#y que aparte ni siquiera la abarcan bien
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trabandovidas · 2 years ago
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También hay un montón de gente, nacida y criada en México, que son sordas y cuyo idioma materno/principal/ con más fluidez es la Lengua de Señas Mexicana (LSM) y que hablan muy poco o nada del español a causa de la forma en que nuestra sociedad ableista y oralista maneja esta asunto
A caso dejan de ser mexicanos por eso?
Intentar reducir y simplificar un asunto tan complejo como el sentimiento de pertenencia a una nación, que se construye en base a una serie enorme de elementos, a tan solo un (1) idioma, que ni siquiera es el único hablado o reconocido oficialmente en dicha nación, es entrar en terreno muy muy muy peligroso gente!
chiques, opiniones y comentarios en ese tweet viral que decia que para ser mexicano no había que hablar español? A mi como mexicana se me hace una pendejada pero quiero saber más opiniones
Miren yo en ese territorio no me meto porque es discourse con la diáspora latina que vive en USA y la verdad que hay algunas cosas en las que nunca nos vamos a poner de acuerdo y es al pedo "pelear" o ver quién tiene la razón
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unknowautorgirl-blog · 6 years ago
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Capitulo 3
Ayla
Estoy sola. Mí madre no ha venido a casa desde hace más de cuatro días. Y me he dado cuenta de algunas cosas.
Por ejemplo; de lo sola que estoy.
Ayer, jueves, que volví a casa con las piernas temblando, me di cuenta del alivio arrollador que sentí al volver a encontrar la casa vacía y, por sobre todo, de que no me sentía culpable por dicho alivio. Es decir, mí madre podría estar muerta en estos momentos, podría estar necesitando mí ayuda, pero ya no me importa. ¿Cuándo había dejado de importarme?
Hoy, un viernes por la noche, había notado cuán sola me encuentro. Había pasado toda mí noche estudiando cosas que ya me sabía de memoria y la verdad, incluso sin mí madre cerca, me siento desdichada.
Desde que mí padre murió había pensado que una vez Casandra (o mamá como hasta hace poco le decía) desapareciera ya no tendría problemas, volvería a tener la vida fácil que una vez tuve. Pero eso tampoco era verdad. Incluso sin ella aquí, seguía teniendo miedo. Porque la verdad ya no tenía a nadie. Mí padre había sido asesinado, Colt había sido asesinado, Eric me había abandonado, mí madre me había abandonado, mis amigos… ¿Que amigos? La gente del restaurante que trabajaba conmigo es solo eso, gente que trabaja conmigo, nunca hemos sido cercanos o algo parecido, si fuera sincera, si fueran mis amigos hubieran hecho algo, es fácil decir que más de uno de ellos sospechaba lo que pasaba en mi casa, pero nunca dijeron nada, ni yo nunca les conté nada. Eso no es amistad realmente.
Así que me percate de algo importante.
La única persona que mira por mi bienestar, soy yo, aún más, la única persona que siente pena de mí, soy yo.
Y estoy aquí, sentada en el piso del baño de mí casa, preguntándome que estaba mal conmigo. ¿Que podía ser tan desagradable de mí persona? Debe de haber algo, lo que sea que hiciera que tarde o temprano las personas se cansaran de mí y por consecuencia se fueran o comenzarán a odiarme.
Quizá hasta yo me odiaba.
Ahora no puedo dormir, porque otra vez estoy pensando mucho. El doctor me había dicho que así era como empezaban mis ataques, por pensar mucho. Creo que eso es lo que me esta sucediendo ahora. Pero puedo respirar, no escucho nada extraño, no veo nada extraño ¿Entonces que puede ser?
Miró el reloj junto al botiquín, hoy podría dormir en la cama, pero ni eso logra calmarme, quizá Casandra vendría a medianoche y me sacaría de allí a golpes, ese es el pensamiento el que me lleva a seguir durmiendo en el sofá durante su ausencia. Son las 3 A.M.
Me levanto del suelo, sin poder soportar otro segundo del abrumador silencio y tomó un abrigo de Casandra, mí billetera con doce dólares y mí telefono con cuatro contactos telefónicos; Casandra, JJ, quién me había dado su número escrito en una servilleta en un intento de conquista hace unas semanas, Clara, mí jefa y el número de Colt. Jamás había tenido el valor de borrarlo, incluso sigo pagando el mínimo de la cuota mensual de su teléfono para poder oír su voz diciendo ¨Llamaste a Colt, pero no te atiendo porque estoy ocupado o porque eres un idiota, si es la primera opción deja un mensaje, de ser la segunda por favor no lo hagas¨ Había llenado su buzón hacía meses, y borraba mis propios mensajes para que, cuándo me sintiera una mierda, pudiera pretender que le mandaba uno y pretender que el me llamaría para preguntar si estaba bien.
Soy patética.
Salgo de mí, rozando lo insanitario, edificio y el frío en el rostro es de alguna forma reconfortante. No lo entiendo, de verdad que no, me siento asustada, abrumada, sola.
Quizá mí madre no fuera a regresar nunca y yo tendría que comenzar a planear mí vida en torno a eso, quizá debería de empezar de cero en un lugar nuevo pero, aunque quisiera hacerlo, ya había avanzado demasiado en mí carrera como para abandonar ahora, ya había decidido que eso era lo que quería hacer con mí vida, quería ayudar a la gente como el Dr. Fresenius me había ayudado a mí. Quizá cuándo terminará la carrera podría irme lejos de aquí, lejos de todo esto.
Hacía más frío del que pensaba, pero ya había caminado mucho como para volver solo para buscar un abrigo más grueso. Me toma más tiempo del que me gustaría admitir saber a donde me estoy dirigiendo, pero cuándo me doy cuenta ya no hay vuelta atrás, ya estoy a mitad de camino del cementerio.
Sé de sobra que no me hace ningún bien venir aquí, más aún sabiendo que terminaría en un mar de lágrimas como siempre. Me abro camino por los largos pasillos formados por lápidas y estatuas de granito, algunas de ellas tan llenas de moho y descuidadas que duramente se pueden distinguir su forma con tan escasa luz, casi todas ellas son blancas, o alguna vez lo fueron, las que no lo son tienen una tonalidad grisácea que no logro distinguir.
Me toma un par de minutos llegar al lugar que busco, pero cuando llego me siento en el pasto que rodea ambas tumbas, el suelo esta un poco húmedo, pero no parece importante ahora. Me quedo allí, sin hacer ni sentir nada, dejando todo de lado, esperando por ese vacío que se instala en mí pecho cada que leo las inscripciones de aquellas lápidas.
La de mí padre es verdaderamente bonita, fue pedida por el departamento de policía y fueron ellos quienes pagaron gran parte de los gastos, tiene una foto de su rostro con su gorro de oficial, algunos de sus cabellos rubios saliendo por los lados y una sonrisa tan grande que le llega a los ojos verdes que puedo ver al mirarme al espejo, a los lados de la fotografía hay algunas líneas en formas de enredaderas que abarcan todos los bordes de la misma, por debajo las inscripciones ¨ No hay palabras suficientes para tal pérdida. Samuel Sherman Héroe de la comunidad, amado padre y querido esposo.¨ A solo medio metro de distancia se encuentra la de Colt. Una lápida cuadrada sin fotografía ni adornos que pone ¨Aquí yace Colt Andrew Sherman, estimado hijo y hermano.¨ Personalmente no hubiera puesto estimado hijo, solo hermano. Junto a la lápida de mí padre que tiene hermosos retoques en pintura negra y una estrella tallada en conmemoración a su grado en la estación se ve bastante pobre, pero fue la única lápida que pude costear una vez Casandra uso mis ahorros para cremarlo. Mí padre no tuvo tanta suerte y fue enterrado tal cual con su uniforme, mí hermano con un traje que era de mí padre.
¿Que habrá dicho mí madre que tenía puesto yo en mí supuesto funeral?
Era una gran estupidez fingir un funeral a ese grado, puesto que ni siquiera había una lápida a mí nombre.
Todo había sido una gran farsa y yo me había visto capaz de desmentirla. Por culpa de ello nos tuvimos que volver a mudar y ahora ningún pariente contactaba con nosotras, al menos había tenido la decencia de pedir que la lápida de mí hermano estuviera en mí ciudad natal. El lugar donde vivíamos en aquel entonces no quedan lejos de aquí, sin embargo sería una locura regresar allí, todos en Fort Collins me creían muerta, más aquí, en Wyoming, no importaba realmente. Era una ciudad más grande, al menos a mí parecer y una ceremonia religiosa falsa en mí nombre no cambiaría nada, después de todo, en el único acta en el que yo figuraba muerta era en la sala funeraria que se había alquilado para mí hermano y para mí.
Realmente es una mierda saber que,  aún si quisiera, volver ya nadie se acordaría de mí, ni siquiera Eric, quién nunca fue notificado de mí supuesta muerte. Me pregunto si siquiera hubiera asistido de saberlo. Si hubiera llorado por mí y Colt. ¿Sabrá que Colt si había muerto?  Lo sabría de haber visitado la tumba de papá, pero no lo había hecho por lo visto.
Una de las cosas que más le resentida a mí madre, aparte de su participación en la muerte de Colt, había sido el no poder asistir a su funeral, aún más el hecho de haber cremado su cuerpo sin consultarme.
Los minutos van pasando dolorosamente lentos, pero me sorprendo a mí misma al notar que, a pesar del dolor en mí pecho, no hay lágrimas en mí rostro. Quizá he llorado tantas veces aquí que ya no tiene caso, quizá llore tanto que ya no tengo lágrimas. Me reprimo otra vez por no haber traído flores o al menos algo para limpiar un poco las malezas.
Cuándo decido que ya tuve suficiente de autocompasión, sacudo la tierra que se pegó a mí delgado abrigo  y me levanto para retirarme. Las primeras veces que venía solía pensar que ellos me escucharian si les hablaba, así que eso hacía, me pasaba horas hablándoles a dos lápidas, una de ellas vacías para colmo, con el tiempo, más concretamente cuándo mis ataques disminuyeron, supe que era una estupidez venir aquí, aún lo hago, pero no tan seguido ni me detengo a hablarles.
Lo que se perdió no volverá.
Una de las tantas frases célebres del que fue mi psicólogo pasa por mí mente y me digo que, aunque me cueste admitirlo, tiene razón. Puede ser un hombre bastante duro, pero todo lo que me dijo me había ayudado, al menos por esas sesiones que el gobierno nos daba gratis, quizá si no tuviera que mantener a mí madre podría permitírmelo. Quizá ahora fuera el momento.
Hacia ya tiempo que soy consciente de mí penoso estado mental, si bien ya había pasado un mes desde la última vez que había tenido una alucinación, hacía solo dos semanas de mí último ataque de pánico, era parte del porque no dejaba que la gente se acercara demasiado a mí. Sabía que en cualquier momento alguien podría darse cuenta y acusarme de loca, con solo una acusación así podrían sacarme de mí unversidad. Debo pretender ser lo que los directivos que me ofrecieron la beca quisieran. Debo pretender que no soy la persona de la que su vida prende del hecho que una mujer adicta cometa otro error.
Quizá y por eso no había regresado, quizá por fin se había hecho cargo de sus errores. El simple pensamiento de que podría haber terminado como Colt me ponía los pelos de punta, porque de una u otra forma, sin importar lo que me hubiera hecho sigue siendo mí madre.
Para cuándo ya vuelvo a caminar por la calle me encuentro con la sorpresa de que la música inunda las calles y que ahora al menos mí saco es suficiente para cubrirme del viento fresco y me siento un poco mejor conmigo misma.
Hoy no derrame ninguna lágrima y, por más de que no suene a un logro, se me infla el pecho de un sentimiento que ya casi olvidaba, alivio, hacia tanto desde la última vez que no tengo que preocuparme de si mañana podré levantarme que el hecho de que mí madre ande desaparecida pasa a segundo plano. Suelto una risa que se me antoja infantil y escucho la música aún más fuerte de un auto que se estaciona a un par de metros.
Es un auto deportivo de un modelo antiguo en color negro que no reconozco, sin embargo no es eso lo que llama mí atención. Del vehículo bajan tres mujeres, todas con cotillón de colores y dos de ellas con un babero en tamaño adulto que dice ¨tía¨ la tercer tiene un vestido amarillo de tarde que resalta su gran vientre de embarazada, es claro que vienen de un babyshower.
El momento en el que logro reconocer a la castaña me siento incapaz de dar otro paso. La que una vez fue la novia de mí hermano tiene una sonrisa casi igual de grande que su vientre y un nudo se instala en la boca de mí estómago.
¿De quién será?
No se en que momento vino a vivir a Wyoming, ni mucho menos desde cuándo esta embarazada, pero el solo pensar que esta a punto de formar una familia después de todo lo que vivió con Eric me causa un poco de rechazo hacia su persona. Seguramente estoy quieta cual estatua, ya que parezco haber llamado la atención de la futura madre. En el momento de que nuestras miradas se cruzan siento un escalofrío de reconocimiento atravesar mí espalda al segundo en el que veo que se quedan quieta y borra su sonrisa. La caja celeste que sostenía entre ambos brazos cae al suelo en un golpe seco y veo a la distancia como se tapa la boca con sus manos y lo parece que comienza a sollozar. Mí pulso suena en mis oídos y no se en que momento mis manos comenzaron a temblar, no puedo verla, no quiero verla.
— ¿Ayla? — Su voz tan suave como la recuerdo suena temblorosa y da un paso en mí dirección.
No me permito que la ansiedad me paralice y en cuanto noto que esta a solo un par de metros hago lo que sé hacer mejor. Huir. Tomó toda la carrera que mis piernas me permiten y echó a correr por la dirección contraria a la que venía, no corro demasiado, por que al saber su estado no es difícil adivinar que no me seguirá. Esto sólo complica las cosas. No se supone que ella sepa que sigo con vida. No se supone que siquiera viva aquí.
Para cuándo llego a la calle por la que vivo son aproximadamente las 5: 30 A.M. así que aminoro la velocidad de mí caminata, estoy ansiosa, irritada y por sobretodo aterrada. Las palmas de mis manos sudan de sobremanera y no puedo hacer otra cosa que no sea imaginar los mil y un escenarios en los que me podría ver envuelta si Clarissa decidiera ponerse en contacto con mí hermano y comentarle que acaba de ver a un muerto. Si se supiera y ellos decidieran acabar con su trabajo.
Si volviera a ver a Eric.
Es triste saber que esa no es una opción mientras mí madre no solucione todos sus malditos problemas, me digo a mí misma que todo acaba aquí, ahora que ella no esta podría dejar de vivir ocultandome y finalmente volver a lo que quedara de mí antigua vida. Si es que quedara algo.
Dejo de darle vueltas al asunto cuándo estoy a unos metros de la puerta del edificio donde vivo, es tan de noche que ni siquiera las pobres dos únicas farolas que aún alumbran el pórtico son suficientes para dar una buena visión del lugar. Saco las llaves del bolsillo trasero de mí pantalón y empujo la puerta hacia mí antes de introducir la llave, de otra forma esta no se abre. Subo los escalones y antes de llegar a mí piso siento un fuerte olor a quemado que me hace arrugar la nariz. Mí mente fatalista piensa lo peor. Corro el corto tramo que me falta para llegar y descubro 2 cosas al abrir la puerta de un sopetón; la puerta se encuentra sin llave y mí madre sentada en el sofá me mira con una sonrisa que destella miedo.
— ¿Mamá? ¿Que haces aqui? ¿Que es ese olor a quemado? — Mis pensamientos se revuelven entre emociones oscuras.
— Cari-cariño. — Sonríe otra vez haciendo una mueca y mueve los ojos repetidas veces hacia el cuarto de baño, señalando sin hacerlo realmente.
Jamás me había dicho cariño.
— ¿Que paso? ¿Estas bien? — me acerco a paso dudoso y veo de reojo la puerta cerrada a la que señala. Puedo ver un gran moretón en su cuello que se oculta bajo su rubia cabellera teñida.
Lo primero que pienso al verlo es que podría ser un chupon, no sería la primera vez que desaparece para irse con algún hombre, más nunca se había ido tanto tiempo. Su nerviosismo me hace saber que algo no anda bien y por instinto dirijo mí mirada a su vientre.
No habrá quedado embarazada ¿o si?
Trago saliva y me siento en el suelo para quedar frente a ella que esta en el sofa, huele un poco a alcohol y ceniza.
— Sea lo que sea vamos a poder con ello. ¿Donde estuviste estos días? Por unos momentos pensé que no volverías. — Le doy mí mejor sonrisa, pero por algún motivo todo se siente diferente ahora.
Ya no siento ese amor incondicional al que me apegaba repitiendo que ella había hecho todo para protegerme. Ya no siento que tengo alguna clase de deuda con ella, ni siquiera ese miedo que me obligaba a quedarme cuándo tenía la oportunidad de marcharme.
— Cariño, v-voy a necesitar que me des el dinero. — Suena descompuesta, una mezcla entre miedo y dureza brillando en sus ojos.
— ¿Que dinero? — Un nudo comienza a formarse otra vez en mí estómago y me paro de mí lugar, miró de reojo el baño.
Hay alguien más aquí.
— El que tienes ahorrado, no importa cuánto sea, tienes que dármelo, ahora. — La bilis sube por mí garganta con ese típico sabor ácido y retengo las impetuosas ganas de vomitar.
No necesito que diga más. Sé exactamente lo que esta ocurriendo. La miró a los ojos y veo que modula con la boca sin hablar.
¨Dame el dinero y vete¨
Ni siquiera voy a intentar ayudarla, ni siquiera tengo las fuerzas para responder a su petición muda, no después de que lo haya hecho otra vez.
Mis manos sudan y tiemblan mientras camino hasta la habitación principal,  no puedo respirar como se debe, las lágrimas se aculunan en mis ojos. Debajo de la cama se encuentra  una caja musical con un pequeño sobre con el dinero que tenía ahorrado para arreglar la calefacción del departamento, son apenas 70 dólares y su deuda debe de ser al menos mil veces mayor. Me cubro la boca para no hacer ruido alguno. Van a matarnos.
Esto es todo, hasta aquí llegue, cuándo sepan que no tenemos nada van a matarnos como lo hicieron con Colt, como pensaron que lo hicieron conmigo.
— Sabía que reconocía esa voz chillona en algún lado. — Una voz profunda y divertida suena a mis espaldas y me giro bruscamente. — Mira nada más en lo que te has convertido, una puta con todas las letras. ¿Siempre llegas a casita a esta hora?
Es el mismo hombre que casi termina con mí vida hace solo 2 años, de quién me he estado ocultando todo este tiempo. Esta parado en el marco de la puerta y sonríe relajadamente, casi como si le generara alguna clase de placer verme viva. Su barba negra larga se ve sucia y sus dientes amarillos al igual que sus ojos negros le dan una apariencia intimidante, parece incluso más alto desde la última vez que lo vi. Tiene un arma plateada en su mano izquierda y la balancea despreocupadamente.
— Y supongo que en ese pequeño sobre no hay 20 grandes ¿O me equivoco? — Me levanto lentamente y el me escanea de arriba a bajo, le entregó el sobre.
— Po-podría pedir un préstamo, tengo trabajo es-estable y podría tener lo que falta en una se-semana. — Quiero llorar, quiero gritar, pero en vez de eso busco cualquier cosa que me de algo más de tiempo.
— Con tantos ¨podrías¨ no hago nada niña. — Suelta una risotada y yo permanezco mirando mis pies. — 70 dólares no es ni un cuarto de lo la anciana debe. Pero se de algo que para el jefe valdría más.
Su mano regordeta levanta mí rostro y me mira sonriente. Comienzo a llorar sin poder evitarlo.
— Oh vamos, no llores pequeña perra, viviste más de lo que deberías, además si tienes suerte el jefe te convierte en una de sus putas en vez de matarte.
Entonces, hago lo único que se me viene a la mente.
Le pateo con toda la fuerza que puedo imprimir en mí rodilla y doy en su entrepierna. El me suelta y profiere un gruñido antes de agarrarse sus partes y acuchillarse, aprovecho eso y lo pateo fuera de la habitación, cierro la puerta en su cara y llaveo lo más rápido que puedo.
— ¡Ahora si vas a morirte perra inmunda! — La puerta es golpeada con fuerza una y otra vez y yo me alejó lo más que puedo de esta. — ¡Te voy a llevar al jefe en pedazos! — Parece tan enojado que su voz se asimila más a un gruñido animal que a otra cosa.
Que hago, que hago, vamos piensa rápido. ¡Mí teléfono! La policía siempre tarda horas en llegar a esta zona de la ciudad y no tengo tanto tiempo, pero tampoco tengo a nadie a quién recurrir. Decido lanzar una moneda al aire.
Solo espero que Jackson sea tan bueno como aparenta.
Por favor contesta. Pasan cerca de cinco pitidos y la puerta comienza a ceder, va a romper la cerradura, no va a responder, estoy perdida.
— ¿Hola? — La voz masculina trae oleadas de alivio que solo hasta que la puerta vuelve a ser golpeada. — ¿Quién es?
—  ¡Es Ay-Ayla! ¡ La chi-chica del restaurante! ¡Necesito ayuda! — Sueno desesperada, bueno, lo estoy.
— ¿Ayla? soy Neal, no te puedo pasar con Jackson por—
— ¡Voy a matar a tu madre si no sales pequeña perra y sabes que cumplo mis promesas! — Observo la ventana y considero saltar, quizá sea esa una muerte mejor que en manos del asesino de Colt.
— ¿Ayla? ��Quién es ese? ¿Donde estas? — vuelvo a concentrarme en la conversación cuándo Neal vuelva a hablar, suena alterado.
— ¡Va a matarme! ¡Por favor haré lo que sea, solo ayúdame! — Tiro mí dignidad por la borda y sollozo mientras ruego por ayuda.
— ¡¿Donde estas?! ¡¿Cuantos son?! — Escucho movimiento al otro lado de la línea.
— Creo que es so-solo el, tiene un ar-arma y — Veo el borde de la madera resquebrajarse y friego las lágrimas desesperadas que me llenan me rostro.
— ¡Sal de ahí puta!
— ¡¿Donde estas?! ¡Voy para alla!
— Calle 45, es un edi-edificio verde viejo, departamento 9 en el tercer piso.
— Voy para allá, no cuelgues el teléfono, intenta esconderte en algún lugar hasta que llegue. — Su calma parece falsa y miró hacia todos lados buscando un escondite.
Corro a la ventana y la abro, tiro mis zapatos por ella y corro a esconderme bajo el diminuto espacio entre el piso y el armario, llenándome de mugre en el camino y apenas logrando encajar, si consigo despistarlo aunque sea unos minutos quizá el llegue, quizá me ayude, o quizá solo lo este condenando a el también.
— Ne-Neal… — La presión en mí pecho no me permite hablar correctamente, el miedo es quién habla por mí.
— No te preocupes ¿si? no estoy muy lejos, mantente oculta e intenta no hacer ruido.
— E-Eric Sherman es el nombre de mí hermano, si cu-cuándo llegues no estoy, por favor buscalo, di-dile que
— Si llegare, ten un poco de fé ¿Okay? podrás ver a tu hermano y decírselo tú misma. — Suena casi histérico y cubro otro sollozo con mis manos.
— Solo dile que lo la-lamento, que lo quiero mucho y que yo lo seguí esperando, que siempre lo espere.
Miró a la puerta y entonces veo que las bisagras son arrancadas de la débil madera y esta cae a un lado.
— ¿Donde te metiste perra? — Cierro los ojos con fuerza y me tapo la boca, conteniendo la respiración. — El viejo truco de las zapatillas afuera de la ventana, es una caída de tres pisos niña estúpida ¿De verdad creíste que caería en esa basura?
Unos segundos después siento un tirón en mí brazo y sin más comienzo a sollozar con fuerza. Lo aprieta tan fuerte que casi creo que va a romperme el brazo en dos, abro los ojos y veo una sonrisa furiosa que ocupa todo su rostro.
— Te encontré.
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saleggdbshoes-blog · 6 years ago
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Golden Goose V-Star Hombre Rebajas Nike Air Jordan futuro año collar Tiffany
El nivel introductorio dentro del triangular es la actitud. La terapia de reducción de masa corporal es, sin duda, algo conocido que casi siempre se pasa por alto. A la mano están los elementos sentimentales que a menudo vuelven a jugar cuando se intenta lograr la pérdida de grasa. Antes de que sea probable que comience a ayudarlo a perder ciertos kilos, toda su familia podría asegurarse de que su jefe personal esté claro. Para ello, tiene que establecer realmente cuál será su mentalidad y la mejora del peso de su dinero extra. Además, debe proporcionar que ocurre en un marco positivo de atención. Es probable que sea aconsejable asegurar que una persona cree ser importante dentro de uno mismo y está planeando tener éxito en su plan. En el ejemplo que ejecutas, no acompañado por las posibilidades, en realidad buscarás a alguien que sabotee tu yo principal. La estrella estadounidense Jennifer Precious stone (The Yank President, Golden Goose V-Star Hombre Rebajas racula: Muerto, así como Loving It, House RD, Losing Isaiah y el sitio web y otra vez) fue creado el 26 de enero de 1963. Rihanna : Ha pasado absolutamente mucho tiempo como resultado del video sexy y, además, la canción Outdoor umbrella se quedó en la cabeza de los trabajadores. Sin embargo, pegado el problema sigue siendo para muchos. Mary J se considera que se convierte en astuto básicamente por muchos, pero a los críticos de su lanzamiento bien podría gustarles el hecho de que la sustituyamos por una cabeza grande. Si uno se ve reducido y aparte de cómo el cráneo con forma de extraterrestre puede encontrar los lindos dedos de los pies de su novia, forman el pensamiento. Ella o incluso tiene un pequeño diseño de tatuaje en un pie. ¿Pero eso demuestra esta ingeniería apoyo para recuperar el oxígeno? De manera adecuada, siempre que vaya a reemplazar la mayor parte de su motor de gas propano o diésel por agua, los fluidos se calientan en el tipo de motor, pero generan vapor que luego se ayuda a traer de todo el televisor de cola. Esto indica que hay bastantes emisiones de su vehículo en particular cada vez que usted lo sustituye. El motor del tren se ha convertido principalmente en agua y el disecto que representa el presente será solo una cantidad mucho más pequeña de contaminantes en la salida de su automóvil y el aire acondicionado. Puede haber muchas ventajas para cambiar su automóvil usado por el control sobre el agua, como en comparación con ayudarlo a reducir su dinero y, por otra parte, hacer que todo su automóvil tenga un éxito considerable. Por otra parte, la mayor ventaja es el conocimiento que se puede creer. Puede o no ayudarte a colocarte en tus increíbles zapatillas de deporte inexpertos y ayudar a tu nación. Los picos de softball permitirán que todos los jugadores obtengan una tracción favorable para el entorno libre cuando intenten correr a la línea de negocio. La mayoría de los dominios abarcan el nuevo campo de tierra y un campo de hierba. Este método que, en caso de que alguien tenga zapatos extraordinarios, tiene la capacidad de tener un tiempo muy repetitivo para mantener su terreno en el campo de la grieta. Sin embargo, en el caso de que realmente estés utilizando tacos de softbol, ​​todo es posible para que tengas que Zapatillas Golden Goose 2018 Hombre Rebajas garrar un poco más de suciedad y mantener tu equilibrio individual. Planeé incluir atención entre mí y, como resultado, no acabar con un inválido, pero se rechazaron las excelentes articulaciones para cooperar. En días o semanas ni siquiera lo construí, ni el baño, ni tampoco tuve otra alternativa con la ayuda de un equipo de incontinencia asquerosa, pañales atléticos para bebés adultos. No puedo sostener un tenedor específico sin dejar caer esta lata, así que simplemente puse el interruptor en el camino a los alimentos para comer con los dedos, porque los dedos reales se Golden Goose Mujer Rebajas pretaron y se convirtieron en garras de mariscos. Una idea es cierta, los clientes que probablemente dejaron de estar diseñados para eso sin un informe de cargos probablemente serían buenas perspectivas. Los negocios estarían un poco más intrigados por simplemente por hecho por simplemente por cortesía de por el ejercicio monetario que pocos pueden emprender. Esperarían querer saber si lo estaban haciendo, y que las posibilidades de iniciar un diálogo funcional con ellos podrían ser mucho mayores, además de otro completo que necesita un banano porque el niño de dos años de la mujer tenía hambre. e ideal una fresa.
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