#tus gemidos
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Sólo estaban los sonidos de nuestros besos, nuestros cuerpos y nuestros gemidos
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Tus gemidos besan suavemente mis oídos...
@teatro-magico-solo-para-locos
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Por todo un año gimiendo, o cómo se dice cuando vas al gym ?
#año nuevo#gym#fitness#gemidos#tumblr en español#cuerpazo#humor#meme#meme en español#risa#a tu medida#contenido que sigues#memes#funny#divertido#funny memes
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Hands to myself | Esteban Kukuriczka.
Sumario: mañanas tranquilas con tu novio.
Warnings: sexo explícito (+18), fingering, sexo desprotegido, dirty talking.
Notas: cómo argentina, me parece preocupante la falta de fanfics que hay de este hombre xx.
Créditos: esta inspirado en la canción de Selena Gómez, las imágenes del principio no me pertenecen y las encontré en pinterest, sin embargo, el collage fue hecho por mi.
1.3k words.
La suave brisa bonaerense inunda el amplio cuarto, jugueteando con mis mechones, desperdigados en las almohadas. El sol empieza a colarse sin consideraciones por las ventanas entreabiertas, obligando a mis cansados parpados a perforar mi sueño.
Los fuertes brazos anclados en mi cintura me atraen aún más cerca del hombre dormitando a mi lado, su rostro anidado en mi cuello, su dulce y varonil aroma inundando mis fosas nasales, envolviéndome en su calor corporal.
“Buenos días, Tebi”- Murmuro suavemente, cubriendo sus hombros con delicados besos para despertarlo.
“Buenos días, preciosa”- Responde, despegándose de la somnolencia y serpenteando sus extremidades con las mías.
Hinco mis dientes seductoramente en su piel descubierta, salpicándolo con pequeñas marcas rojas en contraste con su tez pecosa. Ansiosa, deslizo mis piernas sobre las suyas, posicionándome a horcajadas sobre su regazo.
“¿Andamos cariñosas esta mañana?”- Socarrón, amasa la desnudez de mis caderas entre sus palmas, causando que nuestros sexos se rocen firmemente. La burlona fricción no está ni cerca de ser suficiente para calmar las llamaradas que empiezan a asentarse en mi estomago bajo.
“Dale, amor, ¡por favor te pido!”- Ruego impaciente, tratando de replicar sus movimientos. Su agarre me mantiene estática en mi lugar, sin permitirme mover.
“¿Por favor qué?”- Finge inocencia mientras las puntas de sus dedos empiezan a dibujar entramados sobre mis costillas, trepando hacia mis pechos.
Atrapa mis pezones entre sus yemas, jugueteando con ambos a la vez, hasta sentir como se endurecen ante sus atenciones.
“Tocame, te necesito…”- Aclaro sin aliento.
Con una sonrisa ladina, acerca su boca hacia el derecho, provocando el montículo con la lengua hasta empezar a succionarlo con urgencia. Me enredo en su cabello, tirando de el con ferocidad, ganándome un gimoteo de satisfacción de su parte.
Separándose de mi abusado busto, observa mis ojos con cierta malicia impresa en los suyos al tiempo que me restriega contra su palpitante centro. Una creciente erección se hace notar bajo la ropa interior que nos separa.
“Mira lo que me haces”- Acentúa su punto al embestir mi coño cubierto con su pulsante miembro. Mi boca se entreabre ante el placer repentino- “Me pones tan duro.”
“Tebi, no puedo más”- Susurro cuando su mano baja por mi estomago hasta hallar mi intimidad, desliza mi tanga por mis pantorrillas para así estimular el clítoris en premeditados movimientos circulares. Creo enloquecer ante sus ralentizadas caricias
Asienta su toque errante en mi humedad, sus yemas buceando entre mis jugos. Retira sus dedos índice y corazón, para luego sorberlos ruidosamente, lamiendo mi reluciente excitación.
“¿Quién te tiene así de mojadita? Mh?”- Pregunta orgulloso, sabiendo perfectamente que el es el causante.
Reanuda sus ministraciones en mi núcleo, colándose por entre mis labios para penetrarte con dos dígitos. Mis orbes fijos en sus movimientos, aun desconcertada por lo obsceno de su accionar.
Rápidamente acelera sus movimientos, curvándose para golpear la esponjosa cavidad. Su longitud roza todos mis puntos sensibles, acercándome a un inexorable crescendo. Sumergida en el disfrute, lo único que escapa mis cuerdas vocales son quejidos de satisfacción, entrelazados con gemidos nombrándolo.
“Contestame, nena. ”- Reclama, forzando el contacto visual al aprisionar mi mandíbula en su agarre.
“Vos, Kuku, ¡solo vos!”- Contesto, hundiendo mis uñas en la tersura de sus bíceps, marcando lunas crecientes para la posteridad. Una sonrisa engreída tiñe sus delicadas facciones al notar mi estrechez aspirándolo, signo de mi orgasmo aproximándose a pasos agigantados.
Meciéndome sobre sus largos dedos, comienzo a percibir las avasallantes olas de mi culminación; la presión en mi vientre amenazando con explotar, la euforia difuminando todo a mi alrededor, centrándome solo en el rostro de mi novio cercano al mío.
El clímax se ve remplazado por un insoportable vacío cuando retira sus dígitos de mi calor, negándome la liberación. Un sollozo se cuela por mi expresión desahuciada, mis ojos alarmadamente abiertos cubiertos por una fina capa de lágrimas.
“No no no, por favor”- Lloriqueo en su oído, tratando de reganar el pasado contacto. Sus fuertes extremidades me aquietan por encima de su muslo, logrando que mis movimientos mueran lentamente.
“Tranquila, linda. Ahora te voy a coger, ¿sí?”- Pronuncia, apaciguando mis patéticos hipidos. Asiento frenéticamente, deseosa de sentirlo en mi interior.
Con un preciso movimiento, me enjaula bajo suyo, su largo cuerpo enmarcando al mío. Lo observo despojarse de sus calzoncillos, ardiendo al presenciar su desnudez absoluta.
Mis ojos merodean desde su esbelto pecho hasta los colorados vellos que trazan el inicio de su pelvis, gruesa y rebosante de líquido preseminal.
Casi ausente, permito que mi mano recorra su cuerpo, centrándome en su furioso pene. Con lánguidos movimientos, trazo su longitud, torciendo mi muñeca para proporcionarle el mayor placer posible.
“Me vas a matar, bebé”- Confiesa, acalorado y excitado. Sus rizos cobre empiezan a pegarse a su frente ante el esfuerzo físico, unas singulares gotas de sudor recorren su tórax.
Toma mis extremidades superiores entre sus garras para anclarlas sobre mi cabeza, dejándome completamente a su merced. Con un gesto busca mi consentimiento, el cual soy rápida en proporcionarle.
Su glande comienza a ingresar por mi núcleo, empujándose pacientemente dentro mío. Mas allá de la cantidad de veces que repitamos el procedimiento, jamás lograría acostumbrarme a la deliciosa manera en que me estira. El aire se condensa de sus suspiros de alivio al sentir su polla completamente en mi interior.
Así, inmóvil entre mis piernas, logro sentir cada una de sus vena latiendo dentro mío, las crestas y surcos que lo componen.
“Hace conmigo lo que quieras, Kuku, pero por favor movete”- Demando sin aire, todavía pasmada por la intrusión.
Ni bien las palabras me abandonan, Esteban retira su falo casi por completo antes de embestirme ferozmente. Su boca yace abierta, su cara contorsionada por el deleite, sus cejas arrugadas entre sí… La vista más bella del mundo.
Noto que mis caderas intentan acompasarse a su compás, encontrándolo a medio camino. Un frenesí casi inhumano apoderándose de ambos, obligándonos a acelerar el ritmo para satisfacer aquel deseo tan primal.
Su palma izquierda apresando mis muñecas fuera de su camino, la derecha se posa en mi abultada panza, advirtiendo la protuberancia que su pene delinea en mi vientre bajo. Un gemido nace de mi garganta al notar lo que ocurre.
“Así de profundo te estoy cogiendo, nena”- Gruñe en mi oído, su mano aún en mi estómago, sus penetraciones cada vez más hondas.
“Ay, Esteban, estoy tan llena”- Plaño frente a su boca, robándole un chape al notarme increíblemente mojada ante la imagen.
Vuelven a apropincuarse las primeras olas de mi culminación quemándome por dentro, consiguiendo desesperarme por concluir. Sin siquiera notarlo, mi voz se fuerza por vociferar el regocijo que me inunda, aumentando su volumen a medida que mi clímax me alcanza.
“Dios, me voy a venir”- Advierto, enloquecida por las sensaciones apoderándose de mí. El mayor se apresura, complaciendo mi pedido tácito.
Su boca busca de nuevo la mía cuando mi coño pulsa delirantemente su entrepierna, buscando conducirlo hacia su propia liberación.
“¿Ah sí? ¿Me vas a empapar la chota, amor?”- Cuestiona, sabiendo cuanto me gusta que me hable así de sucio.
Su nombre huyendo de mis labios como mantras, mis uñas anclándose en su espalda, marcándolo como propio.
Me entrego al orgasmo que me engulle, mi cuerpo retorciéndose espasmódicamente bajo su imponente figura, mi centro manchándolo con mi corrida al contraerse.
En la brevedad, aúlla desaforado pues su masculinidad pulsa hasta derramarse dentro mío. Su semen pintando mis paredes internas, colmándome por completo.
Se retira de mis cavidades con lentitud luego de venirse, procurando que sus espermatozoides permanezcan en mi interior. Selecciona mi ropa interior de las desechas sabanas, calzándomelas como si nada.
“Así no se escapa nada”- Murmura, regalándome un pico. Me fascino ante la idea de mantener su eyaculación así de cerca de mí.
Lo arropo contra mí, exhausta y saciada, con la intención de quedarme atrapada en sus brazos por un rato más. Recíproca mi voluntad, reposando su cabeza entre mis pechos y acariciándome delicadamente.
“Te amo”- Digo luego de unos instantes, observándolo maravillada.
“Yo te amo más”- Responde, presionando nuestras bocas en un beso descuidado.
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꩜ dirty little thing ꩜
enzo vogrincic x reader
tw: +18, phone sex
a/n: mi primera fic, no juzgar 😭pero no doy más de pensar en este chabon, disfruten
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“¿y este milagro?”
sonreíste con los ojos entrecerrados, dándote vuelta en la cama con tu celular en la mano mientras soltabas un quejido. “¿qué milagro?”
“me contestaste el celular, a las–” escuchaste a enzo resoplar a través del altavoz “–¿dos, son allá?”
“dos y media.”
“disculpáme, chiquita. te prometí que te iba a llamar a penas pudiera. ¿te desperté? aún no me acostumbro a la diferencia horaria.”
enzo llevaba varios días viajando al participar de la premiere de su nueva película; premiere a la cual decidiste no asistir por la privacidad de ambos. lo último que querías era que los titulares de los artículos pasaran de habla de la película a prejuicios sobre tu relación con el.
“no, amor.” respondiste suspirando, acomodándote en la cama. “estaba dormitando nada más. yo te extraño el triple, sabés. no es lo mismo sin vos.”
se rió por lo bajo. “yo te dije que vinieras. no era necesario que me acompañaras a los eventos, podrías solo haber–”
“enzo–” interrumpiste.
“pero escucháme, ángel. te podrías haber quedado acá conmigo en la habitación, hasta tarde.”
“¿hasta tarde, hm?” soltaste una risita al escucharlo reír, imaginándotelo agarrandose la cara por tu comentario. “¿haciendo que?”
“no sé, mi amor. ¿que se te ocurre?”
mordiste levemente tu labio inferior, apretando las piernas en el momento que tu cabeza comenzó a imaginar escenarios en los que podrías estar con tu novio si estuviera cerca.
“¿estás solo?”
lo escuchaste reír. “si nena, acabo de llegar a la habitación. ¿por qué?”
“ya sabes porqué.”
“no, ángel.” pusiste los ojos en blanco. “decime.”
“porque te extraño mucho.” exclamaste en voz baja, suspirando.
prácticamente lo podías escuchar sonreír. “¿cuánto?”
“deja de molestarme, enzo.”
“pero si recién estoy empezando, mi amor.” te quejaste al escuchar sus palabras, mientras el se recostaba en su cama de hotel. “¿dónde me extrañas?”
“¿dónde?”
“¿entre tus piernas, será?”
guardaste silencio por unos segundos, estremeciéndote al escuchar sus palabras cerca de tu oído a través del celular, ganándote una suave risa burlesca del otro lado de la llamada.
“¿si, mi amor?”
“sí, enzo. mucho. no es lo mismo tocarme solita.”
gruñó. “yo también extraño estar ahí, chiquita. no hay lugar mejor que entre tus piernas, escuchando los ruidos que hacés. no sabés como extraño comerte.”
te quejaste en voz alta en forma de suplica, acomodándote en la cama una vez más al no poder estarte quieta.
“extraño tocarte,” continuó enzo en voz baja. “besarte, cogerte. un par de días sin vos y me estoy volviendo loco.”
“enzo–”
“tocáte para mi, hermosa.” es como si fuera capaz de leerte los pensamientos. “dejáme escuchar los ruiditos que hacés para mi, ¿si?”
“mhm” fue lo único que fuiste capaz de escupir, bajando tu ropa interior por tus piernas y colocando tu mano entre las mismas, frotando circulitos al ímpetu de sus palabras. “hazlo conmigo, enzo.”
lo escuchaste reír por lo bajo. “si, mí amor. yo te necesito tanto como vos a mi.”
“te necesito acá, conmigo. en serio.” dijiste frustrada, quejándote por lo bajo mientras te lo imaginabas masturbándose en una pieza de hotel en españa.
“¿que querés de mi?”
“c-cualquier cosa.”
“¿cualquier cosa? ¿me dejarías hacerte lo que yo quiera, ángel?”
asentiste con la cabeza, como si te pudiera ver. “sí enzo, sí. lo que vos quieras.”
“hm.” lo escuchaste gruñir a través del altavoz, gimiendo como respuesta. “primero te comería a besos, como siempre..” se interrumpió a sí mismo con un casi inaudible gemido, haciéndote juntar las piernas con tu mano entremedio en respuesta. “.. y luego bajaría por tu cuerpo, pasaría mi lengua por todos lados, mi amor. como siempre.”
“¿y que más?” dijiste con la voz temblorosa.
“te daría besos por los muslos, y pasaría mis dedos para ver lo mojada que estás.” gemiste, interrumpiéndolo. “te dejaría probarte. no sabés como me pones, princesa. lo que más quiero es que te corras en mi boca, y luego me dejes cogerte hasta que no puedas más.”
“quiero que lo hagas como la última vez que nos vimos.”
te ganaste una risa de su parte. “¿ah, sí? ¿en la cocina otra vez, mi amor?” asentiste entre quejidos. “no tardaste nada en acabar mientras te cogía encima de la mesa. ¿o estás hablando de cuando te metí los dedos mientras cocinabas, chiquita?”
“enzo..”
“¿ya, mi amor?”
“mhm..” gemiste, entreabriendo la boca sin poder controlar los sonidos que hacías.
“esperáme.”
“no me puedes hablar así y hacerme esperar.” lloriqueaste, haciéndolo reír. “no aguanto nada escuchando tu voz.”
“ni yo la tuya, chiquita. extrañaba tanto los ruiditos que hacés. no sabes como me tienes.”
“por favor, enzo.”
“¿por favor qué?”
“acaba conmigo.” ocultaba sus gruñidos, pero podías escuchar su respiración agitada y la forma en la que movía su mano. “por favor enzo, te necesito.”
“hazlo.”
tus oídos cesaron por un par de segundos al dejar de esperar, pero logrando escuchar los gemidos y gruñidos que soltaban ambos al mismo tiempo. después de unos segundos, lo único que se escuchaba en ambas líneas eran las respiraciones agitadas de los dos, seguidas de una risa burlesca por parte de enzo.
“un par de días más aguanta, mi amor.”
te quejaste. “no aguanto ni un par de segundos sin ti acá, amor.”
“dios.” suspiró. “me tenés como un idiota, sabelo.”
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Tus gemidos, en todos sus tonos.
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He's a gentle lover
💖~ It was just Diluc, but then everyone fell into the same hole. I'm not complaining about that btw.
I have just finished a homework assignment of almost forty pages and my hand is hurting, my very strong and beloved menthol has carried me through the whole week.
Warning: Smut, not very dirty, lovely I guess idk(?, Fem!Reader maybe | English is not my native language, so if I have made any mistakes in the translation, I am open to corrections | Content in spanish and english!
Spanish:
Él era tierno, gentil. Con sus manos que te brindan calor con cada caricia, cuando levanta tu mentón para que lo veas y le permitas besarte. Siempre es tan gentil, un amante cuidadoso que te desviste con lentitud y traza tu piel con sus dedos.
Le gusta cuando no lleva guantes, pues sus manos toscas y rasguñadas te sostienen con firmeza y confianza, sabiendo cuál es el curso adecuado para que suspires contra sus labios.
Adora besar tu cuello, chupando y lamiendo la carne hasta que llega a tu escote y muerde, siempre buscando tus ojos para saber que te gusta lo que hace.
Jadea cuando ve que arrugas las sábanas, hundiendo tu cabeza contra la almohada con los ojos cerrados y cristalinos. Él bebe la sal y el azúcar de tu imagen, de tu piel y se emborracha hasta que sólo puedes chillar cuando se hunde en tu interior, descansando después de haberte arruinado lo suficiente.
No necesitas pensar, no necesitas meditar, ni elegir. Él lo hará por ti, él te cuidará con la mayor dulzura posible que se le resbala de la garganta mientras te mira a los ojos, esperando que tú también lo veas y que lo ames de la misma forma que él te ama.
No necesita que lo montes o que lo dejes follarte la boca, eso puede quedar para otra ocasión. Solo míralo con la misma adoración, sostén su rostro mientras te hace el amor lentamente y acaricia tus tetas y tus hombros, déjale escuchar tus gemidos como susurros en sus oídos. Él quiere ser egoísta contigo, guardarte para que nadie más que él pueda verte de esta manera, sollozando y llamando su nombre, mientras que él te responde con ternura y te hace suspirar.
No quiere que nadie se robe tu figura, ni la luna ni las estrellas que se asoman por la ventana. Solo quiere retenerte para él, hoy y siempre, así que déjalo hacerte el amor en la oscuridad, solo compartiendo su unión por las pocas velas que los alumbran y les reflejan los ojos cuando llaman al otro.
Diluc, Zhongli, Xiao, Baizhu, Kazuha, Tighnari, Alhaitham, Neuvillette.
English:
He was tender, gentle. With his hands that give you warmth with each caress, when he lifts your chin so you can see it and allow him to kiss you. He is always so gentle, a careful lover who undresses you slowly, tracing your skin with his fingers.
He likes it when he doesn't wear gloves, because his rough, scratched hands hold you firmly and confidently, knowing the right way for you to sigh against his lips.
He loves kissing your neck, sucking and licking the flesh until he reaches your cleavage and bites, always searching your eyes to know you like what he is doing.
He gasps when he sees you crumpling the sheets, burying your head back in the pillow with your eyes closed and glassy. He drinks the salt and sugar from your image, from your skin, getting drunk until he can only scream as he sinks into you, resting when he has ruined you enough.
You don't have to think, you don't have to meditate, you don't have to choose. He will do it for you, he will take care of you with the greatest possible sweetness that slips from his throat as he looks into your eyes, hoping that you see it too and that you love him as much as he loves you.
He doesn't need you to ride him or let him fuck your mouth, that can be left for another time. Just look at him with the same adoration, hold his face while he slowly makes love to you, caressing your tits and shoulders, letting him hear your moans as whispers in his ears. He wants to be selfish with you, to hold you so that no one but him can see you like this, sobbing and calling out his name as he responds tenderly and makes you sigh.
He doesn't want anyone to steal your shape, or the moon, or the stars that look out the window. He just wants to keep you for himself, today and always, so let him make love to you in the dark, sharing your union only with the few candles that illuminate you and reflect your eyes when you call the other.
Diluc, Zhongli, Xiao, Baizhu, Kazuha, Tighnari, Alhaitham, Neuvillette.
#genshin impact#genshin x reader#x reader#genshin x y/n#genshin x you#genshin impact x reader#genshin impact x y/n#diluc ragnvindr#diluc x reader#diluc smut#diluc x you#zhongli x reader#zhongli#zhongli genshin impact#kaedehara kazuha x reader#kazuha x reader#kazuha#kaedehara kazuha#kazuha genshin impact#baizhu x reader#baizhu#xiao x reader#genshin impact tighnari#tighnari x reader#tighnari#genshin impact alhaitham#alhaitham x reader#alhacen#neuvillette x reader#neuvilette genshin impact
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Tus gemidos son profundos en nuestras noches...
Lobo estepario
@teatro-magico-solo-para-locos
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Superstition - Carlos Alcaraz
|WARNINGS: smut, +18 |SUMMARY: You and your boyfriend's superstitions... |AUTHOR'S NOTE: I missed writing for carlitos😭 but i'm back now😉😉
Paris at night was stunning, and tonight felt especially magical. The Eiffel Tower sparkled in the distance, and the soft hum of the city outside made the hotel room feel extra cozy. Carlos and you were snuggled up together, but he seemed a bit distracted. His fingers were tracing patterns on your arm, and you noticed he was lost in thought.
"What's on your mind, Carlos?"
He looked at you with a playful glint in his eyes. “Do you remember the night before I won Wimbledon?”
You remembered that night all too well. A smile spread across your face as the memory came back.
“What about it?” you asked, laughing softly, feeling playful.
He gazed at you, the city lights reflecting in his eyes. “That night brought me so much luck, cariño,” he said, his voice low and teasing.
You cuddled closer, enjoying the warmth of his body against yours. “And you think tonight could be the same?”
Carlos's touch was both soothing and electric. “I don’t just think so. I’m certain,” he said softly, his eyes filled with desire. “I need this.”
You could sense a mix of nervous excitement and need in his voice. “Are you sure? I don’t want you to be too tired for the match tomorrow.”
Carlos chuckled, shaking his head. “How could I ever be too tired for you?”
He leaned in and kissed you, and what started as a gentle touch quickly became more passionate. His hands slid up your back, pulling you closer as the kiss deepened. You responded eagerly, tangling your fingers in his hair.
As the intensity grew, Carlos’s hand slipped under your shirt, sending shivers down your spine. You pulled away just enough to look into his eyes, making sure he was really sure about this. “Are you sure this is what you want? You have a big day tomorrow.”
Carlos smiled, his gaze full of desire. “I want you,” he said, his voice thick with emotion. “I need you.”
His words made you shiver with anticipation. You pulled him back, kissing him passionately. Carlos’s hands were everywhere, exploring and teasing, driving you both higher with each touch.
Soon, your clothes were tossed aside, the cool air contrasting sharply with the heat between you. Carlos’s lips traveled down your neck, his breath hot against your skin. “You drive me crazy,” he murmured, his voice filled with a mix of awe and hunger.
“Good,” you whispered back, running your hands over his chest. “Because I want you to remember this tomorrow. I want you to think about me.”
Carlos’s eyes darkened with desire. “Trust me,” he said, his voice rough, “I won’t be able to think of anything else.”
He kissed you again, this time with even more intensity, as his hands roamed your body, caressing and exploring. You arched into his touch, your moans growing softer.
Carlos’s lips and tongue worked their magic, sending waves of pleasure through you. “Te vuelves loca,” he whispered in Spanish, his voice filled with wonder. “Me vuelves loco.”
His hands rested on your thighs, holding you open as his tongue continued its teasing dance. “Eres todo lo que deseo,” he murmured, his voice a mix of reverence and desire. “Quiero sentirte así toda la noche.”
The sensation of his tongue exploring you made you gasp, your body trembling. The room was filled with your soft moans and his spanish sentences that could me you go wild. “Dime lo que quieres,” he said, his voice husky. “Quiero escuchar tus gemidos.”
You could barely speak, the pleasure overwhelming you. “Don’t stop,” you begged, your voice thick with need. “Please, Carlos.”
He responded with renewed fervor, his movements pushing you closer to the edge. The combination of his touch and whispered dirty talk made everything more intense.
“Eres mi todo,” he murmured against your most sensitive spot. “No puedo tener suficiente de ti.”
As the waves of pleasure crashed over you, you clung to him, your body arching and trembling. Carlos’s movements never faltered, his focus entirely on making you feel amazing.
He moved up to kiss you again, his lips capturing yours with fierce passion. As his kisses deepened, he guided you to the edge. Carlos positioned himself between your legs, his hands tracing a path along your inner thighs.
“¿Estás lista?” he asked, his voice low and filled with anticipation.
You nodded, your body already responding. Carlos entered you slowly, the sensation of him filling you completely made you both moan softly. His movements were steady, each thrust deliberate and passionate.
Carlos’s eyes locked onto yours, and he whispered in Spanish, “Eres todo para mí.”
You wrapped your legs around him, pulling him closer, feeling every inch of him. The connection between you was electric, each movement heightening the pleasure. Carlos gripped your hips firmly, guiding you both through the rhythm of your desire.
The room filled with your shared pleasure: moans, gasps, and whispered endearments. Carlos’s breath was hot against your ear as he pushed you both toward the edge. “Quiero sentirte más cerca,” he murmured, his voice urgent. “No te sueltes.”
You clung to him, your body trembling with the intensity of the sensations. The rhythm between you grew faster, more urgent, both of you pushing toward the peak. Carlos’s movements were driven by a mix of need and love, each thrust bringing you closer to the edge.
“Please, baby, please,” you begged, your voice filled with need.
Carlos’s release came in a powerful wave, and you felt him empty himself inside you.
Carlos pulled you close, his breath mingling with yours.
“This is surely going to bring me luck tomorrow,”
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lindaa podes hacer uno de esteban kuku smut, me dio tierno, corte primera vez o algo asi, si no haces de él no pasa nada, yo entiendo
hola reina!! OBVIO que escribo para kuku, estaba esperando que alguien pida aaa te adoro !! hice esto recien, super rapidito, espero que te guste ♡
𝜗𝜚⊹ ‧₊˚ petit-déjeuner
pairing: bf!esteban x gf!r
sinopsis: Esteban acaba de volver de su viaje a Venecia y estas dispuesta a recuperar todo el tiempo perdido.
content: age gap sin desarrollar (ambos +18), stablished relationship, smut sin plot (jiji), fingering, p en v, mentions of breeding, fluff, no se que más.
word count: 1.7k cortito y conciso.
Hacía ya un día que Esteban había vuelto de su viaje a Venecia, donde asistió al prestigioso festival de cine. Lo habías extrañado, aunque te costara admitirlo incluso solo para vos misma. Tu cuerpo lo ansiaba.
Por eso, cuando escuchaste el familiar sonido del motor del auto apagándose en el garage, prácticamente corriste a lanzarte encima de él en cuanto entró por la puerta. Hizo a un lado su bolso para sostener tu cuerpo entre sus brazos mientras le llenabas de besos la cara.
Pasaron la noche entre copas de vino y pasta, compartiendo experiencias de Venecia, la gente que conoció, el éxito de la película y la felicidad de estar de vuelta en su queridisima Buenos Aires junto a vos. Esteban y vos llevaban once meses juntos, aunque los últimos meses habían sido caóticos debido a los rodajes, viajes y todo el trabajo de producción, dejando la vida sexual en segundo plano, sin embargo ambos tenían necesidades y estabas dispuesta a saciarlas.
Sabías que Esteban estaba cansado por el viaje, así que esperaste hasta la mañana siguiente para deslizarte desnuda en la cama que compartían. La luz matutina resaltaba los marcados rasgos de tu novio, y por un segundo pensaste, "¿Cómo puede tener una cara tan angelada?". Aunque Esteban ya estaba despierto desde que entraste a la habitación, mantuvo los ojos cerrados hasta que te subiste completamente a la cama y encima de él.
"Ah, bueno...", dijo, recorriendo con la mirada tu cuerpo y regalándote una sonrisa ladeada. Te mordiste el labio mientras comenzabas a restregarte contra él. Solo llevaba puestos unos boxers, así que frotaste tu cuerpo contra el suyo, disfrutando del calor de su piel.
"¿Estamos cariñosas hoy?", señaló con un tono burlesco pero dulce. Gemiste suavemente, besando ligeramente su muñeca cuando sentiste sus dedos entrelazándose en tu cabello.
"Estuviste lejos mucho tiempo", dijiste en un suspiro.
"Fue solo un mes, gorda."
"Mucho tiempo".
Esteban soltó una pequeña carcajada mientras te acomodabas sobre él, tus manos reposando en su pecho definido.
"Me debes algo", dijiste finalmente, mirándolo con ojos suplicantes.
Esteban arqueó sus cejas mientras sus manos se paseaban suavemente por tus muslos y costillas, a veces subiendo a tus pechos, acariciándolos con un poco de fuerza y bajando otra vez.
"¿Ah sí? ¿Y cómo puedo saldar la deuda?"
"Vos sabes perfectamente cómo, kuku."
"No, ángel, decime qué querés."
"A vos."
El mayor deslizó su pulgar por tu cadera, acariciándola con una sonrisa en su cara. "¿Sí? Pero si ya estoy acá, a mí ya me tenés hace mucho tiempo", refutó, haciéndose el desentendido.
Tu pecho estaba rojo de la vergüenza, sabías que te iba a hacer decirlo. "Quiero que me cojas", dijiste ahogando un gemido, tus caderas todavía moviéndose encima de su ya erecto bulto generando una fricción extasiante.
Esteban parpadeó ensimismado ante la vista que tenía delante suyo.
"¿Sí?"
"Sí, kuku, porfa", rogaste sobre su regazo.
"¿Cuánto?" volvió a preguntar, sus dedos estimulando tus pezones mientras se incorporaba lentamente. "Dios, te necesito adentro mío, Esteban, te necesito ya", exclamaste desesperada ante tantas preguntas.
El mayor soltó una risa, sus palmas sujetándote suavemente pero con firmeza.
"Está bien, preciosa, pero primero te quiero preparar."
"No, no, no, por favor, no hace falta."
"No es negociable, nena. Si quieres que te coja, primero te vas a tener que correr dos veces con mis dedos. Sino no hay trato", dijo, terminando de incorporarse y volteándote, quedando así en la posición en la que él estaba hace unos segundos atrás, su cuerpo por encima tuyo. Ambos sabían que tenía la fuerza suficiente para manejarte como quisiera.
Mordiste su brazo en respuesta, pero a él pareció no importarle mientras marcaba su camino hacia tus muslos con besos, así que simplemente te dejaste llevar. Después de todo, no te molestaba tener un par de orgasmos adicionales. Esteban siempre había sido hábil con sus manos y boca, pero después de tantos meses sin ningún tipo de contacto, cuando por fin sentiste sus largos dedos acariciando y estirando tus paredes empapadas, mientras su lengua jugaba con tu clítoris, llegaste a los dos orgasmos sin problema después de un par de minutos, casi rozando un tercero antes de gemir y arañarle los bíceps; tus uñas dejando marcas rojas en su piel.
"Ahora sí, tebi", dijiste sin aliento, tus piernas temblando por tus orgasmos recientes. "Por favor, no puedo más."
"Ahi va, bebé, esperaste todos estos meses ¿Qué te va a hacer unos segundos más?", murmuró coqueto, levantándose para que te sujetaras de sus hombros y te acomodaras encima suyo, tus rodillas seguían débiles, por lo que intentaste alinearte y sentarte encima de su polla con rapidez.
Sin embargo, él no te dejó apurarte y te fue ubicando lentamente encima de su duro miembro, entreteniéndote con un beso hambriento, su lengua introduciéndose en tu cavidad bucal mientras dibujaba círculos sobre tu sobreestimulado clítoris. Te estremeciste alrededor de él cuando sentiste cómo su punta se abría paso entre tu apretado interior, tan mojada que goteabas sobre su polla y sus muslos.
Cuando finalmente se hundió por completo, intentaste moverte de inmediato, deseando sentir cómo te destrozaba. Pero nuevamente te retuvo, retorciéndote y gimiendo, apretada contra él.
"Shh, disfruta un poquito", te dijo mientras presionaba besos y mordidas en tu hombro, tus uñas clavadas con fuerza en sus hombros ante la repentina intrusión y anticipación.
Cuando finalmente aflojó su agarre en tus caderas, inclinaste tu peso hacia adelante, apretándolo contra el borde de la cama, y bajaste las manos hacia su ancho pecho. Cambiaste el ángulo de manera que veías estrellas al sentir su polla tan dentro tuyo.
"Dios, kuku", dijiste en un gemido, con la voz temblando un poco mientras tus caderas empezaban a mecerse contra su pelvis. Él gimió, casi como alentándote, viendo cómo la luz del sol se filtraba por la ventana y daba contra tu cuerpo desnudo, sus palmas se encontraban ligeramente presionadas sobre tus muslos mientras su pene bombeaba en tu interior. Todo se sentía increiblemente bien.
"Dios amor, es como si hubieras sido creada solo para mí", balbuceó envuelto en el delirio del momento, y por un momento pensaste que sí;
estabas hecha solo para él.
El mayor guió tus caderas hasta encontrar un ritmo adecuado que te hacía rozar tu clítoris contra el suave vello rubio sobre su pelvis. Toda esta situación era mucho para vos, realmente mucho después de haber alcanzado el clímax dos veces, pero no paraste incluso cuando algunas lágrimas comenzaron a salir de tus ojos, escurriéndose por tus mejillas, siendo resaltadas por la suave luz del sol golpeando tu cara.
Su polla se sentía tan bien dentro tuyo, te llenaba de una manera exquisita. La punta de su miembro se curvaba contra tus paredes y rozaba perfectamente ese punto dentro tuyo. Gemiste y jadeaste ante tal estímulo mientras mordisqueabas distraídamente su cuello y clavículas y gemías su nombre en su oído.
Una de sus manos subió hasta uno de tus pechos, tomándolo en su boca, chupándolo y besándolo vorazmente mientras que la otra estimulaba tu clítoris con velocidad.
Lo montaste vigorosamente mientras sentías cómo tu tercer orgasmo amenazaba cada vez más con llegar. Tus caderas comenzaron a moverse de forma desincronizada cuando un gemido agudo se escapó de tus labios. Esteban entendió la situación al instante, por lo que tomando tus caderas, salió de tu interior y te volteó nuevamente, un quejido abandonó tus labios ante la falta de estímulo. Sin embargo, Esteban volvió a adentrarse en tu coño apenas terminaste de acomodarte en cuatro, con tus antebrazos apoyados sobre la cama y el culo alto en el aire, dándole una vista asombrosa a su parecer, lo cual lo incentivó a mover sus caderas de una forma lenta y seductora, sin embargo golpeando justo el punto adecuado.
"Amor! Por dios!", gritaste contra la almohada, saliva escapándose de tu boca hacia la sábana, tu clímax cada vez más cerca, "Por favor, que rico, seguí, seguí, justo ahí." lloriqueaste de placer, tu respiración agitada "M-mas fue-fuerte." dijiste fuera de si.
Te desmoronaste debajo suyo apenas treinta segundos después, temblando, colapsando sobre el colchón y apretando las sábanas en tus puños como buscando que eso te salve de la sensación tan abrumadoramente satisfactoria, tu espalda todavía arqueada para mantenerlo adentro tuyo. Él acarició tu espalda, suavizando sus estocadas mientras sentía cómo lo apretabas tan, tan fuerte.
"Amor", murmuraste después de un minuto, incorporándote un poco, luciendo completamente agotada.
"¿Listo?" preguntó, sacando su miembro de adentro tuyo a punto de ayudarte a levantar.
Negaste, girando tu cuerpo, quedando ahora boca arriba y volviste a abrir tus piernas, sabías que todavía faltaba él.
"Acabá", le dijiste mientras guiabas su polla hacia tu entrada una vez más, apretándote alrededor suyo y sonriendo maliciosamente cuando sus ojos se cerraron con fuerza ante la sensación. "Porfi, quiero que acabes antes de que vayamos a desayunar."
Él no esperó ni una palabra más y te sacudió fácilmente de arriba hacia abajo, penetrándote con intensidad, buscando su propia liberación y vos seguiste el ritmo felizmente, apretando tus paredes cada vez que se empujaba dentro tuyo, exprimiéndolo. Miraste ensimismada sus músculos tensándose y emitiste pequeños sonidos ante la sobreestimulación, llorando de placer y aferrándote a sus brazos, rasguñando los mismos.
Cuando él llegó al clímax, gemiste como si hubieras acabado de nuevo, inclinando la cabeza hacia atrás mientras sentías su cuerpo desplomarse encima del tuyo durante unos segundos.
"¿Eso era lo que querías?" preguntó con su respiración agitada, tus dedos acariciando sus claros cabellos mientras él presionaba suaves besos en tu mejilla.
"Mhmm."
"Dios, te extrañé tanto, preciosa", dijo incorporándose, saliendo de tu interior con delicadeza y presionando un beso en tus labios.
"Mhmm", repetiste, tus ojos estaban cerrados y tenías una sonrisa pintada en la cara. Esteban se rió por lo bajo, acomodando los cabellos que estaban en tu rostro detrás de tu oreja.
"¿Quieres ir a bañarte mientras hago el desayuno?" dijo acariciando tu mejilla con tanto amor que pensaste que podías derretirte ahí mismo. Consideraste la oferta, pero terminaste negando con la cabeza. "Bañemonos y después hacemos juntos el desayuno", dijiste mirándolo a los ojos. Esteban entendió enseguida a lo que te referías y depositó un beso en tu nariz.
"Bueno, vamos a bañarnos, el desayuno puede esperar."
#esteban kukuriczka#esteban kukuriczka fanfic#esteban kukuriczka fluff#esteban kukuriczka one shot#esteban kukuriczka smut#esteban kukuriczka x reader#esteban kukuriczka x you
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♡ SEXTAPE ♡
pares: matías recalt x leitora x felipe otaño x simón hempe | palavras: 5.3k | notas da autora: finalmente veio aí! baseado numa fantasia que eu já tinha (para quem conhece, a original era com o sungchan, o eunseok e o seunghan do riize 🤫) e nessa ask da diva @lunitt 🤍 espero que gostem! | avisos: linguagem adulta, menção ao consumo de bebida alcóolica, consumo de drogas ilícitas (maconha), sexo explícito (3 homens e 1 mulher, consentimento duvidoso, filmagem do ato, uso de apelidos carinhosos e termos degradantes, masturbação fem. e masc., penetração vaginal, penetração anal, penetração dupla, puxão de cabelo, sexo oral masc., cuspe, facial, ejaculação interna, asfixia; não interaja se for menor de idade) e sem proteção (não façam!), espanhol fajuto, homens gostosos e muito sacanas 💔
"ih, 'tava toda assanhadinha pra cima da gente, agora deu de ficar com vergonha?" você ouve simón perguntar e se acanha mais ainda, desejando que as paredes do quarto diminuíssem até te engolirem.
sente os olhares dos três homens em cima da tua figura e junta os braços na frente do torso, brincando com as pontas das unhas, envergonhada. de repente, a realidade da situação fica cada vez mais clara na tua mente ainda embaçadinha.
"eu sou tímida, ué..." você tenta justificar num fio de voz e ouve à tua esquerda a risada de felipe sobressair as dos outros dois.
"é, agora é tímida, né?" matías questiona, te fitando com os olhos que alcançam até a tua alma apesar de já irem se fechando por conta do baseado que puxa com a mão direita. a mão esquerda parece inquieta dentro do bolso da calça de moletom e você se questiona se é por nervosismo ou para esconder o volume crescente na virilha. "na hora de atiçar igual uma puta tu não era tímida."
se lembra bem de como começou essa história: com uma brincadeira boba entre amigos. ou pelo menos era isso que você pensava enquanto provocava pipe com os olhares, logo em seguida trocava carícias com matías e uns minutos depois rebolava para simón na festa que ainda rola no andar de baixo; semanas de flertes inacabados com os amigos os deixaram fartos e cheios de vontade de você, e finalmente te alcançaram nessa madrugada.
"faz o seguinte, princesa," simón cola a boca ao pé do teu ouvido direito, deixando um carinho quase imperceptível na lateral do teu quadril, "por que é que tu não dá um beijo no meu parceiro, hm? só pra te soltar um pouquinho."
você segue o olhar maldoso do moreno e encontra o par de irides azuis te encarando do outro lado, indo da tua boca até os teus próprios olhos para te devolver a mirada, e percebe que ele morde os lábios em desejo.
"ele tá cheio de vontade de te pegar, gatinha..." simón continua, agora fazendo um carinho mais forte em você, ocupando mais a tua pele com a mão grande e firme. por mais que você não veja, matías encara toda a situação à sua frente com humor nos olhos, dando mais um trago em seu baseado.
ouve pipe sussurrar um ven acá que quase te desmonta e logo se entrega aos braços do mais alto, sentindo sua mão direita se emaranhar no meio dos teus cabelos enquanto a esquerda vai direto à tua bunda, apertando ali com vontade por baixo da saia, como se não tivesse certeza do quão longe você vai essa noite e já querendo aproveitar tudo que tem à disposição logo. seus lábios apenas se encostam num primeiro momento, mas não demora nada para que o beijo se torne mais profundo, mais babado, mais regado a língua e saliva. o beijo de pipe é na medida certa entre forte e suave e ele te domina por completo; apertando a mão, puxando os cabelos ali grudados e te arrancando um gemido que logo é interrompido por um flash em cima dos dois.
você se afasta de pipe e se vira para a direita, a mão indo ao encontro dos olhos para protegê-los do clarão, e escuta simón rir, calmo e divertido, atrás de você. ainda sente as mãos de pipe te puxando para si e espera teus olhos focarem no que está acontecendo; quando se acostumam com a intensidade da luz, pode enxergar matías por trás do flash da câmera ainda ligado, te olhando pela tela do aparelho com um sorrisinho fechado que prende o baseado nos lábios.
"matí..." você resmunga, arrastando a última vogal do nome do argentino, que só dá risada da tua manha. "sem filmar..."
"esqueceu do nosso trato, bebita?" ele questiona, movendo o aparelho um pouco para o lado para te olhar diretamente nos olhos. "'tava cantando aquela música da sextape pra mim, toda safada, me prometendo que a gente ia fazer uma..."
você se acanha mais uma vez, se afastando ainda mais de felipe para se voltar aos braços de simón, que para de sorrir assim que te recebe de braços abertos como se fosse te proteger, espelhando teu biquinho nos próprios lábios. você não tem certeza se ele se compadece da tua situação ou se é apenas mais uma parte do joguinho para te humilhar.
"simón..."
"ô, minha princesa, faz essa carinha não..." ele te pede, imitando tua manha na própria voz, "a gente vai cuidar tão bem de você..."
"e 'cê 'tá tão gostosinha com essa roupa," felipe continua o apelo do amigo e você logo sente as mãos maiores te acariciando por trás, além das do moreno. pipe te puxa levemente pelos ombros de volta para a frente da câmera, a mão esquerda já passeando pelos teus seios cobertos quando completa: "seria um desperdício a gente não filmar como 'cê 'tá linda nessa sainha."
"porra, seria até falta de respeito com você," simón concorda, levando as pontas dos dedos para brincar com o cós da frente da peça minúscula que te cobre a parte de baixo; sente a mão direita de pipe descer pelas tuas costas até tua bunda novamente, os dedos deslizando levemente entre as bandas debaixo do material da saia, te acariciando por cima da calcinha. "se produziu toda pra gente hoje..." o moreno segue te amolecendo com as palavras enquanto a mão esquerda ajuda a abrir teu rabinho para pipe se aproveitar; a mão direita já se esguia sorrateiramente por baixo do cós, subindo de volta ao teu umbigo para mergulhar em direção à tua bucetinha, a esfregando lentamente e arrancando um gemido de você. "mostra pra gente como 'cê fica gostosa sem essa roupinha também, vai."
antes de esperar a tua réplica ao pedido - ou melhor dizendo, à ordem, a qual todos já sabem a resposta -, felipe já sobe o pano do cropped que você veste, expondo teus seios sem proteção alguma, e abocanha o biquinho esquerdo, te arrancando um gemidinho surpreso. você usa as duas mãos para apoiá-las uma em cada rapaz e te dar suporte, pois tem certeza que os efeitos das bebidas que tomou mais cedo e teus próprios joelhos, que agora parecem mais gelatina, não darão conta do recado. você involuntariamente fecha os olhos e arqueia as costas quando simón coloca mais pressão na massagem que faz na tua fendinha por cima do tecido, empurrando ainda mais o seio para a boca de pipe, que, por sua vez, se delicia com maestria ao te lamber, chupar e morder de levinho, arrastando a pontinha do mamilo com os dentes até deixá-lo esticadinho.
"a gente promete que vai ficar só entre a gente," simón garante, a voz baixinha grudada no teu pescoço, onde ele deixa beijo molhado atrás de beijo molhado, distraindo tanto tua mente que você mal ouve o só pra gente sussurrado de pipe.
"só o comecinho," você cede mas não tanto, ainda tentando em vão manter o que resta da tua dignidade e da tua privacidade, "só os beijinhos."
"só os beijinhos," os dois amigos concordam em uníssono e você não tem certeza se confia nos tons de voz, mas tem certeza que não se importa muito no momento.
o silêncio de matías, sempre muito vocal e sem muitas papas na língua, te causa estranhamento e você abre os olhos para encontrá-lo ainda te observando pela tela, um sorriso perverso brincando nos lábios. tem vontade de o repreender novamente, de pedir para desligarem a câmera ou pelo menos evitarem o teu rosto, mas esquece de tudo isso quando simón desce a própria boca para acompanhar pipe nos beijos, mordidas e lambidas no biquinho oposto ao que o maior ocupa, te arrancando ainda mais chorinhos e te fazendo levar as mãos aos cabelos dos rapazes, puxando-os. simón, o mais safado e sacana, geme em retorno enquanto pipe, mais acanhado e contido, respira pesadamente sobre o teu colo.
você se esquece completamente da câmera cujo flash te ilumina no quarto escuro quando simón sobe os beijos para a tua boca, mas não a invade com a língua como pipe fez; seu beijo é muito mais calmo, lento, extremamente sensual e tua cabeça não consegue evitar de girar quando pensa como deve ser sentir a língua dele se mexendo assim na tua buceta; no teu grelinho onde mais precisa de atenção agora que o moreno sobe a mão para ocupar o espaço deixado pelos lábios, apertando e puxando a pontinha do teu mamilo. você fica maluca e sente que poderia gozar só de sentí-lo desferir um tapinha bem dado no teu peito enquanto felipe cospe no outro, lambendo toda a saliva de volta quando a boca volta a se deliciar na tua pele e os dedos da mão direita seguem circulando tua entradinha menor por cima da calcinha, a esquerda acariciando e arranhando tua barriga. quase não te sobra tempo entre os gemidos e o prazer já alucinante para reclamar do espaço vago na tua frente, tua bucetinha deixada carente. sente simón arranhar tua bunda com a mão esquerda e morder teu lábio inferior quando você abre a boca, voltando a gemer com vontade agora que percebe uma das mãos de matías brincando com a tua intimidade; vê que o garoto não sente preocupação alguma com o teu prazer para além de te provocar quando recebe tapinhas por cima da roupa íntima e sente o flash mais potente perto do teu rosto, capturando todas as tuas reações.
está quase perdida nas sensações, mais uma vez, quando simón desgruda a boca da tua, ordenando: "deixa a gente ver como você fica bonita de costas também, meu amor."
você logo acata, todas as mãos e bocas se desgrudando e se afastando de ti quando se vira de costas para a câmera, percebendo mais uma vez a intensidade do flash que te ilumina ao perceber tua sombra na parede do quarto apagado; sente também os olhares dos homens sobre você e tuas bochechas queimam.
"empina esse rabinho pra gente, linda," dessa vez quem dita é matías, que não se preocupa nem um pouco em esconder a sacanagem e o deboche na voz; com certeza está mais do que satisfeito com a dinâmica de finalmente poder mandar em você após tanto tempo sendo feito de palhaço.
mesmo que esteja contrariada, o está na mesma intensidade que está alucinada de tesão, então obedece sem hesitar, arqueando as costas mais uma vez e dando a eles a melhor visão que consegue do teu bumbum. vira para o lado direito a tempo de ver pipe mordendo o lábio novamente e ouve um assobio vindo de matías.
"caralho..." simón murmura, não se controlando ao levar mãos para massagear e apertar toda a estensão da tua bunda, "que rabinho gostoso, princesa..."
felipe logo se apressa em auxiliar o amigo, levantando o paninho da saia, que já quase não atrapalha de tão curto. você sente um tapa ser desferido na pele já sensibilizada dos arranhões e apertos, e teu tesão aumenta exponencialmente quando percebe que não consegue identificar quem foi.
"deixa a gente ver esse cuzinho direito," ouve matías dizer e logo sente tua calcinha sendo puxada para o lado, te expondo ainda mais para os três e para a câmera.
"matías!" você exclama e faz charminho, usando uma das mãos para tentar tampar tua intimidade da lente que se aproxima, a julgar pelo movimento do flash.
"vai, mostra pra gente, bebita," pipe pede com a voz mansa e logo te envolve novamente com os braços, colando tua frente na dele e te puxando mais para perto de si, te inclinando ainda mais com o movimento. "dá essa mãozinha aqui, vai..."
ele puxa delicadamente a mão que cobre teu sexo da câmera, te persuadindo com beijinhos na bochecha, e logo a coloca por cima da própria virilha, onde você se apoia e sente o membro já duro por baixo da calça.
"isso..." ouve matías atrás de você, puxando novamente a calcinha e te revelando ainda mais para a filmagem. "que bucetinha gostosa, linda..."
"esse cuzinho também," simón completa, afastando os lados da tua fendinha com os dedos, "olha como já 'tá molhadinha..."
"e ainda quer fingir que não quer dar pra gente," matías debocha e simón e pipe dão risada, o último se inclinando para perguntar um 'tá molhadinha já, princesa? no teu ouvido, deslizando a ponta dos dedos pela frente do teu corpo até embaixo para conferir.
você choraminga quando um dos dedos longos chega até a tua bucetinha, já brilhando de tanto prazer, se molha um pouco no teu melzinho e já te penetra sem muita cerimômia. sente a polpa do indicador de simón rodeando tua entradinha menor, deixando ali um carinho, e matías, por sua vez, foca em te deixar o mais aberta e exposta possível para o trio e para o celular e você se dá conta que, se já sente tanto desejo assim agora, nem imagina como vai conseguir sobreviver a essa noite com os três.
o dedo de pipe começa um movimento de vai e vem dentro de você e você retorna o favor, massageando o pau do argentino por cima do tecido da calça, apertando onde sente a cabecinha e recebendo mais um dedinho em troca. teus gemidos continuam preenchendo o quarto e você tenta manter a postura o melhor que pode quando sente simón levar o dedo a boca e retorná-lo todo babadinho de saliva, preparando teu buraquinho menor. o moreno circula a entradinha uma, duas, três vezes e logo invade teu rabinho com o dedo médio, indo o máximo que consegue e te fazendo voltar uma das mãos atrás para agarrá-lo pelo braço; de nada adianta, pois teus sons de prazer te denunciam tanto que a dupla continua o ataque em conjunto.
"isso, isso... geme que nem uma puta," ouve a voz de matías antes de sentir seu tapa ardido na bunda, "mostra pra gente o quê que tu é."
o prazer é tanto que tua cabeça dá voltas: sente o membro teso de simón se pressionando contra a tua coxa enquanto o dedo do moreno continua explorando teu cuzinho, a boca ocasionalmente te molhando com mais um filete de saliva para ajudar no deslize; tua mão esquerda continua tentando agarrar-lhe o braço enquanto a direita segue acariciando o pau de pipe o melhor que consegue - atrapalhada e desengonçada tanto pelo prazer quanto pela mente enevoada, mas esforçada mesmo assim - e o maior te acompanha com os dois dedos dentro de você, entrando e saindo tão facilmente da tua bucetinha que te dá vergonha o quanto a sacanagem te deixa molhada, um terceiro dedo já ameaçando entrar e se juntar aos demais; e matías segue capturando o momento, filmando de baixo para cima e pelas tuas costas, pegando a melhor visão do preparo que a dupla de amigos faz com você, ocasionalmente te presenteando com tapas na carne da bunda ou arranhões na coxa, sem contar os mais variados xingamentos que saem dos lábios do menor, que não pode deixar de relembrar a câmera a cachorra suja que você é e que aceita esse tratamento tão bem, tão treinadinha.
você logo sente o terceiro dedo de pipe te invadir junto com os outros e, como se não bastasse, o segundo de simón acompanhando o primeiro também. abre a boca para choramingar novamente, vários ai, ai, ai acompanhados do quanto é demais, do quanto você está cheinha e uma mão te agarra pelo cabelo e guia tua cabeça até a virilha de felipe, que aproveita para se apoiar no gaveteiro atrás de si.
"bota essa boquinha pra fazer algo útil, princesa," ouve a voz arrastada de simón, "e mostra pra gente que você sabe chupar um pau."
tuas mãozinhas se apressam a tirar o membro grande e inchado de pipe da calça e logo você o coloca na boca, chupando e lambendo a cabecinha molhada do pré-gozo salgadinho e arrancando gemidos profundos do de olhos azuis, que não para os movimentos dentro de você.
"isso," o moreno continua, se colocando ao teu lado e tirando o próprio cacete para fora, menor e mais grosso que o primeiro; a cabeça vermelhinha, arroxeada e babando resvala na tua bochecha esquerda e te molha quando ele a guia na tua direção. "agora bate uma pra mim feito a putinha talentosa que 'cê falou que era."
você obedece, engolindo ainda mais o membro latejando dentro da tua boca enquanto a mão esquerda se encaminha para o outro, apertando-o e girando o pulso para cima e para baixo a fim de acompanhar os movimentos sincronizados que faz em pipe. não o vê, mas, só de ouvir os sons molhadinhos e ritmados atrás de você, sabe que matías também está batendo uma enquanto filma vocês três e imaginar como a cena deve estar suja e depravada no vídeo caseiro que fazem te deixa tão excitada que não demora muito a se aproximar do orgasmo; felipe logo sente isso e acelera os movimentos, arrastando a palma da mão no teu clitóris e te ajudando a se jogar da beira do prazer, molhando ainda mais os dedos do argentino, que logo saem de você.
você retira o pau da boca para respirar, tuas perninhas fraquejam e, antes que teus joelhos possam se dar por vencidos e desmoronar de vez, sente um dos braços de matías rodear teu quadril e te colocar em pé de novo. ele empina teu rabinho novamente, encaixando tua boca de volta no pau e te fazendo engasgar ainda mais.
"não vai se cansando, não, que você ainda tem muito pau pra levar hoje," matías te adverte e logo sua pontinha te penetra, alargando deliciosamente o canalzinho que pipe acabou de estreitar ao te fazer gozar. você solta um gemido arrastado e, a fim de te calar, simón a guia pelos cabelos até o próprio pau, fazendo-te engasgar nele agora.
você alterna entre chupar sem dó e vergonha alguma os dois paus que estão à frente enquanto é comida com força pelo terceiro que te pega por trás; nunca sentiu tanto prazer quanto agora, sendo usada assim desse jeito pelos três amigos e insultada das mais variadas formas - te chamam de puta, de vadia, de perra e puxam teu cabelo, rindo da tua dificuldade de se concentrar com tanta informação enquanto falam para a câmera o quanto vão acabar com você ainda essa noite. matías te enche de tapas na bunda enquanto continua focando nos dedos de simón que alargam tua entradinha menor por cima e os outros dois só param de dividir tua boquinha para te estapear no rosto, deixando a pele das tuas bochechas tão machucadinha e sensível quanto tua bucetinha. as sensações são tantas que te sobrecarregam, logo apertando o nózinho no fundo do teu ventre até ele estourar novamente, te fazendo gozar pela segunda vez.
quando sente que as estocadas de matías também já estão irregulares, quase te acompanhando no orgasmo, você ouve um barulho de tapa atrás de si e se surpreende quando o impacto na tua pele não o acompanha; só pode presumir que foi simón quem atingiu matías ao ouví-lo reclamar: "não é pra gozar nela ainda não, zé."
"ah, qual foi?" matías rebate, claramente irritado; você não sabe se mais pelo tapa ou pela brecada que levou de te rechear com a porra dele.
"tem mais gente pra comer essa buceta, se liga," simón adverte e logo retira o próprio pau da tua boca e os dedos de dentro de você, se encaminhando para onde o mais novo ainda te agarra pelo quadril. "vai, deixa eu meter."
"e eu vou fazer o quê, caralho?" matías soa indignado mas se retira de você. enquanto isso, pipe se aproveita do momento que tem a sós novamente com os teus lábios para usá-los ao máximo, fechando os olhinhos e enterrando o cacete na tua garganta enquanto sussura um la puta madre atrás do outro. "ficar filmando?"
"sei lá, porra," simón responde, mas não parece bravo; parece mais distraído com a visão dos teus buraquinhos à disposição dele e fazendo de tudo para encerrar o assunto do que qualquer outra coisa, já metendo em ti de uma vez e te alargando novamente com o pau mais grosso. "fode a boca dela, ela chupa gostoso pra caralho."
"vem cá, irmão," pipe chama, puxando teu cabelo e tirando tua boca do próprio pau quando sente que também está prestes a gozar. "pode usar aqui, fica à vontade."
teu canalzinho se contrai ao redor de simón ao ouvir os homens falarem de você assim, como algo para usar, pois sabem que você só está ali para ser três buraquinhos e duas mãos para o prazer deles. simón sorri ao perceber, não disfarçando o tom de voz safado.
"ah, então quer dizer que você gosta que a gente te trate assim?" ele pergunta, acelerando o ritmo e te arranhando a extensão das costas antes de finalizar com dois tapas na bunda, um em cada lado, já sabendo a resposta. "putinha barata."
"ela curte?" matías se anima novamente, aproximando o membro da tua mão para receber a punheta também e focando a câmera na forma como tuas mãos hábeis dão prazer a dois paus ao mesmo tempo mesmo quando você está confusa, de olhinhos fechados e boquinha aberta para gemer à vontade. "então ela sabe que só 'tá aqui pra servir de bonequinha de foda?"
"e depósito de porra," completa simón, com a voz já embargada. "e, puta que pariu, serve bem pra caralho. já 'tô quase gozando também."
"viu só?" matías cutuca. "agora 'cê entendeu."
simón se retira de dentro de você também quando ouve o deixa eu usar aí agora de felipe, que já se encaminha para trás, e oferece um sorriso apologético ao amigo mais esquentadinho. "foi mal, irmão. culpa dessa porra de buceta apertadinha," e dá um tapa na tua bunda, te fazendo soltar um gritinho de tão sensível que já está.
você se inclina mais ainda quando sente o pau de pipe entrar agora, já o terceiro da noite e, como se não bastasse, o maior. apoia teu torso no colo de matías, que passa o celular para os amigos filmarem a putinha favorita deles levando pau do melhor ângulo, e o segura pelos ombros enquanto sente os olhinhos marejarem pelo tanto que é esticada no cacete do mais alto.
"matí," você chora baixinho, uma leva de gemidinhos deixando teus lábios formados em um biquinho.
"ai, ai, ai, ai," matías te imita, debochado e zombando da tua carinha de choro. "quê que foi? 'tá doendo?"
você faz que sim com a cabeça e aumenta ainda mais o bico na direção do rapaz para amolecê-lo quando sente felipe começar a meter sem dó, lotando tua bunda de palmadas enquanto simón brinca com teu buraquinho de cima novamente. o apelo é sem sucesso, pois matías desvia a boca da tua e solta uma risada de escárnio.
"'tá achando que eu beijo puta, é?" ele questiona, franzindo o cenho em uma expressão falsa de compaixão, a voz mansa contrastando com as palavras duras. "tua boquinha só serve pra uma coisa aqui, bebita," ele se afasta um pouco do teu corpo, te fazendo se inclinar para baixo novamente, mantendo teu bumbum arrebitado. "vai, me mama," e guia tua cabeça para a pélvis, te fazendo engolir o cacete por completo; por ser menor que o de pipe e mais esguio que o de simón, é do tamanho ideal para entrar e sair da tua boca sem grandes dificuldades, se enterrando na tua garganta e te fazendo beijar os pelinhos ralos embaixo do umbigo do argentino com a pontinha do nariz.
atrás de você, felipe puxa o ar por entre os dentes, mais uma vez mais perto de gozar do que gostaria. "caralho, que buceta é essa, perrita?" ele xinga, saindo de você também e dando o espaço de volta a simón. "já deu pros três e continua apertada assim."
"da próxima vez a gente mete dois nessa bucetinha sem dó," simón ri e, pelo tom de voz, você sabe que não é uma brincadeira; na verdade, espera que seja uma promessa. "mas hoje eu quero é arrombar esse cuzinho."
sente quando o moreno te molha com cuspe e tua própria lubrificação e te penetra novamente, dessa vez na tua entradinha superior, e quase geme arrastado ao redor do membro de matías, se esse já não estivesse completamente coberto dentro da tua boca. as estocadas já começam firmes, por mais que ainda sejam lentinhas pelo esforço que ele tem que fazer para alargar teu canalzinho menor. ouve os barulhinhos molhados de felipe quando ele bate uma pra si mesmo com uma mão e continua filmando com a outra, logo cobertos pelos sons dos gemidos cada vez mais altos de matías. tem que se esforçar muito para que tua cabecinha, já vazia de tanto levar pica, se concentre para perceber quando simón sai de você, dando vez para que pipe possa comer tua entradinha enquanto descreve das formas mais baixas e sujas o quanto ela é apertada. você sente que vai morrer de tesão quando se toca do que os dois estão fazendo atrás de ti: literalmente revezando teus buraquinhos sem dó alguma quando pipe mete no teu cuzinho, depois simón na tua bucetinha, depois pipe na bucetinha, seguido por simón no cuzinho e por aí vai. caralho, como é bom ser usada de verdade, você só consegue pensar. o menor dos argentinos acelera o passo com que fode tua boca enquanto assiste a cena e, em pouco tempo, puxa tua cabeça pela mão mergulhada nos teus cabelos e pinta teu rosto inteirinho com a porra dele, te deixando coberta de branco dos fios até o queixo, sem deixar a boquinha aberta de lado.
"caralho, é bom demais gozar em mina safada que nem você," ele confessa, respirando pesado e sorrindo genuinamente. "mas da próxima tu não me escapa, vou querer jogar tudo dentro," e te deixa um selinho casto nos lábios esporrados, te deixando ainda mais atônita e desejosa.
"segura aqui que agora a gente vai comer ela de verdade," pipe passa o celular para matías, que ajeita as calças de volta e acende mais um baseado - o outro ninguém sabe onde foi parar no meio da sacanagem - enquanto os amigos te preparam: o maior se encosta de volta no gaveteiro, quase sentado, e se inclina para trás para que você possa apoiar uma perna dobrada nele. pipe a segura pela dobra do joelho, tua outra perna esticadinha e plantada no chão, e logo se guia de volta para dentro da tua entrada da frente.
você não tem muito tempo para notar como ele admira tua carinha decorada com o gozo do amigo ou refletir muito bem sobre o que querem dizer com comer de verdade quando já sente simón se ajeitar atrás de você, te arrancando finalmente o cropped e puxando tua saia o mais alto que consegue enquanto felipe se utiliza da posição para segurar tua calcinha longe da tua fendinha. a cabeça do pau do moreno logo começa a circular teu buraquinho de trás e você arregala os olhos, já quase esgotada de tanto ser fodida.
"não, não vai caber!" você avisa, levando as mãos para trás no susto. pipe te sustenta sozinho e te acalma, sussurrando um shhh... calmo contra teu ouvido.
"vai caber, sim, princesa," matías rebate de onde está agachado, buscando o melhor ângulo do estrago que os amigos estão prestes a fazer em você. "em piranha sempre cabe mais."
"você foi tão boazinha pra gente até agora," simón ignora o amigo, a própria voz também já arrastada de tanto prazer em uma só noite. "não quer continuar sendo nossa bonequinha de foda, hm? só mais um pouquinho?"
"a gente promete que vai com calminha," pipe assegura e, mesmo que não consiga ver o olhar criminoso que ele joga para o moreno, você consegue sentir o sorriso sacana nos lábios do rapaz, deixando selinhos no teu ombro, mas não tem forças o suficiente para rebater ou continuar duvidando; só quer, sim, continuar sendo a boa bonequinha de foda dos amigos. e de qualquer jeito que eles queiram.
"isso, bem devagarinho," simón concorda e a cabecinha grossa do pau do argentino já começa a invadir teu canalzinho mais apertado novamente, te fazendo se sentir preenchida como nunca se sentiu na vida quando ele chega até o final com um pouco de esforço. "a gente vai te arrombar com carinho, princesa."
você só consegue choramingar e se desfazer em gemidos e prazer quando pipe começa a acelerar os movimentos na frente, tão grudado em você que esfrega mesmo sem querer a púbis no teu pontinho, inchado e implorando por mais um alívio. combinada com toda a extensão de simón se arrastando nas tuas paredinhas internas, movendo em sincronia e separada da de pipe apenas por uma camadinha, a sensação logo te alcança de novo e você chacoalha de satisfação entre os dois amigos, molhando-os novamente com o teu prazer e facilitando ainda mais os movimentos. o quarto é preenchido pelo som de pele batendo com pele e os teus gritinhos silenciosos. teu corpo falha em continuar se mantendo de pé, esgotado por tudo que passou nos últimos minutos, e você é sustentada sem dificuldades pelo aperto gostoso no qual se encontra entre os argentinos.
a promessa dos dois não dura muito quando logo você é quase dividida ao meio pela surra de pica que leva; com vontade, com força, sem dó ou piedade alguma. felipe não se demora a te seguir e inundar tua bucetinha com o gozo dele, fazendo a porra escorrer para fora e molhar o chão, quase acertando a câmera do celular bem posicionado na mão de matías, que se delicia com a cena, ainda desacreditado com os eventos da noite.
"minha vez, gatinha," simón anuncia entre dentes e puxa tua cabeça para trás pela leva de cabelos que segura numa mão, a outra voando de encontro ao teu pescoço, te apertando com gosto ali. "achou que podia ficar provocando pra sempre, né? agora 'cê se fudeu," o moreno praticamente rosna no teu ouvido, socando o cacete com tanta força na tua rodinha que as lágrimas retornam aos teus olhos; felipe assiste a cena de camarote com um sorriso de quem se diverte no rosto, passando a brincar novamente com um dos biquinhos maltrados e esquecidos dos teus seios, a outra mão deixando tua perna de volta ao chão para ser sustentada por simón enquanto procura teu grelinho para abusá-lo mais uma vez, te arrancando gritinhos de dor e prazer ao mesmo tempo. "finalmente eu vou gozar nesse cuzinho gostoso que 'cê 'tava me devendo, perra."
as palavras e o ataque que sofre nos peitos e na bucetinha são o suficiente para te fazer gozar mais uma vez, chorando na pica de simón e se tremendo inteirinha, os gritinhos afogados pelas mãos do rapaz na tua garganta fazendo os outros amigos sorrirem, satisfeitos. e o moreno também não demora nada para cumprir a promessa, seguindo o exemplo do amigo e te recheando, lotando até o talo o teu buraquinho proibido - te deixando tão cheinha de porra por todos os buracos que, se tivesse capacidade mental no momento e não estivesse completamente burrinha de tanto tomar pau, certamente pensaria que nunca mais na vida vai sentir prazer se não for assim - dando para esses três e sendo feita de depósito pros filhinhos deles.
tua visão está completamente turva e leva um tempo para você perceber que o apagão na verdade se deve também à ausência do flash, matías tendo o desligado e finalizado a gravação do pornôzinho amador de vocês, guardado com carinho para ser compartilhado no grupo do trio mais tarde. o quarto escuro é lotado de sons de respiração pesada e simón te firma com cuidado no chão.
"vou na cozinha buscar uma água pra você dar uma recuperadinha, bebita," matías anuncia, soltando mais um trago de seu baseado e guardando o celular de volta no bolso da calça. "só não esquece que o próximo a te leitar sou eu."
você dá risada enquanto os amigos do rapaz o encaram incrédulos antes de pipe dar o tapa da vez na cabeça do menor.
"caralho, matías, deixa a mina descansar, porra."
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Rum on a Fire - Enzo Vogrincic
+18! Dom!Enzo, biting, choking, creampie, dacrifilia, daddy kink, dirty talk, face sitting, fingering, sexo oral, sexo sin protección, size kink/size difference, spanking (sólo una vez), edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
El aroma del café persiste en la habitación, pero Enzo sólo percibe la fragancia de tu perfume y la sensación de tus dedos en su cabello. No tiene idea de cuánto tiempo lleva recostado en tu regazo, sólo sabe que está agotado y disfruta demasiado de tus caricias como para abandonar su lugar.
-¿De dónde sacaste las flores?
-De una maceta- contestás, como si no fuera más que obvio.
Emite un sonido de desaprobación y recordás la charla sobre no cortar flores ajenas, pero no dice nada más. Cuando cierra los ojos te deleitás con la imagen de sus pestañas oscuras y largas rozando su piel, la curva de su nariz y sus labios, que probablemente conservan el sabor del café y de su alfajor favorito.
Tus dedos comienzan a descender, delinean el puente de su nariz y la definida línea de su mandíbula para luego capturar su mentón con tu mano y acariciar su labio inferior con tu pulgar. Hace amague de morderte y el sonido que acompaña el gesto es enternecedor, pero sus movimientos letárgicos te permiten reaccionar a tiempo y escapar del juego que tanto adora.
Planta un beso en tu muslo, su mejilla reposando sobre este, y sentís la forma en que su mano acaricia tu piel con un toque casi imperceptible. Las yemas de sus dedos te provocan escalofríos y Enzo disfruta sentir que te estremecés, incluso si su intención sólo era mimarte para retribuir un poco de la atención que le brindás.
-Te extrañé- otro beso-. Mucho.
-Yo también te extrañé mucho.
Te dirige una mirada un tanto ambigua, en sus ojos una mezcla de timidez y algo más... Es algo oscuro, para nada inocente y con implicaciones que conocés a la perfección. Sus dedos se acercan más y más al interior sensible de tu muslo mientras deposita besos húmedos sobre tu pierna, sus dientes te rozan como una sutil amenaza y sus párpados se cierran por cuenta propia cuando comienza a sentirse embriagado de tu ser.
-¿Mucho…?- arquea una ceja. Contestás con un suspiro y sonríe contra tu piel.
Cada vez más desesperado, Enzo deja que sus dulces mimos se conviertan en un enérgico masaje y te provoca frotando tu ropa interior de manera superficial. Siente tu respiración acelerándose y la creciente inquietud que te generan sus acciones le fascina, pero no tanto como los gemidos que escapan de tu boca una vez que captura tu piel entre sus dientes y muerde con fuerza suficiente para dejar una huella.
Vuelve a besarte con suavidad, como si eso aliviara de alguna forma el incendio que provocó, y esta vez sus dedos presionan contra la tela ya humedecida que cubre tu intimidad. Suspira y alza la vista para encontrarse con que estás mordiéndote el labio y tus ojos están cerrados en un vano intento de contenerte, el control sobre tu cuerpo desvaneciéndose cada vez que su respiración cálida te golpea.
Enzo adora verte en tal estado, pero adora más saber que él es el único responsable.
Se reincorpora y te deja sobre su regazo sin esfuerzo alguno, la sorpresa robándote un pequeño grito y una risa. Sus manos encuentran su lugar debajo de la camiseta que tenés puesta para masajear tu cadera, tu cintura y tus costillas, donde dejan una sensación de cosquilleo. Te retorcés por el nerviosismo, al igual que cada vez que Enzo decide hacerte cosquillas, pero el movimiento sólo hace que tu centro entre en contacto con el bulto que deja ver su ropa interior.
Suspira y sus dedos se cierran sobre tu muñeca.
-Mirá cómo me ponés- coloca tu mano sobre su miembro cubierto, haciéndote gemir-. ¿Te gusta…?
-Mucho- confesás, tus dedos tirando de la cintura elástica de la prenda con anhelo.
-Mostrame entonces.
No perdés tiempo y liberás su miembro ardiente, tus dedos rozándolo con delicadeza antes de cerrarse sobre su extensión y comenzar a masturbarlo; Enzo inspira profundamente y cuando echa la cabeza hacia atrás un sonido gutural llega a tus oídos, acompañado por la imagen de una gota de líquido preseminal brillando en su punta y sus uñas casi enterrándose en tu cadera.
Continuás con los mismos movimientos, acariciás la punta con tu pulgar y te deleitás con las expresiones que se apoderan de su rostro y los sonidos involuntarios que emite ante tus caricias. Sentís sus manos sobre todo tu cuerpo, ansioso por más, por lo que decidís recostarte entre sus piernas y besar sus muslos y su cadera mientras trabajás para llevarlo hacia el borde del orgasmo.
Tu lengua recorre su miembro desde la base hasta su punta goteante y roja, tus labios cerrándose sobre esta mientras mantenés contacto visual con Enzo para poder ver la forma en que su rostro se transforma. Se muerde el labio y frunce el ceño, casi como si estuviera enojado, pero sus pupilas dilatadas y el brillo en sus ojos hacen que sus emociones sean más que evidentes para vos.
Una vez que comenzás a moverte, sus caderas reaccionan de manera automática y Enzo toma el control inconscientemente. Tus ojos se llenan de lágrimas debido a los reiterados golpes en el interior de tu boca y sus dedos tirando de tu cabello, uno que otro gemido dejándolo al ver la dificultad con que tomás sólo la mitad de su miembro en tu boca y cuán pequeña te ves entre sus piernas. Sólo cuando sus músculos se tensan decide liberarte, el hilo de saliva manchando tu mentón haciendo que se replantee su decisión.
Se deshace de su ropa y palmea su pecho tonificado con la clara intención de hacerte saber lo que quiere, pero te negás a causa de la vergüenza. Acorta la distancia entre ambos, una expresión preocupada en su rostro, y limpia con sus dedos el rastro de una lágrima.
-¿No querés...?
-Sí, quiero, pero…- tu voz se desvanece, pero Enzo ya sabe lo que ibas a decir.
Es consciente de lo mucho que te avergüenza tal posición, pero sabe que se debe más a la vulnerabilidad en la que te pondría dicha situación y no a la forma en que puedas verte ante sus ojos... También sabe que te encanta estar completamente a su merced, sometida a sus deseos y cediendo el control hasta ser un mar de lágrimas y súplicas.
-¿Color?- sus nudillos acarician tu mandíbula.
-Verde.
Te dedica una sonrisa antes de quitarte la ropa interior y moverte con facilidad para posicionarte sobre su rostro, sus manos acariciando tu cadera y sus labios depositando pequeños besos que alternan con mordidas inofensivas en tus piernas. Tomás aire y dejás caer un poco de tu peso, la calidez de su boca envolviéndote de inmediato y haciéndote gemir.
Estás completamente mojada y Enzo adora sentir tu esencia manchando sus labios y su lengua, que acaricia tus pliegues de manera experta hasta hacerte lloriquear. Disfruta la forma en que tus muslos suaves lo arropan y siente que podría morir al ver que tus dedos se cierran sobre tus pezones, notorios debido al color y la tela de tu camiseta. Sus labios se cierran sobre tu clítoris y succiona con fuerza, ganándose un grito ahogado de tu parte y confirmando que adoraría morir de esta forma.
Sus manos encuentran tu cadera y te fuerza a dejar caer todo tu peso sobre él, sus dientes rozando peligrosamente tu centro mientras continúa asaltándote con su lengua. Tus gemidos aumentan en volúmen, cada vez más constantes, y un hilo de palabras sin sentido surge de tus labios; logra distinguir su nombre y varias súplicas, pero el resto es un confuso producto de lo que el placer provoca en tu mente.
Te lleva al orgasmo sólo con su lengua y los sonidos obscenos que esta produce en contacto con tus pliegues y la humedad provocada por tu excitación. Recobrás un poco de fuerzas y te separás de su boca -un tanto sobre estimulada por sus labios que continúan besándote en todos los lugares posibles-, el brillo de tu liberación adornando su piel y una mueca de satisfacción u orgullo apoderándose de su rostro.
-Me encantás- da un beso a tu muslo-. ¿Puedo seguir...?
Te ayuda a recostarte y te sentís en trance al ver cómo pasa una mano por su cabello despeinado, tus ojos vidriosos siguiendo cada uno de sus movimientos hasta que se posiciona a tu lado y captura tus labios. El beso se torna intenso y su mano cerrándose sobre tu cuello no ayuda a calmar la sensación ardiente entre tus piernas, que sólo empeora cuando su lengua se cola en tu boca y sus dedos comienzan a ejercer presión.
No estás segura de qué provoca el leve aturdimiento que nubla tu mente, si es la restricción de oxígeno o la fuerza con la que Enzo te está besando, pero sus acciones se detienen antes de que pienses en advertirle. No tenés mucho tiempo para recuperarte antes de sentir sus dedos haciendo un glissando en dirección a tu centro, sus yemas deslizándose por tus pliegues y rodeando tu entrada, deleitándose al sentir que estás goteando.
Tu interior no opone resistencia alguna cuando introduce uno de sus dedos, la lentitud y profundidad de sus movimientos haciendo que tu respiración se entrecorte en un segundo. Cometés el error de mirar justo cuando su pulgar encuentra tu clítoris y comienza a masajearlo con círculos, el placer arrancando de tu garganta un gemido que borda lo pornográfico… Pero para Enzo no es suficiente, así que introduce otro dedo y acelera el ritmo.
El placer te desborda y los sonidos húmedos que llegan a tus oídos son tan indecentes como tus gemidos, que sólo actúan como fuel para las acciones de Enzo. Le encanta llevarte al borde, dejar que te pierdas por completo en las sensaciones mientras él se encarga del placer de ambos, saber que tu mente es una especie de boceto que él desdibuja hasta dejar en blanco.
-Papi…
Tu voz es poco más que un susurro, pero es suficiente para que te escuche. Sus dedos siguen asaltando tu interior mientras besa tu mejilla y repite palabras de aliento en tu oído, haciendo un esfuerzo inhumano por no frotar su miembro contra tu pierna cuando ve en tus ojos el reflejo de la desesperación y necesidad que sentís. Se lamenta cuando ve tus párpados caer, indicio de tu orgasmo desatándose, pero la imagen de tus pestañas brillantes por las lágrimas y tus dientes torturando tu labio le resulta celestial.
La tensión en tus músculos se disipa y tu cuerpo frágil reposa contra el suyo. Rodea tu cintura con su brazo y te atrae hacia su cuerpo aún más; tu espalda contra su pecho te permite sentir su respiración todavía acelerada y el calor que irradia su piel, pero este no se compara con el calor de su miembro aprisionado contra tu muslo, donde deja un rastro húmedo.
El particular sonido del lubricante llama tu atención y te preguntás en qué momento y de dónde lo sacó, pero sus dedos con producto frío en tu entrada hacen que te sobresaltes y te distraigas. Se disculpa y su voz ronca provoca un cosquilleo entre tus piernas, besa tu hombro mientras su punta acaricia tus pliegues y tu entrada antes de comenzar a introducirse en tu calidez.
-Papi- llorás, sensible ante el inevitable ardor de la penetración inicial.
-Ya sé, bebé, ya sé- dice en un intento de calmarte, regalándote un beso-. Estás muy apretada.
Sus movimientos son lentos y muerde tu hombro una vez que se adentra por completo, conteniendo sus deseos de forzarte a tomar sin protestar todo lo que él te ofrezca. Te da unos segundos para acostumbrarte a la intrusión, su mano acariciando tu cadera y luego dirigiéndose hacia tu clítoris, el contacto provocando que te contraigas alrededor de su miembro.
Comienza a acelerar su ritmo y no hay forma de que reprimas tus gemidos, tu cuerpo reaccionando por cuenta propia cuando sentís cada vena y surco de su miembro rozando tu interior mientras su punta abusa de tu cérvix reiteradamente. Su ataque sobre tu clítoris no se detiene, su lengua se desliza sobre la piel sensible de tu cuello y posteriormente sus dientes apresan el lóbulo de tu oreja. Llegás al clímax ahogando un grito en la almohada.
Te arrastra hacia el borde de la cama y te deja sobre tus rodillas, las sábanas revueltas en tu rostro amortiguando tus jadeos cuando su palma impacta contra tu piel al volver a penetrarte. El sonido de su piel colisionando con la tuya inunda la habitación y las palabras que te dirige se pierden en algún punto en el aire antes de llegar a tus oídos, que parecen estar cubiertos con algodón.
Sus estocadas son profundas y frenéticas, pero cuando siente su orgasmo aproximándose se detiene. Retira su miembro hasta dejar sólo la punta dentro y acaricia con su pulgar el borde de tu entrada, embelesado por la forma en que la fricción enrojece tu piel. Escucha tus súplicas por más, lo llamás papi una y otra vez en un intento de convencerlo por continuar, pero no cede.
-Estás desesperada, ¿no?- pregunta. Ya sea que negás o asentís, se inclina sobre tu cuerpo para poder tirar de tu cabello y continúa:- ¿Querés más, princesa?
Te aleja del colchón y encuentra una respuesta en el hilo de saliva que cae de tus labios, acompañado por las lágrimas que recorren tus mejillas antes de humedecer las sábanas. Abandona tu interior y te oye protestar, pero te calmás cuando te deja sobre tu espalda y posiciona su cuerpo sobre el tuyo.
Te obliga a ver la forma en que su miembro acaricia tus pliegues, enrojecidos y más que húmedos, pero apartás la vista para ver su rostro cuando vuelve a hundirse en tu interior: sus ojos están cerrados y sus labios entreabiertos dejan salir un sonido casi animal, su cabello despeinado enmarcando sus rasgos a la perfección.
Lleva tus piernas a sus hombros y utiliza un brazo para aprisionar tus muslos contra su abdomen, su otra mano ubicándose en tu abdomen bajo y ejerciendo presión para sentir cómo tu interior se amolda a él, la forma en que tu cuerpo lo recibe cada vez. La sensación es abrumadora y tus manos se mueven en todos los sentidos buscando aferrarse a algo -lo que sea- para poder sobrellevar el placer que te invade, pero sólo encontrás las margaritas desperdigadas en el espacio entre la almohada de Enzo y la tuya.
-Papi, por favor, ¿puedo…?
Asiente mientras besa tu tobillo, sus ojos abriéndose de inmediato para poder presenciar el espectáculo que le ofrecés cada vez que acabás. Masajeás tus pechos y pellizcás tus pezones, justo como él suele hacerlo, y cuando el orgasmo te golpea repetís su nombre entre balbuceos. El movimiento de sus caderas no cesa ni por un segundo y tu rostro se contrae en una mueca de algo similar al dolor, pero que Enzo reconoce como la prolongación tortuosa de tu orgasmo.
Estás a punto de rogarle, pero sus jadeos te interrumpen y la repentina brutalidad en sus embestidas hace imposible formular palabra alguna. Su cabello brilla bajo la luz y cubre parte de su rostro cuando sus dientes se cierran sobre tu pierna. Sentís el palpitar de su miembro en tu interior y recuperás la voz.
-Adentro, por favor.
-¿Sí? ¿Querés que te llene la conchita…?- cerrás los ojos, casi avergonzada por lo mucho que disfrutás oírlo expresarse de esa forma-. Dios…
Sentís el calor de su liberación salpicando tu interior y suspirás satisfecha, tus brazos separándose instintivamente para abrazarlo cuando se desmorona sobre tu cuerpo y su rostro busca refugio en el espacio de tu clavícula. Masajeás su espalda mientras su respiración vuelve a la normalidad y estás casi segura de que percibís los latidos de su corazón.
-Extrañaba tanto esto- comenta, alejándose para mirarte a los ojos-. No te das una idea.
-Yo también lo extrañaba- sonreís-. Pero…, ¿no tenías sueño vos?
Suelta una carcajada pero no responde, en su lugar se estira para tomar una margarita y colocarla sobre tu oreja. Besa tus ojos, tu nariz, y por último envuelve tus labios en un apasionado beso que te deja sin aire.
-Gracias por el café- apoya su frente sobre la tuya-. Me ayudó bastante.
Sabés que no se refiere al café.
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Te he robado el primer éxtasis de tu cuerpo, el primer rubor de tus mejillas, el primer gemido...y te robaré tu primer beso
#frases de amor#cita#citas#citas de amor#sexcontigo#deseo#love#pareja#parejas#extasis#gemido#tu sabor#amor#tu y yo#tu y yo juntos#tu recuerdo#tu primer beso#tu gemido
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Esta noche haré sonetos en tus gemidos...
@teatro-magico-solo-para-locos
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La Familia De | Enzo Vogrincic
Cuando descubres la infidelidad de tu novio, aceptas la invitación de tu amiga para pasar unas semanas en su país con su familia. Allí conoces al atractivo hermano de tu amiga, desencadenando una serie de emociones inesperadas.
Desde hace un año, la cafetería que posees en Ciudad de México ha sido tu refugio, un santuario de aromas de café y conversaciones animadas. Tu vida ha tomado un giro maravilloso desde que abriste las puertas de este lugar acogedor. No solo tienes un negocio próspero, sino que también tienes a tu lado a un novio increíble, cuyos talentos como tatuador le dan un toque de arte y rebeldía a tu vida cotidiana.
Entre el vapor de los expressos y los murmullos de los clientes habituales, siempre hay un momento especial cuando tu amiga uruguaya aparece por la puerta. Ella, con su encanto sudamericano y su energía contagiosa, es como un rayo de sol que ilumina tu día cada vez que la ves. Aunque vive en CDMX por trabajo, nunca pierde la oportunidad de visitarte en la cafetería, trayendo consigo los últimos chismes y anécdotas que hacen que la vida en la ciudad parezca aún más vibrante.
En medio de este bullicio reconfortante, te das cuenta de que no estás sola. Tu negocio florece, tu relación amorosa está en su mejor momento y tus amistades te brindan compañía y alegría. La paz y la belleza se entrelazan en tu día a día, recordándote que la vida puede ser realmente hermosa cuando tienes a las personas adecuadas a tu lado.
Sin embargo, un día decides cerrar temprano la cafetería porque no te sientes bien y tienes un fuerte dolor de cabeza. De camino a tu departamento, te sientes aún peor, como si algo estuviera terriblemente fuera de lugar. Al llegar a casa y subir las escaleras, el sonido de ruidos extraños te hace detener en seco. Escuchas un respiro profundo, quizás gemidos. Sin entender completamente lo que está sucediendo, decides apresurarte hacia tu habitación.
Al abrir la puerta, te encuentras con algo que nunca podrás borrar de tu mente: tu novio, en medio de un encuentro íntimo con otro hombre. Es una escena que nunca esperaste presenciar, y sin poder soportarlo, das media vuelta y sales corriendo, sintiendo cómo tu mundo se desmorona a tu alrededor.
Con lágrimas nublando tu vista y el corazón hecho pedazos, marcas frenéticamente el número de tu amiga en tu teléfono. "¿Dónde estás? ¡Necesito verte! Me siento horrible, mi novio… mi nov–", apenas logras articular entre sollozos.
La voz tranquila de tu amiga al otro lado de la línea te ofrece un atisbo de consuelo en medio de la devastación que te embarga. "Estoy en casa. Vení y me contás tranquila", te dice, y sus palabras se convierten en un faro de esperanza en medio de la oscuridad que te rodea. Con el corazón roto y el alma hecha trizas, te diriges hacia la casa de tu amiga, en busca de consuelo y apoyo en medio de la tormenta emocional que te consume.
Le cuentas a tu amiga todo lo que había sucedido y no puedes evitar llorar. Estás en el sofá junto a tu amiga, y te dice mientras te peina el cabello: "(Y/N), tenés que ser fuerte, yo sé que no es fácil. ¿Te acordás de Mateo? Que se fue con otra mina, pues te entiendo completamente".
Pero entre sollozos, respondes: "¡Pero en mi caso es distinto!", y lloras más fuerte, como un bebé. "Y... ahora... tú te vas para Montevideo, y... ¡yo voy a estar SOLA!", sigues elevando el tono de tu llanto. "Y no quiero verloooo, nooo, no sé cómo enfrentarloooo".
Tu amiga intenta calmar tus nervios: "Pero yo me voy solamente por tres semanas, si querés, venite conmigo, yo te pago los pasajes".
"No quiero ser un peso más", respondes entre lágrimas.
"¡Boluda! ¡Te vienes conmigo, que se joda!", te dice ella, tratando de sacarte de ese estado emocional.
"Okkkkaaaayyyy", aceptás entre sollozos, llorando como un bebé.
—
Llevas ya tres días encerrada en la habitación de tu mejor amiga en Montevideo, con un gatito real al que tratas como un peluche. La familia Vogrincic te han adoptado como una hija más, y su madre se ha convertido en tu proveedora oficial de café y consejos sobre el amor, lo cual agradece tu corazón roto.
En una tarde soleada, tu amiga irrumpe en la habitación como un torbellino, encontrándote en la cama con tu celular, absorta en las fotos de tu ahora ex. "¡Che, bo! Dame ese celular. No quiero verte así", ordena con un tono melodramático. "Tienes que salir de esta cueva. Mami me ha dicho que solo sales para tomar café y luego regresas aquí. ¡Ya basta! Esta noche viene mi hermano desde Nueva York, y vamos a recogerlo al aeropuerto. Tienes que venir conmigo, punto final", declara con autoridad.
Tú respondes: "Ay, déjame aquí con la gatita", y ella te corrige: "¡Esa gatita tiene nombre y es Uma!". Insistes: "Pues déjame con Uma, no quiero ir para allá".
Con un suspiro exasperado, tu amiga agarra tu brazo con determinación. "¡Sos una pelotuda! ¡Vas a venir ahora!", exclama, decidida a sacarte de tu caparazón de autocompasión y llevarte a vivir un poco la vida real, aunque sea a la fuerza.
—
En el auto, el padre de tu amiga está al volante, con la madre como copiloto, mientras tú y tu amiga ocupan los asientos traseros. La atmósfera está cargada de emoción, ya que toda la familia está ansiosa por recoger al tal Enzo. Por lo que has escuchado, es un actor sumamente famoso. Aunque no estás muy familiarizada con su trabajo, tu amiga siempre ha hablado con orgullo sobre él, y su entusiasmo es contagioso.
Antes de dirigirse al aeropuerto, hacen una parada en un mercado para comprar globos, flores y un cartel que dice "¡Llegó el actor de la casa!". A ti no te hacen mucha gracia las flores ni los globos, ya que te recuerdan a tu exnovio.
Al llegar al aeropuerto, tu amiga asigna tareas: "Bo, aguanta los globos; yo llevaré el cartel y mami, tú llevas las flores", dice con entusiasmo. La madre asiente y el padre, con su típico sentido del humor, pregunta: "Y yo, ¿qué llevo?". La madre, con una sonrisa, responde: "La presencia". Todos ríen un poco, preparándose para la llegada del famoso Enzo.
—
Justo cuando estás a punto de bostezar por el cansancio acumulado, de repente tu amiga y toda su familia irrumpen en gritos de emoción, corriendo hacia un hombre sorprendentemente guapo. Su piel canela y su cabello medio largo y desordenado lo hacen destacar en la multitud. Él también parece adormilado, llevando una maleta, hasta que se percata de su familia y se apresura hacia ellos.
La escena es conmovedora mientras se abraza profundamente con tu amiga, luego se dirige hacia su madre y ambos comienzan a llorar juntos. Por lo que tu amiga te había contado, no se habían visto durante años debido a la ocupada agenda del hermano.
Mientras esta emotiva reunión tiene lugar en el aeropuerto, tú te encuentras parada como un pingüino, sosteniendo los globos en tus manos, sin saber muy bien qué hacer en medio de tanta emoción familiar.
—
Ya cuendo van para el auto, tu amiga te introduce al hermano diciendo, “Enzo, esta es (Y/N) mi mejor amiga del alma, y va estar con nosotros por estas semanas” dice mientras ya se van sentando al auto, y Enzo, que al parecer se va a sentar al lado tuyo te dice, “Un placer (Y/N)”
Y así van todos contentos para la casa, para cenar, ya que la madre iba a prepara una pasta.
—
Al llegar a la casa, estás a punto de dirigirte directamente a la habitación para descansar un poco del viaje agotador, pero tu amiga te agarra del brazo con determinación y te dice: "¡Uh uh no! Te quedas con nosotros en la sala. Nada de cueva". Tú asientes, aceptando su decisión, y decides seguir su sugerencia.
Cuando te dispones a sentarte en el sofá de la sala, observas con curiosidad cómo las gatitas, Uma y Ada, salen de una habitación cercana. Enzo, al verlas, no puede contener su emoción y se tira al piso, hablándoles con ternura como si fueran bebés. La verdad es que Enzo se veía increíblemente adorable en ese momento, y no puedes evitar sonreír ante la escena.
Tu amiga te hace una mueca cómica, como si estuviera acostumbrada a este comportamiento de su hermano, y te dice en voz baja: "Es amante de los gatos, así que no te asustes si actúa así". Tú te ríes suavemente, encontrando la situación bastante divertida y encantadora.
Observas cómo Enzo interactúa con las gatitas, y te das cuenta de que tiene un lado dulce y tierno que no esperabas.
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Después de un rato, Enzo se levanta del suelo con una sonrisa, dirigiéndose especialmente a su madre: "Ma, me voy a dar una ducha. Avísame cuando esté la cena", dice con tono amable. La madre asiente con un simple "ok", ocupada con los preparativos en la cocina.
Una vez que Enzo se retira para darse una ducha, te inclinas hacia tu amiga y le susurras en voz baja para que no te escuchen: "Oye, no me habías dicho lo guapo que es tu hermano". Ella te responde con una mueca divertida y te dice: "Te lo regalo si quieres". En un gesto juguetón, la empujas suavemente y respondes con un "ajá", aceptando el comentario con humor.
Ambas se miran y se ríen, compartiendo un momento cómplice antes de que Enzo regrese de su ducha y continúe con la cena en familia.
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Después de un rato, mientras estás disfrutando de un vino con tu amiga y ayudando a preparar la mesa, Enzo hace su entrada. Viene con una cámara vintage en la mano, su cabello aún húmedo y desordenado, vistiendo una sudadera cómoda y descalzo. En general, se veía muy relajado y como en su casa; no parecía en absoluto un actor de Hollywood.
Mientras tú te sientas con tu vino en la mesa, Enzo comienza a moverse alrededor de la cocina, capturando momentos con su cámara: la madre preparando la comida, el padre cortando la carne asada, y la hermana charlando contigo. Luego, se dirige hacia las gatitas y llama a tu amiga, "Loca, ven acá, tírame una foto con Uma y Ada". Pero antes de que pueda tomar la foto, la madre interviene: "Enzo, después. Ya vamos a comer". Él asiente en respuesta.
Tú observas todo con asombro, pero al mismo tiempo, te sientes como si estuvieras presenciando algo muy familiar. Enzo se sienta nuevamente junto a ti, y de repente te toma una foto inesperadamente. Tu amiga lo regaña de inmediato, diciendo: "¡Enzo! A (Y/N) no le gusta que le tomen fotos". Con un tono suave, Enzo se disculpa: "Disculpa". Y tú respondes con amabilidad: "No te preocupes".
La atmósfera en la casa es cálida y acogedora, y te sientes cada vez más integrada en esta familia tan especial.
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Después de unos 45 minutos en la mesa, todos parecían estar inmersos en sus propias conversaciones, dejándote a ti en un silencio momentáneo. Mientras tomas sorbos de tu vino, escuchas atentamente pero te sorprendes al darte cuenta de que nadie te ha dirigido la palabra en todo ese tiempo. Una sensación de soledad momentánea te envuelve, hasta que de repente, es Enzo quien rompe el silencio.
"Y tú, ¿qué haces?", pregunta Enzo, volviendo su atención hacia ti. Levantas la mirada, encontrando sus ojos, y respondes con sinceridad: "Soy dueña de una cafetería en Ciudad de México". Su expresión se ilumina con genuina admiración: "¡Guau, eso es impresionante!", responde con entusiasmo.
En ese momento, sientes una conexión especial con Enzo, como si sus palabras hubieran creado un puente entre ustedes. A pesar del bullicio de la mesa, te encuentras atrapada en su mirada, sintiendo una chispa de complicidad entre ustedes.
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Deseo hacerte el amor de tal manera que tus gemidos se conviertan en poesía, donde cada roce sea una metáfora y cada suspiro, un verso. Que nuestros cuerpos entrelazados sean como párrafos escribiendo una historia.
—Edwin Silva
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