#sacame del bolsillo
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Tonos De llamada Sacame Del Bolsillo para el teléfono | Tonosdellamada.net
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Capítulo 1 de la novela El ídolo de las ventas
Conduciendo su auto convencido de no haber andado nunca sobre terreno que no sea áspero o resbaladizo, siempre incierto, a Esteban Monteda, la tragedia se le cruza como un manchón. Reacciona pisando el freno hasta casi parársele encima. Choca. El otro auto golpea el borde de la vereda, avanza un trecho ladeado, por fin, vuelca. Arrastrándose sobre los antebrazos, un hombre pugna por salir del auto. Esteban se acerca, el otro lo mira desde el piso.
– ¡Esteban!
– ¡Enrique!
– ¡Sacame de acá! –Esteban lo ayuda a incorporarse. Enrique corre al auto de Monteda, se sienta al volante. Esteban se acomoda como acompañante. El motor aúlla, las ruedas delanteras escupen agua y la carrocería salta hacia delante. En la primera giran sin disminuir la velocidad. Circulan en zigzag patinando sobre las piedras. De improviso estacionan. Metros adelante se desocupa un taxi.
– Tenemos que dejar este auto –Enrique se baja del Renault. Esteban lo cierra, agarra su maletín y sube al taxi tras Enrique. El chofer los examina por el espejo retrovisor, ceñudo.
– Doblemos en la primera hasta la avenida. Luego por esa hasta Libertador –ordena Enrique. El taxista obedece y arranca.
– ¿Vamos a un hospital?
– Naaah –Esteban lo mira azorado–. No te asustes. Ya me conocés, estoy en una complicación de conchas –le guiña el ojo–. Ayer pasé la noche con una mulatita infernal… un bombonazo ¡Unas patas! ¡Un culo! ¡Firmes como las de una estatua! La piel tersa y suave, de gamuza. Unas lolitas deliciosas, duras como pelotitas de tenis ¡Hermosa! Le hicimos una fiestita con unos amigotes… –el tachero lo interrumpe.
– ¿Y ahora?
– Doblá a la izquierda.
Monteda mira por la ventanilla. Las pretenciosas edificaciones del hipódromo porteño desfilan ante él.
– ¿Cómo está Isabella? –desliza. Enrique escabulle un estuche negro en el bolsillo exterior del maletín de Esteban.
– Haciendo la suya… estamos separados.
Bajan del taxi frente al viejo edifico industrial reciclado como centro comercial.
– ¿Qué carajo está pasando? –encara Esteban tomando a Enrique del brazo.
– Soltame –Monteda retira su mano–. Acá fue donde empezó todo. No creo que se imaginen que volví a la escena… –y se zambulle contra las baldosas. Un aroma ácido penetra en la nariz de Esteban, gira buscando. Un hombre esconde algo debajo de su piloto. Esteban se estremece al mirar los ojos ocultos tras unos clippers espejados, imagina dos frías esferas de acero. El tipo se escurre en un auto que arranca a toda velocidad. Vuelve a mirar a Enrique. Desparramado como una marioneta, un reflejo le hace temblar el labio superior. Una mujer se acerca, arrastra a un setter pelirrojo que lucha por ir para el otro lado. De un agujero en la cabeza mana a borbotones la sangre espesa. La mujer chilla. El graznido trae de nuevo en sí a Esteban. Antes de que ella pueda mirarlo, huye a la mayor velocidad que le permiten sus delgadas piernas.
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Billy Firegun Capitulo 9 La mansion Dessoul
Capitulo 9: La mansión Dessoul
Billy contemplo la enorme y lúgubre mansión Dessoul, antiguamente había sido miro a su alrededor para ver si alguien más estaba ahí presente, pero no pudo avistar a ninguna persona, un perro que iba caminando por la calle, lo miro, olfateo en el aire unos instantes y después salió corriendo en la dirección opuesta, Billy volvió a contemplar la enorme mansión, observo los muros derrumbados sobre la entrada principal, gran parte de estos habían desaparecido y el resto había caído hacia abajo bloqueando la entrada, en la parte alta se podía observar el interior de la casa que se había quemado a causa del incendio, hacia trece años había ocurrido una explosión ahí mismo, todo el mundo se preguntaba que o quien podría haberla causado, jamás se habían encontrado sospechosos, ni ninguna causa aparente, Billy no pudo contener un escalofrió al contemplar aquella escena sombría y solitaria.
La mansión Dessoul era una de esas antiguas y deshabitadas casas que solían aparecer en las novelas y cuentos de terror, en las que sucedían cosas terroríficas y solían aparecer furiosos fantasmas que buscaban venganza. Billy avanzo unos pasos y se apoyó en el enorme cancel de acero que delimitaba la propiedad, era bastante curioso como todo a su alrededor parecía haber perdido el brillo y la vida, justo enfrente de la propiedad había un parque de juegos, totalmente abandonado, que ahora era punto de reunión para maleantes y drogadictos, era inevitable, después de todo aquella mansión tenía su propia trágica historia.
La leyenda hablaba sobre una antigua familia corrompida por la maldad, todos y cada uno de ellos habían vendido su alma al diablo a cambio de riqueza y fortuna, pero como todo, las cosas habían acabado mal, el precio a pagar había sido la cordura de todos y cada uno de ellos, asesinatos y viejos rituales paganos salpicaban la historia de aquella casa.
La verdad era que desde que Billy tenia recuerdo, aquella casa había estado abandonada, sus recuerdos databan de la época en la que aun podía hacer amigos y juntos acudían a observarla desde afuera, para después contar historias espeluznantes sobre aquella casa y la familia que la habitaba.
Todas eran historias inventadas, nadie conocía en realidad a la familia que había habitado aquella mansión, ni los motivos por los que habían decidido irse de allí, pero aquello no impedía que la imaginación de todos los niños volara por los aires, Billy jamás había observado nada fuera de lo normal, a excepción de la vez en que él y sus amigos habían tenido la osadía de enviar a un niño dentro de la propiedad Dessoul.
Todo había sucedido seis años atrás, cuando Billy tenía diez años, él y sus amigos habían acudido como de costumbre a observar aquella terrorífica casa, desde las afueras de la enorme verja, después de un rato habían acudido al parque abandonado para contar alguna historia exagerada e inverosímil sobre algún hombre que había entrado allí y había salido completamente loco y como después había asesinado a toda su familia en su casa.
La conversación derivo en estúpido reto sobre quien se atrevería a entrar ahí y tocar la puerta principal, nadie había aceptado el reto, nadie a excepción de Billy, que ya por aquella época comenzaba a tener que esforzarse un poco más para poder ser aceptado en el club, nadie puso alguna objeción, así que el reto estaba decidido.
Billy tendría que entrar en la propiedad por una pequeña abertura en la verja que habían hecho algunos indigentes que buscaban refugiarse del frio en aquella casa, caminaría los cincuenta metros de jardín hasta la puerta y tocaría tres veces, aquello le significaría el respeto de toda la pandilla.
Todo había comenzado mal, al entrar por la verja, se había cortado la mano derramando sangre por todos lados, aunque ninguno pudo ver el mal augurio en aquello, tampoco notaron como la sangre era absorbida con demasiada rapidez por la tierra y la verja, Billy tampoco lo noto, continuo adelante con aquella hazaña.
Lentamente había comenzado a caminar por el jardín hacia la puerta, llevaba caminados unos diez metros cuando la escucho, una extraña voz que al principio pensó que era de sus amigos, pero que luego de un instante, su misma naturaleza gutural le hizo descartar aquel pensamiento.
-Billyyy, Billyyy- decía la voz, se detuvo unos instantes y miro a sus amigos que lo observaban asombrados y sin decir una sola palabra, volvió a mirar la casa y extrañamente le pareció aún más grande de lo normal, mas lúgubre y mucho más peligrosa. -Billyyyy, Billyyyyy- continuaba escuchando aquella voz que parecía tener problemas para respirar, una voz terrorífica y bastante grave, continuo su camino, aunque más lento que antes, sentía que con cada paso que daba, se adentraba más y más en su perdición. -Ayúdame, Billyyyy, Ayúdame- suplicaba la voz, se paró en el pórtico el corazón le latía a mil por hora, sus amigos parecían estar a un kilómetro de distancia, observo la enorme puerta de madera café, entre los escombros, se podía entrever el símbolo grabado de lo que creía era el escudo de la Familia Dessoul por un instante se imaginó que la enorme puerta se abriría y saldría algún ser que lo asesinaría en frente de sus amigos, o quizás fuera absorbido hacia el interior de la casa para nunca volver a ver la luz del sol.
Dio un paso más, estaba muy cerca de completar su cometido, avanzo otro paso tendiendo cuidado con loa enromes rocas que obstruían el camino y estiro la mano, aún quedaba un pequeño espacio entre esta y la madera de la puerta. -Billyyyyy, Billyyyyy, Sácame de aquí.- la voz continuo sin descanso, se preguntó si era producto de su imaginación o en verdad salía de la casa, sus amigos parecían no escuchar nada.
Su mano toco la madera, y todo quedo en silencio, la voz desapareció como por arte de magia, aliviado tomo el picaporte con su mano, el metal frio se sintió bastante sólido, era un picaporte común y corriente, alzo su mano y toco fuertemente, fue cuando todo se salió de control.
-SACAME DE AQUÍ, BILLYYYY, AYUDAMEEE, LOS MATARE, LOS MATARE A TODOS- estallo la voz que esta vez no tuvo ninguna duda provenía desde el interior de la casa, Billy sobresaltado pego un brinco y corrió lo más rápido que pudo de regreso a con sus amigos que al verlo correr, gritaron y huyeron del lugar.
-SACAMEE, AYUDAME BILLYYYY, LOS MATARE A TODOS, LO JUROOOOOOOO- Billy no volteo la cabeza ni una sola vez, estaba demasiado asustado, llego hasta el hueco en la verja y quedo atorado en su intento de salir rápidamente, tiro de su camisa que se rompió dejando al descubierto su espalda, pero no le importo, salió de ahí y continuo corriendo hasta llegar a casa de sus tíos, por alguna estúpida razón Billy les conto lo que había sucedido, Roger no dudo en golpearlo salvajemente por lo que había hecho.
Días después sus amigos juraban no haber escuchado nada de lo que Billy les platico, ellos corrieron al verlo tan asustado, increíblemente nadie le creyó, aun cuando se habían contado historias mas descabelladas y todos asentían al escucharlas, pero Billy estaba comenzando a acostumbrarse a que nadie creyera en él.
Seis años habían pasado desde aquella ocasión, todo había quedado como un mal recuerdo en su mente, tan enterrado en el olvido que solo ahora que estaba parado justo en el lugar donde había sucedido, lo había recordado. A pesar de haberse convencido así mismo de que todo había sido una alucinación producto de su febril imaginación de infante, Billy no había vuelto a pasar por ahí desde aquel día funesto.
Una nueva ráfaga de viento recorrió la calle, removiendo las hojas que se encontraban esparcidas por el suelo, otro escalofrió lo recorrió, en verdad era una casa terrorífica, algunos años después un drogadicto había acudido a la policía para denunciar un doble asesinato, el lugar, la mansión Dessoul, el drogadicto afirmaba que sus amigos se habían sacado los ojos y apuñalado multitud de veces hasta la muerte, la policía concluyo que todo había sido producto de los efectos de poderosas drogas, pero a Billy aquella versión no le parecía ni mucho menos convincente.
Observo la verja, el símbolo de la Familia se encontraba esculpido en una placa de metal, se trataba de dos pistolas cuyos cañones se encontraban entrelazados, unas letras en algún extraño lenguaje formaban un circulo alrededor de las pistolas. El cielo trono sobre él, era tiempo de continuar su camino a casa, pronto llovería, observo un instante más aquella extraña mansión y se preguntó cómo demonios podía haber ido a parar allí, se metió las manos en los bolsillos y comenzó a caminar.
Cuando había dado una decena de pasos, se detuvo y contemplo la casa, le había parecido escuchar una vez más la voz, susurrando su nombre, pidiéndole que lo ayudara a salir de allí, prometiéndole que los mataría a todos.
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Escapando De La Rutina Sexual
Él le había dicho a ella que tenían que experimentar cosas nuevas en la cama. que sus noches íntimas podrían ser un buen recreo de la rutina diaria del matrimonio. Ella le pidió algún ejemplo sobre qué podrían experimentar entre sábanas. Él, para no asustarla con extravagancias descabelladas, le dijo que últimamente estaba fantaseando con la idea de conseguir unas esposas de policía, ser esposado en la cama y que ella le haga lo que quisiese. A ella le gustó mucho la idea. Al día siguiente fueron a un sex shop, compraron esposas,un pote de vaselina y dos películas porno. Ya en la noche, ella preparó una cena especial mientras él se afeitaba la entrepierna. Cenaron, tomaron mucho vino, luego fueron a la terraza y fumaron 2 porros. Empezaron a sentirse muy eufóricos y entre besos apasionados y caricias descontroladas se echaron en la cama, se quitaron toda la ropa, pusieron la porno y empezaron a tocarse. Ella agarró las manos de su hombre y las apretó con las esposas en los caños de hierro de la cabecera de la cama. Él jadeaba de la excitación, su pene estaba tan erecto como nunca antes lo había visto, entonces le preguntó qué le gustaría hacer primero. Ella respondió "voy a revisar tu celular". agarró el pantalón de su marido, hurgó en sus bolsillos y encontró el aparato. Él pasó de la excitación al pánico, su pene de estar enormemente erecto, se convirtió en una arrugada pasa de uva. Y gritó: "¡No mi amor! No me hagas esto, te lo suplico. sacame las esposas ¡te lo pido por favor!". A pesar del inútil forcejeo de las esposas y los gritos desesperadas de aquel hombre, ella se tomó el tiempo de entrar en todos los chats y leer los mensajes: de las otras mujeres, sus amantes, las prostitutas que se cogía todos los viernes a la noche, las confesiones con sus amigos de lo mal que la chupaba su esposa y el feo cuerpo que ésta tenía. -No voy a llorar-le dijo ella- vos ya no te merecés mis lágrimas, pero tenés que saber que me cansé de ser la misma boluda de siempre. -¿Qué pensás hacer?- preguntó él. -No sabés lo lindo que estas ahora, quiero que todo el mundo te vea y te disfrute tanto como te estoy disfrutando yo. Entonces ella, con la cámara del mismo celular, le tomó algunas fotos a su marido desnudo y esposado y se lo envió a todos y cada uno de sus contactos: amigos, familiares, compañeros de trabajo, todos, mientras él gritaba y lloraba aún con mas fuerza, como gritan las personas que sufren la peor tortura física de todas.
Y los vecinos de aquella pareja jamás van a olvidar los gritos desconsolados de aquel triste hombre, nunca en sus vidas.
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I believe that thj elder used to help the mantises yk like that one kungfupanda turtle
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