#todavía no pierdo el toque
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ivhee · 5 months ago
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‘ ya estudié esa parte ’ al encogerse de hombros con despreocupación podría indicar que carece de utilidad para sí, pero al sumar el afilar de comisuras en un toque burlesco, está diciéndole que no aceptará lo contrario. ‘ creo que saldrá en el examen ’ pruebas reales tiene las justas, más bien trata de una corazonada que jamás le falló en sus estudios superiores. donde otres veían talento para los estudios, él no había hecho más que desarrollar habilidades de supervivencia. ‘ sólo no se lo cuentes nunca a emily, jamás le presté un apunte ’ el tono jocoso estira de las comisuras. en un inicio, pensó que ella sólo se acercó a él por el interés de robar su trabajo en clases, ¡já!  el tiempo le pegó la bofetada del siglo al demostrarle lo contrario. esa anécdota, por suerte, es de las más graciosas de rememorar entre el par.
la cuestión le descubre carente de preparación, ¿cómo decírselo? existen tantas respuestas, que no sabe ni por dónde empezar. ‘ mi cerebro está más activo de noche, ¿sabes? cuando se acaba el día empieza mi momento favorito ’ la tranquilidad es la razón primordial, pero asume que eso puede imaginárselo veera. ‘ a veces, sólo pierdo el tiempo haciendo cualquier cosa — ¿viendo series? ¿con algún libro? o escuchando música … varias noches atrás, por ejemplo, me quedé hasta las mil leyendo un manhwa que mao me recomendó ’ espera que eso último no despierte mucha curiosidad en el mayor, sería demasiado vergonzoso explicar que le gusta el género de romance. ‘ ya ves que me gusta darle vueltas a las cosas, así que … hago playlists o dibujo ’ omite que pasa demasiado tiempo pensando en él, más de lo que debería. en las cosas que comparten, todo lo que veera le dice, lo que le gustaría decirle, también. aquel dibujo que le mostró de la visita al acuario era el mejor ejemplo. entre tanto ir y venir de ideas, normal que su subconsciente acabase afectado, pero, ¿cómo le va a contar que soñó con él? ¡es demasiado! además, ¿no son amigos? ‘ estas últimas noches he aprovechado para estudiar un poco más a esas horas … necesito disciplina o dejaré de ser el más cool de mis clases ’ uf, no sabe ni cómo es que habla como si nada.
‘ envidio ese reloj biológico tuyo, ¿es porque eres un genio? ’ bromea, justo con esa definición que él mismo le dio. imaginárselo así, recién despierto, obvio que le roba una sonrisa demasiado ancha. ups. parece que veera le acaba de crear una necesidad sin quererlo. quiere verlo así, con la carita somnolienta, el pelo removido y la marca de las sábanas en la piel. no, seguro que no puede verse más adorable. ‘ entonces, ¿cómo sobrevives? tú te resistes a despertarte temprano pero tu cuerpo no …  ’
lo que está por decir muere antes de abandonar pétalos, el contacto entre dígitos le roba el pensamiento en pos de una blancura mental que tan sólo es la antesala para ese caos que él le provoca, tortuoso pero agradable a la vez.’ ¿uhm? ’ se está dando cuenta de que ha perdido el hilo de la conversación, disimula al volver a recolocar el marco de sus gafas en el punto exacto del puente de la nariz. avanza hasta el exterior junto a él, agradece el aire fresco. ‘ ¿y si ... dormimos una siesta juntos? ’ propone. ‘ salgamos de aquí para despejar la mente, ¿va? ’ con cautela, le va a ver desde la esquina del ojo. ‘ todavía tengo que enseñarte lo que traje de inglaterra ’ y que yace en su dormitorio, a esperas de una oportunidad para mostrárselo.
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Ivan tenía razón, siempre se portaba bien. Quizá, incluso, se portaba demasiado bien para ese corazón poco acostumbrado a tantas atenciones. (Y si nota el gesto donde aquellos labios cazan los restos de su propia esencia, con los latidos catapultados hasta el cielo, lo único que hace es mordisquearse una esquinita del labio inferior.)
Los apuntes ajenos entran en su campo de visión, apenas después de erguirse en el lugar, ni siquiera dándole tiempo de guardar las pocas cosas dentro de su bolso. "¿Y si llegaras a necesitarlo?" Vacila pero toma el cuaderno para que la invitación no quedara en el aire. Si bien confiaba en las anotaciones que había hecho en las clases, hay mucha información que no ha resumido todavía. "Mnh... Te lo devolveré antes de dormir, ¿de acuerdo?" Y no aceptaría que se negara sin importar las protestas que ya imaginaba al otro teniendo.
"¿En qué pensamientos se te va la noche? ¿Preocupaciones? ¿Estudios? Seguro quieres ser el más cool de tus clases." Aunque pretende fastidiarlo un poquito con su acusación, la curiosidad es genuina. No es la primera vez que puede lo retrata en el fondo de su mente teniendo videollamadas con sus amigues, estudiando, escuchando música— mentiría si dijera que no dedicaba más que unos pocos minutos de imaginación tratando de recrear con fidelidad qué haría cuando no estaban juntos (o cómo se sentiría si pudiera estar allí). "Yo estoy bien. Mi reloj biológico está ajustado perfectamente para despertar. Excepto que pierdo demasiado tiempo no queriendo sacarme las sábanas de encima y cuando veo igual tengo que correr para no perder el transporte," comparte con tono jocoso, poniéndose de pie en el instante en que se cruza con un ofrecimiento que piensa un poco más de la cuenta.
Ha caminado tomado de la mano de muchos amigos, una innumerable cantidad de veces. ¡Nada más mundano! ¡No hay por qué ponerse nervioso! (O al menos eso le dice la vocecita esperanzada dentro de su cabeza que siempre pretendía hacer de cable a tierra. Lo fuera de común era ese revoloteo en su pecho, ansioso y emocionado, que realmente no quiere ignorar.)
"¿A dónde... quieres ir? ¿Volvemos a los dormitorios?" Su tacto entrelazándose suavemente entre el ajeno antes de echarse andar se siente como algo que lo explicaría todo: iría a donde quisiera el menor, cuando lo deseara, sin peros de por medio. "Aunque debe haber espacio en el salón de recreación, ¿quizá los jardines?" Prueba con las opciones que se le ocurren, sus pies ya atravesando la salida de la biblioteca.
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todastusestrellas · 3 years ago
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Redrojo
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Sobre la encimera, los dos vasos están exactamente donde los dejaste—
Hace una semana,
Con la luz reflejándose a través del cristal azul.
Cómo vidrio de mar
Cómo conchas marinas,
Tus susurros son olas para mis oídos.
Y cuando te acercas lo suficiente
Tus palabras hormiguean en mi piel cómo estática
"Ojalá fueras mía" .
Las flores en el jarrón están empezando a marchitarse,
Cuellos delgados rompiéndose muy lentamente
Peonías rosa y púrpura,
Podría hacer una corona con ellas.
Para los tardíos
Para el sabor de tu piel como las fresas amargas
Para este enamoramiento tan rápido como es humanamente posible,
Si tomas un cuchillo y lo clavas en ellos,
Todos serán blanco en el medio
Las fresas
El amor
La piel
Yo,
El redrojo
Y todas las cosas que nunca llegaron a buen término.
Di un paso afuera ese día,
Un día ventoso de enero
El sonido de las campanas de viento resonaba en esa calle vacía
Y se sentía tan absoluto que casi me aplastaba los huesos
Centelleando dentro de mi en un bemol de sol y—
Se suponía que iba a ser alegre
¿No es así?
Se suponía que iba a ser una canción feliz.
Pero ese día tú acariciaste las teclas de tu piano muy suavemente
Y se sintió inquietantemente como una canción de despedida,
A veces deseo que me toques así
Pero yo no quiero decirte adiós todavía.
Y ahí están los dos vasos sobre la encimera
Exactamente dónde los dejaste,
Luego está el amanecer de esa mañana de enero
Y yo que me pierdo tratando de perseguir el primer rayo de luz solar
Corriendo siempre un poco tarde
Siempre demasiado lejos.
Los tardíos
Como el gran árbol de hojas verdes y flores amarillas,
Que se pegan en la suela de mis zapatos para correr.
El perro tira de su collar y yo recuerdo
Recuerdo los caminos frente a mí.
Tus mejillas enrojecidas y escarchadas,
La lágrima congelada al final de tus pestañas oscuras
Salada y un poco más amarga
Las fresas blancas
Y todas las cosas que nunca llegaron a buen término.
Bajo el resplandor de las polvorientas luces traseras de tu auto blanco
Tu sombra se aleja lentamente
Yo tiemblo dentro de la brisa helada
Y más adentro—
El sonido de tu voz es nítido como la mañana,
La sensación estática de un cielo muy azul
Mientras el reloj acaba de dar las 6:09.
Esa mañana asomaste la cabeza por la ventana del noveno piso para fumar
Y no me atreví a decirte que realmente no me importa,
El humo de tus cigarrillos con sabor a canela
—O como se pega a mi ropa.
A veces desearía que tú hicieras lo mismo,
Pero solo a veces.
No me atreví a decírte.
Cabello castaño alborotado por el viento
Bajo un sol que apenas está ahí,
En mis manos, la corona de flores que nunca llegué a darte
Hecha de peonías y flores amarillas.
La corona de flores que nunca llegué a hacer,
Los tardíos
El redrojo
Las fresas blancas
Y todas las cosas que nunca llegaron a buen término.
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sky-moon-galaxy · 5 years ago
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El Tiempo
El tiempo y su manía de nunca dejar de pasar.
El tiempo y su capacidad de resolver las cosas.
El tiempo y su manera de arrasar con todo y todos...
No conozco a nadie que haya sobrevivido al él;
No conozco a nadie que viva el paso del tiempo de manera apática.
Tic-tac, tic-tac, tic-tac… Las agujas del reloj no dejan de moverse. Tic-tac, tic-tac… Esta oscureciendo; apenas diferencio lo que me rodea, apenas visualizo mis manos. Tic-tac… No soy consciente de mi cuerpo: estoy asustada, agobiada y ansiosa; temo por lo que fue, es, y por lo que vendrá (o no vendrá).
En estos momentos me gustaría huir de mí. Espiral de pensamientos. El sonido característico del reloj no cesa, por ende el tiempo sigue pasando y yo sigo sin hacer nada más que dudar sin concretar. Me pone nerviosa el futuro, y más ahora teniendo en cuenta el contexto actual; me acobardo. Sigo sin hacer nada importante, bebo de mi té para dejar de pensar… No está funcionando…
Tic-tac, tic-tac, tic-tac...
No logro comprender al tiempo, un señor impregnado de misterio es el señor don tiempo, creo que nadie logra comprenderlo por completo. Es un tipo controversial, se dicen muchas cosas de él: que es continuo; que sólo existe el aquí y ahora; que sólo es una ilusión, invento de los humanos para tratar organizar su vida; lo único que tengo claro es que su paso no es indiferente para nadie, o al menos para mí no lo es.
Tic-tac, tic-tac, tic-tac…
Mis ojos pesan, mi cuerpo siente el cansancio acumulado durante el día. Yo me duermo y el universo de mis sueños está más despierto que nunca:
Camino y camino, tengo la sensación de que voy cuesta arriba. Estoy cansada. Necesito parar, pero eso no es posible. Esa sensación persiste un rato, pero luego me siento de manera contraria. Disfruto el caminar, conozco a la gente que camina conmigo. He caminado mucho, y aún el camino sigue. Conozco lugares nuevos, personas nuevas se unen y otras se van. No sé con certeza hacia dónde vamos, pero lo disfruto… Llueve, al principio es soportable, ahora es una lluvia torrencial. Tengo frio, mucho frio. Pierdo de vista a muchos de los caminantes que caminaban conmigo, con los otros me abrazo fuerte y no dejamos de caminar. Ha llovido mucho, el agua nos cubre los tobillos. Después de esa feroz tormenta me siento preparada para enfrentar lo que sigue. Vislumbramos los rayos del sol, se formó un arcoíris en el cielo. ¡Qué hermosa sensación! Nuevos llegan, otros se van. Ya me acostumbré a esto de caminar y caminar. Me siento preparada para caminar sola, los demás caminantes me animan. Sigo mi camino. Nuevas lluvias, arcoíris y días soleados me acompañan… Vuelvo a caminar con gente de a ratos, pero no dejo de lado los momentos para caminar sola… El cansancio vuelve a mí, pero sigo en el camino. Sigo caminando. Estoy cansada. Camino lento. Camino más lento. Se acercan personas a acompañarme. Camino arrastrando los pies. Creo que mi camino está llegando a su fin. Creo ver el precipicio, me doy cuenta que no era sólo una sensación el ir cuesta arriba. Estoy muy alto. Pienso en lo que supondrá mi caída. Veo el fin y no dejo de caminar. Ha llegado el momento. Me dejo caer…
Mientras caigo, soy capaz de observar todo mi recorrido y me veo a mí recorriéndolo. Me doy cuenta que no sólo subía, sino que lo hacía en forma de espiral. Al caer lo hice en el centro de este. Estoy por estrellarme contra el piso. Cierro los ojos. No soy capaz de ver con mis ojos mi fin.
Aprieto los ojos con fuerza, espero el final… No entiendo, nada está pasando… Abro mis ojos y recién en ese instante me doy cuenta de que todo fue un sueño. Pero este sueño fue diferente, de este me acuerdo con claridad. No me parece para nada disparatado, y me parece bastante coherente conectar este sueño con mis pensamientos antes de dormir.
Siendo las nueve de la mañana, según mi despertador, de este domingo soleado: llego a la conclusión de que el único constante en nuestra vida es el tiempo. Las personas o nuestra relación con ellas, los climas, estados anímicos, incluso la prosperidad o desventura: no son para siempre; pero a diferencia de todos estos el tiempo no se detiene y avanza con nosotros. Incluso sigue avanzando para los demás cuando nuestro tiempo acaba. También entiendo que lo que haga aquí y ahora va a tener repercusión en lo que pase en el futuro (que el día de mañana será aquí y ahora), pero soy consciente que no sólo depende de mí (quedó bastante claro esto en estos tiempos) ya que existen situaciones inesperadas que forman parte de la vida y a las cuales tendremos que adaptarnos en el momento en el que nos toque vivirlas.
Entonces, lo que entiendo por tiempo, luego de toda esta reflexión es que para mí sigue significando incertidumbre, sigo sin comprenderlo del todo, pero supongo que cada día le perderé el temor y aprenderé a que me dé un poco igual o que no suponga el origen de una nueva crisis que me bloquee de seguir avanzando. Hoy por hoy, tengo de respaldo a los recuerdos del ayer y los hechos del hoy que están orientados a cumplir los anhelos para el mañana. Y con respecto a las dudas que tengo en mi presente, y aunque parezca irónico, todavía hay tiempo para tratar de buscarles solución.
Tic-tac, tic-tac, tic-tac…
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-Romina A. Godoy (sky-moon-galaxy)
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gauchitanotangila · 5 years ago
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Patos
Siempre me viene cuando tengo algo divertido, o un viaje o, bueno, digámosle “evento”, para que encierre todo. Y casi nunca estoy preparada. Y siempre tengo que llamar a Pau o alguna otra para ver si puede comprar un paquete de toallitas en el camino. Qué paja. Estoy mal seteada.
Así que cuando Pau llegó con el paquete, lo primero que hice fue ir al baño a cambiarme. Estaba hasta el borde, pero zafaba. La que no zafaba era mi cara, que vi cuando me subí la bombacha y me miré al espejo. Dios. Nadie te dice cuando estás hecha verga? Estos son tus amigos? Nota a mí misma: revisar mis amistades.
Sabía que algunos ya estaban pidiendo los primeros Ubers. Los más ansiosos, los más ratas, los que ni en pedo pagaban entrada. Los más sobrios. Yo no era de ese grupo. Nunca soy de ese grupo.
Alguien tocó la puerta. “Qué”, dije. “Flor?” “Qué”, volví a decir. Dolo abrió la puerta y se metió al baño conmigo. Dolo y yo siempre meamos juntas. Hace años. Desde la época del colegio. Creo que ver a alguien más mear sería raro, pero con Dolo es como natural ya. Yo me sacaba el maquillaje para pintarme de nuevo -cosa que no es recomendable hacer en este estado- mientras Dolo se secaba la concha, y tiraba la cadena. “Dame, estás muy ebria. Yo te pinto”. “Boluda, qu�� asco, lavate las manos”, y alguien de afuera tocaba la puerta. “OCUPADO”, dijimos a la vez. Dolo se lavó las manos e hizo lo que pudo con el lienzo que le di, que es decir mucho. Me miré con atención. Nunca voy a lograr hacer un smokey eye. Cada cual tiene sus habilidades. Dolo sabe hacer un smokey, y yo sé fondear. Y ella no. Es como que se ahoga. Es medio pelotuda. Con los remedios le pasa lo mismo. O sea, no pelotuda, pero torpe. No, o sea, no quiero que se malinterprete, porque después queda como que les digo “pelotuda” a mis amigas, y tipo, nada que ver, la re amo a Dolo. Ay, estoy muy en pedo. 
La miro a Dolo, mientras se pinta los labios con un violeta oscuro que me encanta pero que a mí nunca me quedaría bien, Yo soy más del nude -del rosita color piel, al marrón, tal vez un bordó, pero más tirando al rojo-. Ella es más oscura en su look. “Vamos”, me dice, y mi cuerpo va. No tengo poder de decisión cuando tomo de más. Voy así como a control remoto de quién me da la orden.
Dolo me llevó del brazo hasta el ascensor. Cada una con su vaso viajero de cerveza. Y ahí no me acuerdo de cómo fuimos. Si taxi, Uber, bondi... la verdad... ni idea. Lo siguiente que me acuerdo es que estábamos haciendo la fila para entrar a Aventura con todos ya. Se ve que encontramos a los que habían llegado primero y nos habíamos evitado hacer la fila, que era una cosa impresionante; o sea, daba la vuelta en la esquina. Pasa que Aventura era un boliche nuevo que era de los mismos dueño de Ruta Cien, y Ruta Cien la rompe fuerte. Así que cuando salieron las entradas para la primera de Aventura se agotaron al toque. Y después, la gente entraba hasta cierto cupo. Nosotros no habíamos sacado anticipada, pero éramos de los primeros de los siguientes. 
Aventura estaba bueno. Duró poco. Lo clausuraron porque la birra tenía algo. Todos salíamos muy drogados de ahí. Y alguno se ve que se puso la gorra y llamó a inspección, y un día salió en la tele, y sí: había alta fafafa en la cocina, atrás de la barra, y con eso era como conseguían que la clientela quisiera comprar más y más porque era como que te daba sed, pero como estabas escabio no te ibas a dar cuenta de que era lo que tomabas lo que te hacía dar sed. En fin, el boliche duró poco. Pero esa noche estuvo muy bueno. Nosotros no compramos alcohol en los boliches. Por lo general nos conformamos con lo que tomamos en la previa. Y por ahí fumamos algo en la fila antes de entrar.
No nos revisaron la cartera, lo cual era raro, porque en nuestra época, lo común es que te revisen para ver que no entres cosas peligrosas ni tu propio alcohol.
Pasamos gratarola y nos fuimos a recorrer. Igual yo ya descubrí que lo divertido me pasa cuando estoy sola, cuando me pierdo en el boliche, en el interín en que busco al resto del grupo. Así que me fui al baño sin avisar, para que nadie me acompañara.
Los baños estaban llenos de gente. No se podía estar. Nadie conocía el concepto de “fila”, y no había “muchacha” de las que te dan papel higiénico y te dicen a cuál cubículo pasar y que “acá no se puede coger”. Como había hecho en casa justo antes de salir, no me molestó mucho dar media vuelta y salir de ahí, y me dispuse a recorrer.
Era complicadísimo, casi imposible diría, que me volviera a encontrar con Dolo, Pau y Jose, porque Aventura tenía tres pistas, un VIP y dos terrazas. Más los pasillos, que vieron que mucha gente usa el pasillo como pista. Literalmente, un hormiguero. 
Salí a la terraza atrás de un grupo de chicas que tenían pijas en la cabeza. Se ve que estarían de despedida de soltera. Pasaban house. Me gusta el house. Me da buena vibra. Mientras caminaba, meneaba un poco la cabeza al ritmo de la música, hasta que vi que, sentado en el borde de un cantero, un Tincho dejaba la vida para no vomitar. Miré a ver si estaba con amigos, pero estaba tan solo como yo, así que fui a asistirlo. Le saqué el porrón de la mano y lo apoyé en el piso, me senté al lado de él, y le grité al oído -para que mi voz pasara la música- “Querés vomitar?”, “Tengo un pato re atravesado, boluda, pero está mi ex y no quiero que me vea así”, me balbuceó. Lo levanté del brazo y lo llevé hasta la puerta. Le pregunté al patova si iba a poder volver si salía. Me dijo que no. Le pregunté si podía mirarlo desde adentro hasta que vomitara y volviera. Me dijo que no. Que si él salía, lo mismo valía para él: no volvía. Entonces le dije “Igual te sentís mejor, no?”, “Sí”, me dijo él, tratando de mantenerse en pie, y le di las gracias -por nada- al guardia. Subimos las escaleras y nos escondimos en uno de los VIP que estaba vacío, atrás de un sillón. Le dije “Querés vomitar todavía”, “Boluda, tengo un pato recontra atravesado”, me volvió a decir. “Largalo, boludo”, le dije. “No puedo”, me dijo, y me empezó a decir lo de la ex, y le dije, “pelotudo, estamos solos, abrí los ojos. El chabón abrió los ojos -nunca alguien tan chino, amigo convidá-, y miró a su alrededor. “Igual no sé, no puedo. Es como que está pero no está”. 
Esta parte es muy asquerosa, y preferiría no contarla, pero es clave para lo que viene después, entonces no puedo omitirla. Cuestión que el boludo no podia caldear pero se estaba por morir atragantado con su “pato”. Y, yo, samaritana, le hice abrir la boca y le metí los dedos en la garganta hasta que salió el zoológico entero.
Me da mucho asco seguir. Necesito hacer una pausa. Real que ahora siento náuseas yo.
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that-mistake · 5 years ago
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Miro una vez mas a ese pasillo
Será que pasará esta vez?
No la veo, creo que hoy no vino
O quizás ya vino y no quiere hacerse presente
Pero de todas formas, hoy no será un buen día
Las probabilidades casi siempre son nulas
Excepto que venga la piedad de algun dios y me de la dicha de decir
Buenos días compañerxs
Que tal su fin de semana
Horrible, como el mio quizás
Y suena la campana y ya me lo espero
Hago la fila como todas las almas
Que buscan saciar el hambre y su sed
Llenos de sueños, llenos de tristeza
Y todos hablan, todos comentan
Demasiada gente al rededor
Casi no puedo verte, no puedo verte
Pero se que estás ahí
No giraré a verte porque quizás me estes mirando
Y sería grosero o quizás pienses mal de mi
Pero yo solamente estoy pasando el rato
Pasándola mal, como siempre
Buscando una guía, una rueda de auxilo
Que me ampare en este viaje
Y espero a propósito
No le hago caso ni al del frente y al del atras
Ni a la señorita que me habla y me pregunta que deseo
Yo estoy atento a cuando a ti te toque
Para escuchar tu voz y que tu voz diga acá estoy
Que se me caigan completamente los pelos de las piernas
No te conozco, sos un misterio
Pero se que te quiere todo el barrio
Esta vez no se dio, será la próxima
E intercambiamos miradas
Lo ves? Lo sentis?
Es fácil, seguro te diste cuenta
Y si, porque no hay que ser un experto para certificarlo
Que estoy muerto por vos
Y llego a casa y mi mamá llora de nuevo
La comida ya no sabe rica
Otra vez me acuesto y digo
Será que ella puede cambiar mis días?
Salgo, miro, observo, conozco
Incluso beso
Pero nada sabe a vos, y eso que todavía no te probe
Pero me doy cuenta, algo me lo dice
Algo siento
Y otra vez mas el intercambio de miradas
Ya estoy harto, decime algo, decime acosador
Imbecil, raro, lo que sea
Habla mal de mi con tus amigas
Pero dejame escuchar tu voz un rato
Para perderme en algo diferente, porque en tus ojos ya me pierdo constantemente
Le menti a mi mamá que hablaba con vos
Porque con ella tengo que anticiparlo todo
Le mostré una de tus fotos y me dijo que eras muy linda
Me abrazo y me dijo: todo va a estar mejor
Y quizás le pegó o yo lo anticipé muy bien
Porque luego paso algo mágico
Hoy nos vimos
Te pude ver de cerca
Pude hablarte de cerca
Y senti que todo se paro
Que digo? Que hago?
Intento o no?
Y paso el tiempo y me entregaste tu corazón
Ahora solo te pienso, la noche esta de ojos abiertos
Eres la mejor imagen que solo quiero mirar
Sos hermosa de cabeza a pies
Tenes el alma tan buena
Te escondes en un dulce orgullo
Pequeña y tan dulce
Sos mía
Pero a veces estas tan lejos que parece que no
Te miro y muero
Y me muero si no te miro amor, si no te miro
Hay días que parece todo esta muerto
Nadie esta ahí
Y tropiezo en medio de la oscuridad
Dios se ausenta unos momentos
Digo cosas que no quiero
Pero ahi apareces vos
Con tu loca extravagancia
Con tu novedad
Es que sos vos
Quien va a ser más? Nadie
Solo vos, la que esta ahí
A la puerta esperando
Y quiero ir a abrazarte, te extrañé
Quien va a ser más? Nadie
Miro al cielo esta noche y solo una estrella brilla
Se me cae una lagrima y pienso
¿Que sería de mi?
Se me cae otra y pienso
No te vayas...
Y si te fuiste...
No te olvides de volver
Que hace frío, sin vos
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todopasa87 · 6 years ago
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Tetas
La primera vez que me desnudé en público fue a los siete años en la casa de una amiga de mi viejo. Los hijos de la amiga de mi viejo, mis amigos, son todos hombres y están metidos en la pileta.
Tengo siete años y no llevé malla, pero sí ganas de tirarme en ese enorme océano con bordes.
Tengo siete años y dos tetitas incipientes y una pancita prominente.
Tengo siete años y un acto a mi parecer revolucionario, me saco frente a todos el vestidito de flores que llevo puesto, lo revoleo al aire, me acomodo la bombacha que está metida en mi culo, me miro los pies e intento ponerlos derechos, cierro los ojos, me tapo la nariz con los dos dedos y en un salto anárquico me tiro bomba a la pileta.
Tengo doce años y la pancita es igual de prominente.
Tengo doce años y estoy en un camping con mis amigas.
No llevé malla, Florencia me presta una bikini. Una bikini a lunares blanca y amarilla.
Jugamos en la pileta a un juego con prendas. Pierdo.
La decisión es unánime. Florearme por el borde entero de la piscina mostrando lo que soy. La cumplo.
Tengo dieciseis años. Estoy en una carpa en Tandil.
Estoy sentada con una malla enteriza y un vestido largo que lo tapa y que es hermoso.
Estoy leyendo.
Tengo dieciocho años y me enamoro.
Tengo dieciocho años y el chico que me enamoró no se enamora de mí.
Eso me pone ansiosa.
La pancita es un toque más prominente.
Tengo dieciocho años y ya no estoy enamorada de él.
Estoy desnuda en mi pieza y me miro al espejo y no entiendo quién es esa que se refleja.
Tengo diecinueve años y me siento como una nena en bikini en la pileta, cumpliendo la prenda, miedosa pero sin otra opción ya más que cumplir con las reglas del juego.
Tengo  diecinueve años y me desnudo ante un pibe que desconoce todo lo que para mí es desnudarme frente a un pibe.
Desconoce los nudos que me anudan.
Pero lo hago. Cumplo la prenda.
Tengo veinte años y me siento de ocho.
Me siento como esa nena al costado de la pileta revoleando a la mierda el vestidito frente a todos.
Me siento esa nena que nada le importa.
Ni los rollos ni los rayas que se marcan en la piel.
Elimino como esa nena, la vergüenza de mostrarme frente a alguien, porque esta soy.
Tengo veinte años.
Y me siento como una nena revolucionaria, en ese límite por borde frente a la pileta con mi vestido de florcitas mostrando las tetas al mundo.
Inocente ante lo que digan.
Desnuda y segura.
Liviana.
Tengo veinte años y todavía tengo la posibilidad de cinturear a toda la gilada que me exige ser alguien, que no soy.
Y que no voy a ser.
Por los siglos de los siglos, amense.
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cadogansir · 6 years ago
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SIR CADOGAN, VEGALOVANIA Y ‘’SIX PACKER KID EL RENEGADO’‘                         (Parte 5 : Un secreto duro de roer) La nave de rescate llega a la Ciudadela al amparo de la noche, y los visitantes son puestos a salvo. * Al ser uno de los pueblos intraterrenos más próximos a la superficie, los ‘’Lauaj-En’sod’‘ viven acorde a los ciclos del día y la noche. ¿Día y noche sin Sol, Waten de faken? ‘’¡Ayúdanos, Profesor Sigmund!’’’ Ejem. Los  ‘’Lauaj-En’sod’‘ utilizan ciertas plantas que absorben la luz Solar en la superficie y la emiten a través de sus raíces, de longitud singular. Estas plantas realizan la fotosíntesis en tiempos récord, podríamos decir que les permiten vivir el ciclo ‘‘en tiempo real’‘. La luz que devuelven por las raíces no tiene la misma composición que la que absorben arriba, siendo su espectro y radiación ligeramente distintos. Mantiene, aún así, lo esencial, permitiéndoles vivir según sus necesidades.  (Sigmundpedia Essentials) - ‘‘Esto huele a chamusquina, profesor, se lo digo yo. Onebu.. el Premium* será su amigo, pero esto no es normal y usted lo sabe. Rescate mis huevos... me siento más como un prisionero que como un invitado’‘ -, le digo al profesor tras haber sido encerrados en una sala del edificio principal, ocupada con poco más que una mesa y algunos cachibaches. Pulcra, como todo en la ciudad, pero fría... me inquieta tanta pulcritud. ‘‘Esperad aquí un rato, estaréis a salvo. Reorganizar las tropas, evaluar daños y bajas, planificar nuestro próximo movimiento... debo encargarme de varias cosas que no pueden esperar. Parece que tenéis cosas que preguntar, os serán respondidas cuando vuelva. Pero os aconsejaría no darle mucha importancia, el enemigo puede ser muy persuasivo y manipulador’‘ Esas fueron las últimas palabras de Onebu’no antes de largarse, tras haber evitado nuestras miradas conspiranóicas e intentos de conversación durante todo el trayecto de vuelta. - ‘‘Sin duda, Cadogan. Ya no podemos fiarnos de nadie. Lo de Onebu’si me ha dejado fuera de juego... han pasado muchos años, pero era alguien muy noble. Y no me pareció que habláramos con un perturbado mental’‘ -. - ‘‘A mí tampoco, profesor, aunque todavía no podemos sacar conclusiones... Pero si tengo que elegir, el padre se lleva la palma. De perturbado, digo’‘ -. Sigmund se toma unos segundos antes de responder. - ‘‘No se me ocurre qué pudo pasar. ¿Una guerra interna? ¿Por qué? No entiendo con que motivo me ocultó algo tan importante. ¿Un conflicto por el liderazgo?’‘ -. - ‘‘Al menos hay algo en lo que Premium no nos mintió, ahora que lo pienso’‘ -, digo mientras me hurgo la nariz y lanzo una pelotilla contra la pared. El profesor me pilla y hace ademán de hablar, seguramente para reprenderme por guarro, pero su curiosidad se antepone y vuelve a hablar tras una breve pausa. - ‘‘¿A qué te refieres?’’ -. - ‘‘La bandeja con comida, ¿se acuerda? No soy un experto en nutrición, pero aquello no me pareció una coliflor’‘ -. - ‘‘Ah, cierto. Eso lo vuelve todavía más confuso... no me entra en la cabeza que ese chico decidiera traicionar sus principios más sagrados’‘ -. Pasamos unos minutos en silencio, pensativos. Finalmente, Sigmund levanta la mirada y se pone en pie, como si quisiera despistar a las incógnitas que le carcomían. - ‘‘Bueno, de momento esperaremos a que Onebu’no vuelva. No nos queda otra que hablar y sacar las conclusiones que podamos. Entonces, actuaremos como sea conveniente’‘ -. - ‘‘Sí. Tampoco es que tengamos otra opción. Le apuesto lo que quiera a que esos guardias de ahí fuera nos invitarían cordialmente a volver para adentro si intentamos salir’‘ -, digo pegando el ojo a una pequeña mirilla en el centro de la puerta. Camino hacia la pared y me reclino, mientras el profesor se ríe y hace lo propio. Ha sido un largo día... el agotamiento cae sobre mí de golpe, como si hubiera estado esperando a que le diera permiso. Me sobo, sin más.                                                           . . .
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¿No pensaréis que eso de la imagen soy yo durmiendo, verdad? Estáis flipando. La imagen aparece ante mí como de la nada, a la vez que escucho unas voces lejanas... como ecos. Me dicen algo. Intento escucharlas pero no logro entenderlas. Parece que quisieran decirme algo importante... me pregunto si incluso las voces en sueños, en este lugar, te meten púas. Igual me conviene no escucharl... esperad. Se hacen más audibles, creo que saben quién soy. Sí, puedo oírlo con claridad, están diciendo mi nombre...   ..ogann.. ...adogan...    ...Ccadogan...       - ‘‘¡Cadogan!’‘ -. ¡PLAF! (tortón) - ‘‘Espabila, joder’‘ -.  El profesor observa satisfecho cómo su torta obra efecto en mí, como quien logra poner en marcha una tostadora vieja. Miro alrededor, confuso, mientras me limpio las babas. - ‘‘Hemos dormido casi 8 horas. Algo está ocurriendo ahí fuera, llevan un rato inquietos, movilizándose’‘ -. El profesor se acerca a la puerta tratando de captar algo más claro. - ‘‘He dormido como un bebé. Hasta que me dio la torta, pero me conformo’‘ -. Me desperezo. Ajetreo, pasos rápidos. Intercambios de palabras breves y nerviosas, tumulto lejano. Se oye poco, pero lo suficiente como para notar que hay un ambiente raro. Miro por una especie de tragaluz que hay a lo alto de la estancia. Sigue de noche, pero se puede apreciar cómo unas nubes espesas se asientan sobre la ciudad, cubriéndola como un manto oscuro (no os rayéis, si hay luz Solar os aseguro que hay una explicación para las nubes... pero no se puede saber todo chicos, ésta para otro día). - ‘‘Se viene algo gordo, profesor. Hasta yo puedo darme cuenta’‘ -.  -’‘Sí.. Creo que uno de los bandos, o ambos, no ha dicho su última palabra en el encuentro anterior. Y creo que no me apetece esperar aquí sentado a averiguarlo, y ver cómo me estalla otra pared en la cara’‘ -. El profesor se acerca a mí mientras toquetea su reloj. Ni me acordaba, el reloj. A veces tan útil, y a veces.. no sirve para una mierda. Intrigado por averiguar cuál de las dos toca hoy, me arrimo para mirar la pantalla. - ‘‘Vamos a escapar, Cadogan, pero tendremos un tiempo reducido para hacerlo’‘ -. - ‘‘¿Reducido? ¿Cómo?’‘ -. - ‘‘Sí, reducido. Nunca mejor dicho jeje. Tiene que ser así, no podemos estar mucho tiempo en esa forma. Tiene sus riesgos. Tú serás el primero. Luego yo, y me seguirás en todo momento’‘ -. - ‘‘Pero qué...’‘ - - no me da tiempo a acabar la frase, cuando una especie de cuadrícula de luz sale proyectada del reloj y me cubre entero. Al instante, noto cómo mi cuerpo se sacude de forma extraña y pierdo la sensibilidad. El profesor se hace, ante mi asombro, gigante a una velocidad alarmante. Se detiene. Vuelvo a notar mi cuerpo, pero algo no anda bien. Donde hace unos segundos estaba el Sigmund gigante, aparece un Hámster tan grande como yo. Pego un brinco y entonces empiezo a entenderlo todo. Me miro las manos, que son patas, y sin quererlo e instintivamente, me acicalo el ocico. Soy un puto roedor.
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Puede que no creáis lo que oiréis a continuación, amigos, pero os aseguro que Sigmund el Hámster portaba un reloj en miniatura y vestía como un burgués del siglo XIX. Sobre su cabeza se asentaba una media melena despeluchada, y se acomodaba los bigotes como si lo hiciera todas las mañanas. Prosigamos. Sigmund emite unos sonidos que no logro decodificar y sale corriendo hacia la puerta. Le sigo, me doy cuenta de que puedo moverme como un ratón sin pensarlo, y concluyo que quizá sea mejor no pensar mucho en ello. Es extraño, como moverte en un vehículo ajeno que a la vez eres tú. Si le presto atención mis movimientos se vuelven torpes, así que simplemente fijo me centro en seguir a Sigmund. Pasamos por el pequeño espacio bajo la puerta. Discretamente, la seguimos pegados a ella para evitar atraer las miradas de los guardias, que hablan entre ellos (si antes no les entendía nada, ahora es como escuchar a un perro en cámara lenta). Nos alejamos por el pasillo y corremos hacia la libertad.. empiezo a cogerle el toque a mi forma ratonil. Tras unos cuantos saltos llegamos a la primera esquina. Nuestra suerte se acaba de golpe; enormes moles azules se desplazan rápidamente en ambas direcciones, emitiendo sonidos de perro estropeado. - ‘’iyiyiyiinini’’ -, escucho una especie de chillido (parece que el profesor intenta hablar el idioma de los Hámster, jaja venga crack). De nuevo - ‘’yiyiyiiyi....cCcCorre, cAdogaN!!!’‘ -.   .. El muy cabrón lo ha dicho, ha dicho su frase en dialecto Hámster. - ‘’ñiñiñiiiIiIiIYY’’ - (intento insultarle pero fracaso). Corremos a todo gas entre piernas descomunales que amenazan con aplastarnos. El suelo tiembla con los pasos de los gigantes, y sus pies se elevan y caen como mazos abominables. De alguna manera nos las arreglamos para evitarlos a todos, y llegamos a una escalinata. Oh. Dios... ..empieza una agonía; al principio logro saltar los escalones y aterrizar de uno en uno, pero conforme cogemos inercia comienzo a caer y darme testarazos. Tres escalones de uno en uno, cinco dando volteretas. La lamentable escena se repite indefinidamente hasta que milagrosamente logramos caer al pie de la escalera. Intentando salir del aturdimiento y el mareo, correteamos erráticamente por una especie de atrio que conduce a diversas partes del edificio. De repente, un zumbido amenazante llama nuestra atención, alarmándonos, y al mirar para arriba divisamos un insecto gigante que sobrevuela nuestras cabezas. Sigmund el Hámster acelera el paso y comienza a chillar. Se enfila hacia una de las salidas, corremos directos hacia ella. No.... No......... posiblemente las otras únicas escaleras hacia abajo en todo el atrio. Ya no hay vuelta atrás. Caemos irremediablemente como dos pelotas de tenis, rebotando grotescamente. Recuperamos poco a poco la movilidad y el equilibrio. Miro hacia delante... puedo ver bien lo que hay delante, pero noto que el pasillo es más oscuro que los demás. Debe ser alguna especie de sótano. Corremos. A mitad del pasillo, el profesor empieza a chillar. No sé lo que dice, estoy empezando a perder la noción de todo. Me cuesta recordar dónde estoy, a dónde voy, quién o qué soy. Trato de centrarme. Me parece escuchar como palabras sueltas entre los chirridos que emite Sigmund, pero se pierden en la nada. El Hámster que persigo cambia la dirección, se dirige hacia una puerta a la izquierda en el fondo del pasillo. Paso de largo, corro hacia lo que parece ser un trozo de comida. Tengo hambre. Comer. - ‘’ÑIÑIIyiyiyittt’‘.. - ¿Qué coño acabo de decir? Se me va de las manos, corrijo mi trayectoria y sigo al Hámster. Al profesor, creo. Me escurro por debajo de la puerta, y en lugar de un Hámster me encuentro un gigante ladrando. Un destello cegador, noto como si cayera en el vacío. ¡PUM! Caigo de rodillas, mareado, contra el suelo. El mundo vuelve a ser normal, voy recuperando el sentido común y me rasco el ocico una última vez, dándome cuenta de que parezco imbécil. Respiro. Miro al profesor, mi mente ya fresca de nuevo, pero todavía jadeando. - ‘‘Profesor, era ésto a lo que se refería cuando me dijo que me hablaría un día de los niños rata del siglo XXI? Qué maldita locura. Entonces es cierto que están tarados, esos jóvenes del futuro’‘ -. Pero el profesor ya no me estaba escuchando. Se había dado la vuelta y miraba estupefacto algo que había en frente suya. Entonces miré, y lo ví.
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El lugar en el que estábamos no parecía una sala, sino más bien una galería de enormes dimensiones. A lo largo de toda su extensión, podían verse una especie de tanques de agua que contenían algo en su interior. Sin decir nada, comenzamos a caminar hacia los tubos. - ‘‘Qué coño...’‘ -. Me acerco mejor, para asegurarme de que no estoy imaginando cosas. - ‘‘Profesor, eso... Eso son...?’‘ -. - ‘‘Cuerpos, sí’‘ -. Sigmund se acerca a una zona llena de monitores y mandos, posiblemente el área de control de todo aquello. Repaso con la mirada los cuerpos que descansan en los tanques de agua.. Un escalofrío recorre mi cuerpo y me invade una sensación muy angustiosa. Me alejo un poco. - ‘‘Profesor, ésto no me gusta un pelo. No parece que estén durmiendo. ¿Es algún tipo de hibernación, o es así como se lo montan en sus cementerios aquí?
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- ‘’Dios mío...’‘ -. Unos tres o cuatro minutos más tarde, Sigmund se aparta de los monitores como el que rehuye una enfermedad contagiosa. Parece medio mareado. Se apoya en una columna y se deja caer hasta quedar sentado. - ‘‘Más bien son tubos de ensayo, Cadogan’‘ -. Parece que va a vomitar. - ‘‘¿Qué es lo que ha visto?’‘ -. - ‘’Vamos a comer, necesitamos llevarnos algo al estómago antes que nada’’ -. Toca algo en su reloj y aparece ante nosotros la bolsa de víveres que trajimos en el viaje. No me había dado cuenta hasta ahora, pero estoy muerto de hambre. Empiezo a comer como un salvaje. - ‘‘¿Qué ha bifffto, broffeeddor?’‘ -, intento articular mientras engullo pan y boniato. .....- ‘‘Todavía no termino de procesar lo que he visto, no me entra en la cabeza.. ’‘ -, responde con el rostro hundido en sus manos y voz débil. - ‘‘Coma, profesor, todo es más claro con el estómago lleno’‘ -.  .... - ‘‘Puede que lo vomite’‘ -. Parece en shock. Pocas veces he visto así al profesor. Finalmente empieza a llevarse comida a la boca, despacio, como si fuera una ardua tarea. Comemos en silencio. Conforme pasa el tiempo, empiezo a percatarme de que la actividad en el piso de arriba parece haber aumentado considerablemente. - ‘‘Ésto debe ser una especie de sótano, ¿verdad? Parece que arriba están todavía más nerviosos. ¿Se da cuenta de cómo retumba el techo? No es normal. Parece que se nos vaya a caer encima ‘‘-. - ‘‘Sí. Creo que deberíamos tratar de echar un vistazo, ver qué ocurre’’ -. Apuramos la comida y salimos al pasillo. No hay azules en la costa. Caminamos sigilosamente hasta los pies de la escalera, y subimos. Nos asomamos con cuidado. El atrio está completamente vacío. - ‘‘Vamos’‘ -. Lo cruzamos y tomamos el pasillo más amplio, que nos conduce a unas escaleras ascendentes que dan a un balcón en el exterior. El panorama ante nosotros nos deja atónitos. - ‘‘Mire, profesor, ¡está todo el puto pueblo en la calle! No hay un alma en el edificio, las calles parecen un hervidero’‘ -. - ‘‘Definitivamente se preparan para una batalla. Y parece grande. Los civiles parecen estar agrupándose en zonas seguras, y los soldados.. necesitamos una vista mejor’‘ -. Nos retiramos y subimos hasta el útimo piso, donde damos con un balcón similar en la cara delantera del edificio. El profesor no se equivocaba... Filas de ciudadanos congestionan las calles de la ciudadela, guiados por soldados, y en las afueras se arma la de Dios. - ‘‘Ésto es una puta fiesta, profesor. No salen de una, y lían otra más gorda, dónde narices me ha traído’‘ -. Y no exagero. Un ejército con todas las de la ley se organiza en el perímetro de la ciudad, engrosando sus filas a cada segundo que pasa. Pequeñas aeronaves y multitud de jukesaurios infestan el cielo, agrupándose también en las afueras. - ‘‘Menuda locura. Ahora podemos escapar, eso sí. Pero, ¿por qué se ponen así? Parece que han decidido ir a aniquilar a los rebeldes de una estocada’‘ -.   - ‘‘No van a ninguna parte, Cadogan. Se preparan para la defensa de la ciudad. Y son ellos los que vienen’‘ -. - ‘’¿Quién...’‘ -, no termino de hacer la pregunta, cuando un relámpago atronador ilumina el cielo delante de la ciudad, mostrándome la respuesta. En la lejanía, un enjambre de siluetas aladas tapa el horizonte. Si no supiera en qué sitio de mierda estoy, pensaría que es una bandada de pájaros. Pero no. - ‘‘¡Vegalovania! Pero cuántos... ¡parece que viene el ejército entero!’‘ -.  - ‘‘Deben haber puesto todo su poder de batalla en este ataque. Ésto acaba hoy, dudo que cuando todo termine sigan quedando dos bandos en pie... o uno, si quiera. Ésta guerra decidirá el destino de los ‘‘Lauaj-En’sod’‘, para bien o para mal’‘ -.  - ‘‘Entiendo... ¿Nos largamos, entonces? Van a llover ostias como panes’‘ -.  - ‘’No seas cobarde, Cadogan. Hay que hacer algo’‘ -.  - ‘‘Va’‘ -.   - ‘‘Nos separaremos. Tú vé a la ciudad y dirígete a las afueras sin que te detecten. Yo tengo que ocuparme de algo importante aquí dentro’‘ -. - ‘‘Vamos, que se va a esconder mientras a mí me caen palos’‘ -.  - ‘‘No digas tonterías, chico. Lo que haga (y lo rápido que lo haga), si es que lo consigo, puede decidir el curso de la batalla... o el destino de esta civilización’‘ -.   - ‘‘jaja es coña’‘ -. El profesor toquetea su reloj de nuevo, y un haz de luz imprime algo en el aire, que reconozco inmediatamente y cojo al vuelo. - ‘’No me diga... ¿..Me va a dejar usarlo??..’’ -. - ‘’Es una ocasión especial, Cadogan. Tienes permiso para ponerte en modo Power Ranger’‘ -.  Se me ilumina el rostro. Lo que tengo entre las manos es una especie de envase, no más grande que una manzana. Contiene un traje de batalla, que habré usado unas dos o tres veces a lo sumo. Al profesor no le gusta porque ‘’prefiere que entrene mis capacidades’’, pero es la polla. Pulso el botón, y el envase se ilumina. Tras unos segundos, estalla en una luz cegadora y cubre mi cuerpo, ajustándose y activando sus funciones. - ‘‘Ahh, nunca me canso de esto’‘ -. Siento el poder in my body.  - ‘‘No tienes remedio, Cadogan’‘ -, el profesor se ríe. - ‘‘Bueno, es la hora, no perdamos más tiempo. Haz lo que te he dicho y cuéntame por el transmisor lo que vaya sucediendo. Lleva cuidado, Cadogan, nos lo jugamos todo’‘ -. Asiento, me doy la vuelta y salto del balcón, sintiendo el aire en mi rostro y el pawah en todo mi cuerpo. TRAJE DE BATALLA: SPACE PRAETOR --> On
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Continuará
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1terabyteflor · 4 years ago
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alguien está adentro de mi casa
alguien está adentro de mi casa.  lo sé porque una mañana, saliendo del ascensor, escuché el último resonar de mi llamador de ángeles. es un buda de cobre desgastado con una especie de campanita colgando al final, antes también le colgaba una cinta que a los meses se le desató o se la saqué yo.  primero escuché ese tintinear en el pasillo, para nada particular, bastante genérico, un tintinear cualquiera de un llamador de ángeles que en realidad, en este caso, es un buda. un artefacto que vino con la casa. suelo repetir el chiste y decir que si lo saco, se desmorona el departamento. la verdad es que lo más probable es que primero se caigan otras estructuras. por las dudas, convivimos.  al poco tiempo de darme cuenta que alguien estaba abriendo las puertas de mi casa, también noto que se me cierran las puertas a mí: la presencia cambiaba las cerraduras, sellaba espacios con cemento y ladrillo. cuando lograba entrar, me bloqueaban el paso con paredes que antes no existían.  a veces, por la tarde, ponían la radio.  la semana pasada tuve que entrar a la cocina por la ventanilla y ahora pierdo el acceso al cuarto del lavarropas. no sé en qué momento la casa se volvió un proyecto arquitectónico.  me podrían haber avisado antes, pero no los culpo a ellos, tampoco a usted. que no se malinterprete.  el primer encuentro debo admitir que fue decepcionante. había aludido toda ésta desgracia a fuerzas naturales, fantasmas que no pueden ni quieren dejar dormir o un yokai femenino. no esperaba ver un grupo de personas de carne y hueso, varones bajos y algo flacos, en un mal estado físico. las caras sucias como sus ropas, aunque algunos al finalizar la jornada usaban mi bañera y volvían a sus casas con varios toques de perfume encima. tenían una pasión específica por el tarareo, que se alternaba con silbidos.  hombrecitos escuchando boleros y hablando en voz alta.  de la noche a la mañana tenían algo para decir, y cuando no lo tenían, las máquinas ocupaban el espacio sonoro con sus quejidos chirriantes de la oxidación del material. pocos eran los momentos en los que el silencio reinaba, los recuerdo a todos. era un silencio abismal, de ceremonia. una liturgia a la que yo no pertenecía, ni siquiera sabía por qué me elegían a mí para asistir.  tiene que terminar, tiene que ser un error. estoy lavando a mano hace varios días, la piel debajo de las uñas se me marchita. huelo a suavizante. tiene que terminar. me acerqué a uno que revolvía la mezcla de cemento con cuchara de albañil, lo miré a los ojos y supe que podía decir algo para que se detuviera. no era amenazante, no estaba a la defensiva, alrededor se escuchaban algunos martillazos para nada prevenidos de mi presencia en el lugar. martillazos meditativos, en un compás armónico que no llegaría jamás a ser logrado por un motor. martillazos en las paredes del lugar, el lugar que era mi casa.  tuve miedo de que se pueda enojar o yo no encuentre las palabras adecuadas, así que no dije nada.  no, no dije nada. no sucedía ninguna circunstancia para manifestar mi descontento.  esperaba la ocasión y esperaba pero no pasaba.  sé que podría haber puesto el grito en el cielo, bueno, no lo hice.  es así a veces. no me salió.  no quise hablar a destiempo.  ahora es intrincado.  sus servicios ya no son necesitados, pensé en decirles.  quizás hubo un error, yo nunca solicité reformas.  uno de ellos me hubiera dicho que por qué no lo dijo antes: me trataría de usted. otro me gritaría que me aproveché de un servicio que ya estaba pago: ese sería el víctima. otro me diría que soy una estafadora: el típico que se autodenomina persona de ley. y otro desearía en voz alta que mi casa nunca vuelva a ser arreglada: ocultista y rencoroso.  todos tienen la razón y sin embargo no podemos permitir que se revele el error, si es que ha sido un error. este es un secreto de nosotros, de ahora en más. de usted también. algún día mostraremos el error en una galería de arte o algún inquilino preguntaría quién la diseñó. por qué la habitación pareciera a medio terminar, por qué todavía hay polvo en ese rincón y quién colgó ese buda en la puerta.  por el momento, no nos señalemos con el dedo.  nadie es responsable de este asunto. le cuento esto porque espero que usted pueda resolver este embrollo antes de que sea demasiado tarde. el acceso a mi vivienda está completamente restringido.  duermo en mi habitación con un foquito de luz que tiembla.
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sorrowfulblue · 4 years ago
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31.03.20
me gusta abrazarte por la noche, o por el día, me es igual. Porque el tiempo pasa y no cuando estoy con vos. Pasa rápido porque de un instante a otro te desvaneces, y no pasa porque pierdo la noción del mismo.
Tal vez suene cliché pero me pierdo en tus ojos color marrón, que según la estación del año se tornan verdosos como el color “esperanza” (todavía tengo el vivido recuerdo de lo que representaba para mi, ese color en el tutti frutti).
Nunca te lo dije, que notaba estos detalles,
En realidad siento que nunca te dije nada, aunque suelo hablar mucho; como tampoco hice mención a ese color miel que se asoma en otoño característico de la época. Otoño, estación en la que disfrutamos más de los abrazos porque la temperatura baja poco a poco. Donde nos pegamos muy juntitos para merendar porque extrañamos nuestra compañía. Donde caminamos dando pequeños pasitos para pisar las hojas porque todavía nos divertimos con poco. Porque vos me haces divertir con poco. Porque poco, al lado tuyo es mucho; aquel adverbio que intenta expresar la intensidad con la que te digo que te quiero y con la que disfruto de tu compañía.
Que nuestro otoño sea eterno y tus ojos marrones, verdosos, con su toque de miel, me acompañen,
a pesar de que yo no pueda,
tomar consciencia,
de que estas al lado mío,
siempre,
porque me perdí en vos y en tus finos detalles.
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thoughtsintokio · 4 years ago
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Querido diario.
Querido diario, hacía mucho que no hablábamos. La última vez, había alcanzado mi punto más bajo por segunda vez, y me juré que a partir de ese momento no iba a volver a bajar, que solo era subir, y aunque tengo que reconocer que desde ese momento no he vuelto a tocar fondo, tengo la sensación de que voy cayendo en picado, y peor aun, tengo la sensación de que cuanto más demoro la caída, más profundo se hace el fondo, y el día que lo toque, no creo que sepa volver a salir como las demás veces.
Te dije muchas cosas la última vez, te hice promesas que poco a poco he decidido dejar atrás, porque aun sabiendo el gran riesgo, creía que merecía la pena. Llevaba mucho tiempo ya, mucho camino recorrido, “era un momento muy diferente a este” me decía. Qué gran error. Y es que realmente, la situación, por mucho que me haya querido convencer, sigue siendo la misma, solo ha cambiado el contexto. El contexto siempre hace ver una situación igual, diferente, es una máscara más, una excusa.
Ya no sé qué hacer, tengo miedo, me he desecho de todas mis capas, siento que pierdo de todas las maneras, tanto volviendo a cerrarme como quedándome abierta y vulnerable. Siento que me hace el mismo daño la incertidumbre del futuro y la solución del presente. Tengo mucho miedo.
Supongo que es el puto contexto, que no hace más que cegarme de todo, supongo también que está situación también tiene un contexto que, siendo otro, no se sentiría de esta forma. La realidad es que ni siquiera estoy segura de sentir lo que siento, pero quema tanto que es difícil no ignorarlo.
Estaba deseando escribirte una vez más diciendo que te vencí, que era verdad y que había que arriesgarse para ganar, supongo que por eso aun me reservo el papel para ese momento, ya que la esperanza es lo último que se pierde, aunque en mi caso es lo único que me queda, ya que si la pierdo, lo pierdo todo. Aunque todavía espero ponerte un punto y final, la realidad es que tenía que ser sincera y decirte que, en días como hoy, en los que el contexto cambia el contexto, tenías toda la razón del mundo. Lo siento.
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infacundia · 7 years ago
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Agosto 28
Todavía patalea ¡tan temprano, una bebada! gusano el último tiro en su esqueleto que hurga como desgarra mi persignación, hondo uñazo desde el cuello hasta el ombligo (a ver si tanta entraña podrida, negra cae) cuando paso por donde la última vez lo vi irse.
Alfarería con ceniza en puro cuento de vida, el Pincha pierde con Arsenal de local y me digo que no, que no puede chubasquear ahora. Pierdo el mentón un toque, el tropezón que no escapa porque no puedo, no se puede: Hoy no es el cumpleaños de nadie.
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libros-infinitos-blog · 7 years ago
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Beasting Beauty - Madison Faye (Saga Possessing Beauty #1) {+18}
Una probadita de su dulce inocencia intacta, y perderé todo el control... Me llaman bestia, aunque una vez fui un príncipe. Todavía lo soy, incluso si he pasado los últimos cuatro años alejado del mundo debido a la oscuridad dentro de mí. Pero el deber real no me ha dejado otra opción más que asistir a un “baile” en busca de una prometida en un reino vecino. Encontrar una esposa es la última cosa en mi mente, hasta el momento en que mis ojos se posan en ella ; la demasiado dulce, la demasiado inocente, la demasiado intocable Princesa Isla. Una mirada a esos grandes ojos oscuros y deliciosas curvas, y necesito poseerla. Una probada de esos labios, y pierdo el control de la bestia dentro. Un toque de su intacto y suave cuerpo contra el mío, y ya me pertenece . Olvídate de que está fuera de los límites. Olvídate de que nunca ha sido tocada. Olvídate de la oscuridad pendiendo sobre mi cabeza y desgarrando mi pasado. Reclamaré a esta princesa esta noche. Primero, la tomaré como mi reina. Luego, la llevaré a mi cama . La Princesa Isla desató a la bestia, y no descansaré hasta que la haya reclamado de todas las maneras posibles.
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Créditos a Book Hunters
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like-a-scene-from-a-movie · 8 years ago
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Entiendo que es duro eso de sentir muchas cosas y no saber como explicar cada una. En este momento mi cerebro solo logra captar la idea de llorar y no deja de repetirse que me quiero morir. Pero eso no es cierto… detestaría saber que puedo morirme sin haber logrado tanto de esas cosas que deseo. Es una idea a la que no me apego. Así que en cuanto me repito en voz alta que me quiero morir instantáneamente en mi cabexa se suelta que no es verdad, que solo quiero huir, escapar, darle la vuelta al mundo; que nadie sepa de mí, ni yo saber nada de nadie. Estoy perdiendo matemáticas y por ello si pierdo mi examen de habilitación, pierdo el año, ¿qué mierda significa eso? Que tengo una semana y tanto para aprender la mitad de lo que fue mi año escolar en matemáticas, con la fortuna de que me enseñe mi madre, con la fortuna de que me empieza a levantar la voz preguntándome qué es lo que no entiendo, diciéndome que todo se trata de lógica, y en medio de mi estrés, mi desespero, mi miedo… solo puedo gritar que no me gusta, que no me interesa, que lo odio. Amy Winehouse decía: “a menudo no sé lo que hago. Al día siguiente me acuerdo y me arrepiento”, o algo así. El caso es que me identifico demasiado con eso, porque me resume, de eso se trata cada decisión que tomo, y es horrible… porque ahora que he terminado mi tortura de repaso para no perder el año, solo pienso que he dejado que a mi madre le duelan cada una de mis palabras, porque sé que las matemáticas es parte de lo que ella ama y que ha decidido llevar para siempre en su profesión y en su vida, y puede doler mucho que alguien a quien amas diga que odia lo que haces. Quisiera tanto pedirle perdón, pero es real lo que dicen de que a veces las palabras no bastan. Ahora quiero irme, quiero no tener que hacer esto, pero sé que en el momento en que me toque repetir el año me voy a odiar a mi misma más de lo que he hecho jamás. ¿Cómo es que podría odiar a alguien que ama tantas cosas geniales? Al mismo tiempo (en un diluvio de ideas) pienso que de repetir el año sería una injusticia por todo; me he pasado noches enteras sin dormir, días en que soy más energizante y cafeína que un ser humano corriente, días en que me despierto odiando hasta personas que se merecen el mundo porque la noche anterior no dormí lo suficiente porque tenía que repasar o hacer un trabajo importante. Es todo por matemáticas, que no logro entender, aparece un signo de sima y significa que hay que restar, ¿dónde tú ves la lógica? Pero es lo que no me dejan de repetir; “se trata solo de lógica”, mañana a las 11 de la mañana saldré a mirar el cielo azul y diré que está tan negro como la calle, al explicarlo diré que tan solo es matemáticas. Y es más injusto aún que mis padres tengan más hijos, y por no querer entender matemáticas ellos tengan que volver a pagar un año a una estúpida que no se quiso esforzar. Quisiera pedirles que me perdonarán, que lo siento en serio, que si a ellos les duele, ver que les duele y más todo el odio que siento por mí hace que se complique aún más para mí. Odio tener que arrepentirme de cosas que en su momento no pensé bien. Pero es que quiero y odio tantas cosas… En medio de mi depresión pienso cosas medio raras y estúpidas y me hago ilusiones muy lejanas de como escapar de lo que me atormenta, pero la vida, pero lo real es lo que me sucede, y todas esas ilusiones van a quedar en eso, y es algo a lo que todavía no me acostumbro. En algún momento he de acostumbrarme o esas ilusiones me van a llevar a perder el año, me van a llevar a perderme a mí misma.
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solo-dilo-cerrare · 8 years ago
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Me tienes escribiendo tu nombre en la esquina de una hoja, y eso me vuelve loca, hace poco tiempo, te consideraba mi hermano, pero, tu, dices que necesitas algo de mi calor, y, créeme, me dejaste en jaque, y no lo considero justo, ¿Por qué lo dices ahora?, debiste decirlo antes, tal vez las cosas serían diferentes, y yo podría estar en tus brazos viendo las estrellas o, susurrándote mis pecados, solo porque sé que te gusta escucharlos
¿Soy tu vuelo a un mejor cielo?, porque tú eres el único cielo que quiero tener, se que si todo va mal, posiblemente me sostengas, porque tú también me brindas mucha tranquilidad, es como si fuéramos  hecho el uno para el otro, ¿será verdad? Porque mis sentimientos siempre han estado a flor de piel, he querido matarlos, pero no he podido, eres la única persona que ha logrado que pierda mis sentidos
Quisiera que le prendiéramos fuego a la lluvia, o, solo hablar hasta la madrugada, nos hace ser nosotros mismos, me enamore de lo que me mostraste, de lo que fuiste conmigo, no me importaba si estabas mintiendo, no eres una mentira, eres mi única verdad, la única que quiero en mi vida, quisiera vivirte siempre
Dime, como no me pierdo en tus ojos, esos ojos, que me ponen nerviosa, y me hacen sentir viva como si fuera la primera vez, cuando no te tengo cerca, siento que me muero, necesito que tus ojos me miren, y hagas que me  pierda en ellos, después, deberías besarme, pero no quiero que lo hagas en tus sueños, hazlo realidad, como si fuera la última vez que lo vas a hacer, porque sabes más de mí que el
¿Sabes lo que hago cuando estoy sola?, la música que me gusta y la que no, sabes cada pedacito de mi alma, eres, el hombre que me domina, lograste dominar a un lobo salvaje, haces que quiera dormir junto a ti, pero de la manera más inocente posible, solo recostarme en tu pecho y sentir tu respiración, sentir como tu corazón se acelera, por mi cercanía
De un momento a otro, me sentí viva, solo por esas pequeñas palabras, me muero por verte, y abrazarte, quizá, decirte  las cosas que nunca me atreví a decirte, mirar las estrellas, me creía indestructible, tenía muchas barreras, solo quiero pedirte un favor, ámame ahora, porque después puede ser muy tarde
Te recostare contra mi pecho, y te diré cuanto te amo, porque eres lo único que quiero tener, quiero respirarte como si fueras la última molécula de oxígeno en el mundo, parece que los papeles se han cambiado, la película tiene un nuevo guion, y me está gustando, solo le ruego a las estrellas para que esto no se acabe, que siga su curso normal
Déjame bailar contigo la canción más lenta, para sentir el calor de tu cuerpo, y guardar tu olor, rescatarte de cualquier lado, cuando estés herido, solo dímelo, y me volveré flash para estar ahí, en el momento exacto, camino en una cuerda floja solo por tomar tu mano, pero después recapacito, y no sé si realmente vales la pena
En un momento, me demuestras cariño, pero después, eres más frio que la Antártida, y, estoy dispuesta a hacer lo mismo, porque es injusto conmigo, cuando todavía estoy dispuesta a vivir tu vida, crees conocer el infierno, pero nunca vas a conocer sus ángeles, son peor que el fuego de este, y yo, cariño, soy el peor, y cuando te toque, te voy a matar, porque ya no hay piedad en mi corazón
Bailamos toda la noche, me pusiste más cerca de tu pecho, y cuando digo que mi corazón ya no lo soporta más, vuelves y vuelves, como si fuera la única ruta que quieres seguir en tu vida, hay ciertas cosa que ignoro, pero hay otras que adoro, y no sé si soy la única que ha logrado estar a tu lado,  parece que sí, hace algunos meses, decidí decir no más, y tú no hiciste nada para detenerme, lo único que supiste decir, fue “lastima con tus sentimientos”
Si te soy sincera, diré que esa tarde las lágrimas caían, y no tenía ganas de detenerlas, es que en ese momento supe que te daba igual si estaba o no en tu vida, creo que siempre lo supe, pero no lo quería ver, era una brújula, pero nunca tuve un barco al cual guiar, así como una rosa necesita una daga que la corte, pero, nunca obtuve el corte que quería de ella, siempre fue un corte directo a mi corazón
Pienso detener las lágrimas, porque ya me canse de tratar de descifrar lo que me quieres decir, y es que, prefiero concentrarme en la clase de química, porque es más fácil de entender que tú, simplemente no sé cómo decirte lo que siento, no tengo el valor, me tiembla todo, es algo ilógico, me haces fuerte, pero, también me debilitas, vivo en un sufrimiento constante, y, siento que tu corazón sigue siendo de ella
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quin-tr000 · 5 years ago
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Antes del opio mi alma está doliente.
Sentir la vida anima y debilita
y yo busco en el opio que consuela
un Oriente al oriente del Oriente.
Esta vida de a bordo ha de matarme.
Son días sólo de fiebre en la cabeza
y, por mucho que busque hasta enfermar,
no encuentro molde al que adaptarme.
En paradoja e incompetencia astral
vivo en surcos de oro mi vida,
ola donde el decoro es recaída,
los propios gozos, ganglios de mi mal.
Y por un mecanismo de desastres,
engranaje con rodamientos falsos,
camino entre visiones de cadalsos
en un jardín en el aire pero con flores.
Me voy tambaleando entre la labor
de una vida interior de encaje y laca.
Siento que tengo en casa la navaja
con que fue degollado el Precursor.
Ando arrastrando en la maleta un crimen
que cometió un abuelo mío por exigente.
Tengo los nervios de punta, de veinte en veinte,
y caí en el opio como en una zanja.
Al toque de morfina adormecido
me pierdo en transparecias palpitantes
y en una noche llena de brillantes
se levanta la luna como mi destino.
Mal estudiante siempre fui, y ahora
no hago más que ver partir la nave
por el Canal de Suez y conducir
mi vida de alcanfor en la aurora.
Perdí días que antaño aprovechara.
trabajé para tener sólo el cansancio
que es hoy en mí una especie de brazo
que en el cuello me oprime y me ampara.
Y fui niño, como todo el mundo.
Nací en una provincia portuguesa
y ya he conocido gente inglesa
que dice que sé inglés perfectamente.
Me agradaba tener poemas y novelas
publicadas por Plon y en el Mercure.
Mas imposible es que esta vida dure.
¡Si en este viaje ni hubo temporales!
La vida a bordo es una cosa triste,
aunque la gente se divierta a veces.
Hablo con alemanes, suecos e ingleses
pero mi pena de vivir persiste.
Creo que no vale la pena haber
ido al Oriente y visto la India y China.
La tierra es parecida y muy pequeña
y hay sólo una manera de vivir.
Por eso tomo opio. Es un remedio.
Soy un convaleciente del Momento.
Vivo en la planta baja del pensamiento
y ver pasar la vida me da tedio.
Fumo. Me canso. ¡Ah, una tierra, al fin,
en donde muy al este no fuese el oeste ya!
¿Para qué fui a visitar la India que hay
si no existe la India, sino el alma en mí?
Soy desgraciado por mi beneficio.
Los gitanos me robaron la Suerte.
Quizá no encuentre, ni junto a la muerte
un lugar que me abrigue de mi frío.
Fingí haber estudiado ingeniería.
Viví en Escocia. Visité Irlanda.
Mi corazón es una abuelita que anda
limosneando a las puertas de la Alegría.
¡No llegues a Port-Said, nave de hierro!
Vira hacia la derecha, no sé adónde.
Paso los días en el smoking-room con el conde
un escroc francés, conde de fin de entierro.
Vuelvo descontento a Europa, y con suerte
de poder ser un poeta quimérico.
Soy monárquico, pero no católico
y me agradaba ser alguna cosa fuerte.
Me gustaba tener creencias y dinero,
ser varia gente insípida que vi.
Hoy, después de todo, no soy sino, aquí,
en un navío cualquiera, un pasajero.
No tengo ninguna personalidad.
Más notable que yo es ese criado
de a bordo, con bello estilo alzado,
de lord escocés hace días en ayuno.
No puedo estar en ninguna parte. Mía
es la patria donde no estoy. Ando enfermo y flaco.
El comisario de a bordo es un bellaco.
Me vio con la sueca... y el resto lo adivina.
Un día montó un alboroto a bordo
sólo para que los demás hablen de mí.
No puedo con la vida y creo desastrosas
las iras con que a veces me desbordo.
Paso el día fumando, bebiendo cosas,
drogas americanas que entontecen,
¡y yo tan bebido ya sin nada! Si diesen
un mejor cerebro a mis nervios como rosas.
Escribo estas líneas. ¡Parece imposible
que, teniendo talento, apenas lo sienta!
El hecho es que esta vida es una casa
donde se aburre hasta un alma sensible.
Los ingleses están hechos para existir.
No hay más gente como ésta, tan presta
a la Tranquilidad. La gente echa
un centavo y les sirve para sonreír.
Pertenezco a un género de portugueses
que tras haber descubierto la India
están sin trabajo. La muerte es algo cierto.
He pensado en esto muchas veces.
¡Al diablo con la vida, la gente que la tenga!
Ni leo mi libro de cabecera.
Me fastidia el Oriente. Es una alfombra
que al enrollarse deja de ser bella.
Caigo en el opio por fuerza. Pero querer
que ponga en claro una vida de éstas
no se puede exigir. Almas honestas
con horas de dormir y de comer,
¡que un rayo las parta! Y esto, al fin, es envidia,
porque estos nervios son mi misma muerte.
¡No haber un navío que me transporte
donde no quiera nada que no vea!
¡Ah! Me cansaba de este mismo modo.
Quería un opio más fuerte para ir de allí
hacia sueños que diesen cuenta de mí
y rogasen conmigo en algún lodo.
¡Fiebre! Si esto que tengo no es fiebre,
no sé cómo es que se tiene fiebre y se siente.
El hecho esencial es que estoy convaleciente.
Esta carrera, amigos, está libre.
Veo la noche. Tocó ya la primera
corneta para vestirse e ir a cenar
¡Vida social como meta! ¡Eso, andar
hasta que la gente salga cogida del cuello!
Porque esto acaba mal y ha de haber,
¡ah!, sangre y un revólver para el fin
de este desasosiego que hay en mí
y que no hay otra forma de resolver.
Quien me mire me encontrará banal,
a mi vida y a mí... ¡Anda! un muchacho...
mi propio monóculo ya me ha hecho
pertenecer a un tipo universal.
¡Ah, cuánta alma habrá, que ande metida
así como yo en lo Recto, y como yo sea mística!
¿Cuántos con la chaqueta característica
no tendrán, como yo, horror a la vida?
¡Si al menos fuese por fuera tan
interesante como lo soy por dentro!
Voy en el Maelstrom, cada vez más al centro.
y no hacer nada es mi perdición.
Un inútil. ¡Pero es tan justo serlo!
¡Si se pudiera despreciar a los otros
y, todavía, con los codos rotos,
ser un héroe, loco, maldito o bello!
Me asaltan ganas de acercar las manos
a la boca y morder a fondo haciéndome daño.
sería una ocupación original
y distraería a los otros, los tan sanos.
El absurdo, como flor de la India, como
no llegué a encontrar en la India, nace
en mi cerebro harto de cansarse.
Dios cambie mi vida o la vuelva letal.
Déjenme estar aquí, en esta silla
hasta que vengan a meterme en el cajón.
Nací para mandarín de condición,
pero me falta sosiego, suelo y esterilla.
¡Ah, qué bueno sería ir de aquí en caída
hacia la tumba por una trampa de estruendo!
La vida me sabe a tabaco rubio.
Nunca hice más que pasar la vida fumando.
Y al final lo que quiero es fe, es calma,
y no tener esas sensaciones confusas.
¡Que Dios acabe con esto! Abra las esclusas
y ¡basta de comedias en mi alma!
—Opiario, Alvaro de Campos
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hayingredientes · 5 years ago
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De lo que pasó en Sevilla.
El calor. Oh dios mío el calor. Oh dios vuestro qué calor. Tengo en el móvil un audio de las chicharras saturando el mic que no sé ni cómo compartirlo ya. Ha quedado claramente fuera de su tiempo, pero creedme y recordadlo. Estaban las ranas con cantimplora, jarl.
Desahogos aparte, la etapa de Sevilla prometía desde el minuto uno, pues, al fin, pude dormir en una habitación para mí solito. Qué gozada, ni os lo imagináis. O sí. De hecho, empiezo a comprender mejor muchas de las sensaciones y vaivenes que me contaban los amigos y amigas que andan o han andado en la diáspora. Máximo respeto a lo que han tenido que pasar.
¿A quién debo el lujo de ese espacio para mí? Pues a otra pareja de héroes, Aurora y Ale, que me dejaron quedarme con ellos esa semana. Pero no solo con ellos dos, la cosa estaba mucho más animada con Mateo, su hijo, y Katia, amiga de Aurora que tambi��n estaba pasando unos días allí. Cuando nos fuimos debió de resonar un silencio extraño.
Claro, porque cuando estábamos todos aquello era cosa buena: llegaban por la tarde, yo solía estar ya en la casa; nos contábamos el día, jugábamos con Mateo, sacar coches, recoger coches... Preparar la cena, duchar y dormir al enano, cenar nosotros, y, poco después, me quedaba de nuevo solo, ya que la mayoría de noches se acostaban pronto para cumplir con su despertador. Los padres y madres son atletas de resistencia.Espectacular.
Yo tengo diferentes horas de despertarme, según la hora a la que haya quedado en el cole de ese día, y lo lejos que esté, o incluso los horarios del transporte que me toque coger. Pero, siempre que puedo, intento que me dé tiempo a echar un café y una tostada con aceite y tomate en algún bar. Y en Andalucía ni te cuento, el nivel está rebosante. Creo que el premio se lo lleva el bar de Niebla, con una tostada tamaño DIN A4, tomate machacado, un aceite que era poesía gustativa, y, allí en la barra, un cuenquito con dientes de ajo para servirse uno mismo. Lujo a precios que ni te crees.
Y, ya que os cuento cosas de Niebla, aprovecho para contaros también algunos viajes con los que no cuento, pero que me alegran más aún las visitas. Veréis, como muchos coles están algo alejados del sitio donde tengo que pillar el transporte, o simplemente porque la gente es más maja que los centollos (chiste taxonómico), algunas veces un profe, alguien del cole o incluso algún padre o madre han tenido el detallazo de llevarme en su coche hasta donde toque, y así, de paso, darme la oportunidad de charlar más, escuchar más y aprender más. A ellos y ellas les debo descanso, y eso no tiene adjetivos a la altura.
Más allá de conocer centros y entrevistar protagonistas, mucho es lo que pasa en cada visita que hago, mucho es lo que escucho a mis compañeros y compañeras de profesión y mucho es lo que les cuento, pues el proyecto da para hablar, y su día a día para escuchar y aprender. Que me dejen acompañar al equipo en los cafés, o los patios, o incluso las clases, para mí es como un pase VIP a esas que llaman masterclass. Ver y atender a su implicación, con el proyecto, con el entorno, incluso a nivel político, y siempre por la educación, era una de las razones por las que sabía que tenía que acudir en persona a los centros, a sus personas.
¿Por dónde iba? Me pierdo yo solo y os llevo conmigo, perdón. A veces el orden es una trampa. Hablábamos de Sevilla, ¿no? Yo ya había estado en la ciudad, pero siempre con la sensación del monigote del StreetView, que parece que me han cogido de la nada y me han soltado en un punto del mapa. No sabía moverme. Menos mal que eso ha cambiado gracias a Samu Garraín, guía oficial de la ciudad, y, lo que es más importante, amigo mío. Como además sabe que voy evitando gastos, me hizo un tour a medida que gocé como un enano. Yo ni sabía que existía un barrio de la Santa Cruz, y me contó historias de cada rincón, me contagió las ganas de buscar esos trozos de ciudad que necesitan que nos paremos, y me acercó a una manera de ver las calles más como invitado que como usuario. Unas tapas de carrillera, de pringá, de bacalao... Un café, un helado... Todo bien, copón. Gastamos suela a mansalva y acabamos en Triana, ese territorio que está en Sevilla pero es otro sitio, y que tiene más personalidad que semáforos.
Esa noche acabamos todavía más lejos, en la Feria de las Naciones, bebiendo cervezas rusas de medio litro y comiendo carne en distintos formatos, todos ellos latinos y sabrosones. Y hay tres guías de Sevilla que por primera vez probaron la canchita. De nada.
A la vuelta decidí que el elixir ruso solo iba a digerirse andando hasta la casa, así que seguí añadiendo kilómetros, esta vez nocturnos, gracias a lo cual me crucé con Pumarejo, una plaza que rebosaba actividad, gente en terrazas, gente en el parque, y un grupo de gente bailando swing. A tope. Tú también te habrías parado. ¿Qué escondía ese sitio? No había que mirar tanto, en el edificio que dominaba la plaza podía ver en sus balcones pancartas de defensa del barrio, y papel pegado con la imagen a escala real de varios activistas del proyecto. Dos días después tuve parte de la mañana libre, y no dudé qué hacer, me acerqué a intentar descubrir más sobre este proyecto. Os invito a que lo cacharreéis en la red. Yo solo os cuento que me quedo con la satisfacción de seguir encontrando estos espacios de acción vecinal, no pasar por las ciudades sino poder comprender un poco mejor quién les da vida realmente. Espero no ser solo un espectador cuando esto termine.
Buena parte de mi viaje se puede recorrer caminando, y en Sevilla decidí que, para no depender de billetes de autobús, lo mejor era andar hasta la estación de la plaza de Armas en los varios autobuses que tuve que coger para ir a los pueblos donde estaban los coles. Mi camino comenzaba enfrente de la Expo, y era un poco desafiante, pues iba con el tiempo justo y no del todo despierto, y el estado de las baldosas invitaba a pensar que Godzilla invadía y pisoteaba solo esa acera de Sevilla. Estaban levantadas, destruídas por las raíces de los arbolazos o desplazadas lo justo para que, por lo menos dos o tres veces cada día, me tropezase y diese una ristra de esos ridículos pasos cortos para reestablecer el equilibrio. Y, ya que he mencionado la Expo, cómo no contaros que estuve allí, visitando el Centro Nacional de Aceleradores. La mezcla de espacios recuperados y estructuras atrapadas en el tiempo me dejaba loco. Yo lo viví en su día con Curro y toda la panda, que no se diga.
Sin mucho más que os pueda contar, al llegar el viernes, terminaron las tres primeras semanas de la ruta, y terminó mi paso por Andalucía. Puedo hacer una defensa de todo lo que ofrece, pero este proyecto pretende ser más una invitación al descubrimiento, así que no dejéis de buscar en este territorio. Lo que te planteas, lo tiene.
Esta vez tuve cuidado de ir con tiempo a la estación, y el tren me llevó subiendo la ruta de la plata para llegar a mi siguiente destino, Mérida. La compañía y la ciudad, pero sobre todo la compañía, provocaron un fin de semana que ya no se puede superar, y el domingo estaba preparado para unos días descubriendo los proyectos que se cuecen entre Mérida y Badajoz. Podéis apostar a que os los contaré.
Hasta el próximo post. Sois siempre un placer.
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