#¿por qué estoy haciendo esto?
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ladyazulina · 1 year ago
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Un intento de introducción a la comunidad Writerblr
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Hola a todos, soy Lady Azulina 💙 Solo Azu por estos lares. He estado pensando en hacer una presentación desde que comencé a sumergirme en la comunidad Writeblr hace quién sabe cuánto tiempo —ciertamente no yo. Pero no era capaz de decidir por dónde empezar. Todavía no lo sé, pero creo que incluso el intento más pequeño puede ser un gran paso, así que aquí vamos—quiero decir, yo. Aquí voy. Tengo muchas ganas de hacer de este espacio algo seguro para mí. Para desahogarme. Para compartir. Para ser yo incluso cuando no sé cómo ser yo. Probé Instagram. Probé Twitter. Ahora estoy probando conscientemente Tumblr. Vamos a ver cómo va esto.
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2-1: Mi pronombre es ella. También soy cisgénero. Y hasta donde sé, soy heterosexual, pero no he tenido la oportunidad de probar mi sexualidad, así que no puedo estar totalmente segura. ¿Por qué lo cuento todo? ¡Ni siquiera lo sé! No me prestes atención.
2: El sol ha dado veinticuatro vueltas desde que nací. Soy de invierno. Como, un tipo de regalo de Navidad anticipado. Por cinco días solamente. Se suponía que iba a nacer en febrero, pero creo que no quería celebrar mi cumpleaños con el resto de la familia. Así que tocó Navidad. Desafortunadamente.
2+1: Legalmente soy Sagitario, pero sinceramente no sé dónde encajo. Sol en Sagitario, Luna en Capricornio y Ascendente en Acuario.
2x2: AMO los tests de personalidad. Durante la mayor parte de mi vida, fui INFP-T, pero el último resultado dice que soy ISFP-T. Mi tipo de Eneagrama es un 4 sólido, un 9 ligero. Mi color personal es serulian (#9bb7d4).
2x2+1: Empecé a escribir a los once años.
2x2+2: Creo que tengo un registro de cada escrito en todos estos años (diosa, ya son trece años).
2x2+2+1: Soy una fanática del amor, incluso cuando no quiero serlo. Soy una romántica empedernida, gente. Escribo romance incluso sin saber que estoy escribiendo romance. ¿Cómo diablos? Yo tampoco lo entiendo.
2x2x2: De la misma manera, todo lo que tenga la cantidad correcta de romance me puede entretener. Y ni siquiera tiene que ser romántico.
2x2x2+1: También soy una criatura de ficción. Cada palabra que sale de mis dedos es ficción. Tengan cuidado, estoy hablando aquí de mi escritura, puedo convertir mi vida en una obra de ficción, ¡pero no lo es! Desafortunadamente.
2x2x2+2: Sobre el tema de la ficción, salvo algunas autoinserciones (que suelen salir en forma de microrrelatos), todo lo que escribo y he escrito es absoluta y totalmente… ficción. Gezh, créanme, también estaba buscando otra palabra completamente desprevenida para llevarlos a todos allí, pero me quedé en b l a n c o. Todos conocen el sentimiento, ¿no?
12-1: Soy una chica fantasiosa. Creo que lo decidí con mi primera novela, llena de criaturas fantásticas. Aunque no he estado escribiendo allí por un tiempo, sigue siendo uno de mis géneros principales. También me gustan las cosas paranormales, no como un tema importante, pero igual se agradece su participación.
12: Me encantan los misterios, y creo que estoy tratando de escribir uno, pero no trato de resolverlos. Mi cabeza no me perdonaría si trato de empujarla tan fuerte. Sobre el mismo tema, me gustan las series de detectives.
12+1: Encontré mi amor oculto por (escribir) escenas de acción gracias a un personaje específico. Todavía estoy buscando otras maneras porque no puedo escribir con ella tanto como me gustaría.
12+2: Aparte de los que ya he mencionado, soy bastante mala identificando géneros o tropes, así que no haré eso. Si reconoces alguno en mis escritos, ¡por favor indícamelo! De esa manera puedo agregarlos a las etiquetas y así sucesivamente.
12+2+1: Por un tiempo estuve en foros de roles, así que creo que puedo decir que tengo fanfics de Digimon, Pokemon, Sword Art Online y My Hero Academia. No hace falta decir que estoy tratando de convertir todas sus historias en originales; puedo hablar de ellos cuando quiera.
12+2+2: Siempre creo personajes en parejas porque no quiero que se sientan solos como yo, aunque eso no significa que sean parejas románticas.
12+2+2+1: Estoy bastante enamorada del color azul, de ahí mi nombre, sobre todo sus tonos más claros.
12+2+2+2: ¡Mi nombre real también es relacionado al color azul! Creo que soy imparcial desde el nacimiento.
20-1: Soy una dama latina del Caribe, mi primer idioma es el español. Me encantaría que el segundo fuera lenguaje de señas, pero creo que realmente es inglés.
20: Empecé a estudiar (en la universidad) Matemáticas, pero no funcionó. Cambié a Inglés, pero tampoco está funcionando.
20+1: Mi alter ego es una editora, correctora y entrenadora de escritura, puedo servir como mediadora y como una forma de probar sus servicios como lectora beta.
22: Creo que ya es obvio, pero mi número favorito es el 2. El 02, 20 y 22 también funcionan. 12 solo porque es el mes de mi cumpleaños, ¡pero también tiene un 2!
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Mimi
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Estoy empezando a traducir algunas cosas al español también, así que va a tomar un tiempo para que lo que tengo de Mimi esté listo en español, pero para ya voy...
Hablaré sobre el resto de mis hermosos proyectos a medida que escriba sobre ellos. Les advierto a todos, ¡son como cientos!
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junmsli · 10 months ago
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needy
pairing. enzo vogrincic x reader
cw/tw. smut, praise, established relationship, dry humping, unprotected sex, enzo un pocooo bromista, oral (reader recibe), dirty talk, age gap (no especificado), afab!reader/pronombres femeninos.
word count. 1.4k
rating. +18 (dejé ganar a mis pensamientos intrusivos)
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"enzo" la joven musita bajito el nombre del hombre que se hallaba en la habitación que ambos comparten, acostado en la cama, viene de haber estado lavando la poca vajilla que quedaba sucia. él se encontraba leyendo un libro, llevando puesto lo que parecía ser una camisa bastante liviana y el resto de su cuerpo cubierto por una sábana.
"¿qué pasa, mi amor?" dice y aparta la mirada del libro brevemente para enfocarse en ti por unos segundos, sonríe y vuelve a prestar atención a su libro. "vení y acostáte ya".
"sobre eso..." ella ríe nerviosamente y empieza a caminar hacia su dirección, su ropa consistía en una camiseta negra oversize, la más grande que pudo haber encontrado, sus bragas y no llevaba sostén porque al encontrarse sola con su pareja, en su hogar ¿quién en su sano juicio usaría sostén?
la muchacha se sube a la cama, con enzo en la cabecera y ella en el otro extremo, pero planea cambiar eso. empezando a gatear hacia él y una vez a su costado, toma suavemente el libro de las manos del uruguayo y lo deja en la mesita de noche "¿podrías seguir leyendo mañana? tengo una situación aquí.”
él alza una ceja "bueno dale, pero tengo una pregunta para vos, ¿la situación es; 'necesito una culeada'?" él aprieta los labios divertido "no estoy que me quejo".
"¿cómo sabes?" se hace la sorprendida, como si esa no hubiese sido la intención de todo el asunto para empezar.
empieza desabotonar los botones de la camisa de enzo con paciencia, logra su objetivo y se la saca delicadamente por la cabeza, quita la sábana que cubría el resto de su cuerpo, para ahora bajar su bóxer, tarea que acaba con una sonrisa coqueta.
"un poco bastante necesitada andas vos"
ella ignora su comentario y se sube sobre él. pone sus piernas en los costados de enzo, al nivel de su miembro y de su clítoris cubierto, lleva también sus manos a la cintura del mayor. ambos jadean por el roce más que placentero y enzo agarra sus caderas guiando su ritmo, conociendo mejor que nada cómo es que a su chica le gusta.
la fémina mueve sus manos con la intención de quitarse la camiseta, sin dejar de jadear, una vez que cumple con su objetivo agarra las manos de enzo de donde estaban  y las lleva a sus senos, incitandolo a tocar y masajear tanto como quiera. “vos serás mi muerte.” menciona mientras acaricia suavemente los pezones ya duros de su novia. “decime qué querés y lo tenés, mi sol.”
se mueve con más rapidez encima del miembro de enzo y toma fuerzas antes -casi- susurrar “q-quiero que me folles.” entre jadeos.
“¿con esa boca besás a tu vieja?” 
“dios, enzo no menciones a mi mamá mientras estamos en esto.” dice ella, sintiendo sus cachetes más que calientes.
él se ríe “mmh, vienes acá, te hacés la que no pero sí, no demorás ni dos minutos y ya estás saltando sobre mí.”
“no estoy saltando-” menciona, podrían estar cogiendo como si de eso dependiera su vida pero jamás permitiría la oportunidad de llevarle la contra a su novio. “y yo vine a lo que vine.”
“quizás debería cogerte tan fuerte y duro como estoy seguro vos esperás.” 
con delicadeza (no la misma que acaba de usar para decirle que la va a follar hasta el cansancio) él la toma y voltea a la chica acostando la en la cama.
le baja las bragas, su mirada sigue todo el breve momento y procede a quitarlas, sin importarle donde las arroja. su cabeza sube a la altura del centro de la muchacha, sus dedos caminan por los muslos de ella y los acaricia haciendo camino hasta llegar a su estrecho agujero e ingresa dos dedos que mueve a propósito, a un ritmo lento, lleva sus ojos en dirección a los de ella “toda mojada, no tenés ni puta idea de lo que me hacés sentir.”
sus labios van a su clítoris donde comienza el trabajo de chuparlo con adoración, la mujer gime alto y acaricia sus senos dejándose llevar. 
“muy exquisita si querés saber.” comenta enzo, lo que causa que la chica suelta una pequeña y nerviosa risa, él mantiene su trabajo en ella, dedos en el fondo de ella y lengua y labios en su clítoris, moviéndose, chupando y lamiendo como solo él sabe y aprendió, que a su compañera le gusta. 
sus labios dan lentas vueltas alrededor del punto más dulce de la muchacha y suelta bajos jadeos al probarla “mierda, sos tan adictiva.”
“e-en, yo…”
“decime qué querés”
“ya lo dije, en, sabes lo que quiero”
“no lo recuerdo” se encoge de hombros sabiendo que ella mantiene sus ojos en su figura.
“te quiero dentro, te necesito, quiero que me folles” dice con todas sus fuerzas, enzo nunca detuvo sus movimientos y los gemidos de la chica a la par, tampoco nunca cesaron.
enzo asiente con una sonrisa burlona. “nunca te diría que no.” aleja su rostro de ahí abajo, saca sus dedos contemplando lo mojados que están y alza una ceja divertido. nivela sus rostros y sonríe una vez más, sus dedos llenos de la esencia de la muchacha, van hacia la boca ella, donde los mete y mueve. “mi amor siempre sabe lo que quiere y yo se lo doy.” la fémina mueve su lengua alrededor de los dedos de enzo.
él después de un par de segundos separa sus dedos de su boca, usa ambas manos en el trabajo de poner las piernas ella a los costados de su cintura.
una mano finalmente se dirige a su miembro erecto para llevarlo al encuentro del centro de la joven. “siempre luces tan deliciosa cuando estoy apunto de enterrarme en ti.” finalmente comienza los movimientos de sus caderas contra las de la muchacha, suelta un par de gemidos mientras susurra su nombre, lleno de lujuria, adoración y gran amor. mantiene un ritmo rápido, estocadas que llevan a ambos a un muy alto placer. 
“sos tan hermosa.”
“por-por favor, te necesito.” dice.
“lo sé, mi amor.” no planea detenerse y observa con fascinación la figura de la mujer que tanto ama debajo de él. “me tomas tan bien. ”acerca su rostro al de ella y empieza un más que apasionado beso, lenguas se tocan y exploran todo lo que el otro le puede dar a cada uno.
enzo, como ya se mencionó, conoce cada punto que tocar, besar, lamer y acariciar para que su novia se siente en el mismo cielo, y no duden en que usará cada uno de sus conocimientos sobre ti en cada oportunidad que se le presente de hacerte sentir bien. “justo así, mierda, esa es mi chica.”
desesperadamente, la joven lleva sus manos a la espalda del pelinegro, donde las mantiene y acaricia con veneración, respiraciones pesadas se sienten el uno contra el otro, besos mojados son depositados en el rostro de ella. 
puede sentir como las paredes de ella lo presionan en su interior y sonríe, con más ternura que lujuria, al conocer que su amor está cerca de llegar a la cúspide de placer.
tal cómo él también lo es.
no tiene reparos en preparar y calcular cada uno de sus siguientes movimientos en ella, cualquiera podría llevarla al tope. sus estocadas premeditadas son un poco más lentas, entrando y saliendo, disfrutando cada segundo, sabiendo que es suya y que momentos así, estarían acompañándolo toda su vida, específicamente, ella lo estaría acompañando.
“sos tan linda desmoronándote debajo de mí.” susurra.
pensamientos de cómo es que dijo esas palabras con tanta facilidad llegan a él y sonríe, una sonrisa cargada de todas las posibles emociones que la situación le podría brindar, sigue los gemidos de ella diciendo todo los sinónimos de hermosa que llegan a su mente.
enzo acelera una vez más, moviendo sus caderas contra las de ella con la mayor precisión posible, toma el rostro de la jóven en sus manos. “mírame mientras te corres.” logra decir, muy sumergido en la neblina de placer en la que se encuentran ambos.
ella asiente, diciendo todo tipo de obscenidades, su orgasmo llega de manera abrumadora y suelta un último gran gemido. más respiraciones pesadas le siguen mientras el pelinegro busca también su liberación, ya que su prioridad ya había sido alcanzada. 
luego de lo que parece casi nada, ella siente la carga de semen del mayor bañando sus paredes de forma deliciosa.
“¿fue esto más interesante que el capítulo de tu libro que estabas leyendo?”
“déjame en paz, amor, vamos a limpiarte.” le responde con una sonrisa cansada pero satisfecha.
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writer's note: esto fue, definitivamente más rápido de lo que pensé 😭 si me olvidé de algún tag ¡avísenme!
otra vez, cualquier tipo de feedback es bienvenido :p espero que les guste <3
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gh0stsp1d3r · 1 year ago
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Please do a part 3 to teenagers (i love it so much) where Miguel catches them making out (obviously no NSFW) amd freaks out
Might as well make this a series atp😂
My Spanish might be a lil shitty because I don’t remember junk from Spanish class 😭 please correct me if anything’s wrong
𝐓𝐞𝐞𝐧𝐚𝐠𝐞𝐫𝐬... 𝐏𝐭 𝟑
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Hobie knocked on your door, your dad was working late and hopefully wouldn’t be back for a while.
You opened it, and smiled widely, hugging him as he laughed. He patted your back.
“Someone’s excited to see me.” He said.
“Yeah, missed you.”
You both hadn’t seen each other for a while, both too busy.
“Missed you too.” He gave you a quick peck, and you guided him to your bed.
You both talked for a while, his head in your lap while you played with his hair.
Then he sat up, and you made yourself comfortable.
You both made out for a while too, smiling and talking a little bit inbetween kisses.
Then the door opened. Miguel gasped and dropped whatever he was holding.
“Papá! No esperaba que estuvieras en casa-“ you immediately pulled away from Hobie and pushed him away a bit.
(Dad! I didn’t expect you to be home-)
“Esto es lo que andas haciendo no estoy ?”
(Is this what you do when I’m not home?)
“Papá I swear-“
“‘Ello, don’t know quite what you’re saying, but uh… I’d ‘priecate it if you spoke in English…”
Miguel narrowed his eyes at Hobie.
“Are you being ser- is he being serious?”
“Yeah, being pretty serious. I haven’t a scooby doo of anything you sa-“ He said, your dad just gave him a blank stare.
“It means he doesn’t have a clue- Dad-“
“Por qué lo quieres?”
(Why do you love him?)
“I… Muchas razones.”
(Many reasons.)
“I got that one.. Muchas means a lot.” Hobie smiled proudly to himself, his pronunciation making you snicker.
“He can’t even speak Spanish-“
“I’m trying. And believe it or not I love your daughter. And I know you don’t think I’m good enough for her, cause I ain’t. She’s too good for me. But I’m trying my best for her, and I’m trying to be the best I can.” He said.
Miguel sighed again.
“You’re damn right she’s too good for you…” he mumbled under his breath.
“Alright. Just.. keep the door open, please? And don’t do… whatever you were doing while I’m here please.”
“We won’t.” You said, smiling.
“Sorry Miguel!” Hobie yelled as he left.
“Mr. O’Hara!” He corrected from the living room.
You looked at Hobie, and you both broke out into laughter.
“Holy shit- I was expecting him to like.. kill me!” Hobie laughed.
“I was expecting him to start tackling you!”
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einsamkeit-18 · 1 year ago
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Dime quién soy,
dime hacía dónde estoy yendo con esto,
dime qué estoy haciendo con mi vida,
dime por qué sigo vivo,
dime por qué sigo aquí,
porque yo
ya no lo sé.
Harvester Of Sorrow.
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deepinsideyourbeing · 6 months ago
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No te alejes tanto de mí - Enzo Vogrincic
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+18! Dom!Enzo. (Alusión a) Breeding kink, creampie, dirty talk, dry humping, face slapping, fingering, sexo oral, sexo sin protección, edades no especificadas. Uso de español rioplatense (y mucho diálogo otra vez).
El departamento que compartís con Enzo es, sin lugar a dudas, el lugar más tranquilo que conociste en tu vida. La armonía y serenidad son pilares fundamentales en su relación, así como la buena comunicación, y esto se ve reflejado en el espacio que ambos llaman hogar.
Enzo es silencio y calma y durante la madrugada se desliza fuera de la cama sin despertarte, siempre cierra las puertas con delicadeza y sus movimientos a tu alrededor son protectores. Siempre sabe qué decir y qué no, qué hacer y qué no, también sabe cuándo acompañarte y cuándo darte espacio, y vos podés presumir de saber hacer lo mismo por él.
La vida con Enzo es estar en constante sintonía, dos cuerpos y mentes diferentes siempre en la misma órbita.
O eso creías...
Las peleas comenzaron hace semanas, volviéndose cada vez más frecuentes y alejándolos de lo que solían ser. Enzo no parece comprender cuánto te hiere sentir que se distanció y jura que tal cosa no sucedió, pero luego prueba que tus palabras son ciertas cuando un pequeño desacuerdo provoca que se aísle y no deja lugar para una conversación sobre lo ocurrido.
Normalmente es fácil de ignorar cuando se trata de nimiedades como los platos sucios, ropa sin lavar o la cama deshecha, pero con todas esas pequeñas faltas acumuladas fue difícil contenerte cuando remarcó de la peor manera tu falta de cuidado con la maqueta de su actual proyecto.
-Si ordenás un poco entonces no me voy a chocar tus cosas cada vez que entre...- contestaste, arrojando sobre su escritorio un trozo de la maqueta.
-¿Qué tengo que ordenar? Si nunca estoy, el desorden es tuyo.
Fingió no notar tu expresión, una nueva costumbre suya para evitar disculparse o hacerse cargo de algo. El que te culpara del caos no fue la principal causa de tu disgusto, no... Te molestó que reconociera no estar lo suficiente en su propio hogar, recordar que en lugar de pasar unos días a tu lado escogiera marcharse a Bariloche con un amigo y que al regresar pasara horas encerrado.
Abandonaste la pequeña habitación donde organizó su oficina y pronto sus pasos sonaron a tus espaldas junto con su voz que no dejaba de pedir tu ayuda. Cerraste la puerta con fuerza y te sentaste sobre la cama, furiosa, percibiendo cómo la ira crecía y consumía tus entrañas.
Cuando Enzo abrió la puerta te dedicó una mueca de disgusto que pretendía comunicar algo, pero si alguna vez logró hablarte sólo con la mirada eso ahora parecía ser un recuerdo lejano que decidiste ignorar. Permaneciste en la misma posición, tus brazos y piernas cruzados, inconscientemente mostrando rechazo mientras él te observaba.
-Ayudame- arqueaste una ceja-. Vos lo rompiste.
-¿Qué somos? ¿Unos nenes chiquitos…?
-Parece que sí, porque si fueras un adulto responsable te disculparías y me ayudarías.
Soltaste una risa de frustración y apretaste los labios esperando así poder contener la ira y todas las palabras que deseaban escapar de tu boca, pero cuando te señaló con un dedo acusador tus deseos de mantener la calma se evaporaron. Haciendo alarde de su excelente comportamiento comenzó a enumerar las recientes faltas que tuviste con él.
La diplomacia pareció extinguirse cuando lo interrumpiste.
-Andá a cagar.
-¿Cómo…?
-¿Ahora además de ser tremendo fantasma también sos sordo, pelotudo?
-Fijate cómo me hablás porque yo jamás te traté así- señaló-. No sé qué mierda te pasa.
-¿A mí? ¿Vos no sabés lo que me pasa a mí?- gritaste, poniéndote de pie para acercarte a él-. ¿Y no se te ocurrió preguntarme? Porque por ahí tiene que ver con que no me hablás, no me mirás, no me cogés, no me preguntas ni cómo estoy.
-No podés estar así porque no cogimos en unos días.
Tu expresión podría haberse catalogado como un poema o como el relato más aterrador. Retrocediste un par de pasos, confundida y levemente aturdida por su capacidad de desentenderse de tal manera de la situación, esperando ver en su rostro un algo.
Pero sus labios no temblaban como solían hacerlo cuando contenía la risa y sus cejas no se curvaron en ese particular ángulo que adoptaban cuando esperaba ver tu reacción luego de contarte uno de sus pésimos chistes o anécdotas.
-Tomátelas.
-¿Eh?
-¡Tomátelas! No te quiero ver.
-No me podés echar de mi casa.
-Ah…- mordiste tu lengua-. Tenés razón, como es tu casa me voy yo.
Intentaste huir de la habitación pero él fue más rápido y lo impidió tomándote del brazo.
-Yo no dije eso- intentaste zafarte de su agarre pero no lo permitió-. Esta es tu casa, vos vivís acá también.
-Pero parece que vos no- reclamaste-. Soltame, Enzo.
-No, tenemos que hablar.
-¿Ahora querés hablar?
Su expresión pareció volverse más dura y juraste ver una arruga que antes no estaba allí.
-No podemos estar así.
-Yo no puedo estar así. Vos estás perfecto.
-¿Por qué todo es mi culpa?- gritó con voz entrecortada, soltándote de manera brusca-. Vos nunca hacés nada, ¿no? Siempre soy yo el responsable.
-Y sí papito, si…
El diminutivo y tu tono colmaron su paciencia.
-Cerrá el orto- se alejó de tu figura como si estar en tu presencia quemara-. Querías que me vaya, ¿eso querías?
-Sí.
-Perfecto entonces- abrió la puerta-. Porque me voy a ir bien a la mierda para no tener que verte.
Arrancaste tu anillo de compromiso de tu dedo y lo arrojaste a sus espaldas con la esperanza de golpearlo, pero –y luego agradeciste por ello- fue la puerta ya cerrada la que recibió el impacto y Enzo se marchó, completamente ajeno a tus acciones. Ignoraste las lágrimas que rodaron por tus mejillas cuando corriste para recoger la alianza.
Una hora más tarde notaste que olvidó su teléfono y su billetera, también sus llaves y el abrigo que lo habría protegido de las bajas temperaturas o el viento nocturno. Te preguntaste si estaría refugiándose en algún sitio con calefacción y por un breve instante consideraste buscarlo en el estacionamiento del edificio, pero descartaste la idea por puro orgullo.
-La concha de mi madre…- decís entre dientes.
Tus dedos están adheridos por el pegamento y tirar para despegarlos duele. Llevás un largo rato intentando reparar algunas partes de la maqueta y parece ser una tarea imposible: suspirás, te quejás, golpeás tu frente frustrada y ansiosa, pero continuás tu misión de unir los restos para evitar que tus manos vuelvan a jugar con el anillo en tu dedo. La mesa es un completo desastre.
Y Enzo aún no regresa.
Dejás caer tus hombros luego de ver el reloj, sin saber si es peor sentirte derrotada o sentir que te rendís. Reprimís todos esos pensamientos horribles y sin sentido que corren por tu mente y chocan con los muros de tu parte lógica y racional: se fue, está con alguien más, ya no va a volver, tuvo un accidente, lo acorralaron en La Rambla, se perdió caminando por ahí…
Desbloqueás tu teléfono esperando encontrar algún mensaje o llamadas perdidas y mantenés el suyo cerca sólo por si acaso, decepcionada cuando ambos permanecen en completo silencio. Tu oído escoge centrarse en el tictac del reloj y el sonido del adorno que golpea la puerta del balcón cada vez que el viento sopla. Siempre temés que esos pequeños golpes destrocen el cristal.
Y es que siempre son pequeñas las cosas que desatan el caos: la grieta que apareció mágicamente en tu taza, el pequeño agujero que terminó por deshacer el suéter favorito de Enzo, la alarma que postergaste estando aún dormida y lo hizo perder un vuelo, la comida quemada que intentó solucionar ordenando pizza, el abrazo que no correspondiste cuando regresó de los premios Goya, su falta de entusiasmo ante la usual noche de películas…
Evitás preguntarte qué sucederá porque la respuesta que ronda tu cabeza hace que tu respiración se entrecorte y te asfixia. No querés ser extremista, no sos una persona que se dé por vencida así como así y una pelea –incluso esta pelea, probablemente la peor que recordás haber tenido con Enzo- no te parece motivo para arrojar todo por la borda, pero… Las relaciones son de a dos, ¿no? Y no tenés idea de qué pensará o cuáles son los planes del otro lado.
Maldecís por lo bajo y esta vez es sin saber el motivo.
-No hace falta que lo arregles- dice una voz a tus espaldas-. Los materiales son una cagada.
Una sensación similar al pánico te recorre y volteás a verlo.
-Volviste.
Su rostro se tiñe de dolor y vergüenza por una fracción de segundo.
-¿Cómo no voy a volver?
-Dijiste…
-Ya sé lo que dije- se arrodilla a tu lado y toma tu mano-. No era verdad.
-Estás helado.
-Hace frío. Mucho.
-¿Querés un té?- intentás ponerte de pie y te detiene-. No cociné, pero si querés…
-Quiero que hablemos.
Suspirás.
-Sí, tenemos que hablar.
-¿Qué está pasando? Nosotros no somos así.
Limpiás las lágrimas que nublan tu vista y él se deja caer sobre las cerámicas frías, aún sosteniendo tu mano entre sus dedos y acariciando tus nudillos con su pulgar en un intento de ofrecerte un poco de consuelo. Espera pacientemente mientras te recuperás para poder contestar.
-Los últimos meses fueron muy raros.
-Es mi culpa- lamenta-. No sé cómo manejar… nada, todo, esto que está pasando.
-Y yo no sirvo como apoyo.
-No, no digas eso- toma tu mentón-. Siempre estás para mí, me cuidás y me ayudás en todo... Pero creo que desde hace un tiempo no estoy tan presente como debería y no es recíproco.
-No entiendo por qué- descansás tu rostro sobre tu mano-. Creo que, no sé…, por ahí ahora que anduviste por todos lados ya estás cansado de mí.
-Nunca.
-Pero…
-Jamás me cansaría de vos.
-¿Y por qué hacés de todo menos estar conmigo?
-Tengo miedo de arruinar las cosas- contesta con simpleza-. Tengo miedo de todo lo que está pasando y tengo miedo de arrastrarte conmigo cuando… ¿Y si me olvido de mí?
-Eso es imposible.
-Ya no estoy tan seguro.
-Yo sí- lo obligás a mirarte-. Creo que te conozco lo suficiente para saberlo.
Permanecen en silencio unos momentos y sus ojos jamás dejan los tuyos.
-Perdón- susurra-. Sé que hay mucho de qué hablar, pero…
-Yo también estoy cansada… Vamos a la cama y mañana temprano vemos.
-Lo vamos a solucionar.
-Sé que sí- y dejás salir una risa nerviosa-. Pero hoy no estaba muy segura.
-Me hubiera gustado tener esa discusión antes.
-¿Por qué?
Su mirada oscura es terriblemente sincera, muy Enzo.
-Porque cuando me fui me di cuenta de cuánto te extrañaba.
Cuando tomás su rostro entre tus manos para poder besar su frente él busca tus labios. Te besa lenta y suavemente, pero es incapaz de ocultar la desesperación que guía sus acciones y pronto deja de lado los delicados roces para invadir tu boca con su lengua, robándote la respiración y  aferrándose a tus muslos con sus manos.
-Extrañaba tus besos- decís cuando te regala unos segundos para respirar-. Te extrañaba.
 -Me tenés acá, ahora y para siempre.
Acariciás su cabello y él te observa desde su posición sobre sus rodillas, sus manos aún en tus piernas y sus pulgares dibujando figuras sobre tu pantalón. Te sonríe y la imagen te toma por sorpresa, pero también te sorprende el significado oculto en su expresión y la facilidad con la que puede hacerte saber lo que quiere.
-¿No te duelen las rodillas?- suelta una carcajada y lo ayudás a ponerse de pie-. Dale, vamos.
La distancia desde la cocina hasta la habitación es interminable ahora que ambos desean llegar cuanto antes. Atraviesan el oscuro corredor tomados de la mano y cuando llegan a la habitación Enzo toma asiento en la cama, te posiciona entre sus piernas y abraza tu cintura con fuerza para poder admirarte; deposita besos sobre tu abdomen y entre tus pechos, frustrado por tu ropa interponiéndose entre sus labios y tu piel.
Cuando sus dedos se deslizan debajo de tu camiseta suspirás y arrojás la cabeza hacia atrás, abrumada por la intensidad del contacto y por el rastro de fuego que sus manos dibujan en tu cuerpo. Te ayuda a desvestirte y en cuestión de milisegundos sus labios capturan tu pezón izquierdo, succionando y permitiendo también que sus dientes y lengua jueguen con vos.
Tu creciente desesperación te lleva a abrazarlo en busca de más contacto y cuando sentís sus gemidos contra tu piel tus dedos se dirigen por cuenta propia hacia su cabello. Sus párpados se cierran en contra de su voluntad cuando tus manos hacen arder su cuero cabelludo, sensación que no hace más que empeorar la erección que oculta su pantalón.
Se separa de tu pecho luego de morderte con la fuerza suficiente para hacerte gritar y te despoja del resto de ropa que te cubre, asegurándose de no romper ninguna prenda con sus movimientos rápidos y ansiosos. Se arroja sobre las almohadas y te deja sobre su muslo, complacido por ver tus mejillas enrojecidas ante la implicación de la posición.
-Te hace falta una buena cogida, ¿no?
-¿Y de quién es la culpa?
Te toma por el cuello para acercarte a su rostro.
-Fijate bien lo que me decís- pellizca tu pezón y el dolor te hace gemir-. Y lo que hacés.
Comenzás a rozarte sobre su pierna, muy consciente del significado de sus palabras y la amenaza que las adorna, tus manos en su pecho en busca de estabilidad y tus ojos sobre los suyos. Toma tu cadera para guiar tus movimientos, dolorosamente lentos, y no deja espacio alguno entre tu centro y sus jeans que comienzan a mancharse con tus fluidos.
El cosquilleo entre tus piernas y el dolor de sus uñas marcando tu cadera es suficiente para orillarte hacia tu orgasmo en cuestión de minutos. Cerrás los ojos, masajeando tus pechos tal como él suele hacerlo, pero no es suficiente y cuando comprendés que necesitás de sus manos un patético sollozo deja tus labios.
-¿Qué pasa bebé? No podés solita, ¿no?
-Quiero…
-¿Qué querés? Decime y yo te lo doy.
-A vos.
Enzo no puede hacer más que contemplar la imagen frente a sí, tu delicado cuerpo rindiéndose nuevamente bajo sus manos y tus dientes torturando tus labios mientras su mirada te recorre. Hace unos días sólo podía soñar con tenerte de esta manera y complacerte, así que ahora se pregunta cuánto tendrá que contenerse para que el momento no acabe demasiado rápido y cuánto tardarás en suplicarle que se detenga o en caer agotada entre sus brazos.
-Entonces ya sabés lo que tenés que hacer.
En pocos segundos abandonás su regazo y te recostás entre sus piernas, esperando su confirmación para poder tocarlo y prácticamente arrancando la ropa de su cuerpo cuando la obtenés. Ya está duro, muy duro, su punta brilla con las gotas de líquido preseminal que de allí brotan y las venas que recorren su extensión parecen pedir tu atención a gritos.
Comenzás a masturbarlo lentamente e intentás seguir el ritmo con el que movía tu cuerpo sobre el suyo, tu pulgar acaricia su punta y cuando lo separás de esta podés apreciar el hilo traslúcido que brilla con la luz. Te llevás el dedo a la boca y gemís cuando sentís su sabor en tu lengua, calmándote y a la vez haciendo que lo desees todavía más.
Dejás besos húmedos sobre su miembro y sus gemidos sólo empeoran la situación entre tus piernas. Cuando tus labios se cierran sobre la punta sentís su cuerpo tensarse, sus párpados se cierran por un breve instante y sus dedos acarician la comisura de tus labios, que se estiran a más no poder para recibirlo en tu boca.
-Qué linda que sos cuando me la chupás.
Sus palabras te resultan tan humillantes como excitantes y por un segundo considerás deslizar una mano bajo tu cuerpo para calmar tu necesidad. Tu saliva mancha tu piel, tus dedos y corre bañando todo su miembro antes de deslizarse entre sus piernas y caer sobre las sábanas, pero aún así te es difícil tomar más que la mitad.
Tu frustración crece minuto a minuto pero para Enzo, que sabe cuánto te cuesta, la imagen es una bendición… Y también una tortura, por lo que no encuentra más solución que tirar de tu cabello para alejarte de su cuerpo y evitar un muy necesitado orgasmo.
-Ya está, ya está- responde a tus quejas-. Lo hiciste muy bien, pero…
-¿Pero?
-Me toca a mí.
Te arroja sobre el colchón para luego posicionarse sobre tu cuerpo y acorralarte, su intensa mirada de pupilas dilatadas haciéndote sentir como una presa. En su camino hacia tu centro su aliento golpea tu mejilla, tu mandíbula, tu cuello sensible y tus clavículas, pero él sólo piensa en una cosa y cuando separa tus piernas se dedica a apreciar tus pliegues y entrada brillantes.
Te acaricia de manera superficial y cuando te retorcés rodea tu cadera con un brazo para inmovilizarte. Su pulgar presiona sobre tu entrada, que gotea lo suficiente para manchar las sábanas, juega con la piel que la rodea y sólo se dirige hacia tu clítoris después de ver que te contraés desesperadamente en torno a la nada misma. Se muerde los labios, impaciente.
Suspirás cuando sentís su ataque y los círculos que su dígito traza con una lentitud insoportable, deteniéndose de cuando en cuando para acariciar también tus pliegues húmedos y tantear tu entrada con la intención de provocarte todavía más. Gemís su nombre una y otra vez para tentarlo y suplicás por más, pero te ignora y prolonga sus tortuosas acciones otro rato.
Dirige un dedo a tu entrada y lo introduce con delicadeza, siempre atento a la reacción de tu cuerpo: tus paredes no oponen resistencia y el placer cuando curva su dedo para acariciar tu punto dulce se intensifica gracias a su lengua deslizándose sobre tu clítoris. Un gemido casi animal deja tu garganta y ante esto él decide acelerar sus movimientos.
-¿Así te gusta?- pregunta cuando gemís aún más fuerte, como si la respuesta no fuera obvia. Aprovecha tu estado y tu abundante excitación para deslizar otro dedo, haciéndote sisear por el repentino ardor que trae consigo la dilatación-. ¿Qué pasa, no aguantás ni dos dedos?
Cubrís tu rostro ardiente con una mano y evitás hacer comentarios sobre quién es el responsable de tu estado actual; no recordás cuándo fue la última vez que jugó con tu cuerpo y tu forma de tolerar su ausencia fueron tus propios dedos, más delgados y cortos que los suyos e inútiles cuando se trataba de obtener placer.
-Más.
-¿Más...?- y succiona tu clítoris con fuerza para oírte gritar.
Enzo conoce tu cuerpo mejor que nadie y sabe exactamente qué hacer para volverte loca. Los movimientos de su lengua no se detienen y las formas que esta dibuja hacen que tus manos tiren de su cabello, arruguen las sábanas y masajeen tus pechos, aferrándose con desesperación a cualquier objeto que se interponga en su camino.
Sus dedos no dejan de abusar de tu sensibilidad y la combinación de sensaciones, que parece ser muchísimo más intensa gracias a las semanas sin contacto, comienza a ser casi demasiado para tu cuerpo. Te llevás una mano a la boca y cuando tu orgasmo te golpea mordés tus nudillos desmedidamente, ahogando tus gemidos y los gritos que amenazan con irritar tu garganta.
Te lleva unos minutos regular tu respiración y dejar de temblar, minutos que transcurren con sus dedos aún enterrados en las profundidades de tu cuerpo mientras sus labios bañan tu centro y el interior de tus muslos con besos y alguna que otra pequeña marca producto de sus dientes. Bajo tu atenta mirada desliza sus dedos entre sus labios para no desperdiciar los restos de tu esencia.
Abandona la cama para deshacerse del resto de su ropa y cuando regresa vuelve a posicionarse sobre tu cuerpo para atacar tu boca con un beso hambriento. Tus piernas abrazan su cadera y cuando sentís su miembro caliente golpeándote no podés evitar gemir contra su lengua, tu mano buscándolo para poder masajearlo antes de guiarlo hacia tu entrada. Su punta te quema.
Toma tu rostro y te obliga a mirarlo.
-¿Querés que te la meta?
-Por favor.
Te quejás cuando comienza a penetrarte y aunque tus ojos arden jamás rompés el contacto visual. Enzo te distrae tirando de tu labio inferior con su pulgar y antes de notarlo estás succionando el dígito, con el cual parece imitar los movimientos de su cadera.
-Estás muy apretada.
-Es…- te interrumpís con un grito cuando introduce otro par de centímetros de manera súbita. Su pulgar manchado con tu saliva acaricia tu mejilla para calmarte-. No puedo.
-Sí, sí podés.
Sus labios abrazan los tuyos mientras realiza movimientos suaves y calculados que convierten tus quejas en gemidos y provocan que tus paredes se contraigan sobre su miembro. Suspira cuando por fin logra introducirse por completo en tu interior y besa tu cuello, tu perfume embriagador nublando sus sentidos y tus pequeños gemidos tentándolo a moverse.
Tus manos aferrándose a sus hombros son la única confirmación que necesita: te golpea con fuerza y tu grito es una mezcla de sorpresa y placer por el repentino ataque, el cual repite hasta convertirlo en un ritmo constante que resuena en toda la habitación y llena tus oídos. Sacude tu cuerpo con cada embestida y lo único que podés hacer es aceptar el placer, completamente a su merced.
Luego de una estocada particularmente profunda tus uñas se clavan en su piel y Enzo sólo lo sabe. Descansa su peso sobre sus piernas y sus manos en la parte posterior de tus muslos ejercen presión hasta que tus rodillas rozan tus pechos, el ángulo permitiéndole llegar hasta ese punto para abusar del mismo y convertirte en un completo e incoherente desastre.
Gritás su nombre y las palabras que le dedicás entre tus agudos gemidos son incomprensibles. Tu expresión es indecente y la vista entre tus piernas, donde su cuerpo se une con el tuyo y brilla con tus fluidos, lo es aún más… pero le encanta y no puede evitar jugar con vos, agregando otro estímulo que te hace cerrar los ojos con fuerza y sacudir la cabeza.
-Enzo- advertís-. Por favor.
El gesto es mínimo pero suficiente y en cuestión de segundos tus dedos se cierran sobre sus muñecas. Tu figura se sacude con la fuerza de sus embestidas y por los espasmos de tu orgasmo, el cual arquea tu espalda como si estuvieras presentándote ante él y hace que tus músculos se contraigan, dificultando sus movimientos y haciéndote llorar.
Jamás se detiene.
Lo mirás horrorizada, tu orgasmo prolongándose indefinidamente y haciendo del placer una sensación casi intolerable. Enzo continúa golpeando tu cérvix mientras su pulgar juega con tu clítoris y sus dedos presionan sobre tu abdomen bajo, forzándote a sentir cuán profundo llega su miembro y cómo estimula cada fibra de tu cálido y estrecho interior.
Te lleva al límite, pero antes de permitirte gozar de un segundo clímax se detiene.     
-No, no- protestás-. ¿Por qué? Quería…
Te interrumpe golpeando tu mejilla y cuando abandona tu interior mantenés la boca cerrada. Toma tus caderas y te obliga a voltear, dejándote sobre tu estómago y posicionándose sobre tu cuerpo para aprisionarte contra el colchón.
Rodea tu cuello con su brazo y te penetra con desesperación. En cuestión de segundos su pelvis golpea tus muslos y tus glúteos con la fuerza suficiente para arruinar tu piel, causando también un sinfín de sonidos húmedos y obscenos que acompañan sus gruñidos y tus gemidos.
Buscar refugio contra en el colchón tiene como consecuencia que la fuerza de su asalto vaya en aumento y la única opción que encontrás para ahogar tus gritos es morder las sábanas, húmedas con las lágrimas que corren por tus mejillas. La solución sólo dura unos minutos gracias a que Enzo, que en este momento prefiere no ser el único que oye cuánto gritás por él, endereza su postura y tira de tu cabello para hacerte arquear la espalda.
El nuevo ángulo te permite verlo y por un instante parece buscar tus labios con la intención de besarte, pero en su lugar escupe sobre tus labios entreabiertos y observa cómo tu expresión se transforma con la humillación y excitación. Le encanta tratarte como un juguete y sabe que lo disfrutás tanto como él, sobre todo cuando te toma por sorpresa.
-Sos una putita, ¿no? Mirá como estás- y remarca sus palabras con una estocada que te hace temblar violentamente-. ¿Querés que te llene toda?
Tragás saliva –sin saber cuánta es suya- para contestar pero todo lo que sale de tu boca son patéticos sonidos sin sentido. Sonríe satisfecho y vuelve a escupirte, esta vez asegurándose de manchar aún más tu rostro para ver su saliva deslizándose por tu piel junto con tus lágrimas.
Te libera de manera brusca y tu rostro impacta con el colchón, las sábanas oscureciéndose cuando entran en contacto con los fluidos en tu rostro y arrugándose aún más cuando te aferrás a ellas con una mano acalambrada. Tu otra mano se entrelaza con la suya y lo guiás hacia tu abdomen bajo, ignorando cómo los músculos de su abdomen se tensan con tu acción.
-Ahí- suplicás entre gemidos-. Adentro.
Enzo sólo quiere obedecerte y unos minutos más tarde cumple tus deseos: su semen caliente salpica tu interior y mancha tus paredes de blanco mientras el palpitar de tu miembro te lleva a otro orgasmo, menos intenso pero más duradero. Tus músculos se aferran a él y lo mantienen dentro tuyo hasta que la última gota de su liberación te llena.
Su boca roza tu frente y tu mejilla antes de besar la comisura de tus labios.
-Te amo.
-Te amo.
Intenta peinarte y cuando fracasa se limita a masajear tu cuerpo cabelludo con la yema de sus dedos. Evita alejarse de tu cuerpo, consciente de lo mucho que ambos necesitan la cercanía en un momento como este, y sonríe cuando tus dedos vuelven a entrelazarse con los suyos.
-¿Querés ir al baño?
-No- negás rápidamente y besa tu mejilla para calmarte-. ¿Podemos estar así un rato?
-Obvio.
Admira tu perfil y tus párpados cayendo sobre tus ojos vidriosos.
-¿Sabes qué vamos a hacer mañana?
-¿Qué?
-Nos vamos a levantar bien temprano y vamos a ir a desayunar al lugar de siempre, ¿querés?- propone-. Después podemos ir a pasear un rato al mercado de artesanos… y elegís una taza nueva.
Soltás una risa encantadora y asentís.
El título y la historia están inspirados en esta canción de Spinetta. Tiene muchas interpretaciones pero en mi opinión es una muy buena metáfora sobre el cambio constante que atraviesan las personas y por ende también las relaciones :)
taglist: @madame-fear @creative-heart @llorented @recaltiente @delusionalgirlplace @chiquititamia @lastflowrr ♡
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nicecarito · 7 months ago
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(English text version below the spanish one)
“ Ugh…. Diablos…Esto se esta haciendo cada vez más difícil día con día. ¿Pero que más puedo hacer? Estoy haciendo todo lo que puedo para mantenerme al margen, ser lo mas productivo posible y no dejarme llevar por mis preocupaciones. Tomo los medicamentos que el psiquiatra me ha recetado y me descargo con mi terapeuta en cada cita … aunque no puedo ser completamente honesto y decirle a detalle lo que me agobia realmente….
¿Cómo puedo decirle a mi terapeuta que guardo el oscuro secreto de mi hermano gemelo? Un secreto que puede destruir a mi familia definitivamente.
¿Cómo le explico que me mata la incertidumbre y el miedo de no volver a ver a mi gemelo con vida, cada vez que sale a completar alguna “misión?
¿Cómo le explico el miedo que tengo de que mi hermano mayor también salga herido o muerto cuando sale a cumplir con su deber como jefe de policía?
¿Qué haré yo si pasan esas cosas?
¿Qué haré si Café llega a enterarse del verdadero trabajo de Doppio y esto le destroza el corazón?
Si Doppio no llega a casa nunca y Café no sabe el por que… ¿Cómo deberé explicárselo?
¿Qué hare con Vanilla? … Ella es la que mas me preocupa… Ella es tan joven… no quiero que llegue a sufrir por esto…
¿Qué haré yo?….
Solo puedo callar, no puedo hacer nada más…
No puedo demostrar mi preocupación, no puedo hacerlo.
Trato de distraerme , tengo más de cinco trabajos que me ayudan a fijar mi atención en cualquier cosa menos en esto…Quiero ver lo positivo del mundo, ver a los otros sin preocupaciones …
Debo sonreír para no preocupar a nadie…
Y debo mantener todo esto para mi mismo… porque mis problemas son míos y de nadie más…
Nadie debería preocuparse por mis problemas, solo yo soy quien puede lidiar con ello…. Aunque este completamente agotado…."
Lungo, el personaje más carismatico , sin embargo, el mas complejo.
(practicamente no puede tener relaciones porque su vida esta echa un despapaye jejeje, el si le da importancia a estar bn primero antes de empezar algo, y las relaciones en las que ha estado son practicamente de solo una noche. Aunque bromeé con Pinzell, el mismo no le pediria en s erio el ser pareja. ojalá haya contestado bn a tu pregunta!)
English Version
" Ugh…. Damn…This is getting harder and harder everyday. But what else can I do? I'm doing everything I can to stay out of it, be as productive as possible and not get carried away with my worries. I take the meds the psychiatrist has prescribed and I vent to my therapist at every appointment…although I can't be completely honest and tell her in detail what is really overwhelming me…..
How can I tell my therapist that I'm keeping my twin brother's dark secret? A secret that could destroy my family for good.
How do I explain to her how I am overwhelmed by the fear of never seeing my twin alive again every time he goes out to complete some "mission"?
How do I explain to her the dread I have of my older brother also getting hurt or killed when he goes out to do his duty as chief of police?
What will I do if such things happen?
What will I do if Café finds out about Doppio's real job and it breaks his heart?
If Doppio never comes home and Café doesn't know why… How should I explain it to him?
What will I do with Vanilla? … She is the one that worries me the most… She is so young… I don't want her to suffer because of this…
What will I do? ….
I can only keep quiet, I can't do anything else….
I can't show my concern, I can't do it.
I try to distract myself , I have more than five jobs that help me to fix my attention on anything but this…I want to see the positive in the world, to see others without worries ….
I must smile so I don't worry anyone ….
And I must keep all this to myself…because my problems are mine and no one else's…..
No one should worry about my problems, only I am the one who can deal with it…. Even if I am completely exhausted…."
Lungo, the most charismatic character, however, the most complex.
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outlanderrepublic · 4 months ago
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El king intenta un acercamiento... y la queen se pone vergonzosa y esquiva la caricia en el cuello.(¿Qué estoy haciendo acá? Estoy casada con otro!! Y este muchachito quiere guerra otra vez!!!) Pero lo piensa bien y se arrepiente. El #KingOfTodo, alentado por el pedido de perdón de su ahora mujer, entiende que esto de conquistarla va a llevar tiempo. Y  lleno de ternura pronuncia las tres palabras mas dulces del universo: Mo Nighean Donn mientras le acaricia la oreja y el cuello. La #QueenB entregada a los mimos, muy a su pesar.
#MimososLosQueremos
#MimoseameYShamameMarta
#MoNigheanDonn
#Season1
#RememosLaSequia
#Outlander
#OutlanderFansMal
#OutlanderPasion
#OutlanderasInsaciables
#PoneleOutlanderATodo
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46snowfox · 5 months ago
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Diabolik Lovers More Blood Anime DVD II CD
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Cv: Takashi Kondō, Daisuke Hirakawa, Ryohei Kimura
[Este escenario ocurre tras el capítulo 6 y antes del 7 de la segunda temporada del anime de diabolik lovers]
Audio provided by @uzi-boozii, thank you for share audios with the fandom nwn
*bajando de la azotea*
Subaru: Tch… Maldita sea… que estupidez…
Laito: ¿Eh~? ¿Subaru-kun? ¿Qué hacías en la azotea?
Subaru: No es asunto tuyo.
Laito: *olfatea* Oh, este olor… es de bitch-chan…
Subaru: ¡!
Laito: Hm~ ya veo. ¿Estuviste “divirtiéndote” con bitch-chan aquí en la azotea? No te culpo, hemos estado muriendo de hambre desde que ella se fue, pero es injusto que la monopolices.
Subaru: ¡No fue así! *golpe* Maldición… me sacas de quicio.
Laito: Aah… Ya dejaste un agujero en la pared… Siempre tienes cambios de humor muy agresivos… ¿O acaso estás excitado tras haber bebido la sangre de bitch-chan luego de mucho tiempo? Nfu~.
Subaru: ¿Ah? Claro que no.
Laito: Hm… ¿Entonces estás malhumorado porque ellos se llevaron a bitch-chan?
Subaru: Esos tipos me fastidian, solo eso.
Laito: Además, que ella haya venido junto a esos chicos, ¿significa que ahora viven juntos? Está presa en casa de ellos, en donde le hacen lo que quieran durante la mañana, tarde y noche… Se la pasan de uno a otro para succionar su sangre… Ah, tal vez los cuatro beben a la vez, nfu~.
Subaru: …Cállate…
Laito: Al principio bitch-chan debe de haberse negado, pero al final seguro cedió. Aah~. ¿Qué cara habrá puesto mientras succionaban su sangre? ¿Qué voz tan sucia habrá alzado? ¡Ah! ¡Me excita solo pensarlo!
Subaru: ¡Te dije que te calles!
Laito: No te enojes Subaru-kun.
Subaru: ¡Calla! ¿A ti no te importa que ellos hagan lo que quieran?
Laito: No sé. La rutina es aburrida, así que disfrutaré esto como un cambio de aires, aunque…
Subaru: ¡Hmph! Entonces no te importa que esos “Mukami” nos la roben.
Laito: ¡No es eso! Mira que eres testarudo.
Subaru: Tch… Y tú te tomas todo a broma.
Laito: Es mejor disfrutar cuando se puede, es por eso que primero aprovecharé de reírme. Bueno, creo que yo también iré a beber su sangre. Bitch-chan sigue en la azotea, ¿no?
Subaru: No vayas…
Laito: ¿Eeeh? ¿Por qué no? ¿No te parece injusto que solo tú tengas un buen recuerdo?
Subaru: Él sigue allí…
Laito: ¿Él…? ¡Oooh! ¡Ya veo! Así que es por eso que estás tan irritado. Entonces bitch-chan está disfrutando de lo que Kou Mukami le está haciendo.
Subaru: Kgh…
Laito: Tú succionaste su sangre… y él también… Aaah~. ¿Cómo se sentirá bitch-chan ahora?
Subaru: Hijo de—
Laito:  Colmillos ajenos a los míos perforan la piel de bitch-chan… Nfu~. Me estoy emocionando.
Subaru: ¡Pues excítate cuanto gustes pervertido de mierda!
Laito: ¿No vendrás Subaru-kun?
Subaru: ¡Cállate! ¡No me hables! *baja las escaleras*
Laito: Bueno, ya se lo dije a Subaru-kun, pero monopolizar a alguien no es divertido, así que iré a ver a bitch-chan~. *sube a la azotea* ¡Ah! ¡Oye! ¡Bitch-chan se desmayó! Si succionas su sangre hasta dejarla así vas a matarla.
Kou: ¿A qué viene eso? Esto no es asunto tuyo. Además, nosotros apreciamos a la gatita masoquista a nuestra manera.
Laito: Hmm… Pues yo la veo en bastante mal estado… Veo que los Mukami son bastante violentos al succionar sangre.
Kou: Lo último que quiero es que un Sakamaki me diga eso. Además, no fui el único que succionó.
Laito: ¿Hablas de Subaru-kun?
Kou: Sí, él fue mucho más violento, así que no me reproches solo a mí, también quéjate con Subaru-kun.
Laito: Entonces… te quedaste callado y observaste como Subaru-kun te arrebataba a bitch-chan.
Kou: No lo malinterpretes, yo solo se la cedí al pobre Subaru-kun que era incapaz de decir que quería a la gatita masoquista, a pesar de que se moría por ella.
Laito: Hmm… *se acerca* Aun así… Fufu… Tienes un gusto bastante retorcido.
Kou: ¿Ah?
Laito: Mordiste por encima de las marcas que dejó Subaru-kun, es como si gritaras que eres un posesivo.
Kou: ¿Por qué eso significaría que soy posesivo?
Laito: Te molestó ver que intentaran quitártela, ¿no? Supongo que esas emociones triviales son normales en alguien que alguna vez fue humano.
Kou: Deja de sacar conclusiones… Por cierto, ¿sabias que éramos humanos?
Laito: Me lo imaginaba por su olor. Además, ¿qué pretenden hacer con bitch-chan? Ustedes son sospechosos…
Kou: Eres extrañamente perspicaz, Laito-kun. Tarde o temprano lo sabrán.
Laito: Hmm…  Parece que esto me servirá para matar el rato. Cambiando el tema… bitch-chan sigue sin despertar. Y yo que pensé que nos podríamos divertir los tres…
Kou: Increíble… ¿De verdad te gustaría eso?
Laito: ¿Sabes? Me gusta verla jadear gracias a mis colmillos, pero también quiero verla gemir por culpa de los colmillos de otra persona.
Kou: Tú eres el de los gustos retorcidos.
Laito: Ah, pero no la mates. Quiero jugar con bitch-chan luego de que ustedes se diviertan con ella.
Kou: Eres tan repugnante que me das nauseas, como era de esperar de un niñito de la nobleza… Además, antes dije que no iba a dejar que la gatita masoquista muriera.
Laito: Imagino que vuestros planes no funcionarían si ella muere.
Kou: Quién sabe.
Laito: Bueno, da igual. Pero tengan cuidado, ustedes no son los únicos que quieren la sangre de bitch-chan. Hay algunos que están de mal humor debido a su sed… Nfu~.
Kou: Hablas como si no te afectara.
Laito: No es así, ser derrotado no es divertido, pero por ahora disfrutaré mi abstinencia de bitch-chan, nfu~. *se va de la azotea*
Kou: Aprovecha de fanfarronear mientras puedas… *toma a Yui en brazos* No te mataré, no hasta que me convierta en Adán… Y lo haré por el bien de la persona que me dio libertad… ¿Entendido, gatita masoquista?
SF: Jo, y yo que esperaba que Subaru hiciera algo más que solo gruñir enojado, quién me manda a tener esperanzas de algo del anime :c
¿Te gustan mis traducciones? Puedes apoyarme en ko-fi nwn.
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mobox87-fnaf-comics · 4 months ago
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Holi señorita mobox87 espero se encuentre bien! Se le extraña mucho en la comunidad de fnaf gracias a usted he creado mi propio au se llama FNAF UL y bueno lo estoy haciendo con su estilo por qué bueno usted es mi inspiración y desde muy niña lo hecho hací la verdad gracias por todo sus historias son muy buenas y interesantes incluso su cómic de hazbin hotel está súper genial ♥️♥️ cómo va su salud? Esta bien? Espero que hací sea ! Le mando un gran saludo desde Perú ♥️
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Estos dibujos los ise yo si mejore desde esa vez qué le mandé mi dibujo de el beta xd le avía preguntado si no es mucha molestia si podría ponerlo en mi au es que es mi personaje favorito de su au ! ♥️ Bueno espero se sienta feliz como dije y un poco de orgullosa de mi 😩 es mi ofrenda para usted
Amix! hasta los dibujos se confunden, lo has hecho excelente que hasta parece que lo dibuje yo :0!!!
Me alegra tanto haber sido inspiracion, aunque si, solo soy una humana y cometi muchos errores en mi pasado, considerame solo una amiga y nunca una idola porque todos siempre terminan cometiendo errores (y lo digo aqui, si, sus idolos son humanos y cometen errores como todo el mundo) ojala que pronto pueda volver aqui porque siguo sintiendome un poco mal pero al menos no como antes, asi que te agradezco por las hermosas palabras del dia.
Y quien este leyendo esto. los amo mucho, gracias por seguir a mi lado.
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florinaranja · 9 months ago
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can i have this dance? ; juani caruso
pairing: juani caruso x fem!r
summary: puro friends to lovers la verdad, eres amiga de juani y los dos estáis descubriendo nuevos sentimientos y lo que eso conlleva! 1.9k.
warnings: none
n/a: vale este no me lo ha pedido literalmente NADIE pero i'm just a girl que se monta muchas películas así que estaba escuchando highschool musical y se me vino un escenario a la cabeza y dije o hago esto o no hago nada so here we are
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—juani no me puedo creer lo que acaba de salir de tu boca. retira tus palabras o me voy ahora mismo. 
el rubio soltó una carcajada y miró a su alrededor. —¿a dónde piensas irte? estamos en la sección de patatas fritas de un supermercado. 
la joven lo miró completamente seria. él se encogió de hombros. —esta vez has tenido suerte, pero a la próxima no me vuelves a ver. 
lara cogió una bolsa de campesinas y comenzó a caminar hacia la caja, siendo perseguida por su amigo. 
—vamos lai, eres una dramática. no puedes ponerte así solo porque te haya dicho que gabriella no me cae mal —ella lo miró de reojo, estaba con una sonrisa pintada en la cara. se estaba tomando a broma todo su numerito. grave error —. además, te escuchas todas las canciones que tiene… un poco hipócrita por tu parte, si me lo preguntas.
—genial, porque no te he preguntado nada. 
llegaron a la caja y callaron su discusión. la cajera los miró curiosa mientras pasaba las patatas. 
—son 2 euros, por favor. 
por primera vez, lara miró directamente a juani, haciéndole un gesto con la cabeza. 
—ah, ¿encima tengo que pagar yo?  
—yo pongo la casa, es lo mínimo que puedes hacer.
el joven bufó y le tendió el dinero a la mujer, quien lo aceptó observando la situación bizarra que esos dos jóvenes se traían. lara cogió la bolsa y ambos salieron del supermercado tras despedirse. 
juani la seguía de cerca. les quedaban unos quince minutos de camino hasta la casa de la chica, y no le hacía demasiada ilusión pasarlos en silencio. fue a entrelazar sus brazos cuando la chica se giró de repente hacia él, haciendo que abandonara su idea.
—es que no lo entiendo. ¿qué clase de fan de highschool musical eres si te gusta gabriella? estás fallando a un fandom entero. y a mí, sobre todo a mí. 
—si te digo que era una broma, ¿queda todo arreglado? —el chico le puso un puchero al que lara ya no pudo responder con su molestia fingida. 
—por supuesto que no, estaba dramatizando por dramatizar. no me importa que te caiga bien, pero tienes que admitir que es insoportable y tóxica. 
—bueno, un poco sí, pero lo compensa con los temazos que canta. 
la chica rio, en eso no podía llevarle la contraria. como si hubiera leído la mente de su amigo, entrelazó sus brazos. balanceaba la bolsa del mercado mientras tarareaba una melodía inventada, con el vaho acompañando la escena. era un invierno más frío de lo que estaban acostumbrados, de esos que te ponen las orejas rojas y hacen que te resfries en un suspiro. juani odiaba el frío, pero a lara le quedaba genial; las hojas secas combinaban con sus ojos y las noches invernales iluminaban su piel. 
el rubio admiró el perfil de su amiga, siendo lo más discreto que pudo. rebuscó en su riñonera y sacó la cámara digital que siempre le acompañaba y que había sido objeto de burla de lara por el color tan feo que tenía. con un poco de esfuerzo, juani consiguió fotografiar la belleza de su amiga.
la chica no tardó en darse cuenta y posó para una siguiente foto, mostrando toda su hilera de dientes en una gran sonrisa.
—deberíamos hacer un canal para subir blogs. nos haríamos muy famosos, estoy segura. 
—creo que nos verían solo por ti —juani dirigió su vista al suelo, a las hojas pisoteadas.
—¿por qué dices eso? somos un pack. además, tú eres el talentoso de los dos, además del gracioso, por supuesto. yo estoy de relleno para decir estupideces —la chica le dio un leve empujón, esperando una respuesta positiva, cosa que consiguió al ver que la seriedad se iba de la cara de su amigo.
—gracias. te aprecio mucho, lai.
lara le regaló un beso tierno en la mejilla. no era nada del otro mundo que se vieran tan cariñosos el uno con el otro, eran amigos desde los últimos años de instituto y con el pasar del tiempo el afecto que se tenían solo crecía. lara había estado en cada momento en el que juani se había sentido menos, uno más del montón, alguien que no podría cumplir nunca sus sueños; en todas las ocasiones siempre consiguió darle el apoyo para que siguiera intentando. y cada vez estaba más cerca de conseguirlo, ya que hacía pocos días se había presentado a un casting para una gran película. aún sí, de algún modo u otro, el pesimismo se le escapaba de vez en cuando, como en momentos como aquellos. y lara seguiría estando para él.
—¡eh, parejita! ¿os interesaría comprar una pulsera que os recuerde vuestro amor? 
ambos pararon en seco ante el puestecito de madera en el que una mujer les enseñaba pulseras de colores a lo lejos. juani abrió los ojos sorprendido, algo acalorado.
—no, nosotros no… —el chico fue interrumpido por lara, quien comenzó a tirar de él para acercarse al puesto.
—¡por supuesto! vamos juani.
lara comenzó a observar cada uno de los modelos que la mujer tenía para ofrecer. tenía desde pulseras de plata con iniciales grabadas hasta pulseras simples, de todos los colores posibles.
juani, por su parte, no sabía dónde meterse. solo pensar que podría tener una pulsera con una "l" tallada le removía un sentimiento que quería tener lo más oculto posible. 
—mira, es del mismo celeste que tus ojos —la joven llevó dicha pulsera a la altura de los ojos del otro, confirmando que eran iguales—. decidido. me llevo esta, por favor.
juani vio como pagaba por ella, ensimismado. bajó la vista de nuevo a las pulseras, encontrándose de frente con una que también combinaba con los ojos verdes de su amiga. no lo pensó dos veces y la cogió, bajo la atenta mirada de lara. 
se alejaron un poco del puesto, recibiendo la gracias de la mujer. lara miró su pulsera y después a juani, a sus ojos.
—¿puedes ponérmela? —juani asintió torpe, anudando con un lazo la pulsera a su muñeca. sentía que se le subía el corazón a la garganta. le mostró su pulsera verde y la chica repitió sus acciones. 
ambos se quedaron por unos momentos admirando sus respectivas muñecas: lara descubriendo nuevas emociones y juani rindiéndose ante las que había estado reprimiendo por un largo tiempo. después, conectaron sus miradas. el joven se sintió indefenso ante esos ojos verdes y su boca reseca luchaba por soltar todo lo que su corazón sentía. 
—nunca me había fijado en que aquí había un jardín —gracias a dios, la joven aligeró la tensión del momento —. ¿sabes a qué recuerda? —el joven negó— a la escena de highschool musical 3 en la que gabriella y troy bailan en la azotea.
la chica le sonrió, dedicándole una mirada cómplice que juani entendió al momento. se dirigieron corriendo hacia el jardín como dos niños y una vez allí, dejando las patatas de lado, lara carraspeó para preparar su voz y quedó en frente del joven. entonces, comenzó a cantar las primeras líneas de can i have this dance? al tiempo que le tendía la mano a juani, quien la aceptó sonriente. la mano fría de ella contrastó con el calor que irradiaba la de él, estremeciendo a ambos. 
comenzaron con su espectáculo, lo más parecido que pudieron al original. lara recorría el jardín, subiendo escalones seguida por el chico. daban vueltas juntos al ritmo de sus voces, dedicándose miradas que lejos estaban de parecer de simple amistad. llegó la parte en la que gabriella se paraba en un pequeño círculo y lara, deseosa de hacer lo mismo, subió a un escalón y trastabilló. 
—¡cuidado! 
juani llegó justo para sostenerla en el escalón. la chica estalló en risas mientras juani la miraba aún algo preocupado. 
—estoy bien, estoy bien. gracias, mi caballero. 
lara continuó la canción y juani con ella, haciendo que lara girara sobre ella, guiada por las manos firmes del chico en su cintura, tal como los protagonistas de la película. se acercaba el final de la canción, los jóvenes estaban jadeando, pero felices; confusos, pero expectantes. 
terminaron abrazados el uno al otro, cogiendo el aire helado de la tarde. lara suspiró ante la cercanía y la extrañeza de la situación. en algún punto de la tarde, sentía que algo había cambiado entre ellos dos.
cuando se encontró con sus ojos celestes, vio en ellos algo que la asustó. se separó de él como si quemara, dándole una sonrisa apenada en respuesta. 
—será mejor que lleguemos ya a mi casa, el frío se me está colando en los huesos. 
—dale. 
y así, retomaron el camino hacia la casa de la chica. lara tenía mucho que pensar en su cabeza y un remolino de sentimientos encontrados en el corazón, pero sobretodo se sentía una horrible persona por cortar de esa forma a juani. estaba claro que algo iba a pasar antes de que se separara de él. ¿una confesión? ¿un beso? pensar en cualquiera de las dos opciones hacía que le sudaran las manos de los nervios. 
llegaron a su casa con solo el viento como sonido de fondo. la casa de lara siempre había sido uno de sus lugares favoritos, principalmente porque podía estar con ella y le ayudaba a despejarse de sus propios problemas. y con solo pasar por el marco de la puerta, sentía que toda la tensión se desvanecía. 
—vamos, me he dejado todo preparado para vernos todas las pelis de una sentada. 
esa tarde habían quedado para ver la saga de los juegos del hambre, la favorita de ambos.
la habitación de la chica te recibía con un golpe de aire caliente y una luz tenue que provenía de la mesilla de noche. se desprendieron de sus abrigos y de sus zapatos y poco después se acomodaron en la cama uno junto al otro. 
—te quedas a dormir, ¿verdad? 
juani asintió en respuesta y la chica reprimió una sonrisa contenta. mientras ella se encargaba de poner la película, el joven se quedó observando la pulserita verde de su muñeca. estaba decidido a dar el paso que llevaba temiendo tanto tiempo y después de lo ocurrido, no se equivocaba al no intentarlo. puede que nunca pudiera estar con lara en la forma que él quería, pero cualquier cosa era mejor que llegar a perderla. 
—¡listo! a por la viciada. 
lara se acomodó en la cama, cogió una manta y los tapó a ambos mientras la peli comenzaba. 
después de ver la primera, el espacio que los separaba se había reducido. tras la segunda, sus hombros ya chocaban el uno con el otro. con la tercera, juani había recostado su cabeza en el cuello de la chica y esta había hecho lo mismo sobre los rizos del joven. cuando los créditos de la segunda parte de sinsajo ya estaban pasando, ambos chicos estaban profundamente dormidos: lara abrazaba el torso de juani y tenía su rostro sobre la barriga de este; juani se limitaba a arropar a la chica que tenía sobre él. 
puede que ese día en el jardín no fuera el momento en el que confesarían sus emociones, pero una cosa estaba clara: el amor que les unía nunca podría desvanecerse, sino solo unirlos más hasta que fuera irremediable que ambos dejaran el miedo atrás y se atrevieran a sentir.
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chiquititamia · 6 months ago
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Calmar tu sed pt.2
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Mis queridaaaas, les vengo con una segunda parte del fic que tantó le gustó (gracias por hacérmelo saber)
Mucho más desvergonzada que la primera, quedan advertidas.
probablemente el banner más feo que he hecho jamás, perdón
💕Sub!Blas Polidori x f!reader
❤️‍🔥+18 sexo explícito, blas es aún más insaciable, masturbación, sexo oral, mommy kink
Después de una mañana intensa de trabajo por fin podías relajarte en casa. Bendito horario de verano; la jornada empezaba antes y tenías que madrugar bastante más, pero el paseo hasta la estación al comienzo del amanecer con la brisa de la mañana te daba una tregua respecto al calor sofocante de la ciudad.
Hoy habías picado algo con tus compañeras, así que al llegar a casa ni siquiera tenías que pensar en qué comer. Después de una más que necesaria ducha fría te vestiste únicamente con una fina camiseta de tirantes y unas bragas de encaje, asegurándote de que todo fuera lo más fresco posible.
Recordaste al pasar por delante de la mesa del comedor que tenías que leer un manuscrito antes de que llegase el fin de semana. Habías prometido corregir la gramática del texto para una amiga que estaba iniciando sus andanzas en la escritura, y ya que tú habías hecho una carrera de letras, disfrutabas con ello.
Sin más, te recogiste el pelo aún húmedo por la ducha con una pinza de plástico y amontonaste unos cojines en el cabecero de la cama para leer recostada pero no totalmente tumbada.
La camiseta, además de ser de tirantes era bastante suelta e incluso un poco grande para ti, así que tus pechos amenazaban con fugarse de la tela y las tiras se caían de tus hombros constantemente, pero no le diste demasiada importancia, total, era tu casa.
El sonido de la puerta de la calla abriéndose y cerrándose.
¿Blas había llegado tan pronto?
-¿Amor? – preguntaste alzando la voz
-Sí, mi vida, llegué.
En realidad, habías reconocido el sonido de la forma particular que Blas tenía para entrar, y después, el sonido de sus llaves cayendo sobre el platito de cerámica que teníais junto a la puerta.
A continuación, sus pasos pesados por el pasillo. A Blas le afectaba el calor todavía más que a ti, le agotaba.
Cuando asomó por la puerta quitándose la mochila de la espalda ya te hizo reír con su expresión de sorpresa y su sonrisa.
-Pensaba que los bombones se guardaban en la heladera en verano, che.
Tú reíste ante su comentario-intento-de-chiste.
-¿Qué tal el día, bebé?
-Tch, tch, tch – te quiso silenciar de forma humorística, y, con exageración se pellizcó el puente de la nariz y cerró los ojos a la vez que levantó el índice de forma dramática – no vas a fingir que no te estoy viendo hasta el carnet de conducir desde aquí.
Riendo te tapaste un poco los pechos subiendo tu camiseta, pero uno de los tirantes se deslizó por tu hombro otra vez, dejándote claro que esa prenda ya no servía demasiado para cubrirte, quizás deberías reutilizarla para trapos.
-Y, hace un calor de mil demonios, nene, ¿qué querés?
-Bueno, si me preguntás… - dijo él con media sonrisa sentándose en el borde de la cama y acariciando tu pierna suave.
La verdad es que estaba tan guapo con la camiseta blanca que llevaba…
-Nah, nah, nah – le quitaste la mano de tu pierna como si fuera una mosca de las que molestan en esa época – quietito ahí que nos conocemos y tengo que leer esto, amor.
Blas hizo caso omiso a lo que le dijiste y empezó a juguetear con el elástico de tu ropa interior, pasando el dedo por debajo tentado de bajarlo.
-Blaaaas, sólo dame un par de horas que acabe de leer esto y soy tuya ¿sí? – pediste en tono de súplica.
-¿¡Dos horas!? ¡Pero…!
-Blas – dijiste intentando ponerte seria. En realidad, te estaba costando mucho no reírte ante las pataletas de tu novio. Este se cruzó de brazos y te miró enfurruñado resoplando.
Fingiste no mirar por encima de la pila de folios que sostenías, haciendo como si ya hubieses vuelto sin problema a tu momento de concentración en la lectura. Viste cómo tu novio se acomodaba un poco el pantalón, probablemente ya tenía una incómoda erección; eso te aceleró el pulso. No es que no quisieras, pero estabas muy ocupada y no ibas a adelantar trabajo si te la pasabas en la cama con ese pendejo toda la tarde. Este chico…
Cuando se levantó asumiendo su derrota e iba rumbo a la ducha le paraste.
-Blas, amor.
-¿Sí? – dijo con un tono menos lastimero que antes; a veces tenía que asumir que los adultos con responsabilidades hacían otras cosas a parte de coger, se dijo.
-Podés comer, pero… dejáme leer, ¿ta?
Blas te miró con los ojos muy abiertos como si le hubieses dicho que le esperaba su comida favorita después de estar toda la mañana pasando hambre. Bueno, en realidad, así era.
No perdió tiempo y se quitó la camiseta, dejándote ver ese torso delgado que a ti tanto te encantaba.
Si fuera un dibujo animado ahora mismo se estaría anudando una servilleta al cuello, pensaste divertida.
Se tumbó entre tus piernas poniéndose cómodo. La gran estatura de Blas os había obligado a comprar una cama de gran tamaño para que ambos pudieseis caber en ella.
Como si se tratase de un bombón exquisito, así como te había dicho nada más entrar en la habitación, comenzó a deshacerse de tus braguitas de encaje como si fuera el papel plateado que envolvía su dulce preferido. Las tiró a un costado ganándose una mirada reprobatoria de tu parte, la cual mitigó rápidamente con esa media sonrisa de nene que no ha roto un plato en su vida y por la cual se libraba de todas las veces que querías reprenderle.
Al retirarlas se había dado cuenta de cierta húmeda mancha, pero decidió no decir nada tal y como le habías pedido. Esta vez iba a ser obediente.
Tuviste que hacer uso de toda tu concentración para no gemir cuando sus dedos apenas comenzaron a rozar el interior de tus muslos. Y un carajo ibas a leer tú.
Escondiste tu rostro detrás de los papeles y cerraste los ojos con fuerza. Era un gemido profundo lo que querías dejar salir cuando su lengua caliente dio una primera pasada de cortesía por encima de tu sexo. Sin embargo, sólo te permitiste soltar un suspiro, que esperabas quedase ahogado por el sonido del ventilador del techo sobre vosotros.
Él hizo un ruido de placer al besar y lamer ya sin titubeos tus otros labios.
-Mmmmhhh…
Con una mano, sujetabas la pila de folios, pero con la otra decidiste ordenar los rizos de la cabeza de tu novio, no para marcar el ritmo ni nada de eso, qué va.
La sensación de su lengua era deliciosa, tan húmeda que cualquiera diría que había bebido agua justo antes, aunque que tú supieras, no lo había hecho.
Se introducía en ti con el músculo de su boca, con una fuerza y destreza que te hacía ver las estrellas. No creías engañar a nadie fingiendo leer a estas alturas, pero creíste que era necesario no romper la magia del juego y seguir sin mirar a tu novio.
-¿Está rico, nene?
Blas, que parecía temer que se agotase la fuente de su placer, lamía con auténtica sed entre tus piernas. Pero salió para tomar aire y responder, con los labios  y la barbilla húmedos de su propia saliva y tu excitación.
-Sí, mami…
Dios, cómo querías tirar los documentos al mismo sitio donde Blas había tirado tu ropa interior. Doblaste tus rodillas y abriste más las piernas para darle aún mejor acceso.
Notaste - aunque intentabas mirar lo mínimo por si subía la vista hacia ti – como sus caderas se movían, probablemente de forma involuntaria, contra el colchón. Pobrecito.
-¿Y ya estabas muy cachondo? – preguntaste intentando fingir desinterés y casualidad.
Blas asintió con la cabeza, provocando con ese movimiento un pequeño gemido de tu parte.
- Y sí, mami, ya me iba a hacer una paja en la ducha, sabés – dijo rápidamente antes de continuar con su festín, así como uno sale del agua para tomar aire y vuelve a sumergirse.
-Pobrecito… - dijiste en tono de compasión, pasando una página que obviamente no habías leído del manuscrito, habrá que disimular, ¿no?- Pero ya hemos dicho que eso no, mi nene… mami te da lo que vos necesitás, ¿verdad?
Asintió de manera más enérgica y comenzó a dar estocadas en el colchón ya de forma voluntaria, de forma salvaje. Se estaba follando vuestra cama. Gemiste al imaginar como su ropa interior y sus jeans, que no le había dado tiempo a quitarse, se estarían humedeciendo bajo él, eso siempre te había parecido de alguna manera adorable. Soltaba pequeños gemidos mientras se agarraba a tus dos muslos como si su vida dependiese de ello.
-Blasito… la tenés muy dura? – preguntaste como si no lo supieras.
-Sí… - lloriqueó.
-Podés tocarte si querés…
Él te dedicó una mirada rápida como teniendo cuidado de no hacer que te replanteases tu decisión. Después se levantó de un salto y comenzó a bajarse el cierre del pantalón.
Cuando se bajó el bóxer intentaste concentrarte en las palabras escritas que tenías delante, pero fallaste miserablemente. Era un pecado no ver semejante obra de arte de la naturaleza.
Con la mano derecha agarró su miembro y, usando el líquido preseminal que llevaba un rato manchando su ropa, lubricó su punta con alivio, comenzando a masturbarse mientras te observaba aún a los pies de la cama.
Cuando volvió en sí, retornó a su posición, tumbado entre tus piernas, sin embargo, esta vez no lo hizo boca abajo, si no que se recostó de lado, para dar espacio a lo que tenía entre manos.
Aún así no había olvidado su cometido, y apoyó la mejilla en tu muslo, lo suficientemente cerca para poder seguir lamiendo cómodamente mientras conseguía aliviarse con su mano.
-¿Cómo decías vos? Estos adolescentes siempre con la pija dura, ¿no? – dijo con la respiración entrecortada entre lamida y lamida – ¿y que querés mamita? No podés poner a dieta a alguien y después prepararle tremendo dulce…
-Vos ya no sos ningún adolescente, Blasito …tenés- Ahhh!! … un… problema – gemiste sin poder evitarlo.
Él no hizo caso a tu comentario y siguió bebiendo de ti mientras se masturbaba desesperadamente.
Te agarrabas con fuerza a los papeles con una mano y a la almohada debajo de tu cabeza con la otra, no podías más del placer. Si seguía así un par de minutos, ya fue, pensaste.
-¿Puedo, mami? – dijo con voz ronca. No te dijó qué, pero la forma rápida y errática en la que movía su mano y su lengua te dio una idea de qué era lo que quería hacer.
-Sí…. ¡Sí! – gemiste casi gritando.
En un movimiento que ni viste, Blas se incorporó y se colocó entre tus piernas para penetrarte. La exagerada humedad que te había provocado hizo que no tuviese que prepararte primero con sus largos dedos. Antes de que pudieras darte cuenta ya se estaba moviendo dentro de ti, llegando muy profundo y haciendo sonidos que sonaban casi a una queja. Pareciese que no podía ir tan rápido como su miembro necesitaba.
-Mami….!!!
-Venite, mi niño…venite dentro de mami,…todo dentro….
-¡Mami, no puedo más! – gimió y encontró un patrón de embestidas más rápido todavía. Parecía un conejito desesperado entre tus piernas.
Notaste tu orgasmo arrasar dentro de ti, haciendo que te aferrases a su espalda clavándole las uñas.
Un buen grito salió de tu garganta, barriendo consigo todas las tensiones acumuladas de ese día con cada pulsación de tu sexo.
Blas te miró y abrió la boca, como si no pudiese creer lo mucho que le estabas apretando mientras te sostenía entre sus brazos.
-Me vengo, nena… me vengo… - cerró los ojos con fuerza y dejó salir un sonido casi gutural de su pecho.
Después de eso, solo pudiste notar como la corrida que llevaba guardando para ti desde… ¿anoche? ¿no hacía ni doce horas que habían cogido? Llenaba tu interior con fuerza.
Gimió mientras se venía, hundiendo su cara en tu pelo, desparramado por la almohada.
Os tomó un buen rato recuperar el aliento. Ahora ambos estabais empapados en sudor y hechos un completo desastre.
No hacían falta palabras, cuando intercambiasteis la mirada supisteis lo que queríais decir: a la ducha.
Te levantaste con esfuerzo de la cama, como quien se levanta de un viaje muy loco en los toros mecánicos; despeinada, con la ropa movida y sin aliento. Tuviste cuidado de no derramar lo que tu novio había derramado en ti antes de llegar al baño, aunque un poco escapó inevitablemente por tus piernas.
Ya desde la ducha gritaste para que te escuchase en la habitación.
-Si aún querés más vení a la ducha por que luego me tengo que poner a leer sí o sí, ¿ta?
Blas sonrió mientras recogía tus bragas del suelo
-¡Voy!
Agradezco mucho sus comentarios 💕
tags: @madame-fear @deepinsideyourbeing @loveinsprings @lunitt
@lastflowrr @iamjustadoll (como siempre, diganme si quieren que las incluya en la taglist o las borre <3)
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walker-skull · 25 days ago
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¡Aferrate... Aferrate! El sonido de las pesas en el gimnasio tenía un ritmo que era demasiado musical para mi gusto. Presioné el botón de "enfriamiento" en la cinta de correr y escuché los gruñidos que provenían de los levantadores de pesas en la esquina. No era tan grande como ninguno de ellos, al menos en cuanto a músculos. Comencé un viaje de pérdida de peso porque estaba cansado de sentirme como un elefante literal en una habitación y ha sido un viaje inconsistente. Perdí un par de kilos y luego, una semana después, los recuperé.
"¿Es usted miembro?", escuché a mi derecha y vi al encargado manteniendo una conversación bastante agresiva con alguien que acababa de entrar al edificio. Estaba apoyado en el mostrador y parecía terriblemente cansado, casi como si sus músculos hubieran trabajado demasiado a pesar de parecer bastante normal. Agarró la mano del caballero de la recepción y de repente lo dejó solo, aparentemente volviéndose mucho más dócil.
Seguí al hombre mientras cruzaba el gimnasio y se dirigía directamente hacia los levantadores de pesas. Al principio, lo zarandearon y le pidieron que los dejara en paz, pero luego se dio cuenta de que había un deportista que estaba haciendo ejercicio en una zona más apartada, donde estaban las máquinas de pesas. Se tambaleó y se acercó, casi fuera de la vista de los hombres que gruñían, y luego se paró encima del deportista. Tenía los brazos por encima de la cabeza, agarrándose a la gran barra y miró fijamente al extraño hasta que se agachó, deslizó la mano por la nuca y abrió la boca. Los ojos del deportista parecieron vidriosos mientras lo hacía y parecía como si el extraño estuviera escupiendo en su boca.
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En ese momento detuve la cinta y comencé a caminar hacia ellos por curiosidad. Cuando el último resto de líquido blanco desapareció en la boca del deportista, el tipo de la camiseta gris se tambaleó hacia atrás mientras parpadeaba. Parecía perdido y extremadamente angustiado, tanto que tropezó con otro juego de pesas y se golpeó la cabeza contra un estante de metal con mancuernas. El deportista también parpadeaba y finalmente se puso de pie con una convulsión. De repente, un grupo de hombres rodeó al extraño herido y el deportista miró a su alrededor, al caos. Me las arreglé para acercarme lo suficiente para agarrar su mano y arrastrarlo hacia los casilleros, fuera de la vista de la multitud.
"¿Qué fue eso?", le pregunté, observando su ser. Estaba caliente, eso era seguro, y yo estaba empezando a tener una pequeña erección al pensar en eso.
"¿Viste mi transferencia? Me han dicho que sea más discreto", dijo, casi como un robot.
—Lo hice, pero no te preocupes. ¿Estás bien?
—Me sentí un poco confundido por lo que quería decir con transferencia, pero traté de mantener la calma.
"Estoy bien. Me ayudaste sin ninguna motivación", dijo, esta vez mirándome de arriba abajo. Obviamente no estaba tan bien formado como este tipo, pero no estoy seguro de que eso importara.
—Bueno, estás bueno, pero supongo que ese no es el tema. ¿Eres una especie de extraterrestre o algo así? —pregunté sin rodeos.
Él asintió. "Sí, sería agradable si pudieras mantener esto en secreto. No deseo hacerte daño, pero comprende que si te conviertes en una amenaza, me veré obligado a hacerlo".
"Mis labios están sellados." Hice un movimiento de cierre sobre mis labios.
—Pero no es así. ¿Por qué mientes? —preguntó.
—Oh, es sólo un dicho. Significa que no se lo diré a nadie. —Levanté mi dedo meñique y lo miré a los ojos—. Lo prometo con mi dedo meñique.
—¿Promesa de meñique? —Miró mi mano. Extendí la mano para tomar la suya y lo ayudé a corresponder la promesa. En el momento en que nuestros dedos se entrelazaron, de repente sentí una presencia en la parte posterior de mi cabeza. Algo que no era dañino, pero casi como si la cosa estuviera mirando a través de una ventana y dentro estuvieran mis recuerdos. Jadeé cuando nos soltamos y me arrastré hacia atrás mientras mis ojos se nublaban por un momento.
—Eres una buena persona, lo sé —me sonrió—. Me gustaría seguir usando esta 'promesa del meñique', pero solo contigo. Puede ser algo que hagamos para ponernos al día. ¿Te opones a que me quede contigo? Sé lo que piensas sobre este anfitrión, así que estoy seguro de que puedo usarlo de una manera que te resulte agradable.
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Miré hacia abajo para ver un bulto creciendo en sus pantalones cortos de entrenamiento y de repente su actitud cambió. Sus ojos parecían un poco más relajados y se levantó la camiseta para revelar un conjunto de abdominales hermosamente tonificados. Miré alrededor del vestuario y luego agarré su mano antes de colarme en una ducha. En ese momento, se había quitado la camisa y la arrojó afuera y luego me presionó contra la pared de azulejos. Hice una mueca cuando el frío sacudió la piel de mi espalda y sonreí cuando sentí su entrepierna frotarse contra la mía. Ya estaba dura, probablemente ya goteando cuando deslizó mis pantalones cortos por mi cintura. Mientras nos besábamos y nos apretábamos el uno contra el otro, el agua se abrió. Los chorros cálidos empaparon nuestros cuerpos mientras se daba la vuelta, mirando hacia atrás mientras extendía y separaba sus mejillas. Jugué con su agujero, provocándolo con la punta y luego, finalmente, deslizándome lentamente dentro de él. Gruñó cuando me sintió entrar y comencé a empujar cada vez más rápido a medida que el vapor llenaba la cabina. Él gimió y se estiró hacia atrás mientras admiraba los músculos de su espalda y me agarró mientras lo embestía. Me estiré hacia adelante y deslicé mis manos a lo largo de sus músculos mientras embestía, comenzando a sentir el retorcimiento en mis bolas mientras llegaba al borde. Cerré los ojos y embestí con fuerza, sintiendo que me liberaba dentro de él con un grito fuerte, ignorando la idea de que alguien pudiera escuchar.
"Eso fue increíble", dije, temblando mientras salía de él. La ducha seguía abierta y mi nuevo amigo extraterrestre se dio la vuelta mientras miraba su cuerpo. Se flexionó ligeramente y sonreí. Todavía estaba erecto.
- ¿Qué? - preguntó mirándome.
"Déjame cuidarte ahora. Te va a encantar". Sonreí y me arrodillé para ayudarlo con una nueva experiencia.
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karylvsjuanii · 8 months ago
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holaa, podrías hacer fluff con Juani? me encanta tus fics que tengas un buen día bebé 💖
Good Days | Juani Caruso
tw: súper fluff, algo de Juani y reader angst, inseguro y triste, cursilería.
Narración latina. Diálogos Juani argentinos.
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Salí de la ducha nocturna de siempre. Me encantaba el olor que elegí hoy, rosas.
Coloque mi pijama favorito de ositos rosas con cafés, me gustaba ponérmela y pensar que esos dos éramos Juani y yo.
Justamente salí del baño para ir por unos pañuelos ya que había manchado de jabón en la pared.
Yo podría jurar con todo lo que amo y aprecio en este mundo que ver a Juani acostado recién bañadito era lo mejor que le podía pasar a mi sentido de observación.
Estaba con los ojos cerrados y solo se podía apreciar la mitad de su rostro alumbrado por la lámpara a un lado de él. Podía ver desde aquí su posición cómoda, con las piernas dobladas y pegadas a su abdomen, haciéndose “conchita” debajo de las mantas y sus manos aferradas a esta.
Mi corazón empezó a latir fuerte al verlo así, estoy más que enamorada de él.
Quite la vista en cuanto abrió sus ojos y captó mi atención hacia él.
Caminé al baño para evitar la vergüenza que paso en estos momentos.
Dejé la puerta abierta y me senté en el tocador de mi baño, frente al espejo, tomé mi cepillo y mi cabello para fundirlos en un intento de desenredarlo. Debo ser sincera, siempre tardo demasiado haciendo esto, mi cabello es largo y me gusta ser cuidadosa con el en este paso.
“Puedo pasar?” Juani recuesta su peso en la puerta de mi baño, cruzándose de brazos y mirándome con una sonrisa brillante, haciéndome soltar una sonrisa cuando lo veo entrecerrando sus ojitos por la luz del baño.
“Todavía me falta, Juani.” Supuse que querría usar el baño ocupado por mi.
“No, puedo hacerlo yo?” Se acerca lentamente a mi sin dejar de verme para posicionarse detrás de mi. Seguido con mi mirada a través del espejo.
“Hacer qué?” Juani toma mi mano con el cepillo aún y lo despega de mis manos, acomoda mi cabello hacia atrás con una delicadeza hermosa y empieza a cepillarlo.
El baño quedó en completo silencio, eran solo nuestras respiraciones adueñandose de este.
Apostaría que de mis ojos están apunto de desprender corazones rojos enormes, causados por la imagen que veía en mi espejo iluminado.
Juani cepillaba mechón por mechón con paciencia y una sonrisa plasmada en su cara, aunque sus manos fueran realmente grandes, sus toques siempre fueron suaves y tiernos.
A medida de que avanzaba el cepillo bajaba con más fluidez y mi corazón con más rapidez.
Juani se giró y acercó sus manos a lo que parecía ser una crema, pero al regresar a mi fue rodeado con mis brazos y mi cabeza apoyándose en su pecho, evitando sus movimientos.
“Te ves tan hermosa, me encantas” Vuelve a acariciar mi cabello largo, pasando sus dedos para alejarlo de mi rostro.
“Te amo.” Dije, sintiendo a Juani detener sus movimientos.
Juani y yo llevábamos exactamente 1 año y dos meses conociéndonos, nos conocimos en argentina cuando yo pase vacaciones allí.
Me pidió que aceptara ser su novia hace dos meses, precisamente el día que cumplimos un año de conocernos, viajó a México para pedírmelo. Fue tan atento y tierno como siempre. Eso es lo que más me enamoró de él, seguro.
Y hoy día, era el primer “te amo” que le decía, ambos sabemos que nos amamos ya que nos lo habíamos dicho a través de canciones que nos dedicábamos, cartas, notitas, uno que otro mensaje, ya sabes, el típico “tamoo” o “lov u.”
Pero nunca había salido de la boca de alguno.
“Decimelo de nuevo.” No podría describir la expresión de Juani en este momento, parecía una mezcla de todas. Asustado, feliz, triste, enamorado, nervioso.
“Que te amo, Juan” Sus brazos me rodearon completa y con una facilidad logró cargarme y llevarme hasta la cama, apoyando mi espalda en el respaldo de nuestro colchón.
“Decime ya que esto es un sueño” Tomó mis manos cuando estaba ya encima de mis piernas, claramente sin dejar todo su peso caer en mi.
Sus rodillas estaban apoyadas de lado a lado, dejando a mis piernas en medio de las suyas.
“Que no lo es, Juani, te amo mucho”
Mi rostro fue aferrado por sus manos y bañado de besos suyos, cubriéndome por completo con la sensación de sus labios.
“Basta, amor, bésame” Rodeé mis brazos en su cuello con el intento de pegarlo más a mi.
Sus labios azotaron los míos, y se sentía todo diferente, no era como ese beso alterado y desesperado por sentir algo. Nuestro beso era buscando expresarnos todo ese amor que sentíamos por los dos, ese cariño y pasión que acumulaba en todo nuestro ser. Y estaba funcionando, no había otra manera de que alguien me pudiera hacer sentir así, tendrías que ser Juani para provocarme todos estos sentimientos que vienen desde el fondo de mi corazón.
Explosiones y terremotos de amor me venían cuando él me daba sus besos, pero la manera en la que me estaba besando ahora, me hacía sentir protegida y sin miedo a nada. Sus manos nunca propasaron mi cuerpo, tocaba suavemente mis mejillas y cabello, jugaba con este y sus dedos bajaban a mi cuello poniéndome nerviosa, agregándome los pelos de punta cuando lo sentía acercarse lo más que podía.
Mis labios se acostumbraron a Juani en tan poco tiempo, haciéndome dar cuenta que eso era lo que me faltaba, su amor, su toque, sus besos.
¿Alguna vez te has sentido reconfortado por el delicioso aroma del pan recién horneado?, pues, así se sentía estar en los brazos de Juani. Se sentía como ese sábado frío por la mañana en la casa de tu abuela, impregnada de un olor a pan y chocolate caliente. Se sentía como la brisa de la noche cuando te dirigías a la cena después de un día de playa. Como la sensación acogedora cuando te pones esa sudadera que solo tu entiendes cómo te hace sentir.
Juani me hace sentir como la niña más afortunada del planeta.
Mis emociones crecían más, hasta que sentí a sus labios abandonando los míos.
“Tengo miedo, amor.” Dice después de juntar su frente con la mía.
“Qué? qué pasa?” Intento despegar mi frente de la suya para verlo a los ojos, pero el me lo impide.
“De no ser suficiente para vos”
Sabía que Juani tenía problemas de autoestima y no le era fácil aceptarse a si mismo, todo por cosas del pasado y aún más por la fama que estaba recibiendo y los comentarios negativos de la gente, las cosas se juntaban causándole días abrumadores y desesperantes.
Siempre me tenía a mí y el lo sabe, pero nunca me dijo que se sentía de esa forma.
Sentí que había hecho algo mal, pues, creía siempre demostrar mi amor hacia él de todas maneras y que me dijera eso me hacía dudar si estaba haciendo algo mal con él.
“De qué hablas, Juan?” Hice una pausa alejando mi frente de él para tomarlo del mentón y atrapar su cara sosteniéndola con mis manos.
“Mira, amor, quiero que sepas que para mí, eres más que suficiente en todos los sentidos. Entiendo que a veces puedas sentirte inseguro, pero quiero que sepas que en mis ojos, eres perfecto tal como eres. Tu amor, tu atención, tu personalidad, son lo que me enamoraron de ti desde el principio, y nada ni nadie puede cambiar eso.”
Hago una pausa para tomarlo de las muñecas y hacer que su mirada se dirija a mi, quería decírselo mirándolo a los ojos.
“Juani, no necesitas ser nada más que tú mismo, porque en tus abrazos y besos encuentro todo lo que necesito.
Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, y siempre estaré aquí para apoyarte, amarte y recordarte lo increíble que eres.”
Noté los ojos llorosos de Juani rogando por derramar una lágrima. Jale sus brazos hacia mí y lo abracé con todo mi amor. Mi corazón se partió al escuchar sollozos de su parte.
Juani se apartó de mi y me vio a los ojos con lo que parecía ser un intento de sonrisa.
“amor, gracias, de verdad, gracias por tus palabras y por ser vos, sos la niña más bonita y preciosa que mis ojos han visto. No puedo evitar querer llenarte de besos cada vez que me hacés sentir así.”
Sus dedos frotan mi cabello dejándolo caer sobre mis hombros y pecho, mostrando nerviosismo. Y no me sorprende, Juani nunca ha sido de expresarse mediante palabras, cosa que me gusta, para él son más importantes las acciones. Así que, scucharlo decirme esas palabras provocan un revoltijo en mi vientre, el mismo que sentí cuando nos dimos el primer beso, cuando me pidió ser su novia, cuando dormimos juntos por primera vez.
“Tu eres el niño más bonito que he visto” Recibo un beso tierno, sintiendo aún cómo no deja quieto mi cabello.
“Me haces sentir completo” Juani deja escapar esa frase entre besos.
Provocándome de nuevo, miles de mariposas en mi estomago.
Cansándose de la posición, se aleja de mi para acostarse a mi lado y jalarme hacia él. Con sus manos, cubre mi cuerpo con las cobijas blancas, enrollando sus piernas con las mías y pasando su mano por mi cintura sin dejar de verme.
Ojalá así se sintiera el cielo, estar en los brazos del niño más precioso, mirándome como si fuese su escena favorita, permitiendo que aprecie aún más sus azules ojos escaneando mi rostro.
Vuelve a acercar sus labios a los míos, uniéndolos en un beso largo lleno de amor, su mano recorriendo mi cintura y pasando de vez en cuando a una caricia en mi espalda, suave y sin prisa, devolviéndole la sensación en sus brazos, tocados por mi.
Juani manejaba mis labios con tranquilidad, a su gusto, convirtiéndolos en uno solo.
Recibiendo una sonrisa de mi parte por sentir a sus rulos caer por mi frente, levemente desplazándose junto al movimiento de su rostro para besarme más.
Juega con mi labio inferior, besándolo y rozándolo con sus labios.
Poco a poco despega los suyos de mi para regresar y dar tiernos besos pequeños.
Suelto una risa y abro los ojos para encontrarme con los suyos y a su bonita sonrisa transmitiéndome calidez y cariño.
Su mano aleja el fleco de mi cabello que intenta cubrir mis ojos, lo intenta sin parar de sonreír, sus dedos acarician mis hombros regalándome escalofríos nerviosos, bajando a mis manos por sentir a las suyas entrelazando sus dedos con los míos, añadiéndole más ternura y emoción al momento. El cual nunca olvidaré.
“Sos el sueño del que nunca quiero despertar.” Dice Juani con sus manos al rededor de mis mejillas, sus acciones hacen que pueda escuchar los latidos de mi corazón a mil por hora.
Sus brazos me rodean nuevamente como todas las noches, pegándome a él y escondiendo mi rostro en su pecho abrazándolo por la cintura, inhalando su cálido olor con el dulce toque de aroma masculino.
Pero ahora es distinto, siento su agarre como si fuera esa cobija con la que minutos antes estaba aferrado, impidiendo separarse, como si no quisiera alejarse de ella nunca más.
“Ah, y..” Hace una breve pausa buscando conectar su mirada con la mía.
“Yo te amo mucho más, mi amor.” Finalmente sus ojos se cierran, soltando un suspiro con una sonrisa apoderándose de él por la noche inolvidable que acabamos de pasar, convirtiéndose en la primera de muchas más.
….
HOLAA, oigan coméntenme porque m gustaría interactuar con ustedes.
este fluff lo tenía guardado hace ya varios días solo q me faltaba modificar palabras y así, tmb tengo pendiente un smut d pipe buenísimo jeje ojalá les haya gustado este fluff m encanta escribir d estos😭
PD: HÁGANME MAS ASK PORFA DENME IDEAS D TODO HAJJAAJJSJS
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deepinsideyourbeing · 1 month ago
Note
Sería mucho abuso pedir la deleted scene de Enzo y Santi al final de Delirio de Condenados? Donde Enzo se lo lleva al rubio al baño y le da el after care a.k.a toman una ducha juntos but make it fluff y smutty 🙏🏻 estoy enamorada de esos dos juntos basta qué me hiciste
Kinktober, Día 22: Shower Sex
Santiago parpadea una, dos, tres veces antes de finalmente comprender las palabras de Enzo y comenzar a protestar. Cruza los brazos sobre su pecho pero, considerando que ahora sólo lleva la camiseta del uruguayo y que esta es unas tallas más grandes que la suya, el gesto carece de autoridad.
-Solamente quiero asegurarme de que estés bien- insiste Enzo, tomándolo de la mano para guiarlo hacia la última puerta del corredor-. Te dije que te iba a cuidar.
-Es que...
Ya sé, quiere decir, jamás hiciste esto. Permanece callado, esperando una explicación que no llega, pero más relajado una vez que nota cómo la reticencia en la figura del otro comienza a evaporarse. Santiago le permite quitarle la ropa, tambaleándose en el proceso y sujetándose de él.
-Perdón- dice en voz baja el rubio. Después de todo lo que sucedió, ¿le avergüenza perder el equilibrio y necesitar su apoyo? Enzo no logra ocultar cuánto lo divierte la situación-. No es gracioso.
-No, tenés razón.
Santiago se queja, probablemente molesto por su tono burlón, pero aún así le permite arrastrarlo hasta que el agua caliente llueve sobre ambos. Enzo finge no mirar su cintura y la curva de su espalda baja (el camino a la perdición, seguro), sus muslos ligeramente tonificados y el tentador espacio entre ellos. Fracasa.
-Estás mirando- susurra Santiago. Evita el contacto visual nuevamente.
-¿Te molesta?
Un suspiro resuena entre los azulejos. No saben quién es el dueño.
-No. Me gusta.
Enzo lo toma por la muñeca y tira de su brazo hasta que el cuerpo de Santiago impacta contra el suyo. No pregunta antes de rozar sus labios, en lugar de besarlo utiliza su boca para explorar la mandíbula y el cuello del rubio, mientras sus manos se deslizan descaradamente por su espalda, su cadera, sus glúteos.
Los manos del menor sobre su pecho y la manera en que se entrega silenciosamente son intoxicantes, pero más lo es sentir su erección contra su cadera, su respiración en su piel, sus suspiros en su oreja.
-¿Te quedaste con ganas?- pregunta Enzo con voz ronca. Santiago asiente-. Te la querías coger, ¿no?
-Sí.
-¿Te habría gustado cogértela mientras yo te cogía a vos?
Un gemido escapa de los labios del cordobés, producto de las palabras del mayor y también del dígito que presiona en su entrada, pero no emite más sonido que ese mientras su cuerpo impacta contra los azulejos fríos de la ducha y cuando es obligado a voltear para que el otro tenga fácil acceso a su cuerpo.
-No es tu primera vez haciendo esto, ¿no?- pregunta mientras juega con su propia erección-. Contestame, Santiago.
-No.
-¿Agustín...?
El temblor que recorre el cuerpo de rubio y sus mejillas rojas confirman las sospechas de Enzo. Escupe con furia sobre sus dedos y lleva su índice hacia la pequeña entrada rosa de Santiago, que lo recibe en su interior sin mucha resistencia, sus gemidos silenciados contra su brazo.
-¿Cuándo?
-¿Qué?
-¿Cuándo fue la última vez que cogieron?- remarca cada palabra con pequeñas estocadas que permiten profundizar la penetración.
La respiración del rubio es superficial y cuando no contesta, probablemente distraído por el placer o intentando recordar, Enzo no duda en llamar su atención con una nalgada. No le importa pensar que el sonido o el grito posterior podrían delatarlos.
-Esa fue la única vez- contesta entre respiraciones profundas y gemidos temblorosos-. Después de eso nunca más lo hice. Con nadie.
Enzo lo recompensa con un segundo dedo y rodea su cintura con un brazo para brindarle estabilidad. Cualquier podría pensar que es un abrazo íntimo, romántico y protector, en lugar de ver que están profanando una ducha ajena sin importarles que su amigo (y su encantadora novia) los escuche.
-Ahí- dice Santiago, en una especie de suspiro, cuando los dígitos del mayor estimulan directamente su próstata-. No pares.
Enzo besa su hombro y se detiene. Guía su miembro hacia la entrada del menor, que se contrae ansiosamente en torno a nada, mientras continúa regando besos sobre su cuello y espalda.
-Si querés que pare me decís, ¿está?
-Sí.
Santiago observa cómo Enzo escupe sobre su palma para utilizar su saliva como lubricante y luego vuelve a esconder su rostro en su brazo. El roce en su entrada hace que se sobresalte, pero los dedos del uruguayo masajeando su cintura hacen maravillas y pronto olvida el motivo de su inquietud, sobre todo porque se distrae con los dientes que muerden su cuello.
-Pará, pará- suplica mientras el otro se desliza lentamente en su cálido interior. El dolor es tolerable, placentero, adictivo, pero ese es precisamente el problema; su miembro no deja de palpitar y la tensión en sus músculos es una tortura.
El hecho de que Enzo sea tan comprensivo y espere por él sólo empeora su estado. Puede sentir sus manos recorriendo todo su cuerpo, deteniéndose en su cadera, masajeando su piel con delicadeza. Lo adora. Le encanta. Quiere esto siempre.
-¿Querés seguir?- escucha antes de sentir otro beso sobre su hombro. Cuando susurra un sí Enzo lo sorprende con una mano en su erección-. ¿Querés que te toque? ¿Vas a terminar?
Quiere mentir, pero en su lugar dice:
-Sí, por favor.
Cada caricia es un centímetro más y cuando Santiago intenta moverse, en busca de mayor contacto, termina llorando porque el placer lo hace sentirse abrumado. Es mucho. No recordaba haber sentido esa plenitud, el calor, el ardor, tampoco recordaba oír y sentir los latidos ajenos como propios.
Enzo descansa su frente en su espalda y jadea sonoramente. Cuando Santiago contrae sus músculos, suplicando por más, le roba un gemido:
-Dios- dice el mayor contra su piel. Incrementa el ritmo con el que lo toca y finge que es (más o menos) inmune a sus sollozos-. Sos perfecto, ¿sabías?
Santiago se deja ir con un grito: mancha los azulejos, la mano de Enzo, intenta contenerse y cerrar la boca, pero continúa gimiendo desesperadamente hasta que su voz se apaga. Sus mejillas queman, ya sea por vergüenza o porque su sangre termina concentrándose allí, pero no le importa.
No repara en las marcas que sus uñas dejan en la muñeca de Enzo cuando intenta apartar su mano, sólo puede pensar en la tortura que es la sensibilidad post orgasmo, repite una y otra vez "es mucho" y "no puedo".
-Ya está, ya está- intenta consolarlo Enzo. Masajea su pecho para ayudarlo a regular su respiración mientras su otra mano permanece en su abdomen-. Así... Muy bien.
Luego de unos minutos el rubio regresa a la realidad, incapaz de recordar cuándo el agua dejó de correr, pero todavía pensando en su compañero y sus necesidades. Voltea tímidamente y encuentra la mirada intensa de Enzo.
-Más- ordena-. Por favor.
-¿Sí?- pregunta el otro con un pequeño movimiento de cadera que los hace gemir a ambos-. ¿Me vas a dejar usarte como yo quiera?
Santiago muerde su labio inferior y cierra los párpados con fuerza. Se esfuerza por ignorar los golpes en la puerta y la voz -entre irritada y bromista- de Matías. Asiente.
Enzo sonríe.
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xjulixred45x · 9 months ago
Text
Yandere Satoru Gojo: Abre la Puerta(TRADUCCION)
-"knock knock"-
Lector@ habia entrado con prisa a su departamento, después de haber corrido por manzanas enteras, esquivando personas y mirando constantemente detrás de ell@ desde que habia logrado salir de la casa de Gojo. al aue estaban seguro habia quedado inconsciente por el sello que habia logrado ponerle.
pero en cuanto escucho esas palabras al cerrar la puerta, supo que tenia qué correr otra vez.
y lo hizo.
-"siento haber entrado por tu ventana! horribles modales, pero sabes como soy~"- lo escucharon hablar mientras huia inútilmente a su cuarto casi vacio, ya que la mayoria de sus cosas estaban en la casa de Gojo, cerraron la puerta y se dirigieron al primer lugar que les vino a la mente--
el closet.
si no puedes contra el, al menos entretenlo para que no te mate. penso.
Satoru se dirijio sin prisa hacia el cuarto de su pareja, viendole sin problema atravez de la venda. no sentia miedo, nisiquiera estaba un poco preocupado, sabia que no podia huir de el. mucho menos ahora.
aunque lo admitia, verlos intentarlo aún sabiendo lo futil que es era bastante divertido, mirale, cosita bonita, pensando que tiene una oportunidad, escondido en el closet como un niño asustado ¡pero no hay nada de qué preocuparse! el esta aqui después de todo.
-"ahora ahora, (lector@) ¿porque no sales por las buenas y vamos a casa? debes tener hambre después de haber corrido tanto."-
-"¡ALEJATE DE MI, LA ALARMA DEL DEPARTAMENTO SONO Y VENDRÁ LA POLICÍA!"-
"-nos abremos ido para entonces...¡vamos! ¡tuviste tu momento de "libertad"! sal y nos olvidaremos de esto--"-"porque?"- (lector@) corto abruptamente a Satoru, sorprendiendolo, pero no mas que su pregunta.
-"¿porque que?....no, espera, se lo que te refieres"-
Satoru nunca entendio muchas de las acciones de su pareja. el sentimiento era mutuo.
¿porque rechazaba su afecto?¿porque no veia que hacia todo esto por ell@?¿porque no solo acepta que esta destinad@ a ser suyo?
...¿porque Satoru le estaba haciendo esto?
-" estoy destiando a ser tuyo y tu a ser MI@...¡soy todo lo que necesitas!"-
Satoru se extraño un poco al no recibir respuesta después de eso. por lo que siguió hablando, esperando una reaccion o mínimo, que se hartaran de lo que decia y le respondieran. Dándoles la espalda mientras se sentaba en el piso.
-"FINALMENTE conoci a alguien que me da este tipo de emociones..incluso si esto no te gusta NO ME VOY A RENDIR CONTIGO"- Satoru esperaba aunque sea escuchar un sollozo de parte de (lector@) pero lo recibio de nuevo el silencio del pasillo..
-"¡tu SABIAS que no podia vivir sin ti! TU me forzaste a hacer esto! no puedo hacerlo solo! ¿porque te es tan DIFÍCIL aceptarme?"- Satoru dijo mientras se volteaba bruscamente, perdiendo su paciencia.
pero entonces el noto algo que le hizo sentir una sensación extraña en su estómago, al ver que atravez de la puerta del armario, la temperatura corporal de (lecto@r) estaba disminuyendo..
NO..
-"¡(LECTOR@)!- abre la- abre la puerta porfavor! (LECTOR@)! abre la puerta!"-
-"(LECTOR@) ¿podemos olvidar que paso esto y vovler a casa?¿podes decir algo..?"- Satoru estaba frente a las puertas del closet, con sus manos temblando mientras trataba de que (Lector@) le respondiera sin éxito. podia ver que estaban ahi pero algo andaba muy mal..
-"(LECTOR)¡ESTAS ASUSTADO!¡LO ENTENDI!¡AHORA DEJATE DE TRUCOS Y ABRE LA PUTA PUERTA!"- Satoru se paro de su pocision de rodillas y se preparo en caso de que (lector@) se moviera. no lo hizo.
-"!(LECTOR@) NO ME HAGAS ENTRAR AHI!¡¡VOY A CONTAR HASTA 3!!--
1-
2--
¡A LA MIERDA!"-
Satoru nisiquiera tuvo que mover un musculo para que la puerta del closet se hiciera pedazos frente a el, dejando a (lector@) expuesto.
-"¡SE ACABARON LOS JUEGOS!"-
(Lector@) se había puesto un cinturón alrededor del cuello lo más apretado posible para intentar suicidarse.
Por suerte o por desgracia, Satoru rompió el cinturón. Estaba prácticamente inconsciente, apenas respiraba, pero estaba bien. Iba a estar bien.
Satoru sintio como ese sentimiento extraño desaparecia y llegaba a el una sensación suave, al verle tan indefens@, estiró su mano y le acaricio la mejilla con cariño.
ay...que susto le dio... definitivamente ahora tendra que cuidarle mas. talvez pasar mas tiempo con ell@ y asi no se sientan mal, especialmente después de esto, lo van a necesitar.
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