#Cantos para la Santa Misa
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Antífona Salmo 33
Responsorial del Domingo XXI del Tiempo Ordinario
Lam Fa Mi Vayamos a gustar la bondad del Señor
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6. Bells.
. 🐧 ࣪ ۪ 𐚁̸ ֺ۪ ⭒ ݂ ٫٫ 𝗔𝗗𝗩𝗘𝗡𝗧 𝗖𝗔𝗟𝗘𝗡𝗗𝗔𝗥 @cocopalaceprjct
#CAD_06
Y entre el canto de los niños y las palabras alegres del sacerdote, se escuchaban fuertes campanadas, tanto en la iglesia como en la ciudad.
Aquel ruido, que para muchos parecía algo molesto, para Luna se sentía celestial. Lo recordaba de niña como una gran alegría en su corazón. Sus recuerdos aparecían como una película. Ella pequeña, de pie junto a su padre escuchando la oración, después el canto angelical de los niños y la emoción del termino de la misa que siempre llegaba acompañado de campanadas. Era su parte favorita porque entonces ahora iría a casa junto a su padre a cenar y ver películas, esperando con ansias la llegada de Santa esa noche.
Se recordó a si misma, feliz e inocente, sin ninguna pizca de temor y tristeza. Añoro regresar a eso, pero al menos ahí, entre la multitud de personas creyentes, las campañas y los villancicos, se sintió segura y protegida, con escasos sentimientos de felicidad.
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15 de septiembre de 1854: Estreno al Público del Himno Nacional Mexicano
Primeros Himnos
A lo largo de su historia, nuestro país tuvo varios himnos nacionales que –por una u otra razón- terminaron en el olvido. El primero de que se tiene registro, p.r ejemplo, fue compuesto por José Torrescano en 1821, una vez consumada la Independencia, en honor a Agustín de Iturbide. Al año siguiente, el himno fue sustituido por una composición de José María Garmendía que también ensalzaba la figura de Iturbide, ahora emperador de México. Obviamente, cuando el régimen monárquico llegó a su fin y fue sustituido por un gobierno republicano, este himno fue desechado.
Así, en medio de las vicisitudes que se vivieron en México durante ese turbulento siglo XIX, varios himnos vieron la luz y desaparecieron uno tras otro al ritmo de las pugnas entre liberales y conservadores, según el bando al que perteneciera el gobierno en turno.
La difícil situación en que quedó México después de la invasión estadounidense (1846-1848), que incluyó la pérdida de más de la mitad del territorio nacional, pareció ser una razón más que poderosa para hacer un llamado a la creación de conciencia sobre la unidad nacional, por lo que entre 1849 y 1853 se registraron cuatro convocatorias para elegir un himno que unificara –de una vez por todas- a todos los mexicanos bajo un mismo “canto verdaderamente patriótico”, según las palabras del entonces presidente Antonio López de Santa Anna. Sin embargo, estas convocatorias fueron atendidas en su mayor parte por músicos y poetas extranjeros. Así, por ejemplo, la primera de ellas fue ganada por un músico austríaco y un poeta estadounidense (!), lo cual –como era de esperarse- no fue para nada del agrado del público. Luego siguieron las propuestas de un poeta cubano y varios músicos italianos, franceses y hasta un checo, todas las cuales lo único que hicieron fue engrosar las filas de himnos mexicanos desechados.
La última convocatoria -al parecer la más seria- fue lanzada el 12 de noviembre de 1853 por el ministerio de Fomento, Colonización, Industria y Comercio del gobierno del general Antonio López de Santa Anna y se dividió en dos partes. Primero se abrió el concurso para elegir la letra del nuevo himno, el cual fue atendido por 26 poetas de entre los que se eligieron los versos escritos por Francisco González Bocanegra (1824-1861), poeta y dramaturgo que a la sazón contaba con 29 años de edad.
Francisco Gonzalez Bocanegra
Nacido en San Luis Potosí, González Bocanegra fue desterrado de México junto con su familia en 1829 porque su padre era español y el entonces presidente Guadalupe Victoria había decretado la expulsión de todos los españoles que vivían en México. En 1836 España reconoció finalmente la Independencia de México, con lo que la familia de González Bocanegra pudo regresar a nuestro país. Dedicado al comercio, el joven González Bocanegra se trasladó a la Ciudad de México, donde frecuentó las tertulias literarias y entabló relación con poetas, escritores y periodistas. Finalmente terminó por abandonar las actividades comerciales e ingresó a la administración pública, llegando a ser editor del Diario Oficial del Supremo Gobierno.
Cuenta una anécdota harto conocida que González Bocanegra no se animaba a participar en el concurso para elegir la letra del nuevo himno, por lo que Guadalupe González del Pino, su novia, lo encerró en una habitación de su casa advirtiéndole que no le dejaría salir de ahí hasta que hubiese escrito algo que valiera la pena para concursar. Cuatro horas después, González Bocanegra le pasaba por debajo de la puerta la letra de lo que sería el Himno Nacional Mexicano.
Lo cierto es que, una vez elegido el texto del joven poeta potosino, se procedió a lanzar la convocatoria para elegir la música. Esta segunda fase del concurso fue atendida por 15 compositores, resultando ganador el músico catalán Jaime Nunó Roca (1824-1908), quien también contaba con 29 años de edad y acababa de llegar a México contratado como director de bandas de guerra.
Jaime Nunó
Huérfano a los nueve años de edad, Nunó inició sus estudios musicales en Barcelona bajo el auspicio de su tío. A los 17 años obtuvo una beca para viaja a Italia a estudiar con el reconocido compositor Saverio Mercadante. Poco después empezó a componer misas, motetes y pequeñas piezas orquestales, además de impartir clases y fungir como director de bandas militares. En 1851, Nunó viajó a Cuba como director de la banda de música de la Reina de España. Ahí conoció a Antonio López de Santa Anna, entonces ex presidente de México. Cuando Santa Anna regresó al país para ocupar por undécima y última vez la presidencia, invitó a Nunó a dirigir las bandas militares del país. El compositor aceptó y viajó a México en 1854, coincidiendo su llegada con la apertura de la convocatoria del concurso para componer la música del Himno Nacional, del cual sería declarado triunfador.
El Himno Nacional Mexicano
Así pues, el Himno Nacional Mexicano -con música de Jaime Nunó y letra de Francisco González Bocanegra- fue interpretado por primera vez en público el 15 de septiembre de 1854 en el Teatro Santa Anna (luego Teatro Nacional de México), que fue demolido en 1901 para ampliar la actual Avenida 5 de Mayo. La dirección orquestal corrió a cargo del compositor y contrabajista italiano Giovanni Bottesini (1821-1889) –quien a la sazón se encontraba en México y también había participado en el concurso- y los solistas fueron la soprano Claudina Fiorentini y el tenor Lorenzo Salvi. No obstante, esa interpretación no se consideró oficial, pues el presidente López de Santa Anna no se encontraba presente en el evento. Al día siguiente, 16 de septiembre, el estreno oficial del Himno Nacional fue dirigido por Jaime Nunó y los solistas fueron la soprano Balbina Steffenone y, una vez más, el tenor Lorenzo Salvi.
Sin embargo, todo indicaba que el destino de esta composición iba a ser el mismo que el de sus predecesoras: en 1855 los liberales lograron derrocar a Santa Anna, quien tuvo que abandonar la presidencia. El poder fue asumido por Juan Nepomuceno Álvarez y al Himno Nacional, que había sido creado bajo un gobierno conservador, le fueron suprimidas dos estrofas que ensalzaban, respectivamente, a Iturbide y a Santa Anna. Dos meses después de asumir la presidencia, Álvarez cedió el poder a Ignacio Comonfort, quien simplemente hizo caso omiso del Himno al igual que casi todos los gobernantes posteriores, incluyendo a Benito Juárez. Sería hasta el mandato de Porfirio Díaz que el Himno volvería a ser tomado en cuenta para ser interpretado en las ceremonias oficiales, aunque con el tiempo las 10 estrofas que conformaban la composición original de González Bocanegra habían ido sufriendo diversas supresiones y modificaciones.
90 años de altibajos tuvieron que pasar desde que el Himno Nacional fuera compuesto hasta su oficialización, llevada a cabo en 1943 por el entonces presidente Manuel Ávila Camacho y quien limitó la totalidad del Himno a las estrofas I, V, VI y X del original más el estribillo y prohibió alterar, corregir o modificar tanto la letra como la música. Quedó así constituido el Himno Nacional Mexicano en la forma en que lo conocemos hoy en día.
Texto de Jose Antonio Palafox.
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Hermanas y Amigonianos de Venezuela asisten a multitudinario Encuentro de Jóvenes
Por: Hna. Iria Natalia Agreda y Elia del Valle Rodríguez
Con alegría y júbilo se celebró en Venezuela el IV Encuentro Nacional de Jóvenes (ENAJÓ), en el que más de 14.000 muchachos tuvieron la valentía de formar parte del grupo de creyentes que compartieron su fe y esperanza renovada, en medio de un pueblo herido y sufriente. Esta actividad se ha venido realizando cada tres años como antesala a la Jornada Mundial de la Juventud, siendo el primero en la ciudad de Caracas en el año 2003.
En este año 2018, la Diócesis de Barcelona tuvo el privilegio de ser la anfitriona del magno evento y el compromiso de recibir a los peregrinos venidos de todas partes de Venezuela, éstos, distribuidos en diferentes estados del oriente del país (Monagas, Nueva Esparta, Anzoátegui y Sucre).
Durante los días 1-3 de agosto, los grupos juveniles y movimientos, sacerdotes, religiosos y religiosas jóvenes, formaron parte de una jornada de evangelización y oración en los distintos departamentos en los que fueron destinados.
Es importante destacar que la presencia Amigoniana no se quedó atrás: los miembros de la Juventud Amigoniana del Estado Delta Amacuro (15 jóvenes) participaron, junto con la Hna. Elia Rodríguez y otros grupos, como representantes del Vicariato Apostólico de Tucupita, teniendo como sede de acogida a la Parroquia de la Santa Cruz, en Puerto La Cruz. Asimismo, nuestras hermanas Iria Agreda y Yesenia Quintero, junioras, tuvieron participación como Congregación Religiosa en compañía de las aspirantes Adriangela Morales, Yenny Quintero y su hermana Yelitza Quintero, y de los Hermanos Menores Capuchinos Fr. Carlos Gutiérrez, Fr. Javier Calderón y algunos postulantes, quienes fueron acogidos en la Parroquia San Juan Bautista, en Aragua de Barcelona. Ambas parroquias los recibieron con inmenso cariño, siendo distribuidos por familias que hicieron las veces de padres adoptivos de cada participante.
El día 4 fue destinado a los denominados Actos Centrales. Desde muy tempranas horas todos los peregrinos fueron trasladados hasta el Paseo Colón en Puerto La Cruz, edo. Anzoátegui, donde, de 8:00 a 11:30 am, se llevó a cabo el primer evento central del día llamado Feria Vocacional. En ella, varias Congregaciones y Movimientos de Laicos se dedicaron a compartir, con creatividad y espíritu joven, su carisma y espiritualidad a todos los jóvenes participantes del ENAJÓ, con la finalidad de seguir trabajando por una cultura vocacional y de seguimiento a Jesús. Debido a dificutades con el transporte, solo estuvieron en esta parte del acto nuestras hermanas Elia Rodríguez e Iria Agreda y la aspirante Adriangela Morales.
Seguidamente, se dio recibimiento a la imagen original de la Virgen del Valle, Patrona de Oriente, traída desde la Isla de Margarita y, entre cantos de alabanzas a Dios y alegría juvenil, se continuó en procesión hasta el Estadio “Alfonso Chico Carrasquel” donde sería la segunda parte de los actos centrales del día.
Al llegar allí, los jóvenes disfrutaron de un gran concierto católico amenizado por distintos Ministerios de Música, Oración y Animación. De la misma forma, la Celebración más importante, la Eucaristía, se llevó a cabo a las 2:30pm, presidida por el Presidente de la Conferencia Episcopal el Excmo. Mons. José Luis Azuaje Ayala, acompañado por el Nuncio Apostólico Mons. Aldo Giordano y casi todo el Colegio Episcopal de Venezuela. En su homilía hizo memoria del Himno escogido en primer Encuentro Nacional de Jóvenes, cuya letra hacía alusión a una juventud que fuera capaz de “inventar un país” de amor y justicia; en ella se les recordó a los jóvenes el valor de sus vidas para el anuncio del reino en medio de un país lleno de dificultades, injusticias, dolor, hambre y deserción de personas ante la realidad. Fue un momento muy emotivo pero lleno de fuerza para todos esos muchachos que, a pesar de tantos inconvenientes (económicos, falta de transporte, alimentos, etc.), lograron llevar a cabo y participar de este gran Encuentro en Venezuela, que no fue más que la prueba de que Dios está vivo y camina junto a su pueblo. Estos peregrinos del Evangelio se sintieron llamados por el mismo Jesús, a anunciar junto a María las maravillas del Señor.
Finalmente, concluida la Santa Misa, continuó el ambiente juvenil con la presentación de hermosos actos culturales propios de las distintas regiones del país, la alabanza y la música católica en vivo. Aproximadamente, cerca de las 7pm se anunció la sede del próximo Encuentro Nacional de Jóvenes 2021, quedando como escogida por el Señor la Arquidiócesis de Maracaibo, en el estado Zulia. Concluida la actividad, todos los peregrinos fueron regresando a los lugares que les darían acogida durante la noche.
El día 5 fue dedicado al agradecimiento a Dios por tantas bendiciones. Los jóvenes participantes, acompañados por sus familias adoptivas, hicieron vida dominical y sacramental en las Parroquias anfitrionas, viajando, por la tarde, de vuelta a sus hogares.
Sin duda, formar parte de este encuentro juvenil fue para nosotras motivo de renovación y esperanza. Ver tantos rostros dispuestos a vivir el Evangelio en medio de una patria doliente, pasó a formar parte de las experiencias que nos impulsan a vivir con mayor entusiasmo y fidelidad nuestro ser de consagradas y misioneras.
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Kalach - Parte I
Kalach: tres tiras de masa trenzada, un solo pan. Tres historias navideñas sobre un ucraniano, un escocés y una rumana, quienes unidos por el destino a servir a Hades convergen también bajo un mismo techo. Aquí pueden quedarse sin electricidad, no tener un árbol navideño de verdad ni envolturas de regalos muy elegantes, pero gracias a Yefim y su hospitalidad desinteresada jamás hace falta ni luz, ni calor, ni buena comida. Tal como su tata le enseñó.
I - Una estrella en el firmamento y una vela en la ventana.
Viernes 6 de enero, 2017
—¡Eian...! —Yefim llamó a su compañero de cuarto desde la modesta cocina del departamento que compartían—. Puedes cenar cuando quieras, ya está todo listo.
No era que esperara una respuesta realmente. Si bien ya tenían varios meses viviendo juntos para compartir gastos, la verdad era que con todo y su disposición natural para evitar conflictos, el aura hostil del otro era una barrera entre ellos que se negaba a caer. A pesar de que Eian había aceptado aparentemente en buenos términos las condiciones de aquella inesperada alianza, pareciera que había accedido simplemente porque no le había quedado otra opción. No por nada tenía fama de persona conflictiva incluso dentro de su mismo equipo, entonces no era difícil entender por qué había salido de pleito con sus anteriores compañeros de cuarto, ni por qué nadie más le había ofrecido asilo al quedarse sin hogar. Aun así, Yefim no podía evitar sentir cierta empatía por él, parecida a la que le inspiraban algunos perros callejeros que por miedo o desconfianza le enseñaban los colmillos y que no lo dejaban acercarse ni siquiera para darles un poco de agua o de comida. Y al igual que con los perros, Yef no dejaba de insistir.
A los pocos minutos de haberlo llamado, pudo distinguir el cabello rojo intenso de Eian y su pequeña figura asomándose por el marco de la entrada. No era usual que respondiera tan pronto, menos para cenar, pero estaba aburrido y no tenía nada más en qué entretenerse en ese momento. Porque claro, encima de conflictivo no era muy organizado, entonces negligentemente había olvidado pagar la cuenta de electricidad del mes, dejándolos a ambos sin luz justo para navidad.
—¿Tú no vas a comer, Yef? —preguntó algo extrañado el pelirrojo, pues aunque él era muy dado a saltarse comidas, sabía que para el ucraniano los alimentos eran más o menos sagrados.
—Sí, solo estoy esperando algo, ceno en un momento más. —Yefim había estado observando el firmamento de tanto en tanto desde hacía un momento, asomándose a través de la única ventana que tenían para mirar el exterior.
Por curiosidad Eian se asomó también para averiguar qué le parecía tan interesante, aunque no logró divisar nada en particular. Solo el mismo paisaje de siempre, en un atardecer que se estaba convirtiendo en noche más rápido de lo que él quisiera. Adiós luz natural, hola remordimiento.
—¿Qué es lo que esperas exactamente? ¿Te vas a tardar mucho? — preguntó expectante el escocés. Quizá el cocinero simplemente estaba tan aburrido como él, pero cualquier pretexto para desviar la atención de que hubiera sido mejor quedarse cubriendo turno en el Infra en lugar de celebrar navidad a oscuras parecía algo que valía la pena intentar.
—Oh, pues, no sé cuánto tardará. No creo que mucho. —El interés repentino del otro lo tomó por sorpresa. Aunque era algo que repetía cada año, de pronto sus razones le parecieron extrañas al tener que explicarlas. Era una entretención más propia de los niños, además, pero respondió con sinceridad de todas formas. —Solo espero a que aparezca la primera estrella en el cielo.
Eian arqueó una ceja, la misma que tenía perforada con una argolla metálica. De todo lo que le pudo contestar ciertamente eso no lo esperaba. Yefim había anticipado esa reacción de extrañeza y aclaró casi de inmediato:
—Es una tradición ucraniana en Navidad. Esperar hasta que aparezca la primera estrella antes de comer. —Probablemente Eian no lo había notado, pero Yef apenas y había probado alimento durante el día, frutas, algunas cucharadas de una especie de sopa de trigo y agua. —No tienes que esperarme si no quieres.
El escocés pareció dudar un momento, pero al final arrastró una silla para poder sentarse más cerca de Yef y esperar a la dichosa estrella.
—Está bien, hagamos las cosas a tu manera por esta vez. —Aunque había vivido un par de meses junto con Yef en su natal Ucrania, Eian aún no conocía mucho sobre las costumbres de aquel país. Ahora, además, habían tenido que mudarse a Rusia por el incendio que el pelirrojo había provocado cuando aún vivían en el departamento anterior, reduciendo muchas de sus pertenencias a cenizas. El compañero de cuarto ideal.
Así permanecieron unos minutos, en silencio, esperando. Hasta que el escocés decidió romper el hielo un poco, a su manera.
—Tienes costumbres muy extrañas, ¿sabías? Primero me diste un regalo varios días antes de navidad, no recuerdo por qué. —Si bien internamente agradecía el gesto, todavía parecía contrariado por haberlo tomado desprevenido ese día.
—Era el día de San Nicolás. Es una buena fecha para dar regalos— puntualizó Yef como si se tratara de lo más obvio, ladeando la cabeza.
—Claro. ¿Qué me dices de ese árbol de navidad extraño de allá? — Apuntó con la barbilla hacia un curioso ramillete de espigas de trigo amarradas con una soga delgada.
—No es un árbol, es el didukh. —No disimuló que el comentario le pareció gracioso, de verdad no esperaba que lo confundiera de esa manera teniendo el verdadero árbol enfrente. —Es para recordar a los ancestros. Este es el árbol. —Señaló con orgullo un improvisado pero bien adornado arbolillo que había armado él mismo.
—¿Ese? —Era evidente que aquel conjunto de ramas secas entrelazadas y decoradas no le parecía muy festivo al escocés —¿Por qué las telarañas? Pensé que sería algún ritual de año nuevo. Ese día lo pusiste, ¿no? — Queriendo hallarle forma semejaba un abeto en miniatura, aunque vestido para Halloween.
—Sí, es tradición poner el árbol de Navidad en año nuevo. —De alguna manera le halagaba que se hubiera percatado de ese detalle después de parecerle tan indiferente a todo lo que hacía, así que continuó explicando con gusto—: Las telarañas son por un cuento, el de una araña que decoró el árbol de una familia pobre y la telaraña se volvió de oro y plata. Se supone que además traen buena suerte, ¿no lo has escuchado?
—No, la verdad no. Aunque algo de suerte no vendría mal, ¿eh? —A Eian no se le escuchaba muy interesado, mas insistía en continuar con la cháchara trivial antes que caer en un silencio incómodo. —Entonces, adornas el árbol en diciembre, pero aun así, ¿celebras navidad hasta hoy, en enero?
—Así es. —No había misterio en ello, simplemente tenía que ver con la diferencia entre el calendario gregoriano y el juliano que era el que regía en Ucrania para esas fechas. Pero no quería aburrirlo con esos detalles ahora, no cuando apenas se había acercado a él, por fin, en son de paz.
—Vaya. ¿Algo más que deba saber sobre tradiciones ucranianas? ¿O rusas, ya que estamos aquí? —De verdad esperaba no tener que volver a emigrar pronto. Aún le pesaba un poco haber tenido que dejar Ucrania, se había encariñado con el lugar. O tal vez, solo extrañaba a una ucraniana en particular.
—Veamos… el 13 de enero se celebra el día de Santa Melania, o Malanka, la víspera de año nuevo —mencionó Yef continuando con su lista mental de fiestas que le parecieron relevantes, contando en el aire con los dedos. —Y el 14 de enero será año nuevo otra vez.
—¿En serio? — expresó Eian un tanto escéptico, no muy entusiasmado de celebrar año nuevo dos veces. Quizá si hubiera sabido que en Malanka era todo más festivo como un carnaval le hubiera interesado un poco más.
—Algo así, es el viejo año nuevo. Aunque es más simbólico se celebra igual. ¡Oh! y el 19 de enero será la fiesta del bautizo de Jesús, se supone que el agua es especial ese día, entre bendita y mágica. Después de eso no hay nada hasta pascua otra vez. —Barrió el aire con los dedos, en un ademán casi como de despedida al visualizar lo lejos que quedaba una fecha de la otra. Y al estarle relatando esos detalles rememoró con agrado las costumbres de la gente de su país: la comida, los cantos, las filas de gente sumergiéndose en agua fría ese día de Yordán. Particularidades demasiado locales para explicárselas todas a un extranjero.
—Ya. Entonces, ¿son muy religiosos en tu familia? —A Eian le llamó la atención que mencionara las celebraciones religiosas con cierta emoción, aunque probablemente era más por las fiestas que por la parte del rito. La respuesta de Yef, sin embargo, lo dejó atónito:
—Pues, mi papá es sacerdote —afirmó sonriendo al recordar a su tata ataviado con su sotana como cosa de todos los días. Oficiando la misa con esa energía que le imprimía a sus sermones, entusiasmado y lleno de vitalidad en contraste con su edad más bien avanzada, mientras Yef lo apoyaba con algunas cosas en la parroquia. Su querida y humilde parroquia, su segundo hogar por tantos años.
—¿Y te parece normal decirlo así, como si nada? —El asombro inicial del pelirrojo cambió a estupefacción total, provocando que alzara la voz más allá de lo amigablemente aceptable. Yef simplemente se encogió de hombros y respondió con la misma naturalidad de antes:
—No es tan poco común, no de donde vengo. —Aunque entendía que quizá no fuera la norma y que el ser sacerdote no cambiaba a su papá en lo más mínimo, el ver a Eian tan exaltado de pronto le resultaba un tanto intimidante, así que intentó cambiar la dirección de la conversación y preguntó—: ¿Qué hay de tí, de tu familia? ¿Celebran esas fiestas también?
—¿Eh? No, no realmente. —La sinceridad de Yef lo noqueó un momento, dejándolo desarmado unos instantes en lo que asimilaba la información, aún incrédulo.
Pronto recuperó el impetuoso tono anterior, sin embargo, continuando con lo que casi parecía un reclamo. —Lo normal, una cena familiar en navidad y otra en hogmanay y ya, nada de una navidad ensandwichada entre dos años nuevos. Menos con un sacerdote como padre de familia, ¿acaso tu mamá es monja o algo?
El ucraniano se empezó a sentir más nervioso con el escrutinio, apenas pudiendo tartamudear una negativa, sin alcanzar a explicar nada más. Cierto que no era algo completamente raro en su pueblo o en los alrededores, pero ser el hijo del sacerdote local claro que lo había puesto ya bajo la lupa antes, no dejaba de ser alguien que resaltaba y no precisamente para ser elogiado.
Para ese punto la oscuridad ya empezaba a reclamar casi todo a su alrededor, haciendo más difícil para Yefim descifrar si el rostro de Eian expresaba meramente sorpresa o si había repulsión en esos ojos azules que le veían con tanta intensidad. Algo a lo que ya se había acostumbrado pero que aún no dejaba de punzarle cada vez.
Lo que sí resaltó a la vista de Eian entre la penumbra fue un punto de luz azul diminuto, un poco más allá de donde la tenue iluminación que se colaba por la ventana alcanzaba a llegar. Agudizando su mirada logró distinguir la silueta de un objeto que le resultó familiar encima del microondas; entonces la luz parpadeó de nuevo y a él no le cabían más dudas de que ya lo había visto antes, cortando de tajo la discusión anterior, pues aquello no debería estar ahí.
—Oye, ¿de dónde sacaste esos audífonos? —señaló el escocés hacia ellos reclamando una respuesta. Yef volteó casi por reflejo, aunque sabía perfectamente a cuáles se refería y se disculpó de inmediato.
—Ah, lo siento. —Apenado al verse descubierto, se levantó de su asiento y los recuperó cabizbajo.
Entendía su molestia, se sentía avergonzado de haberlos tomado sin pedir permiso, un poco mortificado además por no haberlos apagado antes, luego de haber sacrificado el cargador de su celular para poder cargar los audífonos. Ahora seguro los dos aparatos se iban a quedar sin batería por tiempo indefinido.
Presionó un botón para corregir eso y cuando la luz dejó de parpadear se disculpó de nuevo:
—Perdón, estaban en la basura, pensé que ya no los querías. — Aún sin mirarlo a los ojos, extendió ambas manos para regresar los audífonos a su verdadero dueño.
—No, no es eso. —Hizo una señal manual para que se detuviera, aunque terminó recibiéndolos igual, examinándolos con curiosidad más cerca de la luz, comprobando que sí eran los mismos que había desechado antes. —La diadema se había roto, por eso los tiré. ¿Por qué los sacaste de ahí?
Solamente observando más de cerca podía percatarse de que, efectivamente, había una franja de cinta adhesiva negra sobre la diadema, casi como un vendaje, uniendo de nuevo las piezas con firmeza y camuflándose perfectamente con la armazón plástica que antes se hubiera trozado en ese punto
—Bueno, el que estuvieran en la basura no significa que ya no sirvan, ¿no crees? —Yef intentó justificarse de alguna manera, aunque seguía con la cabeza baja y un tanto acongojado. —Todavía se escuchan bien, solo necesitaban un poco de pegamento y cinta.
A Eian le pareció que su compañero se estaba preocupando demasiado por unos simples audífonos, incluso su voz normalmente gruesa y bastante profunda le pareció más débil y tímida ahora, haciéndolo ver más pequeño ahí encogido en su silla a pesar de ser un gigante que le sacaba con facilidad al menos una cabeza.
Y en realidad a él ni siquiera le molestaba que los hubiera tomado, ya se había comprado otros para entonces, con diadema metálica por si las dudas. Era solo que lo había tomado por sorpresa y como de costumbre no tenía una manera más amigable de decirlo. En todo caso, más bien se encontraba maravillado de que hubieran quedado en tan buenas condiciones, pues él también había intentado unirlos con cinta varias veces, pero casi los rompía de nuevo al desesperarse porque siempre quedaban flojos. Con esta reparación, sin embargo, se veían bastante firmes. Bien por él si así le servían, pensó, quizá para la próxima podía acudir a él antes de botar algo.
De pronto recordó que no le había dado un regalo a Yefim por las fiestas ni le había agradecido por su hospitalidad ni una sola vez. Quizá era tarde, pero tal vez podía compensarlo ahora, de alguna manera. —Espera aquí un momento. —Eian encendió el flash de su celular para usarlo como linterna y se dirigió hacia su cuarto.
Yef parpadeó unos instantes, extrañado por el cambio de actitud repentino, esperando como se lo habían ordenado no sin cierta curiosidad. Luego de algunos ruidos de movimiento, de cajones abriendo y cerrando, el pelirrojo regresó con dos cables negros y delgados en su mano.
—Este es el cable auxiliar para que los puedas conectar directamente si se quedan sin batería. Y este es el cargador, me imagino que has tenido que usar otro. Puedes quedarte con ellos también, tómalos como un regalo de navidad. O de cumpleaños adelantado… espera, ¿cuándo cumples años? —dudó de pronto, sintiéndose un poco mal de no saber prácticamente nada sobre Yef después de todo ese tiempo. El ucraniano sonrió tímidamente, anticipando de nuevo que la respuesta le sorprendería.
—El día de San Nicolás, 19 de diciembre. —Efectivamente, la cara de sorpresa no se hizo esperar en el otro.
—¿Es en serio? ¿O me estás trolleando? —A Eian le parecía demasiada coincidencia la fecha, aunque después de lo del papá sacerdote, quizá nada debería sorprenderlo ya.
—Pues… no es que haya nacido ese día, eso no lo sé. Pero es el día en que mi tata me encontró.
—¿Te encontró? ¿Cómo…? —Antes de terminar de formular la pregunta algo le hizo click en su cabeza, haciéndole comprender algo tan obvio como que no se trataban de padre e hijo biológicos. Yefim solo se lo confirmó
—Sí, me encontró cuando aún era un bebé. Cuando era niño me contó que me había encontrado en un campo de hortalizas, entre los repollos. —No pudo evitar reír quedito recordando sus palabras y el bigote cano y poblado que adornaba su sonrisa mientras le contaba aquél cuento con expresiones exageradas, revolviéndole después los cabellos rubios de su cabeza infantil. —Ya después me dijo que alguien había tocado a la puerta de su casa esa noche y que cuando fue a abrir, yo ya estaba ahí. Aún era muy pequeño así que debí nacer en una fecha cercana, pero como no lo sabemos, mi cumpleaños lo celebramos ese día.
Aunque la versión había cambiado, la sonrisa en el rostro de su tata era la misma, quizá un poco más nostálgica luego de pasados varios años. “El mejor regalo que San Nicolás me pudo obsequiar” le había asegurado su robusto y orgulloso padre mientras le abrazaba, apretándole con cariño contra su pecho.
—Ya veo… —Eso tampoco lo esperaba el escocés, quien permaneció meditativo, incómodo por haber sacado aquel tema a colación. Yef sin embargo no se sentía mal por ello en absoluto, ya no. Su papá era el mejor del mundo, así que no quería que el ambiente de por sí en penumbras se tornara más tenso por un detalle como ese y regresó al punto anterior.
—Entonces está bien, mi regalo de Navidad puede ser el mismo que el de cumpleaños. Además me quedan perfecto, ¿ves? —Para probar su punto se bajó la capucha de su sudadera y se quitó el gorro tejido que siempre llevaba puesto, dejando expuesta su cabeza completamente rapada mientras continuaba emocionado—: Aíslan muy bien el sonido y los bajos retumban fenomenal, muchas gracias Eian.
Fue una demostración muy breve, casi enseguida se quitó los audífonos de nuevo para poder seguir conversando con el otro. El pelirrojo lo observó con detenimiento unos instantes, así al descubierto podía apreciar mejor que su cabeza calva tenía una forma particular, ligeramente alargada con un hundimiento en el medio que hacía parecer como si tuviera una abolladura. No solo eso, en conjunto con la tosquedad de sus rasgos y algunas cicatrices que tenía sobre su rostro, ciertamente la primera impresión era que se trataba de alguien temible. O incluso peor, pensó con culpa, alguien deforme, monstruoso.
A diferencia de Yef, él no tenía tanta fe en la humanidad para encontrar otra justificación y lo primero que pensó fue que muy probablemente sus padres biológicos le habían abandonado de bebé por aquella extraña malformidad. Por desgracia lo inundó un sentimiento familiar al hacer esas especulaciones, pues él sabía mejor que nadie que a veces los padres podían tener el corazón muy duro y que compartir la misma sangre no era motivo suficiente para dudar un poco antes de abandonar a un hijo. Más allá de la pobreza, no poder cuidar de un bebé enfermo o cualquier otro pretexto, deslindarse de él no era buscar ayuda ni la esperanza de un futuro mejor para él, era simplemente cortar lazos de tajo y dejar a su suerte al hijo que no tenía ninguna culpa de haber nacido así.
Sintió náuseas de solo pensarlo, pero más asco sintió de sí mismo pues no había sido mejor que ellos en todo caso. Recordó cómo en su primer encuentro Eian lo había atacado sin una verdadera razón, argumentando después que había sido en defensa propia pero lo cierto era que Yef era solo un gigante amigable, demasiado amigable para ser espectro e incapaz de lastimarlo. Aunque técnicamente era un soldado al pertenecer al ejército de Hades, ni siquiera le había tocado pelear pues se había integrado a sus filas después de la guerra santa. Y aun así, luego de todas sus muestras de amabilidad y de que su único pecado había sido heredar la surplice maldita del anterior espectro de Kabikaj, Eian le seguía tratando con frialdad y, reconocía, de manera totalmente injusta.
—Qué bueno que te gusten tus audífonos, pero de verdad no tienes que agradecerme, ni siquiera los envolví. Más bien, soy yo el que está en deuda contigo…
No era que no lo sintiera antes, era solo que no sabía cómo expresarlo. Nunca había sido bueno pidiendo disculpas, menos después de haber metido la pata tantas veces. Yef por fortuna tenía paciencia de santo y nunca le había reclamado nada, aún ahora parecía comprender su conflicto interno y le aseguró con voz despreocupada:
—Está bien, no necesitan una envoltura. Lo que importa es el detalle, no me debes nada.
—No hablo de eso, me dejaste venir a vivir contigo luego de que casi te calcino. Si no es por tu habilidad de regeneración, pues… no sé qué hubiera sido peor, si esa vez o cuando quemé tu casa. En serio, no sé cómo no me has corrido a patadas, yo lo haría. —Eso era lo más sincero que podía ser Eian, cuando salía a relucir su propio autodesprecio y era capaz de admitir sus embarradas en voz alta.
—No te preocupes, ya pasó, ambos estamos bien y nadie más salió herido, así que no queda nada más que lamentar, ¿no crees? —Ya había sobrevivido a un incendio aún más grave, el que casi lo dejaba postrado de no ser por su pacto con la estrella maligna y su conversión a espectro hacía apenas un año atrás. En comparación esta vez no había pasado del susto, así que sonrió genuinamente contento; no tanto por las disculpas recibidas, sino por poder compartir este momento tan cálido y sincero con el pelirrojo. También por poder comprobar de paso lo que él ya presentía: que Eian no era malo, solo arisco, desconfiado. Sus razones tendría para estar constantemente a la defensiva, pero por fin le había permitido acercarse y, metafóricamente, había dejado de enseñarle los colmillos.
El que no estaba tan contento era su estómago, protestando en ese momento por la falta prolongada de alimento. Fue solo hasta entonces que se percató de que había estado demasiado embebido platicando con Eian y no se había dado cuenta en qué momento había aparecido no solo la primera estrella solitaria en el cielo, sino varias que ya le acompañaban en ese momento, brillantes, titilantes en medio del frío de la noche y del azul oscuro del firmamento. Su sonrisa se amplió aún más y casi por reflejo juntó sus manos un instante y exclamó en su lengua natal: “Chrystos rodyvsya!”, imitando la manera en que su tata lo había hecho tantas veces para anunciar el nacimiento simbólico del niño Jesús.
Después miró de nuevo a Eian, quien lo miraba extrañado y a punto de preguntar qué tenía que ver Cristo con su hambre, cuando Yefim adivinando su inquietud quiso ahorrarle las explicaciones para no postergar más la cena: —Significa que ya podemos comer —declaró de manera casi solemne.
Luego de compartir la cena iluminando la estancia con velas de tamaños tan disparejos como ellos dos, contando algunas anécdotas en un tono más alegre y apropiado para celebrar Navidad, la inesperada velada estaba por terminar. A Yef le había sorprendido con agrado descubrir que debajo de la apariencia de metalero rudo de Eian se encontraba un chico que, similar a él, también se había criado en un ambiente rural y conocía muchas cosas sobre animales de granja gracias a sus abuelos. También le había revelado por accidente en algún momento, luego de tomarse varias cervezas ‘para que no se entibiaran’ en el refri apagado, que había sido monaguillo. No solo eso, había cantado en el coro de la iglesia varios años cuando era niño, así que estaba más familiarizado con las cosas eclesiásticas de lo que hubiera querido admitir. Quizá no eran tan diferentes después de todo.
Solo faltaba el postre, medovik, una especie de torta de varias capas con sabor a miel que el ucraniano llevó por último hasta la mesa para degustar. No era precisamente un postre navideño, pero a Yef le gustaba tanto que su tata se lo preparaba cada año igual.
Eian ya estaba muy lleno y declinó el amable ofrecimiento, pero al ver a Yef tan contento al servirse una rebanada, como si fuera lo máximo, de pronto tuvo una idea.
—Espera —le ordenó haciendo un ademán con la mano para que se detuviera y Yefim le obedeció, quedando a milímetros del dulce manjar y probando un bocado imaginario en el aire antes de volver a poner el plato en la mesa, observándolo confundido. Eian buscó a su alrededor rápidamente con la mirada, pero al no encontrar alguna vela menos grande o algo parecido, lo que hizo al final fue chasquear los dedos haciendo aparecer una pequeña flama que parecía flotar encima de su pulgar, acercándola al casi cumpleañero con cuidado de no provocar otro accidente. —Pide un deseo.
El rostro del ucraniano se iluminó con algo más que la luz de la flama al comprender su intención. Entonces, luego de una ligera expresión de asombro que escapó de sus labios, inspiró más aire y sopló para apagar aquella ‘vela’, pues no tardó en elegir su deseo. La llama se tambaleó un momento, aunque fue necesario que el pelirrojo deshiciera su técnica para que pudiera apagarse por completo. —Vaya, eso fue rápido —remarcó Eian más con sorpresa que en tono de reclamo.
—Lo siento, me encanta este pastel, no podía esperar más —contestó después de probar por fin un bocado de uno de sus postres favoritos. —Además ya sabía qué pedir, quiero adoptar un perro. —Su entusiasmo era notorio, la verdad era que había elegido ese departamento por ser uno de los pocos edificios en los que le habían dicho que ese no sería ningún problema y había estado esperando desde entonces por una oportunidad. —No te molestaría, ¿verdad? — preguntó casualmente considerando por primera vez que no era el único inquilino ahí para tomar ese tipo de decisiones.
—¿Un perro? ¿Estás seguro? —espetó omitiendo la parte en la que se suponía que uno no debía decir su deseo para que este se cumpliera. —No lo sé, una mascota necesita muchos cuidados y aquí no es lo mismo que vivir en el campo. Además, ¿quién lo va a cuidar cuando a los dos nos toque el mismo turno?
—Sé que no es lo mismo, pero creo que el espacio es suficiente. También podríamos acomodar nuestros horarios de manera que siempre haya alguien aquí. Al jefe le gustan los perros, ¿no? Creo que entenderá si se lo pedimos.
Se refería a Minos, estaba seguro, pero Eian no tuvo corazón para contradecirlo y aclararle que había entendido mal. Era un chiste interno de la división eso de asociar al juez de Ptolomea con los canes, pero hasta donde él sabía tenía más que ver con compararlo con uno y no con que fuera un amante de los perros.
—Sí, algo así... —De cualquier manera, eso no importaba. Al final el verdadero líder del equipo y quien podría autorizarles algún cambio en su horario era Lune. Y Yef, a diferencia del escocés, aún no figuraba en la lista negra del juez suplente. —Primero consigamos al perro y después nos preocupamos por eso, ¿ok?
—¿Eso es un sí, entonces? —Sus ojos negros se iluminaron esperanzados, casi parecían una pareja que estaba planeando adoptar un bebé.
—Claro, ¿por qué no? —Eian terminó de empinarse otra botella de cerveza mientras jugaba con la idea en su cabeza. Quizá solo fuera el alcohol y se arrepentiría después de haber accedido casi sin reparos, pero en ese momento la perspectiva de tener una mascota en casa le parecía encantadora. —Después de todo son una excelente compañía y hace mucho que no juego con uno que no sea medio fantasma.
El pelirrojo se rió de su propio chiste y se levantó de su asiento. No estaba realmente ebrio, pero sí mareado y con mucho sueño. Volvió a pensar en Inna, su amiga ucraniana, tentado de pronto a visitarla usando alguno de los portales del Inframundo, con el pretexto de desearle feliz navidad. Y pasar la noche con ella… sacudió la cabeza ante lo absurdo de su ocurrencia y mejor se despidió de Yef antes de irse a su cuarto a dormir, prometiendo pagar la cuenta de la luz en la mañana, o lo más pronto posible.
El ucraniano le deseó buenas noches y se quedó despierto un momento más, recogiendo los platos de la mesa y guardando las sobras en refractarios mientras seguía emocionado con la idea de adoptar un perro pronto. No solo era por el deseo de tener una mascota, de verdad quería darle la oportunidad a uno, uno solo siquiera de tantos perros que vagaban por las calles, de tener un hogar ahí. De nuevo, era algo que había aprendido de su tata, a no dejar desprotegidos ni a humanos, ni a animalillos que necesitaran cobijo. Los perros en especial siempre los habían acompañado desde que tenía memoria.
Lanzó una última mirada hacia la calle, asegurándose de que no hubiera alguna alma solitaria allá afuera antes de apagar la vela que había colocado en el marco de la ventana. Esa vela, como le había explicado antes a Eian mientras acomodaban todo para la cena, no era tanto para iluminar el interior, era más una invitación visible para quienes no tuvieran una familia con quién celebrar, como un símbolo de que eran bienvenidos a quedarse si querían. Quizá tampoco tenía tanto que ofrecer, pero un techo es un techo y donde comen dos, comen tres, es lo que diría su buen tata.
Estaba todo tranquilo así que adormilado apagó la vela, como había hecho tantas veces en la parroquia, mientras se remontaba a su vida de antes del incendio que había consumido el lugar y le había orillado a convertirse en espectro. Su silueta se perdió en la oscuridad y los ladridos que escuchaba en la lejanía entre sus memorias se fundían con el eco de otro escenario nocturno, de un invierno lejano que hacía 18 años lo había visto llegar al mundo…
“¿Qué pasa, Natta? ¿Qué tienes?” La enorme, aunque usualmente dócil perrita lanuda color blanco se encontraba inquieta, ladrando y gimiendo hasta que tuvo la atención del sacerdote, quien extrañado por su comportamiento la siguió hasta unos pasos más adelante donde ella se detuvo a olfatear algo en el suelo. Ya era muy noche y aunque la luna iluminaba lo suficiente, no logró distinguir con nitidez qué era hasta que estuvo más cerca, junto a la pastora que seguía olisqueando con insistencia y tirando de un pedazo de tela con su hocico haciendo sonidos agudos.
El padre Simon, solo entonces, se percató de que se asomaban una mano y un bracito diminutos de entre la cobija y se apresuró asustado a examinar el bultito, desenvolviéndolo y comprobando que adentro se encontraba un nenito que no lloraba. Apenas y se movía, pero sí respiraba y en cuanto lo tuvo cerca de su pecho, acunado entre sus brazos fuertes como los de un leñador, pareció acurrucarse buscando calor.
Conmovido le arropó con cuidado lo más que pudo y mientras le protegía del frío, embargado por una ternura infinita que prevalecía entre los demás sentimientos y preguntas que se agolpaban en su interior, lo primero que se le ocurrió fue compartir su sorpresa y su emoción con la mascota que le acompañaba, la cual se veía mucho más calmada ahora:
“Por Dios, Natalka... encontraste un bebé”
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Sanctus Ioannes, ora pro nobis
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Sobre mártires, santos y el alma de la tipografía_
En lugar de inaugurar este espacio con un manifiesto o una declaración, me gustaría hacerlo con una oración, como queriendo rescatar esa hermosa práctica que conecta algunos de los más importantes documentos de la historia: desde el Evangelio de san Juan (Al principio era el Verbo...), pasando por el testamento de la reina Isabel I de Castilla (En el nombre de Dios Todopoderoso...) y llegando hasta la Constitución Nacional de Argentina (…invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia...), por citar tres casos que me interpelan. Para esta ocasión, en un mucho más modesto escrito, decido hacerlo pidiendo la intercesión de este santo evangelista, el discípulo amado del Señor, san Juan, por ser él patrono de los editores, los vendedores de libros y, muy particularmente, de las artes gráficas y de los tipógrafos.
Esta tradición ancestral, por la cual los gremios veneran especialmente al santo patrono de su oficio, resuena hasta nuestros días. Incluso en la cosmopolita y laica Buenos Aires, es difícil entrar a un negocio de barrio o subir a un colectivo y no encontrar en exhibición la imagen de san Cayetano, patrono del pan y el trabajo. Siendo estudiante de tipografía, hace un tiempo me entró la curiosidad de saber si un oficio tan específico tendría su santo patrón, y la respuesta resultó ser no sólo positiva, sino también peculiar e inspiradora, porque la razón de este patronazgo tiene que ver con un hecho muy concreto de la vida de san Juan.
HAGIOGRAPHIA ET MARTYROLOGIUM
Incluso si Vd., queridísimo lector, no comparte conmigo la fe, creo que sentiría compasión si decide recordar lo difícil que era ser cristiano durante los primeros siglos a partir de la muerte y Resurrección de Jesús. Para muestra, basta con repasar el destino de los doce apóstoles. ¿Pedro? Crucificado en Roma. ¿Mateo? Decapitado en Etiopía. ¿Tomás? Atravesado por una lanza en la India. El único que murió pacíficamente, hacia el año 100 de nuestra era, y a la nada despreciable edad de 94 años, fue san Juan, el evangelista y también escritor del enigmático y hermoso Apocalipsis.
Pero esto no significa que haya evadido el martirio, siendo esto algo que el propio Jesús le anticipó en vida, tal como lo cuenta el Evangelio de san Mateo. La madre de Juan y su hermano, Santiago, al reconocer que Jesús era el Mesías y adorarle, se acercó a pedirle algo:
—Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
A pesar de lo osado de la petición, Jesús la toma muy en serio y les dice:
—No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?
A lo que Juan y Santiago responden decididamente:
—Podemos.
—Está bien —les dijo Jesús—, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre.
Consideraciones teológicas aparte, cualquier persona con un conocimiento básico de la historia bíblica puede intuir que este vaso del que han de beber Jesús, y luego Juan y Santiago, no es otro que el cáliz de la muerte (Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa...). Así, el Señor le avisa muy claramente a sus dos nuevos discípulos que, si deciden seguirlo, deben contar con la persecución y la muerte. Entonces sí, Juan tuvo el «privilegio» terrenal de ser el único apóstol en tener una muerte apacible, pero la copa no pasó de él, y hubo de beber de ella tal como le prometió a Jesús.
Y es que durante el reino del emperador romano Domiciano, Juan sería perseguido por predicar lo que enseñó Jesús de Nazareth, para finalmente ser apresado y condenado a muerte. Se preparó un caldero lleno de aceite hirviendo justo frente a una estructura conocida como la Puerta Latina, y el apóstol fue arrojado dentro por las autoridades romanas. De forma milagrosa, Juan sobrevivió a este martirio, hecho que espantó a los romanos, que ya no se animaron a intentar una segunda ejecución. Sería desterrado a la isla griega de Patmos (donde escribió el Apocalipsis) y viviría algunos años más, pero por haber aceptado con valentía este sufrimiento indescriptible sin renunciar a Cristo, se lo sigue considerando mártir y confesor, pues confesó su fe hasta las últimas consecuencias. Si bien este hecho no está registrado en ningún evangelio (cosa que hubiera sido muy difícil, por ser Juan el último sobreviviente de los doce), esta historia fue conservada por la Tradición oral de la Iglesia y divulgada por el gran escritor, historiador y teólogo san Jerónimo, reconocido por haber traducido y editado una de las primeras ediciones completas de la Biblia en latín (la Vulgata Latina, que sigue siendo la traducción oficial de la Santa Sede).
SANCTA TYPOGRAPHIA
Gracias a que esta historia sobre su martirio sobrevivió hasta nuestros días es que los amantes, estudiosos y trabajadores de la tipografía tenemos el privilegio de contar con tan distinguido y santo patrón, porque es en esta viñeta de san Juan en el caldero hirviendo ante la Puerta Latina (Sanctus Ioannes ante Portam Latinam, en latín) donde se encuentra la clave de su patronazgo: porque su padecimiento nos recuerda a los calderos donde, tiempo atrás, los tipógrafos e impresores hervían los ingredientes necesarios para producir la tinta. Si a Vd., lector, le parece un poco forzada la relación, sepa que no es el único. Así lo contaba un texto de 1848, de un escritor de Barcelona que recién descubría esta historia:
Era yo niño todavía cuando ya me llamaba la atención todos los años ver que SAN JUAN ANTE-PORTAM-LATINAM estaba impreso en el calendario con los caracteres que usamos aquí; y aunque no recuerdo a punto fijo del modo que satisfacieron [sic] a mis preguntas aquellos a quienes acudí para saber la causa de esa distinción con que se favorecía a dicho santo, sé muy bien sabido, que no estuve al corriente del verdadero motivo de esa singularidad hasta después de algunos años que me dio la humorada de echarme a escritor. Entonces hube de andar entre cajistas y prensistas, y un antiguo y entendido cajista de la imprenta de … (no importa de quién) hízome saber, no tengo presente á qué propósito, lo que había ignorado durante treinta años.
El san Juan de hoy es el abogado de los impresores, y como el calendario lo componen y lo tiran ellos, le hacen a su patrono el obsequio de estamparlo en él de modo que descuelle por sobre todos los del año. Fúndanse los tales en que habiendo san Juan sufrido martirio dentro de una caldera de aceite hirviendo, y entrando aceite y debiendo hervir para la confección de la tinta de imprenta, de derecho les corresponde aclamarlo por su patron. Algo traído por los cabellos es el tal patronazgo, pero otros hay que lo son por lo menos tanto, y nadie se atreve a rechazarlos. Continúen pues en buen hora aclamando por su patron al san Juan de este día, y sepa quien lo ignore, que eso de PORTAM-LATINAM no es el apellido de san Juan, sino el nombre del sitio de Roma en donde padeció martirio.
Y así lo hicieron, aclamando sin cesar a su patrón durante el siguiente siglo, porque esta devoción _imprentera _perduró hasta hace no mucho, como lo cuenta este habitante de Gijón, España:
Todavía en la década de 1970 se conservaba la costumbre de celebrar al patrón. Los días seis de mayo las imprentas se cerraban. Jefes, trabajadores y pinches, tras oír Misa, celebraban banquete (con minutas primorosamente impresas, como era natural) y pasaban la tarde de fiesta, cantos, juegos y bebidas.
Un testimonio tangible de esta devoción —que lejos de ser una mera cuestión testimonial supo ser una tradición realmente popular entre los trabajadores del gremio— son estos impresos de los que hablaba el catalán de la carta. A veces calendarios, otras veces oraciones, son muchos los grabados y las composiciones que distintos talleres gráficos hacían durante la fiesta del sanct Joan Ante Portam Latinam para honrarlo.
ETHICA TYPOGRAPHICA
Aún si la relación del apóstol con nuestra profesión tiene que ver con algo tan analógico como los calderos donde los tipógrafos preparaban las tintas, esto se extiende a todos los técnicos de las artes gráficas, y yo decido extenderlo a todos los diseñadores, especialmente a los diseñadores editoriales, tipógrafos y diseñadores de tipos, por ser todos ellos herederos directos del oficio de Gutenberg. Incluso si ya ninguno de nosotros, que trabajamos con lápices y computadoras, tiene contacto directo con aceite hirviendo (al menos no fuera de la cocina), ni con enormes calderos de tinta, seguimos conectados _espiritualmente _con esta tradición, del mismo modo que estamos conectados tradicionalmente con san Juan y todos los otros santos con los cuáles comparte el patronazgo de la imprenta, como san Agustín y san _Juan _Bosco.
Y es que si el impresor renacentista se encargaba de producir su propia tinta, es porque la palabra «tipógrafo» se usaba para designar a un artesano muy completo, que no sólo debía ser culto y versado en lenguas para poder componer, carácter por carácter, los textos científicos más complejos o los poemas más bellos, sino que además debía tener amplios conocimientos de fundición de metales, aleaciones, recetas de tinta, preparación de distintos tipos de papel, y un largo etcétera. Por no hablar de todo el conocimiento técnico y práctico que va detrás del diseño de tipos en sí mismo: geometría, dibujo y ese arte casi perdido que es el grabado y pulido de punzones. No significa esto que para ser un buen tipógrafo, diseñador de tipos o diseñador editorial en la actualidad sea necesario desocupar una habitación e invertir hasta lo que no tenemos para empezar un taller de letterpress, pero sí podemos retomar este espíritu erudito y polímata del «hombre renacentista» para prepararnos, educarnos y formarnos en todas aquellas áreas que puedan hacernos mejores profesionales: dibujo, caligrafía, grabado, historia, matemáticas, programación... Y aspirar, en la medida de lo posible, a conocer al menos un poco de cada una de las disciplinas que, en este siglo, se relacionan con el hacer tipográfico.
Como tantas otras tradiciones, esta devoción a san Juan Ante Portam Latinam se ha ido diluyendo y, muy a pesar de nosotros los diseñadores y tipógrafos, desde los años 60, y como consecuencia de una reforma en el calendario litúrgico, se eliminó del Missale Romanum _de la Iglesia católica esta fiesta que recordaba, todos los 6 de mayo, el martirio de nuestro santo patrono. Sin embargo, nunca es mal momento para recuperar y extender una devoción, y por eso decido arrancar este espacio comunicando parte del legado gráfico y literario que existe en torno a este santo. Por eso al pie de este artículo encontrará Vd. una oración, catalana y católica como mi tatarabuela, que hago en nombre de esta _Prensa Latinæ que recién inicia sus operaciones, pero que extiendo también a todos mis colegas, estudiantes y profesionales, para que Dios, por intercesión de san Juan Evangelista, siga bendiciendo el fruto de nuestro trabajo. Lo hago especialmente por aquellos que consideran que no tiene fe, y que quizás nunca la tuvieron porque nuestra sociedad ha ido perdiendo de a poco estas pequeñas costumbres que nos hacen relacionarnos con Dios y con la Iglesia de una forma directa y personal, llevándolo a cosas tan mundanas como nuestras aulas y talleres de tipografía.
MANUALE TYPOGRAPHICUM
Considero que hay una semina Verbi, una verdadera semilla de Dios, escondida en todas las manifestaciones de la Belleza, esa que todo diseñador que se precie admira. Y es que esa obsesión con el número de Fibonacci o número de oro, que ya es un cliché y hasta un meme entre los diseñadores; así como este ímpetu por buscar orden y coherencia en el cosmos, impulso que comparten desde los científicos hasta los artistas, no pueden ser meros caprichos. No por nada esta popular «manifestación matemática de la Belleza» es también llamada número de Dios, o divina proporción. Tal como dijo Edith Stein, mejor conocida como santa Teresa Benedicta de la Cruz: «quien busca la Verdad busca a Dios, aunque no lo sepa». Creo que lo mismo es válido para el Orden, o la Armonía, ambas necesidades espirituales humanas de las cuáles los diseñadores, y en particular los que se especializan en una disciplina tan antigua como la tipografía, somos muy conscientes, incluso si apenas estamos entrando en este mundo.
Como estudiante, considero que una característica que diferencia a los grandes educadores es que siempre logran, de algún modo, e independientemente de su fe personal, inspirarnos _(del latín _in–, «para adentro» y –spirare, «respirar», relacionado con el spiritus). Es por eso que el profesor que realmente inspira, lo hace porque logra comunicar al estudiante esa dimensión _espiritual _de lo que hace. Una de las profesoras de tipografía a quien más debo esta curiosidad y este amor por la disciplina, inició con este texto un artículo sobre tipografía y proporciones:
La actividad humana puede observarse desde épocas muy remotas como una tendencia al orden. El deseo de organizar lo múltiple y diverso de los fenómenos y las cosas corresponde a una profunda necesidad del hombre.
Luego se habla de cosas mucho menos filosóficas, como formatos de papel ISO, matemáticas, márgenes, caracteres por línea y retículas, pero creo que esa pequeña frase, cuando es correctamente percibida y meditada por nosotros los estudiantes, no puede más que ponernos en una postura de verdadero asombro y humildad ante la titánica labor que intentamos resolver con estas decisiones tipográficas: nada menos que satisfacer esa necesidad humana primordial que es el deseo de Orden. Sé que de reconocer esta «mística del diseño» y esta «metafísica de la tipografía», y de entender que hay un principio universal y natural que nos lleva a buscar el Orden _y la _Armonía, a aceptar que la Fe católica es la _única _verdadera, hay un trecho; pero me animaría a decir que no es tan largo como Vd. piensa. Igualmente, ese es un tema para otra conversación…
ORA ET LABORA
Por eso es que no pretendo yo, con esta humilde publicación que hablará más de diseño, tipografía e historia que de otra cosa, evangelizar a mis lectores. Ya para eso están los hermosos escritos de santo Tomás o san Agustín, o el trabajo que hoy en día hacen muchísimos sacerdotes, catequistas y fieles, que estarían más que dispuestos a charlar sobre estos temas. Yo me considero parte de estos humildes servidores, y estaré siempre a vuestra disposición para hablar de la fe en otros ámbitos virtuales y analógicos, sea en Twitter o en un café de Buenos Aires; pero en este espacio no voy a hablar de Dios en esos términos.
Sin embargo, voy a estar hablando constantemente de Dios, sin parar, incluso si usted, el lector, y yo, no nos damos cuenta, como decía la frase de santa Teresa. Porque al hablar de diseño y de tipografía voy a estar hablando de Belleza, de Orden, de Armonía, de Proporción, todos estándares de los cuáles Dios es el máximo representante: porque Dios no es infinitamente bello, es la Belleza misma, y no es una fuerza que nos lleva al orden, es el Orden mismo. Y cuando hable de historia no puedo hacerlo sino a través de ese criterio universal que ve en el nacimiento de Cristo el momento que partió la historia en dos; desde esa perspectiva que ve en todos los grandes hombres y movimientos de la historia una profunda motivación religiosa —sea esta explícita, o no; sea esta buena y santa, o no; lo hayan sabido los protagonistas, o no. Es por esto que, como dijo el español Manuel García Morente, la verdadera oración, lejos de alejarnos de nuestras responsabilidades terrenales, nos «predispone y prepara eficazmente para la acción concreta en el mundo, porque imprime en el pensamiento una idea más clara de lo que debemos ser y hacer, y en la voluntad, una resolución más enérgica de serlo y hacerlo».
Ora et labora, o «reza y trabaja», es el lema que ha venido a representar el espíritu de la vida monástica benedictina, la cuál está íntimamente ligada con la tipografía. Así como en los monasterios medievales se producía y se conservaba el conocimiento, y de ellos nacerían las primeras universidades; pues del mismo modo darían a luz a la industria editorial: desde la fabricación de papel, la encuadernación moderna y los libros manuscritos producidos por monjes copistas en el scriptorium, hasta los primeros artesanos de la prensa de Gutemberg. La producción de libros era inseparable _de la vida de la Iglesia y, por ende, la _oración _era inseparable del trabajo. Del mismo modo, la Belleza de estos antiguos libros, que _impresionan _y seducen incluso al hombre moderno, también es inseparable de la Fe y la Ética de los hombres que los _imprimieron; y así como la verdadera disciplina universitaria es hija de la ética de trabajo de los monjes que seguían la regla de san Benito, también lo es la producción de hermosos libros y familias tipográficas que todavía salen de los muchos talleres.
Por todo lo anterior, y confiando plenamente en que nuestro patrón san Juan no ha parado de abogar por nosotros los tipógrafos, desde el siglo XV hasta hoy, desde Johannes _Gutenberg en Alemania hasta _Juan _Pablos en México, y desde la _Biblia de 42 líneas hasta el último trabajo práctico de un estudiante universitario, elevo esta oración, que fue extraída de uno de los carteles que compartí hace un par de líneas, para que suba al cielo como el incienso desde el corazón de todo el que la lea, con más o menos fe:
San Juan Evangelista,
de Dios el discípulo amado:
del impresor y el cajista
bendecid la actividad
Discípulo amado del Mesías,
águila excelsa de Dios,
lleno de méritos y de días
toda Asia gobernó,
Éfeso, la ciudad triste,
se ha tornado un vergel
(...)
Frente a la Puerta Latina
Hay una tumba y un ciprés
Y un verdugo pone una tina
De aceite virgen, y un brasero;
Te desnudan a la vista
De todo el pueblo sobrecogido
(...)
[Patrono] de los que esparcen la ciencia
Entre razas y naciones,
de los que imprimen libros
para hacer a los hombres más buenos;
de los que hacen de apologistas
de la Fe y de la Verdad
San Juan Evangelista,
de Dios el discípulo amado:
¡Al verdadero artista del libro,
dale gloria y libertad!
**
℣
** Ruega por nosotros, san Juan
**
℟
** Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
Oremus: Deus qui conspicis, quia nos undique mala nostri perturbant, præsta quæsumus, ut Beati Joannis Apostoli Tui et Evangelistæ, intercessio gloriossa nos protegat. Per Christum Dominum Nostrum. Amen.
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Nuestros hermanos Seminaristas: Omar Porras @porrasomaralejo Carlos Palmar @carlos.palmar.716 y Jesús Aranda. Recibirán mañana el ministerio del lectorado de manos de nuestro Obispo Castrense Monseñor Benito Adán Méndez Bracamonte @monsbenito. En la santa misa de 6:00 pm. El cargo de lector se instituyó en la Iglesia para leer la palabra de Dios en las reuniones litúrgicas. Pero no sólo esto. En la Misa y en otras acciones sagradas enunciará las lecturas tomadas de la Sagrada Escritura (a excepción del Evangelio que está reservado para el diácono, el sacerdote o el Obispo). Si falta el salmista, recitará el salmo entre las lecturas; cuando en el momento no haya diácono o cantor publicará las intenciones de la oración universal, la así llamada oración de los fieles en las que se piden por diversas intenciones. Al lector también se le encarga dirigir los cantos en estas celebraciones litúrgicas, dirigiendo y animando al pueblo a participar activamente en ellos. Un deber muy importante y que no debe descuidar es el de instruir a los fieles para que reciban dignamente los sacramentos. En ellos actúa no sólo como catequista sino como animador de aquellos que participarán en las acciones litúrgicas en donde se impartirán dichos sacramentos. Muchos de ellos, padrinos y asistentes pueden vivir los sacramentos y hacerlos parte de su vida religiosa si el lector se esfuerza por ofrecer no sólo una acogida favorable en la Iglesia sino una instrucción adecuada y fructífera. Podrá también encargarse de la preparación de otros fieles para que por encargo temporal lean la Sagrada Escritura en las acciones litúrgicas. La importancia del lectorado radica en que sea capaz de transmitir con su vida, con sus obras y con sus acciones un profundo amor a las Sagrada Escritura traducido en la adecuada preparación de las ceremonias litúrgicas, así como en su capacidad por lograr una adecuada participación de los fieles en dichas ceremonias que los lleve a nutrirse de la Palabra para luego encarnarla en su vida diaria. #Lectorado #MinisterioDelLectorado #Seminaristas #seminarista #NuevosLectores #IglesiaCatólica #IglesiaCastrense #Venezuela #SagradaEscritura #Fe https://www.instagram.com/p/CG0yOmTJsxC/?igshid=1lgzz0l6w4l0p
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¿Cuán personal es tu relación con Jesús durante la Misa? Toda la liturgia católica es un encuentro con la Verdadera Presencia de Cristo y debería transformarnos: deberíamos ser sanados al participar de la Santa Misa, deberíamos sentirnos más amados y ser más amorosos. Nuestros corazones deberían tener más paz, nuestras tendencias al pecado deberían transformarse en fortaleza para resistirlo. Un verdadero encuentro con Cristo hace la diferencia. Para esto fue pensada nuestra asistencia a Misa.
La Misa comienza con un canto de entrada y una procesión. Esto es tan importante como cualquier otra parte de la Misa y nunca deberíamos perdérnoslo
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Zamba para que te quedes
Autor: Juan A. Gattinon
Canto para Comunión para Tiempo Ordinario
Sol Mi7 Lam Para que estés siempre en medio nuestro, Re7 Sol para que nos juntes en la comunión; Sol Mi7 Lam para que a pesar de toda tristeza Re7 Sol esta sea una fiesta porque aquí estás vos. Sol Mi7 Lam Compartimos la copa y el pan que es amor, Re7 Sol amor bien jugado por vos en la cruz; Sol Mi7 celebramos que no hay muerte Lam que pueda atar Re7 Sol a la vida que recibimos de vos. Padre, te pedimos con todo el pueblo por aquel que sufre injusticia y dolor. Cambia nuestro llanto por alegría, danos esperanza, ahuyenta el temor. En el barrio tantos te necesitan, y quién sabe cuantos en esta ciudad. Danos la palabra, el gesto, el cariño, que te muestre simple, así como sos.
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14 de junio de 2020 – Corpus Christi – San Metodio – Santos del día – Medita lo que Dios te dice en el evangelio
“Ven Espíritu Santo, a regalarme tu vida siempre nueva. Lléname del asombro de un niño para admirar el mundo y la vida. Que no me acostumbre a la vida, que me deje sorprender cada mañana. Porque detrás de cada cosa está tu amor, Dios mío. Ayúdame a reconocer que la rutina no existe, porque todo es nuevo cada día, porque siempre hay algo que está comenzando. En cada momento algo precioso está naciendo, y la vida vuelve a brotar por todas partes. Quiero aceptar los nuevos desafíos que me presentes, Espíritu Santo. Que pueda mirar siempre el horizonte con ilusión, esperanza y entusiasmo. Toma toda mi vida, Espíritu Santo, y llénala de la eterna novedad de tu amor. Que este día no pase en vano, y pueda descubrir el mensaje que hoy tienes para mi vida”.
¡Ven Espíritu Santo!
Amén.
14 – 6 – 2020
Ángelus
Santa Misa en la solemnidad del Corpus Christi
Que tu cuerpo y tu sangre me guarden por la vida eterna
Para la recepción de la comunión al cuerpo y sangre vivificantes del cordero inmaculado Jesucristo: Que tu cuerpo venerable y tu sangre preciosa, mi Señor Jesucristo, guarden mi cuerpo y mi alma por la vida eterna. Que tu paz esté conmigo. En ti, oh Jesús, paz verdadera, para siempre reciba paz sobre paz, para que por ti llegue a esa paz que sobrepasa todo sentimiento. En ella, feliz, te veré en ti por la eternidad. En esta comunión, desea que tu vida esté escondida con Cristo en Dios y a la hora de tu muerte te encuentre plenamente consumada en él: Oh muy manso huésped de mi alma, mi Jesús tan cordialmente amado, que tu suave recepción sea hoy para mí la remisión de todos mis pecados, reparación de mis negligencias, recuperación de mi vida perdida. Que sea salvación eterna, sanación del alma y del cuerpo, abrasamiento del amor, renovación de la virtud e inclusión de mi vida en ti por la eternidad. Que opere en mí libertad del espíritu, salud de la vida, dignidad de la conducta. Que sea para mí escudo de la paciencia, enseña de la humildad, apoyo de la confianza, consuelo en la tristeza, socorro de la perseverancia. Que sea para mí armadura de la fe, firmeza de la esperanza, perfección de la caridad, realización de tus mandamientos, renovación del espíritu, santificación en la verdad (Jn 17,17), finalidad de toda la religión. Que sea para mí fuente de las virtudes, fin de los vicios, encuentro de todo bien y testimonio eterno de tu amor. Así, al término de mi vida, liberado de las miserias de esta vida, alegremente tomaré lugar en tu festín, por la eternidad, y me estremeceré en el seno de las riquezas de tu amor, como la esposa se regocija en las delicias de su rey. Amén. (evangelizo.org)
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Cuando Jesús instaura la Eucaristía, no habla en sentido figurado o simbólico, como dicen equivocadamente nuestros hermanos protestantes
“Quiero ser pan, para el hambre ser el pan de mi pueblo y construir el escándalo de compartir”. Dice un canto Eucarístico
¿Qué alimento diste hoy, con que alimentaste a los que estuvieron contigo, hoy?, ¿alimentó o intoxicó?
“…Jesús les respondió: «Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna…”
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¡FELIZ CORPUS CHRISTI!
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#CorpusChristi2020 Celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo: . En este día cobra todo su relieve el mandato del Señor “Hagan esto en conmemoración mía”. Celebramos así a Jesucristo siempre presente en la Eucaristía. El desde ahí nos convoca para ser la Iglesia que prolonga en el tiempo su presencia viva y operante. . En esta celebración, en un año tan especial, que nos obliga a participar cada uno desde el propio lugar en el que está, pediremos a Jesús Eucarístico que nos mantenga unidos en el camino sinodal y haciendo memoria agradecida por los 400 años de vida de la Arquidiócesis de la Santísima Trinidad de Buenos Aires. Preside la Santa Misa el Cardenal Mario Aurelio Poli, Arzobispo de Buenos Aires Primado de la Argentina y Vicepresidente I del Episcopado Argentino. Concelebran los obispos auxiliares, Monseñor Joaquín Mariano Sucunza y Monseñor Enrique Eguía Seguí. . La Santa Misa por radio y televisión es un servicio pastoral que brinda el Centro Televisivo Arquidiocesano del Arzobispado de Buenos Aires desde hace 30 años y que a través de los distintos medios de comunicación social llega a miles de personas que de otra manera no tendrían su servicio religioso dominical. . Compartimos los medios de comunicación que acompañan a la transmisión de la Santa Misa: . #Streaming: www.canalorbe21.com . TV Pública canal 7: Domingo 09:00 hs. . Facebook del Episcopado Argentino: www.facebook.com/ConferenciaEpiscopalArgentina . Canal C de Córdoba (540 flow cablevisión): Domingo a las 11:00 y 20:00 hs. . Radio Pan y Trabajo FM 107.1: Domingo 09:00 hs. . Radio NACIONAL AM 870: Domingo 07:00 hs. . FM 104.1 Radio Corazón (Paraná-Entre Ríos): Sábado a las 19:00 hs Domingo a las 08:00 y 19:00 hs. . Radio Magna FM 97.9 (Comodoro Rivadavia-Chubut): Domingo a las 14:00 y 20:00 hs. Nueva FM Brasilera, 106.7 MHZ: (Aldea Brasilera -Entre Ríos) Domingos a las 07:00 hs.- . Celebramos el mes del Sagrado Corazón rogando a Cristo Jesús Resucitado por el fin de la pandemia del Covid – 19, Coronavirus. . #OficinaDeComunicación y #Prensa #ConferenciaEpiscopalArgentina
A post shared by CEA (@episcopado.argentino) on Jun 13, 2020 at 8:40pm PDT
¡FELIZ INICIO DE SEMANA!
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Si ya pudiste reencontrarte con la Eucaristía, ¡Agradecé a Dios! Y si estás en las comunidades que todavía no pudieron hacerlo, acercate a la comunión espiritual y prepará tu corazón para cuando se vuelvan a encontrar #PropósitoDelDía #BuenDomingo
A post shared by AICA (@agenciaaica) on Jun 14, 2020 at 3:30am PDT
Fiesta de la Eucaristía. Quizás no hemos reparado en que en la Noche Santa en la que Jesús instituyó este Sacramento en el que se nos dio como comida y también como Presencia permanente sus apóstoles en una actitud deleznable se pelearon, una vez más, delante de Jesús por eso de quién era el más importante de ellos ( Lc 22,24) Aún así Jesús se entregó a ellos y al mundo entero como Pan de Vida.Nos vemos asaltados por un estupor desbordante. Estos hombres se preocupan más de sus espúreas ambiciones que del Hijo de Dios que se está haciendo Pan de Vida y Presencia Viva para ellos. Nos impresiona que Jesús no de marcha atrás…claro que no la dio, bien sabía al venir al mundo que todo hombre lleva en sí las heridas provocadas por el pecado…y que estos hombres son como todos están condicionados y mermados en su humanidad a causa de sus pecados a quienes sus pecados que tantas heridas internas provocan. También sabe que , y esta es nuestra esperanza, cuando de su Vida por ellos y les envié su Espíritu Santo, de sus ridículas ambiciones no quedara ni rastro. Eucaristía Fiesta del Amor, recordamos entre muchas cosas más que 11 hombres impresentables e infantiles…fueron a su tiempo las columnas de la Iglesia de Jesús. (Antonio Pavía)
¡LA PAZ!
BENDICIONES…
Hay multitudes hambrientas que necesitan pan. Hay toda una humanidad abocada a la muerte y al vacío, carente de esperanza, que necesita a Jesucristo. Hay un Pueblo de Dios creyente y caminante que necesita encontrarle visiblemente para seguir viviendo de Él y alcanzar la vida. Tres clases de hambre y tres experiencias de saciedad, que corresponden a tres formas de pan: el pan material, el pan que es la persona de Jesucristo y el pan eucarístico.
Diego Fares, SJ
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Evangelio del día Undécima Semana del Tiempo Ordinario – Año Par Del día 14 al 20 de Junio de 2020 – Homilía XII Domingo del tiempo ordinario Año litúrgico 2019 – 2020 – (Ciclo A)
«Qué hermoso es esto: nuestro Dios es un Padre paciente, que nos espera siempre y nos espera con el corazón en la mano para acogernos, para perdonarnos. Él nos perdona siempre si vamos a Él»
Francisco
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío
“El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (cf. Jn. 6, 56) 14 de junio de 2020 - Corpus Christi - San Metodio - Santos del día - …
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DÍAS SANTOS, DÍAS DE LEYENDA..
El chivo de Tuiche. Por Virgilio Cuatle Roldán.
#soydetonala🌞
“Dicen que los lugares se construyen sobre leyendas. Y que las leyendas son un modo de entender las cosas mejor que nosotros mismos. Son fuerzas que dan forma a nuestra vida. Sucesos que carecen de explicación. Individuos cuya vida se eleva hasta el cielo o desciende hasta la tierra. Así es como nacen las leyendas.”
-Desde el sur de Zacatecas me dispongo a exponer una de las muchas leyendas que forman parte del folclor de éste lugar mágico y mítico por sus antiguas costumbres y tradiciones.
El hecho acaeció en la época de la Colonia, un leñador de edad madura, de aspecto sumiso y escuálida figura, de recursos muy escasos que respondía al nombre de Serapio Tachiquin y cuya humilde morada se encontraba precisamente en la falda sur del hoy conocido cerro del Tuiche.
Un día al subir el mencionado cerro oye el Don Din Dan de unas campanas, es jueves santo y sin duda alguna, en un rato más la gloria se cerrará. Rápido desciende del cerro llevando un poco de leña y a su mujer encuentra en la cocina. – Me haces unas tortillas calientes…
Y regresa, subiendo a donde escuchaba el toque de campanadas creyendo se oficiaría una misa. Casi en la cima del cerro del Tuiche está un conjunto de piedras que por la información que contienen podríamos considerarlas sagradas.
Dichas piedras suenan como el más variado toque musical de esquilas, basta que una piedra del tamaño de una manzana caiga sobre ellas para que resuenen con sonidos casi metálicos a manera de campanas, Serapio se embriaga con el canto de las piedras.
Después empieza a bajar por la parte oriente del cerro y encuentra una cueva, el boquete es reducido, pensando en la aventura se adentra unos cinco metros, adentro descubre un amplio túnel de pronto un trote hacia él, el miedo eriza su piel pero se arma de valor, piensa que es un chivo, el instinto lo hace evadir la primera embestida, el animal regresa y trata de toparlo, pero en un santiamén lo toma por los cuernos y lo azota contra las paredes de aquel túnel, se oye un gemido lastimero del animal y al instante brota de una de las paredes un haz de luz, avanza cauteloso sobre aquella luminosidad y no se da cuenta que comienza a bajar, más adelante da con una escalinata hacia abajo y luego más allá una pirámide y a su alrededor varios calpullis.
¡Un pueblo dentro de aquel cerro! ¡Qué imaginación! Pero él está allí en una tremenda realidad. En la base de la pirámide por la que ha descendido comienza una avenida importante, la transita como si fuera una nube de algodón, la ciudad indígena refluye a pesar de la bruma de la mañana, al lado derecho de la avenida principal hay un jardín con frutas exóticas, Serapio se anima a cortar jugosas naranjas, perones amarillos y apetitosos chabacanos y los echa en su morral.
Yendo por otra avenida se encuentra con sus padres, abuelos y tatarabuelos, la idea de que ha muerto se desvanece, ellos le platican muchas cosas y él les cuenta otras más.
A corta distancia mira una pirámide adornada con figuras pétreas y varios vigías por todas partes, Serapio pregunta a un indio que por su vestimenta aparenta nobleza por el dueño de aquella pirámide. – Es del gran Tenamaxtle, responde. –En éste momento están celebrando la muerte de Tonatiuh Alvarado y el incendio de Guadalajara. A su ejército está arengando que la próxima lucha será a morir. “Ascanquema, tehual,nehual” (Hasta tu muerte o la mía).
Pero, eso ya pasó hace mucho tiempo.
No, también les está diciendo que su hermano, el traidor se va a entregar a los españoles para que lo inmolen y así convertirse en héroe. También les dice que en el cerro del Mixtón en Juchipila fraguarán la gran defensa de sus tierras y religión.
En efecto, los teponaxtles llaman a la guerra, grandes hileras de soldados pintados de sus caras, empuñando sus lanzas acuden a la pirámide de Tenamaxtle.
¿Es acaso un sueño o ilusión aquel pueblo caxcan cerca de la pirámide?, es interesante la forma de vestir de la gente, no hay uniformidad, así como ve vestimentas de nobles, sandalias de cuero y taparrabos, también observa calzones de manta, chaquetas de piel y vestidos de percal, lo más curioso es que ninguna se parece.
Serapio piensa en regresar, ahí no es la misa, tampoco la gloria, es más, si fuera la gloria ya debería estar cerrada, da unos pasos hacia atrás y disimuladamente abandona el lugar, regresa por la calzada principal sube jadeante las escalinatas por las cuales antes había descendido y sale de aquella misteriosa cueva al mundo exterior, para entonces la tarde pardeaba ya en el ambiente, él, cavilante y con hambre se dirige a su casa.
-Vieja, ¿ya están las tortillas calientes?
-¡Serapio!, ¿Dónde estabas? Hace un año que desapareciste precisamente, el jueves santo.
-¡Ay vieja!, no es cierto, hace un rato me fui a misa, oí sonar las campanas y me metí a la cueva que está allí, arribita, mira lo que te traje.
Y del morral saca las frutas que había cortado de aquel paraíso botánico, la sorpresa fue absoluta cuando al ir sacando las naranjas, perones y chabacanos, éstos se habían convertido en trozos de oro.
Ya rico, Don Serapio Tachiquin junta a su familia y se va a vivir a Nochistlán, compra para cada hijo una casa, y para él, la mejor finca en el centro del pueblo. Un día, ya cerca de la debacle de su vida, alguien le pregunta por el origen de su riqueza y él le contesta: Ve en semana santa al cerro del Tuiche, mata al chivo que sale de la cueva y… ya.
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Una guía heterodoxa del Femás
[Enrike Solinís dará la vuelta al mundo con su Euskal Barrokensemble. La foto es de NomadStudio]
El Festival de Música Antigua de Sevilla abre el próximo viernes su trigesimoséptima edición, en la que se ofrecerá un variado programa con 21 conciertos, un espectáculo teatral con música y un conjunto de conferencias y otras actividades complementarias
Si las autoridades no dicen lo contrario, la trigesimoséptima edición del Festival de Música Antigua de Sevilla arranca el próximo fin de semana invocando dos efemérides, el quinto centenario de la primera vuelta al mundo y el cuarto de milenio que ha pasado desde el nacimiento de Beethoven. En sus 22 conciertos (o 21 más un espectáculo teatral con música) se entrecruzan líneas programáticas diversas en las que el habitual peso del Barroco queda esta vez muy compensado por las celebraciones, pues la expedición de Magallanes y Elcano nos lleva al Renacimiento y nos abre a las tradiciones folclóricas y Beethoven nos conduce al siglo XIX. Las 22 citas previstas se han quedado de momento en 21 por la cancelación ayer tarde del concierto de Il Giardino Armonico (era el número cinco, previsto para el martes 17) y peligra seriamente el del otro conjunto italiano (La Cappella Neapolitana; el número quince). Lo que de momento permanece en cartel permitirá la escucha siempre gozosa de algunas célebres obras maestras (Sinfonía 40 de Mozart, Canto del cisne de Schubert, Sonata Appassionata de Beethoven, Ofrenda musical y Misa en si menor de Bach...), pero puede seguirse también prestando atención a lo menos habitual, a lo insólito e incluso a lo extravagante. De ahí, esta guía heterodoxa para disfrutar, a veces por caminos tortuosos, de todas y cada una de las convocatorias de este festival que es el más importante que, en torno a la tradición de la música clásica, tiene lugar cada año en Sevilla.
Uno (Lope de Vega, 13 de marzo. 20:30). Apertura con Mozart y Beethoven en formato orquestal, qué más se puede pedir. Pues esa sonoridad típica de la orquesta clásica, la de Mozart y luego la de Beethoven, a lo mejor habría sido diferente sin compositores como Christian Cannabich, que no, no tiene nada que ver con los psicotrópicos. Fue amigo de Mozart y director de la Orquesta de Mannheim, allí donde se pulió y refinó el sonido del Clasicismo sinfónico. ¿Los crescendi y otros efectos rítmicos y colorísticos que hacían levantarse a los espectadores de sus asientos? Venían de Nápoles, pero fueron los músicos de Mannheim quienes los difundieron y les dieron lustre. Escuche pues con atención la Sinfonía de Cannabich que abre el concierto, disfrute con sus contrastes de texturas, timbres y dinámicas y piense que no hay torre sin cimientos.
[La historia ejemplar de Juan Latino la contará con títeres el grupo Claroscuro. La foto es de José Albornoz]
Dos (Alameda, 14 de marzo. 18:00). Sitúese en Granada en el siglo XVI. Un joven esclavo negro tan bien instruido que se convierte en profesor de música de una doncella rica y hermosa a la que deja embarazada. ¿Puede imaginar cómo sigue la historia? Es tan insólita y ejemplarizante que le sorprenderá. Un fantástico grupo de títeres se la cuenta con exquisita sensibilidad, claridad narrativa y músicas españolas (¡y africanas!) por supuesto integradas en el espectáculo. Pura heterodoxia para pensar y sentir.
Tres (Turina, 14 de marzo. 20:30). Un tenor célebre, con fama de intelectual, gran conocedor de Schubert, en una sesión liederística con un piano de época. Dos ciclos de canciones entre los más recurrentes del repertorio, tanto que algunos de sus temas son extremadamente populares y se han arreglado de mil formas diferentes. Puede probar a tirar del hilo de la Serenata y a lo mejor se topa con alguna sorpresa.
Cuatro (Turina, 15 de marzo. 20:30). Los archivos hispanoamericanos han preservado infinidad de piezas del patrimonio español perdidas en tierra patria por incendios y catástrofes varias. Los villancicos (que no eran piezas necesariamente navideñas) de Torres e Iribarren que se escucharán aquí han subsistido gracias a eso, y algunas son exuberantes composiciones para doble coro.
Cinco (Turina, 17 de marzo. 20:30). [El concierto del grupo milanés Il Giardino Armonico ha sido cancelado; al cierre de esta edición se desconoce si su actuación será sustituida por la de algún otro conjunto]
Seis (Alcázar, 18 de marzo. 20:30). Las fundaciones portuguesas en la India generaron músicas de ida y vuelta, como las de España con América. No son fáciles las fusiones (no se deje engañar), pero puede haber superposiciones e inventos geniales en unos músicos que son capaces de poner el Veni Sancte Spiritus, el Salve Regina o el Pange lingua en el sitar o la tabla hindúes, y cantarlos divinamente en idiomas y con técnicas extraeuropeas.
Siete (San Luis, 19 de marzo. 20:30). La Vanitas, tan barroca y tan sevillana, y la Verdad, universalmente despreciada, se conjuran en este concierto en el que piezas inéditas se dan la mano con auténticas obras maestras. Los afectos monteverdianos ("Vanaglóriate de haberme traicionado,/ mientras mi cítara se vuelve llanto", dice un amante despechado) se cruzan con las recias conciencias castellanas ("que la verdad en la corte/ no pasa sino callada") para, entre folías y chaconas delirantes, terminar por darle la palabra a la mismísima Verdad, que deja esta sentencia colosal desde la música de Cazzati: "¡Si ahora me queréis muerta,/ llegará el día que lamentaréis mi muerte!".
Ocho (Turina, 20 de marzo. 20:30). Semper Dowland, semper dolens, la divisa del compositor melancólico por excelencia. La sonoridad dulce y acongojante de un consort de violas, capaz de hacer llorar a una pavana y de acompañar las canciones más tristes, pero también los villancicos más deslumbrantes, con estrellas guiando a magos de poderes asombrosos. Añada las gotas de improvisación ornamental justas y sirva con el ánima en vilo.
Nueve (Turina, 21 de marzo. 20:30). ¿Hay algo que descubrir todavía en las Sonatas para piano de Beethoven? Hace tiempo que es normal escucharlas en réplicas de pianos de principios del siglo XIX, aunque las ocasiones de disfrutar estos instrumentos en vivo son más infrecuentes. Dese el gusto, y valore las mil maneras que tuvo el compositor de trastocar el universo musical heredado de sus grandes maestros. Por ejemplo, escribiendo los cuatro movimientos de la Op.31 nº3 en forma sonata, eludiendo el tiempo lento y haciendo que un minueto siga de forma insólita a un Scherzo. Hasta usando las formas más clásicas imaginables, Beethoven inventó sus propios caminos.
[El conjunto La Vaghezza durante un recital en Innsbruck]
Diez (San Luis, 22 de marzo. 13:00). Una de las mayores revoluciones de la historia de la música. El nacimiento de la armonía tonal, el triunfo del violín... y los conjuntos instrumentales que empiezan a independizarse de las voces. Paralelamente, el Humanismo está impulsando una revolución de la ciencia cuyas consecuencias serán irreversibles. El dominio de la religión en las sociedades europeas empieza a tambalearse. En este mundo inestable, la experimentación es un valor en alza, y entre canzonas, sonatas, sinfonías y folías, los músicos experimentan, improvisando y compitiendo en virtuosismo y fantasía en un estilo desprejuiciado, espontáneo, libre.
Once (Alcázar, 22 de marzo. 20:30). Un arpa africana, un laúd persa, un salterio turco, una viola da gamba francesa, instrumentos percutivos de aquí y de allá. Eso que llaman músicas del mundo con sus zarambeques barrocos y hasta sus recercadas. Constantinopla como símbolo de sincretismo e integración. Y la mirada africana, sobre todo, la mirada africana.
Doce (Alcázar, 24 de marzo. 20:30). La mirada española. En los cancioneros del Renacimiento quedaron atrapadas tanto las tradiciones musicales heredadas del universo tardomedieval como las novedades impulsadas por las nuevas formas de la canción y de la danza forjadas en los contactos con Italia y con Flandes. Es difícil imaginar la música que sonaría en las naves de la expedición de Magallanes, pero que hubo música no lo dude. Y que su universo mental era el que se refleja en estas canciones, tampoco.
[El cuarteto vocal Cantoría]
Trece (San Luis, 25 de marzo. 20:30). Hay otra forma de acercarse al Renacimiento profano español. En las ensaladas se mezclaban diversas canciones, a veces en lenguas diferentes, con sentencias latinas y onomatopeyas de todo tipo. No debería engañarle el despliegue de imaginación y exuberancia sonoras, porque su fin no era el de la sátira carnavalesca, sino el de la reconvención moralizante. Pero ya sabe que el diablo se filtra a menudo por los detalles. Y que donde mucho moralizan es porque mucho también se peca.
Catorce (Turina, 26 de marzo. 20.30). Si es de los que aún piensa que Bach era una especie de fanático del luteranismo, que componía como quien reza, véalo aquí desde otro punto de vista, como el músico práctico que hacía lo preciso para sobrevivir y sacar adelante a su prole. Véalo como el padre que guiaba a sus hijos por los caminos de la música, componiendo con ellos (esa Sonata BWV 1021 acaso sea un trabajo conjunto con su hijo Emanuel) e inculcándole la ciencia contrapuntística antigua, aun sabedor de que los estilos cambian, y que alguien nacido en 1732, como su hijo Johann Christoph Friedrich, exploraría terrenos que ni él habría imaginado.
Quince (Turina, 27 de marzo. 20:30). Hemos crecido con la Semana Santa católica, pero con las Pasiones de Bach. Sin embargo el relato evangélico puede soportarse también en otro contexto musical. Aprecie si no estos timbres brillantes y agudos de las pasiones napolitanas, las audacias armónicas, la exuberancia del color.
Dieciséis (San Luis, 28 de marzo. 13:00). Pedro Rabassa fue maestro de capilla de la catedral de Sevilla más de cuarenta años, pero sus primeros empeños profesionales los pasó en Barcelona, donde aduló incluso a la esposa del archiduque Carlos, pretendiente al trono español, en una cantata sorprendente escrita en la lengua vernácula, es decir, el castellano. Es sólo uno de los caminos para penetrar en este programa sin infectarse con el virus nacionalista. Manalt fue un violinista de la Capilla Real madrileña. Valls, sustento de una polémica de orden europeo, como europeos los conciertos y sinfonías clásicos de los músicos belgas. Salga al mundo.
Diecisiete (Turina, 28 de marzo. 18:00). Bach como colofón en este concierto, porque su música representa una gran síntesis de la creación europea. Sí, otra vez Europa. Con sus suites francesas y sus tocatas en stylus phantasticus, que venía tanto de Italia como del norte de Alemania. Y junto a Bach, su estricto contemporáneo Scarlatti, que estiliza la danza, el color (también y, sobre todo, los de España) en un repertorio singular, único. Pero, usted, buscador de rarezas, hallará incluso algo más insólito en este programa: Geminiani, el italiano emigrado a Londres que decía ser alumno de Corelli y que era capaz de escribir sonatas para violín en estilo francés para después adaptarlas al clave. ¿Necesita otra prueba de que todo ese rollo de la pureza cultural y nacional es un mito?
Dieciocho (Alcázar, 28 de marzo. 20:30). A finales de septiembre de 1521, muerto ya Magallanes, con sólo 108 supervivientes y dos naves, los expedicionarios han llegado a las Molucas, la fuente de las especias. Allí, Juan Sebastián Elcano es nombrado capitán de la nao Victoria. Su vida y su aventura marinera serán glosadas aquí con folclore, danzas cortesanas e imaginación, mucha imaginación. Allí, en las Molucas quizás los expedicionarios escucharan en canciones las mismas penas de amor que ellos cantaban: "Lástima que esté mar allá, / porque iría hasta él caminando./ Estoy tan acostumbrada a verlo/ que si no lo veo enfermo./ Lejos parece cerca,/ pues nuestros corazones están unidos".
Diecinueve (San Luis, 29 de marzo. 13:00). No consta que en la casa de los Bach hubiera un arpa, pero eso importa poco. Es el ambiente familiar del genio el que se recrea aquí entre danzas estilizadas, preludios e improvisaciones. ¿Qué sería del domicilio de Bach sin música improvisada?
Veinte (Turina, 29 de marzo. 20:30). El contrapunto parece cosa muy seria, en absoluto hecha para improvisar ni para juguetear con él. Pero en realidad, qué es si no esta gloriosa Ofrenda musical, sino juego, fantasioso devaneo salido del puro talento improvisador del músico. Que luego los intérpretes lo respeten al pie de la letra o le sigan el juego haciendo más improvisaciones y planteando más enigmas es cosa de los intérpretes. Explore por sí mismo.
Veintiuno (San Luis, 31 de marzo. 20:30). Un jesuita sevillano en Italia dedicado a traducir a los místicos españoles y que hace música como diletante. Y es tan conocido que hasta puede eludir su nombre en las obras que como músico edita. Todos sabían ya en Brescia o en Bolonia quién era ese Académico Formato. Preste atención a los ritmos, porque desvelan algunas cosas sobre el origen del músico.
Veintidós (Maestranza, 1 de abril. 20:00). "Es posiblemente la más grandiosa obra de arte musical que ha visto el mundo", escribió de ella Zelter a principios del siglo XIX. Pero recuerde: Bach era ante todo un músico práctico, y su monumental Misa en si menor (sí, esa que está escrita sobre todo en re mayor) un ejemplo supremo del arte del collage. Con retales cogidos de aquí y de allá, un hombre fue capaz de ensamblar esta obra emocionante y sobrecogedora. ¿Cabe mayor reivindicación de nuestra estirpe?
[Diario de Sevilla, 11-03-20]
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Biografía de Santo Tomás de Aquino
Nace en el Castillo de Rocaseca, cerca de Nápoles, Italia, en 1225.
Es el último hijo varón de una numerosa familia de doce hijos. Su padre se llamaba Landulfo de Aquino.
Alto, grueso, bien proporcionado, frente despejada, porte distinguido, una gran amabilidad en el trato, y mucha delicadeza de sentimientos.
Cerca del Castillo donde nació estaba el famoso convento de los monjes Benedictinos llamado Monte Casino. Allí lo llevaron a hacer sus primeros años de estudios.
Los monjes le enseñaron a meditar en silencio. Es el más piadoso, meditabundo y silencioso de todos los alumnos del convento. Lo que lee o estudia lo aprende de memoria con una facilidad portentosa.
Continúa sus estudios por cinco años en la Universidad de Nápoles. Allí supera a todos sus compañeros en memoria e inteligencia. Conoce a los Padres Dominicos y se entusiasma por esa Comunidad. Quiere entrar de religioso pero su familia se opone. El religiosos huye hacia Alemania, pero por el camino lo sorprenden sus hermanos que viajan acompañados de un escuadrón de militares y lo ponen preso. No logran quitarle el hábito de dominico, pero lo encierran en una prisión del castillo de Rocaseca.
Tomás aprovecha su encierro de dos años en la prisión para aprenderse de memoria muchísimas frases de la S. Biblia y para estudiar muy a fondo el mejor tratado de Teología que había en ese tiempo, y que después él explicará muy bien en la Universidad.
Sus hermanos al ver que por más que le ruegan y lo amenazan no logran quitarle la idea de seguir de religioso, le envían a una mujer de mala vida para que lo haga pecar. Tomás toma en sus manos un tizón encendido y se lanza contra la mala mujer, amenazándola con quemarle el rostro si se atreve a acercársele. Ella sale huyendo y así al vencer él las pasiones de la carne, logró la Iglesia Católica conseguir un gran santo. Si este joven no hubiera sabido vencer la tentación de la impureza, no tendríamos hoy a este gran Doctor de la Iglesia.
Esa noche contempló en sueños una visión Celestial que venía a felicitarlo y le traía una estola o banda blanca, en señal de la virtud, de la pureza que le concedía Nuestro Señor.
Liberado ya de la prisión lo enviaron a Colonia, Alemania, a estudiar con el más sabio Padre Dominico de ese tiempo: San Alberto Magno. Al principio los compañeros no imaginaban la inteligencia que tenía Tomás, y al verlo tan robusto y siempre tan silencioso en las discusiones le pusieron de apodo: "El buey mudo". Pero un día uno de sus compañeros leyó los apuntes de este joven estudiante y se los presentó al sabio profesor. San Alberto al leerlos les dijo a los demás estudiantes: "Ustedes lo llaman el buey mudo. Pero este buey llenará un día con sus mugidos el mundo entero". Y así sucedió en verdad después.
Sus compañeros de ese tiempo dejaron este comentario: "La ciencia de Tomás es muy grande, pero su piedad es más grande todavía. Pasa horas y horas rezando, y en la Misa, después de la elevación, parece que estuviera en el Paraíso. Y hasta se le llena el rostro de resplandores de vez en cuando mientras celebra la Eucaristía.
A los 27 años, en 1252, ya es profesor de la famosísima Universidad de París. Sus clases de teología y filosofía son las más concurridas de la Universidad. El rey San Luis lo estima tanto que lo consulta en todos los asuntos de importancia. Y en la Universidad es tan grande el prestigio que tiene y su ascendiente sobre los demás, que cuando se traba una enorme discusión acerca de la Eucaristía y no logran ponerse de acuerdo, al fin los bandos aceptan que sea Tomás de Aquino el que haga de árbitro y diga la última palabra, y lo que él dice es aceptado por todos sin excepción.
En 1259 el Sumo Pontífice lo llama a Italia y por siete años recorre el país predicando y enseñando, y es encargado de dirigir el colegio Pontificio de Roma para jóvenes que se preparan para puestos de importancia especial.
En 4 años escribe su obra más famosa: "La Suma Teológica", obra portentosa en 14 tomos, donde a base de Sagrada Escritura, de filosofía y teología y doctrina de los santos va explicando todas las enseñanzas católicas. Es lo más profundo que se haya escrito en la Iglesia Católica.
En Italia la gente se agolpaba para escucharle con gran respeto como a un enviado de Dios, y lloraban de emoción al oírle predicar acerca de la Pasión de Cristo, y se emocionaban de alegría cuando les hablaba de la Resurrección de Jesús y de la Vida Eterna que nos espera.
El Romano Pontífice le encargó que escribiera los himnos para la Fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo, y compuso entonces el Pange Lingua y el Tantum Ergo y varios otros bellísimos cantos de la Eucaristía (dicen que el Santo Padre encargó a Santo Tomás y a San Buenaventura que cada uno escribiera unos himnos, pero que mientras oía leer los himnos tan bellos que había compuesto Santo Tomás, San Buenaventura fue rompiendo los que él mismo había redactado, porque los otros le parecían más hermosos). Después de haber escrito tratados hermosísimos acerca de Jesús en la Eucaristía, sintió Tomás que Jesús le decía en una visión: "Tomás, has hablado bien de Mi. ¿Qué quieres a cambio?". Y el santo le respondió: "Señor: lo único que yo quiero es amarte, amarte mucho, y agradarte cada vez más".
De tal manera se concentraba en los temas que tenía que tratar, que un día estando almorzando con el rey, de pronto dio un puñetazo a la mesa y exclamó: "Ya encontré la respuesta para tal y tal pregunta". Después tuvo que presentar excusas al rey por estar pensando en otros temas distintos a los que estaban tratando los demás en la conversación.
Pocos meses antes de morir tuvo una visión acerca de lo sobrenatural y celestial, y desde entonces dejó de escribir. Preguntado por el Hermano Reginaldo acerca de la causa por la cual ya no escribía más, exclamó: "Es que, comparando con lo que vi en aquella visión, lo que he escrito es muy poca cosa".
Santo Tomás logró que la filosofía de Aristóteles llegara a ser parte de las enseñanzas de los católicos. Este santo ha sido el más famoso profesor de filosofía que ha tenido la Iglesia.
Tan importantes son sus escritos que en el Concilio de Trento (o sea la reunión de los obispos del mundo), los tres libros de consulta que había sobre la mesa principal eran: la Sagrada Biblia, los Decretos de los Papas, y la Suma Teológica de Santo Tomás.
Decía nuestro santo que él había aprendido más, arrodillándose delante del crucifijo, que en la lectura de los libros. Su secretario Reginaldo afirmaba que la admirable ciencia de Santo Tomás provenía más de sus oraciones que de su ingenio. Este hombre de Dios rezaba mucho y con gran fervor para que Dios le iluminara y le hiciera conocer las verdades que debía explicar al pueblo.
Su humildad: Cumplía exactamente aquel consejo de San Pablo: "Consideren superiores a los demás". Siempre consideraba que los otros eran mejores que él. Aun en las más acaloradas discusiones exponía sus ideas con total calma; jamás se dejó llevar por la cólera aunque los adversarios lo ofendieran fuertemente y nunca se le oyó decir alguna cosa que pudiera ofender a alguno. Su lema en el trato era aquel mandato de Jesús: "Tratad a los demás como deseáis que los demás os traten a vosotros".
Su devoción por la Virgen María era muy grande. En el margen de sus cuadernos escribía: "Dios te salve María". Y compuso un tratado acerca del Ave María.
El Sumo Pontífice lo envió al Concilio de Lyon, pero por el camino se sintió mal y fue recibido en el monasterio de los monjes cistercienses de Fosanova. Cuando le llevaron por última vez la Sagrada Comunión exclamó: "Ahora te recibo a Ti mi Jesús, que pagaste con tu sangre el precio de la redención de mi alma. Todas las enseñanzas que escribí manifiestan mi fe en Jesucristo y mi amor por la Santa Iglesia Católica, de quien me profeso hijo obediente".
Murió el 7 de marzo de 1274 a la edad de 49 años.
Fue declarado santo en 1323 apenas 50 años después de muerto. Y sus restos fueron llevados solemnemente a la Catedral de Tolouse un 28 de enero. Por eso se celebra en este día su fiesta.
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José Enrique Sánchez Labrador
El comienzo
Dios colocó la vocación sacerdotal en mí desde muy pequeño. Cuando tenía unos cinco o seis años, jugaba con las sábanas de mi casa y pretendía que hacía misas. Siempre tuve esa idea de querer ser sacerdote, pero no sabía dónde estudiaban, o cómo se formaban. Me preguntaba qué se sentiría estar detrás del altar, dirigiendo esa asamblea. Estando en primer año de bachillerato, empecé a investigar cómo se hacía para llegar a ser un sacerdote. Ahí fue donde descubrí que se formaban en un seminario durante varios años. Incluso, el término seminario era nuevo para mí. Durante esos primeros años de bachillerato, pensaba que nunca llegaría a salir de Santa Inés. De hecho, sentía que rendía mucho más en el campo que en la escuela. En tal caso de terminarla, sentía que terminaría estudiando en cualquier universidad de allá. Dios tenía otros planes.
Mi ingreso
Entré un 12 de octubre de 2011 al seminario. Tenía 15 años, e iba a cursar el cuarto año de bachillerato. Cuando llegué, desconocía cuántos años de formación requería. Después, me dijeron que eran tres años de filosofía y cuatro años de teología. Sin duda alguna, mi mayor temor era presentar el trabajo de grado, aunque ya lo había hecho anteriormente en quinto año de bachillerato. Casualmente de esos 25 muchachos que empezaron conmigo en esa etapa, quedamos solo tres. Recuerdo que de ese grupo había cuatro muchachos que se levantaban a las 4:00 AM para rezar. Eso hacía sentir mal, ya que me llenaba de dudas. Me pensaba que nunca llegaría a ser tan bueno como los demás en el camino sacerdotal. Sin embargo, esos muchacho se retiraron, y yo seguí.
Cuando viví el año de propedéutico me gustó. Recuerdo que las misas las hacíamos en inglés, y cada misterio del rosario en un idioma distinto; el primero en francés, el segundo en inglés, el tercero en italiano, el cuarto en latín y el último en español. El padre David Rodríguez fue el que estuvo con nosotros durante ese tiempo, y de verdad nos enseñó mucho. Otras de las cosas que ha marcado mi paso por el seminario ha sido el estar encargado de la pastoral vocacional por tres años, así como de la pastoral juvenil por un año. La Diócesis de Barinas me ha encomendado esa tarea junto a un grupo de muchachos, y sin duda, ha sido una gran experiencia. Por otra parte, recuerdo claramente mis inicios en la música, la cual es parte fundamental en la vida de un seminarista. Si bien quería aprender a tocar guitarra desde niño, mis manos eran muy pequeñas, por lo que mi papá me dijo que aprendiera a tocar cuatro y luego la guitarra.
La música
Después de trabajar, mi papá encendía la radio, sintonizando una emisora de música llanera. Me ponía al lado del radio con unas maracas, enseñándome así a tomar el tiempo de la música. Luego, con el curso de cuatro se me hizo más fácil. Cuando tenía siete años, empecé a tocar la guitarra. Aprendí tocando música cristiana-católica, mayormente con los cantos de la misa. De hecho, casi todas las canciones que me sé, son para el acto litúrgico. Cuando llegué al seminario, me destaqué tocando la guitarra. Luego, aprendí a tocar un poco el bajo, los tambores, la batería. Mi trabajo de grado en filosofía se tituló ‘’La influencia filosófica de la música en el hombre a través de la historia’’. Al principio mi tutor, Mauricio, y los demás formadores pensaron que era una locura, ya que se trataba a lo largo de la historia. Sin embargo, yo dije que al conocer el pensamiento de la filosofía presocrática hasta la actualidad, se podía.
Los instrumentos musicales son fundamentales en mi vida. Ellos me han permitido conservar muy buenos recuerdos, especialmente de mi infancia. Cuando estoy solo en mi cuarto, y escucho música llanera de esa época, los recuerdos vienen a mí. Al empezar el seminario, sabía que serían diez años de formación. Ahora, en II de Teología, puedo decir que solo me faltan dos. Actualmente, me encuentro muy animado para seguir en la línea de formación. Una de las mejores cosas acerca del seminario es que no se emiten juicios, es decir, nadie cuestiona tu vocación. En el seminario, a través de la vida, Dios le va dando las luces de servicio, porque uno nunca está completamente seguro. Es mediante las crisis que uno aprende a valorar la vocación, ya que es el único que la descubre.
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Exaltan valores durante misa y procesión de Corpus Christi
Emociones exaltadas y el ejercicio de la fe enmarcaron la celebración de la misa y procesión del Corpus Christi, fiesta anual en la que se celebra el sacramento de la Eucaristía.
La fresca mañana del jueves 20 de junio toda la comunidad del Instituto Zaragoza se congregó en la cancha de fútbol para celebrar la santa misa.
Durante la lectura del Santo Evangelio, se recordó el milagro de la multiplicación del alimento que realizó Jesús, mismo que está asentado en el Evangelio de San Lucas.
En su homilía, el Padre Enrique Sánchez Torres se refirió a la primera necesidad del hambre y recordó que “cuando nacemos lo primero que hacemos es llorar porque tenemos hambre. Esa es la primera necesidad que todos los humanos tenemos. El milagro de Jesús atendió la primera necesidad. Por eso la Iglesia pone al sacramento de la Eucaristía para nutrirnos de Dios para poder transitar en la vida. Esto que hacemos hoy es una señal de que vamos en camino hacia la casa del padre”.
Vox Dei, coro institucional del Instituto Zaragoza dirigido por el profesor Miguel Ángel Cordero, estuvo a cargo de los cantos eucarísticos que dotaron de estética musical a nuestra celebración.
La procesión del Santísimo sobre pétalos de rosa arrojados por nuestra comunidad fue el momento de mayor emoción.
Durante las celebraciones eucarísticas nuestra comunidad refrenda los valores que nos caracterizan desde hace más de cinco décadas.
www.izaragoza.com.mx
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El lado desconocido de la música occidental
Polifonía: Segunda parte
El renacimiento es el periodo en el cuál la música vocal alcanzó su mayor auge. En la época renacentista los instrumentos que hoy se conocen todavía no estaban bien desarrollados o bien algunos ni existían, por tal motivo, la voz se convirtió en el instrumento principal e idóneo para componer. Los cambios en la música, por lo tanto, recayeron en un creciente interés por agradar a los sentidos y por generar sonoridades afables y digeribles para el oído. Tres fueron los compositores más emblemáticos e importantes del renacimiento: Josquin Des Prez, Tomás Luis de Victoria y Perluigi Da Palestrina. Éste último siendo una pieza clave del movimiento de contrarreforma que la iglesia católica lideró con el fin de luchar y anteponerse a las ideas protestantes iniciadas en su momento por Lutero.
Generalmente, los compositores de los siglos XV y XVI fueron educados como niños cantores en coros y, posteriormente, contratados en las mismas iglesias, capillas cortesanas y catedrales. Muchos gobernantes de ese tiempo ayudaron a la música con aportaciones económicas, sin embargo, los principales impulsores de las artes fueron los llamados mecenas, familias o personas adineradas que brindaban apoyo monetario para que los artistas pudieran realizar sus obras. Por esta razón y gracias a la buena economía que Europa estaba experimentado en ese entonces, las actividades musicales fueron en aumento y lograron traer consigo el desarrollo de una imprenta musical, la cuál permitió que la música comenzara a divulgarse.
Josquin Des Prez fue el primer compositor que pudo comercializar su música y, al mismo tiempo, vivir de ella. Josquin exigía salarios altos por sus composiciones y, no solamente trabajaba bajo encargo, sino también se daba el lujo de componer cuando él quería. La imprenta musical permitió que sus obras se publicaran y se distribuyeran, factor que lo hizo convertirse en el primer objeto musical comercial. La música de Josquin suele estar perfectamente construida, de modo que las notas se adecuan a las palabras, por ello suele considerársele el primer compositor de música poética. Des Prez es reconocido por su manera de reflejar las palabras mediante el uso de gestos musicales que refuerzan las imágenes del texto, y también, por transmitir a través de la música las emociones ese texto sugiere. En esta última técnica fue, sin duda alguna, el mejor de su época y el primero en lograr que esos sentimientos lograran ser transmitidos mediante un código reconocible.
El movimiento reformista sacudió a la Europa del S.XVI, Lutero, al crear su iglesia, se propuso dar a los fieles una mayor relevancia, de tal forma que, hizo las ceremonias religiosas mas digeribles. La música fue una parte fundamental en la creación de la iglesia luterana debido a que, las letras de los himnos, comenzaron a ser en el idioma de la congregación y así ésta podía participar cantándolas. Por su parte, la música de la iglesia católica cambió debido al Concilio de Trento, en donde se discutieron las respuestas que se deberían de dar a la reforma. Algunos contrarreformistas intentaron limitar el uso de polifonía porque pensaban que ésta profanaba la liturgia, no obstante, muchos otros argumentaron que la polifonía debía conservarse y que no se debía restringir. Al final, el único camino viable al que se llegó fue el de alejar de las composiciones sacras lo lascivo e impuro.
Pierluigi Da Palestrina fue el mas eminente compositor italiano de música sacra del S.XVI, así como el compositor esencial al momento de hablar de contrarreforma. Las obras de Palestrina suelen ser calificadas como de absoluta perfección y de total manejo del estilo sacro. Posterior al Concilio de Trento, se le ordenó a Pierluigi adecuar los cantos oficiales a la nueva liturgia además de limpiar los cantos de cualquier elemento innecesario, atroz y barbárico que se encontrara en ellos. El estilo compositivo de Palestrina es elegante y claro, las voces en sus composiciones suelen ser desplazadas por grado conjunto y los ritmos suelen funcionar tanto en las voces individuales como en todo el conjunto. Pierluigi es el primer compositor en la historia que fue imitado como modelo a seguir en épocas posteriores. La misa del Papa Marcelo es su obra más representativa porque es donde devuelve a la música sacra la pureza y sencillez que se había perdido.
Tomas Luis de Victoria fue el primer compositor español en seguir y dominar el estilo de Palestrina, probablemente conoce a Pierluigi en un viaje que hace a Italia, pero este dato no es comprobado. De Victoria comienza su carrera en el mismo momento en el que las limitantes del Concilio de Trento habían permeado en la música, por lo que éste se apega y adecua a las nuevas técnicas introducidas por la iglesia católica. Las melodías de Tomas suelen ser más cortas que las de Palestrina y también menos adornadas. Es valorado como uno de los compositores más importantes de España y de los oficios católicos. Entre sus principales obras se encuentra los Tenebrae Responsories que fueron compuestos para la semana santa y narran la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Al ser el renacimiento el renacer de las artes, del pensamiento humanista y del ideal por volver a las prácticas grecolatinas, la música vocal de este periodo, se preocupa por llegar a una simplicidad auditiva que se balancea con su complejidad estructural basada en acentos, inflexiones y síncopas. La música vocal renacentista es una de las más bellas, magníficas y bien estructuradas de la historia. Escucharla puede generar en el oyente una paz interior impresionante debido a que, en su mayoría, eran hechas para el oficio divino. El buen trabajo de las voces, la complejidad y variedad de los ritmos, los cambios de tempo, los textos introspectivos y reflexivos hacen del ejercicio de cantar y escuchar esta música una experiencia única.
Bibliografía
J. Peter Burkholder. (2008). Historia de la música occidental. España: Alianza Editorial.
---Pau Mendoza---
Lista de escucha.
*En spotify
1) Josquin Des Prez
https://open.spotify.com/album/21QHl0sKoAUZP309echq6z?si=EnrRJrK4TqqpVIz4qm8dfA
https://open.spotify.com/album/2k2azg8jhUURAbbnpl0xQX?si=QU4Cmi9bQqGoatZ1TIt1og
https://open.spotify.com/album/4VwQGA35TjZRpiuiem6ptr?si=vPuLy-u6RDC3mXjM-YuoVw
2) Palestrina
https://open.spotify.com/album/0Yc1mEld5InotzDtGlnXrE?si=Fu97KfItRNSyyBfhDsmIXQ
https://open.spotify.com/album/3Mzcg3EIhdJYgG869eq6UT?si=12PrRXAvT-abQxFs-1Xb8g
https://open.spotify.com/album/7avJt4JTrIRAwdTHAZjcbD?si=CiYGMUN9RcObNAVdScJa7A
3) Tomas Luis de Victoria
https://open.spotify.com/album/6DLxQqthxii7QMXfKHurE9?si=WXXV4CI1QkS2TFTCAByGaA
https://open.spotify.com/album/0xBIil8Zq6Oo4DrTzOQXLZ?si=h-NZZiI_SLaYZ3N-sW0NoA
https://open.spotify.com/album/4VDvOXFGTXM2GuBvbzLwfb?si=O8oDSk_vSL6mPunoFcMiaQ
*Youtube
1) Josquin
https://www.youtube.com/watch?v=zLoXLR2zKes
https://www.youtube.com/watch?v=0cc5Re3bzJQ&list=PLx9DIwiTjVRAegx7oOCQB3fi3sjz6VLIP
https://www.youtube.com/watch?v=vC0WpeWSBak
2) Palestrina
https://www.youtube.com/watch?v=MxJFMBv4Ibo
https://www.youtube.com/watch?v=6JGN3PvALuE
https://www.youtube.com/watch?v=TwxLLy3QAGI
3) Tomas Luis de Victoria
https://www.youtube.com/watch?v=_q4zHT5kibA
https://www.youtube.com/watch?v=TFELJ9wEzT8
https://www.youtube.com/watch?v=FzSQfRg1yQo
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