Tumgik
#uNO MENOS [ golpea la mesa ]
deepinsideyourbeing · 3 months
Note
Lo que me tiento imaginando a soft!dom!Enzo saliendo a cenar con mean!dom!Mati y sub!Santi. Matias siendo una patada en el orto, portándose mal y haciendo todo lo posible para provocar a Enzo sabiendo que Enzo odia perder la compostura, sobre todo en público, mientras Santi en su silla todo ✨😇✨
Contenido sugestivo hacia el final :)
-¿Qué onda entonces? ¿Comemos gratis?- pregunta Matías cuando Enzo regresa a la mesa. Está jugando con un encendedor, golpeándolo repetidamente sobre la madera-. Ya que te rompieron tanto los huevos con la fotito…
-La boca- advierte el mayor-. ¿Ya saben qué van a comer?
-Yo sí, este boludo todavía no decide.
Señala a Santiago y el menú entre sus manos. El rubio -que se esfuerza por ignorar las típicas tácticas con las que Matías intenta molestarlo- relee la lista una y otra vez, cambia de página para sopesar otras opciones, vuelve a la anterior y el proceso se repite. Muerde su labio inferior, indeciso.
-Matías- dice Enzo-. Calmate. Hay gente.
-¿Y?- adopta una postura desprolija-. Hace como quince minutos está.
Siempre es lo mismo, lamenta Enzo, salir los tres juntos es imposible. Matías es ansioso, no tolera tener que esperar y siempre encuentra un motivo para irritarse; no se molesta en ocultar su mal humor y no le importa molestar a otros para pasar el tiempo, sobre todo si la persona en cuestión es Santiago y él puede abusar de su autoridad justo como hace ahora.
-¿Qué pasa?- pregunta Enzo cuando Santiago lo mira en busca de ayuda. Finge no ver la mano acariciando el muslo del rubio, peligrosamente cerca de su entrepierna, ya que mencionarlo podría empeorar el comportamiento de Matías.
-¿Qué vas a pedir vos?
-Ravioles- señala la opción en el menú-. Por ahí con esta salsa... o esta.
-Creo que yo también.
-Menos mal que dijiste milanesa con papas- interviene Matías-. ¿Todo lo que haga este lo vas a hacer vos también?
-Me gustan los ravioles- contesta Santiago. Esta vez en su voz se percibe la molestia ante los constantes ataques, sí, pero también el temblor provocado por los dedos ajenos que recorren su cuerpo.
Matías imita la respuesta de Santiago con voz aguda y un gesto de hartazgo. Enzo le dirige una mirada, otra sutil advertencia para que se comporte, pero la respuesta que obtiene es esa insoportable sonrisa que no puede evitar querer borrar con los métodos más sádicos que se le ocurren. No hace comentarios. Todavía no.
La cena transcurre normalmente. Y "normalmente" incluye una pequeña discusión que se desencadena cuando Matías confunde su vaso de cerveza con el vaso de refresco de Santiago, este último reclamándole porque detesta compartir vajilla.
-Me estabas chupando la pija hace dos horas y te molesta que tome de tu vaso, ¿dónde la viste?
-¡Matías!
-¿Qué? Es un egoísta de mierda este pendejo.
Enzo jura que su rostro está tan rojo como el de Santiago. En su caso no será por vergüenza, pero aún así las miradas que le dirigen los otros presentes en el restaurante le afectan.
-Vamos al baño... Matías, te hablé.
-Estoy comiendo todavia.
-No te lo voy a repetir.
Matías clava sus ojos en Santiago y se pone de pie.
-Es tu culpa. Cuando volvamos vas a ver.
Enzo lo acorrala en uno de los cubículos del baño y golpea su mejilla antes de sujetar su rostro. El otro lo mira con el ceño fruncido pero no pronuncia palabra alguna y eso sólo lo hace enojar más: ¿era esto lo que quería? ¿Atención?
-Dejá de romperle las pelotas a Santiago. Me tenés podrido.
Matías sonríe. Para él es un halago.
-¿O qué?
En lugar de desabotonar su pantalón, que es lo que le gustaría hacer, Enzo presiona las mejillas de Matías hasta que no tiene más opción que abrir la boca: dirige su otra mano hacia sus labios y los desliza sobre su lengua hasta llegar a su garganta. Los ojos de Matías se llenan de lágrimas en cuestión de segundos e intenta zafarse, fracasando debido a la clara diferencia entre su fuerza y la de Enzo.
Es así de sencillo.
-¿Querés que te haga lo mismo que le hacías a Santiago en la mesa? Y sabés que yo no voy a parar- Matías niega y el movimiento provoca que se ahogue con los dedos en su garganta. Tose y sólo luego de sentirlo reprimir una arcada Enzo retira su mano-. Entonces calmate.
-¿Por qué siempre lo defendés?
-Porque no me hace renegar.
-Cómo te gusta que te chupen las medias, eh.
Cuando regresan a la mesa Santiago está terminando sus ravioles.
-¿Qué querés de postre, Santi? Paga Mati.
MeanDom!Mati apologist right here porque a mí también me gustaría molestar a Santiago y hacer enojar a Enzo. taglist: @madame-fear @creative-heart @chiquititamia @delusionalgirlplace @llorented @recaltiente @lastflowrr ♡
27 notes · View notes
jamonartzzz · 1 year
Text
The Joy of creation (Welcome Home - fanfic)
Tumblr media
Capítulo 5.
(Y/N) exploró por última vez la habitación del pintor, en donde últimamente descansaba. Fingió doblar su anterior ropa mientras miraba discretamente a los alrededores. No había nada notorio como pista, salvo cuadros hechos por Wally, fotografías de sus amigos y él y ciertos artículos coloridos.
En síntesis, no pudo hallar mucho. Más aún si la casa vigilaba sus movimientos. Un paso erróneo, y Wally lo sabría. Así que esperó pacientemente en la sala. Sin ser consciente del poder que fluía por sus venas.
...
[Tenía el poder de Creador y sin embargo... No sabe usarlo].
Si bien, seguía siendo humana (es decir, su color de piel no fue remplazado por 'tela' ni nada, su estatura era normal -ahora que lo piensa, ¿será unas pulgadas más alta que el pintor?- y sus ojos no eran secos). Tal vez, el viajar aquí le otorgó un cambio aún sin resolver. Antes de siquiera pensar el otro espiral de discusiones, la puerta se abre de golpe. Asustando en el proceso a la invitada, quién al oír el estruendo, se levanta de golpe del sillón extra suave.
"Je, ahora veo de lo que Wally hablaba". Una sombra casi superó su estatura. El portador de la voz elocuente era robusto y emitía calidez. También olía... ¿a perro?
"Eh... ¿Hola?" Se golpea internamente por ser tan poco profesional en sus palabras. En breve abandona su conmoción para alzar la mirada y encontrarse con un perro alto y azul, totalmente relajado en sus facciones. Sin embargo, tenía una pipa en su boca que emitía humo de colores. "¿Eres tú el amigo de Wally?".
El nuevo invitado, sin embargo, quedó atónito por lo que sus ojos veían. Vio a una humana, viva y pacífica frente suyo. Su aguda nariz le confirmó que se trataba de un ser ligeramente superior a ellos.
"Así mismo, niña". Sopla humo colorido a la par que su caja torácica retumba con su fuerte risa. "Me llamo Barnabay, un placer".
"El placer es mío, me llamo (Y/N)..."
Ninguno de los dos había notado que Wally ya había entrado en casa. Ni mucho menos notaron cómo los ojos del mismo disminuyeron al ver la escena desarrollarse frente de él. Vio cómo el perro amigable extendía una pata a la humana, quién lo toma y agita suavemente. Sus párpados quedan entrecerrados con una pizca mordaz al ver a sus dos amigos interactuar.
El perro y la humana no paraban de inspeccionar lo que tenían en frente. Es como si ambos estaban perplejos simultáneamente.
"Ejem".
Ambos despiertan del trance y se giran hacia Wally.
"Barnabay, ella es la nueva vecina. Espero se lleven muy bien mis dos personas favoritas". Seguido de eso, soltó una risa tonta. Camuflada. Su ser elegante y carismático se acercó a los dos para estar al tanto de todo sin perderse de nada. Claramente, su sonrisa de siempre jamás se despidió de sus labios, al contrario, la sonrisa del pintor permaneció intacta. "De la que te estuve hablando en el camino".
El perro asintió, manso. (Y/N) inmediatamente estuvo a gusto con la nueva presencia. Era de alma juvenil y relajante. Tal vez hasta perezoso, o por lo menos a ella le daba unas vibras de que Barnabay eran de esos que se tiraban en el sofá un Domingo y de ahí no salía.
También notó la ropa vibrante que él llevaba. ¿Tal vez hacía espectáculos? ¿Era un payaso, ayudante o algo así?
"¿Es tu mejor amigo?" Esta vez, ella preguntó a Wally. De hecho, se sorprendió de que ella recordase esa conversación.
"¿Lo recuerdas? ¡Espléndido!" Feliz de haber recibido atención y ser escuchado, Wally los guió a ambos al comedor. Donde tomaron asiento. En la mesa, había unos cuantos postres (honestamente, no eran tanto una urgencia para ellos considerando que no necesitan tanto comer, sino más para la humana). Hasta... manzanas.
"Entonces, (Y/N), ¿eh? Dime cómo llegaste al vecindario, no recuerdo haberte visto antes". Comenzó el perro de raza juguetona. Había parado de fumar para dejar que el dulce olor de la comida haga ambiente.
Ante esta pregunta, la humana mira a Wally buscando ayuda. Quién todo este tiempo, hacía contacto visual con ella.
"Oh, pues..." ¿Qué demonios iba a decir? ¿Que quedó adormecida o con secuelas de sus pastillas para dormir y así acabó aquí? Suena de locos explicar eso. Ante su conflicto interno, Wally decide hablar por ella.
"Ja, Ja. Tonta. ¿Olvidaste que viniste aquí para visitarme?"
"¿Así que ya se conocían?" Barnabay estuvo intrigado ante esa declaración. De la vergüenza, la humana sintió sus mejillas arder.
"Sí, él... es mi amigo adorado".
(Y/N) deseó que la tierra la coma ahora mismo. O Casa mejor dicho, en este contexto.
Wally la miró directamente a los ojos después de decir específicamente ese enunciado. Por un momento, sintió que él observó la desnudez de su alma. Los conflictos de su mente. Las contradicciones de sus creencias. Los anhelos de su corazón...
"Bueno, ¡me alegro que Wally tenga más amigos! Es muy típico de él". Bromeó el canino, mostrando su sonrisa blanca. De hecho, se rascó una oreja mientras observaba curioso las miradas entre esos dos.
"Ni que lo digas". Murmuró con un tono sarcástico. A Wally le costó entender el sarcasmo -pues no lo usaba y generalmente lo tomaba todo literal-, caso contrario de Barnabay, quién suelta una risa. Aliviado de encontrar a otro ser que entienda los sarcasmos, ironías y vacilaciones.
Así pasaron la reunión; el perro contaba algunos chistes o juegos absurdos, a veces eran muy malos que hasta causaban risas. Salvo que ocasionalmente Wally no siempre las entendía.
De todas formas, Barnabay no pasó por alto las miradas de Wally hacia su nueva amiga. Es decir, él siempre fue observador, sí. No obstante, notó un interés diferente a otras ocasiones.
Llegó el momento de que la humana pudiese probar algunas de las exquisiteces. El canino estaba particularmente animado hoy por los olores, que atacó uno de los postres. Salpicando a los artistas de alma que tenía cerca. (Y/N) sólo rió, tomando unas servilletas para limpiarse la cara luego de haber sido víctima del descuido del perro.
Por un momento, le hizo olvidarse de sus problemas...
La humana ayudó a Wally a limpiarse el rostro y su elegante cabello de moda anterior. A lo cual, el pintor, totalmente halagado, permitió que ella lo limpiase.
De repente, tener a una nueva amiga era muy divertido. Siempre lo fue. Esta ocasión era especial porque ellos estaban en el mismo barco de consciencia sobre este mundo así que... lo hizo sentir menos solo.
Ese día, (Y/N) pudo entender mejor cómo come el peli-azul; aparentemente, él se queda mirando fijamente algo, parpadea y la comida desaparece. Luego suspira tranquilo. Como si fuese todo normal. Obviamente que la nueva no puede evitar estar atónita por unos segundos.
"¡¿Cómo demonios?!"
"Fascinante, ¿no?" Barnabay disfruta de la expresión inaudita de la vecina, mientras se rasca su panza regordete con sus cortas garras.
(Y/N) volvió a hablar. "Wally, eres un baúl de secretos..." Fue un mensaje oculto entre ellos, un tono de atisbo muy peligroso que le llamó la atención al pintor adorado por los fanáticos.
Soltó una risa tonta, monótona. Sin embargo, muy en el fondo, Wally sabía de lo que ella hablaba. "Oh vamos, vecina. Solo me haces sentir halagado".
"Ja, pero si tú recibes halagos siempre, ¿o me equivoco?" Recordó cuántas propagandas o promociones tenía Wally. Ni qué decir de los escritos donde mencionaba el favoritismo por el pintor. "Es imposible que la gente no se sienta a gusto con el vecino más amable".
Por primera vez, Wally estuvo sin palabras. Siempre fue tan elocuente. Incluso cuando debía hacer una narrativa para niños. Este caso, en cambio, era más que un halago. De hecho, las palabras de la humana eran filosas -no en el mal sentido-.
Sus pupilas vacías solo se incrementaron.
"Bueno, vecina..." empezó finalmente el peli-azul. "Mi apellido lo dice todo, además, soy muy buen vecino". Su voz fue tranquilo pero satisfecho. Dando a entender que hubo un esfuerzo por detrás. Sin embargo, agradeció por los halagos de la humana.
Significa mucho, viniendo de un ser inteligente.
Wally Darling no podrá ser muy estudioso como Frank ni intrépido como Barnabay; pero estaba seguro de su carisma. De su nombre. De su consciencia.
Por eso te buscó a ti. Por eso te miró a ti.
El resto del día transcurrió normal; sin incidentes. Un buen tiempo de calidad entre tres seres de almas 'jóvenes' -no realmente-. Se podría decir que hubo chistes y anécdotas de por medio. De esa manera, (Y/N) conoció al mejor amigo del Sr. Darling. Y estaba feliz por tener esta reunión... La hizo olvidar de su vida anterior.
...
Sin embargo, ella debía averiguar más. Después de todo, esta no era su realidad.
...
[Pero pronto lo será]
__Fin del capítulo.
Lamento las fallas ortográficas. Espero hayas disfrutado la lectura.♡
Descargo de responsabilidad: Welcome Home no me pertenece.
Podrán existir roces entre los protagonistas, sin embargo, recuerden siempre el género principal de este fic y de WH: terror analógico.
20 notes · View notes
ohellpo · 10 months
Text
Tumblr media
Día 4: Amor y protección
Ao3 Wattpad Bunny Bart, Bunny Bart!!~
____
Titulo: Sobre conejos y dilemas
₊˚⊹♡
Bart sabe que necesita descansar, desde hace una semana que necesita descansar. Él lo haría, gustoso se quedaría acurrucado junto a su novio todo el día, viendo películas o jugando videojuegos, pero tristemente ahora mismo eso parece imposible. La liga en pleno está en un asunto serio y ellos están a cargo de mantener al planeta en su mismo sitio para cuando ellos vuelvan.
Por ellos se refiere por supuesto a los Titanes, a la Young Justice, y todos los héroes que se quedaron. Jaime, por ejemplo, está apoyando a sus mentores en varios lados del globo, mientras que él se encarga de varias ciudades dentro del país. No es de todos los días, no es tan malo. O al menos no lo estaba siendo hasta que al parecer alguien se enteró de que los jefes no estaban en casa.
Todos están estresados, Tim está estresado, él está estresado. Y, además, cansado.
Con eso en mente, culparlo por no esquivar un rayo brillante a tiempo sería muy injusto.
₊˚⊹♡
Cuando Bart despierta, siente su cuerpo demasiado contraído y el sonido de la ciudad lo golpea de frente. Todo luce borroso, pero además él sabe que hay algo raro en esas imágenes. Intenta quejarse, gritar, pero no puede, nada sale de su boca. Está tan cansado.
Bart vuelve a caer desmayado.
₊˚⊹♡
Bart abre de nuevo los ojos. La ciudad ya no se oye demasiado, parece lejana, pero ahora lo remplazan las estridentes voces de dos personas que conoce.
—¡Tú le dices!
—¡No! ¡Tú!
—Ya, ya, esto no es tan malo. Zatanna regresará en unos días y lo arreglará.
—De acuerdo, Cassie, entonces tú le dices lo que pasó.
—Ah no, ese es tu problema.
Son sus amigos, están discutiendo. Bart no entiende nada, intenta hablar, de nuevo no sale nada. Se mueve, quiere estirarse, parpadea, todo se ve tan raro. ¿Por qué todo es azul? Entonces nota que de hecho puede ver casi todo, ve la habitación de su base casi en pleno. Mueve sus manos, mueve sus orejas… ¿Sus orejas? ¡Está sobre la mesa!, no en el suelo o en una cama. Oh mierda, ya entiende porqué discuten.
Bart se levanta, con dificultad, esto es raro. Conner es el primero en notar que está despierto.
—¡Bart!
Sus tres amigos se amontonan frente a él.
—¿Puedes oírnos?
—¿Puedes entendernos?
—¿Puedes hablar?
—¿Cómo va a hablar, Tim? Es un conejo.
—Oye, una vez Dick se volvió conejo y podía hablar.
—¡Oh sí! Yo vi el video de eso.
—¡Cállense! Bart, Bart.
Bart siente cuando Cassie lo toma en brazos y lo carga. Eso sería agradable pero el chico siente cómo su busto lo empuja un poco.
—Cariño, creo que lo estás lastimando —sugiere Conner, al ver cómo Bart mueve sus bigotes y agita sus largas orejas.
Cassie lo acomoda mejor y los tres se siguen mirando pensativos.
—Tim, sabes que tú debes hablarle.
El nombrado se talla la frente, se ve tan agotado.
—Ya lo sé.
Bart no mueve mucho sus ojos ámbar, puede ver casi con facilidad toda la escena. Su amigo se ve tan abatido y arrepentido mientras lo mira. Entonces Bart recuerda lo sucedido. Cómo Tim llamó justo cuando él iba a por fin dormir, cómo Jaime se ofreció en su lugar y, luego, cómo Tim le habló tan despectivo. “Necesito un velocista, no una libélula” había dicho antes de cortar la videollamada.
Bart lo piensa un momento, luego revolotea en los brazos de Cassie y busca cómo saltar hacia Tim. Es un conejo, ¿no? Debería poder saltar bien. Bueno, sí, es un conejo, pero su mente es de humano. Si llega a los brazos de Tim es porque él lo atrapa antes de tocar el suelo.
—Al menos nadie puede dudar de que él es Bart. —Escucha a Conner burlarse.
—Suficiente, llamaré a Jaime.
Bart siente cómo Tim lo lleva mientras se acerca a la computadora. Apenas teclea un par de números cuando Cassie lo llama
—Uhm, creo que eso no será necesario.
Blue Beetle entra en pleno. Bart se emociona y revolotea en los brazos de Tim. Es un reflejo, no pueden culparlo. Luego el hombre-conejo salta al suelo, se agita un poco y corre (salta) hacia su novio. Blue Beetle lo atrapa con cuidado y levanta la vista hacia el líder del grupo, buscando una explicación.
—Yo, uhm, puedo explicarlo.
₊˚⊹♡
Bart está acurrucado en el pecho de su novio. Jaime ya no usa la armadura, la desapareció cuando llegaron a la torre. Ahora camina por los pasillos, buscando a Raven.
—Ya cállate, no voy a eliminar a nadie.
Bart sabe que Jaime no le habla a él, el tono de fastidio de ese estilo está destinado para cierto escarabajo alienígena.
—Ya lo sé, yo también estoy molesto.
Oh diablos que lo está. Bart nunca vio a Jaime dedicarle esa mirada de “Estoy tan decepcionado de ti” a nadie antes. Es como las miradas que Wally usa para regañarlo, pero de un modo donde sí tienen efecto, así de duro es. Tim se disculpó, por supuesto que lo hizo, pero Jaime está molesto porque no es la primera vez que su amigo abusa de su durabilidad en el servicio. Digamos que Tim, y todo el mundo en realidad, golpearon demasiado un muro que nunca fue de concreto.
Bart levanta la cabeza y restriega un poco su trompa contra el cuello de su novio. Sabe que él entenderá el mensaje. De pronto siente su garganta vibrar y ese dulce sonido que lo hace tan feliz.
—Bart, me haces cosquillas.
Jaime llega a la sala de entrenamiento.
—Tranquilo, Khaji Da no matará a nadie. Además, sé que meterme con tu amigo es meterme con Red Hood, olvídalo.
Antes de que Jaime de un paso más, un mono verde aparece frente a él de cabeza.
—¡Hola, amigo! ¿De nuevo hablando solo?
—¡Ah! ¡Santo Dios! ¡¡Garfield!!
Jaime se asusta y Bart sufre las consecuencias. Su novio lo está apretando con fuerza y eso de hecho sí duele un poco ahora que es más frágil. Además, sus patas traseras ahora están colgando, se siente horrible.
—¡Hey! ¡Una nueva mascota!
Garfield trata de llegar a Bart, pero Jaime lo esquiva.
—¡Quieto! ¡No es una mascota! Es Bart. ¿Dónde está Raven?
—¡¿Qué?! ¿Cómo que es Bart?
Garfield se transforma en una liebre y comienza a saltar frente a Jaime. Es como un niño pequeño emocionado.
—¡Déjame ver! ¡Déjame ver! ¿Quién mejor que yo para tratar bien a los animales y a los convertidos en animales? ¡Anda!
—¡Ya! ¡De acuerdo! Solo dime dónde está Raven.
Garfield da un ultimo salto y vuelve a su forma humana para tomar al esponjoso conejo de pelo cobrizo.
—¡Oww! Si es Bart, es demasiado lindo. ¿Verdad que sí, amigo?
Gar acurruca a Bart y comienza a acicalarlo. Bart puede decir que eso se siente muy bien.
—¿Y bien?
—Ya ya, qué gruñón te pones. No está, se la llevó papá Johny.
Bart se echaría a reír si pudiera, pero solo puede agitar sus bigotes y mover sus orejas. Garfield se refiere a Constantine. Desde que él y Zatanna lo formalizaron todo, el chico verde decidió que ahora el hombre merecía un lindo título como su suegro. Por supuesto que a nadie le gustó esa idea, aunque a Zatanna la hizo reír mucho.
—Ugh, vine hasta aquí para nada.
Garfield no mira a Jaime, sigue concentrado en acariciar a Bart.
—Me ofendes. Pero te perdono. ¿Por qué estás tan molesto? —Garfield se sienta en el suelo y continúa el acicalamiento. —RaeRae regresará pronto, y no es como si Bart esté al borde de la muerte, ¿o sí?
Jaime mira a su novio, dejándose cuidar de lo más tranquilo y suspira.
—No, ya lo sé. Además, sus amigos me dijeron que los tipos que estaban jugando con los objetos mágicos ni siquiera eran buenos.
—¿Lo ves? ¿Cuál es el problema?
Jaime se deja caer junto a Garfield en el suelo frio. El silencio los inunda por algunos minutos, pero el chico verde no presiona. Bart se gira hacia su novio y salta a su regazo, le ha comenzado a dar sueño y preferiría dormir ahí.
—¿A veces no sientes que eres el único que entiende que Rachel no es irrompible?
Garfield no responde de inmediato.
—Siempre. Más cuando ella misma no lo entiende.
Bart se queda dormido después de un rato, ahora más que nunca le urge volver a ser humano.
₊˚⊹♡
Raven regresó unas horas después, acompañada de papá Johny. Revisaron a Bart y no les tomó demasiado tiempo regresarlo a su forma habitual. Bart les agradeció, sobre todo cuando también se encargaron de darle comida.
Ahora él y Jaime están regresando a casa. Tal vez Bart ya no sea un conejo, pero le sigue encantando ser cargado por su novio mientras sobrevuelan el cielo. Él pudo haberlos llevado en algunos segundos, pero Jaime se negó.
—Blue —llama con voz baja, íntima, para que solo Jaime lo escuche.
—¿Mmh? —Jaime ya no tiene una cara arrugada o seria. Está tranquilo y con una suave sonrisa asomándose en sus labios.
—Gracias.
El muchacho se gira a verlo, un poco confundido.
—¿Por qué? —Jaime retira la máscara de la armadura.
Ahora Bart puede ver su expresión suave en plenitud. Levanta su mano derecha y acaricia su mejilla.
—Por siempre preocuparte por mí.
Ambos se besan bajo la luz de un crepúsculo casi extinto.
Bart sabe que no puede prometerle a Jaime que nada malo va a pasarle nunca más. Pero lo que sí puede es agradecerle por su afecto y demostrarle que él también le importa, y mucho.
Cuando los dos se separan, Jaime reemprende el viaje. Al llegar a casa, Bart tomará por fin su descanso tan bien merecido, y si Tim o el mismo Batman lo llaman, todos podrán besar el trasero de la armadura de Khaji Da, porque al demonio que les va a contestar.
₊˚⊹♡
3 notes · View notes
lets-chandrix · 1 year
Text
El interés lo tienes abocado a una sola cosa, Emmanuel. En esa mesa que no sabes si tira de ti hacia el suelo o si eres tú que el que la empuja hacia el suelo. Lo que es ineludible es la inclinación ofrecida por la mesa, una que resulta más artificial que real. El ángulo de noventa grados con el pie se ha convertido en uno de veinte que resulta complicado, por no decir imposible, de solventar. Tus dedos se ven obligados a relajarse, alejándose del plástico y acercándose a éste al segundo siguiente. Aunque lo intentas, aquellas montañas resultantes del tirón de tus falanges son inaplanables. Ahí siguen, ligeramente hundidas. Parcialmente arregladas o eso es lo que tú te dices, como si no vieras el desastre que has dejado y que sigues dejando. Y, para colmo de males, parece que no te has dado cuenta que tanto los guantes como la bufanda de la chica han terminado en el suelo. Deberías recogerlos. Eso sería un ademán de mayor caridad que devolver la perfección a un elemento inanimado. El plástico cruje bajo tus dedos, se aleja la superfície circular de la mesa del suelo, la curva que ejecuta el soporte acaba midiendo un ángulo superior a los noventa grados. Deben de ser por lo menos ciento ocho y yo no puedo abandonar la idea de que has convertido una mesa funcional de plástico en una representación de un hongo que uno encuentra tranquilamente por el bosque. ¿Puedes dejarlo de mirar? ¿Puedes dejarlo estar? No lo toques más, suficientes meteduras de pata has realizado en esos precarios segundos  malgastados. ¿La mesa se mantiene en pie? Pues es lo único que necesitas saber, Emmanuel. Vete de una vez. Deja a la chica en paz y huye de la música, de las respiraciones, del llamado de sirena con el que vociferan tu nombre los corazones que te rodean. Tus pies son los primeros en moverse, en iniciar la zancada para alejarte del llamado singular y floral de la habitante de la mesa; para marchar hacia el exterior del local y, una vez allí, decidir qué es mejor que, desde hoy, no frecuentes locales atestados de futuras presas que te hacen la boca agua. Pero tu cuerpo no les sigue. La orden de las comandas ha sido alterada y no tiene nada que ver con el olor familiar de la chica. Sino que es la mano que ha posado sobre la tuya, apretándote con reclamo, la que activa tu instinto de defensa. Tu diestra se sacude y golpea a la mano tendida con la misma efectividad de un látigo. —No me toques. —Sueltas le exigencia, acelerado, dándole una entonación de prisa, de nervio, de ansiedad que no desaparece, que no oculta tu mirada. Suficientes víctimas. Suficientes desastres en una noche. Suficiente contacto. Das un paso hacia atrás, tambaleándote. Es momento de irse, Emmanuel. Pero la conversación no termina ahí. Porque ella conoce tu nombre y te llama por él, pronunciándolo entre tartamudeos varios. El estómago se te revuelve al igual que cuando ingieres comida. En esos impulsos irracionales que nacen del deseo de volver al concepto humano, de recuperar una vida que puede terminarse de un momento al otro. Como si pudieras huir de ese estado vampírico con solo desearlo, Emmanuel. Como si existiese esa vía de escape. Esa esperanza es fácil de romperse cuando la realidad golpea. Entonces te arqueas y deglutes el alimento que tu cuerpo no tiene permitido asimilar. Porque no eres humano, Emmanuel. La magia te ha rechazado y no escucha tu llamado. Los nervios fluyen sobre tus miembros al igual que lo hace la tensión que crepita alterada y miedosa. Cada segundo de duda es un segundo más en el que te pones a prueba, es un segundo más que agotas, es un segundo más en el que te mueres de hambre, es un segundo más en el que anhelas la cercanía, es un segundo más en el que predispones a tus mandíbulas a prepararse para el siguiente mordisco. A la pregunta se escapa un ronroneo de tus labios en lo que entrecierras los ojos con el deleite propio de un drogadicto. Es el cúmulo de fragancias, de voces, de roces, de estímulos el que te hace particularmente sensible a cada insinuación, beso o susurro que algunos llevan a término en la pista de baile. Tu lengua sale, humedeciendo a tus labios, predisponiéndote y aspirando con necesidad, con urgencia. El brillo de tus orbes se altera, enrojeciéndose. ¿Estás bien, Emmanuel? Depende de la perspectiva de cada quién. Para unos estás en la gloria, para otros vives un tormento sujeto por ese factor del tiempo. Lo que es innegable es que enfocas tu atención en la chica, la suerte de gruñido asciende por tu garganta y le enseñas los dientes. Huele bien. Huele a casa. —Vete —alcanzas a decir. Un ruego insignificante porque sabes que ya es tarde. Que ya no hay escapatoria. Es tu cuerpo el que se mueve contra tu voluntad, tu cuerpo el que se cierne sobre la chica. La chica que se convierte en presa. Una presa que urge ser mordida.   Porque tienes hambre, Emmanuel. Y ella acaba de convertirse en otra víctima más. 
—Emmanuel D. Doe
3 notes · View notes
me-siento-bienn · 2 years
Text
Mejor vista del mercado. La timba se habia armado, una vez mas como cada jueves, de sol a sol, la partida se llevaba a cabo, habia mucho recuento que hacer, un pelea rufián, contando cada pedazo de oportuna, cada partida de confianza, en el depositada y de el sustraído. En la mesa, donde todos sus lados tenían la misma longitud, alli ellos, se encontraban, en duelo en punga. Un centro bien provisto, esparcido de provecho. Pronto el faco saldría a la luz, de su escondite, blandiendo el aire, cual beso elido de la muerte, refulgente en reflejos de espejo, de una hoja bien pulida, sin rubras a teñir, o, mohín a esconder. Pronto es baile habría de comenzar, solo el estudio retrasaba tal provecho.
Aquí tiene, - de varonil aspectos, de negro y
elegante atiendo, opaco, no esculpido, en su mano restaba un mando, blanco, antes de su lustrosa plata. Una buena dosis de cafeína podía ser de aprovecho, gustoso de ínfulas, insuflados desde externo, pero cuidado que no tarde es temprana y en pulso debe mantener, a nuestro firme, hasta que quede el ultimo hombre en pie de posibilidades. Acercáoslo a su ultima posibilidad en la noche. La noche de sueño, y, sombras. Sueños turbios, de sombras perturbadas, es acaso en la penumbra de la noche, en los pecados inflados, en la noche, lo que tales desvelos traer a dormir. Duermen en la lucida vista del observante. Callad luz, no quiero ver mas apartaos esto de mi. De sol a sol, la noche es larga, la poniente luz, sobra de sombras y luz, llena de pena y penitencia, en una vista enfocada. Hay perderse la atención, la penumbra imagen perdura, mantiene en vigilia, al apesadumbrado impostor, espectador de dos mundos. Manteneros, pulso firme de voluntad. Así sera a nuestra voluntad. Se han retirado los espectadores, dejando la partida continuar, a solo irrupción por alusión. Las cartas estaban echadas, las vuelta seria una vez mas, hasta la próxima oportunidad. Y nadie de por aquí, le gusta las segundas oportunidades.Menos aun, cuando son forzadas. Ilumina uno de los lados de la mesa, en blanco de pies a cabeza. Dueño de vasta tierras, sin ser arriado por nadie. Se acomodaba el cuello. La partida no comenzaría, en ausencia de la mesa. La luz parpadea, al ton y son de su cuello. Y golpea dos veces, el remate al centro, hoy juega. Seductor, del pozo, justicia seria caer en sus manos. Su justicia y poder, lo llevarían a manos sabias.
A sus anchas se encontraba el procurar del pueblo frente a la atenta mirada de los que el gozaba de simpática y respeto, supeditados, a todo movimiento que expresare, al mas mínimo movimiento o variación de presión, en el ambiente. No estaba vestido de elegante, hoy no era un trabajador, bajo sus reglas, solo en su esquina, con una mano de procuro poder. De a una, las cartas fueron llegando, una a una, las cartas fueron, llenando su mano, una a uno, el procurador, las fue contando, una a una, estableció, una probabilidad, a medida que las cartas giraban, y se sumaban, mas y mas perdía acumulación. Su potencial pronto llegaría a su fin, con el cese, y, fin, del mover de cartas, del mover del futuro, cambiante a cada paso, uno aquí, otro alli, donde caería la fortuna mas diestra. Procuro, no perder la cuenta, toda cuenta debía estar en perfecto estado, una, una, y, una. Y en sus manos faltaban menos. Una a una, procuro que todo empaste, estuviera en su lugar, que cada oponente, tuviera su parte de cara, y, no perdió movimiento de ojo alguno. Nada vio. Todos estaban alegres, por suerte, no se libro un duelo de miradas. Velo por los ojos de aquellos que de espectáculo estaban, sin ser auditado por nadie. La tarde vino tranquila, hoy. Es un comienzo. Bajo el pilón de juego, guardo, la suerte de su destino. Hecho de manos de su propia impresora, su tarjera representora. Música para sus oídos, el caer de la fortuna sobre su suerte. El poder innomio, de la tinta impresa.
1 note · View note
davidsoto666 · 1 year
Text
1. Evita hacer observaciones sarcásticas 2. Si te metes en una pelea, golpea primero y golpea fuerte 3. Nunca te des la mano sentado 4. La envidia de un amigo es peor que el odio de un enemigo. 5. Escucha lo que la gente tiene que decir No interrumpan; déjalas hablar. 6. Guarda secretos. 7.No cultives miedo por nadie Todo hombre puede morir. 8. Sé valiente. Incluso si no lo es, al menos finge serlo. Nadie puede notar la diferencia 9. Cuidado con la gente que no tiene nada que perder 10. Elige cuidadosamente a la compañera de tu vida A partir de esa decisión, vendrá el 80% de toda tu felicidad o miseria. 11.Si la casa de tu vecino está en llamas, la tuya también está en peligro. 12. Nunca te alabes ati mismo; si hay halagos, que vengan de los demás. 13. Sé un buen perdedor 14. No desees cosechar frutos de lo que nunca sembraste. 15. Cuando estés afligido: respira hondo y distanciate. 16. Dale a la gente una segunda oportunidad, pero nunca una tercera 17. Cuidado al quemar puentes Nunca sabes cuántas veces tendrás que cruzar el mismo río. 18. Recuerda que el 70% del éxito en cualquier área se basa en la capacidad de tratar Con las personas. 19. Defiende a los menores Protege a los indefensos 20. Toma el control de tu vida No dejes que alguien más tome decisiones por ti. 21. Visita a amigos y familiares cuando estén en el hospital; solo tienes que quedarte unos minutos. 22. La mayor riqueza es la salud. 23. Piénsalo dos veces antes de cargar a un amigo con un secreto. 24. Mantén un bloque de notas y un lápiz en tu mesa de noche. ldeas que valen millones de reales surgen al amanecer 25. Muestra respeto a todos los que trabajan para vivir No importa lo simple que sea la profesión. 26. Vístete adecuadamente a los estándares de la temporada 27. Alaba la comida cuando seas huésped en la casa de alguien. 28. No permitas que el teléfono interrumpa momentos importantes 29. A menos que ella sea de tu familia, siempre saluda a una mujer comprometida con un ligero apretón de manos. 30. No tardes donde no eres bien recibido. 31. A todos les gusta verte crecer profesionalmente, hasta que empiezas a superarlos. 32. Escucha a los mayores
Tumblr media
1 note · View note
blvthes · 2 years
Photo
Tumblr media
(🔓) INFORME DESBLOQUEADO:                         información sobre el perfil # 074
                                  [ DESCARGAR ]
personajes de interés
maría, 50 años, amiga. la jugadora le conoció en su último lugar de residencia. en el 8515 south cicero avenue. maría es dueña del motel aloha, donde le dio asilo y ocasionalmente invitaba a la jugadora a cenar y pasar el rato. se hicieron cercanas hablando de la vida,  compartiendo cigarrillos. actualmente la visita esporádicamente, beben alguna cerveza y blythe le cuenta sobre las mejoras que ha ido teniendo su vida. 
fiona, 25 años, amiga-o algo así. se conocieron en una noche fuera de un club local de chicago. fiona discutía con su entonces novio cuando situación se tornó violenta. la jugadora intervino, haciendo que el hombre abandonara el lugar y, posteriormente, obligó a fiona a comparle la cena. charlaron un poco, blythe le dijo que si ex-novio volvía a molestarla ella se encargaría de él. suelen verse en el mismo mcdonald's de vez en cuando. 
malcolm, 29, conocido. se conocieron en la biblioteca pública de chicago. él ayudó a la jugadora a conseguir un libro de la repisa más alta. él trató de charlar con ella sin mucho éxito pero volvieron a coincidir la semana siguiente. ha invitado a salir a la jugadora en un par de ocasiones sin mucho éxito. no pierde la esperanza de que alguna vez acceda a salir a cenar con él. 
celeste, 22, conocida. empleada en el crossroads trading. lugar de trabajo suele ser uno de los sitios que la jugadora visita con mayor frecuencia. celeste le atrapó tratando de robar un brazalete y accedió a no delatarla si podía tomarle unas fotografías para su clase. charlan cuando la jugadora visita ese lugar pero no son cercanas. 
lugares que frecuenta.
harold washington library: le gusta pasar sus tardes leyendo. fue de los primeros lugares que conoció en chicago. crossroads trading: la mayor parte de su guardarropa lo ha conseguido ahí. a veces sólo va a pasar el rato.  mcdonald’s: uno de sus lugares favoritos. suele ir en tiempos libres, también en compañía de jugadores post alguna misión. prefiere ir de madrugada por una bigmac, papas grandes y coca-cola. 
extra.
animal con el que se le asocia: gato negro. objetos que lo caracterizan: navaja ( que le obsequió el jugador arlo ), brazalete.  canción que le describe: i did somehitng bad - taylor swift.
12 notes · View notes
Text
Kieran a General Winter
General Winter,
Tres atardeceres. Os lo dije, soy dueño de tres atardeceres. Volveré en ese periodo de tiempo, el cual no es demasiado extenso. Y aun así me escribís, usando vuestro valioso tiempo y el mío porque no habéis podido esperar tres atardeceres para saber si prefiero “terciopelo en azul medianoche o uno más aberenjenado”, creo recordar fueron sus palabras.
Disculpad mi temperamento. En realidad no estoy enfadado con vos. Me encuentro algo descompuesto esta mañana, después de una noche de júbilo y extravagancia por las calles de la ciudad de Londres junto a mis amigos Nefilim. 
Ahora, obviamente, cualquier jolgorio de hadas contiene placeres tan oscuros que los mortales solo pueden soñar, y así sucesivamente. Pero tras la pasada noche, he de conceder un reticente respeto a las deleitosas capacidades de un inesperado grupo: hombres de negocios londinenses de tardía mediana edad. En nuestro viaje encontramos lo que es conocido aquí como “Fiesta de Jubilación”, una festividad bastante movible en la cual hombres de negocios recorren la ciudad en celebración de un elegido. En este caso solo le conocí como “Kraig”.
¡Nos lo encontramos tres veces a noche! La primera en Tongue y Grapes, donde compartimos un reconocimiento mutuo de compañeros celebrantes pasando la noche. La segunda vez, fue en la Taberna de Shaved Werewolf, hubo rugidos mutuos de reconocimiento por ambas partes, y un intercambio ceremonial de brebajes, como es costumbre. Y la tercera vez, en Pigeon y Spoon, donde fuimos bienvenidos y (un gran honor) introducidos como honorables miembros de la Fiesta, después de lo cual nos obsequiaron con sombreros festivos y batas de jersey de algodón proclamando la majestad del gran Kraig.
Así que comprenderás que hoy tenga menos paciencia de lo que me gustaría, pues tengo un gran dolor de cabeza engendrado por algo que los mortales llaman “clara”, un brebaje repelente que te golpea como un kelpie enfadado. Dejó a mi querida Cristina dormida sobre una pegajosa mesa en Pidgeon y Spoon; Mark y yo tuvimos que llevarla de vuelta al Instituto. Ahora está despierta, por supuesto, y pidiendo café con más fuerza de la habitual. Dado que dispongo de poco tiempo, me esforzaré en responder vuestras preguntas lo mejor que pueda.
Me gusta el azul medianoche para la sala del trono. Creo que hace destacar las enredaderas, y pienso que también estabais dejándome saber que son de vuestra preferencia. Lo siguiente es que estoy mayormente de acuerdo en que la estética general de las salas de tronos debe ir en dirección a un opulento sentimiento gótico, en lugar del ambiente tan de infierno maldito preferido por sus anteriores ocupantes.
Hagamos recordar a nuestra Corte que somos la Luna, como la Corte Seelie es el Sol; mientras ellos son Belleza, nosotros somos Mal Gusto.[1]
De todos modos, no estoy de acuerdo en cuanto a los cráneos. Creo que deben quedarse. Los cráneos son perfectamente apropiados para un ambiente opulentamente gótico. De hecho, me cuesta pensar en un estilo en el que las calaveras no mejorarían la presencia. Si tal estilo existe, definitivamente no sería una buena opción para los salones del trono del Señor Unseelie. Al menos estamos de acuerdo en eso.
Finalmente, me entristece saber que la Corte Seelie continúa rechazando mis peticiones para un tratado de paz. Teníais razón cuando os percatasteis de vuestras sospechas; se han vuelto cada vez más reservados durante este pasado año, incluso entre ellos. Veremos si nuestros exploradores se las arreglan para averiguar algo, aunque en mi experiencia nuestros exploradores parecen caer en romances prohibidos con exploradores Seelie para luego huir juntos. Hemos perdido a cuatro de cinco de esta manera. Supongo que lo que quiero decir es que no estoy precisamente siendo paciente.[2] (Una expresión humana encantadora, ¿no créeis?)
No necesitáis sugerirme que contacte a Adaon; es mi hermano, y hablo con él a menudo. Cada vez que comento la posibilidad de una corte unida, o de una reunión entre yo y la Reina Seelie, dice lo mismo: que ahora no es el momento ya que puede llevar a discordancias. Ahora es el momento de preservar la frágil paz entre las dos cortes y dejar las cosas como están. Él tiene la oreja de la Reina, así que he de confiar que él sabe lo que yo desconozco. Aun así, sabéis que no está en mi naturaleza el hacer nada y llamarlo progreso.
Hablando de esa frágil paz, debo preguntar. ¿Vuestras cabezas rojas han descubierto algo más sobre la extraña presencia que se ha sentido en el Mundo de las Hadas, y si la misma es beneficiosa o antagonista a nuestros intereses? La siento a través de mi conexión con la Tierra. A veces me encuentro despierto, sintiendo esa presencia que no consigo describir, sabiendo que es de nuestro mundo y a la vez no, y que la misma Tierra la teme.
Es suficiente. Confío en que podáis haceros cargo de que la Corte funcione como debe las treinta seis horas restantes en las que me encontraré ausente. Si antes de mi regreso necesitáis más consejos sobre qué color escoger, confío en vuestros instintos, los cuales siempre os han sido de gran ayuda.
Hasta entonces tengo el honor de seguir siendo Vuestro Eterno Soberano, Dueño de los Hob y Domovoi, Rompedor de las Quebradas Tierras, Corona Bajo las Colinas, Oscura Estrella de la Tarde, Amigo de Kraig y Rey de la Corte Unseelie,
 Kieran 
Texto original de Cassandra Clare ©
Traducción del texto de Niloa Gray ©
ATENCIÓN: no se permite hacer Drives ni PDFs de “Los Secretos de Blackthorn Hall” por Copyright. Cualquier infringimiento va contra la ley.
-------------
[1] Tackiness es la palabra usada aquí, que puede significar “mal gusto” o “vulgaridad”.
[2] “I am not exactly holding my breath” es la expresión que utiliza Kieran, que significa “no ser paciente”.
366 notes · View notes
esuemmanuel · 3 years
Text
Nos habían llamado pidiéndonos con urgencia un servicio express, mi compañero manejaba la camioneta mientras yo atendía la llamada en mi celular. La persona se escuchaba consternada y un tanto molesta por lo que acababa de descubrir en uno de los apartamentos del cual era el administrador. Escuché atentamente su petición. Una vez que terminó, le pedí nos enviara su ubicación para llegar en cuanto agendara su llamada, pero insistió en que era urgente y no podía tolerar más la pestilencia. Pensé por unos segundos cómo solucionar el problema. Teníamos una hora de descanso y bien podíamos ir a limpiar; sería un trabajo fuera de la agenda, podríamos quedarnos con el dinero de la paga sin necesidad de hacérselo saber a nuestro supervisor. Sin pensarlo más, le dije que iríamos enseguida y colgué. Mi compañero sólo movió un poco la cabeza en negación, pero aceptó y se dirigió sin contratiempos a la dirección que nos marcaba el mapa. Cuando llegamos, nos encontramos con una mudanza; muebles, cajas, maletas y una pareja en espera por las llaves del apartamento que coincidía con el que debíamos limpiar. Era algo que no podía entender aún de este país y, aun así, trabajaba para satisfacer la comodidad de mis conciudadanos. Mi compañero estacionó la camioneta justo enfrente del apartamento, a un lado de la mudanza y de la pareja que ya nos miraba con cansada impaciencia. Bajamos lo necesario para limpiar, pero, no sin antes cubrirnos completamente el cuerpo y el rostro. Las llaves del apartamento yacían colgando de la puerta. Al abrirlo, nos topamos con el piso lleno de papeles en los que había correspondencia, cuentas por pagar y afiches publicitarios. Por la apariencia del lugar, habían pasado varios meses ya de que el inquilino no salía. Entramos con cuidado, despacio y atentos. Caminamos hacia la estancia, nos encontramos con los muebles de la sala y la cocina, los cuales eran pocos; sólo una mesa y un par de sillas, mientras en la sala había un sofá frente a un televisor ya viejo. Mi compañero entró a la habitación, mientras yo miraba con ligera satisfacción el poco trabajo que nos iba a costar limpiar el lugar; en otras ocasiones, nos había dado más trabajo sacar los muebles que al difunto. Miré a mi compañero hacerme la señal. Lo había encontrado, tirado en la bañera; aún se le veía la herida en la cabeza, había sido un resbalón, probablemente, el que había terminado con la vida del pobre infeliz. La bañera seguía goteando, ya poco, pues el administrador, al toparse con el cuerpo, decidió cerrar la llave de paso para evitar que se desperdiciara más agua. Por lo que podíamos observar, el difunto tenía una semana de fallecido; esos días son los peores, el aroma es inaguantable y la apariencia del cuerpo es, francamente, asquerosa. No iba a ser un trabajo fácil, así que mi ligera sonrisa de satisfacción se borró al instante. “Podemos hacerlo bien en menos de una hora”, escuché decir, tras la mascarilla, a mi compañero. “¿Tan confiado te sientes?”, le respondí mientras tomaba con mi mano, cubierta por el guante, uno de los brazos del fallecido, el cual se desgarraba al simple toque de mis dedos. Mi compañero me miró, suspiró con frustración y, después de unos segundos, perdido en la podredumbre que estábamos atestiguando, agregó: “Qué triste morir así, tan solo y, además, tan estúpido. ¡Cómo se resbala y se golpea la cabeza, quedando ahí, inerte!”. Moví la cabeza, levemente, de un lado a otro y, sin dejar de elevar el brazo podrido de ese cuerpo ya apagado, le respondí: “¿Quién muere acompañado? Nadie. La vida y la compañía son parte de la misma ilusión, mientras la muerte es el fin de ésta. Con ella llega la liberación, la realidad, la última nota solitaria de la gran partitura de la vida. Nadie muere en compañía. Todos nos vamos en soledad. Lo único que nos diferencia de los que se van es que creemos que estamos acompañados cuando, en realidad, nunca dejamos de estar solos y la muerte nos lo viene a recordar”.
— Esu Emmanuel©️, Muerte Solitaria: Lone Dead (Kodokushi).
Tumblr media
*Reuters/Toru Hanai
They had called us urgently asking for an express service, my partner drove the van while I answered the call on my cell phone. The person sounded dismayed and somewhat annoyed by what he had just discovered in one of the apartments of which he was the manager. I listened carefully to his request. Once he finished, I asked him to send us his location so we could get there as soon as he scheduled his call, but he insisted that it was urgent and he could not tolerate the stench any longer. I thought for a few seconds about how to solve the problem. We had an hour break and we might as well go clean up; it would be an off-schedule job, we could keep the pay money without needing to let our supervisor know. Without further thought, I told him we'd be right over and hung up. My partner just shook his head slightly in denial, but agreed and headed smoothly in the direction the map showed us. When we arrived, we were met with a move; furniture, boxes, suitcases and a couple waiting for the keys to the apartment that matched the one we were to clean. It was something I could not yet understand about this country and yet I worked to satisfy the comfort of my fellow citizens. My partner parked the van right in front of the apartment, to the side of the movers and the couple who were already looking at us with weary impatience. We got out what we needed to clean up, but not before completely covering our bodies and faces. The keys to the apartment were hanging on the door. When we opened it, we found the floor full of papers containing correspondence, bills to be paid and advertising posters. From the looks of the place, it had been several months since the tenant had left. We entered carefully, slowly and attentively. We walked into the room and found the furniture in the living room and kitchen, which were few; only a table and a couple of chairs, while in the living room there was a sofa in front of an old television. My partner entered the room, while I looked with slight satisfaction at how little work it was going to cost us to clean the place; on other occasions, it had taken us more work to remove the furniture than the deceased. I watched my companion signal me. I had found him, lying in the bathtub; the wound on his head was still visible, it had probably been a slip that had ended the poor wretch's life. The bathtub was still leaking, but not very much, because the administrator, when he came across the body, decided to close the stopcock to avoid wasting more water. As far as we could see, the deceased had been dead for a week; those days are the worst, the smell is unbearable and the appearance of the body is, frankly, disgusting. It wasn't going to be an easy job, so my slight smile of satisfaction was instantly wiped away. "We can do it right in less than an hour," I heard my partner say behind the mask. "Are you that confident?", I replied as I grabbed with my glove-covered hand one of the deceased's arms, which was tearing at the mere touch of my fingers. My companion looked at me, sighed with frustration and, after a few seconds, lost in the rottenness we were witnessing, added: "How sad to die like that, so alone and, moreover, so stupid. How he slips and hits his head, remaining there, inert!". I shook my head, slightly, from one side to the other and, without ceasing to raise the rotten arm of that already extinguished body, I replied, "Who dies in company? No one. Life and companionship are part of the same illusion, while death is the end of it. With it comes liberation, reality, the last solitary note of the great score of life. No one dies in company. We all go in solitude. The only thing that differentiates us from those who leave is that we believe we are accompanied when, in reality, we never cease to be alone, and death reminds us of this".
25 notes · View notes
natannemcqueen · 4 years
Text
Armando el rompecabezas familiar. (McLennon)
Resumen:
Paul y John llevan años enamorados y ya algunos meses viviendo juntos sin mayores problemas. Un día una tragedia ocurre en la familia de John y un pequeño elemento sorpresa se vuelve parte de su vida doméstica. Paul se desvive tratando de adaptarse al cambio, mientras John asustado solo quiere recuperar su antigua dinámica. Al mismo tiempo un niño solitario busca un sitio al cual finalmente pertenecer.    
                 _____________________________________________
Les ofrezco este presente navideño, que espero disfruten. 
Advertencia: Este capítulo contiene contenido sexual explícito en la sección 4, siéntanse libre de saltarlo si les incomoda.
Elementos a considerar para visualizar mejor la historia:
Los acontecimientos ocurren en algún punto entre 2014 y 2018 en Liverpool.
No hay mop tops
John usa el cabello ligeramente largo como en el 75.
Paul lleva el cabello corto de atrás y largo hasta la nariz al frente. Similar a sus años Teddy, pero más largo al frente, y sin copete a la Elvis. 
                _____________________________________________
                            Capítulo 1.  Somos dos piezas
----------Sección 1-----------
John guarda un secreto, para Paul es obvio.
Puede notarlo cuándo se sientan a la mesa y su novio se enfoca con intensidad en el plato frente a él, rehusándose a mirarlo a la cara, cuándo van en auto y en vez de cantar juntos su selección de spotify John sólo se concentra en la carretera, y puede notarlo, especialmente, en sus fines de semana cuando se monta en sus piernas para besarlo apasionadamente y el otro apenas lo toca tentativamente, casi tímido, hasta que después de un rato reacciona y lo derriba para comenzar a desnudarlo. Durante el sexo John vuelve a ser el mismo de antes, lo mira con sinceridad y anhelo, lo toca en cada punto erógeno por dentro y por fuera hasta llegar juntos al clímax, y entonces se abrazan mareados, atontados de alegría y hablan de alguna nimiedad hasta quedarse dormidos. Esto consuela a Paul y lo tranquiliza, aunque a la mañana siguiente durante el desayuno John nuevamente deje de mirarlo.
Paul comprende la importancia de darle su espacio, así que no lo presiona. Pero sus preocupaciones van aumentando.  
No puede reconocer qué está mal, pensaba que los problemas que tuvieron hace seis meses cuando comenzaron a vivir juntos ya estaban solucionados. Siempre fueron problemas tontos; cuándo lavar los platos, dónde se debe colocar la ropa sucia, lo que uno espera enfrentar cuando te acostumbras a compartir un nuevo espacio. Y nada de eso pudo cambiar su deseo de estar juntos.  
Ahora Paul no está tan seguro, John se ve tenso, incómodo en el entorno.
Tal vez su novio realmente necesita independencia y prefiere volver a su acuerdo pasado, durmiendo juntos sólo un par de noches (generalmente fines de semana) para luego volver a sus respectivos departamentos. Y aunque Paul lamentará que su relación de un paso atrás, si esto vale la tranquilidad de John, él puede adaptarse.  
Esto no implica que deban terminar, Paul se recuerda a sí mismo. Una vez escuchó, en uno de esos terribles programas de la farándula, que los Beckham viven por separado desde hace 8 años y mantienen un matrimonio sólido. Ahora, ellos no son famosos o millonarios para tener una vida excéntrica como ellos, pero quizá puedan hacerlo funcionar. Él será David y John, Victoria ¿O debería ser al revés? John idolatró a las Spice Girls toda su adolescencia, pero Paul no está seguro si fue porque deseaba ser como ellas o por motivos más desagradables propios de su despertar sexual en la pubertad. De cualquier forma, seguramente podrán llegar a un acuerdo aun cuando este tipo de vida le sea menos que ideal.  
A decir verdad, Paul siempre ha tenido una idea más tradicional y romántica de lo que significa “sentar cabeza”, (aun dentro de su sexualidad “diferente”), para él la vida doméstica en pareja se trata de desayunar juntos por las mañanas antes del trabajo, hacer la despensa en fines de semana y compartir una cama aun en noches sin sexo; tareas mundanas y simples al lado de la persona que amas. Pero si esta fantasía no es compatible con John, entonces, la respuesta es simple: elegirá a John.  
Paul tiene claro lo que bebe hacer y está decidido a actuar antes de que la situación empeore.  
----------Sección 2----------
Cuando el cuarto capítulo de Russian Doll comienza, Paul pausa la reproducción (una lástima, la serie llevaba buen ritmo) y frotando ligeramente el hombro de John le pide que se levante de su regazo, donde se había recostado inmóvil desde que comenzó el programa.
Paul se levanta y camina hacia la cocina. Es el inicio del fin de semana y no tiene problemas en sacar del refrigerador su tercera cerveza de la tarde y una más para John. Hoy necesita relajarse.  
En la oscuridad de la sala de estar, apenas iluminada por la luz del pasillo y la pantalla pausada, Paul bebe y roba miradas de su novio de vez en vez, esperando por una reacción, pero el otro solo observa ausente cambiando entre la pantalla estática y la botella en su mano. La incomodidad comienza a crecer.
— ¿Aburrido? — Pregunta Paul ligeramente ansioso—. No has dicho nada desde que comenzó la serie.
— Siempre refunfuñas cuando hablo en medio de una película ¿Y ahora quieres que hable? ¿Quién te entiende Paul? — John le responde burlón, pero su voz está apagada y amarga.
—  Es una serie de diez capítulos John ¿Pretendes quedarte callado por las próximas tres horas? —. Paul toma un trago de cerveza lo suficientemente largo para que John tenga tiempo de responder. Cuando el otro no dice nada Paul resopla y se peina el flequillo hacia atrás con actitud cansada—. Hoy no estás muy hablador ¿Verdad? Normalmente celebraría que pudieras mantener la boca cerrada más de cinco minutos — John le lanza una mirada molesta, pero enseguida vuelve a desviar la vista — pero sucede que tampoco has dicho mucho el día de ayer, o el día anterior, o toda la semana—. Paul tiene esa mirada astuta con una ceja levantada que hace que John enderece la espalda y se tense — ¿Sabes a lo que me refiero?
John toma un trago largo de cerveza antes de obligarse a hablar ¿Ha visto Paul a través de él?
— No—. Responde casualmente, desplomándose en el sofá y fingiendo una actitud relajada. — En serio, sólo trato de ser bueno por una vez ¿Y me gano esto? Deja de imaginar cosas extrañas Bunny.
Esta respuesta golpea a Paul un poco más que superficialmente. Ha ocurrido en el pasado que su ansiedad lo haya hecho “imaginar” cosas. Por lo general se trata de él maximizando problemas y preocupaciones “ahogándose en un vaso de agua” del que fácilmente puede salir cuando alguien le tiende la mano. Esta vez, sin embargo, sabe que está en lo correcto al pensar que algo no está bien, y la prueba final se le acaba de presentar: John está minimizando sus preocupaciones. Y John, quien lo ha visto explotar en lágrimas y depender de medicamentos para dormir, nunca lo minimiza.  
— No te hagas el tonto conmigo, Lennon — Paul lo mira impaciente, y bebe un poco más para olvidar su irritación. Si puede mantener la cabeza fría tendrá la mano ganadora—. Me doy cuenta que no me miras cuando hablas—. La temperatura corporal de John comienza a subir, y perlas de sudor aparecen en su frente –. Escucha, si algo no está bien con esto – Paul apunta a los dos y luego a la habitación que los rodea–. Tienes que decírmelo para poder solucionarlo, porque yo no puedo adivinar John.
Ahora el nerviosismo es completamente visible en el hombre mayor. Inquieto en su lugar, su pierna comienza a tambalearse de arriba abajo de forma compulsiva, y sus manos mueven la botella en pequeños círculos como si tratara de mezclar el contenido sin notar que está vacía. Paul se compadece, y una parte de él se alegra de saber que John está tan asustado como el de cambiar algo en su relación. Pone una mano es su rodilla le da un apretón suave, tranquilizador.  
— Nada va a cambiar Johny, incluso si quieres volver a tu departamento, eso está bien— Paul sonríe débilmente, ignorando el doloroso tirón en su corazón.  
John lo mira en completo horror y un segundo después oculta la cara entre sus manos ¡Esto no debía pasar!  
—Maldita sea— murmura sofocando las palabras en sus palmas. Por supuesto que Paul se ha hecho la idea equivocada ¿Qué más podría pensar? Es hora de poner punto final a esto.
John se levanta de un brinco sorprendiendo a Paul—. Espera un minuto— le advierte mirándolo a los ojos, antes de correr a la habitación que usan como bodega.
Cuando regresa, toma la mano de un desconcertado Paul y sus ojos se encuentran nuevamente. Es ahora, debe hacerlo ahora. John traga saliva tan pesadamente que lastima su garganta y con la voz apenas audible dice: — Se que es repentino, pero Paul ¿Te casarías conmigo?
La habitación se hunde en un silencio aplastante.
Paul está completamente perplejo. Sus labios se separan en asombro y sus ojos se abren como platos cuando del puño de John se revelar un anillo de compromiso. La pieza es simple, elegante y masculina; una banda de plata con dos líneas doradas que lo recorren por el centro.
Cuando Paul se cubre la boca con la mano libre se da cuenta de que está temblando. Quiere responder, pero algo ha hecho cortocircuito en su interior, su estómago da vueltas y se siente pesado, su corazón se inflama y golpea ferozmente queriendo gritar “¡Sí!”, pero su cerebro se pregunta “¿Qué está pasando?”. Esta no es la forma en que las cosas debían suceder.  
Tras unos segundo eternos, finalmente consigue reacciona para tomar el anillo y aunque John no ha soltado su mano, es hasta este momento cuando registra que su novio también está temblando.  
— No sabía cómo preguntarte —, explica John—, pensé que podríamos salir a cenar o algo, comprar algunas flores, no lo sé. Nada me parecía apropiado–. John suspira decepcionado—. Aunque cualquier cosa hubiera sido mejor que este fiasco ¿Verdad?  
Paul no concuerda con su definición de fiasco, pero en su estado abatido, John falla en notar la ternura en los ojos de su novio.  
— ¿Al menos quieres escuchar el discurso que preparé? Lo escribí y todo—. John se rasca el cuello avergonzado. Tal vez aun pueda salvar esta terrible propuesta y convencer a Paul de aceptar.
Paul asiente en silencio porque no confía en que su voz no se rompa si intenta hablar.
Respirando profundamente John frunce el entrecejo como tratando de recordar. Sólo mirar nuevamente a los ojos de su amante le da el valor para comenzar.
— P-Paulie, escucha— su voz sale desafinada y carraspea un poco para arreglarlo — cuando nos conocimos nunca creí que lo nuestro duraría —. Paul se sorprende y frunce el ceño con esta revelación, pero le da a John el beneficio de la duda y no interrumpe—. Pensé que nuestra felicidad sería algo fugaz, que un día te irías de mi vida y te convertirías en mi mejor recuerdo. Cuando tuvimos nuestra primera discusión, peleamos y te grité y creí que ahí acababa todo... ya ni siquiera puedo recordad cual fue el problema, pero recuerdo el sentimiento de no querer perderte. También recuerdo el asombro cuando me llamaste al día siguiente para arreglar las cosas. Después de eso me prometí que nunca cometería otro error contigo, pero... volví a hacerlo, y luego otra vez, y otra vez—. John sonríe triste y avergonzado por sus faltas pasada—. Y cada vez que lo arruinaba en vez de abandonarme... Paul... tú siempre te quedaste conmigo, y entonces comencé a creer que lo que sentíamos tenía una verdadera oportunidad de funcionar porque éramos tú y yo, contra todo. Aún lo creo. Más que nunca. Paul eres mi mejor amigo y yo te amo. Y sé que siempre pongo una carga en ti y eres tú quien suele ver lo peor de mí, pero estoy mejorando y te juro que seguiré tratando porque quiero hacerte feliz y porque quiero ser feliz contigo... Paul ¿Te casarías conmigo?
Nuevamente hay silencio y para John es difícil sentirse confiado cuando Paul oculta una mitad de su rostro con una mano y la otra con su cabello sin decir nada por varios segundos. Sabe que el hombre lo ama, pero también comprende sus preocupaciones sobre el futuro, John se ha prometido que si su respuesta es negativa no se enfadará ni se deprimirá (demasiado) y simplemente volverá a intentarlo cuando parezca más adecuado.
—...Puedes pensarlo un poco, si quieres—. Ofrece, pero Paul niega con la cabeza.
Al siguiente instante Paul está de rodillas en el sofá, abrazando a John por los hombros. Una mano se enreda en su cabello ondulado y se sostiene contra su nuca, mientras la otra forma un puño apretado en su espalda. Paul oculta la cabeza en el cuello de su novio y este se toma un segundo para comprobar que todo está bien antes de abrazarlo por la cintura.
— No hay nada que pensar, Tonto—. Paul susurra en la oreja de su amante apenas lo suficientemente audible, y el corazón de John se acelera con anticipación. Después de unos segundos, se separan un poco, y Paul se sienta para quedar a la altura del otro, mientras John toma su rostro entre sus manos y lo mira a los ojos, esos ojos avellana que solo tuvieron que mirarlo una vez entre la multitud de un concierto para hechizarlo cuando tenía 16, y que ahora brillan con lágrimas que se reúsan a caer.
— Di que sí — John suplica, pero no hay preocupación en su voz.
— Sí — Finalmente responde Paul y una lágrima solitaria rueda por su mejilla. John limpia la lágrima con su pulgar y Paul besa las palmas que detienen su rostro antes de retirar los anteojos de su prometido y conectar sus labios en un beso profundo lleno de alegría.
Cuando se separan para tomar aire, John se da cuenta que esta es la primera vez en semanas que puede respirar con tranquilidad. Libre de miedo al rechazo de Paul.
— ¿Lo usarás? — Pregunta al darse cuenta que Paul no se ha colocado el anillo plateado.  
— Por supuesto – Paul responde revelando el anillo en su puño y entregándolo a John – ¿Podrías? – Solicita ofreciendo su mano izquierda a John, mientras se acomoda en su regazo y extiende las piernas a lo largo del sofá.
Para sorpresa de ambos las manos de John tiemblan al colocar la pieza y Paul no puede evitar sonreír. ¿Quién creería que el chico más genial de la escuela un día estaría temblando en sus calcetines al proponerle matrimonio?  
— Te prometo que lo haré mejor— John dice de pronto con una mirada solemne y le besa los nudillos de ambas manos.  
Paul no evita un suspiro triste.
— Escúchame— Pide retirando sus manos para ganar la atención del otro— John, todo lo que somos, lo construimos los dos. Cometimos errores y los arreglamos juntos, y seguramente seguiremos cagándola, porque somos un par de imbéciles, y cuando estamos juntos somo las dos piezas del idiota más obstinado que el universo a visto — ambos sonríen ante esta gran verdad — pero lo haremos mejor. Los dos.
John contiene las lágrimas que amenazan con brotar y pone un beso en la nariz perfecta de Paul y muchos más en las mejillas regordetas que su novio siempre ha odiado. — Realmente te amo — susurra en su oreja.
El menor responde su beso de la misma forma tierna, prácticamente inocente y se encoje más en su regazo. Abrazados hasta casi formar un solo cuerpo, un par de lágrimas escapan del control de Paul, pero la extingue rápidamente, sabiendo que si John lo ve pronto ambos serán un desastre de sollozos y más lágrimas.
------------ Sección 3---------------
— Creo que deberíamos retrasar el viaje a España y usarlo como Luna de miel— dice Paul. Ahora se encuentra al otro lado del sofá y solo sus piernas descansan sobre el regazo de su novio.  
John se rasca la cabeza frustrado y hace una mueca afligida. Realmente no quiere retrasar su viaje a España, pero la decisión de Paul es perfectamente racional y al final solo suspira y asiente.  
— ¿Quieres hacer una ceremonia o sólo firmar en el juzgado? — Paul continúa, concentrado.
— No lo sé. ¿Qué quieres hacer tú? — Responde John sin muchos ánimos, aun lamentando su viaje.
— Pienso deberíamos hacer algo pequeño, para que el día no pase desapercibido. Con familia cercana y— Paul se detiene llevándose las manos a la cabeza— ¡Mierda! ¡John, debo decirle a Papá!  
—¡Mimi!— John imita su sorpresa golpeando su frente con una mano. Ambos quedan en silencio unos segundos hasta que John continúa—. Oye Paul, yo puedo decirle al viejo Jim si tú hablas con Mimi ¿Te parece? — Intenta negociar.
— Olvídalo amigo, prefiero por mucho tratar con Papá que con Mimi. Además, si los dejo a solas podría tener un infarto de puro coraje, recuerda que ya no es tan resistente como antes.
— Vamos ¿No confías en mí? Ayúdame aquí, yo también prefiero tratar con tu papá que con Mimi.
Paul sonríe ligeramente, es verdad que en este asunto John ha sacado la pajilla más corta, pero él tampoco lo tendrá fácil, su padre jamás estuvo de acuerdo siquiera con su amistad con John y aunque con el tiempo de hizo a la idea de su hijo mayor siendo bisexual, y ha aceptado a John en su casa, Paul sospecha que en secreto aún espera que su relación termine en algún momento. Si esto es verdad, entonces la noticia le caerá como balde de agua fría. Tendrá que ser muy cuidadoso con sus palabras y, en definitiva, no recibirá felicitaciones. Quizá sea mejor idea decirle primero a su hermano Mike, para que juntos puedan consolar a su padre ante la perspectiva de ganar a John como yerno.  
La gran diferencia entre su padre y Mimi es que, aunque en contra de muchas de sus decisiones, su padre siempre ha sabido quedarse al margen desde que Paul comenzó su vida adulta, y su desacuerdo es más bien silencioso. Mimi por su parte... suele “vocalizar sus preocupaciones”. Sus conversaciones con John suelen incluir fuertes regaños, y ácidas puntualizaciones de todo lo que considera inadecuado en la vida de su sobrino. Sin embargo, estas nunca se han dirigido a su orientación sexual o su elección de Paul como compañero. Si Paul ha decidido no acompañarlo es porque confía que John pueda salir airoso de este encuentro.  
Y porque Mimi es aterradora.      
— Lo siento Amor, es toda tuya, pero te apoyaré quedándome en el auto con el motor encendido, así podremos escapar más rápido — Paul lo consuela.  
— No me llames “Amor”, eres un cobarde McCartney — John se cruza de brazos y mira hacia otro lado con actitud ofendida.
— Vamos — Paul anima mientras acaricia su antebrazo — Tú puedes con esto, ya es una mujer mayor, no tiene la fuerza para matarte, menos con esa cadera débil.
— Su vieja cadera no le impedirá apuñalarme con un gancho, Paul.
— Entonces te aconsejo que mantengas tu distancia.
— Te odio McCartney.
— Realmente no me importa — Paul responde con una sonrisa torcida y le da un beso rápido en la mejilla antes de levantarse del sofá —. Tengo hambre ¿Vamos a “La italiana”? — Sugiere estirando su espalda y las piernas.  
— No — John responde cortante cruzando los brazos sobre su pecho— sólo pidamos a domicilio —. Resopla.  
“La italiana” era uno de los restaurantes favoritos de Paul. Pequeño, a diez minutos en auto, con comida deliciosa, un ambiente acogedor y precios accesibles; el lugar perfecto si no fuese por aquella camarera bustona que insistía en bañar a Paul en atenciones indeseadas, para disgusto de John.    
— Por favor, quiero salir y que alguien vea esto — Pide Paul ofreciéndole a John su mano izquierda con el anillo de compromiso para ayudarlo a levantarse.  
John acepta la ayuda y un guiño de maldad aparece en su cara mientras imagina que cara pondría esa mujer al ver la alianza de plata en Paul y a John sosteniéndolo por la cintura. Esto lo que al final mejora su humor y lo hace aceptar.  
— Tienes una necesidad enfermiza de lucirte, Princesa—. Dice con una sonrisa torcida mientras acaricia el rostro de Paul con el dorso de la mano, provocando que este frunza la nariz con desdén ante el apodo.  
Paul se aleja de su novio en dirección a los apagadores y cierra los ojos antes de encender las luces, cegando momentáneamente a John.  
— Apaga el televisor y date prisa, tengo hambre— Paul apremia antes de escabullirse al baño para arreglar su aspecto, mientras que John, después de apagar los dispositivos a tientas, se tambalea con los ojos entrecerrados hasta su habitación compartida.
Ahí se apura a cambiar su ropa por una camisa blanca y unos de jeans deslavados, ata su cabello en una minúscula cola de caballo y, por ser una noche especial, se coloca su pendiente favorito (de oro blanco, obsequio de Paul). Finalmente se cubre en perfume y va a golpear la puerta del baño con la única intención de enfurecer más a Paul.  
-------------Sección 4------------- 
Esta noche John se siente vivo por primera vez en semanas.
El último mes todos sus sentidos habían sido entumecidos por una preocupación que le revolvía el estómago y lo hacía perder el sueño. La posibilidad de ser rechazado.
John no duda del amor de Paul, ese jamás ha sido el caso, pero también conoce como piensa. Su intelecto agudo detecta y analiza mil problemas y situaciones que John por su parte no puede ni sospechar, entonces, si Paul no se siente listo para dar el “sí” John no tendrá ningún argumento para refutar su decisión.  
No sería el fin del mundo, no realmente. Incluso si fuese rechazado y tuviese que volver a sus antidepresivos, esto no lo detendría de seguir amando a su novio de años, ni tampoco lo detendría de seguir intentando convencerlo, hasta que un día, eventualmente, Paul aceptara convertirse en su familia. No sería el fin del mundo, pero John no quisiera pasar por eso.
Como sea, ya nada de eso importa más, porque Paul ha dicho que sí, y el anillo plateado en su mano lo prueba.
Todo está olvidado porque ahora Paul yace despeinado bajo su cuerpo en la cama, ambos con nada más que sus camisas para dormir y sus diminutos boxers, mientras se besan profundamente y sus brazos se aferran el uno al otro.
Con cada beso los contactos se vuelven más desesperados y húmedos, delgados hilos de saliva brillan entre la oscuridad de la habitación, iluminada solo por un par de lámparas nocturnas. John se separa para recuperar el aliento y peina hacia atrás el lago flequillo de Paul admirando su rostro sensual; labios brillantes y enrojecidos, ojos entrecerrados en aturdimiento por la pasión. Cuando acaricia su mejilla siente el calor de su piel volviéndose más intenso bajo su palma. Pronto regresa a besarlo, pero esta vez comienza a moverse hacia abajo, mientras Paul enreda una mano en su cabello ondulado apenas sostenido por una banda elástica. Entre besos, mordidas y lamidas, recorre el cuello y la clavícula del hombre, con suficiente delicadeza para no dejar marcas. Su avance se detiene sólo un instante cuando su boca toca la camiseta y entonces comienza a subirla por su dobladillo inferior. Paul levanta su peso para facilitarle la tarea y ambos ríen cuando el cuello circular termina atorado en su cabeza forzándolo finalmente sentarse y retirarla apropiadamente. John también se quita su prenda y ambos quedan en nada más que ropa interior.
John besa la clavícula y el esternón de Paul mientras lo empuja con la yema de sus dedos suavemente hacia abajo, y mientras continua su camino de besos Paul acaricia su espalda. El mayor coloca besos que bajan por las costillas de su amante evitando cuidadosamente el parche de nicotina de su tratamiento haciéndolo reír en el proceso.  Cuando llega a su ombligo se detiene para morder su abdomen y se permite dejar chupetones en su vientre ligeramente marcado por el ejercicio, un lugar lo suficientemente íntimo para ser un secreto compartido. Paul se arquea hacia arriba deseoso por recibir más atenciones y presiona con más fuerza sus manos en la espalda de John, mientras se pierde en la sensación húmeda de la lengua que recorre su estómago hasta que John baja un poco más, y de pronto está besando su media erección a través de sus boxers.  Sin pensarlo Paul cierra las piernas atrapando la cabeza de su amante entre sus fuertes muslos y John se sorprende un instante antes de relajarse completamente y disfrutar del calor y la presión de su agarre. Felizmente moría entre las piernas de Paul. John abraza dichas extremidades para mantenerlas firmemente en su lugar y frota su rostro en la abultada entrepierna de su novio imaginando que la barrera de tela no existe, mientras Paul suelta quejidos de placer y se hace más grande bajo su cara.  
John disfruta demasiado este juego previo hasta que repentinamente Paul lo deja ir, y se siente desamparado cuando la temperatura a su alrededor baja bruscamente. Aturdido no opone resistencia cuando Paul lo toma por sus bíceps y tira hacia arriba hasta que sus rostros vuelven a estar al mismo nivel.
— Dime cómo quieres hacerlo hoy John —. Ordena Paul cerrando los brazos alrededor de su cuello.
Antes de responder John desliza una mano bajo su ropa interior para apretar un glúteo carnoso. Paul responde el gesto lamiendo su oreja y metiendo la lengua por los contornos exteriores. John pierde el aliento.
— ¿Puedo ponerla dentro Paulie?
— Por supuesto — Paul sella su respuesta con un rápido beso en su patilla— ¿Te gustaría que te monte? ¿Está bien si te domino un poco? — Pregunta sin señal de vergüenza desde que largo tiempo atrás aprendieron a disfrutar de su intimidad sin tabús y a crear puentes de confianza el uno con el otro.  
John mira esos ojos brillantes que lo seducen detrás de largas pestañas y sabe que no tiene deseo de objetar. Tener a Paul al mando es un proceso enloquecedor y sensual que normalmente termina con ellos perdiendo la razón y haciéndolo como animales.
— Sería increíble, Amor — Esta vez John besa los párpados de esos bellos ojos.
— Gracias, cariño — Dice Paul y se besan con superficialmente, no es más que un intercambio de “Gracias” y “De nada”. — Cambiemos de posición — Avisa, y sin esperar una respuesta hace rodar sus cuerpos hasta que su situación se invierte, con John recostado en la cama y Paul encima. — A pasado un tiempo desde que lo hicimos así, y estoy ansioso de comenzar — Paul se sienta sobre la cadera de John con las rodillas apoyadas lado a lado en el colchón e inevitablemente sus erecciones se frotan a través de la ropa.
— Vamos vaquero, ¡Ajúa! — John dice con voz animada y una gran sonrisa tonta mientras sujeta a su pareja de la cintura.    
Paul escupe una carcajada y cubre la boca de John con ambas manos, sofocando cualquier otro sonido.
— ¡John voy a matarte! Por Dios, estoy tratando de comenzar algo bueno aquí — Paul puede sentir como la risa mata un poco su erección, pero no puede evitar seguir riendo.  
— Hojiento — John trata de hablar con la boca cubierta. Paul libera su agarre — Lo siento Cariño, sabes que no dejo de hablar cuando estoy ansioso ¿Por qué no mantienes mi boca ocupada? — John mueve las cejas sugestivamente y Paul lo mira exasperado, pero finalmente cede y comienza una nueva serie de besos.
— No puedo seguir besándote cada vez que dices una tontería John, necesito prepararme para tenerte.
— Déjame ayudarte con eso.
— Muy bien, hazlo y yo también te prepararé.  
Paul se retira un poco para remover la ropa interior de ambos, exponiendo sus estados semi erectos, y sonríe un poco para sí mismo, sabiendo que a pesar del buen tamaño de su pareja aún tiene la oportunidad de sentir crecer a John literalmente en sus manos. Complacido rápidamente recupera su lugar sobre sus caderas, esta vez el contacto entre sus partes íntimas es directo y ambos suspiran de placer.  
John lo recibe sosteniéndolo por la cadera y se recrea, fascinado, en la dualidad que encuentra su lugar en Paul. Fuerza masculina con una sutil feminidad que crean un hechizo del que es imposible de escapar. Sensuales piernas que enmarcan un enrojecido miembro masculino erecto entre ellas, pezones rosados en pectorales fuertes, hombros anchos con un cuello grácil, y todo culmina en su atractivo rostro, una quijada varonil suavizada por rasgos completamente suaves, desde sus labios pequeños y carnoso hasta sus enormes ojos naturalmente tristes.  
Ahora esos ojos lo miran sugestivamente y John finalmente recuerda que tiene una tarea que realizar. Estirando un brazo, alcanza el buró donde descansan sus lentes, abre uno de los cajones y saca la botella de lubricante y un preservativo que enseguida Paul le quita de la mano.  
— Hoy no necesitamos esto — Dice el menor cuando vuelve a colocarlo en el cajón antes de cerrarlo.  
Paul quiere hacerlo a pelo. Y John sabe que en algún punto de la noche perderá el control.
—  Puedes tocarme sólo por detrás y no puedes tocarte a ti mismo ¿Okay? — Paul lo condiciona y John asiente sin pensarlo dos veces.
Ya lubricados John frota sus dedos para calentar la substancia antes de buscar la abertura entre las piernas de su amante. Antes de colocar el primer dedo frota círculos en la tierna entrada para suavizar el músculo y Paul se apoya con sus manos en el colchón y arquea la espalda para permitir un mejor acceso a su trasero. Cuando el primer dedo entra, John empuja hasta el segundo nudillo sin problemas, en su posición actual no puede ver lo que ocurre en ese cálido agujero, pero su imaginación es más que suficiente para visualizar que el calor estrecho está alrededor de su erección. Paul lo trae de vuelta a la realidad cuando comienza a masturbarlo con una mano cubierta en lubricante.  
Delicado pero implacable, Paul usa sus hábiles dedos para acariciarlo pasando de sus testículos a su eje repetidamente y pronto John se encuentra con la conciencia abrumada y perdiendo la concentración en su tarea. Es su amante quien tiene que recordarle poner un segundo dedo en su canal y comenzar a tijeretear para suavizarlo. John retoma sus intenciones tratando de dejar en segundo plano su propio placer, pero cuando siente su miembro latir y el líquido preseminal forma una mancha en su punta, se detiene bruscamente y también detiene a Paul que le dirige una mirada interrogante.
— Lo siento, dame un minuto Paulie— se disculpa arrugando el rostro como si sintiera dolor.
— ¿Estás bien?
— Sí, sí, sólo... creo que estoy algo impaciente, si no nos detenemos un segundo voy a correrme antes de comenzar, lo siento.
— Puedes correrte ahora y esperaremos que te recuperes para continuar —. Paul argumenta, aunque deja de montarlo y en cambio se sienta a su lado en la cama.
— No, no quiero hacerte esperar, solo deja que me tranquilice. Pensaré en cosas desagradables, Boris Johnson o algo así.
— No hay problema, pero ¿Estás seguro de que te sientes bien? Estás sudando mucho ¿No tienes fiebre?
— Estoy bien Encanto, creo que esta noche estoy demasiado feliz de que estés conmigo y no puedo dejar de pensar en ti. No es bueno para la resistencia de mi amiguito.
Paul se sonroja instantáneamente.
Es un sinsentido que después de años de realizar obscenidades en su dormitorio, una simple confesión, tan sincera y espontánea lo haga sentir tan abochornado como la primera vez que se tomaron de las manos.
Volviéndose tímido de pronto se acurruca en el pecho de John y besa superficialmente sus pectorales. John inhala profundamente y lo rodea con el brazo.
— No me estás ayudando Paul.
— Cierra los ojos y piensa en otra cosa, yo me ocuparé de lo demás.
John obedece y trata de apagar también sus otros sentidos para dejar su mente en blanco.
No es fácil. Aun puede sentir el cuerpo de Paul moviéndose bajo su brazo y cuando lo escucha gemir sin poder evitarlo su mente divaga sobre cuantos dedos Paul a puesto dentro de sí.  
Paul es diligente con su tarea, colocando todo el lubricante necesario y explorando la mayor profundidad posible. Cuando se siente listo para recibir a John sin problemas, mueve sus dedos a una zona menos profunda para tocar su próstata y entregarse completamente al placer. Pronto se encuentra jadeando sobre su novio y su excitación le parece imposible de soportar en soledad.  
— Johnny... John, Amor te necesito ¿Estás listo? Te quiero dentro John, quiero que me enseñes cuánto piensas en mi—. Con el aliento entrecortado y sin esperar una respuesta Paul se monta nuevamente sobre su pelvis sosteniendo su peso en sus rodillas.
Esta vez John está preparado y lo sujeta de las caderas tratando de guiarlo, hasta que Paul lo sujeta por las muñecas y lo retira.  
— Manos fuera John, déjame hacerlo —. Advierte con una mirada sugestiva.
John pelea con sus adentros, pero de alguna manera logra el control suficiente para apretar las sábanas en sus puños y obedecer. Pronto la mano de Paul está sujetando la base de su pene para colocarlo bajo su entrada y al siguiente segundo un calor enloquecedor engulle su punta.
Ambos gimen y Paul comienza a bajar sus caderas deslizando a John cada vez más profundo en su estrecho canal, su respiración es agitada y hay un índice de dolor en el inmenso placer que se dibuja en su rostro, pero John no puede verlo, sus manos están cubriendo sus ojos en un intento de autocontrol, su necesidad de correrse amenazándolo con no poder complacer a Paul.
Hay un instante en que ninguno se mueve, ambos tratando de acostumbrarse a la sensación de ser un solo cuerpo, y luego Paul apoya firmemente sus manos en la cama para comenzar a balancearse de arriba abajo en el miembro de John. Los movimientos son superficiales al principio, pero luego se profundizan. John logra abrir los ojos y observa aturdido la escena frente a él; Paul alternando entre jadeos y gemidos, con el rostro contraído en placer y dolor, su cuerpo que tiembla esforzándose en seguir un ritmo constante, una deliciosa erección que se sacude de un lado a otro con cada golpe, y en el punto más bajo, su propio pene siendo tragado una y otra vez por ese agujero estrecho y ardiente.  
Paul lo usa como un juguete sexual y la idea lo vuelve loco, lo hace febril. John quiere tocarlo. En todas partes. Acariciar sus testículos y bombear su pene, dejar marcas de dedos en la piel blanca, succionar sus pezones y morder sus labios. John quiere darle más placer y eliminar esa minúscula parte de dolor que aún permanece en Paul.  
— Paul....déjame abrazarte — John logra murmurar apretando las rodillas del otro hombre.
— No te escucho John... dilo fuerte y claro para mí Johnny —. Con su razonamiento nublado John llega a la vaga noción de que Paul lo obligará a suplicar. Y no le importa. Suplicará si es necesario.
— Por favor, por favor... Paul quiero abrazarte... déjame abrazarte. Logra jadear un poco más fuerte.
— Muy bien John—. Paul lo felicita como si fuese un niño que finalmente aprendió a tener modales — Entonces, muéstrame que tienes para mí.  
John logra sentarse y abraza a Paul sosteniéndolo con fuerza de la cintura y un glúteo, mientras este lo abraza por el cuello y extiende sus piernas en la cama rodeándolo, liberando sus rodillas del peso de su cuerpo y convirtiendo a John en su punto de apoyo. John siente este cambio y empuja su cadera hacia adelante penetrando a Paul hasta que sus testículos chocan con sus nalgas y lo detiene de seguir avanzando. Paul tiembla y jadea violentamente antes de sofocar su voz besando su hombro.  
— Bésame — murmura en su piel.
John obedece pero besa su pecho en su lugar y toma entre sus labios uno de sus pezones erectos.
Paul frunce el ceño y se queja, pero no impide su avance, su cuerpo tiembla de placer con cada envestida y muerde el hombro de John sofocando sus exclamaciones de placer, aun sabiendo que es innecesario cuando las casas vecinas están lo suficientemente alejadas.    
John siente como su pareja se vuelve más sensible con cada estocada y se concentra en tratar de darle un orgasmo. Cambia de lugar la mano en su glúteo y sujeta su erección, sobando círculos con su pulgar sobre el glande. Cuando Paul ya no puede enmudecer su boca John sabe que va por buen camino.
Paul entierra los dedos en su espalda y su bíceps derecho, con suficiente fuerza para dejarlo adolorido y marcado, pero John no se detiene y en cambio maneja su cuerpo con mayor brusquedad llevándolo al borde de la desesperación. Y Paul realmente, realmente, necesita sentir los labios de su novio sobre los suyos.
Enredando su puño en su cabello ondulado Paul tira con fuerza hasta que John gruñe de dolor y lo mira a los ojos. El mayor se queda estático cuando ve las profusas lágrimas en el rostro de Paul. Hay algo más allá del placer en esas lágrimas, algo que John no puede reconocer al instante y teme que sea dolor.
— ¿Estás bien? — Pregunta mientras le limpia el rostro con el dorso de su mano y frota su espalda para calmarlo.  
Paul asiente vigorosamente y le sonríe sin parar de llorar.
— Es sólo... es nuestra noche de compromiso John ¿Te das cuenta? Vamos a casarnos y ... y no lo entiendo, porque no debería cambiar nada, pero me siento muy feliz. — Confiesa y su sonrisa es imposiblemente grande — Dios, te amo tanto.
John no tiene la capacidad para detener sus propias lágrimas y cuando se besan y el beso sabe a sal, una mezcla deliciosa de lágrimas de dicha y sudor extático.
Paul lo ama. Paul quiere ser suyo tanto como él, y no importa cuantas veces lo escuche, se siente como la primera vez, y John nuevamente está aterrado de perderlo. Quiere poseer su corazón, su cuerpo, su mente, todo, todo, para que Paul nunca se vaya.
Paul casi grita cuando John lo derriba en la cama sorpresivamente y el miembro en sus adentro cambia violentamente de posición golpeando sus barreras.
— Lo siento, ¿Estás bien? ¿Te hice daño?
— Estoy bien...se siente bien... John —. Jadea entre lágrimas y enreda sus piernas en la espalda de su amante formando un candado.
— Paul ya no puedo contenerme, lo siento, no voy a detenerme Cariño.
Paul no tiene tiempo de dar una respuesta afirmativa cuando John continúa penetrándolo con fuerza, retirando casi toda su longitud para luego golpear hasta el fondo sin piedad. Jadeando y sollozando desesperadamente Paul se encuentra dividido entre su necesidad de respirar correctamente y el deseo de aferrarse a John en un beso sucio y torpe; lenguas que bailan dentro y fuera, labios a punto de sangrar y dientes que duelen cada vez que chocan pero que no se detienen.  
John se vuelve poderoso y posesivo, sus jadeos son casi gruñidos y sostiene la cadera de Paul con la fuerza suficiente para crearle moretones, este es el momento definitivo, es todo y más de lo que Paul espera, y siente que pierde la razón. Su mente vaga fuera y dentro de la conciencia, pero su cuerpo toma el control.
— ¡Mas fuerte! ¡Más rápido! — Paul exige sin percatarse de la fuerza con que rasguña la espalda de John.
— Voy a.... a correrme Paul, no aguantaré mucho —. Avisa con la voz ronca. Lágrimas de placer corren por su barbilla y aterrizan sobre Paul.
— Hazlo dentro, déjalo salir dentro.
Paul aprieta el abdomen y la repentina estrechez le arranca el aliento a John. Todo su cuerpo tiembla y su parte media cosquillea insoportablemente con dolor hasta que su semen se dispara dentro de Paul, llenándolo de líquido caliente. Hay un instante en que ve blanco puro, sus brazos se vuelven blandos y se apoya con más fuerza sobre el pecho de Paul, pero en ningún momento deja de bombear dentro, Paul aún no se ha corrido.
Paul se quema por dentro con la semilla cálida de su novio que lo lubrica nuevamente y John continúa golpeando su próstata con insistencia mientras acaricia su pene. Pronto todo su cuerpo tiembla de forma casi aterradora y cuando una sacudida especialmente violenta llega, se escucha gritar, y su espalda se arquea hacia arriba para finalmente disparar su semen en la mano de John y en su propio abdomen. Paul respira profundamente, sintiéndose ligero y en paz. Pensamientos felices llenan su mente y no puede evitar reír mientras su novio, su prometido, le besa la frente.  
Ambos son un desastre de semen, sudor y lágrimas, pero nada parece importarles, su única preocupación en el mundo ahora es recuperar su aliento mientras descansan enredados y sin fuerzas como un par de muñecos de trapo. Intoxicado por el olor a sus sudor y sexo, John lame el cuello de Paul para percibir más intensamente su aroma mientras retira su pene de su interior.  
Paul hace el más pequeño sonido de protesta.
— Hagámoslo de nuevo — susurra con los parpados revoloteando, aún aturdido.
— Dame 15 minutos, y soy todo tuyo — John sonríe contra su garganta.
— Que sean 10.  
Esa noche hacen el amor otras tres veces hasta que John, agotado, pide una tregua.
-------------Sección 5------------
La habitación está en completa oscuridad.
Los dos hombres vistiendo solamente su ropa interior y limpios de toda señal que delate sus actividades previas yacen en su cama matrimonial listos para dormir. Paul usa los pectorales de su novio para descansar su cabeza y le deposita besos castos de vez en vez, mientras John le acaricia el cabello.
— Recuerdo que cuando Jane se comprometió — comienza Paul — me dijo que, en compensación por el anillo, el novio debe recibir un reloj del mismo valor.  
— Que fácil para ella, solamente cruzó a la tienda y compró uno de esos relojes de plástico con chicles adentro —. John se burla con saña.  
— Con un sticker pegado que dice la hora —. Completa Paul. Jane es su amiga, pero no puede evitar seguir la corriente.
Ambos ríen en voz baja y esta vez Paul no le reclama a John su incapacidad de olvidar sus celos infantiles hacia Jane, cuyo único pecado además de su belleza es haber sido la primera novia de Paul cuando ambos cursaban la secundaria, eso ya hace más de diez años. Para ser sinceros, “novios” no es el término preciso para describir una relación de manitas sudadas que apenas tardó dos semanas.  
— Y sí en vez de un reloj quiero darte un anillo ¿Lo usarías?
— Realmente no tienes que darme nada, Macca, pero si lo haces, estaría feliz de usarlo.
Paul estira un brazo para acariciar su mejilla y John besa su mano antes de dejarlo ir.
— Entonces vayamos mañana a comprarlo y puedes elegir lo que te guste.
— Muy bien, pero quiero uno con una piedra jodidamente enorme y fea como el infierno, para que todos sepan que me caso por dinero.
— Oye, no, no, yo soy el esposo trofeo de esta relación.
— Nadie va a creer que eres el trofeo de un pobre bastardo que hace publicidad Paul.
— ¿Pobre dices? Revisa tus privilegios Lennon, yo soy pobre pendejo que tuvo que pedir un préstamo para la universidad pública.  
John suelta un “Owwwwwwwwww” largo y nasal antes de continuar.
— Pobrecito Paulie, pero nunca mencionas que Jim pagó la mitad del préstamo y que usaste tu beca para pagar el resto.  Ahora eres un pomposo arquitecto mientras que yo soy un pobre, pobre, o tan pobre mercadólogo.  
Paul se sonroja avergonzado, pero no cede, hace un puchero y contesta.
— No soy pomposo John.
— Compraste esa carcacha para no usar el transporte público como los demás mortales.
— Ella no es una carcacha John, y tal vez tú también tendrías un auto si ahorraras para eso en vez de seguir comprando pendejadas ... — Aquí Paul tiene una revelación — … para mí. No dejas de comprarme regalos ¡Tengo razón! ¡Yo soy el esposo trofeo!  
Paul celebra victorioso, y John se queda sin palabras.
— Si bueno, aun así vas a pagar por un enorme anillo— comenta finalmente de mala gana.
— Por supuesto Winnie. Todo lo que tú quieras — Paul besa la quijada de John alegremente y esto funciona para minimizar el mal humor de su pareja.
— Oye ¿Tenemos que comprar otros anillos para el día de la boda? ¿Qué se supone que hagamos con los de compromiso cuando tengamos los de matrimonio?
— Nunca lo había pensado, pero me parece un desperdicio tonto de dinero, no tenemos que comprar otro par.
— Ya que estamos afuera podemos ver el precio de los trajes ¿Quieres usar un traje?
— No he decidido, pero podemos darnos una idea del precio —, Paul bosteza —, aunque es más importante investigar los requisitos del juzgado.
— También es importante hablar con Jim y Mimi ¿Lo haremos mañana?
— Primero hablemos con George y Ringo, quiero que por lo menos alguien se alegre de la noticia.
— Buena idea, necesito todo el ánimo posible ante de enfrentar a Mimi. Salgamos a tomar algo con ellos.
— Por cierto ¿Ya tienes una idea de quienes más estarán en la fiesta?
— ¿Fiesta? — John levanta una ceja astutamente.  
Paul rueda los ojos y suspira con fastidio.
— Celebración, convivio, reunión. Esa Cosa. Cómo quieras decirle ¿Cuántas personas irán?
John se ríe de su respuesta, es como si Paul tratara de ocultar lo emocionado que está por planear todo actuando casual.
— Cuando tengamos una lista de invitados podemos comenzar a cotizar un lugar, la comida y las invitaciones, así sabremos cuanto ahorrar—. Como adivinando el pensamiento de su novio, Paul deja en claro porque es importante comenzar a pensar en los detalles de la boda.  
— No más de cincuenta Paul —. John lo limita, un poco nervioso de que esto de le salga de las manos.
— ¿Cincuenta? Pensaba en veinte, treinta como máximo ¿Quieres a tantas personas? — Paul parece verdaderamente sorprendido y John siente alivio instantáneo. Realmente debería dejar esto en manos de Paul, su prometido no va a decepcionarlo.
— No, veinte es buen número.
John suelta un bostezo mientras estira los brazos con cansancio y Paul también bosteza, contagiado.
— Vamos a dormir de una vez, tenemos mucho que hacer mañana — Dice Paul separándose de John para acomodarse en su mitad de la cama. Es tan bueno que con el tiempo John haya dejado de patearlo fuera del colchón, quizá en algún punto de su vida también deje de robarle las sábanas.  
— Buenas noches Macca —. Murmura John, y Paul cierra los ojos cuando recibe un beso en la nariz.
------------ Sección 6------------
El celular de John suena a las 4 de la mañana, y ambos despiertan con el corazón en la garganta.
A tientas John alcanza el dispositivo, la pantalla es tan brillante que lo hace cerrar los ojos, y contesta la llamada entrante.  
— ¿John? — Habla una mujer.  
John necesita un par de segundos para reconocer la voz.
— ¿Mimi? ¿Mimi estás bien? — Titubea mientras su mente se dispara con pensamientos turbulentos ¿Qué le pasa a Mimi? ¿Sufrió otra caída? ¿Porque no es su enfermera la que llama? Instintivamente busca por la mano de Paul, y él lo encuentra a medio camino.
— Sí hijo, yo estoy bien—, responde la tía Mimi con voz firme pero tranquilizadora—, pero tienes que venir al hospital de St.Theodorus. John, tu hermana murió.
En su estado alterado, John considera esta noticia muy extraña. Principalmente porque no recuerda tener una hermana.
                   ___________________________________________
Muy satisfecha con la forma en que terminó este capítulo! Yei!
¿Qué les pareció el sexo? Me costó mucho escribirlo, no podía entrar el “la zona”, pero al final creo que obtuve un resultado disfrutable.
También batallé con la propuesta de matrimonio, quería hacerlo sentir genuino y lo menos cliché posible.
Les deseo feliz navidad y año nuevo. No bajen la guardia con ese bicho feo, ni expongan a sus familias. Espero que el 2021 nos reciba con vacunas que finalmente solucionen este problema y muchas otras noticias positivas.
LOVE.  
11 notes · View notes
ozil-jan44 · 4 years
Text
Por primera vez en dos días completos, desde que salí de mi casa, cerré los ojos y me quedé dormido. Tengo trescientas veintiocho libras, que es todo lo que tengo ahora en la vida. Veo una mesa muy enorme, la como con avidez, mientras mis hermanos me miran con asombro, yo sabía que estaba soñando, pero tenía tanta hambre que no me importaba. Más bien, un conductor de tren, le di dinero y él me dio dinero, trató de volver a la deliciosa mesa y falló, frente a mí una pareja de ancianos, una mujer de sesenta años brillando de su boca su año dorado, debe valer más de dos mil libras, y un hombre de setenta, tal vez, durmiendo casi sobre su hombro, y a mi lado un joven mayor que yo. Tiene libros de texto en la mano Dormía en mi hombro, roncaba y de su bolsillo sacó su billetera con dinero en efectivo que se me acercaba, imaginé que todos íbamos de viaje, pero no lo estábamos.
En la estación de llegada, yo tenía seiscientas ochenta y nueve libras, él tenía un poco más que yo, pero estaría bien. El próximo tren llegará en hora y media, salí de la estación y fui al primer restaurante que vi, un restaurante de pescado, pedí medio kilo de camarón a la plancha. Después de media hora de cincelar y dos tazas de té, salí del café rumbo a la estación, conmigo seiscientas ochenta libras, el tren llegará en un cuarto de hora, me río cada vez que pienso en el dueño del restaurante esperando a que regrese, pero su mundo es estable y estable, y sería estúpido si se permitiera que algo tan pequeño lo perturbara. . También compré una mochila, que creo que en el tren me dará el prestigio de quien sabe adónde ir. No en la estación a esta hora, solo cuarenta
Casi una persona, si excluimos a los trabajadores, treinta personas de mi lado, diez del lado opuesto, veintitrés hombres, diez mujeres y siete niños, dos niñas y cinco niños, todos tienen sueño, excepto una niña que gira alrededor de su madre, exactamente como lo hacía mi hermano pequeño con mi madre desde entonces. Tres semanas, un baile mágico para convocar un colapso, tal vez su madre lo supiera, y por eso dio sus dos golpes consecutivos en el rostro, dirigiendo la mirada durante medio segundo, antes de que los ojos volvieran a escapar del peso de la posibilidad de la necesidad de intervenir. O sus bolsas sobre algo, su último trimestre menos uno, intercambiaron miradas de desaprobación y solidaridad sobre el silencio al mismo tiempo, y solo uno me miró y señaló a la mujer y re-representó los dos latigazos de una manera teatral y no sensible.
El tren llegó con diez minutos de retraso y me resistí a dormir en él con toda mi voluntad. Me senté en un asiento vacío, luego me senté frente a mí, el portavoz enojado y lloroso, fingiendo buscar algo en mi bolsa nueva y vacía, fingiendo que saqué un sombrero de la bolsa y me lo puse, exhalé el golpe. Denunciando mi absurdo, nuestro cuádruple está lleno de drama impenitente, tenemos un largo tiempo por delante, durante el cual la capacidad de ambos para ignorar el llanto de la mujer maltratada y el aburrimiento de la camada se derrumbará. Y tal vez porque me vio hacerlo, el dramaturgo fingió buscar algo en su bolsillo, sacó un sombrero falso, se lo puso en la cabeza y luego lo volvió, el slamter aplaudió con desaprobación.
Y miré la ventana entreabierta, a los cinco minutos el niño se calmó un poco, y para celebrar eso, el teatralista sacó un cigarrillo falso del bolsillo y fingió encenderlo, la mujer agitó la mano como si estuviera quitando humo, y sonrió al darse cuenta de que había participado en nuestro juego, luego cortó la sonrisa y le pidió a su niño que dejara de temblar. Su hombre, una señal que fue suficiente para que la niña recuperara la capacidad de llorar, el dramaturgo comenzó a llorar, pero él estaba llorando de verdad, por lo que su llanto real calmó al niño. Los cuatro hombres de la puerta de al lado nos estaban mirando, así que le di un codazo y la señalé claramente, para que fingieran ser Sarhan, los cobardes.
Debo estar soñando, de lo contrario, que harían el toletero y el maltrecho y los cuatro hombres y el teatral hacer en nuestro salón, comer y ver la tele, mientras mi madre prepara el almuerzo, y me pide que despierte a mi hermano gemelo del sueño, entro a nuestra habitación y lo encuentro chocando con el conductor del tren, el dueño del restaurante de pescado, y el joven de la billetera, salto Al dominio de inmediato, y entre puñetazos y patadas levanto al dramaturgo que también salta hacia ella, y lo golpea y patea en el aire, lo que llama a la sorpresa de los tres enemigos y la risa de mi querido hermano.
Después de una hora y diez minutos, que es una cuarta parte de todo el viaje, la niña, su madre y tres hombres cobardes, en un sueño profundo, despiertos de los cuatro, miran fijamente un libro que no ha pasado las páginas desde que fue abierto. Y de vez en cuando se ajustaba su gorro falso, me molestaba, así que se lo quité y lo tiré fuera del tren, con mucha calma sacó otro gorro falso del bolsillo y se lo puso en la cabeza.
¿A dónde vas?
_Tú caminas Luego se dirigió a su asiento, sacó una frescura imaginaria de su bolsillo, sacó un libro imaginario y fingió estar absorto en leerlo, el hombre despierto cobarde lo miró, entonces me senté e hice lo mismo, y comencé a completar palabras al azar como si estuviera leyendo en voz alta, el dramaturgo me pidió que leyera tranquilamente, y arrojé mi libro en dirección a los cobardes despiertos. Él atendió sus consejos, nos reímos
En la mitad de la distancia, estaba pensando en mi hermano pequeño, que nos dejó hace tres semanas, en mi hermano gemelo que lo siguió hace dos semanas, y en mi madre que ahora está desaparecida, tres de sus hijos, en ese momento los cuatro cobardes se habían convertido en tres, uno se fue y una niña de mi edad se sentó en su lugar. Cuando nos miró por primera vez, y sin estar de acuerdo, ambos levantamos nuestro sombrero con respeto, sonrió y agitó la cara.
La lattma se despertó angustiada mirando por la ventana, y en su pierna estaba la maltrecha y acostada durmiente, en esa etapa yo había sabido algunas cosas, la más importante de las cuales era que el Latimah no tenía más que el precio del viaje, y su esposo la estaba esperando en la estación de llegada, el dueño del teatro tenía más de mil libras, los tres hombres dos tenían su billetera Lleno de dinero en efectivo del que no podía decir la cantidad, en esa etapa también, el dramaturgo estaba leyendo un periódico falso y refiriéndose a mí de vez en cuando, a cierto párrafo, así que finjo leerlo y discutirlo en voz alta, y el cordero ya no estaba tan enojado con nosotros.
Y en el cuarto cigarro de verdad, supe en el teatro que en realidad no se va a ningún lado, y que tomará el tren de regreso a la misma ciudad en la que partimos, y mintiendo, le dije que yo también lo estoy haciendo, y cuando me preguntó de dónde soy exactamente, le dije que vivo cerca de la estación de tren, No pidió más detalles, alto, corpulento, blanco, con el pelo corto y liso, las prisas de los que no perdieron a un ser querido, es decir, completamente opuesto a todo, y acordamos pasar el rato juntos en la ciudad donde termina el viaje.
Fuimos juntos, todos fingiendo estar arrastrando pesadas bolsas detrás de él, y en la estación, el esposo del Latamah se enfadó por el retraso de su esposa y comenzó a amonestarla en voz alta, mientras su hija cargaba, decidimos seguirlos y nos embarcamos en una gran aventura, que terminó nada más salir de la estación, con los tres en taxi. El dramaturgo quedó en una encrucijada, ninguno de los dos sabía lo que el otro quería y hacia dónde se dirigía en realidad, caminamos mucho sin rumbo, levantamos el sombrero ante la gente y evitamos obstáculos imaginarios, y casi de la nada, sugirió el dramaturgo, que entramos en una casa que nos gusta y fingimos.Conseguimos la risa fuerte, estuve de acuerdo, y entramos a un edificio, y llamamos a la primera puerta que encontramos, y un hombre enorme del trigésimo se nos acercó. Nos dijo que tuvimos la risa fuerte y que se rió con 1.346 calorías con una voz estimada en 95 decibelios, y tuvo que pagar ciento diecisiete libras a cambio, nos acusó de locura y agarró Con mi asfixia, me empujó contra la pared, y cuando traté de aflojar los tornillos, me dio un puñetazo en la cara y la sangre brotó de mi nariz. Eran las once de la noche y habíamos acordado dormir en el primer miserable hotel que encontramos.
En nuestra habitación doble, hay una televisión rota en el medio y un balcón con montones de tierra que da a un mercado en una calle muy estrecha, una radio rota, dos toallas sucias, un cuadro al óleo arrancado de los bordes de un barco en el mar y un reloj parado a las nueve y cincuenta y cinco minutos, diecisiete después. Varios cigarrillos en el suelo, cada uno en una cama silenciosa excepto por los insectos que la atraviesan de vez en cuando, y tal vez con el efecto del cansancio y la aventura comencé a contarle todo. Mi hermano pequeño, que murió en un accidente automovilístico, y los detalles del funeral y las condolencias, donde mi hermano gemelo y yo estuvimos al frente de quienes nos dieron el pésame con los trajes grandes de mi padre, el colapso de mi madre y su pelea con mi padre, porque dejó morir al pequeño frente a sus ojos, y finalmente, mi hermano se escapó de casa.De hecho, lo busco así, porque a menudo decía delante de mí que le gustaría viajar en tren de ida y vuelta hasta el infinito, robando viajeros y ganándose la vida con su dinero, y por eso tomo un tren diferente en ambas direcciones todos los días para poder encontrarlo. Por otro lado, me dijo que esta es la novena vez que se escapa de casa, específicamente de su padre, y que está decidido a buscar trabajo para no volver nunca más con él. Para encontrarlo, una semana es lo máximo para fugitivos sin plan, le pregunté por su plan, entonces me dijo que además de buscar trabajo cambiaría su nombre y se casaría lo antes posible.Puede llevarse a cualquier chica, luego todavía se mudará de una casa a otra para que nadie lo encuentre, y que tomó todas sus precauciones, la sexta vez lo encontraron porque le contó su plan a su hermana, en la séptima vez, porque ya encontró trabajo, pero cerca de la estación de tren lo vio uno de los conocidos de su padre. Octavo, porque se involucró en una pelea con su patrón, por lo que luego de largos detalles tuvo que llamar a su madre para buscarlo.
No parece tan triste como sus historias, le dije eso, entonces me dijo que no está realmente en una situación trágica, vive su vida día a día, y cuando falla vuelve a intentarlo, y es lo suficientemente grande como para soportar los golpes de su padre, estuve de acuerdo con él en que no lo dejaré hasta que encuentre un trabajo adecuado, entonces Voy a volver a casa. Él mentía sobre todo, por supuesto, y yo mentía sobre todo.
Sueño con una estación de tren muy ancha, veo a mi madre buscándome debajo de los asientos, a mis hermanos jugando a la pelota con los trabajadores de la estación, la jugada es el árbitro del partido, y el enorme trigésimo camina con su ropa interior y arrastra un collar de perro detrás de él sin perro, riendo a carcajadas.
El teatral me despertó por la mañana, y él se rió de que estaba abrazando mi bolso por miedo a que me lo robaran, mi bolso estaba completamente vacío, caminamos en busca de trabajo, esto es mucho más difícil que mi imaginación, por hasta el trabajo más cruel y mal pagado, necesitas parte del sistema, en su punto más bajo, pero estás en él, el tuyo. Una dirección clara, un nombre real y un mínimo de conocidos comunes, para que puedan estar seguros de ti, les preguntamos a todos, tiendas de ropa, talleres de reparación de automóviles, estaciones de servicio, carritos de frijoles y hígado, cafés, vendedores ambulantes, incluso lugares donde los trabajadores diarios se reunían, nos sentamos y nos echaban de ellos. No llevábamos ningún equipo público que nos permitiera sentarnos con ellos, tengo suficiente Durante unas dos semanas, si ni siquiera logré aumentarlo de una forma u otra, y esto parece suficiente, pero el teatro está decidido a continuar la búsqueda, pasamos otra noche en nuestra habitación sucia, y durante una tercera y cuarta noche, nos gastamos la mitad con nosotros en comida y bebida, y se hizo inevitable acumular algo de dinero. Para seguir buscándolo para un trabajo, no éramos carteristas profesionales, pero alguien tiene que dejar su billetera fácilmente accesible aquí o allá. Recordé que una vez perdí mi teléfono móvil, cuando dos me ocupaban hablando y un tercero me lo robó. El teatro acogió la sugerencia, y esperamos afuera de una estación de metro para buscar El cliente, debe ser joven, más pequeño que nosotros, por si Para cualquier peligro, el teatro tiene que encenderlo y yo tengo que levantar el teléfono, un viejo fantasma de la escuela me dijo que la tecnología es tocar a la persona que vas a poner en partes separadas de su cuerpo varias veces, hasta que se pierda de ti y tomes lo que quieras, no estaba seguro de eso, pero lo habríamos hecho. El dramaturgo fingió frente al cliente que lo conocía, lo abrazó, le dio una palmada en los hombros, luego lo volvió a abrazar, y el cliente se asombró, se adelantó y lo abrazó, e invirtió el plan, tomó el dramaturgo portátil, y antes de que el cliente hablara, nos habíamos ido y le estábamos indicando que nos volveríamos a encontrar, así lo hicimos. Una segunda, tercera y cuarta vez
Fuimos a un hotel mejor, borrachos en los mejores bares, ante nosotros las chicas más bellas de la ciudad, y caminamos largas noches, peleamos interminables peleas, con toda la gente, nos sentamos en cafés como reyes disfrazados, y de un hotel a un hotel a un hotel, arrastramos decenas de bolsos falsos detrás de nosotros, le dije todo De nuevo, sobre mi madre y mi hermano pequeño que se escapó de la casa, y mi hermano gemelo que fue a perseguirlo, y yo fui a perseguirlos, y él le contó sobre su violento padrastro, sus peleas juntos y sobre su escape de él, después de que hirió a su padrastro con un cuchillo de cocina, él estaba mintiendo y yo estaba mintiendo.
Apostamos por aquellos que realmente pueden sacar el valor de una risa fuerte de la gente. Tocamos todas las puertas, nos golpeamos en la cara y en el estómago, patadas de varias mandíbulas en las nalgas, algunas precedidas de un salto alto, luego pies verticales, algunas desde una posición estable, otras precedidas por retroceder y correr hacia adelante. Madres de cuarenta, niños de diez, niñas de la misma edad nos gritaban en la cara, algunas en pijama, otras en ropa de calle, corrimos por calles anchas que terminan en calles más estrechas, calles más estrechas que terminan con carriles atascados y carriles atascados que terminan en carriles calientes, compartidos por sinvergüenzas. Incluso se atreven a mirarnos directamente a los ojos si estuvieran solos.
Acechamos a los compañeros de hotel, los molestamos en sus placeres secretos, veinte jóvenes huyendo de cosas que no sabíamos, mujeres jóvenes que buscan trabajo en la ciudad, hombres misteriosos abrazando con fuerza sus maletas como si contuvieran el secreto de la vida. Nos hicimos amigos de los fantasmas de la ciudad, entramos en sus casas, les robamos, nos robamos, escribimos decenas de cartas amenazantes falsas, las entregamos nosotros mismos como carteros, escribimos cientos de cartas de amor al azar y las distribuimos, diseñamos nuestra ropa oficial como coleccionistas de carcajadas, hasta que estuvimos cerca del éxito, la prensa escribió sobre nosotros, sobre ladrones de carcajadas,Así que tocamos puertas nuevas, como investigadores en el caso de la risa, y les quitamos a las personas nuestros honorarios iniciales oficiales, y les prometimos hacer un seguimiento.
Soñé con mi hermanito trepando a un árbol gigante, robando su fruto y corriendo por los aires, mientras mi hermano gemelo volaba detrás de él, y detrás de ellos un pájaro teatral, y luego yo estaba al fondo mirándolos una bandada de pajaritos riendo, indicándome que los seguiría, movía mis alas en vano.
Probamos todos los nombres, todos los días cada uno escogía un nombre, nos llevábamos bien, luego lo cambiamos al día siguiente, éramos dueños del mundo, hasta que el tonto dramaturgo se enamoró, así que una chica del quinto piso del Edificio No. 87 de Fourth Hotel Street, la conocimos por primera vez como investigadores, se levantó el sombrero El fantasma se fue y se rió, y el tonto cayó, luego fuimos a verla al día siguiente, para decirle que el caso va bien y que necesitamos su número para seguir el caso. Su sombrero y se lo puso en las manos, y le dijo que en realidad no estábamos investigando un caso.Riendo a carcajadas, pero los investigadores encubiertos de la Organización Internacional de Belleza, para vigilar cualquier que exceda el límite permisible de belleza, y que la estamos investigando. Ella se rió sarcásticamente, cínicamente y aburrida, pero él permaneció rígido y mugriento, y yo estaba confundida por su seriedad, y cerré la puerta.
Nos sentamos frente a su edificio todos los días siguientes, ella no salió, nuestros caminos, entonces su padre abrió con una mueca y sostuvo un cuchillo en la mano, corrimos y regresamos como carteros, dejamos cartas de amor frente a la casa todos los días, luego, con el tiempo, comenzamos a cobrar el valor de exceder la belleza permitida. Con manos suaves y fluidas, levanté todo tipo de zapatos, zapatos deportivos para mujeres jóvenes trabajadoras, zapatos con tacones puntiagudos, tacones anchos, niños Zenouba, y luego todos cayeron sobre nuestras caras. A otra ciudad, luego a otra, luego a otra, teatral Todos los días escribe una carta de amor y la envía a Arquitectura 87, leemos la palma de la gente en las calles, organizamos el tráfico, todo en un solo sentido sin retorno, y probamos todo tipo de mendicidad elegante, el truco del arruinado, el truco del extraño, el truco robado, durante un tiempo dormimos por todas partes, en Hoteles gigantes, en calles sucias, en autos robados, en casas abandonadas. Le hablé de mi hermano gemelo que murió en una pelea, de mi hermano menor que perdió el habla por el horror del accidente que vio con sus propios ojos, y de mi padre que me culpa por haber iniciado esa pelea, y me contó que le robó a él y a su hermano el marido de su madre, y luego se pelearon juntos contra él, por su madre. Que los repudió, mentíamos
2 notes · View notes
girasolcaricatura · 4 years
Text
3 poemas de horror para Octubre
Tumblr media
31 AÑOS DE COMERCIALES DE HALLOWEEN
Europa, 1797
En el laboratorio del Dr. Frankenstein algo increíble ha sido creado:
El gran sabor del chocolate
con deliciosa crema de cacahuate.
suena música clásica
Lamentablemente, nadie escucharía...
Y así el mundo tuvo que esperar,
a la llegada de estos grandes sabores,
que saben increíbles juntos
dentro de los riquísimos
chocolates Reese's.
sonidos de un zombie siendo apaleado
Me han llamado el rey de la salpicadura,
el rey de la sangre,
tiene que parecerme real:
Las cabezas cortadas, los miembros
del cuerpo, lo que sea.
Tengo que tener la misma sensación
que cuando vi sangre de verdad
en Vietnam, como fotógrafo de guerra.
Detesto ver una película
en la que alguien muere
y le cierran la boca,
y hacen que tenga
un buen aspecto. Cuando uno
muere no está guapo,
la mandíbula se afloja
y los ojos... ya sabes.
Y eso es lo que he intentado conseguir
con estas cabezas de mentira.
Entrevistada: Todo el mundo
quiere creer que hay vida después de la muerte,
y pienso que ser un muerto viviente es lo que más
se aproxima a esa idea.
Uno vuelve,
y así se cumple su deseo de alcanzar
la inmortalidad, pero, regresa
como algo horrible...
sonidos guturales de una película antigua
Voz del narrador: El terror,
se asocia a una muerte dolorosa,
porque es uno de nuestros miedos
sonidos de motosierras y disparos
Todo el mundo conoce el dolor,
y nadie conoce la muerte,
vemos a otras personas muertas,
pero no sabemos qué es la muerte,
conocemos el dolor por experiencia
y eso es lo que nos da miedo...
Suena un grito desesperado y después un trueno que golpea el tejado de una casa
Entra música de misterio...
Voz del narrador: Buenos días,
y bienvenidos. Soy Liam Cullen, esto es
NewsTop 1250WBTAE y hoy hablaremos
de algo que muchos presentadores
evitarían como una plaga,
la muerte.
Sí, bueno, no es precisamente
algo que nos hace sentirnos bien,
no nos hace felices. En realidad,
hace que la mayoría nos muramos
de miedo. Por eso deseamos hablar
de la muerte.
¿Qué creen que ocurre después?
¿Creen en el cielo?
¿Creen en el infierno?
¿Cómo querrían morir?
continúa la música de misterio.
McFrankenstein
Existe un famoso documental sobre un hombre que come sin parar hamburgesas de McDonalds.
En este documental, se habla de los nuggets de pollo de McDonalds que, según estudios, están hechos de mórbidos miembros de pollo.
Los pollos con más pechuga, son llevados a máquinas que los pulverizan vivos y los convierten en McNuggets.
A este proceso, los investigadores lo llamaron McFrankenstein.
Mi amigo pop-punk
Yo tengo un amigo vampiro muy diferente al clásico de Bram Stoker
Este vampiro no bebe sangre, por lo menos desde hace unos años.
Él más bien va por jugo de zanahoria al Oxxo durante la noche.
No vivía en un castillo, más bien junto a un parque, en una casa llena de vidrios rotos que olía a marihuana, a Bong sucio.
(De hecho, una vez lo vi fumar en un Bong que tenía Fuze Tea en lugar de agua.)
Eso sí, sus ventanas estaban tapadas por completo para evitar el sol, y del lado de la calle solo se podían ver unos posters de los Raconteurs y los Red Hot Chili Peppers.
Cuando lo visitaba siempre tenía la música a todo volumen y salíamos a fumar a su patio cuando la luna nos vigilaba plenamente.
Sus vecinos le tenían miedo, algunos tenían pesadillas donde el era protagonista.
Yo en ese entonces quería escribir cuentos de horror y eso intentaba, el resto del tiempo la pasaba con él.
Un día de aquellos me dejó entrar a su casa, fui a su sala y sobre su mesa había un periódico Metro, que tenía de portada a un hombre descuartizado.
Y al verlo supe que el terror está siempre en los encabezados del periódico, es decir, en cualquier lugar del país, a toda hora.
Ese día, los ojos de mi amigo se tornaron amarillos, y lo último que vi, fue la sangre escapando de mi cuello.
4 notes · View notes
the-art-is-erotic · 4 years
Text
Tumblr media
Cerré los ojos y me mordí el labio inferior. No sabía cómo me había metido en ésta situación. Estaba desnuda, en una habitación oscura, apenas iluminada por una vela, escuchaba los pasos pesados del hombre con traje. Me sentía nerviosa, se acercaba a mí con paso lento. Sus órdenes habían sido claras: "Quieta".
Siempre había leído sobre el BDSM, siempre llamó mi atención, mas nunca había estado en esa situación y, por azares del destino, allí me hallaba, aceptando descubrir lo que era la sumisión. Mis piernas temblaban, estaba lloviendo, mi piel se erizó en su totalidad al sentir su tacto de la yema de sus dedos en mi barbilla, dejándome llevar con cierta dificultad. Me estaba obligando a verle a los ojos. Era imponente, dominante, posiblemente mucho mayor que yo, ¿Era eso bueno? Su pulgar se deslizó por mi labio inferior y un "Recuerda el semáforo. Resiste lo que puedas, y si no puedes, di rojo".
Cierto, las palabras claves de seguridad. Eso me hizo respirar con tranquilidad y perder un poco de nerviosismo. Podría detener esto cuando quisiera con una sola palabra: Rojo.
Un "Sí, señor", se escapó de mis labios como respuesta. Vi su sonrisa y me quedé quieta. Había una estufa calentando la gran habitación, por lo que pese a estar desnuda, frío no tenía, la adrenalina de la situación tampoco me permitía centrar mi atención en ello.
Las reglas del juego eran simples, dejarme llevar y obedecer. Se separó de mí y llevó mis manos por detrás de mi espalda, a la altura de la cintura. Sentí las esposas y mis piernas flaquearon por un segundo. Sentí el tacto del cuero en mis glúteos, una caricia y un azote que me arrancó un gemido. Otra caricia y otro azote, esta vez alcancé a morder mi labio inferior.
Escuché sus pasos alejándose, un cajón abrirse. Por el rabillo del ojo vi el juguete que tenía entre sus manos: Una gag-ball. Estaba detrás mío, por inercia abrí la boca y dejé que me silenciara. Era algo incómodo.
"No podrás hablar por un rato. Golpea al suelo con el pie tres veces si sientes que no puedes más".
Asentí. Era un inicio suave. Me hacía sentir segura, él también tenía experiencia en el ámbito. Mi cabello fue jalado con suavidad y una mordida con sus labios fue a parar en la zona descubierta de mi cuello. Sentí su ropa en mi espalda mientras besos me hacían temblar. Sabía dónde tocar. Sus manos recorrían mis caderas, mi vientre, mis senos, mi abdomen... La yema de sus dedos acariciaba todo mi cuerpo, inspeccionando, como si de un lobo saboreando a su presa se tratase. Una palmada en mi vagina acompañadas de caricias en mi clítoris hicieron que me moviera inquieta, se sentía bien, estar relativamente inmovilizada aumentaba la tensión sexual en mi cuerpo. Sí, me gustaba la sumisión, lo supe en el momento que las esposas me excitaron y no me asustaron.
Los tactos en mi vagina cesaron, quejándome para mis adentros. La saliva escurría por la comisura de mis labios por culpa de la gag. Nuevamente sus manos recorrieron mi cuerpo, esta vez desde mis hombros, descendiendo, acompañados de besos a lo largo de mi espalda. Tenía la piel de gallina.
Me quitó la gag y pude tragar saliva. No atiné a decir nada. Lo siguiente que pasó fue una venda que robó toda mi visión. Mis muñecas quedaron libres, pero no por mucho tiempo, ahora estarían esposadas por detrás de mi nuca.
¿Por qué el cambio? Quería preguntar pero me quedé en silencio. Sentí la fusta acariciar mis muslos, separé las piernas y un azote en mi vagina me arrancó otro gemido gustoso, el cuero había empezado a acariciar mi clítoris, provocando que me moviera inquieta mientras me sujetaba del cabello. Al menos los azotes no eran fuertes, no quería lastimarme y eso provocaba que mi cuerpo se relajara, disfrutando más aún. El nerviosismo inicial aparecía y desaparecía. No sabía qué era lo siguiente que haría. Me hizo avanzar y apoyar mi cuerpo en una mesa.
Ya podía hablar, por lo que pese a no saber qué iba a pasar, no tenía miedo, pero sí ansiedad. Mis piernas temblaban y di un pequeño gritillo después de largo tiempo expectante. Sentía algo caliente, un líquido que recorría mi columna vertebral. No sabía qué pasaba hasta que caí en cuenta de que faltaba la luminosidad de la vela. Eran gotas que caían en mi espalda, quemándome un poco. Mi vagina palpitaba, dolía, pero no lo sabía hacer para que no me lastimara... Tanto. Las gotas caían desde una distancia prudente para minimizar el tiempo en que se mantenía caliente en mi cuerpo. Después de tres gotas, dejé de sentir la cera de la vela.
¿Por qué se detuvo? Pensé unos segundos y susurré "Verde". Otra gota más, repetí "verde", otra y otra y otra... Sin darme cuenta mi vagina ya estaba húmeda. Perdí la cuenta, pero las gotas no se concentraban en una sola zona, y tampoco él dejaba que se secara, pues limpiaba las gotas a los segundos después. Mis gemidos de dolor eran suaves, pero lo disfrutaba y él lo notaba.
"Quieta".
Obedecí. Lo sentí alejarse, la puerta abrirse y cerrarse. Los minutos parecían horas, mis piernas parecían gelatinas, y escuché la puerta, nerviosa. Su voz me calmó. Era él.
Otro grito escapó de mis labios. Ahora era frío lo que recorría mi columna vertebral, era un hielo. Todo mi cuerpo tembló. Mis pezones estaban duros y mi vagina palpitando. Mi piel de gallina y mi mente sólo podía pensar en qué venía después. Me jaló del cabello. El hielo ahora estaba en mis pezones. Los gemidos eran constantes. Mi abdomen no se salvó del frío. Era excitante el juego entre temperaturas, y ninguna se mantenía el suficiente tiempo para lastimar o dejar cicatrices.
"Verde".
Mi mundo se vino abajo en cuestión de segundos, un pequeño electroshock a mi cerebro que no me dejó razonar por unos segundos, otro grito de gusto escapó de mis labios. Había presionado con el hielo mi clítoris, me hubiera caído de no ser que él estaba detrás mío sirviendo de apoyo. Me sentía avergonzada, había tenido un delicioso orgasmo después de ser torturada. Los fluidos escapaban de mi vagina, recorriendo mis muslos. Un pequeño beso en mis labios me hizo estremecer. Sólo escuché una frase que por alguna razón me llenó de júbilo: "Good Girl".
La sesión había terminado.
7 notes · View notes
leeme-un-poco · 5 years
Text
Café.
Había algo distinto en cómo se sentía esta vez. Uno pensaría que con la costumbre se haría más fácil, pero solo era más agrio. Era como que me sirvan el mismo plato frío, el mismo té no lo suficientemente tinto... Harta.
Dejé el café que me había pedido sobre la mesa, había algo que no me gustaba, algo... Últimamente las palabras se me escapaban tanto como yo intentaba huir de lo que describían. Me había pedido un café porque quería poder entenderlo... entenderla... entenderte...
Este nudo en la garganta dolía más, pero me hacía llorar menos. Sabía cómo se sentía e incluso estuve preparándome desde hacía muchas horas, desde que tú te fuiste, para sentirlo, porque lo sentía venir.
Esta tristeza era como un tsunami, me avisaba, tú te alejas como las olas de la orilla... y cada vez golpea más fuerte en el camino de regreso. Hay veces en que espero ahogarme, porque me imagino que dentro del agua solo queda aceptarlo, pero es el sentir el aire de rato en rato, el ver la orilla a lo lejos lo que hace que la esperanza se convierta en desesperación y lo que hace que crea que a la siguiente podré nadar y mantenerme a flote... Lo que hace pensar que quizá esta sea la última ola.
No sé por qué sigo dándole sorbos al café, supongo que solo quiero tener las manos ocupadas. El té es lo mío. Es más tranquilo y empiezo a pensar que las personas eligen uno o el otro dependiendo de su personalidad.
Es increíble cómo una persona o una experiencia puede cambiar tanto a alguien, moldearlo tanto... Y es que antes de ti jamás me hubiera permitido sentirme así, y más que extrañarte a ti, me extraño a mi. Estaba enamorada de esa versión que se enamoró de ti, de la que te enamoraste de mi.
Tengo lista todas las razones para decirte por qué te odio, bueno... Por qué te amo pero desearía odiarte, y la que encabeza esa lista es mi favorita : "porque jamás me preguntarás el porqué". Tengo conversaciones y guiones enteros y tengo más conversaciones contigo en mi cabeza que la posibilidad de escucharte actuarlos. Nunca me vas a preguntar ¿verdad? Porque en realidad no te interesa.
Debo darle un sorbo a este café para no llorar, pero es tan malo que quizá solo me haga llorar más.
No te interesa saber por qué actúo como actúo, ni te interesa saber cómo me siento... Mientras tengas a alguien cerca que jamás te reproche y te de lo que quieras, me tratarás "bien". Pero esto no está bien.
Se me está acabando el oxígeno y me sigues sumergiendo, esto ya no es suficiente para mi, pero te dediqué tanto aire que no sé si pueda salir a la superficie nuevamente sin pensar en ti. El único camino que veo es hacia abajo y el ver la orilla en el horizonte solo me mantiene donde tú quieres: a distancia del tsunami.
Tengo que dejar este mal hábito. El mal café. Y a ti.
26 notes · View notes
eli-loversblog · 5 years
Text
❀ Dark 3: Ruta Kibeth (Kino + Elizabeth) ❀
Tumblr media
[Dark Prologo] [Dark 1] [Dark 2]
[Admito que estaba pensando deshecerme de esto. Pero... quiero dejar a la luz todo mi sadismo]
*Sonido de puerta abriéndose*
[Lugar: Salón Principal — Mansión de Kino]
Tumblr media
Kino: (Se ha desmayado…)
*Sonido de pasos*
Kino: (Es frustrante que, cuando las cosas van a ponerse más divertidas, ella simplemente se desmaye)
Yuuri: Ha, bienvenido Kino.
Kino: Gracias Yuuri *Toma asiento en uno de los sofás*
Yuuri: Te has divertido?
Kino: No del todo, se ha desmayado antes de que las cosas se pusieran interesantes.
Yuuri: Ya veo… Preparo té y galletas?
Kino: Si, si… *Distraído*
Tumblr media
*Sonido de pasos + puerta abriéndose*
*Yuuri sale*
*Kino saca su Smartphone*
*Recuerdo*
Kino: Mnn…! Nn… ha, esto es raro… Nnn…
———
Kino: Ha… El sabor es extraño *Susurro* no se supone que sea de esta manera *Mordida*
*Fin del recuerdo*
Kino: (Aún si su salud es ideal, el sabor es extraño. No se supone que deba ser tan… Intenso)
Kino: … …
Kino: (No, la palabra correcta es dulce… ¿A esto te referías con especial?)
Kino: Ya veo…
Kino: (Esto se está volviendo interesante, fu…)
Yuuri: Estoy de vuelta *Deja el té y las galletas sobre la mesa*
Yuuri: Estás bien?, te noto distraído.
Kino: Hum… Estoy bien, no te preocupes *Toma una galleta*
Yuuri: De acuerdo *sirve el té*
Yuuri: Tienes una carta de parte de la iglesia
Kino: *Le arrebata la carta*
Monólogo
『キノ』:
Como lo esperaba:
Más demonios fueron asesinados.
Una sonrisa se a formado en mis labios al ver las imágenes de los cadáveres.
No hay nada más gratificante que esto: Ver como caen lentamente, uno tras otro bañados en el mar formado por la sangre que emana sus cuerpos.
Tras imaginar sus gritos.
Se me ha escapado una carcajada
Fin del Monólogo.
[Cambio de Escena]
[Lugar: Habitación — Mansión de Kino]
Tumblr media
Monólogo:
Después de ese día, Kino-kun comenzó a visitarme frecuentemente.
El resultado es siempre el mismo: mordidas y torturas.
Muchas veces caigo en la inconsciencia, mientras que otras el simplemente me deja tirada, donde sea que me haya acorralado, como un juguete.
A pesar de todo intento mantenerme positiva y, hago el intento, de mantenerme alegre.
Se que Kino-kun no me permitirá salir de esta habitación. Así que mientras tenga que estar en estas cuatro paredes quiero tener algo con lo cual entretenerme.
Cuando Yuuri-San venga a traer el desayuno, le preguntaré acerca de mi teléfono.
Fin del Monólogo
Yuuri: Elizabeth-san, puedo pasar? *Detrás de la puerta*
Elizabeth: Ah!
Elizabeth: (Justo a tiempo…!)
Elizabeth: Adelante Yuuri-san!.
Yuuri: Con su permiso
*Sonido de puerta abriéndose*
*Yuuri entra a la habitación*
Elizabeth: Eh? *Sorprendida*
Elizabeth: (Que extraño, por alguna razón Yuuri-San no trae consigo la bandeja con la cena)
Yuuri: Buenas noches.
Elizabeth: Buenas noches…
Yuuri: Kino quiere que le acompañe en la hora de la cena.
Elizabeth: (Eh…?.... Eh?!!!)
Elizabeth: Ya veo… Tengo la opción de negarme?.
Yuuri: No. Le recomiendo bajar de inmediato, a Kino no le gusta que le hagan esperar.
Elizabeth: De acuerdo.
Elizabeth: (Por qué Kino-kun quiere desayunar junto a mi…?)
*Sonido de pasos*
Elizabeth: (No importa, si esta es una oportunidad para salir de estas cuatro paredes, la tomaré)
*Salen de la habitación*
[Cambio de Escena]
[Lugar: Salón Principal — Mansión de Kino]
Tumblr media
Kino: Eso es! *Jugando en su móvil* ¡Eh~ ese es un truco muy sucio!
Elizabeth: (Ahí está…)
Elizabeth: (Al parecer está inmerso en su smartphone)
Elizabeth: Buenas noches…
Yuuri: Tome asiento, iré en busca de los cubiertos.
*Sonido de pasos*
*Yuuri sale*
Elizabeth: Esta bien supongo.
Kino: Ha!, eso es…! *Jugando*
Elizabeth: (He…?, parece que está inmerso en algún juego)
Kino: !...
*Elizabeth se acerca*
*Fin de la partida*
Kino: Ah~ esto es molesto!, odio las partidas grupales. Ahora mi ranking a bajado *Molesto*
*Elizabeth toma asiento*
Kino: Ah, aquí estás.
Elizabeth: (... Puede ser que él ni siquiera se haya percatado de mi presencia?)
Elizabeth: (Tan concentrado estaba?)
Kino: Oye tú… Por qué te vas al otro sillón?, ven aquí.
Elizabeth: Pero…
Kino: Quieres que vaya a buscarte?
Elizabeth: !...
Elizabeth: (No importa cuán calmada sea su expresión, eso a sonado como una amenaza…)
Elizabeth: Esta bien, ya voy.
*Elizabeth se pone en pie y toma asiento junto a Kino*
Kino: Eso es, Ne… *Mohín*
Elizabeth: Eh…?
Kino: Por qué no estás preocupada?
Elizabeth: D-Disculpa…?
Tumblr media
Kino: Se supone que si me ves de esta manera, debes preocuparte por mi no?.
Elizabeth: Eso es…
Kino: Eso es lo que hace una buena chica cuando ve a su amo triste o molesto verdad?
Elizabeth: Honestamente…
Elizabeth: (Si soy honesta no es como si me importara en lo absoluto, pero no quiero que Kino-kun se enfade y me castigue nuevamente)
Elizabeth: (Menos si es por algo que puedo evitar)
Elizabeth: Kino-kun, por qué estás molesto?.
*Sonido de pasos*
Yuuri: He vuelto *Comienza a colocar la vajilla*
Kino: He perdido una estúpida partida grupal. Y lo peor de todo, mi ranking a terminado bajando.
Elizabeth: …Es una lástima.
Kino: Ha… Ahora será aún más complicado subir mi ranking *Puchero*
Elizabeth: (Esa expresión…)
Elizabeth: (Kino-kun luce como un niño pequeño…) *Sonríe leve*
Kino: a que se debe esa estúpida sonrisa?
Yuuri: Ya está.
Kino: Ah, Yuuri, quédate con nosotros.
Yuuri: Como gustes *Toma asiento*
Elizabeth: Todo esto ha sido preparado por Yuuri-San?
Yuuri: Así es.
Elizabeth: Wow… *Sorprendida*
Elizabeth: (Según parece Yuuri-San es muy bueno en la cocina) *Sonríe leve*
Kino: ...
Yuuri: Itadakimas
Kino y Elizabeth: Itadakimas
—Luego De Una Hora—
Elizabeth: Gracias Yuuri-San.
Kino: La próxima vez, trae jugo de Guayaba.
Yuuri: Bien.
Yuuri: No hay de que *Comienza a recoger los platos*
Elizabeth: (Está llevando varias cosas a la vez…)
Elizabeth: Ne… Yuuri-San, necesitas ayuda?.
Kino: No, Yuuri no necesita ayuda verdad? *Observa a Yuuri*
Elizabeth: (Ese tipo de mirada…)
Yuuri: No se preocupe, estoy bien
Elizabeth: Estás seguro?, llevas varias cosas a la vez…
Yuuri: Estoy bien, he hecho este tipo de cosas anteriormente
*Yuuri Sale*
Tumblr media
Kino: Tú… No pensé que fueras ese tipo de chica.
Elizabeth: Eh…?
Elizabeth: A que te refieres?.
Kino: Oh!, vas a actuar inocente ahora?.
Elizabeth: No entiendo de qué hablas.
Kino: Actuando amable, sonriente y haciendo cumplidos a Yuuri. Tanto amas tener la atención de dos chicos solo para ti?
Elizabeth: Eh?!, Yo no soy así!.
Elizabeth: (Kino-kun está tachandome de…)
Elizabeth: Solo he hecho un cumplido debido a qu-
Kino: O acaso piensas que al enamorar a Yuuri finalmente conseguirás escapar?
Elizabeth: Kino-kun!, no hables de mí como si me conocieras…
Kino: No necesito conocerte para ver la realidad *Golpe
Elizabeth: !!!...
Elizabeth: (Por qué?!
Elizabeth: P-por qué me golpeas?… *Adolorida*
*Kino se posiciona sobre ella*
Elizabeth: (!!... He sido acorralada contra el sillón!)
Kino: Eres una perra necesitada de atención no es así? *Susurro*
Elizabeth: Qué estás diciendo…
Elizabeth: (Me niego!, me niego a dejar que hable de mí de esta manera!)
Elizabeth: Deja de hablar de mi de esta forma!.
Elizabeth: Si no me conoces, entonces no me taches con este tipo de etiquetas ofensivas por favor *Molesta*
Tumblr media
Kino: Que con ese tono? *Golpe*
Elizabeth: Ugh…
Elizabeth: (Duele…)
Kino: Ha~ y yo que pensaba guardar el postre para el almuerzo *Coloca una de sus manos sobre el hombro de Eli*
Kino: Al parecer me veré obligado a tomarlo ahora *Incrusta sus garras en su ropa*
Elizabeth: Ow!...
*Kino tira de su agarre, rasgado su ropa y arañando su piel*
Elizabeth: Auch!
Elizabeth: (Ha rasgado mi ropa!)
Kino: Una buena voz y una buena cara… Recién comenzamos y esto ya se ha vuelto interesante
Elizabeth: (Esos son?!... G-garras?!!) *Sorprendida*
Kino: Te ves más estúpida que de costumbre con esa expresión
Elizabeth: Tus uñas… ay!
Elizabeth: (Ha tocado la herida en mi hombro)
Kino: Ah, esto? *Lleva su mano a su boca y lame sus, ahora, ensangrentados dedos*
Kino: Quieres ver lo que puedo hacer con ellas? *Sonrisa malvada*
Elizabeth: N-no…
Kino: Tranquila~ puedo ser amable y mostrarte, por ejemplo, esto…!
*Sonido de ropa rompiéndose(?)*
Elizabeth: Eso duele…!!
Elizabeth: (Está vez sus uñas han hecho más daño a mi piel!)
Elizabeth: (Más que uñas, son tan afiladas y fuertes que parecen… Garras)
Kino: Oh, al parecer me he excedido *Acerca su rostro al hombro de Eli*
Kino: No importa de todos modos *Lame*
Elizabeth: (Esto es incómodo. No creo que sea necesario ser… Lamida por él) 
Elizabeth: U-uhm… Está bien Kino-kun, no es necesario… emm… Yo puedo limpiar la herida con agua.
Kino: De qué estás hablando?, y desperdiciar tu sangre sin más?... Si tan poco importancia tiene para ti
*Sonido de ropa rompiéndose(?)*
Elizabeth: Kya!
Elizabeth: (Ha hecho lo mismo en mi otro hombro)
Kino: Entonces simplemente voy a tomarla sin piedad alguna *Se acerca y lame la herida recién hecha*
Elizabeth: (Piedad?... Me preguntó si en algún momento ha tenido piedad conmigo)
Elizabeth: Detente por favor.
Kino: Fufu, no te preocupes te daré lo que tanto buscabas de parte de Yuuri.
Elizabeth: Ah…?
Kino: Voy a darte la atención que buscabas como una pequeña puta… *Mordida* Nn…!
Elizabeth: Ugh…! *Adolorida*
Elizabeth: (Ha mordido mi hombro… … )
Kino: Mnn…Nn… Nnn. Ha… *Risa burlona*
Kino: Lo ves?, con tan sólo un poco de atención por parte de mis colmillos y ya tienes ese tipo de expresiones
Elizabeth: (Este tipo de expresiones…?)
Kino: en verdad… *Susurro* eres una mujer despreciable *Mordida*
Elizabeth: Agh!!!
Elizabeth: (Está vez ha hundido aún más sus colmillos en mi piel!)
Monólogo:
Mi visión comenzó a nublarse debido a que las lágrimas se acumulaban en mis ojos.
Podía escuchar claramente a Kino-kun sorber, era desagradable escuchar como tomaba mi sangre así sin más.
Está vez, siento que lo está haciendo mucho más lento que otras veces.
Él solo ha buscado una excusa para morderme y hacerme daño.
Yo, he obtenido un castigo injustificado.
Me pregunto:
¿Será así mientras continúe aquí?
Mientras Kino-kun chupaba mi sangre.
Un horrible sentimiento de angustia, comenzó a brotar desde lo más profundo de mi corazón.
Fin del Monólogo
22 notes · View notes
davidsoto666 · 1 year
Text
1. Evita hacer observaciones sarcásticas
2. Si te metes en una pelea, golpea primero y
golpea fuerte
3. Nunca te des la mano sentado
4. La envidia de un amigo es peor que el odio de un enemigo.
5. Escucha lo que la gente tiene que decir
No interrumpan; déjalas hablar.
6. Guarda secretos.
7.No cultives miedo por nadie Todo hombre
puede morir.
8. Sé valiente. Incluso si no lo es, al menos
finge serlo. Nadie puede notar la diferencia
9. Cuidado con la gente que no tiene nada que
perder
10. Elige cuidadosamente a la compañera de
tu vida A partir de esa decisión, vendrá el 80%
de toda tu felicidad o miseria.
11.Si la casa de tu vecino está en llamas, la
tuya también está en peligro.
12. Nunca te alabes ati mismo; si hay halagos,
que vengan de los demás.
13. Sé un buen perdedor
14. No desees cosechar frutos de lo que nunca sembraste.
15. Cuando estés afligido: respira hondo y distanciate.
16. Dale a la gente una segunda
oportunidad, pero nunca una tercera
17. Cuidado al quemar puentes Nunca
sabes cuántas veces tendrás que cruzar el
mismo río.
18. Recuerda que el 70% del éxito en
cualquier área se basa en la capacidad de tratar Con las personas.
19. Defiende a los menores Protege a los
indefensos
20. Toma el control de tu vida No dejes que
alguien más tome decisiones por ti.
21. Visita a amigos y familiares cuando estén
en el hospital; solo tienes que quedarte unos
minutos.
22. La mayor riqueza es la salud.
23. Piénsalo dos veces antes de cargar a un
amigo con un secreto.
24. Mantén un bloque de notas y un lápiz en tu
mesa de noche. ldeas que valen millones de
reales surgen al amanecer
25. Muestra respeto a todos los que
trabajan para vivir No importa lo simple que sea la profesión.
26. Vístete adecuadamente a los estándares de la temporada
27. Alaba la comida cuando seas huésped en la casa de alguien.
28. No permitas que el teléfono interrumpa
momentos importantes
29. A menos que ella sea de tu familia, siempre saluda a una mujer comprometida con un ligero apretón de manos.
30. No tardes donde no eres bien recibido.
31. A todos les gusta verte crecer
profesionalmente, hasta que empiezas a
superarlos.
32. Escucha a los mayores.
Tumblr media
0 notes