#shiyuki
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naarinn · 4 months ago
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Gossip is a no no
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shiyukitraducciones · 28 days ago
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Capítulo 04
¡Lu Feng, espero que mueras de forma miserable!
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Traductora. Shiyuki
Correctora. plutommo
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La sangre de Vance se derramó frente a los ojos de An Zhe, formando un charco de color carmesí. Cuando las personas en la fila escucharon el sonido, se dieron la vuelta una tras otra para mirar, pero después de vislumbrar la escena, se volvieron a girar con indiferencia, como si no hubiera sucedido nada.
Pero Vance estaba muerto. Un humano había sido asesinado en las puertas de la base humana, y nadie puso ninguna objeción. 
Por lo tanto, An Zhe de repente se dio cuenta de que esa persona era El Juez, la persona que Vance le había mencionado un día antes. 
Era el jefe del Tribunal de Primera Instancia, el que determinaba si cada persona que entraba a la ciudad era humana o heterogénea. Podía decidir el destino de cualquiera sin importar quién fuera, sin necesidad de justificación.
Ahora, era su turno de ser juzgado. 
Al principio, el corazón de An Zhe latía desbocado. En el instante en que el cañón de la pistola le apuntó, se dio cuenta de que realmente iba a morir. 
Sin embargo, mientras miraba los verdes y gélidos ojos de El Juez, poco a poco se fue calmando de nuevo. 
Venir a la Base Norte era su inevitable decisión; por lo que ser juzgado era su destino, no importaba el resultado final.
Contó en silencio los segundos en su mente. 
Uno, dos, tres.
Pasó un largo rato sin que sonara disparo alguno. El Juez, apuntándole con el arma, se acercó con lentitud. 
La gente de la fila, que parecía haber acordado tácitamente acelerar, se apretujó espontáneamente hacia adelante. Un momento después, esa pequeña área estaba desierta y nada más quedaba An Zhe. 
Once, doce, trece. 
Después de que contara hasta el segundo catorce, El Juez se detuvo frente a él, y con el dedo anular apoyado en la culata del arma, bajó el cañón y la guardó.
—Ven conmigo —le escuchó decir.
Su voz era fría y neutral, al igual que sus ojos. 
An Zhe se quedó en su lugar, esperando a que él se fuera, pero no se movió ni siquiera tras tres segundos. 
Levantó la cabeza con incertidumbre y escuchó de nuevo la voz de El Juez, ahora incluso más fría:
—Extiende tu mano.
An Zhe, obediente, extendió la mano. 
Clic. 
Un escalofrío helado le hizo temblar. 
El grillete de unas esposas de plata estaba atado alrededor de su muñeca, mientras que el otro extremo estaba en la mano del oficial. 
Y así fue como se lo llevaron. 
Lo extraño fue que, cuando le dispararon a Vance, la gente de la fila no reaccionó en absoluto. Sin embargo, ahora que El Juez se lo estaba llevando, se juntaron y murmuraron entre ellos. 
An Zhe solo tuvo tiempo de mirar hacia atrás y ver el cuerpo de Vance tendido en el suelo antes de que lo arrastraran a través de la puerta de la ciudad. 
Una vez dentro, descubrió que el espacio interior no era un corredor estrecho, sino más bien una gran área dividida en varios espacios. Luces blancas brillaban por todas partes, y el rebote de su resplandor en las paredes de acero recordaba al brillo de la nieve invernal reflejada sobre una pizarra gris claro. 
No había menos soldados armados ni armas en comparación al exterior. Dentro del estrecho cerco que quedaba entre las armas y los soldados había una larga mesa blanca como la nieve. Tres oficiales con uniformes negros como el del Juez –An Zhe supuso que eran los jueces– estaban sentados, y un humano se hallaba frente a ellos. Uno de los jueces le estaba preguntando:
—¿Cómo es la relación entre usted y su esposa? Cuando abandonó la ciudad esta vez, ¿no estaba ella con usted?
Basándose en los recuerdos de An Ze, An Zhe aprendió que además de los cambios en la apariencia, el comportamiento y los hábitos, la inteligencia y los recuerdos de los humanos infectados también se verían afectados, por lo que el interrogatorio también era un método para identificar heterogéneos.
La persona que lo llevó adentro miró en esa dirección y dijo:
—Apúrate. 
Después de que el Juez en el medio respondiera con un «sí, señor», miró a la persona que estaba siendo juzgada y le dijo:
—Puede irse ahora.
Como si hubiera sobrevivido a una calamidad, el hombre sonrió, luego se levantó y caminó deprisa por el corredor de la puerta de la ciudad. Así, An Zhe supo que este hombre que lo trajo aquí no era otro que El Juez, y su «apúrate» no era para apresurar a los jueces para que aceleraran su interrogatorio, sino más bien para confirmar que ya había determinado en el lapso de un momento que la persona que estaba siendo juzgada era humana. 
La siguiente persona para ser juzgada caminó desde la fila hacia la larga mesa. La distancia entre ambas era muy larga, con varias máquinas con forma de puerta entre ellas y una sección que incluía curvas, así como pendientes de subida y bajada. An Zhe se dio cuenta de que esto era para mostrar las características de movimiento de la persona juzgada a los jueces en la mayor medida posible.
Pero no tuvo tiempo para ver más, porque al segundo siguiente lo llevaron por una esquina hacia un largo pasillo. 
Esa persona sacó un dispositivo de comunicación negro y dijo: 
—Tribunal de Primera Instancia, Lu Feng. Solicito examen genético. 
An Zhe supuso que aquellas dos palabras eran su nombre.
La puerta mecánica se abrió frente a ellos y Lu Feng entró directamente. La fuerza de su tirón hizo que An Zhe tropezara antes de continuar. 
La habitación era de un blanco plateado. Misteriosos dispositivos mecánicos estaban dispuestos desde el suelo hasta el techo, mientras seis soldados de guardia se encontraban dispersos por la habitación. Detrás del banco de trabajo, en uno de los extremos, estaba sentado un joven humano de cabello corto y rubio, ojos azules y vestido con una bata de laboratorio blanca.
—Qué milagro ver al coronel Lu Feng por aquí. —Se subió las gafas que llevaba puestas, y su tono de voz se elevó al final pareciendo intentar provocarle—. ¿No resuelves siempre todos tus problemas con balas?
—Por favor, coopere, doctor —respondió Lu Feng con frialdad.
El doctor miró a Lu Feng, con la sombra de una sonrisa en su rostro. Luego se levantó y le dijo a An Zhe: 
—Ven conmigo. 
Después de seguirle, An Zhe fue obligado a recostarse en una plataforma de color blanco plateado. Unos brazaletes alrededor de sus manos y pies fijaron sus extremidades.
—No te muevas —le indicó el doctor.
Inmediatamente después, An Zhe sintió un dolor en el brazo. Giró la cabeza en esa dirección y vio al doctor extrayendo lentamente un tubo de sangre roja  de su cuerpo. 
—El color de tu sangre es muy saludable —dijo el doctor.
—Gracias por el cumplido —respondió An Zhe. 
El doctor se rio con su respuesta. 
—La sangre se enviará para hacer un examen genético, que llevará una hora. El escaneo de cuerpo completo tardará cuarenta minutos. No te muevas. 
Terminó de hablar y la plataforma plateada comenzó a brillar con una luz azul. El entorno emitía un zumbido bajo y sin dirección, como si la fuente del sonido fuera cada partícula del aire. El ruido omnipresente hizo que An Zhe recordara aquellas noches lejanas en el Abismo. El lejano océano emitía el sonido apagado de las olas rompiendo, y en aquella profunda oscuridad, los aullidos de criaturas desconocidas provenían de esa dirección. Fluctuaciones que el lenguaje humano no podría describir arrasaban la totalidad de la tierra empapada por la lluvia.
La corriente eléctrica era como si innumerables hormigas se arrastraran y mordieran su cuerpo. Para un hongo, cuarenta minutos no era mucho tiempo, pero An Zhe pensó que estos podrían ser los últimos cuarenta minutos de su vida. Apreciándolos, estudió las líneas mecánicas del techo. 
No estaba seguro de cuánto tiempo había transcurrido cuando escuchó a Lu Feng decir desde fuera: 
—Seraing me dijo que tus métodos de evaluación médica han mejorado
—Estás muy bien informado —respondió el médico—. Hemos descubierto que, cuando el cuerpo humano sufre una mutación, se activan algunos fragmentos especiales de su ADN, a los que hemos llamado «objetivos biológicos». Los objetivos biológicos de las mutaciones de tipo animal y de tipo vegetal son las dos principales categorías. Esta nueva detección mejorada de genes ahora hace ambos procesos simultáneamente: una es la detección de objetivos de tipo animal, mientras que el otro es la de tipo vegetal. El tiempo total  para ambos es de una hora.
—Felicitaciones —dijo Lu Feng. 
El médico soltó una carcajada. 
—Coronel, si se acorta considerablemente el tiempo necesario para los exámenes genéticos y se reduce el coste, ¿no se quedará sin trabajo el Tribunal de Primera Instancia?
—Lo espero con ansias.
—Eres aburrido.
Su conversación cesó. 
Mientras tanto, An Zhe alzó la vista hacia el techo blanco plateado y comenzó a reflexionar sobre cuál era su propia especie.
Él era un hongo. 
El médico había dicho que las mutaciones se dividían en mutaciones de tipo animal y de tipo vegetal. 
Pensó que, en primer lugar, los hongos no eran un tipo de animal. En segundo lugar, los hongos tampoco parecían plantas. Él no tenía hojas. 
An Zhe estaba confundido. Se esforzó por categorizarse como una planta, pero no encontró pruebas suficientes para lograrlo. 
Pasó mucho tiempo pensando en esta pregunta. Antes de llegar a una conclusión, la luz azul desapareció de su lado como una marea menguante.
—Está bien. —La voz del médico resonó, y los grilletes mecánicos se liberaron de manera automática.
Luego escuchó al médico continuar hablando:
—Coronel, ¿puedo preguntar por qué lo trajo aquí para un examen genético?
—No. 
El doctor se quedó, claramente, sin palabras.
Ayudó a An Zhe a levantarse y lo hizo sentarse en una silla giratoria en un lateral, luego le dio unas palmaditas en la cabeza. 
—Buen chico. Descansa aquí un poco mientras voy a ver los resultados del análisis de sangre. 
An Zhe se quedó sentado allí. 
Ese coronel, El Juez, estaba sentado al otro lado, mirándolo fijamente con sus gélidos ojos verdes. Su rostro era joven con contornos definidos, y en el ala de su gorra militar, unos mechones de cabello negro caían sobre su frente, descansando sobre las puntas de sus cejas inclinadas. Su expresión, bañada por una capa delgada de luz fría que llenaba la sala, cortaba los ojos de An Zhe como un cuchillo. 
La mirada de ese par de ojos hizo que An Zhe sintiera mucho frío. Los hongos tenían miedo al frío. Por lo tanto, giró la silla, dándole la espalda al coronel.
Sintió aún más frío. 
Mucho tiempo después, finalmente se escucharon los pasos del doctor, descongelando aquella habitación. 
—No hay anormalidades en el informe genético. Podéis iros.
Después de unos segundos de silencio, Lu Feng preguntó: 
—¿Estás cien por ciento seguro de que es humano?
—Aunque pueda decepcionarte de otra manera —respondió el doctor—, de verdad no hemos encontrado ningún objetivo biológico. Otros infectados y heterogéneos tienen al menos diez o más.
Después de eso, agregó:
—Mira, este pequeño amigo nuestro ni siquiera quiere mirarte.
Entonces An Zhe escuchó al coronel decir:
—Date la vuelta.
An Zhe se dio la vuelta en silencio. 
Ante la mirada de Lu Feng, se mostró un poco evasivo porque realmente no era humano. 
Pero incluso esa pequeña evasión suya de alguna manera irritó al Coronel; su voz era como agua helada cuando habló de nuevo:
—¿De qué tienes miedo?
An Zhe no dijo ni una palabra. Sabía que, frente a ese hombre, cuanto más hablara, más errores cometería y tal vez terminaría delatandose. 
Al final, Lu Feng arqueó las cejas. 
—¿Aún no te vas?
An Zhe saltó obedientemente de la silla y se fue con él de nuevo, pero esta vez era libre, no estaba esposado. 
En el pasillo desierto, llegaron a la mitad del camino cuando Lu Feng de repente habló:
—A primera vista, instintivamente sentí que no eras humano. 
An Zhe casi tuvo un ataque al corazón. 
Pasaron tres segundos completos antes de que preguntara: 
—Entonces... ¿Y con el segundo vistazo? 
—Esta es la primera vez que solicito un examen genético. —El coronel le tendió el informe del examen genético—. Será mejor que seas uno. 
An Zhe solo pudo aceptar en silencio el informe que decía que todo en él era normal. Por un breve momento, solo se escucharon los sonidos monótonos de sus pasos en aquel pasillo. 
Cerca de la salida, había una esquina donde se encontraron con un grupo de personas. A la cabeza del grupo, iba un Juez con un uniforme negro, y detrás del juez había dos soldados fuertemente armados que sujetaban a un hombre mientras caminaban. Junto a ellos, también había una mujer alta con cabello corto y una expresión de angustia. 
Al ver a Lu Feng, el juez lo saludó:
—Coronel.
Lu Feng miró al hombre atado, quien le devolvió la mirada. La garganta del hombre se contrajo un par de veces antes de exclamar: 
—¡No me he infectado!
El Juez se puso en firmes y le dijo a Lu Feng:
—Se sospecha fuertemente de una infección, pero no hay evidencia concluyente. Los familiares están exigiendo un examen genético. 
Lu Feng emitió un suave sonido de asentimiento, y los soldados continuaron avanzando con el hombre bajo su custodia. Justo cuando pasaron al lado de Lu Feng... 
¡Bang! 
Lu Feng guardó su arma y se alejó sin mirar atrás. 
—No es necesario. 
El cuerpo del hombre se inclinó hacia adelante al instante, sostenido en pie únicamente por los soldados. La mujer que los seguía soltó un grito y se desplomó en el suelo.
An Zhe se giró para mirar la expresión de Lu Feng. Su mirada era muy fría. El hongo nunca había visto una mirada así antes. Sabía que An Ze siempre era gentil, Vance era tolerante y generoso, Hosen estaba lleno de codicia y Anthony estaba completamente en guardia. Pero Lu Feng era diferente. No había nada en sus ojos. 
Pensó que, para el Juez, matar a otros podría ser más normal que respirar. No experimentaría ninguna emoción porque ya se había acostumbrado a ello hace mucho tiempo. 
Pronto llegaron a la salida.
Cerca de allí, dos soldados con atuendos sencillos lo esperaban con un cuerpo cubierto por una tela blanca. 
An Zhe sabía que era Vance. 
Su vista se volvió borrosa. Dio un paso hacia adelante, deseando levantar la tela blanca y mirar el rostro de Vance una vez más, pero uno de los soldados lo detuvo.
El soldado le tendió una ficha azul y dijo con voz firme:
—Se ha confirmado que el equipo mercenario AR1147 no tiene sobrevivientes, y el equipo y los materiales han sido recuperados por la base. El botín ha sido convertido en moneda y combinado con el pago de consolación para ser entregado a los familiares. Por favor, reclame los restos.
—¿A dónde se lo llevan? —preguntó An Zhe. 
—Al incinerador —respondió el soldado.
Su cuerpo tembló de forma sutil, y durante un largo rato, no aceptó la tarjeta de identificación. 
La voz de Lu Feng resonó.
—¿No la quieres?
An Zhe no dijo nada. Después de un tiempo, levantó la cabeza para mirar a Lu Feng. 
— De verdad... no estaba herido. 
Dentro de ese par de ojos verdes helados, vio su propio reflejo: unos ojos ligeramente abiertos y una tristeza silenciosa. 
Lu Feng seguía inexpresivo, como si nada de eso tuviera algo que ver con él. Sin embargo, justo cuando An Zhe pensó que se daría la vuelta y se marcharía, dio un paso adelante. 
La culata de la pistola levantó el borde de la tela blanca y la parte que quedó al descubierto fue la mano derecha de Vance. 
An Zhe se arrodilló y vio que en la punta de su dedo anular había un pequeño punto rojo. Parecía ser una punción totalmente trivial, pero en los bordes de ese punto rojo, una gota de líquido gris oscuro y ominoso comenzaba a salir despacio.
Se quedó atónito. En un instante, esas imágenes vinieron a su mente. 
Había sangre humana en la armadura de hormiga. Ese mismo día, Vance le había dicho que algunas personas ocultaban el hecho de haber sido heridas porque, en lugares con bajo nivel de contaminación, aún existía la posibilidad de que no se infectaran después de una herida, y esa persona quería irse a casa.
Por lo tanto, eso significaba que la persona que se pinchó con el caparazón de la armadura de hormiga no fue Anthony, sino Vance.
An Zhe tenía dificultad para respirar. Con los dedos temblorosos, aceptó la tarjeta de identificación de Vance y la puso en su bolsa. Luego se giró para mirar a Lu Feng, pero el espacio a su lado estaba vacío.
Se levantó y miró hacia afuera, donde vio una figura negra y afilada bajo el cielo gris, alejándose poco a poco por la puerta de la ciudad.
Un momento después, hubo una conmoción detrás de él, y se giró para ver a la mujer, cuyo compañero acababa de ser asesinado, tropezando hacia adelante antes de que los soldados la sujetaran. 
—¡Lu Feng! ¡Juez...! —Ella luchó desesperadamente, arrojándose hacia adelante y agitando los brazos en el aire mientras gritaba—: ¡Espero que mueras de forma miserable!
La voz ronca y estridente brotó de su pecho y resonó en el edificio, pero ni siquiera recibió una mirada hacia atrás de El Juez. 
Los alrededores se calmaron poco a poco y los dos cadáveres fueron retirados uno detrás del otro. En ese espacioso pasillo, solo se escuchaban los sollozos rotos de la mujer.
⬦───────⬦
Pasó mucho tiempo antes de que la mujer junto a la pared dejara de llorar. Con los ojos enrojecidos y el cabello despeinado, se apoyó contra la pared y miró al distante cielo, sin decir una palabra. Era como una gota de agua en una hoja; un solo toque bastaría para romperla.
—¿No te vas a ir? —le preguntó An Zhe con cuidado.
Ella sacudió la cabeza, y su voz sonaba ronca cuando dijo: 
—El que murió, ¿qué relación tenía contigo?
An Zhe pasó mucho tiempo buscando en sus recuerdos la palabra apropiada.
—Mi... amigo. Él me salvó. 
—Mi hombre también me salvó antes. —Después de decir eso, su cabeza se inclinó hacia abajo y sus hombros y espalda temblaron mientras, de forma esporádica, dejaba escapar uno o dos sonidos de llanto. No volvió a hablar. 
An Zhe sostuvo la tarjeta de identificación de Vance con fuerza. De su corazón –ese lugar que pertenece al corazón humano– surgió una sensación sofocante. 
Cuando había sido sólo y puramente un hongo, nunca había experimentado ese tipo de sentimiento. 
Fue sólo después de que la sensación finalmente se disipara un poco que encontró fuerzas para seguir la dirección del lejano flujo de personas. Caminó hacia la salida del pasillo. 
Al final del pasaje de la puerta de la ciudad había una fila de puertas mecánicas, y An Zhe seleccionó la que estaba más a la izquierda. Cuando se acercó, una suave voz robótica femenina habló: 
—Por favor, muestre su tarjeta de identificación y mire a la cámara. 
An Zhe colocó la tarjeta que había pertenecido a An Ze en el área de la plataforma de la derecha de la puerta que brillaba con luz blanca, luego levantó la cabeza para mirar a la cámara que tenía enfrente. 
—ID 3261170514. Nombre: An Ze. Hogar: Ciudad Exterior, Distrito 6. Tiempo fuera de la ciudad: veintisiete días.
La cámara hizo un ligero ruido y la luz blanca se volvió verde.
—Reconocimiento facial aprobado. Bienvenido a casa. 
Con un ding, la puerta se levantó y An Zhe salió.
La cegadora luz del sol matutino le hizo entrecerrar los ojos, y solo se recuperó tras treinta segundos. Después de que el mundo borroso se volviera claro otra vez, una enorme ciudad gris apareció ante sus ojos. 
A su alrededor había una gran área abierta, y las palabras «Zona neutral» estaban escritas en el suelo con pintura verde brillante. Más adelante, creaciones humanas surgían del suelo. Había altos edificios de hormigón por todas partes, incluso más enormes que las plantas más altas que An Zhe había visto, y parecía que podrían caer en cualquier momento. Se erguían, apiñados en disposiciones superpuestas, y bloqueaban su línea de visión. Miró hacia arriba. La mitad del sol estaba oculto detrás del edificio más alto, mientras que la otra mitad estaba expuesta; parecía una gota de sangre diluida a punto de escurrir por la pared. 
An Zhe se dio la vuelta. Las personas que habían salido de la puerta de la ciudad junto a él habían sido separadas por las puertas mecánicas, pero después de pasar por ellas se agruparon y se dirigieron en la misma dirección. An Zhe avanzó con ellos y, después de unos cientos de pasos, giró en una esquina. En un letrero estaban las palabras «Carril de tránsito» y un tren estaba detenido. En la zona de delante, se leía: Entrada - Distrito 1 - Depósito de suministros 3 - Distrito 5 - Distrito 8 - Oficina de Asuntos de la Ciudad - Salida.
Siguió la corriente de gente hasta el tren y luego encontró un rincón vacío en el vagón para sentarse. En los asientos frente a él había dos hombres fornidos que conversaban en voz baja. 
—¿De regreso de la Cuenca 3? Vaya que jugaron con sus vidas allá afuera.
—Perdimos a seis.
—No está mal. ¿Cubristeis los costes?
—Los militares todavía están realizando su evaluación. Creo que nunca más tendré que salir y arriesgar mi vida en el desierto.
—Guau. 
—Entramos en una escuela en La Ciudad Fantasma 441. Estaba llena de plantas mutadas, así que nadie se atrevía a entrar. —El hombre se rio—. Entramos y sacamos tres discos duros de la sala de referencia de la biblioteca. Son tesoros invaluables. Tendremos que ver qué tan valiosas son las cosas que había dentro. 
An Zhe escuchó en silencio. Aunque no entendía del todo, sabía que el hombre frente a él estaba muy feliz, por lo que también se sintió un poco más feliz. 
Sabía que a la gente feliz no le importaba ayudar a los demás, así que lo llamó: 
—Señor
Sin siquiera darse la vuelta, ese hombre respondió: 
—¿Qué pasa?
—¿Cómo llego al Distrito 6?
—En el Depósito de suministros, haz transbordo a la Línea 2.
—Gracias. 
Cinco minutos después, el tren comenzó a moverse, y una voz robótica anunció el nombre de cada estación. An Zhe no estaba familiarizado con nada. Después de varios contratiempos y solicitudes de direcciones, finalmente subió al tren de la Línea 2 en el Depósito de suministros y luego se bajó en la parada para llegar al Distrito 6. 
El número de identificación de An Ze era 3261170514. Esta cadena de números no solo era la prueba de su identidad humana, sino que también representaba su dirección, que era el Distrito 6 de la Ciudad Exterior, Edificio 117, número de placa de la puerta 0514. 
Pero no mucho después de bajarse del tren, mientras intentaba encontrar a alguien a quien preguntarle por indicaciones, un joven lo agarró de repente.
—Hola, amigo. Bienvenido. ¿Te importaría ayudarnos?
Antes de que An Zhe pudiera decir nada, le metieron una pieza de papel blanco entre las manos. En letras grandes y de color rojo sangre se leía: «OPONEOS A LA TIRANÍA DE LOS JUECES».
No entendía la razón, pero tampoco lo cuestionó. Se limitó a preguntar:
—Disculpa, ¿sabes cómo llegar al edificio 117? 
—No te importará venir con nosotros, ¿verdad? —respondió el chico.
—... No me importa. 
—Entonces ahora somos camaradas. —El chico levantó el papel blanco con sus propias manos, que decía en letras grandes y rojas: «ABOLIR EL CÓDIGO DE LOS JUECES». 
No eran los únicos dos que llevaban papeles. Pronto, An Zhe se vio arrastrado hacia una multitud. Había alrededor de cuarenta personas, todas muy jóvenes. Cada una sostenía un papel similar o algunos trabajaban en conjunto con un compañero para sostener una pancarta larga. Las frases en los papeles y pancartas eran similares.
«Nos ofrecemos a pagar los gastos de los exámenes genéticos». 
«Los jueces son pecadores contra la humanidad».
«Disuelvan el Tribunal de Primera Instancia y hagan justicia para los que eran inocentes». 
Al mismo tiempo, la multitud avanzaba lentamente, por lo que An Zhe también se movía lentamente. 
Las calles de la ciudad eran muy estrechas. La luz del sol brillaba sobre los edificios y estos proyectaban sombras irregulares sobre el suelo. En la calle, además de ellos, también había bastantes adultos caminando con la cabeza gacha. De vez en cuando levantaban la cabeza y echaban un vistazo en dirección a la multitud, pero luego rápidamente volvían a apartar la mirada.
—¿Qué estamos haciendo? —preguntó An Zhe.
—Una manifestación silenciosa —respondió el chico—. Marcharemos hasta el día en que el Tribunal de Primera Instancia sea disuelto
—... Oh. 
Después de caminar durante alrededor de media hora, volvió a preguntarle al chico que estaba a su lado: 
—¿Dónde está el edificio 117?
—Más adelante, casi llegamos. 
Pasó otra media hora y volvió a preguntarle: 
—¿Dónde está el edificio 117?
—¡Lo siento! —El chico se rascó la cabeza—. Me olvidé de ti. Ya nos lo hemos pasado, está allí atrás. 
Mientras hablaba, se dio la vuelta y señaló un punto. 
—Allí, no está muy lejos. El número del edificio está escrito en el lateral. Puedes verlo fácilmente.
—Gracias —dijo An Zhe. 
—De nada.
An Zhe le entregó el papel al chico.
—Aquí tienes.
—¡No es necesario! —El chico le devolvió el papel—. ¡Recuerda volver la semana que viene! ¡Nos reuniremos en el Edificio 1!
Por lo tanto, An Zhe solo pudo juntar el sangriento papel «OPÓNGASE A LA TIRANÍA DE LOS JUECES» junto con el informe genético que el propio Juez le había entregado. Sosteniéndolos en su brazo, dejó a este grupo de extraños jóvenes humanos y caminó en la dirección que le habían señalado. 
Mientras caminaba, sintió que el entorno se volvía familiar poco a poco a medida que surgían los recuerdos en su mente, los cuales, en un principio, habían pertenecido a An Ze. De forma instintiva dio algunos giros y llegó al edificio etiquetado como «117» sin problema alguno. Era un edificio rectangular, de diez pisos de alto pero muy ancho. Entró en la Unidad 0, y después de subir las empinadas escaleras en silencio hasta el quinto piso, entró en un pasillo oscuro y encontró el Núm. 14. 
Un sello blanco estaba pegado a la puerta. An Zhe lo arrancó con cuidado, revelando un área de sensores debajo. Cuando puso la tarjeta de identificación, la cerradura se abrió y entró.
Era una habitación muy pequeña, incluso más pequeña que la cueva en la que solía vivir, pero mucho más luminosa y espaciosa que el área de descanso del vehículo blindado. Cerca de la pared había un escritorio de madera, con más de diez antiguos libros apilados sobre él, hojas sueltas y cuadernos amontonados al otro lado. El escritorio estaba frente a una cama individual. Había una mesita de noche en la cabecera de la cama sobre la que estaba colocada una taza de agua, un espejo y algunos otros objetos. Un armario un poco más alto que la altura media de un humano estaba al final de la cama. 
La ventana se encontraba al otro lado de la cama. Sus cortinas grises estaban entreabiertas, dejando entrar la luz del sol que iluminaba el edredón del mismo color, y había una fragancia seca que le recordó el aroma de An Ze.
Se acercó a la cama, luego extendió la mano y sacó el espejo de mano. El espejo reflejaba su rostro. 
Se parecía a An Ze, con el cabello negro suave y los ojos del mismo color. Se parecían en muchos aspectos, pero también había algunos detalles que no eran iguales. Además, no tenía la expresión gentil y tranquila de An Ze. 
En aquel entonces, An Ze le había dicho: 
—Es como si hubiera conseguido un hermano menor. ¿Qué tal si te doy un nombre, pequeño hongo?
—¿Hay algo de lo que tengas un recuerdo muy profundo, pequeño hongo?
Solo dos cosas quedaron profundamente grabadas en su limitada memoria: una fue la pérdida de su espora, y la otra fue algo que sucedió cuando era muy pequeño, cuando sólo tenía aproximadamente el largo del dedo meñique de un humano. 
En la temporada de lluvias, cuando los hongos estaban creciendo, una gota de lluvia que cayó en ángulo golpeó su delgado tallo, quebrándolo por la cintura. 
Entonces, como cualquier otra criatura herida, se esforzó por volver a crecer, por vivir. 
Luego de eso, comenzó a recuperar gradualmente una vaga conciencia.. Se había curado. 
Desde entonces, parecía haberse vuelto diferente de su propia especie. Podía controlar sus propias hifas, moverse entre la jungla y los campos abiertos, y percibir los sonidos y movimientos del exterior. Era un hongo libre. 
—Pobrecito. —En ese momento, An Ze le había revuelto el cabello—. ¿Te dolió mucho cuando te partiste por la mitad?
—Lo he olvidado —había respondido él.
—Entonces te llamaré An Zhe, escrito con el carácter chino para «chasquido».
—Está bien.
En este punto de su recuerdo, An Zhe sonrió al espejo. 
Cuando la persona en el espejo sonrió, le pareció ver una sombra de An Ze de nuevo. 
—Gracias —le dijo al espejo.
Después de apartarse del espejo, An Zhe se sentó en el escritorio. 
¿Qué debería hacer ahora?
Después de pensar un rato, extendió su mano izquierda y miró las yemas de sus dedos bajo la luz. 
Hifas blancas como la nieve se extendieron en silencio desde sus yemas, luego se consolidaron. Tomó la daga y cortó un trozo pequeño y delgado. 
Luego lo recogió con su mano derecha, se lo llevó a la boca y se lo comió despacio, porque había decidido investigar si era tóxico.
Un sabor suave, dulce y muy sabroso. Esa fue su primera impresión. 
Al segundo siguiente, el mundo entero comenzó a tambalearse ante sus ojos.
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dr-pipis · 8 months ago
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KAGURABACHI YURI FOR YURI DAYYY
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j-fashion-wearer-otd · 1 year ago
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Today’s J-fashion wearer is Shiyuki Kotoku from Vkei Sentai Executioner! He wears visual kei and gyaruo in his daily wear!
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mycomicbox · 4 months ago
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I imagine that the Persona 3 NBMC would be the result if you fused Minato and Kotone into one person
I mean, to an extent, that's already kind of what they are, in both name and design. (Shiyuki is just Shiomi + Yuki). They're still their own person, though.
I pulled inspiration from both protagonists' beta designs:
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Persona protagonist are weird in that they're meant to be projected on, but they have bits and pieces of their own personalities. For the non-binary protagonist, I feel like they generally cope with life via escapism: they'd daydream and space out a lot.
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navu-wu · 1 year ago
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An other oc yeeeeeee (this oc used to be a dude buuuuuuut after 7 years I changed my mind😶 and some things were kept like his name,the glasses, the cape,...)
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This is Kurai (in reference to Kuraiinu I love his covers and his voice✨ but the meaning of kurai ,in my souvenirs, is "sink", "sombrer" in french. A "dark" thing in my Idea 'cause she represents the color/value black...I know her hair are navy blue here but idc😎)
She has many knives under her cape, she likes knives (cringe thing? idk🤷‍♀️)
She has a young sister "Shiyuki" (white) and an old brother "Ginji" (grey)
She has a link with Aurélie (not the color red. This is an other oc)
I'm not good to make a lore since 2015 and I'm sad because this whole thing stay in my head and not on notes to make this more "serious"?
PS:The glasses remind me of Spamton
Ps2:I try to practice my english better!!! Sorry for the misunderstanding ;-;
Actually I'm a "oui oui baguette" grill 😔
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magicalgirloftheday · 3 years ago
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✧・゚:*Today’s magical girl of the afternoon is: Shiyui Hanako from Magicargot!✧・゚:*
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percivore · 6 years ago
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I WAs BULLIED INTO MAKING A REI X HAWKS CHILD 
She’s my favorite now,,,
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iapis · 8 years ago
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shiyuki respondeu a sua postagem “[sees post that might or might not be hate on one of my comfort ships]...”
WHAT POST
IT WAS a s//ou//ko//ku thing and ahh it doesn’t matter i’m just dumb for feeling uncomfy over it but!! it was made by someone who really hates it so i just. got defensive,,
johayna-the-memer respondeu a sua postagem “[sees post that might or might not be hate on one of my comfort ships]...”
Oh my goodness if it was from me I'm so sorry! Let me know if I should tag them!
OH NO I’M THE ONE WHO’S SORRY I PROBABLY SHOULD HAVE SAID SOMETHING BUT JKGLFD yes i’d appreciate it if u tagged hate for either ship (or anything that can be taken as hate because i’m painfully sensitive) as #chuuya don’t look ;; thank u jgkldfg again i’m sorry
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shiyukitraducciones · 1 month ago
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Capítulo 03
"Cariño, no vomites del asco."
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Traductora. Shiyuki
Correctora. plutommo
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La aurora proyectaba un suave resplandor verde que iluminaba la tez oscura del hombre, creando un extraño tono verde intenso que le daba un aspecto reptiliano.
Por fin, habló:
—No somos Jueces, así que no podemos confirmar que sea cien por ciento humano.
—Aunque me digas eso —replicó Hosen, con un acento exagerado y los brazos cruzados—, el nivel de contaminación de las Llanuras 2 es de solo de dos estrellas.
El hombre de piel oscura guardó silencio por un momento. Luego dijo:
—El tiempo promedio para que ocurra una mutación en las Llanuras 2 es de cuatro horas. Estaré de acuerdo una vez que hayan pasado cuatro horas.
—Vale —aceptó Hosen—. Si todavía no ha mutado para cuando terminemos de recoger el botín, nos lo llevaremos.
El hombre de piel oscura finalmente asintió. Tras eso, los tres se miraron, pareciendo haber llegado a un acuerdo. 
—Soy Vance —dijo el hombre alto del medio a modo de presentación mientras se giraba hacia An Zhe. 
—Hola —respondió An Zhe. 
Hosen, quien lo había hecho sentir incómodo, también se presentó:
—Hosen.
El último hombre, el que había sido llamado «escoria», se quedó en silencio por un rato antes de escupir:
—Anthony. 
An Zhe también lo saludó y luego agregó: 
—Gracias. 
—No hay necesidad de agradecimientos —repuso Vance con una sonrisa—. Todos somos humanos. Además, acabamos de perder a un compañero de equipo, así que estamos cortos de personal. 
Con esas palabras, caminó hacia la cabeza del monstruo cercano y comenzó a dar órdenes a los demás:
—Nos iremos tan pronto como terminemos de recolectar el cadáver. Daros prisa.
Mientras hablaba, Vance sacó un par de guantes y una daga larga de su mochila y se los arrojó a An Zhe. 
—Ve a quitarle las piernas.
An Zhe tomó los objetos, asintió obedientemente y caminó unos diez pasos antes de detenerse junto al cuerpo partido por la mitad del monstruo, donde se puso los guantes y comenzó a examinarlo.
El cuerpo del artrópodo era enorme y su caparazón, casi liso, salvo en algunos lugares donde sobresalían largas espinas o protuberancias. Miró las patas del monstruo. Había seis en total: delgadas y largas, divididas en tres segmentos y densamente cubiertas de pelusa negra brillante. 
En el otro lado, Vance y Anthony se ocupaban de la cabeza del monstruo. Removieron el caparazón, permitiendo que el cerebro y otros fluidos se desbordaran, y luego limpiaron meticulosamente el interior.. Hosen estaba de guardia en la periferia.
An Zhe también sacó su daga y, con atención, comenzó a cavar en las articulaciones del monstruo. Después de aproximadamente cinco minutos, rompió una de ellas, separando una pierna del tórax. Esta cayó al suelo, y un líquido blanco y viscoso, parecido al cerebro, se derramó lentamente al suelo por la abertura, filtrándose en la arena.
Escuchó a Hosen decir con voz burlona:
—Cariño, no vomites del asco.
An Zhe no respondió, optando por continuar cortando en silencio la siguiente articulación.
No solo no sentía nada con respecto a este monstruo, incluso lo encontraba mucho más limpio que esos animales que vivían en el «Abismo». 
Pero Hosen parecía no tener planes de dejarlo en paz. Sonaron unos pasos detrás de él; Hosen se acercó y le presionó el hombro con la mano derecha, deslizando los dedos sobre él.
—¿Cuántos años tienes, cariño?
An Zhe escuchó avidez¹ en su tono, como si fuera un animal ansioso por comer. Sin embargo, basándose en su limitada comprensión, los humanos no comerían a los de su propia especie.
—Diecinueve años —respondió con calma.
An Ze tenía diecinueve años, y él había consumido los genes de An Ze, por lo que probablemente él también tenía diecinueve.
—Pero pareces tener sólo diecisiete —dijo Hosen con voz aguda y un matiz ronco, mientras sus risitas se ahogaban en su pecho. 
An Zhe frunció el ceño, sin saber cómo responder. 
—Hosen. —Justo en ese momento, la voz de Vance llegó de cerca—. Concéntrate en hacer guardia. 
Hosen emitió un ruido despectivo, luego le apretó el hombro un poco más antes de irse. 
An Zhe se dio cuenta una vez más de que, entre los humanos, cada individuo puede tener características diferentes. Por ejemplo, An Ze era diferente de los humanos que extrajeron su espora, y Vance era diferente de Hosen. Se sentía muy agradecido con Vance por intervenir cuando lo hizo. 
Bajó la cabeza y continuó cortando las articulaciones, dividiendo cada pata en tres segmentos. Cuando terminó, las apiló cuidadosamente. El caparazón de la cosa tenía un brillo metálico y era tan duro como una piedra, por lo que producían sonidos secos al ser apilados juntos.
Para cuando quitó las seis patas, Vance y Anthony ya habían terminado de desarmar la cabeza y se acercaron a su lado del cuerpo. Vance echó un vistazo a las patas perfectamente apiladas en el suelo y sonrió.
—Eres bastante diligente —dijo, y luego se dirigió a Hosen—: Conduce el coche hasta aquí.
Sin decir nada, Hosen se dio la vuelta y se alejó. 
An Zhe se paró a un lado y observó a Vance y Anthony comenzar a trabajar en el tórax del monstruo. 
—¿Necesitáis ayuda? —les preguntó.
Vance, sosteniendo en sus manos enguantadas una herramienta negra similar a unos alicates del largo de la pierna de un humano, preguntó a su vez:
—No has venido mucho por aquí, ¿verdad?
—... Mn —respondió An Zhe.
—Entonces quédate a un lado. —Vance sacó la pieza de armadura entre la unión del tórax y el abdomen del monstruo con los alicates. Los bordes de la armadura eran irregulares y formaban una espina negra afilada donde se unía a las otras piezas de la armadura, que tenían un brillo grisáceo gélido. Y añadió—: Esta cosa tiene muchas espinas. Es fácil pincharse si no tienes experiencia. El nivel de contaminación de las Llanuras 2 no es alto, pero aún es posible infectarse de esta manera.
An Zhe obedientemente dio unos pasos hacia atrás y los observó desmembrar el cadáver. Levantaron un trozo de caparazón tras otro, y las vísceras y los órganos blancos se esparcieron por todo el suelo. 
Mientras observaba, se escuchó un ruido sordo. An Zhe miró a su derecha y vio un vehículo blindado negro y rectangular que se dirigía hacia ellos. Parecía tan grande como el enorme monstruo de clase crustáceo; An Zhe estaba muy familiarizado con tal imagen, pues el equipo del que An Ze solía formar parte tenía cinco vehículos blindados de ese tipo.
El vehículo se acercó y Hosen salió de él. Sin siquiera levantar la cabeza, Vance le dijo:
—Primero, ayúdalo a llevar la mercancía al vehículo.
An Zhe emitió un sonido de asentimiento y recogió los trozos del caparazón del suelo, luego los ató con cuidado y se los entregó a Hosen, quien los puso en el espacio de almacenamiento del blindado.
El enorme monstruo se redujo a medida que lo desarmaban, y la cantidad de piezas de caparazón que An Zhe recogía aumentaba. 
Justo cuando estaba atando una pila de piezas de caparazón, dejó de moverse. 
En la pieza de caparazón que tenía bajo la mano, unas diminutas gotas de líquido se estaban solidificando en la punta de una espina, oscuras y muy difíciles de descubrir si uno no prestaba atención. 
Miró las salpicaduras de vísceras en el suelo y confirmó que todos los fluidos internos del monstruo eran blancos, amarillos o transparentes.
Entonces, ¿qué eran esas gotas oscuras? Recordó la sangre que fluía del cuerpo de An Ze antes de morir. 
Miró a Vance y Anthony. Los dos estaban completamente absortos en el desmantelamiento del cadáver, sus expresiones eran tranquilas y todo parecía normal. Por lo tanto, An Zhe solo pudo actuar como si nada hubiera pasado. Bajó la cabeza nuevamente y continuó atando las piezas de armadura.
Después de mucho tiempo, finalmente terminaron de desmembrar el cadáver, y aquellos tres hombres también parecían estar convencidos de que An Zhe no se convertiría de repente en un monstruo mortal.
—Suban al vehículo —dijo Vance—, vamos a regresar a la base. An Zhe, ven tú también. 
Un solo vehículo blindado podía albergar a siete u ocho personas, y también contaba con un espacio donde la gente podía descansar. Estaba dividido en tres compartimentos simples, pero cada uno era muy estrecho y el techo era  bajo, por lo que los humanos tenían que encorvarse para caminar por el interior.
A An Zhe le asignaron el espacio más exterior, la puerta del coche a su derecha. Apoyó la cabeza en su mochila. Anthony fue a la parte delantera para conducir, Vance estaba a su lado y Hosen se había ido al espacio más interior. 
La puerta del vehículo se cerró y todo quedó en oscuridad. Solo había una tenue luz que entraba desde una pequeña ventana lateral. Después de un temblor, el vehículo blindado arrancó con lentitud y empezaron a moverse. Hubo algunos temblores ocasionales, pero no demasiados.
An Zhe, con los ojos bien abiertos, miró la oscuridad que tenía ante él, sintiéndose como si flotara en una marea negra. Esta marea lo arrastraba mientras fluía hacia la Base Norte, un lugar del que no sabía nada. 
Envuelto por una ligera sensación de impotencia y confusión, esperó en silencio en la oscuridad.
Cuando la luz que entraba por la pequeña ventana se hizo gradualmente más fuerte, los alrededores también se iluminaron. El coche se detuvo y An Zhe escuchó a Hosen levantarse, dar unos pasos hacia adentro, abrir la puerta que conducía a la cabina y entrar para reemplazar a Anthony, quien regresó al lugar donde estaba Hosen y se acostó. Su respiración era muy pesada y se movía mucho, haciendo que el suelo temblara. Poco después, Vance preguntó qué le pasaba y Anthony respondió que estaba un poco cansado.
Pasó otro largo tiempo y esta vez, fue el turno de Vance de reemplazar a Hosen. 
An Zhe se acurrucó instintivamente. Sabía que con esto, Hosen dormiría en la habitación contigua y se sintió incómodo.
Pero no llegaron sonidos de un humano acostándose en la habitación de al lado. 
An Zhe abrió los ojos de par en par, esperando. 
Al momento siguiente, con el suave susurro de unos pasos, una persona se lanzó directamente sobre él.
—Cariño... —Hosen bajó la voz, sonando muy ronco. Forzó sus propias piernas entre las de An Zhe y envolvió un brazo alrededor de sus hombros. An Zhe luchó un poco, casi por reflejo, pero fue presionado contra el suelo por una fuerza superior a la suya—. Ese estúpido de Vance no está aquí... Sé lo que haces, he estado en más equipos mercenarios de los que él nunca ha visto.
Las luchas recientes consumieron una cantidad considerable de la fuerza de An Zhe, quien jadeó en busca de aire.
—Por favor, no hagas esto.
—¿Que no haga qué? —Hosen sonrió. 
En el ambiente oscuro, su sonrisa parecía muy malévola.
An Zhe no respondió. Hosen levantó la mano que estaba presionando sobre su hombro y se dispuso a desabrocharle el cinturón. Podía sujetarlo firmemente con una sola mano, lo que parecía complacerlo mucho. Su sonrisa se ensanchó y su tono de voz era crudo y burlón. 
—Cariño, ¿qué puedes hacer con esa poca fuerza? No sabes conducir ni usar armas pesadas. Cuando te encuentres con un monstruo, todo lo que puedes hacer es esperar a morir. ¿Para qué te trajeron aquí tus compañeros de equipo? ¿Solo para mirar? 
Mientras hablaba, le agarró el cuello y se inclinó para acercarse. Su mejilla, cubierta de barba, le rozó el costado del cuello; desprendía un  olor acre a cigarrillo.
—He visto muchas putitas como tú…, pero es la primera vez que veo una tan hermosa. ¿A qué equipo de mercenarios pertenecías? 
Mientras An Zhe jadeaba violentamente para respirar, Hosen lo presionó con fuerza y le ​​​​pasó su ardiente y húmeda lengua sobre la piel. An Zhe giró la cabeza, tosiendo por el olor a humo, y continuó tanteando en la oscuridad con su mano derecha hasta que finalmente tocó la daga que Vance le había arrojado antes.
Justo en ese momento, a dos compartimientos de distancia, se escuchó un gran estruendo, justo donde se encontraba Anthony. Sonaba como si algo hubiera caído al suelo. 
—No te impacientes, escoria. —Hosen se rio a carcajadas—. Pronto será tu turno. 
Sin embargo, sus palabras parecieron no tener efecto, ya que unos pasos se acercaban. 
Con una suave maldición, Hosen levantó a An Zhe y lo presionó contra la pared del vagón, luego tiró del cuello de su camisa.
An Zhe ya no se resistió. Aferrándose a la daga en su mano, miró en silencio el oscuro pasillo, mientras sus blancas hifas se extendían tranquilamente por el suelo a su lado, como si se estuvieran preparando para algo.
Pero en el segundo siguiente, todos sus movimientos se detuvieron.3
Un monstruo con torso humano y tres pares de delgadas piernas saliendo de su espalda caminaba lentamente por el pasillo, arrastrando alas blandas plegadas detrás de él. Los dos ojos compuestos² de color rojo sangre brillaban débilmente. 
La piel de la cosa era negra –del color de Anthony–. Pero su rostro humano ya se había distorsionado. El lugar donde solían estar sus ojos estaba cubierto de escamas marrones apiñadas, la nariz se extendía hacia abajo en una inclinación para formar una hendidura enorme, y el área de la boca sobresalía hacia afuera con un largo tubo negro y rizado que salía desde el centro.
Se detuvo y los bordes de sus alas chocaron contra las paredes del vagón, produciendo ruidos ensordecedores.
—¿Qué estás haciendo, Anthony? —preguntó Hosen, con la voz llena de insatisfacción—. No me gusta que me observen.
Tras decir eso, volvió a bajar la cabeza y se colocó encima de An Zhe, quien sintió unos dientes mordiéndole entre su cuello y hombro. Los dientes le traspasaban la piel, impregnándola de un leve dolor. Pero no estaba en posición de preocuparse por eso. Tenso por completo, se enfrentó al monstruo en el que Anthony se había transformado. 
Un segundo, dos segundos, tres segundos. 
Las alas detrás de Anthony vibraron ligeramente, y su probóscide³ se enroscó y desenroscó en el aire. 
—¿Asustado? —Hosen, que estaba encima de él, pareció notar que se puso rígido, y murmuró una maldición incomprensible—. ¿Por qué estás actuando? —Luego lo agarró de la cintura con un agarre firme y mordió con fuerza su piel.
Justo en ese momento…
Con el zumbido de alas vibrando, Anthony colocó sus seis largas y delgadas extremidades en el suelo, se inclinó hacia adelante y reunió energía mientras se agachaba. Luego, como una elegante araña, corrió hacia ellos.
El viento silbaba en aquel reducido espacio. Los ojos de An Zhe se desenfocaron en una fracción de segundo, y su cuerpo se transformó al instante en su suave y ágil forma de hongo. Sus hifas revoloteaban en el compartimiento, ocupando casi todo el espacio y bloqueando momentáneamente la línea de visión de Anthony. 
Inmediatamente después, An Zhe sintió cómo el humano sobre él se tensaba por un momento, tosía un par de veces y comenzaba a agitar sus extremidades. 
—Joder, ¿qué es es…? 
An Zhe miró hacia abajo y vio que Hosen había roto innumerables hifas con un solo mordisco, las cuales luego le habían obstruido la tráquea y el esófago. Cuando tosió, parecía presa del pánico y dolorido. 
Al mismo tiempo, los miembros superiores de Anthony cortaron incontables hifas más. Eran blandas y fáciles de quebrar, carecían de la más mínima durabilidad, por lo que no podían ganarle más de cinco o seis segundos para escapar.
Calculó la distancia entre él y Anthony, luego sin demora utilizó sus hifas para enrollar su ropa y fluyó fuera del caótico espacio debajo de Hosen, recuperando su libertad.
Sus hifas blancas como la nieve se dirigieron hacia la puerta, como una marea blanca. Una vez allí, regresó a su forma humana y presionó el interruptor cercano.
Con un sonido sordo, la puerta del auto se abrió de golpe. An Zhe retrajo al instante todas sus hifas y extendió una mano para halar con fuerza a Hosen del cuello de la ropa antes de salir rodando. Los dos cayeron del vehículo, sobre la arena sólida.
Al menos allí era más seguro que en el estrecho espacio del vehículo.
Sin embargo, unos momentos después, Anthony también sacó la cabeza por la puerta y un zumbido fuerte comenzó a sonar. Primero agitó sus alas para volar cuatro o cinco metros en el aire, luego se lanzó abruptamente hacia ellos…
Justo cuando subió, An Zhe se puso de pie rápido y salió corriendo.
Sin embargo, vio a Hosen tendido en la arena, con la mirada desenfocada. Las afiladas extremidades delanteras de Anthony le perforaron el pecho en un instante.
En el Abismo, An Zhe había visto las formas en que muchos monstruos cazaban y escapaban, por lo que sabía cómo debía escapar y pensó que Hosen también lo sabía. Pero no fue hasta el momento en que su sangre comenzó a brotar que Hosen pareció cobrar vida de repente. Gritando, agarró las patas delanteras de Anthony con ambas manos y pateó frenéticamente su cuerpo –que se había convertido en una larga pupa negra⁴– en un intento de retirarse. 
El suelo retumbó. An Zhe se dio la vuelta y vio que el vehículo blindado, que ya se había alejado bastante, viraba con brusquedad y se dirigía hacia ellos. Vance finalmente había notado que algo andaba mal.
Respiró hondo unas cuantas veces y luego comenzó a correr hacia el blindado.
La expresión preocupada de Vance era visible a través de la ventanilla. Antes de que el vehículo llegara a An Zhe, la puerta ya se había abierto de golpe. Cuando el coche pasó a su lado, un par de brazos fuertes lo levantaron del suelo y, al mismo tiempo que Vance se movía, él se metió en la cabina del conductor. Vance lo arrojó rápidamente al otro lado de la cabina y luego cerró la puerta de golpe. 
An Zhe comenzó a hablar:
—Ellos…
—¡No hay forma de salvarlos! —Vance volvió a girar con fuerza el volante y el vehículo regresó a su posición original. Pisando el acelerador a fondo, se dirigió hacia el norte.
An Zhe se reclinó contra el asiento del pasajero delantero, jadeando. Después de recuperar el aliento un poco, miró por el espejo retrovisor. Anthony, mutado, y Hosen, mortalmente herido, estaban enredados y rodando por el suelo. Anthony levantó sus extremidades delanteras y luego las hizo caer en picado para atravesar el torso de Hosen y clavar su cuerpo al suelo. Luego levantó la cabeza y miró en su dirección. Aproximadamente cinco segundos después, pareció haber renunciado a perseguir al vehículo blindado. Bajó la cabeza y su larga y delgada probóscide atravesó la cabeza de Hosen. Después de otro ataque de convulsiones, el cuerpo de Hosen dejó de moverse. 
El vehículo avanzaba muy rápido. En poco tiempo, sus figuras habían desaparecido en la arena y los arbustos, para nunca más ser vistos.  
—¿Anthony mutó? —preguntó Vance.
An Zhe giró la cabeza para mirarlo y notó que los bordes de sus ojos estaban ligeramente rojos.
Inclinó la cabeza. 
—Lo siento.
Él seguía vivo, pero Vance había perdido a dos compañeros de equipo.
—¿Por qué te disculpas? —Vance forzó una sonrisa—. Cuando venimos aquí, la gente suele morir. Estoy acostumbrado. Tal vez el próximo en morir sea yo mismo. 
Pero An Zhe realmente se sentía culpable. Anthony había sido infectado. Si le hubiera contado a Vance sobre las gotas de lo que sospechaba que era sangre humana en el caparazón de la hormiga en aquel momento, podrían haber descubierto que Anthony había sido infectado de antemano. 
Agachó la cabeza y se lo contó. 
Vance se quedó en silencio por un rato antes de bajar la voz y decir: 
—En lo que se convirtió Anthony no era en una hormiga. Puede que se haya infectado antes. Antes de que nos encontráramos contigo, nos encontramos con un enjambre de mosquitos salvajes mutados.
—Después de eso... ¿también lo pinchó el caparazón? —preguntó An Zhe.
Vance miró por la ventanilla del coche y se quedó en silencio durante otro largo rato antes de volver a hablar. 
—El nivel de contaminación de las Llanuras 2 es muy bajo, dos estrellas, por lo que es posible que uno no se infecte por un pinchazo o una herida leve. Sin embargo, si lo cuentas, tu equipo seguramente te abandonará, por lo que muchos no dirán que han sido heridos.
Su voz se volvió un poco más suave. 
—... Porque quieren volver a casa.
—Entonces, ¿qué pasa con Hosen? —preguntó An Zhe. 
Si hubieran descubierto que Anthony había sido infectado con anticipación, Hosen podría no haber muerto. 
—No te lo tomes a pecho. La muerte de Hosen no fue injusta. —Vance encendió un cigarrillo y dio una profunda calada—. Había hecho cosas inmorales y tenía la sangre de al menos cinco personas en sus manos. Esta vez, si no fuera por el hecho de que realmente estábamos escasos de personal, Anthony y yo no habríamos trabajado con él. ¿Qué estaba haciendo antes? ¿Acosandote?
An Zhe no dijo nada. Vance giró la cabeza para mirarlo. 
En el crepúsculo, los contornos del niño se veían tranquilos y pacíficos, como una gota de agua cristalina. Que alguien como él apareciera en esos peligrosos parajes probablemente significaba que estaba enfrentando dificultades indescriptibles, pero Vance no preguntó.
Del mismo modo, An Zhe no sabía qué decirle a Vance. Estaba pensando en lo que había sucedido antes de la muerte de Hosen. Al principio, este parecía haber perdido brevemente el conocimiento, y solo había recuperado la conciencia después de haber sido apuñalado.
¿Qué había hecho Hosen antes de eso? 
Había mordido un manojo de hifas. 
An Zhe frunció el ceño. En realidad, no sabía si su forma de hongo era venenosa o no. 
Ahora sospechaba que era un hongo venenoso. 
A medida que avanzaban, la vegetación se volvía más escasa. En el desierto sin fin no había ningún animal, sólo su vehículo blindado.
Por la noche, cuando la aurora volvió a aparecer en el cielo, Vance tenía la intención de detener el coche y descansar. Apagó el cigarrillo en el volante, abrió la puerta que comunicaba la cabina del conductor con el área de descanso y saltó. En la oscura zona de descanso, se oyó su voz: 
—Duerme primero. Llegaremos a la base después de conducir durante otro día y medio.
An Zhe también se acercó a la puerta. Para tener un campo de visión más amplio, la cabina del conductor estaba muy alta, mientras que para ahorrar espacio para el compartimento de almacenamiento, la zona de descanso era muy baja. La diferencia de altura entre esta y la cabina del conductor era de más de un metro, por lo que tenía que saltar. 
Se quedó allí, ligeramente indeciso. Apenas tres segundos después, Vance pareció haber notado su vacilación y le indicó:
—Siéntate ahí primero. 
An Zhe siguió sus instrucciones y se sent�� en el borde, con las piernas colgando. Entonces Vance extendió la mano para sujetarle la parte superior del cuerpo y lo ayudó a bajar. 
An Zhe aterrizó con firmeza en el suelo. 
—Gracias —dijo en voz baja.
—No hay problema. —Vance sonrió, y un suave afecto se hizo evidente en su voz—. Mi hermano menor tenía miedo a las alturas, por lo que también le pasaba. Tenía más o menos tu edad.
An Zhe, haciendo todo lo posible por comprender las reglas de la comunicación humana, preguntó tentativamente: 
—¿También sale contigo a la naturaleza?
—Mm-hm —asintió Vance—. Solíamos estar siempre juntos.
—¿Esta vez no? 
—Está muerto —respondió Vance—. Han pasado dos meses desde que un Juez lo mató en la entrada de la base.
Juez.
Esta era la tercera vez que An Zhe escuchaba esa palabra. La primera vez de An Ze. Estaba tratando de disuadirlo de ir a la base humana, diciendo: 
—No puedes escapar de los ojos de los jueces. 
La segunda vez fue de Anthony. No había querido que An Zhe se uniera a su equipo y había dicho: 
—No somos jueces, así que no podemos confirmar que sea cien por ciento humano.
Y en los recuerdos que obtuvo de An Ze, parecía ser una palabra que aparecía con mucha frecuencia. 
Así que repitió: 
— ¿... Juez? 
— ¿No lo sabes? —La voz de Vance se elevó por la sorpresa—. ¿De dónde vienes exactamente?
—No he interactuado con otros antes —respondió An Zhe en voz baja.
—Ya veo. —Vance giró una manivela de la pared del vehículo, y una tenue luz blanca se prendió en la parte superior de las paredes, iluminando aquel pequeño espacio. Sacó raciones de campaña de un cubículo en la pared, y An Zhe también sacó comida y agua de su propia mochila antes de sentarse frente a él. 
Lo escuchó decir: 
—La base tiene un sistema llamado «Ley de los Jueces», tras el cual se creó una organización bajo la jurisdicción del ejército. Tiene un rango muy alto y se llama Tribunal de Primera Instancia. Los miembros del Tribunal de Primera Instancia son Jueces. Por lo general, se turnan en las puertas de la base, y cada uno de ellos tiene licencia para matar. Que un Juez te mate no cuenta como que esté violando la ley. —Después de escuchar esta frase, An Zhe recordó vagamente que había encontrado algo relacionado en los recuerdos de An Ze.
—¿Ellos determinan si las personas que entran a la base son humanos o Infectados? —preguntó.
—Mn. —respondió Vance—. Además del tipo de Infectados que se pueden distinguir a simple vista, también hay algunos que no se pueden ver.  El proceso de mutación puede no haber empezado o el nivel de mutación es muy alto y no se diferencian de los humanos. La base llama a ese tipo de personas heterogéneas⁵.
An Zhe abrió mucho los ojos. 
Si ese era el caso, entonces él era un heterogéneo. 
Vance se quitó la chaqueta y la dejó a un lado, luego abrió el frasco del agua y continuó hablando:
—La base está superpoblada. Si un heterogéneo entra, desatará una masacre, y después habrá una infección a gran escala. La responsabilidad del Tribunal de Primera Instancia es determinar, a través de un proceso llamado «Juicio», si todo aquel que ingresa a la ciudad es humano o heterogéneo.
—Entonces... ¿qué pasa si descubren uno? —preguntó An Zhe. 
—¿Qué otra cosa podría pasar? —Vance enarcó las cejas—. Le disparan en el acto. 
Sin decir nada, An Zhe inclinó la cabeza y le dio un mordisco a una galleta. Recién había aprendido a comer como los humanos, pero la comida humana le parecía algo dura. Cuando tragaba, le raspaba la boca y la garganta. Comía muy despacio, pero su corazón latía muy rápido. 
Después de un rato, preguntó:
—¿Pueden de verdad identificar a todos los heterogéneos?
Vance tomó un gran trago de agua, se apoyó contra la pared del vehículo y cerró los ojos. Su voz parecía desanimada.
—¿Quién sabe? Los muertos no pueden probar nada. Nadie sabe si las personas asesinadas eran realmente heterogéneos o no, ese fue el caso de mi hermano menor. 
An Zhe no dijo nada. Vance parecía estar respondiendo a una pregunta que no había hecho, pero aun así escuchó en silencio.
—Esa vez... vino conmigo a las Llanuras 1, donde el nivel de contaminación era más bajo que incluso en las Llanuras 2. Lo vigilé en todo momento y pude confirmar que no había sido herido. —Vance sonrió, pero su voz era ronca—. Cuando regresamos, en la entrada de la base, el que estaba de servicio no era un Juez cualquiera, sino su jefe. Todos lo llaman «El Juez». Otros jueces te darán razones para matar a alguien, pero él no tiene por qué hacerlo. No necesita justificación para matar a nadie, ni acepta ninguna súplica. Incluso si se trata de algún alto mando de la base, si los mata, no pasará nada. Así fue ese día. Apenas miró a mi hermano antes de abrir fuego contra él. No le creí, pero no había nada que pudiera hacer. Este tipo de cosas suceden a menudo. Ha matado a mucha gente, por lo que hay muchos en la base que lo desprecian, incluido yo. Quizá un día, yo también sea asesinado por él. 
Tras esas palabras, Vance miró su propia mano derecha, aturdido por un rato, luego arrojó el frasco a un lado. Se tumbó y apoyó la cabeza sobre su brazo, pero sus ojos seguían mirando el techo del vehículo. Por fin, volvió al tema y respondió la pregunta que An Zhe había hecho al principio.
—Prefieren matar a alguien por error que dejarlo pasar. Si un heterogéneo llega a la base, será descubierto con total seguridad. En todo este año, solo ha habido un ataque heterogéneo. 
An Zhe se sintió incómodo. Para ocultar su inquietud, cerró los ojos y se los frotó con la mano izquierda. 
—Vete a dormir, chico —le dijo Vance.
An Zhe se acostó a su lado. No importaba que pasara mañana, al menos estaba a salvo esa noche. No había monstruos ni Hosen. Solo estaba Vance, que lo trataba muy bien.
Antes de dormir, sostuvo el casquillo de bala en su mano y miró la puerta del vehículo al final del pasillo. 
Suponiendo… Suponiendo que abriera la puerta ahora mismo, saliera y regresara a las tierras salvajes infestadas por monstruos, aún podría vivir. No enfrentaría el Juicio y no lo matarían en el acto. No sabía cuánto tiempo podría vivir, pero definitivamente sería más que mañana. 
Sin embargo, ¿la espora era algo más importante que su propia vida? 
Lo era. 
Para las criaturas del Abismo, la muerte era algo trivial. Y en este corto día fuera del Abismo, había presenciado la mutación de Anthony y la muerte de Hosen. Las vidas humanas tampoco eran, de ninguna manera, valiosas.
An Zhe cerró los ojos. Sabía que tenía que ir a la Base Norte.
⬦───────⬦
A la mañana siguiente, temprano, continuaron su camino hacia la base. Como solo Vance conducía y le faltaba energía, sus tiempos de descanso se volvieron irregulares. Se detuvieron para descansar esa tarde y continuaron hacia el norte a la medianoche del tercer día. Cuando la aurora comenzó a oscurecerse y el cielo se cubrió de blanco, Vance dijo: 
—Ya casi llegamos.
An Zhe miró hacia adelante. En la niebla gris de la mañana, una ciudad redonda apareció gradualmente desde el horizonte. 
Ciudad; conocía esa palabra. Los humanos se agrupaban en ciudades de la misma manera que los hongos se agrupaban en la temporada de lluvias. 
El vehículo blindado continuó avanzando y, poco a poco, a medida que la niebla matutina se disipaba, aparecieron más detalles. La ciudad circular estaba rodeada por muros de acero gris, su altura era como la de los hongos más altos. Incluso si veinte personas estuvieran de pie una encima de otra, tal vez no sería suficiente para escalar el muro. Colmillos y espinas de acero sobresalían de las paredes, sus tonos eran intensos y fríos como rocas y tierra en invierno.
El límite de la ciudad estaba lleno de equipos de vigilancia y dispositivos láser, por lo que cualquiera que entrara a escondidas sería descubierto de inmediato. Las dos puertas de la ciudad eran las únicas formas de entrar y salir de la ciudad, y una era solo de entrada mientras que la otra era solo de salida. La puerta a la que se dirigían era la de entrada. 
An Zhe vio a muchos equipos pequeños, comparables al de Vance, regresar desde todas las direcciones. Algunos viajaban ligero, mientras que otros usaban equipo pesado y portaban armas. Había cuatro o cinco personas por equipo, que conducían vehículos blindados similares a áreas designadas antes de bajarse de ellos y caminar hacia la puerta de la ciudad. Los autos y las personas eran inspeccionados por separado.
Vance salió primero y An Zhe saltó mientras se agarraba a sus hombros. Sintiendo que su brazo estaba algo tenso, pensó que tal vez esta puerta le evocaba los malos recuerdos de su hermano menor.
Caminaron hacia la puerta de la ciudad, donde se había formado una larga fila. Hubo un ligero disturbio al principio de la fila, pero no pudieron ver que había sucedido. La gente seguía entrando en orden.
An Zhe siguió a Vance, caminando en línea y mirando a su alrededor mientras tanto. 
Soldados con uniformes negros estaban de pie a ambos lados de la puerta de la ciudad, con dos armas en sus cinturas. Una era un arma térmica, mientras que la otra era una pistola láser. Detrás de ellos había armas pesadas de tamaños colosales que apuntaban directamente a las puertas. Uno podría imaginar que tan pronto como un monstruo intentara entrar, sería volado en pedazos. 
Mientras miraba a su alrededor, su mirada se vio atraída por una figura oscura. En un espacio abierto debajo de las lejanas murallas de la ciudad, esa persona, también vestida con un uniforme negro, parecía ser un soldado descuidado e indisciplinado que había abandonado su puesto. No estaba de guardia de manera ordenada como los demás, sino que se encontraba apoyado contra la muralla de la ciudad, limpiando lentamente una pistola negra con la cabeza gacha. 
Sin embargo, el uniforme negro con adornos plateados que vestía parecía más hermoso e imponente que los demás, tal vez porque era alto, delgado y bien proporcionado.
Vance echó un vistazo en esa dirección y, por alguna razón, aceleró el paso mientras lo empujaba hacia adelante. Justo cuando estaban a punto de unirse al final de la fila…
An Zhe vio al hombre a lo lejos levantar lentamente la cabeza. 
Un par de fríos ojos verdes aparecieron debajo del borde de la gorra negra del uniforme. 
En ese instante, An Zhe se detuvo en seco, sintiendo que los alrededores se habían vuelto tan fríos como si se hubieran congelado. 
Vance se dio la vuelta. 
—¿Qué pasa…?
Su voz se detuvo de repente. 
Se escuchó un disparo.
El alto cuerpo de Vance se tambaleó y luego se desplomó con un ruido sordo. Tenía los ojos muy abiertos, su garganta hacía ruidos de gorgoteo y la sangre brotaba de su sien. Después de que su cuerpo se sacudiera unas cuantas veces, dejó de moverse.
Pero An Zhe ni siquiera pudo hacer amago de agarrar el dobladillo de su ropa, ni tuvo tiempo para pensar en lo que había ocurrido. Sólo pudo levantar la cabeza y encontrarse con la mirada del soldado uniformado porque, en ese momento, el soldado giraba lentamente el cañón de su arma… 
… hacia él.
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1. Avidez: ansia o deseo muy fuertes e intensos de tener o conseguir algo.
2. Ojos compuestos: el término es específicamente utilizado para los ojos de insectos. Estos ojos consisten en la agrupación de entre 12 y varios miles de unidades receptivas.
3. Probóscide: También conocida como “trompa”. En este caso, como Anthony se parece más a un insecto, esta es la forma correcta de decirlo.
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4. Pupa: Una de las etapas de la metamorfosis de los insectos, después de la larva y antes del insecto adulto, en la que el insecto queda dentro de un capullo.
5. Heterogéneo: Algo compuesto de partes de diversa naturaleza. En inglés utilizan la palabra “xenogénico” que significa “Que procede de un individuo de distinta especie”, pero esto se usa más a nivel de operaciones, por lo que heterogéneo me pareció más correcto.
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mycomicbox · 1 year ago
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More NBMC designs
[Default Name: Mikoto Shiyuki]
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Mikoto is a unisex name that contains "koto" (like with Makoto and Kotone), and Shiyuki is just Shiomi + Yuki.
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Anne With an E x quotes lockscreens
fanarts  © @yellow-sub-marineee @shiyuki @marijeem
Like/Reblog if u save please
yes I’m back again :)
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minamotosousuke · 3 years ago
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I wanted to share a hoto!MitsuKou headcanon, if that's ok :>
So I know that in the hoto au, mitsuba is a really talented singer. And there's this song in particular that I think really suits his and kou's canon storyline called "Sore Wo Ai To Yobudake" (Just call it love) by MafuMafu.
In short the song is about a person losing someone they love and care for deeply, and how they recall the memories they have together and how they yearn to see them again. But that reaching them feels 'farther than a dream', feeling like they were pulled apart by fate. They try to put words to their pain hence why the title is 'Just call it love'.
I feel like the pov of this song fits kou's character really well and his feelings towards mitsuba in the main story. But I love the irony of mitsuba performing this song in hoto au and it just speaking to kou, like it's something so familiar and painful. Almost like a distant memory.
What helps is that the guy who sings this ballad has very high range, so it's easy for me to picture mitsuba singing in this style. It also helps that in the animated music video, it is centered around two school girls spending all their time together and being really close, with the heavy implication that one of them dies. It's a very mitsukou song to me.
If you're interested theres a pretty good english translation in the youtube comments by しゆき-shiyuki- (same translation is also posted on twitter, @/shiyuki332)
It really helped me understand the message of the song better :> Anyways sorry this is so long I hope you'll read it !!!!
I am not at all familiar with Japanese music, nor Opera, so my musical headcanons for HOTO were completely blank!
I do quite like this song though, and have a good idea of where it would fit perfectly within the AU.
In the AU, it’s considered canon that Kou and Mitsuba were childhood best friends. Furthermore, it’s established that Kou absolutely adored Mitsuba’s singing. He could feel Mitsuba singing from his heart and it moved Kou to the point of getting emotional.
From these facts, I’ve created a simple timeline that makes sense. They were best friends as children, they split in adolescence, Kou became a Viscount and Mitsuba a professional Opera singer, Kou happened upon Mitsuba’s Troupe, became its primary Patron, and only after this did Mitsuba start his lessons with Tsukasa.
I personally think he started these lessons with Tsukasa out of fear of letting Kou down (and losing him because of it).
But I think this song would be the perfect song for the first performance Kou attends where he notices that his love is no longer singing from his heart. While Mitsuba sings about losing a love… a deep sense of dread fills within Kou. Somethings gone awry, this isn’t the voice of his love but that of another. Something’s changed, somethings wrong.
The lyrics touch stone with the readers, who can see this drama rolling out in front of them. But for Kou, he hears nothing but the absence of Mitsuba’s heart.
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l33chboy · 8 years ago
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atsuuu if u need to talk to someone u can always message me okay? whether its something u need to talk about or just random shit im here~ ily
thank you Michi, ilysm~I'll probably sleep rn, but i might have to take you up on that tomorrow haha
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windypicrews · 4 years ago
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Character maker by Shiyuki
Artist allows personal use only.
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wuffy-chuffs · 4 years ago
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Shuichi (終一) last one 🚹 - Shiyuki (詩雪) poetry + snow 🚺
Kaede (楓) maple tree 🚻
Kaito (解斗) absolution of the dipper 🚹 - Kaito (海絃) stringing ocean 🚺
Maki (魔姫) demon princess 🚺 - Maki (真暉) true radiance 🚹
Kokichi (小吉) small luck 🚹 - Kokochi (ここち) meaningless 🚺
Rantaro (蘭太郎) orchid healthy son 🚹 - Ranko (蘭子) orchid child 🚺
Tsumugi (つむぎ) meaningless 🚻
Himiko (秘密子) secret child 🚺 - Himuro (緋向露) moving scarlet dew 🚹
Gonta (ゴン太) healthy swarm of bugs 🚹 - Sonata (奏那太) beautiful healthy music 🚺
Ryoma (竜馬) dragon horse 🚹 - Ryuka (竜花) dragon flower 🚺
Kirumi (斬美) slicing beauty 🚺 - Kiru (樹瑠) tree lapis 🚹
Angie (angel) 🚺 - Andrew (one of Christ’s apostles) 🚹
Tenko (転子) rolling child 🚻
Miu (美兎) beautiful rabbit 🚺 - Miu (美羽) beautiful wing 🚹
Korekiyo (是清) just and pure 🚹 - Kiyora (清良) pure and good 🚺
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