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S o b r e   Y v a i n e

En su idioma, uno imposible de pronunciar por la garganta de un ser humano, su nombre vendría a significar La Hija de la Tormenta y el Amanecer, pues así fue como su madre la trajo al mundo antes de morir, a la orilla del mar, cuando, tras una furiosa tempestad que había durado toda una noche, comenzaban a despuntar en el cielo los primeros rayos de sol. Para el mundo de los hombres y mujeres, sin embargo, es Yvaine, un nombre de origen gaélico que aceptó y tomó como suyo, y en honor al cual lleva un pendiente con forma de estrella en una de sus orejas, pues significa La Estrella Más Brillante de la Mañana.

Perteneciente a un clan de sirenas que habita una pequeña isla sin colonizar por el ser humano en medio del mar Caribe, a la que ellas llaman Cabo Blanco, Yvaine nunca se consideró especial ni diferente entre sus hermanas, a las cuales amaba y respetaba, las cuales le habían criado y con las cuales luchaba codo con codo para eliminar a todo hombre que pretendiera acercarse a su playa. 

No obstante, como tocada por la tormenta que la vio nacer, nunca se sintió demasiado atraída por la calma, y era curiosa, lo que le llevaba a alejarse de su isla quizá un poco más de lo conveniente, a explorar barcos hundidos, a acercarse tal vez algo más de la cuenta a algunos navíos... Eso propició el que un día cayera en las redes de una embarcación esclavista, que poco después sería abordada por el Each Uisge, un galeón pirata con fama precisamente de ser despiadado con cualquier barco que se dedicara al comercio de personas con el cual se toparan.

No sería la primera vez en su vida que se encontraría con piratas. Después de que su isla fuera asaltada por el mismo Barbanegra en su búsqueda de una lágrima de sirena, ingrediente imprescindible, según las leyendas, para la poción de la Eterna Juventud una vez se llegara a su mítica Fuente, el camino de Yvaine se cruzaría ahora con el del capitán James Drake, quien habiéndola descubierto aún bajo su apariencia natural en la bodega del barco esclavista, y tras frustrar un intento de huida al mar por su parte, terminaría cerrando con ella un trato, a cambio del cual ella se comprometía a guiarle hasta el mayor tesoro hundido del que tenía conocimiento a cambio de su libertad.

Pero algunas cosas cambiaron en un viaje en el que Yvaine fue sintiéndose progresivamente cada vez menos como una prisionera. 

No sería fácil. Para las mujeres en especial nunca lo era, siempre más infravaloradas, siempre más cuestionadas. Ni siquiera sería mucho más fácil para una como ella, que debía ocultar a ojos del mundo su verdadera naturaleza, que a ojos del mundo no sería sino una más. Pero se esforzaría por aprender lo máximo posible, lo mejor posible y en el menor tiempo posible. Demostraría que podía quedarse, ser útil por sus amplios conocimientos sobre el mar, ser tan letal luchando con una espada como lo era bajo el agua. Y sería algo más que la amante del capitán, de quien terminó convirtiéndose en compañera. 

Así se convirtió en la primera mujer en entrar a formar parte de la tripulación del Each Uisge, en su más fiera luchadora, en su intérprete y traductora (pues se defiende hablando y entendiendo inglés, español y algo de francés) y en una guía capaz de leer caminos en las estrellas cuando los mapas fallan, conocedora de algunas rutas desconocidas para los piratas. Se hizo respetar y temer por los hombres que ignoraban lo que en verdad era.

Las facciones aparentemente dulces, bellas y juveniles de Yvaine harían fácil llevarse de ella la impresión equivocada de que es una muchacha extraviada en el lugar equivocado en el momento equivocado. Su más bien baja estatura. La abundante y rizada melena castaña, larga hasta la cintura, que siempre lleva suelta, indomable, sólo adornada con algunas trenzas. Los ojos, de un color azul verdoso con franjas castañas, que parecen representar a la perfección su mezclada pertenencia tanto al mar como a la tierra. Los rasgos que podían hacerle parecer más joven de lo que en verdad era. Incluso su voz, de tono musical y armonioso al menos mientras su humor sea bueno. No todos quizá se percataran de lo seguras y firmes que suelen sonar en realidad sus palabras, o de la penetrante profundidad que refleja a veces su mirada, una mirada que, antes de entrar en combate, maquilla con una franja negra que cubre sus párpados hasta las sienes, con el fin de dar a su aspecto un aire más salvaje y temible, aún en forma humana. La mirada de una sirena, de una mujer más que orgullosa, indómita, decidida, temperamental y apasionada como la tormenta durante la cual quiso nacer, como el propio mar, con la experiencia a sus espaldas de más años de los que su físico aparenta. La mirada de quien se considera una guerrera, peligrosa para quien pueda llamarse su enemigo, agresiva en la lucha, despiadada con quien pudiera atreverse a atacarla y poco piadosa ante la traición. Aunque también leal con quien le mostrara lealtad, honestidad o simpatía.

Porque las apariencias engañan, y siempre tiende a llevar más las de perder el que subestima, no el que es subestimado.

// Este personaje empezó siendo la sirena que aparece en Piratas del Caribe 4 y, según fueron desarrollándose roles y tramas, terminó poseyendo una historia propia más allá de dicha película, posterior a la misma, convirtiéndose prácticamente en un OC. No obstante, como se indica en su historia, se mantiene que conoce a los personajes con las cuales interactuó en dicha película.

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S o b r e   l a s   S i r e n a s

Morfología:

Consideradas seres mitológicos, son en realidad una raza que parece aunar características humanas con atributos propios de animales acuáticos. Todas son hembras. Del torso a la cabeza poseen el aspecto de mujeres de rasgos generalmente armoniosos. Pueden tener cualquier color de pelo, ojos o piel. La belleza y juventud de sus rasgos han sido considerados elementos casi mágicos, si bien podría tener una explicación más adaptativa. Se dice que su aspecto, al igual que su voz, tiene como función obnubilar y atraer a los humanos, pero lo cierto es que no tendría por qué ser siempre necesariamente a su perdición. Podría contemplarse la posibilidad de que, siendo una raza en peligro de extinción desde hace tiempo, su belleza pretenda servir como elemento de atracción para el apareamiento, como las plumas de un pavo real, o que tenga como función hacer parecer a las sirenas más inofensivas de lo que son para favorecer su supervivencia. No obstante, una sirena puede manifestar otros atributos un tanto menos humanos. Pueden mostrar colmillos afilados cuando se sienten amenazadas o van a atacar. Existe la posibilidad de que su morfología haya sido siempre así, o haya evolucionado a través del tiempo por pura adaptación, o incluso que hace tiempo tuvieran un aspecto menos humano, el cual hayan podido terminar modificando tras mezclar su raza con la humana, pero todo son especulaciones a las que ni ellas mismas tienen respuesta. En cuanto a la parte inferior de su cuerpo, a partir de la cintura poseen una larga cola escamosa, que puede ser de distintos colores, acabada en una gran aleta, si bien en la parte posterior o dorsal de la cola también tienen otra aleta más alargada y fina. Este apéndice, con el que nadan y bucean rápido y ágilmente, puede desparecerles fuera del agua, unos minutos después de abandonar la misma, cuando su cuerpo empieza a secarse. Es entonces cuando la cola parece transformarse (con ciertas molestias para ellas), y las escamas derretirse y despegarse, y la parte inferior de su cuerpo da lugar a un par de piernas funcionales (si bien no saben andar con ellas de forma innata, sino que tienen que aprender a hacerlo con la práctica). Cola y aletas les vuelven a aparecer al volver a mojarse, aunque para ello necesitarán volver a sumergirse o que les caiga encima una buena cantidad de agua (no bastaría con unas gotas o que se les derramara un vaso, por ejemplo). Ciertas leyendas cuentan, de nuevo, que siempre poseyeron esta capacidad de transformación, que antaño, cuando había más islas desiertas, caminaban por tierra tanto como nadaban por mar, hasta que fueron progresivamente expulsadas hacia éste según la colonización aumentaba. Otras cuentan que desarrollar piernas fue un rasgo evolutivo surgido con el tiempo con miras a favorecer o bien su supervivencia y camuflaje o bien el cruce con la raza humana.

Subsistencia:

Se alimentan básicamente de pescado, crustáceos y algas (si bien existe la leyenda de que también se alimentan ocasionalmente de la carne de los marineros que hunden). Son básicamente onmívoras y en tierra podrían alimentarse de cualquier cosa al igual que los humanos. No pueden subsistir sin agua o humedad más de 24 horas (la piel comienza a deshidratarse y secarse, lo que podría llevarles a la muerte, al estar tan acostumbradas a vivir rodeadas de agua). Por lo demás son vulnerables a cualquier herida que pudiera afectar a un ser humano.

Esperanza de vida:

Normalmente ésta supera a la de los humanos, oscilando en los 190 años. No obstante, se ha registrado que el físico de las sirenas cambia o envejece muy poco y muy lentamente, no llegando a aparentar en la última etapa de su vida más de treinta y tantos o como mucho unos cuarenta años.

Hábitat:

Las sirenas se organizan en clanes. El número de los mismos y de sus integrantes es hoy por hoy muy reducido (se desconoce el número de clanes, pero se estima que cada uno podría contar actualmente con unos cien miembros o menos). Cada clan se establece en la costa de alguna isla pequeña y desierta. Son muy territoriales con su hábitat, debido a que cada vez les cuesta más encontrar o mantener playas desiertas para ellas a causa del colonialismo e imperialismo humano, así que no pueden consentir que ningún hombre conozca su ubicación y viva para contarlo, o para traer a más humanos hasta sus costas, por lo que no suelen dejar alma con vida si una embarcación se acerca a las mismas. Normalmente no se alejan mucho de su isla, lo justo para cazar o acercarse a un barco que no navegue demasiado lejos (algo que hacen por razones explicadas más adelante). Todo esto podría sugerir que quizá las sirenas no respiren bajo el agua como siempre se ha supuesto, sino que, como otros mamíferos acuáticos, pueden almacenar una gran cantidad de oxígeno en sus pulmones, y sólo bastantes horas después necesitarían emerger a la superficie para volver a respirar.

Habilidades:

- Las sirenas poseen una voz hermosa y musical que, al cantar, es capaz de hacer entrar en trance al ser humano. Dicho trance vendría a ser una especie de estado de embelesamiento en el que el humano parece perder un poco la noción del lugar y el tiempo y volverse muy sugestionable a los posibles deseos de la sirena. Éste es un recurso muy usado para ahogar a los intrusos que se acercan a sus islas, haciendo que éstos, deseosos de seguir a la sirena, no se den cuenta de que se están adentrando en el agua, o de que ella los está arrastrando. No obstante, este poder no tendría por qué ser siempre empleado con fines mortales. Puede servir también como relajante o sedante, para calmar el ánimo o un dolor físico o emocional, para ayudar a alguien a conciliar el sueño o evitar una confrontación. No obstante, una sirena ha de proyectar su voz a uno o un par de individuos si desea lograr algún fin con ella. Una sola sirena cantando a un grupo o a un público numeroso puede inspirar cierto embelesamiento, pero no lograría sugestionar tantas voluntades a la vez. Es por eso que, en lo que respecta a atacar o defenderse de grupos humanos, las sirenas trabajan siempre en equipo. Para que el canto sea efectivo, una sirena necesitará prolongarlo algunos versos, no basta con una sola palabra o frase corta, ya que el efecto es progresivo y se va intensificando. También hay que tener en cuenta que puede haber mentes o voluntades más fuertes que otras, y el canto puede no causar efecto igual de rápida rápida potentemente en todo el mundo.

- Otras habilidades serían la fuerza (una sirena puede ser tan fuerte como un humano de buena constitución, teniendo en cuenta que acostumbran a arrastrar y ahogar hombres) e incluso su belleza, una característica que bien puede servirles de arma y defensa, de elemento distractor o rasgo por el que muchos tienden a subestimarlas, lo que saben aprovechar a su favor.

- También poseen gran facilidad para el aprendizaje y son capaces de aprender a hablar varios idiomas en poco tiempo gracias a la mera escucha. Generalmente conocerán aquellas lenguas más habladas en los barcos que navegan cerca de su territorio, pero sin llegar a acercarse demasiado a sus playas. No suelen atacar estas embarcaciones mientras no traspasen su frontera, sino que meramente se acercan a ellas con sigilo para simplemente escuchar y aprender cuanto consideren útil sin ser descubiertas.

Cultura, sociedad, psicología:

Las sirenas pueden tener personalidades dispares, como los humanos. No obstante, pueden apreciarse ciertos rasgos comunes generales:

- Dentro de su especie parecen una raza pacífica, al menos en la actualidad, pues hasta la fecha no se tiene constancia de que haya habido enfrentamientos entre clanes ni dentro de los mismos. De hecho, las sirenas se tratan de hermanas, tanto si hay vínculo real de sangre como si no. Los clanes son comunidades muy unidas. Quizá por el peligro de extinción, del cual son muy conscientes, las sirenas se educan para pensar ante todo en el bien de su clan, en su protección y supervivencia, en cuidar las unas de las otras, no en enfrentarse entre sí, lo que no les beneficiaría en absoluto, si bien suelen tener también un buen instinto de autoconservación, debido de nuevo a que perder un sólo miembro ya sería una tragedia. No obstante, si una sirena fuera capturada, el clan no iría en su busca. Esto no obedecería al desapego, sino a la pervivencia de la especie, pues podría ser peor alejarse del hogar y emprender una cruzada que costaría la vida de más sirenas.

- Los clanes son una democracia. No hay jerarquía de poder, únicamente tienen como guías a las sirenas de mayor edad a causa de su experiencia vital y de haber demostrado tener el suficiente buen instinto de supervivencia. Las decisiones se votan si es necesario.

- Las sirenas se consideran guerreras, entrenadas desde jóvenes para defender su territorio y atacar sin cuartel toda embarcación que se aproxime al mismo, normalmente sin dejar supervivientes, bajo la premisa de que todo aquel que se acerque a su isla o bien no trae buenas intenciones hacia ellas (quizá porque no hayan visto mucho de lo contrario en su vida) o bien les causará problemas si revela la ubicación de su clan o si desea colonizar la isla. A fin de cuentas, las sirenas afirman haber sufrido intentos de caza y ser expulsadas progresivamente de sus territorios por la cada vez más creciente colonización humana.

- Las sirenas no tienen ninguna religión estructurada, pero poseen un fuerte vínculo con el mar, con el que creen estar en simbiosis y que, tras morir, sus restos deberán hundirse en el mismo para convertirse en espuma de mar, terminando así por formar parte literalmente del océano.

- Poseen un fuerte código de honor. Cuando desean prometer algo importante son capaces de realizar juramentos de sangre, sellados con la suya propia. Ésta es tan escasa a día de hoy que es un gran símbolo con el cual demostrar su compromiso.

- Pueden fabricar algunas armas como lanzas hechas de madera y piedras, que podrían lanzar desde la superficie del agua, o cuchillos hechos con piedras afiladas y dientes de tiburones.

- No poseen tradición escrita, dado su hábitat, sólo oral, lo que por ejemplo les ha llevado a contar varias versiones de sus orígenes sin que ellas mismas puedan dilucidar cuál es la acertada.

- Tienen su propio idioma, el sirenio, similar a los sonidos de un delfín o ballena, que les sirve para comunicarse con la garganta bajo el agua sin abrir la boca.

- Parecen sentirse atraídas por la música, algo de lo que su cultura presuntamente carecía en un principio, y cabe la posibilidad de que se acercaran a los primeros barcos atraídas por ésta y por sus luces, y fuera después cuando decidieran imitar a los humanos y replicar sus canciones.

- Su inteligencia no tiene nada que envidiar a la de los humanos. Son capaces de aprender e imitar idiomas con gran celeridad gracias a la escucha. Para ello, y para saber más sobre los humanos, se acercan a veces a barcos no muy lejanos sin ser vistas, sólo para escuchar (en principio no suelen atacar si la embarcación no entra en su territorio). Puede que tal práctica comenzara a darse por mera curiosidad, pero a día de hoy parece tener como fin saber defenderse de los humanos, incluso saber comunicarse con ellos o entenderlos si fuera necesario.

- Parecen tener pocas leyes, aunque firmes. Si una sirena llegara a atacar a otra, o a otro clan, sería juzgada colectivamente y desterrada del clan. Si revelara la ubicación de algún clan a los humanos, o se aliara de alguna forma con éstos en contra de su gente, la pena en caso de acercarse de nuevo al territorio podría ser la muerte. No obstante, es extremadamente raro que tales cosas sucedan, a causa del instinto de supervivencia como raza y la educación recibida para velar por el mismo.

- En general, las sirenas tienen fama de ser orgullosas, fuertes, recias, difíciles de doblegar o de sonsacar información. Normalmente preferirían morir a doblegarse, si bien se les educa a valorar su supervivencia y la de su grupo, siempre y cuando ello no implique traición. Son entrenadas desde jóvenes para resistir torturas e interrogatorios y morir antes de revelar la ubicación de su clan o cualquier secreto de su raza.

- Las sirenas son monógamas de por vida. Puede que este rasgo obedezca a su sentido de la lealtad y el honor entre ellas, o para evitar conflictos en su clan, si se tiene presente que muchas sirenas se emparejan entre ellas. No obstante, esta arraigada lealtad también puede tener lugar en las parejas de humano y sirena, siempre que el humano corresponda, no fallezca, o no cometa infidelidad, abandono o maltrato alguno, en cuyo caso la unión se consideraría legítimamente rota. Como suele ocurrir en casos de colonialismo extremo, el mayor enemigo de las sirenas ha acabado convirtiéndose también en su baza para seguir existiendo como especie. Según algunas leyendas, antiguamente hubo tantas sirenas repartidas por tantas costas de islas vírgenes que la procreación era innecesaria. Según otras, la procreación con humanos siempre existió, o incluso era aún más habitual, lo que explicaría su forma semihumana. Las propias sirenas han olvidado o ignoran qué versión es cierta. Fuera como fuese, ya desde el principio de los tiempos o desde que procrear se volvió necesario, no les quedó más remedio que recurrir de cuando en cuando a los humanos para ello. Se estipula que un pequeño número de sirenas por clan, siempre entre las de mayor edad, ya que son las más experimentadas, tendrán probablemente que cumplir este servicio para la supervivencia de su especie. ¿Por qué no todas? Las uniones sentimentales ya producidas previamente en el clan son respetadas, y el número de sirenas que se arriesguen a ir a tierra para mezclarse entre los humanos y escoger a uno de ellos no ha de ser elevado, pues no todas las que han viajado al mundo humano han regresado y ha de evitarse perder el mayor número de sirenas posible. Por ello, no se permite a las jóvenes visitar tierra firme. Las que sí pueden hacerlo tendrán total libertad para escoger a su gusto, con la única condición de que tal unión aporte en algún momento hijas para el clan.

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