención fija en donde estaba la bañera. O donde estaba la doncella, de rodillas y con la atención en su tarea. Naerys vio algo extraño cruzar su ojo, como una especie de movimiento en el orbe que lo hacía...deslumbrar.
La doncella dejó lo que estaba haciendo, dejando el artefacto al lado de la chimenea, y se levantó limpiándose las manos en el delantal blanco del uniforme. Despreocupada, se dio la vuelta dispuesta a irse. Su tarea ya había terminado, ¿qué más daba su presencia ahora? Hasta que notó la presencia de ambos sobre ella, y se paró en rotundo.
-¿Quiere que le ayude, mi príncipe?
Naerys mantuvo los ojos fijos en ella mientras se acercaba a recoger las prendas arrancadas antes. Intentó no verlo de la peor forma posible, de la misma forma en la que las damas de la Corte solían quejarse a ella porque sus maridos les prestaban más atención a las sirvientas que los atendían o a otras damas y ella las escuchaba en silencio sin saber qué clase de consejo darles. Había escuchado rumores, además, sobre los gustos que el hermano de su esposo tenía cuando se despertaba de una noche de fiesta y su esposa la princesa no estaba cerca. La clase de barbaridades que hacía con las sirvientas y doncellas a su servicio, el rumor sobre las decenas de niñeras que habían pasado en los últimos meses porque el príncipe se hartaba de ellas y no le complacían; nada que ver con el cuidado a sus hijos, por supuesto.
Incluso los votos se rompían. Así lo hacían todos los hombres protegidos y seguidores de la Fe de los Siete, y también los que no la seguían. Los hombres eran hombres, tenían sus necesidades y las pagaban con cualquier.
Desde las esclavas traídas a la fuerza y como motín de alguna guerra hasta prostitutas que así lo querían de los burdeles más exclusivos de la capital o las ciudades de los Siete Reinos. Hombres que llevaban a sus hijos a ver esa clase de espectáculos...y hermanos que llevaban a sus hermanos pequeños a hacerlo. Aemond varios meses después de boda le había contado lo ocurrido en algún burdel de Desembarco del Rey, en la Calle de la Seda, cuando era su onomástico. Cómo su hermano lo había llevado a estrenarse como hombre y había acabado acostándose con la mujer que pronto se convertiría en la jefa de todo aquello. Y le había jurado por lo más sagrado, por dioses en los que sí creía de acuerdo a los esfuerzos de la Reina y los Hightower en educarlo de esa manera, que jamás volvería a pisar ese sitio, ni estando borracho. O que se convertiría en clase de hombre que es su hermano.
Pero si incluso el más fiel de los hombres prometía eso a su prometida y posterior esposa, seguía siendo un hombre. Sus necesidades y antojos. Y siempre conseguían lo que quería. Cualquier excusa servía. Una esposa no complaciente, deseos que superaban su fe, impulsos que surgían de repente... Cualquier cosa. Incluso el de una esposa incapaz de servirle como debía, enferma. Como ella.
-Dorothea -la cabeza morena de su doncella se volvió hacia ella al escucharla, sujetando las prendas bajo sus brazos-. Llama al maestre y pídele que me prepare unas compresas tan pronto como pueda.
La doncella se marchó corriendo. Naerys se limpió el sudor contra la tela caliente del camisón, y se apuró a levantarse. El suelo frío de la misma piedra lisa de la que estaba hecho el resto de la fortaleza contrató con la calidez que desprendía su piel, casi podría haber salido humo.
-Una vez la Reina dijo que nuestro papel ahora en la Corte era representar de forma honrada el orgullo y poder de la Casa Targaryen -inspiró por la nariz, llegándole los aceites que habían echado en el agua de la bañera, y se volvió a mirar a su esposo duramente-. Una disputa familiar no va a ser la causante de su ruptura.
Dorothea se encargó de vestirla de acuerdo a las órdenes de la cena que había recibido. El Rey quería hacer las paces con su familia, solucionar los problemas que llevaban arrastrando años y años. Si incluso la princesa heredera y su familia y la Reina habían aceptado, aunque no les quedase otro remedio, entonces los demás solo eran meros peones que seguían las indicaciones. Ella iba a seguir las instrucciones del Rey, fuesen cual fueran. A Aemond no le hizo gracia, y se atrevió a amenazarla con no acudir a la cena alegando cualquier excusa, pero no puso pegas cuando en el baño estuvieron hablando en alto valyrio y practicando nuevas palabras.
Un hermoso vestido negro que enseñaba los hombros y se abría por los brazos para revelar la tierna piel adornada con joyas blancas y azules, un guiño a su casa materna. El rojo caía en su falda en un tejido diferente, más suave y con el símbolo de los Targaryen grabado. La melena plateada recogida en una trenza a la mitad del amarre. El collar, como siempre, con ella. A Aemond se le vistió como habituaba. Ropa de cuero ajustado, el pelo lacio peinado hacia atrás y ajustado a una correa de cuero del mismo color -negro- unida a los broches del parches para evitar accidentes.
La cena iba a ser en una sala privada, fuera de la vista de cualquier noble o sirviente enviado a cotillear. No en la Sala del Trono. Una sala amplia e iluminada con velas, de dos alturas y en la más alta estaban la mesa y un amplio hueco en el que Baela, Rhaena, Jace y Luke estaban hablando. La princesa Rhaenyra y su padre estaban cercanos a la mesa, con ella sentada y sujetándose el vientre hinchado por el tercer embarazo con su padre. La Reina y la Mano también estaban sentados, y la princesa Helaena estaba inclinada sobre la mesa para hablar con él. Aemond y Aegon estaban en una de las esquinas hablando en voz baja.
Acababa de regresar de la sala donde las Hermanas estaban atendiendo el cuerpo de su tío Vaemond, bajo la supervisión de su abuela. Le había dado sus condolencias, y había defendido la postura de su padre como se esperaba de ella. Vaemond se había pasado de listo, desde insultar el parentesco de los hijos de la princesa hasta llamarla golfa solo por negarse a aceptar la decisión del Rey.
Su padre se acercó nada más verla aparecer. También vestía de negro, y tenía el pelo lacio echado hacia atrás aunque suelto.
-¿Has ido a ver a la princesa Rhaenys? -le preguntó al lado de la oreja. Naerys lo abrazó de vuelta.
-Lo suficiente como para que haya criticado mi matrimonio y me haya expresado su opinión antes de la recepción -se separaron, y la sonrisa pícara de su padre acentuaba sus rasgos. Era igual a las que le daba cuando era una niña y sabía que sus respuestas le divertían-. Me gustaría haberos saludado antes.
Su padre la mantuvo a su lado incluso cuando Baela y Jace no estaban tan lejos y le interesaba saber de lo que hablaban. Cosas de prometidos, se dijo, y además debían de llevarse muy bien para ya estar comportándose de esa forma.
-Los niños crecen, pero incluso a esa edad dudo que alguno recuerde a otra persona que no sea quienes los cuidan.
-Temo no conocer eso, más los días en los que Baela y Rhaena lloraban. Me atrevo a decir que incluso las añoro.
No hubo una respuesta, pero sí una indirecta. Sabía que la muerte de su madre había sido traumática para todos, pero más para su padre, que había visto los restos calcinados antes de ser devueltos a Marcaderiva para el funeral. Los días que la siguieron fueron de los peores que recordaba. Una orden a su dragón, se dijo. A veces le sorprendía que los dragones siguieran esa clase de órdenes de sus propios amos, y que no sintieran nada tras eso. Vhagar se dignó a seguirlos hasta la isla de sus abuelos, el hogar de los Velaryon, sin montura. Hasta que la noche del funeral Aemond la reclamó en contra de lo que se esperaba y ganó un dragón.
-Siguen siendo mocosos después de todo.
Naerys le dio la razón, sin saber bien qué decir, y ya fue algo con lo que se contentó. Le dejó un beso en la frente, de la misma manera que había recibido el último en su boda, antes de entregarla a manos de otro hombre.
Las puertas se abrieron tomando a todos por sorpresa. La Guardia del Rey llevaba al Rey en una silla en lo alto, sin la corona y con el mismo atuendo de aquella mañana. Su padre le dio un golpecito en el brazo.
Cuando a todos se les permitió reclamar su asiento, el sirviente la ayudó a mover la silla que le permitió sentarse y a empujarla cerca de la mesa. Estaba sentada entre ambos hermanos, Aemond y Aegon, con la princesa Helaena a un suspiro y la Mano del Rey frente a ella con una mirada indescifrable. Aemond estaba sentado en una de las puntas de la mesa. No había mezcla, solo bandos, de nuevo.
Aemond tomó asiento después, dejando que su mano se deslizara hacia tu muslo en señal de invitación. Naerys se dio cuenta de que sus dos hermanas ahora estaban sentados con sus prometidos, que eran las hijas de Daemon Targaryen igual que ella con Lady Laena. También había visto cómo se casaban la princesa Rhaenyra y él en una ceremonia íntima en Rocadragón, cogida de la mano del maestre que se encargaba de los cuidados de los príncipes. Una ceremonia igual de hermosa como de extraña.
Alrededor de la mesa, todos los miembros de la familia Targaryen-Velaryon-Hightower reclamaron sus asientos mientras el rey Viserys Targaryen, el primero de su nombre, se sentaba en el enorme espacio que separa a la Reina y a la princesa heredera.
Cuando los guardias se retiraron, el Rey comenzó a hablar. Su tono era suave y variaba dependiendo de la posición que tomase:
-Qué bueno es...poder verlos a todos esta noche...juntos.
La tensión en la mesa era casi palpable, fina, lo que hizo que la Reina le preguntara a su esposo a modo de intermediaria.
-¿Una oración antes de comenzar?
-Sí -estuvo de acuerdo Viserys.
Todos tomaron la forma apropiada de oración, ella mirando a la princesa Rhaenyra aparentemente confundida por un momento antes de juntar las manos pese a su negativa relación con los Siete.
-Que la Madre sonría en esta reunión con amor. Que el Extraño se ocupe de los lazos que se han roto durante demasiado tiempo -Naerys al menos pudo compartir ese sentimiento-. Y a Vaemond Velaryon, que los dioses le den descanso.
Si bien nadie dijo nada acerca de eso último, dicho por la Reina Alicent deseando descansar sobre un hombre asesinado en la corte esa mañana, una risa rompió ese espacio. Naerys la habría reconocido en cualquier lado. No dijo nada. Simplemente se quedó asintiendo con la cabeza cuando terminó la oración y levantando la cabeza para reclamar la mano de su esposo en la suya.
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-Parece que esta es una ocasión para celebrar. Mis nietos, Jace y Luke, se casarán con sus primos, Baela y Rhaena, lo que fortalecerá aún más el vínculo entre nuestras Casas ¡Un brindis por los jóvenes príncipes y sus prometidas!
Daemon se burló y aplaudió mientras tomaba su copa, su esposo Aemond espiando su ligera sonrisa de diversión. Jace dejó que su copa cayera sobre la mesa con fuerza, lo que llamó su atención.
-Brindemos también, príncipe Lucerys... El futuro Señor de las Mareas.
Naerys alzó su copa y bebió. Un suspiro tuvo que contenerse para sus adentros, sintiendo la mano de Aemond acariciando la carne de la parte interna de muñeca descubierta. Un toque que consiguió ponerle los pelos de punta. Pero todo se detuvo cuando el Rey gruñó y se puso de pie inquieto, inclinándose hacia adelante sobre la mesa para sostenerse. Sus palabras fueron pronunciadas entre jadeos:
-Me alegra el corazón y me llena de tristeza ver estos rostros alrededor de la mesa -miró a su alrededor con sentido-. Los rostros más queridos para mí en todo el mundo... Sin embargo, se han distanciado tanto el uno del otro... En los últimos años.
Aemond parpadeó una vez, luego dos veces, y bajó la mirada hacia la mesa antes de mirarte. Solo pudo devolverle las caricias silenciosas y los apretones. Su intento de sonrisa se desvaneció, junto con la de todos, cuando volvieron a levantar la vista, viendo a Su Majestad alcanzar el pestillo que mantenía la máscara dorada en su lugar. Estaba acostumbrada a la herida y la cicatriz de Aemond, a sus dolores y continuos cuidados pese a que ya no pudiera hacerse nada para sanarla, pero la del Rey era algo completamente diferente.
El gesto de consuelo que su marido hizo fue apretarle la mano, pasando el pulgar sobre el dorso despejado, cuando el Rey dejó caer su mascara y les dio una vista directa a su decadente rostro. Aegon y Helaena se negaron a mirar, sus ojos sobre la tabla mientras su padre miraba a toda la mesa y se aseguraba de que lo viesen. Incluso él se dio cuenta de los rostros consternados
-Mi propia cara...ya no es atractiva —resopló levemente ante su propia broma—, si es que alguna vez lo fue. Pero esta noche... Deseo que me veáis...como yo soy.
La Mano miraba al rey directamente, con audacia, y sus ojos solo podían soportar pequeñas miradas, centrándose en la forma en que Aemond te distraía con sus dedos subiendo y bajando por tu muslo en tu regazo
-No solo el Rey -continuó el Rey, con la respiración demacrada-, ¡sino tu padre! ¡tu hermano! ¡tu esposo! -y luego miró hacia el centro de la mesa-: Su abuelo. Parece que no...-golpeó la máscara dorada para enfatizar su punto, todos los ojos mirándolo ahora-. No tengamos más malos sentimientos en nuestros corazones. La Corona no puede mantenerse fuerte si la Casa del Dragón permanece dividida. Dejad a un lado vuestras quejas. Si no fuera por el bien de la Corona... ¡Entonces, por el bien de este anciano! ¡Quién los ama tanto a todos!
El silencio incómodo se extendió por la mesa. Algunos, rezagados, no se atrevieron ni a respirar con más fuerza de la debida. El Rey jadeó exhausto mientras volvía a caer en su asiento con la ayuda de la Reina; volviendo a colocar la máscara sobre la mitad putrefacta de su rostro.
De repente, la princesa heredera Rhaenyra se levantó de su asiento con la copa en la mano, haciéndola sentar más derecho casi inconscientemente. Después de un momento, la princesa habló:
-Deseo levantar mi copa a Su Gracia, la Reina -cuando esta ayudó a ponerse la máscara de oro, levantó la vista con curiosidad-. Amo a mi padre -continuó, dirigiéndose a la Reina-. Pero debo admitir que nadie se ha puesto de pie...más lealmente a su lado que su buena esposa -tras una mirada significativa, la esposa de su padre habló con el resto de la mesa-. Ella lo ha atendido con...devoción, amor y honor inagotables. Y por eso, tiene mi gratitud. Y mis disculpas.
Cuando sus se cruzaron con los suyos, mientras se sentaba, la copa de Naerys se alzó en apoyo a la princesa heredera y su nueva madre.
-Por la Reina Madre.
Los demás se hicieron eco de sus palabras y tomaron su sorbo de vino, viendo que la Reina aceptaba las palabras de tu madre, y por consiguiente las suyas.
-Tu gentileza me conmueve profundamente, princesa.
Daemon se sentó hacia adelante ante las palabras de la Reina, Rhaenyra la observaba mientras Aemond parecía quedarse quieto para observar el tenso intercambio.
-Las dos somos madres...y amamos a nuestros hijos. Tenemos más en común de lo que a veces permitimos -Rhaenyra aceptó sus palabras, a su vez, y la Reina Alicent Hightower se puso en pie y alzó su copa en alto-. Levanto mi copa a ti y a tu Casa. Serás una buena reina".
El resto de la mesa hizo lo mismo y, con el Rey Viserys, tomó sus tragos de vino. Aemond sonrió con dificultad, más una expresión de decoro que sincera. Naerys apretó los dedos en sus mano, mientras que con la otra apuraba el trago. El tacto metálico del anillo de boda la sorprendió; pensaba que se lo había dejado en el dormitorio tras el baño. Pero su atención se desvió cuando Aegon vació su copa, se aclaró la garganta y se levantó de su asiento.
Suspiró y vigiló de cerca mientras ella también dirigía la atención en silencio. No podía entender las palabras que Aegon murmuraba a su ahora hermano, Jace, pero sabía que al muchacho le gustaba instigar y ser el centro de atención de algún conflicto; su farsa de servirse una nueva copa de vino solo lo llevó hasta cierto punto.
Lo que se dijo molestó al príncipe lo suficiente como para que sus manos golpearan la mesa mientras estaba de pie. La sonrisa de Aegon le aseguró que se refería a esta reacción. Escuchó cómo su hermana le llamaba la atención.
Pero cuando Aegon se dirigió a su asiento, fue el momento de Aemond de ponerse en pie, y con toda su altura puesta en advertencia miró a Jace como si quisiera decir algo. La mesa se quedó quieta, e incluso Viserys, que había sido testigo de la ferocidad de su marido, esperó con la respiración contenida.
-Mi amor —susurró, alcanzando la manga de Aemond para dar un simple tirón-. Por favor —le suplicó en voz baja, rogándole que volviera a sentarse. Pero cuando se formó un puño ahí donde ella tocó, Naerys se estiró para ponerse casi en pie, incluso a sabiendas del dolor que iba a esperarle después levantaste. Le miró a los ojos-. Aemond, por favor, no hagas esto, te lo ruego.
Su brazo se tensó hasta puntos en los que no supo si era parte de la reacción. Sin ni una sola mirada de por medio, Aemond se sentó lentamente Mientras Jace solo golpeaba con su puño el hombro de Aegon en una muestra de buena fe, notando la forma en que Aemond se puso rígido incluso bajo tu toque relajante.
Jace brindó con su propia copa:
-Al príncipe Aegon y al príncipe Aemond. Hace años que no nos vemos -Jace apartó la mirada de Luke y la miró a ella y a Aemond-, pero tengo buenos recuerdos de nuestra juventud, momentos compartidos. Y es obvio el amor, la devoción y el respeto que le muestras a mi nueva hermana, príncipe, y por eso, te doy gratitud y agradecimiento
Hizo una pausa para mirar a Aegon, que parecía amargado ante la muestra de responsabilidad y lengua educada, con la boca entre las manos.
-Y como hombres, espero que aún podamos ser amigos y aliados. A ustedes y a sus familias, buena salud, queridos tíos. O, mejor dicho, querido tío y hermano.
La mano de Aemond sobre la suya se tenso, movimiento que acabo inadvertido cuando dio la vuelta a ambas y puso la suya encima, los dedos entrelazados en una sola.
Pensando que se habían terminado los brindis de la noche, le pilló la sorpresa cuando Helaena, una chica generalmente callada y en sus asuntos, se levantó de su asiento como si ardiera en llamas, alzando su copa en alto y con las cabezas de todos los miembros en la mesa atendiendo.
-Me gustaría brindar por Baela y Rhaena. Se casarán pronto -les dio una sonrisa que podría clasificar como encantadora, que fue respondida con otras y una mirada de orgullo por parte de Baela-. No está tan mal. Sobre todo, si simplemente te ignora... -entonces, se le ocurrió un pensamiento-. Excepto a veces cuando está borracho.
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No era su intención, pero Naerys se rió un poco, los ojos se abrieron de par en par mientras intentaba no mirar a la mesa. Cuando finalizó su repentino ataque, pudo jurar que la Mano, abuelo de Helanea, soltaba una risita singular ante las palabras de su nieta y aprobaba su comentario como cualquier otro. De hecho, afirmó que lo hacía, cuando Helaena volvió a encontrar su asiento y él asintió con la cabeza, murmurando: «Bien».
-Vamos a tener algo de música -dijo su tío, y un momento después, los músicos en vivo tocaron una melodía.
La curiosidad le ardió cuando Jace se levantó de su asiento, murmuró a su prometido y luego rodeó la mesa para acercarse a Helaena con una mano tendida.
-Jace -advertiste a tu hermano cuando se detuvo a su lado. Pero mirando en dirección a la princesa Helaena. Aegon no podía apartar la vista de su esposa cuando ella aceptó, y dejó que el Príncipe la llevara a un amplio hueco delante de la mesa para bailar.
Aegon se giró como si no comprendiera nada y compartió una mirada endurecida con su hermano. Aemond dejó que su silla retrocediera un poco para tener una visión adecuada de su entorno, sin romper el contacto de sus mano y animándola a acercarte. Naerys suspiró por esa reacción.
-Gracias -le agradeció. El ojo fue directamente hacia ella, consiguiendo llamar su atención.
-Es lo mínimo que puedo hacer para que la salud de mi esposa no se marchite.
-Independientemente de eso -apretó sus manos, y se atrevió a poner la mano en la que llevaba su propio anillo de casada encima-. Está siendo una velada muy agradable.
Él carraspeó.
Pasaron unos minutos, en los que la escena se desarrolló con total naturalidad para lo que eran todos ellos en familia y compañía. Incluso en algún momento llegó a reírse de un comentario que la Reina le hizo, ganándose el asentimiento de la Mano. En medio de todo eso, ella picoteaba de su plato mientras atendía a la llamada que le hacía. Su hermana Baela, al otro lado, le pasó de buena gana la cesta del pan cuando se la pidió directamente, y la princesa Rhaenyra alabó el buen color de su piel esa noche. También le prometió a su tío ir a leerle esa noche. En algún momento, Aegon se atrevió a intentarle darle conversación, pero al ver que no llevaba al término que deseaba acabó ignorándola.
El plato de Aemond estaba casi intacto. Miraba a su hermana y a Jace bailar consumido en el silencio, mientras que a su lado su hermano daba pequeños mordiscos a su plato y de tanto en tanto se llevaba la copa a la boca.
-¿No quieres comer algo, mi amor?
Parecía que fuera a decirle algo, una respuesta a su pregunta, cuando de repente su atención se centró en otra cosa que levantó sus instintos y armadura. Fue entonces cuando ella al girarse, puesto que Aemond miraba por encima de su hombro, descubrió al joven Lucerys Velaryon, con sus mejillas redondeadas pero con algún que otro rasgos que comenzaba a transformarse, a sus espaldas y mirando en su dirección. Con la mano tendida, igual a como Jacearys había hecho con la princesa Helaena para invitarla a bailar.
-Mi señora -el tono le vaciló unos instantes, hasta que consiguió recuperarse y controlarlo. Naerys lo miraba a los ojos de acuerdo a la proposición que le estaba haciendo-, ¿un baile conmigo?
El maestre había sido claro al decirle que debía descansar y tomarse las cosas con calma. Pero en ningún momento había dicho que no podía hacer un esfuerzo para salvar la reputación de su familia frente a la mirada atenta y desesperada del Rey. Y eso, por encima de su salud, estaba su deber para con la Corona. Naerys miró a Aemond de reojo, que la miraba en silencio y con el rostro pétreo. Su cicatriz nunca había parecido tan grande, y todo por la presencia de aquel chico que ni le llegaba al pecho.
-Por supuesto.
Naerys hizo un esfuerzo mental y físico para levantarse del asiento, ayudada por un sirviente que rápidamente la atendió, y fue cogida de la mano de Luke hacia la improvisada pista de baile donde su hermano y la princesa Helaena continuaban danzando. Jace se percató de sus intenciones, y se movió con su acompañante para dejarles espacio.
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Lucerys mantuvo las distancias todo el rato que estuvieron bailando, si es que era una norma. A diferencia de su hermano, algunos de sus pasos eran torpes pero se esforzaban por mantener el ritmo. Ella incluso se atrevió a relajar el ritmo, alejándose del patrón que los músicos marcaban con sus instrumentos y melodías. Helaena reía entre salto y salto, las carcajadas de Jacearys acompañándola y en uno de esos abrazó la espalda de ella riendo como jamás la había visto divertirse. También escuchaba las risas de sus hermanas, incluso si habían pasado años sin escucharlas a ambas.
Lo que sí distinguía bien era la risa de su padre, acompañada de lo que parecía ser la voz de la princesa Rhaenyra. La voz de la Mano también sonaba, más grave y menos intensa que ambas anteriores. Todos en armonía, cumpliendo los deseos de un moribundo que había tenido que salir de la cama y de su medicación, que controlaba sus continuos dolores, para acabar siendo lo que en su momento tendrían que haber sido. Luke se disculpó varias veces por pisarla, alegando que era malo bailando y que nunca había aprendido bien, pero ella también se disculpó al no estar en su mejor momento.
Hasta que el ruido de un golpe repentino los calló y obligó a los músicos a detenerse. La sonrisa de Lucerys desapareció tan pronto como las voces de la estancia decayeron. Naerys y él miraron en dirección a donde procedía. La mesa estaba como la había dejado, cada uno ocupando su respectivo asiento, Jacearys y Helaena con ellos bailando... y su esposo Aemond de pie con una copa alzada.
-Tributo final. Alcemos nuestras copas -un silencio en la mesa y en la improvisada pista de baile en la que estaban.
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Hizo que Lucerys se acercara a la mesa con ella, a su correspondiente lado, y tomó la copa mirando a su marido. Escuchó el ruido de la silla de Aegon arrastrarse hacia atrás para dejarle espacio.
-Por la salud de mis sobrinos. Jace -dirigió una vaga mirada hacia donde el chicho estaba, que hizo un gesto en su dirección para indicarle con la copa-, Luke -no supo describir qué clase de mirada se dieron-, Joffrey. Cada uno de ellos guapos, inteligentes -una pausa tensa hizo que varias cabezas se volvieran confusas entre ellas. La Mano del Rey entrecerró los ojos, tamborileando los dedos sobre la copa dorada- y fuertes.
-Aemond -la Reina le lanzó una mirada de advertencia.
A su lado, Aegon agachó la cabeza. El espacio cálido que el Rey había dejado a su marcha comenzó a mezclarse con la nueva aura oscura que se cernía sobre ellos, amenazante. Naerys intentó buscar un punto de inflexión en los ojos de su marido, pero estos no dejaban de mirar al frente, como si rechazase cualquier intento de detenerlo.
-¡Ven! -su gritó resonó en toda la sala, consiguiendo que algunas de las cabezas de los siervos a sus espaldas se levantasen de donde estaban-. Con mi dulce esposa, alcemos nuestras copas por estos tres chicos fuertes*.
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*En la versión original, strong no es solo un adjetivo, sino también el apellido de la supuesta Casa de la que se teoriza que los hijos de la princesa pertenecerían por su paternidad.
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fan-de-shrek · 1 year ago
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El Cinturón de Fuego del Pacífico se formó como consecuencia del movimiento de las placas tectónicas. La litosfera de la Tierra (que incluye la corteza) está dividida en grandes losas o secciones de unos 80 kilómetros de espesor conocidas como placas, las cuales encajan entre sí pero no están completamente unidas, pues se mueven como resultado de procesos internos del planeta que suceden miles de kilómetros debajo de la superficie terrestre.
Mientras estas losas se mueven encima del manto (la capa intermedia de la que se conforma la Tierra), tienden a chocar y separarse entre sí, y a veces hundirse unas debajo de otras. Entretanto, en los bordes de las placas se produce intensa actividad geológica y se generan zonas particularmente activas:
Límites convergentes. En ellos, las placas tectónicas chocan entre sí. Esto puede propiciar que la placa más pesada se coloque sobre la más ligera, creando así una zanja profunda que recibe el nombre de “zona de subducción”, asociada con grandes terremotos. A su vez, esta condición ocasiona que el magma ascienda a través de la corteza y que durante el transcurso de miles o millones de años se eleve, se formen volcanes y/o se formen arcos volcánicos.
Límites divergentes. Es el hecho contrario: las placas se separan entre sí.
Límites de transformación. En ellas, los bordes de las placas se deslizan de forma paralela u horizontal.
Puntos calientes (Hotspots). Regiones en donde el manto que está debajo tiene una temperatura más alta que la de otras zonas. El magma caliente puede ascender hacia la superficie y producir volcanes activos.
Ya que en los límites de las placas tiende a concentrarse la actividad geológica, es comprensible que los bordes de la del Pacífico hayan acumulado numerosos volcanes y se engendren intensos terremotos.
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militofrio · 2 years ago
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Ella es tan inestable que el cinturón de fuego del pacífico la veía y rezaba.
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bimalx · 2 years ago
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Registros de la Atlantida
Mucho tiempo atrás en la Atlántida, la raza de hombres que procuraban saber, osar, hacer y buscar en silencio las leyes de la vida, cayeron en el hábito de pensar que habían alcanzado lo máximo en cuanto a logro porque manifestaban un control considerable sobre la sustancia material. No obstante, tales fenómenos no eran ni son indicativos en absoluto de verdadera conciencia divina y autocontrol internos. La ciencia atlante, al igual que las ciencias físicas de hoy en día, parecían lo máximo; y el materialismo, el ateísmo y la sensualidad, con la gratificación de los deseos personales, iban a la zaga sólo de las metas del estado supremo, para hombres y mujeres de ese tiempo.
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En este estado de falsa saciedad, de falso espíritu comunal, vanamente imaginaron que la libertad con respecto al trabajo físico proporcionaría a todos lo supremo en cuanto a iluminación como producto derivado del nuevo lujo, ocio y lo que llamaban ‘la buena vida’.
En la búsqueda de la sabiduría del mundo y de que se les considerara sabios entre los hombres, los individuos iban en pos de actividades licenciosas que empalagaban a los sentidos, a la vez que pasaban por alto el llamamiento para que adoraran la Fuente de la Vida y llevaran a cabo el propósito supremo creativo. De modo que manifestaron el lado izquierdo de la tabla*, pensando que nada era nuevo y declarando, "soy rico", me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad’, esta actividad contrasta con la valoración divina de su estado que reza:
"y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo".
»La indiscutida Realidad del destino cósmico humano predeterminado en la mente de Dios no es "nada nuevo debajo del sol"»
En el presente, el destino del hombre — su propia matriz individual divina — se mantiene a salvo en el corazón de Dios (ahi se matiene el registro cosmico de cada humano).
Esta matriz es revelada a las almas avanzadas de la Tierra que beben del cáliz de la comunión de la abundancia cósmica de nuestro Señor hasta que rebosan de alegría eterna.
Así pues, vemos que la Atlántida tenía entonces, y la Atlántida reaparecida hoy en los Estados Unidos de América tiene, un destino consistente en exteriorizar la llama de Omega, el cosmos de la Materia y la realización material (materialización) de la llama divina. Y, en la medida en que la ciencia y la tecnología y los inventos se depositan en el altar de la Madre Divina con el fin de que, libres del trabajo pesado, las personas puedan ir en busca de una vida espiritual y de la condición de adepto que les corresponde, es en tal caso una manifestación legítima.
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No obstante, hemos visto numerosas civilizaciones y en los registros de ellas en el ákasha que, cuando se les dan muchas comodidades y tecnología, en lugar de aprovechar la oportunidad para perseguir el sendero espiritual, empiezan a mostrarse indulgentes con el desperdicio del fuego sagrado en uno o todos los chakras.
Ello conduce al consiguiente agotamiento de la Luz en el templo y, de ahí, la incapacidad de identificarse con un sendero de cristeidad personal. A continuación la gente se vuelve degenerada. Ello ha sucedido no sólo en nuestro planeta, sino también mucho tiempo atrás en el que fuera el planeta más próximo al Sol, que quedó destruido y es actualmente tan sólo un cinturón de asteroides Hedron.
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decmultiverse · 12 days ago
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Mark avanzaba con satisfacción, consciente del poder que colgaba de su cinturón, cada medallón reluciendo en una cadena de metal, simbolizando la lealtad inquebrantable y el sometimiento de sus sirvientes eternos. Cada uno de ellos, desde Frisk hasta Gaster, no era solo un símbolo de conquista, sino una herramienta invaluable, capaz de desplegar habilidades increíbles y únicas que enriquecían el arsenal de Mark.
Mientras Mark caminaba, acariciaba los medallones que colgaban a su lado, recordando el inmenso poder que cada uno guardaba y cómo, con solo un pensamiento, podría convocar a cualquiera de ellos, su ejército personal. Sabía que todos conservaban su personalidad, su esencia y su cuerpo, pero ahora, sus almas le pertenecían. Eran leales, fieles, y absolutamente obedientes a él, listos para obedecer sus órdenes sin cuestionar. No había nada que pudiera desobedecer o desafiar su poder, y esta idea llenaba a Mark de una satisfacción que irradiaba en cada uno de sus movimientos.
Frisk, la primera en su colección y una de sus más valiosas adquisiciones, destacaba no solo por su valentía, sino por su habilidad única de adaptación. No importaba el entorno, las reglas del combate o los obstáculos, ella siempre encontraba una forma de sobreponerse. Al poseer su alma, Mark había adquirido también ese poder de adaptación, transformando cualquier situación en una oportunidad. Ahora, Frisk era su aliada fiel, lista para enfrentar cualquier adversidad.
Chara, con su habilidad para controlar el daño y su maestría en el combate de cualquier tipo, le ofrecía a Mark una ventaja táctica que superaba la de cualquier guerrero. Su habilidad no solo era física, sino estratégica, y podía aplicar su dominio tanto en combates cuerpo a cuerpo como a distancia. Chara, ahora leal a Mark, aguardaba para ser invocada y desplegar toda su habilidad bajo las órdenes de su nuevo amo.
Flowey, la enigmática planta con dominio sobre la flora y fauna, tenía el control absoluto de cualquier forma de vida vegetal, pudiendo manipularlas a voluntad y usarlas como herramientas de ataque o defensa. Mark sabía que, con Flowey en su equipo, ningún terreno era desconocido ni inexplorado, y podía hacer crecer o manipular plantas a su antojo. Ahora, este poder natural y control total de la vida vegetal era otra extensión de su poder.
Toriel, la bondadosa guardiana de las ruinas, había sido otra conquista significativa. Con habilidades de curación y control sobre el fuego, Toriel tenía la capacidad de sanar a sus aliados, además de una destreza excepcional en telekinesis y combate elemental. Sus habilidades curativas, combinadas con la capacidad de manipular fuego, la convertían en una presencia protectora, lista para salvar y pelear a su lado.
Napstablook, el alma melancólica con poderes fantasmales, le proporcionaba a Mark habilidades sobrenaturales que traspasaban los límites de lo físico. Su capacidad de desaparecer y reconstituirse lo hacía invaluable en situaciones de sigilo o en combates donde se requería intimidación. El poder de Napstablook era una sombra a disposición de Mark, siempre lista para actuar desde las sombras y sorprender a cualquier adversario.
Papyrus, su querido hermano y ahora eterno aliado, le brindaba una versatilidad extrema. Sus habilidades con los huesos, gaster blasters, control de la gravedad y energía infinita, lo convertían en una fuerza devastadora. Papyrus podía hacer que el terreno de combate respondiera a su control absoluto, lanzando estructuras óseas con precisión quirúrgica, y su energía infinita aseguraba que jamás se cansaría en la batalla.
Grillby, el cantinero envuelto en llamas, poseía habilidades de manipulación de luz, electricidad y fuego. Estos poderes eran un recurso inagotable de ataque y defensa, permitiéndole a Mark desplegar tácticas con fuego e iluminar las zonas más oscuras. Grillby era la llama viva que Mark podía desatar en un instante, envolviendo a sus enemigos en un torrente de calor y electricidad.
Temmie, la felina sobrehumana, era rápida, letal y sigilosa. Su habilidad de parkour y acrobacias le daban una ventaja inigualable en combate, permitiéndole moverse en cualquier tipo de entorno con agilidad y fuerza. Con Temmie bajo su mando, Mark tenía acceso a una espía infalible y una combatiente que podía atravesar cualquier obstáculo, alcanzando lugares que otros no podrían.
Undyne, la comandante con habilidades de hidrokinesis y una destreza incomparable en combate, se convirtió en una soldado poderosa en manos de Mark. Con ella, podía lanzar ataques brutales, manipulando el agua y manteniendo el control de los enfrentamientos, tanto en la distancia como en el combate cercano.
Alphys, la científica omnisciente, tenía un valor inestimable en su habilidad de saberlo todo. Con sus conocimientos, Mark estaba siempre un paso adelante, anticipándose a cualquier movimiento y descifrando los misterios de otros universos. Alphys, ahora su fiel aliada, le daba la omnisciencia necesaria para tomar decisiones en cualquier terreno.
Mettaton, el robot imparable y armado hasta los dientes, era una máquina de guerra indestructible. Cada parte de su cuerpo estaba diseñado para el combate, y con él, Mark tenía una fuerza mecanizada implacable que podía activar en el momento preciso.
Muffet, la araña tejedora de telarañas infinitas, le daba a Mark la capacidad de manipular a sus enemigos. Con su habilidad de escalar cualquier superficie y tejer redes impenetrables, podía atrapar y someter a cualquier enemigo, inmovilizándolos para que Mark controlara el combate a su favor.
Asgore, el rey del Subsuelo, poseía habilidades sobrenaturales, incluido el poder de invocar ángeles y demonios. Este poder celestial y demoníaco le daba a Mark un ejército invocado que podía desplegar a su voluntad, utilizando entidades poderosas para protegerle y luchar a su lado.
Asriel, el príncipe, portaba poderes cósmicos y un aura de paz que Mark podía desatar en momentos de desesperación o conflicto. Asriel era capaz de mantener la calma y la protección, mientras sus alas lo alzaban por los cielos y le daban una perspectiva superior de cualquier batalla.
Finalmente, Gaster, el ente omnipotente, completaba su colección como el ser más poderoso. Su habilidad omnimancer y conocimiento ilimitado lo convertían en la joya de la colección de Mark. Con Gaster, tenía a su disposición un poder ilimitado, omnipresente y capaz de romper cualquier barrera de la realidad.
Con estos medallones colgando en su cinturón, Mark estaba listo para explorar nuevos horizontes. Tenía en su control un ejército leal, cada uno con habilidades únicas y personalidades intactas pero fieles solo a él. Con una sonrisa decidida y los ecos de sus conquistas en cada paso, abrió un portal hacia otro universo, dispuesto a llevar su dominio y control a un nuevo mundo, donde su poder no tendría límites, y donde, con cada batalla, su colección solo seguiría creciendo.
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mongorevera · 22 days ago
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Los Científicos Ya Tienen Miedo Por El Cinturón de Fuego En México, mira...
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