Desde La Habana, para contar de mis novelas negras e históricas.
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Lo negro en la televisión. 1
uede ser que lo quiera hacer y estén dispuestos sus directivos a hacerlo. Espero y esperamos. La competencia en el país es ya innegable e imparable. La televisión, víctima de sus propios burócratas, ha permitido que haya mucha gente que no la…
Este es uno de los grandes ausentes en la televisión cubana: el color negro de negritud. No ya que vuelque en imágenes una historia contada en una novela negra, sino que se arriesgue llevar a formato de serie una novela policial. La televisión cubana se ha quedado en el tópico de los investigadores de verde oliva, muy impolutos, sin problemas, cándidos hasta el llanto y siempre infalibles. Lo…
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Novela negra: ¿incómoda? Final
Si se mira con calma, se detecta que no es más que una estrategia de los muchachos de la inteligencia y contrainteligencia, que de tontos nunca han peinado un pelo. Contra esto ya hay quien se ha rebelado, pero los cerebros persisten que lo negro…
La incomodidad para los incómodos también posee ideólogos muy bien enmascarados que pasan por cultivadores de la negra de negritud. En palabras más directas: el poder que desprecia la negra, se hace de los que viven de denostar la novela negra y se esconden, a su vez, en escritores con poses de negras de negritud. Esto es una estrategia bien definida y mejor pagada. Han llegado a afirmar que la…
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Novela negra: ¿incómoda? Parte 2
La oscuridad de la negra de negritud es maldecida porque la luz del candil en la sociedad totalitaria es su razón de existir, aunque el denominador común de tal agrupación de personas soñadoras y sacrificadas no tengan que comer y la energía…
La novela negra, para ser negra de negritud, hace vivir una atmósfera oscura, donde el bien y el mal se confunden, la amoralidad guijarro del derrumbe, crímenes casi que importan un viejo comino que tengan solución. Muertos y vivos ni malos ni buenos, solo víctimas de una ciudad en colapso, donde los edificios caen a pedazos, desigualdades sociales acrecientan. Basureros acceden a los capiteles,…
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Novela negra: ¿incómoda? Parte 1
Para ser negra de negritud habla de corrupción, soledad, violencia, desesperación, drogas, chinos y árabes, judíos, nórdicos, negros del África Austral, y sicarios y narcos del caos polvo blanco. Eslavos y hombres sin rostro.
Mientras su esencia, lo negro de negritud, salte de sus páginas y nos tome por el cerebro, alma y hasta nuestras zonas más sensibles, incluyo parte erótica, lo más sensual y humano. Puede ser la narrativa más incómoda que haya existido desde su nacimiento, para lectores y los que se inician en ese transcurso que los conduce a ser otro lector, que fuera asiduo quizá de narrativas románticas, por…
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Escenografía, localizaciones y ambientes de mi novela Última cena. 4
Se trata de un espacio geográfico donde dejamos muchos muertos. Allí murieron dos de mis amigos de infancia. No pasaban de los 19 años. Otros regresaron y no les fue bien. Nada bien.
Doy continuidad al tríptico de mi novela negra Última cena. El espacio narrativo se mueve hacia el continente africano, espec��ficamente al África Austral. Se trata de un espacio geográfico donde dejamos muchos muertos. Allí murieron dos de mis amigos de infancia. No pasaban de los 19 años. Otros regresaron y no les fue bien. Nada bien. Justo, al menos para mí, que esa tierra aparezca en Última…
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Confesiones reverentes 4. Final
¿De qué trato si no es de este símbolo? Me parece que lo otro es pura vacuidad. Admito que no se puede ser exclusivo y excluyente. Si una mujer y un hombre en un velorio se sienten excitados ante la realidad demoledora de la muerte y su llegada…
Y en esto del sexo y su “descripción” en la novela, siempre te encuentras entre dos ríos. No de balde en mi ficción noir “Última cena”, la historia se mueve entre dos ríos: uno al sur, otro al norte. La ubicación también responde a esto y responde a esa posición entre el sexo duro y frío —aunque parezca caliente— y el sexo del amor. Yo creo aún que el sexo de amor existe. Sí, no quiere dejarse…
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Confesiones reverentes. 3
El tema de mi novela Última cena, las que he escrito antes y quizá después de la última que no deseo sea la última, se mueve más y con insistencia en la pedofilia —y aquí sí entra en juego mi repulsión—, y carcamales en busca de cuerpos jóvenes…
En una novela negra donde la ficción noir establece una serie de reglas inviolables —al menos hasta donde inquiete al lector—, el sexo es un agregado inevitable. El universo oscuro en una ciudad oscura, la tensión en los actos y los diálogos, corrupción, falsedad, mentiras —se parece mucho a la falsedad, pero la supera en la dramaturgia—, violencia, injusticia, y todo el entorchado de la…
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Escenografía, localizaciones y ambientes de mi novela Última cena. 3
De este lugar que yo conocí en mi juventud, cuando pasaba el SMG, puedo decir que se metió en mí con su sabor salado, el gusto a pescado del aire, el sudor del trabajo, el doloroso quehacer de los pescadores.
Continúo con el tríptico de mi novela Última cena. Esta vez se trata de playa Cajío. Esto es un asentamiento de pescadores al sur de la provincia de Artemisa, a muy pocos kilómetros del poblado de Güira de Melena. El que ha estado allí, que difiere mucho del que vive allí, lo encuentra como un lugar que encanta. Y lo es, aun para los que viven en playa Cajío. Es playa Cajío, uno de los puntos…
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Confesiones reverentes. 2
Si se da por hecho que leer es, actualmente, el ejercicio intelectual quizá más complejo que existe, tener este desliz es una pena de muerte sin apelación o perdón estatal. Luego, imprescindible que escenas de sexo aparezcan ahí donde es necesario…
El problema, digamos que el quid de la cuestión si de sexo novelesco se trata y tramamos —la trama—, es que si no está presente cuando es necesario, parece que queda un hueco negro en la historia. Sí, un hueco negro por donde se puede escapar todo el sentimiento que apoyaría la suspensión de la incredulidad. Un agujero negro que podría servir muy bien a la Física para encontrar el Santo Grial del…
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Confesiones reverentes. 1
¿Cómo resuelves —con un mínimo de realismo— la diferencia, que necesitas, tú y tus personajes, entre el amor carnal y el acto sexual pura y sencillamente placer? Nada de amor, solo carne e intercambio de fluidos en un choque casi violento de orgasmos…
Si se ama a una mujer con todas las fuerzas, estas pueden sentirse, pero no explicarse. El amor no se explica, se siente. Se padece. No está sometido a las leyes de la razón —que pueden ser tan irracionales como “explicadas” por violentos, fracasados o intelectuales de postín— y el sentir es tan amplio y divergente como tantos amores hayan existido y existirán en este mundo que, dicho sea de…
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Escenografía, localizaciones y ambientes de mi novela Última cena. 2
Y, como protectora madre de fieles y admiradores, no tiene nada de culpa de recibir a gente que, a modo de contraste, no aplica para «el otro» nada de paz, y sí mucho de violencia. Cuestión de matices…
Y si en mi novela negra Última cena algunos personajes son rusos, justo e imposible obviar la hermosa catedral ortodoxa ubicada en la Avenida del Puerto. Lo que se aprecia si se mira desde la avenida portuaria, se cree que se trata de la fachada, pero no es así. Es el fondo de la catedral y no su entrada principal. La entrada, el acceso que permite la visión primera de la aparente simpleza del…
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Adenda para no ser feliz. 2
Para poder entender mejor el retruécano de las revoluciones y su amiga de siempre, la contrarrevolución, que es su constante: una nace al mismo tiempo que nace la otra, me apoyo en Velázquez otra vez. En su famosa pintura La rendición de Breda, entendidos han criticado que algunas de las lanzas —el cuadro se conoce también como Las lanzas—, no están alineadas. Estos críticos en gran parte hijos…
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Escenografía, localizaciones y ambientes de mi novela Última cena. 1
Este es un lugar que posee una magia única y, debido a que Última cena se mueve del norte al sur, de la costa meridional o la costa septentrional, de un río norte a otro río sur, me parece prudente iniciar en la costa norte y junto a otro río…
En mi novela negra Última cena el ambiente es parte de su propia vida. En las entradas que se titulan así, comentaré de este tríptico. Pareciera esto innecesario tratándose de una ficción noir. Hoy, y a partir de hoy, cada vez que me duela más ese ambiente, localización o escenografía, comentaré a vuelo de pájaro qué sucede ahí. Solo si ese dolor, luego de digerir lo suficiente para describirlo,…
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El escritor y el medio ambiente político
Me contaron que cuando un asesor cultural Kim Jong-un se enteró que le habían otorgado el Premio Nobel de Literatura a una mujer de Corea del Sur, Han Kang, se cabreó y preguntó que cuándo se le otorgaría a una mujer de Corea del Norte. Al utilizar aquí “cabreó” se puede deducir de quién vino la información. Alguien dijo que no había escritoras por acá, o no sé de qué manera lo expresó en…
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Adenda para no ser feliz. 1
Tal vez las mejores pinturas se perdieron mano propia del policía de la cultura. Se dedicó a tiznarlas con la antorcha, esa que alumbraba el mejor lugar de la caverna y donde estaba rodeado de la génesis del ejército, guardias de corps o sencillos…
Puedo imaginar, ¿por qué no?, al hombre de las cavernas que por primera vez se puso a pintar. Si no quiero perderme en el tiempo me someto a una cifra: hace más de 40 mil años. Y eso es impresionante. El hombre —voy a suponer que fue un hombre cazador— se dedicó en sus ratos de ocio a pintar, quizá para espantar el miedo y la cantidad de preguntas sin respuestas. Puede que alguien se acerca y le…
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La competencia. Final
La situación es aciaga y los subterfugios no se tasan en inventivas de horizonte esperanzador. El vocablo lontananza, esa palabra de una poética sonora, pero que a la visión óptica del desespero no dice nada, adquiere por primera vez su significado…
No es que renuncie a escribir. “Escribir” en el sentido creativo, más exacto: ya no podré dejar de hacerlo. La competencia con uno mismo en ese otro proceso, que es darle el esquinazo a las desgracias de la vida, forma una envoltura de blindaje para seguir. Pero esa inmunización tiene un costo altísimo y ese precio es que no dejarás de hacerlo hasta el día que se apague el cerebro. Se sabe que…
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La competencia. 2
No creo que todos hayan sufrido del “pie de trinchera”, pero el olor a muerte quedó en su epidermis hasta que pasaron a fase esqueleto. También cierran los ojos, tienen mascotas, aman, dicen, a los animales y se esconden en búnkeres que superan al…
Pero la más fuerte de las competencias es la que el escritor tiene con él. Cuando del otro lado el ser que compite es no otro que uno mismo. Elimino aquí, cuando trato de mí, las condiciones en que escribe un creador en un país con las condiciones indispensables. Cuando ese ambiente es lo más favorable que le permitan tales ambientes. No es lo mismo sentarse a escribir en Madrid o Barcelona,…
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