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BTS JIMIN BTS JUNGKOOK Forbes Korea
#jeon jungkook#park jimin#jungkook#jimin#kookie#galletita#jiminshiii#Jung Kook Forbes Korea#Jimin Forbes Korea#forbes__korea instagram sale jungkook#[Forbes Korea 2024년 4월호] BTS 정국 특집 기사 판#[Edición de abril de 2024 de Forbes Corea] Edición del artículo especial de BTS Jungkook#jimin entrevista#forbeskorea.idol instagram sale j.m#cr. a forbeskorea.idol#cr. a ForbesKoreaIDOL·twt#jimin articulo especial-anuncio en papel en forbeskorea.idol#BTS JIMIN BTS JUNGKOOK Forbes Korea#jmjk yo recordando
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I thought those anime or Manga with titles like "I died and was revived as a necromancer?!" Were like fake and they are not and are apparently relatively popular
#talkies#como que estas leyendo “morí y reviví como un paladin de nivel 1?!”#lee idk#berserk o junji ito#aparte que en esa misma historia kim de Corea del Norte aparece y es un personaje importante? por lo que me dijeron?#y me intentaron explicar el plot y la verdad yo ni en cuenta de lo que me estaban diciendo#osea se murio y revivio y se convirtió en un paladin de nivel 1#ok......#es como un isekai? me dicen si pero no#que cosas la verdad
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@aulovra ha dicho : # reencuentro .
le parece un momento extraño, de esos que al principio te dejan la piel helada solo para que segundos después, al instante, te hagan sentir que ardes con el corazón bailando violentamente en el pecho. al girarse, el rostro con el que se encuentra resulta dolorosamente familiar, a pesar de los años, piensa que quizá podría reconocerle donde fuera, con su porte distintivo y sus facciones agraciadas. dione luce como pasmada por existencia ajena, aunque ha sido ella quien se volvió un agente ajeno y extraño desdibujado de la realidad. los recuerdo desbordan con amargura, aunque reconoce, situación lleva algo de gracia, encontrárselo justo ahí, justo a él, de una forma tan casual, ella aun con el frasco de café entre los dedos y con las luces incandescentes de la tienda de conveniencia que delinean algo similar a un halo sobre sus coronillas. se pregunta, ¿ deidad se estará riendo de ella en ese momento?. hesitación que roba otro par de segundos en lo que cuerdas vocales se desentumen. “¿geonwu?” pronuncia como si no lo supiera ya, tirando la cabeza a un costado de pura inercia, comisura de sus labios que intentan curvarse en una sonrisa, aun si trata de contenerlo, aun si la tristeza el inunda el pecho.
#* dione quarshie / 𝖎𝖓𝖙𝖊𝖗𝖆𝖈𝖈𝖎𝖔𝖓𝖊𝖘 .#int. geonwu & dione#en mi mente; están en corea; pero pues; yo soy yo#estoy gritando; estoy riendo; estoy llorando; estoy... -muere-
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mi vida sería más fácil si me gustaran gays ficticios y no pseudo-homosexuales de la vida real
Chan llamando good boy a seungmin va traer un montón de petplay a la mesa... PERO NO DE MI SHIP
#Esto es sobre idols#Pero también sobre deportistas#Yo era más feliz antes de ver a Pierre haciendole ojitos de corazón a yuki#O a rodrigo bentancur lesionarse en el mundial o a sonny siendo amado por corea o a cuti abrazado a leo#O ese video de marco bezzecchi diciendo incredibol que me metió a este deporte de la muerteeee
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❃ 𝙱𝙰𝙸𝙻𝙰𝙽𝙳𝙾 𝙴𝙽𝚃𝚁𝙴 𝙻𝙾𝙱𝙾𝚂 - 𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 4 ❃
» Temática: SKZ híbridos x Oc (Lis) » Género: Poly, fantasía, OMEGAVERSE » Warnings: Fluff, smut con historia, angst, tensión sexual, sexo, degradación, dinámica A/B/O explícita, dom/sub, sado, amor, entre otros. » Warning de CAPÍTULO: Menciones a comida, menciones a ansiedad (Han). Si me dejo algo me lo decis. » Tipo: Serie. » Palabras: 3.720.
» Masterlist « | Anterior | Capítulo 5
El resto de días antes del regreso de los miembros fueron como la seda a partir de esa noche. Las veces que Hyunjin salía de la habitación se las pasaba en la de Lis siempre que esta estuviera trabajando. Si no, ambos se quedaban hasta la madrugada hablando en el sofá o simplemente viendo la televisión sin necesidad de compartir nada.
Hyunjin no lo admitiría tan pronto, pero lo cierto es que estar en aquella habitación con su nueva mánager le producía tranquilidad, como si fuera un refugio a todos sus problemas. Así lo había decidido su lobo, quien estaba incluso más intrigado por la muchacha un año mayor que él. Como siempre, seguiría sus instintos hasta el final. Al fin y al cabo...
Habían encajado demasiado bien.
Era como si se conocieran de mucho antes, algo parecido a lo que había sentido Lis el primer día de hablar con Felix, o al volver a ver a Seungmin. Y le resultaba... Extraña la familiaridad. Hyunjin incluso se había tomado la confianza de aproximarse a ella y depositar la cabeza en el hueco de su hombro cuando cocinaba algo, o de estirar las piernas encima de los muslos de ésta si estaban en el sofá.
No es que le molestara, al contrario. Si de esta forma estaba más tranquilo... Ella también lo estaba. Fue el día anterior a que los chicos cogieran el vuelo a Corea que conoció a Han.
Con Hyunjin estirado en su cama detrás jugando a un ruidoso juego de móvil, escuchó a alguien golpear con los nudillos la puerta de la habitación. El bailarín y Lis se miraron, confusos. Era imposible que hubieran llegado ya, ¿no?
— Adelante. —dijo la chica, insegura.
La puerta se abrió lentamente, y de ella emergió una cabeza castaña llena de rizos que le oscurecían la vista. Llevaba una sudadera verde y unos pantalones negros de pijama. Con la actitud tímida con la que entró, parecía incluso más pequeño de lo que realmente era.
— Disculpad las molestias. —musitó. Sus ojos redondos estaban un poco apagados y profundas ojeras violáceas se los enmarcaban—. Soy Han, Han Jisung. Hyunjin me ha hablado muy bien de ti y quería presentarme como es debido una vez estuviera recuperado.
— Oh. —Lis se levantó e hizo una pequeña reverencia—. Lis. Encantada de conocerte.
Jisung asintió con una sonrisa en el rostro, aún sin mirarla del todo.
— Ah... Hyunjin. —se dirigió a él—. Tengo como veinte camisas oversize. ¿Adónde han ido a parar?
— Cinco me las he puesto yo estos días. —contestó desde su privilegiado sitio en la cama—. Tres de ellas han acabado echas trizas y el resto están por lavar. ¿No tienes más?
Han negó.
— ¿Necesitas camisetas holgadas? —quiso saber ella, incorporándose de nuevo.
— Sí. La mayoría de miembros se han llevado la ropa a Japón y... Aún no he hecho la mudanza total a esta nueva casa. Las cajas con mi ropa siguen en el anterior piso.
— Espera.
Lis fue hacia su armario y Han la siguió, alarmado.
— N-No, ¡no! Está bien, tengo la sudadera, puedo aguantar hasta que se laven las camisetas...
— No seas ridículo. No me cuesta nada. —abrió los cajones, con especial cuidado de no mostrar el que escondía los supresores. Tenía cientos de camisas grandes, suficientes como para vivir de ellas un mes entero, por ponerlo de alguna manera. Al fin encontró la que buscaba: Una de color cerezo con una frase motivacional que decía: "¡Abrazos gratis! Es broma, no me toques."—. Aquí está. Es mi camiseta favorita así que cuídala bien, ¿vale?
Al leerla, Han soltó una carcajada, iluminando de forma inmediata el rostro de Hyunjin. Hacía mucho que no oía la risa de su amigo, y el cariño que empezaba a sentir por la nueva mánager incrementó con ese sencillo gesto.
— Con permiso. —dijo Jisung, quitándose la sudadera y revelando la piel desnuda.
Lis tardó unos largos segundos en desviar la vista, y cuando lo hizo, ya era demasiado tarde. Había visto los rasguños y moretones en el delgado torso del chico, signo de lo que había ocurrido durante el celo. Estaba convencida de que no le había importado que Hyunjin lo arañara mientras hacía con su cuerpo lo que se esperaba que hiciera, cómo habría gritado de placer bajo las uñas que le acariciaban los costados... Cómo ella misma habría gritado de haber estado en su lugar.
Bajó la cabeza y tragó saliva. Dios, sentía la boca seca y un doloroso fuego crepitando en su entrepierna. Al bailarín no le pasaron desapercibidas las mejillas sonrosadas y la expresión de deseo. Contuvo una medio sonrisa.
— Acabas de perder para siempre tu "camiseta favorita". Ahora le pertenece. —comentó. Lis sonrió.
— Mientras me la cuide...
La camiseta le quedaba grande, como era de esperar, y la reacción satisfecha del quokka era más que compensación. Sin embargo, en cuanto olió el tejido puso mala cara.
— ¿Qué ocurre? —farfulló Lis, nerviosa—. ¿Huele mal?
— No, es que no huele más que a suavizante de ropa. Hay un leve deje de tu olor, pero... me falta algo más. Supongo que es típico de humanos. No he dicho nada. Ah, una cosa... —le acunó las manos entre las suyas en un apretón amistoso—. Gracias por la comida de estos días. Estaba todo delicioso.
Lis se sonrojó. Era demasiado precioso, por dentro y por fuera. Lo único que se le ocurrió hacer fue ponerle una de las manos en la cabeza y despeinarlo.
— No hay de qué. Has debido de pasarlo muy mal, ¿no?
— Un... poco.
— Me hago una idea. Tómate todo el tiempo que necesites para recuperarte, sin prisa. Yo me encargo del papeleo y demás.
Han tenía ganas de llorar. Echaba de menos a Jung Han por lo buen mánager que había sido, pero jamás lo habían incluido en ninguna actividad íntima de la manada, ni le hubiera contado todo lo que les pasaba por la cabeza a nivel personal.
Quizá fueran sus ojos claros y directos, o puede que la forma en que le hablaba lo que le estaba diciendo a gritos que podía fiarse de ella para lo que fuera. Había sido un clic automático en el rompecabezas de su vida.
Así era la intensidad y la rapidez con la que podía sentir un híbrido de lobo.
Un suave ronroneo le emergió del pecho. Cerró los ojos, dejándose llevar por la caricia. Luego, inclinó la cabeza y se apoyó en el hueco del hombro de la muchacha. Su olor a melocotón y naranja le invadió las fosas, y tuvo que contenerse para no dejarse llevar y exponer su naturaleza.
— ¿Podría...? ¿Podría quedarme aquí un rato? Me gustaría tener compañía. —pidió en un susurro.
Lis dejó escapar una pequeña risita.
— Como si estuvieras en tu habitación. —lo llevó al lado de Hyunjin, y este lo abrazó tiernamente, haciendo que descansara sobre su pecho.
El bailarín la miró un segundo.
— ¿Quieres unirte? —señaló el espacio en la gran cama al otro lado. Lis sacudió la cabeza.
— No, tranquilo. Aún tengo que terminar algunas cosas. —se volvió a sentar en la silla, y tras echarles un rápido vistazo y ver que no había ningún tipo de ansiedad en el ambiente, se dedicó a lo suyo como mánager.
Si tenía que llamar a Jung Han, lo había hecho fuera de allí, en el pasillo. Al cabo de las horas, el móvil de Hyunjin había resbalado hasta el suelo, evidenciando que ambos chicos se habían quedado dormidos. Ya bien entrada la tarde, Lis apagó el ordenador y buscó una manta con la que taparlos.
Iba a hacer cena para que, cuando salieran de esa larga siesta, pudieran llenarse el estómago como es debido.
— ¡YA ESTAMOS AQUÍ! —gritó Changbin desde la puerta. Felix y I.N se taparon las orejas, molestos, mientras que una risa escapó de la boca de Chan. Lee Know y Seungmin lo ignoraron, empujando las maletas hacia el interior de la vivienda. Ellos dos y el líder del grupo fueron los primeros que vieron lo que se cocía delante de la televisión.
— Una semana. —gruñó Minho—. ¿Una semana sin nosotros habéis tardado en acostumbraros a ella? ¿En serio?
A cada lado de Lis y bien espachurrados estaban Hyunjin y Han. En el centro, un gran bol de palomitas saladas y dulces completaba el encuadre. Jisung miró a Minho hinchando los mofletes y los señaló acusatoriamente.
— ¡Al menos nos trata mejor que muchos de vosotros!
— ¿Hay palomitas? ¡Yo quiero! —Felix saltó a la falda de Hyunjin y este aprovechó para rodearle la cintura y depositarle un suave beso en el cuello.
— Bienvenido de vuelta. —le murmuró al oído, arrancándole un escalofrío.
Chan se apoyó en el respaldo del sofá, alargando un brazo para conseguir atrapar una palomita salada, al tiempo que Han jugaba a acertar tirarle una en la boca a Changbin, fallando varias veces. Minho, por supuesto, se quejaba de lo mucho que iba a tener que barrer después, y amenazó con meterlos en la freidora.
Todos parecían estar pasándoselo bien. Todos, excepto I.N y Seungmin. Si bien la sonrisa del maknae parecía tranquila y jovial, el aura que desprendía decía otra cosa.
No podían aceptar a una humana en la manada. Era antinatural. Los humanos eran una especie reducida, casi en peligro de extinción. El hecho de que alguien de una "especie" diferente se involucrara con ellos llegaba al punto del tabú, y nadie parecía querer darse cuenta.
Seungmin lo notó, pero no dijo nada. Sabía lo que estaba pensando porque sería lo mismo que pensaría él de no conocer la verdad. Pese a ello, dudaba que la aceptara incluso al revelarse que era una beta. Por supuesto, sus labios estaban sellados. Respetar las decisiones de su amiga era su máxima prioridad.
Y no quería hacerla pasar por la negación de un alfa. A pesar de haber dos más en la manada, solo con que uno de los tres dijera que no, podría provocar que Lis cayera en estado de "subdrop".
No quería presenciarlo más. Había tenido suficiente con la falsa expulsión de Felix y Lee Know y el revuelo que esto había causado. El subdrop les había pegado tan fuerte que el mismísimo Chan estuvo a nada de caer con ellos. Temía que su amiga se hiciera ilusiones para luego acabar con el corazón roto... Más de lo que ya lo tenía.
— Hoy cocino yo. —dijo Minho, serio.
— ¿Eh?
Lis apartó lentamente las manos del cazo que pretendía llenar con agua cuando el bailarín principal entró como una exhalación en la cocina y la miró con cara de pocos amigos. ¿Cómo se había dado cuenta de sus intenciones si hasta hacía no mucho estaba encerrado en su cuarto? Empezaba a pensar que más que un lobo, era un gato con un oído finísimo.
— Que hoy cocino yo. Ya has hecho bastante.
La chica no entendió a lo que se refería y lo tomó como una reprimenda. Se apartó el pelo de la cara y, bajando la cabeza, empezó a juguetear con los anillos de la mano izquierda.
— ¿Tan mal sabe lo que hago? —musitó Lis por lo bajo.
Minho la miró, confundido y negó.
— La comida que haces es estupenda para ser extranjera. No obstante, la cocina es mi espacio, es lo que yo suelo hacer. Y agradezco que me tomaras el relevo y que hayas cuidado de Hannie y de Jinnie, pero ahora es mi turno.
— Tu turno de cuidarlos.
— Mi turno de cuidaros. —puntualizó.
Tres semanas pasaron. Estaba convencida de que Minho tenía mucho que decir contra ella... Todo infundado al parecer. Las mejillas se le colorearon de rosa y sonrió, sintiéndose bien de ser incluida.
— Gracias.
Significaba mucho para ella, aunque fuera extraño y su cuerpo demostrara la incomodidad. Minho se dio cuenta, no necesitaba ni olerla.
— Estás tensa.
— Estoy bien.
— Y un cuerno.
Se miraron. Minho con su usual semblante impasible se cruzó de brazos en silencio. La chica era preciosa, tenía que admitirlo. Algo en su estómago revoloteaba como loco alrededor de la persona que tenía delante. ¿Su estómago o su lobo interior? Más bien el segundo. Cuando más la miraba, más ronroneaba el pecho del híbrido.
Lis se acercó a su rostro con los ojos entrecerrados a modo de desafío y el bailarín resistió la tentación de apartarse, impresionado. Esperaba que no notara el calor que desprendía ni lo rojas que sentía las puntas de las orejas.
Por su parte, Lis frunció el ceño y se cruzó de brazos. Luego suspiró y se relajó.
— Agradezco tu preocupación, Minho. —dijo—. Solo estoy cansada. Haz mucho arroz, ¿vale? Pondré la mesa y llamaré a los chicos en cuanto esté hecho todo.
El chico asintió, concentrándose en su trabajo. Esa chica iba a ser su perdición.
No pasó ni un minuto desde que se sentó en el sofá tras haber puesto los palillos metálicos y los vasos en la mesa que oyó unos pasos y de pronto tenía a un Felix soñoliento estirándosele encima. Era el primer día que tenían libre al completo en meses.
Apoyó la cabeza rubia en el regazo de la muchacha y la miró con ojos grandes e inquisitivos. Dios, podría perderse cada día en esos orbes castaños, en las pequitas que le adornaban las mejillas sonrosadas.
Echó la cabeza hacia atrás tratando de controlar el ritmo de su corazón, pero se entretuvo en acariciarle el pelo distraídamente.
— Eres cálida. —le dijo el chico de pronto, girándose y apretando la cara contra su cuerpo—. Me gustas.
— Felix...
— ¿Qué? Que no seas híbrida ni de la manada no significa que no puedas caerme bien a nivel personal. Los demás chicos piensan lo mismo, pese a que algunos no quieran admitirlo. No es como si fuéramos a cortejarte ni nada por el estilo, ¿no? Podemos quererte, igual que queríamos al mánager Jung Han. Salvo que con él no teníamos ningún tipo de intimidad física.
— ¿Y conmigo sí crees poder tenerla?
El chico se dio cuenta de su metedura de pata, porque la vergüenza le encendió las mejillas.
— No era lo que... No quería decir eso. —balbuceó—. Quiero decir, somos un grupo poliamoroso. Sería cruel e irrespetuoso privar a nadie de nuestra compañía si es recíproco, aunque... Eh... Dios, cada vez la estoy liando más...
Lis suspiró, volviendo a mirarlo. Sería tan sencillo decirle que sí, desinhibirse y dar rienda suelta a sus instintos... Le quitó un par de cabellos de la frente y le rozó los labios con las yemas de los dedos. Felix se quedó muy quieto con la boca entreabierta y el corazón latiéndole con fuerza contra las costillas. Solo había sido un roce y necesitaba más.
— ¿Sabes? Mi madre era gamma. —soltó antes de poder callarse. ¿A qué venía eso? Lis... ¡Tú tapadera! —. Y-Y mi padre es humano. —mintió—. Mi madre murió durante el parto por complicaciones. Mi padre no me lo llegó a perdonar. No he tenido demasiado afecto en mi infancia.
Felix ladeó la cabeza, confuso.
— ¿Adónde quieres ir a parar...?
— Sé que para ti la intimidad física es muy importante para conocer a la otra persona, y no hablo solo del sexo. Tú necesitas abrazar para sentirte seguro de lo que sienten los demás, y eso es precioso. Es más, estoy segura de que estás intentando impregnarme de tu olor a fin de hacerme sentir como en casa... Pero no puedes. Al menos no ahora. —tragó saliva y siguió—. Si algo he aprendido estando con vosotros es que jamás os sentiréis completos conmigo... Ni aunque fuera híbrida.
El chico se incorporó, quedando a escasos centímetros de su cara. Solo le llevaría una breve inclinación de cabeza para besarlo si quisiera. Porque no quería, ¿verdad?
— ¿Quién te ha hecho eso? —preguntó.
Lis se removió, incómoda.
— ¿Quién ha hecho qué?
— Hacerte sentir así. Pensar que no eres suficiente. ¿Tu padre?
— Déjalo, Lix.
Por suerte, Minho emergió de la cocina y los vio juntos. Demasiado juntos.
— ¡A comer! —gritó, sobresaltándolos.
— ¡Ah, sí! Se me olvidó que tengo que avisar a la tropa. —No iba a desaprovechar la oportunidad que se le había brindado. Saltó del sofá y comenzó a subir escaleras, dejando a un Felix sentado allí, solo y con cara triste.
El omega tenía un nuevo desafío personal: Hacer que se sintiera amada, costara lo que costase.
La chica llamó a la primera puerta. No recibió respuesta, por lo que abrió la manilla y metió la cabeza por el hueco. I.N tenía los auriculares puestos, pero se los quitó para mirarla en una silenciosa interrogación.
— Minho está llamando a comer. —le dijo únicamente antes de volver a cerrar la puerta.
De todos, el maknae del grupo era el único con el que aún no se sentía cómoda completamente. No por ella, porque saben los cielos que había intentado conversar con él en más de una ocasión, sobretodo en las horas de la comida, y a pesar de su sonrisa, I.N le había contestado con monosílabos y frases que no podían derivar en una plática entera a menos que hubiera más gente alrededor. Era frustrante.
Uno a uno los llamó y salieron de sus habitaciones —algunos juntos, y no quiso saber por qué—, así que ya sentados en la mesa comieron en una charla animada la sopa de costillas, el ramen y el arroz que había preparado el primer beta del grupo. Minho le había hecho caso: Había MUCHO arroz.
— Comes bien. —la admiró Changbin, encandilado por la velocidad y la cantidad que era capaz de engullir—. No pareces tenerles miedo a las calorías.
— Soy una pila alcalina. —le explicó Lis con la boca llena, ganándose una pequeña mirada de disgusto de Chan. Tragó lo que le quedaba y prosiguió—. Antes de llegar al estómago ya lo he quemado.
— Quién lo diría, cuando te pasas los días en tu habitación frente al ordenador con cientos de cosas que hacer por nosotros. —se mofó Hyunjin.
— Eh, el cerebro necesita comer también.
— ¡Eres de las mías! —exclamó el rapero, contento. Ambos chocaron puños al más puro estilo "bro".
— Eso me recuerda... Chicos. La semana que viene bailáis en MCountdown. Estoy intentando conseguir un par de coches de lunas tintadas para entonces, pero si no lo consiguiera, ¿os importaría compartir uno de nueve plazas?
— En absoluto —dijo Chan—. Gracias por el esfuerzo que haces. Espero que la paga sea adecuada.
— ¿Adecuada? Chris. —le agarró las manos, seria—. En un trabajo normal, tendría que ahorrar el 85% de mi sueldo y no comer en doce meses para lograr llegar a lo que voy a cobrar en un mes. Créeme, es más que suficiente.
— ¿Dónde vivías antes? —Han se había llenado las mejillas de comida y la pregunta sonó extraña.
— En un goshiwon. Estando a media jornada es casi imposible pagarse una casa más grande. Podría haberlo hecho, pero... —era su único refugio. Pequeño y privado—. Con este trabajo...
— Podrías comprarte una casa, con el tiempo. —sugirió Seungmin—. Ya sabes, lejos de aquí, a salvo de un grupo de ocho hombres con las feromonas de un adolescente hormonado.
— ¡Oye! —gruñó Hyunjin, juzgándolo con la mirada—. No es como si estuviéramos tan desesperados.
— Ah, ¿no? —se giró hacia él arqueando una ceja—. Eso no es lo que me pareció ayer noche.
El chico soltó una exclamación ahogada y la punta de las orejas se le pusieron rojas de la vergüenza. Algunos se rieron ante su actitud nerviosa y otros como Changbin se quejaron porque no lo habían invitado a la "fiesta".
Sintió a Felix llamándola con un pequeño toque en el hombro.
— Oye, Lis... No te vas a ir, ¿no? —preguntó, bajito. Parecía... ansioso. Al otro lado de él, Han escuchaba atentamente a pesar de simular estar centrado en la comida—. Quiero decir... No se está tan mal aquí, ¿verdad?
La chica sonrió.
— ¿Con lo que me ha costado venir? Ni de broma. —lo tranquilizó—. Vais a tener que aguantarme bastante tiempo, ¿sabes? Siempre que me queráis aquí, por supuesto. Esta es vuestra casa.
El sonido de los cubiertos contra los platos los sobresaltó. Vieron a I.N con una expresión indescifrable en el rostro, —y una oscura sonrisa plastificada en la boca—, levantarse de la mesa y marcharse sin mediar palabra. Sus pasos se hicieron eco a medida que subía las escaleras, y Lis reprimió un escalofrío cuando la puerta de su habitación se cerró de un portazo. Apenas había tocado la comida.
— ¡Jeongin-ah! ¡Oye! ¡Eso ha sido horrible de tu parte! —gritó Changbin, molesto. Minho le palmeó el dorso de la mano para que parara de gritar.
— Déjalo en paz. Tiene sus motivos para estar así.
— ¿He... hecho algo mal? —Lis dejó los palillos, afligida. Chan negó efusivamente.
— Para nada. —le aseguró—. Solo que éramos cercanos al mánager Jung Han y, en fin. —se rascó la cabeza—. Son muchos cambios en las últimas semanas. Pero no tenemos ningún problema contigo, ¿a que no?
Algunos verbalizaron el estar de acuerdo, mientras que otros lo hicieron con gestos. Sin embargo, la semilla de la duda se había instalado en le corazón de la muchacha.
¿Había hecho bien aceptando este trabajo?
TAGLIST: @hwangrfrnd
© LUNEARTA, 2024. 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢.
#han jisung#lee know#changbin#bangchan#fanfic#skz#stray kids#skz stay#skz x reader#abo dynamics#stray kids omegaverse#omegaverse#abo#skz fanfic#fanfiction#fanfic writing#skz chan#skz smut
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cada vez que me aparece un tik tok de no se corea del sur siempre es una persona comprando un vaso de plástico con hielo y esta envasado en plástico y después te compras un sorbete de plástico y un sachesito de sabor (el sachet es de plástico) y lo abris todo metes el contenido en el vaso le metes el sorbete y después cuando terminas tenes medio tachito de oficina lleno de plástico pero el primer mundo me rompe las pelotas A MI, una chica de bien que se compra ropa nueva cuando la anterior se deshace en mis manos que uso bolsa de tela y compro la coca retornable de VIDRIO y me tengo que bancar los peores sorbetes de cartón de todo el cono sur, que deje de contaminar tanto. yo no me merezco esto entendés
-si eeee dame un doble cuarto de libra
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En Estados Unidos no se hasta que punto zafaron, veo que mucha gente casualmente menciona turnos de trabajo de 12 horas, o un segundo trabajo solo para pagar el alquiler. En Japón y Corea del Sur se ve que también, en servers de discord he notado muchas quejas de que "todo sube menos mi sueldo". En particular el incremento más mencionado que veo es el alquiler.
Cada vez leo más y más de eso. Lo que más me sorprende es justamente lo difícil que es poder tener un espacio, pasaron de que era posible tener una casa propia con cualquier trabajo a tener que alquilar entre media docena de desconocidos en menos de dos décadas. Y apenas exagero. Acá también está terrible (y peor con Milei), pero el hecho de que cambió tan rápido en EEUU es increíble.
Otra cosa que me sorprende es que los edificios en las ciudades, justamente, fueron construidos para tener más espacio vertical para vivir y trabajar. Ahora casi todos los edificios nuevos que se construyen son para apartamentos de lujo e "inversiones", o sea, penthouses y cosas así donde nadie vive y no sirven para nada. Es una crisis terrible, yo creo que va a ser una de las primeras cosas en estallar.
Y Corea del Sur es uno de los países con la peor explotación laboral del planeta. Incluso Japón parece estar mejor en ese aspecto, escucho cosas como jornadas laborales de trabajo y de estudio de 20 horas (cuando sumás horas extras y demandas extra-laborales de tu jefe o empresa). No hay manera de que puedas llevar una vida normal con la demanda de estudio y trabajo que se espera allá. No sé hasta cuanto va a aguantar ese país.
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Sé que técnicamente no son canciones oficiales de los mundiales, pero yo siempre pienso en "Que el fútbol no pare" para Corea-Japón y en Hips dont lie (por qué Shakira se presentó ahí???) para Alemania 2006 😂😂😂
Yo de chiquita también pensaba que hips don't lie era canción de mundial
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Carta para desahogarse de un estudiante adolescente: Puede que no leas esto, pero tengo que desahogarme. Hoy estaba sentado en el comedor de mi liceo, cuando se me acerco un amigo con otro niño que no conocía, se sentaron al lado mío a comer, con mi amigo hablamos de algunos temas, cuando el otro estúpido, vio pasar a una niña y le dijo “hola, de que zoológico te escapaste fea?”, mi amigo se rio junto a él, cuando yo mire a la chica vi que ella solo reacciono dejando su almuerzo en la mesa y a irse del lugar, en ese momento mire a mi amigo con cara de “de que mierda te ríes?” y el paro de reír, no así el otro imbécil. Seguí a la chica y ella iba llorando por el pasillo, la tome del brazo y la abrace, sin conocerla, solo la abrace, ella lloro como por más de 10 minutos seguidos, yo solo la abrazaba, todos los que pasaban por el lugar la miraban llorar, y yo solo le repetía lo mismo “eres hermosa , no dejes que ese estúpido te diga lo contrario , vales mil veces más que él, y te lo dejo demostrado con la mierda que te dijo”, entre los llantos me dijo que no era primera vez que le decían fea, ya sea porque no tenía el físico perfecto o por cualquier otro aspecto de su cuerpo. Yo la vi muy mal y le pedí el número de su mama para llamarla y que la fuera a retirar, ella me pidió por favor que no le contara lo sucedido, y entonces solo le dije a su madre que su hija Francisca se sentía mal, le dolía la cabeza y el estómago. Espere hasta que llegara su madre y francisca se fue. Fui a buscar a mi amigo y estaba con el otro tarado, agarre al imbécil de los hombros y lo empuje hacia la pared, y el muy machito tiene el valor para decirle a una mujer fea , pero no para defenderse, solo decía “perdón”, “solo era una broma”, “a la chica se olvidara”, “luego se le pasa” y cuando dijo “hay que ser honestos con ellas, y era fea” , nunca en mi vida había golpeado a alguien, tampoco pensé que lo llegaría hacer, pero ese momento fue la primera vez, mi amigo o bueno, el que creía mi amigo, fue a llamar a la inspectora por que el cobarde se puso a llorar, y aquí estoy , suspendido por 2 semanas, pero y es que no entienden? no entienden lo que vale una mujer? no saben que sin ellas no seriamos nada? no hay mujeres feas, no existen, la belleza esta en los diferentes tipos de gustos, o personas, yo a Francisca la encontré hermosa, no me arrepentiré nunca de haberle pegado a ese maricón, se que los golpes no son la solución, pero de que otra forma querías que entendiera? si un hombre que le dice “fea” a una mujer es un animal, y los animales tienen capacidad de razonamiento?. Maricones no son solo los que lastiman físicamente a una mujer, también son los que las lastiman psicológicamente. ¡HOMBRES ENTIENDAN!, se han puesto a pensar que su madre es una mujer? como te sentirías si le dijeran fea a tu mama? que sería del mundo si las mujeres desaparecieran? pedirías perdón si es que alguna vez trataste mal a una, ahí te harían falta, te haría falta un cuerpo diferente al tuyo, maneras y personalidades distintas, te haría falta la compañía y belleza de la mujer, porque no las aprovechas ahora que están? por qué no respetas a cada una de ellas? que importa si sean de África, Estados Unidos, Corea, que importa si son lesbianas, bisexuales, gorditas o flacas, que importa si son “raras” , diferentes, tímidas, da lo mismo, SON TODAS HERMOSAS Y SON TODAS MUJERES, SIN ELLAS LOS HOMBRES NO SERIAMOS NADA. y mujeres, no se dejen sentir mal por una estupidez que le digan, si te dice un hombre, fea, ese estúpido no tiene ni el 0,0000001% de la capacidad mental que tienes tú, ni la capacidad de razonamiento que tienes tú, y mucho menos el valor que tienes tú, MUJER QUIERETE, ASÍ COMO ERES. gracias por leer:
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Seúl, Corea del Sur. 2017. Carta para Sunho.
Sunho,
No sé cómo comenzar esta carta, así que iré directo al grano: me gustas.
De haber podido evitarlo, lo habría hecho. Cuando me di cuenta de lo que sentía, ya era muy tarde.
Verás, nunca me ha gustado nadie antes, así que no supe identificarlo fácilmente, y creo que intenté ignorarlo de todas las formas que pude, pensando que si me enfocaba en otras cosas, dejaría de pensar en ti. Me di cuenta de que no es tan fácil. Aún si trato de ocupar mi mente con cualquier cosa, siempre terminas en mis pensamientos. Es un poco molesto, a decir verdad.
Estoy acostumbrada a estar sola. Creo que tú eres la primera persona que se acerca a mí por voluntad propia, sin intenciones de querer algo de mí, como la tarea, o ayuda para estudiar. Quizás por eso fui grosera contigo al inicio, porque pensé que solo querías hablarme por conveniencia… Imaginarás mi sorpresa cuando descubrí que genuinamente te caía bien.
¿Será muy tarde para disculparme por eso? Creo que nunca te pedí disculpas por haber sido tan fría cuando te conocí. Te lancé mi bebida cuando me hizo enojar tu insistencia en querer conocerme, y aún así no hice que te alejaras.
Lo siento, Sunho. No te comprendía, y creo que aún no consigo hacerlo del todo.
Ahora quiero disculparme una vez más por enamorarme de mi primer amigo. Sé que no te gusto, pero está bien. Sería egoísta pedirte que, de pronto, dejes de pensar en mí como una amiga, y me veas de otra forma.
Está bien, porque nunca leerás esto, y yo aprenderé a vivir hasta que el sentimiento desaparezca, eventualmente.
— Injoo.
#llegué Tarde a esto pero BUENO decidí hacerlo igual pa entenderla mejor en Otros Aspectos 👍#si mis cálculos no me fallan injoo deberia tener uhh 23 años aprox#archivo.
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jimin sale de ny graba en vuelo para ays?! el 17jul2023 y regresa a corea de eua nyc
jimin viaja a eua ny 12jul 2023 regresa el 18jul.2023
Are You Sure?! PHOTOBOOK Behind in USA🗽 Jeju🏝️ Sapporo⛄️
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dije q se queden quietos ghana 🔪🔪
corea te luciste
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Traducción
Ambos dicen hola
Ellos descubren su historia de amor
Luke dice es una mezcla entre cuento de hagas con una pizca de realidad que pone bridgerton y Yerin dice es prismático porque es un toque de luz y arcoiris y Luke responde es hermoso lo dijiste mejor que yo y sonríen juntos
Ella dice que se sintió diferente cuando se probó vestuario bridgerton y se sintió honrada pertenecer a lo que la gente ama
Luego ella comento como supo que ganó el papel y estaba en una cafetería en corea en la ciudad de gagnam con su madre y su madre al salir de allí al verla saltar de alegría lo supo y le dije debemos volver a casa me ha dado una indigestión y se ríen. Luego comento como se enteró su mejor amiga y que se sentía honrada por tener a su lado gente que la ama y la apoya y pertener a bridgerton una familia y Luke dice nuestra ahora es nuestra familia y sonríen
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Te lo mereces
Fantastic Four: Life Story #4 Mark Russell (Guionista), Sean Izaakse (Dibujante)
— Bartender: Qué elegante. ¿Vas a un funeral? — Ben Grimm: Cita a ciegas. — Alicia Masters: ¿Eres… Ben? Soy Alicia. — Bartender: Vaya, lo decías en serio. — Alicia Masters: Vaya. Esa no la había oído nunca. — Ben Grimm: Lo siento, es un imbécil. Un amigo, pero imbécil. — Alicia Masters: Bueno, un amigo no es más que un extraño al que aún no has ofendido. ¿Me invitas una copa, Rocky? — Bartender: Esta me cae bien. Invita la casa.
— Alicia Masters: ¿Así que cabreaste a un montón de adolescentes en Internet? — Ben Grimm: Oye, que Internet tenía como una semana de vida, pero sí, fue un error. Como tirarle una piedra a un mono. — Ben Grimm: ¡Tenías razón, Doc! ¡Las computadoras son increíbles!
— Ben Grimm: «¿Alguna vez has sentido que acabas de conocer a alguien que conoces de toda la vida? Yo, tampoco… hasta esa noche. Nos quedamos allí durante horas, hablando. Me fui a casa sintiéndome como si me hubiera tocado la lotería. Casi había olvidado qué era sentirse feliz. Sentirse humano. Y eso me preocupaba. Había sido una cosa durante tanto tiempo… que nada de aquello me parecía real. No tenía claro si me daba miedo sufrir o perder el dolor… pero, durante un tiempo, dejé de llamarla»
— Alicia Masters: ¿No podemos al menos hablarlo? — Ben Grimm: Vale, nos vemos allí. Hay algo que creo que deberías saber.
— Ben Grimm: Me ocurrió algo. Cuando era piloto en la Guerra de Corea. Íbamos en misiones de vuelo sobre territorio ocupado, bombardeando las líneas de suministro enemigas. Lo que no nos dijeran era que esas líneas solían pasar por pueblos. Civiles. Eran demasiado educados para decirnos qué bombardeábamos en realidad. Serví con algunos buenos tipos. Los fines de semana, solíamos ir a un orfanato cercano. Tony y yo llevábamos caramelos a los huérfanos. Jugábamos con ellos un rato. Para hacerles sentir que todo iría bien. Y quizá, sentirnos nosotros también así. Un día había niños nuevos, todos vendados y rotos. De repente, aquel lugar parecía un hospital. Cuando pregunté qué ocurría, el tipo que dirigía el orfanato me dijo que los críos eran de un pueblo cercano al frente. Cuando regresé a la base, busqué el pueblo en el mapa. Descubrí lo que ya sabía, pero no quería admitir. Era uno de los lugares que acabábamos de bombardear. Uno de los lugares que yo acababa de bombardear.
— Alicia Masters: Pero no fue culpa tuya, no lo sabías. — Ben Grimm: Ya, así es cómo se montan las guerras: un montón de masacres que no son culpa de nadie.
— Ben Grimm: Los niños no sabían quién los había bombardeado, y yo jamás se lo dije, aunque nunca fue igual que antes. Cuando me di cuenta de que todos los niños tenían que comer algo que llamaban - siendo muy generosos - sopa, hablé con el tipo a cargo. Dijo que, para cubrir la cantidad adicional, el orfanato había tenido que reducir la comida de todos a la mitad. Los críos me adoraban. Y fui lo peor que les había ocurrido jamás. Era una guerra, explicaban. En la guerra, todos tienen un deber y nadie, responsabilidad. Pero seguíamos siendo personas. Y que Dios me ayude. Decidí actuar como una. Al día siguiente, me sometieron a consejo de guerra. Licenciado sin honores. No volví a ver a aquellos chicos.
— Ben Grimm: Sigo sin saber qué esperaba encontrar aquel día. ¿Redención? No pude compensar ni de lejos lo que les había hecho, así que ¿quién soy para ser feliz? — Alicia Masters: Oye, no puedo decirte qué sentir por mí, ni por tu pasado, pero sí que sé una cosa: hagamos lo que hagamos, nos convirtamos en quienes nos convirtamos, dentro de nosotros sigue habiendo una persona. Y nuestro trabajo es encontrarla.
— Ben Grimm: Nunca le había contado esa historia a nadie, ¿sabes? — Alicia Masters: Ben, lo único que sé es que hay tan poca alegría y amor en el mundo que, cuando tienes la suerte de encontrar un poco… no deberías convencerte de que no te lo mereces. A veces, lo que más miedo da de enamorarse… es sentir que lo mereces. Pero te lo mereces, ¿sabes? Tú y yo.
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» Temática: Hyunjin x afab!Lectora » Rating: SMUT ❗❗ (con plot) » Warning: Tercera persona, Angst, menciones de ruptura (la lectora estaba en una relación anterior), menciones de genitales de manera sutil, oral (ella recibe), p en v, hurt/confort, fluff muy cariñoso, si me olvido de algo, decídmelo. » Tipo: One-Shot » Premisa: Hyunjin consuela a su mejor amiga después de una ruptura. Ella ha estado en una relación durante dos años, pero al parecer, para su ex no era suficiente. Así que, tras la segunda vez que quedan para darle todas las cosas que tenía en su casa, Hyunjin la encuentra en el balcón, sufriendo sola.
Palabras: 3.421. | Masterlist
𝗠𝗔𝗥𝗜𝗣𝗢𝗦𝗔𝗦
Hyunjin tocó la puerta de su habitación dos veces. En ninguna obtuvo respuesta, pero sabía que debía entrar. Movió el pomo y se sorprendió al ver que el pestillo no estaba echado. Lentamente entró en la estancia: Nadie. La cama estaba vacía, y la bolsa de la chica descansaba encima. Los zapatos, desperdigados a un lado de la habitación y el cuaderno de exámenes se fusionaban en el suelo en una mezcla extraña de cuero y hojas.
Un movimiento fuera llamó su atención, y vio el hombro de la muchacha sobresalir a través de la ventana del balcón. Estaba encogida sobre sí misma.
El chico se acercó y, abriendo la puerta corredera, también salió al exterior. No hacía especial frío, pero la brisa era molesta. Ella ni siquiera levantó la cabeza más que para echarle un rápido vistazo, aunque se había puesto tensa.
— ¿Cómo estás? —le preguntó, distraído. Tampoco quería invadir su privacidad, pero… estaba seguro de que necesitaría a alguien con quien hablar. Y dado que se habían vuelto cercanos en poco tiempo, ¿qué mejor opción que su nuevo mejor amigo Hyunjin?
— ¿Tú qué crees? —contraatacó, mordaz—. Me han dejado, y la segunda vez que he tenido que hablar con él para que me devolviera las cosas, me ha dicho… —bajó la voz, triste—. Me ha dicho muchas cosas horribles. Yo creía… Yo creía que realmente me quería. Me vine aquí por él, para que tuviéramos un futuro juntos y ahora me desprecia como si nada. Como si no fuera nadie.
Hyunjin se acercó un poco más a ella, a fin de transmitirle un poco de seguridad. No era propio de él comportarse así, acercarse tanto, mas no le importó.
— Cuando tienes unas expectativas, suelen romperlas de la peor manera posible. —Hyunjin jugueteó con un hilo de la manga de la chica distraído—. Y más gente como Jigeum. No supo valorarte, y gente como él, que engaña, miente, tergiversa y manipula no tiene cabida en esta sociedad. Pronto todo el que le rodee acabará por verlo. Así se dará de bruces con la realidad de estar solo. Dale tiempo.
— ¡Pero no quiero que le pase nada! —exclamó, alterada—. ¡Yo no soy así! No quiero que lo pase mal, quiero que sea feliz sin mentir y sin engañar. Aunque no sea conmigo…
El bailarín la miró largo y tendido, maravillado. Era demasiado buena para este mundo. Si seguía de esta manera no podría sacársela de la cabeza, y menos del corazón. La chica siguió hablando del tema con renovada rabia. Porque, pese a todo, seguía siendo humana con emociones humanas.
— ¿Quieres saber lo que me dijo? “Eres demasiado fiel, como un perrito siguiendo a su amo. Solo que en tu caso perteneces a ese grupo de pacotilla.” ¿Sabes, Jigeum? ¡Esta perrita tiene malas pulgas también! ¡Voy a salir con todos los hombres que encuentre a partir de ahora! —bramó, semi incorporada y con los puños cerrados—. ¡Y me voy a acostar con todo el que se presente! ¿Cree que soy fácil? ¡Pues ahora lo voy a ser! ¿Quiere que sea la típica occidental que llega a Corea en busca de un “oppa” del que colgarse? ¡Pues lo seré! ¿Qué tengo más que perder?
Hyunjin la observaba en silencio a medida que se desahogaba. No quiso interrumpirla en ningún momento, y su rostro ni siquiera mostraba signos de que le molestara que gritara todas esas cosas. Lo cierto era que se le estaba formando una idea en la cabeza que podría o no tener consecuencias desastrosas.
Ella volvió a sentarse junto a él y enterró la cabeza entre las rodillas. Tras un largo silencio, volvió a hablar.
— ¿Por qué? ¿Por qué la gente es así? Tengo más que ofrecer que el hecho de ser extranjera… La gente solo quiere salir conmigo por eso, para acostarse con “la novedad” —hizo comillas en el aire—. Nadie piensa que tengo un corazón.
El chico asintió lentamente, dándose cuenta de lo que le atraía tanto de la persona que tenía delante. No era que fuera de la otra punta del mundo, ni el delicioso olor de su pelo recién lavado, ni su mirada penetrante o su brillante sentido del humor… No, eso solo eran añadidos. Ella era como él. No podía fiarse de nadie a la hora de salir, no podía conocer gente porque sabía que lo querrían por su físico y no valorarían su talento. Estaba tan atrapado como ella.
Puso su mano sobre la de la muchacha y le acarició el dorso con la otra. Ella contempló la acción en silencio en una mezcla de sorpresa y fascinación, estremeciéndose por completo.
— No hace falta que te acuestes con todos los hombres que se topen contigo. —musitó casi en un susurro—. Puedes acostarte conmigo. Hoy. Ahora. Siempre que lo necesites.
Ella lo miró al fin con los ojos como platos, y cuando sus miradas se encontraron, su corazón se olvidó de latir durante un instante. Las mariposas aletearon en su estómago. ¿Cómo no había podido ver que lo que se escondía tras sus irises marrones era lo mismo que le estaba contando? ¿Cómo había estado tan ciega? Sin embargo…
— No quieres estar con una persona fea. —le dijo, conteniendo las lágrimas y dejó de mirarlo—. Para ti debe ser vomitivo. No necesito compasión.
Hyunjin hizo lo imposible a fin de no poner los ojos en blanco. Cortó el poco espacio que quedaba entre ambos y le plantó un profundo beso en los labios, saboreando cada movimiento. Su lengua se coló ágil y apremiante en su boca, instándola a seguirlo, si es que podía. Fue un beso lento, sin prisa bajo la noche nublada y el ligero viento del verano, pero intenso, tanto que ella tuvo que agarrarse a su camiseta para no desmayarse. Soltó un gemido ahogado contra su boca, temblando al percatarse del creciente deseo en su interior. En ese instante, Jigeum no existía.
Al cabo de los minutos tuvieron que separarse y coger aire, pero no dejaron de mirarse en ningún momento. Ella le tocó la comisura del labio con la punta de los dedos y dejó la mano sobre su mejilla. Hyunjin cerró los ojos y se dejó llevar por la sensación.
— ¿Responde eso a tu duda? —quiso saber él.
— ¿Estás seguro de que lo que sientes no es compasión por mí?
Hyunjin negó.
— Jamás podría hacer eso.
La muchacha suspiró y asintió.
— Vayamos dentro.
Se levantaron en silencio y cerraron la puerta de la ventana corredera. Una vez el uno frente a la otra, Hyunjin la volvió a besar, esta vez con un poco más de prisa y de ganas. Le fue desabrochando los botones de la blusa y se la deslizó por los brazos, exponiendo su piel desnuda a él. No era justo, pensó, por lo que, haciendo una pequeña pausa, se quitó la sudadera y así quedó en igualdad de condiciones.
Pronto sus labios volvieron a conectarse con los de ella, apremiantes y hambrientos. Su lengua se coló en su boca, saboreando cada parte, cada rincón inexplorado sin dejarse nada. La chica ahogó un suspiro de placer, embelesada.
Al separarse un tanto, le admiró el torso desnudo, sintiendo la inseguridad propia de una persona que ha estado con un hombre que la menospreciaba incluso en el ámbito íntimo. Quiso tocarlo, pero no se atrevió. Hyunjin, interpretando sus intenciones le cogió una mano y se la puso sobre el pecho. Sus latidos se intensificaban conforme los segundos pasaban, y ella lo notó, puesto que su rostro adquirió un color rojizo intenso.
— Hyunjin…
— ¿Sí?
— No quiero que pienses que hago esto solo porque me parezcas atractivo.
El chico se rio y le pareció el sonido más hermoso que había escuchado en toda su vida. Más incluso que la de Jigeum.
— No quiero que pienses que hago esto solo porque me gusta hacerlo con extranjeras. —contraatacó.
— Touché.
Poco a poco dejaron atrás la poca ropa que les quedaba. No había prisa alguna, se tomaron su tiempo en explorarse con leves caricias y besos ligeros. La mano de Hyunjin que no acariciaba su espalda de deslizó por su estómago hasta el entrepierna y le coló un dedo por entre los labios inferiores, explorando. La joven dio un respingo, pero no emitió nada que no fueran quedos suspiros y leves gemidos.
— J-Jinnie…
— ¿Sí?
— Por favor…
— “Por favor”, ¿qué?
— Te necesito.
No se dio cuenta de que se habían tumbado en la cama hasta que lo tuvo al lado. Se fundieron en un abrazo íntimo, sintiendo la calidez del otro y los latidos que, a pesar de que parecían tranquilos, repiqueteaban contra sus costillas dolorosamente. Se miraron, largo y tendido, y se besaron también, diciéndose cosas que no se atrevían a decirse en voz alta. De momento.
Y entonces, Hyunjin se incorporó un tanto y se deslizó hacia abajo hasta colarse entre las piernas de la chica que, alarmada, las cerró de manera inmediata. Cualquier confianza que hubiera tenido se desvaneció como el humo. El bailarín la contempló, interrogante.
— Es que…
Hyunjin le acarició los muslos con las uñas describiendo círculos irregulares sobre su piel, sin presionar demasiado, lo justo para relajarla. No habló en un buen rato, pero la chica sabía lo que estaba haciendo. Era como colorear un lienzo: Si eras lo suficientemente paciente con las pinceladas, puedes llegar a pintar un cuadro excelente.
— Déjame hacerlo. —le pidió en un susurro—. Todo irá bien.
Abrió las piernas poco a poco, tímida e insegura.
— No me mires mucho. —le imploró—. Si me miras…
…verás lo horrible que soy, fue su último pensamiento antes de que el chico bajara la cabeza y enterrara el rostro entre sus piernas. Lo que más le llamó la atención de ese momento fueron los pequeños besos que iba repartiendo en el interior de los muslos, admirando y adorando cada centímetro de su piel. Lo segundo, el cariño y el tacto con el que la trató durante los preliminares aquella noche.
Jigeum había sido un horrible amante en la cama que solo se preocupaba de su propia satisfacción, ahora lo veía claro. En cambio, Hyunjin se encargó de prepararla a conciencia para que disfrutara lo máximo posible de la experiencia. La lengua del chico pasó, ahora sí, a su punto de placer. La espalda de ella se arqueó, asombrada y asustada de sentirse tan bien con el primer lametón. Hizo acopio de todo su autocontrol para no gritar: Aunque estuvieran en el altillo, las paredes y el suelo eran del grosor del papel y estaba segura de que si no se contenía los inquilinos que vivían en el mismo bloque presentarían una reclamación.
Se puso una mano en la boca y se obligó a no cerrar las piernas. De todas maneras, Hyunjin se las sujetó a una distancia prudencial, aplicando la fuerza justa. Ella bajó la cabeza, esperando verlo concentrado en su labor, pero se encontró con que… ¿la estaba mirando? Oh, dios mío. Oh, dios mío. La estaba mirando directamente, casi sin pestañear, con la lengua fuera a centímetros de su labia, jugando, travieso. Oh, tan arrebatadoramente erótico...
No podía sujetarle la mirada, era demasiado intensa. En cambio, se concentró en el techo y agarró las sábanas con fuerza, respirando fuerte. No, esto no lo había experimentado antes. Un tirón bajo el ombligo le hizo dar un respingo, anunciando el orgasmo que se acercaba rápido e implacable.
Su cuerpo vibró con la pronta oleada de placer que la recorrió, y gritó contra una de sus manos hasta quedarse sin fuerzas. Creyó que ya estaba, que ahora Hyunjin la haría suya como debería ser, pero… el chico no hizo ademán de levantarse. En cambio, siguió lamiendo y sobre estimulando, esta vez con los ojos cerrados, concentrado.
Aunque el ritmo de su lengua había decrecido, seguía siendo implacable. Era como saborear el mejor de los helados: No tenía intención de parar hasta estar satisfecho. La punta encontró su entrada y presionó a través, mandando ondas de placer por su cuerpo. Los dedos viajaron a su pelo, dándole un toque de atención para que la mirase.
— ¿Hyunjin…? —musitó, temblorosa.
— Shh… —musitó contra su piel. La visión que tuvo de esa posición fue arrebatadora. Los ojos castaños de Hyunjin habían adquirido un matiz mucho más oscuro, con las pupilas dilatadas y el semblante ensombrecido por el placer. Le gustaba, le encantaba hacer estas cosas. Si se hubiera fijado, se hubiera dado cuenta de que el chico intentaba liberar algo de tensión moviendo la caderas sobre las sábanas.
No tardó en sobrevenirle otro largo e intenso clímax que le hizo hasta ver puntos negros en los rebordes de los ojos. Una vez finalizado su trabajo, Hyunjin se relamió, se limpió las comisuras y escaló por el cuerpo de la muchacha igual que si fuera un gato.
— ¿Estás bien? —le preguntó, cosa que le resultó extraño.
— Es la primera vez que me preguntan cómo me siento en esta situación. —confesó. Mierda. Había sonado demasiado triste.
— No entiendo por qué no lo hicieron antes. Son solo dos palabras. —sonrió. A la muchacha se le contagió la sonrisa, tranquilizándola de sus preocupaciones.
— Estoy totalmente bien. —le aseguró.
— Genial. Pues sigamos entonces.
Hyunjin rebuscó en los bolsillos de su pantalón tirado detrás de él y extrajo un sobre cuadrado. Una vez abierto, se colocó el preservativo en el miembro dolorosamente erecto que ya goteaba líquido preseminal. Luego se posicionó en su entrada y empezó a empujar suavemente.
No notó ningún tipo de resistencia: Eso estaba bien, significaba que la había preparado de manera correcta. Se deslizó en su interior rápido y certero, y ambos exhalaron un suspiro mezcla de alivio y placer. Durante unos segundos, lo único que se escuchaba eran sus respiraciones aceleradas en la penumbra iluminada por la luna.
Cuando el interior de la chica se acostumbró a la presencia de Hyunjin, este empezó a moverse en un ligero vaivén, como comprobando que podía hacerlo. De nuevo, sin resistencia alguna. Es más, cada vez que se movía, la muchacha dejaba escapar un suspiro de placer que para él era precioso. Ya que la tenía donde quería, se inclinó un tanto a fin de atacarle el cuello. Ella se agarró a sus hombros, que acarició al principio…
…Pero a medida que el calor iba incrementando y la fricción de sus cuerpos se volvió errático, esas caricias fueron transformándose en un agarre desesperado. Cuando Hyunjin notó las uñas clavársele en la piel, emitió un gruñido más agudo de lo normal.
— ¡L-Lo siento! —dijo ella con un hilo de voz, alarmada. Levantó los brazos y se tensó—. ¡Siento haberte hecho daño!
Hyunjin se detuvo, enterró la cabeza en el hueco del hombro de la chica y con la voz ronca dijo:
— Hazlo otra vez.
— ¿Qué?
— Hazlo otra vez. —repitió. La miró, y en sus ojos vio la sombra de un brillo febril que le quitó el aliento. Nunca lo había visto tan deseoso de algo antes, y menos de dolor provocado—. Es extremadamente placentero.
LA chica enrojeció, si es que podía estarlo más en esa situación. Lo abrazó como antes, pero no hizo lo que le pedía de manera inmediata.
— Es que… —tragó saliva—. No quiero hacerte mucho daño… No me lo podría perdonar.
El bailarín la embistió con las caderas quizá un poco demasiado fuerte, porque se le pusieron los ojos en blanco y esta vez sí, obtuvo lo que pedía. Se miraron durante todo lo que duró ese momento tan íntimo, besándose ocasionalmente e intercambiando palabras cortas que ambos necesitaban oír, no demasiadas ni demasiado pocas, las justas a fin de no romper el maravilloso momento.
Ni ninguno tenía prisa por llegar a la meta, ni ninguno pretendía parar pronto. Tan solo… se dejaban llevar por el sonido que su miembro hacía al penetrar en sus paredes y por los jadeos sincronizados.
Llegó un momento en el que se les hizo difícil, eso sí, a causa de lo increíblemente sudorosos que tenían los cuerpos: Hyunjin se resbaló dos o tres veces con las sábanas y estuvo a punto de caer de boca contra la cara de su amante, cosa que a ambos les arrancó unas cuantas carcajadas. Si bien ninguna primera vez solía ser perfecta, lo cierto es que esta estaba siendo la más divertida e interesante hasta la fecha.
— No voy a aguantar mucho más. —le dijo, apretando los dientes sobre su cuello, desesperado. Quería seguir, dios… el placer comenzaba a ser insoportable. Deseaba fundirse con su piel y nublarle los sentidos una y otra vez.
— Si te sientes cómodo, vente dentro. —le pidió, jadeante—. Vivo en anticonceptivas y estoy limpia.
— N-No me digas eso… Si me… ugh… No podré salir a tiempo… ¡arg! —se le tensó el cuerpo y tras un par de pequeñas sacudidas, notó la semilla de Hyunjin derramarse en su interior y pintar sus paredes de blanco.
Sin salir, el chico bajó una mano y le acarició el punto de placer durante minutos hasta que la notó llegar al clímax. Sus paredes se contrajeron una infinidad de veces, y Hyunjin juró que podría llegar a venirse una segunda vez gracias al masaje que estaba recibiendo ahí abajo.
Tras el esperado orgasmo por parte de ambos y el consiguiente momento de relajación en la cama de la muchacha sin decir ni una palabra, Hyunjin entrelazó una mano con la de ella, poniendo especial atención en sus dedos: Parecía que habían nacido para estar así, encajaban perfectamente.
— ¿En qué piensas? —quiso saber la muchacha, insegura ahora que el momento candente había pasado. Hyunjin le sonrió.
— En que no quiero que sea nuestra última vez así. No solo en una cama, desnudos y esas cosas… —se rio, entretenido, para tranquilidad de la muchacha—. Sino con este tipo de intimidad entre nosotros. Ser capaces de hablar sin realmente decirnos nada, o contarnos las cosas que nos suelen pasar del día a día, lograr apoyarnos como solemos hacer… Siento si soy egoísta ahora que Jigeum y tú habéis roto, es muy pronto, sí, pero…
La mención del nombre de su ex pareja le despertó el sentimiento de tristeza que durante la última hora y media se había evaporado como el humo. Se incorporó un tanto y se retiró el pelo de la cara, pegado y desordenado por el sudor. Los sentimientos que había dejado apartados por esa noche volvieron a ella igual que un boomerang. Hyunjin la imitó y, sin musitar una sola palabra, empezó a depositarle pequeños besos en el hombro, en el brazo más cercano y en cada parte de la piel con los ojos cerrados.
— Siento haber sacado el tema. —susurró entre beso y beso—. Sé que es delicado y demasiado reciente.
— No es culpa tuya. —le contestó sin mirarlo—. Hyunjin… Jamás pensé que podría estar así con alguien, ni siquiera con Jigeum. Me has demostrado más en los meses que llevo conociéndote y en esta noche que Jigeum en los dos años que estuve con él. Pero necesito… un poco de tiempo. Sé que no somos nada, y no quiero empezar otra relación ahora. Menos sabiendo que tú, que eres un idol de un famoso grupo a nivel mundial, tampoco estás interesado en—
— Sí que lo estoy.
Ella parpadeó, incrédula, y lo examinó, desde la ingenua sonrisa y el posterior puchero teatral a seriedad que demostró poco después.
— ¿Qué? —dijo, y añadió en tono pedagógico—. ¿Te importaría justificar tu respuesta?
— Yo sí que estaría interesado en tener una relación contigo, pero no ahora. Ni por mi situación de estrés con el comeback, ni por tu situación de ruptura. No sería justo para ninguno de los dos. Sin embargo… —depositó un nuevo beso, esta vez más cerca del lóbulo de la oreja—. Llevo conviviendo contigo algunos meses ya, y mentiría si dijera que no deseo algo más. Algo más privado, algo de nosotros dos, no sé si me entiendes. Así que, aunque no podamos salir fuera al cine, o ir a comer juntos como personas normales… Si para ti está bien que de momento lo mantengamos en secreto y compartamos momentos íntimos en esta casa…
— Claro. —le retiró el flequillo con la mano y Hyunjin entrecerró los ojos, disfrutando de la breve sensación de sus dedos rozándole la frente—. Claro que sí. Esto, lo que tenemos ahora mismo, aunque haya sido precipitado, es nuestro. Con el tiempo… veremos dónde nos lleva la vida, ¿vale? Poco a poco.
— Poco a poco. —repitió, sonriendo, y la besó una vez más.
Fue como sellar un pacto secreto.
© 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢. Obra sujeta a cambios.
#stray kids#skz#fanfic#hyunjin#hwang hyunjin#hyunjin x reader#skz smut#stray kids x reader#smut#fluff
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igual ojoooo que no me parece MAL que una se niegue a tener hijos como posicion política tipo viendo lo que son los hombres heterosexuales en corea del sur creo que yo también preferiría sacarme la vagina de un machetazo a tener que cargar con la cria de un hijo de mil p. obviamente hay que llamar alarmas a la transfobia del movimiento feminista surcoreano, incluso mas en sus extremos (como lo es el 4B) pero ese punto justo si es algo que tiene que ver con la mujer siendo socialmente obligada a ejercer la maternidad. igual hay mil factores mas que agregan a la natalidad baja allá y encima la mayoría de las mujeres deben tener las ideas políticas de no se lu palavecino
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