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Sé que no debo de esperarte y debo de soltarte. En estos momentos no puedo verlo, pero lo más probable es que tomé la decisión correcta al terminar lo nuestro. Te seré honesta, te extraño más que nunca y siempre espero tu regreso pero me lastimas. Ambos nos lastimamos, ambos fallamos y nos herimos. Nos hacíamos sentir insuficientes y a pesar de todo eso aún teníamos miles de fantasías por cumplir. Nuestro amor era real, siempre lo fue pero fallamos grandemente. Es extraño porque a pesar de extrañarte, sé que lo mejor es estar separados. Prometí no buscarte y hasta el momento lo he cumplido pero hay algo que me dice que lo nuestro no ha terminado del todo. Y no, no son mis sentimientos por ti porque va más allá de eso, es algo inexplicable. Recuerdo que solamente apareciste en mi vida, como si el universo o el destino estuviera uniendo nuestros caminos, fue algo inexplicable porque estábamos destinados a encontrarnos. Espero que en algún momento estemos destinados a reencontrarnos. Y puede que no haya terminado del todo pero aunque me duela admitirlo, ahorita no es nuestro momento. Es algo que de momento, debo aceptar aunque me destroce por dentro.
Valery Soza.
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Fueron momentos difíciles y largos, pero me alegra que fuera difícil y largo, porque si no hubiera atravesado todo un infierno para llegar hasta ahí, la lección quizá no hubiera sido tan clara. Verán niños, justo en el momento que conocí a su madre supe que tenía que amar a esta mujer tanto como pudiese, por todo el tiempo que pudiese, y no dejar de amarla ni por un segundo. Llevé esa lección conmigo, en cada estúpida pelea que tuvimos, cada 5 a.m. en navidad, cada siesta de domíngo por el atardecer, en cada tope, en cada ataque de celos, de aburrimiento o de incertidumbre que surgió en el camino, llevé esa lección conmigo. Y la llevé conmigo cuando enfermó. Incluso en ese momento que sólo se le puede llamar como lo peor de lo peor, todo lo que podía hacer era agradecer a Dios, agradecer a cada dios que existe, existió o existirá y a todo el universo, y a cualquier persona que le pueda agradecer, que vi a esa hermosa mujer en esa plataforma de tren y tuve las agallas de levantarme, caminar hacia ella, tocarle el hombro, abrir mi boca y hablar “Disculpa, hola…”
Te amo, siempre te amaré.
-Ted Mosby
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Hay cosas por hacer
Existen deseos constantes que no dejan de rondar en mis visiones: reducir el espacio entre nosotros. Trazar un mapa que una tus centímetros y los míos. Llenarme de tus latidos cada mañana mientras mis ojos adoran los tuyos. Desaparecer tus miedos en mis brazos. Crearme excusas absurdas para decirte que te amo y que verte sonrojado me recuerda al atardecer. Besarte cada vez que escuchemos a las aves cantar. Fabricar sueños mientras contamos nuestros lunares. Poner de fondo las canciones que nos dedicamos y confesarnos en susurros solo lo que los amantes se atreven a decir cuando no podamos dormir. Decirte, que volvería a cantarte al oído una vez tras otra hasta que de repente el sonido nos acercara y este falleciera en tu boca. Quisiera que volvieras a hablarme de la infinitud del universo y que volvieras a repetirme otra vez que tu mamá te enseñó a contemplar aquello que amas, que por eso me contemplas a mi. Retroceder de nuevo, a esa noche de diciembre, donde nos dijimos "te amo" por primera vez, que me viste dormir tras una pantalla y en vez de querer colgar quisiste aprenderte mis suspiros de memoria. Porque nuestros cuerpos encajaron perfectamente toda la vida, y en el fondo eso no suena a tanta locura ni a tanta tontería. Adoro cuando sonríes, cuando me tocas la guitarra, cuando ves conmigo mis películas favoritas o nos contemplamos sin decir nada. Llegará el día, en el que mi cama huela a ti, mi armario tendrá más ropa porque estarán tus sudaderas también, y quizás llegue una Navidad donde nos levanten dos niños pequeños llenos de emoción diciendo "Papá, papá, que han venido los reyes magos". Quizá podamos recorrer cada rincón de Europa y en cada parada escribir un nuevo poema y que tu risa lo termine. Y cuando terminemos de conocer cada rincón, aterrizar en Tokio para ver cómo tu alma de niño se emociona por ver las flores de cerezo mientras en mi mente tatuo ese instante. Que me muestres cada lugar en donde se grabó tus series favoritas y no sueltes mi mano hasta que la madrugada nos reciba con su manto. Coquetearnos con la mirada en el metro y que no sea secreto para nadie. Enfermarnos de deseo puro e insaciable cuando las luces nos digan adiós. Que nuestras almas bailen al compás de una canción que solo ellas conocen y que nos amemos con el doble de fuerza que con lo que la hicimos el día anterior. Besayúname, sigamos juntos la dieta de los caníbales. Escribe con besos, el mejor de tus poemas en mi espalda, y vete formando un caminito de besos e indirectas desde donde desees hasta el comienzo de mi boca. Mírame a los ojos, y dime qué no soy la única que te quiere comer a besos, a versos. Mírame a las pupilas de cristal, hurgame el alma y acomódate para quedarte una noche más. Mírame, pero mírame como la mejor obra de arte. Presumeme y gritale al universo: "Ella, ella es la mujer a la que amo, ella es mi futura esposa." Llegará un momento en el que las zonas horarias dejen de ser, que las habitaciones, las camas dejen de ser dos. Cuando sea solo una la cama donde descansar, las luces apagaré para por tus ojos dejarme iluminar, y entonces solo entonces, proclamarme tuya, a este amor nuestro, otra eternidad más.
- A. Werther
- María I
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Fa quiero todo y no hago nada. Lpm me odio por eso.
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Llevo meses de no escribir sobre alguien, sino sobre como quiero acabar conmigo. Pienso que debería levantarme del suelo, comenzar de cero aunque signifique dejar todo lo que hay atrás. No sé. O a veces pienso en seguir esperando meses y salir a comprar esas pastillas. En ocasiones veo el cielo y me pregunto por qué ya no lo veo como antes. Antes de ir a dormir, me veo al espejo y noto mi mirada más pesada, el temblor en mi cuerpo es tanto que a veces trato de no hacerlo y me quedo viendo el techo hasta que las lágrimas dejen de caer y siento que puedo dormir ya. Las mañanas me parecen tristes, hace frío y yo sigo temblando. A veces las lágrimas no me dejan terminar las tareas del día y me obligo a dejar de hacerlas. Pero sigue ese pensamiento, sigo queriendo dejar de estar. Pienso y sé que todo alrededor se siente solitario por mi culpa, por alejarme, por ser como soy. La gente es feliz, sólo quiero que las personas que quiero sigan su camino sin importar si yo dejo de estar un día, tal vez por eso me gusta no involucrarme tanto en su cotidianidad y desaparecerme por horas, días, incluso meses. La pared que construí entre mis relaciones interpersonales ha hecho que sea así. No soy tan importante, lo tengo claro. Me pone triste, pero no me interesa arreglarlo. Y así he vivido casi 17 años. 17, tal vez sea el único número al que llegue mi vida. Realmente no hay tantas razones para estar, escribía para escapar del mundo pero perdí el toque. Soy casi invisible que si dejo este lugar sería insignificante. Vivo a la deriva. Estoy casi en la punta del abismo. Podría dar un paso al frente y acabar con todo de una. Aunque lo tenga decidido, aún sigo dudando. Pero lo haré.
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♡ Hamster’s life by gottehamham part 1 ♡
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it's amazing how he can be so attractive wearing only black shirt and mask 😷
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Friends • Joey and Chandler • Season 1 [2/?]
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Si tomas mi mano, yo no sé, cariño, tal vez podamos colarnos entre las nubes y cuando la noche caiga perezosa convertirnos en estrellas.
Yo no sé qué sucedería si tomas mi mano, creo que tal vez tu esencia inquietaría a la mía, tu simple toque podría allanar mis puntos vacíos, quizá revoluciones un tanto mi mente.
Qué puedo saber yo, solo junta tu palma con la mía, demuéstrame qué podría pasar si rozas tu vida con la mía.
Toma mi mano; A. Werther
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“Tú me salvaste de todos. Hasta me salvaste de mí mismo. ¿Cómo se supera eso?”
— A. Werther (via planeta-de-escritores)
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Estoy detrás de la puerta esperando a que abras, y que tu cabeza se pierda en la curva de mi cuello, y tus sollozos se ahoguen en mi sudadera mientras estrechas tu vida en la mía en un abrazo, y en un suspiro entonado me digas lo mal que la vida te ha tratado, que te sientes solo, que ya no tienes fuerzas, que me necesitas a mí y a mi euforia inquebrantable.
Deseo que entre susurros intangibles me digas que yo soy todo lo bueno que puede habitar en tu cruel desorden, que me digas a palabras mudas quédate, y yo decirte a ojos vendados siempre.
Quiero estar contigo y disipar la tormenta, notando cómo el rojo huye de tus ojos, adorando tu incitadora sonrisa mientras renace, quiero estar ahí, cuando eres un diluvio de emociones y yo calma, cuando soy huracán y tú tranquilidad, quiero sanarte los miedos, déjame hacerlo, solo permíteme dejar de ser un fantasma en tu vida que siempre espera detrás de la puerta.
A. Werther
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