#Cantos para la Comunión
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Zamba para que te quedes
Autor: Juan A. Gattinon
Canto para Comunión para Tiempo Ordinario
Sol Mi7 Lam Para que estés siempre en medio nuestro, Re7 Sol para que nos juntes en la comunión; Sol Mi7 Lam para que a pesar de toda tristeza Re7 Sol esta sea una fiesta porque aquí estás vos. Sol Mi7 Lam Compartimos la copa y el pan que es amor, Re7 Sol amor bien jugado por vos en la cruz; Sol Mi7 celebramos que no hay muerte Lam que pueda atar Re7 Sol a la vida que recibimos de vos. Padre, te pedimos con todo el pueblo por aquel que sufre injusticia y dolor. Cambia nuestro llanto por alegría, danos esperanza, ahuyenta el temor. En el barrio tantos te necesitan, y quién sabe cuantos en esta ciudad. Danos la palabra, el gesto, el cariño, que te muestre simple, así como sos.
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La Alegría de Esperar...
Mientras esperamos el cumplimiento de las promesas de Dios, podemos regocijarnos en su presencia hoy.
Sofonías 3.14, 16, 17
Sofonías tenía que dar malas noticias a Judá. Debido a sus pecados, en especial el pecado de adorar ídolos falsos, se avecinaba un día de gran juicio. En aquel tiempo, dijo el profeta, Dios juzgaría a sus enemigos, pero su ira también devastaría a la nación que amaba (Sof 1.4-9).
Sin embargo, en el versículo 16 del capítulo 3, Sofonías utiliza la misma frase —“en aquel tiempo”— para prometer un día de renovación. Dios les anima a alegrarse, incluso mientras esperan y soportan un tiempo de sufrimiento. Como hacen los demás profetas, Sofonías vincula el llamado a la alegría con la presencia fiel de Dios entre su pueblo. Enfrenten lo que enfrenten, Él estará con ellos. Tienen enemigos y se sienten abandonados, pero Dios es “un guerrero victorioso” que “se regocijará por [ellos] con cantos de júbilo” (Sof 3.17).
¿Y qué hay de nosotros? También esperamos un mundo restaurado, en el que nuestra comunión con Dios no terminará nunca. El escritor de Hebreos ve al Señor Jesucristo como nuestro ejemplo de trabajo gozoso mientras “corramos con perseverancia” hacia esa meta (He 12.1). Consideremos al Señor, escribe, que sufrió la cruz “por el gozo puesto delante de él”, el de sentarse en comunión con el Padre (He 12.2). Puesto que esperamos esa misma bendición, ¡podemos dejar a un lado el miedo y regocijarnos!
(Ps. Charles Stanley).
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En ti vida Vida mía, en tí descubro lo maravilloso que es despertar contigo cada día... oir el trino de las aves revoloteando entre las ramas y sorber el aroma de las flores al llegar el alba, es una experiencia única que lo disfruto lento con un café, entre sonetos que alegran en cantos, al ritmo de mis latidos y el albor de mi alma en comunión sagrada. En tí vida, encuentro las razones para sonreír sobre mi almohada y empezar con alegría el día, admirando la belleza que refleja una dulce sonrisa que emana de la tranquilidad de mi alma. En tí vida, me hallo, me conquisto y descubro cada día, como el ser más valioso al que cuidar en cuerpo y alma. En tí, peleo mis más duras batallas y ¡ Te quiero!... te quiero vida siempre fuerte y no derrotada. ¡Sí!... ¡En tí vida!... puedo amarme y amar desde lo más profundo de mi alma, por qué en ti vida... hay amor, porque ya aprendiste a navegar tus mares en tormentas y soledad, y sabes que el tiempo y el amor, no es un refugio de ilusión y mediocridad, ni un vago deseo construido en castillos de arena y mar. En ti vida, sé que puedo ser feliz ante cada cambio de estación e inefablemente dejar mis huellas grabadas con tinta de expresión, y gran espíritu de lucha, en búsqueda de la verdad y el amor. Sé que en tí, solo en tí vida me puedo hallar, y caminar de tu mano desafiando al destino, hasta donde tus caminos, cual mágica aventura... me quieran llevar. Nora M. Tafur Tafur
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MÁSCARAS Y BRUJERÍA
Las máscaras son casi tan antiguas como el hombre mismo.
En la vida, y en la muerte éstas participan de la magia, y a través de ellas el hombre ha luchado contra los espíritus, y ha tomado contacto con los dioses.
Muchas de ellas, aún hoy en día, siguen infundiendo terror por sus poderes sobrenaturales.
Todos los que tienen un conocimiento mínimo de la Brujería, saben que no es novedad en aquellos covens herméticos de los que poco se sabe de su manejo en el mismo para las invocaciones, y evocaciones.
Junto con los procesos preparatorios que los acompañan, para alcanzar el estado extasiado catatónico para sucumbir a las divinidades entre otras cosas.
Las máscaras son una representación universal, y primitiva de las fuerzas arcaicas.
Pueden tratarse de espíritus de la naturaleza, de dioses, de muertos, de antepasados.
Suelen tener rasgos extraños, a veces repulsivos, y temibles, otras, grotescos.
De hecho, cuando un hombre se enfunda una máscara de espíritus en las fiestas, o celebraciones de culto, bien sea en las tribus africanas, en las de Oceanía, o incluso en las de culturas indígenas americanas, se mueve de forma atávica, y sin coordinación.
Luego empiezan a saltar, y a bailar de una manera eufórica, en algunos casos puede atacar a los presentes, a la vez que emite diferentes sonidos incomprensibles, palabras silbantes, o cortantes.
El ritual puede llegar a intensificar tanto su sensibilidad que al final el portador acaba por identificarse con las fuerzas espirituales.
Se siente apoderado, y poseído por ellas, y ambos, hombre, y máscara, acaban fundiéndose en uno solo, adoptando los rasgos del espíritu que ha entrado en él.
También los chamanes tradicionales empleaban diferentes técnicas comprendiendo entre otras la magia rítmica del tambor, la danza sagrada, los cantos mágicos, y el uso de máscaras de espíritus para llegar a una comunión profunda con los seres divinos.
Llevar la máscara del espíritu es invocar los poderes del Otro Mundo, pues la máscara expresa la presencia de las divinidades de un modo directo, y tangible.
Las máscaras totémicas de aves, o de animales del paganismo germano, y celta ibérico que permiten alcanzar mágicamente la transformación chamánica están muy presentes en las tradiciones populares europeas.
En Alemania, durante la Edad Media, las escandalosas procesiones de jóvenes con la cara ennegrecida, desfilaban en Samain imitando a los espíritus nocturnos que cabalgaban con Perchtl, o Frau Holda, la diosa salvaje de la Horda Furiosa, de los viajeros nocturnos.
En el Tirol, por San Martín, y en el Solsticio de Invierno, la procesión llamada Perchtenmsaken, conducida por un hombre sobre un caballo blanco, brinca alrededor de los campos.
En la costumbre británica del « guizing » de Samain, los danzantes, y los actores utilizaban máscaras rituales para metamorfosearse bajo el aspecto del espíritu de los ancestros de la Caza Salvaje.
El rastro de lo cual puede seguirse en las máscaras de demonios, diablos, y cadáveres que llevan los niños en Halloween.
Las máscaras no tienen un único origen. Han aparecido en culturas, sociedades, y países distantes entre sí en el espacio, y en el tiempo.
Han acompañado al hombre a lo largo de su existencia, desde sus ritos iniciáticos hasta los funerarios.
En su trabajo agrícola con rituales para la siembra, o la cosecha, en sus juegos, en sus ceremonias preparatorias para las guerras, y por supuesto, en sus actos religiosos.
Son uno de los primeros inventos del hombre que surgen de la necesidad de conseguir alimentos, y de defenderse de las amenazas reales o sobrenaturales que se le presentaba.
El hombre primitivo descubrió que al disfrazarse podía camuflarse con la naturaleza, hacerse parte de ésta, de manera que podía manipularla al creer que poseía las fuerzas mágicas necesarias para conjurar cualquier efecto negativo que lo perjudicara.
La máscara es un objeto religioso, y al mismo tiempo profano; ésta pierde su función primigenia a medida que los pueblos acceden a la civilización, y las convierten en objetos de espectáculo.
A pesar de ello, aún están presentes en la brujería donde la máscara sigue viva, en las danzas populares, y los carnavales.
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canto de comunión para tiempo ordinario - Entra la puerta está abierta -...
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HECHOS 2:42-47
La iglesia, un encuentro del amor fraternal
Varios puntos se pueden destacar cuando hablamos de la importancia de la iglesia. Esta desempeña un papel crucial en la vida comunitaria, en el servicio al Señor y en la influencia positiva que ejerce sobre el mundo. Sin embargo, un punto particularmente significativo para los creyentes es la función de la iglesia como comunidad de apoyo y amor fraternal.
Esto no es sólo una teoría; es algo que puede experimentarse de forma práctica. ¿Cuántas veces hemos enfrentado situaciones difíciles o problemas graves, y hemos sido bendecidos al recibir una palabra de ánimo, oración, apoyo de un hermano o a través del sermón de la iglesia? Estas experiencias, sin duda, llenan nuestro corazón de alegría y nos muestran la verdadera importancia del pueblo de Dios en nuestra vida.
En el libro de Hechos, Lucas relata la hermosa manera en que la iglesia creció y se desarrolló en sus primeros días. A pesar de enfrentar persecuciones y oposiciones, la iglesia triunfó, demostrando estar siempre unida, no sólo físicamente, sino también en un mismo espíritu y propósito.
Con frecuencia, los hermanos se reunían para recibir la enseñanza de los apóstoles, participar en la comunión, compartir comidas y orar juntos, ellos experimentaron el maravilloso obrar de Dios en medio de ellos. Esta característica de la iglesia continúa vigente hoy. En todas partes, día tras día, impulsados por el Espíritu Santo, el pueblo de Dios se reúne para aprender la palabra del Señor, estar en comunión, orar juntos, celebrar y de este modo, ser bendecidos abundantemente por Dios.
No se trata sólo de situaciones momentáneas. Las grandes amistades que cultivamos a lo largo de nuestra vida son las que se forjan en la iglesia, sin contar las muchas parejas que se han formado en ella, dando lugar a familias bendecidas.
Lucas relata que en la iglesia de los Hechos, los hermanos permanecían unidos y compartían sus posesiones de tal manera que no había necesidad en medio de ellos. Este es otro aspecto de la iglesia que no sólo era una realidad en los tiempos bíblicos, sino que también es una realidad en nuestros días. Por lo general, en la iglesia encontramos una amplia red de apoyo y ayuda, que además de amistad, afecto y cariño, proporciona alimento al hambriento y ayuda al necesitado. Todo esto en el amor de Cristo, que es el principio por el cual nos amamos unos a otros.
Lucas también señala que estos hermanos se reunían para alabar a Dios, llenos de alegría y amor genuino en su corazón. Esta es otra característica que perdura hasta hoy. En la iglesia unimos nuestras voces, con un corazón arrepentido, lleno de amor y de verdad, entonando hermosas alabanzas en adoración al Señor.
No se trata solo de un canto entonado por una voz profesional o alguien famoso; se trata del canto compuesto por las voces de todos los hermanos que conforman la iglesia de Cristo, los cuales, en reverencia y amor a Dios, exaltan su nombre y reconocen su majestuosidad y gloria por encima de todas las cosas.
Ser parte de la iglesia de Cristo y disfrutar de su bondad es una bendición inmensurable. ¡Qué privilegiados somos por tener a nuestro lado a personas que aman a Jesús y que son para nosotros fuentes de apoyo, ayuda e inspiración!
Anhelamos el día en que nuestras voces se unirán a las de millones de otros en la eternidad, donde la Esposa del Cordero, compuesta por personas de todos los pueblos, lenguas y naciones, entonarán eternamente un cántico maravilloso en alabanza y adoración a nuestro Dios, quien nos ha amado y unido en su presencia eterna.
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Lecturas del Viernes de la 17ª semana del Tiempo Ordinario
Lecturas del día Viernes 4 de Agosto de 2023
Primera lectura
Lectura del libro del Levítico 23,1.4-11.15-16.27.34b-37
El Señor habló a Moisés y le dijo: “Estas son las festividades del Señor, en las que convocarán a asambleas litúrgicas.
El día catorce del primer mes, al atardecer, es la fiesta de la Pascua del Señor. El día quince del mismo mes es la fiesta de los panes Ázimos, dedicada al Señor. Comerán panes sin levadura durante siete días. El primer día de éstos se reunirán en asamblea litúrgica y no harán trabajos serviles. Los siete días harán ofrendas al Señor. El séptimo día se volverán a reunir en asamblea litúrgica y no harán trabajos serviles’’.
El Señor volvió a hablar a Moisés y le dijo: “Di a los hijos de Israel: ‘Cuando entren en la tierra que yo les voy a dar y recojan la cosecha, le llevarán la primera gavilla al sacerdote, quien la agitará ritualmente en presencia del Señor el día siguiente al sábado, para que sea aceptada.
Pasadas siete semanas completas, contando desde el día siguiente al sábado en que lleven la gavilla para la agitación ritual, hasta el día siguiente al séptimo sábado, es decir, a los cincuenta días, harán una nueva ofrenda al Señor.
El día diez del séptimo mes es el día de la Expiación. Se reunirán en asamblea litúrgica, harán penitencia y presentarán una ofrenda al Señor.
El día quince de este séptimo mes comienza la fiesta de los Campamentos, dedicada al Señor, y dura siete días. El primer día se reunirán en asamblea litúrgica. No harán trabajos serviles. Los siete días harán ofrendas al Señor. El octavo día volverán a reunirse en asamblea litúrgica y a hacer una ofrenda al Señor. Es día de reunión religiosa solemne. No harán trabajos serviles.
Estas son las festividades del Señor, en las que se reunirán en asamblea litúrgica y ofrecerán al Señor oblaciones, holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según corresponde a cada día’ ”.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Del Salmo 80
R./ Aclamemos al Señor, nuestro Dios.
Entonemos un canto al son de las guitarras y del arpa. Que so la trompeta en esta fiesta que conmemora nuestra alianza. R./ Aclamemos al Señor, nuestro Dios.
Porque está es una ley en Israel, es un precepto que el Dios de Jacob estableció para su pueblo, cuando lo rescató de Egipto. R./ Aclamemos al Señor, nuestro Dios.
“No tendrás otro Dios fuera de mí ni adorarás a dioses extranjeros. Pues yo, el Señor, soy el Dios tuyo, el que to sacó de Egipto, tu destierro". R./ Aclamemos al Señor, nuestro Dios.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Mateo 13,54-58
En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban: “¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Qué no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?” Y se negaban a creer en él.
Entonces, Jesús les dijo: “Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa”. Y no hizo muchos milagros allí por la incredulidad de ellos.
Palabra del Señor
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"El sábado dirige nuestros pensamientos a la naturaleza, y nos pone en comunión con el Creador. En el canto de las aves, el murmullo de los árboles, la música del mar, podemos oír todavía esa voz que habló con Adán en el Edén al frescor del día. Y mientras contemplamos su poder en la naturaleza, hallamos consuelo, porque la palabra que creó todas las cosas es la que infunde vida al alma. El “que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.” 2 Corintios 4:6. Fué este pensamiento el que provocó este canto del salmista: “Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; En las obras de tus manos me gozo. ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos.” Salmos 92:4, 5. Y el Espíritu Santo declara por medio del profeta Isaías: “¿A qué pues haréis semejante a Dios, o a qué imagen le compondréis? ... ¿No sabéis? ¿no habéis oído? ¿nunca os lo han dicho desde el principio? ¿no habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? El está asentado sobre el globo de la tierra, cuyos moradores son como langostas, él extiende los cielos como una cortina, tiéndelos como una tienda para morar.... ¿A qué pues me haréis semejante, o seré asimilado? dice el Santo. Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién crió estas cosas; él saca por cuenta su ejército: a todas llama por sus nombres; ninguna faltará: tal es la grandeza de su fuerza, y su poder y virtud. ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: mi camino es escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? ¿No has sabido, no has oído que el Dios del siglo es Jehová, el cual crió los términos de la tierra? No se trabaja, ni se fatiga con cansancio.... El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” “No temas que yo soy contigo, no desmayes, que yo soy tu Dios que te esfuerzo: siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra: porque yo soy Dios, y no hay más.” Tal es el mensaje que fué escrito en la naturaleza y que el sábado está destin https://www.instagram.com/p/Cof4ozhPDKwctV7NmBYmgxJiqoaVOpQwIdl1Mo0/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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Partiendo el mismo pan
Autor: Hna. Alejandra Tohmé
Canto de entrada para Tiempo Ordinario
La Mi Somos tu pueblo que se reúne Fa#m Do#m y quiere celebrar Re La esa promesa que nos hiciste Si7 Mi y que vida nos da Re La que seguís siempre entre nosotros Mi La en la fracción del pan. Yo soy el Pan de Vida que da la fuerza en el caminar soy alimento para el cansado pan de fraternidad soy ese gesto de pan y vino que permanecerá. Do#7 Fa#m En nuestro caminar Re Mi tu palabra nos das Re La y te reconocemos Si7 Mi al partir el pan Re La y nos reconocemos Mi La partiendo el mismo pan Inter.: Re Do#m Sim La7 Re La Mi La Sos manantial de misericordia ternura y compasión fuente de gracia transformadora que llega al corazón nos reconcilia, nos hace hermanos, signos de comunión. Un mandamiento nuevo les dejo que se amen de verdad porque mi Reino se hace presente desde la claridad. Sea el servicio deuda entre ustedes y el mundo creerá.
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Ya no es leer, es sentirle, es palparle, es probarle con las fibras más sensibles de mi Ser. Es concebirme vivo gracias a su canto silente. Tiene en las manos cielos eternos, nubes enamoradas, espinas dilatadas, pétalos de hermosas rosas que vuelan en los confines del Universo. Pasarle los ojos es hacerle, ya no mío, sino de Mí, de esa Esencia Sagrada que emite devoción por su humanidad. Siga desnudándome los ojos que el alma me está gozando de placer. Este amor que le tengo a la palabra me hace enamorarme de la mano que la sabe hacer gemir. Escribir es un acto amatorio, es entrega mística, es comunión universal… y yo, que estoy amándole, me he olvidado de mí para hacerme Uno con Su tinta.
— Esu Emmanuel©️, It is no longer reading, it is feeling him, it is touching him, it is testing him with the most sensitive fibers of my Being. It is to conceive myself alive thanks to his silent song. He holds in his hands eternal skies, clouds in love, dilated thorns, petals of beautiful roses that fly in the confines of the Universe. To pass my eyes is to make you, no longer mine, but of Me, of that Sacred Essence that emits devotion for your humanity. Keep undressing my eyes, for my soul is rejoicing with pleasure. This love I have for the word makes me fall in love with the hand that knows how to make it moan. Writing is an act of love, it is mystical surrender, it is universal communion... and I, who am loving Him, have forgotten myself to become One with His ink.
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ME DELEITO EN ti. Sí, me deleito en ti. Yo me deleito en tus oraciones, y me deleito en tu adoración. Me deleito en ti más de lo que te deleitas en m��. Porque nosotros somos uno, pero cuando te deleitas en mí y yo en ti, nuestra comunión alcanza nuevas alturas y nuestro gozo en el uno al otro es completo. Cuando te deleitas en mí, te daré las peticiones de tu corazón. Y cuando tus deseos sean para conocer más de mí, voy a satisfacer tus anhelos y darte más de lo que jamás podrías esperar. Espíritu Santo Me deleito en ti. Me deleito en orar contigo y adorarte a ti. Muéstrame cómo entrar al lugar de placer, no solo en los momentos de oración o adoración, sino mientras camino por la vida cotidiana. Ayúdame a deleitarme continuamente en tu amor. “pues tu Dios está contigo y con su poder te salvará. Aunque no necesita de palabras para demostrarte que te ama, con cantos de alegría te expresará la felicidad que le haces sentir,”
Sofonías 3:17 TLA
“para Dios, lo que cuenta es que la gente lo obedezca y confíe en su amor.”
Salmos 147:11 . “Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.”
Salmos 37:4 NTV
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La Buena Semilla
Hola, quisiera compartir con usted el texto del 8 julio 2023 del calendario “La Buena Semilla”.
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. (Colosenses 3:16)
¡Más cerca, oh Dios, de ti!
Mi padre solía contarnos ciertos episodios de la guerra, en particular algunas experiencias que le impresionaron y le animaron, a pesar de la crueldad del momento.
Un día su compañía estaba en la primera línea del frente y recibió la visita del capellán. El teniente había dado permiso para que los hombres que lo desearan, unos diez, se reunieran en un pequeño bosque cercano, de donde podían ser llamados en cualquier momento. El capellán les habló del Señor Jesús y de su promesa de estar siempre con ellos, estuviesen donde estuviesen. Después de leer la Biblia y orar, propuso cantar un himno. De común acuerdo eligieron un himno universalmente conocido:
¡Más cerca, oh Dios, de ti, más cerca sí! ¡Concédeme tu ayuda; sostén mi fe!
Al principio el canto era un poco tímido, apenas audible, pero luego tomó fuerza, y finalmente los soldados cantaron a plena voz:
En el día en que la prueba se desborda como un río, Mantenme cerca de ti, más cerca de ti.
Los soldados volvieron a sus puestos. Sin embargo, de repente escucharon el mismo himno en un idioma diferente desde las líneas del otro lado. ¡Era el himno de la fe, que no tiene fronteras, que une a todos los creyentes en una misma comunión, bajo la protección de un mismo Padre, el Dios y Padre de nuestro Salvador y Señor Jesucristo!
Lectura: Daniel 9:20-27 – Lucas 1:26-56 – Salmo 80:1-7 – Proverbios 19:1-2
Otros textos del calendario en https://labuenasemilla.net
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Luna Nueva en Escorpio 🌑♏️🖤
4 de noviembre de 2021
Escorpio es un signo de agua, fijo y de polaridad yin. Su energía es de apego emocional, intensa y profunda. Oculta sus emociones pero puede escrutar las de los demás y manipularlas a su favor. Es el lado oscuro y profundo del zodíaco. Su regente antiguo es Marte, quien le otorga poder de destrucción, y su regente moderno es Plutón, quien lo conecta con el inconsciente y la capacidad de transformación. Escorpio nos permite llegar a la profundidad de nuestro ser, ver lo que no se ve a simple vista. Simboliza nuestro lado oscuro, misterioso y desconocido; el lugar al que deseamos llegar a fondo para morir y transformarlo en vida.
Esta Luna Nueva se da en conjunción a Marte, formando una T cuadrada a Saturno y activando la cuadratura Saturno-Urano. Esto puede llegar a materializarse en eventos inesperados y violentos. Además, se suman los Nodos Lunares en conjunción a Lilith, y ésta en cuadratura Plutón. Pareciera que las energías de exclusión y la necesidad de transformación profunda van a manifestarse nuevamente; también la necesidad de actuar con urgencia se verá frustrada por figuras de autoridad. La ambición sin límites, los excesos, se verán fuertemente tensionados por el orden y los límites.
La energía escorpiana nos recuerda que debemos dejar ir, soltar, limpiar, destruir lo que nos limita, nos frena, para poder transformarnos en algo mejor, más saludable para nuestra vida. Este proceso es doloroso ya que estamos apegados a una comodidad que nos negamos a abandonar. Sin embargo, debemos tomar consciencia del dolor que nos genera y dejar ir todo aquello que ya no nos hace bien.
Quirón en Aries está en cuadratura a Folo en Capricornio, lo que nos permite sacar a la luz nuestra herida y observarla para poder llevar adelante nuestra propia sanación.
Por último, Neptuno dibuja un trígono a la Luna-Sol y Vesta en Escorpio, favoreciendo la ilusión de sacar afuera lo profundo de nosotras mismas, meditar profundamente en ello y ubicarnos en perspectiva con el todo, la unidad y la vida, en favor de nuestra elevación espiritual. Somos parte del Gran Espíritu y estamos aquí con el propósito de ayudarnos a ser mejores y a expresarnos en nuestra autenticidad, en comunión con la vida.
Fuente: Astrología Arquetípica.
Tirada de la Luna Nueva en Escorpio 🔮🃏✨
🖤¿Qué energías necesito limpiar y eliminar de mi vida?
As de ESPADAS: La espada corta con el filo acuciante de la Justicia para limpiar los obstáculos que esconden la verdad. Debemos saber discernir claramente cuáles son nuestras luchas internas, nuestras causas íntimas que conllevan nuestra verdad y por las que debemos pelear.
🖤¿Por qué debo desecharlas?
El MUNDO: Arcano 21, Saturno, triunfar. Satisfacción y paz mental. Final exitoso y cercano, estado de compleción, unión y balance, al unísono con la canto de la vida. Necesito el equilibrio interior, paz, armonía, contemplar la belleza del mundo y lograr mi autorrealización.
🖤¿Qué beneficios me traerá esta limpieza?
La TEMPLANZA: Arcano 14, Sagitario, calmar. Armonía, equilibrio, balance de opuestos, autocontrol, usar las fuerzas que nos tensionan a nuestro favor, unificarlas.
🖤¿Qué debe renacer en mí en este nuevo ciclo?
9 de OROS: perfección y dinero. Balance entre espíritu y materia, bienestar material y disciplina, apreciar la abundancia que ya poseemos. Necesitamos apreciar mejor o aprender a agradecer la abundancia que nos rodea. Tenemos lo que necesitamos.
🖤¿Qué energías se oponen a este cambio?
2 de ESPADAS: dualidad e ideas/luchas. Estancamiento, punto muerto; nada se moverá hasta que alguien dé un paso al costado, negar la verdad. “Rindámonos ante lo que no podemos entender”, hasta que no lo hagamos, seguiremos chocando contra la pared. Nadie puede evolucionar si no lo desea.
🖤Mensaje de la Abuela Luna:
7 de COPAS: Éxito y emociones. Fantasías, múltiples opciones y caminos que resultan desalentadores. Abrumadores deseos, infinitas posibilidades. La vida está llena de caminos hacia la autorrealización, la plenitud y la felicidad. Elijamos con el corazón.
Bendiciones y luz en esta Luna Nueva en Escorpio🌙🧜🏿♀️
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(...) Ella tiene la altura de los lirios pascuales en sus manos; y tiene que pasar por sus dedos la mística corona para la niña de Primera Comunión, enviada desde el cielo... Cheché no llora nunca. Ni necesita cantos en su trabajo largo, silencioso, ligero... Es seria sin ser agria; es útil sin ser tosca; es tierna sin blanduras y es buena sin saberlo...
Dulce María Loynaz
#Dulce María Loynaz#Cheché#(Muchacha que hace flores artificiales)#poesía#fragmento#literatura#lit#agria#tosca#útil#buena#tierna#mística#cielo#niña#altura#ella#Dulce María Loynaz Muñoz
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Junto al Señor
Autores: Mirta Vila/Mario Bazán
Canto de entrada para el Tiempo Ordinario
Sol Sim Lam Junto al Señor nos reunimos Re7 Sol para expresar nuestra fe, Mi7 Lam y recibir en el alma Re7 Sol la alegría inmensa de estar cerca de Él. Sol Sim Lam La Misa va a comenzar Re7 Sol y su Palabra vendrá, Mi7 Lam esa Palabra que salva Re7 y que trae al hombre, el perdón Sol y la paz. (bis) Sol Sim Por eso siento alegría Lam Re7 Sol junto a mis hermanos me encuentro feliz, Mi7 Lam y en vos, Señor, encontramos Re7 Sol la fe y el amor que nos hace vivir. (bis) Sol Sim Lam Nos sentarás a tu mesa Re7 Sol para brindarnos, Señor, Mi7 Lam tu Cuerpo y Sangre vivientes Re7 Sol en el Pan y el Vino de la Comunión.(bis) Sol Sim Lam Y al estecharnos las manos Re7 Sol para desearnos la paz, Mi7 Lam Vos nos irás hermanando Re7 Sol en tu fuego vivo de amor y unidad. (bis)
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José Martí (1853—1895) Versos Sencillos (1891)
I Yo soy un hombre sincero De donde crece la palma. Y antes de morirme quiero Echar mis versos del alma. Yo vengo de todas partes, Y hacia todas partes voy: Arte soy entre las artes, En los montes, monte soy. Yo sé los nombres extraños De las yerbas y las flores, Y de mortales engaños, Y de sublimes dolores. Yo he visto en la noche oscura Llover sobre mi cabeza Los rayos de lumbre pura De la divina belleza. Alas nacer vi en los hombros De las mujeres hermosas: Y salir de los escombros, Volando las mariposas. He visto vivir a un hombre Con el puñal al costado, Sin decir jamás el nombre De aquélla que lo ha matado. Rápida como un reflejo, Dos veces vi el alma, dos: Cuando murió el pobre viejo, Cuando ella me dijo adiós. Temblé una vez -en la reja, A la entrada de la viña,- Cuando la bárbara abeja Picó en la frente a mi niña. Gocé una vez, de tal suerte Que gocé cual nunca: cuando La sentencia de mi muerte Leyó el alcalde llorando. Oigo un suspiro, a través De las tierras y la mar, Y no es un suspiro. -es Que mi hijo va a despertar. Si dicen que del joyero Tome la joya mejor, Tomo a un amigo sincero Y pongo a un lado el amor. Yo he Visto al águila herida Volar al azul sereno, Y morir en su guarida La víbora del veneno. Yo sé bien que cuando el mundo Cede, lívido, al descanso, Sobre el silencio profundo Murmura el arroyo manso. Yo he puesto la mano osada De horror y júbilo yerta, Sobre la estrella apagada Que cayó frente a mi puerta. Oculto en mi pecho bravo La pena que me lo hiere: El hijo de un pueblo esclavo Vive por él, calla y muere. Todo es hermoso y constante, Todo es música y razón, Y todo, como el diamante, Antes que luz es carbón. Yo sé que el necio se entierra Con gran lujo y con gran llanto, - Y que no hay fruta en la tierra Como la del camposanto. Callo, y entiendo, y me quito La pompa del rimador: Cuelgo de un árbol marchito Mi muceta de doctor. II Yo sé de Egipto y Nigricia, Y de Persia y Xenophonte; Y prefiero la caricia Del aire fresco del monte. Yo sé de las historias viejas Del hombre y de sus rencillas; Y prefiero las abejas Volando en las campanillas. Yo sé del canto del viento En las ramas vocingleras: Nadie me diga que miento, Que lo prefiero de veras. Yo sé de un gamo aterrado Que vuelve al redil, y expira,- Y de un corazón cansado Que muere oscuro y sin ira. III Odio la máscara y vicio Del corredor de mi hotel: Me vuelvo al manso bullicio De mi monte de laurel. Con los pobres de la tierra Quiero yo mi suerte echar: El arroyo de la sierra Me complace más que el mar. Denle al vano el oro tierno Que arde y brilla en el crisol: A mí denme el bosque eterno Cuando rompe en él el Sol. Yo he visto el oro hecho tierra Barbullendo en la redoma: Prefiero estar en la sierra Cuando vuela una paloma. Busca el obispo de España Pilares para su altar; ¡En mi templo, en la montaña, El álamo es el pilar! Y la alfombra es puro helecho, Y los muros abedul, Y la luz viene del techo, Del techo de cielo azul. El obispo, por la noche, Sale, despacio, a cantar: Monta, callado, en su coche, Que es la piña de un pinar. Las jacas de su carroza Son dos pájaros azules: Y canta el aire y retoza, Y cantan los abedules. Duermo en mi cama de roca Mi sueño dulce y profundo: Roza una abeja mi boca Y crece en mi cuerpo el mundo. Brillan las grandes molduras Al fuego de la mañana Que tiñe las colgaduras De rosa, violeta y grana. El clarín, solo en el monte, Canta al primer arrebol: La gasa del horizonte Prende, de un aliento, el Sol. ¡Díganle al obispo ciego, Al viejo obispo de España Que venga, que venga luego, A mi templo, a la montaña! IV Yo visitaré anhelante Los rincones donde a solas Estuvimos yo y mi amante Retozando con las olas. Solos los dos estuvimos, Solos, con la compañía De dos pájaros que vimos Meterse en la gruta umbría. Y ella, clavando los ojos, En la pareja ligera, Deshizo los lirios rojos Que le dio la jardinera. La madreselva olorosa Cogió con sus manos ella, Y una madama graciosa, Y un jazmín como una estrella. Yo quise, diestro y galán, Abrirle su quitasol; Y ella me dijo: "¡Qué afán! ¡Si hoy me gusta ver el Sol!". "Nunca más altos he visto Estos nobles robledales: Aquí debe estar el Cristo Porque están las catedrales." "Ya sé dónde ha de venir Mi niña a la comunión; De blanco la he de vestir Con un gran sombrero alón." Después, del calor al peso, Entramos por el camino, Y nos dábamos un beso En cuanto sonaba un trino. ¡Volveré, cual quien no existe Al lago mudo y helado: Clavaré la quilla triste: Posaré el remo callado! V Si ves un monte de espumas Es mi verso lo que ves: Mi verso es un monte, y es Un abanico de plumas. Mi verso es como un puñal Que por el puño echa flor: Mi verso es un surtidor Que da un agua de coral. Mi verso es de un verde claro Y de un carmín encendido: Mi verso es un ciervo herido Que busca en el monte amparo. Mi verso al valiente agrada: Mi verso, breve y sincero, Es del vigor del acero Con que se funde la espada. VI Si quieren que de este mundo Lleve una memoria grata, Llevaré, padre profundo Tu cabellera de plata. Si quieren por gran favor, Que lleve más, llevaré La copia que hizo el pintor De la hermana que adoré. Si quieren que a la otra vida Me lleve todo un tesoro, ¡Llevo la trenza escondida Que guardo en mi caja de oro! VII Para Aragón, en España Tengo yo en mi corazón Un lugar todo Aragón, Franco, fiero, fiel, sin saña. Si quiere un tonto saber Por qué lo tengo, le digo Que allí tuve un buen amigo, Que allí quise a una mujer. Allá, en la vega florida La de la heroica defensa Por mantener lo que piensa Juega la gente la vida. Y si un alcalde lo aprieta O lo enoja un rey cazurro, Calza la manta el baturro Y muere con su escopeta. Quiero a la tierra amarilla Que baña el Ebro lodoso: Quiero el Pilar azuloso De Lanuza y de Padilla. Estimo a quien de un revés Echa por tierra a un tirano: Lo estimo, si es un cubano; Lo estimo, si aragonés. Amo los patios sombríos Con escaleras bordadas; Amo las naves calladas Y los conventos vacíos. Amo la tierra florida, Musulmana o española, Donde rompió su corola La poca flor de mi vida. VIII Yo tengo un amigo muerto Que suele venirme a ver: Mi amigo se sienta, y canta; Canta en voz que ha de doler. "En un ave de dos alas "Bogo por el cielo azul: "Un ala del ave es negra "Otra de oro Caribú. "El corazón es un loco "Que no sabe de un color: "O es su amor de dos colores, "O dice que no es amor. "Hay una loca más fiera "Que el corazón infeliz: "La que le chupó la sangre "Y se echó luego a reír. "Corazón que lleva rota "El ancla fiel del hogar, "Va como barca perdida, "Que no sabe a dónde va." En cuanto llega a esta angustia Rompe el muerto a maldecir: Le amanso el cráneo, lo acuesto; Acuesto al muerto a dormir. IX Quiero, a la sombra de un ala, Contar este cuento en flor: La niña de Guatemala, La que se murió de amor. Eran de lirios los ramos, Y las orlas de reseda Y de jazmín: la enterramos En una caja de seda. ... Ella dio al desmemoriado Una almohadilla de olor: El volvió, volvió casado: Ella se murió de amor. Iban cargándola en andas Obispos y embajadores: Detrás iba el pueblo en tandas, Todo cargado de flores. ...Ella, Por volverlo a ver, Salió a verlo al mirador: El volvió con su mujer: Ella se murió de amor. Como de bronce candente Al beso de despedida Era su frente ¡la frente Que más he amado en la vida! ...Se entró de tarde en el río, La sacó muerta el doctor: Dicen que murió de frío: Yo sé que murió de amor. Allí, en la bóveda helada, La pusieron en dos bancos; Besé su mano afilada, Besé sus zapatos blancos. Callado, al oscurecer, Me llamó el enterrador: ¡Nunca más he vuelto a ver A la que murió de amor! X El alma trémula y sola Padece al anochecer: Hay baile; vamos a ver La bailarina española. Han hecho bien en quitar El banderón de la acera; Porque si está la bandera, No sé, yo no puedo entrar. Ya llega la bailarina: Soberbia y pálida llega: ¿Cómo dicen que es gallega? Pues dicen mal: es divina. Lleva un sombrero torero Y una capa carmesí: ¡Lo mismo que un alelí Que se pusiese un sombrero! Se ve, de paso, la ceja, Ceja de mora traidora: Y la mirada, de mora; Y como nieve la oreja. Preludian, bajan la luz, Y sale en bata y mantón, La virgen de la Asunción Bailando un baile andaluz. Alza, retando, la frente; Crúzase al hombro la manta: En arco el brazo levanta; Mueve despacio el pie ardiente. Repica con los tacones El tablado zalamera, Como si la tabla fuera Tablado te corazones. Y va el convite creciendo En las llamas de los ojos, Y el manto de flecos rojos Se va en el aire meciendo. Súbito, de un salto arranca; Húrtase, se quiebra, gira; Abre en dos la cachemira, Ofrece la bata blanca. El cuerpo cede y ondea; La bata abierta provoca, Es una rosa la boca; Lentamente taconea. Recoge, de un débil giro, El manto de flecos rojos: Se va, cerrando los ojos, Se va, como en un suspiro... Baila muy bien la española, Es blanco y rojo el mantón: ¡Vuelve, fosca, a su rincón El alma trémula y sola! XI Yo tengo un paje muy fiel Que me cuida y que me gruñe, Y al salir, me limpia y bruñe Mi corona de laurel. Yo tengo un paje ejemplar Que no come, que no duerme, Y que se acurruca a verme Trabajar, y sollozar. Salgo y el vil se desliza Y en mi bolsillo aparece, Vuelvo, y el terco me ofrece Una taza de ceniza. Si duermo, al rayar el día Se sienta junto a mi cama; Si escribo, sangre derrama Mi paje en la escribanía. Mi paje, hombre de respeto. Al andar castañetea; Hiela mi paje, y chispea; Mi paje es un esqueleto. XII En el bote iba remando Por el lago seductor, Con el sol que era oro puro Y en el alma más de un sol. Y a mis pies vi de repente, Ofendido del hedor Un pez muerto, un pez hediondo En el bote remador XIII Por donde abunda la malva Y da el camino un rodeo, Iba un ángel de paseo Con una cabeza calva. Del castañar por la zona La pareja se perdía; La calva resplandecía Lo mismo que una corona. Sonaba el hacha en lo espeso Y cruzó un ave volando; Pero no se sabe cuándo Se dieron el primer beso. Era rubio el ángel; era El de la calva radiosa, Como el tronco a que amorosa Se prende la enredadera. XIV Yo no puedo olvidar nunca La mañanita de otoño En que le salió un retoño A la pobre rama trunca. La mañanita en que, en vano, Junto a la estufa apagada, Una niña enamorada Le tendió al viejo la mano. XV Vino el médico amarillo A darme su medicina, Con una mano cetrina Y la otra mano al bolsillo: ¡Yo tengo allá en un rincón Un médico que no manca Con una mano muy blanca Y otra mano al corazón! Viene, de blusa y casquete, El grave del repostero, A preguntarme si quiero O Málaga o Pajarete: ¡Díganle a la repostera Que ha tanto tiempo no he visto, Que me tenga un beso listo Al entrar la primavera! XVI En el alféizar calado De la ventana moruna, Pálido como la luna, Medita un enamorado. Pálida, en su canapé De seda tórtola y roja, Eva, callada, deshoja Una violeta en el té. XVII Es rubia: el cabello suelto Da más luz al ojo moro: Voy, desde entonces, envuelto En un torbellino de oro. La abeja estival que zumba Más ágil por la flor nueva, No dice, como antes, "tumba"; "Eva" dice: todo es "Eva". Bajo, en lo oscuro, al temido Raudal de la catarata; ¡Y brilla el iris, tendido Sobre las hojas de plata! Miro, ceñudo, la agreste Pompa del monte irritado: ¡Y en el alma azul celeste Brota un jacinto rosado! Voy, por el bosque, a paseo A la laguna vecina; Y entre las ramas la veo, Y por el agua camina. La serpiente del jardín Silba, escupe, y se resbala Por su agujero: el clarín Me tiende, trinando, el ala. ¡Arpa soy, salterio soy Donde vibra el Universo; Vengo del sol, y al sol voy; Soy el amor: soy el verso! XVIII El alfiler de Eva loca Es hecho del oro oscuro Que lo sacó un hombre puro Del corazón de una roca. Un pájaro tentador Le trajo en el pico ayer Un relumbrante alfiler De pasta y de similor. Eva se prendió al oscuro Talle el diamante embustero: Y echó en el alfiletero El alfiler de oro puro. XIX Por tus ojos encendidos Y lo mal puesto de un broche, Pensé que estuviste anoche Jugando a juegos prohibidos. Te odié por vil y alevosa; Te odié con odio de muerte; Náusea me daba de verte Tan villana y tan hermosa. Y por la esquela que vi Sin saber cómo ni cuando, Sé que estuviste llorando Toda la noche por mí. XX Mi amor del aire se azora; Eva es rubia, falsa es Eva; Viene una nube, y se lleva Mi amor que gime y que llora. Se lleva mi amor que llora Esa nube que se va; Eva me ha sido traidora; ¡Eva me consolará! XXI Ayer la vi en el salón De los pintores, y ayer Detrás de aquella mujer Se me saltó el corazón. Sentada en el suelo rudo Está en el lienzo; dormidoAl pie, el esposo rendido; Al seno el niño desnudo. Sobre unas briznas de paja Se ven mendrugos mondados; Le cuelga el manto a los lados, Lo mismo que una mortaja. No nace en el torvo suelo Ni una viola, ni una espiga: Muy lejos, la casa amiga, Muy triste y oscuro el cielo. ¡Esa es la hermosa mujer Que me robó el corazón En el soberbio salón De los pintores de ayer! XXII Estoy en el baile extraño De polaina y casaquín Que dan, del año hacia el fin, Los cazadores del año. Una duquesa violeta Va con un frac colorado; Marca un vizconde pintado El tiempo en la pandereta. Y pasan las chupas rojas Pasan los tules de fuego, Como delante de un ciego Pasan volando las hojas. XXIII Yo quiero salir del mundo Por la puerta natural: En un carro de hojas verdes A morir me han de llevar. No me pongan en lo oscuro A morir como un traidor; Yo soy bueno, y como bueno Moriré de cara al Sol! XXIV Sé de un pintor atrevido Que sale a pintar contento Sobre la tela del viento Y la espuma del olvido. Yo sé de un pintor gigante, El de divinos colores, Puesto a pintarle las flores A una corbeta mercante. Yo sé de un pobre pintor Que mira el agua al pintar, -El agua ronca del mar,- Con un entrañable amor. XXV ¡Yo pienso cuando me alegro Como un escolar sencillo, En el canario amarillo, Que tiene el ojo tan negro! ¡Yo quiero, cuando me muera Sin patria, pero sin amo, Tener en mi losa un ramo De flores, y una bandera! XXVI Yo que vivo, aunque me he muerto, Soy un gran descubridor, Porque anoche he descubierto La medicina de amor. Cuando al peso de la cruz El hombre morir resuelve, Sale a hacer bien, lo hace, y vuelve Como de un baño de luz. XXVII El enemigo brutal Nos pone fuego a la casa; El sable la calle arrasa, A la luna tropical. Pocos salieron ilesos Del sable del español; La calle, al salir el sol, Era un reguero de sesos. Pasa, entre balas, un coche: Entran, llorando, a una muerta; Llama una mano a la puerta En lo negro de la noche. No hay bala que no taladre El portón; y la mujer Que llama, me ha dado el ser; Me viene a buscar mi madre. A la boca de la muerte, Los valientes habaneros Se quitaron los sombreros Ante la matrona fuerte. Y después que nos besamos Como dos locos, me dijo: “Vamos pronto, vamos, hijo; La luna está sola: vamos.” XXVIII Por la tumba del cortijo Donde está el padre enterrado, Pasa el hijo, de soldado Del invasor; pasa el hijo. El padre, un bravo en la guerra, Envuelto en su pabellón Alzase; y de un bofetón lo tiende, muerto, por tierra. El rayo reluce; zumba El viento por el cortijo; El padre recoge al hijo, Y se lo lleva a la tumba. XXIX La imagen del rey, por ley Lleva el papel del Estado; El niño fue fusilado Por los fusiles del rey. Festejar el santo es ley Del rey; en la fiesta santa ¡La hermana del niño canta Ante la imagen del rey! XXX El rayo surca, sangriento, El lóbrego nubarrón: Echa el barco, ciento a ciento, Los negros por el portón. El viento, fiero, quebraba Los almácigos copudos; Andaba la hilera, andaba, De los esclavos desnudos. El temporal sacudía Los barracones henchidos; Una madre con su cría Pasaba dando alaridos. Rojo, como en el desierto, salió el sol al horizonte; Y alumbró a un esclavo muerto, Colgado a un seibo del monte. Un niño lo vio: tembló De pasión por los que gimen; Y, al pie del muerto, juró Lavar con su sangre el crimen! XXXI Para modelo de un dios El pintor lo envió a pedir: ¡Para eso no! ¡para ir, Patria, a servirse los dos! Bien estará en la pintura El hijo que amo y bendigo: ¡Mejor en la ceja oscura, Cara a cara al enemigo! Es rubio, es fuerte, es garzón De nobleza natural: ¡Hijo, por la luz natal! ¡Hijo, por el pabellón! Vamos, pues, hijo viril; Vamos los dos; si yo muero, Me besas: si tú... ¡prefiero Verte muerto a verte vil! XXXI En el negro callejón Donde en tinieblas paseo, Alzo los ojos, y veo La iglesia, erguida, a un rincón. ¿Será misterio? ¿SeráRevelación y poder? ¿Será, rodilla, el deber De postrarse? ¿Qué será? Tiembla la noche: en la parra Muerde el gusano el retoño; Grazna, llamando al otoño La hueca y hosca cigarra. Graznan dos: atento al dúo Alzo los ojos y veo Que la iglesia del paseo Tiene la forma de un búho. XXXIII De mi desdicha espantosa Siento, ¡oh estrellas!, que muero; Yo quiero vivir, yo quiero Ver a una mujer hermosa. El cabello, como un casco, Le corona el rostro bello: Brilla su negro cabello Como un sable de Damasco. ¿Aquélla? ...Pues pon la hiel Del mundo entero en un haz, Y tállala en cuerpo, y haz, Un alma entera de hiel! ¿Esta?... Pues ésta infeliz Lleva escarpines rosados, Y los labios colorados, Y la cara de barniz. El alma lúgubre grita: "¡Mujer, maldita mujer!" ¡No sé yo quién pueda ser Entre las dos la maldita! XXXIV ¡Penas! ¿Quién osa decir Que tengo yo penas? Luego, Después del rayo, y del fuego, Tendré tiempo de sufrir. Yo sé de un pesar profundo Entre las penas sin nombres: ¡La esclavitud de los hombres Es la gran pena del mundo! Hay montes, y hay que subir Los montes altos; ¡después Veremos, alma, quién es Quien te me ha puesto al morir! XXXV ¿Qué importa que tu puñal Se me clave en el riñón? ¡Tengo mis versos, que son Más fuerte que tu puñal! ¿Qué importa que este dolor Seque el mar y nuble el cielo? El verso, dulce consuelo, Nace al lado del dolor. XXXVI Ya sé: de carne se puede Hacer una flor; se puede, Con el poder del cariño, Hacer un cielo, ¡y un niño! De carne se hace también El alacrán; y también El gusano de la rosa, Y la lechuza espantosa. XXXVII Aquí está el pecho, mujer, Que ya sé que lo herirás; ¡Más grande debiera ser, Para que lo hirieses más! Porque noto, alma torcida, Que en mi pecho milagroso, Mientras más honda la herida, Es mi canto más hermoso. XXXVIII ¿Del tirano? Del tirano Di todo, ¡di más!; y clava Con furia de mano esclava Sobre su oprobio al tirano. ¿Del error? Pues del error Di el antro, di las veredas Oscuras: di cuanto puedas Del tirano y del error. ¿De mujer? Pues puede ser Que mueras de su mordida; ¡Pero no empañes tu vida Diciendo mal de mujer! XXXIX Cultivo una rosa blanca En julio como en enero, Para el amigo sincero Que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca El corazón con que vivo, Cardo ni oruga cultivo; Cultivo la rosa blanca. XL Pinta mi amigo el pintor Sus angelones dorados, En nubes arrodillados, Con soles alrededor. Pínteme con sus pinceles Los angelitos medrosos Que me trajeron, piadosos, Sus dos ramos de claveles. XLI Cuando me vino el honor De la tierra generosa, No pensé en Blanca ni en Rosa Ni en lo grande del favor. Pensé en el pobre artillero Que está en la tumba, callado; Pensé en mi padre, el soldado; Pensé en mi padre, el obrero. Cuando llegó la pomposa Carta, en su noble cubierta, Pensé en la tumba desierta No pensé en Blanca ni en Rosa. XLII En el extraño bazar Del amor, junto a la mar, La perla triste y sin par Le tocó por suerte a Agar. Agar de tanto tenerla Al pecho, de tanto verla Agar, llegó a aborrecerla; Majó, tiró al mar la perla. Y cuando Agar, venenosa De inútil furia, y llorosa, Pidió al mar la perla hermosa, Dijo la mar borrascosa: "¿Qué hiciste, torpe, qué hiciste De la perla que tuviste? La majaste, me la diste; Yo guardo la perla triste." XLIII Mucho, señora, daría Por tender sobre tu espalda Tu cabellera bravía, Tu cabellera de gualda: Despacio la tendería, Callado la besaría. Por sobre la oreja fina Baja lustroso el cabello, Lo mismo que una cortina Que se levanta hacia el cuello. La oreja es obra divina De porcelana de China. Mucho, señora te diera Por desenredar el nudo De tu roja cabellera Sobre tu cuello desnudo: Muy despacio la esparciera Hilo por hilo la abriera. XLIV Tiene el leopardo un abrigo En su monte seco y pardo: Yo tengo más que el leopardo Porque tengo un buen amigo. Duerme, como en un juguete, La mushma en su cojinete De arte del Japón yo digo: “No hay cojín como un amigo”. Tiene el conde su abolengo; Tiene la aurora el mendigo; Tiene ala el ave: ¡yo tengo Allá en México un amigo! Tiene el señor presidente Un jardín con una fuente, Y un tesoro en oro y trigo: Tengo más, tengo un amigo. XLV Sueño con claustros de mármol Donde en silencio divino Los héroes, de pie, reposan: ¡De noche, a la luz del alma, Hablo con ellos; de noche! Están en fila: paseo Entre las filas: las manos De piedra les beso: abren Los ojos de piedra: mueven Los labios de piedra: tiemblan Las barbas de piedra: empuñan La espada de piedra: lloran ¡Vibra la espada en la vaina! Mudo, les beso la mano. ¡Hablo con ellos, de noche! Están en fila: paseo Entre las filas: lloroso Me abrazo a un mármol: "¡Oh, mármol Dicen que beben tus hijos Su propia sangre en las copas Venenosas de sus dueños! ¡Que hablan la lengua podrida De sus rufianes! Que comen Juntos el pan del oprobio, En la mesa ensangrentada! Que pierden en lengua inútil El último fuego! ¡Dicen, Oh mármol, mármol dormido, Que ya se ha muerto tu raza!" Échame en tierra de un bote El héroe que abrazo: me ase Del cuello: barre la tierra Con mi cabeza: levanta El brazo, ¡el brazo Le lucelo mismo que un sol!: resuena La piedra: buscan el cinto Las manos blancas: del soplo Saltan los hombres de mármol! XLVI Vierte, corazón, tu pena Donde no te llegue a ver, Por soberbia, y por no ser Motivo de pena ajena. Yo te quiero, verso amigo, Porque cuando siento el pecho Ya muy cargado y deshecho, Parto la carga contigo. Tú me sufres, tú aposentas En tu regazo amoroso, Todo mi amor doloroso, Todas mis ansias y afrentas. Tú, porque yo pueda en calma Amar y hacer bien, consientes En enturbiar tus corrientes Con cuanto me agobia el alma. Tú, porque yo cruce fiero La tierra, y sin odio, y puro, Te arrastras, pálido y duro, Mi amoroso compañero. Mi vida así se encamina Al cielo limpia y serena, Y tu me cargas mi pena Con tu paciencia divina. Y porque mi cruel costumbre De echarme en ti te desvía De tu dichosa armonía Y natural mansedumbre; Porque mis penas arrojo Sobre tu seno, y lo azotan, Y tu corriente alborotan, Y acá, lívido, allá rojo, Blanco allá como la muerte, Ora arremetes y ruges, Ora con el peso crujes De un dolor más que tú fuerte, ¿Habré, como me aconseja Un corazón mal nacido, De dejar en el olvido A aquel que nunca me deja? ¡Verso, nos hablan de un Dios A donde van los difuntos: Verso, o nos condenan juntos, O nos salvamos los dos!
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