#y todavía nos falta hablar del Príncipe de la canción
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sacachorch0vo · 4 months ago
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eldestinodeevangeline · 7 years ago
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Capítulo 9.-El baúl de los recuerdos en un diario
Por otra parte; el efecto del hechizo de Anabel se estaba agotando y en cualquier momento ella volvería a la normalidad; pero al mismo tiempo la chica se encontraba entre la espada y la pared ya que se veía obligada a distraer a los abuelos de Evangeline puesto que la Evangeline verdadera aún estaba en misión de rescatar a Rosemary; aunque claro, la joven ya se encontraba de regreso a casa junto a sus dos primas, su novio y su fiel perrito.
-Anabel, ya llegamos- Evangeline habló a través del radio. -traemos a Rosemary con nosotros-.
 -ey, no te olvides de mí. El perrito añadió.
 -¿quién dijo eso?- Anabel dijo.
 -Stanley- Evangeline respondió.
 -esa es la voz de un niño- Anabel inquirió. -como de unos once o doce años; Stanley es un perro adulto-.
 -tengo 5 meses en años perro, y doce si fuera un niño de verdad- Stanley explicó. -Agatha me transformó de nuevo en un cachorro-.
 -Anabel, ¿nos puedes abrir la puerta?- Adam habló. -fue un largo viaje, estamos cansados, tenemos hambre y frío-.
 -Evangeline, ¿con quién estás hablando?- Claire llamó a sus espaldas.
-oh, oh- Anabel exclamó y luego decidió despistar. -!Ah! pues...estoy estudiando los diálogos para la obra-.
 -ya la atraparon- Stanley susurró.
 -shh, niño- Adam lo calló.
 -¿enserio? ¿Ensayar los diálogos para la disque obra de teatro fue lo mejor que se te ocurrió?- Evangeline protestó.
 -¿pues entonces qué hago? el hechizo está a punto de romperse y tu abuela empieza a sospechar que tú no estás en casa- Anabel respondió al observar que el color de su piel comenzaba a cambiar de blanca a apiñonada. –ay, no puede ser-.
-¿Qué sucede?- Rosemary preguntó.
-Anabel está volviendo a ser ella misma y la apariencia de Evangeline está desapareciendo- Madeline explicó. –Anabel, di otra cosa para despistar a Claire y tú vayas a otra habitación a que se complete la transformación-.
-Okey, ¿saben qué? Ya me tengo que ir- Anabel incitó nerviosa.
-¿No nos vas a abrir la puerta?- Adam preguntó.
-¡Adam!- Stanley, Evangeline y Madeline protestaron al mismo tiempo.
-ya entendí; cálmense- Adam los apaciguó. –ve, Anabel; nosotros resolvemos como entrar-.
-gracias, cambio y fuera- La chica cortó la comunicación y decidió mirar a Claire; ocultando su piel dentro de las mangas del suéter y sus manos dentro de los bolsillos del pantalón. –abue, ¿qué crees? Acabo de recordar que olvidé limpiar el ático; así que…iré a limpiarlo-.
-¿No lo habías limpiado la semana pasada?- su abuela inquirió.
-¡Lo limpiaré otra vez!- La chica dijo al tiempo que subía corriendo las escaleras dirigiéndose al ático para que con libertad; ella pudiera cambiar otra vez-.
-¿Por dónde podemos entrar? La puerta está cerrada y ni modo de derribarla de una patada- Stanley replicó.
-yo derribé los barrotes del calabozo de esa forma- Adam apuntó.
-Derriba la puerta de mis abuelos y ellos te estrangulan- Evangeline le dijo a su novio.
-sin mencionar que tendrás que trabajar para pagarla- Stanley volvió a añadir. –esa puerta está fabricada de un material que hace años ya dejó de existir y quién sabe dónde se fabricó-.
-dijiste fabricar dos veces- Rosemary le acentuó al perrito.
-Bueno, el punto fue que me entendió- Stanley apuntó. –Además; sólo tengo doce-.
-5 meses en años perro- Adam le recordó. –Ustedes ganan; no usaré mi súper fuerza para derribar la puerta- todos suspiraron de alivio. –Esta vez- y luego todos gruñeron de fastidio. –bueno, ya cálmense-.
-oigan; la puerta trasera está abierta- Rosemary señaló y caminó hacia ella. –vengan-.
-¿Quién dejaría la puerta abierta?- Madeline preguntó y todos voltearon a ver a Evangeline con los brazos cruzados; a excepción de ella misma quien cargaba al perrito. -¿Evangeline?-.
-¿yo que hice? Si ni siquiera estuve aquí- Ella se defendió.
-si tú no dejaste la puerta abierta, ¿Entonces quién?- Adam preguntó.
-fácil. ¿Quién se está haciendo pasar “por mí” para despistar a mis abuelitos?- Evangeline citó.
-Anabel- Stanley contestó.
-Exacto- Evangeline respondió al tiempo que entraban a la casa por la puerta trasera. –si nosotros salimos por la torre hacia el laberinto flotante en ningún momento dejé la puerta trasera abierta-.
-lo importante es que completamos la misión y rescatamos a Rosemary- Madeline dijo sonriendo.
-Bueno, Stan- Evangeline dijo poniéndolo en el suelo. –eres libre; ya puedes irte-.
-¡¿Qué?! ¿Adónde?- el perrito preguntó.
-hay que darles espacio- Adam susurró y los demás asintieron mientras salían de la cocina y dejaban a solas a la chica y al perrito-.
-Regresar a tu hogar; vives en el laberinto flotante, ¿o no?-.
-pero ya no soy un perro adulto, Evangeline; ahora soy un cachorro y me da miedo estar solo- el perrito dijo.
-¿un perrito súper listo que distrajo a los guardias cantando una canción ranchera y que no le tiene miedo a Agatha?- Evangeline bromeó arqueando la ceja. –no te creo-.
-es enserio- Stanley insistió. –Por favor deja quedarme contigo; no tengo a donde ir y no tengo una familia-.
-No lo sé- La chica dijo indecisa.
-prometo que seré bueno; haré lo que tú quieras, aunque eso significa que tenga que comer el horrible alimento para perro que sabe a tierra y huele a periódico viejo- La chica rió aunque el perrito continuó. –pero quiero quedarme aquí contigo-.
-No depende de mí, Stanley; mis abuelos no me dejan tener mascotas- La chica respondió pero el perrito comenzó a llorar al tiempo que hacía una mirada tierna. –No, cosita preciosa; no creas que con esa tierna carita me vas a convencer- Stanley continuó llorando y su rabo comenzó a agitarse. –Para ser un perrito te sales con la tuya muy bien-.
-¿Eso significa que me voy a quedar contigo?- el cachorro inquirió parando sus orejas y abriendo los ojos como platos.
-de acuerdo- La chica respondió y el cachorro comenzó a correr y saltar hacia ella meneando el rabo de felicidad y comenzó a lamerla. -¡Stanley!- ella añadió riendo. –Ya basta; me haces cosquillas- el perrito comenzó a ladrar. –Quieto- el cachorro inmediatamente se sentó. –Ahora dame la pata- el perrito obedeció al instante y le dio la pata. –Buen chico-.
-te dije que soy obediente- El perrito contestó. –por cierto cuando ladré, quise decir “te lo agradezco”-.
-Guau, Guau- Evangeline respondió y el perrito la miró. –eso significa “de nada”-.
-para hablar en idioma “Guau Guau” no lo haces nada mal” Stanley respondió.
-Gracias- Evangeline sonrió y ambos rieron.
-Evangeline, ¿Hay un perro ladrando en la cocina?- Claire dijo acercándose a su nieta.
-sí- la muchacha respondió cargando a Stanley.
-Evangeline, ya te he dicho que tu abuelo no quiere tener mascotas- Claire dijo con tristeza. –me da tristeza por este hermoso cachorrito pero…no puede estar aquí-.
-abue, por favor deja quedármelo- Evangeline respondió acariciando al perrito. –yo me haré responsable, lo cuidaré muy bien lo prometo. Si a mi abuelo le da alergia que el perrito esté aquí en la casa yo…-.
-puede quedarse; pero tendrá que dormir afuera- la abuela condicionó. –tendrás que pasearlo, darle de comer, jugar con él y limpiar sus menudencias, jovencita. Un perro no es ningún juguete; es un ser vivo que necesita cuidados y atenciones-.
-Lo sé- Evangeline respondió. –iré a darle de comer-.
-Pensé que estabas limpiando el ático- Claire dijo confundida.
-Así fue; pero encontré a esta hermosura en la calle y lo salvé- Evangeline respondió. –es sólo un bebé, abuela; no podía dejarlo-.
-tú sabes si me mientes o no- Claire simplemente dijo y observó fijamente a los ojos del perrito y se sobresaltó un momento pero después se recuperó. –Bueno, iré a preparar la cena- acto seguido, ella se dio la media vuelta y se fue.
-¿Te fijaste que tu abuelita se me quedó viendo unos minutos y después se fue?- Stanley inquirió parando una oreja.
-sí lo noté- Evangeline confesó. –parecía como si se acordara de algo-.
-o de alguien- -eso no importa ahora; eres mi perro, así que te cuidaré y me haré responsable de ti- el can la miró por un momento. –Oye, no importa que tengas 12 años; sigues siendo una mascota- ella añadió con un suspiro. –vamos, es hora de alimentarte-.
-todavía sigo sintiendo que tu abuelita tuvo un presentimiento- Stanley dijo. –Nunca nadie me había mirado de esa forma; y la verdad es que pienso que hay una pieza que falta en el rompecabezas-.
-no te preocupes por eso, pequeño; disfruta ser un cachorrito porque cuando crezcas vas a querer volver a ser un niño y va a ser muy tarde- la joven respondió.
-fui adulto y ¿te digo algo? En cierto modo le agradezco a Agatha que me haya transformado nuevamente en un niño aunque siga siendo un perro-.
-con más razón…vive la etapa en la que estás y no te apresures con crecer- Evangeline dijo llevando al perrito afuera para darle de comer. –Sé un niño- el cachorrito no dijo nada y ambos salieron por la puerta trasera al patio.
Mientras tanto, Anabel ya había recuperado su apariencia pero continuaba en el ático, cuando se disponía a bajar las escaleras para despedirse de Evangeline e irse a su casa; algo repentinamente la detuvo e hizo que se diera la vuelta y descubriera un gran baúl en el centro de la habitación, lo cual la llenó de curiosidad y estuvo decidida a averiguar lo que contenía dentro de él; así que sin pensarlo dos veces se acercó a la mesa y tomó la llave; cuando regresó nuevamente al baúl lo abrió y encontró en su interior un simple pero bonito diario que al parecer le pertenecía a una joven llamada Claire Wellington; quien en pocas palabras era la misma abuela de Evangeline, Madeline y sin olvidar tampoco a Rosemary; presa por la curiosidad, tomó el diario y fue a sentarse en el sillón situado en el rincón para disponerse a leer.
8 de Junio de 1953, querido diario; hoy fue un día mágico ya que Aggie y yo encontramos a un grupo de hadas en el jardín, siempre había creído que las hadas sólo existían en los libros de cuentos; pero me equivoqué, son reales
Claire, de 9 años estaba durmiendo profundamente soñando en algún día casarse con un príncipe y marchar al amanecer en su caballo hacia su castillo; de repente una luz tenue hizo que la niña despertara y se encontrara cara a cara con una hermosa hada.
-Aggie! Aggie, despierta!- la pequeña Claire exclamó con una gran sonrisa en su rostro de oreja a oreja al tiempo que corría a despertar a su hermana mayor de 12 años; que en ese entonces era una Agatha de corazón puro e inocente y que el cual no poseía ningún rastro de maldad.
-¿Qué pasa, Claire?- Agatha preguntó sentándose en la cama y frotándose los ojos para poder despertar. –es tarde; ve a dormir-.
-tienes que ver esto- Claire suplicó encantada. –encontré a un hada-.
-¿Qué?- la niña preguntó y de inmediato entró en estado alerta. -¿viste a un hada de verdad? ¿Dónde?-.
-está aquí- Claire contestó y tomó a su hermana de la mano. –ven-.
Sin siquiera dudarlo; Claire y Agatha corrieron hacia la habitación principal con la emoción que se sentía al despertar la mañana de navidad y encontrar el regalo tan esperado de parte de Santa Claus; y en efecto en medio de la habitación se encontraba una hermosa mujer de cabellos rojos que se semejaban al fuego y que le caían en resplandecientes ondas, tenía un rostro que mostraba amor y bondad, sus blancas alas eran del color de la nieve y su bello vestido era tan puro como el oro; miraba a las niñas con infinita ternura.
-¿Eres un ángel?- Agatha preguntó mirando a la mujer.
-no, pequeña. Soy un hada- la mujer respondió con una dulce voz. –Mi nombre es Molly-.
-es un lindo nombre- Claire respondió. –pero, ¿estás segura que eres un hada?-.
-Claro que sí, Claire- Molly respondió con una sonrisa. –No creas todo lo que lees en los cuentos-.
-esto es realmente increíble- Agatha respondió. –Espera a que nuestros padres se enteren-.
-eso no va a ser posible- Molly explicó y las niñas inmediatamente se pusieron tristes. –los adultos cuando dejan de creer en la magia y sobre todo en las hadas, ya no pueden vernos. Los seres fantásticos sólo se hacen presentes con los que creen de verdad-.
-eso es sumamente triste- Claire dijo con tristeza.
-tranquilas. Todo estará bien; si me acompañan al jardín les mostraré que las hadas son reales y ellas son las guardianas de la luz. Su trabajo es proteger a los niños y a la gente pura de corazón de las fuerzas de la oscuridad- Molly explicó.
Las niñas con gran emoción siguieron a la joven y salieron al jardín para verse rodeadas en un bello mundo de cuento en donde varias hadas revoloteaban y eran de diferentes clases, algunas estaban sentadas sobre hongos disfrutando de un delicioso banquete y otras simplemente conversaban, fue un momento mágico pero inolvidable para ambas hermanas.
Anabel alzó la vista y se sorprendió de lo que descubrió en las primeras páginas del diario; la abuela de Evangeline y Agatha eran hermanas; la bruja antes de llenar de su corazón de maldad, era bondadosa y dulce; y las hadas habían existido desde remotos tiempos. Intrigada por la historia sobre Claire; la chica le dio media vuelta a la página para disponerse a leer cuando…
-¡Anabel!- una voz hizo que la chica interrumpiera la lectura y alzara la vista. –Anabel, ¿estás aquí?- la chica inmediatamente cerró el diario y volvió a cerrar el baúl, la puerta del ático se abrió y frente a ella estaba Evangeline con Stanley en brazos.
-hola, Evangeline- Anabel dijo y luego miró al perrito. –aww; ¿quién es esta cosita tan hermosa?-.
-te agradecería que no dijeras eso- Stanley dijo.
-Oh por Dios- Anabel exclamó dejando caer el diario al suelo y este se abrió.
-¿Qué estabas haciendo?- Evangeline dijo en tono sospechoso.
-nada- la chica dijo colocándose frente al diario.
-¿y por qué tenías un diario? ¿Acaso sabes que leer algo privado no es correcto?- Stanley le señaló. –para empezar, ¿qué hacías leyendo un diario?-.
-de acuerdo. Seré honesta…entré al ático porque mi transformación se estaba completando y descubrí este baúl- la chica respondió. –Sentí curiosidad y…al abrirlo, encontré este diario-.
-“propiedad de Claire Wellington- Stanley leyó. –mmm… ¿por qué el nombre de Claire me suena tan familiar?-.
-Claire es mi abuela. Wellington era su apellido de soltera- Evangeline contestó. –Anabel, si mi abuela se entera que estás leyendo su diario estarás en problemas; peor…yo estaré en problemas-
-será nuestro secreto- Anabel prometió. –Evangeline, aquí se ve el origen de Agatha; ella es tu tía abuela y…no era malvada. Ella era el alma más pura que existía-.
-¿¡La malvada  bruja que quiere destruirnos es tu tía?!- el cachorro exclamó consternado.
-el mundo es muy pequeño, ¿no crees?- Evangeline apuntó.
-escuchen…prometo que no volveré a hacerlo, pero…esto es interesante. ¿Enserio no quieren saber lo que sucede con Claire y Agatha?- Anabel dijo tomando el libro. –aquí puede darnos un indicio de cómo fue que Agatha se volvió malvada. Hay algo que sucedió…una pequeña cosa para que el destino de tu abuela y de todos nosotros cambiara para siempre. Una de las razones por las que tu abuela ya es mortal y ya no quiere saber nada sobre su verdadero linaje. Nunca lo sabremos si no lo averiguamos-.
-Me van a castigar…y si mi abuelo se entera de que tengo a un cachorro de mascota se va a deshacer de él- Evangeline respondió. –Anabel, no es buena idea. Mejor guárdalo. No des pie a que mi abuela se entere de que leíste su más preciado diario a sus espaldas-.
-bien- Anabel suspiró y asintió. –ustedes ganan- la chica dijo volviendo a guardar el diario en el baúl, cerró la llave y la colocó en la mesa. –listo. Como si nunca hubiera pasado; bueno…será mejor que me vaya- la chica se dio la media vuelta y salió del ático sin hacer un solo ruido.
-el ático está limpio- Evangeline observó. –hay que irnos-.
-¿no quieres leer lo que sigue?-.
-¡Stanley!-.
-¿qué? Sólo fue curiosidad- el niño añadió.
-La curiosidad mató al gato- la chica acentuó. –no es buena idea, vámonos de aquí-.
-¿segura que no quieres leer el diario?- el perrito inquirió.
-Bueno, ¿pues quién te entiende? Primero le dices a Anabel que leer el diario de mi abuela está mal y luego que no pasa nada- Evangeline se sacó de onda.
-sí, es cierto. Tienes razón- Stanley dijo al tiempo que Evangeline lo ponía en el suelo. – ven, vamos-.
La chica y el perrito salieron del ático para dirigirse a la planta baja de la sala, cuando Evangeline aprovechó que Stanley se había ido para regresar rápidamente al ático, abrir el baúl, tomar el diario y dejar nuevamente como estaba.
Mientras tanto, Henry estaba sentado en la sala leyendo su periódico cuando vio que un precioso cachorrito de Golden retriever comenzó a ladrarle y esto llamó su atención.
-¡Evangeline!- Henry llamó e inmediatamente la chica corrió bajando las escaleras, no sin antes esconder el diario en su mochila.
-hola, abuelo; ¿Qué tal el viaje de pesca con Waldo?- Evangeline preguntó tratando de despistarlo.
-estuvo bien, pero lo que yo quiero saber es ¿qué está haciendo un perro aquí?- el anciano inquirió al ver como Stanley corría a esconderse detrás de ella.
-¿La abuela dejó quedármelo?- Evangeline dijo.
-¿Qué?- Henry dijo poniéndose de pie de inmediato.
-No le hagas daño- Evangeline protestó y cargó al cachorro. -yo me haré responsable y haré que se duerma afuera. Sé que no te gustan los animales, pero por favor no te desquites con él-.
-ven, siéntate. Tengo que decirte la verdad de porque dejé de tener mascotas- el abuelo dijo con un tono suave en su voz. La chica asintió con el perrito en brazos y fue a sentarse en la sala. El abuelo tomó una gran bocanada de aire antes de comenzar a contar la historia. -cuando yo era niño, tenía una Golden retriever hembra; idéntica a tu peludo amigo. Su nombre era Leicy y era mi mejor amiga; hacíamos todo juntos y éramos inseparables. Recuerdo que cuando la recibí como regalo en mi noveno cumpleaños me llené de inmensa alegría porque siempre quise tener un perrito. Abracé a tus bisabuelos en paz descanse e inmediatamente fui a jugar con ella-.
-¿tienes una foto de Leicy?- Evangeline preguntó mientras Stanley miraba al anciano y ponía su patita sobre el brazo derecho de la chica como para apoyarse mejor.
-lo siento, linda. No tengo ninguna- El anciano dijo con suavidad. -sólo imagina que tu cachorro es hembra y tiene un moño rosa en la oreja derecha y un collar del mismo color-. Evangeline asintió y dejó que su abuelo siguiera su relato. -como estaba diciendo; Leicy fue mi compañera ideal; antes de tu abuela claro. Fue la mejor mascota del mundo, la última vez que la vi con vida fue cuando yo me estaba despidiendo de ella porque me estaba yendo a la escuela; cuando llegué a casa esa tarde me encontré con una desgarradora y horrible sorpresa…-.
-¡Leicy, ya llegué!- un Henry de 12 años dijo con gran felicidad al tiempo que entraba corriendo a la casa y dejaba caer su mochila al suelo. -ven aquí, amiga mía. Vamos a jugar, Leicy. ¿Leicy?- el niño comenzó a sospechar algo y comenzó a buscar a su perrita por todos lados hasta que. -¡LEICY!!! ¡LEICY, DESPIERTA!! ¡NO TE VAYAS!!- el pequeño se arrodilló junto al cadáver de su perrita, quien tenía la lengua negra y estaba con los ojos cerrados. -NO PUEDES DEJARME…¡¡¡AYUDA!!! ¡¡¡ALGUIEN POR FAVOR AYÚDEME!!! ¡¡¡LEICY!!-.
-Henry, ¿Qué pasa, cariño?- su madre inquirió con preocupación al tiempo que ella y su esposo corrían hacia el patio y veían a su hijo llorando histéricamente mientras se aferraba al cuerpo de Leicy. -¡oh por Dios!- ella exclamó horrorizada y gruesas lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas.
-¡está muerta! ¡Mi Leicy está muerta!- el niño sollozó. -¡me la mataron!-.
-La envenenaron, Henry- su padre respondió con profunda tristeza. -se ha ido-.
-¡No! ¡No puede morir!- el muchacho gritó entre lágrimas. -ella es mi mejor amiga-.
-te compraremos otro- su mamá dijo amorosamente abrazando a su hijo. -te lo prometo, cielo-.
-pero yo no quiero otro perro- Henry sollozó. -quiero a Leicy de vuelta-.
-hijo, eso no va a ser posible- su papá respondió envolviendo a la perrita con una sábana y tomándola en sus brazos. -Los muertos no pueden volver a la vida-.
-yo no quiero otro perro si no es Leicy- el niño sollozó y se fue corriendo a su habitación sin siquiera dejar que sus padres lo consolaran.
De vuelta al presente; Evangeline estaba un mar de lágrimas y el pequeño Stanley tenía los ojos llorosos.
-en verdad perdóname, linda; no era mi intención hacerte llorar- el anciano dijo con tristeza.
-estaré bien- la joven respondió enjugándose las lágrimas. -pero fue tan vil y despiadado lo que le pasó. ¿Quién sería tan cruel como para envenenar a una criatura tan inocente?-.
-fueron los vecinos- el abuelo respondió. -estaban hartos de que Leicy fuera a perseguir a su gato-.
-Eso no tiene ningún sentido- Stanley susurró.
-shh- Evangeline silenció al cachorro.
-¿Dijiste algo, cielo?- Henry le preguntó a su nieta.
-Dije que esto no tiene ningún sentido- Evangeline dijo para encubrir al cachorro parlante.
-fue duro pero tuve superarlo- Henry dijo mirando al perro fijamente y al igual que Claire volvió a reaccionar raro. -el can puede quedarse, pero tendrá que dormir afuera-.
-Tengo que hablar con tu abuela un minuto- Henry dijo y se fue de la sala en casi un estado catatónico. Repentinamente un suave llanto hizo que Evangeline volteara a ver al pequeño perro que estaba echado en su regazo y apoyando su cabecita en sus brazos al tiempo que las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
-Stanley, ¿estás llorando?-.
-No. Se me metió una basurita en el ojo- el niño respondió con un nudo en la garganta.
-Lo sé, peque. También me rompe el corazón lo que le sucedió a la mascota de mi abuelito- Evangeline dijo con tristeza.
-pobre Leicy. Ella no se merecía morir-Stanley replicó entre lágrimas.
-La maldad ha existido siempre- Evangeline respondió y ambos niños lloraron una vez más. Lo que ellos no sabían es que Henry estaba hablando con su esposa y ahora estaba escuchando a su nieta hablar con un perro, pero lo que más le impactó es que era la voz de un niño, y no era cualquier niño. Se trataba de su nieto desaparecido Stanley Baranski; hijo de Helen y Robert, nada más y nada menos que el hermano de Evangeline.
Por otra parte, Henry y Claire estaban teniendo una conversación en los que los sentimientos se reflejaban a flor de piel y en los que se centraba eran los padres de la chica, la chica sin pensarlo en la mascota de la chica.
-No puedo creer que nuestro Stanley estuvo con nosotros todo este tiempo- Claire dijo sintiendo un nudo en la garganta. –Sólo bastó con mirar esos lindos y grandes ojos café para sentir su presencia-.
-yo lo escuché hablar- Henry añadió. –al principio pensé que se trataba de una broma de mal gusto, pensé es imposible que nuestra nieta esté hablando con un perro. Tuve que ver al cachorro a los ojos y después escuchar su voz para cerciorarme de que no era un sueño y que nuestro nieto desaparecido finalmente había regresado a casa-.
-¿cómo es eso posible?- Claire replicó en shock. –Stanley fue arrebatado de los brazos de su madre al nacer; ¿cómo fue posible que regresara 12 años más tarde y convertido en un perro?-.
Evangeline; que estaba afuera entrenando a Stanley entró repentinamente a un estado catatónico y varias imágenes o mejor dicho escenas de su pasado comenzaron a formularse en su cabeza sin que ella pudiera controlarlo, ya que gracias a sus poderes psíquicos; la mayoría de los recuerdos o deja vus eran poderosos.
-Mami, ¿puedo sugerirte unos nombres para mi hermanito?- una Evangeline de 7 años inquirió a su madre embarazada.
-estoy segura de que nos encantará saberlo, princesa- Helen dijo amorosamente poniendo la mano de su hija sobre su vientre.
-¿Timothy?- la niña preguntó pero el bebé pateó. –uy, creo que no le gustó. ¿Estás bien, mamita?-.
-descuida, pequeña. Encontraremos un nombre para tu hermanito- su papá  dijo besando su frente.
-mm- la pequeña Evangeline titubeó un momento hasta que chasqueó los dedos y una gran sonrisa se le iluminó en el rostro. -¡ya sé! ¿Qué les parece Stanley Andrew Baranski?-. Una vez más el bebé pateó pero fue suave a comparación de la primera patada que fue un poco más brusca. –oye, le gustó-.
-se llamará Stanley Andrew Baranski; pero podemos decirle “Stan” de cariño- Robert apuntó. -¿o tú qué opinas, amor mío?-.
-Stanley es un lindo nombre para el bebé- Helen dijo frotando su barriga abultada. –ya tienes tu nombre, angelito; tu hermana mayor lo escogió para ti-.
-No puedo esperar a conocerte, Stan- la niña dijo con gran emoción. –te enseñaré muchas cosas, jugaremos juntos, seremos los mejores amigos y siempre nos cuidaremos el uno al otro-.
-tenemos los más bellos hijos, ¿no crees, querida?- Robert le dijo rodeando un brazo alrededor del hombro de Evangeline y su otra mano en el bebé.
-Lo sé y ahora seremos una gran familia feliz- Helen dijo con gran alegría.
Los días transcurrieron y todo fue felicidad hasta que Agatha se llenó de ira y decidió vengarse de todos sin importar que se tratara de 2 niños inocentes; así que una noche, la vieja bruja bebió una pócima para cambiar su apariencia y se hizo pasar por una enfermera internista en el hospital, aprovechó que Helen estaba durmiendo después de haber dado a luz y que los demás doctores estaban atendiendo a otros pacientes para llevarse al niño y desaparecer sin dejar rastro; cuando volvió a tener su fea apariencia, ella transformó al bebé en un perro Golden retriever y después lo desterró a una dimensión desconocida para que nadie nunca más lo volviera a ver.
Sin embargo; cuando Helen, su marido, Evangeline y toda la familia se enteró de lo que sucedió con Stanley; jamás volvieron a ser los mismos y esto que claro regocijó a la anciana malvada, por un breve momento hasta que se dio la profecía donde una de las últimas hadas de la luz finalmente acabara para siempre con la oscuridad y restaurara la paz y el amor en el mundo; así que Agatha fue exterminando a todo aquel que se opusiera en su camino.
Afortunadamente, Stanley logró encontrar una salida de la dimensión desconocida siendo ya un perro adulto parlante y con una gran inteligencia pero con un buen corazón que encontró el laberinto flotante y decidió protegerlo desde entonces, pero cuando él y los chicos fueron a buscar a Agatha y él se ofreció de carnada para distraerla; la bruja lo convirtió de nuevo en un cachorro con voz y alma de niño de trece años.
-Evangeline, ¿estás bien?- Stanley la llamó despertándola del trance o al menos eso intentaba porque la chica comenzó a temblar violentamente, su respiración se agitó y un sollozo desgarrador salió a flote. -¿qué tienes?- la chica continuó llorando y temblando. –Evangeline, háblame- el perrito trató de llamar su atención haciéndole con la patita en su pierna pero la chica estaba muy mal. –¿por qué no me haces caso?- al niño se le hizo un nudo en la garganta y sus ojos se llenaron de lágrimas. –por favor vuelve. No me asustes; ¡Evangeline, reacciona!-.
La chica apartó al cachorro bruscamente y salió corriendo del lugar en lágrimas; acto seguido, Stanley fue a buscar ayuda y en la primera persona que logró encontrar sentada en una piedra y remojando sus pies en el lago cristalino fue Rosemary.
-¡ayuda! ¡Ayúdenme!- Stanley gritó corriendo hacia la joven hada.
-hola, amiguito- Rosemary dijo saliendo del agua, corriendo hacia él y lo acarició con infinita ternura. -¿Qué te pasa?-
. -oh, Rosemary. Ayúdame; por favor ayúdame- el perrito dijo llorando. -algo le pasó a Evangeline y no sé por qué. Tengo mucho miedo de perderla para siempre; ella es mi mejor amiga-.
-tranquilo, pequeño- Rosemary dijo con suavidad. -te prometo que ella va a estar bien-.
-¿cómo?- Stanley quiso saber enjugándose las lágrimas con su patita. -ella está en una crisis nerviosa y...no me deja ayudarla. Parecía como si de repente ella viera en mí a un monstruo que le causara miedo y se pusiera muy mal. Yo nunca la había visto así. Por favor, tienes que ayudarme-.
-Evangeline va a estar bien, Stan- Rosemary consoló al niño. -hablaré con ella, ¿de acuerdo? No te preocupes-.
-no quiero que se muera de tristeza por mi culpa-.
-shh, no. No digas eso, pequeño- Rosemary puso sus manos debajo de la cabecita del cachorro y lo miró fijamente a los ojos. -no es culpa tuya. Y te prometo que todo va a estar bien-.
-yo...iré a jugar con la pelota...solo- el perrito dijo con tristeza. -soy un perro y eso es lo que los perros hacen. Jugar con la pelota, perseguir su cola y seguir a sus amos a donde vayan. No volveré a molestar a Evangeline nunca más-.
-Stanley, no digas eso. Te prometo que hablaré con Evangeline. Pero no te alejes de ella; sé que tú la necesitas como ella a ti. No sólo son amigos...también son familia- Rosemary dijo con dulzura. -incluso tus mejores amigos pueden estar dentro de tu propia familia-
. -¿tú crees que Evangeline y yo somos familia?- el perrito dijo confundido. -pero...eso no puede ser posible; yo soy un perro-.
-no lo eres. Eres un niño humano y por el maleficio de una malvada bruja te convirtió en un perro- Rosemary explicó.
-¿soy un niño?- Stanley inquirió abriendo los ojos como platos. -¿un niño de verdad?-.
-tengo un presentimiento, mi querido Pinocho- Rosemary dijo tratando de hacer sonreír al niño.
-oye, eso no fue amable- Stanley protestó bromeando. -yo no digo mentiras-.
-lo sé. Pero te dije Pinocho porque él a pesar de que era una marioneta en su corazón supo que era un niño de verdad después de todo- Rosemary le aseguró. -regreso en un minuto, voy a hablar con tu hermana y después ustedes volverán a estar juntos. Lo prometo-.
-¿mi...hermana?- Stanley preguntó. -pero, Rosemary... ¿a qué te refieres con que Evangeline es mi hermana?- el niño miró a todos lados pero la joven rubia ya había desaparecido y sólo se quedó él en el jardín.
Mientras tanto, Evangeline fue a sentarse en una banca del jardín frente a la torre del reloj al tiempo que lágrimas de sus ojos seguían derramándose sin cesar y su cuerpo temblaba igual que una gelatina pues lo que acababa de presenciar era mucho más fuerte y poderoso que cualquier otra cosa en el mundo. Ella logró escuchar pasos suaves que se aproximaban pero como estaba sumida en sus pensamientos -¿Evangeline?- Rosemary habló tímidamente. -¿estás aquí?-. -Rosemary- la chica dijo enjugándose las lágrimas y trató de contener el llanto para no espantar a la chica como había ocurrido con su perrito. -lo siento; no quería que me vieras así-. -tranquila- la rubia dijo acercándose a ella y la abrazó haciendo una vez más que Evangeline se desplomara en lágrimas. -no llores. Todo va a estar bien-. -no lo sé. Ahora las cosas van a cambiar entre Stanley y yo- Evangeline sollozó. -acabo de enterarme que él es mi hermano. Mi amado hermanito que yo tanto anhelé...recuerdo esa vez cuando nació y al ver su carita por primera vez me enamoré de él. Le prometí que lo cuidaría pasara lo que pasara...como su hermana mayor era mi deber protegerlo y le fallé. Agatha lo arrebató de nosotros, lo convirtió en un perro y lo desterró. De por sí ya había perdido a toda mi familia y ahora ella también me iba a quitar a mi hermano?!-. -pero lo recuperaste, Evangeline. Tu hermanito está aquí contigo- Rosemary le dijo tomando su mano. -tal vez por ahora sea un perrito pero...el hechizo se romperá cuando la luz derrote a la oscuridad y él volverá a ser un niño. Lo sé-. -Stanley va a odiarme- Evangeline replicó entre lágrimas. -no va a querer saber nada de mí-. -no es cierto. De hecho él piensa que tú lo odias, ¿sabías?- Rosemary apuntó. -él se asustó mucho cuando te vio alterada y no sabía cómo ayudarte. El pobre niño estaba completamente consternado-. -no era mi intención espantarlo. Yo...estoy tan confundida porque cosas mágicas siguen pasando en mi vida y esto es nuevo para mí. Ahora que me entero de que mi hermanito regresó a mis brazos...tengo ganas de correr hacia él y abrazarlo para no soltarlo jamás-. -él te quiere mucho, Evangeline: y estoy segura de que si sabe que ustedes son hermanos él va a ser el niño más feliz de la tierra- Rosemary dijo suspirando. -sabes? Cuando hay momentos difíciles siempre pienso en una canción para que una sonrisa vuelva a mi rostro y además eso trae paz a mi corazón. ¿quieres intentarlo?-. La chica asintió y tomó la mano de su prima. -ahora cierra los ojos y deja que la música fluya en ti-. En su mente, Evangeline comenzó a recordar los momentos más hermosos de su niñez e incluso los divertidos momentos en los que convivió con Stanley; al tiempo que ella comenzó a cantar. [Evangeline] Cuando la pena cae sobre mí El mundo deja ya de existir Miro hacia atrás y busco Entre mis recuerdos Para encontrar la niña que fui Y algo de todo lo que perdí Miro hacia atrás y busco Entre mis recuerdos Al volver al presente, Rosemary sonríe y canta junto a su prima al tiempo que se toman de las manos. [Rosemary] Sueño con noches brillantes al borde De un mar de aguas claras y puras Y un aire cubierto de azahar [Evangeline] Cada momento era especial Días sin prisa Tardes de paz Miro hacia atrás y busco Entre mis recuerdos [Evangeline con Rosemary] Yo quisiera volver a encontrar la pureza Nostalgia de tanta inocencia Que tan poco tiempo duró Con el veneno sobre mi piel Frente a las sombras de la pared Miro hacia atrás y busco Entre mis recuerdos [Evangeline] Y si las lágrimas vuelven Ellas me harán más fuerte La melodía continuó sonando en el aire haciendo que las chicas comenzaran a entrar en una paz inmensa. [Rosemary] Yo quisiera volver a encontrar la pureza Nostalgia de tanta inocencia Que tan poco tiempo duró Las chicas sintieron la música en sus corazones y terminaron la canción. [Evangeline y Rosemary] Cuando la pena cae sobre mí Quiero encontrar aquello que fui Miro hacia atrás y busco Entre mis recuerdos Vuelvo hacia atrás y busco Entre mis recuerdos Apenas terminaron de cantar que una inmensa paz se sintió en el bosque y todo por un momento fue perfecto. -guau. Eso fue realmente mágico- Evangeline dijo sonriendo. -una de las mejores formas de sanar las heridas del alma es con la música- Rosemary dijo tomando una rosa blanca que había brotado de repente del pasto cuando las chicas estaban cantando. -a veces, cuando uno no sabe que decir...puede expresar sus sentimientos al cantar. Recuerdo que mis padres cantaban juntos y era la cosa más hermosa que podía existir en el planeta; apenas sonaba la música y el mundo era mejor. No había tristeza, dolor o maldad; sólo alegría, bondad y armonía-. -¿pero si no sé qué decirle a Stanley?- Evangeline inquirió con inseguridad. -hazlo con una canción- Rosemary dijo con dulzura y observó que el perrito caminaba hacia ellas con una triste mirada. -hablando del chiquitín, aquí viene-. -Stanley...- Evangeline susurró al ver que el cachorro miraba a la chica con tristeza sin decir nada. -ustedes dos tienen mucho de qué hablar- la rubia dijo con una sonrisa y después miró a su prima. -si no puedes decirle nada a tu hermanito; cántale una canción-. -no creo que él vaya a escucharme- Evangeline dijo una vez más sonando insegura. -lo que más ama Stanley aparte de su familia es la música- Rosemary le aseguró. -así que él te escuchará- ella agregó dándole un abrazo cálido a su prima y después al perrito. -Evangeline quiere decirte algo. Por favor escúchala porque será a través de una canción-. La chica se apartó y regresó al lago dejando solos a los dos niños; mágicamente una guitarra apareció en la mano de Evangeline y esta tomó una gran bocanada de aire. -mi niño; no sé cómo empezar a decir...lo feliz que me sabe saber que somos hermanos y que al fin te encontré- ella añadió afinando la guitarra. -te diré lo que mi corazón siente y como la música es el lenguaje para el alma...lo haré cantando-. [Evangeline] Cuando tú naciste, yo apenas tenía seis años, Qué gran alegría ! pronto tendría un hermano, Y llegaste tú a las nueve y diez, Una mañana a fines de mayo, Y tan grande fue aquella ilusión Que como pude te tomé entre mis brazos, Ya me había olvidado que quería un hermano... Cuando fui creciendo buscaba estar a tu lado, Te sentía grande aunque tenías 10 años, Y detrás de ti empecé a andar, Por el camino que me ibas dejando, Y hoy de mi niñez a mi juventud Tengo recuerdos que no se han borrado, Que llevo conmigo, mi querido hermano... Hermanos, en lo bueno y en lo malo, Siempre unidos, siempre a mano, Sin pedirnos nada a cambio... Hermanos, en dulce y en lo amargo, Aprendimos a escucharnos, Y a entendernos sin mirarnos... Y hoy estamos juntos, y nada de aquello ha cambiado, Por el mismo rumbo, luchando por lo que amamos, Le agradezco a Dios, el poder seguir A cada paso contando contigo, Porque junto a ti aprendí a vivir Siempre del lado mejor del camino, donde no hay espinas, Porque estás conmigo... La chica terminó de cantar y miró al pequeño que corrió hacia ella; la chica hizo a un lado la guitarra y lo estrechó en sus brazos, ambos niños sintieron lágrimas en los ojos y rompieron en llanto, no había palabras en ese momento, sólo los sollozos de los niños era lo único que se escuchaba en el jardín, pero no era un llanto desgarrador o de dolor sino de alegría porque finalmente se habían vuelto a reencontrar. -shh, shh. Todo está bien- Evangeline dijo acariciando el pelaje del perrito. -ahora estamos juntos-. -te extrañé mucho- Stanley dijo entre lágrimas. -yo también. No sabes cuánto- Evangeline dijo sentándose en el pasto y el perrito se echó a un lado de ella recargando su cabecita en su regazo. -perdona si te asusté hace un rato...yo...no sé qué me pasó-. -no te preocupes. Seguramente fueron varias emociones las que sentiste- el niño respondió. -pero por favor no me vuelvas a espantar; enserio sí me preocupé y pensé que algo muy malo te había pasado-. -la próxima vez te contaré todo- Evangeline dijo. -aunque...no te tienes porque preocupar, Stan. Eres un niño-. -me lo dijiste hace un rato; y sé que soy un niño; pero ahora la cosa cambia. Somos hermanos, Evangeline; y con más razón ahora me voy a preocupar como tú te preocupas por mí. Sé que mamá y papá querrían que nos cuidemos el uno del otro y mantenernos juntos, pase lo que pase-. -estás en lo cierto, pequeño. Es sólo...que siento que te fallé- Evangeline suspiró. -¿por qué dices eso?- -cuando aún estabas en el vientre de mamá, yo te prometí que te cuidaría y que no dejaría que nada malo te pasara- Evangeline dijo decepcionada. -y Agatha...ella te arrebató de nuestras manos, te secuestró, te convirtió en un perro y lo peor fue que te desterró a una dimensión desconocida. Fue tan horrible que todos entramos en una depresión y nada volvió a ser lo mismo; te perdí para siempre-. -no lo hiciste. Regresé...de alguna forma pero regresé- el perrito respondió. -y ya nadie nos puede volver a separar. Ni siquiera Agatha; no rompiste tu promesa, hermana-. -¿quién iba a decir que mi hermanito fuera el perro guardián del laberinto y que estaba enamorado de Madeline?-. -¿qué?!- el niño replicó consternado. -sí lo estabas- Evangeline bromeó. -cuando fuiste un perro adulto estabas enamorado de nuestra prima...hasta le dijiste "pastelito" y querías casarte con ella-. -ahh!!- se estremeció el niño. -qué horror. No nada que ver; yo soy un niño y...sería muy extraño que...- una vez más se estremeció. -no gracias-. Evangeline comenzó a reírse. -no te preocupes, mi niño. Tú eres mi pastelito-. Ambos niños rieron y la chica suspiró. -pero una cosa necesito saber... ¿cómo supiste que yo soy tu hermana?-. -porque Rosemary me fue dando pistas y después tuve un presentimiento. Y antes...cuando estábamos con la abuela y el abuelo y ellos me miraron como algo muy valioso que se les había perdido, empecé a sospechar algo- el niño respondió. -al menos eso fue diferente que con la música. Créeme, no querrías haberme escuchado cantar-. -te escuché- el niño respondió. -fue hermoso. Mamá se habría sentido orgullosa de ti. Cantas igual que ella-. -no sé si lo recuerdes pero...cuando naciste...mamá y yo te cantamos una canción muy especial. Para que a pesar de lo que pasara...ese lazo que nos unía fuera inquebrantable- Evangeline respondió. Ella volvió a tocar la guitarra y lo miró a los ojos. [Evangeline] Oye mi canción Tierna melodía que vengo a cantarte, hasta tu ventana, dulce amado mío, En ella sabrás, mi cielo adorado, que te extraño mucho, mucho pero mucho, no estar yo a tu lado, La noche me inspiro, para cantarte, y tu mi gran amor, para adorarte Me despido ya, arrullando tu alma, que duermas tranquilo, vida de mi vida, tu sueño con calma Stanley miró a su hermana y comenzó a cantar; mágicamente sus voces se unieron en armonía haciendo un hermoso dueto después ellos miraron al atardecer pensando en su madre y con un dulce arrullo terminaron. [Stanley] La noche me inspiro, para cantarte, y tu mi gran amor, para adorarte Me despido ya, arrullando tu alma, que duermas tranquila, vida de mi vida, tu sueño con calma [Evangeline con Stanley] La noche me inspiro, para cantarte, y tu mi gran amor, para adorarte Me despido ya, arrullando tu alma, que duermas tranquila, vida de mi vida, tu sueño con calma
Por otra parte, Rosemary se reúne con Madeline; quien estaba buscando a su prima y al perrito por todas partes ya que repentinamente ellos habían desaparecido y en cuanto a Adam y Anabel ya se habían regresado a sus casas-
-Rosemary; ¿sabes en donde están Stanley y Evangeline? Los he estado buscando por todas partes-.
-están pasando un gran tiempo juntos- la chica respondió con una dulce sonrisa al tiempo que miraba por la ventana como Evangeline y Stanley cantaban juntos mientras que la chica tocaba la guitarra y el perrito cantaba. –Mira-.
-¿están…cantando?- Madeline inquirió asomándose a la ventana. –porque parece que lo hacen pero yo no escucho nada-.
-espera…déjame abrir la ventana- Rosemary se acercó y abrió la ventana para que su prima pudiera escuchar mejor. –Ahora sí, escucha-.
[Stanley y Evangeline]
Siempre podras contar conmigo  no importa donde estes  al fin que ya lo ves  quedamos como amigos.  En vez de despedirnos  con reproche y con llantos  yo que te quise tanto  quiero que seas feliz, feliz, feliz 
-Guau- Madeline exclamó asombrada. –Cantan muy bien los dos-.
-Stanley canta hermoso las rancheras. La verdad yo no conocía ese género- Rosemary admitió. –en mi familia cantábamos pero…era diferente. Normalmente eran himnos o canciones como “You raise me up”  o “The prayer”…pero al escuchar lo que canta Stanley fue hermoso-.
-es música regional de México- Madeline explicó. –Nuestros bisabuelos eran Mexicanos y fueron de viaje a Estados Unidos en donde conocieron a nuestras bisabuelas y…todo se explica mejor en el árbol genealógico-.
-¿tú sabías que Stanley y Evangeline eran hermanos?- Rosemary le preguntó a Madeline.
-tuve un presentimiento; desde el momento en el que se él se acercó corriendo hacia ella cuando estábamos en el castillo de Agatha y como han convivido. Se nota que no sólo son los mejores amigos. Son hermanos- Madeline explicó. –Stanley es el niño perdido que toda nuestra familia ha extrañado y…de alguna forma u otra, él regresó-.
-yo también lo supe- Rosemary respondió observando una vez más como la muchacha y el perrito jugaban juntos. –ese lazo entre hermanos es inquebrantable-.
-¿Rosemary?- Claire preguntó al tiempo que ella y Henry se acercaban a las dos chicas que seguían asomadas por la ventana. La joven rubia dio la media vuelta y se encontró frente a frente con sus abuelos.
-Rosie, estás viva- el anciano dijo poniéndose emocional y las 2 chicas corrieron a abrazar a sus abuelos.
-jamás pensé que llegaría el día en que todos estuviéramos de nuevo juntos- Rosemary dijo con lágrimas de felicidad. –Pensé que toda mi familia había muerto-.
-ahora todo es diferente- Claire dijo amorosamente. –estamos todos juntos y eso es lo que importa-.
-pero no es lo mismo sin nuestros padres- Madeline se lamentó. –así que la familia no está totalmente completa. Fue culpa de Agatha que nuestros padres fallecieran-.
-Lo sé- Evangeline dijo entrando a la casa con el cachorro en brazos.
-Evangeline…pensábamos que estabas afuera con Stanley- Rosemary dijo caminando hacia su prima y rodeando un brazo alrededor de su cintura.
-ya empezó a hacer frío- la chica confesó. –además no olviden que tengo poderes psíquicos; así que puedo escuchar todo lo que están diciendo- el perrito vio a toda su familia pero se puso tan tímido que no dijo una sola palabra y ocultó su cabecita en el brazo de su hermana.
-¿Qué le pasa al pequeño?- Claire preguntó.
-Stanley es algo tímido, abuela- Evangeline explicó. –él apenas está procesando toda la verdad sobre lo que realmente sucedió-.
-Buen punto- Madeline añadió.
-Entendemos; fue un día muy largo- Henry dijo con suavidad. –Si tienen hambre; su abuela preparó de cenar pastel de carne-.
-yo comí algo hace unas horas- Evangeline confesó. –Así que si me disculpan, estaré en mi habitación-.
-¿estás segura?- su abuela preguntó y la miró con preocupación.
-abuela- Evangeline confesó con sinceridad. –acabo de comerme un sándwich de jamón y un muffin de zarzamora. Así que si ceno ahora con ustedes tendré pesadillas-.
-ve- Henry simplemente dijo y la chica asintió; no sin antes despedirse de sus familiares y subir corriendo a su habitación.
Una vez en su habitación; ella puso al perrito en el suelo y fue a sentarse en su sillón; no sin antes sacar de su mochila el diario de su abuela para seguir leyendo; pero no se percató de que no estaba sola y de que su hermanito estaba en la misma habitación que ella.
-¿No qué no?- Stanley inquirió en tono de sospecha.
-shh- Evangeline susurró. –se supone que nadie sabe que tome prestado el diario de la abuela-.
-creí que no querías que Anabel lo leyera y por eso hiciste que lo volviera a guardar dentro del baúl- Stanley añadió. –es más, hasta a mí me picó la curiosidad leer el diario y me dijiste que no-.
-Bueno…cambié de opinión- Evangeline admitió. –tengo que saber más sobre el pasado de la abuela y que fue lo que sucedió con Agatha-.
-Hay que leerlo- el chiquitín exclamó con emoción. -¿puedo leer la siguiente página?-.
-¿sabes leer?-.
-¿se te olvidó que soy un niño atrapado en el cuerpo de un perro?- Stanley cuestionó a su hermana-
-oh, claro; ya lo había olvidado- Evangeline admitió. –de acuerdo, peque. Vas- el perrito se subió al regazo de su hermana y ella le dio vuelta a la página del diario.
-29 de Agosto de 1962; querido diario: hoy realmente me preocupé mucho por mi hermana Agatha; algo muy extraño le pasó. Es difícil de explicar pero…sólo diré que ni la magia ni la ciencia pueden describirlo. Todo sucedió al día siguiente que Agatha cumplió 17 años- el perrito dejó de leer y miró a su hermana. -¿qué crees que signifique?-.
-no tengo idea pero hay que averiguarlo- Evangeline respondió y los niños retomaron la lectura.
“Mi hermana Agatha y yo somos muy unidas y hemos sido inseparables. Pero ahora tengo mucho miedo de que algo malo pueda llegar a pasarle y yo no puedo hacer nada. Me siento impotente porque sólo tengo 14 años y no puedo proteger a mi hermana mayor”
-¿Agatha?- Claire a los 14 años de edad fue buscando a su hermana mayor por todas partes hasta que la encontró sentada en el suelo con las piernas contra su pecho, llorando y temblando de miedo. -¿oye, estás bien? Te he estado buscando por todas partes; mamá y papá quieren llevarnos de viaje a Inglaterra-.
-No quiero hacerte daño- Agatha dijo mirando a su hermana. –por favor vete, Claire; no es seguro que estés aquí conmigo-.
-¿De qué estás hablando?- Claire quiso saber pero su hermana siguió temblando de miedo. –Agatha; no puedo saber qué es lo que te está pasando si no me dejas ayudarte. Y no voy a abandonarte, lo prometo-.
-soy un monstruo- Agatha dijo con profunda tristeza.
-No. No digas eso; eres mi hermana mayor y me proteges todo el tiempo, aunque no es necesario que lo hagas- Claire dijo con suavidad al tiempo que tomaba la mano de su hermana. –aquí estoy-.
-puedo mover y controlar objetos con mi mente- Agatha confesó mirando a su hermana- -puedo escuchar los pensamientos de los demás y… puedo comunicarme con la mente sin hablar-.
-¿tienes poderes?- Claire dijo mirando a Agatha fijamente y la chica asintió; la jovencita suspiró y estrechó a su hermana mayor en sus brazos.
-por favor no me odies- Agatha sollozó.
-yo jamás podría odiarte; ni ahora ni nunca- Claire dijo con suavidad. –y no tengas miedo; te ayudaré a controlar tus poderes y a usarlos para el bien-.
-¿y cómo?- Agatha quiso saber. –Estoy tan asustada de que pueda causarle daño a alguien-.
-porque yo también tengo poderes- Claire respondió mirando a Agatha. –yo supe dominarlos; y ahora yo te enseñaré a hacer lo mismo. No somos ordinarias, Agatha. Somos hadas que protegen a la luz. No estás sola y lo lograremos juntas-.
-eres la mejor hermana y amiga que he tenido- Agatha dijo abrazando a Claire. –te prometo que pase lo que pase; nada ni nadie nos va a separar-.
-te quiero, Agatha-.
-y yo a ti, Claire-.
Los niños una vez más interrumpieron la lectura, alzaron la vista y se miraron el uno al otro completamente en shock.
-Guau- Stanley y Evangeline exclamaron al mismo tiempo.
-Yo tengo los mismos poderes que Agatha- Evangeline confesó.
-lo sé. Pero lo que me tiene sorprendido es que Agatha estaba súper asustada cuando sus poderes se manifestaron por primera vez. Es como si ella tuviera miedo de ser diferente- Stanley confesó. –ahí ella todavía era buena-.
-Definitivamente todo lo que está escrito en este diario está relacionado con mi vida- Evangeline miró al perrito. –piénsalo bien; Claire y Agatha eran normales hasta que su vida dio un giro de 90 grados y…50 años después, yo soy la que sigue en el legado y de repente…tiene que cumplir con la profecía. La verdad no sé si pueda hacerlo-.
-lo lograrás, Evangeline. Eres muy valiente y darías tu vida por proteger a los demás. Yo creo en ti, pero tú también necesitas creer en ti misma y confiar en que vas a restaurar el poder de la luz- Stanley dijo mirando a su hermana. –además no estás sola; me tienes a mí y a toda nuestra familia que va a estar a tu lado en todo momento; incluso en los más difíciles. Yo estaré contigo por siempre-.
-Lo que más me hace feliz ahora es que estamos juntos, hermanito- Evangeline dijo abrazando al perrito. –y yo te prometo que cuando la oscuridad sea vencida, tú volverás a ser un niño. No te prometo que voy a recuperar a mamá y a papá porque eso es imposible; pero lucharé contra viento y marea para que nadie más nos separe-.
-vamos a leer lo que sigue, ¿de acuerdo?- Evangeline continuó diciendo y el perrito asintió. -Entonces, ¿lo que sigue en el diario tiene que ver con Agatha?-. -En parte sí- La chica respondió y fue cambiando las páginas hasta que encontró una de ellas con la tinta del bolígrafo corrido y la página se veía maltratada y habían rastros de lágrimas-. -pobre abuela Claire- el niño observó. -esto claramente refleja que alguien rompió su corazón en mil pedazos-. -aún no llegamos a esa parte- la chica comentó. -pero tengo el presentimiento que estamos a punto de acercarnos al meollo del asunto- ella tomó una gran bocanada de aire y comenzó a leer en voz alta y clara. -15 de Diciembre de 1987; estoy tan herida que honestamente no tenía ganas de escribir; pero la única forma en la que puedo expresarme es con palabras. Diario; hoy fue el día en que perdí a Agatha para siempre. Es como si una parte de mí fuera arrancada...-. "Jamás pensé que el amor de un muchacho fuera capaz de causar tanto daño y lo peor fue que el corazón de mi hermana se llenara de veneno. Siento que es toda mi culpa; y hay días que me pongo a pensar que todo sería mejor si Henry nunca hubiera llegado a mi vida” Una soleada tarde de primavera; Claire estaba en su habitación cepillando su rubia y larga cabellera; cuando Agatha entró a la habitación de su hermana sin antes tocar la puerta; Claire miró a Agatha por el espejo y le sonrió. -¡Regresaste!- Claire dijo con felicidad y se paró a recibir a Agatha con un cálido abrazo. -¿Que tal es París?-. -Es bellísimo- Agatha dijo con suavidad. -todo allá es tan romántico que te hace suspirar, La torre Eiffel y el arco del triunfo son los más grandes tesoros; aunque me hubiera gustado que vinieras conmigo-. -Mamá y papá no lo hubieran permitido- Claire dijo con tristeza. -ellos querían que continuara estudiando-. -supe que te graduaste- Agatha dijo abrazando a su hermana. -estoy tan orgullosa de ti-. -Aggie...tengo que decirte algo- Claire dijo llena de dicha. -acabo de casarme y...espero un hijo-. -¿Qué?- Agatha dijo en shock. -fue en la Universidad y...no te lo dije porque estabas en Francia cantando Ópera; Henry y yo decidimos que fuera una ceremonia pequeña y después tener una gran boda con toda la familia y amigos después de que el bebé naciera-. -Henry- Agatha exclamó horrorizada y comenzó a retroceder al tiempo que sus ojos se llenaban de lágrimas. -No. No; él...él dijo que me amaba, que él iría a buscarme a París y...que me haría su esposa. Él no sería capaz de traicionarme así-. -Agatha; yo no sabía que él te cortejaba- Claire dijo con profunda tristeza. -él fue ml primer amigo en la Universidad y...los días pasaron y él y yo nos enamoramos-. -no sé qué cosa es más baja; ¿Que tú no me hayas invitado a tu boda...o que me robaras al hombre que amaba?- Agatha dijo al tiempo que soltaba un llanto desgarrador y caía al suelo sollozando. -Agatha...-. -¡NO ME TOQUES!- Agatha rugió en furia y sus ojos se tornaron de un verde fluorescente. -¡ERES UNA TRAIDORA! ¡TE ODIO!-. -Agatha, no- Claire imploró llorando. -por favor perdóname-. -¿enserio piensas que después de lo que acaba de pasar voy a perdonarte?!- Agatha dijo con rabia. -no lo haré nunca. A partir de ajora estás muerta para mí. Te voy a destruir y todo lo que más amas será exterminado-. -¡No! Por favor! Piedad!! ¡AGATHA!!!!-. -hasta nunca...hermana- Agatha dijo en forma macabra; no sin antes salir de la habitación y dejar a su hermana encerrada bajo llave mientras gritos y sollozos desgarradores le suplicaban a Agatha piedad. Al caminar por las calles; un halo negro la rodeó completamente y al igual que su corazón que se fue marchitando; su hermosa apariencia fue sustituida por vejez y fealdad; al tiempo que ella soltaba una risotada macabra y diabólica al aire. -Dios mío- Evangeline dijo entrando en pánico y dejando caer el diario al suelo. -es demasiado. No puedo respirar-. -a ver...tranquila- el niño dijo mirándola fijamente. -respira profundo y trata de calmarte. Yo también estoy en shock pero...trato de respirar-. -me voy a desmayar, Stanley...-. -ah no. Eso sí que no...no otra vez- su hermanito dijo saltando de su regazo y fue a buscar una bolsa de papel, la cual tomó por el hocico y se la pasó de nuevo a la chica. -en estos casos me gustaría ser un niño y no un perro. Intenta respirar en eso. Hazlo lento-. Evangeline asintió, tomó la bolsa de aire y comenzó a respirar lentamente tratando de calmarse. -guau; tu corazón late igual de rápido que un super jet- Stanley comentó poniendo su pata en el corazón de Evangeline. -es que no entiendes por lo que estoy pasando!- la chica dijo una vez más entrando en pánico. -es demasiado peso sobre mis hombros. Yo...acabo de enterarme la razón por la cual nuestra tía se volvió mala; ¡fue culpa de nuestro abuelo! Y...lo peor es que yo tengo que luchar contra ella. No hay nadie más. Yo soy la elegida! Y no puedo...yo no puedo con tanta presión!- Evangeline se levantó de un salto y comenzó a ponerse nerviosa. -yo sólo quiero ser normal; ir a la escuela y tener a mi familia-. -tienes que creer en ti misma-. -Stanley, no me estás ayudando ahora mismo-. -¿pues cómo quieres que te ayude si te bloqueas y no quieres escuchar?- el perrito preguntó. -tú no puedes entenderlo, Stanley. Eres sólo un muchacho de trece años atrapado en el cuerpo de un can- Evangeline admitió.-el hecho de que alguna vez fuiste un perro adulto no significa que entiendas por lo que estoy pasando. Yo...no me siento lista para salvar al mundo-. -tienes razón. Tal vez hayan cosas que yo no entienda porque aún soy pequeño; pero entiendo lo que sientes- el perrito dijo. -Evangeline...hoy fue toda una montaña rusa de emociones para mí. Descubrí la verdad de que fui separado al nacer, secuestrado por nuestra tía que se volvió mala y cruel por culpa del abuelo, me enviaron a una dimensión desconocida, me convirtieron en un perro y fui adulto. Pero eso no deja que yo me de por vencido o quiera renunciar. Sigo adelante...y navego contra una gran corriente; igual que un capitán en su barco.  Mi consejo es....tú peor enemigo es el temor y si dejas que se apodere de ti...va a ser muy tarde-. -¿crees que yo sea la indicada para restaurar el poder de la luz?- Evangeline quiso saber. -lo creo con todo mi corazón. Pero de nada sirve si tú no lo crees- Stanley dijo acercándose a ella. -Perdóname por haber entrado en pánico-. -me acostumbraré- el perrito bromeó. -será una nueva experiencia tener a una hermana mayor dramática-. -oye!- Evangeline bromeó y ambos rieron. -¡ay mama pulpa!- el cachorrito exclamó de repente cuando un trueno muy potente retumbó y él se escondió debajo de la cama. -Stanley- Evangeline fue a buscar al perrito. -¿a dónde fuiste?-. -me escondí- el niño respondió. -aquí estaré más seguro-. -¿por qué?- La chica quiso saber acercándose a él. -por eso- el perrito dijo y otro trueno retumbó en el cielo al tiempo que llovía con intensidad. -¡ay!- él volvió a esconderse debajo de la cama. -¡no! ¡No! ¡No! Yo me quedo aquí-. -no tengas miedo; es sólo una tormenta- Evangeline dijo asomándose abajo de la cama y vio que el perrito estaba echado en el suelo y temblando. -tranquilo. No dejaré que nada te pase-. -pero...que pasa si me cae un rayo encima y termino chamuscado?- -estamos dentro de la casa. No va a pasar nada malo- Evangeline apaciguó al perrito. -malo si estuvieras afuera debajo de un árbol. Ahí sí preocúpate-. -pues yo me quedo aquí. Por si las moscas. --Stanley, lo peor que puede pasar estando aquí dentro es que haya un apagón- Evangeline dijo. -pero ya en fuera no hay peligro. Que pasó con ¿el miedo es tu peor enemigo y si dejas que se apodere de ti va a ser muy tarde?-. -no tiene nada de malo que le tenga miedo a una tormenta- el niño replicó. -no me gustan ni me gustarán los truenos y relámpagos-. -a mí tampoco me gustan pero...es algo de la naturaleza que tenemos que respetar y ser cuidadosos- Evangeline dijo. -ven; sal de ahí-. -no- el perrito dijo. Evangeline suspiró, y comenzó a cantar. [Evangeline] Una vez un ruiseñor En los claros de la aurora Quedo preso de una flor Lejos de su ruiseñora El perrito lentamente fue saliendo debajo de la cama, caminó hacia su hermana y se sentó frente a ella para escucharla cantar. Evangeline lo tomó en sus brazos, se sentó en la cama y fue acariciando su pelaje para calmarlo. Esperando su vuelta en el día Ella vio que la tarde moría Temblorosa cántandole al río Media loca de amor Le decía Donde estará mi vida Por qué no viene Que rosita encendida Me lo entretiene Agua clara que camina Entre juncos y mil flores Dile que tienen espinas Las rosas de los rosales Díle que no hay colores Que yo no tenga Que me muero de amores Díle que.. Vuelva El perrito se fue relajando poco a poco que finalmente se quedó dormido apaciblemente en los brazos de su hermana; ella lo colocó cuidadosamente en su cama y puso una cobija encima de él para rematar con un tierno beso en su cabecita. -dulces sueños, mi pequeño- Evangeline dijo; fue a sentarse nuevamente en el sillón y volvió a retomar la lectura en "Matilda" para despejar su mente por un momento y olvidar el drama familiar que había causado leer el diario de su abuela. Había más secretos por revelarse, pero eso ya era otra historia.
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apsychrenegade · 7 years ago
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Debajo de las Piedras de Granada (IV): Harakiri Beach. La Fiesta tropical debe continuar
Nuestra cuarta parada en el camino insoldable de Las Piedras de Granada es para que la brisa tropical y la frescura de un trío inconfundible, vitalista, sexy (pero no chabacano), adictivo y autosuficiente, nos redima de nuestros excesos de sobriedad, y por fin, nos saquen a bailar.
Teníamos ya ganas de pasar una tarde con los Harakiri Beach. Charlar con ellos de sus orígenes, su amor por la música -el verdadero leitmotiv que les lleva a hacer bailar al personal- y sobre todo de su disco en ciernes; Party Beach.
Si hay algo que puede definir a Harakiri Beach es, por un lado, su eclecticismo y heterogeneidad en lo artístico y musical (sus influencias pueden ir desde el rock al punk, del pop a la electrónica o del hip hop al kraut… Y así, hasta una amalgama de fuentes casi infinita). Y por otro, una vocación extrovertida, un ADN impregnado en fiesta y baile, vitalidad a borbotones, y por encima de todo, una gran pasión por la música.
Los hermanos Moreno (Israel -voz, teclado, sintetizadores y juguetitos varios- y Rubén -bajo-) y Javi Paganelli (bateria) son Harakiri Beach. El grupo tropical surgió en su Motril natal (Javi es motrileño de adopción, llegó oriundo de Argentina; aunque eso sí, ya son casi quince años de motrileñismo en vena, familia incluida), de las reminiscencias de los extintos Sasi and the Cachemirs.
De aquel cuarteto sobrevivieron, allá por 2013, Javi e Isra y crearon el nuevo grupo con las bases sólidas de uno, su amistad; dos, su amor por la música; y tres, un nombre que ya sobrevolaba el anterior conjunto, en forma de posible tema o disco. Así surgió Harakiri Beach.
Un poco más tarde apareció en escena Rubén, que aportó con su bajo bases rítmicas muy potentes para el trío actual, y exoneró a su hermano de exceso de trabajo (a Javi le empezaba a preocupar ya tanto desdoblamiento de su colega). El caso es que con Rubén se gustaron. Sonaban mejor. Más equilibrados. Y aunque el proyecto venía ya rodado, en verborrea Piqueriana, Rubén… Contigo empezó todo.
Israel Moreno, en plena faena; sintetizadores, teclados y programaciones en ristre. Fotografía Web Oficial Harakiri Beach.
El Botánico granadino fue el punto de encuentro con los HB. Caía la tarde y el cielo estaba de color vino, que diría El Maestro, así como tendente a la escarcha y a ese frío, cortante y seco, tan peculiar de Granada. El primero en aparecer por el bar fue Isra, con una figura de Star Wars bajo el brazo recién comprada. Soy así de friki… Me comenta de entrada (aunque luego hablaremos de la jugada).
En cuanto pedimos el primer tercio de Alhambra Especial, aparecieron, recién llegados de la costa, Rubén y Javi. Se pusieron al día con otras dos cervezas y comenzamos la charla.
Beach Party, calentito, calentito. A punto de salir del horno. Hay muchas ganas de hincarle el diente.
«Empezamos Javi y yo ensayando en Motril, en nuestro local, cerca de la playa… Bueno, ensayando… Haciendo el ‘hungaro’ (risas)… El caso es que como ya teníamos algo de material tras lo de Sasi and the Cachemirs, fuimos haciendo canciones en el local de ensayo… Y sin casi pensarlo estábamos ya con mi hermano haciendo bolos en bodas, hasta llegar a Granada, donde nos estrenamos en la Sala Príncipe. Nuestro primer bolo oficial; cinco temas. Es lo que teníamos»… Arranca Isra, muy animado, como lo es siempre, ya pueda tener 39º de fiebre.
«De ahí, nos vimos en la final del Emergentes en 2015… Y luego, repetimos final en 2016, tras grabar el EP Cazador de Medusas», nos señala Rubén.
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Tema ‘Niños’, del grupo Sasi and The Cachemirs, de donde surgieron los H.B.
Continúa Israel con la historia del grupo… «Conocimos al alemán (Paul Grau, productor e ingeniero de sonido, que ha grabado a multitud de grupos en los estudios Gismo 7, situados a las afueras de Motril), que ya nos había grabado con el anterior grupo el EP Rodarán cabezas -muy chulo por cierto, pero era un rollo diferente… En plan ECA, donde la alegría y la luz electrónica y bailable actual se torna en sordidez y oscuridad punzante, pero lisérgica y atractiva- y con él de puta madre».
Para costear el EP que comentábamos, en 2015, o el mini LP Party Beach, que tienen desde la primavera pergeñado y que por fin ve la luz ya en digital «y esperamos que a final de año, o principio del próximo, en formato CD», han tenido que rascarse todo de su bolsillo. «Lo nuestro es la autogestión, autoproducción, autonomía, autosuficiencia… ¡Autotunen!» (Risas) -gritan los tres al unísono-.
Israel hace un inciso, mientras Javi y Rubén siguen pidiéndonos tercios gentilmente, «yo he trabajado con Grau en su estudio de auxiliar y de lo que ha hecho falta… Vamos, de hecho, este año he estado recogiendo sus aguacates. Lo que sea para costear el disco…».
El término INDIE está prostituido, lo utiliza ya todo el mundo para cualquier cosa; pero nosotros sí somos indies de verdad. Nos hacemos todo. Nos pagamos todo. Somos autotodo…
Israel Moreno
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Hablamos, a colación de los medios de comunicación de corte, supuestamente público y más alternativo -como Radio 3-. «Volvemos a lo de la etiqueta del indie», comenta Rubén, «grupos que hace diez años estaban en Los 40, ahora pululan por estos medios y por los festivales al uso… No sé, así está la cosa…», prosigue. «La culpa de todo la tiene el Rock in Rio… Y la Heinenken…», gritan jocosamente, primero Javi, y luego Rubén (Vuelven las risas).
«Nosotros fuimos a muchos festivales de espectadores a principios de siglo… Pero era otra historia. Había cinco o seis. Ahora es que hay en cada pueblo uno. El problema no es que sean un negocio, sino que es un circuito cerrado, acotado a unos pocos», reflexiona Isra. A raíz de este comentario, comenzamos una enriquecedora tertulia sobre las posibilidades de un nuevo circuito underground. «Quizá más que centrarnos en criticar al que hace negocio viniendo de fuera de la música, habría que hacer algo de autocrítica a los que estamos en el mundillo más alternativo y no generamos nuevas fórmulas o circuitos», continua Rubén.
Hablando de grupos, conciertos, festivales (nos adentramos en muchos, históricos, como los de las Fiestas del Zaidín)… Podemos cerciorarnos de la increíble variedad de gustos y estilos a los que acuden y de los que se nutren como influencias. En la charla repasamos anécdotas de los Ilegales, escuchas de hip hop, recuerdos de los Smiths o de «un concierto que viví hace mil años de Echo and the Bunnymen», nos señala Rubén; salen a la palestra nombres como Antonio Arias, Eric Jiménez… O gente como La Mala Rodríguez, Lori Meyers o Eskorzo. Desde luego, cuando hablamos de gustos variados y de eclecticismo, no exageramos lo más mínimo…
Da gusto hablar con estos chicos porque viven la música con pasión y así lo transmiten. Podríamos estar horas y horas, y seguirían fluyendo temas, grupos, historias… Todo muy natural y algo desordenado -esto por mi culpa y mi manía de abandonarme al guión y meterme de lleno en la cháchara, tal y como va saliendo, sin más-.
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BeachParty
Nos centramos para finalizar la charla, mientras nos tomamos la tercera (o era la cuarta…) cerveza, en el disco que podremos disfrutar ya esta misma semana. «Primero lo vamos a adelantar en la red, como ya hicimos con el anterior… Y en varias semanas, esperamos sacar a la luz los CD físicos. Todavía quedan por pulir un par de cosas, como la contraportada…», nos comenta Isra, muy ilusionado.
Nuestro proceso de creación con este disco ha sido como el que hemos tenido siempre; los temas surgen en el local de ensayo, entre los tres. Funcionamos muy bien en equipo y en los ensayos. La canción se construye en el local. Aportamos todos, aquí no hay líderes
Israel Moreno
Con respecto a los títulos de canciones y discos, así como el nombre del propio grupo, sale a relucir lo singulares de los mismos. «Nos han dicho muchas veces lo de los títulos, que gustan mucho. De la yuxtaposición de dos conceptos tan distintos como el suicidio japonés y la alegría de la playa, al Beach Party actual (que es muy pegadizo)… Pero como lo de Cazador de Medusas… Eso es insuperable», prosigue Israel… (Risas, de nuevo).
«Son seis temas, que presentaremos en Bora Bora. Pronto sacaremos fechas, tanto para el CD físico, como para la presentación y los primeros bolos…», y continúa el teclista y arreglista, «…Las canciones siguen en la línea de nuestra idea original; hace bailar a la gente. Todos los temas son muy movidos, a excepción del de ‘Soldados Imperiales’» (de ahí la figura de Star Wars, de la que hablábamos al principio), mientras coge el testigo su hermano Rubén, «…Que quizá lo es menos, pero va con unas bases rítmicas muy sólidas de bajo, al estilo New Order. Esta canción la teníamos ya preparada, pero tiene su historia. Paul Grau nos dijo, coño no me traigáis más instrumentales. Ponedle letra, cabrones…» (vuelven la risas).
Nuestra idea es bien clara. No nos interesan los chicos atormentados. Queremos que la gente lo pase bien (como nosotros), que se olvide de sus problemas y sobre todo, que bailen. Que bailen mucho.
Nos damos cuenta de que se nos ha pasado la hora que teníamos fijada para irnos y no liarnos (nos conocemos). Alguno ya ha recibido la que denominamos «la llamada del ahorro» y ya va tocando el momento de la retirada, pero antes, nuestros chicos nos dejan el track list de Beach Party:
San John‘
Queridos hermanos‘
Soldados Imperiales‘
Arquitechnos‘
‘Cine, Doritos y besos‘
‘L.F.D.‘
Seis cortes para disfrutar del pop rock electrónico y new wave de Harakiri Beach; fresco, divertido y sobre todo muy, pero que muy bailable. Mucha referencia al cine y al mundo de los cómics, «ya te hemos dicho que somos unos putos frikis», dice Isra. Reminiscencias más lejanas a New Order y más cercanas a Los Pilotos, pero en todo caso, sonido con personalidad propia e inconfundible. Este trío tropical es diferente y su propuesta no tiene fisuras. Hacen felices a la gente. Y punto.
Teníamos que recogernos. El tiempo pasa volando entre cervezas, charla, música y buena gente. Nos veremos en breve, seguro; es habitual encontrarnos con los hermanos Moreno -con Javi algo menos, al tener ya una criatura en casa y tener el tiempo más acotado- en cualquier sarao musical en la ciudad y alrededores. Son grandes consumidores de música en directo y su hábitat natural es Planta Baja. Claro… Que el nuestro también. Y además, ahora Isra trabaja en el Bar de Eric, así que es difícil no dar con él en la ciudad de la(s) Alhambras(s).
Nuestra despedida, para no perder la costumbre es al primer toque. Harakiri Beach, hasta siempre. Bailaremos al ritmo tropical que marquen en su gran Beach Party. Apuesta segura, fiesta garantizada…
  Corto y al pie (el cuestionario tiki-taka):
-Un rincón de Granada para perderte.
-Planta Baja.
-Último disco que habéis comprado.
–Dummy, de Portishead (Isra).
-Un disco al que siempre volvéis.
–Agotados de esperar el fin, de Ilegales (Rubén). Cualquiera de Los Abuelos (Javi).
-El Bar de los Harikiri Beach.
-La Romana, por supuesto.
-Referente musical granadino.
-Lagartija Nick (Javi). Los Pilotos (Rubén).
-Un directo.
-The Suicide of Western Culture.
-2018…
-¡Tocar mucho!
  Nosotros nos vamos. Será hasta el próximo capítulo de Debajo de las Piedras de Granada, al que os emplazamos, no sin antes recomendaros encarecidamente que escuchéis, bailéis y disfrutéis mucho Beach Party. Os los adelantamos. Va a ser un pelotazo. No os arrepentiréis de ser testigos del mismo.
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