#y es la historia de mi gente de este lado del charco
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Hola Mochi, andaba reflexionando un poco, y me ha quedado un pensamiento, quisiera ver si concuerdas o puedes comentar algo que quizás me ayuden a verlo de otra manera.
Hay tantas rencillas en el rol, que estamos tan peleados y tenemos identificados a los supuestos enemigos que quizás sea una de las más grandes razones por las que parece seguir disminuyendo el rol. Si alguien no te cae bien no vas al foro, disuades a otros de ir, entre otras tácticas que se hacen más o menos deshonestas. Y es que el tema de los chismes y las malas intenciones es extenso, demasiado, aquí nos cuentan hasta de que color es el sosten de la otra para difamarla, y siendo que una buena parte expone su vida privada en redes que luego divulgan (con o sin intención) ya sea por discord o etc, se suele ubicar donde esta cada quien y en qué foro. Ademas, se usa la vida privada para atacar a esos que caen mal. Vamos que la privacidad se ha ido volviendo más cuento que realidad, con las facilidades que da la tecnología hoy para conectar nuestra vida externa al Internet.
Seguimos siendo los mismos pejelagartos de hace años, pero ya no roleamos tanto, y una de las razones será porque nos evitamos. Si no hubiese tantas rencillas o problemas y la gente se dedicara a disfrutar del rol, creo que se volvería a ver, el afluente que se notaba antes y que hacia que encontraras los foros hasta de forma casual, mientras navegabas por Google con una búsqueda que poco y nada tenia que ver con rolplay.
Holi ♥ Concuerdo tanto con esto, osea es perfectamente la situación por la que está pasando la comunidad actualmente por lo dicho: somos los mismos pejelagartos de siempre; no hay un flujo de gente sino que más bien estamos estancados, somos tan pocos que fácilmente reconocemos a otros, en especial a los que nos han dejado una marca negativa.
Hubo un tiempo es que este charco era un lago, cuando empecé a rolear habían 5-10 foros de una misma trama y todos tenían una cantidad de usuarios decente, cuando abundaban las academias y foros de pets jajaja pero no voy a decir que “en mis tiempos” todo era perfecto, los chismes no salían TAN a flote solo porque tumblr no era usado con tanta frecuencia como en la actualidad, el flujo y actividad poco hacían coincidir a esos usuarios con problemas por lo que todo moría ahí. El mundo de rol no ha cambiado solo que el lago se ha secado para ser lo que es ahora, donde hay pocas aperturas en las que apenas se abren las puertas reconoces los avatares de los canguros.
Socializar es difícil cuando ningún lado está dispuesto a aceptar el error que cometió y puede que ni reconozcan el mal que causaron, esto último algo que he visto abundantemente. ¿Podemos culpar a la chatbox o a discord? No, un poco tal vez por distraerte y nada más. Creo que cuando la gente no necesite un vínculo para empezar temas con otros las cosas pueden mejorar, probar a escribir un libre y ver que resulta de ello sin temor a perder el tiempo, también a saber enfrentar cuando ya no deseas seguir porque no te resulta.
Algo que creo que hace falta en los perfiles es un apartado de “actividad” en plan:
Persona 1: soy un jugador frecuente escribo 4 post a la semana. Persona 2: yo hago uno por semana. Persona 3: yo soy muy casual, voy a uno al mes y me estoy arriesgando.
de esa manera sabes qué esperar de tu compañero de rol y se pueden evitar esos casos en que una persona 1 empieza un tema con persona 3, termina en desastre porque la persona 3 no le responde tan rápido como esperaba.
En fin, creo que me perdí de lo principal, pero para no alargarlo más:
No nos amarguemos la vida, el rol es un hobbie para disfrutar llevando a cabo nuestras aventuras imaginarias, esas historias que nos da tanto hype por llevar a término. Disfrutar sin ponernos trabas a nosotros mismos, que ver esa persona en línea no sea un impedimento y no dejarnos llevar por el odio en esta actividad, la vida personal de nadie es fácil como para solo pasarlo mal haciendo lo que se supone nos gusta.
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RIP Galee Galee: La fama es un castigo
Por Andrea Ocampo Cea
“La gente que hace daño no sabe bien lo que pasa entre tú y yo”
Galee Galee, Igual a mi
Galee Galee fue el nombre artístico de Gabriel Zuñiga (1994 - 2023), cantante de trap oriundo de Pudahuel, que perteneció a la nueva generación de artistas urbanos chilenos, quienes hoy en día, son escuchados a nivel mundial junto a Polima Westcoast, Pablo Chill-e, Harry Nash, Juliano Sosa y al sin fin de artistas masculinos que dominan el género en esta geografía.
Este viernes 26, cerca de la medianoche, un flyer de La Junta+ se viralizó en redes confirmando su fallecimiento en el Hospital Félix Bulnes, a causa de graves lesiones. El llamado de Pailita, unas horas antes y vía Instagram, fue a realizar una cadena de oración, justo momentos posteriores a una una storie del mismo Galee, que advertía: “Uds no saben el daño klo que están haciendo. Corten la wea loco. Van a causar que pasen weas que nadie quiere”. Anunció así su deceso. Llevaba horas lidiando con cientos de comentarios que le acusaron de infidelidad; realizando incluso –durante la noche anterior– una transmisión en vivo para descargarse y afirmar que esta situación no le afectaba y que él estaba puesto para la música.
Pero la misma comunidad de fanáticos del género urbano le hizo sentir la presión –como dice la jerga reggaetonera puertorriqueña– a propósito del desahogo público de su ex pareja, pero también de una fan a penas mayor de edad y de la madre de su hija. Dimes y diretes que desataron una ola de críticas, opiniones, insultos, burlas y amenazas.
Durante la madrugada del 27, su nombre, deceso y las responsabilidades de este (aún no confirmado) suicidio fue Trending Topic en Twitter. La foto de un joven sobre un charco de sangre con un tiro en el cráneo comenzó a viralizarse; los clásicos humoristas de esa red realizaron mofas sobre el artista, así como un par de periodistas hicieron chistes sobre su deceso en busca de likes y retuits. El clasismo chileno emergió sin sorpresa en los 280 caracteres, acompañado de la misoginia y un machismo fulgurante. Pues ¿De quién sería la responsabilidad de esta muerte? Claro: de las funas a manos de las mujeres (de las “wnas klias” diría otro reconocido astro del flow local).
LAS FUNAS
La palabra funa hoy está de exportación y significa “fruta podrida” en mapudungün. Indica la denuncia pública sobre algo que huele mal, que pudre lo que toca y que no está –necesariamente– a la vista. La funa se comienza a usar en Chile en tiempos de Dictadura, cuando familiares y colectivos políticos-sociales realizaban acciones colectivas de denuncia a asesinos, represores y violadores de Derechos Humanos. Hoy, en los dosmiles, con redes sociales en la mano y luego de la cuarta ola feminista, la funa es comprendida como una herramienta punitiva de autodefensa e inscripción histórica, que llega a aquellos lugares donde la justicia institucional no llega (ni da garantías). Tiene por misión retener la impunidad ante agresores, violadores, acosadores, asesinos y hacer de la denuncia una memoria presente y contingente en el imaginario de las comunidades: una memoria no exenta de moralidad y eficacia. Independiente del carácter legal de una funa y de la presunción de inocencia que hoy se aplica sólo a algunas clases sociales, ésta existe porque se ha vuelto necesaria. No obstante, para existir, necesita de la esfera pública, de la publicidad y de una narrativa capaz de identificar a una masa tanto crítica como acrítica. Mas, no todo desahogo público es una funa. La funa tiene un carácter colectivo en lo social y político. Un desahogo, por otro lado, es lo que escribimos en nuestros diarios de vida análogos o digitales.
¿Todo desahogo de una mujer que cuenta su historia de violencia es una funa? Tendríamos que decir que depende del número y franja etárea de la audiencia que le sigue en redes. La sobre-reacción es latente, justo en un momento histórico donde la cultura del género urbano choca innegablemente con las herencias de la revolución feminista y una institucionalidad educacional y social donde el abuso sexual y la irresponsabilidad emocional / corporal / sexual son normalizadas, e incluso forman parte de un imaginario y una estética nutrida por la narco-cultura continental. En definitiva “es de machos” comportarse así.
Ser engañade por quién amas se siente feo, une sufre. Aún más cuando tu contexto glorifica la violencia, la desigualdad de poder entre géneros y tienes acceso al registro completo de los pasos de las otras personas. Pero el desamor y la infidelidad son parte de la vida y sus aprendizajes, no es propio del género masculino y, en último caso, no atentan contra nuestros derechos vitales, como si lo hacen las malas prácticas médicas, la impunidad y acoso en los establecimientos educativos y laborales, la discriminación y el cyberacoso, la trata, los feminicidios, el secuestro y la tortura. Y aunque esto sea medianamente obvio para las niñas y adolescentes que cuentan sus historias en internet –esperando atención, revancha u otro–, en el caso de Galee Galee aparecieron junto al mal que históricamente ha aquejado al género urbano: su machismo naturalizado, además de las actuales y populares “páginas de difusión”.
LA FAMA ES UN CASTIGO
El oficio del periodismo vive hace siglos una profunda crisis, hoy lo es gracias al arribo de Chatgpt, el contexto global de las FakeNews y el “periodismo de redes sociales”: las “páginas” que en realidad son perfiles de consumo generacional, principalmente alojadas en Instagram y en TikTok. Llevan por nombre cualquier derivado de “copuchas / gossip/ cahuines / chismes” y cumplen exactamente la misma función que hace años cumplieron los programas televisivos de farándula. Siendo el ejemplo icónico el programa de JC Rodríguez –hoy también en “La Junta”– llamado Primer Plano con su archi-reconocido “escándalo de la semana”. Esa continuidad no es azarosa.
Hablemos entonces de una comunidad de niñez, adolescentes, jóvenes y adultos que crecieron viendo cómo sus familias fagocitaron este tipo de contenidos y disfrutarlo tanto-tanto, como para juntarse con otros para verlo en clan, compartiendo algo para comer y algo para tomar. Todo un evento familiar y nacional.
Estos nuevos medios, cuyo ecosistema es únicamente el scroll y el like, hoy repiten la fórmula y postean sin escrúpulos sobre la vida íntima de los cantantes urbanos chilenos. Tras esas imágenes re-editadas y recolectadas de todos los perfiles posibles, están los mismos jóvenes aficionados a estos chismes. Son productores y consumidores en sí mismos: siguen los pasos de sus astros, así como los de su familiares, parejas, equipos de trabajo en búsqueda de algún atisbo de intimidad y de “realidad”. Algo que permita conocer a la persona y abrir la bisagra donde la intimidad conviva junto a la culpa, humillación y vergüenza. En el universo del blingbling por sobre los proyectos de vida, en el esplendor del presente inmediato ante el fracaso del futuro, un guiño de humanidad vuelve a este mundo de simulacros algo intrascendente.
Así, a mayor exacerbación de la estética flaite reggaetonera como una de millonarios, exitosos, codiciados y maleantes, con mayor velocidad aparecerán testimonios que, a través del pantallazo y/o la história impúdica, responderán a la ansiedad y el morbo, para rebajar los estándares de la fantasía: los estándares del corte.
El chileno es chaquetero (dicen); pero también (dicen que) es solidario. Esas auto-imágenes sociales y culturales suceden –a un mismo tiempo– en la lluvia de likes y reproducciones en Youtube y Spotify. Ni hablar del daño que esto hace en la psiquis de nuestros cantantes y en la presión permanente que recae sobre sus carreras musicales. Las disqueras, el público, las preguntas de los medios: todo les obliga a sacar temas todas las semanas, impidiéndoles madurar sus procesos, experimentar, repensar sus carreras y sonidos, sólo por la urgencia del tapizarse, coronar y pegarse, además del miedo a volverse irrelevantes y olvidables. Lo cierto es que, a pesar de la inmediatez en el consumo musical, su apreciación, perreo y goce es y será siempre inolvidable. Por ello, aquí nadie olvida a nadie. al mismo tiempo, que estamos resistiendo la miseria todos con y contra todos.
“Las páginas” son el nombre genérico de una cultura sádica y canibal de la hiperventilación y falta de límites sobre qué contenido es de interés público y cuál no. Una cultura sin linea editorial que denota la carencia, tanto de las herramientas como de una conciencia en el impacto de las palabras en las comunidades. De un momento a otro, los antiguos perfiles personales, hoy se vuelven canales de comunicación directa y sin mediación.
PROTAGONISTAS Y CONSUMIDORES
A pesar de que pertenecemos a generaciones donde la selfie y el uso del móvil es permanente, somos incapaces de ver cómo los posteos sobre irresponsabilidad amorosa, los joteos cibernéticos, las salidas clandestinas de las fans con los artistas, tornan a esta audiencia en protagonistas y consumidoras de sí mismas. Este canibalismo tiene carácter exhibicionista: consumo aquello que leo, que veo, que atestiguo, grabo, registro y protagonizo. Mismo fenómeno que sucede en los conciertos donde los fans lanzan sus móviles al ídolo: buscan ser protagonistas y llevarse “algo exclusivo y para sí” del artista.
Esa exposición, una vez satisfecha, redobla su flujo mediante la asfixia del artista: olas de notificaciones, likes, mensajes de odio y cuestionamientos, terminan por dejar en la cornisa a cualquier ser humano que simplemente sepa leer. Ni siquiera es necesario arrastrar una depresión o un mal viaje, para que esto destruya cualquier equilibrio, calma, relajo y proyecto vital. Hablamos del cyberbullying chilensis: una violencia masiva, brutal e indecible, incitadora de una paranoia que permanece en el tiempo y un complejo de culpa que cierra ojos, bocas y horizontes.
En medio de esa tribulación, la ideación suicida aparece como una opción posible, ante un presente aterrador donde nadie puede auxiliar, precisamente porque se vuelve inexplicable: las palabras pierden poder como la vida pierde sentido. ¿Cómo aquello por lo que lucharon y trabajaron sin descanso se volvió una pesadilla? Soportar estos eventos traumáticos requiere preparación y atención profesional, además de un entorno preocupado por la persona, más no interesados por subirse a una tarima que no les corresponde.
Consideremos que esto está sucediendo en jóvenes que oscilan entre los 16 y 29 años, de orígenes humildes, sin contención especializada, tiempo libre ni la costumbre y/o acceso a salud mental. Las historias de superación de toda nuestra música flaite sigue pagando el costo de nacer en la pobla: padecen los mismos abandonos, carencias y fragilidades de sus infancias. Nuestros ídolos reggaetoneros están abandonados a su fé, a sus fuerzas y también a sus debilidades, violencias, a sus armas de fogueo y masculinidades tóxicas; a todos los descubrimientos, revueltas y adicciones que hayan en el camino.
SUICIDIO
Según la Organización Mundial de la Salud, Chile es el sexto país de la región con mayor tasa de suicidios, considerando 9 decesos por cada cien mil habitantes. Siendo el promedio de América Latina y el Caribe, 6 casos. Pero el medio DW recientemente actualizó la cifra e indicó que, durante el año 2022, tuvimos 10,3 suicidios por cada cien mil habitantes, siendo los principales afectados las personas mayores, la comunidad LGBTIQ+ y los adolescentes.
Sabemos que vivimos una crisis de salud mental agudizada durante la pandemia, así como también se agudizó la producción musical de esta generación de reggaetoneros y traperos nacidos al alero de la producción casera y los encierros forzados. Nuestras estrellas locales nacidas en dormitorios y grabaciones de voz en el móvil, saltaron sin intermediarios a las pantallas del globo. El vértigo de la exposición e hipervigilancia, de la crítica y la falta de intimidad, explica por qué el suicidio de Galee Galee no tendría por qué ser un hecho aislado. Es aterrador. Stories que advierten esta asfixia vital la hemos leído también en un Pailita o en un Pablo Chill-e anunciando dejar su carrera.
Ojo aquí: Gabriel tomó la decisión de abandonar este mundo. No fue una decisión colectiva, sino que fue una decisión personal, una auto-determinación valiente; aún más en un contexto familiar cristiano. Sus razones ciertamente las desconocemos y respetamos. Se necesitan agallas para dejar de vivir. No obstante, este deceso no soluciona nada para quienes permanecen involucrados con quienes parten. El duelo queda abierto, pues quienes necesitan respuestas no las tendrán, salvo la resignación. Un duelo como este –que sucede en uno de los momentos de mayor popularidad de Galee Galee– se atiborra de mensajes, recuerdos amistosos, además de canciones con líricas brillantes. Pero quedan tres jóvenes arbitrariamente sindicadas como responsables y además, sobreviven a esta muerte, una hija pequeña, una madre, hermanos…una familia completa sumida en la tragedia.
La muerte de El Big Cut tampoco puede significar un retroceso para las mujeres que usan su voz pública para exhibir el incuestionable machismo del género urbano chileno (y latinoamericano). Que esa violencia moleste y sea cuestionada, es parte del proceso de aprendizaje de generaciones completas. Hoy podemos leerlas en múltiples comentarios, posteos, stories, reels y TikToks que insisten en que las “wnas klias /feministas klias” se queden calladas y dejen funar.
Pocos insisten en la responsabilidad que tiene la presión que ellos mismos ejercen sobre los artistas. Más fácil es tirar la pelota al lado y exigirle a las mujeres que (se) aguanten ante la misoginia que toda esta situación ha levantado.
Más interesante es atender a aquellos que indican el cuidado que se debe poner sobre los comentarios que se hacen sobre los artistas, porque nunca sabríamos qué lucha están dando. Esto último pone de relieve la importancia y atención en el uso de las palabras, pues se evidencia su potencial destructivo. Lo que incluso podríamos considerar un avance en términos de violencia simbólica en un género musical que entona y corea –por lo bajo– los escupitajos en el rostro de las mujeres. Si la muerte de Galee Galee cala como hoy lo sentimos, debemos esperar y exigir una nueva consciencia sobre las líricas, al mismo tiempo, de un nuevo cuidado para con y de las comunidades de fans y público general. Esta nueva y latente percepción sobre la violencia digital es probablemente parte del legado de Galee. Es parte de nuestra responsabilidad HOY dejar de seguir e incentivar estos pseudo-medios de información que distribuyen y desfiguran la vida íntima de estos jóvenes que comienzan a vivir y nos permiten gozar nuestra propia vida al perrear sus hits.
TODOS SOMOS RESPONSABLES
Lamento esta pérdida y todas las podrían venir si no atinamos hoy. Necesitamos pensar cómo desactivaremos este ciclo sádico, canibalesco, morboso y destructivo del consumo de nuestros propios protagonismos. La responsabilidad de este consumo y asfixia vital no es responsabilidad de la ex, la actual y “la otra” (ojo con los estereotipos de género que estas palabras reproducen). Sino que es responsabilidad de un país completo que exhibe su intimidad en shows televisivos, docu-realitys y programas de pornomiseria mal llamados “policiales”, donde la humillación, la culpa y el estigma social se conjugan y multiplican en opiniones, tuiteos burlescos, así como en medios tradicionales que no logran dimensionar el impacto de sus contenidos. Es responsabilidad de un país donde la educación, la salud y la cultura aún son bienes privados, donde el machismo sigue siendo el flow de moda.
Consideremos no pasar por alto estos puntos y vivir una vida que deseemos construir por nosotros mismes. Necesitamos comprender que la hiper-exposición de una persona a costa del anonimato propio es un gesto de miseria y cobardía; al mismo tiempo, que es el contexto idóneo de la producción de deepfakes. La superposición del rostro de Rosalía sobre un cuerpo desnudo de mujer –ocurrido esta semana– es un deepfake. Es una foto trucada que muestra el cuerpo de una persona que nunca existió.
En esta maraña que es internet, tomar por verdadero lo falso –en pleno auge del Chatgpt y las “páginas” del instagram y el TikTok– hacen que hoy en día sea casi imposible distinguir qué es un invento, qué es una opinión y qué realmente pasó. Y, si esto es así, ¿Cuáles serían las consecuencias para Chile y para los actuales protagonistas de nuestra cultura urbana? La respuesta con énfasis nos la da el Big Cut, el rey, Galee Galee:
Y me hizo fuerte to' lo malo
Tuve que defenderme
Dios les tiene un regalo
A los que mal quieren verme
(Y me hizo fuerte to' lo malo)
La Glock pa' defenderme
La tengo aquí por si acaso
Llega el día de mi muerte
Galee Galee, Todo lo malo me hizo más fuerte
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#galee galee#galee#bigcut#trapchileno#chileurbano#traplatino#reggaetonchileno#cyberbulling#funa#suicidio
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El renacimiento de las novelas por entregas
Cómo dije en alguna entrada anterior, estuve participando en un concurso de escritura. Siendo más específicos, en un concurso de escrituras de "novelas ligeras".
Para quienes no conozcan este término, las novelas ligeras son un tipo de literatura japonesa que, ente otras características, suele tener lenguaje simple, además de ser serializadas en revistas o por tomos (al igual que el manga). Son la evolución japonesa de las novelas por entregas y las novelas "pulp" tan populares hace muchos años atrás.
Sí, novelas famosísimas cómo El Conde de Montecristo, o incluso Los Tres Mosqueteros eran novelas por entregas.
Para el blog de hoy es precisamente en esto en lo que me quiero centrar: En las novelas por entregas (y en menor medida en la literatura pulp).
Primero, quizás te estés preguntando, ¿qué son las novelas por entregas?
¿Las qué?
Las novelas por entregas son un formato o medio literario que se basaba en capítulos escritos y publicados (en revistas especializadas usualmente) de forma periódica, y "sobre la marcha". Es decir, no era una novela ya lista, que tomas y la lees de principio a fin, sino que esta era serializada, publicándose partes de esta cada cierto tiempo. Cómo una serie de televisión, para que tengan una idea algo más clara.
Personalmente, este formato me resulta bastante llamativo, aunque tiene algunas desventajas, pero eso ya lo veremos más adelante. La cosa es que, en Japón, a través de revistas, esto se sigue haciendo: es así cómo se publican buena parte de las novelas ligeras.
Sin embargo, para este lado del charco, las novelas por entregas no corrieron la misma suerte, sino que fueron condenadas al olvido absoluto.
¿O tal vez no?
Internet, la piedra de la resurrección para las novelas por entregas
Hay algo que mucha gente no parece haber notado, y esto es que con la masificación de la web y el surgimiento de plataformas cómo Wattpad (antes de su decadencia, pero eso es otro tema), el asunto de las novelas serializadas ha regresado.
¿Que lector internauta no se ha cruzado con páginas donde la gente sube sus historias, no completas, sino capítulos por capítulos, de forma semanal, bisemanal, mensual, bimensual, quincenal, o cuando le salga de los...? Pues muchos probablemente, por no decir casi todos.
Por que aunque no sea exactamente lo mismo, es, en esencia, lo mismo. Novelas escritas usualmente sobre la marcha, y publicadas de forma periodica, sumandole ahora la retroalimentación de la que es digna internet, y la accesibilidad a que cualquiera pueda publicar y usualmente leer de forma gratuita. Pero las "entregas" siguen allí.
La mayoría no sabe que eso era algo que ya estaba de moda en tiempos pasados, y, aunque la serialización literaria tanto actual cómo de antaño tiene sus altos y bajos, la verdad es que personalmente me gusta ese concepto. ¿Por qué? No lo sé. Quizás por la retroalimentación constante, quizás porque me recuerda precisamente a las novelas ligeras, o quizá por la expectativa que da el ir leyendo de a poco una historia, y tener que esperar para saber que sucede.
La cosa, es que en aquel concurso que estuve participando, se podría decir que estuve actuando casi cómo si mi novela estuviera siendo serializada, o publicada por entregas.
Cada dos semanas, un capítulo nuevo era entregado. Dos semanas para escribir el siguiente. Luego otras dos para el que sigue. Y en esas dos semanas tuve que arreglármelas para "improvisar" la planificación de lo que iba a pasar en el capítulo, redactar el capítulo, y editarlo.
youtube
Video del concurso en el que participé.
No es fácil. Mientras que al escribir una novela completa (o por tomo directamente) tengo un tiempo decente para planear, escribir, editar, pensar, etc, aquí tengo que actuar YA. Debí arreglármelas para escribir un capítulo en 2 semanas o menos, que siga el hilo del anterior, y que plante semillas para cosas que deben tratarse más adelante. Lo único que puedo corregir es ese capítulo. Es decir, si cometo un error de continuidad en el capítulo 1, tengo que apañármelas con él, puesto que ese capítulo ya se lanzó (en este caso, ya se envió a los jueces).
Es complejo, pero de alguna manera también es satisfactorio. E imagino que publicándola semanalmente al público general debe ser algo más satisfactorio, puesto que sabes que (si tienes público, claro) hay gente ansiosa por saber que pasará después.
Escribir basura: el camino fácil del escritor serializado
Si bien puede dar paso a literatura más "casual" o "basura", creo que el tema de la serialización literaria debería volver a ser conocida. Está ahí, solo que ha evolucionado, y en cierto modo se ha "desprofesionalizado". ¿Esto último es bueno? ¿Es malo? Un poco de ambas. El lado bueno es que cualquiera puede hacerlo, en vez de esperar que un diario o una revista te de la oportunidad de ser serializado, pero lo malo también es que cualquiera puede hacerlo, por lo que en las redes suele no haber filtro, cualquiera puede subir basura, y cuesta encontrar cosas de calidad entre tanta cosa mal escrita. Eso sin contar que hay demasiadas plataformas de escritura en línea, y mientras mas crecen, parece que peor se ponen. ¿Cierto Wattpad?
No es que Wattpad haya sido nunca la mejor plataforma del mundo, pero con cómo se puso ahora con tal de aumentar más y más sus ganancias...
Sin embargo, sobre escribir basura realmente es algo que ya hacían los escritores por entregas en su era dorada. En ese entonces se les pedía rellenar un número de páginas determinado, por lo que muchas veces se limitaban a rellenar todo de diálogos y diálogos, y relleno innecesario. Incluso a meter relleno, y estirar la trama como chicle. Así pues supongo que es algo que siempre se va a dar, independiente del medio. La moralidad de esto ya es otro tema que no voy a tratar hoy (y quizás nunca, no lo sé).
Conclusión
A pesar de los contras, este tipo de narrativa tiene muchísimo potencial, y la verdad es que como mencioné, estoy feliz de que internet le haya dado una nueva oportunidad. Personalmente he dudado si usar este tipo de medio, pero tras este concurso he acabado por decidirme a usarlo. Después de todo, hay que aprovechar las herramientas que uno tiene, y si algo sale mal, se puede aprender de ello y seguir adelante.
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Mi tristeza, no amiga, sino invasora
No llamar a la ebriedad
Ebriedad
Sino beso
¿Cómo te quiero?
Mi bar favorito para tomar solo se llama "lluvia", ahí una mesera muy amable llamada Camila se aguanta mis pendejadas. Yo sé que pone cara de fastidio cuando me ve entrar. Que ya sabe que voy a empezar por una cerveza, y que luego me voy a gastar más dinero en tragos. Para tomármelos de un sorbo, en intervalos de 39 minutos. Camila dice que mi problema es que entregó mucho siempre, sin esperar nada a cambió. Yo le digo que eso no es un problema, y que me de otro trago de vodka.
La música no me apetece mucho. Siempre pido la misma mesa y siempre voy solo. La única persona a la que he llevado a ese bar le puso ese nombre. Y lo rodeó de charcos. – La nostalgia es muy parecida a los charcos -
Mi mesa siempre está ahí para mí. Desde hace un año me fían. El dueño piensa que soy una buena persona con algunas desavenencias. Algún día no le pagaré, o el bar cerrará. Y la gente dejara de mirarme raro por beber solo. Confieso que cuando estoy en compañía, ver a otros tomar solos me hace pensarlos tristes e infortunados.
Camila me gustó cuando la vi. La primera vez que por culpa de la lluvia entre a ese bar me quedé mirando su lindo pelo castaño. Me senté, la miré a los ojos y pedí una cerveza*. Escribí en una servilleta un poema:
"Juego a tomar el café
Pero hace tiempo que ya no queda casi nada de un capuchino tan caro,
que solo se justifica por el pasar de esa mujer.
Tiene cara de ser una de esas
Que no se fijan en uno de "estos"
Bebo un pequeño sorbo.
Ella pasa y sabe que la
Miro,
Yo pienso en un
–¿este asiento está ocupado?, ¿qué estás escribiendo en esas hojas, siempre las llevas a todos lados?" seguidos de una voz tan dulce como las primeras palabras que me dirigió " ¿deseas azúcar?
Momento perfecto para empezar a fumar, comprarle una caja de cigarrillos, decirle que no me alcanza para el encendedor, que si me puede prestar uno, atenerme a la negativa, y luego dejar la caja botada, porque lo que yo realmente quería era su fuego.
Vuelve a pasar,
Debe pensar que soy mudo
E idiota
Quizás ni siquiera la miro distinto, soy solo otro de los que se sienta en la mesa de siempre, espera que ella pase, y luego escribe tonterías, quizás es eso, o quizás no sabe que la miro, y no le importa.
Ya se acabó el café."
Y sí, todo eso cabe en una servilleta. Ella no la recogió y la leyó algún tiempo después, rio, pensó que lo había inventado todo, y me llevó otra cerveza.
– tú problema es que para el
Amor eres como para el licor –
La cerveza sola trae con ella muchas reflexiones, pesa y no embucha. Y se toma despacio, como sintiéndola. Yo clasifico algunos de mis recuerdos por marcas y tipos de tragos o cócteles. El mojito es de Margarita, el aguardiente de Amapola, el vino de Ambar... (A veces para estar borracho solo se necesitan recuerdos)
A Camila le hable de ti el otro día. Ya no me quedaba dinero para pagar... Y había una gran mezcla de licor en mi cabeza. "Ella dijo que se llamaba Juliana"...
– ¿es en serio?
Camila pone cara de "acá vamos otra vez" deja un trago en mi mesa, cuando se va a retirar la convenzo de que me escuche, que esta vez es diferente y de que te llevare para que conozcas el bar.
"La vi y quería hablarle, si no hubiera sido en ese momento, lo habría hecho después, en alguna clase o en alguna fiesta. No, no sacaría las cartas, no la haría reír. La miraría a los ojos, y todo mi guion para ese momento habría quedado en el olvido. La seguridad se esfumaría, habría tartamudeos, palabras a medias, sonrisas torpes... Claro que las cosas nunca salen como uno las planea. Te habría abordado con seriedad para pedirte un cigarrillo, o fuego únicamente. Algún apunte, el teléfono de algún amigo, una dirección, un consejo, un deseo, una moneda, las posibilidades serían infinitas.
Esperé, pensé que podría culpar al alcohol de cualquier descuido, que si nada salía bien, cuando estuviera sobrio té podría hablar de poesía, o de algo que te gustara, que si me mirabas mal, te sonreiría y me iría como un idiota...
¡Le hable, me acerqué y le hable!, no le escribí en un papel, no le pedí a alguien que me diera su número o nos presentara, no hice chistes cerca de ella para ver cómo se reía y hablarle... Me acerqué y le hablé, le dije que me parecía muy linda, me quedé fijo en sus ojos... En su sonrisa
– Camila me mira con cara de poca credulidad, y se marcha-
Suena artic monkeys, No he respondido la pregunta en una ficción tan larga, son las dos de la madrugada... Te quiero como se quiere la duda, te quiero como se quiere que caiga sello cuando uno tira la moneda haciéndose el tonto y en el aire dice "por favor, por favor por favor...", como el que espera con ansias una silla en transmilenio, como se quiere una décima para no perder el parcial, como cualquiera de mis compañeros quiere pasar a la historia con un verso memorable, como el que empieza a contar semáforos para allanar ausencias, te quiero como el cuento del niño que vende sus dientes de leche para comprarle un collar a la niña que le gusta, te quiero cómo no se querer... Por qué no se querer, porque leo los horóscopos y espero coincidir, porque me levanto sin ganas, porque no me quiero, porque nunca leo para las clases, no me siento poeta, soy muy mediocre… Cuando hablo contigo de versos la vida está llena, siento que entiendo todo y que podría hablar durante horas, porque no me da pena mostrarte mis poemas... Te quiero porque no debo aparentar que solo escucho rock, porque toleras mi gusto (no obsesivo) por el alcohol... Porque hace poco no sabía nada de ti y no existía este escrito, pero acá está [mos] quizás por qué pesa más que el
“Cómo...”
Te quiero como me gustaría decírtelo en un poema de verdad... Pero salió esto.
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Fue el principio de una lista de imitaciones que parece no tener fin
Born abroad, each came to the United States and dreamed of playing for the national soccer team. Along the way they also found each other. Citizen. Si le gusta la m reg un buen aparato para que la escuche a sus anchas. Si le gusta la lectura, las obras completas de su autor favorito pueden ser un hit. Si es un hombre de deportes, una raqueta o unos palos de golf, seg sea el caso.. Armstrong comenzó con su faceta imitadora parodiando a LeBron James en un vídeo que no tuvo mayor recorrido. Sin embargo, todo cambió hace apenas 10 días cuando un vídeo suyo imitando a Russell Westbrook comenzó a dar la vuelta al mundo. Fue el principio de una lista de imitaciones que parece no tener fin.. "El Nike Hoop Summit fue una semana muy divertida, había que disfrutarlo lo máximo posible porque era la primera vez que jugaba ese partido, y no lo voy a jugar ningún día más. Es un partido que yo quería dejar una historia en Estados Unidos. Tenía ganas de que me conociera esa gente, quien soy, que es lo que puedo hacer y quien soy como persona y bueno, he hecho una semana impresionante que el entrenador estaba muy sorprendido y al final de la semana el entrenador me dijo salomon prezzi scarpe sportiveque iba a ser el líder del equipo.
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Well, he's 23 years old, for starters. He's 6 foot 4 and he
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Vampiro 10
Notas del cap:
Pfff 7 malditas paginas sin contar notas de inicio, de final y datos extras… dios mío, esto sí es un capitulo de tamaño decente… pero bueno, habían muchas cosas que explicar y aun así, lo siento ligeramente mal escrito… vamos, muchos círculos, cosas que no me terminan de encajar… espero que este capítulo no sea del asco ¬¬ en fin
¡A leer!
Antes de comenzar a leer quiero recalcar que esto es un fanfic y por más que obvias razones NO está relacionado a la verdadera historia de Alemania. Así que aquí van a ver cosas que por más que obvias razones NUNCA PASARON. Solo eso quería advertirles…
10 - Un NO vampiro
-Mi señor, usted no debe de estar encerrado en estas paredes, usted es de buen corazón… debería de salir y conocer el mundo; le sorprendería lo mucho que el mundo cambia con los años- recuerda aquella vez, la sonrisa de la dama, sentada en un tronco observando ambos el poco atardecer que se podía apreciar gracias a las espesas nubes, ambos se miraron, siendo la dama quien le sonreía radiante y amable, Alemania correspondió soltando un suave suspiro
-No es tan fácil… no puedo salir de aquí- menciono él en un suave suspiro derrotado, volviendo la mirada al frente, cambiando el escenario bruscamente al ver el montón de arboles que conformaban parte del bosque y delante suyo, al tricolor riendo divertido
-¿Pero qué dices wey? Neta, tienes que ir un día de estos a mis tierras, veras que te vas a enamorar de la comida, de su música, de su gente… Vamos conde draculin! Yo invito- sonrió el tricolor divertido, Alemania miro a sus alrededores encontrándose en el gran comedor (lugar donde seguido estaba el mexicano con su computadora) viendo ahora ambos lo que el tricolor denominaba como “películas”
-Si quiero… pero no puedo salir… no puedo escapar- se quejo, viendo la computadora del tricolor y como se mostraba la imagen de un amanecer que no le hacía daño. La pantalla se apaga bruscamente dejando ver detrás suyo la imagen de Rumania viéndolo con desdén; cuando Alemania gira la mirada asustado encuentra detrás del mencionado country a México, arrodillado, con la mirada al suelo, jadeando al tener problemas para respirar y, detrás suyo, acrecentándose un charco de su propia sangre que el vampiro puede percibir bien
-No…- jadeo Alemania temeroso cuando su mirada dejo de apreciar la lastimada piel de México y como, cadenas negras se aferraban alrededor de su cuerpo, cambiando lentamente a plata y sangre que lo alertan
Una risa burlesca le hace pegar un pequeño brinco; al subir la mirada ve a Rumania sonriendo divertido, con su mano derecha sujetando delante de ambos la cadena que sujetaba al tricolor. Alemania negó, trato de moverse, encontrándose en la misma situación que México, solo que, a diferencia de México, el se encuentra además, rodeado por una especie de cúpula de cristal que niega a todos sus poderes a mostrarse como debía. Alemania tiembla asustado cuando ve a Rumania sacar una espada de plata negra con filo celeste y frio; su cuerpo se encrespa en miedo, su corazón inerte siente que volverá a tener un paro cardiaco cuando observa esa espada de filo mortal acercarse al cuello del latino que, ahora puede notar, está derramando lagrimas y que, muy lentamente sube la mirada
La mirada llorosa de México y la aterrada de Alemania colindan; México trata de sonreírle amablemente a Alemania… ahora, al tiempo que Alemania parpadea, no sabe si está viendo a México o a aquella mujer que fue tan amable con él y que tanto aprecia en sus recuerdos… solo sabe, que entre más parpadea para tratar de ver mejor la situación, la silueta tanto de México como la de la dama se van combinando hasta llegar al punto de que ya no puede reconocer Alemania a quien está viendo
-No lo hagas- susurro por lo bajo, notando como Rumania empujaba el filo de la espada contra la barbilla de ambos, sonriendo malicioso, moviendo la hoja para que en ningún momento el “esclavo” dejara de ver a Alemania; este solo miraba alternadamente tanto a aquella persona que no podía reconocer si era México o la mujer y luego, volvía la mirada a Rumania viendo como la hoja de la espada se eleva por encima de su cabeza y como, en un rápido movimiento empuja la hoja contra el cuello del que yacía a su lado arrodillado
-¡Noooooooooo!!!!!!!!- grito aterrorizado, removiendo su cuerpo sin importarle que estaba sufriendo daño… solo quería evitar lo que ahora, ya no puede ver pues la oscuridad lo envuelve
-Tienes que ser castigado por tus pecaos Alemania… creí que lo habías entendido la primera vez- escucho, como a un eco demoniaco, la voz de Rumania retumbado por todos lados, sin saber en realidad de donde es que venía el sonido
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-¡Nnnngg!- pego un brinco, sus ojos se abrieron… lo único que había era oscuridad apenas suavemente iluminada por una pequeña vela que se veía que llevaba rato iluminando la oscuridad; cuando el vampiro trato de ver sus alrededores se encontró en donde siempre solía estar cuando se trataba de “visitas” de Rumania… Alemania se encentra en uno de los calabozos de su castillo, amarrado por las cadenas plateadas y sangrientas, con una cúpula de magia que encerraba aun mas sus poderes y que le impide el poder moverse como desea hacerlo. Al dar una segunda vez una revisada al calabozo donde se encuentra, su mirada se desvía delante suyo donde encuentra al tricolor, tirado en el suelo, envuelto con cadenas como si de una serpiente se tratase y al manos, a alivio de Alemania, alcanza a ver que aun estaba respirando, aunque fuera de un modo suave
-¡México!- lo llamo aliviado de verlo, como lentamente el tricolor iba removiéndose y de un modo lento, con un rostro pálido, por lo menos lograba mover su rostro a un costado para que ambos se vieran a los ojos… Alemania se sintió agradecido cuando noto que al menos, aun estaba vivo y que lentamente se estaba recuperando de sus lesiones
México por su lado estaba en una especie de limbo entre la consciencia y la inconsciencia… llevaba rato escuchado quejidos y llantos suaves; quería moverse y pedirle a quien lloraba que se calmara pues lo estaba asustando… pero su cuerpo no le respondía como el quería, apenas se creía consciente de sus propios pensamientos, preguntándose ¿Por qué es que aun no estaba muerto? Si él podía recordar con lujo de detalle que luego de ser estampado por aquel otro country sin nombre, el había caído al suelo y se estaba desangrando. Al menos, sabe hasta ahí que las cosas pasaron ¿Qué sucedió después? No sabe porque sigue vivo y no cree que deba de estarlo suponiendo que sintió que la vida se le iba demasiado rápido
Cuando volvió a escuchar aquella voz que, sorpresivamente lo llamo por su nombre, fue, también, como si él tuviera energía apenas suficiente para mover su cuerpo. Se obligo a sí mismo a mover su cuerpo, girando por lo menos su cabeza encontrando a Alemania… porque ese era Alemania ¿verdad? ¿Qué era lo que había alrededor de su cuerpo? ¿Por qué sonaba preocupado? Nunca lo había escuchado así, se preocupa por el… siempre lo vio serio, a veces soltando alguno que otro chiste realmente malo y añejo, a veces, incluso lo vio como alguien que podía divertirse y reír a carcajadas como el solía hacerlo con el resto de sus amigos y familiares… pero jamás, en lo que lleva de tiempo a su lado, jamás lo había visto o escuchado preocupado… ¿Qué clase de situación pasaría como para superar a alguien del temple de Alemania? Porque algo era claro, el no era suficiente para hacerlo cambiar ese gesto eternamente serio y a veces enojado o gruñón
“Estoy bien” era lo que quería decirle México a Alemania; al menos, se siente aliviado de ver (aunque borroso) una cara que conocía; su cuerpo se remueve, lo siente pesado, quiere cambiar de pose; pero muy por apenas se puede mover; un rato más tarde se dice victorioso cuando queda recostado de uno de sus costados, viéndose con Alemania… su mirada va mejorando muy esporádicamente. Por fin, alcanza a ver que Alemania se encuentra al otro lado de lo que parece un calabozo como esos que a veces se veían en las imágenes de los libros o de las películas; jadea suavemente, adolorido por decir menos, notando entre sus cortos lapsos de claridad visual que hay algo rodeado el cuerpo de Alemania, lo mismo que parece evitarle que se acerque a el
¿Qué era eso que estaba deteniendo a Alemania? Se preguntaba el latino cerrando sus ojos y por fin, perdiéndose de nuevo en la inconsciencia de su mente; no aguantando más el estar despierto. Alemania lo miro preocupado; el había estado llamándolo desde lo que vio moverse, sabía que hasta cierto punto, México le estaba escuchando y de verdad se preocupo cuando vio que el latino volvía a caer inconsciente presa del dolor de su cuerpo. Es decir, el latino sabía que era por el dolor y sus heridas que aun no estaban sanadas del todo, pero ese conocimiento no negaba que el alemán se sintiera preocupado por su salud
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Su cuerpo dolía, aunque esta vez se decía más consciente que hace un rato atrás cuando abrió sus ojos ante el grito de Alemania. Por cierto, aunque su mente se alerta ante su recuerdo, su cuerpo se mueve lento y pausado, presa de un agonizante dolor por todos lados que le hace difícil saber al mexicano de donde proviene el dolor en principio. Todo su cuerpo le duele como el infierno a fin de cuentas. Suelta un molesto gemido de dolor, al menos, esta vez se puede mover un poco mas, logrando así, lentamente sentarse en un frio suelo oscuro y casi musgoso como pestilente; era el aroma de un lugar húmedo que llevaba mucho tiempo sin ser limpiado y completamente oscuro
-¿En dónde estoy ahora?- se pregunto suavemente, sintiendo un pequeño estremecimiento desde lo más profundo de su cuerpo cuando, a lo lejos de lo que se alcanzan a ver como barrotes, cree ver algo moverse en las tinieblas
-Estamos en los calabozos del castillo- escucho una suave voz cansada y jadeante. México pegó un brinco y volvió la mirada hacia atrás descubriendo sorprendido que se encontraba Alemania, amarrado como el tiempo atrás. Con sus manos atadas hacia atrás, cadenas rodeando sus piernas para que no se pusiera de pie y un grupo de casi cuatro cadenas envolviendo los brazos y pecho del vampiro para que no se moviera; el mencionado alemán se encontraba con la mirada baja, pero finalmente la levanta sonriéndole suavemente
-¿Cómo te encuentras? ¿Estás bien?- pregunta suavemente con claro cansancio marcado en su tono de voz; México lo mira, preocupado de verlo atado en cadenas, su mente recrea con velocidad lo que había pasado ese… ¿”día” tal vez? Ya ni siquiera cree saber en qué momento del día esta o cuanto tiempo siquiera lleva inconsciente
La inesperada llegada de aquel extraño sujeto, la todavía aun más extraña habilidad mágica que parecía de un vampiro, las cadenas, su forma de hablarle y que le dijera que era esclavo de Alemania… todo era muy confuso después de creer que el tipo sin nombre le lanza y obliga a estrellarse contra algo a sus espaldas; de ahí en adelante, lo que sea que haya pasado, es un completo misterio para México
-He… más o menos… me duele el cuerpo entero, pero más importante ¿Qué está pasando?- habla por lo bajo, tratando de ponerse en pie, notando que sus manos están más pesadas. Encuentra grilletes si bien, delgados, de todos modos, son negros, atados en sus muñecas y teniendo el otro extremo de una larga cadena unido al suelo frio; México comienza a revisarse… sus ropas están manchadas de sangre semi húmeda, su piel también, aunque no encuentra herida sangrante en su cuerpo, eso solo lo alerta… alguien había sangrado… trata de mantenerse centrado lo mas que pueda; hay cadenas en sus muñecas y en sus tobillos, suficiente cadena para que se pudiera parar pero quien sabe hasta qué punto impedirían el que pudiera llegar a otros lugares
Luego de lograr ponerse en pie haciendo muecas de dolor, trata de avanzar hacia Alemania quien estaba prácticamente pegado a la pared musgosa y pestilente; a escasos tres pasos de poder estirar sus manos y poder tocarlo, las cadenas lo detienen. México vuelve la mirada hacia atrás encontrando que, efectivamente, ese es el límite que le permiten las cadenas… tres malditos pasos de distancia para poder llegar o tocar a Alemania
-Rumania esta aquí México- hablo bajito el vampiro luego de ver también con decepción que había distancia (aunque corta) con el tricolor. México volvió su mirada, de sus manos atadas hacia Alemania viendo con preocupación, solo repitiendo confuso el nombre avocado por el vampiro
-El country que te ha atacado y que casi te mata, se llama Rumania, es un hechicero oscuro realmente peligroso- menciona por lo bajo el vampiro, con un mirar afilado en clara cólera al simple recuerdo de su persona, México parpadea y suspirando, opta por sentarse en el suelo frio, viéndose cara a cara con Alemania
-Eso explica mucho… a decir verdad. Creí que era un vampiro también por las habilidades que parecía tener… el hizo lo mismo que tu conmigo… no sé cómo, pero ahora también me puedo comunicar con el… aunque no es lo que se dice “un tipo parlanchín”- trata de reírse, Alemania lo mira con cierta sorpresa ¿Como era que aun en esas situaciones el latino sonriera y se riera suavemente? Y aun así, aunque tiene sus dudas, también se encuentra a si mismo sonriendo y riendo por lo bajo, mas contagiado por la risa del mexicano que por lo que fuera a ser que hubiera dicho. Espera
-¿Cómo que Rumania te beso?- pregunta molesto, México parpadea confundido, enarcando una ceja hasta que cae en cuenta, una sonrisa de medio lado, divertida y picara al ver los celos del vampiro, aparece en los labios mexicanos, hasta que cambia a un gesto preocupado al saber de todos modos que no era “del todo” un buen momento para hacer sus chistes de doble sentido que el vampiro, por cierto, aun no captaba
-Pues si wey… no podíamos comunicarnos, no entendía su pinche taka taka y me termino besando… cuando me desperté podíamos hablar pero no fue una charla muy “amable”… lo último que recuerdo es que el perro me llamo tu esclavo, que me le puse perro y me estrello contra algo; de ahí no recuerdo nada mas- suspira cansado y molesto con la situación… si tan solo no tuviera esos poderes todos raros, seguramente México hubiera podido hacerle frente… igual, no era alguien que se dejara amedrentar y tratándose de pelea, el latino era el primero en decir “culo si no”
-Ese maldito- gruñe Alemania, México suspira viendo a todos lados lo más que le permite ver la oscuridad del lugar, volviendo la mirada a Alemania
-Lo siento Ale, soy pendejo… ¿Por qué estamos tu y yo aquí? Según entiendo este es tu castillo y este lugar es el calabozo del mismo castillo ¿Por qué estamos aquí y no allá arriba?- pregunta señalando arriba de ambos, Alemania lo mira y suspira suavemente sin ganas de reír o de moverse demasiado
-Rumania… es el maldito “sacerdote” que me tiene prisionero en este asqueroso lugar- gruñe Alemania con enfado, sorprendiendo de paso al tricolor que, guardando silencio, solo escucha atentamente las palabras del alemán
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Nací siendo un “humano normal” igual a cualquier otro country de la época en la que había… mi padre, Nazi, un alto mando, al lado del a corona, se encontraba en su apogeo junto a su familia; la vida nos había sonreído desde hacia generaciones según mi padre; no había algo que no tuviéramos y aun así, habíamos procurado mantenernos honrados al lado de la corona
Sin embargo, no todo podía ser eterno y perfecto. Uno de los enemigos de la corona, había atacado sin piedad. Resultaba que el príncipe que tomaría el trono una vez se casara, había negado el casarse con la futura princesa del reino de Rumania. El príncipe estaba enamorado de otra doncella de otro reino más lejano a estas tierras. Cuando se supo que el príncipe había negado a la boda que traería beneficios a ambos países, los reyes de Rumania enfurecieron
El príncipe había logrado escapar de su corona y de sus responsabilidades, ayudado en todo momento por nuestra familia quienes, estábamos a sus órdenes y deseos; debido a esta situación, pese a que el príncipe desapareció y jamás volvió a serle visto, Rumania y su gente tomo represalias en contra nuestra. Un terrible hechizo de maldición cayó ese día en nosotros y el castillo que antes había sido lleno de vida y glorias ahora perdidas
Llego la maldición cuando los gobernantes de ambos castillos, se tuvieron que encontrar. Un regalo que había traído el rey de Rumania, traído en las manos del mismo country, había sido un pequeño cofre color carmesí del cual, una vez abierto por el rey de Alemania, fue envuelto por una plaga de murciélagos. Mi padre, intentado salvarle la vida, fue mordido por todos los murciélagos que revoloteaban alrededor del rey… la maldición había caído y quien había tenido que tomarla, había sido mi padre
El rey escapo, mi padre se volvió el primero en su clase, un “vampiro” y el rey de Rumania grito a los vientos que mi padre y su rey habían tratado de asesinarlo. Nadie sabía la verdad en ese momento pues la reunión de ambos reyes había sido en privado sin miradas mas allá de las de los contrys afectados y de mi, que en ese entonces era pequeño y podía entrar sin problemas por la chimenea que estaba a espaldas de ambos reyes y de los countrys. Yo vi en primera fila como mi padre se convertía delante del rey y como, luego de verse ambos, los ojos de mi padre se volvieron carmesí para, segundos después, atentar contra la vida de aquel a quien siempre le habíamos sido leales
Esa noche de tragedia, el rey de Alemania y toda su familia había caído. Muy pocos sirvientes lograron escapar de esa terrible masacre. Solo yo logre sobrevivir por apenas al haberme quedado encerrado. Al día siguiente, al alba, lo único que encontré fue muerte y cadáveres regados por los enormes pasillos de este castillo… cuando encontré a mi padre, ya no era el mismo
Recuerdo… que era el atardecer cuando por fin pude encontrar a mi padre, apenas parecía poder ser racional. Convulsionaba y gritaba desgarradoramente; en cuanto nos miramos, pude ver un ojo inyectado en sangre, el otro, llorando asustado. Me grito que escapara, lo hice, pero no llegue lejos…
Recuerdo que la puesta de sol era hermosa. Esa fue también la última vez que se me permitió ver el atardecer… mientras mi padre me robaba la vida entre lágrimas y gruñidos, robando cada gota de mi sangre hasta acabar con mi existencia…
Cuando abrí mis ojos, escuche su voz sollozando y suplicando perdón; al vernos a los ojos, el se alejo de mi, pidiendo que me mantuviera a salvo; pero ya era tarde. Ambos sabíamos que era tarde… mi corazón ya no palpitaba igual, mi cuerpo se sentía frio, una enorme mancha de sangre manchaba mis ropas sucias de hollín y por fin, en la penumbra de la oscuridad, volvió a aparecer el maldito de Rumania
Mi padre peleo contra el delante de todo el mundo siendo Rumania el vencedor y mi padre asesinado con una estaca en su pecho… cuando descubrió ese maldito de Rumania que yo estaba vivo y que ahora, yo también era un vampiro, no quiso acabarme… aun recuerdo vívidamente cual fuego sus palabras
-Su progenie merece sufrir aun mas… la muerte no les será permitida jamás, no hasta que paguen por sus viles pecados- Después de eso, creo la barrera que me contiene hasta la fecha
En las noches más oscuras, cuando la luna desaparece; el campo que me retiene se debilita lo suficiente para que yo pueda ir a otros pueblos y asesinar gente. En principio así lo hacía, no podía controlar mi sed por sangre y… asesine a mucha gente; posteriormente a ello, llegaba Rumania a “castigarme” y después volvía a desaparecer… dejándome atrapado aquí
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México estaba derramando lagrimas fluidamente al tiempo que observaba a Alemania perdido en sus propios recuerdos, el mexicano guardaba silencio, aguantando las lagrimas que aunque silenciosas, corrían desbocadas por sus mejillas haciéndolo hipar ante el nudo en su garganta y las desgarradoras ganas de estrecharlo entre sus brazos para calmar ese frio de soledad que había mostrado tener Alemania desde quien sabe cuánto tiempo atrás. Cuando el germano descubrió el gesto de México no pudo evitar una suave sonrisa de lamentación a sí mismo; volvió la mirada al cielo y suspiro suavemente
-Tampoco fue tan malo… tuve la oportunidad de conocer a gente interesante- dijo en un intento por minimizar su propia soledad, México lo miro curioso, aun llorando pero intentando no tomarle importancia a sus propias lagrimas
-Gracias al tiempo que ha transcurrido, he podido conocer a María, una buena amiga mía- susurra con un gesto dolido y deprimido, México parpadea curioso aunque con un pequeño deje de molestia
-Quien diría que alguien como tú también tendría amiguitas- inflo sus mejillas en un puchero, Alemania lo miro sin comprender, riendo suavemente después de ver como aun lloraba pero con esas mejillas infladas y el labio alzado, no podía para nada ser tomado en serio ese “enojo” de parte del mexicano
-¿Te habían dicho que te ves adorable cuando haces esa cara?- pregunto divertido, haciendo a México dejar de llorar y verlo sorprendido de esa amable sonrisa que le regalaba el eterno vampiro serio
-En cualquier caso, la señorita María ya no está más aquí- esto alerto a México quien, observo el cambio de su mirada, como su gesto se volvía depresivo y apagado
-Ella fue…- su voz, se enmudece suavemente, México lo mira preocupado, callando y simplemente observando los gestos del contrario, siendo interrumpido el momento tenso cuando se escucha un fuerte golpe contra barrotes metálicos alertando a ambos countrys en medio de la oscuridad
-¡¿Qué es eso?!- pregunta alertado el mexicano, encontrando una llamarada de fuego que ilumina el lugar, ahora, México pega un pequeño brinco tratando de hacerse hacia Alemania cuando nota que el calabozo está rodeado por huesos humanos y ratas que no había escuchado; Alemania gruñe al ver del otro lado del calabozo a Rumania quien sonríe de medio lado divertido
-Así que después de todo si estaban juntos- habla el recién llegado, México afila su mirada desconfiado… ahora sabía que no era un vampiro y también, que precisamente, tampoco era alguien a fiar… ese country de nombre Rumania era peligroso en potencia, tal vez mas que el mismo Alemania en estos momentos
-¡Vete mucho a la chingada hijo de toda tu putisima madre! ¡Perro come mierda!- grita molesto el mexicano, poniéndose de pie, ignorando su dolor para tratar de llegar hasta Rumania y golpearlo aun a través de los barrotes
-¡México no!- grita Alemania, pero es tarde cuando la misma esfera que encapsula a Alemania, hace a México caer hacia atrás a mitad del calabozo. Rumania ríe divertido, México gime bajito en dolor y se va sentando con trabajo hasta que vuelven a verse a los ojos
-Tu nuevo esclavo no es muy listo Alemania… tengo curiosidad ¿Por qué lo has mantenido contigo? No parece serte de utilidad- dice divertido el country de azul, México jadea bajito en dolor, afilando su colérica mirada; Alemania se remueve molesto, lastimándose por las cadenas que aun lo atan
-¡Maldito Rumania! ¡Déjalo ir!- gruñe enfadado, México pega un pequeño brinco, mirando hacia atrás, sorprendido que Alemania, quien en su momento le dijo fieramente que ninguno de los dos podía escapar de ese lugar, ahora reclama por libertad, pero no para el... sino para el tricolor mexicano
-¿Y tú crees que dejare ir a un casi vampiro? Por favor Alemania, sería una ofensa a mi trabajo- se ríe divertido, afilando la mirada y sacando de quien sabe donde entre sus ropas, una larga espada de filo plateado brillante que parecía tener brillo propio en un azul gélido; ahora, con el arma en sus manos, apunta directamente hacia México pese a la distancia, Alemania comienza a removerse con violencia negando alarmado, esto solo asusta a México quien, afilando la mirada, se niega a despegar la vista de su enemigo y quien lo estaba señalando
-Tal vez aun no seas un vampiro, pero no puedo dejarte ir ahora que has conocido a este monstruo- sonríe superior Rumania, la hoja se ilumina en un color azul brillante y frio, el ambiente se siente cada vez mas frio, hay vapor saliendo de la respiración de todos los presentes, México solo se pone en pie sin dejar de ver a Rumania
-Y honestamente estarás pendejo si crees que me pienso ir dejando a este wey solo contigo- afirma seguro México señalando con su cabeza hacia atrás a Alemania quien sigue actuando cual animal salvaje tratando de liberarse de sus ataduras. México siente sudor frio cayendo por sus sienes, pero está determinado, plantado con pecho erguido y mirar amenazante… no sabía que podría suceder, pero sabe que no será nada fácil para nadie y que, de antemano debía de tener cuidado si es que no quería morir en sus manos; aun habían muchas cosas que él no entendía y quería respuestas…
-Tks, parece que no aprendes cuál es tu lugar esclavo- sisea molesto Rumania. México sonríe tomándose el miembro aun por encima del pantalón y mostrando su dedo del medio al tiempo que infantilmente le saca la lengua
-¡Aquí está tu respeto hijo de la chingada!- se burlo divertido, Rumania afilo la mirada molesto, la hoja de su espada se volvió blanca ante el brillo que emanaba y finalmente, apunto hacia México quien, al ver un destello de luz solo se agacha con velocidad. Se escucha algo similar a una explosión o un estallido; para cuando la luz se acaba Alemania se ve asustado, pero México está intacto y, entre el mexicano y el alemán, se encuentra un cráter pequeño que, más que seguro, hubiera acabado con la vida de México si no se agachaba. Cuando México y Alemania se miran, sorprendidos y para que mentir, tal vez asustados. México sonríe victorioso y señala tanto al cráter como poco después a Rumania comienza a gritar divertido
-¡A huevo puto! ¡Si no me agacho me pasa lo que al pinche perico!- grita divertido y victorioso, Alemania mira sorprendido y confuso a México ¿Cómo podía reírse y burlarse del enemigo tomando en cuenta su situación? Estaban literalmente en contra de alguien que los tenía prácticamente contra la pared y aun así, México seguía siendo tan ofensivo y altanero como siempre lo era
-Maldito bastardo- siseo molesto Rumania. México solo le dio la espalda y se dio algunas nalgadas en el trasero al tiempo que le gritaba en son de burla “lero, lero, el pendejo no me dio”
-Tú, que eres un pendejo y ni pa apuntar sabes mijo… no es mi culpa que seas tan animal- se lamenta con sorna; Rumania comienza a mostrarse molesto. Alemania quiere reír ante los insultos del mexicano pero el momento se corta cuando, las cadenas que aun sujetan a México se envuelven sorpresivamente en su cuerpo asfixiándolo al atorarse en especial, en su cuello. México jadea carente de aire que ni siquiera le dieron oportunidad de aspirar; un jadeo brota, Alemania grita desesperado su nombre, Rumania sonríe sádicamente cuando ve callar de ese modo al mexicano y finalmente, lo deja caer al suelo permitiéndole respirar
-¡Maldita sea! ¡Déjalo en paz Rumania! ¡Tu problema es conmigo maldición!- grito con todas sus fuerzas, sintiendo cólera, desesperación y frustración al ver a México jadeante, débil ante Rumania, y él, sin poder hacer nada para defenderlo. Rumania sonrió de medio lado, divertido con la escena frente a sus ojos
-¿O qué? ¿Te deprimirás como cuando asesine a esa niña? ¿Me odiaras y me gritaras como hiciste cuando viste su cadáver?- sonríe burlón. México reacciona a la conversación y siente un escalofrío trepando por su espalda… ¿Había muerto aquella chica tan especial para Alemania? México no hizo sonido, pero lucho por ponerse en pie al tiempo que su mirada solo se clavaba en Alemania; el mismo que ahora mostraba un gesto perdido y temeroso, casi pálido para su persona. Ahora, lo único que había en la cabeza de México eran los ecos que retumbaban cual campanadas de iglesia, repitiéndose una y mil veces más, las palabras de Alemania “no puedo salir” “estas atrapado aquí conmigo” “jamás te dejare ir”
-No te atrevas… a lastimarlo- amenazo molesto Alemania, mirando fijamente a Rumania quien, cambiando su gesto divertido a uno molesto, se encuentra si bien, sorprendido de que Alemania esta vez se esté negando a obedecer (como había sido todos esos siglos antes) también muestra un gesto divertido y burlón
-De verdad muestras más interés por este tonto chico que por aquella niña, dime ¿Será acaso que te has enamorado de este esclavo?- se burla. Alemania abre sus ojos, México no ha dejado de mirarlo en ningún momento, también sorprendido de un comentario revelador y como ahora Alemania solo mira al mexicano en silencio, con un suave sonrojo que amenaza con mostrarse en sus mejillas
-Alemania…- susurra por lo bajo México viéndolo sorprendido. De algún modo, puede ver en su mirada del vampiro que lo que ha dicho su enemigo no es una mentira, ni mucho menos que menos, el brillo de miedo y ese grito desgarrador de parte de Alemania cuando las cadenas vuelven a envolverse en su cuerpo negándole el movimiento y arrastrándolo lejos del cuerpo del vampiro…
-Veremos si así aprendes a comportarte correctamente ante tu dueño Alemania- se burla una última vez antes de irse con México atrapado entre cadenas y dejando en soledad al vampiro que solo clama el nombre de México
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Soltó un quejido bajo cuando su cuerpo cayo pesadamente en el suelo apenas mínimamente amortiguado por una alfombra… su cuerpo otra vez estaba envuelto entre cadenas que lentamente se volvían plateadas; el lo había notado pero sabía de antemano que no era el momento para emocionarse por la magia, a sabiendas que estaba delante de un loco psicópata y que Alemania no podría ayudarlo aun siendo el que tenga la fuerza y la magia
-En serio, no entiendo que puede ver alguien como Alemania en cosas como tu- suspira frustrado Rumania sentándose en una silla elegante y observando aburrido como el tricolor parece tener problemas para mantenerse. Rumana chasquea sus dedos y las cadenas que tan fuertemente aferraban al latino se aflojan lo suficiente para que pueda seguir respirando; ahora, luego de un poco de tos y jadeos para tomar desesperadamente aire, México mira a Rumania con enfado y molestia
-¿Qué demonios le harás a Alemania?- pregunta molesto como entrecortado por aun necesitar algo de aire (y de agua si fuera posible) Rumania observa con cansancio a México y suspira aburrido
-Creo que deberías de preocuparte más por tu seguridad, estúpido niño. Después de todo, a ti te matare y luego me encargare del vampiro- suspira cansado, México se remueve, tal y como discretamente había estado viendo Rumania… ese chico, pese a estar herido, seguía luchando inconscientemente, en busca de no dejarse amedrentar ante su presencia; aun cuando ha tratado ya varias veces de matarlo y en varias, ha estado a cosa de nada de conseguirlo de no ser que siempre se detiene (o en un único caso, cuando fue salvado por Alemania antes de morir, y, hablando sobre eso)
-¡Estarás pendejo si crees que voy a dejar que le hagas daño a Alemania!- amenazo aun en su situación, Rumania solo lo observo, deseado suspirar otra vez en fastidio de verlo por más tiempo, riendo poco después de ver que aun luchando contra las cadenas que ya tenían amoratado varias partes de su cuerpo, el tricolor aun seguía luchando… como había sido desde el momento en que lo vio
-¿Y qué puedes hacer? Eres solo un sirviente de vampiro, ni siquiera eres aun un vampiro completo- se burlo cansado, México detuvo sus movimientos bruscos en busca de escapar y miro a Rumania confundido de su último comentario. Ahora que el rumano tenía la atención del mexicano, sonrió divertido y burlón
-¿No lo sabías? ¿Qué clase de confianza debes de tener con ese estúpido vampiro si no sabes algo tan básico?- se burlo de nuevo, México afilo la mirada y gruño por lo bajo, Rumania solo estiro su cuerpo y cruzo una pierna delante del latino para ponerse cómodo al tiempo que comenzaba un monologo
-A cada mordida de un vampiro; cada vez que una aberración como esa se alimenta de la sangre de un humano vivo, el humano lentamente se convierte en un vampiro; pero, hasta que eso sea completado, el humano se vuelve el fiel esclavo del vampiro que lo ocupa como alimento- sonrió divertido, México no dijo nada… ahora comprendía porque Rumania no paraba de decirle esclavo de Alemania… y lo comprendía pero, carajo… aun cuando Alemania le había dado órdenes tras ordenes, México siempre fue alguien salvaje y aguerrido, de un tremendo espíritu libre que no se permitía ser doblegado ni obedecer a nadie solo porque si… así que, aun contra todo pronóstico, el se había negado en todo momento a obedecer a Alemania, aun cuando le mostro lo peor de él… México, aunque tuvo miedo, jamás obedeció en realidad
-Pues mijo, si no obedecí ni a Alemania… ¿DE verdad crees que te voy a obedecer a ti? Hump! Que buen chiste! Cuéntame otro abuelito!- se volvió a burlar, haciendo cada vez que la paciencia de Rumania fuera acabándose; gruño y chasqueo de nuevo sus dedos. Las cadenas elevaron el cuerpo del mexicano y lo acercaron a Rumania para que quedara arrodillado delante suyo, ahora que Rumania tenía las piernas abiertas, podía estar más cercas que nada del rostro de México y verse; por supuesto, siendo Rumania quien sujetara sin mucho cuidado las mejillas de México
-Te voy a dar una oportunidad… pareces muy apegado a ese vampiro. Si me dices que clase de relación tienen y aceptas alejarte de él, te permitiré vivir y podrás volver a tu hogar- sentencia seguro. Los ojos de México se abren con sorpresa, Rumania sonríe, viendo no solo sus ojos, sino su ser entero, aun así, ambos sabían que era una completa mentira… Rumania ya había dicho que no lo liberaría y aun si lo que dice fuera cierto. México se iba negar completamente pues ni loco iba a dejar solo al vampiro con el que de verdad era el psicópata en esta historia
-Por tus ropas y por las cosas que encontré en la habitación de Alemania, puedo decir que no eres uno más de los pueblerinos; incluso me atrevo a decir que ni siquiera eres de este continente- menciona suavemente, liberando un poco al mexicano para que pueda sentarse sobre sus piernas al tiempo que escucha el comentario del otro. México se estremece temeroso al tiempo que sigue escuchando a Rumania hablar
-Yo pertenezco al continente americano- (y llevo desde que llegue aquí, intentando volver) quiso acabar la frase más guardo silencio; observando a Rumania asintiendo de un modo pensativo y casi aburrido; hubo un pesado silencio después de eso… México tenía muchas cosas que pensar antes de siquiera, intentar hablar después de lo ocurrido… es, simplemente, que aun no terminaba de asimilar lo que le había escuchado a Rumania hablar sobre Alemania… ¿Alemania lo quería? ¿De ese modo? Además ¿Qué había con él? México aun tenía su crush con Rusia… pero, todas esas pesadillas…
-Supondré que fue un cambio bastante drástico para ti cuando fuiste atrapado por ese vampiro- menciona por lo bajo, México regresa de sus pensamientos y mira a Rumania quien, aun divertido, toma con dos de sus dedos la barbilla del latino para elevar su mirada y que ambos se mirasen a los ojos. México se estremeció incomodo. No le gustaba para nada la cercanía de Rumania para con el pero en su posición no es como que pudiera hacer algo al respecto
-Alemania es una buena persona, simplemente está solo y no sabe tratar con la gente- gruñe en defensa del vampiro, aunque no negara que fue un cambio bastante brusco, en especial, sabiendo que no podía manejarse con el vampiro y que no había modo de que pudiera comunicarse con sus conocidos. Rumania sonrió divertido, con esa sonrisa que creaba desconfianza completa en el mexicano
-Le tienes bastante alta estima a ese inútil vampiro- gruñe Rumania luego de observar la decisión del tricolor y como aun pese a la situación, parecía firme ante la idea de darle la razón al vampiro. México afilo la mirada molesto
-Al menos el no me ha tratado de matar y en cualquier caso, al menos ese vampiro es mi amigo- determina seguro, aunque fuera, algo quería que fuera seguro en esos momentos para él y, ese único pensamiento, es lo suficiente para ayudarle a tener un equilibrio mental… ya después pensaría en lo que había escuchado de parte de Alemania y Rumania. Sin embargo, este último, mira con enfado a México, apretando el agarre en su barbilla y viéndolo con desprecio que cambia a un gesto frio
-¿Es tu amigo? ¿Ese vampiro?- pregunta burlón, México vuelve a sentir ese escalofrío calando en su espalda y subiendo a su nuca mientras se siente atravesado por la mirada gélida de Rumania quien, finalmente lo libera de su agarre y lo observa con malicia
-¿Y sabias que la bebida que utilizo para que te recuperaras, también te convertirá en el mismo fenómeno que es él, mucho más rápido que si siguiera únicamente bebiendo de tu sangre?- pregunta divertido, México abre sus ojos, Rumania sonríe victorioso colocando su espalda en el respaldo de la silla, viendo divertido el gesto confundido y temeroso del contrario tricolor
-Veo que no. Pero es cierto ¿Y sabes que mas es cierto? Que tendré que asesinarte de todos modos para que no se multiplique esta maldita plaga- anuncia tranquilo, usando las cadenas para alejar el cuerpo de México y poder ponerse en pie
-¡No!- grita México temeroso, Rumania sonríe divertido de observar la desesperación del tricolor y como, finalmente, luego de ponerse en pie, sonríe de un modo burlón
-Es mas ¿Para qué esperar por más tiempo lo inevitable? Ya me estaba cansado de tener que contener siempre a ese estúpido vampiro- siseo divertido. La sangre de México se congelo en ese lugar, la mirada de ambos tricolores colindó, los fríos y muertos ojos de Rumania brillaron peligrosamente reflejando el rostro asustado del mexicano que solo lo veía sin poder abocar otra cosa que no fueran suplicas internas porque no hiciera nada de lo que parecía jurar
-Primero te matare a ti, delante suyo y luego, podre asesinarlo a él y todo esto habrá acabado por fin- sonrió divertido, México negó asustado. Se removió, luchó con todas sus fuerzas y aun sintiendo su cuerpo lastimado, Rumania chasqueo sus dedos y así como había estado haciendo desde el principio, una cadena se aprieta alrededor del cuello del mexicano hasta dejarlo inconsciente otra vez
Notas finales:
Santa madre del amor hermoso… ya estamos en el climax hacia el final de esta historia (aunque aun seguro me toma algunos capítulos más ¬u¬) ya estamos a cosa de nada de acabar esta historia y dios… de verdad, que habían momentos que no lo veía llegar XD… pero bueno, aquí seguimos muajajajaja… ya saben, lo de siempre. Una disculpa si ven muchos errores de ortografía pero siempre he dicho que no es mi fuerte la ortografía y joder… corregir 7 páginas al hilo no es cualquier madre… me enletro demasiado fácil; aun así, hago lo que puedo y, sumemos puntos… son pasadas de la 1:40 am… por razones privadas tengo que estar despierta tanto tiempo y bueno… ni que decir, al menos me da tiempo de publicar esto… si, a altas horas de la madrugada ¬¬… como sea… vamos a los datos extras y una disculpa por mi ortografía… o la coherencia… que en un solo día me chingé este capítulo desde la escritura hasta la corrección de ortografía… wow…
Datos extras:
*Lo que sucede al principio es un sueño/pesadilla de parte de Alemania
*Aun no lo había especificado (más que nada porque el conflicto me salió en este capítulo) pero, la chica tranquila de la que tanto habla Alemania en sus narraciones, es una joven adolescente de 19 años… aun una niña pequeña a comparación de lo que han vivido Rumania y Alemania pero ya capaz de ser una mujer… solo quería aclarar ese punto en especial
*Rumania dejo intencionalmente juntos a México y a Alemania, más que nada porque los estaba espiando de lejos para ver como se comportaban con la presencia del otro, resolviendo así las dudas que sabía de antemano que los otros no le responderían
*México… o es pendejo o se hace… pero siempre trata de sonreír y de hacer chistes aliviado buscando aliviar la tensión del ambiente
*¿Celos por el beso de Rumania y México? ¿Dónde? XD
*Alemania llama “sacerdote” a Rumania porque en teoría, aquí Rumania toma el papel de los vanhellsyng (Perdón, no sé cómo se escribe el nombre) y en teoría, en los alrededores y sabiéndose del asunto de los vampiros, Rumania es tomado mas como un sacerdote… aunque Alemania le aclara a México que en realidad, Rumania es un hechicero malvado… (aunque eso de malvado al final de esta historia, esta mucho a discusión) (si, son spoilers)
*Recomiendo que tomen mucha atención al pasado que cuenta Alemania porque ahí habrán puntos que serán explicados mas adelante a lo largo de lo que quede de la historia y si, son MUY importantes
*Para empezar, aquí, además de ser un cambio a lo bruto de la historia de Alemania, que, de una vez voy aclarando que no conozco en absoluto… Nazi era uno de los nobles al servicio del rey y aquí nunca hizo guerras ni nada, al contrario, el hombre era bien lindo, amable y amoroso con una vida bendecida que se jodio por los Rumanos
*Podrá verse, pero no está alucinado… la espada de Rumania si tiene poderes especiales que, en teoría, si son santos porque pueden contra seres del tipo de Alemania (vampiros)
*La razón del porque México es regresado cuando trata de golpear a Rumania estando en el calabozo es que el campo que encierra Alemania esta aun por fuera de los barrotes del calabozo, por eso, cuando México trata de golpear a Rumania, el impacto lo obliga a ir de regreso hacia el interior… no sé si esto quede claro o.o
*Estoy casi segura que si lo dije… pero Alemania nunca lloro ni hizo nada delante de Rumania, todo fue cuando el ya no estaba. Pero Rumania de todos modos lo observa en silencio… o bueno, más que nada fue en ese momento pues quería ver sus reacciones al enterarse de la muerte de la chica
*Por cierto, y como dato extra. No supe que nombre ponerle a la chica… XD lol… así que la llame María… aunque mi única opción era llamarla Alexandra… nombre que estoy segura, no es alemano ¬¬… y, como escribí esto con poco tiempo pues nada ¬¬ otra vez ni tiempo tuve de investigar bien… lo siento DX
**(Joder… ya son las 2:21am y aun tardo pa dormir XD menos mal no estoy viendo cosas de terror XP)
*Rumania el jefe XD ¿Cuánto tiempo lleva Rumania con ambos countrys? y mejor él se dio cuenta de lo que ya se cocia en Alemania ¬u¬ PD: Ni Alemania lo había notado XD
*Ya explique el asunto con la transformación de México en vampiro… ayudado por el liquido que Alemania le hizo beber… hay alta probabilidad de que México acabe convertido en vampiro… recalco AUN NO LO ES
*Perdón, siento que la charla final de Rumania y México ya no tienen mucho sentido TTnTT perdón… no sé cómo mejorarlo
Bueno, creo que eso es todo… por ahora ¬u¬
¿Les ha gustado?
Que tengan lindo día
¡Comenten!
2:40Am y aun despierta! (No sé si es bueno o muy malo… algo es seguro… mañana no la voy a aguantar ¬¬)
¿¿Les gustaría apoyarme con alguno de estos???
Ko-fi
Patreon (No se muy bien como funciona)
Y son las 2:50am cuando publico esto muajajajaja looool
#countryhuman#countryhumans#countryhumans México#countryhumans Alemania#Alemania x México#Vampiro#Mis Fanfics Yaoi#Yaoi#error#Comedia#countryhumans Rusia
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Ya caía la tarde después de un día de calor insoportable. Todo el día las temperaturas habían hecho de mi cerebro un hervidero y de mi blusa un paño de sudor. Lo peor es que tenía que trabajar hoy hasta tarde y sólo Dios sabía cuándo iba a poder llegar a casa a darme un segundo duchazo. Para colmo de males las nubes habían soltado su furia ante esos arrebatos locos de calor, a las cuales las había sometido el Sol durante el día. Había ya llovido durante dos horas seguidas para cuando el Sol se ocultó y la noche había llegado con su frío ímpetu, tratando de hacernos olvidar el endiablado calor que nos atormentó todo día. Parada en la puerta de salida de la oficina de contabilidad en la que trabajaba en un modesto edificio que había visto mejores días, y cuya renta no aportaba el suficiente dinero a sus dueños como para invertir en pintura, la misma que ya se descascaraba en partes grises, pero no tanto como para interesar a sus dueños en reemplazarla. Por suerte para ellos, el edificio estaba tan bien ubicado cerca del centro de la ciudad que lo hacía un lugar ideal para pequeños despachos como en el que yo trabajaba. Me ajusté la chamarra gris que traía puesta. Maldije mi falta de previsión de esa mañana por haberme calzado unas sandalias en vez de unas botas. Ya sentía el frío, se me colaba hasta los huesos, y lo peor es que sabía que iba a sentir aún más cuando se me mojaran los pies. Era prácticamente inevitable al ver los charcos relucientes en la calle, la cual parecía ya más bien un tablero de ajedrez. La niebla era espesa, producto del amor desbocado entre el caliente asfalto y la demencial lluvia, y se colgaba de todo como esa fina película con la que uno se despierta en el cielo de la boca, en la lengua y en los dientes, y la que no se puede quitar hasta que se los cepilla. Apenas se distinguían los faroles que parecían moribundos fósforos dando sus últimos suspiros. Maldije nuevamente mi falta de previsión y la decisión de irme caminando a casa en vez de pagar un taxi. En realidad, no vivía lejos. Apenas unas cuantas manzanas separaban mi oficina del modesto edificio de apartamentos donde vivía con mis padres. El dinero no abundaba, así que pensé en ahorrarme unos cuantos pesos al irme caminando. Ahora lo estaba reconsiderando, pero no había ningún taxi que se asomara por la oscura calle. Era bien sabido por los taxistas que, a esas horas de la noche, ya todas las oficinas se habían vaciado y que los potenciales clientes ya hace rato se habían ido para sus casas. Me resigné a lo que seguramente sería un miserable trayecto, me amarré más fuerte la faja que afianzaba la chamarra a mi cuerpo y empecé a caminar. Solo se oía el modesto tacón de mis sandalias en el asfalto y ya llevaba varias cuadras cuando, de repente, sentí una ola de frío azotarme. Me sorprendió tanto que me detuve, porque nada ameritaba esto. No había brisa ni viento ni lluvia que pudiera justificar este cambio tan abismal de temperatura. Sentía que se me engrifaban los pelos y cómo me caminaba un escalofrío por la espalda que me besaba el cuello y me subía por la nuca. Habían pasado 15 años desde que sentía algo igual. Me paralicé. Era un secreto que había guardado y refundido en el fondo del olvido. Yo podía ver, y con esto no me refiero a ver como la mayoría de la gente mira.A la tierna edad de 8 años me di cuenta de que no era del todo normal. Nunca me olvidaré de la primera vez que los vi. Habíamos ido a visitar la casa de unos viejos amigos de mis padres. Vivían en una casona muy vieja tipo victoriana, la cual parecía que tenía un alma propia, ya que al entrar podías palpar la melancolía en el aire, así como infinidad de historias podían percibirse entre el polvo que emanaba de las paredes. Mis padres me habían informado esa tarde que me alistara ya que íbamos a visitar a unos amigos. Ellos se quedaron con nuestros anfitriones, platicando en la sala, y la señora de la casa, al verme aburrida y sentirme inquieta, me dijo que si quería ir a jugar al patio.
"Allí hay unos columpios que podrían gustarte.”
Yo, entusiasmada, volteé a ver a mi madre para pedirle permiso y ella asintió con la cabeza. Me excusé y salí corriendo al patio. Allí había un set de columpios de metal notablemente viejo y oxidado, pero todavía funcional. Yo, feliz, me senté en uno y empecé a columpiarme lentamente para probar la fuerza de los viejos lazos que lo sostenían. No quería salir volando. Después de comprobar que sostendrían mi peso me empecé a columpiar, lento al principio y después más rápido; así jugué por espacio de media hora. Ya después, cansada, me dediqué a sentarme en el columpio que ya se movía apenas cual péndulo que ha agotado su energía, y me enfoqué en un grupo de hormigas que transitaba en fila india por el borde de la grama. En eso sentí, repentinamente, un frío recorrerme la espalda. Era una sensación muy particular. No era un frío que hubiese sentido antes, éste no parecía emanar de afuera de mi piel, sino de adentro, como cuando un cubo de hielo deja ir el vapor de agua que lo consume por dentro. Esta sensación tan desconocida me hizo enderezarme de un solo golpe como un resorte. Allí, al par de uno de los columpios, había una niña que calculé tendría unos años menos que yo. Tenía una tez pálida, como de muñeca de porcelana, que se le asomaba en medio de los cabellos largos del más puro azabache. Tenía puesto un vestido blanco que le daba a la rodilla y unas sandalias. La saludé con un tímido “Hola”, pero no me contestó. Me imaginé que era penosa como yo, ya que solo se me quedaba viendo con curiosidad y extrañeza. “¿Cómo te llamas?”, le pregunté. No me contestó nada. Pensé que si le hablaba entraría en confianza. “Me llamo Lucia, he venido con mis papás a visitar a los Mejía. ¿Vives aquí cerca?”. Tampoco me contestó, solo se me quedaba viendo con esos intensos ojos negros; los sentía penetrándome hasta los tuétanos y, la mera verdad, ya me sentía incómoda. Volteé para ver hacia la casa y percatarme si había alguien que la hubiese acompañado hasta allí, pero no vi a nadie. Cuando volví a voltear hacia ella, se había ido ya. “Qué raro, debe de ser alguna hija de algún vecino.”, pensé para mis adentros. Ya aburrida de estar afuera y, más que nada, turbada por aquel incidente, emprendí de nuevo el camino a la casa. Mi mamá ya estaba esperándome para irnos, así que nos despedimos de los Mejía, prometiendo volver a visitarlos pronto y nos subimos al carro.
“Mamá, ¿alguna niña vive en esa casa?”
“No, no desde hace 3 años cuando murió Silvana, la hija de los Mejía. Fue realmente un caso lamentable. Imagínate que tuvo un accidente. Se cayó en un pozo que había en la propiedad y se ahogó. Por eso te vivo diciendo que tengas cuidado donde juegas, Lucia.”
Se me helo la sangre. Tratando de disimular mi voz temblorosa, pregunté cómo era Silvana y si ella la había conocido.
“Si, hija, yo la conocí. Silvana tenía 6 años cuando murió, era una niña muy dulce y bella, con unos ojos negros inmensos que le llenaban la cara y un pelo negro muy hermoso. Sufrieron mucho Susana y Jorge cuando murió.”
El resto del camino de vuelta a casa no volví a pronunciar palabra. La había visto. Estaba segura de que esa niña era la niña ahogada. Era Silvana. No le dije nada a mi madre. No quería que pensara que estaba loca. Ella era sumamente escéptica a esas cosas y, pues, yo no le iba a decir así de sopetón que había visto un fantasma, pero esa experiencia se me quedó grabada. No podía olvidarla. Me daba terror acercarme a cualquier cementerio. Ese día resolví vivir la vida más normal que pudiera y alejarme de cualquier cosa que pudiera hacerme repetir la experiencia, y por largos años así fue. No volví a ver a ningún fantasma, aparición, espíritu o como quieran llamarlo. Creo que había caído en la complacencia de sentirme libre y a salvo hasta esta noche que he vuelto a sentir ese frío tan glacial y extraño.
Vi para atrás. No podía ver nada entre las sombras y la bruma. Sentía que había algo allí. Algo que me miraba. Algo maligno. Sentía como me taladraba la espalda. “¿Hay alguien allí?”. No hubo respuesta.
Empecé a caminar más rápido. Ya poco me importaba mojarme completamente los pies. La posibilidad de contraer una neumonía estaba lo más lejos de mi mente en ese momento. Mis oídos se esforzaban por dilucidar cualquier sonido que viniera de la intensa bruma, la cual me abrazaba como un frío sudario. Mi cerebro revoloteaba entre la duda y el terror, pero siempre es bien sabido que frente a una duda o un posible peligro mejor tirársela de cobarde que de valiente y huir, o al menos eso siempre me había aconsejado Pedro, mi hermano, pero yo no sabía de lo que estaba huyendo, solo sabía que lo estaba haciendo. El corazón me latía a mil y un sudor frío me bañaba la frente y todo el cuerpo. Dios, quería gritar, pero quien me iba a escuchar si estaba completamente sola. Sentía que la oscuridad me pisaba los talones. Ya estaba cerca del Puente de San Juan que cruzaba el río para llegar a mi casa. Si solo podía llegar al otro lado estaría segura, pues allí siempre había gente. Reconocí la calle empedrada del puente debajo de mis pies y me dispuse a correr, ya toda noción de hacer el ridículo era reemplazada por el absoluto terror que me consumía. Mis ojos yacían fijos en la lámpara que, del otro lado del río, relucía en mi mente como el triunfo más deseable antes de alcanzar la meta de cualquier carrera olímpica. Ya iba por la mitad del puente cuando lo vi. Era muy alto, como de dos metros de estatura, y estaba parado justo a la mitad del puente. Era un hombre grande y fornido. No me fijé en qué traía puesto porque lo único que podía ver era el resplandor que emanaba de él. Era como si tuviera mil bombillas eléctricas prendidas por dentro. La neblina parecía despegarse de él como por arte de magia. Mi único pensamiento fue tratar de frenar mi loca carrera para no estrellarme con él. Quedé a medio metro de distancia de él cuando al fin pude detenerme. Extrañamente el terror se evaporaba de mi pecho como si fuera agua. Sentía una paz que se me colaba por los poros y reemplaza el terror absoluto de los últimos minutos. Solo alcance a ver su cara por un instante. Tenía la piel de alabastro y unos ojos de arcoíris. Yo no podía despegar los míos; corrían extasiados por su faz. Todo lo demás se me había olvidado, tal cual cuando uno despierta de una pesadilla de repente. El corazón se me había callado y solo podía mirarlo embobada; así, de repente, me sonrió suavemente y desapareció.
Una vez que olvidé el terror, me acerqué con cuidado adonde había estado parado; así descubrí que había un hoyo de unos dos metros aproximadamente de profundidad a la mitad del puente. No había nada allí más que aire y el río que fluía como tren desbocado hacia abajo. No podía creerlo. Si hubiera seguido mi alocada carrera habría caído allí y me hubiera matado. De eso no tenía ninguna duda. La bruma que tan vorazmente me había abrazado ya no estaba. Se había evaporado como un milagro.
Nunca olvidaré lo que pasé ese día en el puente de San Juan y cómo el ángel de la bruma me salvó. Todavía ahora, cuando camino por la calle, a veces me parece que puedo sentir su aliento cobijándome al rodearme la bruma. Ya no le temo a poder ver, porque si bien sé que existe el mal, también sé, a ciencia cierta, que existe el bien y lo siento cerca. Sé que allí está siempre cuidándome, mi ángel de la bruma.
e.v.e. ( El angel de la bruma)
Un agradecimiento muy especial a @esuemmanuel que me ayudo a editar,este, mi primer relato en español. ¡Mil gracias!
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#011. Forjado al Rojo Vivo
Cuento originalmente publicado en el número 176 de la Revista Crítica (versiones digital e impresa, Junio de 2017), editada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
El periódico me solicitó esta nota hace aproximadamente tres semanas. Me encontré a Jimmy (o Señor Chávez, como lo ubican en la redacción) en una famosa cocina económica del centro y, tras ponernos al corriente con sus chismes de editor y mis chismes de novelista, dijo lo siguiente: “Hazme un favor, Emilio, chútate un texto sobre algún escritor para el feature cultural del próximo mes, ándale. Hay buena paga y puedes escribir de quien tú quieras y no te voy a criticar, de veras. Tú escribe de Joyce, de Faulkner o hasta de alguno de los poetas brasileños esos que te gustan”. Al terminar con un bien servido plato de flautas de barbacoa, accedí a su oferta. Pero esta nota no va de Joyce ni de Faulkner, mucho menos de Romano de Sant’Anna o de Meireles. Con perdón de los grandes autores de la literatura universal, mi escritor favorito no hizo ni un solo libro, pero marcó el rumbo de mi existencia de una forma que, hasta antes de escribir este texto, había permanecido inefable.
Tenía trece años cuando leí a Juan Silvestre Farías por primera vez. Como un taciturno lector de ficción desde tierna edad, los múltiples nombres impresos en el periódico me daban igual, pero el nombre de Juan Silvestre se quedó incrustado en mi memoria desde nuestro primer encuentro y fue el primer periodista al que seguí con atención.
Por aquellos tiempos, sus notas de alarma en La Corneta Zacatecana comenzaban a hacer ruido en las redacciones de los circunspectos periódicos nacionales. Pero Juan Silvestre Farías, quien escribía para una publicación que a duras penas podía hacerse llamar periódico, no producía un ruido como el de un trueno, por ejemplo, que despierta al escucha en medio de la noche y lo lleva a doblegarse ante su fuerza natural; para los periodistas de renombre, este ruido era más como el zumbido de un insolente mosquito oculto en la oscuridad o el descomunal ronquido de un vecino: algo incómodo, absurdo y poco digno de la atención inconsciente que reclama.
Mi descubrimiento de Farías fue casual y ocurrió durante uno de mis acostumbrados veranos joviales en casa de los abuelos en Zacatecas. El abuelo Bruno se hizo de varios artículos de barro en el mercado y yo, entre ocio y curiosidad, leí el texto impreso en las hojas de periódico con las que la vendedora envolvió los jarritos para evitar que se quebraran. Eran páginas de La Corneta y, siendo más específico, era la sección policíaca de La Corneta en su totalidad. Tras leer los relatos del hombre arrollado y la riña de amantes que no hacen falta en ninguna edición de nota roja que se precie de serlo, llegué a una pieza más conceptual. En el encabezado de la nota se leía “A la Plancha”, y la fotografía mostraba dos sartenes tirados en lo que parecía ser el piso marmoleado de una cocina. Sin cadáver, sin vísceras, sin lágrimas, tan inusual que captó mi atención de inmediato. Con pesar les digo que me ha sido imposible hallar una copia de aquel artículo para citarlo aquí, pero me arriesgaré a describirlo con los detalles que aún conservo en mi memoria.
La nota iniciaba como un relato de librillo policíaco: el héroe y su compinche en el sereno de la cotidianidad, aguardando pacientemente al peligro. Juan S. Farías, herrero de profesión y reportero emergente de alarma para La Corneta Zacatecana, comía taquitos de cabeza en el puesto de Doña Pelos al lado de su compañero, el fotógrafo emergente Rutilo Arrieta, un hombre que soñaba con ser luchador y quien, hasta antes del día en el que tuvo que buscarse una chamba de lo que fuera para darle de comer a su familia, jamás había tenido una cámara fotográfica en las manos. Es importante mencionar que, al menos en ese entonces, La Corneta Zacatecana no pedía experiencia previa a ninguno de sus reporteros de medio pelo y mucho menos a los de su sección policíaca; la instrucción se limitaba a que describieran los hechos con un lenguaje colocado entre el morbo y la seducción y que acompañaran el texto con una fotografía de la escena, preferentemente de la víctima fatal. Farías comenzó a publicar artículos pocas semanas antes de que yo lo descubriera y Arrieta lo acompañó desde un principio.
Volviendo a la nota, nuestros protagonistas recibieron el pitazo de un asesinato ocurrido en un domicilio de la calle Pedriscal y rápidamente subieron a su destartalado vehículo y se dirigieron al lugar, dejando media orden de tacos atrás con tal de no perderse la acción. Al llegar a la escena, burlaron a los únicos tres elementos judiciales presentes y se colaron dentro de la casa. El cadáver de un hombre yacía boca abajo en la sala y un charco de sangre lo rodeaba. Arrieta, cuyo anhelo de ser luchador había sido coartado en repetidas ocasiones debido a su poca tolerancia ante la sangre, sólo tuvo estómago para fotografiar el arma homicida: un par de sartenes. Tras ser descubiertos y escoltados fuera de la casa por el judicial Muñoz, alcanzaron a ver a dos mujeres dentro de una patrulla: las asesinas. Alicia y Gloria (o quizás era Graciela), despeinadas y con sus camisones puestos, serían llevadas al ministerio público para rendir su declaración.
Dos mujeres de cincuenta-y-tantos años asesinan a un sujeto que irrumpió en su vivienda a medianoche con intenciones de robar, ellas deciden tomar la justicia en sus propias manos y lo golpean con un par de sartenes hasta matarlo. Un vecino escucha el escándalo y llama a las autoridades; ambas mujeres aseguran que fue un acto en defensa propia y se entregan sin oponer resistencia. Tomando en cuenta los estándares de la publicación para la que trabajaba, la nota de Farías habría podido detenerse ahí, pero este era un hombre con demasiada imaginación y eso, aunado a su nula formación en el arte de la nota roja y en el oficio del escritor en general, se convertiría en la fundación y el sello de su trabajo.
A diferencia de la gran mayoría de los escritores de nota roja, Juan Silvestre Farías estaba consciente de que tanto las víctimas como los victimarios tenían una vida que se extendía más allá de los estrechos confines de sus artículos, y a él le gustaba pensar en ello. El crudo relato del crimen fue sucedido por una historia de ficción enteramente salida de la mente del autor, una suerte de cuento en el que Alicia y Gloria (o Graciela), las solteronas de su colonia, eran una pareja que soñaba con irse a vivir cerca del mar. Dos mujeres adultas y enamoradas; dos asesinas latentes que dormían abrazadas cada noche. Ningún escritor con una reputación que perder se habría atrevido a escribir algo así por aquel entonces. Las mujeres dormían cuando Gabriel, un obrero que vivía en la colonia y que siempre pasaba frente a aquella casa cuando volvía del trabajo por las noches, decidió seguir un impulso desesperado. Gabriel, tal como Alicia y Gloria (o Graciela), estaba enamorado. Su esposa, una dulce mujer que lo adoraba y que estaba muriéndose de a poco, lo esperaba rodeada de píldoras e inyecciones. Gabriel decidió irrumpir en esa oscura y silenciosa casa por él y por ella, porque ya no podía soportar que su mujer se despertara gimiendo de dolor noche tras noche; porque el sueldo de albañil pagaba la renta o las medicinas, la comida o las consultas; los días se les iban en vivir a medias sólo para agonizar lentamente. Gabriel reventó esa ventana porque sabía imposible que las personas de aquella casa extrañaran sus pertenencias más de lo que él extrañaba a su mujer. Cuando Alicia lo escuchó, salió a hurtadillas de la habitación para encontrarlo de espaldas, husmeando en una cajonera. Habían recibido sustos antes: amenazas, piedras rompiéndoles las ventanas y gatos muertos en la puerta; eran el rumor de la colonia, recibían las miradas despectivas en el mercado y los cuchicheos al entrar a la iglesia cada domingo. Alicia se imaginó lo que podrían hacerles, lo que podrían hacerle a Gloria Graciela, quien se había despertado y ahora estaba detrás de ella: golpearla, violarla, matarla, quién sabe qué más. Las meras posibilidades, galopando al unísono en sus mentes, eran insoportables. Ya era tiempo de que la gente aprendiera a no meterse con ellas de nuevo, nunca más. Ambas se colaron a la cocina sigilosamente y tomaron dos sartenes grandes, robustos, para después abalanzarse sobre un Gabriel que, al verse descubierto, intentó escapar por la ventana por la que había entrado, pero la historia terminó de la única forma en la que podía terminar, con dos mujeres que nunca verían su casa en el mar y con el cráneo reventado de Gabriel cuya esposa, una dulce mujer que creyó haber sentido todo el dolor que alguien podía sentir, tendría que seguir esperándolo para siempre.
“A la Plancha”. Fotografía por Rutilo Arrieta, texto de Juan S. Farías. Leí esa nota hace veinte años y, al día de hoy, el puro recuerdo me pone la piel de gallina.
Las notas de Juan Silvestre, publicadas de viernes a domingo, rápidamente se convirtieron en las predilectas entre los acérrimos lectores de nota roja en Zacatecas. Poco después, los fanáticos de las historietas policíacas se interesaron por corroborar los rumores que decían que en La Corneta se escondía un narrador con relatos más interesantes que los de sus publicaciones quincenales. El rumor se extendió hasta llegar a los oídos de lectores de novela negra, quienes cayeron enamorados por el estilo filoso y desordenado de Farías (aunque les diera vergüenza admitirlo). Los meses pasaron y La Corneta Zacatecana se volvió uno de los periódicos más vendidos del estado, superando incluso a periódicos de circulación nacional, puesto por puesto. Juan Silvestre Farías fue, sin duda alguna, el responsable de tal acontecimiento.
Juan Silvestre continuó su trabajo como herrero de lunes a jueves y guardaba su traje de periodista para los fines de semana. Junto con Rutilo Arrieta, quien también gozó de reconocimiento por su enfoque abstracto para capturar imágenes de los terribles sucesos, se dedicó a rondar el estado junto a su amigo cada noche. El puesto de tacos que frecuentaba con Arrieta, el de Doña Pelos, comenzó a llenarse de personas que deseaban cruzar algunas palabras con el dúo dinámico del alarma, y la orden de taquitos de cabeza se volvió la más pedida. Personajes como el judicial Méndez y Chacho Urrutia, editor de La Corneta, también tuvieron sus minutos de fama por formar parte del cast habitual en las historias de Juan Silvestre.
Durante todo ese tiempo, los periódicos más importantes del país desdeñaron las constantes menciones de Farías. Los grandes cronistas, licenciados en letras y con maestrías en periodismo certificadas en el extranjero, no daban crédito a aquellos rumores sobre un “escritor decente” que había salido de la nada, que carecía de estudios formales y que, además, había comenzado a escribir sólo porque su compadre, el encargado de la sección policíaca en La Corneta, le había pedido que supliera temporalmente a uno de sus columnistas. Muchos de esos periodistas ya habían leído a Farías y copias de La Corneta yacían escondidas en las gavetas de varios individuos de peso pesado, tanto en periódicos como en casas editoriales.
Dos años de trabajo en La Corneta habían pasado y Farías no se acostumbraba a las consecuencias de ser el escritor estrella del periódico en el que laboraba. Debido a las constantes interrupciones por parte de desconocidos, tuvo que dejar de frecuentar el puesto de Doña Pelos. Su taller de herrería se volvió tan popular que contrató a un par de muchachos para ayudarlo, pero aquellos chalanes hacían todo el trabajo mientras Farías, ahora escritor de tiempo completo, dividía su tiempo entre el recorrido de las calles zacatecanas y la redacción de lo que acontecía en las mismas. Las mujeres con las que coqueteaba lo identificaban con facilidad y terminaban pidiéndole que les contara “locas historias de reportero”, cosa que mataba su interés. Por si fuera poco, tuvo que lidiar con uno que otro lector ofendido por la temática de sus historias, incluso afrontó amenazas legales por difamación que se resolvieron sin llegar a la corte, entre cervezas y con pequeñas disculpas impresas. Uno pensaría que lo más lógico habría sido renunciar a la labor de periodista, pero eso significaba continuar el camino sin Rutilo y entonces, Juan se habría quedado verdaderamente solo. Rutilo Arrieta era el único capaz de entender lo que Juan Silvestre sentía y viceversa: los dos exiliados en el ojo del huracán.
Continué leyendo las notas de Farías a distancia, les pedí a mis abuelos que me enviaran copias del periódico por correo. Mi madre no estaba del todo de acuerdo con que su hijo fuese tan devoto a la lectura de esas notas rojas, pero mi abuelo insistía en que leer cosas así me quitaría lo sonso. El abuelo Bruno quería que yo fuera un ranchero y nunca sospechó que, en su intento por endurecer mi carácter, alimentó con creces mi deseo de ser escritor. Estaba a punto de cumplir 16 años cuando pasé uno de mis últimos veranos en Zacatecas, lo que coincidió con otro de los eventos trascendentales de mi vida: la salida de Juan Silvestre Farías de La Corneta.
Los rumores sobre los textos de Farías se inflaron hasta convertirse en llamados ensordecedores dentro de las prensas capitalinas. Los redactores de categoría habían hecho todo lo posible por apagar cualquier chispa referente a Farías que pudiese crecer hasta incendiar alguno de los grandes periódicos del país con la contratación de un donnadie. Sin embargo, ocurrió. El periódico Revolución le otorgó el puesto grande a un hombre audaz e inteligente llamado Agustín Cobos, un profesional cuya primera acción en el puesto de editor en jefe de uno de los periódicos más importantes de México fue ofrecerle empleo a Juan Silvestre Farías, el hombre que, en las propias palabras de Cobos, se encontraba a medio paso de consolidar a la nota roja como un género literario serio y vertiginoso.
No fue una decisión sencilla. Juan Silvestre había pasado toda su vida en Zacatecas y, muy a pesar de los recientes y radicales cambios en su entorno, la idea de abandonar su hogar no se le había cruzado por la cabeza jamás. Irónicamente, fue Rutilo quien convenció a Juan de aceptar el ofrecimiento del Revolución. El fotógrafo había tomado la decisión de abandonar su trabajo en La Corneta para continuar persiguiendo el sueño de convertirse en luchador: “ver tanta sangre en la chamba ya me preparó para los porrazos, yo creo”, Arrieta le expresó a su amigo en una cantina de mala muerte allá en Zacatecas y, después de eso, Farías comenzó a pensar en sus buenos años en La Corneta como un trayecto más que como un destino. Tal vez, siguiendo el modelo de su amigo, era momento de poner a prueba la preparación.
Farías llegó al periódico Revolución para el coraje de algunos y el júbilo de cientos – y me incluyo entre esos cientos, fue emocionante pensar que sus artículos ahora estarían disponibles en cualquier puesto callejero de mi ciudad. Desafortunadamente, Farías no llegó a publicar ni una nota en el Revolución. Si bien Juan Silvestre contaba con el apoyo del editor en jefe, el resto del equipo a bordo se encargó de bloquear su trabajo hasta desesperarlo. Varios fotógrafos se negaron a trabajar con él, otros tantos escritores se rehusaron a orientarlo; los correctores de estilo calificaron sus textos como “incoherentes”, “pretenciosos” e “incompatibles con el enfoque del periódico”. Farías se sintió arrinconado dentro de la redacción y, a poco más de un mes de su llegada a la Ciudad de México, decidió que la mejor opción sería continuar el trayecto en La Corneta y en su querido taller de herrería.
Un par de días antes de abordar el camión que lo llevaría de vuelta a Zacatecas, Juan Silvestre recibió una sorpresiva llamada de Chacho, el editor de La Corneta. El mensaje era corto y fue transmitido con pocas palabras, tan distantes e inconcebibles como el hecho mismo:
Rutilo está muerto.
Farías, llevando consigo únicamente la ropa que traía puesta aquel día, abandonó la capital del país esa misma mañana y jamás regresó. Supo la historia en cuanto puso pie en Zacatecas: durante un entrenamiento, Rutilo recibió un golpe que le provocó la muerte fulminante sobre el ring. Juan Silvestre le pidió a Chacho la oportunidad de escribir una última nota en el periódico, un homenaje para su gran amigo, y Chacho le concedió lo que sería la única primera plana de su carrera.
Imagino que todos los autores literarios sueñan o han soñado alguna vez con escribir una obra cumbre, un trabajo que sintetice su visión y sentir en un compilado de palabras claras que posean gracia, fuerza y singularidad; un escrito que pueda sobrevivir e incluso crecerse ante la temible prueba del tiempo. Lo imagino porque reconozco que yo lo he soñado más de una vez. “Rutilo Arrieta: De Dos a Tres Caídas y Sin Límite de Tiempo” es el título de la publicación final hecha por Juan Silvestre Farías; el monstruoso texto ocupó las cinco primeras páginas de La Corneta Zacatecana y estuvo acompañado de una sola fotografía: Juan y Rutilo en el ahora mítico puesto de tacos de Doña Pelos. Las circunstancias de la muerte de Arrieta fungieron como vías para que Farías relatara lo que había significado compartir dicha y tragedia con un hombre que, como es sabido hoy en día, se convirtió en una de las referencias clave para la fotografía periodística del país. Siendo fiel a su particular estilo narrativo, Juan Silvestre plasmó el último capítulo en la serie de aventuras vividas por él y por “el fotógrafo que soñaba con ser luchador”, una denominación errónea para su amigo que fue corregida por el propio autor: un luchador convertido en fotógrafo por la desesperante fuerza de la realidad. Pasando de la risa a la melancolía, de la candidez a la crudeza, del discurso sagaz a las sutilezas entre líneas, el texto se siente tal como se habría sentido vivir en la piel de este dúo: la peculiaridad encapsulada en el interior de una camioneta destartalada que apestaba a tacos de cabeza y que tenía un corazón propio, latiendo a un ritmo que regía el todo a su alrededor. El texto es sencillo, temerario, verdadero y absoluto. Una obra maestra.
Al concluir el artículo y sin anunciarlo, Juan Silvestre Farías decidió no volver a escribir. Se quedó a vivir en Zacatecas, donde continuó trabajando en su taller de herrería. Con el paso de los años, las personas fueron olvidando su estatus de celebridad local y pudo volver a la sencillez de los taquitos de cabeza, las soldaduras y los romances fugaces.
Un profundo hueco se abrió en mis adentros cuando entendí que no volvería a leer nada más de mi mentor distante, pero el golpe ya estaba dado y a los 16 años ya estaba seguro de que quería convertirme en escritor, en gran medida gracias a la presencia impresa de Juan Silvestre en mi vida. La novela negra se convirtió en mi género favorito y mi tesis de licenciatura giró en torno a los escritos de Farías; aquel trabajo incluyó entrevistas con sus conocidos y colaboradores, análisis de sus notas – realizados por mí y por algunos otros escritores – y mis intentos, todos injustos, de dar con una estructura que alcanzara a definir su estilo literario. Cabe mencionar que dicho trabajo fue rechazado por mi alma máter debido, primordialmente, a que no se centró en “un autor de verdad”, aseveración que sigue pareciéndome indignante. La investigación que realicé en ese entonces me llevó a encontrar, entre otras cosas, la dirección del taller de herrería de Farías, pero antes de que surja la duda en sus mentes, diré que no tuve el valor de buscarlo. Era muy joven y me sentí abrumado, se me ocurrían tantas cosas por decirle que temí aparecer en la puerta de Juan Silvestre para ahogarlo en una torpe verborrea que no iba a llevarnos a ningún lado. La pesadilla de hacer el ridículo frente a mi ídolo; el horror.
Hace algunos años, la editorial Ecolalia (fundada por Agustín Cobos, el hombre que intentó llevar a Farías a los círculos del periodismo nacional) logró publicar una compilación de las notas rojas escritas por Juan Silvestre y en cuya labor de búsqueda tuve el honor de colaborar. Doce artículos de Farías fueron editados junto con las fotografías correspondientes, originales de Rutilo Arrieta, bajo el título “El Caza Rojas”. Los artículos seleccionados incluyen joyas como “Tres Duraznos en la Buchaca”, “Un Gato, una Cacatúa y una Bañera”, “Toma Todo” y, por supuesto, “Rutilo Arrieta: De Dos a Tres Caídas y Sin Límite de Tiempo”. El libro recibió críticas divididas y fue nominado a varios premios literarios en Latinoamérica, otorgándole credibilidad tardía a un autor que, en mi opinión, fue llanamente incomprendido en su tiempo.
La realización de este artículo me llevó a desempolvar mi tesis sobre Farías para extraer referencias, fue así como reencontré la dirección de su taller. Las cosas son distintas ahora, pensé, y antes incluso de que surja la duda en sus mentes, decidí enfrentar mi pesadilla de muchacho universitario y encarar a Juan Silvestre. Planeé el viaje durante pocos días para no darle oportunidad al arrepentimiento; desarrollé un sinfín de preguntas y tópicos que ansiaba plantearle a Farías, una gruesa lista de cosas que he pasado la vida entera preguntándome. Ensayé discursos frente al espejo, tratando de encontrar la mejor manera de presentarme y de pedirle una entrevista; discutí conmigo mismo sobre cuáles serían las palabras menos infantiles y chocantes para expresarle mi sincera admiración y gratitud.
Antes de dirigirme con Juan Silvestre, pasé a visitar al abuelo Bruno para hablarle, entre otras cosas, de lo que pretendía hacer en Zacatecas. El abuelo, quien se refiere a mí con un halo de desencanto en la mirada desde que decidí ser escritor y no ranchero, me contó que había conocido a Farías cuando lo contrató para instalar una protección de metal en su entrada principal. “Yo no sé nada de escritura ni me interesa, pero decían que era el mejor del pueblo y sí te puedo decir que, de que es buen herrero, es buen herrero”, dijo, señalando la reja que le encargó a Farías hace aproximadamente 8 años: “no te dejes engañar por los barrotes desoldados; es un buen trabajo, pero el tiempo le pasa factura a todo”. El abuelo se despidió de mí, no sin antes insistir en que al menos debería aprender a andar a caballo; le respondí que lo consideraría y, dándole una última mirada a la reja que Farías había construido, emprendí mi camino hacia el taller.
Ya frente a la puerta del taller, tardé varios minutos en entrar y, una vez adentro, a Juan Silvestre le tomó mucho tiempo aparecer. Estaba muy nervioso, no podía fijar mi atención en los alrededores y consideré la huida cada tantos segundos, pero sabía muy bien que el encuentro que había retrasado por años debía ocurrir en ese momento, en ese lugar, o jamás ocurriría. Finalmente, desde el fondo del taller que daba con la que seguramente es casa de Farías, alcancé a ver que un hombre caminaba en mi dirección, a paso lento. Conforme se acercaba, reconocí al sujeto de las fotografías: un hombre alto y moreno, de complexión delgada y cabellos gruesos, siempre desacomodados. Las gafas colgaban del bolsillo de su camisa y el bigote tupido estaba lleno de canas. Juan Silvestre Farías, ahora un anciano, lucía fuerte y sereno, como forjado en hierro templado. Con toda la calma del mundo, Farías se plantó frente a mí.
— Buenas, ¿qué se le ofrece?
Tuvo que preguntármelo otra vez, pero no parecía sorprendido por ello; imagino que no soy el único que se ha congelado frente a él, pasmado por la impresión.
— Joven, buenas, ¿en qué le puedo ayudar?
Constaté la ineficacia abrasadora de las anotaciones, los ensayos frente al espejo y de las incontables ocasiones en las que había imaginado el momento en cuestión. Me preparé para una situación de verborrea desatada pero no pude predecir que lo que ocurriría sería lo opuesto: el silencio total. Tras unos segundos que me pesaron como años, dije lo más prudente que mi cerebro pudo maquinar.
— Buenas, don. Fíjese que la reja en casa de mi abuelo se desoldó y quiero saber si me la puede arreglar. La casa queda como a 25 minutos de aquí.
Juan lo pensó por un momento, pasándose la mano sobre el bigote gris.
— Sale pues, lo arreglamos de buena vez.
Sacó sus herramientas y me señaló la puerta con un gesto amable, como diciendo “vamos”. Justo antes de salir, vi una fotografía colgada junto al umbral de la puerta: Rutilo y Juan, sonrientes, de pie frente al puesto de Doña Pelos.
Empezamos a caminar hacia la casa. Hablamos sobre cosas simples durante el trayecto: el clima en Zacatecas, lo mal que estaban los caminos por ahí, los vecinos de aquella colonia, etcétera. Yo estaba fascinado y no me atreví a resquebrajar el momento con la mención de este artículo o de la entrevista que había preparado y que lo llevaría a brincar, inevitablemente, del presente al pasado. Decidí seguir escuchándolo para aprender, quizás, una cosa o dos sobre la auténtica magnificencia de la mundanidad.
Llegamos a casa del abuelo y entré para explicarle lo que había pasado. “Es usted un auténtico cagón, mijo”, me respondió, y se fue a echar la siesta. Los movimientos de Juan Silvestre son lentos pero seguros; le tomó alrededor de hora y media soldar los barrotes sueltos. Me senté en el comedor y lo miré trabajar durante todo el rato, aferrado a una cerveza que no llegué a probar y recargando el mentón sobre la mesa como un niño curioso que se ha olvidado de parpadear. Las jacarandas se sacudían la luz dorada de encima y, posado bajo su sombra, estaba mi escritor favorito, sentado en un banco de madera mientras reparaba la reja de mi abuelo. El momento cumbre de mi vida.
Cuando el trabajo estuvo listo, salí de la casa para pagarle a Juan Silvestre. Le ofrecí llevarlo de vuelta a su taller en la camioneta del abuelo pero dijo que prefería caminar y, con elegancia contundente, mencionó que un escolta no es necesario en este pueblo. Sonreí en acuerdo y exclamé un “gracias” que iba por la puerta, por la charla del trayecto y por todos los años en los que, sin saberlo, me había acompañado. Al despedirme, las costuras de mi acto se deshilacharon.
— Que le vaya muy bien, señor Farías.
Él me miró fijamente por unos segundos. Claro, jamás le pregunté su nombre. Sentí la sangre estancándose en mis piernas y entonces él lo supo, sé que lo supo. Sin decir más, sonrió y estrechó mi mano como despedida. Cargó sus herramientas y se fue.
En uno de los párrafos de “Rutilo Arrieta: De Dos A Tres Caídas…” se lee lo siguiente:
“[...] y está bien, yo creo que está bien, porque hay cosas que uno nace para conocer y otras que se crecen y florecen ante nuestra ausencia. Las hechas para no conocerse son incontables, ni siquiera nos caben en la imaginación, y parte de nuestra chamba santa en esta vida es dejarlas pasar, tener los ojos para ver que el ignorar tiene su encanto propio y que es, lo queramos o no, una realidad forjada en un mundo distinto al de nuestros deseos…”
Viendo a Juan Silvestre alejándose por la vereda aquella tarde, entendí sus palabras. Todas las cosas que ignoro sobre él también forman parte de mí y querer disiparlas sería asesinar brutalmente al mito, al encanto mismo. Escribo esto desde mi vieja habitación en casa del abuelo Bruno y tuve que encontrarme aquí, cerca de donde todo comenzó, para comprender que Juan Silvestre Farías seguirá siendo lo que ya es para mí y nada más, nada menos, en la medida justa para mantener vivo el misterio. Y está bien, yo también creo que está bien.
Todos los derechos reservados. Laura C. Rosales, 2017.
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En este mundo, a mí me tocó ser mujer.
Sí, en este mundo a mí, cómo a tantas otras, me tocó ser mujer y no es queja, me gusta ser mujer, me gusta la ropa, me gustan las bolsas, me gusta usar tacones y labial, me gusta usar perfume, me gustan los colores, me gusta pintar mis uñas; pero también hay cosas de las qué ya estoy harta.
Estoy harta de oír cosas desde pequeña tales como ese color es de niña, esos juguetes son de niña, lloras cómo niña, que te digan no puedes, no debes, sólo por qué eres niña.
Estoy harta de qué mi valor sea medido por el tamaño de mis senos, por el tamaño de mis nalgas o por cómo me la rifo mientras muevo las caderas. Estoy harta de qué te digan eres guapa, pero si te arreglaras más te sacarías mayor provecho, si bajarás un poco de peso, serías más deseable, si opinaras menos serías perfecta. No sabía que estaba destinada a estar detrás de un aparador.
Estoy harta de vivir en un país misógino y machista, en un país abusivo, en esa sociedad donde aún se cree qué los labores del hogar, como lavar la ropa, los trastes y hacer la comida corresponden solo a la persona con tetas y vagina. No sé supone qué lo único qué me diferencia al género masculino son mis características fisiológicas. No sé supone que las mujeres también tenemos derechos, también tenemos oportunidades, no se supone que somos capaces, que somos fuertes, que tenemos habilidades y aptitudes. No sé supone qué puedo hacer lo mismo y más aún si me lo propongo, no sé supone qué mi vida no está únicamente destinada a parir hijos y tener una linda casa.
Estoy harta de qué muchos crean qué tu estado de humor siempre dependa de tu menstruación, de qué de seguro estás mal cogida y qué si no estás con alguien pues entonces te falta una cogida, no se han puesto a pensar qué muchas veces simplemente nos cruzamos con gente estúpida. Somos humanos al igual qué ustedes, también tenemos días malos, tenemos problemas, tenemos estrés y sí somos cíclicas, pero no necesariamente significa que eso determina mi ánimo de todos los días.
Estoy harta de salir a la calle y caminar con miedo, de mirar a todos lados y apresurar el paso porque ya es tarde, porque está oscureciendo; estoy harta de cuidar mi vestimenta, de cuidar el largo de mis vestidos y faldas, estoy harta de ser un foco para las palabras lascivas, si esas palabras que muchos llaman piropos, ¿acaso no sabes que no me interesa escuchar como me perciben tus ojos? Acaso no sabes que no me interesa que me silves, qué digas cosas como: ¡que rica estás mami! o qué permitas que yo sepa qué tu imaginación vuela y que me digas cómo me pondrías en ese momento si pudieras. Estoy harta de las miradas penetrantes y de las manos enfermas, esas manos qué se creen dueñas de las curvas que circulan por dónde sea, estoy harta qué para ti sea normal tocar a cientos de mujeres, sólo porque pasó, solo porque se te antojó, ¿porqué piensas qué mi cuerpo y el de todas es un objeto con el qué puedes jugar? Estoy harta de escuchar historias todos los días de niñas y mujeres diciendo, solo salí a la tienda, a la escuela, al trabajo y ese tipo se me acercó y me tocó. Más harta aún de que muchas nisiquiera nos acercamos a nuestra familia porqué nos da vergüenza, porque lo mejor es que ya nadie se entere, porque lo mejor es dejarlo a un lado y continuar. Estoy harta de qué esa sensación se debe quedar en tu piel, en tu cuerpo y en tus recuerdos, estoy harta de qué muchas tengamos qué enumerar las veces qué hemos vivido esto.
Estoy harta de escuchar términos en los qué se refieren a las mujeres cómo mamás luchonas, porque así llaman a muchas madres solteras, les molesta la forma en la qué sacan a su hijos adelante, les molesta qué tengan uno o varios hijos, les molesta que inclusive sean de padres distintos, todos hablan de ellas, pero nadie habla del por qué están solas, nadie habla de los padres ausentes, de esos qué no tuvieron huevos para hacerse responsables, de esos qué dejaron su semilla y luego se fueron, de esos qué aún sabiendo que tenían una familia, se les hizo más fácil encargarse de otra.
Estoy harta de qué muchos se la pasen comentando: ¡Mira esto es un condón! ¡Sirve para que para después de qué estés cogiendo no llores por qué estás embarazada! ¡Sirve para que no andes abortando! ¡Sirve para qué no estés llorando por qué ya estás enferma! La verdad no me sorprende su inteligencia, no sabía qué nosotras no sabíamos qué es un método anticonceptivo, lo qué si me sorprende es qué la responsabilidad sexual sea sólo de uno, lo qué si me enoja es que muchos qué se la pasan comentando esto y que cuándo llegan a tener una pareja estable nisiquiera quieren usar uno, se enojan por que tu interés es cuidarte, se enojan por qué piensan qué de esa forma ya andas de puta y de caliente.
Estoy harta de todos los días escuchar la muerte, la desaparición, la violación de una tras otra, de qué les molesté la forma en la que muchas se manifiestan, yo sé qué no se logra nada quemando bancas y pintando monumentos, pero tampoco se logra nada criticando desde casa y llamando feminazis a muchas qué cómo yo quieren que esto cambie, qué esto pare. Estoy harta de no saber si el día de mañana regresaré a casa, tengo miedo de que algún día deje de ver a mis hermanas, a mi madre, a mis amigas. Estoy harta de qué la vida de muchas sea un albur y este destinada a la suerte qué tuviste ese día.
Estoy harta qué en pleno siglo veintiuno todavía se escuche qué al otro lado del charco siguen mutilando los genitales de niñas y mujeres solo con el afán de asegurarse de qué no tengan libido, para asegurarse de qué tengan una conducta sexual aceptable, para mantener tu virginidad hasta el matrimonio y la fidelidad después de el ¿no sabía qué con eso se aseguraba? Estoy cansada de qué se siga educando de esa manera, estoy harta de ese pensamiento retrógrado, si hubiese alguien qué me asegurará todo lo que garantizas mutilando a mujeres, propongo qué lo mismo se haga con los hombres, que no sean los únicos qué puedan decidir cuántas parejas sexuales pueden tener, qué no sean los únicos permitidos para sentir placer.
También estoy harta de violenciar a mi propio género, estoy harta de escuchar soy sorora, practico la sorodidad y en la mínima oportunidad ya estoy juzgando y criticando, ya estoy diciendo es naca, es golfa, es puta, es gorda, es machorra, es fea, es arrastrada, yo lo he hecho y no me da orgullo admitirlo, pero ya es hora de qué nos encarguemos de cuidarnos las unas a las otras, ya es hora de dejar de vernos como enemigas, es hora de dejar de hablar a nuestras espaldas.
Y sí lo reitero en este mundo a mí me tocó ser mujer y lo digo con orgullo, y mi corazón se ensancha todos los días por el hecho de serlo y si algún día necesitas de una mano amiga, para cruzar la calle, para cruzar un puente, para no ir sola en el transporte público, para poder salir de una situación de violencia, para ser escuchada, para mantenerte a salvo, para seguir con vida, no tengas miedo aquí estamos todas. Y piensa, si una sola mujer pudo hacer que toda la humanidad fuera expulsada del paraíso, ¿que pasaría si nos unieramos todas?.
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¿De qué trataba “Beast King GoLion? (el anime con el que se “creó” Voltron)
Como dije antes, hice este blog para explicar, en el idioma de Cervantes, todo lo relacionado con esta franquicia. Y qué mejor que explicar con la que inició todo en este lado del charco.
Un cuento algo viejo y olvidado ¿Lo conté antes? Bueno, contaré la historia de nuevo. Allá por la lejana década de los 80, la compañía World Event Productions se quería traer un anime desde las lejanas tierras japonesas en la que unos chicos, con la ayuda de un robot gigante, salvarían al mundo. Y esa serie animada era ni más ni menos queeee: Daltanias
Y ustedes se han de estar preguntando “¿Bueno y esta vieja loca que se trae o que o que?” Y yo les responderé: “jóvenes aprendices, esta cosa tiene mucho que ver con mi historia”.
Cuenta la leyenda que los ejecutivos hablaron a Japón ese día y cuando preguntaron que serie animada iban a enviarles, el ejecutivo dijo “Esa, la de los leones”, les terminaron enviando la de GoLion por error... y el resto es historia.
No obtener lo que quieres es, a veces, un golpe de suerte.
Ahora si. ¿De qué trataba “Beast King GoLion? (publicado originalmente un 30 de marzo de 2017) Esta serie mecha producida por la Toei se emite en Japón en marzo de 1981 terminando en febrero de 1982, con 52 espisodios.
La historia ocurre en el futurista año de nuestro señor de 1999 (Cuando faltaba poco para el Segundo Impacto, cuando Kamui debía unirse a los Dragones del Cielo o la Tierra, cuando Setsuna Mudou se quería merendar a su hermana y cuando una servidora tendría unos 14 añitos), cinco pilotos regresan a la Tierra luego de una misión de exploración, solo para ver que una guerra nuclear dejó a nuestro pobre planeta hecho garras.
Pero nuestros valientes pilotos no tienen tiempo de lamentarse las estúpidas decisiones de nuestros líderes políticos, ya que tropas del Imperio Galra andan buscando sobrevivientes para darles alguna utilidad y se llevan a nuestros futuros héroes en el proceso.
Después de aventarlos a una prisión, probablemente después de que los agarraran a trancazos y los tatuaran para aventarlos a un coliseo, nuestros muchachos planean una forma de fugarse del lugar.
Los “pollitos en fuga” llegan a Altea, planeta sometido por el Imperio Galra, encontrándose con la princesa Fala y su guardián/asistente Raible. En ese planeta, los pilotos encuentran el única arma con la que podrán vencer las fuerzas del Emperador Daibazaal… creo que si lo dije bien. El arma es un robotsote conformado por 5 leones mecánicos y que recibe el nombre de GoLion.
Este armatoste humanoide tiene una historia que a mi parecer, es bastante parecida a la del héroe mitológico Belerofonte cuando intentó subir al Olimpo a lomos de Pegaso.
“¡GoLionberto! ¿Que te he dicho de eructar en público??”
Pues resulta que milenios atrás, GoLion era un Guerrero mecánico terriblemente fuerte y poderoso que logró vencer hordas de bestias que amenazaban el Universo, pero su arrogancia lo llevó a intentar pelear contra la Diosa del Universo, quien para castigarlo, lo divide en cinco leones que fueron sellados en el planeta Altea los cuales despertarían cuando el universo estuviera en peligro. Así es como se aprende humildad…
Suena más a la sinopsis de la primer película de Thor, pero bueno.
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Nos vamos directo a los cambios obvios que le hicieron a esta serie cuando llegó a Estados Unidos.
Sobre los personajes, de estos hablaré individualmente, incluyendo las versiones actuales, y el resto de varias versiones, sean pacientes. ^^ .
* Violencia con mucho sentido Obviamente, las escenas de tortura y otras “linduras” que los conquistadores les aplicaban a sus esclavos fueron cortadas. Entre esas escenas, las de soldados siendo asesinados o enemigos que cometieron suicidio fueron eliminadas si o sí.
* Sven, el que siempre no se murió El predecesor de nuestro Shiro se trataba en realidad de unos hermanos gemelos: Takashi y Ryo (y así fue como quedé ligeramente decepcionada de que no sacaran este detalle en la serie de Netflix) Espoilersote: Al Takashi se lo “escabechan” y Ryo se “avienta” a matar a Sincline (Lotor), resultando que ninguno sobreviva. Para “Voltron”, el personaje de Sven solo es herido dos veces, (probablemente con la sangre censurada), pero sobrevive. Dicen las malas lenguas que la escena donde muere Takashi nunca la pasan, es más, muchos ni supimos que Sven había piloteado el león azul.
Otra muerte es la de Hys, la nana de la princesa. Para la versión occidental, esta escena se altera y continuamos con nuestra nana viva, en perfectas condiciones y como siempre, regañando a los pilotos.
* Adiós Tierra Como vimos al principio, la Tierra ya andaba mal para el comienzo del Anime, y los Galra se encargaron de destruirla por completo, después de todo, ya no servía para mucho. Muchas escenas de naves llegando a otros planetas o incluso a la Tierra que vimos en realidad pertenece a “Dairugger XV”.
* La alegre familia Real El Emperador Daibazaal (Zarkon) es malo, malo, malote. Su hijito Sincline (Lotor) no se queda atrás, ambos dos son capaces de matar a sus aliados si andan de mal humor. Entre las graciosadas del emperador, aparte de su temperamento volátil es que… ¿Cómo decirlo de una manera…?
Digamos que nunca se casó con la mamá de Sincline ni por la iglesia ni por el civil. :/
* Sincline (Lotor) y su complejo de Edipo Nuestro simpático príncipe es igual de “gacho” que su padre, y la principal razón por la que se enamora de Farla (osea, Allura) es porque le recuerda a su alteana madre. A diferencia de don Daibazaal, Sincline tiene cierto grado de honor a la hora de pelear...si es que darle una pedradota a Akira (Keith) en la cabeza cuenta como honor. *Continúan los asuntillos familiares Honerva (Haggar) tiene una relación muy cercana con Daibazaal. No son amigos ni nada, no se me asusten, pero ella tiene una buena razón para desear la victoria de su emperador. Ella conoció al emperador anterior muy bien, con eso les digo todo. Por cierto, ella es la que le confiesa (de una manera muy directa) a Sincline sus mestizos orígenes.
* Algunas tonterías cortesía de Isamu Esto ya es más cosas del idioma. Resulta que cuando llegó la serie, no la habían traducido en su totalidad, por lo que los escritores reescribieron casi toda la historia, diálogos y hasta chistes. (por eso en esta red social algunos fans se quejan de la poca coherencia de algunas frases). Cuando los pilotos llegan a Altea, Isamu (Lance) asusta a Tsuyoshi (Hunk) con una historia de caníbales. No sé si esto lo censuraron por lo de los caníbales o por otra cosa.
“¿Mala influencia? ¡¡¡MIS CALCETINES!!!”
(Además, véanlo, con toda la sarta de idioteces que hace y dice, esta 1era versión de Lance es particularmente hermotza)
COSILLAS QUE SI ESTUVIERON EN LA SERIE, PERO QUE EN VLD NO PUSIERON *Nanny Hys (Nanny) es la sobreprotectora, sobredramática e histérica nana de la princesa, quien la protege insistentemente de esas cuatro malas influencias que llegaron de otro planeta (Isamu.- ¿Mala influencia? ¡Mis Calcetines!). La conocimos como Nanny, y parece que le otorgaron parte de su lindo carácter al Coran de VLD. PERO espero que ese no haya sido el caso, el comportamiento de Nanny era demasiado clasista, xenófobo y tan sobreprotector que haría rabiar y escupir fuego a la feminista menos radical del barrio
Coba Al final si terminaron añadiendo a este elemento en la serie, pero de manera menos obvia. Jaga(Coba) es la “adorable” mascota de Honerva, un malévolo gato violeta que tiene una enemistad jurada con los ratones de la princesa, además de ser una de las principales causas por las que el buen Takashi terminará muerto, morido y difunto.
Pero hey, gracias a el tenemos princesa piloto.
Conclusión Como habrán visto, esta serie es “sencilla”, ya que es para niños, osea, los buenos son buenos, los malos son bien maaaalos.
Pero también nos mostraba las consecuencias de una guerra, las cosas que la gente “mala” es capaz de hacer, y que si agarras a madrazos a alguien pues le sale sangre. Estas últimas cosas fueron censuradas, porque aparentemente en Estados Unidos se cree que los niños no deben ver eso.
“¿Tanto escándalo por un DLC de Pokemon?”
Aun así, y con la terrible tijera censuradora, la historia de Voltron no era muy diferente a la de GoLion, sencillamente un equipo que debe derrotar al mal del universo… o algo así, mostrarnos los valores a los que todo niño debe aspirar y por supuesto VENDER JUGUETES ^^. Y ahora, invito a los que se leyeron todo este rollo mareador a que me corrijan/ayuden con otros datos interesantes o que se me hallan olvidado. No en serio, siento que se me olvidaron DEMASIADOs detalles.
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Pesadilla Número 1, por WW.
Esta es una historia basada en hechos reales, escrita por un individuo con muchos nombres. Acá lo conoceremos como WW.
-------------------------------------------------Un amigo, Diego, me invitó una mañana a salir. Diego, cuando me ofreció su amistad, me puso una condición irrevocable: Nunca me hagas preguntas. Yo no conocía la naturaleza del recinto al que me invitaba Diego, pero lo conocía a él. Detesta las preguntas. Igual siempre acepto las salidas con Diego porque son lo que llaman ALL PLAY NO WORK. Me fui con la ropa que tenia puesta, y en 30 minutos estábamos en Retiro. La ruta y el medio de transporte lo escogí yo: Siempre SUBTE. No uso nada mas porque no puedo viajar sin aire acondicionado. Subte o UBER. Llegamos a Retiro. Estando dentro de la casa, que no puedo mencionar por Calle, me di cuenta que era un lugar lujoso. Según la información que Diego me dio después de pasar los controles de seguridad, era la casa de Fito Páez. Una cosa de locos.
Yo estaba muy asombrado por la opulencia de aquella casa. Todo tenía olor a nuevo. Pero había algo que no me gustaba de estar ahí: circulaba mucha gente extraña. Yo siempre tuve un juicio muy paranoico respecto a las personas. Durante mis 24 años comencé a sufrir severos ataques de ansiedad y paranoia porque pasé un año distribuyendo droga en la Ciudad de Buenos Aires y logré blanquear los activos con éxito a una plataforma digital de criptomoneda en desarrollo. Tenía mucho miedo a 2 cosas: A que alguien se enterara donde guardé el dinero y al gobierno de los Estados Unidos.
Estados Unidos maneja tecnología capaz de interceptar cualquier tipo de datos que circulan a través del Internet. A mi se me ocurrió el 10 de Marzo de 2019 utilizar Internet para mi operación, tanto de compra como de venta. Compra de un material ilícito, cobranza a través de un medio legalizado en el país gracias a tecnología Americana.
Siempre odie que Estados Unidos se llamara a sí mismo AMÉRICA, con esa grandilocuencia de quien proclama para sí mismo cosas que no son suyas. América fue el nombre que le dio Colón a este lado del charco. O no?
Américo Vespucio es un nombre que me suena referente a América, que tengo entendido que son varias. América Del Norte, América del Sur, y Centroamérica, que es evidentemente el centro del asunto América. Lo que llaman EL MEOLLO.
Entonces, para mi neurosis, ya de entrada esta mal que Estados Unidos reclame llamarse AMÉRICA, LAND OF THE FREE.
Pero no es un tema de nombres lo que vinimos a resolver, sino está pesadilla que tuve anoche.
Me levante a las 4:20am corriendo al baño principal de mi casa de 7 habitaciones. Tenía pavor porque necesitaba escapar y no podía. Sufri parálisis del sueño en un episodio donde un lunático millonario me quería violar. Por suerte llegó un amigo en su camioneta Mazda a buscarme. Rey, se llama quien me rescató.
Prosigo a contar como yo estuve a tiempo para intuir que iba a ser ultrajado por este sádico antes de que sucediera:
El tipo no era el dueño de la casa porque evidentemente no era Fito Páez. Quien no conoce la cara de Fito Páez? Lo habría reconocido al instante. Pero para mí desdicha, nunca lo vi. Pude ver el piano donde escribe sus canciones, sus instrumentos de trabajo, sus lujos, incluso conocí a su hijo Martin, un tipo muy copado que me invitó a quedarme a vivir.
Para mí eso fue una OFERTA de impacto porque yo desde 2017 vivo en Alquileres Ilegales. Mi nombre no figura en ningún registro de propietarios o arrendatarios y sin embargo me las arregle para tener un techo cada invierno y cada verano por 2 años. Todo lo ilegal se paga con efectivo. Sepan eso de antemano. Tuve que pagar cada mensualidad a mis arrendadores en CASH. Y la pasé muy mal con mis caseros. Sufrí maltratos que tuve que aguantar para que no me des alojarán. Por eso la oferta de Martín me vino como anillo al dedo. Me dije a mi mismo "resolví mi vida".
Yo le tengo asco al cash porque pasa de mano en mano, y sabrá Dios que tocaron esas manos. Sobretodo le tengo pavor a los billetes viejos. Me puede agarrar cualquier clase de infección si decido comer pollo frito sin lavarme las manos. El pollo frito se come con las manos, el que diga que no que coma mierda que seguro es más saludable.
Me volví a desviar del tema. La pesadilla.
La pesadilla arrancó cuando apareció un sujeto que no conocía y me regalo dos cajas de pastillas. Eran éstas pastillas inofensivas de Wonka que vienen en 2 colores. Usualmente vienen en Lila y Naranja, pero por una promo especial de fin de año en la Argentina, sacaron pastillas blancas y negras. El envase también venía en blanco y negro, lo que me pareció super triste porque a mi me gusta el color. Para mi que se quedaron sin tinta de color y blanco y negro siempre es mas barato. Había que inventar una excusa para el recorte del color en los envases. De ahí salió la promo BLACK AND WHITE. El tema no es ese. Por favor no me dejen salirme del tema. La pesadilla.
Este individuo me regala las 2 cajas porque se las vendieron en el subte a 50 pesos. Yo estaba con Diego y Simonovis en lo que sería mi nueva habitación, la que me ofreció Martín para quedarme. Yo siempre fui muy muy muy muy desordenado con mis cosas. Desde chiquito. Pregúntenle a mi mamá.
Mientras transcurría el día lo único que hacíamos era tragar esas pastillas Wonka, eventualmente cartones cuando pega a él hambre (para los que no sepan, el cartón malo tiene un sabor muy muy metalico, que te duerme la lengua) y porro. Las cantidades de agua que consumiamos eran INDECIBLES. Tomábamos mucha agua y meabamos como locos. Simonovis dibuja, Diego toca la Batería y yo manejo los micrófonos para grabar todo. Grabamos un par de cosas.
A medida que pasaba el día, yo notaba que entraba cada vez más frecuentemente el sujeto que nos regalo las pastillas. Me dio la impresión de que nos estaba dando vueltas, mirando que hacíamos, vigilandonos para que no dañaramos nada perteneciente a la casa.
Como a las 6 nos empezamos a sentir mareados. Y justo a las 6 y 5 el tipo empezó a proponernos cosas a los 3. Simonovis se avivó rápido porque no le gustan los pactos. Es un dibujante que no le gustan las responsabilidades y por eso cuando le traen pactos, acuerdos, contratos, ofertas, el huye, se pira, se va a la mierda. Le tiene pavor a los que ofertan cosas. Pidió permiso y se fue solo en la bicicleta.
Cuando quedabamos Diego y yo, el tipo empezó a mejorar las condiciones salariales de la oferta. 17000 pesos por modelar. Yo dije "en mi puta vida me vieron cara de lindo, enciende la alarma de violador en el área".
Diego leyó un poco el contrato y llamó al abogado. Cuando Diego se fue al pasillo a hablar por teléfono se desapareció de la jugada. Me vi solo en una habitación con un sujeto que no conocía, y un contrato para modelar. Mientras Diego hacía la llamada, note que el tipo se aceleraba. Se ponía nervioso. "No le gustan las comunicaciones en tiempo real" fue la primera nota mental que hice y seguí escuchando su oferta. Cada minuto que pasaba me mejoraba las condiciones de manera increíble. Me ofreció Carnet de OSDE, que es el mejor seguro médico de la Ciudad, membresía full en Music Hub, el coworking musical del momento, transporte privado 24hs a cargo de la empresa, acceso VIP a eventos La Nación, y la posibilidad de cenar gratis en cualquier restaurante lujoso en la zona de Madero cuando quisiera. Un ensueño.
Lo único que tenía que hacer era dejarme sacar fotos. Yo dije "este tipo me quiere coger de maneras indecibles, yo me tengo que ir ya". Pero estaba en apuros. No tenía la llave para salir. Diego, que fue quien me invitó, desapareció dentro de la casa enorme, y yo no tenía ni crédito en el celular. No tenía crédito ni para llamar ni para mandar texto, ni whatsapp gratis, ni la promo del recarga 100 y te doy 300, ni una mierda para comunicarme con el mundo exterior.
Yo dije "tengo que hacer sonar este maldito teléfono sea como sea" y programe una alarma para dentro de 5 minutos. Eran la 1:25am. Cuando sonara, salía a atender y pegaba la carrera del siglo.
Pero era mi culpa. Quién mierda me dijo que los negocios se hacían de madrugada? Será que no estaba teniendo en cuenta la hora? Escuché su oferta por 5 minutos más. Diego nada que aparecía para pedirle un llamadito.
Y empezó el tipo a presionar para que firmara: Vuelos con todo incluido a cualquier destino del mundo, solo los mejores hoteles de cada país, contrato con discografíca Internacional, Visa Black, Mastercard Platinum, rentas de cero kilómetros de lujo, crew de video pago. El tipo me armo una maquinaria para hacerme una super estrella del mundo musical en 4 minutos.
Lo que el no sabía era que yo no apuntaba al estrellato, sino a llegar a mi casa en Monserrat a comer la cena recalentada de mi mamá,las únicas manos en la que confío, leer unos tweets con Jess, abrazarla y dormir sin que un extraño me violara en la casa de Fito Páez. Pedí la recarga SOS de Personal, llame a Rey, y me fui al carajo.
Escuchen "Earl Grey", una canción original de Jelani Aryeh.
Si usted quiere seguir al autor y a la compañía, no le voy a poner el link. Jodase usando el buscador.
@ragoitself
@deadmedialabs
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Día 1 - Cuando todo comienza
Despierto 8 am, el colchón de mi cama contiene 50 cm de espuma suave, soy consciente que la comodidad de este último sueño será inigualable para los días que vienen. Aun así me siento cansado, los pensamientos se pasean nublados y torpes después de exprimirse el día de ayer consiguiendo los artículos faltantes para mi partida, dormí a las 2 am.
Papá se sorprende al verme todavía en casa, mi plan era salir a las 6 am hacia Oaxaca capital. Desayunamos juntos mientras explico las razones de mi contratiempo. Ale aparece y me prepara café y unos huevos en cazuela, tan rico como siempre. Charlamos unos minutos antes de prepararme a salir, las mochilas esperan en mi cuarto: la grande que reposa en el piso es una Qechua de 70 + 10 litros color azul oscuro, la más equipada que encontré en la tienda, contiene todos mis artículos de “casa” (ropa, zapatos, campaña, sleeping bag). La más chica está sobre la cama, una North Face negra de 30 litros, proporcionada por mi querida amiga Jess, y bajo su sugerencia, aquí guardo los artículos de mayor valor: Macbook, cámara fotográfica, pasaporte, cartera, dinero, tarjetas, Swiss knife, Kindle y mi diario, los cierres se aseguran con 2 candados Travel Blue de combinación, conseguidos en Sears con un glorioso 20% de descuento al pagar de contado. Al ver las mochilas, la curiosidad mueve a mi padre y se acomoda la grandota a la espalda y recuerda la vez que subió el Pico de Orizaba “con un peso similar”, así que “no tendré problema alguno”.
Todo listo, papá se ofrece a llevarme a la TAPO, subimos las cosas en la cajuela del Mazda 2 gris oscuro y nos arrancamos. El trayecto es ecuánime y ameno hasta que el coche se apaga a la entrada de la terminal. Agarro mis cosas y papá saca el celular para tomarme una foto con todo el equipo encima. Nos abrazamos. Te quiero mucho padre. Nos separamos y veo unos ojos envueltos en esas lágrimas que dicen todas la palabras que se han amarrado en el nudo de la garganta. Recibo esa bendición que me acompaña desde niño, con su mano grande y pesada que siempre me ha gustado tanto, transmitiendo hoy más que nunca la intención de ser cuidado por Aquel que tanto nos ha concedido.
La terminal me transmite una sensación de descuido. Camino al módulo ADO a comprar mi boleto de autobús. Los 20 minutos de espera me permiten avanzar en mi libro Speaker for the Dead, el número dos de la excelente saga de Ender’s Game. Cuando llega la hora subo al autobús y tomo mi asiento, me acomodo para pasar las 7 horas de viaje a Oaxaca. Dos muchachas francesas de perfil chulo se sientan justo en el asiento de mi lado, la ligereza de prendas complica mi atención en otra cosa que no sea el vaivén de su vestido floreado, que va descubriendo una pierna lisa y blanca que goza de la más dichosa juventud. El deleite es un episodio que termina fugaz al capturar gradualmente la gracia de un niño sentado al asiento de atrás, que mastica con la boca abierta y patea mi asiento a un ritmo macabro, que tomo como sacrificio de mantener la calma en todo momento, evitando juzgar gente estúpida.
Estos últimos días he sentido como si estuviera viviendo la vida de otra persona, que no soy yo el que se mueve, sino que lo veo en una pantalla, sus ojos son los míos, que pueden percibir todo, pero la realidad es de alguien más. A veces la sensación me inquieta, pero hay algo que me gusta.
Transcurre el tiempo entre lectura y sueño hasta llegar a Oaxaca, saco mis pertenencias del autobús y camino hacia la posada, mis amigos han llegado desde ayer por una fiesta de Mezcal Amores, a la que yo también he sido invitado. Después de perderme en una caminata de 20 minutos llego a Posada Santo Domingo, un lugar austero pero bien acomodado, suficiente. Me entregan las llaves en la recepción y subo. La habitación se compone, en primera instancia, de una sala de estar que se adorna con un sillón y una cama individual, la cocina está frente a la sala, y después se encuentra la recámara principal, con dos camas matrimoniales y un baño completo al fondo. Vacío de gente y lleno de cosas, este será nuestro hogar por una noche. Son las 7 pm y mis amigos se han adelantado a la fiesta. Aprovecho para tomarme un sabroso baño de agua fría y me preparo para salir. Percibo el cuarto chiquito y caliente, he decidido que todo será como tenga que ser y eso me ayuda a encontrar el encanto en el ambiente.
Salgo 7:30 pm de la Posada y tomo un camión por 7 pesos en la avenida, el camino lo ameniza un muchacho disfrazado de payaso haciendo bromas que me sacan media sonrisa, le dejo $5 y ya me salió en $12 el trayecto. Bajo en el cruce del McDonalds. Mientras espero el transporte con dirección a Mitla, destino de la fiesta, conozco una pareja de viejitos, su nacionalidad oaxaqueña se ve exquisitamente reflejada en el acta de nacimiento, en su corazón, sus facciones, su vestimenta, su humildad y su belleza humana. Las características de él son las que llaman más mi atención, un sombrero blanco se acomoda firme en el cráneo, su expresión refleja una vida de trabajo honesto, profundas arrugas adornan cada centímetro de su rostro curtido y una sonrisa abierta ilumina una composición atractiva de facciones exquisitamente mexicanas. Platicamos unos minutos antes de que suban al camión que los llevará a casa, el mío llega 40 minutos después, tan ocupado de gente que me toca ir parado, voy contento, es mi primer día de completa independencia. El camino se va hundiendo en la penumbra de la noche, ahora dependo por completo de la dirección que el mapa marca en mi teléfono. Observo a los pasajeros e imagino la historia de sus vidas, fijo mi atención en un grupo de muchachos jóvenes, van platicando sobre los planes de esta noche de sábado, proyecto en mi imaginación una imagen de su fiesta, un antro, una disco, los colores fosforescentes de las luces proyectadas por una disco ball. ¿Cómo serán sus atuendos, el olor de sus perfumes, la música, las bebidas, los coqueteos, los temas de conversación? Me invade un inmenso deseo de poder estar unos minutos en su fiesta y disfrutar como ellos. Bajo la mirada a mi mapa y veo que el destino está ya próximo, toco la chicharra y desciendo en un lugar completamente solitario, un único faro alumbra amarillento unos 50 cm de diámetro sobre la carretera desierta. El lugar parece abandonado a excepción de una gasolinera sin actividad frente a mi, todo lo demás es campo y la carretera por donde yo venía, veo un camino de terracería mal alumbrado que se pierde al fondo y lo sigo, pregunto a un par de muchachas que pasan caminando por “una fiesta de mezcal por aquí” “No sabemos de qué hablas, pero allá al fondo se ven unas luces”. Esas luces están en medio... de nada. Sigo caminando desconfiado hasta la orilla de un camino ridículamente oscuro, sumergido entre árboles y plantas que puedo suponer son los agaves que sirven para preparar ese mezcal del que ha originado la fiesta a la que debo llegar si quiero evitar la locura. Saco mi celular y alumbro mis pasos, me siento envuelto en lo desconocido, el camino es inestable, mal trazado y espolvoreado de charcos de agua lodosa. En dos ocasiones me detengo en seco con la intención de regresar, pero me obligo a fijar el destino en mi mente y eso me ayuda a seguir, cualquier eventualidad fuera de la ecuación puede convertir la noche en tragedia, eso pienso mientras corro con mayor determinación. Transcurren diez tensos minutos y llego a un pueblo, igual de oscuro pero me tranquiliza verlo habitado, pienso que estoy cerca de mi destino y aflojo el paso cuando el camino se va tornando igualmente solitario y oscuro. Vuelvo a dudar, y vuelvo a forzar la imagen en mi cabeza y aprieto el paso otra vez, diez minutos más de esta danza de sombras tenebrosas hasta que el camino comienza a alumbrarse con la luz de unas velas colocadas en el piso. Llego a la pluma de entrada donde confirmo que voy por el camino correcto, ahora corro de con un cúmulo de sensaciones donde se mezcla la emoción, la tranquilidad, el descanso, el gozo y el éxtasis. Paso la última barrera y estoy dentro de la fiesta. Puedo jurar que soy el único asistente que se ha preparado con el antecedente de este paseo para la gran fiesta que se avecina, clara ventaja sobre todos los demás. Las mesas son de madera, los focos diminutos y amarillos cuelgan del techo, todo es una misma imagen, árboles, agave, mezcal, cerveza, gente, disfraces, drogas, mujeres, hombres, comida, Oaxaca, amigos, música, vidas, historias interminables de gente feliz, liberada de todos los atamientos de una vida común, de la rutina y del trabajo, de las situaciones constantes y repetitivas, de las discusiones y de las frustraciones, del smog, de las depresiones y tristezas. Hoy no hay lugar para un solo sentimiento negativo.
Hoy hay vida en el mundo, y la vida se expresa de todas las maneras imaginables.
Encuentro a mis amigos y los abrazo, estoy sudando y feliz. Mis amigos. Se ven muy bien, vestidos con prendas que parecen cosidas para este preciso evento. Somos una tribu y somos afortunados de conocernos. Tomamos mezcal y comemos tamal. México es una bendición. Adri y Nico me regalan una mordida de su chocolate espolvoreado de honguito. La fiesta para mi está por comenzar. Nos paramos a bailar, me gustaría saber cuántas veces en la vida un ser humano puede sentirse tan plenamente feliz como estamos siendo ahora. No hay juicios, y si hay, ni te enteras. Solo bailas. Luces de colores que se proyectan en los agaves absorben nuestra atención, Fer y yo platicamos mientras veo el reflejo de la luz iluminando su cara e intensificando su mirada de ojos profundos. Siempre platicamos y siempre es un gozo. Caminamos a un árbol, al más bonito de todos, el de fantasía, con todas sus lucecitas colgando de sus hojas, las ramas se extienden en una circunferencia como una nube de hojas verdes. Debajo hay cojines y tapetes donde nos sentamos a continuar con nuestra plática de espíritu, de Dios y de las creencias de los hombres. La idea de la reencarnación me gusta pero no me convence, decido poner más atención a los animales a partir de ahora, a ver si me dan una pista. Llegan Nico y Adri, cargamos todos la fiesta encima que correo por todo nuestro cuerpo, platicamos un poco más antes de seguir bailando. El cuerpo se mueve casi de manera involuntaria al ritmo de las notas musicales. Abro los ojos y salgo de mi mismo al encontrarme con Alexa Gamboa y su esposo Dani, platicamos unos pocos minutos contentos de vernos. La energía que los envuelve es siempre cálida. Se van a la fogata y yo sigo bailando.
Empieza la madrugada y el frío me empuja a la fogata donde aprovecho para sentarme a descansar. Veo a la gente a través del fuego, unos duermen, otros platican y los demás vemos el fuego. Minutos después vuelvo a la pista, la música mejora y descubro a mis amigos arriba de la tarima que se encuentra atrás del DJ, los acompaño en el mejor spot, este lugar es solo de nosotros. Seguimos bailando hasta que las caras se redescubren con la luz del nuevo día. Me encuentro platicando con Anabel, percibiendo una energía bella que no conocía y que cae muy bien a mis sentidos.
El sol va saliendo de a poco, atrás de las montañas oaxaqueñas se asoma la uña de la Luna y complementa el escenario celeste de degradados naranjas y amarillos que se van transformando en azules violeta. Doy una vuelta sobre mi eje y admiro las montañas que van apareciendo con los tenues rayos de luz solar en una belleza inexplicable, sigo girando y la agradable sensación se sigue desenvolviendo cuando veo a mis amigos aquí, conmigo, apreciando el mismo el espectáculo en la misma frecuencia. Me encargo de grabar la imagen fielmente en mi memoria hasta que el sol sale completo, la música sigue y el calor empieza a acariciar las pieles cansadas, previamente resguardadas por el frescor de la noche. Seguimos bailando hasta que la música deja de sonar a las 9am.
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Yai Ariza: el cartagenero que la rompe bailando en Los Ángeles, ante los mejores.
"Nunca, nunca parar de bailar, nunca si este es tú todo..."
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A continuación van a conocer la historia de un chico que la esta literalmente rompiendo al otro lado del charco, especificamente en ese mágico lugar donde la danza o cualquier tipo de arte escenica toma verdadero valor. No lo conozco en persona, esta entrevista fue casi una tarea maratonica para lograr concordar un día, pero el día hoy y después de muchos meses ustedes podrán conocer la historia de Yainer Ariza, un cartagenero que con tan solo 21 años esta dando mucho de que hablar en Los Angeles, California. Solo basta con observar uno de sus vídeos en su cuenta de instagram (Yai Ariza) para darte cuenta del gran futuro que espera por él, transmite una energía única, indescifrable, cargada de un "no se que", de algo especial que hace inevitable dejar de verlo, además de una fuerza que acompañada su inmenso e imparable talento a la hora de bailar, te permite sentir como si cada paso que ejecuta frente a la pantalla lo hicieras junto a él.
Fue tan solo asistir a una clase junto la famosa bailarina Jojo Gomez para que su nombre empezará a resonar entre los bailarines del mundo, si así como leen, una de las bailarinas más reconocidas del mundo lo tiene entre sus favoritos y desde ese día los pocos colombianos que realmente creemos en el talento de nuestro país no paramos de hablar de él, le mostramos respeto, admiración y un inmenso apoyo por que el en este momento cumple el sueño que muchos quisieramos tener, mostrar la mejor imagen de nuestro país con nuestro propio talento. Mostrar la imagen de nuestro país con lo que realmente nos caracteriza ante el mundo, nuestra identidad, la fuerza al bailar, las caras de satisfacción, el sabor y alegría que nos hace diferentes a los colombianos ante cualquier otra persona del mundo.
Así que después de esta pequeña muestra de admiración convertida en introducción, conozcan la historia y de seguro la respuesta a muchas de las preguntas que todos tenemos para él y que por la lejanía o el poco tiempo que le queda no ha podido responderles.
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A post shared by Yai Ariza 🇨🇴 (@yai_ariza) on May 17, 2019 at 6:22pm PDT
¿Quién es Yai Ariza?
Mi nombre es Yainer Ariza, soy de la ciudad de Cartagena y bailo desde los 8 años, aunque la verdad desde que tengo uso de razón me ha gustado bailar y no como un hobbie, siempre he querido y quiero llegar a lograr grandes cosas con la danza. Cuando empecé a bailar fue en las calles con danzas tropicales, salsa, y cosas así, para después enforcarme en el HipHop como hasta los 16 años, donde paso a ser parte de la compañia de danza contemporanea periferia tambien en Cartagena, que es el lugar donde me forme tecnicamente hablando y con quienes he trabajado desde ese momento hasta ahora mis casi 21 años, porque ya casi los cumplo. Actualmente y desde el año pasado estoy viniendo a formarme mejor como bailarín acá a Los Ángeles, California para entrenar mucho más en HipHop pues es el estilo que más me gusta, especificamente el StreetDance, Jazz, Funk y todo lo que pueda ayudar a convertirme en un excelente bailarín.
Yo no solo he bailado, mientras estaba en el colegio y pues para ir formandome un futuro, empecé a estudiar procesos aduaneros, que es una carrera que en Cartagena tiende a generar mucho empleo pues es una ciudad muy turistica, aunque de verdad al final, termine dedicandome del todo a la danza, termine esta carrera y la deje a un lado para seguir lo que realmente me apasionaba, bailar y poder ser alguien a través de mi danza.
¿Qué bailas? ¿Qué es lo que bailas? Y podrías explicarnos un poco al respecto
Pues yo no solo bailo danza urbana, también hago danza contemporánea como te conté al principio, esto lo hago junto a la compañia profesional Perifería donde muchas veces se nos permitia hacer combinaciones de esta danza junto a diferentes bailes urbanos o tradicionales, así que esto me ayudo a mejorar mucho mi técnica y la manera en que me muevo, pero lo que más disfruto es el HipHop, no se si es porque nací en un barrio, por bailar al principio en las calles o cosas de este estilo, pero disfruto mucho lo que siento cuando bailo hiphop o algún tipo de estilo urbano como este, puede ser también por mi edad y la cercanía de nosotros con las redes sociales o paginas como Youtube, pero los que más hago actualmente es el StreetDance y el JazzFunk, son como otra ramas que provienen del HipHop, pero son estilos mucho más comerciales y llamativos, son los que usan normalmente en vídeos musciales, escenarios para artistas de pop, etc. Por ejemplo mis referentes son Beyoncé, su coreografo que me encanta y Brian Friedman, quien tiene 42 años y se mantiene en la industria, por cierto ahora mismo voy a tomar una clase con él y eso me hace muy feliz.
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A post shared by Yai Ariza 🇨🇴 (@yai_ariza) on May 27, 2019 at 4:55pm PDT
¿Por qué ir a bailar en Los Angeles y no cualquier otro lugar del mundo?
Yo soy de los que piensa que este no es el único lugar para venir a entrenar, pero de lo que si estoy seguro es que acá es donde más se mueve la industria del baile, como tal o bueno del entretenimiento en general, acá no paran de llegar, artistas, cantantes, actores, de todo. Esta es como la ciudad de los Sueños, podría decirlo así. Ahora yo no estoy enfocado en trabajar en si, si sale pues obvio lo aprovecharé pero ahora vengo es por las clases, ese es mi enfoque actual, aprender, nutrirme y escoger a los profesores exactos para lo que yo creo que me hace falta. Mi experiencia hasta ahora ha sido increíble, de lo mejor de mi vida, aunque no te puedo negar que como en todo lugar existe la competencia, si no bailas bien no te hablan, no tienes amigos, así te ven acá muchas veces, así que hay que matarse para conseguir las cosas, esto es todo un negocio del que muchos viven.
Te quiero decir algo, si para algunas personas es muy dificil venir acá, les es imposible o simplemente no se sienten capaces, existen muchos otros lugares donde ir, Europa, Mexico, el mismo sudamerica en Perú, hay mucho donde convertirse en un gran bailarín con gente muy talentosa.
¿Cómo describes tu estilo? y ¿tú estilo de danza influencia en algo sobre tu manera de vestir?
"Para mí vestirse es tan importante, la verdad me gasto mi plata es comprando ropa jajja, mi estilo yo ni se como describirlo, pero yo digo que mi estilo es urbano chic, a mi me encanta verme bien para las clases, para salir acá en la calle, y aunque yo se que muchos lo hacen por salir en los vídeos y todo eso que provee esta industria, yo lo hago porque lo disfruto, porque me gusta, tanto acá en Los Angeles, como en Cartagena o cualquier lugar donde este, lo que si no te puedo negar es que mi danza y las clases a las que asisto si influyen mucho sobre mi vestuario, que me sienta cómodo, con confianza y sea algo llamativo, algo que tambien pueda gustarle a la gente. Por ejemplo últimamente uso mucho rojo, y me encantan colores que resalten con mi color de piel, antes solo usaba colores neutros, como negro o grises."
¿A quién admiras?
"Medio te lo había dicho pero es:Brian Friedman, su recorrido tanto en stage, como profesor es sorprendente, el tiene 42 años y se mantiene en esta industria, sigue dando clases, haciendo eventos, coreos, para mi es un artista totalmente, hasta hace ropa, para mí es el mejor".
¿Una marca que ames o prenda siempre debas tener algo de ella en tu Closet?
"Camisetas negras nunca me pueden faltar! Son las que más combinan con todo y me encantan.
Un consejo para los bailarines Colombianos.
"No paren nunca.Si realmente lo ven como lo hago yo, como su todo, la tienen que dar literalmente con toda, así hago yo, nunca paro de entrenar, nunca paro de aprender.
Cuando uno esta en Colombia ve a los bailarines de acá (Los Angeles) como algo inalcanzable, como ídolos, como super poderosos, pero cuando ya está acá matandose en clase al lado de ellos, los humanizas, sientes que puedes llegar a ser lo mismo que ellos, sientes que puedes estar al nivel de ellos, y eso es lo que estoy haciendo yo, jugandomela toda. Así que PA LANTE, ese es mi consejo".
Para finalizar ¿Qué viene para Yai Ariza?
"Jajaja, esta pregunta es bien dificil, porque el futuro todos los días cambia, siempre hay algo nuevo, gente nueva; pero si te soy sincero yo me veo en un año viajando mucho, conociendo nuevas vibras, personas, nutriendome mucho más y entrenando mucho, a mi me encanta entrenar, entreno todos los días y cada vez que me sea posible. Ya en unos años más tarde me veo coreografiando grandes cosas y establecido en algún lugar, así como muchos sueñan ser bailarines para grandes artistas o hacer parte de vídeos, que igual me encantaría, mi sueño más grandes es coreografiar para estos artistas, que reconozcan mi talento y poder estar muy establecido tanto acá en Los Angeles, como en Colombia.
Gracias por Leernos // Thanks for reading
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Game of Thrones: el despropósito.
Algunas ideas al tuntún sobre la última temporada y, específicamente, el último episodio de la serie:
---- Después de lo ocurrido en el 8x05, con Daenerys haciendo honor al lema de su casa en Desembarco del Rey, era evidente que no iban a dejar que siguiese viva. Quiero decir… Se han pasado toda la temporada diciendo que la muchacha es inestable y que, en cuanto han sabido de la existencia de Jon, mucho mejor un señor en el trono. Antes de Desembarco aún era factible el correinado o incluso el exilio, pero una vez apagados los fuegos Dany tenía que morir.
Y así ocurre, claro. En los primeros veinte minutos de episodio, pero sólo después de que Tyrion tenga que convencer muy mucho a Jon de que es necesario apiolarla (porque lo de hablar con ella, una vez las cosas se calmen, es mucho pedir). Porque Daenerys es Jean Grey en Fénix Oscura y ya se sabe que los señores encuentran el camino de la redención tras el asesinato (te miro a ti, Magneto, por seguir con el símil de los X-Men), pero las mujeres nunca. JAMÁS.
Y la muerte de Dany es… Triste. Y más triste aún es que Drogón se limite a achicharrar el Trono de Hierro en vez de reducir a Jon a una brasa. Juro que me he emocionado más con sus gestos de cachorro, dándole toquecitos con las fauces a Dany para que se levante, que con todo lo que ha pasado en el episodio. Mi pobrecillo lagarto… Él es el verdadero último Targaryen.
---- Ya que estamos, y puesto que Drogón se ha llevado a Dany y vuela hacia el este, espero que encuentre a un sacerdote o sacerdotisa del Dios Rojo antes de que la rubia se amustie mucho y pueda volver a la vida. Y, a partir de ese momento, una casita con la puerta roja y un limonero para Daenerys en la antigua Valyria. Y que les den por culo a todos.
Por cierto, Drogón aparece de inmediato en cuanto Dany exhala su último aliento. ¿Estaban conectados? ¿De alguna forma Daenerys wargeaba en la mente de sus dragones y eso en parte explica el vínculo tan intenso entre ellos y cómo podía ordenarles según qué maniobras en pleno vuelo sin necesidad de verbalizarlo? Nunca lo sabremos, claro.
---- No me puedo creer que Jon siga con vida y Gusano Gris no lo haya pasado a cuchillo en cuanto el muy pánfilo ha confesado. Porque ha tenido que confesar, Jon no es lo bastante “honorable” como Stark para matar a Dany sin que Tyrion lo convenza mil veces antes, pero le sobra sangre de huargo para cantarlo después.
Gusano Gris o cualquier dothraki, ya que estamos. Pero claro, el plot armor de Jon sólo es comparable al de Samwell Tarly, así que…
---- Tyrion llega ante ese concilio de nobles y empieza el cuento confesando que se creía muy listo, pero que en realidad es un zote y un idiota redomado. Para, sin coger siquiera aire, pasar a elegir al nuevo monarca sin despeinarse. Porque nadie sabe más que él (bueno sí, Varys. Pero la Araña ya no está entre nosotros). Lo más increíble de todo es ¡¡qué cuela!! Que a todos les parece la mar de lógico elegir como monarca a un chaval que se ha limitado a soltar frasecitas crípticas sólo porque… ¿Porque es la memoria colectiva de un reino?
“Es que Bran no quiere el poder”. ¿Y? Con sus visiones vio la masacre de Desembarco y en ningún momento consideró conveniente avisar de la que se les venía encima porque… ¿Por qué? Yo no lo sé y los guionistas tampoco. Pero no parece la acción de alguien a quien le interese el bienestar del pueblo, precisamente.
Mucha gente ha comentado que se veían venir esto desde “Danza de dragones”. Yo, la verdad, no dudo de que quizás esta sea la idea de Martin (después de todo Bran puede ser un self-insert más del autor como contador de historias, pero…), pero a mí personalmente tal y como lo han contado en la serie me ha parecido que los guionistas se lo han sacado del culo. Sólo Rickon ha estado más perdido y desaprovechado entre los Stark, que Bran se tiró toda una temporada sin aparecer siquiera y, desde entonces, a lo que se ha dedicado ha sido a hacer la fotosíntesis y a incomodar a la gente cada vez que abre la boca.
---- Hablemos de la peña del concilio, ya que estamos. No he conseguido ponerle nombre a todos los allí presentes, pero se supone que son las casas nobles más poderosas de Westeros, representantes de los Siete Reinos. Dejando a un lado al recién ascendido Gendry (qué guapo estabas, jodido) y al nuevo príncipe de Dorne (forever viuda de Arianne Martell y el destrozo que han hecho en Dorne), se han sacado del agujero donde los habían olvidado a Edmure Tully (que sigue haciendo el ridículo como siempre) ¡¡y a Robalito!!. Que mira que no apostábamos nada por el chavalín enfermizo y grimoso, pero ahí está. Lástima que no se pueda echar unas charlas con Tormund sobre los beneficios de la leche materna.
Y Bronn… ¡¡Bronn!! ¿Qué cojones hace Bronn como señor de Altojardín? Jaime Lannister está muerto, Tyrion en prisión y esperando ser ejecutado, ¿quién exactamente le ha dado el señorío de una de las regiones más fértiles y ricas de Westeros? ¡Toma fanfic que se han marcado los guionistas! Luego somos nosotros los inmaduros que protestamos porque no hay un final feliz lleno de unicornios cagando arcoiris.
---- Bran, que ha aprendido cómo escaquearse de sus deberes como rey de Robert Baratheon, lo primero que hace es darle el poder de nuevo a Tyrion como su Mano del rey (sí, el mismo Tyrion que se ha confesado un inútil). Y, por seguir con el desastre, incluyen a Bronn como Consejero de la Moneda (¿por qué?). Al menos Davos es un buen hombre y Sam tampoco tiene malas intenciones, pero… Brienne está en Desembarco como Comandante de la Guardia Real porque a D&D les debió de dar un ramalazo de vergüenza torera el festival de las salchichas que les había quedado.
¿Y Sam Tarly? ¿Soy yo o los maestres también tenían prohibido casarse? Claro que a lo mejor se limita a estar amancebado con Gilly y a hacerle un bombo cada año, si total… Con lo que se merece Gilly una vida cómoda y tranquila, así que espero que esté en Colina Cuervo criando a los niños junto con su cuñada, la hermana de Sam, que debería ser la señora de la casa después de que su hermano se haya puesto la cadena al cuello.
Brienne se queda ahí para remozar la historia de Jaime Lannister en el Libro Blanco. Su única escena como única protagonista gira en torno de otro personaje, ahí blanqueando el asesinato del arco argumental del Matarreyes por parte de los guionistas.
---- A Jon, pobrecito Jon, le vuelven a mandar a congelarse el culo en el norte. Debería sentir más pena por él, pero la verdad es que todavía me dura el amargor de que siendo Dany la muerta, todo se centre en lo triste y afligido que está Jon. Pobrecito Jon… NO. Que vaya, todavía no sé porqué sigue existiendo la Guardia de la Noche, por mucho que diga Tyrion de que en algún sitio hay que colocar a la chusma. Pero venga, vale. Le mandan al Muro porque los Inmaculados quieren su cabeza… pero es que los Inmaculados se las piran a las Islas del Verano (y es de suponer que los dothraki se han vuelto a cruzar el charco) así que ¿qué impedía que Jon hiciese su vida como le saliera de los ojos tristes?
Que me medio reconcilio con él al verle con Fantasma. Y, le guste o no, ahí va a la cabeza del Pueblo Libre junto a Tornund reconquistando el Norte pero… No sé, se ha ido muy de rositas. Si tanto sufre, mejor que lo hubieran eutanasiado.
---- THE QUEEN IN THE NORTH!!!! Que, con todo lo que me motiva ver a Sansa coronada y gobernado a su gente, requetemonísima de la muerte con ese vestido (y ese recorte de cintura vía corsé y, más probablemente, CGI), ¿dónde ha quedado eso de “Cuando se acerca el Invierno, el lobo solo muere pero la manada sobrevive”? Está SOLA, porque Bran está en el sur sintonizando Radio Cuervo (o Radio Drogón), Jon se ha ido de acampada con los Wildings Scouts y Arya…
Arya… Arya que deja de ser la niña sin nombre para reclamar con orgullo el “Soy Arya Stark de Invernalia”, cuyo viaje deja de ser una huida para volver sobre sus pasos y volver a casa… Arya decide irse a explorar mundo. Pues bueno, pues vale… Que es cierto que, tras finiquitar al Rey de la Noche, se merece lo que quiera y más, pero no lo veo en absoluto coherente con lo que sabemos de la Arya de los libros.
Y quizás ese sea el problema de fondo. Que la psique de los personajes de las novelas poco tiene que ver con lo que han hecho Benioff y Weiss en la serie. Podría seguir echando bilis un rato más, pero bastante he divagado ya.
Sólo espero que alguien en Disney haya estado atento y libren a Star Wars del mismo destino.
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TRASBORDO
Voy a extrañar todo esto, pensé mientras dejaba el departamento en capital y partía para Ezeiza. Salí del departamento vacío con las valijas que llené en la casa de mi viejo y le dejé las llaves a la encargada que vaya a saber yo qué iría a hacer con ellas hasta que se las entregara a la dueña. La dueña que, por otro lado, estaría contenta porque además de dejar el departamento en condiciones le hice algunas mejoras a las instalaciones, pinté las humedades y hasta le dejé un cuadro de un dibujo de un libro de Manuel Mujica Láinez colgado en el cuarto. Bajé y esperando mi uber saludé a mi amigo kiosquero turco que tiene el kiosco a pocos metros de la puerta del edificio.
- ¡Tesekur ederim, Emre! ¡Sondra gurushurus!- le grité.
- ¡Chau! ¡Chau amigo! - gritó él.
Alegre, me fijé el estado del uber. Estaba cerca. Era un peugeot doscientos seis ese doble ve. Cuando se acercó por Loyola preparé los brazos para subir los bolsos.
- ¡Hola! - dijo – ¿Te vas de vacaciones a ésta altura del partido? - preguntaba riéndose- ¿Con la situación económica que estamos viviendo?
- Abandono el barco, jaja – respondí en el mismo tono.
- No me parece mal – dijo – yo en cualquier momento me voy a Buzios. Ahí te abro el baúl.
Cargamos las cosas y con las cosas ya encima del auto, me subí. Charlamos todo el trayecto a Ezeiza. Bah, el que hablaba era él y yo respondía como podía. Que si me iba a Europa, que cuánto tiempo, que si había alguien allá, que si vi el partido. Siempre lo mismo, pensé. Siempre la misma historia en este país. Cada uno se mete donde quiere. Somos italianos, franceses, españoles mestizados. Nos interesa todo del otro, que de dónde viene, que a dónde va, que qué hace, que qué deja de hacer, que a dónde estudió, que si tiene novia, novio, que si hace ésto o aquello, que a quién votó, etc. Y para colmo después retrucamos con el “Sí, tal cual, yo...” para avisar que yo, argentino, ya lo hice antes o que algo tengo que ver.
Pasamos por Corrientes. Bah, digo pasamos pero en realidad nos escabullimos entre los autos. La gente entraba y salía de las librerías y el tipo seguía hablando de lo mal que estábamos, que siempre era todo igual. Yo hacía tres meses que ya no trabajaba. Hacía tres meses que había decidido dejar todo atrás y emprender para adelante. Qué se yo. Patear, como quien dice. Así que seguí viendo por la ventana la ciudad que estaba dejando atrás. Pensaba en todas las comparaciones estúpidas que hice hasta entonces para ir dejando de a poco el barco. Todas las películas que me vi, todos los personajes con los que me identifiqué, todas los que recordé, todas las personas con las que discutí, todos los amigos que gané. Me estaba trayendo a mí mismo a Burdeos. Vimos el obelisco y dimos la vuelta por nueve de julio para encarar por el acceso. Me vi en cada rincón, en cada esquina. Me vi de pibe, de adolescente, recorriendo esas calles en manifestaciones estudiantiles. Me vi de joven, estudiando en la facultad, yendo de acá para allá. Yendo y volviendo del sur, desde La Plata o desde Wilde. Encaramos por el acceso y ya era otra la vista: ahora era panorámica. Me acordé de la única vez que hice ese camino a Ezeiza, en otro auto.
-¿Vas a encontrate con alguien allá?- insistía el tipo del uber. De a ratos me sacaba alguna información.
- Sí – respondí suelto – tengo algunos amigos.
- Ahhhhh – dijo. Apenas dijo ésto tuvo un silencio un poco prolongado que supe y pude acompañar y subió la radio, después intentó decir otras cosas, pero se ve que le salían intentos de palabras por la boca casi desbordándose sin que lo quisiera y cuando se dio cuenta ya no lo hizo más. Me alegré.
Me fije en el celular un par de mensajes de despedida. “Me enteré que te ibas, lindo viaje”, “Buen viaje, crack!!!! Nos vemos a la vuelta” “Euuu, tenés el número de la que habló conmigo ayer?” y otros. Mi familia me esperaba adentro. Ya en Ezeiza:
- Gracias por el viaje – le dije al tipo del uber.
- De nada, querido, es un placer – dijo, cerró la puerta del conductor, tocó la bocina y se fue. Le puse cinco estrellas en la aplicación y después la desinstalé.
Me intriga cómo la gente es una en un momento y después es otra. Bueno, un poco de eso es mi ex. Lo cuál me alegra en cierto sentido, porque si no fuese por esa ruptura no estaría acá. Subí las cosas a un carrito y me los encontré.
- Ehhh qué haces!!!- dijo mi tío en una voz inconfundible.
Mi familia es particular y numerosa. Digo particular porque es muy diversa y numerosa porque bueno, es claro por qué. Había familia materna, paterna, mis viejos, hermanos, tíos y tías, familiares de mis hermanos, una sobrina que recién acababa de llegar al mundo, bueno, éramos muchos. Unas veinte o veinticinco personas seguro, sin contar a dos o tres amigos que andaban por ahí.
- Vamos a copar Ezeiza – dijo uno de mis hermanos.
- Acá hacemos el congreso deliberante, papu – dijo el otro.
Mi viejo me hizo una pregunta puntual sobre el pasaje y mi mamá me dio algo de comida para el viaje y unos dólares que le regalaron las amigas para mí. No sabía adónde estaba metido y ademas no sabía qué hacer con tanta felicidad.
- Siento que puedo tirarlo todo por la borda – les dije a mis hermanos.
- Noo -dijo uno- ¿ahora? Vos nos vas a recibir en Francia. Vamos a copar Europa. Vos sos el puente.
- Tal cual – dijo el otro – necesitamos un emisario que nos de la información. Los buenos rincones a dónde ir a visitar.
Hice una fila y dejé los bolsos. Ya me habían dado todos los regalos que guardé cuidadosamente. Los saludé uno a uno y cada cual me dijo cosas distintas como:
- Pasala bien, cuidate.
- Se feliz, mandanos fotos.
- Me enteré que te vas a encontrar con una chica, cuidense, por favor.
- Yo también me enteré, aunque ya estás en edad.
- Toma, de regalo de cumpleaños.
- Pero mi cumpleaños es en nueve meses.
- Bueno, tomalo como un regalo futuro.
- Buen viaje
- Buen viaje, pasala bien
- Buen viaje, disfruta mucho!!!
- Esperanos que vamos a copar toda Europa!!!
- Adiós hermano, pasala bien.
- Chauuuuuuuu
Y otras, que no voy a reproducir. Por suerte todos tienen algo de mí, y yo, a su vez, tengo algo de todos ellos. Los despedí y entré a la sala de trasbordo. Me puse los auriculares y escuché “Monoambiente en Capital” que me hacía acordar al departamento donde vivía. Que no era para nada un monoambiente, pero que mi cuarto sí funcionaba como uno.
Me tomé una Coca cola y esperé a que llamen por el vuelo. Tenía mi librito de cuentos así que empecé a leer alguno como quien habla con su hijo para recordarse que existe y que existió antes de su propio hijo. Las cuentas no iban muy bien con eso, los libros no se vendían muy bien pero lo único que me interesaba de ellos era su existencia. Que estuvieran ahí. Yo sabía, en el fondo, que tarde o temprano se iban a vender o que, en todo caso, eran fruto de mi propia existencia y que con eso me bastaba. Que me iba de Buenos Aires pero que esos libros quedaban en estanterías, en librerías, en recuerdos. Eran mi huella en Buenos Aires, o en todo caso, eran partes de mí que daban vueltas por la ciudad. Algunos se irían a la basura, otros serían arrancados de las bibliotecas y estanterías con furia, otros se leerían en cafés, en restoranes, en el Petit Colón, en Escobar, en Ringuelet o en Villa Elisa. Otros, seguro, se leerían en Ushuaia o en Córdoba, o en el centro de la ciudad. Uno seguro se leería en Recoleta. Leí el último que escribí, que se trataba de un tipo más joven que yo que escribe sobre un viaje en avión a Burdeos de un tipo con la edad que tengo ahora y que se va de Buenos Aires para encontrarse con una piba francesa que conoció en Buenos Aires. Es bastante cómico porque la historia es muy similar.
Escuché la llamada del vuelo y me fui a formar la fila con el resto de los pasajeros. Recordé que hacía unos años mi ex quería irse de viaje por el mundo y la imaginé dando vueltas por ahí, mirando para todos lados menos a mí. Y entendí que quizás irme no sea el mejor de los caminos, que no sea el mejor de los destinos, pero que es lo que elegí. Y que por eso es mejor que todo lo que hubiera pasado con ella. O que todo lo que hubiera pasado jamás. Porque por primera vez tomé un camino y me hice cargo. Entregué el boleto y me lo devolvieron. Mi asiento daba a la ventanilla. No es poca cosa, porque la vez anterior y la única vez que me vine a Francia viajé del lado del pasillo y me clavé todo el viaje despierto. Me ofrecieron champaña y acepté. También acepté la comida. Y el postre. Y la champaña de postre. Pensé en todo lo que dejaba en Buenos Aires. El trabajo, a mis familiares, mi posible futuro teniendo una profesión en ejercicio y una casa en Vicente López, las posibles alegrías y las posibles tristezas. Pensé en todo lo que me hizo bien y en todo lo que me hizo mal. Pensé en que no es fácil vivir. Bah, no es fácil existir. Pero uno se inventa un modo. Un mundo. En eso sí soy bastante argentino. Un argentino es alguien que se inventa un modo de existir. A veces, si está rodeado de argentinos, no. Lo más probable es que haga como el que tiene al lado, que no haga nada, o que simplemente deje que los medios de comunicación hagan todo por él o ella. Pero hay argentinos que sí, que se inventan un modo de existir. De moverse en el mundo, de desarrollarse, de complejizarse. Hay argentinos que complejizan al argentino. Que no lo hacen generalizable. Yo estoy generalizando porque estoy del otro lado del charco y pensando en los argentinos encuentro en el gentilicio una descripción. Pero no todos son iguales ni todo es lo mismo y sobre todo, cada vez menos. El argentino que se inventa un mundo o un modo de existir es una estrella que implosiona para crear un agujero negro y distorsionar la materia. Sabe que es casi imposible, que es improbable. Incluso sabe que con toda la historia de su país y con toda la historia propia es difícil, incluso imposible a veces, distorsionar la materia, estirar la cuerda de su propia existencia, afinar la cuerda para que la canción suene bien y que plazca. Piazzolla lo hizo, Mercedes Sosa lo hizo. Roberto Artl y César Aira lo hicieron, Borges y Cortázar también, por hablar de unos pocos y decir ya demasiado a la vez.
Me sentí un poco tonto cuando pensé que todo ésto había empezado por alguien que conocí una vez, de casualidad. Alguien que conocí en un grupo de franceses en Buenos Aires. Que vi un par de veces. Que me regaló un par de sonrisas. Que me permitió un par de besos. Y unas caricias, y unas palabras. Me sentí un poco tonto cuando me entendí latinoamericano, pero a la vez sentí cierto orgullo. Orgullo porque no es fácil desarraigarse. Porque no es fácil cortar de raíz y empezar de nuevo en otro lugar. Pienso que nada me diferencia de los inmigrantes, más allá de lo obvio, a parte de la guerra. Quebrar la raíz y empezar de nuevo. Pah, no es fácil. Me reí mientras pensaba eso porque el “pah” lo aprendí en Uruguay, en un viaje corto y exprés que hice para conocer el país vecino. Es curioso porque fue como un viaje en el tiempo. De hecho el hostel al que fui se llamaba “El viajero”. Y todos esos días pensé en mí mismo como un viajero del tiempo. Hasta me arrepiento y no de algunas estupideces. Porque de no haber sido por ellas no estaría acá.
Seguí pensando y pensé en mi ex. En que me hubiera encantado conocerla de otro modo, en haber terminado la relación de otro modo, en que me hubieran gustado otras cosas. A la vez me alegré de los viajes que hicimos y de lo que compartimos. Hay algo que no se puede contar, que parece que todos saben y nadie dice. Algo que es la historia de cada uno, la propia, y que no se puede plasmar en un papel. Una intimidad sagrada que nadie ve, pero de la que alguna vez escuchó, un pudor irreal que no tiene lugar espacio-temporal, pero que existe. Que está ahí a la vista, que es esencial y que nadie ve, pero que todos conocen. De alguno u otro modo. Pensé en qué mal que me sentí después de que me dejara en ese bar de San Telmo. De cómo sentí que mi cuerpo se desvanecía lentamente. En cuánta fuerza mental tuve que invertir para no morir, ni desear la muerte, ni hacerme un mal. Ahora que lo pienso, no fue mucha, porque las dificultades van creciendo y ya dejé la orilla y de seguro hay otras fuerzas mentales que me estarán esperando en el futuro. De otro orden. Le pido a dios que sea de otro orden. Mi dios es increíble. Es algo judío y algo cristiano. Es bisexual. Es no-heteronormativo. A ese dios le pido, que me de fuerzas para seguir. Desde que escribí el último cuento de mi libro de cuentos sólo le pido a ese dios. Pensé también en que si mi ex novia no me hubiera partido el alma en pedazos no estaría acá, escuchando “Sueñero” de Jorge Fandermole. En que la vida es una de cal y una de arena. O que no es ni una de cal ni una de arena. Que es otra cosa. En que la vida es existir.
Me bajé del avión después de quedarme dormido y ahí estaba ella, aguardando mi llegada. Como cuando nos encontramos en ese bar de la Recoleta. Como cuando nos encontramos de casualidad. Como cuando nos encontramos. Habían pasado años desde ese encuentro, y en el medio muchas palabras escritas en el chat de Instagram, muchas fotos enviadas, muchos intentos en vano, muchas payasadas, muchas materias aprobadas en la facultad, un título universitario, muchas horas de natación, muchas risas y mucha tristeza, una deuda de ochenta mil pesos argentinos cancelada, una renovación de alquiler, un libro publicado, fotos expuestas en galerías, en oficinas, mucho blabla que me ayudó a llegar.
- Holà – dijo sonriendo.
- Hola – dije – acá estamos jaja.
- Sí – dijo ella mientras movía los labios.
- Sí – le dije.
- ¿Te puedo besar? - le pregunté en español.
- Si tu veux – me dijo sonriendo.
- Sí, je veux – dije.
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ALFA 1
Resumen:
¿Si saben que no solo hay hombres alfas verdad? Al igual que los omegas quedan embarazados de un alfa verdad?
Pues vengo a traumar a la gente muajajajaja
Mexica x España
(Si, así como lo leyeron)
Notas del fanfic:
Y aquí quedo mi intención de hacerlo un oneshot… XP, es que dios, XD entre mas lo iba pensando y lo iba escribiendo, esta historia iba mostrándose cada vez mas y mas como un fanfic completo XD no me pude contener y bueno… quería ver si podía hacer de esta historia algo bonito… aunque siento que el inicio es muy soso… bueno, ya me dirán ustedes que piensan al respcto
Notas del cap:
No se… siento que le hace falta algo, pero bueno, ya estaba acabado el capítulo y hasta tengo más de esta historia sí que mhe… que sea lo que el dios del yaoi diga… yo solo obedezco XD
¡A leer!
1 - Ella es el Alfa
La primera vez que se conocieron, tal vez no fue la mejor, de hecho, podría decirse desastrosa… España aun se pregunta como una mujer tan hermosa podía crear tanto terror allá a donde fuera he intimidar con una facilidad demasiado “abrumante”
Aquella primera vez que se conocieron, fue una tarde, después de una fuerte lluvia; España, un joven de apenas 11 años recién cumplidos caminaba tranquilo y alegremente por un parque que solía utilizar para volver a su hogar desde la escuela. Siempre le encanto aquel lugar, lleno de flores y de mariposas de diversos colores, los arboles de espesas hojas dando un colorido sin igual cuando sus verdes hojas eran iluminadas por la luz dorada del sol. Incluso ahora, después de una fuerte lluvia, seguía amando el lugar, pues ahora, el aroma a tierra mojada inundaba sus fosas nasales haciéndole olvidar el frio que comenzaba a calarle desde sus pantalones y subiendo hasta el suéter que portaba, las manos las sentía entumecidas levemente ante el frio que se percibía por la zona, su nariz ni mencionarlo, fría y tiesa, apenas y la podía sentir en cada respiro, pero eso no negaba ni por un segundo que, al ir caminando, admirara el rocío que ahora yacía en la naturaleza verde y como, lentamente comenzaban a brotar mariposas lentamente para demostrar que la lluvia había acabado
El avanzar tranquilo de su caminata, disfrutando del pequeño espectáculo que gusta, se ve interrumpido cuando escucha a lo lejos gruñidos y quejidos además de charcos azotados, España pega un pequeño brinco, notando que, mas allá de la maleza, algo se oculta. Lo primero que piensa es en un animal herido que esta pelando o tal vez alguien lastimado que necesita ayuda. España era pequeño, pero era un explorador nato y curioso… tal vez se podría decir que rayaba un poco en lo nerd por débil pero bueno, algo por lo que también se le reconocía era por “cabezota” así que, pese a que sabía que podía ser peligroso notando que la tarde comenzaría dentro de poco a volverse noche, avanzo en dirección de los sonidos con toda la intención de investigar… y lo que encontró, nunca lo pudo olvidar
Lo primero que sus ojos encontraron después de hacerse espacio entre pequeños matorrales, fue una negra cabellera y una falda blanca moviéndose con velocidad… España entonces pudo enfocar a una niña, una pequeña niña de cabellos tan negros como el ébano, de piel blanca como la hermosa nieve, manchada por lodo y sangre; en su hermoso rostro, unos grandes colmillos para alguien de su edad, sobresalían de su boca abierta la cual profería gruñidos de clara amenaza. España traga en seco, no solo asustado, sino intimidado de ver a aquella niña gruñir, en especial cuando nota que la niña no estaba sola, sino que había alguien más con ella
Asustado de la mirada que profiere la niña; la mirada de España por fin puede desprenderse de su ser manchado por el lodo y desgarradas ropas de la base para apreciar que en el suelo, delante de la niña, sentado de trasero sobre un hondo charco de loco, se encuentra un niño mucho más sucio que la niña. Otro country sin lugar a dudas, pero lo mas resaltante era una piel blanca lastimada. España se sorprende, el chico se veía mucho más grande que la pequeña niña y lo más importante, se veía más lastimado que la niña. Entre las dudas de España, nota que la pequeña de cabellos negros gruñe hacia aquel que yace en el suelo y, aquel niño en el suelo, pese a mostrar una mirada amenazante y mostrar sus colmillos, termina agachando un poco la cabeza en señal de sumisión antes de salir corriendo en dirección opuesta, en la misma por la que había venido España anteriormente
Hubo un silencio extraño después de que el chico escapara, España había tenido la oportunidad de ver que, efectivamente el niño era tan alto que la frente de la niña le llegaba a su frente, eso significaba no solo que por la edad era más grande, sino mas alto y aun así, quien había ganado la batalla había sido la niña que gruñía determinada e imponente para su edad. España aun se mantiene ahí, estático, observando sin creer lo que había visto… los segundos parecen detenerse ante el country de rojo y amarillo cuando nota que las facciones de perfil de la niña cambian a una sonrisa de medio lado en señal de su victoria
El corazón de España pega un brinco, las ramas de su escondite crujen y antes de averiguar si la niña aterradora le ha visto, el corre con el desespero de saberse descubierto y atacado por alguien así; aferra su mochila sobre sus hombros y corre como si su vida dependiera de ello; un fuerte sonrojo lo acompaña junto tal vez el miedo de ver a la chica de cara
Corre y corre, atravesando el parque que siempre le había encantado con miedo, como si hubiera visto un fantasma o algo peor, un asesinato. Por fin, un rato después, al visualizar su casa, ni siquiera se detiene a saludar a su familia, simplemente, entra corriendo, tratando de ser silencioso y ocultándose de su familia, huye hacia su habitación para encerrarse ahí, colocando su espalda contra la puerta en busca de que nadie entre, pega un suave respiro que busca calmar su jadeante respiración y el loco palpitar de su corazón… ahora que busca protegerse del mundo, solo una única imagen llega a él, la imagen de una niña de cabellos ébano que sonreía superior
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Habían pasado años desde aquel recuerdo que me había dejado marcado, debido a situaciones familiares (la muerte de mi abuelo y su herencia) habíamos terminando mandándonos lejos de la ciudad donde había nacido y ahora vivíamos muy lejos, en una gran mansión mis padres y yo, todo había cambiado, los pocos amigos que tenia, perdí contacto con ellos, incluso, aun cuando había tratado de hacer nuevos, las cosas se habían complicado para mí un poco, pues me costó trabajo poder hacerme de amigos
-Haa… preparatoria… el mejor o el peor de los momentos de mi vida dependiendo de cómo pueda pasarlo- suspire una vez baje del auto de mis padres y mire la entrada al lugar, tome un hondo suspiro, despidiéndome de mis padres y comenzando a partir en dirección hacia la entrada
Avanzaba con pasos ligeramente presurosos como emocionados, mirando a todos lados, había mucha gente, algunos countrys también se podían apreciar, sonreí emocionado de saberlo, seguí mi camino hasta que encontré el lugar donde seria la reunión de bienvenida, me sentí emocionado hasta que al avanzar, de un costado choco con alguien que rápidamente toma mi mano evitando mi caída, aunque si tire mi mochila
-¡Lo siento mucho! Yo no vi- y mis palabras son cortadas incluso de mi mente cuando observo a quien me sujeta, una chica de hermosa cabellera ébano con una mirada seria y fija; parpadeo sorprendido observándola a detalle, mis mejillas se calientan en cuanto noto algo especial
Su rostro, es de un country, si queremos ser más específicos, del mismo country que vi aquella vez cuando solo tenía 11 años, la misma niña que ahora me miraba fijamente aun sujetándome de la mano para que no cayera; jalo de ella y por fin pude recuperar el equilibrio, notando ahora que estaba demasiado cercas de ella
Era… era extrañamente linda si podía pensarlo… era un poco más baja que yo, apenas por media cabeza, su frente me llegaba a los labios pero aun así, su mirada y su aroma era inconfundible… ella era un Alfa por todas las de la ley y honestamente, me sentí intimidado, yo que era un omega, delante de una alfa; ahora todo tendría sentido en ese entonces, la niña pequeña habría peleado directamente contra otro alfa… era lo único que podía pensar y que, en mi forma tan idiota de ser, no había entendido en su momento
-Nerd- sorprendentemente, después de ese extraño silencio, había sido lo único que había brotado de los labios de aquella mujer… parpadee y sentí mis mejillas arder avergonzado de saberme visto por una mirada ónix tan penetrante que me sentía intimidado, trague nervioso, mas cuando podía notar claramente que aun había un tacto en mi muñeca sujetándome…
-Mexica ¿Quién es ese omega?- escuche otra voz femenina, pero aunque hermosa, no era nada comparada con la voz de aquella mujer que parecía responder al nombre de Mexica, mas sin embargo, al mirar con más detenimiento, pude observar que, aquella mujer que había hablado también era un country, de tres colores, azul en su frente, verde en medio y el resto de su cuerpo en color carmesí, poseía un emblema en el medio de su rostro de un color amarillo con líneas rojas, parecía antiguo, también con una cabellera negra que lucía mas ser castaña, la mujer también podía percibirla como un alfa y lucia… intimidante
-¿De qué va este chico?- pregunta otra mujer country, al lado de la primera, aparece otra mujer igualmente country, de piel blanca pero con una curiosa bandera que parecía cuadricular con colores diversos en diagonal y, extrañamente, también con cabello negro que lucía mas casi volverse gris o rubio; al menos ella lucia más tranquila y gentil aunque no negaba que podía percibir su aroma, otra alfa también, por suerte esta no me daba tanta intimidación como la anterior o aquella que aun me sujeta
-l-lo siento… yo… no me fije por donde iba- trate de hacer sonar mi voz, pero, la cercanía que tenia con la chica alfa me intimidaba demasiado, ella seguía observándome fijamente, como si quisiera ver a través de mi alma, trague asustado cuando ella simplemente se acerco mas a mi olisqueándome suavemente
-Sera mejor que vallas con cuidado omega- escuche su voz una vez más, trague y asentí repetidas veces, por fin, el agarre que había tenido en mi muñeca se suavizo lo suficiente para poder liberarme y aun así, nos mantuvimos quietos, observándonos hasta que, una suave caricia entre ambas pieles brotó cuando por fin, de un modo lento, ambos nos separamos suavemente
-S-si… gracias y… y lo siento… otra vez- susurre, echando a correr lejos, lo más lejos pudiera de esta situación y de aquella sensación que me producía estar cercas de ella, trague nervioso, cuando por fin me sentí a salvo, mirando que ya comenzaría el discurso de bienvenida, me sentí algo aliviado
Notas finales:
La puta mierda, perdón, otra vez me estoy quedando dormida DX… últimamente no creo estar durmiendo bien pero bueno… sea como sea, una disculpa si ven muchos errores de ortografía, estoy tratando de hacer lo mejor que puedo aun viendo doble… XD… sea como sea, ya vimos… Mexica es Alfa, España es un omega ¬u¬ se van a ukear a ese España uke muajajajaajajajaja y si, vamos a ver a Azteca en el futuro ¬u¬ muajajajajaajajajaja
Las mujeres que están con Mexica son Mapuche y Elapuche, las madres correspondientes de Chile y Argentina XD así que si, ya vimos desde donde viene la amistad de esos tres XD y si, también son alfas XD ok… estoy más dormida que despierta… ammm
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