#* ⠀ 🧁 ⠀ ╱ ⠀ plot ⠀ 、 ⠀ ❪ ⠀ sugar ru$h ⠀ ❫

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sullyto mi tesoro, sullyto mi amor, qué opinas de los nuevos miembros de la banda? 🥺

-  —Son  muy  prometedores  —  -Suyeong  no  es  un  sujeto  criticón  como  podía  ser  Yohan,  que  al  parecer  tenía  una  opinión  negativa  de  todas  las  personas  hasta  que  estas  le  demostraran  tener  razón  o  bien,  que  se  equivocó  con  ellos.  -  —Dohyeon-ah  y  Minjae-hyung,  siento  que  tardaran  más  en  amoldarse  a  la  escena  underground,  pero  Seungwon-hyung  simplemente  pertenece  a  nosotros  —  -su  emoción  se  nota  un  poco  en  sus  vocablos,  por  fin,  devolviéndole  las  ganas  de  hablar  sobre  la  banda  y  la  música.  -  —Sabe  de  música,  estoy  seguro  de  que  nos  brindará  muchos  beneficios. 

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psps yohancito, qué opinas del nuevo baterista? 🤭

-  —Ugh,  terrible.  No  he  conocido  ni  un  solo  día  de  descanso  y  paz  desde  que  Sully  decidió  que  quería  que  estuviese  en  la  banda  —  -le  daba  mala  espina,  como  la  gran  mayoría  de  las  personas  en  el  planeta  tierra.  Suyeong  era  más  gentil  juzgando  a  otros,  él  en  cambio  dormía  con  un  cuchillo  debajo  de  la  almohada.  -  —Tristemente,  no  puedo  decir  lo  mismo  de  sus  habilidades.  Me  encantaría  decir  que  es  un  inútil  sin  creatividad  ni  talento  en  la  batería,  pero  no  es  así…  lo  único  malo  es  su  personalidad.

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Yang Suyeong

Guitarrista, compositor principal y líder de Sugar Ru$h, una banda de rock indie underground que es una estrella en ascenso

Estudia producción musical en la universidad, no obstante, tiene fe en que Sugar Ru$h despegará pronto y se volverán famosos con tan solo la banda

Maneja una motocicleta

Aesthetic físico: Tiene el cabello teñido de rosa pálido, algo largo y despeinado. De piercings tiene los dos snake bites inferiores, además de toda la oreja derecha perforada y la ceja izquierda. Tiene el brazo izquierdo tatuado con algunos ojos, unas especies de nubes y rayos de color negro, también tiene otro tatuaje en la pierna izquierda desde el pie hasta debajo de la rodilla con una serpiente en un estilo parecido al trazo de una brocha.

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Ji Yohan

Bajista de Sugar Ru$h, aunque también tiene el auto proclamado puesto de manager, siendo él quien les consigue los mejores lugares para tocar al igual que se encarga de las finanzas del grupo

Estudia medicina, comenzó en la música simplemente porque Suyeong lo embaucó y le dijo “¿o no puedes aprender a tocar el bajo?” y lo tomo personal

Quiere aprender a componer y ayudar en letras

Tiene una coneja de mascota llamada Wabbit

Aesthetic físico: Tiene el cabello teñido de un morado oscuro, casi color uva, de longitud corta y despeinada. Como piercings solo tiene varias argollas en la oreja derecha, mientras que de tatuajes en primera instancia solo se había hecho un cerbero en el pecho derecho, queriendo tener un tatuaje “que pudiese cubrir”. Luego de un tiempo, se tatuó el antebrazo derecho con una calavera y flores.

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Kim Noah

Fan numero uno de Sugar Ru$h, especialmente de su baterista de quien está enamorado. Es seguidor completo, yendo a cualquiera de sus presentaciones sin importar donde o cuanto cueste el ir

Estudiante de danza contemporánea, quiere ser bailarín famoso algún día

Tiene un club de fans y se encarga directamente de mercancía, promoción y difusión de la banda

Tiene un gato angora de pelo largo llamado Lu

Aesthetic físico: Tiene el cabello teñido de rubio, corto y alborotado. Noah tiene una infinidad de piercings, los más notables son el del ombligo en forma de serpiente, uno en la lengua, toda la oreja derecha colmada de aros y la izquierda solo con un par de argollas. Tiene también tatuado en el brazo derecho dos medusas, en el hombro izquierdo algunas flores de cerezos, en el muslo y cadera izquierda tiene una serpiente y flores tatuadas en negro.

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Dios  que  genio  es,  se  besa  el  cerebro  siempre  mhwa

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Yohan  resopla,  obligándolo  a  quedarse  cuando  lo  toma  de  las  caderas  y  evita  que  camine  más  lejos.  -  —No  puedes  ser  mas  melodramático,  ¿cierto?  Me  gustaría  verte  con  solo  la  camisa  del  grupo,  pero  sin  nada…  me  interesa  también  —  -espera  que  su  método  de  contentarlo,  funcione. 

Ahora con mayor razón no lo usará, saldrá a buscar alguna habitación en un hotel de lujo, con permiso y noches, porque de buenas no tienen nada(?)

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Yohan  se  reserva  el  responderle  lo  primero  porque  desde  siempre  le  ha  importado  con  quien  duerme.  Al  comienzo  pensaba  que  era  porque  cuidaba  la  banda,  de  que  no  deseaba  que  la  fama  de  drogadictos  y  fornicadores  como  la  antigua  banda  del  otro,  manchara  el  objetivo  de  Sugar  Ru$h  cuando  Seungwon  se  divertía  con  otras  personas.  Luego  vino  de  su  conocimiento  que  estaba  celoso  de  que  se  fuese  con  alguien  al  terminar  la  noche,  Yohan  intentando  lo  mismo  aun  sabiendo  que  es  un  hombre  que  no  se  rige  por  las  mismas  reglas  del  ser  humano  común,  terminado  esa  noche  con  un  hoyo  en  el  pecho  y  sintiéndose  tan  miserable  porque  aquella  persona  no  era  el  hombre  que  alguna  vez  amó  y  ni  siquiera  era  la  persona  que,  al  parecer,  le  gustaba.  Resopla  cuando  ve  ese  gesto  que  parece  de  un  gatito  enfurruñado,  rojo  hasta  las  orejas,  pero  frunciéndole  el  ceño.  -  —Tal  vez  lo  haga,  si  sales  de  mi  maldito  camino  ahora  —  -claro  que  no  le  pediría  a  Suyeong  que  no  quiere  a  Seungwon  en  la  banda,  porque  el  líder  seguramente  lo  mandaría  a  comer  mierda  y,  además,  no  es  su  deseo  real.  Sabe  que  su  enfado  es  el  que  está  hablando,  ese  asqueroso  y  terrible  monstruo  que  subía  por  su  espalda  es  quien  le  hace  hablar  estupideces.  Da  otra  calada  a  su  cigarrillo,  queriéndose  erguir  de  nuevo  a  toda  su  gloriosa  altura,  pero  son  unas  manos  las  que  lo  sostienen  en  su  lugar  y  lo  estrujan  un  poco,  el  bajista  soltando  el  humo  por  la  nariz  con  una  habilidad  entrenada  apareciendo  su  ceño  fruncido  detrás  del  humo.  -  —No  me  molesta  nada,  solo  tu  estúpida  actitud  y  que  parece  que  no  entiendes  lo  que  te  estoy  diciendo,  ¿eres  tonto?  ¿acaso  tengo  que  explicarte  con  manzanas  que  esto  no  es  un  juego  para  nosotros?  —  -es  condescendiente,  cada  vocablo  pronunciado  con  toda  la  finalidad  de  lastimarlo  y  hacer  que  se  aleje  de  él,  que  lo  deje  en  paz,�� ha  estado  bien  estos  meses  sin  nadie  y  su  corazón  dejó  de  sangrar  por  la  perdida.  No  quiero  volver  a  abrirse,  no  desea  estar  de  nuevo  en  la  misma  posición  que  antes.  Yohan  se  irgue  a  toda  su  altura,  trayéndose  consigo  al  otro  que  no  lo  soltaba,  su  mano  libre  yendo  a  las  muñecas  del  más  bajo  y  aprieta.  -  —¿Qué  dijiste?  —  -podía  tolerar  que  hablasen  de  su  persona  muchas  cosas,  pero  nunca  que  era  de  intelecto  inferior.  Claro  que  tenía  la  respuesta,  pero  se  negaba  a  verla,  lo  cual  era  muy  diferente  a  lo  que  insinuaba  Seungwon.  Alguien  intenta  abrir  la  puerta  del  baño  desde  afuera,  pero  es  Yohan  quien  suelta  el  cigarrillo  y  la  muñeca  del  baterista,  llevando  ambas  manos  a  la  superficie  y  la  empuja  para  cerrarla  de  nuevo  de  un  golpe,  empujando  también  al  más  bajo  contra  la  misma  y  encarcelándolo  completamente  con  su  cuerpo.  Escucha  que  maldicen  afuera,  pero  no  intentan  volver  a  abrirla,  sabiendo  que,  en  un  bar  de  mala  muerte  como  ese,  alguien  tenía  una  pelea,  o  estaba  teniendo  sexo  en  ese  lugar.  Bufa,  como  un  animal  salvaje  directamente  en  el  rostro  del  otro,  arqueando  una  ceja.  -  —Tú  eres  un  problema,  esa  es  la  respuesta.  Odio  sentirme  como  un  estúpido  porque  te  ríes  con  otra  persona,  porque  tocas  a  alguien  más  como  si  fuese  necesario  hacerlo.  Aborrezco  el  hecho  de  que  me  robas  la  calma,  que  no  puedo  dejar  de  pensar  en  ti…

Cuando el contrario menciona a Suyeong siente una molestia en el pecho, replanteándose si fue buena idea buscarlo e intentar platicar con él en lugar del líder. Lleva sintiendo celos del menor por un tiempo, envidiando la bonita relación que ambos compartían y dudando si algún día, Yohan y él podían hablar de manera tan natural sin lastimar al otro. Al parecer, ese día no es hoy. “¿Y desde cuándo te importa con quién duerma? Le pedí permiso a Suyeong para charlar un rato con Daeho y volver, no iba a ir a ninguna otra parte, no estoy interesado en él.” se siente pequeño e intimidado ante la cercanía, pero logra fruncir el ceño como forma de rebeldía y dejar en claro que no es buena idea meterse con su persona. Las siguientes palabras le duelen, se clavan como una estaca en su órgano vital que, de la furia y tristeza que experimenta, bombea la sangra con mayor velocidad, enrojeciendo el rostro del baterista, quien aprieta los puños para no darle un manotazo ahora mismo. ¿Será que, de los dos, solo él ha desarrollado sentimientos románticos? Se muerde el labio inferior, buscando contener unas lágrimas producto de la reciente herida emocional en su pecho. “¿Yo soy tu problema? ¿Ah sí? Entonces sal y dile a Sully que me quieres fuera, que no soportas verme un minuto más, deséchame como quieras, como si fuese una basura, como el dolor en el culo que describes. Pero entiende que no tienes el maldito derecho de sacar tu rabia conmigo, no cuando por fin comenzamos a llevarnos bien, a entendernos y trabajar como un equipo.” La mirada de Yohan lo lastima y entiende que de encontrarse solo en aquel lugar, la frustración de no comprender sus pensamientos lo llevaría a un llanto desesperado hasta que los ojos se vuelvan rojos, Sin embargo la situación era totalmente distinta y Seungwon da unos pasos hasta quedar cerca y sujetarlo del cuello de la camisa para que deje de huir y lo enfrente. “Lamento informar que no me iré, dime ahora mismo lo que te está molestando, tengo toda la noche para que enfríes tu estúpida cabeza y puedas ser una persona razonable otra vez.” Sabe que está caminando por terreno peligroso, pero siente que es el momento ideal para presionarlo y que suelte todo. El conflicto entre ellos ha sido constante y siempre lograban solucionar todo, regresar a la música, comer algo y charlar sobre cualquier tema que se les aparezca por la mente. Ahora solo espera que al mostrar su disposición para comprenderlo, el bajista también se abra y pueda ser sincero con él. “¿O acaso tu cerebro claramente superior al mío no encuentra una respuesta? ¿Es eso, Ji Yohan, o en realidad me odias?” una sonrisa provocadora aparece en su rostro, acercándose al rostro ajeno sin importar el humo que llega a sus pulmones, buscando ocultar el miedo a que rompa más su ya delicado corazón.

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Dependerá  de  cuantos  pins  vaya  a  ponerle  a  su  mochila  y  su  ropa,  si  son  menos  de  cinco  lastimará  su  corazón

Entonces, ¿La idea del merchandising de hyung es buena o mala? He's very confundido(?)

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Suyeong  se  encontraba  en  el  pequeño  espacio  que  servía  como  lugar  de  recreación  —un  sofá  y  un  microondas  donde  calentaban  café  y  ramen  instantáneo—  en  el  estudio  que  rentaban  para  grabar,  su  guitarra  en  mano  y  un  auricular  conectado  a  su  ipad  donde  estaba  escuchando  la  base  que  Seungwon  grabó  para  él  en  batería,  junto  con  la  pista  del  bajo  que  al  parecer  Yohan  había  grabado  también.  Solo  faltaba  completarla  con  Minjae  con  el  piano  y  su  parte  con  la  guitarra,  dejando  como  siempre  lo  mejor  para  el  final,  la  voz.  Suyeong  era  un  perfeccionista  y  se  notaba  en  como  había  evitado  el  re-debut  de  Sugar  Ru$h  hasta  conseguir  que  todos  estuvieran  en  sintonía  y  pudiesen  hacer  magia.  Por  ende,  la  voz  para  él  era  lo  más  importante,  lo  que  le  daría  la  vida  a  las  canciones  que  él  hacía  y  mezclaba  con  todos  los  instrumentos.  Sus  dedos  se  mueven  por  la  guitarra,  pensando  si  la  segunda  parte  de  la  balada  podría  llevar  una  segunda  voz  haciendo  dueto  con  Dohyeon.  Anota  todo  en  una  libreta,  alzando  la  cabeza  cuando  detecta  un  par  de  ojos  conocidos  buscándolo,  el  productor  dedicándole  una  sonrisa  y  asintiendo.  -  —Para  ti  siempre,  ángel  —  -no  podía  evitar  llamarlo  de  esa  forma,  inclusive  cuando  se  prometió  no  arruinar  la  banda  una  segunda  ocasión  enamorándose  de  la  persona  equivocada.  Palmea  el  sofá  al  costado  de  él,  deteniendo  las  pitas  y  quitándose  el  auricular.  -  —¿Qué  tienes  ahí  escondido?  Enséñame  tu  magia.   

Plasmar ideas en papel era una tarea sencilla para él, un amante de la música desde que tiene memoria y ni siquiera cuando tuvo su ‘época oscura’ ha dejado de expresar lo que siente, llenado decenas de libretas que aún descansan en su habitación. A veces las relee como una forma de seguir adelante, de recordar amistades o amores que dejaron una marca en él, a su yo de pequeño que le pedía a gritos que no se rinda con su sueño aunque todo el mundo esté en su contra. Dohyeon sabe tocar algunos instrumentos de pequeño, cuando fue a pedir clases particulares a sus padres y estos accedieron creyendo que solo era un gusto temporal y cuando crezca, enfocaría su vida en heredar el negocio familiar. También está aprendiendo piano por su carrera aunque no se compara en lo absoluto al talento innato de Minjae, pero escribir y producir son cosas distintas, por lo que busca ayuda en el mayor para dar vida a una nueva canción que escribió noches atrás. “¿Estás libre, hyung?” se asoma con timidez por el pequeño espacio entre la puerta y el marco de la misma, sujetando entre sus brazos y cerca del pecho el cuaderno donde las letras dan vida a sentimientos que, por ahora, es incapaz de expresar.

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Todos  los  días  se  ve  en  el  espejo  y  por  eso  sabe  que  tiene  derecho  a  ser  insoportable,  porque  es  guapo  y  rico.

Y ese conjunto de células disfuncionales tarado se ha visto en el espejo o qué.

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-  —Estas  sonando  exactamente  como  Noah-yah  suena  cuando  está  hablando  de  la  mercancía  —  -era  un  visionario  con  mucha  pasión,  que  al  parecer  Minjae  y  Dohyeon  también  encontraban  la  idea  maravillosa,  de  Yohan  ni  siquiera  habla.  -  —Lastima  que  Seungwon-hyung  no  encuentre  la  idea  tan  agradable… 

"Yup, además sirve de promoción y amuleto protector, ¿No te parece perfecto, líder?" ahora solo necesita esperar pacientemente al día del lanzamiento.

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Yohan  se  mueve  como  perro  con  rabia  entre  el  gentío,  llevándose  a  unos  cuantos  golpeándolos  con  el  hombro  y  cuando  por  fin  puede  respirar  en  paz,  es  cuando  ingresa  en  el  baño  de  hombres.  Hay  una  pareja  que  parecía  muy  cariñosa,  pero  entre  el  golpeteo  de  la  puerta  y  su  cara  de  pocos  amigos,  la  pareja  desaparece  de  su  vista  y  lo  deja  solo  en  aquel  baño  de  mala  muerte,  con  urinarios  y  un  retrete  algo  quebrado.  Enciende  un  cigarrillo,  porque  al  parecer  es  lo  único  que  podría  calmarlo,  no  ha  dado  ni  dos  caladas  cuando  escucha  la  puerta  abrirse,  suspirando.  -  —Lo  sé  Suyeong,  no  debí  hacer  es-  —  -detiene  cualquier  tipo  de  palabra  cuando  se  gira  sobre  sus  talones  y  no  es  su  líder  quien  ingresa  en  el  recinto,  sino  la  causa  de  todos  sus  problemas  mentales  y  su  furia  vuelve  a  resurgir.  -  —Vete  de  aquí  —  -debería  estar  contento  de  que  dejó  al  imbécil  de  Daeho  allá,  pero  no  es  así.  Da  otra  calada  a  su  cigarrillo,  volviendo  a  andar  dentro  de  aquel  baño  4x4  como  un  león  enjaulado.  Lo  escucha,  pero  no  puede  evitar  resoplar  y  devolverle  la  mirada.  -  —Era  nuestra  noche  como  Sugar  Ru$h,  que  debías  pasar  con  tu  nueva  banda,  no  reviviendo  estúpidos  recuerdos  con  un  imbécil  que  solo  quería  emborracharte  y  llevarte  a  su  cama  —  -escupe  lo  que  piensa,  su  fisionomía  más  alta  tenía  la  ventaja  ahora  cuando  se  acerca  peligrosamente  al  otro  como  si  fuese  también  a  golpearlo,  aunque  solo  baja  ligeramente  a  su  altura  para  verlo  ojos  con  ojos.  -  —Tu  eres  mi  jodido  problema,  todos  los  días.  ¿Crees  que  esta  banda  es  un  juego?  ¿Qué  puedes  venir,  tocar  y  luego  buscar  a  tus  antiguos  compañeros  y  volver  ahora  que  están  yendo  a  alcohólicos  anónimos?  Hemos  trabajado  arduamente  porque  la  estúpida  banda  no  se  caiga  a  pedazos  antes,  no  voy  a  dejar  que  un  mocoso  idiota  que  no  sabe  que  quiere,  arruine  por  lo  que  Suyeong  y  yo  hemos  peleado  —  -sabe  que  no  está  siendo  justo  con  Seungwon,  ni  con  Dohyeon  y  Minjae  a  quienes  debería  pedirle  disculpas  apenas  salga  de  ahí,  pero  no  puede  evitar  decir  lo  que  pensaba  y  como  su  cerebro  registraba  todo  lo  que  vio.  Yohan  resopla,  separándose  solo  para  golpear  la  puerta  de  uno  de  los  baños  y  volver  a  dar  una  calada  amplia  al  tubo  de  nicotina  y  cerrar  los  parpados.  -  —Arruinas  mi  noche,  vete.

Cuando siente el agarra de Yohan intensificarse junto a la vista fija en su persona se frustra, rodando los ojos y gruñendo. Pelear con el menor es una batalla perdida al ser más alto y él por su parte, odia sentirse pequeño y por el bien de todos decide no responder, apreciando la decoración del bar y la gran cantidad de bebidas alcohólicas que tenía esa noche. Pero su compañero insiste en causar problemas, por lo que Seungwon vuelve a jalar inútilmente del brazo para tener su atención nuevamente. “Cierra la boca ya, Yohan, te lo advierto.” Las palabras fueron inútiles pues Daeho, harto ya de la situación, decide actuar y encarar el mal comportamiento del bajista. Intenta posicionarse entre ambos y separarlos, pero el último comentario del bajista le hace dudar. ¿Dormir con él? ¿Por qué querría hacerlo? Ha dejado los encuentros casuales tras comprender lo que sentía por el doctor, siendo incapaz de desear a otra persona. Rápidamente regresa a la Tierra cuando Suyeong interviene y logra detener la pelea, sin embargo recibe una mirada poco agradable del más alto y una inesperada pregunta. “¿Lo que tanto quiero…?” repite, siendo escuchado por los más jóvenes de la banda que se acercan cuando el peligro desaparece. Ninguno quería hablar sobre la actitud de su compañero y puede notar cómo saben algo al respeto por la manera que evitan mirarlo directamente mientras Suyeong quería decir algo, pero Seungwon ya se encuentra siguiendo los pasos del contrario entre la gente. Inhala y exhala sin prisa antes de abrir la puerta de golpe, importándole poco o nada lo que estuviese haciendo Yohan, colocando la espalda sobre la misma para que no escape. “¿Pero qué sucede contigo, Yohan?” se escucha alterado y lo está, podía sentir el rostro enrojecido y agradecía que el lugar contase con poca iluminación. Cruza los brazos con el ceño fruncido, dispuesto a encontrar aún si eso significaba estar por horas encerrados. “Todos estábamos contentos, la presentación fue genial, firmamos un par de camisetas y Daeho me invitó unos tragos para ponerme al día con mi ex grupo y ya. No tenías que actuar así.” Yohan es una persona racional, por lo tanto su cabeza no encuentra un motivo justificado para el actuar así de violento. Solo tiene más o menos una idea del porqué se comportó así, pero necesita oírla del contrario, de lo contrario solo sería una ilusión a ser correspondido. “Y si el problema es conmigo, cosa que no entiendo porque no hemos discutido seriamente en meses, ni siquiera en la universidad, ¿Tanto te costaba pedir amablemente si podíamos hablar a solas? Asustas a las personas, a Dohyeon y Minjae que no están acostumbrados a este tenso ambiente.” tarde o temprano tenían que presenciar un pleito, pero le entristece saber que, al parecer, es por su culpa.

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¿Promocionar  la  banda  como  todos  los  demás?  Y  quien  debería  dormir  en  el  sofá,  es  él.  Necesita  espacio  para  su  peluche(?)

¿Y qué ganaría con eso? porque no le hace gracia estar celoso. Ah, no olvides llevar una almohada, hoy duermes en el sofá, adiós.

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Sabe  que  está  caminando  sobre  hielo  delgado,  pero  honestamente,  cree  poder  contener  tanto  a  Seungwon  como  a  aquel  sujeto  que  ahora  apretaba  la  mandíbula,  seguramente  sus  puños  le  picaban  por  atestar  un  golpe  contra  el  bajista.  Realmente  espera  que  tenga  una  reacción  violenta,  así  le  daría  una  justificación  a  pelearse  con  él  y  dejar  salir  todas  esas  emociones  que  se  remolinaban  dentro  como  un  huracán.  -  —Estas  disculpado  —  -espeta  ahora,  echando  un  vistazo  hasta  el  baterista  y  clava  sus  ocelos  muy  profundo  en  el  contrario,  su  mano  se  aprieta  fácilmente  en  contra  de  su  brazo,  haciendo  uso  de  sus  dedos  más  largos;  silenciosamente  ordenándole  que  se  quede  quieto.  La  discusión  no  era  con  el  médico,  sino  con  el  otro  imbécil  que  trataba  de  seguir  teniendo  la  atención  de  Seungwon,  que  quería  seguir  haciéndolo  reír.  -  —Si  no  quieres  que  vuelva  a  la  banda,  ¿qué  quieres  de  él?  No  tiene  drogas  como  las  que  tanto  les  gusta  consumir  —  -sabe  que  volvió  a  tocar  otro  nervio,  porque  ahora  recibe  un  empujón  y  la  gente  alrededor  de  ellos  comienza  a  estresarse,  conociendo  los  manierismos  naturales  que  se  daban  en  los  bares  undergound,  con  la  gente  pasaba  de  copas  y  la  adrenalina  de  saltar  y  cantar  con  su  banda  favorita.  “¿Cuál  es  tu  maldito  problema?”  el  joven  la  cuestiona,  pero  poco  tiempo  tiene  de  reaccionar  cuando  Yohan,  lo  toma  de  la  parte  delantera  de  la  camisa,  moviéndolo  como  una  muñeca  de  trapo  solo  para  hacerle  casi  pararse  de  puntitas  para  poderlo  ver.  -  —Si  lo  que  quieres  es  dormir  con  él,  no  dejaré  que  salgas  de  aquí  caminando  —  -Yohan  suelta  a  Seungwon  solo  para  poder  tener  ambas  manos  libres,  siendo  su  turno  de  empujar  al  otro  musico.  Estaba  dispuesto  a  que  las  cosas  se  acaloraran  pronto,  si  no  fuese  porque  su  líder  prontamente  estaba  en  la  escena  del  crimen,  separando  a  los  dos  sujetos  bastante  irritados.  “Yohan,  Daeho,  basta”  la  voz  de  Sully  entra  por  sus  oídos,  pero  sus  ojos  no  abandonan  al  imbécil  que  respondía  al  nombre  de  Daeho,  dispuesto  a  saltarle  a  la  yugular.  “Sal  de  aquí,  ve  a  tomar  aire,  fúmate  un  cigarrillo”  Suyeong  no  deja  espacio  para  replicar,  haciendo  que  Yohan  se  moleste  aun  más  por  no  poder  sacar  su  frustración,  puños  apretados  y  un  gesto  de  disgusto  completo,  resopla  para  girarse  sobre  sus  talones  y  observar  al  otro  doctor,  riéndose  sin  mucha  gracia.  -  —Lárgate  con  él  si  es  lo  que  tanto  querías  —  -tampoco  da  lugar  a  la  réplica,  porque  comienza  a  andar  hasta  el  pasillo  oscurecido  que  les  llevaba  a  los  baños. 

Ha lidiado con todo tipo de personas en sus prácticas de internado, desde los más gentiles a los más arrogantes donde morderse la lengua es necesario para no decir algo hiriente y meterle a él en problemas con sus compañeros. Presenciar berrinches es algo común, generalmente se daba en niños que no quería ser examinados, cayendo al suelo entre gritos, rodando o golpeando cosas y llorando sin cesar hasta que los oídos de todos los presenten duelan. Creyó que no existía otra cosa que pudiese sorprenderle de los humanos, sin embargo estaba equivocado. Yohan salía de ese grupo, siendo alguien difícil de comprender y con quién discutía todos los días por el más mínimo detalle y no solo en el grupo, sino que también en las clases que tenía en común. Le ha causado uno que otro dolor de cabeza con lo cerrado de mente que era, creyéndose siempre superior a los demás cuando, al principio, solo era un mocoso que se cree el rey del mundo. Lo más curioso vendría tiempo después, cuando las pláticas nocturnas en el estudio terminaban en ambos hablando de la música, o cuando debía compartir habitación en hoteles para minimizar los gastos y entre queja y queja lograban conciliar el sueño, o cuando el resto de la banda ponía un karaoke durante los viajes y ambos se unían, el baterista con más energía entre los dos. Tenía unas cuantas relaciones en su historial amoroso pero era extraño y nuevo para él experimentar algo tan intenso por otra persona, querer estar cerca de este y verle sonreír más, por eso y cada vez que escribía una nueva canción iba corriendo hacia el menor para que diera su opinión. “¿Disculpa?” se ve en la obligación de dejar el vaso sobre la mesa cuando lo escucha, de lo contrario podría lanzar el líquido sobre el joven doctor. Si Yohan hubiese sujetado su brazo en otra ocasión de seguro sentiría mariposas en el estómago. “Primero que todo, ¿Qué demonios te pasa?” tu voz se torna arisca de inmediato, moviendo el brazo para que le suelte. No soporta ser controlado y mucho menos que alguien le toque cuando está enfadado, los orbes de Seungwon pierden parte del brillo natural ante aquella emoción, fijos en el menor. “No está intentando que regrese al grupo ni nada, solo estamos platicando, pla-ti-can-do, ¿Acaso hay algo malo en eso, doctor?” muerde su labio inferior como un mecanismo para evitar hablar de más, buscando ahora con la mirada a los demás miembros entre la multitud como si alguno supiera qué le sucede al bajista.

[mikrokosmcs]

Deja  de  ser  melodramático  Seungwon,  y  ponte  tu  camiseta  del  sugar  gidle  para  dormir.

¿Ah si? Bueno, la próxima deberá ser preparar una habitación separada porque desde hoy duerme solo o regresa a su antiguo hogar(?)

[mikrokosmcs]

Minjae  nooo,  le  da  vergüenza.

¿Dónde consigue el bonito pin del sugar glider?

[mikrokosmcs]

Yohan  se  consideraba  un  hombre  de  emociones  y  no  sentimientos.  Emocionarse  por  un  cuerpo  abierto,  por  un  nuevo  descubrimiento  en  la  ciencia,  por  una  nueva  canción  terminada  con  sus  aportes  eran  emociones  comunes  últimamente,  como  también  venían  aquellas  negativas  que  caracterizaban  al  pretencioso,  orgulloso  y  nefasto  doctor.  Decir  lo  que  sentía  en  el  momento  era  una  de  las  cosas  por  la  cual  más  lo  sacrificaban,  pero  ¿él?  ¿sentir  sentimientos  genuinos  y  reales?  Eso  si  jamás.  Los  tuvo  en  una  ocasión,  donde  no  dudó  en  abrirse  el  pecho,  meter  sus  manos  y  arrancarse  el  corazón  para  entregárselo  a  alguien  que  al  final  del  día,  no  supo  apreciarlo  y  lo  dejó  ahí,  desangrándose  como  un  río  que  corría,  pero  Yohan  no  sabía  dónde  terminaba  el  cauce.  Cree  que  ha  sanado,  porque  de  otra  manera  no  podría  sentir  lo  que  estaba  sintiendo  por  el  baterista,  que  con  el  tiempo  descubrió  que  no  estaba  tan  mal,  con  el  tiempo  deseó  tener  sus  atenciones  y  le  buscaba  pelito  solo  para  que  le  hablase  a  él  y  se  enfocara  en  su  persona.  A  veces  se  quedaban  hasta  tarde  componiendo,  otras  veces  Yohan  se  aseguraba  de  dejarle  la  ultima  rebanada  de  pizza,  el  café  con  menos  o  más  hielos  dependiendo  del  clima  o  la  dona  con  el  glaseado  que  le  gustaba.  Estaba  siendo  atento,  gentil,  y  es  algo  que  Yohan  no  podía  concebir  en  su  cabeza  pudiesen  ser  adjetivos  que  lo  calificaran  a  él.  Intentó  ocultarlo,  aunque  una  parte  de  él  le  asegura  que  no  pasa  muy  desapercibido  a  ojos  observadores  —Suyeong—,  no  obstante,  él  no  era  un  hombre  de  sentimientos  y  si  de  emociones…  por  lo  que  los  celos,  parecen  no  ser  la  excepción. Escucha  voces  de  fondo,  entre  la  música  y  sus  amigos,  cuando  deja  su  cerveza  poco  grácilmente  sobre  la  mesa  que  compartía  con  el  resto  de  miembros  de  Sugar  Ru$h,  casi  puede  escuchar  a  Dohyeon  o  Minjae,  con  esa  tonalidad  suave  llamándolo  “hyung”,  pero  no  presta  mucha  atención  porque  ya  es  un  hombre  con  una  misión.  De  varias  zancadas  alcanza  a  llegar  a  la  barra,  su  mano  derecha  se  cierra  sobre  un  bíceps  desnudo  y  prácticamente  se  planta  en  medio  de  los  dos.  -  —Si  estas  tratando  de  convencerle  de  volver  a  su  banda  mediocre,  llena  de  personas  igualmente  mediocres,  estás  ladrando  en  el  árbol  equivocado  ahora  —  -su  tono  no  es  enfadado,  sino  aquel  tono  arrogante  y  condescendiente  que  se  suele  usar  con  alguien  que  se  considera  inferior.  Yohan  forma  una  sonrisa  casi  siniestra  cuando  ve  los  efectos  que  tiene  en  el  otro  chico,  uno  que  ni  siquiera  recuerda  su  nombre,  porque  se  le  nota  tenso  con  lo  dicho. 

Beber después de una presentación era algo normal para Seungwon, encontraba reconfortante estar en una mesa mirando a su alrededor. Las luces del recinto cambiaban de color según la canción de fondo y las voces cantante al unísono evitaban que el lugar se sintiera aburrido. Lo que no era normal era cruzar caminos con uno de sus antiguos amigos, de aquella banda que dejó tiempo atrás por el choque entre sus ideales y los del resto. Con ese chico tuvo una conexión pero se desvaneció por completo al perder contacto, queriendo empezar desde cero con Sugar Ru$h y aunque tuvo uno que otro problema con el bajista, logró encajar perfectamente al grupo, creando memorias juntos en cada viaje, quedándose hasta tarde mirando películas de terror o simplemente riendo bajito cuando lee el chat grupal en clases. Ahora y con un par de vasos de alcohol en su cuerpo es que charla con normalidad, escuchando cómo les está yendo con el nuevo baterista y lo mucho que cambiaron tras la partida del joven médico, cayendo en cuenta que no podían seguir en el mismo agujero o lo que habían construido durante años se iba a derrumbar. Seungwon sonríe con sinceridad, recargando su rostro sobre su palma y la mirada fija en el chico, de vez en cuando interrumpe con alguna pregunta y siente la felicidad invadir su pecho ante las nuevas noticias, soltando risa tras risa al escuchar una anécdota divertida del grupo. Cuando es su turno de hablar es interrumpido por una mano en su brazo, volteando para encarar a quién sea que se atreve a tocarlo y encontrándose con nada más y nada menos que su compañero bajista. “¿Sucede algo, Yohan?” pregunta un tono suave, ladeando la cabeza con una clara expresión de preocupación en su rostro.