Tumgik
#yugo nostalgia
kozmosjeravnodusan · 2 months
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uquizovi su tako fun za pravit <3<3<3
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vagueabstractions · 2 months
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Battle Angel Alita
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bellahadyd · 5 months
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Selma Bajrami, first time on Grand Show (2001)
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cardula · 2 years
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Yu redesign #cardula #jadran #otok #poster #nostalgia #retro #yugoslavia #sfrj #yu #yugo #jadran #adriatic #minimalosm #illustration #interior #interioordecor #decor #casadecor #decoration #vintage #vintageposter #sfrj https://www.instagram.com/p/CohnizDDuvq/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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enigma020 · 11 months
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DAY 23: “ENDLESS ROUTE”
I don’t know how, but I think the edginess and nostalgia in this comic that Yugo’s giving out in this comic might actually re-awaken the spark in me unironically-
Endless Route belongs to @yugogeer012
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onyichii · 5 months
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Twitter Talk: Character Trope
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I like when a series starts light hearted and dips into darkness before crawling out lighthearted again. I enjoy that shit because I feel like it’s something many people go through from adolescence into adulthood.
For example, I remember back when I was a kid I didn’t know what racism, rape, and other bad things were. I thought the world was lilies and rainbows. And that most people were good at heart.
As I got older it’s like the world that was rainbows and flowers pushed me into a cold desolate canyon with nothing but nostalgia to keep me warm.
Now, that I’m an adult out of that cavern, I see the world for what it is. There are flower fields, cliffs, caves, and flat lands. A variety of places to be in. Some flowers are extremely poisonous. Some the darkest caves have gems. There are aspects of good and bad, ugliness and beauty hand in hand everywhere.
To make this rant simple, you go from seeing the world in black and white to seeing it in various shades of gray.
Which is basically a coming of age story.
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Bringing this shit back to Wakfu...I need this for Yugo and Amalia by the end of Wakfu: the Great Wave.
If they go through hell and get nothing. I’m gonna be pissed. I need a happy ending. Real Life is hell. I don’t need bittersweet ending. I need a sweet ending. I need an escape. 😅🥲😭
But this is a French series….🤦‍♀️ so I’ll brace myself. lol
Darn talented French writers eating baguettes while pulling on your heart strings only to give you bittersweet tales as they laugh in French. 🤣😂🥹🥲😭
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marleysketches04 · 1 year
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YUGO!
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Today nostalgia kicked in 🥹💙
Have you ever watched Wakfu?
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yugogeer012 · 6 months
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Sometimes i go back and read old Epictale just for the cringy nostalgia. Despite it being awful and full of cliche phrases, it somewhat kinda has a special spot on my heart. Thank you Yugo, you madman, you basically changed the UTMV forever. Now, if it was for Worse or Best, we don't know. :/
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Ah yes
I luv the part where Neutral kills snas
It will forever be the best moment (*´∨`*)
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jartita-me-teneis · 2 months
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Los cuadernos de Rusia de Dionisio Ridruejo
El 21 de junio de 1941 se reúnen Ramón Serrano Suñer, Manuel Mora Figueroa y Dionisio Ridruejo en el Hotel Ritz de Madrid. El primero es cuñado de Franco y ministro de Asuntos Exteriores. El segundo es un aristócrata sevillano que ocupa el cargo de gobernador civil de Madrid. El tercero es poeta, falangista, amigo personal de José Antonio, autor de algunos versos del «Cara al Sol», Director General de Propaganda hasta 1941, y director y fundador –con Pedro Laín Entralgo– de la revista Escorial. Durante el encuentro, plantean la idea de apoyar a la Alemania nazi con un contingente de voluntarios españoles. No sabemos si poseen alguna información sobre la «Operación Barbarroja», que comienza esa misma noche. Cuando la radio y la prensa informan sobre la invasión alemana de la Unión Soviética, los falangistas salen a la calle, manifestando su deseo de participar en la ofensiva. El 24 de junio se concentran en la plaza de Callao y recorren la Gran Vía hasta el número 44 de la calle Alcalá, sede de la Secretaría General del Movimiento, que exhibe en su fachada un gigantesco yugo y unas flechas en madera pintada de rojo. Serrano Suñer se asoma al balcón e improvisa una arenga: «¡Rusia es culpable! Culpable de la muerte de José Antonio, nuestro fundador, de la muerte de tantos camaradas y tantos caídos en aquella guerra por la agresión del comunismo ruso. El exterminio de Rusia es exigencia de la historia y del porvenir de Europa».
Poco después se crea la División Azul, que comandará el general Agustín Muñoz Grandes. A diferencia de otras unidades extranjeras, no se encuadrará en las Waffen-SS, sino en la Wehrmacht, con el nombre de 250º División Española de Voluntarios. Dionisio Ridruejo se alista como soldado raso, recogiendo sus experiencias en un diario que titula Cuadernos desde Rusia, 1941-1942. Adopta la decisión por «decoro personal», pues no ha pegado ni un tiro durante la Guerra Civil. Quiere dejar claro que «puede hacer una guerra», que no tiene miedo, que no es un simple propagandista, con arrebatos de fervor. Su intención es luchar por «una joven Europa heroica y popular». Como falangista revolucionario, cree que la victoria de Alemania permitirá realizar en España «la revolución nacionalsindicalista». Una revolución postergada por el conservadurismo de Franco y la corrupción generalizada del régimen. El triunfo del Tercer Reich podría significar el fin del «complejo plutocrático y clerical que pesaba sobre el Estado». Ridruejo estrena su diario el 4 de julio de 1941, anotando que ha promovido la creación de la División Azul «por adhesión a una esperanza de mejor orden universal». Recomiendo la edición de Xosé M. Núñez Seixas, con prólogo de Jordi Gracia (Madrid, Fórcola, 2013).
Cuando cruza Francia en tren, surgen «las nostalgias de altiplanicies violentas y acaso tristes». Los campesinos franceses les insultan y les arrojan piedras ante la mirada impasible de los alemanes. Durante la instrucción, Ridruejo se suma al imaginario «pelotón de los torpes». No disimula su antipatía hacia la disciplina y el ejercicio físico: «No pongo interés ni amor propio en la cosa». En agosto, la División Azul llega a Prusia Oriental, donde los acogen con afabilidad, pero sin entusiasmo: «Las campesinas nos saludan con ademanes reposados, suaves. Ésta es la ternura, la melancolía, un sentimiento medio, tibio […]. Aquí nada de pasión o éxtasis. Materia de sueños, dulce sospecha crepuscular del alma». En Polonia, la sensación es diferente: «Al atardecer se diría que corremos por Castilla: una Castilla sin desolladuras de piedra, sin montañas en lontananza y sin luz». Estas soledades son interrumpidas por «islas arboladas, misteriosas y bellísimas», «parques estivalmente frondosos», «románticos caseríos» y «castillos, de unas torres agudísimas con chapitel de bronce verdoso». La emoción estética se tambalea al presenciar la opresión ejercida sobre los polacos. Obligados a identificarse con una ominosa «P» en su indumentaria, los alemanes han prohibido confraternizar con ellos, incluso cuando exista afinidad o identidad religiosa. Aunque la mayoría son católicos, no hay que olvidar su condición de vencidos. «A nosotros –escribe Ridruejo– esto nos desagrada hondamente, nos subleva, nos parece torpe y estúpido aún más que cruel». En un puente, se topan con una hilera de prisioneros. Muchos son judíos. Hombres y mujeres son obligados a caminar descalzos y «en muchos brazos se ve el odioso brazalete amarillo con la estrella de Sión. Aquí –pobres gentes desamparadas– dan pena, pese a la repulsión que indudablemente produce en nosotros –por no sé qué atávico rencor– la “raza elegida”».
Al internarse en la Unión Soviética, surgen las aldeas calcinadas, los animales destripados y carbonizados, los campesinos hambrientos –que deambulan como almas en pena–, los cadáveres congelados. La estepa rusa se parece a la castellana. Ridruejo y sus compañeros convierten un automóvil en su hogar ambulante. Es mejor que un refugio excavado en la nieve. Asisten a su primera misa de campaña y se relacionan con los campesinos rusos, cuya rutina permanece inmutable desde hace siglos: «Vida simple, por debajo de la historia». Las mujeres envejecen enseguida por culpa de la maternidad prematura y el duro trabajo a la intemperie. Los hombres soportan mejor el paso del tiempo, adquiriendo el aspecto de patriarcales tallas de madera: «Recuerdo aquello de la intrahistoria que decía Unamuno. Esto es. ¿Son de algún país distinto estos meros e inertes trozos de humanidad? Yo creo que no. El campesino es siempre él, el repetidor inmutable de los ritos elementales que constituye básicamente la vida humana». Ridruejo habla con ellos mediante signos o con la ayuda de un intérprete. Les pregunta por Stalin y Hitler. Se encogen de hombros, pues no saben quiénes son: «Esto es geología que vive», observa el poeta soriano.
Enrique Sotomayor, joven falangista revolucionario, le habla de la entrevista que ha mantenido Muñoz Grandes con Hitler. Sotomayor y Ridruejo son grandes camaradas. Ambos admiran al Führer: «Creo que este hombre genial al que sinceramente admiro –escribe Ridruejo– puede hacer todo el bien y todo el mal que jamás le haya sido dado hacer a un hombre. Y creo que es leal y sincero y que España puede esperar de él –sin merma de peligros– la justicia que se le debe». El 6 de septiembre se producen las primeras bajas de la División Azul. Unas minas acaban con varios voluntarios: «Nos han dado mucha compasión estos muchachos caídos a mitad de camino y cuyos cuerpos quedarán abandonados en una ciudad extraña». Ridruejo pasa por Vilna, sin mencionar los guetos en que se confina a los judíos ni el bárbaro asesinato de tres mil setecientos hombres, mujeres y niños. No sabemos si conoce los hechos. Sólo habla de pasada de unos arrabales miserables y de judíos que caminan por las calles con la estrella amarilla. La aparición de columnas de judíos es un hecho recurrente. Todas se parecen, pues todas exteriorizan abatimiento y desesperanza. «Pienso –mientras siento una gran piedad– que una cosa es la comprensión de la teoría y otra de los hechos. Comprendo la reacción antisemítica del Estado alemán. Se comprende por la historia de los últimos años. Se comprende –aún más hondamente– por toda la historia». Sin embargo, «cara a cara», ante «pobres, temblorosos seres concretos», los prejuicios se tambalean: «Es triste cosa ser verdugo».
Los prisioneros rusos le producen reflexiones parecidas: «¿Quién podría personalizar en unos hombres la culpa de un Estado ni en un pueblo la de un Régimen? Nosotros –tan distantemente extranjeros aquí– no podemos tener cuestiones de rencor por la tierra ni por la raza. Idea contra idea, los hombres nada tienen que ver en esto». Cuando aparecen las primeras cruces señalando la tumba de soldados caídos, la sensibilidad poética desborda al juicio ético: «cruces solas, románticamente perdidas en el bosque», cruces con aspecto de saeta, «signos ígneos, paganos, de la vieja mitología restaurada». La perspectiva estética también interviene en la descripción de los monumentos de las ciudades ocupadas por el ejército alemán. La casa del Partido Comunista en Minsk le parece «un Escorial de pacotilla», pero un gigantesco relieve de Lenin suscita su admiración, pues «sugiere muy bien lo que de verdad es admirable en la Unión Soviética: el hecho mismo de la revolución triunfante y su enorme poder unificador sobre todas las Rusias: grandeza aunque sea grandeza desalmada». De vez en cuando, lee la prensa española, periódicos atrasadísimos que reflejan la retórica ampulosa del régimen. Con tono machadiano, Ridruejo exclama: «Ay, España mía, miserable y excelente. Ni aun desde aquí puedo esquivarte. Ni aun aquí me dejas descansar de esta mezcla de amor y de disgusto que es, por ti, la mitad de mi vida». La nostalgia convive con los horrores de la guerra. Un voluntario español escarba en un cráter y extrae un pie entero, envuelto en un mugriento calcetín verde.
Las conversaciones entre Ridruejo y Sotomayor cristalizan en una conciencia clara de su compromiso con una Europa cristiana, revolucionaria, anticapitalista y anticomunista. Ambos conciben la guerra como una prueba en la que se mide el valor de las naciones. No hay lamentaciones por los estragos causados, sino un esp��ritu deportivo que celebra las hazañas bélicas y las «grandes transformaciones históricas» impulsadas por el totalitarismo. Ninguno aprecia la disciplina militar, confirmando el dictamen de Ganivet: el español no es soldado, sino guerrillero. La visión de los partisanos ahorcados empieza a repetirse conforme se adentran en Bielorrusia. Ridruejo fantasea con la muerte, planteándose si morir es como andar «por fuera del mundo, a una luz que es tanto luz como tiniebla y donde nadie nos asiste ni nada hay ni a parte alguna se llega». Cuando oye nítidamente el fuego de morteros y las ametralladoras, anota: «Esto ya es la guerra». En un pueblo, un niño lee un calendario con citas de comunistas famosos, pronunciando con inaudita perfección el nombre de Dolores Ibarruri. Las aldeas parecen «nidos de resignación», pues no hay nada esperanzador que les permita alentar la expectativa de una vida mejor. Las pulgas y los piojos se ensañan con los voluntarios españoles. La impresión de vagar por una tierra extraña se acentúa. España parece un lugar remotísimo, casi ilusorio.
Al entrar en Nóvgorod, el poeta falangista descubre que un hospital mental ha quedado atrapado en la línea de fuego. Los enfermos vagan por los patios, aterrados y famélicos. Poco después, llega la noticia de la muerte de Javier García Noblejas, abatido por un mortero. Javier fue uno de los catorce Palmas de Plata que veló el cuerpo de José Antonio durante su traslado a El Escorial en 1939. Su padre había sido fusilado en Paracuellos y tres de sus hermanos perdieron la vida entre 1936 y 1937 (uno en el asalto al Cuartel de la Montaña; otro en el frente y el último a manos de un piquete de milicianos). La familia García Noblejas adquirirá la dimensión del mito en el panteón franquista. Para Ridruejo, su gesta prueba que la idiosincrasia española se caracteriza por su hambre de gloria. Los alemanes persiguen el mismo objetivo, pero su carácter es muy distinto. Aunque se muestran distantes, a veces se prestan a las confidencias. Un rato de camaradería con dos soldados teutones revela que en la peculiar desnudez de la guerra todos los hombres se parecen: «raza, cultura, idioma, son meros accidentes». Esta observación contrasta con las diferencias en el trato con los campesinos rusos. El soldado español se relaciona con ellos, mostrándose amable y cercano. En cambio, el soldado alemán actúa siempre como un ocupante, desplegando una mezcla de frialdad y arrogancia.
Ridruejo no esconde su desengaño con la dictadura de Franco. Un régimen militar, autoritario y represivo, «volverá a adormecer a España, al eliminar su vida de proyectos, su proliferación crítica y previsora, al dispensar al individuo común de todo esfuerzo en lo colectivo». Alemania también se equivoca al creer que puede dominar Europa y reducirla a la uniformidad de su modelo cultural. A diferencia de Jünger, Ridruejo no aprecia ninguna excelencia en el apogeo de la técnica en el campo de batalla. La ametralladora «es una máquina inventada por el diablo para dar un suplemento de capacidad criminal-deportiva a los que carecen de ella». La División Azul alcanza la primera línea de fuego a mediados de noviembre. Ridruejo confiesa que no desea morir, que no se arriesgará más de lo necesario. Enrique Sotomayor no opina lo mismo. Anhela el riesgo, el combate en las posiciones más duras, el heroísmo más allá del deber e incluso el martirio. Ridruejo, con una complexión débil, no tarda en enfermar. Sus compañeros le ayudan, eximiéndole de las tareas más penosas. Los combates cada vez son más violentos. «Remarque, completamente Remarque», repite Sotomayor, evocando las descripciones de muerte y desolación de Sin novedad en el frente, la famosa novela prohibida y quemada en las hogueras de la Alemania nazi. La muerte de Sotomayor en combate afecta mucho a Ridruejo, que experimenta la pérdida como una mutilación. Los oficiales al mando deciden evacuarlo desde Possad, escenario de enfrentamientos encarnizados, donde la División Azul sufre grandes pérdidas. Hospitalizado, recibe la visita de Muñoz Grandes, al que describe como un «general-soldado» que ama a sus hombres. El espectáculo de jóvenes combatientes con terribles amputaciones destruye cualquier fantasía épica: «Es aquí donde la guerra se hace humanamente espantosa e incomprensible».
Ridruejo pesaba sesenta y cinco kilos al partir hacia Rusia. Se ha quedado en treinta y nueve. Trasladado a Berlín, se aloja en la embajada española con su amigo Agustín Aznar. Su anfitrión es José Finat y Escrivá de Romaní, conde de Mayalde, gran admirador de la Alemania nazi, furibundo antisemita y estrecho colaborador de la Gestapo. Ridruejo se recupera, descubre que la escasez afecta a la capital del Reich, come con el almirante Canaris y regresa a Nóvgorod para seguir combatiendo. No quiere ser acusado de favoritismo. De nuevo, aparecen la debilidad, la fiebre, los dolores. A pesar de su mala salud, reconoce que se ha encariñado con Rusia. Durante un pequeño trayecto en trineo, se desbordan sus emociones: «Todo el amor que he ido acumulando hacia esta tierra, hacia este pueblo grande y triste –en infinita escala, en escala al absoluto, la presentida soledad castellana– se me ha juntado de repente hasta casi hacerme llorar». La orden de regresar a España pone fin a la aventura bélica. Aterriza en el aeródromo de Torrelodones, donde lo reciben amigos, familiares y un grupo de falangistas. Principia mayo y resplandece el sol. Piensa en los caídos y en la estepa rusa. Lo que siente «es una nostalgia buena que ama mucho. Si ahora entorno los ojos, la nieve sigue resplandeciente e infinita».
¿Qué valor poseen los Cuadernos de Rusia desde la perspectiva de nuestro tiempo? En primer lugar, un indudable valor testimonial. Aunque Ridruejo elude las cuestiones incómodas (como la participación de la División Azul en el sitio de Leningrado, que causó la muerte por frío o inanición de un millón de civiles; la colaboración directa –o indirecta– en fusilamientos de partisanos, judíos y comisarios políticos; y los casos de pillaje, malos tratos o violaciones), su visión del conflicto nos ayuda a comprender la mentalidad de los voluntarios españoles, particularmente de los falangistas revolucionarios, con un notable desafecto a un régimen militar de corte conservador y no totalitario. En segundo lugar, la pluma de Ridruejo está muy lejos de Antonio Machado (los poemas intercalados en el diario son bastante mediocres), pero posee un incuestionable mérito literario, sobre todo cuando divaga sobre la condición humana o recrea el paisaje ruso, estableciendo analogías con los campos de Castilla. Por último, los diarios anticipan la deriva humanista de uno de los personajes más conspicuos del bando sublevado, al menos en sus inicios. Se ha dicho que en la Unión Soviética el pensamiento de Ridruejo pasó del «vivir estético» al «vivir ético», empleando la terminología de Kierkegaard. Ese tránsito desembocaría finalmente en la adhesión a la socialdemocracia o, por utilizar sus propias palabras, a «un socialismo no marxista». Creo que esa opinión no es exacta, pues Ridruejo rompe con el régimen cuando adquiere la convicción de que Franco jamás llevará a cabo la revolución nacionalsindicalista. Puede decirse que es la reacción de un fascista desencantado con un «tinglado» basado en una sólida alianza entre el Ejército, la Iglesia católica y las elites financieras (fundamentalmente, terratenientes y banqueros). Ridruejo no se acercará a posturas democráticas hasta su etapa como corresponsal en Roma. En 1947 viaja a la cuna del fascismo y conoce de primera mano sus estragos, iniciando su conversión a la democracia, que le costará varias condenas de prisión, invariablemente benévolas por su papel en la guerra civil española.
Los Cuadernos de Rusia evidencian el riesgo de aplicar el romanticismo a la política. Dionisio Ridruejo sólo tenía veintiún años cuando se afilió a Falange. Desgraciadamente, la juventud suele sucumbir a la fascinación de las ideologías, que movilizan los aspectos más primarios de la especie humana. La democracia no es épica, sino racional. No puede competir con el totalitarismo en el aspecto estético, pues el discurso de la razón es mucho más discreto que las borracheras verbales de los líderes mesiánicos. Entiendo la identificación de Ridruejo con el falangismo, pero su sensibilidad hacia el sufrimiento de los prisioneros rusos y judíos revela que su fibra humana superaba su bagaje ideológico. Reitero uno de sus comentarios: «Es triste cosa ser verdugo». Quizás esta frase resume el trasfondo ético de un libro que presagia la irrupción del sentimiento de culpa, la rectificación y la voluntad de reparación. Setenta y cinco años después, podemos afirmar que el Ridruejo de 1941 no era Jünger, seducido por las tempestades de acero, sino un tímido Remarque, incapaz de apreciar ni un ápice belleza en la destrucción de la vida humana.
RAFAEL NARBONA
Publicado en Revista de Libros el 7 de julio de 2016 en Cuadernos de Rusia
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fernifox · 1 year
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Tagged by @wildfandom
Rules: shuffle your on repeat playlist and post the first ten tracks
Gettin’ my mom on- jack stauber
Just like heaven- the cure
Charlie’s inferno- that handsome devil
Rain walk- will wiesenfeld, baths, geotic (bee and puppycat soundtrack)
Sunano gusya- Yugo kanno (iggy’s theme from jjba)
Close to me- the cure
Akuyaku kyousoukyoku- hol horse&boingo (jjba outro)
What’s your favorite color?- will wiesenfeld, baths, geotic (bee and puppycat soundtrack)
Walcott- vampire weekend
One (blake’s got a new face)- vampire weekend
Kksdndkjndjksnd ahh it doesn’t have modest mouse/of monsters and men/cake on it cause it’s been a bit since I listened to them,,,
The cure is on there cause last week my dad made me play some, so I listed to a few the past couple of days for nostalgia. And there’s a lot of show stuff cause jjba and bee and puppycat have great soundtracks.
Idk if I can grab 10 people but I’ll grab a few, feel free to participate if you see this though!
@deus-ex-messina @shjge0 @nowayasock @alloru @swimming-karyss @berryispostinghings
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Day 20: We Interrupt Your Schedule for A Commercial Break @arcvmonth
I thought that I could use this day to talk about some of the character designs. There are so many good designs in the series from the outfits to the color schemes. The Dragon Boys all have really solid designs with unique color schemes. I've always loved Yuya's eyes because they're so expressive and really capture his emotions so well. I normally don't care much for orange, but it works well for Yuya, especially when he has other colors like red, green and white to balance it out. I always loved the nostalgia nod to Yugi with his gravity defying coat and his Riding Duel outfit was so good too. Yuto having a black and purple color scheme works. It highlights how mysterious he was at the beginning of the series. I remember fans referring to him as The Dark Duelist before his name was officially revealed. Yugo having a mostly white outfit really makes him stand out, especially with his blue and yellow hair. Yuri having a purple outfit to match with his slightly lighter tone purple hair does make it feel more like a uniform. The fact that all four of them match with the colors of their respective summoning methods is a cool detail too.
I also really love the Duel Disks. They're easily my favorite ones in the whole franchise. I prefer it when the duel disks are unique for each characters instead of everyone having the same one. While that's probably easier for the production, I just usually find them less visually interesting to see. Each character has a different color for their duel disk, each dimension has their own unique shapes for their duel disks and they aren't too small, which helps to make their use as phones more believable too. The field being made of light is also a nice touch, especially with Yuya's Pendulum summoning chant in mind. I just really like these designs for these Duel Disks.
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been slowly entering my yugo nostalgia era aka becoming my dad
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yurimage · 1 year
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TAGGED BY @brucecity 🌈🌈🌈 Pick a playlist )liked songs for me) in spotify and shuffle for 10 awesome songs 👆 OK!
1. Puzzle Boy from SMT: Nocturne
2. American Woman by The Guess Who
3. Head Over Heels by JD McPherson
4. Fake Nostalgia by Thursday
5. Moby Dick by Led Zeppelin
6. Come Out Swinging by The Offspring
7. Muscle Museum by Muse
8. Tusk by Fleetwood Mac
9. The Hand by Yugo Kanno
10. Maggots by The GazettE
Tagging! @brexkcore @insert-floppy-disk @kotoneshiomiofficial and any other mutual who wants to :3
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nawuel-aqui22 · 2 years
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Una vez casi lo hago
Aquella noche crepitaban ideas
El yugo impar de ser el casi deseo
Transmuto el dolor por nostalgia
Veo aquellos colores que perdí
Están lejos
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graciasportumusica · 4 months
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44 Meses en New Jersey
Como ya es costumbre, estoy de vuelta en el pequeño mercado donde me esperan en su orden de aparición las flores, el aceite de coco, las velas aromáticas y el mezcal. Huele a soledad de lunes feriado, a huesos desgastados. Huele a rutina y a nostalgia. En la canastilla apenas se acomodan tales elementos seleccionados con la perfecta sincronía del ritual que hace parte de mi radical manera de atrapar la melancolía. No hay espacio para nada más. Desde tu partida, los quesos, el vino y el pan parecen haber perdido toda esperanza. De más que saben que no estás. No dejo de llenar el florero con tus pétalos y tus caricias, el aceite de coco eres tú a primera hora en las mañanas y al final de la jornada, ardiendo. Las velas son un homenaje a mis ausentes, ahora te incluyen a ti. El mezcal me ayuda a sobrellevar el yugo de tantas carencias y ‘extrañeses’, si se puede decir de alguna manera. Son apenas 44 meses en New Jersey, lejos de todo lo que soy, cerca de lo que nunca he sido, pero prueba de la realidad inherente y sensata de lo que soy. Como ya es costumbre, estoy de vuelta en la rutina carente de emociones lúdicas que me hacen extrañar a mi madre y a mi padre, a mis hermanos, a mis hijos y a mi nieto. A ti. Me alimenta la ilusión del encuentro programado mes a mes, a fuerza de la rutina con cada uno de ellos, incluyéndote. Pero mientras sucede, en mi pequeño apartamento sonríen las flores en su último respiro, así también suspiran los velones su aliento suave cada vez que los enciendo pensando en las ausencias. Me refugio en el mezcal cada tanto y en su abrigo abrazo en mis memorias cada hermoso recuerdo. Y como ya es costumbre, acá en New Jersey durante los últimos 44 meses, no he renunciado a la locura ni a la melancolía. He aprendido a sobrevivir a los abismos, he aprendido a refugiarme en unos huesos que ya suman medio siglo, con fe y altruismo y también sin ti. Donde quiera que estés.
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soyoculto · 9 months
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Unsar - ungir = amor
Algo verdaderamente para idolatrar.
Dios es amor. Lo que se conoce como Dios es su presencia.
El amor se siente como presencia de Dios.
Dios como amor y presencia de Dios o santidad es igual a determinaciones para la vida.
Proviene de un lazo alcanzado, como su majestad o victoria.
Jesús es amor, ¿pero quién es Jesus?
Jesús es descendiencia humana o virginidad para el nuevo hombre.
determinaciones para la vida, son nostalgias de un pasado que si pasó. No se llama vida, se llama tiempo. Tiempo de hacer..
A Jesus se le permite hacer tres determinaciones para la vida...
Topicos : son tres. Explicaciones detalladas.
Topicos 1 : Se desglosa conocimiento. (Disfrutar involuntariamente)
1) momentos
2) turno, movimientos de existencia
3) decisiones
4) actos cívicos
5) grandilocuencia, una determinación que hizo Jesús para la vida.
Topicos 2: Se desglosa ideas (pensamientos para vivir bien)
1) tiempo de vivir.
2) hilos de ceda.
3) hilos del tiempo.
4) profesias.
5) gallardez.
Topicos 3 : Yugos desiguales (enfermedad)
1) memorias o recuerdos.
2) temerosidad.
3) ahogos de la vida.
La victoria es un hecho realizado por un vehemente aposento.
En la segunda glosa... La vida tiene 30 grados... Esos grados se llaman grados divanes. Y son dos típicos.
Topicos : son dos.
Topicos 1 : Explicación de la vida remota. (Sumergidos en agua)
1) la vida es un elemento precioso de igual momento y no elemento. — sucede que somos diversos en diferentes partes de sucederes. Jesus es los 30 grados para estos dos topicos. Osea alguien que decide.
Topicos 2: examen de la vista. (Realidad basada en tus propios gustos)
2) gustosamente nos separamos en diferentes ecualos (momentos) llamados llagramas o existires para laborar (deseos).
(30 Grados) + (vida) = momentos = diversidad de pensamientos.
∆= humano domina su propia vida porque es independiente de ello.
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