#Aquellos puentes sutiles
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Hoy quería hablarles de un tema, y no quiero restarle importancia a algo tan importante de manera que quede solo en la privacidad de mi mente. Y es que vivimos en un mundo donde la violencia ya no se limita a las acciones visibles, a los golpes o a las heridas físicas. No, la violencia se ha hecho sutil, silenciosa, y se ha infiltrado en nuestras palabras, en nuestras miradas, en nuestras actitudes diarias. Hemos normalizado el rencor, hemos aceptado la envidia como si fuera natural, y hemos dejado que la indiferencia crezca como una sombra entre nosotros.
Pero, ¿acaso no es violencia mirar al otro con desprecio? ¿No es violencia creer que somos mejores, más dignos, más merecedores que aquellos que tienen menos, o que piensan diferente? ¿No es violencia ignorar el sufrimiento de los demás simplemente porque no nos afecta directamente?
Hoy quiero hablarles de esas violencias que no vemos, pero que actualmente destrozan y pudren nuestras almas. La violencia del rencor, que nos impide construir puentes y perdonar. La violencia del desdén, que hiere al otro y des estructura su auto valía. La violencia de la envidia, que nos hace incapaces de alegrarnos por el éxito ajeno. La violencia de la indiferencia, que carece de responsabilidad e invalidad el sufrimiento del otro. La violencia de la falta de empatía, que lastima a quienes confían en nosotros, a quienes esperan de nosotros comprensión y cuidado.
Vivimos rodeados de estas pequeñas violencias, y hemos aprendido a aceptarlas como si fueran parte de la vida. Pero yo les digo: no son normales. No deben ser parte de lo que somos. Porque cada acto de indiferencia, cada palabra cargada de soberbia, cada gesto de petulancia alimenta un ciclo que termina por destruirnos a todos.
Y aquí está la gran ironía: aquellos que más critican, aquellos que se sienten superiores, aquellos que creen que están a salvo de las consecuencias de su indiferencia, son los mismos que tienen el poder de cambiarlo todo. Son los que tienen recursos, voz y poder de salvar a los demás. Pero a menudo, eligen no hacerlo. Porque es más fácil cerrar los ojos. Es más cómodo mirar hacia otro lado.
Nos decimos que la violencia es responsabilidad de otros, que no tiene que ver con nosotros. Pero cada vez que ignoramos un acto de injusticia, cada vez que callamos frente al mal, cada vez que pensamos “no es mi problema”, contribuimos a que esta violencia se vuelva enorme y crezca.
La ignorancia no es excusa, y la indiferencia no es inocente. La ignorancia se convierte en violencia cuando nos negamos a aprender, a escuchar, a entender. La indiferencia se convierte en complicidad cuando, por miedo o comodidad, no hacemos nada.
Por eso, Hoy: despertemos. Reconozcamos la responsabilidad que todos tenemos con el mundo, nuestra comunidad. No importa qué tan pequeños nos sintamos, no importa qué tan grandes sean los problemas. Siempre podemos hacer algo. Siempre podemos elegir amar en lugar de odiar, ayudar en lugar de ignorar, construir en lugar de destruir.
Porque la verdadera grandeza no está en sentirse mejor que los demás. La verdadera grandeza está en ayudar a los que están en el suelo a levantarse, en tender la mano al que más lo necesita, en usar lo que tenemos para hacer el bien.
Si estás a salvo, usa tu seguridad para salvar a otros. Si tienes poder, úsalo para proteger, no para aplastar. Si tienes conocimiento, compártelo, porque la ignorancia no se combate con desprecio, sino con paciencia y educación.
La violencia no es inevitable. La indiferencia no es natural. El mundo no tiene que ser así. Y el cambio comienza con cada uno de nosotros. Comienza cuando dejamos de normalizar las pequeñas violencias, cuando elegimos tratar a cada persona con la dignidad que merece, cuando recordamos que la empatía y el amor son las fuerzas más poderosas que tenemos.
No esperemos más. No miremos hacia otro lado. Seamos el cambio que el mundo necesita, porque la paz no se construye con grandes discursos, sino con pequeñas acciones, todos los días, en cada rincón de nuestras vidas.
Gracias por leerme
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Leonardo da Vinci CV
"Ilustrísimo Señor, que ya cuenta suficientemente con los ejemplares de todos aquellos que se proclaman con los artìfices calificados en los instrumentos de guerra, y que la invención y el funcionamiento de dichos instrumentos no son diferentes de los de uso común: me esforzaré, sin perjuicio de cualquier otro, a dar explicaciones a su Excelencia, mostrando a su señoría, mi secreto, y luego ofrecer a su mejor gusto y a su aprobación para trabajar con efectos en los momentos oportunos sobre todas las cosas que, en parte, le señaló brevemente a continuación.
1. Tengo una especie de puentes muy ligeros y resistentes, adaptados para ser más fáciles de llevar, y con ellos puede llevar a cabo, y en cualquier momento huir del enemigo, y otros, seguros e indestructible por el fuego y la batalla, fácil y cómodo para levantar del lugar. También los métodos de quemar y destruir los del enemigo.
2. Yo sé cómo, cuando se ve asediado un lugar, para tomar el agua de los fosos, y hacer interminable variedad de puentes y caminos cubiertos y escaleras, y otras máquinas relacionadas con tales expediciones.
3. Si, por causa de la altura de los bancos, o la fuerza del lugar y su posición, es imposible, al asedio de un lugar, a valerse del plan de bombardeo, tengo métodos para la destrucción de la fortaleza de otros, incluso si se basa en una roca.
4. Una vez más, tengo toda clase de morteros, gran terror, más convenientes y fáciles de llevar, y ellos arrojan piedras pequeñas casi asemejando una tormenta, y con el humo de estos, motivos para el enemigo, en su detrimento y confusión.
5. Y si la lucha debe ser en el mar tengo muchos tipos de máquinas más eficientes para el ataque y defensa, y los buques resistirán el ataque de las mayores armas de fuego, el polvo y el humo.
6. También conozco modos de llegar sigilosamente a un determinado lugar por cuevas y pasajes secretos, aunque para ello fuera necesario pasar bajo un río.
7. Haré carros cubiertos, seguros y inatacables, que, entrando en el enemigo con su artillería, no hay ningún cuerpo de hombres tan grande, que los resista. Y detrás de estos, la infantería podría seguir muy ilesa y sin ningún obstáculo.
8. En caso de necesidad, haré cañones, morteros y artefactos explosivos sin luz de formas sutiles y útiles, fuera del tipo común.
9. Cuando la operación de bombardeo puede fallar, me gustaría inventar catapultas, cañones, trabocchi, y otras máquinas de la eficacia maravillosa y no de uso común. Y, en definitiva, de acuerdo a la variedad de los casos, puedo inventar diferentes y un sinfín de medios de ataque y defensa.
10. En tiempos de paz creo que puedo dar satisfacción perfecta y al igual de cualquier otro en la arquitectura y la composición de los edificios públicos y privados, y en el agua rectores de un lugar a otro.
11. Puedo realizar esculturas en mármol, bronce o barro, así como pinturas, y mi trabajo puede compararse al de cualquier otro, quien quiera que sea.
Además, yo podría asumir la obra del caballo de bronce que sería una gloria inmortal y honor eterno de la memoria feliz de su señor padre y de la ilustre casa de los Sforzas.
Y si alguna de las cosas mencionadas le pareciesen a alguien imposibles o no factibles, me declaro dispuesto a hacerle una demostración en su parque o el lugar que prefiera Vuestra Excelencia, a quien me encomiendo con toda humildad."
#IZarchivo
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Punto de Vista 2024 (3/3)
"Procès Verbal" Dir. Matthew Wolkow
"Procès Verbal" presenta un documental natural que va más allá de la mera observación de aves aprendiendo a volar. Utilizando un marco narrativo clásico de unas aves que luchan por dominar el arte de volar, somos testigos del proceso de aprendizaje y desarrollo de estas criaturas aladas, uniendo sus destinos con los de aquellos que observan su vuelo con asombro y admiración.
Lo que hace que este documental sea verdaderamente único es la manera en que entrelaza las imágenes naturales con un acta institucional escrita. Esta fusión de elementos visuales y textuales crea un puente que humaniza a las aves creando así una perspectiva que revela las complejidades y las contradicciones que existen en esta relación.
Un juego tan alegre como los colores del documental, donde la belleza y la gracia de las aves se mezclan con la seriedad y la formalidad de los documentos oficiales generando así una pieza humorística muy recomendable.
"Homing" Dir. Tamer Hassan
"Homing" nos brinda una experiencia cinematográfica cautivadora y única al seguir el recorrido de unas aves migratorias en su travesía por el mundo. Al igual que con "Procès Verbal" se diferencia de los documentales tradicionales optando por representar esta migración como una aventura épica, lo que le confiere una frescura y una emoción palpable.
El documental crea planos poderosos y evocadores que capturan la belleza y la majestuosidad de la naturaleza al mismo tiempo que capta la naturaleza humana y como se cruza con estas aves.
Desde paisajes impresionantes hasta primeros planos detallados de embalsamamientos que muestran lo mejor y lo peor de los humanos. Esto no se dirige como un apoyo a dichas actitudes sino como un recordatorio sobre la importancia de proteger y preservar la maravilla de la naturaleza.
"¿Dónde esta Marie Anne?" Dir. Yaela Gottlieb
Utilizando imágenes en un gran ejercicio de edición como anuncios de televisión, referencias a la cultura pop o simplemente grabaciones de la sociedad de la época, “¿Donde esta Marie Anne?” crea una atmósfera de inquietud y desconcierto, no es más que un espacio negativo que revela la silueta de un profundo y complicado tema
"¿Dónde está Marie Anne?" emerge como una valiente y reveladora exploración de una parte crucial de la historia argentina que ha sido sistemáticamente silenciada y olvidada. A través del relato del secuestro de una actriz militante, la película arroja luz sobre un episodio oscuro y poco conocido, desafiando los intentos de eliminación de esta parte de la memoria colectiva.
Además, la película ofrece una mirada íntima y sutil ante un tema tan importante. Esta película se convierte en un testimonio conmovedor de la lucha por la justicia y la verdad en la Argentina contemporánea.
"Silence of Reason" Dir. Kumjana Novakova
En la misma sección que “¿Dónde Está Marie Anne?” se proyectó “Silence Of Reason” que también utiliza el espacio negativo para manifestar un tema oculto en la historia durante mucho tiempo. En esta película, somos testigos de una narrativa impactante y desgarradora que expone la verdad detrás de los campos de violaciones durante la guerra de Bosnia a principios de la década de los 90.
En lugar de recurrir a la violencia gráfica o a la sensacionalización de los hechos, la película opta por utilizar las pruebas presentadas en un juicio celebrado en el tribunal de crímenes de guerra de la ONU tanto imágenes, videos como las propias transcripciones de muchos testigos como base para su relato. Una narrativa sobria que evita el morbo fácil y busca generar un impacto más profundo en el espectador.
La película es una llamada de atención necesaria en estos tiempos convulsos, recordándonos la importancia de confrontar el pasado y de no olvidar las atrocidades que han ocurrido en el mundo. "Silence of Reason" quiere que nosotros reflexionemos sobre las consecuencias del silencio y la indiferencia y nos insta a tomar acción para evitar que se repitan los errores del pasado.
"Tránsitos" Dir. Anna López Luna
Como es habitual todos los años en el festival, tocaba ver la obra de X Films, una sección donde se elige a un artista invitado para realizar un documental con la condición de que sea en Navarra. Sin embargo, algo que parecía ser importante con el paso de los años ha ido perdiendo fuerza debido a que la visión que tienen los artistas sobre Navarra acaba siendo más y más pobre con el tiempo.
Uno de los mayores fallos de "Tránsitos" radica en su retrato superficial y desenfocado de los Sanfermines. La película parece no comprender realmente la esencia y el significado de esta festividad, ofreciendo imágenes que carecen de la energía y la emoción que caracterizan a los auténticos Sanfermines. Simplemente se limita a ofrecer una visión problemática y errónea de una persona extranjera, perpetuando estereotipos y prejuicios que no hacen justicia a la diversidad y la riqueza cultural de Navarra.
Por si fuera poco, el estilo visual deja mucho que desear, con un uso innecesario del formato Super 8 que distrae más que enriquece la experiencia cinematográfica. En lugar de añadir profundidad o autenticidad a la narrativa, este estilo se convierte en una distracción molesta que dificulta la capacidad total de mostrar lo que la artista quería decir puesto que es caro, difícil de conservar y permite poca capacidad de improvisación.
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La Transformadora Magia del Agradecimiento: Un Viaje a la Salud Espiritual y Mental
En la agitada travesía de la vida, descubrimos la joya oculta del agradecimiento, una fuerza poderosa que puede transformar nuestra salud espiritual y mental. Más allá de un simple acto social, la gratitud se erige como una práctica trascendental que impacta nuestro ser en lo más profundo. Acompáñenme en este viaje donde exploraremos los beneficios profundos del agradecimiento y nos sumergiremos en tres ejercicios prácticos para abrazar esta magia en nuestras vidas diarias.
I. El Poder del Agradecimiento:
La Base Espiritual: La gratitud, vista desde una perspectiva espiritual, es la conexión consciente con algo más grande que nosotros. Al reconocer las bendiciones y regalos de la vida, cultivamos una relación más profunda con nuestro yo espiritual y el universo.
Mentalidad Positiva: La práctica constante del agradecimiento actúa como una lente que filtra la luz positiva en nuestras vidas. Transforma nuestra mentalidad, permitiéndonos ver las bendiciones incluso en medio de los desafíos, fortaleciendo nuestra resiliencia mental.
II. Beneficios de la Gratitud:
Bienestar Emocional: La gratitud es un bálsamo para el alma. Estudios han demostrado que quienes practican la gratitud regularmente experimentan una disminución significativa en niveles de estrés, ansiedad y depresión, promoviendo un bienestar emocional duradero.
Relaciones Enriquecidas: La gratitud es un vínculo que fortalece nuestras relaciones. Al expresar agradecimiento, nutrimos conexiones más profundas y significativas con aquellos que nos rodean, construyendo puentes de empatía y comprensión.
Salud Física: La conexión mente-cuerpo es innegable, y la gratitud no es una excepción. La práctica regular se asocia con mejoras en la salud cardiovascular, un sueño más reparador y un sistema inmunológico robusto.
III. Ejercicios Prácticos de Gratitud:
Diario de Agradecimiento: La simplicidad del diario de agradecimiento se transforma en una poderosa herramienta. Diariamente, anotamos tres cosas por las que estamos agradecidos. Esta práctica, aparentemente modesta, moldea una mentalidad positiva a lo largo del tiempo.
Práctica de Agradecimiento Silencioso: La gratitud no siempre necesita ser expresada en palabras. Prueba la práctica de enviar pensamientos agradecidos de manera silenciosa, ya sea hacia personas específicas o situaciones. Esta forma de gratitud sutil fortalece la conexión interna.
Actos de Bondad y Agradecimiento: La gratitud activa se manifiesta a través de actos de bondad. Haz un esfuerzo consciente para expresar gratitud a través de acciones, generando un flujo positivo no solo en tu vida sino también en la de los demás.
En este viaje de gratitud, hemos explorado los profundos beneficios espirituales y mentales que esta práctica aporta a nuestras vidas. Al incorporar ejercicios prácticos, el agradecimiento se convierte en una herramienta poderosa para la salud holística. Que este viaje inspire a cada lector a cultivar un corazón agradecido, transformando sus vidas con la magia del agradecimiento. 🌻🙏💖
Con valentía,
Mighty Leonidas
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Una moto en el Bellas Artes : Pío Collivadino y la Buenos Aires moderna
Marcelo Hidalgo Sola estaciona la moto en el Museo de Bellas Artes para contemplar las postales de una Buenos Aires en los albores de la modernidad . De la mano de Pío Collivadino, un destacado artista que retrató con inusitada poesía los cambios de la ciudad en los principios del siglo XX, desandaremos un particular y atractivo itinerario.
El Museo Nacional de Bellas Artes puede ser también una especie de túnel del tiempo urbano. Poder estacionar la moto para viajar a una Buenos Aires en los albores del siglo XX y contemplar las postales de sus grandes transformaciones es una odisea posible , sencilla y muy poética si se realiza de la mano del pintor argentino Pío Collivadino.
La obra de este artista ocupa un lugar destacado dentro del Museo Nacional de Bellas Artes, en donde pueden apreciarse varias de sus obras. Para comprenderlas, sólo hay que llevar la mirada cien años atrás para entender el contexto en el que Collivadino pintó las transformaciones que ocurrían en una Buenos Aires que ,de una pobre aldea de barro, se iba transformando en una ciudad elegante.
La cualidad más destacada de Collivadino fue la poesía sutil que logró que emanara de sus cuadros . En su obra se despliegan matices y juegos de luz, al estilo de como lo hicieran los impresionistas franceses pero, en cambio, todo su foco está puesto en retratar minuciosamente las transformaciones se daban en una Buenos Aires que le daba la bienvenida a la modernidad en los primeros años del siglo XX.
Una esquina de corte financiero ,francés y moderno
Una esquina muy conocida para los que transitan el microcentro porteño es la del Banco de Boston. Ese clásico portón de hierro o puerta de entrada principal del Banco, no ha cambiado nada desde que Collivadino lo reflejara tal cual en su obra El Banco de Boston . En ella, el artista- explica Marcelo Hidalgo Sola- capta los cambios en la fisonomía de la Diagonal Sur o Roque Sáenz Peña y va registrando con su pincel, como la modernidad, cuya institución emblemática más representativa es el Banco, lejos de plantearse como un elemento disruptivo de la atmósfera ciudadana, se integra al paisaje urbano con gran elegancia y belleza .
Sus pinceladas parecen celebrar al colosal edificio que está en plena construcción y del cual , se vislumbra una fachada con arquitectura de corte francés , que le daría a la Buenos Aires de aquellos días , un aire de metrópolis europea , con la que podría lucirse frente al mundo a la par de las atractivas ciudades de París, Roma, o Nueva York.
La modernidad y sus elementos urbanos
Pío Collivadino trató de modo poético todos los elementos clave que iban haciendo de la Buenos Aires aldea, una incipiente urbe. El artista celebró los puentes, las farolas, la arquitectura francesa que hacía que la ciudad luciera con ese especial toque parisino y elegante.
Las estructuras de hierro, características de la modernidad, fueron un tema repetido a lo largo de su obra. Por ejemplo en su cuadro El Riachuelo de 1916, Collivadino cautiva con una escena plena de luz, en donde se puede apreciar un viejo Riachuelo de aguas claras con pequeñas barcas de madera apostadas en la orilla. La postal refleja la quietud de una ciudad que poco a poco iba transformándose , incorporando los medios de transporte para las nuevas masas de trabajadores que iban llegando al país desde el otro lado del Atlántico, para forjarse un nuevo destino en la Argentina. Por ello,en el fondo del cuadro se ve la silueta de hierro del primer puente que uniera las orillas de la Capital Federal con la ciudad de Avellaneda, en la Provincia de Buenos Aires: el puente transbordador Nicolás Avellaneda.
Este puente hoy en desuso, es el que le daría al barrio de La Boca una impronta de postal y haría famosa a Buenos Aires alrededor del mundo, celebrando en ella un costado atractivo , de arrabal, lleno de color y encanto. El tradicional transbordador además, refleja de la mano de Collivadino,el papel trascendente que la ciudad estaba adquiriendo a nivel económico , un indicador del rol de ‘ciudad puerto’ que abierta al comercio con el mundo, se desarrollaba y crecía como potencia en Latinoamérica.
De Museos y postales urbanas
Contemplar las obras de Pío Collivadino en el Bellas Artes es como pasear en moto para reconocer en la vieja ciudad de sus cuadros , a la Buenos Aires de hoy. Un recorrido imperdible en dónde el ojo entrenado podrá reconocer muchos paisajes de una Buenos Aires que, a pesar de haber cambiado su fisonomía, guarda la huellas de la ciudad de aquellos primeros tiempos.
Muchos artistas se han deleitado pintando postales de diferentes rincones de la ciudad , pero la obra de Collivadino reflejó como ningún otro, la poesía de una Buenos Aires que se iba transformando con elementos nuevos que le aportaban belleza, categoría y dinamismo. Sólo los verdaderos maestros del pincel,como Pío Collivadino han podido capturar la magia de la ciudad y guardarla como recuerdo para las futuras generaciones de artistas o de simples admiradores o paseadores urbanos que en la Ciudad de Buenos Aires encontrarían fuente de inspiración y de belleza.
Originally published at on https://viajeenmoto.com.ar April 19, 2023.
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“cómo encontrar patrones”
la vida está llena de matemáticas y cosas lógicas,
basta con enfocarse en alguna de las ficciones que hemos creado,
ordenar sus variables dependientes, limpiar un poco la data,
recolectar muchas y muchas muestras
para después encontrar el orden.
los sistemas complejos (como las sociedades), en grandes números, dejan ver que se comportan a través de patrones,
reglas,
ecuaciones.
la ficción que analizo yo -porque la vivo- es la vincular (de todo tipo: familiar, de amigos, de amores - aunque esta categorización sea solo otra ficción dentro de esa ficción, pero como para explicarme):
empezar una nueva vida a los 30, cuando prácticamente vengo de vivir una adolescencia, me permite re-andar el camino con enseñanzas verdaderamente ya aprendidas (pues no todo lo enseñado es aprendido),
sin tantos desvíos, con más recaudos y variables con las que jugar a la prueba y al error;
así,
comprendo el orden, sus reglas, sus ocultas sutiles -y viejas, me permito decir- ecuaciones:
me muevo por nuevas.
empero, el lavoro -y se me va a empezar a escapar alguna que otra palabra italiana,
y si te gusta seguir leyendo mi mente y mi diario necesito que me lo digas, espero no moleste- es arduo, inexplorado, sinuoso y peligroso;
pero es lo que elijo.
¿y por qué lo elijo?
bueno, porque en verdad esto (me) ha elegido a mi.
o tal vez es porque es una tarea muy ardua esta de transitar un futuro inexplorado,
al mismo tiempo que analizar el pasado fracasado,
un labor muy de aquellos “in between”, de aca y de alla; aquellos puente (s)
que sin cesar buscarán cómo codificar esos patrones,
para que acá no sea allá
y para que el futuro, de una vez por todas -al menos el propio, lo vincular, lo mas cotidiano- no arrastre con lo tóxico del pasado: que se haya re-aprendido.
este texto fue escrito en tiempo real y presente. viernes 20 de enero 2023, primera noche a Pisa
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🇪🇦🇪🇦🇪🇦🇪🇦🌹🌹🌹🌹🌹😥😥😥EL GOLPE.
Lo siento, amigo lector. Sé que estás enredado en las compras navideñas, en instalar no unel Belén y el abeto, o en el desenlace del Mundial de Qatar. Siento joderte la fiesta, pero tengo muy malas noticias: desde hace exactamente tres días el Gobierno está dando un golpe de Estado. Supongo que te importará un carajo, que en tu devenir diario tienes (o crees tener) cosas más importantes entre manos (como pagar el recibo de la luz sin caer en la indigencia). No te lo reprocho. Pero, de aquí a nada, lloraremos lágrimas de sangre.
Toda la biografía del presidente Sánchez está cimentada en un conjunto de mentiras. Basó su campaña a la presidencia del Gobierno en cinco promesas concretas: (1) ser el adalid contra la corrupción; (2) no gobernar con Podemos; (3) no pactar nunca con Bildu; (3) hacer cumplir la sentencia del Tribunal Supremo contra los golpistas catalanes; (4) traer a Puigdemont a España para ponerlo a disposición de la Justicia y (5) tipificar el delito de referéndum ilegal. No ha cumplido ni una sola de sus promesas. Ha hecho exactamente lo contrario de aquello a lo que se comprometió, de aquello para lo que fue elegido por los españoles. Por no mencionar asuntos tales como entregar el Sahara a Marruecos y romper nuestra alianza del gas con Argelia sin dar explicación de ninguna clase, como un auténtico sátrapa. No hay antecedentes de un presidente del Gobierno que haya basado su presidencia en un listado de mentiras y en un listado de deslealtades. Sánchez no tiene legitimidad para hacer lo que está haciendo, porque nada de lo que hace se sometió a las urnas. En cambio, sí tenía legitimidad para hacer exactamente lo contrario.
El Gobierno nos tiene acostumbrados a semanas esperpénticas, pero el pasado viernes, en pleno puente de la Inmaculada, descubrimos que ya no hay límites para Sánchez y Podemos. Descubrimos que se deroga efectivamente el delito de sedición, y por lo tanto vamos a ser uno de los pocos países de la Unión Europea que se quede sin esta barrera para proteger al Estado. Descubrimos que se rebajan las penas del delito de malversación y, por tanto, gracias al incorruptible PSOE, ahora hay dos tipos de corrupción: la buena, que es la que le interesa al Partido Socialista (y a sus socios separatistas), y el resto. Y además, casi lo más grave de todo, descubrimos el descarado desmontaje de la separación de poderes del Estado y el fin de la independencia judicial: el Gobierno amenaza, literalmente, con meter en la cárcel a los jueces díscolos. Lo nunca visto.
En palabras pronunciadas ayer mismo por los indignados jueces del Consejo General del Poder Judicial, y de las que se hace eco la prensa española y extranjera, “estamos asistiendo al fin de la separación de poderes”, “el manoseo del Poder Judicial es espectacular”, “ESTO ES UN GOLPE DE ESTADO contra la Constitución”, “este es el momento más delicado de la democracia española desde el 23F”. Palabras muy duras pronunciadas por los jueces en época de villancicos, lotería, polvorones y fútbol. Palabras duras que, por desgracia, pasarán desapercibidas entre tantas luces navideñas y entre tanto escándalo que nos inmuniza. Palabras muy duras que recordaremos pronto. Pronto, sí.
Dentro de nada, si el Dios en quien no creo no lo remedia, tendremos una Confederación Cantonal de Repúblicas Ibéricas donde antaño estuvo España. Y la tendremos ante la mirada atónita de la inmensa mayoría de los españoles, que se preguntarán unos a otros: <<¿Cuándo demonios hemos votado esto? ¿Cuándo demonios se ha cambiado la Constitución? ¿Cuándo demonios dimos permiso a nuestros representantes políticos para este absoluto desmadre? ¿Cuándo demonios dimos permiso a Cataluña, a Navarra, al País Vasco, a Baleares, para que se separaran de España? ¿Cómo es que hay jueces condenados por no plegarse a las exigencias del Gobierno, mientras que los golpistas están todos indultados? ¿De qué manera sutil se ha convertido el Tribunal Constitucional en la sede del PSOE? ¿Cómo es que están en la calle los socialistas condenados por los ERE? ¿Quién es el hijo de perra que nos ha trajo esta ruina?>>.
¿Te asombras, lector? ¿Me tomas por loco? ¿Me tomas por alarmista? ¿Te preguntas cómo va a ser esto posible? Yo te lo diré, lector: igual que fue posible en Venezuela, en Rusia o en Nicaragua; apropiándose el Gobierno lentamente, con nocturnidad y alevosía, y con mucha vaselina, del Poder Judicial, del CNI, de los medios de comunicación, de una moribunda monarquía y de todos los resortes del Estado. En otras palabras: anulando los contrapesos del Gobierno tal y como ya ha anulado Sánchez los tradicionales contrapesos internos del Partido Socialista, un erial donde ahora sólo se convocan las Ejecutivas para aplaudir al líder y hacerle las debidas reverencias. O en otras palabras: convirtiendo un presidente democrático en un Caudillo Populista al estilo de Hugo Chávez, de Nicolás Maduro, de Daniel Ortega, de Pedro Castillo, de Vladimir Hijodeputin o de Pablo Iglesias Turrión. En un Caudillo Populista que, por cierto, ya ha expresado públicamente su máximo deseo de psicópata narcisista: “pasar a los libros de Historia” por desenterrar un cadáver. Manda huevos.
Si hay una imagen visual perfecta de lo que es un Caudillo Populista, tal vez sea la que publica esta misma mañana la prensa española. Dice la noticia:
<<Rebelión sindical en La Moncloa por el uso perverso de la normativa sobre el aire acondicionado: el Comité de Empresa de La Moncloa denuncia que, debido al decreto de ahorro energético, los trabajadores han de llevar abrigo y bufanda para soportar el frío, mientras en la “zona noble” del Palacio los políticos trabajan en mangas de camisa>>.
En eso, querido lector, consisten las dictaduras caudillistas cubana, argentina, rusa, venezolana, peruana, nicaragüense o norcoreana: mierda para el pueblo y oro para las élites. Economatos sin víveres para la población general, y caviar iraní para el Régimen. Calefacción para los líderes, y frío para los demás. Así de sencillo. Así de triste. No hay más misterio.
Varios amigos de toda la vida –que sé que me quieren bien– me aconsejan que deje de opinar en las redes sociales:
<<Este es un país cainita. Ten cuidado>>, dice uno. <<Sin querer, le haces el juego a la “derecha”>>, dice otro. <<No te vaya a ocurrir algo malo>> me advierte un tercero.
Llevan razón mis amigos. Pero precisamente por eso, porque me aconsejan no opinar, me veo en la obligación de opinar. Ellos, mis amigos, me sugieren que renuncie (aquí y ahora) a la libre expresión en base a un mal futurible que pudiese caer sobre mi cabeza. Pero no se dan cuenta mis amigos de que el futurible ya no es futurible: es actual, y se llama “acojonar al discrepante para acallar sus razones”. Y en todo caso, yo ya me he resignado a ser un saco de boxeo: gracias al Dios en quien no creo, soy perfectamente fusilable por ambos bandos. Cagoentóloquesemenea y mitad del cuarto más.
El mal ya no es futurible, amigos y amigas de las redes sociales. El mal ya está aquí. El mal se llama intolerancia, totalitarismo y guerracivilismo. El mal se llama ponerle a otro el sambenito de “fascista” o de “rojo asqueroso”. El mal se llama creer que nuestra bandera, la española, tan solo puede gustar a los “fachas”. El mal consiste en que te okupen la casa y tardes años en recuperarla. El mal se llama declarar “alertas antifascistas” y tomar la calle a la fuerza cuando ganan los adversarios. El mal se llama suprimir la Historia completa de España de los programas educativos. El mal se llama “rodear el Congreso” si no te gusta el resultado de las urnas. El mal se llama prohibir hablar en español en los colegios de Cataluña. El mal se llama apedrear los mítines del oponente político. El mal se llama tener sindicatos vendidos al Gobierno y al separatismo. El mal se llama decir que defiendes la sanidad pública mientras llevas a tus hijos a la Ruber. El mal se llama denominar a los escraches “jarabe democrático”. El mal se llama apoderarse lentamente de todo el aparato del Estado. El mal se llama indultar a los golpistas y aliarse con los filoetarras. El mal se llama que te expulsen del Congreso por decir que los filoetarras son filoetarras. El mal se llama sacar a los presos de ETA de la cárcel sin haber cumplido sus condenas y sin una pizca de arrepentimiento. El mal se llama amenazar a los jueces con la cárcel si no se pliegan a los deseos del Presidente del Gobierno. El mal se llama censura. El mal se llama que cualquier hombre sensato evite entrar a solas en un ascensor con una mujer desconocida. El mal se llama señalar y acosar desde el Gobierno a periodistas de prestigio (Vicente Vallés, Pablo Motos…) para callarles la boca. El mal se llama hacer pronto diputados a los delincuentes Junqueras y Puigdemont a mayor gloria del Partido Socialista. El mal se llama difamar al Fari (que en paz descanse) desde el Ministerio de Igualdad. El mal se llama afirmar que los jueces son «machistas e iletrados» cuando Podemos se equivoca al hacer las leyes. El mal se llama entregar el Sahara a los marroquíes porque te sale de los huevos. El mal se llama hacer un Código Penal a beneficio de los delincuentes. El mal se llama afirmar desde el Gobierno que los jueces son unos «fachas con toga», y que hay que sustituirlos por afines al Partido Socialista. El mal se llama tener a la población pasando frío mientras el Gobierno, en las habitaciones VIP del Palacio de La Moncloa, trabaja en mangas de camisa. Y el mal se llama, en resumidas cuentas, tener a un Presidente narcisista y mentiroso que, como Luis XIV (el Rey Sol), está convencido de que el Estado es Él. Él. Él. Él. Sólo Él.
Lo dicho, lector. Siento joderte la fiesta, pero la cosa está así. Y no olvides nunca lo siguiente: para que triunfe el mal, sólo hace falta que los buenos se inhiban.
Piensa, al menos, en qué lado de la trinchera te colocarás tú.
Firmado:
Juan Manuel Jimenez Muñoz.
Médico y escritor malagueño.
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Un poco Desvergonzado
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-Él chico es demasiado joven -la mujer sentada detrás al enorme escritorio le dedicó una mirada categórica. -No lo creo, agente, tú eras mucho más joven cuando fuiste reclutado – sus ojos se clavaron en los de la mujer. -Es demasiado joven –reiteró el hombre de traje. Greta lo estudió con los labios fruncidos, aquella es la razón por la cual el agente 011 es uno de los hombres que menos tolera, él tiene... Opiniones y no duda en externarlas, pertenece a esa categoría de hombres a los que siempre ha detestado, aquellos que piensan tener siempre la razón, tan confiados en sus propias habilidades que simplemente dan por hecho que tenían razón, colma sus nervios, y en privado se confiesa que el agente 011 tiene un problema con que una mujer estuviese a cargo, pero no tiene forma de probarlo, pues nunca cruzaba la línea, manteniéndose al borde de ella, siempre mostrándose indefectiblemente cortés, incluso en aquellas ocasiones cuando ella bien sabe que está discrepando con sus decisiones. Desafortunadamente, no tiene más remedio que tolerarlo, pues es uno de sus mejores agentes, si no es que el mejor, su éxito es inapelable, es demasiado bueno como para deshacerse de él tan pronto, sin importar cuánto le desagrade su actitud. Sin más, devolvió su atención al niño en la pantalla, para ser justos, el agente 011 tiene un poco de razón, él chico lucía joven, incluso más de lo que realmente es, pero no se encuentran en posición para comenzar a ponerse quisquillosos. -Lo necesitamos agente -sentenció de manera cortante. -Es un niño indigente y sin entrenamiento -replicó el Agente 011- ¿Qué puede hacer él que nuestros jóvenes agentes entrenados no puedan? Ella apretó los dientes, ¿acaso pensaba que es ella una incompetente? Ella incluso es un par de años mayor que el agente 011, pero ha sido su superior por más de una década, es verdad que no tiene experiencia de campo, pero no se convirtió en jefa del Servicio de Inteligencia de los Estados Unidos siendo una idiota, bien sabe que puede decirle al hombre que haga su trabajo y dejase de cuestionar a sus superiores, pero eso no sería inteligente de su parte, el agente 011 es más cooperativo y eficiente si está de acuerdo con la misión. -Lo necesitamos para la misión Cavil -repuso de manera segura, evitando la pregunta. -Pretendes utilizar a un chico inexperimentado e inocente para robar un USB, perteneciente a un jefe criminal británico -recapituló con desdén, lo miro sin inmutarse, ignorando su tono poco impresionado. -Él niño está más que experimentado para el trabajo, ese "chico inocente" ha estado hurtando desde que cumplió los seis años, nuestras fuentes en pandillas han asegurado que él es el mejor que está dentro de esos círculos, tiene el apodo de "niebla" por una razón; aparentemente es casi imposible atraparlo incluso cuando sabes que va a robarte, es así de bueno –tuvo esa sensación de haber despertado la curiosidad del agente 011, pero como siempre, es difícil leer su rostro. -Estoy seguro que 023 puede hacer el trabajo – el hombre comenzó a replicar- y él no es un niño callejero. -El Agente 023 no es el adecuado para esta misión en particular, no puede interpretar el rol de rico y hedonista hombre de negocios y tampoco puede ser un Sugar baby creíble. Se sentía un poco más que ridícula diciendo las palabras Sugar baby en una conversación seria, pero le gustaba ser directa, y eso es lo que se necesita para la misión, después de todo; dos agentes deben infiltrarse encubiertos a un crucero, un crucero de lujo para gente adinerada que tiene un gusto por los chicos jóvenes, 023 aún con todos sus considerables talentos en el hurto, forzando cerraduras y hackeando, es un ordinario chico de veinte años con un notable caso de acné, resultando más adecuado para misiones que requieren agentes anónimos que se puedan mezclar fácilmente entre la multitud, siendo uno más; definitivamente no está calificado para la misión Cavil, nadie creería que un rico y poderoso hombre de negocios estuviera interesado en tener a 023 como su sumiso, y él mismo es demasiado joven para tomar el rol de
Sugar daddy. - ¿Y crees que este niño indigente puede ser un Sugar baby creíble? Incluso si pudiese conseguirlo, probablemente se desmoronaría a pedazos ante la presión, hurtarles a personas al azar es una cosa, robar información a un jefe criminal paranoico para después regresarla sin que éste lo note, es otra. Ella pellizcó el puente de su nariz; lo peor de todo es, que ella sabe que la preocupación de 011 es completamente válida, por primera vez, ella deseó simplemente eliminar permanentemente al objetivo y conseguir el USB, pero no es posible, no pueden arriesgarse. -Al menos, a diferencia de A23, él puede interpretar el papel -alegó, mirando la pantalla de nuevo. El muchacho en la pantalla parece atractivo, más alto que la estatura promedio, no tiene musculo alguno, pero suponía que de esa manera se podía mantener el “encanto”, largas piernas, pecas por todo el rostro y una sonrisa bonita; es un poco demasiado pálido para alguien de New York, pero la palidez de su piel sólo acentuaba sus brillantes ojos verdes y el color rosado de sus labios, su piel lechosa y complexión esbelta, conjuntamente a sus delicados rasgos faciales, son probablemente su mejor carta; aunque, ese cabello rizado es desafortunado, demasiado largo y desorganizado, rompe con la estética de su cuerpo en general. La forma de los ojos del chico le da una impresión de vulnerabilidad, lo cual es algo que definitivamente atraía a hombres más maduros que gustasen de jóvenes compañías, escucho al agente 011 suspirar. -Muy bien, ¿a quién vas a enviar con él para hacer de niñera? Ella lo miró y alzó una ceja, pensaba que había sido más clara, no tan sutil; él hombre dejó escapar una carcajada. -Con todo el debido respeto, no puede estar hablando en serio, sabe que no puedo. - ¿Y por qué no podrías 011? -inquirió fríamente, una arruga apareció entre sus cejas, no es la respuesta que había estado esperado. - Eso arruinaría mi encubierta, señora, para la misión H- Ella retuvo un suspiro; es verdad que ir de encubierto como un Sugar daddy hedonista podría arruinar una de las misiones más importantes a largo plazo de 011, pero no es nada que no hubiese considerado ya. -El riesgo es innegable -admitió con determinación - pero la misión H está mayormente situada en Inglaterra, es improbable que los objetivos crucen sus caminos alguna vez, tu cubierta no será comprometida. Los labios de 011 se unieron y se apretaron, su desacuerdo es notable, pero cuando ella le miró, por primera vez no discutió. -Sí, señora. -Lee el archivo del chico, tú serás quien lo reclute, así que deberás familiarizarte con sus antecedentes, es bastante común: Nació en New York, su padre de fue asesinado en un asalto cuando tenía dos años y la madre murió cuando tenía cuatro años, de cáncer; sus parientes lo separaron de su hermana y lo llevaron consigo, nuestras fuentes indican que sus parientes abusaron de él emocionalmente, tal vez de forma física también -se encogió de hombros, incómoda con el tema, raramente reclutaban a chicos de la calle - De cualquier forma, él huyó cuando tenía siete años, creemos que se unió a la pandilla de Ansel Elgort y empezó a hurtar a cambio de protección y un techo sobre su cabeza, pero dudo que le sea leal a la pandilla; utiliza el anhelo del muchacho, tener un techo seguro, comida caliente, una vida estable y un futuro prometedor, estoy segura de que no tengo que enseñarte cómo manipularlo –sus labios se volvieron finos. -No, señora. -El chico debe ser reclutado esta noche, supervisarás su progreso y lo entrenarás si es preciso -un músculo palpitó en la mandíbula de 011, ambos saben que un agente como él tiene mejores cosas que hacer que entrenar novatos. -Sí, señora –respondió. -Puede retirarse, agente -sentenció ella. Observó cómo el hombre se salía de su oficina, frunció el ceño cuando la puerta se cerró tras él; se preguntó si había cometido un error, después de todo, el agente 011 no es alguien a quien querías tener como enemigo, pero necesita mantenerlo a raya. Pese a todo, ella no es ciega ni estúpida, sabe que él es el candidato más indicado
para reemplazarla, regresó su mirada hacia la foto del castaño en la pantalla y sonrió, sí, la misión Cavil es perfecta para sus propósitos. La mujer apesta a dinero, mordisqueando su labio, Tim la estudió de la cabeza a los pies, desde su vestido de diseñador y su bolso Prada, hasta el brillante iPhone nuevo en la mano, tal vez ni siquiera tenga que buscar otro objetivo, para reunir los seiscientos dólares Ansel le había exigido, sólo espera que la mujer llevase suficiente efectivo consigo. Ignorando la voz en su conciencia, se movió hacia ella, diciéndose a sí mismo que seiscientos dólares serían fácilmente reemplazados por alguien quien puede vestir con ropas que cuestan al menos cinco de los grandes; sin embargo, la pregunta es otra ¿Qué hace una mujer como esa en aquella parte de Staten Island? Aunque, en realidad, eso no es asunto suyo, ella es un simple blanco, nada más, tiene un trabajo que hacer, y no puede permitirse ser quisquilloso acerca de ello, no, si quiere evitar convertirse en el saco de boxeo de Ansel está noche. Sus labios se apretaron infelizmente, quiso patearse a sí mismo desde pequeño por acceder a la protección de la pandilla, para ser justos, él solo tenía siete años en ese entonces, un pequeño niño flacucho, fácil de engatusar, asustado e indefenso, en aquel momento, la protección de Ansel le había parecido una bendición, ahora se siente como si fuera un esclavo, con las siempre crecientes demandas de Ansel, sabe que él nunca le permitiría abandonar la pandilla, es la gallina de los jodidos huevos de oro, capaz de llevarle más dinero que todos sus otros chicos juntos… jamás podría ser libre de Ansel. Aparto el deprimente pensamiento de su mente, y se enfocó en el trabajo; la mujer tiene el monedero en el bolsillo izquierdo, su mano derecha apenas había llevado su iPhone hacia el oído, sacó su propio móvil, uno antiguo, raspado y rayado, pero indestructible; caminó hacia la mujer, sus ojos fijos en su teléfono; nada sospechoso, sólo otro adolescente chateando con sus amigos sin prestar atención por dónde camina, atropelló a la mujer a su costado, murmuro un par de disculpas, y luego huyó, con el monedero escondido bajo su sudadera; rodeó la esquina y desapareció en el callejón oscuro. Observo a su alrededor, para asegurarse de estar sólo, una vez hecho, sacó el monedero y lo abrió, su respiración se detuvo, sus ojos se abrieron de par en par cuando vio su contenido; dinero, mucho dinero… Y eso otro ¿son diamantes? Estaba por tocarlo, pero algo frío y duro se presionó contras su nuca. -No te muevas -ordenó una voz profunda y varonil detrás suyo. Maldijo, idiota, debió haber sospechado que algo sucedía, fue demasiado fácil, incluso para él. -Entra al coche -imperó la misma voz. Dos hombres lo tomaron por los brazos y lo arrastraron hacia una camioneta negra aparcada cerca de la esquina; no opuso resistencia, con su mente a toda velocidad… ¿Quién querría secuestrarlo y por qué? Él no es nadie… Bueno, no nadie, pero es un pequeño pez en un gran estanque ¿por qué jodidos él? Los hombres lo empujaron hacía dentro, pero ninguno entro con él, escuchó a uno de ellos subir al asiento del conductor y el otro al del copiloto; cuando comenzó a preguntarse si debería intentar escapar del coche, otro hombre entró en la parte trasera de la camioneta y se sentó frente a él. Lo observo cautelosamente, no lo reconoció, tiene el cabello rubio oscuro y los ojos más azules que haya visto jamás, su piel ligeramente bronceada; viste con pantalones negros y una camisa negra simple con cuello de tortuga, que no hace nada por esconder su cuerpo enorme y fibroso. -Hola, Tim -saludó el hombre cuando el coche empezó a moverse, él parpadeó varias veces. -Jodidamente espeluznante –algo parecido a la diversión brilló en la mirada del hombre. -Podría hacerlo más espeluznante -su voz es increíblemente profunda y atractiva, la clase de voz que retiene la atención de la gente - Eres Timothée Chalamet, tienes veinte años y eres miembro activo de la pequeña banda de ladrones de Ansel Elgort - su piel se heló, y su corazón salto,
nadie conocía su apellido, ni siquiera Ansel. - ¿Qué quieres de mí? –cuestionó con decisión. El hombre se limitó a observarlo por un largo tiempo, es muy atractivo, eso lo hace sentir incomodidad y molestia, por supuesto, no es como si tuviese un problema con los hombres guapos, es sólo que… No le gusta el efecto que tienen sobre él, tiende a sonrojarse, balbucear y hacer cosas estúpidas alrededor de hombres guapos, lo cuales siempre resultaron ser heterosexuales o no estaban interesados en él, lo cual hacía toda aún más mortificante, las hormonas son horribles, tener veinte años apesta. -Está es la situación - el hombre comenzó por fin, de manera tranquila - Estás en problemas, robaste veinte mil dólares, además de un brazalete de diamantes y oro blanco a una destacada ciudadana... - ¡Me tendiste una trampa! ¡Nunca me han atrapado! -renegó con irritación, si bien es un ladrón, no le hubieran atrapado antes, de no ser por una estúpida trampa; observo como el hombre rubio parpadeo despacio, sus labios se torcieron. -Eso es irrelevante, o importante es, que fuiste atrapado robando una sustancial suma de dinero y una reliquia invaluable, normalmente, eso significa cárcel segura – el hombre señalo como si fuera una plática casual. - ¿Qué es lo que quieres? - frunció sus labios, disgustado, no tiene un buen presentimiento. -Queremos que trabajes para nosotros -respondió el hombre sin más. No puede decir que está sorprendido, lo había sospechado, sabe que tiene una reputación en ciertos círculos. - ¿Para quién trabajas? ¿Big Johnson? ¿El profesor Xavier? - El hombre rió, el sonido es ronco y profundo, sintió su estómago revolotear, maldijo a sus estúpidas hormonas una vez más. -Para nadie tan emocionante como ellos, me temo -repuso el hombre reacomodando su suéter- trabajo para el SIS. -SIS -repitió tontamente, analizando las silabas. -Servicio de Inteligencia Secreto -aclaró el hombre, como si él no supiese qué es- o IC, si lo prefieres -le miró por un momento antes de hablar. -Pruébalo -el hombre alzó las cejas. - ¿Te das cuenta que ser un agente de la Inteligencia Secreta no es algo que anuncias, cierto? -Idioteces -replicó indignado - si realmente eres un agente del IC, necesitarías alguna clase de identificación para probar a la policía que tus acciones son respaldadas por el gobierno, no resulta nada práctico tener a tus superiores sacándote de problemas cada vez que los tengas. Por primera vez, vio algo similar a aprobación en esos profundos ojos azules, tuvo que pelear contra el sonrojo amenazando con colorear su rostro… Ugh, hormonas. -Me gustas, castaño -declaró el hombre, lo cual no ayuda a su situación- normalmente tendrías razón, pero hablando estrictamente, los agentes del IC no estamos autorizados para realizar operaciones sucias, así que tener una ID real no ayudaría, la mayoría de nuestros agentes de campo cargan con ID falsas emitidas por la CIA - ¿Pero t�� no? -el rubio negó con la cabeza. -Yo pertenezco a una división especial que no tiene IDs, soy conocido como el Agente 011 - él rió entre dientes. - ¿Agente 011 en serio? ¿Me dirás que hay un Agente 007 también? -la mirada que el agente le dedicó fue definitivamente de cansancio. -No, James Bond y Double-ohs no son reales, pero el IC sí lo es, y algunos de nosotros tenemos nombres código. - ¿Entonces cuál es tu nombre? Me siento como un tonto llamándote Agente 011 en mi cabeza. -Clasificado -él sonrió ampliamente. - ¿Tu nombre es Clasificado? Vaya que inusual. -Pequeño niño desvergonzado -murmuró el Agente 011 con los dientes apretados- No puedo decirte mi verdadero nombre, sólo dos personas del IC lo saben - se reclinó contra el asiento y coloco sus piernas en el lado opuesto, junto al agente. - ¿Así que, si accedo a trabajar con el IC tendré un código también? ¿Puedo escoger el número? -la mirada del Agente 011 bajó hacia sus piernas, su rostro luce completamente desinteresado. -Si eres reclutado, serás pasante por un tiempo, tendrás un código cualquiera, incluso si completas satisfactoriamente el programa de entrenamiento, probablemente solo serás
Agente Chalamet, lamento decepcionarte, pero la mayoría de los agentes no tienen códigos permanentes. -Pero tú sí -señaló con intriga- ¿por qué? - ¿Sabes lo que les pasa a los gatitos curiosos, castaño? -Mueren. -Precisamente – el rubio le miró intensamente, no está seguro de que el tipo estuviese bromeando, considerando cuál es su trabajo. -Entiendo -dijo con una sonrisa incómoda antes de fruncir el ceño- Y deja de llamarme castaño -el Agente 011 se encogió de hombros. - ¿Así que aceptaras el trabajo? - ladeó su cabeza, un poco confundido. - ¿Tengo alguna otra opción? -Siempre hay más opciones -replicó el Agente. - Por supuesto, la otra es la cárcel, aunque supongo que no es realmente una opción -el hombre le miró con dureza, con una expresión algo cansada. -Si realmente no quieres servir a tu país y protegerlo, sal del coche, no te detendré. Puedo haberse burlado y dar vuelta los ojos, pero la mirada mortalmente seria en el rostro del agente le hizo vacilar; tiene la sensación de que ese hombre no es de vacíos discursos patrióticos –¿Lo dices en serio? -Por supuesto -el Agente 011 suspiró - Mira, no es un trabajo bonito, a veces serás forzado a hacer cosas, cosas que odiarás absolutamente, cosas que te harán querer vomitar y evitar tu reflejo en el espejo -el agente le dedicó una sonrisa que no llegó a sus ojos - Confía en mí, si no crees realmente que estás haciendo lo correcto, que tu país necesita que te lo tragues y lidies con ello, no durarás en el Servicio Secreto. Se inquietó, sintiéndose un poco deshecho, es cierto que no se considera un patriota, pues nunca ha tenido la ambición de servirle al presidente y al país, tampoco es antipatriota, si le están dando la opción de elegir, le gustaría estar en el lado bueno por primera vez, sin mencionar que, al aceptar el trabajo, sería libre de Ansel y su "protección", cosa que es bastante significativa para él. -Eres un malísimo reclutador -reprochó con un tono de broma- ¿no se supone que me debes convencer de que tendría que estar loco para no aceptar un trabajo así? -Una mirada de genuina diversión iluminó el rostro del Agente 011. -Probablemente. Lo tomo como una confirmación de que el agente ha sido enviado para reclutarlo, una orden con la que claramente está en desacuerdo, pero fue forzado a seguirla. - ¿Por qué no quieres que acepte la oferta de trabajo? -Eres demasiado joven -señalo rápidamente con tono áspero - este estilo de vida no es seguro para niños - él sonrió torcidamente. -Sin ofender, Agente 011, pero mi actual estilo de vida no es exactamente seguro, tampoco –vaciló por unos segundos - ¿Para qué tipo de misión me requieren? -Clasificado - cruzó los brazos sobre su pecho e hizo un exagerado puchero. -Eres un malísimo reclutador -los labios del Agente 011 se crisparon, él suspiró, pensó un momento, antes de preguntar - ¿Tendré mi propio lugar?, una casa, algo mío. -Sí, después de terminar tu entrenamiento - lamió sus labios resecos. - ¿Dónde firmo? -el Agente 011 tocó un pequeño auricular que no había notado hasta ese momento. -Está dentro -informó el Agente 011, su postura se relajó, pero sus ojos se mostraron severos.
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Sujétame fuerte
Desde que estuve viviendo lejos de México noté algo especial en la forma en la que me despedía mi padre, no solamente eran los viajes largos en donde me ausentaba por meses, a veces casi un año completo, sino también aquellas despedidas donde solamente me ausentaba por algunos días. Las pequeñas despedidas parecieran estarnos preparando para las despedidas más largas. Noté que mi padre me sujetaba cada vez más fuerte antes de decir adios y que me miraba unos segundos fijamente como omitiendo algo, yo quería pensar que era un gesto dramático para mostrarme cariño, que solamente quería mirarme a los ojos como para grabarse mi rostro antes de tenerme que ir. Yo no quería entender que esos gestos eran gestos que ocultaban una serie de pensamientos que tenían que retractarse a salir para salvar mi huida. Mi padre decía que todo estaba bien, yo quería confiar y no hacer preguntas, quería darme unos meses más para seguir mis días sin tener que preocuparme. No sé cuando se enteró, pero había algo en su forma de despedirse que no lograba entender completamente y tengo la ligera sospecha que ahora lo entiendo, algunas cosas se aprenden a imitación con la experiencia casi de forma automática y aún más entre familia. Construimos caminos sin pensar en los finales, no podemos detenernos, desde que despertamos somos testigos de un sol que tiende a esconderse y creemos que el sol es eterno porque vuelve al otro día, creamos lazos, forjamos palabras, personas y acontecimientos; amamos sin darnos cuenta, amamos torpemente, amamos locamente, incluso aquello que no sabemos amar y aquello que pensamos que no amamos todavía. Al principio hay muchas palabras para aquello que florece, al final, las palabras no bastan para explicarlo, sólo nos queda la poesía y los sueños donde nos reencontramos; nos volvemos a ver para contarnos lo que no pudimos ver juntos, qué bueno que mi padre creía en el paraíso. Ahora veo en mí aquel gesto que al principio se mostraba algo sutil, ahora, cerca de la inminente perdida a la que me enfrento; me veo sujetando poco a poco, quizás no tan fuerte y hondo como mi padre, aún teniendo consciente su final, derramaba el alma sobre el tiempo para prolongarse un poco más con mi presencia. Yo sujeté un capítulo completo que soñé que duraría por muchos años. Es válido doblegarse ante el destino cuando este impone sus formas. Ya había creído entender la agonía que vivió mi padre en sus últimos meses, el caminar con una cruz que condenaba sus pasos, cargarla con todos sus secretos y nostalgias. Creo ya que entiendo un poco más, sin realmente entenderlo todo, que mi padre tuvo que negarse y aceptarlo en determinados momentos, que tenía sujetar inevitablemente el amor, por piedad y por consuelo, y no dudo que tal vez, en sus más dolorosas plegarias, cuestionó el martirio que Dios le impuso al sentirse abandonado. No sé, no soy creyente, pero como me pesa ahora conciliar un pedazo de perdida, ya que como he dicho bastantes veces en mi vida: la muerte es un concepto vivo, pues la vivimos demasiadas veces en distintas magnitudes. Los tiempos cambian, las derrotas fluyen, y los puentes caen. ¿Cuántas veces tendré que sentarme a ver el sol morir?
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El día en que se resume toda mi vida
Mathijs avanzaba junto a él por el puente de piedra de unos tres metros de ancho que conectaba con la entrada principal de Atįlarąn. Del puente pendían plantas colgantes con flores de todos los colores existentes, y por debajo del mismo cruzaba un río en cuyas aguas hacían vida una variada cantidad de razas de pequeño y mediano tamaño, desde Litmens hasta Foryits. Sobre sus cabezas, la fachada de Atįlarąn se alzaba tan alta que un extranjero —así denominaban en Tánat a los que procedían de otro planeta— habría creído que no había edificio más alto que aquel. Pero cualquiera que conociese bien el planeta sabía que Billowgraze, el hogar de los Grátnar, superaba con creces la altura de Atįlarąn.
Blaze se detuvo a un metro y medio de los dos guardias que vigilaban la puerta, ninguno de ellos cargando armas visibles en su cuerpo. Aunque los dos eran humanos, uno tenía un cabello de un azul tan eléctrico que evidenciaba la sangre liskia que corría por sus venas. Los dos al mismo tiempo, inclinaron sus cabezas hacia el suelo de manera sutil, primero en dirección a Matt y después apuntando a Blaze, el modo que tenían allí de mostrar respeto a un recién llegado. Y para señalar que el saludo no era solo respetuoso sino que reconocía el status de la otra persona, mantuvieron los ojos clavados en el suelo durante cinco segundos, en lugar de los dos segundos habituales.
Blaze los saludó del mismo modo, alargando el gesto más de lo necesario para recalcar que, a sus ojos, no había jerarquías entre ellos.
—Tisinian —pronunció en su lengua natal, con un acento pausado cuyas sílabas, más que pronunciadas, parecían deslizarse por la lengua de Blaze como si se fundiesen a un mismo tiempo con su boca y con el aire fuera de ella.
Mathijs encontró el saludo innecesario por una infinidad de motivos en los que no tenía intención de ahondar. Como no sabía si tenía que devolver el gesto o ignorarlo, se limitó a imitar la reverencia de su marido, también con los ojos anclados al suelo.
Los guardias se giraron a un mismo tiempo hacia la puerta y la tocaron con la palma de su mano. Las hojas de madera maciza se abrieron con un sonido que solo una puerta con muchos años a sus espaldas es capaz de hacer, y poco a poco se fueron abriendo no hacia dentro ni hacia fuera, sino hacia arriba, colándose por un hueco en la roca hasta desaparecer.
Blaze miró a Matt un segundo y avanzó hacia el interior de Atįlarąn.
El vestíbulo era tan extenso como toda la planta baja de la casa que Blaze y Mathijs tenían en Nantes. Los suelos eran de madera clara, ribeteada con nudos irregulares en un marrón más oscuro, y organizadas de manera estratégica, varias columnas se alzaban hacia el alto techo para sujetar el peso de la siguiente planta, del que colgaban lámparas anchas y llamativas, construidas en madera, y luces que brillaban anaranjadas gracias a una única fuente de energía: magia.
Frente a ellos, unas escaleras que ocuparían al menos diez metros de ancho subían a la siguiente planta, y a los lados, el edificio se dividía en dos partes: la de las habitaciones destinadas a tareas más cotidianas como la cocina, el comedor o las duchas de los aprendices, y la parte de las formalidades. Era en la segunda de las dos zonas donde Blaze sabía que estarían el resto de sus hermanos —la mayoría de ellos— esperando a que se produjese el inicio del encuentro. También habría representantes de muchas de las razas del planeta, un representante de la Orden de guerreros más allá de su propio padre Crane, el Primero y su consejo de magos tliver...
Quiso guardarse las manos en los bolsillos de sus pantalones, pero cuando estas se deslizaron por la tela sin encontrarlos, Blaze recordó que iba vestido con ropas típicas de su planeta, y que estas no tenían bolsillos. Le resultó curioso y patético a la vez darse cuenta de una forma tan absurda de que su estancia casi continua en la Tierra le había hecho perder la costumbre de detalles tan tontos como aquel.
—Bueno —miró a Mathijs con las manos enlazadas tras su propio cuerpo, pegadas a la parte baja de la espalda, el único lugar que encontró para colocarlas—, yo me voy por ahí —señaló el pasillo que se perdía a su derecha—. Esta es tu casa, así que muévete con libertad. Nos veremos en... —escuchó el sonido de un instrumento de aire sonar con fuerza en alguna parte de Atįlarąn y supo que era el momento de marcharse— ...en un rato.
—No te preocupes —volvió a mirarle Matt, esbozando una sonrisa rápida y escueta al escuchar el sonido de lo que quiera que fuera aquello resonar por todo el edificio—. Todo saldrá como quieres que salga —le aseguró.
Blaze le mantuvo la mirada durante unos segundos en los que la llamada resonó de nuevo, recordando a los invitados a la asamblea que llegar después de tres llamadas se consideraba un gesto de mala educación.
Asintió con levedad y se dio la vuelta. Se internó en el pasillo lateral que llevaba a la Sala de reuniones y pronto se le unió un elfo de cabellos dorados que lucía sujetos en una trenza convertida en moño. Los afilados ángulos de su cara destacaban más al llevarla despejada, provocando que pareciesen más masculinos de lo que solía ser habitual en un elfo de su clase.
—Nadie ha rechazado la invitación —le informó con la voz amistosa de quien tiene confianza con su interlocutor. Su mano izquierda, cubierta de anillos de diferentes colores y materiales, se cerró alrededor del hombro de Blaze—. Este tipo de procesos ya no están tan asegurados como antaño.
—Ya lo sé.
—Puedes contar con mi voto.
Blaze expulsó el aire por la nariz y le dirigió al elfo una mirada irónica.
—Eso también lo sé, Ąlois.
El portón de doble hoja y madera maciza que daba entrada a la Sala de reuniones estaba custodiado por dos miembros jóvenes de la Orden que sonrieron a Blaze cuando le vieron acercarse. Abrieron las puertas y el Grátnar cruzó el umbral unos segundos después de Ąlois. Tenía la costumbre de no molestarse en mirar a ninguno de los presentes cuando entraba en un lugar así, sin importarle lo que el resto opinase de su comportamiento. Pero este vez, sus ojos verdes buscaron los de sus padres. Los encontró sentados junto a uno de los laterales de la larga mesa; Crane vestido con el traje que indicaba su status como líder actual de la Orden, y Axel mostrando a su hijo una sonrisa amplia con la que pretendía ofrecerle su apoyo moral. Junto a ellos, todos sus hermanos a excepción de Maisa y Kirtash habían acudido también. Patch sonreía, porque eso lo había heredado de Axel; Beacon estudiaba con interés fingido las líneas oscuras que surcaban la madera de la mesa; Blaster miraba a su mellizo con gesto de seguridad, sirviéndose de su mirada para prometerle que esa reunión la tenían ganada.
Blaze apartó los ojos de todos ellos y fue a sentarse en el único asiento libre que aún quedaba: la silla de la cabecera de la mesa.
La reunión duró dos horas y media que al Grátnar se le pasaron horriblemente lentas y tremendamente veloces a un mismo tiempo. Cuando los temas de conversación se desviaban a asuntos de poca importancia que deberían ser discutidos en otro momento, su mente desconectaba y comenzaba a preguntarse dónde estaría Mathijs en ese momento y qué estaría haciendo. Cuando la conversación se centraba en él y su posible ascenso, escuchaba con atención las intervenciones de cada uno de los representantes de las distintas razas y familias que depositarían toda su confianza en él si salía nombrado líder.
En la gran cocina de Atįlarąn se vivía la asamblea de un modo muy diferente. Fuentes repletas de comida y platos cubiertos con postres de toda clase volaban de un lado al otro de la estancia, cruzándose sin chocar y organizándose por sí mismos en la encimera que les correspondía. Marita era la única persona allí, una cocinera entrada en años que destacaba incluso más por su mal humor que por su escasa estatura y su complexión rechoncha. Nadie que le tuviese cariño a su vida se atrevía a decirle a Marita cómo debía cocinar algo, mucho menos a criticar su sistema de organización a base de magia.
Una escoba estaba barriendo unas migas del suelo junto a Matt cuando el sonido que horas antes había avisado del inicio de la asamblea volvió a sonar, pero esta vez, con un aire mucho más melódico. Marita levantó la vista del pastel que estaba decorando y miró a Matt con una sonrisa orgullosa y llena de arrugas. Soltó una carcajada y sacudió la cabeza mientras volvía a bajar la vista al pastel.
—Ese muchacho siempre consigue lo que se propone... —El cariño maternal en su voz era evidente. Sin apartar los ojos del pastel, le hizo a Matt un gesto descuidado con la mano—. Venga, venga, largo de aquí, chico, no te quedes ahí plantado. Querrá verte cuando salga de ese agujero infestado de personas importantes.
—Nos vemos —se despidió Matt, desapareciendo por la puerta.
No sabía si debía esperar a Blaze donde le había dejado, o si por el contrario podía hacerlo en lo alto de las escaleras; suponía que eso al Grátnar le traería sin cuidado, pero en cuestiones de protocolo lo mejor era no dar una mala imagen teniendo en cuenta quién era. Que no era nadie, en realidad. Pero estaba casado con alguien que sí.
Acababa de llegar a las escaleras y de mirar hacia abajo, todavía sin decidir qué hacer, cuando escuchó los pasos de alguien dirigirse en la misma dirección en la que estaba él por el ala por la que había ido Blaze, y aunque le habría dado tiempo a bajar de haberlo hecho rápido, decidió que ya era demasiado tarde; en caso de ser eso algo inapropiado, tampoco era para tanto.
Se sacó las manos de los bolsillos y se las llevó a la espalda, girando la cara hacia la gran ventana que había a su izquierda en cuanto se dio cuenta de que ninguno de los latidos de los corazones de las personas que se estaban acercando eran los de Blaze.
Ąlois caminaba junto a Blaster en dirección a las escaleras que ascendían a las plantas superiores. Llevaba las manos pegadas al vientre con las palmas abiertas y hablaba con júbilo en el idioma de los elfos, gesticulando poco pero sonriendo de manera constante. Blaster le escuchaba con la paternal parsimonia del padre cuyo hijo revolotea a su alrededor para narrarle su última aventura. No le sorprendía, al fin y al cabo, que a Ąlois le produjese gran emoción el ascenso de Blaze al puesto de líder, pues ambos habían sido grandes amigos desde la infancia, y sabía que el elfo extrañaba al Grátnar constantemente.
Cuando pisaron el primer escalón, alzó la mirada a la parte más alta y observó a Matt.
—¿Qué haces ahí plantado? —Llegó hasta él y se detuvo a su lado, dirigiendo un rápido vistazo a los invitados que se encaminaban al comedor antes de regresar la vista al marido de su hermano—. Blaze te está esperando, por si no lo sabes. Se ha ido a su cuarto, porque ya sabes, es Blaze: tiene que saltarse las reglas y protocolos incluso al segundo de haber sido nombrado líder.
Kai salió de pronto de detrás del Grátnar y saltó al hombro de Ąlois, que aunque no podía ver a la cría, pudo llevar una mano hasta ella y acariciar con suavidad su pecho.
—La teoría es —prosiguió Blaster— que ahora todos cenamos juntos en el comedor, con Blaze en el centro de las miradas y conversaciones, y después salimos fuera a continuar la celebración al aire libre. La realidad es que mi hermano se levantó de la silla, dio los agradecimientos habituales y dijo que se largaba sí o sí (no con esas palabras) porque se ve que le importa más compartir el momento contigo a solas, ni idea de por qué, que quedar bien con quienes le acaban de llevar a la cima. Así que, nada, sigue su corazón o su aura y le encontrarás, yo me voy a comer.
Se dio la vuelta y comenzó a bajar las escaleras sin siquiera esperar por Kai. Había una molestia evidente en él, y Ąlois, que sabía muy bien cuál era el motivo de esa molestia, miró a Mathijs con una sonrisa educada e hizo una reverencia a modo de saludo.
—Siempre ha apoyado que Blaze no haga caso de las normas —dijo en inglés, con un acento regular—. Así que eso no es lo que le importa.
El elfo sintió una pequeña punzada de envidia mientras observaba el rostro de Matt. No era la parte romántica que le unía a Blaze lo que envidiaba, sino simple y llanamente, el hecho de que él pudiese estar con el Grátnar siempre que quisiera.
—Bueno —dibujó un círculo en el aire con el dedo índice para despedirse—. Yo también debería unirme al resto en el comedor. Espero poder ver a Blaze esta noche para felicitarle; se marchó tan rápido que no pude hacerlo.
Sin decir nada más, giró sobre sí mismo con desenvoltura y gracia y se marchó escaleras abajo con Kai ahora subido a su moño dorado.
Al igual que había hecho con Blaster instantes antes, Matt asintió a sus palabras con sequedad.
Una vez a solas, sin Grátnars, elfos, ni dragones invisibles cerca, Mathijs cerró los ojos un solo segundo, reabriéndolos con ellos ya apuntando en otra dirección que sabía que llevaba a Blaze. No tardó demasiado en llegar y solo un motivo le hizo retrasarse más de lo esperado: haberse parado a ayudar a levantarse a una pequeña elfa de no más de cinco años que se había encontrado llorando en el suelo de uno de los pasillos tras haberse tropezado con una alfombra.
No llamó a la puerta de la habitación de Blaze, optando por abrirla directamente. Se lo encontró de espaldas a él echándose el pelo hacia atrás con una mano como tantas veces le había visto hacer, y sin alejar los ojos de él, Matt cerró la puerta y pegó la espalda a ella, cruzándose justo después de brazos a la altura de su pecho, apretando los labios antes de esbozar una sonrisa extraña.
—¿Qué debo hacer cuando te gires a mirarme? —Su sonrisa se amplió con un tinte divertido—. ¿Hacer una reverencia?
Blaze se giró y llevó la vista de la chimenea a los ojos de su marido. Sonrió un poco, pero no fue capaz de mantener demasiado tiempo la curvatura alegre de sus labios, así que se encogió de hombros, se acercó a la cama y se sentó a los pies del colchón con gesto ausente.
—Compórtate como lo harías si estuvieras en la Tierra. Como si estuviéramos en casa. —Se miró sus propias manos apoyadas en su regazo y volvió a encogerse de hombros—. Se suponía que este iba a ser uno de los días más felices de mi vida, pero cuando estaba allí sentado y se anunció que me nombrarían líder, no me sentí alegre, solo pude pensar en que no podría celebrarlo contigo. No de la forma en que a mí me habría gustado, al menos. —Se quitó los zapatos y se arrastró hacia atrás por la cama, hasta que su espalda y cabeza tocaron el respaldo. Sus ojos verdes se dirigieron a Matt y le miraron con el temor ya habitual a no ver nada en ellos—. Si tú quieres, querría que te quedaras tumbado aquí conmigo lo que queda de día.
Mathijs despegó la espalda de la puerta de madera y caminó hasta él, parándose a los pies de la cama, con las rodillas rozando el filo del colchón. Descruzó los brazos, llevándose las manos a los bolsillos y ladeando un poco la cabeza sin dejar de mirarle ni escucharle.
—Si es lo que quieres, es lo que haremos —contestó de manera desenfadada en cuanto el otro terminó de hablar, como si aquello no le costara ni el más mínimo esfuerzo—, pero primero bajamos, haces el paripé un rato y quedas bien al menos el primer día.
El Grátnar abrió la boca para decir algo, pero decidió que mejor callarse y pensar mejor antes de hablar. Se escurrió hacia abajo por el colchón y apoyó la cabeza en la almohada mientras con una mano apartaba las sábanas de debajo de su cuerpo. El sonido del fuego crepitando a un lado de la estancia era lo único que conseguía aliviarle en aquel momento la sensación de vacío, porque le recordaba a la época en que era un niño y aquella cama un fuerte que compartir con Blaster, donde siempre estaban seguros.
Se tapó con las sábanas hasta los hombros y se colocó sobre un costado antes de mirar a Matt.
—Eso es lo que ellos quieren que haga, no lo que quiero hacer yo. Y si conocer las costumbres de este planeta es algo que te interesa solo por mí, solo porque me quieres y quieres ajustarte por unas horas a lo que a mí me rodea, entonces túmbate aquí conmigo, porque es lo que necesito que hagas si te importo.
—Si me importas, ¿no? —preguntó el brujo, obviando a propósito aquel «solo porque me quieres».
Blaze siguió con la mirada los movimientos de Matt por el dormitorio: cómo se sacó los zapatos, cómo se acercó a la cama y se desabrochó los pantalones, y cómo después se deslizó a su lado bajo las sábanas y apoyó una mejilla en la almohada que emanaba un agradable aroma a limpieza.
—¿Sabes? Una elfa ha intentado besarme. También he estado en la cocina y una señora me ha mirado mal por decirle que un pastel estaba muy hecho, y de camino aquí he conocido a otra elfa, mucho más pequeña que la que intentó besarme, esta tendría, no sé, la edad de Erich. Sea cual sea la que tenga él.
Blaze sonrió con sinceridad al escuchar sus palabras, y cuando el brujo calló, cerró los ojos como si intentase recrear en su mente todo aquello que Mathijs acababa de contarle.
—Tuviste mucha suerte —opinó con aire cómico—. El beso de esa elfa seguramente estuviese hechizado para que te enamorases de ella nada más tocar sus labios. Y Marita, la cocinera, lo más normal es que por soltarle un comentario de ese tipo te lleves un golpe de sartén o una puñalada en una mano, así que parece que tú le has caído bien. —Abrió los ojos y le miró con la sonrisa un poco ampliada—. Ser bueno con los niños de otras razas está visto como un gesto muy positivo, por si te interesa saberlo.
Podía notarse en su mirada y en el tono de sus palabras que su ánimo había mejorado en cuestión del último minuto. Por eso se quedó en silencio un segundo, tan solo disfrutando de la calma que se vivía allí arriba, en la habitación, comparada con el ajetreo y barullo del comedor en la planta baja.
—¿Puedo acercarme?
Fue el propio Mathijs quien se arrastró por el colchón acercándose a él hasta que una de sus rodillas tocó una de las de Blaze. Sin preguntar, apoyó una mano en su cintura y coló un pie entre sus tobillos, cerrando los ojos en cuanto estuvo acomodado.
—¿Y ahora qué? —preguntó pasados unos segundos—. ¿Qué será lo primero que harás?
El Grátnar dejó una mano bajo la almohada y la otra pegada a su propio pecho, pero inclinó un poco la cabeza hasta que su frente se apoyó en la ajena. Cerró entonces los ojos y respiró hondo.
—Lo primero que haga —repitió en voz alta, pensativo—. Primero voy a quedarme aquí y dormir todas las horas que me apetezca. Cuando despierte, iré a volar; contigo, si quieres. Después me daré una ducha caliente y luego iré a la celebración de pasado mañana, que me gusta más que la de hoy porque en esa todos pueden estar más a su aire y hay muchas competiciones, juegos y toda esa clase de cosas. Habrá quien opine que no está bien que me haya desentendido de lo de hoy, pero a mí me dará igual, y cuando llegue la hora de la verdad y mi trabajo me requiera, demostraré que valgo para ello, aunque en realidad ya lo haya estado demostrando durante muchos años a las órdenes de mi padre. —Abrió los ojos y miró los de Matt—. Esas serán las primeras cosas que haga.
[...]
Cómo terminaron besándose, el uno encima del otro, sin ropa de por medio y con la respiración y los corazones acelerados fue algo que Blaze no comprendió en aquel momento y que seguiría sin comprender tiempo después. Quizá hubiese fuerzas en el mundo más poderosas que la magia de los hechizos, más irracionales e incontrolables que lo impuesto por las circunstancias, por la razón, por los demás y por uno mismo.
Puede que, en ocasiones, sea el corazón quien dicte lo que ocurre entre dos personas distintas en un mismo instante de dos vidas que algún día prometieron compartir como una sola.
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Por Teresa Fernández Herrera.
Creo que este es un encuentro que estaba predestinado a producirse, el de la cantaora más versátil del panorama flamenco actual, Rocío Márquez con el poeta y músico uruguayo Jorge Drexler, en un trabajo que ya lleva un año de éxitos de audiencia, con un título que casi no podía ser otro: Aquellos puentes sutiles, puentes entre las dos orillas atlánticas, tan ricas en folklore, con tantas afinidades y convergencias.
En el gran auditorio de la Fundación Baluarte de Pamplona, en el marco del Festival Flamenco on Fire, un público entregado premió con sus aplausos un concierto que estuvo entre lo mejor del festival. Un concierto en el que todas las canciones tuvieron hermosas palabras de comunicación con el público. Una escena compuesta por tres mesas, que como explicó Jorge Drexler, las de los extremos están diseñadas para percutir y la del centro ‘para colocar nuestras cosas’; mesas históricas también en la percusión flamenca. Por la derecha estaban el gran Agustín Diassera, y la guitarra de Miguel Ángel Cortés y por la izquierda Borja Barrueta a la percusión y Martín Leiton con su leona y guitarrón, un equipo instrumental de auténtico lujo, incluida la guitarra de Jorge Drexler.
Qué gran trabajo de interconexión el de estos diálogos musicales entre España y las Américas, siempre cercanas en culturas. Encendieron los sentimientos del público desde la Milonga de un moro judío del inicio, de esta orilla, seguida de la vidalita La desvelada, cante de ida y vuelta de procedencia argentina. Dúos por guajiras inspiradas en Pepe Marchena, la milonga Nunca te dije nada de Omar Moreno Palacios acompañados de percusiones con escobillas, baquetas, manos y brazos y por la leona de Martín Leiton.
Un solo de Rocío acompañada por el maestro de la guitarra Miguel Ángel Cortés y la percusión de Diassera, en la que mostró una vez más la enorme riqueza de sus registros y técnicas vocales en las que es maestra, con el Romance a Córdoba, mezcla de declamación y canto. Su versión de Se nos rompió el amor que acabó en un quejío inenarrable, con su voz prodigiosa, en recuerdo de su tocaya Jurado. Carlos Cano también tuvo su homenaje con una versión por bulerías de Me embrujaste.
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(Imágenes: Martín Naranjo. Tomadas en el concierto Aquellos puentes sutiles celebrado en el Foro Iberoamericano de La Rábida de Huelva en julio de este año)
Solos de Jorge Drexler de la otra orilla, entre otros Soledad, Mi guitarra y vos, la sobrecogedora Al otro lado del río que él compuso para la película Diarios de motocicleta. Luego llegó la magia a lo grande, con una composición de Drexler en homenaje a Enrique Morente, interpretada a dúo, Cuando cantaba Morente. La locura llegó con la Tonada de la luna llena del venezolano Simón Díaz que Rocío transformó en toná flamenca en forma de debla, que cantó con un chorro de melismas interminables que dejaron sin respiración a la sala, no a ella que puede y sabe.
Más homenajes, al compositor uruguayo Alfredo Zitarrosa con la zambra Por vos. Hubo referencias a Leonard Cohen y a García Lorca con Manhattan que luego derivó en Dance me to the end of love, un guiño a la admiración que sentía Cohen por Lorca.
La última parte del concierto nos trajo una versión muy especial de Drexler cantada por Rocío de La Leyenda del tiempo que hubiera encantado a Camarón de la Isla. Y luego llegó el recuerdo a la gran Lola Flores con una versión de Ay pena penita pena en clave de jazz con gran intervención instrumental.
Y como nunca puede faltar en los conciertos de Rocío Márquez un guiño a Pepe Marchena, inventor de la colombiana inspirada en los corridos mexicanos, pusieron la guinda con el corrido El Venadito, en versión aflamencada de Rocío.
Puentes sutiles que existen y que ellos pusieron en escena con una calidad artística rozando la perfección y derrochando emociones, versionando lo de nuestra orilla con calidades de la orilla de allá y lo de aquella orilla en versiones flamencas. Drexler cantando a ratos en clave flamenca y Rocío quien ya tiene mucha experiencia en eso, cantando en clave de excelente folklorista sudamericana.
Se puede hacer, se puede conseguir, existen y están presentes esos puentes sutiles interculturales, lo nuestro es suyo y lo suyo es nuestro. Los pueblos siempre se entienden y aquí Jorge Drexler y Rocío Márquez lo entendieron y actuaron en representación de los pueblos de las dos orillas. ¡Bravo!
Los puentes sutiles entre la onubense Rocío Márquez y el uruguayo Jorge Drexler,’ Flamenco on Fire’ en Pamplona Por Teresa Fernández Herrera. Creo que este es un encuentro que estaba predestinado a producirse, el de la cantaora más versátil del panorama flamenco actual,
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El regreso
Estalló en un llanto. Finalmente había llegado el momento. Sublime y sin poder anticipar de alguna manera. Las lágrimas corrían con cada sonrisa, cortando las frases con suspiros y silencios. Todo estaba presente. Hasta el abrazo más anhelado durante un viaje. Como un niño después de haber alcanzado una travesura y no haberse matado en el intento – así fue (!) Casi azul. Este viaje me llenó de respuestas. Un bombazo triple - Diría el viajero queriendo expresar máxima energía incontable! Compartido con la mirada de amor más grande: Ella por su hijo y él, por ella (…)
El llanto resumía todo. La búsqueda con ella era una simbiosis. Ella…? Regálate un atardecer. Camina un sendero por caminar; Recibe los cometas a las 3am o salta al mar abierto y cierra los ojos. Cómete una manzana en la cumbre de una montaña o contempla las dunas en el ocaso. Visita una cueva o párate al borde de un rascacielos. Sal de noche y duerme en el día. Intenta escribirte a ti mismo y llévate de paseo por las maravillas de la tierra. Cruza un desierto y escucha la selva al amanecer. Camina descalzo por la calle y grita sin decir una palabra al valle. Al menos por un día. Encuentra tu propia travesía y viaja. Al menos por una vida. Viaja tan lejos como tu salud te lo permita. Porque para eso la tenemos, para vivir. Y por eso vivimos, para viajar. Aunque sea indescriptible a dónde vamos y no recordemos de dónde vinimos… Hazlo! Y entonces ella comienza a aparecer. En todos los instantes de felicidad o tristeza, por encima de todas las dimensiones. Ella era todo. Y ella no es persona.
En casa
Hace tres años comencé esta gira. Otro viaje más de este cuento. Una carta personal codificada en mayúsculas: Este suspiro es para ti! Tu pregunta tiene respuesta y en ella, el silencio. Tú; sin saber quién eres. Por eso te va esta melodía. Sin premueras, te observo en mi reflejo sobre el piano. También te siento. Esta vez muy cerca. Quizás siempre ha sido asi… y te voy recordando con cada retoque de color que me da el destino. Ultra sónico, tridimensional y metafísico.
Ahora compartimos toda la metáfora. La experiencia inequívoca de que existe algo más de lo que el ojo puede ver. Hemos hecho quizás una tregua con todos los demonios. Todas las historias del pasado sobre las llanuras de la Z. La montaña sagrada; El lugar de retorno para descansar. Dentro de ella. Constante crisis de consciencias y de más historias.
La tertulia
La urbanización parecía no haber cambiado. Sin embargo, una caminata por la cuadra era suficiente para percibir que cada casa contenía un universo en desarrollo. En la mayoría de casos, resilientes ante la primera realidad fuera de sus rejas: Una cola kilométrica de autos estacionados que, vistos desde el cielo, son serpientes sedientas. Universos que en la noche son a su vez espectadores de las estrellas por la falta de luz. Hermosas vistas de atardeceres fosforescentes y dinámicos. En esa imagen estática de cuadra y media, hasta los recuerdos cambian de forma. La urbanización, un pequeño planeta de seres conviviendo a las orillas de una quebrada encantada. En constante invasión de la juventud – con todos los anhelos de las épocas.
La tertulia es un llamado; Una reunión para intercambiar sentires y catar experiencias. Un momento improvisado por hacernos más humanos. Para escuchar. La música es usualmente el lenguaje principal. “Se habla arte”. En ese espacio de tiempo y tempos, se admiran las etapas de la vida. Ciclos de pensamientos. Canciones que son historias e historias que se cuentan a los nuevos presentes por medio de canciones. Obras e ideas. Juegos y chistes. Tragos fuertes y comida. Amores… desde las maneras más sutiles hasta las más explosivas. Pinceladas de vida con miradas y risas. Llantos en los momentos invisibles. Quejas y miedos contenidos por las barreras de la belleza. La misma de ser lo suficientemente humano para ser libre de sentir un llamado y ser parte de él. En medio de apagones indefinidos y en contra de la razón, los universos eran forzados a brillar con luz propia y, en la quinta 55, se abre un portal para estimular los colores de la existencia.
Que mejor manera de decirnos mutuamente: Hola…
Y la verdad es que, en la dimensión de un país destruido: Juegos y tertulias, momentos de silencio para pensar en comunidad y en familia y, propuestas a encontrarnos con lo interno son necesitadas con urgencia.
En ese portal se puede preguntar. Esas dudas con las que uno crece desde niño. Eso que escuchó alguna vez y dejó marcado un suspiro. Aquello que nadie cree o que nadie ha visto. Se permite contemplar espacios del pensamiento que aparecen con las historias. Libres del prejuicio, pero patrullados por los códigos morales del guardián invisible de la urbanización. Silencioso y en constante custodia de los tiempos y generaciones que transcurren a las orillas de la quebrada ancestral.
El regreso
Fue el esperado. La travesía está completa y me deja una sonrisa constante que dura gran parte del día. Compartida y transmitida con anécdotas de viaje. El contexto sigue siendo complejo. Representa, en algunos casos, una absoluta rendición de lo que debe ser. Abriendo una puerta de constante cambio, necesario para continuar el desarrollo de la búsqueda. Extrañas dinámicas entre el ruido y el silencio.
Crucé la frontera con un viajero del otro lado del atlántico, Fabian. Un alemán que emprendió la travesía por el sur con 5 meses de búsqueda de lo que él llama: Freedom Bro – Libertad. Estaba recién contratado por una empresa de su país como ingeniero, pero las bromas cósmicas de la vida le hicieron las preguntas necesarias para hacerle cruzar el océano y perderse en las culturas del sur. Todo para encontrarse de nuevo y si es afortunado, encontrar algunas respuestas a esas preguntas. Con él me crucé por mi paso a Medellin. Nos conocimos en los techos de la comuna 13, en horas del atardecer y en presencia del Amarillo.
“So, whats your story…?” – le pregunté. (Y tú, qué?)
Poco después nos encontramos en la cima del monolito de Guatapé, para la ofrenda musical de la conocida Piedra del Peñol. La experiencia le cambiaría el rumbo y sin poder anticiparlo o imaginarlo de alguna manera, terminó cruzando la frontera hacia el país de los mil retos. No antes de haber viajado a Panamá para meditar esa corazonada que le hace terminar una relación amorosa de 7 años con su novia y abandonar un asiento en el avión con ella de regreso. No antes de romper su contrato con la empresa que le garantiza lo que muchos buscan: estabilidad y dinero (¿?) No antes de aceptar que él se ha transformado. Y no antes de abrazar el sentimiento de la intuición sobre el cañón del Chicamocha (...)
Así llegamos ambos al puente Simón Bolívar. Cargados de comida para descargar ambas búsquedas que parecían estar unidas por un propósito. Más allá de nuestra comprensión al momento, caminamos por ese recorrido sudamericano en presencia de esa anhelada libertad. Unos días de viaje por el pesebre andino fue suficiente para proyectar nuevos retos dentro de una próxima residencia artística – Un resultado de la gira. El reto es transmitirlo.
La Z y la bruja
Cada retorno de mis viajes está marcado por un encuentro con la montaña sagrada de la Z. Una colina pronunciada que consume gran parte del paisaje de mi casa. Esa mañana estaba cargado de pensamientos. Todos girando en torno a la misma pregunta. La obra y la orquesta.
Y el azul apareció! Detrás del paisaje, observante a la visita;
Para muchos la montaña representa una caminata recreativa. Pero nosotros, los visitantes de portales naturales, sabemos que al atravesar la pared que se antepone a la primera planicie, se presenta la posibilidad de desaparecer en la última letra del abecedario – Donde la palabra se agota.
En ese formato de existencia, llegué al bosque encantado. Un bastón al suelo, perfectamente sostenido sobre una piedra en un balance rítmico, fue suficiente para saber que había llegado el encuentro. Yo; siendo el escritor y el personaje. El mono del árbol y el humo verde por su boca. La pina y las flores obsequiadas del bosque. Los labios rígidos de un besar tímido y venenoso. Las manos libres para tocar. La interpretación del camino hasta la piedra del sapo. El sacrificio bajo el sol de mediodía y el meñique danzando por su espalda, hasta integrarse a las montañas de su cuerpo. La mirada perdida sobre ella y la sonrisa intrínseca sobre él. El aroma de cabello húmedo con fragancia y el jardín obsequiado como parte de un palacio por explorar. Ella apareció con la neblina del bosque.
El encuentro había llegado. Y desaparecieron para uno próximo con el tempo de la misma neblina;
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Título: (La montaña de otoño al atardecer)
1735
Artista : Fang Shishu (China, 1692-1751)
Acerca de
Durante la década de 1700, Wang Yuanqi y Wang Hui fueron muy influyentes y atrajeron a un gran número de seguidores tanto de alumnos como de imitadores. Aquellos que adoptaron el estilo de Wang Yuanqi son conocidos como miembros de la escuela Loudong, cuyo nombre, "al este del río Lou", proviene de Taichang, el hogar de Wang Yuanqi. Entre sus seguidores, Huang Ding, el maestro de Fang Shishu, fue quizás el más logrado. Por lo tanto, aunque Fang Shishu, oriundo de Yangzhou, no se menciona generalmente como artista de la escuela Loudong, el hecho de que fuera alumno de Huang Ding lo convierte en parte de esta tradición. Según su biografía, Fang Shishu ya era considerado mejor que su maestro a una edad temprana. Incluso durante su vida, la gente atesoraba e incluso falsificaba sus pinturas. Creían que si hubiera vivido más tiempo,
Esta pintura ejemplifica la tradición de la escuela Loudong, que ha persistido en China hasta hoy. Son característicos los trazos de pincel seco. La evolución y perfección de esta técnica, desde pintores de Yuan como Huang Gongwang (1269-1354) y Ni Zan (1301-74), pasando por artistas de la escuela Wu como Wen Zhengming (1470-1559) y pintores de Songjiang como Dong Qichang (1555-1636), para los primeros artistas clasicistas de Qing como Wang Yuanqi, representan una búsqueda persistente de un medio de expresar el espíritu de los literatos en su forma más pura, simple y elevada.
Aunque en esta pintura la escasa escena otoñal y los trazos de pincel seco han sugerido lo sobrenatural, la referencia al concepto de reinos trascendentales sigue siendo muy sutil.
El contenido expresivo no es evidente a menos que se conjugue la imagen con el poema inscrito en la pintura, que dice:
'Las brumas delgadas se desvanecen al atardecer,
El lago suave se ondula como el jade verde.
Llega el otoño, de las crestas de las montañas donde crece tumi [un arbusto salvaje chino].
Un hombre cruza el puente.
Los colores de los árboles bloquean la vista del cielo sereno,
Las campanas que suenan indican un antiguo templo lejano.
El viento del oeste sopla a través del cabello.
Es hora de zarpar, remando en un bote hecho de mulan [magnolia] '.
Aquí se siente la mezcla de reflexión sobre las estaciones pasadas, el ideal de la nobleza de la "vida retirada" y la religión de la naturaleza libre. La campana del templo sugiere además cuánto se ha amalgamado la idea de una carrera monástica con tal sentimiento. Dado que 'mulan', o magnolia, es una metáfora bien conocida que se refiere al famoso poeta Qu Yuan (c340-286 a. C.), con referencia a la pureza del mundo interior de uno, navegar simboliza la integridad moral y la simplicidad rústica que tradicionalmente pertenecen a la vida ideal del caballero jubilado. Las líneas hacen eco de un tema popular en la pintura china: el tema del llamado 'yuyin' o 'reclusión en un barco de pesca'. Los que navegaban en barcas por el arroyo de la montaña no eran pescadores sino reclusos. La pintura está fechada en el colofón de Fang en 1735.
En el lateral del rollo aparece una inscripción inesperada del artista posterior Wang Zhen (1867-1938). El poema de Wang está escrito en el monte y es una alusión a su fe budista:
Paseando a lo largo de las orillas occidentales del arroyo,
Con las nubes otoñales llenando el barranco,
Mientras escuchas los sonidos de las campanas que se desvanecen en las nubes
Uno de repente se da cuenta de la verdad del Budismo Chan.
Inscrito por Wang Zhen, ermitaño dragón blanco, en el año renxu. [1922] '
'The Asian Collections: Art Gallery of New South Wales'. págs. 154-155
© 2003 Fideicomisarios, Galería de Arte de Nueva Gales del Sur
Detalles:
Lugar donde se realizó el trabajo: China
Período: Yongzheng 1723-1735 → Dinastía Qing 1644-1911 → China
Fecha: 1735
Categoría de medios: Pintura
Materiales usados: pergamino colgante; tinta y color sobre papel
Dimensiones: Imagen de 124,0 x 61,0 cm; Rollo de 236,5 x 92,5 cm
Fecha de firma:
Ur firmado, en chino, inscrito en tinta negra "... Xunyuan".
Ur firmado, en chino, estampado en tinta roja "Xiaoshi laoren [sello del artista]".
Ur firmado, en chino, estampado en tinta roja "Shishu [sello del artista]".
Firmado en su esquina, en chino, estampado en tinta roja "Huanshan [sello del artista]".
Fecha ur esquina, en chino, tinta "... [traducida como año de yimao 1735] ..." [parte de la inscripción ur esquina, inscrita en tinta negra].
Crédito: Fondo de Compra de Arte Chino Edward y Goldie Sternberg 1999
Información e imagen del museo Art Gallery NSW.
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> > #KORD + #EveryBreath > > ↳ᴺᵃʳʳᵃᵗᶤᵛᵉ ᵃˢ ᴹᵃʳᵛᶤᶰ ᴿᵒˢᵉˑ
𝑺𝒆𝒕 𝒊𝒏 1952, "𝑨𝑯𝑺: 𝑭𝒓𝒆𝒂𝒌 𝑺𝒉𝒐𝒘" 𝒊𝒏𝒔𝒑𝒊𝒓𝒆𝒅 𝒗𝒆𝒓𝒔𝒆.
Por las noches de los sábados en el pequeño pueblo de Jupiter, la luna dejaba que algunos seres reprimidos salieran a curiosear y a explorar los sitios más oscuros, siendo llevados por las sombras a sitios donde podían ser ellos mismos. Los extraños resentidos de la sociedad, aquellos que, si mostraban su verdadera cara, podían ser rechazados o incluso terminar de una forma mucho peor. Había escuchado conversaciones en la plaza y en su estación de trabajo, sobre como habían dado lo que se merecían a los llamados “maricas” como él era.
Marvin lo trataba de disimular, pero siendo un joven soltero de veinticinco años, los vecinos ya empezaban a cuestionarse acerca de su vida. No estaba casado y vivía solo en un pequeño cuarto rentado en el centro de la ciudad. Trabajaba como asistente en una oficina de correos, y según mencionó a algunos compañeros de trabajo, llegó ahí por casualidad tras la perdida de su familia. No mentía del todo. Había perdido cualquier contacto con sus padres y hermanos tras revelar sus sentimientos por un trabajador de la casa. No tuvo más remedio que emprender una vida él solo, lejos de aquellos que lo habían tratado como un raro.
Pasaba los días de semana tras un escritorio, coordinando entregas y llevando cajas de un sitio a otro. Realmente era un trabajo aburrido, pero no había forma de conseguir un puesto en donde de verdad amaba estar: los escenarios. Había muy pocas oportunidades para él en lugares como ese donde vivía. Nadie buscaba un músico o un cantante para sus negocios, y aquellos lugares donde sí, no querían a un muchacho blanco con la expresión aburrida que él tenía. Los bares preferían a las cantantes femeninas, que con sus voces acariciaban los oídos de ebrios para que pudieran continuar llenándose de alcohol. En otros lugares, como el espectáculo de freaks de Elsa Mars, tenían una variedad de talentos musicales. Los había ido a escuchar, pero lamentablemente fue rechazado al no ser verdaderamente alguien como ellos. Si tan solo supieran que a él también le habían dado la espalda, quizás lo hubieran dejado quedarse.
Resignado a que cualquier tipo de vida distinta a la que tenía solo podía suceder en lo escondido, atendía a aquel bar lleno de hombres con los que compartía ese secreto. Usualmente asistía para dejar de sentir la ocasional soledad que invadía su persona. El estar aislado y sin amigos de verdad no tenía buenas consecuencias en su salud mental. Por ello, si podía escuchar cumplidos venidos de la boca de otras personas, dándose ánimos para imaginarse más atractivo y verdadero, los aceptaba e invitaba ocasionalmente los tragos. Eran infinitas conversaciones que no llegaban a más. Cuando tomaban un giro íntimo, él dejaba en claro que no estaba ahí para eso. Algunos lo tomaban bien, otros no.
Y uno de esos ocasionales personajes era un muchacho que esa noche lo abordó mientras bebía en la barra. La proximidad que tomó le dejó ver, entre la oscuridad, un perfil bastante atractivo. A primera vista, la elegancia hacía que resaltara de entre los demás. Saco y corbata, camisa bien planchada, perfume fuerte: una imagen que resonaba y comunicaba el origen del contrario. Venía seguramente de la parte adinerada del pueblo. Era raro ver ese tipo de presencias por ahí. Normalmente tenían reputaciones y fortunas más grandes que cuidar.
—Soy Dandy.
—Mi nombre es Marvin. —se presentó con una sonrisa que buscaba ser lo más amigable posible. ¿Por qué no intentar entablar algo más esa noche? Sabía que no pasaría de ello, que al día siguiente ninguno declararía que había estado con el otro, pero era peor que morir solo y aburrido en un lugar como ese, sin haber aprovechado oportunidades así. — No te había visto por aquí antes. — cuestionó para iniciar una conversación.
—Es la primera vez que vengo. No soy… como ustedes. —entendió a lo que se refería, por lo que asintió. No consultó más al respecto. El castaño hizo una seña con el dedo para que le sirvieran una copa al otro hombre.
Por primera vez en mucho tiempo un intercambio de palabras le había hecho involucrarse tanto con alguien. Dandy no solamente le contó que jamás había sentido las ganas de ir y conocer otros hombres, sino que abrió su corazón y le compartió algunos deseos suyos como el de ser actor. Aún así, con esos cuentos y experiencias compartidas, no podía evitar sentir que aquel tenía un aura misteriosa, algo que no descifraba, pero que terminaba volviéndolo único entre otros por cierto motivo.
—Podemos ir a mi casa si tú gustas.
Aquella proposición llegó luego de que, tras varias horas, indicaran que el bar estaba por cerrar. La madrugada se acabaría para dar paso al día, y le pareció extraño que no tuviera problema con ser visto junto a otro muchacho tras el amanecer. Pensaba en lo raras que eran ese tipo de ofertas, y por un segundo estuvo por rechazarlo. Sin embargo, la mirada del pelinegro era una especie de súplica combinada con demanda. Era una exigencia sutil, que pudo más sobre la decisión de Marvin, que accedió sin pensarlo mucho.
—¿Vives en el bosque acaso? —preguntó el cantante cuando caminaban a través de las hileras de árboles que cubrían el espacio por el que caminaban. Se había adelantado ligeramente, pero escuchaba los pasos del otro hombre detrás, lo que le daba calma. Marvin llevaba puesta una blanca camisa ceñida al cuerpo, acomodada desprolijamente fuera del pantalón, con un lado fuera y el otro guardado. Un estilo informal, pero que no había parecido ser un problema cuando Dandy se le acercaba.
—No, por supuesto que no vivo aquí, tonto. —habló de una forma que entendió como broma, y eso le hizo reír. Marvin estaba encantado por su forma de ser. — Pero podemos hacer una pausa antes de llegar a mi hogar.
Una pequeña sonrisa se asomó en la cara del castaño. Soltó un leve bufido, entendiendo entre líneas lo que buscaba su acompañante. No era extraño. No sería la primera vez que llevaba a cabo un encuentro a exteriores de una casa. Los bosques, casas abandonadas, puentes, callejones, baños o carreteras eran puntos de índole secreta para hombres que buscaban ser saciados por otros hombres. Había experimentado con ello, pero no era su práctica favorita.
No tuvo que esperar ni un poco más. Sintió el cuerpo del otro hombre pegarse por completo contra él de una manera indiscreta. Aceptó que lo tomara de esa forma, debido a lo cálido que estaba por la cantidad de alcohol que había bebido. Marvin deja que el otro coloque sus manos encima. Siente como el lo recorre, con curiosidad, desde la pelvis hasta el torso por debajo de la camisa, aprovechando que existía aquella abertura por la cuál podía sentir su blanca piel desnuda. Jadea un poco con la entrepierna del otro contra su espalda, manejándolo lento. Él no podía hacer más que disfrutar del tacto sin distracciones. Sus ojos se cerraron en un momento de debilidad y confianza.
La ausencia de la mano del pelinegro no lo alarmó en un principio, pues sucedió de manera veloz y repentina. Marvin pensaba en lo atractivo que sería su acompañante viéndolo desnudo, cuando la mano que se había ausentado por unos momentos regresó contra su torso, y esta vez de una forma distinta. Lo primero que su cuerpo sintió fue un dolor intenso, cuando la cuchilla atravesó de velozmente su camisa y perforó su piel por el costado del cuerpo. Emitió un grito que Dandy calló con la otra palma, para volver a clavar la filuda capa metálica en su abdomen, pecho y espalda frenéticamente, en repetidas ocasiones. Intentaba zafarse del agarre o patearlo. No era un chico débil. En realidad, el ejercicio jamás lo había dejado de lado, pero el alcohol encima ayudó a que la debilidad fuera mucho más rápida de conseguir.
Cuando ya no podía más y su cuerpo perdía litros de sangre, Marvin se deshizo en el suelo y cayó boca abajo. No podía hablar ni gritar, apenas salían leves gemidos de dolor de su boca. Lo último que sus ojos observarían sería la expresión tierna y feliz del millonario, viéndolo desde arriba sin mostrar remordimiento, manchado él también de una buena cantidad de sangre. De su sangre. Su perfecto traje de una marca seguramente europea estaba cubierto por manchas carmesí que le habían pertenecido al cuerpo del músico frustrado.
—Gracias por tanta diversión, Marvin, realmente la pasé fenomenal contigo.
No pudo rogar por piedad, y aunque lo hubiera hecho ya no tenía salida. El peso del otro aplastó su espalda, maltratando mucho más las heridas que tenía en la parte frontal del cuerpo. Se sentó encima suyo y elevando el arma en el aire una vez más, hizo un profundo tajo desde la parte superior de su espalda, hasta atravesar el pecho por adelante. Su corazón dejó de latir en cuestión de segundos, para que luego el destino de lo que había sido el recipiente de su alma, fuera llevado a la casa de su asesino para deshacerse de los restos.
Lo peor del caso no había sido morir, sino haber muerto sin haberle dado un sentido a su vida, sin haber conseguido ninguna de las cosas que antes soñaba. Incluso peor fue la situación de que nadie se preocupara lo suficiente por él. Las teorías de sus compañeros iban desde que se había ido para siempre del pueblo por motivos familiares, hasta historias en las que efectivamente culpaban al asesino que andaba suelto en el pueblo. Como fuera, nadie le prestó atención a su caso y Marvin falleció olvidado en la sociedad por la que siempre vivió reprimido.
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𝔾𝕠𝕕𝕤 & 𝕄𝕠𝕟𝕤𝕥𝕖𝕣𝕤
> > #KORD + #EveryBreath > > ↳ᴺᵃʳʳᵃᵗᶤᵛᵉ ᵃˢ ᴹᵃʳᵛᶤᶰ ᴿᵒˢᵉˑ
𝑺𝒆𝒕 𝒊𝒏 1952, "𝑨𝑯𝑺: 𝑭𝒓𝒆𝒂𝒌 𝑺𝒉𝒐𝒘" 𝒊𝒏𝒔𝒑𝒊𝒓𝒆𝒅 𝒗𝒆𝒓𝒔𝒆.
Por las noches de los sábados en el pequeño pueblo de Jupiter, la luna dejaba que algunos seres reprimidos salieran a curiosear y a explorar los sitios más oscuros, siendo llevados por las sombras a sitios donde podían ser ellos mismos. Los extraños resentidos de la sociedad, aquellos que, si mostraban su verdadera cara, podían ser rechazados o incluso terminar de una forma mucho peor. Había escuchado conversaciones en la plaza y en su estación de trabajo, sobre como habían dado lo que se merecían a los llamados “maricas” como él era.
Marvin lo trataba de disimular, pero siendo un joven soltero de veinticinco años, los vecinos ya empezaban a cuestionarse acerca de su vida. No estaba casado y vivía solo en un pequeño cuarto rentado en el centro de la ciudad. Trabajaba como asistente en una oficina de correos, y según mencionó a algunos compañeros de trabajo, llegó ahí por casualidad tras la perdida de su familia. No mentía del todo. Había perdido cualquier contacto con sus padres y hermanos tras revelar sus sentimientos por un trabajador de la casa. No tuvo más remedio que emprender una vida él solo, lejos de aquellos que lo habían tratado como un raro.
Pasaba los días de semana tras un escritorio, coordinando entregas y llevando cajas de un sitio a otro. Realmente era un trabajo aburrido, pero no había forma de conseguir un puesto en donde de verdad amaba estar: los escenarios. Había muy pocas oportunidades para él en lugares como ese donde vivía. Nadie buscaba un músico o un cantante para sus negocios, y aquellos lugares donde sí, no querían a un muchacho blanco con la expresión aburrida que él tenía. Los bares preferían a las cantantes femeninas, que con sus voces acariciaban los oídos de ebrios para que pudieran continuar llenándose de alcohol. En otros lugares, como el espectáculo de freaks de Elsa Mars, tenían una variedad de talentos musicales. Los había ido a escuchar, pero lamentablemente fue rechazado al no ser verdaderamente alguien como ellos. Si tan solo supieran que a él también le habían dado la espalda, quizás lo hubieran dejado quedarse.
Resignado a que cualquier tipo de vida distinta a la que tenía solo podía suceder en lo escondido, atendía a aquel bar lleno de hombres con los que compartía ese secreto. Usualmente asistía para dejar de sentir la ocasional soledad que invadía su persona. El estar aislado y sin amigos de verdad no tenía buenas consecuencias en su salud mental. Por ello, si podía escuchar cumplidos venidos de la boca de otras personas, dándose ánimos para imaginarse más atractivo y verdadero, los aceptaba e invitaba ocasionalmente los tragos. Eran infinitas conversaciones que no llegaban a más. Cuando tomaban un giro íntimo, él dejaba en claro que no estaba ahí para eso. Algunos lo tomaban bien, otros no.
Y uno de esos ocasionales personajes era un muchacho que esa noche lo abordó mientras bebía en la barra. La proximidad que tomó le dejó ver, entre la oscuridad, un perfil bastante atractivo. A primera vista, la elegancia hacía que resaltara de entre los demás. Saco y corbata, camisa bien planchada, perfume fuerte: una imagen que resonaba y comunicaba el origen del contrario. Venía seguramente de la parte adinerada del pueblo. Era raro ver ese tipo de presencias por ahí. Normalmente tenían reputaciones y fortunas más grandes que cuidar.
—Soy Dandy.
—Mi nombre es Marvin. —se presentó con una sonrisa que buscaba ser lo más amigable posible. ¿Por qué no intentar entablar algo más esa noche? Sabía que no pasaría de ello, que al día siguiente ninguno declararía que había estado con el otro, pero era peor que morir solo y aburrido en un lugar como ese, sin haber aprovechado oportunidades así. — No te había visto por aquí antes. — cuestionó para iniciar una conversación.
—Es la primera vez que vengo. No soy… como ustedes. —entendió a lo que se refería, por lo que asintió. No consultó más al respecto. El castaño hizo una seña con el dedo para que le sirvieran una copa al otro hombre.
Por primera vez en mucho tiempo un intercambio de palabras le había hecho involucrarse tanto con alguien. Dandy no solamente le contó que jamás había sentido las ganas de ir y conocer otros hombres, sino que abrió su corazón y le compartió algunos deseos suyos como el de ser actor. Aún así, con esos cuentos y experiencias compartidas, no podía evitar sentir que aquel tenía un aura misteriosa, algo que no descifraba, pero que terminaba volviéndolo único entre otros por cierto motivo.
—Podemos ir a mi casa si tú gustas.
Aquella proposición llegó luego de que, tras varias horas, indicaran que el bar estaba por cerrar. La madrugada se acabaría para dar paso al día, y le pareció extraño que no tuviera problema con ser visto junto a otro muchacho tras el amanecer. Pensaba en lo raras que eran ese tipo de ofertas, y por un segundo estuvo por rechazarlo. Sin embargo, la mirada del pelinegro era una especie de súplica combinada con demanda. Era una exigencia sutil, que pudo más sobre la decisión de Marvin, que accedió sin pensarlo mucho.
—¿Vives en el bosque acaso? —preguntó el cantante cuando caminaban a través de las hileras de árboles que cubrían el espacio por el que caminaban. Se había adelantado ligeramente, pero escuchaba los pasos del otro hombre detrás, lo que le daba calma. Marvin llevaba puesta una blanca camisa ceñida al cuerpo, acomodada desprolijamente fuera del pantalón, con un lado fuera y el otro guardado. Un estilo informal, pero que no había parecido ser un problema cuando Dandy se le acercaba.
—No, por supuesto que no vivo aquí, tonto. —habló de una forma que entendió como broma, y eso le hizo reír. Marvin estaba encantado por su forma de ser. — Pero podemos hacer una pausa antes de llegar a mi hogar.
Una pequeña sonrisa se asomó en la cara del castaño. Soltó un leve bufido, entendiendo entre líneas lo que buscaba su acompañante. No era extraño. No sería la primera vez que llevaba a cabo un encuentro a exteriores de una casa. Los bosques, casas abandonadas, puentes, callejones, baños o carreteras eran puntos de índole secreta para hombres que buscaban ser saciados por otros hombres. Había experimentado con ello, pero no era su práctica favorita.
No tuvo que esperar ni un poco más. Sintió el cuerpo del otro hombre pegarse por completo contra él de una manera indiscreta. Aceptó que lo tomara de esa forma, debido a lo cálido que estaba por la cantidad de alcohol que había bebido. Marvin deja que el otro coloque sus manos encima. Siente como el lo recorre, con curiosidad, desde la pelvis hasta el torso por debajo de la camisa, aprovechando que existía aquella abertura por la cuál podía sentir su blanca piel desnuda. Jadea un poco con la entrepierna del otro contra su espalda, manejándolo lento. Él no podía hacer más que disfrutar del tacto sin distracciones. Sus ojos se cerraron en un momento de debilidad y confianza.
La ausencia de la mano del pelinegro no lo alarmó en un principio, pues sucedió de manera veloz y repentina. Marvin pensaba en lo atractivo que sería su acompañante viéndolo desnudo, cuando la mano que se había ausentado por unos momentos regresó contra su torso, y esta vez de una forma distinta. Lo primero que su cuerpo sintió fue un dolor intenso, cuando la cuchilla atravesó de velozmente su camisa y perforó su piel por el costado del cuerpo. Emitió un grito que Dandy calló con la otra palma, para volver a clavar la filuda capa metálica en su abdomen, pecho y espalda frenéticamente, en repetidas ocasiones. Intentaba zafarse del agarre o patearlo. No era un chico débil. En realidad, el ejercicio jamás lo había dejado de lado, pero el alcohol encima ayudó a que la debilidad fuera mucho más rápida de conseguir.
Cuando ya no podía más y su cuerpo perdía litros de sangre, Marvin se deshizo en el suelo y cayó boca abajo. No podía hablar ni gritar, apenas salían leves gemidos de dolor de su boca. Lo último que sus ojos observarían sería la expresión tierna y feliz del millonario, viéndolo desde arriba sin mostrar remordimiento, manchado él también de una buena cantidad de sangre. De su sangre. Su perfecto traje de una marca seguramente europea estaba cubierto por manchas carmesí que le habían pertenecido al cuerpo del músico frustrado.
—Gracias por tanta diversión, Marvin, realmente la pasé fenomenal contigo.
No pudo rogar por piedad, y aunque lo hubiera hecho ya no tenía salida. El peso del otro aplastó su espalda, maltratando mucho más las heridas que tenía en la parte frontal del cuerpo. Se sentó encima suyo y elevando el arma en el aire una vez más, hizo un profundo tajo desde la parte superior de su espalda, hasta atravesar el pecho por adelante. Su corazón dejó de latir en cuestión de segundos, para que luego el destino de lo que había sido el recipiente de su alma, fuera llevado a la casa de su asesino para deshacerse de los restos.
Lo peor del caso no había sido morir, sino haber muerto sin haberle dado un sentido a su vida, sin haber conseguido ninguna de las cosas que antes soñaba. Incluso peor fue la situación de que nadie se preocupara lo suficiente por él. Las teorías de sus compañeros iban desde que se había ido para siempre del pueblo por motivos familiares, hasta historias en las que efectivamente culpaban al asesino que andaba suelto en el pueblo. Como fuera, nadie le prestó atención a su caso y Marvin falleció olvidado en la sociedad por la que siempre vivió reprimido.
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PROFECIAS – Introduccion y Libros ... PROFECIAS Que son ? :
Profecía es un concepto que procede del latín prophetīa, aunque su origen más remoto se encuentra en la lengua griega. Se trata del don sobrenatural que permite conocer cosas distantes o futuras por inspiración de Dios. El término también se utiliza para nombrar a las predicciones hechas en virtud de este don. Por ejemplo: “La profecía indica que un nuevo mesías llegará en el futuro”, “Muchos estudiosos sostienen que el atentado terrorista del 9-11 fue anticipado en algunas profecías “
La profecía, por lo tanto, es una clarividencia sobre el futuro. Se diferencia de las predicciones en que éstas siguen un proceso lógico, mientras que las profecías no están vinculadas a un razonamiento sino a una inspiración divina. En el lenguaje cotidiano, de todas formas, se habla de profecía como la conjetura formada por señales o indicios que se observan: “La profecía de la diputada sobre la violencia social se cumplió con exactitud”, “Ante esta realidad, mi profecía es que los peces no tardarán en desaparecer de este río”.
Las religiones monoteístas como el cristianismo, el judaísmo o el islam consideran que las profecías son indicadores de los designios de Dios. Los profetas, en este sentido, son mensajeros.
En este sentido, tendríamos que establecer, por ejemplo, que se conoce como profecías a todos aquellos documentos escritos que fueron realizados por los conocidos como profetas mayores y que se pueden encontrar en lo que es el Antiguo Testamento.
Los parapsicólogos y aquellos que se jactan de tener poderes adivinatorios también suelen definirse como profetas. Un ejemplo de estos profetas es Nostradamus, quien habría anticipado la llegada al poder de Napoleón Bonaparte y las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, entre otros acontecimientos históricos.
… EL DON Y LAS PROFECIAS FAMOSAS :
Cual es el don que hace capaz a un ser humano de ver, percibir o intuir el futuro?, según sea la formación, científica o espiritual de las personas, se manifiestan varias opiniones al respecto:
Algunos creen que es un don divino dado por dios a algunos elegidos, otros que es una capacidad mental paranormal, también se dice que algunas personas en estado de trance despegan su alma del cuerpo y así viajan por el tiempo... hay quienes aseguran que los antiguos profetas recibieron su inspiración en viajeros del tiempo que estuvieron en el pasado y dejaron datos del futuro, también se asegura que seres extraterrestres, tal vez nuestros dioses creadores utilizan esa sutil manera de ayudar a encaminarnos y darnos, sin cambiar abruptamente el mundo, algunos avisos para que en forma natural el ser humano encauce su futuro en este universo. Como se puede ver hay muchas teorías, cual es la correcta.... es difícil saberlo, pero mas allá de la correcta definición de la ocurrencia de este fenómeno, lo mas importante es que hubo, hay y seguirán habiendo seres humanos dotados de esa habilidad de ver y predecir los sucesos del futuro.
Sino, como podría haber imaginado Juan de Jerusalén cuando hace casi mil años atrás decía:
"Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, (2000) todos sabrán lo que ocurre en todos los lugares de la tierra: se verá al niño cuyos huesos están marcados en la piel y al que tiene los ojos cubiertos de moscas, Y al que se da caza como a las ratas. Pero el hombre que lo vea volverá la cabeza, pues no se preocupará sino de sí mismo; dará un puñado de granos como limosna, mientras que el dormirá sobre sacos llenos y lo que dé con una mano recogerá con la otra"
O cuando describía la raza humana actual con tanta claridad?: "Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres no confiarán en la ley de Dios, sino que querrán guiar su vida como a una montura; querrán elegir a sus hijos en el vientre de sus mujeres y matarán a aquellos que no deseen. Pero ¿qué será de esto hombres que se creen Dios? Los poderosos se apropiarán de las mejores tierras y las mujeres más bellas; los pobres y los débiles serán ganado; los poblachos se convertirán en plazas fuertes; el miedo invadirá los corazones como un veneno"
Como podría B.S. Parravicini con sus dibujos proféticos, adelantarse a la actualidad: En 1938 anticipaba "Un golfista americano gobierna y le matan joven" acompañado de un dibujo con un golfista con la letra K en la chaqueta (Kennedy) tambien profetizo: "Norte América recibirá el tiro certero, hará un crimen político en cambio de dirección - Se resentirá - Peligrara su estabilidad y libertad" Ver psicografias en la seccion "El comienzo del caos" donde notara la letra K en el pecho y otras simbologías del lugar del asesinato.
Luego tambien nos estaba adelantando con 70 años de anticipacion la llegada de un presidente de color a los EEUU al profetizar: "La estufa Norteamericana será encendida por el nuevo negro" y " El elefante Norteamericano tendra agua negra en su trompa y anunciara su mal", ver foto del libro a la derecha.
En el año 1940 profetizo, con respecto a la bolsa de valores de EEUU " Crisis, bolsa al suelo, el millonario Yanky dejara de ser", Alguien se ubiera himaginado que llegara a suceder??, pues llego en el 2008 ( Psicografia de la izquierda).
Y en el año 1939 escribiría "El Teatro será desteatro, será psíquico, material, irreverente, sucio. Impondrá el desnudo, la aberración sexual, homosexo, lesbianismo y drogados, en crímenes. La masa aplaudirá, corrompida, sin saberlo", o cuando en 1938 dibujaba "El guerrillero fatigado acribillara al que le creó, se tornaran entre ellos ¡Exterminio!" Con un dibujo de un guerrillero musulmán.
En el año 1935 el papa Juan XXIII hablaba sobre la futura muerte del presidente Kennedy y su hermano: "Caerá el Presidente y caerá el hermano. Entre los dos, el cadáver de la estrella inocente. Hay quien sabe. Preguntad a la primera dama de negra y al hombre que la llevará al altar en la isla. Serán tres quienes disparen contra el Presidente. El tercero de ellos estará entre los tres que matarán al segundo..."
Santa Odilia profetizaba en el año 720 de nuestra era: “Escucha, hermano mío! He visto el terror de los bosques y de las montañas. El espanto ha helado a los pueblos. Ha llegado el tiempo en que Alemania será llamada la nación más belicosa de la tierra. Ha llegado la época en que surgirá de su seno el guerrero terrible que desencadenará una guerra mundial, y que los pueblos en armas llamarán el Anticristo, aquel que será vituperado por las madres en llanto por sus hijos que como Raquel, ninguno podrá consolar”
“Veinte distintas naciones combatirán en esta guerra. El conquistador partirá de las riberas del Danubio. La guerra que emprenderá será la más espantosa que los seres humanos hayan visto. Las armas escupirán fuego y los cascos de los soldados tendrán puntas y lanzarán relámpagos, mientras sus manos empuñarán antorchas encendidas. Obtendrá victorias por tierra, por mar y por el cielo; se verán en efecto sus guerreros alados, en cabalgatas inimaginables, levantarse en el firmamento para recoger las estrellas y luego tirarlas sobre las ciudades, provocando grandes incendios. Las naciones serán presa del estupor, y se dirán: ¡¡De donde viene este espanto!!?”
El monje Rasputín decía a fines de siglo pasado: "Mahoma dejará su casa, recorriendo el camino de los padres. Y las guerras estallarán como temporales de verano, abatiendo plantas y desbastando campos, hasta el día en que se descubrirá que la palabra de Dios es una aunque sea pronunciada en lenguas distintas. Entonces la mesa será única, como único será el pan"
DESTINO O ADVERTENCIA ?
Cual es la funcion de las profecias si seran inexorables ? O acaso son señales que pueden ser modificadas y aprovechadas ?
Parece que la realidad,pasada,presente y futura esta tejida de extrañas imágenes basadas en SIMBOLOS y estos pueden mostrarse anticipadamente aunque confusa y recurremente en Sueños,Visiones,Pinturas,leyendas….
Esos símbolos son un puente que nos lleva a un mundo donde las ideas y arquetipos flotan en potencia,esa MATRIZ es el lugar y fuente donde el fractal o nube de imágenes-ideas formaran el tejido de la realidad…esa extraña fuente es llamada EL LIBRO DE LA VIDA,ANIMA MUNDI O REGISTRO AKAZICO y puede ser evocada y avistada parcialmente por Videntes o Misticos o aun por personas comunes que resultan afectados por esas experiencias…las profecias generalmente cuentan un futuro sombro y terrible y a menudo parecen incoherentes y terminan cumpliendose.
Creemos que el destino no es inexorable ,sino cual es la funcion de las profecias ? EDGAR CAYCE decia que la vida era un camino y todo camino tiene señales que un viajero atento puede interpretar y guiarse de acuerdo a esos signos que son los PRESAGIOS y que describen las PROFECIAS que muchas veces fueran interpretadas y aprovechadas por lideres poderosos que supieron percibir y aprovechar esas señales…
Un tema fascinante que exige estudiarse en profundidad y a tal fin les comparto esta colección de libros sobre el tema en Carpeta GOOGLE DRIVE y formato PDF.
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