#si me juzgas me pongo a llorar
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📍 jardín de las rosas. ( 1 / 2 ) @dosukja
' ese tiene forma de ratón, ¿le ves las orejas? aquel... aquel es un cerdo. ' mientras aprovechaba su paleta de helado, dejó que el dedo de la diestra trazada líneas invisibles que intentaban darle forma a las nubes en el cielo. ' aquel, uh, ¿no se parece al profesor steele? ' según él, la calva estaba clarísima.
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la primera y última vez que escribí algo largo sobre lo que daba vueltas por mi mente fue hace cinco años en mi cuenta anterior, aunque ha pasado mucho tiempo me siento igual, sin saber cómo empezar, alerta, los puedo marear.
en mí siento que solo existe confusión, jamás he sido segura de mí misma, no estoy segura de lo que siento de lo que pienso y siempre me ha preocupado, ahora que tengo veintiuno me doy cuenta del origen y es que toda mi vida he estado en un ambiente invalidante, mis padres nunca me dieron contención, en el liceo no tuve amigas que me escucharan sin juzgarme, son cosas muy simples pero que han hecho que no me pueda sentir a mí misma, no sé quién soy, lo estoy descubriendo y obvio voy cambiando, soy una persona que cambia muy rápido, de extremos, intensa, te amo o te odio, es parte del trastorno, quiero dejarme eso en claro, no soy borderline, tengo borderline y es algo que me va a acompañar por el resto de la vida, estoy orgullosa de mí porque he tenido pensamientos suicidas desde los ocho años, he pasado por mucha mierda,he conocido mucha gente que me hace sentir que fui hecha para usar y deshechar y aún así no me he rendido, estoy aquí, muy rota, pero quiero decirte algo a ti que lees (y a mí): nunca es tarde para hacer un cambio, las caídas duelen, aprende a estar solo, yo toda mi vida he logrado las cosas sola, todo ha sido gracias a mis esfuerzos, eso, piensa en tí, sé más egoísta, pero sin dejar de pensar en el de al lado, todo lo que haces afecta a tu entorno, todo lo que pasa en el entorno te afecta, está bien llorar, está bien sentir pena, frustración, cuando la sientas haz eso, sentirlo, no te cuestiones, como cuando estás muy alegre y no te detienes a preguntarte porqué, permítete ser tú quien vive tu vida, no cumplas expectativas de otres, no te dejes pasar a llevar, nadie es superior a ti y tú no eres superior a nadie
pon limites, no te invalides, te prometo que aunque mil personas te digan que exageras cuando lloras porque eso te dolió no tienen la razón, nadie te va a entender, porque nadie ha vivido lo que tú has tenido que vivir, es muy doloroso y te entiendo, me pongo en tu lugar pero no siento lo mismo que tú y tú no sientes lo mismo que yo y eso está bien, sentir lo que estás sintiendo ahora está bien, muchas veces nos nublamos porque nuestra familia no intenta entendernos, porque eso que para ti es tan terrible y para otro tan simple, porque te dicen que quieres ser víctima, porque te dicen que exageras, no, si te duele entonces es importante, deja de decir que estás triste por una tontera, tus sentimientos, pensamientos y emociones no son tonterasasí como no juzgas a otros, por favor no te juzgues a ti, no te abandones y ya no estarás solo, porque te tienes a ti y con eso es más que suficiente.💗
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Escúchame...
No tengas miedo, estoy acá con vos. No estas sola, nunca lo estas, porque acá estoy.
Soy tu alma, tu conciencia, tus ojos en la espalda, tu más grande aliada, tu guía, tu refugio, tu mejor amiga.
Soy quien te escucha siempre hasta el final, quien te ayuda y hace la voz de diversos personajes en las noches cuando no podes dormir y empezas a contar historias en tu mente.
Soy quien te escucha siempre y no se ríe, no te juzga. Soy quien te soporta y no se cansa nunca de vos.
Somos inseparables, a donde vayas siempre te voy a seguir, siempre fiel a vos, siempre acompañándote de cerca.
Te quiero, te voy a cuidar hasta el final. Estoy para hacerte pensar a veces y para aconsejarte, siempre con buena onda... pero, sabes que no soy la única, tengo una hermana gemela.
Ella es más frívola, es mucho más cruel y dura con vos. También te quiere, pero es insegura, ingenua, y muy miedosa.
A veces me pongo celosa, porque parece que sólo la escuchas a ella. Sólo escuchas sus consejos, y muchas veces ella se equivoca...
Es dura con vos porque te quiere y cree que la única forma de cuidarte y mantenerte a salvo es llenarte de miedos para que no salgas, para que no experimentes, no pruebes, no te lances, a veces critica de más, se embala y se le va la mano. Te hace llorar o te deja sin sueño.
Me cuesta mucho distraerte con otras historias lindas para que puedas dormir.
Yo también te tiro buenos consejos en simultaneo con ella, pero sólo escuchas los de ella.
Haceme caso. Esta noche, apaga sus luces, mandala a dormir temprano. Quédate conmigo. Construyamos castillos en el aire esta noche. Descansemos bien, que mañana tenemos un gran día.
Si me dejas al mando sólo 24hs te prometo que vas a notar un cambió. Le diste más días de prueba a todas esas dietas absurdas que encontraste en internet, no te va a costar nada darme sólo 24hs a mí.
Mañana empezamos juntas ♡.
Desde temprano con una sonrisa en la cara. 24hs llenas de pensamientos positivos. Te va a encantar, te lo prometo.
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Sigo Aquí: La Escuela
No me acuerdo del momento preciso en el que me atreví a preguntarme a mí mismo: ¿y si soy gay? Lo que sí recuerdo es el miedo que me asfixiaba los primeros años de la secundaria. En la escuela había un solo niño fuera del closet. Todos se reían de Ernesto, de cómo caminaba, de su manera de hablar y de aquel simpático momento en el que durante el recreo se echó a correr por los pasillos y cantó agitando los brazos: “soy una gacela, soy una gacela”. Era el jotito chistoso.
A mí me daba terror ser un “jotito chistoso”. Había estado huyendo de mi sexualidad desde que tenía memoria; jugando futbol (con dos pies izquierdos), comentando sobre la anatomía aún infantil de las niñas y de cuáles “ya tenían chichis” y hablando con mis amigos de las actrices que nos tiraríamos (como si Jessica Alba se fuera a fijar en una horda de pubertos con bigotes de Cantinflas y olor a Cheetos). Si no hacía todas estas cosas, yo me convertía instantáneamente en un joto. Me reía cuando mis compañeros volteaban a ver el mingitorio sin separaciones del baño y decían “ahí es donde mea Ernesto”. Por el otro lado, no podía negar lo mucho que me gustaba mi mejor amigo a los 5 años; me perseguía un intento de despertar sexual con mi vecino a los 11 y en mi cabeza hacía ruido la “admiración” por los hombres que salían en las telenovelas.
Lo veía en la televisión, en las revistas y en el cine. La idea me bombardeaba por todos los frentes: los homosexuales siempre eran motivo de desprecio. Sobre todo, yo no quería que me dijeran las cosas que le decían a ese otro niño de la escuela. Peor todavía si mis propios amigos iban a ser los agresores. A ese chico nadie lo golpeaba, no lo molestaban (por lo menos no de frente) y hasta se le veía feliz cantando a todo volumen que era una gacela. No podía estar tan mal.
Un día me armé de valor y reconocí que todos mis discos de Britney Spears querían decir algo: yo era bisexual. Así es, bisexual (ppppffffffftttt). Primero que nada, esto era un remanso de calma porque así seguía cabiendo la posibilidad de tener hijos y de esta manera no decepcionar a mis papás porque, como todos sabemos, lo más importante es vivir tu vida para cumplir los sueños de tus papás. Ellos tienen que ser abuelos porque si no ¿a qué vinieron al mundo? Obviamente así se trasciende y se deja huella, con descendencia. En el fondo, todo este cuento me lo invente a mí mismo para ser “menos gay”. Sí era, pero sólo la mitad: antes muerto que ser una gacela entera.
Para mi grata sorpresa, los niños de mi clase se me acercaron y me pidieron perdón. “Esos chistes que hacíamos sobre Ernesto…. pues perdón, no sabíamos que tú…. que tú eras así igual…. O sea, realmente no es nuestra culpa…”. Estaba bien, nunca se habían tenido que disculpar por una conducta que ni siquiera ellos mismos reconocían como ofensiva. Sin embargo, no faltaron los que disfrazaban su morbo de bromas y me hacían preguntas dolorosas y los que me insultaron gratuitamente. Uno de mis compañeros dijo que “qué oso”, mismo compañero que hasta hace muy poco salió del clóset. En fin, nada que no pudiera soportar.
Estos años de estudio los cursé en una escuela bastante relajada en la que los profesores se iban de fiesta con nosotros y la única reprimenda por llegar pacheco al salón era un “no lo vuelvas a hacer”. Esquive las pocas pedradas que me lanzaron y también disfrute los regalos que me trajo aceptarme: decenas de hombres mayores querían ser mis amigos en internet y las niñas me adoraban porque por fin tenían a un amigo con el que se podían ir de compras y llorar viendo ’10 Cosas que Odio De Ti’. Por cierto, a mí no me daban ganas de participar en estas dinámicas, pero si eso es lo que esperaban de mí, ¿qué más daba? Incluso llevé a mi novio a la graduación de secundaria porque así de ridículos éramos: tuvimos una graduación de secundaria. Nos besamos en la fiesta y toda la cosa.
Después llegó la prepa. Mi papá estuvo ausente gran parte de mi infancia, pero aun así sentía la libertad de tomar decisiones importantes por mí. Sin preguntarme absolutamente nada me inscribió al Tec de Monterrey porque “necesitaba cambiar de aires”. Para este punto ya había reconocido que no era bisexual, sino gay. Ahora sí era la gacela completa. Yo sabía que esta nueva escuela estaría repleta de gente que no era fan de National Geographic.
Y así fue. No había manera de ocultar mi orientación porque como dijera Juanga –un besote donde quiera que esté- “lo que se ve no se juzga”. Esto me trajo incontables episodios homofóbicos durante siete años de preparatoria y universidad…y eso que estudié comunicación. Por ejemplo, un día llegó un compañero con una sonrisa en la cara a advertirme que me iba a decir “damallero” a partir de ese momento. Una profesora imitó mi manera afeminada y torpe de correr frente a todo el salón. Un profesor dijo en plena clase que “los vochitos eran como los putos, un lleguecito por atrás y ya valiste”. Un compañero me tacleaba cada vez que me veía. Una mujer de seguridad nos pidió nuestra credencial a mí y a mi entonces novio por darnos un beso, y así podría seguir por dos páginas más.
Logré ponerle un alto a todo esto. ¿Cómo? Pues siendo el jotito chistoso. Si querían hacer un chiste homofóbico, no sólo lo asumía, sino que tenía uno todavía más gracioso. ¿Querían burlarse de cómo hablaba? Les enseñaba que podía hacer una voz todavía más de draga. ¿Querían usar estereotipos gays en mi contra? Yo no tenía tiempo para eso porque “tenía que ir a peinar señoras y atender mi caja en Zara”. Qué vergüenza me daba ser visto como veían a Ernesto el de la secundaria, pero era la única manera de sobrevivir.
Me di cuenta que podía sacar estas cartas para cualquiera de estas situaciones. Lo que no sabía era cómo enfrentar esa homofobia que no parece homofobia. El segundo día de clases de mi primer semestre de prepa se me acercó un niño y me entregó una USB.
- ¿Qué es esto?
- Lo hice para ti. Luego lo checas- me contestó.
Era porno gay. Resulta que era su manera de decirme que le gustaba (¿?). Me escribía todo el tiempo en MSN. Me seguía en los pasillos. Me metía cartitas a la mochila sin que yo me diera cuenta. Era extremadamente insistente, aunque yo siempre le dije que no me interesaba. Curioso que ese mismo valor le faltaba para decirle a sus amigos que era gay.
Él se juntaba con los mismos que me decían cosas y, ¿qué hacía él? Pues reírse. Incluso un día me preguntó frente a sus amigos con un tono burlón: “¿Cómo es un antro gay?”. Lo que vino a continuación lo tomó totalmente desprevenido. “Si tus amigos tienen tantas ganas de saber, cuéntales tú, que el viernes pasado te vi”. Eso era verdad. Nunca voy a olvidar esas caras. Por cierto, la gente nos agrede para someternos mediante el poder, así que nunca se imaginan que vamos a contestar y cuando te defiendes, no se lo esperan y pasan cosas hermosas como estas.
Tengo más historias de homofobia disfrazada. Muchas niñas querían ser mis amigas sólo porque era gay. Uno de mis mejores amigos me decía todo el tiempo que “se me notaba muchísimo”. Ese mismo amigo más tarde reconoció que cuando niño también le gustaban los hombres en la publicidad del pasillo de los calzones de la Comercial Mexicana, pero de todas formas el día que su mamá iba a ir a la escuela me pidió “que no joteara tanto”. Mi propio novio me negaba con sus amigos porque seguía en el closet. Esta homofobia es peor, no sólo porque es menos honesta que la que describí antes, sino porque viene de gente que quieres.
Y mientras escribo todo esto me pongo a pensar si no me he puesto en el papel de la víctima, ese que siempre es más cómodo. Al final del día, siempre hay heterosexuales que dicen eso todo el tiempo. “Es mi libertad de expresión y si no te gusta, te estás haciendo la víctima”. Después de darle unas vueltas a este texto y recordar todo lo que viví en la escuela, me doy cuenta que no. No me estoy haciendo la víctima. Sigo aquí y no pudieron conmigo. Se burlaron de mí, pero ni modo, yo aprendí a burlarme de mí mismo también. La diferencia es que ahora lo hago con otro propósito, no conmiserándome sino burlándome de quienes son más privilegiados que yo y de los prejuicios que existen en torno a mi comunidad, mismos que parecen sacados de un programa de Multimedios. O del siglo XIX… aunque es un poco lo mismo.
Caí en la cuenta de que Ernesto era un chingón y dejó de darme pena ser como él. Al final sí era como él, pero eso me salvó. Hoy ya no me da pena ser una gacela. Ya corrí más rápido que cualquier leopardo.
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¿Qué es el amor? ¿Cómo definir algo tan complejo, contradictorio, fascinante y que al mismo tiempo nos hace sentir tan vivos? No puede observarse bajo un microscopio, hay quien lo define en términos químicos y quiénes hacen poesía de él. Amor es inspiración, a veces hasta sufrimiento, todos quieren vivirlo, la mayoría lo han sentido alguna vez, pero nuestra cuenta pendiente sigue siendo poder explicarlo. El amor es compartir, aprender, descubrir… El amor es uno de los valores más importantes. Es la fuerza que nos impulsa para hacer las cosas bien. Puedo definirles la palabra amor y nombrar a una persona: Sebastian. Les presente a Seba mucho antes de hoy. Les conte como es, como me cambió, las cosas que me enseñó. Se que siempre escribo sobre él cuando la tristeza ataca tanto mi cuerpo que siento que no puedo más. Tambien se que generalmente entro a tumblr cuando estamos enojados, solo para sentir que mi tristeza y mis fallos se van si pongo una linda foto y una cancion de fondo. Pero hoy solo vine a hablar de amor. Dicen tambien que el amor es imperfecto, esta lleno de perdones, de “me equivoqué”, lleno de “yo tengo la culpa por eso”, lleno de errores. El amor esta lleno de miradas también. El amor es un regalo que hay que cuidar cada día. El amor es perderse y completarse en él. El amor es verse en un futuro. El amor es un arte. Hay que tener cierta destreza para amar, destreza a la hora de olvidar los errores del otro, destreza para lograr estar ahí, unidos. El amor nos mueve constantemente.
Por todo eso y por muchas cosas más, yo decido amar. Amar con todas mis fuerzas, amar hasta la eternidad (así me enseñaron), amar a esta persona que día a día me enseña mas sobre el amor. Amar a esta persona que compartió peliculas, cervezas, camas y hombros conmigo. Amar a esta persona que por más de que él estuviese triste, estaba ahí prestandome un oido si yo queria llorar (y yo lloro seguido), aconsejandome y recordandome que valía mucho mas de lo que yo pensaba. Amar a esta persona que se enamoro de una persona complicada, de una persona insegura, tanto que quizás las mismas rompieron todo tipo de esquemas. Perdón. Amar a esta persona que me hizo escalar, en todos los sentidos posibles. Amar a esta persona que me acompaña día y noche. Amar a esta persona que estando a kilometros siento cerca mío, cada minuto, cada segundo. Amar a esta persona que día y noche me marca mis errores y mis virtudes. Amar a esta persona con la que discuto pero no dejo de amar. Amar a esta persona que me entiende y me apoya en cada decisión. Amar a esta persona que no me juzga. Amar a esta persona que me hizo creer. Amar...
Perdón pero todavía estoy aprendiendo a amar.
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Mi clase de AEV
La verdad es que español siempre fue una materia que me dio flojera desde que iba en la primaria y poco a poco me di cuenta de lo importante que es por muy aburrida que me siguiera pareciendo. Debo decir que nunca había tenido una maestra tan agradable como mi maestra de AEV. Ella es genial!! Me agrada mucho su forma de ser y para ser una maestra se comunica muy chido con los alumnos. Hay veces que me siento muy apenada por la forma en la que nos comportamos en clase porque a veces hacemos mucho ruido, platicamos mucho que a veces ni ponemos atención a lo que está diciendo pero a pesar de todo no nos guarda rencor ni se enoja (la amo miss). Si como maestra es súper chida me imagino que como amiga sería una súper mejor amiga, una persona muy agradable, comprensiva y que no juzga a las personas y gente como mi maestra hay muy poca. Uno no se encuentra con una persona así todos los días y eso es de notarse.
A demás me he dado cuenta que coincidimos en muchas cosas como el amor a los perros, una de las cosas que recuerdo que dijo era que preferiría tener perros antes que hijos y yo ya había pensado en algo así, sé qué estoy muy joven para pensar en eso pero he crecido con gente que se l pasa hablando de tener hijos, de lo muy bonito que es y que no se qué pero en lo personal si yo me pongo a pensar en eso entro en un pánico horrible que me hace llorar de solo imaginarme a mí como mamá, cuidando una cría cuando bien podría estar viajando, disfrutando la vida y sus placeres. Debo confesar que sí he llegado a pensar en lo bonito que es y que sería tener a tu bebé, criarlo y cuidarlo tu manera pero me da miedo que llegue ese día. Estoy consciente de lo feliz que haría a mi madre con un nieto pero también sé que no creo estar preparada para es en mucho, mucho, mucho tiempo. A veces he llegado a pensar que seré esa tía solterona ricachona que complace mucho a sus sobrinos como si fueran sus hijos.
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Mi hermana me empezó a contar algo y ps yo siempre la escucho y le pongo atención y pues si no? Como debe de ser
Y toco el tema de mi mamá y..
Me hizo sentir mal y ps lloré y me empezó a decir 'ay ni empieces a llorar" y yo como de quepedo y después siguio hablando sobre lo que me estaba diciendo como si nada
Me saqué de onda
Me hizo sentir mal porque ya me había dado cuanta que a ella no le puedo contar nada porque es 0 empática y siempre que le platico algo me juzga y hace menos mis sentimientos, pero yo siempre estoy para escucharla y apoyarla.
No me explique mucho pero y que? Esto es solo para desahogarme sin miedo de sentirme patética no es twitter ni nd
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Carta de suicidio mental
No, no creo que alguna vez vaya a suicidarme, fantaseé mucho con la idea hace un par de años y ni siquiera tuve el valor de tocar una cuerda, apenas pude agarrar la caja de pastillas en mi mano; agradezco ser tan del aire que no llevo casi nada de lo que imagino a lo concreto.
En fin, creo que sólo usaré esta red social para escribir las cosas que no tengo ganas de contarle al mundo, y si eres parte del mundo y me estás leyendo, es porque en verdad confío en ti, let’s keep it a secret, okay?
He sido testigo de la redondez del desarrollo de mi propia persona, o tal vez cómo es que me voy a los extremos en cuanto a personalidad, pero por dentro, creo que las cosas no cambian mucho. La frustración me va a acompañar por mucho tiempo si no le doy algún juguete con el cual entretenerse y así no se encargue de tragar el resto de colores que quedan en mi alma; ahora mismo, supuestamente predomina el azul, ojalá saber siempre, ojalá tener a Wolfie conmigo hasta grande, hasta que se vaya a su comunidad a ser libre, aunque bueno, ella nació libre.
Nacimos libres, sólo que las apariencias y el sistema nos hace temer de esa libertad, pasamos la vida temiendo de nostrxs mismxs, temiendo cometer errores, temiendo ser un fracaso, SER UN FRACASO, ¿es posible que el simple hecho de existir sea fracasar? No lo creo, ¿entonces quién dicta las reglas de este juego?¿quién estipuló que vinimos a competir? El individualismo mata, y a veces el ego es tan potente que no te deja ver, y una vez más, Val, te estabas engañando.
Veo a las personas, como las he visto desde preadolescente, viviendo ocupadas de alguna otra persona que le llame la atención, de lo que se van a poner, de cuánto dinero van a ganar, de cómo se ven; y no las entendía, pero ahora lo entiendo, y es más, no sé qué hacer, porque no sé a quién estoy siguiendo, no quiero seguir a la masa porque ya no quiero perder mi identidad entre medio de ella, no por eso significa que los odie, es más, dentro de la masa he encontrado el confort que ha atenuado la angustia de la soledad que cargo desde 2015 quizás, o tal vez surgió el 2016, pero a un precio caro, porque si bien mi decadencia emocional se apaciguó y tuve un período con relativa paz, inevitablemente las cosas fuera de tu control te enfermarían de nuevo, y esta vez no quisiste ser “la mala del cuento”, pero te hizo daño querer ser la “buena” de una situación que no te correspondió nunca.
Y ahí radica el problema, no existe tal cosa como lo bueno y lo malo, sólo son cosas, y yo sólo existo y me gustaría existir por existir sin tener que ganar dinero ni reconocimiento ni amor del resto para validar mi existencia, porque el amor es gratis, universal y está en cada ser viviente del Universo, el amor no me va a faltar y si recibo amor, quiero que sea de verdad, no quiero que sea amor de mentira hacia una persona de mentira, quiero amor desde dentro hacia un ser que se muestra sin filtros frente al mundo. Difícil cruzada, ya que he ocultado partes de mí que ni yo quiero reconocer, que sé que hay un pequeño padre en mi cabeza (aunque yo le escuche con una voz más femenina y cínica) con su actitud paternalista de que no puedo jugar con los demás niños porque me puedo ensuciar, porque me puedo rebajar, porque tengo un cargo más importante, y, como diría Spider-Man, un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Pero yo no quiero ser responsable, yo quiero jugar, y quiero jugar con las personas de ese parque, aunque sienta en la espalda la mirada de mi padre indignado (o madre indignada), porque no quise ser como lo que venía de la familia, pero tampoco puedo trascender sólo por estar evitando los sufrimientos y crudezas inherentes a la vida.
Hoy, me encuentro en una ciudad maravillosa, en una casa con una habitación como la que siempre quise, es decir, tengo mi escritorio al lado de mi puesto creativo donde reposa el teclado (piano) y mis dibujos, mis guitarras, afuera hay una vista hermosa y los árboles abundan como el sonido de las aves Tengo una banda como la que soñé (literalmente) desde que era chicx, y con amistades que ojalá duren años y años y podamos ver nuestra evolución como personas y como músicxs juntxs, tengo libros, tengo películas y series por ver. Tengo alguna boca que me falta besar, me da igual, no moriré sin haber amado a alguien o algo de esa manera, amar hasta hacerme mierda, o mejor aún, amar para expandirme y aprender. Sé que tengo amor, sé que tengo mucho amor, rabia... digámosle pasión, creo que esa palabra le viene justo; tengo mucha pasión que no dejo ver porque creo que no lo merezco, que no merezco ser apasionada, que no merezco ser tan verdadera, que no merezco sentir, que no merezco ser amada, me convencí que no puedo amar cuando la verdad, es sólo un mecanismo de defensa porque sé que cuando lo haga, sería mi perdición. Ahora, ¿alguien me amaría con la intesidad con la que yo le amara?¿por eso evito ese tipo de relaciones?¿miedo a que no sea recíproco? (Wow, no creí que saldría algo sobre romance en este escrito)
Y me duele el cuerpo, por no amar, por temor a amar, me duele el cuerpo por no demostrar esa pasión; esa pasión que tenía para pelear con mis padres; esa pasión que tenía para quejarme del mundo con alguna persona lo suficientemente apasionada o comprensiva para tragarse lo que escupía; esa pasión con la que escuchaba música y lloraba; esa pasión y desesperación que me apoderaron cuando te pedí que no te fueras. Esa rabia que aparece en mis sueños por reprimirla de día, con la que estampo mi cabeza en la pared hasta despertarme. Ese sentimiento de no valer para los ojos que más valen para mí, cuando miles más e iguales de importante me observan y me abrazan; pocos abrazos han sido cobijo para mí. Y el abrazo que más quiero me cuesta pedir.
Algún día voy a llorar y gritar y el eco sonará en las paredes y nadie podrá callarme porque saben que es para mi bien; ahora que nadie me juzga por sentir, soy yo quien lo hace; quién diría que las cadenas dejarían huellas.
¿Y si me rapo? ¿Y si adelgazo de nuevo en extremo? ¿Si comienzo a golpear algún cojín? ¿O si sólo pongo la guitarra a máxima distorsión? De alguna manera expresar la frustración que me causa la vida misma, la injusticia misma, cuando no hay injusticia sólo soy yo intentando dar buena cara cuando sólo he querido apuntar con el dedo, aunque no fuera correcto, decir todo lo irracional e hiriente que pienso sin remordimientos. Porque hablo español y tengo una cabeza en otro idioma, pero el sentir, no puedes decodificar el sentir.
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100 cosas que me gustan de ti
1. tu sonrisa
2. Tus cejas
3. Tú compresión
4. Lo tolerable que eres
5. Como juegas
6. Tú gusto en manga
7. Cuando intentas entenderme
8. Cuando me escuchas
9. Cuando me hablas de tu pasado
10. Cuando te ríes conmigo
11. Tu risa
12. Hablas demasiado
13. Me preguntas demasiado
14. Como te preocupas por mi
15. Cuando me dices te amo
16. Cuando me dices sisas
17. Cuando me enseñas a hablar a lo colombiano
18. Aguantas mi caprichos
19. Me escuchas llorar
20. Me consuelas
21. En verdad te interesas por mi
22. Te importa mis sentimientos aunque no puedas entenderlos
23. Siempre estás pendiente de mi
24. No me juzgas
25. No me presionas
26. Escuchas TODA música que te pongo
27. Miras TODO lo que te digo
28. Me haces caso SIEMPRE
29. Dejas de jugar por mi
30. Haces tiempo para mi
31. Nunca me dices no
32. Aprecias los detalles que te doy
33. No me exiges demasiado
34. Me aceptas tal y como soy
35. Me tratas de una manera hermosa
36. Tu cuerpecito bb
37. Tú ojos
38. Lo cariñoso que eres
39. Como sueñas conmigo
40. Cuando me cuentas tu día
41. Cuando abres tus sentimientos hacia mi
42. Cuando te expresas conmigo
43. Cuando dibujas
44. Cuando no te enojas
45. Cuando te enojas
46. Me haces reír
47. Me haces sentir querida
48. Cuando bromeas con tus hermanas
49. Tú evitando problemas
50. Tu esfuerzo diario
51. Tu dedicación al estudio
52. Tu preocupación por tu familia
53. Tu fortaleza
54. Tu esperanza
55. El respeto a tus propios ideales
56. Que te debilites conmigo
57. Tu resilencia
58. El apoyo constante que me das
59. Tu empatía
60. Tu nobleza
61. Tierno que eres
62. Tu sinceridad
63. El esfuerzo qué haces por mi
64. Lo positivos que puedes llegar a ser
65. Lo feliz que eres
66. Lo feliz que me haces
67. Lo mimado que eres
68. Tu borracho
69. Tu pene
70. Tu excitado
71. Preguntes por mi familia
72. Me preguntes mi estado siempre
73. Me ves como un universo
74. Te esfuerzas en conocerme realmente
75. Tampoco me presionas en conocerme realmente
76. Sabes manejar una discusión
77. Sabes cómo calmarme siempre
78. Lloras conmigo
79. No me ves como una idiota
80. Me das mi lugar
81. Dejar de hablar con tus amigos por mi
82. Me ves como alguien importante
83. Me ves como alguien suficiente
84. Sacas lo mejor de mi
85. Quieres alejarme de todo malos pensamientos
86. Siempre pendiente de lo que hago
87. No te gusta molestarme ocupada
88. No te enojas si si paso ocupada
89. Me ves como la madre de tus hijos
90. Imaginas miles de cosas conmigo
91. Cuando dices “ajá”
92. Te preocupas si me enfermo
93. No te enojas por cosas simple
94. Te fijas en detalles
95. Eres capaz de pedir disculpas sinceramente
96. Eres la persona más amable que he conocido
97. Tu voz
98. Por la manera en que me miras nunca nadie lo ha hecho
99. Tú corazón que ya está junto a mi.
100. Por el simple hecho de ser tú Cristian.
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Micaela está muerta. La asesinaron. La asesinó un tipo que ya había secuestrado y violado a tres pibas, un machito que se cree con derecho a decidir sobre el cuerpo y la vida de las mujeres, un machito que gracias a una justicia que protege a los agresores y no a las víctimas estaba libre. Cuatro años estuvo preso. Cuatro años por sacarle las ganas de vivir y cagarles la vida a tres mujeres. Asesinaron a una compañera de lucha y la gente todavía tiene el descaro de salir a decir que para qué seguimos yendo a bailar si sabemos que esas cosas pueden pasar. Asesinan y desaparecen chicas todos los días y yo no puedo hacer más que llorar de impotencia y seguir luchando contra todo para que estas cosas dejen de pasar. Hoy lloro por Micaela, por Lucia, por Ángeles, por todas y cada una de las víctimas a las que el patriarcado les arrebató la vida y los sueños de un tirón. Lloro porque podría ser yo, porque podrían ser mis amigas, porque sigue habiendo gente cuestionando el largo del short o el horario, porque sigue habiendo gente que la juzga cuando ya no puede defenderse. No quiero tener miedo de salir de mi casa, ni quiero replantearme lo que me pongo para no provocar a nadie. No quiero tener miedo de vivir sola, ni miedo de responder cuando me gritan algo en la calle, y sin embargo lo tengo. Estos textos se vuelven repetitivos y yo soy la primera que quisiera poder dejar de escribirlos, pero mientras la situación no cambie lo menos que puedo hacer es dejar salir todo el dolor en palabras. Hoy estoy triste.
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Abro mi ventana y miro hacia fuera
Analizando cada hoja, cada nube, cada pequeño insecto Y no dejo de admirar la gran obra del más grande creador.
Miro las personas, sonreír, llorar, enojarse y pensar cuán complejas y hermosas son las emociones que nos permites tener.
Me miro a mi misma y pienso, en cómo me diseñaste cada pequeña parte de mi
Cada cabello, cada célula, cada nervio
Me hiciste de una manera única, a cada persona, cada animal, cada planta
De una manera única y maravillosa.
Me pongo a pensar en qué casi nunca tenemos la oportunidad de admirar el cielo
Es una de tus obras más hermosas.
Me pongo a pensar, que estamos haciendo?
Si tan solo nos detuviéramos a admirar tu gloria nuestra manera de pensar cambiaría
Pero nuestro corazón aveces es muy necio y quedamos ciegos.
Pensé que escribía una canción... pero creo que te escribo una carta
Amo tanto cuando en las noches hablo contigo, te cuento sobre mi día, cuando me enoje, cuando estaba feliz
Siento tanta libertad al hablar contigo
Siento que cuando te hablo no me juzgas pero si me corriges y me guías, siento como me escuchas, son mis mejores conversaciones.
Aveces cuando pasan los días y no me detengo a hablarte siento que algo dentro de mi se entristece, cómo un pequeño Niño cuando tiene días sin ver su madre.
Al final, lose
Termine escribiendo una carta.. y es que es tan difícil simplemente escribir unos párrafos sin pensar en qué hablo contigo y que tengo tantas cosas que decirte
Sabes.. las personas quizás piensen que te amo por miedo a ir al infierno.
La verdad es que cuando pienso en ti, solo me pasa por la mente lo bueno que eres conmigo
Te amo porque eres quien me cuida, me guía y me entiende
Te amo porque cuando nadie estuvo ahí tú si estabas
Te amo porque mi corazón te anhela de una manera que no comprendo.
Cuando pienso en ti mi corazón se alegra y siento una paz que es hermosa y no existen palabras o ilustraciones para describirla
No me importa lo que las personas piensen de ti! No importa! porque tú eres más grande que todos los pensamientos y mi paz viene de tu amor y tu gracia hacia mi.
Te amo porque para ser Dios todo poderoso único y majestuoso te fijaste en mi y me amaste como un verdadero padre.
Gracias Papá 🤍
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disappearingness
No quiero estar aquí. Y no me refiero a este espacio real concreto con coordenadas específicas, me refiero a la vida real. No quiero estar aquí, quiero desaparecer. Todo lo que me rodea parece lógico, toda la gente parece cuerda, parece que todo el mundo lo tiene claro (o por lo menos saben aparentarlo muy bien). Mi cuerpo me delata, estoy pidiendo perdón todo el tiempo por existir, por respirar, por estorbar en el espacio. No quiero pedir perdón por existir, simplemente no quiero existir y no sé cómo hacer que esa idea se me vaya de la cabeza. Me he lastimado para pedir perdón, me he sacado sangre para que todos me perdonen por hacer lo que hago, existir. Y no ha servido de nada. No sirvo para nada porque no sé para qué puedo servir. Me siento tan tonto, tan inútil, tan vacío, tan aburrido, tan cansado, tan basura. Todo esto que digo es basura, basura total, debería tirarme por la ventana ahora mismo y dejar de pensar y escribir mierdas.
Mis manos y mi cerebro no responden como quisiera que lo hagan, me duele mucho la cabeza, me gustaría llorar, pero en esta puta casa no puedo ni siquiera hacer eso. Ya no tengo un lugar para mí. Nada me pertenece, ni siquiera mi propio cuerpo. Soy esclavo de la historia, de la historia del mundo y de la historia de mis putos padres.
¿Por qué tengo que pretender que estoy bien? ¿Para no perturbar el bienestar de los que me rodean? Quiero dejar de actuar como una persona a la que no le pasa nada, quiero llorar en el metro cuando me conmueve algo, quiero abrazar a la gente que quiero cuando tengo ganas de hacerlo, quiero dejar de contenerme el decir las cosas porque no son políticamente correctas, no quiero que me importe que se enojen, no quiero ocultar nada, quiero ser lo que creo que soy pero que tengo miedo de sacarlo porque puede que me asuste a mí mismo. Pero no puedo, estoy condicionado por la realidad de mi cuerpo, porque no tengo lo que quisiera tener en mí, esa libertad que veo en la gente que me rodea. Vivo constantemente despersonalizado, viendo, como en una película, todo lo que hago, lo mal que lo hago, lo mal que respiro, lo mal que veo, lo mal que simplemente “soy”.
He llegado, nuevamente, al punto en que mi cuerpo me pide explotar. Pero como me estoy juzgando constantemente, no lo hago, o sí, lo hago, hacia adentro, contra mí mismo, con los dolores de cabeza, con las falsas enfermedades, con la paranoia de que algo anda mal en mi cuerpo. Cuando no puedo más me corto, me lastimo contra lo que sea. Tengo cinco años y mis piernas y pies están llenos de heridas y mis brazos son un rascador de gatos.
Las voces van apareciendo nuevamente y por ahora son ruido con el que puedo sobrevivir, ruido de fondo que me acompaña todo el tiempo, que no me deja dormir y que eventualmente disminuye su volumen cuando me drogo, cuando no soy yo, cuando yo estoy en otros, cuando me pongo en otros. Las voces no tardarán en tener sentido, no sé qué dirán esta vez, probablemente lo mismo de siempre, mi yo maximizado, mi yo multiplicado por el infinito. Estoy perdiendo la poca confianza que tenía sobre lo que sé, sobre lo que siento, sobre lo que he vivido.
No quiero volver a leer nada de lo que he puesto, no tendrá sentido (volver a leerlo y todo lo que he puesto). Esto no es un llamado de atención, es una repetición. Es el ciclo, es rebobinar el cassette y volver a escucharlo. Eso soy, una repetición constante de un patrón de comportamientos que han sido sistematizados en un manual de psiquiatría. Y aún así siento que no soy sólo eso, que soy más que eso, y por eso digo esto, porque sé que no soy un trastorno (bueno, soy un 99% trastorno). A veces me olvido que ese 1% es mucho más importante que cualquier otra cosa, pero es tan pequeño, que es como si no existiese.
Hubiese querido escribir otra cosa, pero hoy era el día de esto. No todo está mal: los dos minutos que he tenido hoy a la tarde, en la comida, han sido lo mejor del día, los dos minutos han hecho que el día valga la pena, que, por un momento, la vida valga la pena. Sin embargo, como el 1%, esos momentos son tan pequeños que a veces todo lo demás lo fagocita y pierden importancia. Ojalá fuesen reales los dos minutos, ojalá fuese la vida real así siempre. Pero dentro de los dos minutos hay una eternidad y, dentro de esa eternidad, estoy yo, el yo del 99% que se juzga constantemente sobre todo. Esperaré por los próximos dos minutos que hacen que todo lo que pueda escribir sobre lo que sea, sea basura absoluta y que hacen que todo tenga sentido momentáneamente por una eternidad.
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