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Cine: Né Giulietta, né Romeo (2015)

Uno de los aspectos más interesantes del cine, al igual que sucede con el resto de las diferentes expresiones artísticas, es comprobar la universalidad en situaciones que exceden las barreras limítrofes, religiosas o sociales. No hay mucha diferencia entre los adolescentes italianos, como los de la película que hoy nos ocupa, o los del resto del planeta: la búsqueda de la identidad, la necesidad de la amistad, el bullying, la idolatría o el autoconocimiento de la sexualidad. 

Rocco Bordin (Andrea Amato), al igual que sus amigos Maria (Carolina Pavone) y Mauri (Francesco de Miranda), tiene dieciséis años y está desolado porque su ídolo, el cantante Jody Mc Gee, ha tomado un paso crucial en su carrera debido a un escándalo público. Hijo de padres separados (Manuele, un ´psiquiatra de gran impacto mediático interpretado por Corrado Invernizzi y Olga, la madre periodista que lleva el rostro de Veronica Pivetti), Rocco no entiende por qué sus sesiones de sexo con Maria no satisfacen a ninguno hasta que en la escuela aparece un chico nuevo: Andrea (Lorenzo Fusconi), que no tarda en recibir el acoso de Manetti (Riccardo Alemanni), el típico bully de la case, quien lo “acusa” de ser gay. Los roces entre ambos son inevitables y hasta generan un pequeño escándalo escolar que lo “saca del armario” frente a sus padres. Que parecen tener la “mente abierta” hasta que se enteran de lo de Rocco y comienzan a echarse culpas y a sugerirle una terapia psicológica para tratar esa “fase homosexual”.

Así se desata la rebeldía del muchacho, que, enterado de que su ídolo va a dar un último concierto, se pone en campaña para comprar las entradas, aunque tenga que trabajar para su abuela Amanda (Pia Engleberth), que, aún un personaje delicioso, conserva resquicios de fascismo mussolliniano. El que le hayan prohibido acudir a tan esperado evento (un cantante que titula una serie de conciertos como “Tour de Masturbación y Sodomía” no puede transmitir tranquilidad a ningún padre sobre los gustos musicales de sus hijos) no lo detendrá, y emprenderá un viaje subrepticio, escondido de la mirada adulta, junto a Maria y Mauri, O casi, ya que Olga y Amanda le seguirán la pista a la vez que Rocco buscará profundizar en la búsqueda de su sexualidad.

También conocido en el mercado hispanoparlante como “A Little Lust” (”Una pequeña lujuria”), esta producción italiana (que no transcurre en Verona sino en Roma) fue escrita por Giovanna Gra y dirigida por Veronica Pivetti en un sólido debut tras las cámaras que se inmiscuye en un tema serio y de gran complejidad y lo trata con apuntes divertidos y personajes entrañables.

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Andrea Amato - Star Magazine