#y que todo lo ve como un yanqui porque en efecto es un libertario yanqui
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Milei wants to close the AFIP
*does mental calculations like a mentat from Dune*
This is just like when Usamerican libertarians want to close the IRS up there. Since Milei is a fanatical libertarian anarchocapitalist who believes everything is like the US, he thinks this is a big revolutionary victory equivalent to taking the Winter Palace.
It also won't happen because every state since the Sumerians has had to collect and administer taxes but since Milei is, again, an ideological fanatic, he will celebrate it.
#cosas mias#lo que tienen que entender de Milei es que es el fan谩tico m谩s fan谩tico que existe#y que todo lo ve como un yanqui porque en efecto es un libertario yanqui#la ideolog铆a libertaria es totalmente ajena al contexto argentino y latinoamericano es una ideolog铆a yanqui#con preocupaciones yanquis (impuestos armas boludeces de ese estilo)#Milei gan贸 ac谩 por odio al peronismo y un hurac谩n de boludez#pero es b谩sicamente un cipayo vendepatria mediopelo como le digan. un yankeeboo.
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Caracterizemos en trazos generales y gruesos al contexto que deben afrontar hoy los y las antimilitaristas latinoamericanas: Apropiaci贸n de la tierra de utilidad agr铆cola, pecuaria y forestal por los poderes capitalistas globales y sus asociados locales, implantaci贸n masiva de cultivos transg茅nicos, las forestales, la miner铆a ecocida, las plantaciones para biocombustibles, en fin todo el extractivismo, ciudades cada vez m谩s sometidas al neoliberalismo urban铆stico de carreteras privatizadas y de amplios cinturones de poblaciones marginales por desplazamiento desde el campo descampenizado, as铆 como la funci贸n cada vez m谩s militar de la polic铆a, el neoliberalismo rampante, la corrupci贸n parlamentaria, el narco, la disputa geoestrat茅gica entre Brasil y Estados Unidos y entre Estados Unidos y China, todo eso forma parte del caldo de cultivo para dar curso a conflictos que se solucionan con manu militari, aunque esta mano sea m谩s bien policial. Los y las antimilitaristas latinoamericanas son un pu帽ado de activistas aut贸nomas, independientes, autorganizadas o que forman parte o trabajan para oeneg茅s, universidades o integran las pocas organizaciones antimilitaristas existentes. Es gente que en su vida el antimilitarismo forma parte integral y que activan, act煤an y luchan contra las formas, actuales y cl谩sicas, de presencia e impronta del militarismo en las sociedades latinoamericanas y del Caribe. Un pu帽ado, porque la definici贸n de antimilitarista es bastante complicada de asumir. Incluso es m谩s sencillo asumirse noviolento, pacifista, objetor de conciencia que antimilitarista. Cuestionar la totalidad de la instituci贸n militar, no s贸lo las fuerzas armadas yanquis, o a las del propio pa铆s en contraposici贸n a formaciones militares que se presentan como revolucionarias y alternativas, es algo que muy pocas activistas llegan a hacer. As铆, una manifestaci贸n contra una base militar yanqui o un entrenamiento militar a cargo de yanquis o israel铆es, puede concitar un amplio consenso social y pol铆tico, pero criticar un ej茅rcito que se diga revolucionario o bolivariano, por ejemplo, concitar谩 mucho menos consenso. La cr铆tica al militarismo es mayormente parcial y de signo antiimperialista. El antimilitarismo tiene adem谩s cierta conexi贸n con un internacionalismo que se lleva mal con los patriotismos que imperan en ese 芦antimilitarismo del militarismo yanqui o europeo禄 o con el machismo que ronda en la izquierda admiradora de h茅roes muy machos patriotas o guerrilleros. Por ello las campa帽as, acciones e iniciativas que asumen los y las antimilitaristas latinoamericanas tienen al menos dos grandes marcos para su realizaci贸n: aquellas de amplio consenso y que permiten presentar una cierta mirada antimilitarista sobre el tema, sin que esa mirada sea la principal en la presentaci贸n p煤blica de la campa帽a, acci贸n o iniciativa. Actividades contra bases militares yanquis, contra intervenciones militares estadounidenses o con apoyo norteamericano o contra iniciativas extractivistas que redundar谩n en beneficios para la industria militar yanqui o estatal, si el gobierno nacional no es de izquierda, por ejemplo. En este 谩mbito entran las campa帽as por el reconocimiento, mantenimiento o efectivizaci贸n del derecho de objeci贸n de conciencia, contra el reclutamiento forzoso, la penalizaci贸n de la objeci贸n de conciencia, la cultura y la educaci贸n para la paz. El otro marco es mucho m谩s estrecho en cu谩nto a realizaciones y son aquel tipo de acciones o campa帽as que son de contenido y factura netamente antimilitarista, aunque su presentaci贸n p煤blica no sea claramente antimilitarista tales como ciertas campa帽as de objeci贸n de conciencia, denuncias de intervenciones militares locales o represiones militares/policiales contra comunidades campesinas, ind铆genas o afrodescendientes, acciones contra actividades de exaltaci贸n del militarismo como paradas militares, homenajes, rituales republicanos patrioteros. Ac谩 podr铆amos incluir tambi茅n las diversas iniciativas de encuentro y profundizaci贸n antimilitaristas nacionales o regionales, tales como encuentros, seminarios, talleres y entrenamientos en objeci贸n de conciencia, noviolencia, acci贸n directa noviolenta y cultura y educaci贸n para la paz. Las dificultades geogr谩ficas, de movilizaci贸n, de log铆stica y de autopercepci贸n ideol贸gica y estrategia pol铆tica hacen de este marco el de menor expresi贸n de los dos. Las definiciones grupales y personales y la estrategia pol铆tica hacen el meollo de la situaci贸n actual del antimilitarismo latinoamericano y del caribe. Un antimilitarismo de acci贸n directa, de claras convicciones y pr谩cticas noviolentas, de autocr铆tica sostenida y sin contemporizaciones con ning煤n militarismo, pero con flexibilidad para generar alianzas para ampliar la capacidad de acci贸n y difusi贸n, es algo que a煤n no termina de cuajar. La pr谩ctica y teor铆a noviolenta a煤n no tiene un desarrollo regional que est茅 por fuera de los dos grandes dominadores que tiene hasta hoy: sectores progresistas de la iglesia cat贸lica y, 煤ltimamente, sectores de partidos pol铆ticos de origen cristiano o de otra espiritualidad. Las organizaciones e individualidades antimilitaristas latinoamericanas y del Caribe han carecido hasta hoy de sistematizaciones de sus experiencias aut贸nomas, independientes y autoconvocadas y han debido estar conviviendo con oeneg茅s de origen cristiano o pol铆tico partidista para la discusi贸n te贸rica y la sistematizaci贸n o simple registro de las pr谩cticas. Tambi茅n los encuentros entre antimilitaristas han estado mediados por la capacidad log铆stica y econ贸mica de fundaciones y oeneg茅s que tienen su propia agenda pol铆tica, te贸rica y organizativa. Generar una identificaci贸n antimilitarista clara, una estrategia ajustada a una pr谩ctica y experiencia compartida deber谩 entonces partir de crear capacidad de autogesti贸n o apoyo mutuo con experiencias organizativas que compartan criterios pol铆ticos respecto a la acci贸n directa noviolenta, la noviolencia, el antimilitarismo y la autorganizaci贸n. Hoy, la falta de esta identidad y estrategia establece un l铆mite para la acci贸n y el crecimiento de una propuesta antimilitarista para el an谩lisis y la acci贸n para la modificaci贸n social. Habr谩 que romper con el miedo o respeto exagerado a las defensas de la 芦autodefensa禄, de la 芦respuesta adecuada禄, de las justificaciones del uso y propaganda de la violencia, a los h茅roes guerrilleros o patriotas, al dominio h茅teropatriarcal soterrado que esconde la opci贸n militarista de la izquierda latinoamericana, exceptuando las excepciones (muy excepcionales que hay). Habr谩 que romper con ese temor a denominarse noviolento partiendo por definir desde un contexto latinoamericano y caribe帽o el c贸mo entender noviolencia y violencia. Hacer la cr铆tica a la violencia y a quienes adscriben te贸rica y pr谩cticamente a la violencia a fardo cerrado, sin reflexi贸n alguna. Esto es tristemente concreto en el anarquismo latinoamericano: se asume una defensa cerrada del uso de la violencia desde el m谩s ingenuo acriticismo. El anarquismo latinoamericano, sumamente cr铆tico y autocr铆tico de todas las condicionantes que nos tocan en el sistema/mundo que vivimos, parece poner un muro a su capacidad cr铆tica cu谩ndo del uso y la defensa te贸rica de la violencia se trata. Respecto a la violencia, hasta el momento, los sectores anarquistas latinoamericanos en su mayor铆a, hacen pasar desapercibida su cr铆tica o no analizan ni su contexto, ni su origen, ni los alcances y efectos de adscribir a ella a煤n en lo te贸rico, ni de lo que reforzamos o las alianzas te贸ricas que se generan al adscribir a la violencia en lo te贸rico o en el uso habitual. En los 谩mbitos de influencia marxista este escenario es peor a煤n. Y podr铆a pensarse que el anarquismo latinoamericano actual no ha podido desprenderse, en lo que a la caracterizaci贸n de la violencia cabe, de la impronta cultural del marxismo violentero de los 60, 70 y 80 ni de todas las improntas subyacentes en la aceptaci贸n acr铆tica de la violencia como una posibilidad de acci贸n y pensamiento libertario. La noviolencia, en tanto teor铆a y acci贸n directa puede ser el punto de partida de esa autopercepci贸n deseada (la descripci贸n autoconstru铆da de como unx quiere ser explicadx) y estrategia pol铆tica que hoy hace falta para crear un antimilitarismo latinoamericano de presencia y participaci贸n real en los movimientos sociales que transforman la realidad. Hoy le toca a este antimilitarismo que vivimos, resolver algunos temas que hacen complicada la definici贸n de su estrategia y construcci贸n pol铆tica. La misma pertenencia al amplio mundo de la izquierda latinoamericana es conflictiva, en tanto las se帽as de la izquierda latinoamericana, con todo y flexibles como son, tienen una impronta autoritaria, verticalista, patriarcal y militarista que hace muy dif铆cil concordar con la matriz libertaria, horizontalista, feminista y noviolenta del antimilitarismo latinoamericano existente y deseable. En ese diferencial de matrices vale la pena insistir para ir creando, por dentro y por fuera de la cultura de izquierda, un espacio para un antimilitarismo de acci贸n directa socialmente revolucionario noviolento. Lo mismo, en cuanto a complicaciones a resolver, cabe decir de la relaci贸n con el mundo de las oeneg茅s en tanto la capacidad autogestionaria del antimilitarismo se ve contradicha por la rutina profesional o financiera que la pr谩ctica de las oeneg茅s entrega. La militancia como profesi贸n, el sueldo como v铆nculo participante, los resultados y metas de la instituci贸n por sobre los deseos y propuestas de las comunidades o colectivos en lucha, constituyen contradicciones con una adscripci贸n estrat茅gica a la autogesti贸n y acci贸n directa noviolenta, sobre todo puesto que buena parte de quienes activan el antimilitarismo latinoamericano tiene como experiencia de base alguna surgida de campa帽as llevadas a cabo por oeneg茅s o movimientos sociales oenegizados. Tambi茅n es necesario superar ese temor intelectual e identitario a definirse antimilitarista, noviolento y de acci贸n directa y realizar una pr谩ctica relativamente coherente y cr铆ticamente incoherente con la cual encontrarse con otros movimientos en lucha por cambiar las cosas. Una experiencia interesante respecto al encuentro de movimientos en lucha es la experiencia de los movimientos estudiantiles chilenos y el servicio militar obligatorio (SMO). El antimilitarismo en Chile realiz贸 por muchos a帽os campa帽as de insumisi贸n al servicio militar y por el reconocimiento del derecho de objeci贸n de conciencia. Este reconocimiento no se dio nunca, pero si el llamado a la insumisi贸n produjo alg煤n efecto comunicacional y social: si bien quienes se declaraban insumisos p煤blicamente no fueron muchos cada a帽o, s铆 muchos j贸venes en edad militar descubrieron que no hacer el servicio militar era relativamente f谩cil y sencillo, disminuyendo la participaci贸n de j贸venes en el proceso de selecci贸n al servicio militar. Este y otros motivos llevaron a las fuerzas armadas a realizar un plan para disminuir la necesidad de nuevo contingente cada a帽o e implementar a los 芦soldados profesionales禄 a partir de los reclutas del SMO. Esto funcion贸 relativamente sin problemas para las fuerzas armadas hasta los a帽os 2006-2007, durante los cuales el movimiento estudiantil secundario chileno realiz贸 la as铆 llamada 芦revoluci贸n ping眉ina禄 que incluyo la okupaci贸n de cientos de liceos (establecimientos educacionales) por mucho tiempo, quit谩ndole a las fuerzas armadas un 芦p煤blico cautivo禄 puesto que no pudieron realizar como ten铆an acostumbrado las campa帽as de reclutamiento. Un movimiento antimilitarista latinoamericano y del caribe, con cierto grado de continuidad en la acci贸n, podr铆a empalmar sus propuestas y luchas con otras que se den, como el caso que relatamos de Chile, para potenciar mutuamente las demandas coincidentes para transformar la sociedad. [Versi贸n resumida y actualizada de art铆culo originalmente publicado en la revista Ekintza Zuzena # 41, Bilbao, diciembre 2014. El art铆culo original est谩 disponible enhttps://www.nodo50.org/ekintza/IMG/article_PDF/ANTIMILITARISMO-EN-AMERICA-LATINA_a615.pdf.]
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