#y la mitad de las reproducciones son mías so(?)

[smileflowcr]

Una exquisita sensación nace cuando recorre su piel, sonriendo con maldad ante el comentario porque si fuese por él, Seoja no dejaría el apartamento compartido nunca, siendo así el único capaz de admirar al hombre más atractivo que ha pisado la tierra. La lengua propia aparece para dar una seductora escena, humedeciendo el dígito de su novio y frotando sutilmente sus piernas sobre el miembro de este. “Dilo otra vez, guapo, que el mundo entero sepa que tu corazón me pertenece.” Minjun es una persona celosa, recordando las caras de todo aquel que lo mire con ojos más allá de admiración, sujetándole del cuello y besándolo con pasión, sus orbes azules como el mar fijos en los desconocidos y dejando en claro que no piensa compartir a Seoja.  Sin embargo ahora no podía dejar de admirar el bello cuerpo que posee, las mejillas enrojeciéndose aún cuando ya le ha visto así cientos de veces, traga saliva a la vez que nota cómo el interior de sus muslos se humedece, el cuerpo preparándolo para una actividad más agotadora. “¿Así?” pregunta sobre su oído, pasando los brazos por el cuello del otro y las piernas sobre su cintura, soltando otro sonido de excitación cuando mueve la cadera de arriba hacia abajo, lento, sintiendo su ropa mojarse ante la fricción. Minjun cierra los ojos, arqueando la espalda y sus bonitos labios se mantienen separados, dejando salir el nombre de su amado en medio de suspiros y jadeos de placer, la miel y la canela de su aroma llenando la habitación por completo. “Te amo Seoja, te amo tanto, haz lo que quieras conmigo por favor.” Jamás es cortés cuando tiene algo en mente pero de nuevo, su novio sacaba ese lado gentil y dulce que mantenía oculto para ocasiones así, donde su lobo interior no podía aguantar mucho tiempo sin recibir caricias directas.

Minjun  era  tan  cambiante  como  el  mar  mismo,  cada  gruñido  que  salía  de  él  gracias  a  su  personalidad  fuerte  es  un  golpe  directo  a  su  propia  entrepierna,  pero  esos  gruñidos  se  tornan  en  melodiosos  gemidos  bajo  su  tacto  y  sabe  que,  con  su  chico,  tiene  lo  mejor  de  dos  mundos.  -  —No  puedo  prestarle  más  atención  de  la  que  ya  le  doy,  es  solo  un  kitten  egoísta  y  que  siempre  desea  más  —  -no  es  una  queja,  nunca  será  una  queja  cuando  se  trata  de  su  novio  y  sus  deseos  de  tenerlo  cerca  todos  los  días  de  la  semana,  a  todas  horas.  Seoja  termina  de  limpiar  la  herida  que  hizo,  hasta  asegurarse  que  no  saliese  más  sangre  para  separarse  lo  justo  y  observarlo  hacia  abajo,  lucía  ya  completamente  destruido  y  aun  ni  siquiera  comenzaban.  -  —No  te  quiero,  te  amo  —  -su  sonrisa  se  ladea  un  poco,  la  diestra  se  eleva  hasta  los  labios  del  mayor  y  el  pulgar  delimita  el  inferior  gustándole  el  color,  la  carnosidad.  Seoja  mueve  sus  dos  manos  de  inmediato  para  sacarse  la  camiseta,  arrojándola  por  ahí  y  quedando  en  una  gloriosa  semi  desnudes  que  denotaba  su  esfuerzo  en  clases  y  fuera  de  estas.  No  espera  mucho  antes  de  volverse  a  inclinar  para  capturar  su  boca  en  un  beso  y  buscar  recostarlo  en  la  superficie  donde  comúnmente  comían,  la  mesa  siendo  ahora  su  victima  para  la  actividad  que  harían.  -  —Eres  jodidamente  sexy  cuando  gimes  dulcemente  —  -dulce  y  Minjun  chocaban  como  ideologías,  pero  para  Seoja  era  un  afrodisiaco  como  la  miel  que  escurría  de  su  amado.  -  —Hazlo  para  mí,  mi  amor.