#y sí sin dolor de cabeza pero mi pinche garganta
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do not get drunk do not collect $200 DO get horrible acid reflux. what is the point of alcohol again
#bell.txt#soy un mentiroso que esperan#y sí sin dolor de cabeza pero mi pinche garganta#y no ebriedad#alcohol tw
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V: Deep Purple.
El Dextrometorfano es básicamente jarabe para la tos, de ése que toman tus primitos cuando cagan sus pulmones por la garganta. La magia del Dextro radica en que viene del opio y lo puedes comprar libremente, sin recetas y muy barato. Cuando llegó a mi vida fue en la casa de mi novia de aquél entonces, sabíamos ya la leyenda de la Codeina (Otro jarabe para la tos que no es legal en México), pero la mejor amiga de mi novia (Danae) nos contó del Dextro porque ya estaba empezando a consumirlo seguido, así que sin pensarlo nos juntamos y compramos cuatro botellas, dos para ella y otras dos para nosotros. Antes que nada nos dejó bien en claro que debíamos estar relajados y sacarnos cualquier idea negativa de la cabeza porque con tantito que una pendejada de esas se te cruzara, era malviaje seguro y uno muy cabrón, al grado de que podías suicidarte bajo sus efectos. Después de platicar un rato escuchando música tranquila (Estábamos escuchando a Mazzy Star), por fin nos animamos. Danae se tomó ambos jarabes como si nada y a nosotros nos costó bastante por el sabor a mierda del jarabe, podías sentir la diabetes en el paladar cuando te lo pasabas por garganta, de hecho me acordé de cuando era pequeño y de cómo tenían que obligarme a tomarme la medicina cuando estaba enfermo unas dos o tres veces porque siempre lo escupía. Después de acabarnos todo, nos acostamos en la sala de nuevo; enfocándonos en cosas positivas. Una media hora después comenzaron a llegar los efectos. Primero me sentí más tranquilo y cómodo, similar a fumar marihuana, de hecho tenía la idea de que así estaría el viaje, que quizás Danae exageraba en cuanto a las alucinaciones, y en lo que platicábamos y les decía que no creía que estuviera tan cabrón, prácticamente me desprendí de mi cuerpo.
Era como si los colores y las luces se intensificaran, similar a cuando te dan un golpe muy fuerte en la cabeza y ves ‘’brillitos’’, pero cada vez más y más fuerte. Después, como si mi cuerpo estuviera tirado en el suelo y lo único que tuviera mi atención fueran las paredes blancas de la casa, cómo todas parecían estar llenas de rayos. Mientras más pasaba el rato ya no tenía claro si podían escuchar las cosas que decía (seguramente nada de lo que decía lo articulaba bien), estaba seguro de que mi voz se escuchaba muy poco; las luces se estaban tragando mi voz—decía yo. Volteé a ver a mi novia, ella estaba viendo a todos lados y en sus movimientos dejaba sombras, cuando volteó a verme noté que sus ojos, su nariz y su boca daban tanto contraste con su piel que parecían estar completamente negros, igualita a las madres que saca Dross en sus videos. Me sonrió y creo sonreírle de vuelta, de ahí en adelante todo se volvió más confuso y mis pensamientos eran muy vívidos, veía escenas de cuando la conocí y tuve flashbacks de cuando me enfermé a los 4 años y me tuvieron que llevar en la madrugada corriendo a buscar un doctor que me calmara la fiebre, pero eran flashbacks tan fuertes que era como tener frente a mí las calles de la Colonia Cuahutémoc, que era donde vivía de pequeño. Un rato después quise caminar pero ya todo estaba perdido, no aguanté y fui a dar a un sofá, desde ahí me costó encontrar dónde estaba todo, pero ellas seguían sentadas y no les distinguía la cara, eran puras siluetas. Al querer acercarme me sentía como con cuatro metros de distancia, no podía caminar y cuando me arrastraba para alcanzarlas veía el piso, y la alfombra que teníamos se sentía como insectos picando mis manos (Y sí estaba limpia, culeros). Mi novia riéndose de mí me fue a acomodar y se sentó conmigo, y vaya... Yo ya estaba en calidad de bulto, era un viaje fuertísimo y me quedé acostado sujetando su mano, ella estaba sentada más tranquila, seguía viendo a todos lados y me volteaba a ver a mí mientras estaba tratando sonreírle. Tenía ése típico tapón de oídos, eco y disociación, que realmente no era preocupante si tenías calma, pero aquí viene mi parte favorita de mi primer experiencia con DXM...
Danae tenia mucho más controlado el efecto, podía estar con más normalidad por la casa, de hecho nos hablaba para saber que estábamos bien y para no dejar que nos fuéramos muy lejos, pero no se le ocurrió mejor idea que poner música de Rammstein. Así es, estaba tirado viendo al mundo volverse sombras y de pronto escuchaba Du Hast a todo volumen con ella bailoteando frente a nosotros. Afortunadamente me gusta ése tipo de música y no me alteró demasiado, pero estoy seguro de que un católico en mi situación hubiera pensado que llegó el puto anticristo a llevárselo. Todo era un desmadre para ése punto y yo trataba de seguir tranquilo, era el momento perfecto para que me diera el peor malviaje de mi vida pero no, la clave estaba en saber que únicamente me estaba drogando y centrarme en el mundo real, en la casa y las personas que estábamos ahí. Mi novia se acostó conmigo y me abrazó, me hablaba pero no entendí qué estaba diciendo, sólo la agarré fuerte y así se fue controlando todo, después de más de 5 horas en ése estado. Al final todo se iba reacomodando y Danae seguía bailando como loca, pero ya era más leve y empecé a disfrutarlo, ya con más control de mí me paré a bailar con ella mientras todo seguía oscuro, con mi novia del hombro dejándose llevar por la música y con la sensación de estar en un antro apocalíptico.
Pasó el efecto y fue un poco pesado, así que la fiesta murió ahí y al otro día platicamos de nuestras experiencias. Todos pasamos por lo de las luces y las sombras, pero Danae con mucha más intensidad, al grado de que para ella la casa estaba llena de "fantasmas" que se movían por todos lados, nos tocaban, bailaban, y todo mientras no había paredes ni suelo, nada. Por otro lado, mi novia dijo que todo era oscuro y ruidoso como en un concierto, que las paredes estaban muy lejos, y que en ellas podía ver a Dana, como en un escenario, pero que era placentero hasta que empezó a alucinar con episodios de su pasado.
Ella venía de unos padres cariñosos que siempre la habían alentado y apoyado en sus locuras como la música y con ciertos rasgos de su personalidad que podían ser pesados, tenía muy mal genio y desde muy joven se intentó suicidar, así que ellos habían tenido gran peso en volverla una gran persona, a pesar de haberse ido al desmadre muy joven y ser muy rebelde. Su situación familiar era compleja y para ése punto ni yo dimensionaba qué tanto lo era, pero uno de los peores detalles y de los que más me cuesta escribir es que su hermano mayor era un completo infeliz que varias veces llegó a golpearlas a ella y a su madre. De hecho esa era una de las razones por las cuáles ella se fue de casa siendo una niña, era un ambiente familiar que le afectaba demasiado de manera recurrente, y en aquél viaje de DXM alucinó con los recuerdos de su hermano actuando como una mierda despreciable con ella, ése había sido el motivo por el cuál me abrazó y no se había despegado de mí. Escuchar a tu novia decirte que las drogas le provocaron ver a su hermano mayor golpearla a ella y a su madre para empezar el día, es algo que quienes no han vivido deben agradecer toda la puta vida por nunca haberlo hecho. A pesar de lo crudo de ése evento, no hubieron lágrimas. Sí, un abrazo fuerte de mi parte, acariciarla y Danae del otro lado haciendo lo mismo, pero, salud. Después de un rato nos tomamos unas cervezas, platicamos y nos metimos perico. Entre risas y apoyo cada uno fuimos sacando algunas historias de nuestro pasado de mierda, y ahí conocí mejor a Danae, ya no era sólo la mejor amiga de mi novia, era la chica con problemas alimenticios y una familia ausente y caótica. ...Eso ya parecía pinche reunión de Alcohólicos Anónimos, pero bueno. Se pasaron esa tarde y la noche entre mucho, mucho alcohol. Mi experiencia probando el DXM por primera vez fue así, sin embargo es increíblemente fácil caer en un malviaje que se vuelva tus peores recuerdos haciéndote mierda hasta que quieras arrancarte los ojos, y además te puede volver adicto a ello como a nosotros. Y, ¿Qué pasa si soy adicto a un jarabe? Lamentablemente no te hará inmune al dolor de garganta y ya, sino que te joderá el sistema digestivo, te puede causar úlceras, convulsiones, o un ataque al corazón. Pero al menos a pesar del sabor no les provocará diabetes... Así que les aconsejo no meterse en eso. Si les valen mis consejos y de todos modos lo van a hacer, pues chinguen a su perra madre mil veces y NO mezclen DXM con ningún otro medicamento, alcohol u otra droga. Además, cometimos un error enorme de jóvenes pendejos al habernos metido eso sin nadie más supervisando, si alguno de nosotros no hubiera tenido tanto control, cualquiera hubiera podido acabar muerto o algo peor, así que procuren consumirlo con una persona limpia y sin pasarse de la dosis. Una botella está bien para empezar y si van a experimentar con más, háganlo poco a poco si no quieren acabar arrepintiéndose o muertos. Canción de ésta entrada: https://www.youtube.com/watch?v=-4EV2OTBh7Y
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TRAICIÓN GENERACIONAL
Por Santiago Muedano
Últimamente me cuesta sacar de mi cerebro lo tanto que te extraño. Ando inflamado de nostalgia melancólica, raza. Caso grave con toda honestidad. Que me llamen pinche ridículo exagerado de mierda pero esa es la pura verdad. He pensado mucho en ti, Santi 2019. Cómo me pica el seso sentirme tan alejado de ti y a la vez amarrado por la cuerda del nombre y de la supuesta identidad. No mames que somos la misma persona, la verdad no me la creo y para ser muy franco, me encabrona. Esa es una de las cosas que extraño tanto de ti, Santi 2019: no tenías tiempo ni espacio para enojarte, pues tu imagen personal era complaciente a niveles preocupantes, y qué bueno. Me cuesta creer de dónde mierdas sacabas la energía y la motivación para querer caerle bien a todo el mundo, pero sobre todo me puzzlea la facilidad con la que pretendías adoptar tu imagen de artista. Quizás es porque aún no te la creías y sólo estabas fabricándote a ti mismo. Quizás te faltaban los putazos verdaderamente fuertes y las decepciones aplastantes. Eras muy bonita persona, y creo que por primera vez me atreveré a admitir que admiro cómo haz hecho algunas cosas. Triste es que sólo a la distancia y a través de la emoción del añoro puedo llegar a querer darte un abrazo, pero supongo que por algo se empieza. Santi 2019, me caga dudar tanto y de manera tan constante de mi mismo. ¿Cómo le hacías? Por favor compártemelo.
No quiero ceder ante esta mordaz lógica de la edad en la que tratan de convencerme de que todos estos males se derivan de mis años acumulados. Quiero escapar de estos bajones energéticos tan fuertes. Por favor no dejes que me consuma por la mierda amarga. Continuaría pidiéndote ayuda pero ambos sabemos muy bien lo tanto que me cuesta pedirla. Oye, no se si sepas cuánto odio lamentar estos cambios. Me hacen ver como un pinche inmaduro emocional y ese vaya que es un insulto culero. ¿Debemos aceptarnos no?, ¿porqué le estaría fallando a una de las grandes máximas millennials: amarme a mi mismo? Soy un traidor generacional de los feos. No puedo creer que no he usado estos dos años encerrado para encontrarme de jeta conmigo mismo y amarme sentado en la silla del comedor de mi casa. Parado lavando los trastes. Haciendo cardio en mi cuarto dejando el suelo sudado. En serio cómo me cuesta creer que dos años no han sido suficientes para algo tan crucial, para amarme de una buena perra vez. Y mira, se que esto no te concierne del todo y que seguro te estás preguntando qué conchas hago encerrado encontrándome conmigo mismo pero ya verás. Espera y verás. Creo que nunca te dije esto pero celebro muchísimo la capacidad que tuviste para procesar tu ruptura con tu ex pareja. Me parece increíble lo honesto que fue tu manejo y la transparencia con la que lograste llorar y comunicar tu dolor. Verga, cómo extraño llorar de esa manera. Sin molestia en la cara ni en la cabeza. Como putas cascadas. Con las palabras atascandose en la garganta y tomando buches de aire chicos e insuficientes. Sonidos cortados pero comprensibles, y los cachetes brillosos de lo húmedos. Te extraño y te quiero mucho Santi 2019. No puedo ni quiero mentirte y decir que todo va a estar bien, como tanto les mamaba decir a inicios de LA GRAN MALDICIÓN 2020. Lo que sí te puedo asegurar es que estarás. Vivirás. Y como siempre, tendrás que inventarle un significado a ese concepto. Y la vas a cagar y vas a actuar a partir de expectativas muy pendejas, cosa que te hará sentir como basura porque ya no eres un infante para estar cometiendo este tipo de errores pero créeme, todo apunta a que ese sentimiento no parará de aparecer. Mi recomendación es que vayas buscando cómo abrazarlo. Esto que voy a decir me va a doler pero, tengo la impresión de que esperabas más de mi. En tu imaginación de Santi 2019 jamás cupo todo lo que me ha pasado. No voy a diluír lo pesado que han sido estos dos años, ya me cansé de ese formato, me da hueva emocional. Se que estos no eran los planes de nadie, pero barriendo ese hecho bajo el tapete de nada nos va a servir. Quiero dejar de estar tan emputado Santi 2019. Quiero reencontrarme contigo en un lugar en el que todo es absurdo pero no me hace apretar los dientes y jalarme el cabello. Quiero volverme a reír del estado mundial de las cosas. Sufrir fuerte sí, pero acabar carcajeándome. Esta carta podría seguir y seguir por la eternidad pero para esta revista tengo que ir concluyendo, aunque debo confesar que escribirte me está sirviendo mucho. En un giro de trama bastante impresionante, quiero pedirte perdón Santi 2019. No siento haberte apreciado lo suficiente ni siento haberle dedicado el tiempo que merecía a reconocer lo que eres. Por segunda vez en el texto se me antoja recalcarte lo bonita persona que hoy siento que eras, y que ojalá serás. Lamento con gran profundidad haber hecho tanto hincapié y tanta faramalla de las quejas y los problemas. De los dolores y los fracasos. Reconozco que me cuesta muchísimo celebrar lo bueno. En el fondo me da un monto importante de vergüenza admitir que me siento enormemente agradecido por la vida que he tenido y que jamás me atrevería a decir alguna mierda como ayyy me gustaría cambiar las cosas. Siento que si hay algún punto fuerte en el texto, es este. Pienso que quiero decirte a ti Santi 2019 y a todas las personas 2019 que todos nuestros sistemas de validación están a punto de cambiar de una manera súper abrupta, y más que adaptarnos a nuevos formatos, tendremos que sacar ese autovalor de lugares oscuros y abandonados, tendremos que cavar con diente y garra nuestro interior literal, reconectarnos con el concepto olvidado de hogar, convivencia, y todas esas palabras que habían adquirido una connotación arcaica en el mundo del capital. Y lo más probable es que dos años no nos alcancen ni siquiera para rascar esa misión pero al menos la habremos empezado. Ya, me vale verga hablar así. Me vale cuarenta kilos de mierda incurrir en un discurso mágico, energético, motivacional y esperanzador en el que al fin me doy chance. Sigo sintiendo muchísimo amor dentro de mí y por más que me de muchísimo miedo que eso me haga percibir como un débil o un pendejo ante una sociedad voraz, estoy convencido de que tengo que seguir respondiendo a él. Yo que estaba tan seco de motivación, llego al final de este texto dándome un verdadero putazo existencial que dice: Ya lo pinche tenías. No te moriste porque tuviste amor en tu vida y continuaste gracias a eso. Te pido que le dejes de temer tanto a ser cursi o cliché o a que se burlen de ti. Te pido que admitas con valor verdadero esta persona que te tocó ser y que revises todo aquello en tu vida en lo que hay fortuna. Te pido te sigas encabronando hasta que encuentres paz en ese tipo de energía y sobre todo lo demás te pido un chingo, basto, abundantísimo, cantidades gigantescas y bastardas nivel crecimiento económico de amazon, uber y todas las empresas tecnológicas, de amor. Esta es la primera pero no la última vez que me verás diciéndote esto. Todo el dolor es un puente.
Abrazos, Santi 2022
#santiagomuedano#conversación#reflejos#millennial#identidad#autoamor#encierro#conmigomismo#nostalgia#sistemasdevalidación#2019#2022
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Escribo hoy para aquellas que también son huracán, incendio o maremoto. Muchas mujeres hemos sido obligadas a asumir la debilidad como una virtud y nuestra fuerza como algo tan despreciable, que aquí estamos, tantas de nosotras teniendo que llover dentro de una casa, tiradas en el piso, esperando a que salga el sol para ver el arcoiris otra vez. Para nosotras, hoy quiero decir una cosa breve: no sé qué sentido tiene esta columna. No sé qué rumbo tiene mi vida y no sé cómo darle forma al pinche dolor. Me gustaría sentir que también de eso podemos hablar las feministas. Decir hola, estoy cansada. Hola, con todo y el feminismo, me siento culpable de ser quien soy. Hoy me siento profundamente lastimada. Hay días que esconder mi fuerza es tan cansado, que me siento débil, seca y agotada. Y me duele la cabeza. Y quiero pero no tengo deseos de comer. Y termino comiendo mucho y mal. Hola, tengo estrés post traumático desde que soy activista. Soy grosera, impulsiva y contesto mal a veces a quienes me quieren. Siento una necesidad profunda de acariciar otros cuerpos y tener orgasmos, al mismo tiempo que no quiero tener contacto con nadie. Soy esta heteronormada que tiene terror de volver amar a su opresor. Hola, no soporto a mis amigos y los necesito más que nunca. Nunca quise ser congruente. Me gustaría no tener que estar enojada para dejar a quienes me lastiman y poder irme antes. La rabia me ha ayudado a sobrevivir pero no es en rabia donde deseo vivir permanentemente. Cuando me miro al espejo, me siento fea. Pienso muchas veces al día que nadie me puede querer. Hola, ya sé que eso no suena feminista, pero así es como me siento y si no lo digo estaría mintiendo y eso, creo, tampoco lo es. Para mí, el problema de aspirar a ser siempre felices y fuertes es que nos aterra cuando una de nosotras se rompe y cuando nosotras mismas nos rompemos. Pareciera que no tenemos permiso porque nos convencimos, de algún modo, de que eso no está bien. Quizás las cosas que detonan estas emociones y pensamientos sean patriarcales, pero una vez que ya están adentro de ti ¿qué haces? Porque no se destruyen tan fácil y además podemos culparnos por sentirnos así, no feministas y no fuertes y no rabiosas todo el tiempo. ¿Cómo vas a sentirte así si eres tan fuerte, inteligente, capaz, amorosa? Tan necesaria. ¿Y si las primeras en necesitarnos somos nosotras mismas? Disculparán el patético intento de provocación, pero ¿qué se supone que vamos a transformar si no transformamos nuestras contracturas musculares, nuestros espasmos de terror, nuestros ataques de pánico y nuestros cuadros de ansiedad y depresión? ¿qué lugar ocupan en el feminismo nuestras heridas, nuestras tristezas y nuestro dolor? Entre amigas nos decimos, no vale la pena, regresa a la escuela, todo va a estar bien, ya acaba el semestre, no pasa nada, y cuando estamos heridas sabemos que es casi imposible asumir que necesitamos volver. Es duro no poder salir de casa, no poder leer, no poder comer y además sentir que estás traicionando la lucha y tu activismo y todo lo demás. Hace tanto que no puedo salir a marchar sin sentir ansiedad social. Hace tanto que no puedo con la carga de trabajo político que lleva consigo el activismo, que ya no sé qué estoy haciendo, o si tiene sentido. No quiero hacer una deducción, pero sí quiero señalar una cosa: el patriarcado nos hizo también sentirnos responsables de salvar al mundo mientras por dentro estamos tan heridas, tan lastimadas, empobrecidas, precarizadas y tan cansadas que necesitamos llover. Esto es para ti, que también estás cansada. Está bien tomar un tiempo para sanar. Está bien cuidar tu alma y tu relación contigo misma. Las lágrimas que están contenidas tienen que salir, tienen que transformarse en algo más que un dolor de garganta, un tic, un nudo en la espalda. El silencio también es un aliado y mereces sobre todas las cosas, estar para ti misma. No hay manera de estar para las demás si no estás para ti primero. Amiga, date cuenta nos necesitamos vivas pero también nos necesitamos bien. Pero estar bien implica revisar las propias heridas, no solo enojarnos con el mundo porque las genera. Sanar es necesario para transformar las condiciones sociales que nos tienen tan mal. ¿Es este texto feminista? No sé. No quiero saberlo. Necesito, sobre todas las cosas, salvar mi propio corazón.
*Cynthia Híjar Juárez es educadora popular feminista. Actualmente realiza estudios sobre creación e investigación dancística en el Centro de Investigación Coreográfica del Instituto Nacional de Bellas Artes.
18/CHJ/LGL
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Putiza
¡Y ahora qué...! ¡Pendeja, a poco crees que me tienes muy contento! ¡Órale, cabrona, abre las patas!... ¡A no, pendeja!... Bueno, pues ¡órale! Imagínate, cuando mi papá todavía vivía, cuando todavía me pegaba porque yo no sabía qué era una pucha; ¿te acuerdas?... En aquel entonces, cuando todavía le tenía miedo a mi papá al verlos coger a él y a ti... ¿te acuerdas?... yo me asustaba porque te escuchaba gritar. Bueno, todavía me asusta cuando gritas, por eso es que luego te pongo tus chingadazos. ¡Pendeja, no mames, qué estás haciendo!... ¡Así, así! ¡Qué rico! ¡Sí, así! ¡Sigue, sigue!... No’mbre, y luego cuando tú se la mamabas yo pensaba que te estaba matando; pues es que mi jefe también te agarraba de las greñas y te zarandeaba; yo que iba a saber que se la estabas mamando; y luego tú, pendeja, que parecía que te atragantabas con semejante vergón. Ahora ya aprendiste a mamarla sin necesidad de ahogarte, ¿verdad? Porque no es cierto que la tengo pequeña, ¿verdad? La puta de la Flaca porque es bien pinche envidiosa; ha de querer que me la coja para que vea lo que son tamaños. ¿Verdad que no la tengo pequeña? En aquel entonces estabas bien buena; de todas las putas de mi jefe tú eras la única que me prendía. Ahora ya te hiciste vieja, y ahora...; pero me sigues gustando. Me acuerdo que siempre te espiaba, a donde fueras, así cogieras con muchos, yo siempre te seguía, te espiaba; detrás de la cerradura, cuando te bañabas —me acuerdo que mi jefe decía que “hoyo lavado” era “hoyo nuevo”—, hasta cuando cogías con mi jefe. No'mas te veía que te encuerabas y me chaqueteaba. Yo ni siquiera sabía que lo que estaba haciendo era una chaqueta. Fuiste tú la que me lo dijiste aquella vez; ¿te acuerdas? Yo me estaba chaqueteando afuera mientras el ruco te metía la verga por todas partes; yo no lo veía a él, ni a su armaño —porque tenía un armaño—, ni las cosas que te hacía; yo sólo te veía a ti, tus tetas, tus nalgas, tu hoyito, tus pelos: ¡qué rico! Tú y mi jefe cogiendo cerca de la puerta —¡que pinche asco!; hasta se me revuelve el estomago de recordarlo—, y yo afuera chaqueteándome... ¡Pinche puerta se tenía que abrir!... Pero no me delataste; hasta sacaste tu chichi derecha por el hueco —¡qué bueno que tu rodilla detuvo la puerta, que si no...!—, y luego tomaste la mano con la que me estaba chaqueteando y me la pusiste en ella; estaba tan calientita, que en ese momento hasta me vine y te salpiqué en la cara; ¿te acuerdas? El ruco no se dio cuenta de nada porque estaba borracho, pero si se hubiera dado cuenta a mí me corta el pito y a ti te pone una madriza. A mi jefe nunca le gustaron las chaquetas, las odiaba; será porque su jefe lo obligaba a jalársela, y si no lo hacía: putiza. La perra de la Carmela dice que también se la mamaba. Pero mi jefe siempre dijo que eso no era cierto; y al que no le creía: también putiza. Esa pinche Carmela porque nunca la escuchó mi jefe; se salvó la cabrona; yo nunca la quise delatar, porque la verdad sí coge bien rico —¿o será que tiene un culo que se parece al tuyo?—; pinche Carmela, te digo que se salvó: el culero de mi jefe antes de matarla a putazos le hubiera dado una santa cogida, como las que te daba a ti cuando lo hacían enojar los putos que le ganaban en las cartas; ¿te acuerdas? Me acuerdo que te dejaba sangrando el culo; y no nada más se conformaba con eso, sino también la pucha; pobrecito hoyito, cómo te lo dejaba el culero. Yo te espiaba cuando llorabas en el baño, y también lloraba. Sólo así no me chaqueteaba: cuando veía tus hoyitos sangrando. ¿Te acuerdas aquella vez que saliste enchiladísima del baño y me diste un patadón en los güevos porque estaba llorando?; creo que me dolió más ver tus manos ensangrentadas que el putazo que me diste. Luego que desperté —¡te pasaste de verga!, ¡qué putazo me diste!; creo que por eso me desmayé— me pediste perdón, y yo te abrasé y lloramos juntos. Luego vino mi jefe y también me tocó putiza. Tú me defendiste, pero te mandó a la chingada, te puso una santa madriza y luego te obligó a que se la mamaras. Yo tan madreado estaba que no pude hacer nada para defenderte; ni siquiera podía moverme, no sé si por los madrazos o por lo que estaba viendo que te hacía; tu garganta sonaba como si te estuvieras ahogando, y te ponías colorada, colorada, porque con “esa chingadera” qué podías respirar. Creo que nunca te había visto tan mal; por más que jalabas aire, nada que te entraba. Después mis ojos se volvieron a cerrar, y cuando desperté sólo te vi a ti. Bueno, vi tu mano que intentaba despertarme. Sólo podías mover tu mano; cómo te dejó el culero de mi padre. Estabas llorando; yo ya no podía llorar, y no pude acompañarte a hacer el dueto; mis lágrimas se habían secado, se habían salido por los poros de mi piel debido a la calentura; así nos quedamos toda la noche: sin poder movernos, pero acompañándonos en nuestro dolor; dolor distinto, claro. Al otro día, ¿te acuerdas?, yo como pude me levanté e intenté despertarte; pero antes no pude evitar llorar al verte —quién sabe de dónde me salieron las lágrimas, pero me salieron—; estabas encima de un charco de sangre, que en algunas partes ya se había secado; parecía una especie de lodo rojo. Llamé a la Flaca y a la Carmela; como pudimos te llevamos con Quintana; a escondidas, claro... Creo que por eso nunca delaté a la Carmela; pinche vieja, se salvó la culera... ¡Tiene unas nalgas...!: ¡qué rico!...; pero las tuyas siempre han sido mejores. Aunque te hiciste vieja, el culito que tienes nadie te lo iguala. La pinche Flaca por pinche envidiosa, nomás por pinche envidiosa, dice que tienes celulitis, pero eso no es cierto; ha de querer que me la coja, pero ni madres; nomás por pinche envidiosa. Te tiene envidia, puta, porque dice que tú tragas con el dinero de las tarifas; pero eso qué le importa a ella, yo hago lo que quiera con mi dinero; porque es mi dinero, ¿verdad? ¿Verdad que es mi dinero? El ruco me dejó el negocio después de su muerte; porque me lo dejó, ¿verdad? ¿Verdad que sí me lo dejó? Ella dice que no es cierto, que yo lo tomé después de matarlo, pero eso no es cierto, ¿verdad?; porque él me lo dejó, él me dijo que yo sería su heredero, no Quintana, ni el Calaca, yo, su hijo; yo lo único que hice fue obedecer su “última voluntad”. Tú misma escuchaste eso. Pobre de mi jefe, cómo murió, ¿verdad? Quieras que no, mi jefe no fue tan culero conmigo. A mí no me obligaba a que se la jalara, ni a que se la mamara, como dice la culera de la Carmela, al contrario, a veces me decía que qué vieja me gustaba; pero yo nunca quise cogerme a alguna. Luego me madreaba, verdad. Pero tú eras la única que me prendía. Quizás ya te hiciste vieja; pero me sigues gustando. ¡Tienes un culo...! ¡Y luego das unas ricas mamadas...! Pero uno tiene que gastárselas. Quizás tú te emputes porque me cojo a otras viejas; pero tienes que comprender que tengo que atender el negocio: hay que probar las nuevas carnes, su calidad, uno tiene que ver si le sirven a uno para el negocio, o vaya, enseñarles cuando vale la pena, cuando sabes que no las puedes dejar ir, cuando sabes que son una minita de oro. Además hay que probar a las otras viejas para ver si todavía aguantan. ¡Qué haces, pendeja! ¡Muévete!... ¡Pero no tan fuerte, que no ves que me duele el pito! Desde hace algunos días me duele. Mejor mámamela, ya estas bien seca. Ni con gargajo resbalaseca.ves ; yo ya hasta tengo la garganta seca. ¿Pues no te dije que compraras el gel! ¡Mejor mámamela...! Pero mi jefe a ustedes sí las obligaba a que se la jalaran, y peor cuando traía ganas de que se la mamaran; les metía la verga hasta aa la verga hasta dentrodentro, chance hasta los pulmones. La Gabriela, dicen que de eso murió. Yo no me acuerdo, yo estaba morro; pero me contaron; ¿tú no supiste? Mi jefe nomás me daba en la madre, pero nunca me violó, como hizo su jefe con él, ni cuando venía borracho, ni cuando andaba bien pastel; siempre prefería desquitarse con una de ustedes; a ti era a la que más se chingaba: ¡pinche ojque más se chingaba: ¡pinche ogete! Yo al principio, cuando me quedé con el negocio, no las trataba tan mal, pero aprendí que a una puta hay que cogerla y darle sus chingadazos para que no se revele y para que no ande alebrestando a las demás. ¿Te acuerdas esa vez que le dimos en la madre a la pinche Flaca porque andaba diciéndole a las otras que tú tragabas con el dinero que ellas se ganaban con el sudor de sus culos? Y no nada más a ella le tocó, a todas las que se estaban poniendo al pedo; ¿te acuerdas? Es que a una puta hay que tratarla mal; ellas mismas... ustedes mismas piden sus chingadazos; ¿verdad? ¡Verdad que les gusta? ¡Pinches putas!... ¡Mámamela, puta, mámamela!... Si uno les pega, que porque les pega uno; que si uno no les pega, que porque uno no les pega; de todo se quejan. Si uno se las coge, que porque uno se las coge; que si no se las coge uno, que porque uno no se las coge; ¡pinches putas quién las entiende! Les gusta la mala vida; cuando entran, que no les gusta ser putas o que no les gusta que su familia se entere; pero cuando ya se hacen rucas y uno les dice que ya le lleguen, no hasta le maman el pito a uno para que uno no las saque; que quieren seguir siendo putas. Tú misma, pendeja; al principio yo te trataba bien; pero no: le tienen que calentar la cabeza a uno y, luego, por pendejas: putiza. ¡Que me la mames, cabrona!... ¡Cómo que ya te cansaste!... ¿Y con esa pinche mandíbula?; ¡si tu eres la reina de las mamadas!; ¿qué no te acuerdas?... ¡Órale, puta, lléguele a su vicio! Mi jefe sí era bien culero; yo no tanto como él. Bueno, creo que a veces sí soy más culero; pero nomás cuando me hacen emputar. Como cuando viene Rubio a chingar la madre. ¡Pinche pendeja! ¿Sabes qué es lo que me emputa más de todo esto?: que te hayas acostado con Rubio, con mi peor enemigo. ¡Pinche pendeja, tenías que dejarte coger! Pero un día de estos voy arreglar cuentas con él; a ver si muy cabrón. Nada más porque yo no estaba, sino le hubiera volado los güevos a plomazos. ¡Pinches pendejas, tenían que dejarse coger! ¡Para qué chingados abrieron esas pinches patas! En vez de que me hablaran por el celular; pero no: nomás no estoy y, ustedes, de tantas pinches viejas que son no se hace ninguna. Pero claro, le tenían que hacer caso a la mami, y como ella dijo que abrieran las patas: putiza. Y por pendejas: también putiza. ¡Verdad que les gusta la putiza?... ¡Verdad?... ¡Verdad?... ¡Cabrona, chúpale más fuerte! Ese pinche Rubio ya me las debe, me las debe ya desde cuándo. ¿Te acuerdas de la otra vez del operativo?, ¿cuando vaciaron todo el puterío? Esa vez ¿sabes qué me dijo el culero?: que mi jefa también había sido puta. Yo me enchilé y le di un santo madrazo, que lo senté. Pero los otros culeros, entre todos —¡pinches putos!—, me agarraron a madrazos y no me dejaron que le siguiera dando en la madre; que si me hubieran dejado, al culero yo lo mato. Después le pregunté a Quintana, y él me dijo que sí la conoció, que él la quería, pero mi jefe se la apañó. Ahí fue cuando dudé que el ruco fuera mi padre; ¿te acuerdas? ¿Te acuerdas que ese día la agarré contra la Flaca y contigo?; pinche putiza que les puse ese día. Después de eso te di una buena cogida; para que no la agarraras conmigo; ¿te acuerdas? Ya después, despuecito de haberte cogido, se me bajó el coraje; pues es que coges bien rico... ¡Tienes un culo...! Si no fuera porque tengo toda la jeta del ruco, yo pensaría que Quintana es mi padre. Y no me desagradaría saber que Quintana es mi padre, porque a pesar de ser una mamada... Es más, si él me dijera que yo sí soy su hijo y que él no tuvo los güevos para defenderme del ruco, yo sí lo perdonaría, porque con gente como el ruco hasta yo me abriría. Pero eso no puede ser; desafortunadamente tengo la jeta del ruco. Y cómo me emputa eso a veces. Hasta a ti te emputa. ¿Te acuerdas esa vez que me dejaste que te cogiera, y me tapaste la jeta con la sabana porque no querías que la "magia" se “rompiera”? ¿Cuál magia?; estabas tan pinche prendida, que la jeta de mi jefe te podía bajar la calentura. Todavía lo haces; ¿qué de plano odias tanto a ese ruco? Esa vez gritabas de placer. Tú y yo nos amábamos, y esa vez pudimos dormir al ruco. Fue la primera cogida que me eché; la primera en tantos pinches años. Tú me enseñaste a coger; ¿te acuerdas? Quizás esa vez no gritaste mucho tiempo porque yo me vine rápido. Pero nos la pasamos muy bien; creo que porque sabíamos que el culero del ruco nunca iba a volver a despertar. Después de eso cogimos muchas veces. ¡Nos sentíamos tan libres...! Todo fue libertad después de eso. Por fin pudimos amarnos con libertad, sin escondernos de nadie, ni del Calaca, que era su picahielo de mi jefe. Quizás a veces nos peleamos y te pongo tus buenos madrazos. Pero nunca te he dejado; ¿verdad? ¿Verdad que nunca te he dejado?; todavía te sigo queriendo. Y tú también me quieres, ¿verdad? ¿Verdad que sí me quieres? Eres la única puta que me quiere. ¡Porque esa pinche Flaca...! Tú eres la única, tú y... Bueno, dicen que mi mamá también me quería. Pero mi jefe la mato; por pinche envidioso, nomás por pinche envidioso. Le tenía coraje a Quintana. Pobre de mi jefe, se murió sin que una puta, siquiera, lo amara... ¡Qué putiza le dimos a mi jefe!, ¿verdad? Pero cumplimos su "última voluntad". Tú te sentiste mal al principio, que porque le habías agarrado ley; pues es que después de mucho tiempo uno se acostumbra; yo también le había agarrado ley. Pero uno tiene que alivianarse. Y con este negocio... hasta a ti se te olvido. Por eso yo digo: "aunque le pegues a una vieja, hay que quererla"; porque sino uno se muere sin que una puta, siquiera, lo ame a uno... ¿Verdad que tú sí me quieres?; por eso me la mamas, ¿verdad?... ¡Ay qué rico!... ¡Sigue, sigue!; ¡así! ¡Chupa, chupa!; ¡más fuerte!... ¡Putita, te quiero!, ¡te quiero! ¡Ay! ¡Ay de mí! ¡Ah...!... ¡Mama, puta, mama! ¡Ah...! ¡Pásatelo, cabrona!... ¡Que te lo pases!... ¡Así, así!; ¡todo! ¡Todo! Todo... Ahora te toca a ti. Ven. Ponme tu pucha en mi boca. ¡Te voy a dar una santa mamada...!... Sí; ponme tu pucha en mí boca... ¡Me gusta tu pucha!... Oye, ¿a qué huele?... Sí, ¿a qué huele?... Desde hace rato me llega un olor apestoso... ¿Eres tu verdad, cabrona?... ¡Qué no te dije que fueras con Quintana!... No importa. Ven. Quiero mamártela. Luego vas con Quintana. Ven... ¡Qué rica pucha!... ¡Qué rica!... Pero no me pegues... ¡Qué rica pucha!... ¡Sí!; ¡sí te la estoy mamando!; ¡pero ya no me pegues!... ¡Que no me pegues!... ¡Ya no me pegues!... Tito Martínez.
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Cuando estaba en segundo semestre de la prepa, se cambió a nuestro grupo una morra enana, no porque estuviera chaparra ajajjaja, sino porque tenía enanismo la morrita, estaba chistosilla, pero alch si estaba guapa, no tenía la perra cabeza alargada como los enanos, tenía la cabeza y la cara normal, y pos era chidilla la morrilla, y si estaba culona, o culoncita jajajajja el caso es que como fue avanzando el semestre me fueron dando más ganas de clavarle el pito jajajaja.
Al chilindrin, dios me dio un pitote (cualquiera era un pitote para esa morrita xdd) pero me hizo bien pendejo para eso de ligar, el caso es que un dia mientras iba caminando por un pasillo me hice el que no la vio y se me estampó de cara contra el pito, ya la ayude a levantarse y bien cagado me dijo la morra "casi me sacas un ojo ajjjaj", la neta me prendió porque pos se había dado cuenta que llevaba todo el semestre viendole el culo y bien pendejo le dije "si te hubiera visto venir ten por seguro que ya serias tuerta", el caso es que pos al chile andabamos calientes y nos fuimos a coger atrás de un salón durante una clase.
No les voy a mentir, la neta no me gustó, pinche morrita no le cabía mi pitillo ajxnsjxks, pero pos la verda me prendió bien chingon verla como se le movian las piernitas jajajaja, esas madres parecian como cuando pellizcas la plastilina y pos si se veia cagado ajajaaja.
Al chile me quité el morbo y pos anduvimos tranquis casi todo el semestre, pero la neta la pinche morrita se clavó o qué se yo, pero ya nomás andaba chingando que volviéramos a coger, al chile andaba caliente, pero pos ya no me la quería coger a ella ajsjand, y la mandé a ka verga, pero pos se cago mi plan cuando nos tocó hacer un trabajo de equipo y tuve que ir a a su casa a hacer una perra cartulina sobre los perros coloides y pos ya ni pedo.
No les miento, nomás crucé la pinche puerta y ya tenia a la morra bajandome el pantalón para pegarme una mamada akdjskc, ni se tuvo que hincar la morrilla xd, pero pos la neta no quería coger con ella y la empujé e intenté subirme los pantalones, y pinche enana que se encabrona y se saca de las chichis un filero y me quiso picar la culera "vamos a coger hijo de tu puta madre, y más te vale hacerlo o te arranco la verga ahorita mismo", el caso es que pos pinche morrilla cagada le zumbe una patada bien puesta en el ano y la mandé a chingar su madre junto a un roperillo de esos como tejidos que tienen todos los foráneos, bien emputada la morrilla se levantó y corrió para quererme clavar el filero en los huevos pero le acomodé otro patín bien masiso en la jeta, y pinche morra cuando azotó contra la tele gimió y me dijo "si me vas a pegar pegame como hombre pinche morrillo pendejo", al chile me empecé a reír pero pos la morra se volvió a emputar y al chile sí me hizo encabronar me dijo "pinche cabroncillo sin huevos por eso la Nayeli no te pela, por pendejo", al chile si me enchile rasa, pinche nayeli ni me pelo por prieto, y ya bien emputado que le azoto un pisoton a la vieja en el vientre y otro en la jeta, y no les miento pinche enana empezó a a gemir y se empezó a agarrar la panocha, y pos la neta como que eso me prendió y la segui agarrando a patadas hasta que se me puso bien dura la verga y la levanté de las greñas la aventé contra un sofá y me la di bien sabroso mientras le azotaba la jeta contra el muro, el caso es que estábamos bien agustin en el mete y saca ya bien llenos de sangre de ka nariz de la morra cuando escuchamos que abrieron la puerta y era su abuelita, pinche morra hasta el ojete se le frunció, pero ya andaba entrado y que le suelto un chingadazo a la viejita en el mentón y como no se tumbó la vieja que le jalo las chichis caidas así como sk fueran riendas y la arrodillo, pinche enana al chile se espanto y me dijo "ya wey dejala y vete que es mi abuela we" pero ya andaba bien caliente y le solté otra patada a la enana en la panza y se quedó retorciendose, le pegué un rodillazo a la doña y le saqué la dentadura y le encaje el pito en la boca, al chile dicen que sin dientes se siente bien sabroso y lo confirmo, pinche viejita como que también ya llevaba mucho tiempo sin verga y le mamo ella solita, al chile pinche doña se ve que era bien puta porque la mamaba bien rico hasta me torci de tremenda fuerza de succion, en ese como que reaccionó la enana y me dijo "ya wey no te pases de verga con mi abue" y pinche abuelita se sacó el pito de la boca y le dijo "ya estate quieta gabi, chingada madre" y mocos que le acomoda una perra cachetada guajolotera, y en eso pos tambien agarré y le pegué una patada en la garganta a la morra, la levanté de los pelos y la arrastre a la cocina y pos ahi la viejita y yo la agarramos a pisotones y pinche morra empezó a gemir masiso y se le salieron los miados, y la doña se emputo y le dio una patada ena jeta y le dijo que limpiara con la lengua, y ya bien caliente que le arranco la falda y el pañal a la abuelita y se la metí así en caliente en el culo, jajajaja pinche doña hasta se retorcio del dolor pero apretaba bien delisioso, y asi le estuvimos dando hasta que me vine, no mames hasta grité, y que le saco la verga a la viejita y que se le sale la caca y los mecos y todo le cayó encima a la enana, y pinche abuela que se encabrona y le dice a la morra "chingada madre gabi mira nada más las chingaderas que andas haciendo, y pos agarró un sartén y se empezó a madrear a la morra, yo al chile estaba bien cansado de tanto desmadre y me fui a mi casa.
El caso es que pinche morra estupida por sus mamadas nos reprobaron en química por no llevar la perra exposición sobre coloides, me lleve la materia a extraordinario y todavía tuvo el descaro de reclamarme la pinche enana por la putiza que le metió su abuela por llevarse la materia a extraordinario, pinche morra no vale verga
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I: El suicidio más largo.
A pesar de las cientos de campañas ‘’pro-salud mental’’, la propaganda hippie a favor de la vida y de las personas que de hecho intentan asistir a las tantas personas con tendencias suicidas, las ideas de la depresión y el sucidio se venden como algo muy ‘rockstar,’ muy poético. Y hasta cierto punto lo son, vaya... El arte siempre ha estado impregnado de tristeza, la poesía es el barco de la desesperación; el vacío de muchos es aplaudido por millones (como si por el hecho de expresar lo mal que estaban fueran una especie de semidioses filosóficos). Y ni hablar a los putos músicos como Kurt Cobain (Besos, Kurt. Un día de estos te alcanzo en el infierno o donde sea que te estés drogando ahora). Es ése el lado glamouroso de no estar vivo o de estarlo habiendo tenido el valor de pelearse con la muerte lo que se lleva como aretes, al igual que haberse cogido a medio mundo, incluso que haberse peleado varias veces. Poder compararse con esos ídolos de la miseria es algo a lo que muchos aspiran y que a otros les representa directamente, en fin... Mucho verbo psicológico que no viene al caso. No me las daré de digno, la miseria sí es algo que atrae miradas y de lo que yo como infeliz egomaniaco de alguna manera he alardeado en mis momentos de valeverguismo, hasta que esos ratos se caen como fachada de apartamento tercermundista, como la pendejada que son; y entonces, la vida real en tus cinco sentidos es una culerada.
Mi primer intento de suicidio fue hace 13 años, era un escuincle que ya estaba mal de la cabeza y simplemente no aguantaba la vida de mierda que tenía, llevarme de la chingada con mis padres, la soledad y el dolor de la muerte de mi abuelo eran algo que cada día me hacía sentir que en realidad no tenía nada por lo que estar viviendo, no era nadie, no me importaba nada y todos los días eran quejarme de lo hasta la madre que estaba de vivir. Me tomé dos cajas nuevas de un medicamento que encontré en el baño y que nisiquiera sabía para qué era, junto con un jarabe para la garganta. Ya estaba listo para dejarme caer poéticamente y causar horror cuando encontraran mi cuerpo, y bueno... A Don Pendejo no le salió. Empecé a sentir la cara caliente, recuerdo mucho una sensación de tener algo en las encías mezclado con el culerísimo sabor del jarabe, para luego ver borroso. El ojo me titilaba sin parar y veía que una puerta abierta que tenía frente a mí se movía demasiado, de manera vertical a horizontal. No podía respirar, veía todo más intenso y la pinche cabeza cada vez la sentía más caliente, junto a una comezón que daba ganas de arrancarse la piel. Creí que estaba "dejando de funcionar" y que pronto dejaría de vivir: ¡Error, puto! Apenas empezó la fiesta, y ahora llegó una náusea muy intensa que nisiquiera acababa de sentir (já), cuando ya parecía Regan sacando todo y tosiendo como abuelo canceroso. Quería vomitar en la forma más silenciosa posible pero cada vez tenía menos control de mí mismo y no podía sostenerme bien, al grado de que choqué con la taza del baño e hice un pinche escándalo. Sonará muy mamón, pero sentía que estaba flotando y que el calor era tanto que había hecho vapor, y ése vapor eran nubes en las que podía dejarme caer y morir. Después de eso realmente no recuerdo mucho cómo se dieron las cosas. De mi sauna fúnebre pasé a ir en camino al hospital y a no dejar de quejarme. Obviamente sobreviví, pero me había pasado con el medicamento, fue una mezcla incorrecta que me dejó jodido y drogado.
Todo esto lo digo como yo lo sentí, y es una forma que se puede ver muy cagada cuando la cuentas en una peda con tus compas a las cinco de la mañana, porque sí. El alucín que provoca depender de nada, el haber pasado de la ansiedad, el miedo, y los nervios del viaje psicológico en el que te estás por pasar la primera tanda de pastillas, estar recogiendo lo último que te queda de existencia (les juro que el momento donde más vivo te sientes es cuando te vas a morir), a estar encamado, vacío, desorientado y con el pito de fuera en una cama de hospital. La ironía de que chocar con la taza del baño vomitando en el piso era menos denigrante que estar vivo. Como más arriba dije, el momento de lucidez llega; el espejo miserable donde sabes que rompiste toda ley. Primero te sientes pendejo porque ni para morirte sirves, te sientes incompleto y con ganas de ir corriendo a tirarte por la ventana para acabar con lo que empezaste, pero estás muy enfermo y al mismo tiempo no crees en lo que está pasando, nada se siente real, y consideras la opción de que es un sueño donde en algún momento vas a tener que despertar, y no, mi loquito patético, ahora llega la hora de recoger tu cagadero de la fiesta. Tienes que dar explicaciones que no tienes, dices cosas que la gente se cree con el derecho de responder, otras que ya sabes, te toca todo el protocolo de disculpas y compasión, de arrepentimiento, vulnerabilidad, de callarte, de haber quedado marcado para toda la vida y de ser alguien que nunca más puede estar sin supervisión. Un intento de suicidio fallido te deshumaniza, te quita lo que eras antes de haber tomado esa decisión y lo juzga, lo rechaza. A partir de eso a los ojos de los demás y a los tuyos, es como si hubieras dejado de tener un pasado, así hubieran cosas buenas y malas, ya nada funciona porque decidiste atentar contra todo. Una de las peores partes son quienes aún nunca hayan estado contigo cuando aún tenías humanidad, ahora se sienten traicionados. Y esque al renunciar a tu vida, los rechazas a todos ellos. Rechazas a tus padres y les estás insultando al demostrarles que no haberte abortado no sirvió de nada, y que ellos para ti tampoco son nada. Todo se vuelve juzgar, estar, dejarte con más desprecio a la vida de la que tenías antes, ahora te odias más a ti por lo que has causado y a ellos porque son insoportables, odias entenderlos y al mismo tiempo estar hasta la madre de verlos.
Un intento fallido de suicidio en muchos casos es un pacto con el diablo (ay, sí)... No te va a dejar nunca mientras vivas, siempre serás aquél que despierta en el hospital viéndose tan patético, que días después sigue vulnerable, que semanas después todos han ultrajado, que meses después dejó de ser, y que se siente más solo que una puta cucaracha medio aplastada.
Ahora, ¿Qué otra cosa me dejó la experiencia de mi primer intento de morir? Otros intentos de los que de algunos hablaré en otra ocasión, y también una curiosidad enorme por probar las drogas, una obsesión con sentir, que, tiempo después me acabaría ganando cuando empecé a consumir. Ése fue el inicio de una vida autodestructiva, o más bien, de un suicidio muy largo.
¿Moraleja? No hay.
No vine a decirle a nadie que no se mate, no me interesa lo que haga nadie con las cientas de maneras de hacerlo sin fallar, y cada uno sabe bien por qué toma esa decisión. Yo sólo contaré mi historia, la cuál está plagada de errores.
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