Locución en ETER y comunicación social en UNQ. Feminista. Textos hechos en instituciones educativas.
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moiramemma-blog · 6 years ago
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Crónica de la Guerra de la Triple Alianza o del Paraguay a partir de la presidencia de Bartolomé Mitre/¿Liberar al pueblo de un tirano a costa de qué?/Historia
Uno de los mayores responsables del desarrollo de la Guerra del Paraguay fue Bartolomé Mitre, el primero en ejercer el cargo de Presidente de la Nación Argentina entre 1862 y 1868. Su proyecto de país se basaba en el librecambio, quería una economía agroexportadora que mantenga relaciones con Gran Bretaña, nación sinónimo de “progreso y civilización”. Mitre quería que el país anglosajón invierta para poder comprar ferrocarriles. Planteaba un gobierno centralizado en Buenos Aires, fijado sobre una oligarquía porteña con una política unitaria, en contraposición a la de las provincias federales. Para instaurar su modelo de país generó una masacre contra “el gauchaje federal”. Una fue la Batalla de Pavón en la que finalmente Urquiza, el mayor líder federal, se rinde ante Buenos Aires por razones desconocidas, lo cual generó un gran descontento en las provincias que lo seguían.  A partir de que Urquiza le cede el poder a Mitre, se concreta el proyecto de oligarquía porteña y toda decisión pasa a ser según la conveniencia de Buenos Aires, se dice que fue el “fin de las guerras civiles” y “la muerte de la causa federal”.
Luego de la Batalla de Pavón, Mitre contrata a militares uruguayos del Partido Colorado (Venancio Flores, José  Miguel Arredondo, etc) y les da vía libre para que bajen a las provincias a matar todo gaucho federal, esto claramente con el objetivo de imponer su proyecto liberal en todo el país. Es importante mencionar que “la purga” se hizo en todas las provincias menos en Entre Ríos en donde gobernaba Urquiza, probablemente producto de algún acuerdo interno relacionado con la Batalla de Pavón.
También, es de relevancia el hecho que en Uruguay estaba gobernando el Partido Blanco representado por Bernardo Berro, aliado de las Provincias Unidas Federales y de Paraguay. Venancio Flores, del partido contrario, el Colorado, le comunicó a Mitre en primer lugar que quería gobernar la ex banda oriental y en segundo que había que luchar en contra de la tiranía del Presidente de Paraguay,  Francisco Solano López.
¿Por qué la tiranía? Porque a partir de que Paraguay en 1811 gestó un proceso emancipador, independentista de España, tuvo tres presidentes: José Gaspar Rodríguez de Francia, Carlos Antonio López y Francisco Solano López, “el mariscal”, que continuaron un mismo proyecto de país con una política de estado proteccionista. “Paraguay contaba con una línea de telégrafos, un ferrocarril y una buena cantidad de fábricas de materiales de construcción, tejidos, lienzos, ponchos, papel y tinta, loza y pólvora. Doscientos técnicos extranjeros, muy bien pagados por el Estado, que prestaban su colaboración decisiva. Desde 1850, la fundición de Ibycui fabricaba cañones, morteros y balas de todos los calibres; en el arsenal de Asunción se producían cañones de bronce, obuses y balas. La siderurgia nacional, como todas las demás actividades económicas esenciales, estaba en manos del Estado. El país contaba con una flota mercante nacional, y habían sido construidos en el astillero de Asunción varios de los buques que ostentaban el pabellón paraguayo a lo largo del Paraná o a través del Atlántico y el Mediterráneo. El Estado virtualmente monopolizaba el comercio exterior: la yerba y el tabaco abastecían el consumo del sur del continente; las maderas valiosas se exportaban a Europa. La balanza comercial arrojaba un fuerte superávit. Paraguay tenía una moneda fuerte y estable, y disponía de suficiente riqueza para realizar enormes inversiones públicas sin recurrir al capital extranjero. El país no debía ni un centavo al exterior, pese a lo cual estaba en condiciones de mantener el mejor ejército de América del Sur, contratar técnicos ingleses que se ponían al servicio del país en lugar de poner al país a su servicio, y enviar a Europa a unos cuantos jóvenes universitarios paraguayos para perfeccionar sus estudios. El excedente económico generado por la producción agrícola no se derrochaba en el lujo estéril de una oligarquía inexistente, ni iba a parar a los bolsillos de los intermediarios, ni a las manos brujas de los prestamistas, ni al rubro ganancias que el Imperio británico nutría con los servicios de fletes y seguros. La esponja imperialista no absorbía la riqueza que el país producía. El 98 por ciento del territorio paraguayo era de propiedad pública: el Estado cedía a los campesinos la explotación de las parcelas a cambio de la obligación de poblarlas y cultivarlas en forma permanente y sin el derecho de venderlas. Había, además, sesenta y cuatro estancias de la patria, haciendas que el Estado administraba directamente. Las obras de riego, represas y canales, y los nuevos puentes y caminos contribuían en grado importante a la elevación de la productividad agrícola. Se rescató la tradición indígena de las dos cosechas anuales, que había sido abandonada por los conquistadores. El aliento vivo de las tradiciones jesuitas facilitaba, sin duda, todo este proceso creador. El Estado paraguayo practicaba un proteccionismo muy reforzado en 1864, sobre la industria nacional y el mercado interno; los ríos interiores no estaban abiertos a las naves británicas que bombardeaban con manufacturas de Manchester y de Liverpool a todo el resto de América Latina.”
Hay que tener en cuenta que para la mentalidad del siglo XIX depender de Gran Bretaña era algo positivo y los paraguayos hicieron lo contrario, cerrando el libre comercio, generando consumo interno a través del desarrollo de una industria propia con lo que producían: algodón, tabaco, azúcar.
Sin duda, si el avance de los paraguayos no hubiera sido destruido, hoy la realidad de su país no sería la misma.
Mitre toma lo que le dice Venancio Flores y decide aportar al fin de “la tiranía del mariscal” y a ayudarlo a que tome el poder uruguayo. Dos puntos a prestar atención es que para Mitre la idea de un país con la política económica proteccionista de Paraguay era irracional y destruirlo era una manera de también terminar con las rebeliones federales del interior mediterráneo.
El descontento de Venancio Flores y Mitre reflejan los intereses del imperio británico que se había quedado sin su mayor proveedor de algodón debido a la guerra de secesión estadounidense. Recordemos que en ésta el Norte industrialista le gana al Sur esclavista y monocultivista de algodón.
Entonces, el Imperio Británico necesitaba comerciar para obtener materia prima y al encontrarse con la negativa de Paraguay influyó en el Imperio del Brasil que en ese momento era una monarquía liderada por Pedro II. El Imperio del Brasil era la mano derecha de Gran Bretaña en América Latina: “Paraguay estaba objetivamente bloqueado entre Argentina y Brasil, y ambos países podían negar el oxígeno a sus pulmones cerrándole, como lo hicieron Rivadavia y Rosas, las bocas de los ríos, o fijando impuestos arbitrarios al tránsito de sus mercancías. Para sus vecinos, por otra parte, era una imprescindible condición, a los fines de la consolidación del estado olígárquico, terminar con el escándalo de aquel país que se bastaba a sí mismo y no quería arrodillarse ante los mercaderes británicos.”
Venancio Flores quería gobernar Uruguay y Berro sabía que se acercaba una invasión por lo cual le pide ayuda a su aliado Solano López, quien accede y le pide permiso a Mitre para pasar por la provincia de Corrientes y no se lo da, aludiendo neutralidad.
Esa movida fue una estrategia del mandatario argentino que sabía que López no le haría caso y pasaría igual. Entonces, el ministro de relaciones exteriores Rufino de Elizalde colocó  dos barcos en el Río Paraná mirando hacia Paraguay, los cuales “el mariscal” secuestra. De esta manera, se justifica el inicio de la guerra que durará cinco años.
En principio Berro, el aliado de López, es despojado de su puesto y así es como se consolida el pacto de la triple alianza: Argentina, Uruguay y el Imperio del Brasil en contra de Paraguay.
Mitre asume como general de los tres países y se da un verdadero genocidio que deja un saldo de entre 66.000 y 1.000.000.000 de muertos. La guerra dura cinco años porque Solano López no presenta rendición, sigue luchando hasta su muerte: “Muero con mi patria” dijo con su último aliento y lo hizo. Todo el pueblo paraguayo estaba al frente: hombres, ancianos, mujeres y niños. Mitre convoca dos ejércitos en Santa Fé y en Entre Ríos pero la mayoría deserta, las montoneras federales de las provincias se levantaban todo el tiempo a favor del paraguay: fue una guerra sumamente antipopular.
Paraguay quedó destrozada. “Tenía, al comienzo de la guerra, poco menos población que Argentina. Sólo doscientos cincuenta mil paraguayos, menos de la sexta parte, sobrevivían en 1870. Era el triunfo de la civilización. Los vencedores, arruinados por el altísimo costo del crimen, quedaban en manos de los banqueros ingleses que habían financiado la aventura. El imperio esclavista de Pedro II, cuyas tropas se nutrían de esclavos y presos, ganó, no obstante, territorios, más de sesenta mil kilómetros cuadrados, y también mano de obra, porque muchos prisioneros paraguayos marcharon a trabajar en los cafetales paulistas con la marca de hierro de la esclavitud.
La Argentina del presidente Mitre, que había aplastado a sus propios caudillos federales, se quedó con noventa y cuatro mil kilómetros cuadrados de tierra paraguaya y otros frutos del botín, según el propio Mitre había anunciado cuando escribió: «Los prisioneros y demás artículos de guerra nos los dividiremos en la forma convenida». Uruguay, donde ya los herederos de Artigas habían sido muertos o derrotados y la oligarquía mandaba, participó de la guerra como socio menor y sin recompensas.
Algunos de los soldados uruguayos enviados a la campaña del Paraguay habían subido a los buques con las manos atadas. Los tres países sufrieron una bancarrota financiera que agudizó su dependencia frente a Inglaterra. La matanza de Paraguay los signó para siempre.
Brasil había cumplido con la función que el Imperio británico le había adjudicado desde los tiempos en que los ingleses trasladaron el trono portugués a Río de Janeiro. A principios del siglo XIX, habían sido claras las instrucciones de Canníng al embajador, Lord Strangford: «Hacer del Brasil un emporio para las manufacturas británicas destinadas al consumo de toda la América del Sur». Poco antes de lanzarse a la guerra, el presidente de Argentina había inaugurado una nueva línea de ferrocarriles británicos en su país, y había pronunciado un inflamado discurso: «¿Cuál es la fuerza que impulsa este progreso? Señores: ¡es el capital inglés!».
Del Paraguay derrotado no sólo desapareció la población: también las tarifas aduaneras. los hornos de fundición, los ríos clausurados al libre comercio, la independencia económica v vastas zonas de su territorio. Los vencedores implantaron, dentro de las fronteras reducidas por el despojo, el librecambio y el latifundio.
Todo fue saqueado y todo fue vendido: las tierras y los bosques, las minas, los yerbales, los edificios de las escuelas. Sucesivos gobiernos títeres serían instalados, en Asunción, por las fuerzas extranjeras de ocupación. No bien terminó la guerra, sobre las ruinas todavía humeantes de Paraguay cayó el primer empréstito extranjero de su historia. Era británico, por supuesto. Su valor nominal alcanzaba el millón de libras esterlinas, pero a Paraguay llegó bastante menos de la mitad; en los años siguientes, las refinanciaciones elevaron la deuda a más de tres millones.
La triple Alianza sigue siendo todo un éxito.
Los hornos de la fundación de Ibycuí, donde se forjaron los cañones que defendieron a la patria invadida, se erguían en un paraje que ahora se llama Mina-cué -que en guaraní significa Fue mina.
Allí, entre pantanos y manquitos, junto a los restos de un muro derruido, yace todavía la bese de la chimenea que los invasores volaron, hace un siglo, con dinamita, y pueden verse los pedazos de hierro podrido de las instalaciones deshechas. Viven, en la zona, unos, pocos campesinos en harapos, que ni siquiera saben cuál fue la guerra que destruyó todo eso.Sin embargo, ellos dicen que en ciertas noches se escuchan, allí, voces de máquina y truenos de martillos, estampidos de cañones y alaridos de soldados.”
El gobierno posterior al genocidio fue uno consensuado por la triple alianza y la primera ley que se sancionó fue que las mujeres no sean monógamas, ya que habían matado a la mayor parte de los hombres.
Mataron, torturaron, destruyeron una economía, una sociedad, bajo el lema de “liberar a un pueblo de un tirano”. Mitre pidió que los cuerpos de los miles de muertos paraguayos se tiren al río Paraná para que los argentinos del Norte federal se contagien de cólera. Y funcionó, murieron muchos por cólera.
Mitre, ¿Eso también fue para liberarlos de la tiranía o fue a causa de su tiranía?
¿Será que a lo largo de la historia se catalogó como “tiranos” a aquellos que más beneficiaron a las clases populares (Francisco Solano López, Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón)?
Fuentes: 
1. Clases del historiador Sebastián Argañaraz.
2. Eduardo Galeano en “Las Venas Abiertas de América Latina”
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moiramemma-blog · 6 years ago
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moiramemma-blog · 6 years ago
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EDITORIAL RADIAL EN EL DÍA EN EL QUE SE DEBATIÓ EN DIPUTADOS LA LEGALIZACIÓN DEL ABORTO. 
#SERÁLEY
#ABORTOLEGALSEGUROYGRATUITO
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moiramemma-blog · 7 years ago
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Mi nombre es Sam/ Conceptos de discapacidad e “ideología de la normalidad”
Mi nombre es Sam de Jessie Nelson (2001), cuenta la historia de un discapacitado que lucha por ejercer la tutela de su hija. A continuación, se abordará la forma en que se presenta la discapacidad en este film, teniendo en cuenta las nociones del concepto presentes en el artículo “El papel de la ideología de la normalidad en la producción de discapacidad” de un grupo de investigación de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos.
Las instituciones son las que conforman los modos hegemónicos que la sociedad incorpora. En Mi nombre es Sam las responsables de reflejar e intentar poner en práctica  la “ideología de la normalidad” son la escuela, el sistema policial, el poder judicial y “el departamento de servicio de familias y niños”.
A partir de la sociabilización de Lucy, cuando ingresa a la escuela, entra en crisis la relación con su padre, ya que ahí es cuando encuentra la diferencia con otros padres y sus compañeros de curso lo hacen notar.
Cuando Sam trabaja en comercios en cargos bajos, simples, los clientes lo aceptan porque está en un nivel bajo de “ciudadanía”. Es decir, al “ayudar” en actividades de poca relevancia cumple el rol de discapacitado avalado por la comunidad. En cambio, al momento de ser un participante más activo en las interacciones sociales no es del todo aceptado. Cuando Sam se ofrece a pagarle la comida a la abogada, ella le dice “¿Estás tratando de actuar como un…?” y él contesta “Soy un adulto, puedo pagar, puedo cuidar a Lucy”.
“El discapacitado está determinado a desempeñar el rol de enfermo [...] es condenado a un tipo de ciudadanía devaluada, considerado un menor de edad permanente.”  
O, cuando es ascendido, que no logra hacer los cafés correctamente y a tiempo y la gente no es tolerante.
La “ideología de la normalidad” se puede ver tanto en la rutina de su vida cotidiana, como en la problemática principal del film. El abogado, la asistente social y la psicóloga, consideran incapaz a Sam de criar a Lucy, ya que tiene el coeficiente intelectual de un niño de 7 años.  En otras palabras, no entra en los parámetros de persona “normal” apta para tener un hijo.
Sin embargo, él con un poco más de dificultad, resuelve inconvenientes propios de una paternidad primeriza y sin la ayuda de otro/a  madre/padre: darle de comer cada dos horas, ir al supermercado, conseguir alguien que la cuide, pagar los zapatos, ayudarla a aprender a leer.
Esto resulta inentendible, imposible e ilógico para aquellos que consideran que la  discapacidad está ligada a conductas proscriptas. Entonces, el rol de la abogada es el de romper con lo que en el artículo llaman “etiquetamiento”, incluyendo la posición del propio Sam y a su vez, sacándose sus propios prejuicios, haciendo una revisión crítica de los modos rígidos y únicos de pensar a la discapacidad.
Si lo relacionamos con la concepción sociopolítica, las instituciones son las principales responsables de mantener el orden en las sociedades occidentales, por lo tanto, el quiebre del estereotipo del discapacitado “adaptado”  (funcional a las estructuras sociales dadas), sin derechos ni responsabilidades representa un bache en un sistema que clasifica, produce y reproduce sujetos.
Criar a Lucy, lo convierte a Sam en un ciudadano activo, con derechos, responsabilidades y expectativas.
“Los sujetos son socialmente eximidos de responsabilidades y derechos a la vez que privados de expectativas, más allá de su recuperación.”
Además, en cierto punto que a Sam le digan que no es capaz de quedarse con Lucy porque no va a poder estar al nivel de sus necesidades termina por afectarle, haciéndole creer que efectivamente es así, por ejemplo cuando habla en el juicio con el abogado.
“Conceptualizar la discapacidad como desviación social implica asignarle una identidad y condición social devaluadas, [...] un estigma que invade al discapacitado [...] y afecta la estructura psíquica del sujeto”
En la película se pone en crisis la idea de “normal” a partir de que se vislumbran las complicaciones que tienen la abogada y la psicóloga a la hora de ser madres. Lo cual, da a entender que no importa en qué parámetro de “normalidad” se esté, ya que ellas entran dentro de los cánones aceptados por la sociedad y aún así encuentran muchas dificultades.
Por último, también se pone en jaque cuando la “madre sustituta” le entrega Lucy a Sam, entendiendo que lo que antes naturalmente consideraba inadmisible, al conocer la relación de ellos dos, se revirtió.  La madre sustituta opinaba que Sam no podía cuidar a Lucy porque el trabajo ideológico conlleva una naturalización que hace desaparecer las huellas sociales, políticas, históricas de los discursos institucionales y comunitarios que se reciben diariamente, produciendo el pensamiento generalizado de la discapacidad-en tanto sinónimo de déficit-como dato objetivo de la naturaleza.
En conclusión, Mi nombre es Sam aborda la discapacidad no desde un plano biologizado sino desde  las relaciones sociales. Refleja “el territorio, las zonas invisibles” de la vida social, ese “exterior constitutivo” del campo de los sujetos (normales), desafiando el concepto tradicional de “normalidad” de los modos hegemónicos.
Bibliografía
Nelson, J (director). (2001). Mi Nombre es Sam (I am Sam). Estados Unidos: New Line Cinema.  
ANGELINO, Alfonsina; ANGELINO, César; ALMEIDA, María E.; PRIOLO, Marcos; ROSATO, Ana; SÁNCHEZ, Candelaria; SPADILLERO, Agustina;VALLEJOS, Indiana; KIPPEN, Esteban; ZUTTIÓN, Betina (2009). “El papel de la ideología de la normalidad en la producción de discapacidad”, “Ciencia, Docencia y tecnología”, N°39,  Facultad de Trabajo Social de Entre Ríos (UNER)”. 
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moiramemma-blog · 7 years ago
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Black Mirror/ 15 mil millones de méritos y las teorías de la comunicación
“Cada civilización de masas en un sistema de economía concentrada es idéntica y su esqueleto es la armadura conceptual fabricada.”
Max Horkheimer y Theodor Adorno.
Entendiendo a las series como un espacio de sociabilidad actual, en las cuales se encuentran representaciones sociales que trazan mentalidades colectivas, así como en su momento fueron el cine, la radio o la televisión; se analizará el capítulo “Fifteen Million Merits” de la serie“Black Mirror”.
“Black Mirror” es una serie de drama creada por Charlie Brooker, fue producida por  Zeppotron, productora de internet y televisión. Zeppotron produjo la serie para la compañía Endemol. Con presencia internacional, Endemol produce y  distribuye contenidos multiplataforma, ficciones, reality shows, programas de telerrealidad, de juegos e infantiles en más de 23 países (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador, Colombia, Reino Unido, Estados Unidos, México, España, Italia, Chile, Alemania, Francia, Polonia, Perú,  India, Sudáfrica y Australia.). Endemol es controlado por Endemol Shine Group, conformado por la 21st Century Fox, multinacional estadounidense de medios masivos de comunicación y Apollo Global Management, fondo de inversión estadounidense que gestiona fondos de capital privado, fondos de crédito y de bienes raíces y otros vehículos de inversión. La serie fue transmitida por Channel 4, un canal de televisión comercial del Reino Unido. Tiene tres temporadas, la primera de tres capítulos, la segunda de cuatro y la tercera de seis.
El segundo capítulo de la primera temporada: “Fifteen Million Merits” (quince millones de méritos) se sitúa en una realidad futura en la que los individuos viven en habitaciones diminutas hechas de pantallas que recrean desde el momento del amanecer hasta un avatar de ellos mismos.  Cada aspecto está manejado por la tecnología. La organización económica se basa en “créditos y méritos” que se descuentan automáticamente cuando compran comida, se lavan los dientes o adquieren un accesorio para su avatar virtual, en la realidad todos visten de gris. Trabajan todo el día uno al lado del otro en bicicletas fijas, con auriculares y frente a un televisor.  Entre los miembros de la comunidad hay poco o nada de comunicación, cada uno está en su mundo, que a la vez es igual al del que está al lado, ya que ven los mismos programas, juegos, y publicidades.
A grandes rasgos, la vida se presenta como una producción estandarizada de seres humanos: aparente igualdad que homogeniza y atomiza.
El capítulo gira en torno a Bingham “Bing” Madsen, a quien en primer lugar se lo muestra cumpliendo con su rutina, muchas veces con una expresión de frustración; o en su dormitorio, pagando las penalizaciones por no ver los programas que se le presentan.
Bing se siente atraído por una chica que entra a una de las bicicletas cercanas: Abi Kahn. Luego, la escucha cantar en el baño y se desarrolla una amistad. Ella interpreta una canción vieja que le cantaba su madre y hace grullas de papel, las cuales debe desechar al poco tiempo, ya que no la dejan conservarlas. Abi Kahn simboliza algo auténtico y artístico dentro del mundo tecnológico-superficial en el que viven . La canción que canta, “Anyone Who Knows What Love Is (Will Understand)” (“cualquiera que conozca lo que el amor es, va a entender”), resalta por su melodía y profundidad en contraste con el bullicio de los programas de televisión. Incluso la letra es el único “producto cultural” del capítulo que menciona al amor:  “Me siento mal por aquellos que me tienen lástima, porque no saben la felicidad que en el amor puede haber”.
Bing la convence de ir al concurso de talentos “Hot Shots” y hasta le compra el boleto para que entre, de 15 millones de méritos. Abi hace su presentación y a pesar de que a los jueces les gustó como cantaba, la quieren para formar parte de un canal pornográfico, a lo que, confundida y drogada, acepta. Bing intenta salvarla pero no puede, sufre un colapso nervioso en su cuarto al no poder pagar la penalización para no ver el programa de Abi. Rompe las pantallas y se queda con un pedazo de vidrio. A partir de ahí, hace lo imposible por conseguir méritos para poder comprar otro boleto de “Hot Shots”. Logra presentarse frente al jurado y todos los personajes virtuales de los miembros de esa sociedad. Amenazando con suicidarse con el pedazo de vidrio, denuncia  lo injusto que es el sistema y cuán insensible la gente se convirtió. El jurado reacciona de manera positiva invitándolo a integrar la grilla televisiva. Bing acepta.  Finalmente, se lo ve que vive en un lugar más cómodo con vista al exterior y que con el mismo “formato” de vidrio en el cuello hace su actuación denunciando al sistema.
Se analizará “Fifteen Million Merits” a partir de los ejes “la comunicación como información” y “la comunicación como dominación”. “La comunicación como información”, se refleja en la obligación que tienen los individuos de ver los programas que se les presentan en las pantallas, sin posibilidad de elección ni de diálogo. El proceso de comunicación se convierte en una simple recepción de información, en donde no hay bivalencia ni un con-saber que se construya, desde una oligarquía informativa se convierte al  individuo en una muchedumbre indiferenciada. “La comunicación como dominación”, se presenta en el rol de los programas que moldean a esa sociedad de masas, utilizando mecanismos de adaptación constantes para legitimar las relaciones de poder dentro de la misma.
Antonio Pasquali estudiando el impacto de la televisión, plantea que mediante mensajes ómnibus, con una intención comunicacional igual para todos, se convierte a los espectadores en una en una masa. En “Fifteen Million Merits”, a diferencia de cuando Pasquali analizó la televisión, el material audiovisual es omnipresente, literalmente, en la vida de los individuos.
Se analizará la organización de la sociedad ficticia a partir de los contenidos mediáticos que circulan en la misma, teniendo como punto principal de comparación el concepto de Industria Cultural de Max Horkheimer y Theodor Adorno.
Conformación de la sociedad.
Las personas empiezan a trabajar en las bicicletas cuando cumplen 21 años, son los que generan la energía y ganando créditos es como consiguen méritos. No hay actividades con el otro que conlleven una presencia física, por ejemplo: uno cuando ríe por algún programa le llega una notificación a la pantalla del otro.  Esto se podría relacionar con las teorías
funcionalistas que plantean las relaciones interpersonales en términos cibernéticos.
Cuando ven el programa “Hot Shots” desde sus cubículos, aparecen en el público en forma de avatar virtual, que pueden configurar como ellos quieran: pueden conseguir accesorios y cambiarle el cabello a cambio de méritos. Moldear sus versiones virtuales es la mayor libertad que tienen ya que todo el resto les es impuesto. A pesar de que no pueden vestirse como ellos quieren, pueden crear representaciones de cómo les gustaría ser. Se podría decir que ellos se narran mediante el consumo de objetos virtuales, que el sistema de organización de esa sociedad les da pequeñas libertades para adormecerlos, de manera que no se quejen de la manera de vivir sino que encuentren placer en acciones efímeras y superficiales. Los personajes se presentan de tres maneras: inseguros, atomizados, sin emitir opinión, buscando reafirmarse mediante su avatar; excitados por lo que consumen en sus pantallas, haciendo apología a ello (violencia a los gordos, comentarios mis��ginos, risa); o frustrados, aburridos de la rutina.  El tema de la estética está muy presente, ya desde un principio los gordos no forman parte del sistema productivo y son humillados. Como también,  quienes están en en los contenidos mediáticos como “ganadores” o referentes de belleza, suelen ser delgados y de ojos claros.
Los contenidos mediáticos.
En primer lugar, la organización de esta comunidad tiene como “outsiders” a los gordos, quienes al no lograr tener cierta cantidad de méritos en la bicicleta, pasan a trabajar en la limpieza. Se los caracteriza con trajes chillones amarillos en comparación a los grises del resto. Son humillados con un alto grado de violencia no solo en la “vida real” sino también en programas de tv y videojuegos. Un ejemplo es  “Molesta Barrigas”, en el que se muestra a un conductor con una risa ensordecedora y una mujer rubia y esbelta tirándoles agua; y otro es un videojuego en el que hay que dispararles.
La violencia a los “outsiders” como forma de diversión se podría ver como la transmisión de la ideología del amusement y de los negocios: la apología a la sociedad, la diversión como el estar de acuerdo, el entretenimiento como legitimador de prácticas sociales y la risa como factor alienante.
Es decir, no solo mediante el entretenimiento se toma a los gordos como graciosos, sino que también se legitima la violencia hacia ellos por ser diferentes. Lo que puede llevar a pensar que el rol que cumplen este tipo de contenidos mediáticos son fundamentales para el funcionamiento de esta sociedad: los que visten de amarillo, los que hay que matar en el videojuego, los que son feos, los que son humillados, los que son de otra “clase social”, no valen. En términos de la Escuela de Frankfurt, se desvaloriza el valor humano ante la razón del mercado.
En segundo lugar, el programa pornográfico“Wraith Babes” es uno de los que más aparece a lo largo del capítulo. Se podría interpretar como la producción en masa del sexo o más bien de éste como objeto de placer y entretenimiento, pero no de la vida real sino en su forma de representación. Es decir, la estandarización del sexo como un objeto de consumo y no como un factor humano.
“Exponer siempre de nuevo el objeto del deseo [..], no hace más que excitar el placer preliminar no sublimado que, por el hábito de la privación, se ha convertido desde hace tiempo en puramente masoquista.[...] La industria cultural es pornográfica y prude.[...] La producción en serie del sexo pone en práctica automáticamente su represión.”
Es muy diferente como se comportan los personajes entre ellos (muy poca interacción, inseguridades) y lo que ven en “Wraith Babes”, ya desde la construcción de las habitaciones, en las que solo hay lugar para una persona o desde la vestimenta; aunque sí, se denota la transmisión de estereotipos como por ejemplo la “belleza” en la delgadez (condenando, nuevamente, a la gordura como motivo de exclusión social).
A su vez, sólo se les ofrece a los hombres ver este tipo de contenido. La mujer simboliza un objeto de consumo sexual y se muestra claramente cuando Abi Kahn va a mostrar su talento y terminan pidiéndole que se saque la remera. En ese hecho, también se refleja la deshumanización, ya que no importa qué piense ella, sino que entretenga. La masa busca el morbo, busca sentir algo frente a su vida monótona, aclama eso.
El  programa principal, “Hot Shots” (personaje de primera), da la única posibilidad de dejar de pedalear en la bicicleta, ver el exterior (escapar de las pantallas) y poder adquirir bienes materiales, “lujos”.
Cumple un rol fundamental ya que es el encargado de generar en las masas un sentimiento de “progreso”: “Cada uno de los ganadores de “Hot Shots” encabeza su propio contenido en una de tus ocho transmisiones diarias, pero comenzaron aquí, como tú, dedicando todos sus esfuerzos a un presente más radiante. Todos cumplieron su deber, como tú, esperando convertirse en un Personaje de Primera.”  Cuando se muestra a los ganadores, a los espectadores se les transmite que no deben dejar de pedalear pero que aún así podrían tener éxito si se esforzaran. “La fortuna no beneficiará a todos pero sí al jugador afortunado o más bien aquél que sea designado por un poder superior, por lo general la misma industria de las diversiones, que es presentada como buscando asiduamente al merecedor. Los personajes descubiertos por los cazadores de talento y lanzados luego por el estudio cinematográfico son los tipos ideales de la nueva clase media dependiente. Sólo uno puede tener la gran chance, sólo uno es famoso, y pese a que matemáticamente tienen la misma probabilidad, tal posibilidad es sin embargo para cada uno tan mínima que hará bien en borrarla en seguida y alegrarse de la fortuna del otro.”
Observando la actitud de los jueces de “Hot Shots” se vislumbra claramente cómo se maneja la industria cultural. Por ejemplo, en la escena de Abi Khan, cuando a pesar de que haya cantado bien, la “invitan” a formar parte del canal pornográfico “Wraith Babes”:
“No tendrías que pedalear nunca más, ni un minuto, podríamos hacer algo con vos, el año pasado tuvimos muchas cantantes, no hay lugar para cantantes promedio. Serías una estrella en nuestro canal. Olvídate de la vergüenza, te vamos a medicar, vas a tener  placer por siempre. Es eso o la bicicleta.  ¿Quién creés que le da energía a ese foco? Millones de personas que darían lo que fuera por estar en tu lugar.”
La industria cultural defiende y justifica el arte físico frente al espiritual, se maneja con la idea de que hay que contentarse con lo ofrecido mediante un círculo de manipulación y necesidad. En ella desaparece tanto la crítica como el respeto: la crítica se ve adormecida por la experiencia mecánica y el respeto por el culto a la celebridad.
Tanto la competencia de talentos como la programación erótica, al igual que la industria cultural,  “se rigen bajo la ley suprema de que sus súbditos no alcancen jamás aquello que desean, y justamente, con ello deben reír y contentarse. La frustración permanente impuesta por la civilización es enseñada y demostrada a sus víctimas en cada acto, sin posibilidad de equívocos. Ofrecer a tales víctimas algo y privarlas de ellos es un solo y mismo acto. Ese es el efecto de todo el aparato erótico: no dar al consumidor jamás la sensación de que sea posible oponer resistencia.”
Los personajes desde su vida organizada, monótona y gris se ven increpados por las pantallas a color, las voces fuertes y el sexo explícito. Ese “entretenimiento”, es a su vez lo que les permite seguir trabajando para ese sistema. A diferencia de  lo que sucede en esta sociedad futura y lo que analizan Horkheimer y Adorno en las sociedades industrializadas, el tiempo del ocio es, efectivamente, el tiempo real de trabajo. Los seres consumiendo contenidos mediáticos mientras pedalean como metáfora del obrero que salía de la fábrica e iba al cine a “sustraerse” de su realidad.
“Lo crítico”
“Quien no se adapta resulta víctima de una impotencia espiritual del aislado.”
 “La industria cultural. Iluminismo como mistificación de masas.” Max Horkheimer y Theodor Adorno.
El discurso del protagonista frente al jurado puede compararse con los tres universos a los que la Teoría Crítica enfiló sus dardos, según Gilda Waldman: la razón (como no-razón); el hombre; y el arte y la estética.
Bing Madsen, empieza su discurso criticando a los jueces acusándolos de “procesar en vez de sentir” y “ver espectáculos en vez de personas”. Denuncia la falsedad y la insensibilidad de la sociedad, de qué manera nada se toma en serio pero aún así el dolor de un gordo resulta gracioso.  “Pedaleamos ¿yendo a dónde? ¿energizando qué?¿más  celdas y más pantallas?”.  “Nos reducen hasta ser huesos o una broma, una broma horrible más en un mundo lleno de bromas”.  Esto se podría relacionar con el universo de la no-razón como lógica ordenadora de la sociedad, que racionaliza todo en términos productivos pero no desde la lógica de la importancia del otro: “el ser humano se reduce a huesos o a una broma”, es decir, solo se “significa” si trabaja o hace reír. Denuncia que los individuos se expresan comprando porquerías porque están tan llenos de desesperación que no encuentran otra manera de hacerlo, que están entumecidos. Justamente, la Teoría Crítica apunta al hombre como clausurado cuando se apodera de él la necesidad social de administrar su alma. Ambos “postulados” señalan la incapacidad del hombre-masa de expresarse dentro de un sistema basado en el consumo. Bing les reprocha  que cuando encuentran una maravilla la reparten en pequeñas porciones hasta empaquetarla y ponerle mil filtros. En palabras de Walter Benjamin, mediante su reproducción técnica le destruyen el aura, su singularidad, lo que lo hace irrepetible. El arte y la estética, clausurado por la irrupción de la Industria Cultural.
Los jueces responden  que valoran su autenticidad, su visión del mundo y  le ofrecen treinta minutos dos veces por semana en la grilla de programación. Otra vez, la respuesta del jurado muestra el manejo de la industria cultural ante lo trágico y lo crítico:  lo asimila y lo trivializa. La industria cultural le asigna a lo trágico un lugar preciso en la “routine”. Lo trágico incluido, sirve para proteger de la acusación de que no se toma la realidad lo suficientemente en serio, cuando en cambio se la utiliza con cínicas lamentaciones. Lo crítico es domesticado. La cultura de masas enseña e inculca la condición necesaria para tolerar la vida despiadada y contribuye a domar los instintos revolucionarios. La revolución contra la organización.
“Una vez que lo que resiste ha sido registrado en sus diferencias por parte de la industria cultural, forma parte ya de ella, lo que resiste sólo puede sobrevivir enquistándose.
La rebelión que rinde homenaje a la realidad se convierte en la marca de fábrica de quien tiene una nueva idea para aportar a la industria. Nada debe quedar como estaba, todo debe correr continuamente, estar en movimiento porque sólo el universal triunfo del ritmo de producción y reproducción mecánica garantiza que nada cambia. Lo nuevo consiste en que elementos inconciliables de la cultura, sean reducidos mediante la subordinación final a un solo falso denominador: la totalidad de la industria cultural, que consiste en el hecho de la repetición.”
Bing termina aceptando la propuesta, formando parte del sistema que critica. Se podría decir que él, al formar parte de la grilla, contribuye al proceso de insensibilización que permite que esa organización de la sociedad sobreviva. Es decir, su producto crítico se convierte en un bien de consumo más dentro de una civilización de masas. Al fin y al cabo, Bing termina generando productos mediáticos para quienes pedalean para liberarse de las pantallas, del bombardeo tecnológico.
Conclusión
En una de las escenas finales, se ve como uno de los personajes está viendo el programa “Molesta Barrigas” y luego pasa al de Bing Madsen. El mismo fenómeno se da con “Black Mirror”, serie crítica a la sociedad capitalista avanzada pero que es comercializada por los canales tradicionales y busca el rédito económico. Entonces, a pesar de que estos productos culturales desenmascaran la manera en la que el sistema oprime a la sociedad, entran en las lógicas de la Industria Cultural y son consumidos por las mismas personas que forman parte y miran otros tipos de programas. ¿Hasta qué punto la Industria Cultural puede generar un producto crítico sin que la perjudique? ¿Hasta qué punto el receptor puede asimilarlo?
Desde el culturalismo, Stuart Hall conceptualiza una estructura dominante compleja que es producida y sostenida a través de la articulación de momentos relacionados pero distintivos: producción, circulación, consumo y reproducción. Lo característico de esta articulación de momentos es que es vista como un “todo” pero que se basa en el pasaje de formas.
Plantea que mediante la forma discursiva la circulación del producto es efectiva, así como su distribución a las distintas audiencias; pero que el discurso debe ser traducido-transformado nuevamente en prácticas sociales, es decir, que el significado se tiene que articular en la práctica. Habla del proceso de codificación de significados en la producción de los programas y retoma el concepto de “la audiencia como origen y receptor del mensaje televisivo”. De esta manera, se podría explicar que mediante retroalimentaciones se va gestando el orden cultural dominante, que los jueces al reconocer el discurso de Bing estaban “legitimando” los reclamos al sistema que probablemente muchos integrantes de la sociedad interiorizaban. Se podría decir que tal vez se les dió una “falsa voz” a los insatisfechos con el sistema y que mediante la integración a la cotidianidad de eso, las transmisiones se convirtieron en pequeñas “descargas” de adrenalina, que les permitieron seguir alienados, al igual que el resto de los programas.
Los jueces codificaron el mensaje de forma tal que los consumidores decodifiquen  lo dicho como algo normal dentro del orden dominante. Hall explica que en ocasiones los códigos parecen no haber sido construidos, que son naturalizados, lo que lleva a ocultar las prácticas de codificación presentes cargadas de ideología.
Tomando a Raymond Williams, el sistema social de “fifteen million merits” también puede ser visto desde la hegemonía, ya que limita las formas de hegemonías alternativas y contrahegemonías (el discurso del protagonista).
Por otro lado, se podría hacer un paralelismo entre el discurso de Bing, Black Mirror y la Teoría Crítica. Los tres se desarrollan en una civilización de masas como productos críticos, que denuncian las maniobras del sistema para mantener a las personas dentro de una organización social que las oprime. Sin embargo, terminan siendo parte de eso diverso que la Industria Cultural asimila. Es decir, no hay mucha diferencia entre los personajes ficticios que escucharon el discurso de Bing Madsen, los que vieron el capítulo “Fifteen Million Merits”. y “Black Mirror” y los que leen a la Escuela de Frankfurt.
En conclusión, a pesar de las diferencias epocales de surgimiento entre la teoría de la industria cultural y el capítulo, el término sigue estando vigente para explicar los fenómenos sociales del mundo actual.
Bibliografía
Gilda Waldman: “Melancolía y Utopía”, año 1989.
Max Horkheimer; Theodor Adorno: “Dialéctica del Iluminismo”, “Industria Cultural. Iluminismo como mistificación de masas”, año 1944.
Stuart Hall: “Codificar/Decodificar”, año 1980.
Raymond Williams: “Marxismo y Literatura”, “Hegemonía”, año 1977.
Antonio Pasquali: “Comunicación y Cultura de Masas”, “Teoría de la Comunicación: las implicaciones sociológicas entre información y cultura de masas. Definiciones.”, año 1963.
Walter Benjamin: “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”, año 1936.
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moiramemma-blog · 7 years ago
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Periodismo/ De Walsh a Valdez Cárdenas / La palabra y la granada.
Hay algunos nacimientos que marcan la historia. El 9 de enero de 1927 en la provincia argentina de Río Negro nació Rodolfo Jorge Walsh. Cuarenta años más tarde, un 14 de abril de 1967 en el Estado mexicano de Sinaloa, nació Javier Arturo Valdez Cárdenas. Tanto Walsh como Valdez  fueron periodistas, periodistas con miedo. Rodolfo reconoció en  su autobiografía que Operación Masacre le cambió la vida ya que al escribir comprendió el amenazante mundo exterior. Antes de eso, se dedicaba al género policial. El entendió que la escritura debía tener un compromiso social y que a través de ella se tenía que militar por un mundo mejor. En cambio, Javier ya desde sus inicios como reportero televisivo se caracterizó por sus investigaciones periodísticas enfocadas en el problema del narcotráfico y de la violencia que en México se vive como consecuencia de la declaración de la guerra contra las drogas. En septiembre de 2009, el semanario ríodoce, del cual Javier es fundador, publica una serie sobre el narcotráfico titulada Hitman: La confesión de un asesino en Ciudad Juárez. Una mañana, unos pocos días después de la conclusión de la serie, una granada fue lanzada en el despacho Ríodoce generando daños en el edificio. Ese es sólo un ejemplo de los ataques que recibía Javier Valdez a diario, y que siguen recibiendo los periodistas en México.   Atacaron el despacho de un medio de comunicación con una granada. Rodolfo Walsh en 1965 escribe “La granada”. Javier Valdez en 2014 publica “con una granada en la boca”. ¿Cómo es posible que tanto tiempo después la lucha siga siendo entre la palabra y la granada? En México se utiliza la expresión “Hacerse el pendejo” cuando se pretende que no se sabe lo que está pasando. Valdez a pesar del riesgo que corría siendo periodista en la guerra narco, dijo que no involucrarse sería “hacerse el pendejo”. En sus obras ilustra las distintas caras del narcotráfico, ya sea entrevistando a sus protagonistas, presenciando los disturbios, analizando las relaciones de poder que generan esta problemática o simplemente expresando el miedo que significa ser periodista en ese contexto. A través de la palabra le declaró la guerra al poder de la granada, al poder de la violencia, eligió ser consciente porque "Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante; y el que comprendiendo no actúa, tendrá un lugar en la antología del llanto, no en la historia viva de su tierra."
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En 2016 Valdez publica Narcoperiodismo en donde denuncia la crisis de la prensa mexicana: “Publicar o no, cubrir o no. Cierran las secciones policíacas porque de plano no se puede escribir nada sobre hechos violentos. Los directivos y dueños de medios se van a Estados Unidos, como pasó con los del diario El mañana, el gobierno está sólo para recibir el dinero de organizaciones delictivas  o protegerlas, y los reporteros están en medio de dos o tres fuegos: los narcos de un lado y de otro, y el gobierno ausente, cómplice y corrupto.” (Narcoperiodismo, capítulo 1, página 22.)
Narcoperiodismo no debería haber sido su último libro, pero lo fué. En una entrevista Valdez dijo que "Ser periodista es como formar parte de una lista negra. Ellos van a decidir, aunque tú tengas blindaje y escoltas, el día en que te van a matar". Una frase que personalmente me hace acordar al final de la carta abierta a la junta militar: “Con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.” Durante la dictadura militar argentina hubo 84 trabajadores de prensa desaparecidos y 17 asesinados. En México ya suman 146 los periodistas asesinados y 20 los desaparecidos, además de 51 atentados contra medios de comunicación. El 25 de marzo de 1977, Rodolfo tras enviar por correo las primeras copias de la Carta abierta es emboscado en la calle  y comienza un tiroteo. Varios testimonios de sobrevivientes confirman haber visto el cuerpo sin vida en la Escuela de Mecánica de la Armada. Cuarenta años más tarde, un 14 de mayo de 2017, Javier es asesinado a metros de las oficinas de Riodoce. Hasta el día de hoy no se sabe quién o quiénes fueron los autores. Si bien tanto el contexto temporal como el espacial son distintos, como también el conflicto que los envolvía ¿Cómo es posible que sigan asesinando personas por hacer uso de la palabra? ¿Cómo es posible la vigencia de tal impunidad? La palabra le genera miedo a los que llevan la bandera de la violencia, porque saben que es más fuerte que cualquier arma de fuego. Cuando lanzas una granada explota en el momento, es algo efímero. En cambio la palabra nunca se esfuma, sigue dando batalla.  
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Dante Leguizamón, periodista, cuenta que en una charla privada le preguntó a Valdez por sus hijos: “Ellos me preguntan si yo corro más peligro por los libros publicados, los reportajes. Y de repente se despiertan llorando porque soñaron que algo malo pasó. Yo les digo siempre que todo está bien, que hay riesgos para todos, no solo para mí, pero que tenemos derecho a una sociedad mejor, de leyes, de gobierno, sin impunes, de respeto entre las personas, y que por eso hay que luchar, y una forma de hacerlo es publicarlo, denunciar.” Como Walsh, entendió que la “libertad no se mide en horizontes despejados, sino en la consonancia entre palabras y acciones”. Como Walsh, murió por ejercer la palabra contraria. Como a Walsh, lo balearon en la calle después de la publicación de su obra más crítica al Estado. Hay algunas muertes que marcan la historia. Bibliografía: 1. Leguizamón, Dante (16 de mayo de 2017). Elegía a Javier Valdez Cárdenas. Cosecha Roja.   2. Asesinaron a Javier Valdez, uno de los nuestros (15 de mayo de 2017). Cosecha Roja. 3. ¿Quién era Javier Valdez, periodista asesinado en México? (15 de mayo de 2017). Telesur TV. telesurtv.net/news/Quien-era-Javier-Valdez-periodista-asesinado-en-Mexico-20170515-0039.html 4. Narcoperiodismo, el libro que relata el drama de la prensa que no se calla (8 de octubre de 2016). Animal Político. http://www.animalpolitico.com/2016/10/narcoperiodismo-libro-javier-valdez/ 5. Rodolfo Walsh. Wikipedia. 6. Javier Valdez Cárdenas. Wikipedia. 7. Listado de los periodistas desaparecidos y asesinados por la dictadura (25 de marzo del 2004). Agencia Universitaria de Noticias (AUNO). Auno.org.ar/article/listado-de-los-periodistas-desaparecidos-y-asesina/ 8. Walsh, Rodolfo (1977), Carta abierta de un escritor a la junta militar. 9. Walsh, Rodolfo (1965), Autobiografía.
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