#puedo abrir too! solo díganme uwu
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daechvita · 5 years ago
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holi,  soy  yo  otra  vez  regalando  starters  a  las  personas  que  se  interesen  en  rolear  con  estos  charas,  mis  dos  ángeles,  preciosos,  bebés  de  luz.  Cualquier  dudita,  estoy  a  un  click  del  chat  uwu!
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cheong  hyunmin  -  24  años  -  baterista  de  una  banda  de  rock  /  letrista  -  fc:  kim  taehyung. | más  datos
Extrovertido  y  amigable,  le  encanta  hacerse  de  conocidos  y  amigos. Todo  aquel  que  sea  “buena  onda”  probablemente  ya  es  su  amigo  en  su  cabeza.
Amistades,  sin  distinción  de  fc.
Gente  que  conoce  en  los  bares  donde  tocan
Estuvo  en  otras  bandas  antes  de  estar  en  "The  Hooligans",  así  que  ex  compañeros  y  ex  "novios"  (acostones,  que  terminan  en  simple  amistad)  sería  interesante  de  explotar. 
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thong  joonsuk  -  24  años  -  ceo  -  fc:  kim  seokjin  |  más  datos
Introvertido  y  realmente  tímido,  con  un  pasado  tormentoso  y  una  familia  por  demás  de  desagradable.  Se  le  dificulta  hacerse  de  amigos  en  su  circulo  económico. 
Amistades,  sin  distinción  de  fc.
Estudió  un  tiempo  en  usa,  podrían  ser  ex  compañeros.
Quiero  que  tenga  una  mejor  amiga,  siempre  ha  sido  gay  y  sus  padres  lo  han  tenido  en  la  oscuridad.  Puede  ser  alguien  que  sea  de  su  mismo  circulo  social  alto,  alguien  que  estaba  "enamorada"  de  él,  o  simplemente  alguien  que  se  interesó  en  su  personalidad  de  verdad  desde  el  inicio.
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j-nomada · 5 years ago
Note
¿Hay alguien más shippeando J x Turquía? ¡No man, que genio! Hace mucho que no preguntaba, pero quería pedir un one-shot raro, algo que creo que nadie te ha pedido de ninguna forma... Un one-shot de Norcorea x J x Canadá. Veo que los shippean mucho, bueno, más que a otros. Si no quieres hacer eso ¿Puedes hacer un one-shot soft de JxAlemania? Gracias desde ya uwu Anon 🎵
esto ya se tomó su tiempo, así que a subirlo
El one-shot JxAle te lo subiré cuando recuerde que tenía que hacerlo xdxdADVERTENCIAS: -El one-shot es LARGO.
-Descripción gráfica de violencia, sangre e insultos.-Traducciones by: Google Translate y Yop.-Triangulo amoroso.-J es una piba que no entiende la mitad de las indirectas y las otras ni las nota-Relación “triangulo amoroso” de amor de dos a uno mismo y odio entre ellosEsto comenzó de forma fluida, pero como me bloquee en un momento pedí ayuda a un amigo y entre los dos llegamos a ideas para el final. Así que esto es un final medio forzado y un tanto rebuscado. Sucede que teníamos una meta fija sin un camino para llegar a ella.
Si hay alguna traducción mal hecha o algo, díganme, no soy genial con el inglés, así que… eso.
MIEDO (North Korea x Jizrorim x Canadá)
Jizrorim no es un país que tema a cosas porque sí. Oh no, el país insular de territorio antártico teme a cosas con razones fundamentadas.
No hay nada que le haga temblar sin una buena historia detrás.
¿Miedo al mar? Historia detrás.
¿Miedo a las jeringas? Historia detrás.
¿Miedo a socializar? Historia detrás.
La mayoría de sus miedos son fáciles de contarlos una vez que tiene confianza con alguien.
Pero…
¿Su miedo a ir con Canadá a las costas?
No se lo contaría a nadie jamás.
Fue una tarde tranquila, J se retiraba de una reunión de ONU ya que su parte allí había acabado. La Organización había permitido a países que no fuesen de Europa o África marcharse.
Con un suspiro de alivio, la dama de amarillo pálido camina por un pasillo gris y celeste hacia la salida del edificio. Se encuentra en el decimoquinto piso y va rumbo al ascensor cuando el sonido de pasos apresurados detrás de ella llaman su atención.
-Miss J, wait (Señorita J, espere)- Una voz masculina y ansiosa la llama, provocando que volteara
-Oh, Canadá- Sonríe aliviada, no lo había reconocido por la agitación leve que detectó en su voz- what happen? is all okay? (¿Qué sucede? ¿Todo bien?)- Lo mira inquisitivamente, dándole un momento para recuperarse
-y-yeah… all fine (S-Si… Todo bien)- Sonríe nervioso, enderezándose ahora más calmado- just… I was asking myself if you want come to my territory to visit the penguin area we discovered recently (Solo… Me preguntaba si querrías venir a mi territorio a visitar un área de pingüinos que se descubrió recientemente)- Habló con voz dudosa, como si aún no estuviera seguro de decirle aquello
-oh… yeah, sure, I’m in (Oh… si, seguro, estoy dentro)- Sonríe alegremente la chica del sur
Amaba los animales, nadie podría decir lo contrario. ¿Ballenas? Majestuosas ¿Pingüinos? Adorables ¿Osos? Aterradoramente imponentes y lindos. Pocos son los animales que le disgustan o aterran. Si alguien le ofrecía visitar un lugar donde animales de su agrado se concentran, entonces ella se preparará con una gran sonrisa y el equipo adecuado para ir. Además, Canadá es un territorio tan similar al suyo respecto al clima; sería más que acogedor estar allí, sería como estar en casa.
-really? oh, good; we need to take the first flight we can (¿En serio? Oh, bien; necesitamos tomar el primer vuelo que podamos)- Habla ahora más seguro, emocionado por haber logrado hacer que accediera a acompañarlo
-now? oh, I thought you mean in some hours or days (¿Ahora? Oh, creí que te referías a en algunas horas o días)- Se ríe Jizrorim sorprendida -oh! don’t misunderstand me, Canadá. I still going, just thinked you mean in other moment (¡Oh! No me malinterpretes, Canadá. Voy a ir, solo creí que te referías a en otro momento)- Se apresura a calmarlo cuando ve la felicidad filtrarse de su rostro- just leave me call home so my Departments know where I'am (Solo dejame llamar a casa así mis Departamentos sabrán dónde estoy)- Le sonríe suavemente, sacando su teléfono celular y buscando marcando un número
El norteamericano sonrió y asintió, esperando pacientemente a que la llamada terminara, apresurandose a llegar hasta el ascensor y presionar el botón para que fuera a su piso. Cuando la chica finalizó su breve charla por celular, el sonido de las puertas mecánicas abriéndose llamó su atención. Tan pronto como entraron, el muchacho seleccionó la planta baja en el tablero y dio un paso atrás, quedando lado a lado con la dama. Mirando de reojo el espejo a su lado notó la clara diferencia de estaturas con su acompañante, generando una sonrisa en su rostro y una sensación cálida en su corazón; demasiado tierna para su blando ser.
Cuando el movimiento del ascensor finalizó y sus puertas se abrieron, ambos emprendieron camino al estacionamiento, donde un auto los esperaba. Al subir, luego de que Canadá le abriera la puerta caballerosamente a J, el bicolor le pidió al conductor que los llevara al aeropuerto.
Una vez abordado el primer vuelo a territorio canadiense, Jizrorim expresó su gusto y alegría por viajar en avión al pedir vergonzosa pero firmemente un asiento junto a la ventanilla. Canadá, por su parte, observó con ternura y simpatía el gesto alegre y algo infantil en el rostro de la dama cuando por fin llegaron a la altura de viaje, que no era ni más ni menos que entre las nubes.
Brevemente por la mente del país antártico se asomó una pregunta que la incomodó, pero pronto la olvidó al divisar aves a través del cristal.
El viaje transcurrió sin incidentes, por lo que Canadá se encontraba agradecido, los aviones no son su forma de desplazamiento favorito, ya que muchas cosas pueden fallar y condenar su vida durante el vuelo.
Ya en su territorio y con los pies sobre la tierra, el anfitrión volvió a actuar de forma claramente caballerosa al abrir la puerta de su automóvil a su acompañante para subir y, una vez en casa, bajar, además de invitarla cordialmente a entrar.
-thanks you, Canadá. you’re very gentlemanly (Gracias, Canadá. Eres muy caballeroso)- Dijo de forma alegre y agradecida la invitada del muchacho, haciéndolo sonrojar un poco
-you’re welcome, Miss J. and is just like everyone should be with mademoiselles like you (De nada, Miss J. Y es como todo el mundo debería ser con mademoiselles como usted)- Negó con la cabeza suavemente, una sonrisa instalada en su rostro junto con un sonrojo poco notable
Una risa suave escapó de la joven cuando notó la forma en que se refirió hacia ella, más por la mezcla de idiomas que usó que por el término en sí.
-call me Jizrorim or J, please. I’m not a stranger to treat me as “you” or “miss” (Llamame Jizrorim o J, por favor. No soy un extraño para tratarme de “usted” o “señorita”)- Reprendió con ternura- If you insist in call me “Miss J” or something like that I go start calling you “Young” or “Gentleman” (Si insistes en llamarme “Miss J” o algo como eso voy a comenzar a llamarte “Joven” o “Caballero”)- Amenazó en broma, aunque lo pensó un poco más seria cuando vio el gesto que hizo su anfitrión ante el pedido
-I don’t want sound like that; is just… (No quería sonar así; solo…)- Trató de explicar nerviosamente
-just education; a real gentleman, Young Canadá (Solo educación; un verdadero caballero, Joven Canadá)- Sonrió socarronamente cuando dijo lo último, provocando un gesto de incomodidad y resignación en él
-okay, fine, you win; I call you “J”, but can’t promise don’t call you “Miss” sometimes (Bien, bien, tú ganas; te llamaré “J”, pero no puedo prometer no llamarte “Miss” aveces)- Aceptó y advirtió, marchándose por una puerta en busca del equipo necesario para su “expedición”- I don’t want sound like a daring or something like that, but… What’s your size? (No quiero sonar como un entrometido o algo así, pero… ¿Cuál es tu talla?)- Asoma la cabeza por la puerta por donde se marchó, atrapando a J mirando su entorno
-Oh! Eee… I… can I search my stuff? Just… (¡Oh! Eee… yo… ¿Puedo buscar mi equipo? Solo…) - El nerviosismo en su voz y la vergüenza en su lenguaje corporal le dió a entender a Canadá que era mejor acceder
-absolutely, sorry for intruding on something so … personal (absolutamente, perdón por entrometerme en algo tan… personal)- Se disculpó, haciendo un gesto para que lo siguiera
Con paso apresurado la dama se dirigió con él hacia un cuarto en el primer piso, allí había montones de atuendos para salir en climas fríos, desde simples remeras de mangas largas hasta trajes completos que podrían mantenerte caliente incluso por días en los polos.
-wow… you really like this type of stuff, eh? (wow… ¿Realmente te gusta este tipo de cosas, eh?)- Bromeó, acercándose a una sección que se encontraba llena de artículos categorizados como femeninos
Luego de unos pocos minutos de buscar, la mente de J se percató de que no escuchaba a su anfitrión. Levantó la cabeza, viéndolo sentado sobre un cofre con lo que parecía una funda almohada en su tapa, observándola con atención.
-…what? (…¿qué?)- Pregunta algo incómoda y avergonzada; ¿hace cuánto que la miraba?
-oh! sorry; nothing, just, you look very concentrated (¡Oh! Lo siento; nada, solo, te veías muy concentrada)- Sonrió avergonzado, cerrando los ojos en disculpa
-oh… sorry, I can’t found something for me… (oh… lo siento, no puedo encontrar algo para mí…)- Suspira resignada
-too big for you? (¿Muy grande para ti?)- Pregunta levantándose del cofre, dejando la ropa que llevaba en sus manos sobre la tapa y caminando hacia su lado
-eh… not exactly… (eh… no exactamente…)- Murmuró, dirigiendo su mirada sonrojada hacia la ropa que había estado revisando hace un momento
-…isn’t your likes? (…¿No son de tu gusto?)- Su voz salió un poco apagada, temiendo que lo que había ofrecido no fuera del agrado de la dama
-oh! no, isn’t that (¡Oh! No, no es eso)- Negó rápidamente Jizrorim, mirando sus manos- are… tiny (Son… pequeñas)- Suspira, sus mejillas sonrojadas ante el dato
-tiny… (pequeñas…)- Repitió Canadá, procesando
Pronto, el rostro del muchacho se iluminó con comprensión y un leve sonrojo se acomodó nuevamente en sus mejillas; claro, obviamente su invitada encontraría todo pequeño, solo hay que mirar las curvas que componen su figura y el tamaño de su ropa para que realmente ocultara su construcción física.
-oh, I’m sorry J. I’m calling someone to give you something of your size (Oh, lo siento J. Llamaré a alguien para que te dé algo de tu talla)- Informó sacando su teléfono celular de un bolsillo de sus pantalones y marcando un número con rapidez- Salut? Oui, pourriez-vous apporter des tailles plus grandes? Mon invité est quelque chose, euh… (¿Hola? Sí, ¿podrías traer tallas más grandes? Mi invitado es algo, eh… )- Disimuladamente se apartó de J y murmuró un par de cosas más en francés antes de cortar la llamada con un asentimiento y una despedida alegre- my friend say he come in some minutes; want a drink or something for eat? (Mi amigo dice que vendrá en unos minutos; ¿Quieres algo de beber o comer?)- Ofrece con una sonrisa al tiempo que guarda su teléfono de nuevo en su bolsillo
-yeah, please (si, por favor)- Acepta gustosa, siguiéndolo cuando sale de la habitación y se dirige a la cocina
-what you want, J? (¿Qué quieres, J?)- Pregunta con una sonrisa, casi seguro de poder ofrecerle lo que quisiera
-uhm… water? (uhm… ¿Agua?)- Su voz suena tan avergonzada que Canadá piensa por un momento que solo fue su mente, por lo que decide voltear y comprobar que realmente habló, encontrándose con el rostro rojo de la chica
-uhm… you’re sure you just want water? (uhm… ¿Segura que solo quieres agua?)- Pregunta algo inseguro, preguntándose mentalmente por qué solo pediría agua
-eh… yes, I don’t want abuse, so, water is okay (eh… si, no quiero abusar, así que, agua está bien)- Sonríe sin mirarlo, tratando de ocultar su vergüenza y ansiedad
Canadá asiente sin decir palabra alguna, comenzando a buscar cosas en su cocina para preparar un “macaroni and cheese” rápidamente. Mientras él se encontraba concentrado en su tarea, el teléfono celular de Jizrorim comenzó a vibrar, alertando a la dama de una llamada entrante. Suavemente y con sigilo se dirigió hacia la sala de estar para atender. Tras una charla rápida y calmada, volvió a la barra que separaba la cocina del comedor, sentándose en un taburete mientras observaba al bicolor preparar con maestría la comida. Unos pocos minutos después, cuando J comenzaba a sentir que su estómago la mataría por no ingerir comida en un periodo de más de 7 horas, un plato caliente de macaroni and cheese es colocado frente a ella con una presentación poco trabajada pero igualmente bonita.
-Canadá?- Llama con la duda escrita en su rostro, viéndolo dejar su plato frente a ella en la barra antes de buscar unas cuantas cosas más antes de extenderle un par de cubiertos y acercando un taburete desde el lado de la cocina
-you haven’t take some food in all the time I saw you today… (No has comido en todo el tiempo en que te ví hoy…)- Dice simplemente, comenzando a comer lentamente cuando ella recibe el juego de cubiertos
-I… I did it (Yo… lo hice)- Protesta suavemente, mirándolo con algo de incredulidad
-no, you don’t. You hate eat in front of people who isn’t in your “family and old friends” circle (No, no lo hiciste. No comes en frente de gente que no está en tu círculo “familia y viejos amigos”)- Niega sin mirarla, llevándose otro poco de comida a la boca- eat (come)- Indica antes de seguir comiendo
-…thanks… (…gracias…)- Murmura antes de comenzar a comer
Canadá terminó antes su comida, disculpándose antes de levantarse y llevar su plato a una bacha y lavarlo. Se secó las manos e informó a la chica que volvería en unos minutos antes de marcharse de la cocina y perderse escaleras arriba. Ahora sola, saboreó libremente la comida y casi lloró de la alegría de por fin estar comiendo algo. Jamás lo admitiría abiertamente o se lo diría a alguien, pero había pasado dos días y medio sin comer nada más que unos dulces y beber agua ya que no había podido volver a casa por asuntos con otros countrys. A todos lados que fue en ese periodo se negó a comer, siempre con una sonrisa y un gesto amable, alegando que había comido hace poco.
-Tal parece él no caería en algo así- Pensó distraídamente, llevándose el último bocado de comida a la boca mientras miraba el techo
En el momento en que se dispuso a llevar su plato a la bacha para lavarlo, Canadá apareció por la puerta, tomándolo con un gesto suave y amable de sus manos antes de ir y lavarlo él mismo. Una vez que todo estuvo limpio y en su lugar, el bicolor se volteó en busca de la dama, mas se encontró que no estaba allí. Con el ceño fruncido, buscó a su invitada por toda la planta baja antes de subir las escaleras apresurado y entrar a la habitación donde habían estado mirando la ropa. Allí, parada en medio de la sección con ropa femenina, estaba la joven, observando con el ceño fruncido y una mano en el mentón tres conjuntos de ropa que a la vista eran más grande que el resto de prendas que le ofrecieron pero también eran notablemente pequeñas para su construcción.
-don’t need to use some of these; my friend is in the way (No necesitas usar ninguno de esos; mi amigo está viniendo)- Dijo apoyándose en el marco de la puerta, sonriendo cuando ella se volteó con un respingo ante la sorpresa
-uhm… sure? I can take any of they, isn’t like I never used something more tiny than my size (ehm… ¿Seguro? Puedo tomar cualquiera de ellos, no es como si nunca hubiese usado algo más pequeño que mi talla) - Sonrió algo avergonzada
-J, I’m serious when say you haven’t to use something in what you feel uncomfortable (J, hablo en serio cuando digo que no necesitas usar algo en lo que te sientes incomoda)- Niega, mirándola fijamente con intensidad, ella no usaría algo que la molestara solo porque no pidió algo de su agrado desde el inicio
-…okay…- Suspiró resignada, caminando fuera de la habitación y de regreso a la sala de estar, todo el tiempo siendo seguida por el bicolor
Se sentaron en sofás individuales, ella mirando hacia la ventana y él a ella. Le gustaba cómo se veía la luz reflejada a través de sus anteojos, le daba un efecto extraño a sus ojos plateados. La tranquilidad se instaló con el silencio en la habitación, ninguno dijo absolutamente nada, ambos metidos en sus pensamientos. De pronto, el timbre suena y Canadá esboza una sonrisa; ese debía ser su amigo con la ropa para J. A paso veloz, abre la puerta con una gran sonrisa. Hasta que se percata que no solo está allí su amigo, sino que alguien más a quien no esperaba para nada.
-hello, Canadá; here’s the clothes you asked me to bring (Hola, Canadá; aquí están las ropas que me pediste que trajera)- Su amigo sonrió, entregando dos valijas de apariencia pesada al bicolor antes de despedirse de él y el otro sujeto en la puerta y marcharse
Un silencio incómodo y bastante tenso cayó entre el propietario y el recién llegado. Sus miradas rojas chocaban con algo poderoso y temible, algo que haría que hasta el mismo Rusia se apartara de su camino, algo realmente peligroso. Un ruido en el interior de la casa (mansión) llamó la atención de Canadá, quien volteó a tiempo para ver a J asomarse a su lado por la puerta y saludar con una sonrisa a su inesperado visitante.
-North, is good you can come! (¡Norte, que bueno que pudiste venir!)- Soltó aliviada la dama, haciendo un gesto de saludo tradicional al asiático
-Miss J- Saludó con igual gesto, mas la alegría era algo que no se podía notar en su voz, más bien tensa ante la mirada aturdida y sorprendida del otro hombre
-Canadá, I’m sorry; I forgot one reunion I planed with North, so I asked he to come with us; we can talk of our business in the way (Canadá, lo siento; olvidé una reunion que había planeado con Norte, así que le pedí que venga con nosotros; podemos hablar de nuestros asuntos en el camino)- Explicó nerviosamente, mirando entre ambos countrys, notando el disgusto en ambos por alguna razón
Canadá la miró atentamente, analizando la expresión en su cara, la tensión en su cuerpo y las emociones en su tono de voz. Volteandose abrió un poco más la puerta antes de comenzar su camino a la habitación con la ropa.
-right, not a problem (bien, no es problema)- Murmuró, subiendo las escaleras
J sonrió emocionada, mirando a North Korea, quien le hizo un gesto de que pasara primero, lo cual ella hizo luego de agradecer, para luego cerrar la puerta suavemente. Ella le indicó que la siguiera, preguntando qué tal su viaje, a lo que él respondió calmadamente que fue algo agitado pero todo salió bien. Una vez en la habitación divisaron al anfitrión subiendo las valijas sobre dos mesas vacías, a lo que la joven se sorprendió un poco por los músculos que se marcaron en los brazos cubiertos solo por las mangas ajustadas de su remera manga larga.
-J, here you have. Take your time (J, aquí tienes. Toma tu tiempo)- Sonrió el bicolor, apartándose de las maletas antes de dirigirse a las escaleras, pasando a un lado de North y mirándolo fríamente
-Espero sean mi talla… - Suspiró ya frente a las valijas, abriéndolas suavemente y revisando el contenido- Bueno, son mi talla… Aunque los colores son demasiado llamativos…- Murmuró para sí, pasando prenda tras prenda
-any problem? (¿Algún problema?)- Pregunta desconcertado el de la estrella, sin entender el propósito de tanta ropa
-oh! ehm, Canadá asked me so suddenly than I can’t take the equipment for the cold of my home, so he asked a friend of his to take clothes for me (¡oh! Ehm, Canadá me preguntó tan de repente que no pude tomar el equipamiento para frío de mi casa, así que él le pidió a un amigo que trajera ropa para mi)- Rió un poco avergonzada, sin dejar de revisar la ropa- Oh, esto se ve bien…- Murmuró alegre al encontrar un conjunto de su talla en colores sobrios, algo de su total agrado
North Korea, sin decir una palabra, se volteó y salió de la habitación, cerrando la puerta antes de decidirse a bajar las escaleras rumbo a la sala de estar. Sentado en uno de los sofás estaba Canadá, observando con una mirada fría y bastante sombría la ventana, la cual se comenzaba a empañar debido al frío de fuera y el calor de dentro chocando contra el mismo cristal. El asiático se quedó quieto de pie en la entrada de la sala, observando al otro voltear y mirarlo con algo que solo podría describirse como odio y deseos de verlo desaparecer de la faz del universo. La mirada del propio North se volvió más fría, compitiendo con la de su anfitrión, dando a entender que no lo intimida para nada.
Antes de que cualquiera de los dos pudiera decir alguna palabra o hacer algún movimiento, los pasos apresurados bajando por la escalera llaman la atención de ambos, provocando que volteen a ver a una Jizrorim vestida con lo que se calificaría como ropa para frío ligera.
-isn’t it too little for the Pole North, J? (¿No es muy poco para el Polo Norte, J?)- Canadá pregunta algo preocupado
-Canadá, I’m from antarctic continent; I’m fine with this (Canadá, soy del continente antártico; Estoy bien con esto)- Sonríe socarrona, jactándose de la posición de su territorio
-… okay, but please, take another jacket for anything (…Bien, pero por favor, lleva otra chaqueta por si acaso)- El bicolor accede, pero el ceño preocupado no se borra de su cara incluso cuando J accede
-oh! yeah, right. North, you have good clothes for this, right? (¡oh! Si, bien. Norte, tienes buena ropa para esto, ¿Verdad?)- La de amarillo pálido le pregunta al asiático, algo preocupada
-yeah; I thinked in it before out of home (Si; lo pensé antes de salir de casa)- Él la tranquiliza, asintiendo suavemente
-well, in that case, we can go, right? (Bueno, en ese caso, podemos irnos, ¿Verdad?)- Mira alegremente y con una gran emoción al anfitrión
-yeah; just leave me change my clothes and take some things and we can go (Si; solo dejenme cambiar mis ropas y tomar algo y nos podemos ir)- Le sonrió, alegre por la emoción de la chica
Unos minutos después, los tres se encontraban rumbo a la costa al norte del territorio canadiense; Canadá iba sentado en el asiento de conductor mientras que sus dos invitados iban en los de pasajeros. Ignoró firmemente la charla que entablaron detrás de él, sin querer entrometerse en los asuntos de la dama, mas la sangre le hervía cada vez que reconocía una pequeña risa nerviosa o una broma cariñosa provenir de la voz de la joven.
El viaje fue rápido ya que la carretera era poco circulada debido a la nieve que comenzaba a caer. Cuando llegaron a destino ambos sonrieron al ver a Jizrorim bajar corriendo y reír mientras jugaba un poco con la nieve que caía.
Tomaron algunas cosas del equipo y partieron a pie, el bicolor por delante con sus acompañantes siguiéndolo, reanudando su charla de negocios. Nuevamente, el país norteamericano se sintió incómodo, sentía cómo el calor de su cuerpo se elevaba a medida que la sangre le hervía.
Con un resoplido, Canadá apretó las correas de su mochila y se adelantó un poco, pisoteando firme y rápido en la capa de nieve que se estaba formando. A lo lejos divisó la zona donde se hallaban los animales que había mencionado a J, lo que lo hizo hacer un gesto alegre, volteandose para avisar de que ya casi estaban allí. La dama se emocionó ante la información, North, por su parte, apenas esbozó un asentimiento, ignorando la presencia del más alto. El de la hoja miró al de la estrella por unos segundos, su mirada se había vuelto gélida y desprovista de cualquier amabilidad que demostrara generalmente. Sin decir otra palabra, se volteó y reanudo camino, escuchando la alegría en la voz de Jizrorim, mas se encontró incapaz de sentir algo por el estilo, unas crecientes furia y desagrado se instalaron en la boca de su estómago, provocando incomodidad y algo de ansiedad en el más alto.
Al llegar a la zona por fin, North debió regañar a la joven, ya que había comenzado a sacudir las manos con alegría y hacer pequeños chillidos. Ella obviamente tenía pingüinos en su territorio, pero no siempre podía estar con ellos en un mismo área a menos de veinte pasos. El norteamericano observó una sonrisa aparecer en el rostro del asiático, haciéndolo ver calmado y más agradable, ciertamente extraño, muy insólito e impropio por parte del de la estrella. Su mandíbula se apretó y sus puños se cerraron con fuerza alrededor de la cámara que había sacado de la mochila para tomar fotografías.
-J, here (J, aquí)- Murmuró tendiendole la máquina antes de voltearse y comenzar a caminar más allá de los pingüinos, perdiéndose poco a poco de la vista de la chica, quien en la euforia del momento no lo notó
Con la mente nublada en furia y un sentimiento de celos y malestar, el country bicolor pisoteó hacia un área al que recurría cuando sus sentimientos agresivos tomaban el control, un área que suele aborrecer hasta que lo necesita, un área perdida en la lejanía de las costas canadienses. Al llegar a la cima de una pequeña elevación en el terreno, observó fría y analíticamente
lo que allí se encontraba. Pensando el camino más fácil hacia lo más cercano sus sentimientos ganaron sus últimos rastros de conciencia y cordura. Sujetando fuertemente su hacha un recuerdo de J sonriendo llenó su mente, elevando el arma una imagen de la dama adelantándose a él para saludar alegremente a North lo hizo formar una mueca en su cara hasta entonces desprovista de emoción, y al momento de dejar caer la afilada cabeza sobre su objetivo imaginó al centro de su furia y celos justo allí, con el arma enterrado en su torso, escurriendo sangre cual fuente, un gesto aterrorizado y agonizante le hizo sentir que su corazón daba un vuelco al pensar en la dulzura de la venganza y la posesividad que ardía en su estómago se contrajo encantada, enamorada del hecho de demostrar su control sobre su persona de afecto. Mientras retiraba el hacha, el joven norteamericano sonrió de forma psicótica y se dirigió al próximo objetivo.
Tomó dos minutos para que el asiático notara la ausencia del anfitrión, tomó otros cinco minutos para que su ansiedad lo carcomiera y se filtrara a su cara. Jizrorim, que había estado tomando fotos tanto de los pingüinos como del paisaje y de ellos, notó la falta del tercer integrante al llamar a ambos hombres para tomarse una fotografía con un pingüino bastante pequeño.
-where’s Canadá? (¿Dónde está Canadá?)- Preguntó a North cuando al observar los alrededores no lo encontró
Al mirar a su acompañante, la cara de la antártica se contorsiona en un poco de terror y confusión; ansiedad grabada en el cuerpo tenso del de la estrella, su mirada fija en la lejanía, más allá de un montículo particularmente grande que ocultaba lo que había detrás de él.
-North? - Llamó, dando pasos hasta él, colocando una mano dudosamente sobre su antebrazo, pero él no reaccionó
-날 따라와… 그리고 날 보내 지마 (sigueme… y no me sueltes) -
La voz sonaba inestable, y algo en esto logró hacer que J perdiera un poco de su equilibrio, mirando la nuca del más alto cuando le dio la espalda después de tomarla por el antebrazo y comenzar a caminar hacia aquel montículo cautelosamente. Por pura inercia lo siguió sin decir palabra alguna, mas las emociones y dudas comenzaron a arremolinarse en su estómago, cerrando su garganta y haciendo que respirar fuese realmente complicado. Sintiendo que algo estaba totalmente mal al sentir la tensión retenida que la mano enguantada de North ejercía sobre su antebrazo decidió agachar la mirada, encontrando con sorpresa un segundo rastro de pisadas en la nieve, un rastro además del de quien la guiaba. El asiático estaba siguiendo los pasos de Canadá, llevándolos hacia donde sea que se hubiese marchado.
Frenando en seco, la de bandera pálida chocó con la espalda de North, sorprendiéndose por el golpe suave en su cara, sin embargo fue la sensación de temblor en la mano que la sujetaba. El hombre frente a ella no temblaría bajo ninguna situación en la que lo pusieran…
Excepto quizás si se trataba de meterlo en territorio hostil con un aliado preciado del enemigo, cuya fuerza y dominación del entorno lo ponía en clara desventaja.
-North?- Llamó en un tono entrecortado y ansioso, asomándose por un costado del hombre aún detrás de él
-보지마! (¡No veas!) - Advirtió, reaccionando tarde, tratando de cubrir inútilmente lo que estaba ante ellos
-Mi Dios- Murmuró con las rodillas temblando la dama, aferrándose al brazo desocupado del asiático, sus ojos horrorizados presa de un pánico y confusión que solo eran de un valor justo para lo que observaban
Ahí, ahora detrás del hombre, se encontraba una extensión plana de playa cubierta de nieve…
-우리는 가야한다 (Debemos irnos)- Murmuró el de la estrella para sí mismo, su mirada perdida en los pasos en la nieve detrás de la chica
Nieve roja. Roja sangre. Sangre proveniente de una gran cantidad de focas. Focas asesinadas, cadáveres esparcidos por un área lo suficientemente grande como para creer que había sido obra de un grupo de no menos de cinco personas.
Pero solo había una. Una persona parada allí donde el agua helada besaba la nevada playa. Su postura encorvada y las sacudidas continuas delataban agotamiento y una respiración errática. Botas llenas de sangre y nieve se movieron para girar el cuerpo largo y dar a conocer ropas manchadas de blanco y rojo, dejando un tono rosa en las áreas que se encontraban los copos de nieve y las salpicaduras de sangre. El rostro de por si pálido de la chica se tornó blanco y sus ojos horrorizados se llenaron de un pánico sin igual, hipnotizados por el aspecto de ese ser.
-가자 (Vámonos)- Ordenó North, dando un paso, pero la chica no se movió, clavada al piso, observando detrás de él- Miss J?- Llamó con la garganta seca, volteándose lentamente al notar que ella señalaba detrás de él
Un paso. Otro más. Un caminar lento, tortuoso, lleno de emociones reprimidas y un poder aterrador que clavó al asiático al suelo. Paso a paso, con su andar pausado y pesado, Canadá, lleno de sangre y nieve, con el hacha roja en sangre siendo arrastrada detrás de él, se dirigió hacia ellos, cabeza colgando hacia el frente, su gorro cubriendo su rostro con una sombra oscura.
-J, vayámonos- Susurra North Korea, apretando su agarre en el brazo de J
La chica no contestó y tampoco reaccionó, centrada en el bicolor que ahora estaba a un poco más de medio camino hacia ellos. Lágrimas corrían de sus ojos asustados, rodando por sus mejillas pálidas a pesar del frío, bajando por los pliegues de las comisuras de sus labio debido a su boca semiabierta, descendiendo un poco más hasta su barbilla, donde se unían y caían al suelo o sobre su pecho.
-Jizrorim- Llamó cuando Canadá estaba a tan solo diez pasos, su cuerpo tensado al punto del dolor- ¡CORRE!- Ordenó, comenzando a correr, tirando de ella cuando la mano libre y ensangrentada del otro hombre se elevó hacia ella, tirando de la dama detrás de él en una carrera desordenada hacia el vehículo en el que habían ido
Jadeando, el de la estrella abrió la puerta de copiloto y metió a J, quien estaba en estado catatónico por el shock, antes de correr al asiento de conductor y tratar de arrancar el auto.
-그는… 열쇠 (Él… la llave)- la voz agitada y algo dura del de ojos rojos sale en un murmullo horrorizado, su cuerpo tenso no puede reaccionar hasta que un jadeo abandona a su acompañante
En un instante, J se encuentra estirada sobre él, sorprendiéndolo, mas su cara de desconcierto cambia a una de total revelación y pánico al ver a través de la ventana del conductor la forma alta e imponente de Canadá con un brazo extendido para abrir la puerta. Los ojos rojos fríos y desprovistos de cualquier amabilidad del anfitrión no se despegan del invitado que él no invitó cuando camina hacia la puerta de copiloto, y su gesto no cambia al encontrarse que la chica reaccionó antes que él de nuevo y la había bloqueado también.
Ambos observaron estáticos cómo retrocedía y parecía sopesar sus opciones meticulosamente antes de volver a acercarse a la puerta de Jizrorim y, luego de presionar un dedo en su chaqueta de invierno, dibujar un rostro triste en la ventanilla con sangre. Al terminar de dibujar una lágrima, rodeó por el frente hasta la ventanilla de North, donde dibujó una cara con una estrella en un parche; observó su dibujo, luego miró por unos segundos a los ojos rojos aterrados y expectantes, antes de golpear con fuerza su mano sobre el dibujo, demostrando una clara señal que heló a ambos extranjeros.
Canadá estaba molesto con North Korea, y era a él a quien buscaban sus manos ensangrentadas.
Dando tres pasos hacia atrás, comenzó a rodear el auto, yendo primero por detrás, dando círculos lentos, llenando de terror el alma de ambos acompañantes. Luego de diez segundos durante el cuarto círculo notaron que no volvió, habiendo desaparecido cuando fue detrás del auto. Tanto el de la estrella como la del ave miraron fijamente hacia atrás antes de mirarse entre ellos lentamente. Había terror y obvia ansiedad en los rostros de ambos, no obstante el hombre tenía algo más en sus ojos a parte de eso, había un cierto fuego. Estaba determinado a sacarlos de allí, así que, con un movimiento repentino, se acomodó para abrir los paneles debajo del volante y buscó a tientas los cables de arranque. Si no tenía las llaves haría las suyas propias.
-내가 너라면 그렇게하지 않을거야 (No haría eso si fuera tú)-
El aire se sintió mucho más frío que hace un instante, y no era debido a la puerta abierta. North volteó lentamente su cabeza, encontrando a Canadá sentado detrás de ellos, justo en el medio del asiento trasero, con un codo apoyado en el asiento de J, su mano colgando, mientras que su otro brazo apuntaba con su mano el hacha hacia él, instándolo a darle un motivo para atacar. Jizrorim jadeó, tratando de disimuladamente quitar el seguro a la puerta para huir.
-Si corres vas a perderte y terminarás perdida sin provisiones en un terreno desconocido- Murmuró con algo de preocupación fría el bicolor, sin quitar la mirada de los ojos del asiático- Aunque… podría encargarme de este… problema, e ir a buscarte, así que no estaría tan mal- Una mueca de disgusto se apoderó de la inexpresiva cara del anfitrión antes de inclinarse hacia el lado de la dama, extender el brazo y quitar el bloqueo- Eres libre de correr, Mademoiselle~- Susurró a su oído con una pequeña sonrisa, esperando que saliera del auto para llevar a cabo su propósito
La antártica miró con terror a su aliado oriental, procesando sus opciones y repasando su situación. Estaba en terreno desconocido con un amigo que se había vuelto inexplicablemente violento y estaba notablemente centrado en asesinar a su otro acompañante. Si corría, se perdería, además de las opciones de ser atacada por algún oso polar, sufrir por la tormenta de nieve que se avecinaba y el obvio hecho de que si dejaba solos a sus compañeros, uno moriría y el otro iría tras ella. La falta de agresividad hacia ella era una variable que podría usar a su favor si jugaba bien su papel, lo que los podría salvar a ambos de la situación tan inquietante y horrenda.
-Canadá- Llamó suavemente, su voz estrangulada por el miedo
-¿Sí, Mademoiselle Jizrorim?- Atendió con cariño, aún sin mirarla
-Pourriez-vous me regarder? (¿Podrías mirarme?)- Susurró dulcemente, imaginando que le habla a un lindo niño y no a un asesino cubierto de sangre que amenaza con un hacha a un aliado suyo
La atención se fijó rápidamente en ella, mas el agarre sobre el hacha era aún firme. Los ojos sin brillo del norteamericano se centraron en los plateados aterrados de la chica antártica. Con la mano libre hizo un gesto para que procediera, un movimiento sin duda dulce y fluido, nada relacionado con la situación.
-Tu … sais que j'apprécie vraiment ta présence, non? (Tú … sabes que realmente aprecio tu presencia, ¿verdad?)- Hizo un gesto tímido, mirando sus manos temblorosas en su regazo, sudando frío
-Oh, Mademoiselle, vos paroles m'honorent (Oh, Mademoiselle, tus palabras me honran)- Sonríe entrecerrando los ojos en cariño
-C'est la vérité. J'aime vraiment être avec toi (Es la verdad. Me gusta mucho estar contigo)- Asiente nerviosamente- mais… (pero…)- Susurra
-mais? (¿Pero?) - Repite ahora preocupado Canadá, aflojando su agarre en el arma
North mira en completo silencio y tan quieto como puede, observa la actuación nerviosa de la dama y las reacciones del hombre, totalmente atrapado en la red que estaba tejiendo la chica pálida para sacarlos de aquella horrible situación.
-Ce que vous faites … Suivez-nous comme ça, baigné de sang… (Lo que estás haciendo … Siguiéndonos así, bañado en sangre…)- Comenzó con la voz temblorosa, sus ojos totalmente encerrados en sus manos, jugando nerviosamente con ella
-Votre sang dérange? Je peux enlever mes vêtements si tu préfères (¿Te molesta la sangre? Puedo quitarme la ropa si lo prefieres)- Se apresura a colocar su mano libre en el cierre de su chaqueta
-Non!- Chilla avergonzada Jizrorim, deteniéndolo en seco
Entonces tanto ella como North Korea notaron el claro error. Si ella no hubiera hablado él tendría que haber soltado el arma. Ambos hicieron una mueca ante la oportunidad perdida.
-Je veux dire, si vous enlevez vos vêtements, vous serez exposé au froid (Quiero decir, si te quitas la ropa, estarás expuesto al frío)- Explica ansiosamente, sin mirarlo
-Oh, c'est très gentil de ta part de t'inquiéter pour moi, Mademoiselle (Oh, es muy amable de tu parte preocuparte por mí, Mademoiselle)- Sonríe realmente alegre, inclinándose hacia ella- Me gusta cuando te preocupas por mi- Le susurra al oído, besando su mejilla
-Ensuite vous plaît, arrêtez. Si vous continuez avec cela, vous finirez par être considéré comme un danger et vous serez attaqué (Entonces, por favor, para. Si continúas con esto, terminarás siendo considerado un peligro y serás atacado)- Pide temerosa, viendo a los ojos al bicolor, sosteniendo su mirada apenas menos fría que antes
-Mademoiselle, je ne peux pas faire ça. S'il s'échappait, il parlerait sûrement (Mademoiselle, no puedo hacer esto. Si escapara, seguramente hablaría)- Suspira, mirando con odio al asiático, haciendo una mueca de disgusto- Et si cela se produit, vous vous étiez seul et personne ne vous protégera… (Y si eso sucede, estarás solo y nadie te protegerá…) - Explica, volviendo a mirarla, ahora un semblante realmente preocupado
El de la estrella sonríe internamente en el avance que ha tenido la chica en la mente del otro hombre, aunque existe la pizca de odio y celos por obtener tales elogios y palabras bonitas de ella. El objetivo de salir de allí se hacía cada vez más cercano.
-Tu ne me perdras pas. Il ne pas parler, j'en suis sûr (No me perderás. No hablará, estoy segura)- Defiende suavemente, una expresión algo desesperada se come su actuar suave y cariñoso
-Mademoiselle, vous ne le savez pas. Ce que l'appétit d'un homme peut accomplir échappe à votre esprit pur (Mademoiselle, no lo sabes. Lo que el apetito de un hombre puede lograr se escapa de tu mente pura) - Sonríe cálidamente, acariciando su mejilla, dejando un rastro de sangre medio seca donde había un rastro de lágrimas antes- Mon esprit ne change pas d'avis. Tu devrais aller. Va-t'en, je te retrouve plus tard (Mi mente no cambia de opinión. Deberías irte. Vete, te buscaré más tarde)- Incita con una mueca cariñosa mientras vuelve a acariciar su mejilla
Jizrorim observa con algo de pánico al de la hoja, esperando que al no reaccionar desistiera en su ataque, mas el estado de su mente obviamente no se lo dejaría así de fácil. De reojo mira a North Korea, que la ve con seriedad, asintiendo levemente. Él se las arreglaría, su misión era sacarla de allí, no mantenerla entre una muerte segura y él.
-Eh bien … j'irai… (Está bien… Me voy…)- Murmura, abriendo la puerta sin dejar de ver a su compañero encerrado en ese estrecho lugar, presionado contra los pedales, el volante y el asiento, con las manos a la vista de Canadá
Con un último vistazo a Canadá, quien sonríe suavemente y hace un gesto de despedida amable, se baja del auto y comienza a caminar lejos bajo la nieve que ahora caía de forma torrencial debido a la tormenta que se había desatado en el tiempo que tomó toda esa locura.
-Soy libre- Piensa respirando profundamente la chica antártica- Libre… Libre hasta que acabe con North y venga a buscarme ¿Qué diantres estoy haciendo? Debería volver y salvarlo…-Piensa furiosamente, deteniéndose y volteando a ver el auto que ahora se encontraba algo lejos- ¿Debería? Él quiere que escape… Pero… Canadá sin duda lo… y luego…él vendrá por mi- Se encoje cuando una ráfaga helada corre a su alrededor, recordandole que estar fuera no es buena opción ni siquiera para alguien como ella
A paso apresurado se dirige de regreso al auto, abrazándose a si misma, formulando un plan poco detallado para salvar a su amigo asiático. Al llegar, se detiene junto a la puerta trasera, tosiendo un poco para llamar la atención del norteamericano, quien se veía centrado en el de la estrella, a punto de dar un golpe con su arma.
-il fait froid … il y a une tempête ici … je peux rester? (hace frío… hay una tormenta aquí… ¿puedo quedarme?)- Su voz suena tímida, suave y realmente la hace ver como una niña perdida a ojos del bicolor, quien asiente suavemente
-Je t'ai dit que ce n'était pas suffisant pour le pôle Nord (Te dije que no era suficiente para el Polo Norte)- Sonríe cariñosamente Canadá al voltearse a mirarla con un poco de sorpresa, retrocediendo un poco en el asiento, palmeando el lugar a su lado para que ella entrase y se sentara
Con un gesto sumiso obedece, sentándose con duda a su lado, encogiéndose sobre sí misma cuando el brazo libre del más alto de los tres rodeo sus hombros y la acercó un poco. Pero tan pronto como sus manos se apretaron contra sus brazos la extremidad invasora se apartó.
-désolé j'ai oublié que tu n'aimes pas le sang (lo siento, olvidé que no te gusta la sangre)- Se disculpó con un gesto realmente preocupado
-c'est bien (está bien)- Murmura ella, alejándose un poco
Con el silencio de regreso al auto, los sonidos del viento blanco llenaron el ambiente cada vez más frío, aunque la tensión de la situación los hacía casi inmune al tacto helado del aire. Cuando el frío fue tal que sus pies comenzaron a enfriarse J entendió que si dejaba pasar más tiempo, su cuerpo y el mismo North serían adormecidos por el clima lo suficiente como para no reaccionar a tiempo si Canadá decidiera hacer otro movimiento, lo cual era claro que sucedería pronto.
Inhalando profundamente, la chica antártica reunió toda la fuerza que su cuerpo tenso pudo y se empujó contra el joven a su lado. Todo pasó tan rápido que el asiático apenas pudo procesar los movimientos y el hecho que de que ahora el arma que había sido apuntado en su contra hace apenas unos segundos estaba frente a él, sin el agarre mortal que Canadá tenía sobre ella.
Su primera acción cuando su cuerpo reaccionó fue tomar el hacha y lanzarla fuera del auto por la puerta abierta del acompañante, no queriendo que vuelva a ser utilizada para intimidación o algo peor.
La segunda acción de North habría sido acomodarse mejor, saliendo de su postura incómoda entre el asiento, el volante y los pedales, mas un jadeo de Jizrorim llamó su atención, congelando su cuerpo cuando vio al norteamericano incorporarse con cuidado de no dañar a la dama, dejándola de nuevo sobre el asiento mientras buscaba el arma con la vista, gruñendo y murmurando cosas en francés con un tono molesto.
-Fuera- La palabra se desliza por los labios secos del de la estrella sin su consentimiento- La lancé fuera- Lo mira fijamente a los ojos
Las miradas de ambos chocaron con una fuerza enorme, odio, resentimiento, furia y envidia. El rojo ardiente de la mirada asesina de Canadá comenzó a subyugar el rojo un poco oscuro de la mirada helada de North, haciéndolo temblar levemente cuando el bicolor decidió que el arma era más importante que un duelo de miradas y se lanzó a abrir la puerta para salir a buscarla. Tan solo en diez segundos, el asiático se encontraba ya sentado en el lugar del conductor, mirando a Jizrorim, quien aún estaba procesando lo que había hecho, aturdida por la nula reacción violenta que Canadá expresó hacia ella.
-괜찮 니? (¿Estás bien?)- Murmuró a la chica, la preocupación visible en su cara y palpable en su tono
Ella solo asintió, mirando hacia afuera por la puerta abierta a su lado, observando al country de la hoja caminar hacia el hacha que se encontraba semienterrada en la nieve. El marco alto y cubierto de sangre de Canadá se encontraba temblando de ira retenida, una determinación de acabar con el otro hombre era tan visible que la antártica consideró por un momento que había mucho más de lo que lo que veía. Pero todos los pensamientos de los tres countrys fueron cortados cuando un profundo bufido sonó detrás del que se hallaba en el exterior, aún inclinado para tomar el arma, Canadá volteo la cabeza para divisar una gran masa de músculos y pelaje de aspecto blanco amarillento a unos veinte pasos de él.
-Oso- Susurra la del de tono amarillo pálido
El bicolor reacciona rápidamente tomando el hacha en sus manos y sujetándolo fuertemente cuando el animal enorme comienza a caminar hacia él, adoptando una pose firme e imponente, gruñendo.
-Je n'ai pas le temps pour toi (No tengo tiempo para esto)- Dice entre dientes al animal, comenzando a moverse hacia la derecha
El oso lo sigue con la mirada, sin dejar de avanzar, sin embargo, no se desvía, viendo más presas dentro del auto. El animal parece sopesar por unos instantes las opciones y decide que aunque Canadá está fuera y cubierto de sangre puede huir o atacarlo, ya que tiene un arma. El oso va hacia el auto, haciendo que tanto J como North se alarmen. No habían reaccionado a cerrar las puertas debido al shock y ahora se veían a merced del animal.
-Merde (Mierda)- Murmura el bicolor al ver el curso del animal, su mente centrada en que es más probable que ataque a la chica, ya que está más cerca de la puerta que el hombre
Con la decisión de salvar a su amiga clara en su mente, arremete contra el oso, hacha elevado en el aire para luego bajarlo con toda su fuerza contra el lomo del gran animal. Un rugido furioso y de dolor abandona a la gran bestia, que voltea para atacar al country norteamericano, mas este logra retroceder con el hacha aún en mano, dejando escapar un jadeo de dolor cuando el ursino vuelve a arremeter contra él, haciéndolo retroceder aún más, huyendo detrás del auto siendo seguido por el animal.
-우리는 그를 도와야한다! (-¡Debemos ayudarlo!)- Jizrorim mira aterrada por el cristal trasero del auto
-그리고 나를 죽여 (Y que intente martarme)- Dice con sarcasmo ácido North, frunciendo el ceño ante la mirada molesta y asustada que le da su acompañante
-North! 우리는 죽게 내버려 둘 수 없어! (¡Norte!¡No podemos dejar que muera!)- Chilla cuando otro rugido del animal se escucha detrás del auto acompañado de un sonido de esfuerzo proveniente del country bicolor
El asiático la mira molesto, sus emociones y pensamientos tan revueltos que podría ponerlos delante de un experto y no sabría lo que miraba. Con el corazón en la garganta y un nudo en su estómago, gruñe y regresa a buscar los cables para arrancar el auto.
-NORTH! 당신은 떠날 수 없습니다 /! (¡NORTE! NO PODEMOS IRNOS/!)- Su reprimenda es cortada cuando el auto enciende y el hombre vuelve a sentarse apresuradamente en el asiento de conductor
-난 안할거야 (No lo haré)- Gruñe, colocando marcha atrás y pisando el pedal a fondo
El auto retrocede de forma repentina y con una velocidad vertiginosa, provocando que tanto la dama como el hombre sean impulsados hacia adelante antes de golpear contra sus asientos cuando el auto deja de moverse luego de golpear fuertemente algo que solo podría haber sonado como un cuerpo.
-CANADÁ!- Chilla J, apresurandose a correr fuera del auto y revisar detrás
Efectivamente, habían golpeado al country bicolor, sin embargo también al animal, así que ahora ambos estaban inconscientes. Con un jadeo, se dejó caer a un lado del joven y tomó sus signos vitales. Vivo, pero con unos hematomas formándose en su frente y probablemente también en sus piernas o estómago.
-그를 도와주지 말았어야했는데 (No debería haberlo ayudado)- Murmura North, parado al otro lado del auto, mirando los cuerpos inconscientes con molestia
-우리는 그것을 버릴 수 없습니다. 폭풍이 점점 악화되고있다 (No podemos abandonarlo. La tormenta está empeorando)- Dice con voz temblorosa la chica antártica, pasando sus manos por debajo de los brazos de Canadá, arrastrándolo un poco
-나는 여기에두고 싶습니다 (Quisiera dejarlo aquí)- Suspira el asiático, poniendo sus manos enguantadas sobre las de la chica, tomando su lugar para arrastrar al inconsciente norteamericano dentro del auto
Con un gruñido, lo deposita sobre el asiento de copiloto, dirigiéndose luego al baúl del auto para buscar una soga entre el equipo que había empacado. Con una sonrisa de autosuficiencia al encontrar dicho objeto vuelve a donde el country bicolor y lo maniobra para atarlo correctamente, si llegase a despertar y volvía a intentar cualquier cosa estaría mayormente restringido y no podría moverse.
-정말 잔인해 보인다… (Se ve realmente cruel …) - Murmura con un gesto incómodo la chica
-그가 깨��날 때 무언가를 시도하고 싶다면 그를 막을 것입니다 … 그는 나를 다시 공격하지 않습니다 (Si quiere probar algo cuando se despierte, lo detendrá … no volverá a atacarme)- La cara del hombre se contorsiona en una mueca de desagrado mientras mira al más alto de los tres
Jizrorim solo puede atinar a mirar desconcertada a su amigo. Es cierto que en ningún momento Canadá mostró intención alguna de querer dañarla, por el contrario, parecía preocuparse por ella abiertamente. No había querido que lo vea dañar a North, se había preocupado cuando hablaban e incluso la había querido ayudar cuando regresó arrepentida diciendo que tenía frío. Podría admitir también que es absolutamente factible asegurar que cuando hablaron demostró cariño y se calmó ante los elogios.
-Extraño- Susurró con el ceño fruncido en confusión, aún pensando en lo raro de la situación
-Miss J, 우리는 안으로 들어가야합니다. 폭풍이 심해지 다 (Tenemos que ir dentro. La tormenta está empeorando)- Explica el asiático cuando coloca sus manos en los hombros de J y la guía suavemente al asiento trasero, cerrando la puerta una vez que subió
Rodeando el auto, North subió por la otra puerta trasera y cerró. Ahora sentado y más calmado, toda la situación y sus posibilidades estaban sobre la mesa y necesitaba escoger su mano. Largarse de allí no era una opción con la tormenta en pleno apogeo, además de que no sabía el camino; esperar a que Canadá despierte es la mejor opción. Por otro lado, qué hacer con respecto a las acciones del country bicolor. Delatarlo, hablar con ONU respecto a todo esto, provocar un revuelo y una posible guerra, desatando obviamente la ira de la familia del norteamericano contra si por dejarlo en tan mala posición ante el mundo.
-우리는 이것에 대해 아무 말도 할 수 없습니다 (No podemos decir nada sobre esto.)- La voz de la dama pálida sale baja, suave y resignada
-맞습니까?? (¿Verdad?)- Suspira resignado
Ambos asintieron, no hay más de qué hablar; sus mentes necesitaban tiempo para procesar y trazar planes de acción, y sus cuerpos necesitaban descanso. Lentamente, J subió las piernas al asiento y las abrazó contra su torso; el frío estaba ganando dentro del auto, pero ambos sabían que si prendían la calefacción había una probabilidad de que luego el auto no pudiese moverse.
Pasaron los minutos y sus cuerpos comenzaron a adormecerse y sus mentes cansadas comenzaron a dejar de maquinar. Casi imperceptiblemente se inclinaron hacia el otro, buscando inconscientemente calor y refugio del miedo que había cavado en sus corazones hace apenas unos minutos. Con un suspiro satisfecho la chica se enterró en el abrazo que su acompañante le había ofrecido en su dormitante estado, abrazándolo de regreso.
Se hizo la quietud dentro del auto, la tormenta fuera empeoró y la temperatura siguió descendiendo por horas. El oso había despertado ya bien entrada la noche, corriendo a buscar un refugio del viento que arrojaba nieve desde y hacia todas direcciones, dejando un rastro de pasos que fueron borrados bajo capas gruesas de nieve blanca.
Cuando el sol asomó por el horizonte lejano de las costas, la nieve apenas caía, creando junto al suelo cubierto de blanco un paisaje hermoso lleno de paz y quietud.
Hasta que uno de los tres integrantes despertó. Canadá se removió fastidiado, su cuerpo rígido e incómodo cuando sus ojos se abrieron, buscando desconcertado algo que le explicara por qué no podía moverse. La sorpresa se hizo visible en sus facciones cuando se encontró mirando su cuerpo atado firmemente al asiento con una soga y el cinturón de seguridad. Buscó en su mente los recuerdos del día anterior, revisando qué podría haber causado que terminara en tal situación. Nada llegó a él. Veía la sangre seca en su ropa, eso fue lo que más lo preocupó; recordaba haber invitado a J a su territorio, luego haber ido a casa para comer algo y cambiarse, la llegada de su amigo y North, el viaje al área de pingüinos y luego… Nada. Absoluta negrura.
Bueno, si era sincero, en realidad recordaba un hacha, su hacha, y sangre. Nieve con sangre. Palabras suaves y la sensación de pelaje caliente contra su cara. También, lo más desconcertante, ojos que se superponen, sin dejarle saber si eran rosa o no, una expresión oscilante entre terror y odio, y no lograba discernir cuál lo descolocó más.
-J…Jiz…- Intentó hablar, pero encontraba su boca seca y su garganta ardiente, por lo que comenzó a toser
El sonido áspero hizo mella en la inconsciencia de la dama dormida en el asiento de atrás, aún abrazada al asiático, quien se encontraba en un profundo sueño. Aturdida se incorporó, restregando sus cansados ojos y bostezando suavemente antes de reaccionar. Había sido despertada por alguien llamándola, y si North seguía dormido solo podía significar algo.
-Canadá!- Se lanzó hacia adelante, colocándose entre los asientos delanteros para observar una expresión de total sorpresa y confusión en el rostro de su aliado
-what happen? (¿Qué sucedió?)- Murmuró totalmente descolocado, sin saber de dónde había salido, por qué seguían allí o por qué estaba atado y cubierto de sangre
-you… forgot it? (¿tú… lo olvidaste?)- Susurró, algo sorprendida
-forgot…what? (¿Olvidar… qué?)- La miró preocupado
El rostro de la chica se veía en blanco por un momento, antes de sonreír resignadamente y con cariño, suspirando mientras lo mira a los ojos.
-I will set you free, stay still (Te liberaré, quédate quieto)- Informó, comenzando a soltarlo
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Han pasado 3 días desde que Canadá invitó a Jizrorim a ir a ver pingüinos a su área, incursión a la que se sumó North Korea para hablar de negocios por pedido de la chica antártica. El norteamericano se encuentra aún tratando de recordar las cosas, mientras que tanto la dama como el otro hombre se encuentran postrados en cama debido a un resfriado terriblemente fuerte.
Cuando les preguntaron por el viaje a Canadá, él respondió que se encontraban con los pingüinos cuando escucharon un chillido y fueron a investigar. Un oso polar había matado focas a poca distancia de donde estaban. Cuando el animal trató de ir a por ellos él lo desvió y terminó rodando por la nieve llena de sangre. Lograron escapar corriendo, pero al llegar al auto él entró en estado de histeria y tuvieron que atarlo. Se habían quedado dormidos allí por la tormenta de nieve. También explicó que había olvidado las llaves en su campera así que North había encendido el auto cruzando los cables para intentar llevarlos de nuevo cuando entró en estado de histeria. Todo esto fue contado a él por Jizrorim mientras era desatado a la mañana siguiente.
Cada vez que alguien oía la historia quedaba perplejo, ya que no todos los días oías que alguien peleó contra un oso. El country bicolor siempre sonreía y con pena decía que sabe que se oye asombroso pero que no puede recordar nada por el pánico del momento, lo que generó mucha presión en su mente e hizo fallar su memoria.
Nunca admitiría que no le creía, ya que había muchas incongruencias y sabía en el fondo de su ser que no cuadraba. Los pequeños flashbacks lo invadían cada tanto, pero nunca logra recordarlos el tiempo suficiente como para escribirlos o algo, así que no llegaba a reconstruir los hechos correctamente. Sólo está seguro de que: 1_ Le ocultan lo que sucedió, 2_ Ni J ni North quería volver a ir a las costas de su territorio con él, y 3_ Sea lo que sea que pasó, perturbó mucho a Jizrorim e hizo que North deseara mantener más distancia que nunca con él.
De vez en cuando, al mirar a la chica o al asiático los notaba temblar levemente, o se apartaban de él cuando se acercaba. Incluso una vez, durante una junta de la ONU un mes después del incidente, su hermano Australia le dijo que quería llevarlo de cacería a su territorio, en ese momento logró ver una expresión de horror en la cara de ambos, sus miradas perdidas en sus recuerdos. J había salido antes de su mente, pidiendo disculpas antes de retirarse al baño, mientras que North reaccionó ante su voz, mirando hacia otro lado y apretando sus puños.
Canadá sabía que había hecho algo malo, pero no quería preguntar, así que simplemente siguió fingiendo que creía en ellos. Solo hasta que llegase el momento, les daría la alegría de su actuación.
Iba a descubrirlo a su tiempo.
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Así que… recuerden, el final fue super forzado, no sabía qué hacer para llegar a lo que quería y hay cosas que siguen sin convencerme qwq. Bueno, como sea, ya está aquí UwU
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