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Base espacial BX-21L7
by NoisulIvone
Ante su nuevo plan para derrotar al emperador Zarkon y su ejército galra, los paladines y sus aliados deben crear un gigantesco teludav que les dará la ventaja en su batalla decisiva. Por desgracia, para la creación de tal aparato necesitaran una gran cantidad de telum, uno de los minerales más resistente y conductores de energía de la galaxia, pero que solo existe en el cinturón de asteroides del planeta Naru, controlado por los galra.
Los paladines lograran infiltrarse en la base minera BX-21L7 del cinturón de asteroides solo para descubrir una terrible trampa que separará al equipo de paladines y pondrá en riesgo constante la vida de uno de ellos. Los demás pilotos de los leones de Voltron deberán actuar contra el reloj para salvar a su quinto integrante ante de que sea muy tarde.
Historia alterna ubicada entre el capítulo 11 y 12 de la segunda temporada de la serie. También forma parte de mi universo polydin de “Hilos de Telar”, pero no centrada en el mismo.
Words: 790, Chapters: 1/21, Language: Español
Series: Part 5 of Hilos de Telar
Fandoms: Voltron: Legendary Defender
Rating: Teen And Up Audiences
Warnings: No Archive Warnings Apply
Categories: Multi
Characters: Shiro (Voltron), Lance (Voltron), Hunk (Voltron), Pidge | Katie Holt, Keith (Voltron), Allura (Voltron), Coran (Voltron)
Relationships: Hunk/Lance (Voltron), Hunk/Keith (Voltron), Hunk/Pidge | Katie Holt, Hunk/Shiro (Voltron), Keith/Shiro (Voltron), Lance/Shiro (Voltron), Pidge | Katie Holt/Shiro, Lance/Pidge | Katie Holt, Keith/Pidge | Katie Holt, Keith/Lance (Voltron)
Additional Tags: Polyamory, polydin, polypaladin, Friendship/Love, No Sex, Idiots in Love, Falling In Love, Fate & Destiny
source https://archiveofourown.org/works/45481687
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Base espacial BX-21L7
Base espacial BX-21L7 https://archiveofourown.org/works/45481687 by NoisulIvone Ante su nuevo plan para derrotar al emperador Zarkon y su ejército galra, los paladines y sus aliados deben crear un gigantesco teludav que les dará la ventaja en su batalla decisiva. Por desgracia, para la creación de tal aparato necesitaran una gran cantidad de telum, uno de los minerales más resistente y conductores de energía de la galaxia, pero que solo existe en el cinturón de asteroides del planeta Naru, controlado por los galra. Los paladines lograran infiltrarse en la base minera BX-21L7 del cinturón de asteroides solo para descubrir una terrible trampa que separará al equipo de paladines y pondrá en riesgo constante la vida de uno de ellos. Los demás pilotos de los leones de Voltron deberán actuar contra el reloj para salvar a su quinto integrante ante de que sea muy tarde. Historia alterna ubicada entre el capítulo 11 y 12 de la segunda temporada de la serie. También forma parte de mi universo polydin de “Hilos de Telar”, pero no centrada en el mismo. Words: 790, Chapters: 1/21, Language: Español Series: Part 5 of Hilos de Telar Fandoms: Voltron: Legendary Defender Rating: Teen And Up Audiences Warnings: No Archive Warnings Apply Categories: Multi Characters: Shiro (Voltron), Lance (Voltron), Hunk (Voltron), Pidge | Katie Holt, Keith (Voltron), Allura (Voltron), Coran (Voltron) Relationships: Hunk/Lance (Voltron), Hunk/Keith (Voltron), Hunk/Pidge | Katie Holt, Hunk/Shiro (Voltron), Keith/Shiro (Voltron), Lance/Shiro (Voltron), Pidge | Katie Holt/Shiro, Lance/Pidge | Katie Holt, Keith/Pidge | Katie Holt, Keith/Lance (Voltron) Additional Tags: Polyamory, polydin, polypaladin, Friendship/Love, No Sex, Idiots in Love, Falling In Love, Fate & Destiny via AO3 works tagged 'Keith/Shiro (Voltron)' https://archiveofourown.org March 03, 2023 at 11:19PM
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Voltron Legendary Defender Fanfiction
Hilos de Telar “Especial”: Bond-fire
Esp. 1.6
Tiempo: Temporada 2 Capitulo 7 – Capitulo 8
–¡Lance! –chilló Hunk –. ¡¿Besaste a Shiro?!
–¡Hey! –soltó éste indignado señalando al paladín negro –. ¡Él fue quien me beso a mí!
–¡¿Por qué no me dijiste nada?! –se quejo Hunk inmediatamente y luego dirigiéndose a Keith, agregó –: ¡¿Y tú lo sabías?!
–Técnicamente, todos lo sabíamos –respondió Pidge uniéndose al dialogo, tal vez no con el mejor comentario.
–No puedo creerlo –continuó el paladín amarillo sacudiendo sus brazos en todas direcciones en frustración –. Todos me dejaron en blanco con respecto a esto. ¡No es justo!
–Hunk –intervino Shiro tratando de calmar la situación –, a veces es necesario conservar ciertas cosas para uno.
–¿Cómo tus labios lejos de Lance? –le espetó Keith de golpe molesto, dejando a su líder sin palabras monetariamente.
–¿Podríamos dejar de hablar del beso? –pidió Lance con el rostro más rojo que el león de Keith.
–Claro, como fuiste parte de eso –continuó quejándose Hunk completamente indignado –. Imagínate que te hubieran dejado fuera de algo importante, como las noches de historias de Allura y Coran.
–¿Cuáles noches de historias de Allura y Coran? –preguntó Lance en respuesta.
–Sí, aquellas que nos platican historias de su mundo antes que fuera destruido.
–¡¿Cuándo pasó eso?! –bramó el moreno completamente desconcertado.
–Varias veces, incluso antenoche tuvimos una –admitió Hunk con mejor humor recordando la divertido que resultó tal reunión, que ignoró por completo las señas que hacía Pidge detrás de Lance –. Que por cierto tú no estabas… huuu… –se le cortó la voz al darse cuenta que precisamente el paladín azul nunca había sido invitado a tales noches.
–Creo que nos estamos saliéndonos del tema… –intentó de nuevo intervenir Shiro, pero fue interrumpido ahora por Lance.
–¿Tienen noches de historias con Allura y Coran que no me invitan? –dijo éste.
–Son ellos quienes las organizan y deberías entender que… –explicó Pidge poniéndose de pie sobre su nido de sacos para dormir – bueno, Allura piensa que puedes ser algo molesto.
–¿Yo la molesto?
–Le coqueteas con descaro.
–Y a cada mujer que ves –agregó Keith todavía molesto.
–¡Perdónenme por ser un caballero ante las damas! –soltó Lance indignado, inflando el pecho.
–Por favor no es necesario… –una vez más intentó de intervenir Shiro sin éxito.
–Bueno ahora ya sabes cómo se siente cuando te dejan fuera de algo –comentó Hunk cruzando sus brazos sobre su pecho y dándole la espalda a Lance.
–No era mi intensión dejarte fuera –le respondió el paladín azul –. No como los demás –masculló en voz baja indicando con la cabeza a Keith y Pidge, antes de agregar para Hunk –: Pero lo haces ver como si no pudiera tener un secreto.
–Ciertas cosas no pueden quedarse como secreto –lo contradijo Keith.
–Como la noche de historias –dijo Lance con acidez –. ¿Qué dirías Keith si se enteraran de uno de tus secretos?
–Lance no es necesario amenazar –comentó Shiro poniéndose físicamente entre ambos jóvenes para detener los ánimos –. Creo que todos estamos dejando que esto escale demasiado…
–No hay nada que haya ocultado a los demás –aseguró el paladín rojo haciendo frente a Lance a pesar de que su líder se encontraba entre ellos dos. Muy dentro de él, Keith se sentía amenazado por revelarse un secreto cuyo significado él mismo aún desconocía.
–A sí ¿Qué tal sobre tu tatuaje? –soltó Lance con una picara sonrisa.
Lance había dicho las palabras mágicas, para alivio de Keith pero horror de otro; ya que técnicamente después de ellas, el tiempo pareció detenerse en lo que Shiro se volvía sobre su hombro para mirar sorprendido al joven paladín rojo detrás de él.
–¿Tatuaje? –dijo éste sin dar crédito a lo que había escuchado –: ¿Cuál tatuaje?
–El que tiene en la espalda baja, Shiro –aclaró Lance complacido, señalando debajo del brazo del paladín negro a Keith.
–¿Tienes un tatuaje? ¡¿Cuándo te hiciste un tatuaje?! –Shiro subió el tono de su voz en lo que confrontó de cara al joven paladín rojo. Su lenguaje corporal y expresión de su rostro dejaba en claro que Keith tenía que ser precavido con sus siguientes palabras.
Lo cual no sucedió.
–Fue hace un par de años, no es para tanto.
–¡¿Te hiciste un tatuaje ilegal?! –explotó Shiro en los que parecía que sus ojos iban a salirse de sus orbitas –. ¡¿Sabes lo peligroso que es eso?!
–Hey ¿Cómo es el tatuaje? –le preguntó Hunk a Lance con curiosidad.
–Es una huellita…
–¡Es una garra de lobo! –bramó Keith furioso con Lance.
–¡Espera! –gruñó el paladín negro alzando las manos para pedir un momento para pensar. Se había percatado de algo que pasó de alto ante la revelación del tatuaje –. Lance ¿Cómo sabes que Keith tiene un tatuaje en la espalda baja?
–¿Eh? –balbuceó el paladín azul cuando la ira de Shiro se volvió hacia él.
–Acaso –masculló con fuerza el paladín negro casi fulminando a Lance con la mirada – no habíamos hablado sobre… eso.
Sin importar cuánto deseaba evitarlo, Shiro seguía siendo un papá oso, que debía asegurarse que sus chicos no debían descarriarse… de ninguna manera.
–No me mires a mí –dijo Lance aterrado –, yo no soy el malo –luego indicó de nuevo a Keith –. Es él quien tiene el tatuaje.
–Oh por favor –soltó el paladín rojo fastidiado –, no es como si fuera lo peor que he hecho en mi vida.
–No –tajó Shiro amenazándolo con su dedo índice –. Pero se une a una lista larga de malas decisiones, que si no mal recuerdo inicia con el robo de un auto.
–¿Robaste un automóvil? –chilló Hunk sorprendido antes de cubrirse la boca con ambas manos.
–Era de Shiro –objetó el joven paladín rojo en su defensa.
–¡¿Robaste el automóvil de Shiro?! –gritaron Hunk, Pidge y Lance al mismo tiempo.
–Oh quiznak, Keith –agregó la paladín verde con una sonrisita picarona –. Eres un chico malo. Todo un delincuente juvenil, que quisiera saber que hay en esa lista.
–Pidge, creo que no eres la persona correcta para burlarte de Keith –comentó luego Shiro más relajado pero aún serio.
–¿Qué? –dijo la chica.
–Ohhhhh, Shiro sabe cosas sucias sobre Pidge –Hunk literalmente brinco emocionado con la idea.
–Más bien, algunas travesuras.
–¿Cómo tú…? –no alcanzó a preguntar por completo la joven paladín antes de que Shiro pudiera explicarse.
–Diez meses en una nave espacial con tu padre y hermano es tiempo suficiente para conocer los oscuros secretos de la familia Holt. Como la ocasión que Matt se comió la ultima rebanada de pastel y decidiste ponerle una bomba de espuma en su casillero.
–Pidge, eso fue malvado –se burló Keith con picardía.
–¡Era mi pastel de cumpleaños! –se defendió Pidge en lo que su rostro se tornaba rojo como tomate ante todas la miradas de sus compañeros.
–Esperen, porque Matt no dejo que las cosas terminaran ahí. Se vengó a la semana siguiente poniendo…
–¡No! ¡No! –gimió la chica antes de lanzarse contra Shiro, para luego trepar sobre sus hombros como lo haría una ardilla a un árbol, hasta que alcanzó a cubrirle al hombre la boca con ambas manos. Shiro no se veía molesto en lo más mínimo, en realidad, parecía disfrutarlo – ¡No! ¡No!
–Debe de ser algo vergonzoso para que no quieras que nos enteremos ¿eh? –comentó Lance también disfrutando del espectáculo.
–Sí, no había a visto a Pidge tan asustada de esa manera –dijo Hunk con una risita.
–Ja, te parece gracioso que los demás conozcas tus sucios secretos –gruñó Pidge furiosa desde los hombros de Shiro –. Pues bien –sentenció señalando al paladín amarillo –, el condimento especial de Hunk que ha estado poniendo en todas nuestra comidas es en realidad una mezcla de insectos secos y molidos.
–¡¿Qué?! –gritaron el resto de los paladines.
Keith y Shiro miraron sorprendidos al joven regordete, en lo que Lance se volvió hacia un lado para vomitar detrás de un arbusto.
–Así, es Hunk nos ha hecho comer bichos todo este tiempo –insistió la pequeña paladín finalmente bajando del cuerpo de Shiro.
–¡Hunk! –lo riñó su líder decepcionado posando sus manos en su cintura –. ¿Tú lo sabías?
–¿Eh?... ¿Eh?... –musitó éste nervioso ante todas las miradas sobre él, y en pánico soltó –: ¡Pidge y Lance ya han llegado a segunda base!
–¡¿QUÉ?! –rugió Shiro y su cuello literalmente crujió como una rama al romperse cuando se volvió como un rayo en dirección de ambos paladines.
–¡Hunk! –chilló Lance casi tan azul como su león por el miedo –. ¡¿Por qué me hundes de esa manera, viejo?!
–¡Lo siento, pero me asuste! –fue lo único que pudo decir éste en su defensa.
–¡LANCE! –bramó Shiro su nombre furioso.
El paladín azul brincó tan rápido como pudo para ocultarse de la pequeña paladín verde.
–¡Shiro, basta! –gritó Pidge con las mejillas coloradas y alzando sus brazos, para luego volverse a su compañeros y agregar –: ¡Él no ha estado mintiendo todo este tiempo! –dijo señalando a su líder –. ¡Definitivamente siente lo mismos hacia nosotros, como nosotros a él!
El campamento quedo en un sepulcral silencio.
-----------------------------------------------------------------------------
No me arrepiento de nada.
Saludos.
#voltron fanfic#Voltron fanfiction#polypaladins#polyamory#polydins#voltron keith#voltron shiro#voltron lance#voltron pidge#voltron hunk
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yknow what i rly want? polypaladins but not like,, pi/dge or shir0 i mean like "keith and his two bfs hunk & lance w their respective gfs of plaxum n shay" kinda deal bc they all got two hands it would work pry it outta my cold dead hands
God Tier Headcanon
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Chapters: 1/1 Fandom: Voltron: Legendary Defender Rating: General Audiences Warnings: No Archive Warnings Apply Relationships: Hunk/Keith/Lance/Pidge | Katie Holt/Shiro Characters: Shiro (Voltron), Keith (Voltron), Pidge | Katie Holt, Lance (Voltron), Hunk (Voltron), Allura (Voltron), Coran (Voltron), Original Characters Additional Tags: Holidays, Snow, Snowball Fight, Polyamory, New Years, dance, non-binary Pidge, she/her pronouns for pidge, Mild Hurt/Comfort, Minor Injuries Summary:
After a near-fatal battle with the Galra Empire, Team Voltron succeed once again in the liberation of an asteroid belt from tyrannical reign, all in time to rest up for a bit and enjoy in their new years celebration.
Written for @pyropelove413 for this past round of Holly Poly! I had a blast writing it, and my friend loved it and all around this was an awesome experience! :’D
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Hilos de Telar: Bond-fire
by NoisulIvone
Cuarta parte de mi universo Polydin. Los paladines de Voltron no solo deben liberar a toda la galaxia, sino también deben comprender que son esos sentimientos que sienten los unos por los otros y descubrir si son reales o solo un efecto más de su conexión con Voltron.
Contiene: poliamor, lenguaje levemente ofensivo y violencia leve.
Words: 2114, Chapters: 2/?, Language: Español
Series: Part 4 of Hilos de Telar
Fandoms: Voltron: Legendary Defender
Rating: Teen And Up Audiences
Warnings: Creator Chose Not To Use Archive Warnings
Categories: Multi
Characters: Shiro (Voltron), Pidge | Katie Holt, Hunk (Voltron), Keith (Voltron), Lance (Voltron)
Relationships: Hunk/Keith/Lance/Pidge | Katie Holt/Shiro, Hunk/Keith (Voltron), Hunk/Pidge | Katie Holt, Hunk/Lance (Voltron), Hunk/Shiro (Voltron), Pidge | Katie Holt/Shiro, Lance/Pidge | Katie Holt, Lance/Shiro (Voltron), Keith/Lance (Voltron), Keith/Pidge | Katie Holt, Keith/Shiro (Voltron)
Additional Tags: Polyamory, polydin, polypaladin, Friendship/Love, No Sex, Idiots in Love, Falling In Love, Fate & Destiny
source https://archiveofourown.org/works/40430349
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dayzridley ---> polypaladins
i went with voltron
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Voltron Legendary Defender Fanfiction
Hilos de Telar: Bond-fire
Esp. 1.9
Tiempo: Temporada 2 Capitulo 7 – Capitulo 8
El resto de la noche resultó para los paladines como pareja oficial de cinco, bastante divertida y memorable. Después de superar el terrible secreto detrás de la especia de Hunk, devoraron gustosos el estofado del “pescado” alienígena que había capturado Lance. Que resultó ser mucho más delicioso de lo que olía y se veía.
Con los estómagos contentos, pasaron gran parte de la noche frente a la fogata contando historias de terror, Shiro relató una muy espeluznante sobre una chica de cabello negro y largo que asustó por completo a Pidge y Lance a pesar de lo mucho que se esforzaron por fingir que no lo estaban.
Después de ello, se relajaron viendo las estrellas en el cielo nocturno siendo incapaces de reconocer las constelaciones completamente ajenas a ellos. Y para terminar, aunque contaban varias tiendas de campaña individualmente, armadas y listas, todos prefirieron amontonarse en una sola para descansar juntos lo que quedaba de la noche.
Desde que habían empezado su aventura por el espacio (y en el caso Shiro un año aún más), ninguno de los paladines se había sentido tan feliz como lo habían sido en ese campamento. Por un glorioso momento, todos los problemas del universo desaparecieron y solo eran ellos cinco compartiendo la compañía de los otros.
Incluso un leve sentimiento de melancolía los acogió cuando tuvieron que pilotear de nuevo sus leones de regreso al castillo y a su misión de salvar al universo, a la mañana siguiente.
Aún así, su buen humor no desapareció de inmediato, continuaban riendo bromeando y encariñándose cuando las puertas del puente de mando del castillo se abrieron para darles paso y encontrarse con los dos alteanos.
–Vaya que se ven muy alegres –comentó Coran en los que los cinco paladines se aproximaron a ellos.
–Me parece que tuvieron un ejercicio de comunión bastante exitoso ¿verdad? –agregó Allura con una gran sonrisa a ver el semblante complacido de los pilotos.
–Podríamos decir que sí –respondió Keith encogiendo los hombros pero lanzándole una mirada de complicidad a sus compañeros. Lance rió por debajo, en lo que los demás intentaron disimular.
Los alteanos se sintieron que se estaban perdiendo de algo importante.
–Y dinos Shiro ¿Lograste el objetivo que buscabas con el entrenamiento? – le preguntó la princesa dirigiéndose exclusivamente al líder del equipo.
–Sí –respondió este –, mucho más de lo que me imaginaba. Allura, Coran�� hay algo importante que debemos decirles.
–Oh ¿Qué será? –preguntó el alteano curioso jugando con su bigote.
–Nos parece que es lo mejor ser sinceros desde el principio –comentó Hunk –. No ocultar nada. Ir en limpio.
–Entre todos decidimos que vamos a ser completamente abiertos con ustedes al respecto –agregó Pidge.
–Sabemos que les preocupa nuestra conexión con Voltron y como esto podría afectar la misión… – empezó a explicar Keith.
–… pero podemos asegurarles que no es ningún error, sabemos que sentimos y esto no nos debilita, en cambio no hace más fuertes como equipo –completó Lance.
–¿Lo que quieren decir…?
–Nosotros… –dijo Shiro extendiendo sus brazos para que su compañeros se acurrucaran contra él –hemos decidió iniciar una relación.
–¿Lo cinco? –preguntó Coran solo para estar seguro.
Los paladines asintieron, pero sus miradas se volvieron a la princesa cuya autorización era lo que buscaban a pesar de no necesitarlo. Sabían muy bien de que Allura tenía sus dudas al respecto de su conexión, pero ellos estaban dispuestos abrazar sus sentimientos y enfrentar todo lo que trajera su decisión consigo.
Pero el semblante de Allura se obscureció por un instante en lo agachó la cabeza, y cuando comenzaba a preocuparse por la reacción de la misma, la princesa alteana se alzó en un brinco y sus ojos se iluminaron.
–¡No saben cuánto había esperado este momento! –soltó ella extasiada con una sonrisa de oreja a oreja.
Los paladines y Coran la miraron asombrados y confundido.
–¡Espera un momento! –dijo Lance con duda –. Pensábamos que estabas en contra de esto.
–¿Qué? ¡No! –confesó la princesa –. Sí tenía mis dudas y preocupaciones si afectaría su trabajo de equipo, pero al verlos… así –agregó indicándolos –. Se nota la felicidad entre ustedes y aunque no entiendo mucho de los cortejos y sentimientos humanos, no soy insensible a lo que sienten. Además, el código de los paladines no está en contra del amor verdadero. Estoy muy feliz por ustedes.
Allura avanzó hasta los paladines para darles un fuerte abrazo, el que todos correspondieron con gusto (aunque Lance lloró ante el hecho de que la princesa nunca tomó en serio ninguno de sus avances, pero rápidamente se le pasó por un codazo que le propinó Keith en las costillas).
–Gracias, Allura –dijo Shiro con sinceridad.
–¡Esto es un gran momento, deberíamos celebrarlo! –comentó Hunk –. ¡Ya tengo hambre!
–Lamento decirles que cualquier celebración deberá esperar –interrumpió Allura cambiando su semblante, algo que rápidamente se propagó en los paladines.
–¿Qué ha pasado? –preguntó Pidge.
–Recibimos un llamado de auxilio.
.....o.o.o.o.O.O.O.O.0.0.0.O.O.O.O.o.o.o.....
Hola todos.
Con este capítulo hemos terminado el especial “Bond-Fire” que forma parte de la historia principal pero sale de la línea de tiempo de la historia de la serie original. Ahora se preguntaran que sigue.
Tengo planeado tres posibles vías de continuar esta historia pero aún no decidido del todo por cual optar primero o en qué orden ir, serían:
Continuar con la parte siguiente que sería “Deshilachado” que abarca la tercera temporada de la serie.
Otro especial, que no he decidido como categorizarlo, que contraría la reacción de los paladines al enterarse de que Keith tiene herencia Galra.
Y por último, una historia a parte pero del mismo universo enfocada principalmente en la aventura. Una historia completamente de mi invención y que forma parte del tiempo en que construyen el teludav.
Así que por el momento, esto todo lo que puedo adelantarles. Poco a poco iré informando el rumbo que tomaré para la historia. Pero debo advertirles que probablemente los tiempos entre publicación podrían prolongarse un poco la primera parte de este año.
Muchas gracias por leer y su atención en este aviso.
Saludos.
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Hilos de Telar: Macramé
read it on the AO3 at Hilos de Telar: Macramé
by NoisulIvone
Segunda parte de mi universo Polydin. Los paladines de Voltron no solo deben liberar a toda la galaxia, sino también deben comprender que son esos sentimientos que sienten los unos por los otros y descubrir si son reales o solo un efecto más de su conexión con Voltron.
Contiene: poliamor, lenguaje levemente ofensivo y violencia leve.
Words: 2939, Chapters: 3/?, Language: Español
Series: Part 2 of Hilos de Telar
Fandoms: Voltron: Legendary Defender
Rating: Teen And Up Audiences
Warnings: No Archive Warnings Apply
Categories: Multi
Characters: Shiro (Voltron), Keith (Voltron), Hunk (Voltron), Pidge | Katie Holt, Lance (Voltron), Allura (Voltron), Coran (Voltron)
Relationships: Hunk/Keith/Lance/Pidge | Katie Holt/Shiro, Keith/Lance (Voltron), Keith/Shiro (Voltron), Keith/Pidge | Katie Holt, Hunk/Keith (Voltron), Hunk/Pidge | Katie Holt, Hunk/Lance (Voltron), Hunk/Shiro (Voltron), Lance/Shiro (Voltron), Pidge | Katie Holt/Shiro, Lance/Pidge | Katie Holt
Additional Tags: polydin, Polyamory, polypaladin, No Sex, Friendship/Love, Idiots in Love, Brotherly Love, Falling In Love, Fate & Destiny
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Hilos de Telar “Especial”: Bond-fire
Esp. 1.2
Tiempo: Temporada 2 Capitulo 7 – Capitulo 8
Los bosques de konib 3 resultaban bastante frondosos, pero los troncos de sus árboles eran mucho más delgados que los de la tierra, lo que hacía fácil el caminar entre ellos en búsqueda de leños para la fogata del campamento, pero también por desgracia, proporcionaban un material bastante raquítico para tal propósito.
–¿Crees que esas ramitas son suficiente para una fogata? –se burló Lance señalando los delgados leños que llevaba consigo Keith en su brazos, mientras caminaba unos pasos detrás de él.
–Creí que Shiro te había designado solo a traer el agua –comentó con desdeña el paladín rojo –, no a supervisar mi trabajo.
–Soy multitareas–aseguró el joven moreno jovialmente posando con petulancia –. En lo que encontramos el rio puedo evaluar tu desempeño… así como otras cosas –agregó de ultimo con voz baja en lo que contemplaba a Keith agacharse para tomar otro leño del suelo.
Pero al enderezarse, Keith solo alcanzó a pescar a Lance con una expresión disimulada.
–Hoy resultas más fastidioso de lo normal –dijo éste con desconfianza –. ¿Qué pasa contigo?
–¡¿Qué?! ¡¿Cuándo soy fastidioso?!
–Cuando no te callas, cuando no puedes dejarme solo ni cinco minutos –comenzó a enumerar Keith –, cuando no dejas de tocarme… –señaló en el justo momento en que Lance se había aproximando lo suficiente a él para frotar uno de sus brazos con afecto.
–No te habías quejado antes –comentó el paladín azul coquetamente continuando con sus atenciones.
–Porqué no habías sido tan demandante –soltó él otro sujetándole la mano para hacerlo parar, en lo que un leve carmín se asomó en sus mejillas –. Con razón Pidge te corrió ayer de su habitación.
–¡Discúlpame por ser susceptible a las emociones de otros! –soltó Lance ofendido.
–¿De qué estás hablando?
–Soy como una esponja para las emociones ajenas. Puedo sentir cuando alguien de a mi alrededor está… inquieto. Y eso también me pone inquieto.
–¿Quién está “inquieto”?
La expresión de Lance cambió rotundamente en lo que la duda de compartir sus preocupaciones se hizo presente. Aún así, dio un largo suspiro antes de decir:
–No te parece extraño… la rara la idea de Shiro del campamento.
–¿A qué te refieres? –preguntó Keith sin comprender.
–No sé –dijo el otro rascándose la nuca –, como que fue algo repentino ¿no?
–Sí lo fue –admitió el paladín rojo con calma –. Pero no veo porque desconfiar en las razones de Shiro.
–No digo que desconfíe… creo que algo más está pasando con él. Tal vez ocurrió algo más de lo que no contó de lo que sucedió dentro del león negro.
–Si así fuera, hay que esperar a que Shiro nos los diga a su momento –agregó Keith con calma y gran seguridad.
Lance le lanzó una mirada con gran incredulidad y desconfianza, antes de estallar:
–¡¿Quién eres tú y qué hiciste con Keith?! –dijo mientras lo señalaba con un dedo acusador –. ¿Desde cuándo actúas pasivo ante algo en duda?
–Porqué es Shiro –contestó el otro sosegadamente y con gran seguridad – y confió en él.
Lance le lanzó una mirada inquisitiva, en lo que Keith retomaba la tarea de recolectar leños del suelo.
–¿Confías así también de Pidge y Hunk?
–Sí.
–¿Qué hay de mí?
–No.
El paladín azul hizo un puchero ante tal respuesta. Aunque era totalmente consciente que Keith lo decía solo para molestarlo, no iba a dejar que las cosas quedaran así. Por lo que aprovechó el momento en que su compañero le dio la espalda, para lanzarse en contra de él, con la sola intención de derribarlo.
Pero claramente, había algo de cierto en las palabras de Keith y rápidamente se quitó del caminó de Lance justo antes que lo tacleara, por lo que el joven moreno salió disparado entre los arboles hasta caer intempestivamente por una leve escarpa en el terreno.
El paladín azul rodó cuesta abajo en lo que gritaba como desesperado y gemía ante los golpes con las ramas y rocas. Hasta que finalmente su caída fue precedida por inconfundible sonido de un chapoteo.
–¡Lance! –lo llamó Keith acercándose con cuidado a la precipitación por la que había caído su compañero –. ¿Estás bien?
–¡Encontré el río! –respondió el otro lastimeramente.
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Tarde un poco en subir este capitulo por problemas de salud. Pero ya este aquí, disfrútenlo.
#polyamory#polydins#polypaladins#voltron fanfic#Voltron fanfiction#voltron lance#voltron keith#klance
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Voltron Legendary Defender Fanfiction
Hilos de Telar “Especial”: Bond-fire
Esp. 1.4
Tiempo: Temporada 2 Capitulo 7 – Capitulo 8
Eran pocas las cosas que quedaron pendientes por terminar del campamento después que Hunk se retiró en búsqueda de sus compañeros paladines en el bosque colindante, lo cual no resultaron ser un problema para Shiro.
Fácilmente, él pudo armar la última casa de campaña y hacer los preparativos de la fogata al centro del campamento; pero si pudiera mencionar alguna dificultad, esa sería la constante mirada como puñaladas en la nuca que le dirigía Pidge mientras hacía su trabajo.
La joven paladín no intervino de manera alguna con sus actividades, en cambios permaneció cómodamente sentada entre varias mantas térmicas que había acomodado a su alrededor. Solo le lanzaba la más penetrante mirada desde su nido como sí ella se contuviera de cuestionarlo en algún aspecto.
Aunque Shiro ni podía imaginar a que se debía.
–¿Ocurre algo, Pidge? –le preguntó finalmente sucumbiendo a la ansias.
–No –respondió ella secamente, aún con sus ojos castaños fijos en él –. ¿Acaso ocurre algo? –le devolvió la pregunta con tono firme y retador.
–¿Qué podría estar pasando?
–No sé, tú dímelo.
Shiro contuvo un suspiro de frustración.
–De acuerdo –dijo el paladín negro tomando la iniciativa, al final de cuentas, él era el tipo de personas que afrontaba las cosas de frente –. Pidge, tengo la impresión que hay algo que te molesta.
En lugar de responder con otra pregunta o algún comentario desafiante, Pidge guardó silencio por un momento en el que parecía meditar seriamente sus siguientes palabras, algo que Shiro interpretó como una señal de algún tópico serio por discutir o de importancia para su misión como defensores del universo.
Pero en cambio ella dijo algo que el paladín negro no se esperaba:
–¿ibas a besar a Hunk en el momento en que llegue?
Shiro casi se atraganta con su aliento y dejo caer estrepitosamente todo el equipo que llevaba en sus manos.
–¡¿Qué?! –fue lo único que pudo él articular con coherencia.
Pero Pidge no había terminado:
–Porqué me dio la impresión de que…
–¡No! –la cortó el paladín mayor tajantemente –. ¡Por supuesto que no! –continuó alzando la voz a niveles inesperados. Cuando Shiro se percató de su equivocación con tal arrebató ante la mirada de desconcierto que le dirigió Pidge, se apresuró a agregar con más calma –: ¿Por qué te dio esa impresión?
–Tal vez porque besaste a Lance – respondió ella directamente, pero para Shiro fue como un gancho al hígado. Físicamente, se encorvó ante el golpe imaginario.
–¡¿Qué?! –soltó él alarmado y más rojo que el león de Keith –. ¡¿Cómo sabes eso?!
Aunque en realidad él no estaba completamente seguro de querer saber cómo.
–Keith me lo contó.
Shiro se atragantó de nuevo.
–¡¿Keith… lo sabe?!
–No nos guardamos secretos como esos entre nosotros –explicó Pidge con sequedad –, además que esperabas de Lance, es un chismoso –mientras le dirigió una mirada entre picara e inquisitiva, agregó –: ¿Eso quiere decir que es cierto?
Shiro tragó saliva involuntariamente.
Él no se esperaba esa clase de preguntas y mucho menos que el resto de sus compañeros estuvieran al corriente de sus acciones. No es que Shiro sintiera vergüenza o arrepentimiento de haber besado a Lance, pero no era un comportamiento para presumir y/o esperaba que se enteraran tan pronto.
Ya no le quedaba otra que actuar como el adulto que era.
–Sí, lo es –Shiro lo admitió con franqueza y sin retroceder –. No es que quisiera ocultarlo en primer lugar, solo que no es algo de lo que me enorgullezca.
Su honestidad parecía haber logrado el efecto deseado, ya que las facciones de Pidge se relajaron un poco y ocultara cualquier señal de burla o decepción. La chica se puso de pie para salir de su nido de comodidad y enfrentar a su líder paladín cara a cara.
–Shiro, tú tienes tus razones –dijo ésta con tan calma, que por un momento a Shiro le pareció más madura de lo que era –. Eso nos quedo claro desde hace mucho tiempo y desde el principio respetamos tu decisión de no compartir los mismos sentimientos como nosotros.
–Soy consciente de ello…
–Y también –lo interrumpió la paladín verde alzando la mano – debes ser consciente que no aceptaré que juegues con sus sentimientos… –agregó – los nuestros. Sí realmente quieres ser parte de lo que tenemos, hazlo; pero puedes usarnos de esa manera y luego retirarte.
Toda aquella conversación había sido una montaña rusa de sorpresas para Shiro. Ni en un millón de años luz se hubiera visto a sí mismo teniendo esa conversación con Katie Holt y mucho menos sentirse más inmaduro en comparación de ella.
Aunque resultaba curioso, ya que a final de cuentas aquella expedición y campamento lo había planeado el paladín negro con toda la intención de revelar sus sentimientos. Por desgracia para Shiro, no era un experto en relaciones amorosas y sentimentales, y tampoco tenía las mejores experiencias de las mismas. Tal vez por ello desde un principio tuvo sus dudas sobre sus propias emociones.
Fue un completo asombro para él descubrir la manera tan madura y responsable en que sus compañeros paladines estaban manejando sus sentimientos, así como su relación.
En cierta forma lo hacía sentirse orgulloso.
–¿Cómo puedes ser tan madura en esto? –le preguntó Shiro a Pidge sin poder evitar una leve sonrisa en sus labios.
–No lo soy –respondió la otra con falsa modestia, pero un leve sonrojo en las mejillas mientras evadía su mirada –. Solo no quiero que los lastime alguien que aman.
Shiro pudo darse cuenta que esa era una declaración más personal.
–Pidge, yo…
Pero antes de que pudiera decir algo o continuar la conversación, fueron interrumpidos por la llegada del resto del equipo.
–¡Adivinen que! ¡Conseguimos algo más que el agua y la madera de la fogata! –anunció Hunk con alegría alzando sobre su cabeza un largo pescado de color violeta. Lance y Keith marchaban a su lado, uno con el ceño fruncido y el otro más relajado.
–¿Por qué están empapado? –rápidamente señaló Pidge con una risita indicando a Hunk y Lance.
–Larga historia –fue lo único que se limitó a responder Lance con fastidio.
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Ya se me estaba olvidando el capitulo nuevo.
Que los disfruten.
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Voltron Lengendary Denfender Fanfiction
Hilos de Telar Especial: Bond-fire
Esp. 1.8
Tiempo: Temporada 2 Capitulo 7 – Capitulo 8
–Shiro ¿Qué es lo que está pasando? –le preguntó Hunk con afición.
–Sí ¿Lo que dijo Pidge es cierto? –lo cuestionó Lance con duda.
–¡Quiznak, que sí! –soltó la paladín verde refunfuñona.
–Creo que nos debes una explicación –marcó Keith con determinación.
Shiro pasó su mirada por cada uno de los rostros de sus compañeros paladines y pudo percibir de sus miradas esos sentimientos de preocupación y duda que había provocado en ellos. Definitivamente, había llegado el momento de hablar.
–Tienen razón –aceptó él tomando asiento –, les debo una explicación. Aunque no sé si me será fácil encontrar las palabras para hacerlo.
Los chicos a su alrededor intercambiaron miradas en lo Shiro daba un largo suspiro y organizaba sus ideas.
–Sí, siento un afecto especial por ustedes –admitió el paladín negro sin más rodeos –. ¿Lo sentí desde el principio?... –se preguntó a sí mismo anteponiéndose a las posibles dudas de sus compañeros – eso no lo sé. Estuve mucho tiempo confundido al respecto.
Por un momento la voz de Shiro se debilito en contra de sus propios deseos y autocontrol. Fue una leve muestra de debilidad quedo perceptible para sus compañeros.
–Todos los estuvimos Shiro… –comentó Lance un poco desconcertado– al menos al principio.
–Pero no era lo mismo para mí, al menos así lo veía yo. Soy el líder del grupo, la cabeza de Voltron y una gran responsabilidad recae en mí. Sé lo que pueden estar pensando ahora: “ustedes también”; pero para mí es diferente por ustedes son mi responsabilidad… y me importan demasiado.
–¡Oh Shiro! –gimió Hunk enternecido alzando los brazos en busca de un abrazo, pero el paladín negro lo detuvo antes de conseguirlo.
–Aún no terminó, por favor Hunk –dijo –. Ya que eso no me escusa por flaquear o ser débil.
–Nosotros no creemos que seas débil, Shiro –le aseguró Keith claramente preocupado con el rumbo de la conversación.
–Pero lo soy –respondió su líder tajantemente –. Me siento débil al tener que oprimir mis deseos, mis miedos y hacer cara dura para enfrentar las situaciones que vemos con cada misión. Tratar de contener los recuerdos de lo que viví mientras estaba cautivo… y me aterroriza perderlos por un error mío.
Los demás paladines intercambiaron nuevamente una mirada entre ellos, una muy angustiada y dolida por la actitud que estaba adoptando Shiro, pero ninguno se atrevió de nuevo a dar un paso o interrumpirlo.
–Intenté contener mis sentimientos –continuó él –, mi propio corazón por su bien, pero ahora ya me resulta imposible.
–¿Qué fue lo que cambio? –preguntó Pidge lastimeramente.
–Al principio como a ustedes, no entendía que era lo que pasaba conmigo o que significaba, pero ello no le di mucha importancia y continué como si nada sucediera; pero después de que capturáramos a Sendak… algo despertó en mí, un terror terrible… al fracaso de la misión… ¡Por mi culpa!... el que algo les pasara por mi culpa.
Shiro apretó los puños inconscientemente, pero nunca apartó sus ojos negros de sus compañeros paladines.
–Dudé de mi buen juicio –continuó él – y me convencí a mí mismo que lo mejor sería enterrar cualquier sentimiento con tal de tener una mente fría en el asunto. Pero cada vez me resultó más difícil llevarlo a cabo; entre más enterraba mis sentimientos, más infeliz, desdichado y confundido me sentía. Eso me debilitó y me fue más sencillo flaquear, por ello te besé Lance.
El paladín azul dio un leve respingo ante esa declaración, en lo que sus mejillas se tiñeron de un rojo carmín.
–Al final fue mi encuentro con Zarkon en el plano astral lo que me hizo ver la luz y la claridad que necesitaba –admitió Shiro poniéndose de pie –. Estaba equivocado, no debía suprimir mis sentimientos para conquistar mis miedos, debía abrazarlos para poder enfrentarlos a la cara.
–Shiro, eres un estupendo líder –le aseguró Keith –. El mejor que pudiéramos tener y todos confiamos ciegamente en ti. Pero eso significa que debas cargarlo toda la responsabilidad tu solo.
–Lo sé, ahora me he dado cuenta de ello –confesó el paladín negro con mayor convicción y fuerza –. No estoy solo, tengo a mis seres queridos… a los que más amo para que me ayuden y a darme el valor que necesito para enfrentar mis temores –con cada palabra, el rostro de Shiro se iluminaba y su sonrisa crecía –. Cuando lo descubrí, sabía que debía darme una segunda oportunidad de quererlos sin ataduras y sin importar la razón u origen de estos sentimientos.
Shiro dio un pasó hacía adelante, motivado y deseoso de un recuentro con sus compañeros paladines, pero ante la mirada estupefacta de ellos, agregó casi en suplica:
–Si es, que todavía me acepten.
El paladín negro extendió los brazos justo como lo había hecho Hunk unos momentos atrás. Por un momento vio indecisión en las miradas del resto de los paladines, pero se debía a otra razón diferente al rechazo.
–¿Ahora sí? –preguntó Hunk con duda.
–Sí, Hunk.
El paladín amarillo no requirió más, se abalanzó a los brazos del paladín negro sin ninguna duda en su corazón. Aunque conociendo a Hunk, el no necesitaba tal confesión para ceder. Keith, Pidge y Lance si tenían mayor necesidad de entender, pero aún así, les resultaba imposible no rendirse ante Shiro y tal discurso.
Antes de que la cabeza de Voltron lograra recuperar el aire del abrazo de osos de Hunk, fue golpeado en el pecho tres veces más al recibir los abrazos del resto del equipo. Shiro enternecido por su aceptación, los apretó a los cuatros contra su pecho y sestó un beso sobre la coronilla de cada uno.
–Nunca te diríamos que no, Shiro –susurró Pidge contra su pecho.
–Gracias –respondió él.
El abrazo se prolongó lo más que se pudo, hasta que finalmente la necesidad de respirar con libertad, los obligó a separarse.
–Les gradezco tanto –dijo Shiro posando sus manos en los hombros de Keith y Hunk.
–¡Genial! ¡Shiro se ha unido a nuestra rara quíntuple relación! –bramó el paladín amarillo casi dando un brinco.
–Ja, sí –rió el paladín negro con una enrome sonrisa –. Pero saben eso me recuerda, que tal vez debamos poner algunas reglas en ella –agregó clavando su mirada en dos paladines en particular –, no es así ¿Eh, Lance y Pidge?
–Eh –balbucearon ambos algo nerviosos.
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Feliz año nuevo!!!
El próximo capitulo será el ultimo del especial “Bond-fire”
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Voltron Legendary Defender Fanfiction
Hilos de Telar “Especial”: Bond-fire
Esp. 1.5
Tiempo: Temporada 2 Capitulo 7 – Capitulo 8
Debido a la rápida rotación del planeta Konib 3, la noche llegó unas horas antes de los que se esperaba al campamento de los paladines de Voltron. Por suerte, Shiro había logrado terminar de armar las tiendas de campaña alteanas, Keith preparar la fogata y Hunk comenzar la preparación de la cena.
A diferencia de muchos planetas bastante diferentes que los paladines habían llegado a visitar en sus viajes por la inmensidad de la galaxia, Konib 3 era el más similar a la tierra hasta ese momento, al menos en sus bosques. Por un breve momento en el que pudieron olvidar donde se encontraban, los cinco terrícolas se sintieron abrumados por un sentimiento que los llamaba a casa como no había sucedido en varias semanas. Y con la oscuridad de la noche, las miles estrellas del universo que brillaban sobre sus cabezas los llenaban de un leve sentimiento de nostalgia.
Por casi una hora no intercambiaron palabra alguna entre ellos como si ninguno se animara a perturbar aquella triste pero reconfortante sensación; al final fue Lance, ya con sus ropas secas, el que acabo con la delicada armonía al acercarse a Hunk y su guisado.
–¿Cómo van ese estofado de los peces alienígenas? –le preguntó mirando dentro de la cacerola que colgaba unos centímetros sobre la fogata. El potaje de color claro hervía con intensidad agitando a los ingredientes en su interior.
Parecía una sopa totalmente normal.
Hunk no contestó de inmediato con palabras, en cambio sumergió su cuchara en su potaje y captó una gran porción para examinarla con su experto paladar.
–¡Delicioso!... para ser hecho con peces alienígenas –comentó este con una sonrisa y levantando el pulgar.
–Creo que llamar a los peces alienígenas no lo vuelve muy apetecible –dijo Keith uniéndose a la conversación. El paladín rojo reposaba recargado de un tocón de madera que usaba como respaldo.
–En realidad, los únicos alienígenos en este planeta somos nosotros –informó Pidge desde el otro lado del campamento. La pequeña paladín continuaba cómodamente sentada en su nido de bolsas para dormir a la distancia perfecta de la fogata para no pasar frio.
–Gracias por el tecnicismo, Pidge –musitó Lance buscando su puesto junto a la fogata.
–Siempre es un placer corregirte, Lance.
El chico moreno hizo un puchero que pasó inadvertido ante una interrupción de Shiro:
–¿Eso es la especia milagroso que compartieron los olkari contigo, Hunk? –señaló al contemplar como el paladín amarillo sacudía la especia negruzca sobre el potaje.
–Sip, hace maravillas con todos mis guisados –comentó Hunk chupándose los dedos –. Nunca salgo sin ella.
Como había indicado Shiro, los olkari habían regalado la misteriosa especia a Hunk como muchos otros regalos después que Voltron salvara su mundo. Al parecer una combinación secreta de ingredientes secos que podía mejorar el sabor de cualquier alimento, inclusive los raros aperitivos alteanos.
–¿En serio? –dijo Keith con recelo –. ¿Salimos sin alimentos del castillo, pero si con la especia de Hunk? –pero al mismo tiempo miraba de soslayo el computador portátil de Pidge que descansaba sobre su regazo.
Al parecer la chica siempre cargaba el aparato consigo sin importar la ocasión.
–Esas son prioridades –remarcó Hunk provocando una leve carcajada por parte de Shiro.
Lance, que había sido ignorado al principio, pronto fue la atención de sus compañeros cuando sacó de entre el equipo de acampar un extraño y largo instrumento. Parecía una sitar hindú con un cuerpo demasiado redondo y con varias extrañas formas geométricas.
–Como instrumentos musicales… –indicó Keith nuevamente contemplando incrédulo el instrumento musical en las manos de Lance –. ¿Es eso una guitarra?
–Coran la llamó “kumal” –explicó el paladín azul casi con orgullo –. Es un instrumento alteano que si lo desafinas suena igual que una guitarra.
–¿Desafinas? ¿No quisiste decir “afinar”?
–No, desafinar. Cuando esta afinado suena terrible.
Y efectivamente. Cuando Lance se propuso en tocar sus cuerdas, un terrible sonido como uñas pasando sobre una pizarra erizó los vellos de la nuca de los demás paladines. Poco a poco el joven moreno fue rotando las clavijas sobre mástil hasta mejorar el sonido.
–Parece que los alteanos no solo tienen pésimo gusto en comida –señaló Pidge apartando las manos de sus oídos –, también de música.
–¿Alguna petición? –dijo Lance una vez que consiguió el sonido deseado en el kumal. Tocó un par de notas que sonaban justo como una guitarra terrícola.
Hunk emocionado, comenzó a dar leves brinquitos.
–¡No vamos a cantar la canción de la hoguera! –lo detuvo Lance de inmediato intuyendo sus siguiente palabras. Todo brillo en la mirada de Hunk desapareció por completo en lo que hombros caían desanimados.
–Lance –le llamó la atención Shiro, pero este fingió no escucharlo.
–¿Qué es lo que te pasa? –en cambio lo enfrentó Keith extrañado con su comportamiento y algo molesto de la manera en que trató a Hunk –. ¿Por qué respondes así?
Pero de nuevo Lance se negó a contestar y comenzó a tocar una melodía continua en le kumal.
–Parece que alguien sigue molesto después de lo sucedido en el río –masculló a su vez la paladín verde bastante audible para sus compañeros.
–No, no, no, no, no, no-no-no… –respondió Lance como parte de la melodía que estaba tocando con el kumal.
–¿Qué fue lo que sucedió exactamente en el río? –lanzó el líder de los paladines la pregunta al aire con verdadera curiosidad, esperando que cualquiera la contestara.
En cambio Lance continuó cantando:
–Nada… nada… nada de nada…
–Lance está molesto porque… –intentó contestar Keith perdiendo la paciencia con la actitud infantil del paladín azul, pero en cambio este lo interrumpió con un cantico mucho más elaborado.
we went next at the stream
Everybody had their own tasks
Anybody approached the shore
And fell by mistake to the river
but there was a loser there
It was a Ketih loser
Ketih loser
Ketih loser
Ketih loser
Ketih loser
Con cada estrofa Lance le dirigió una mirada fulmínate a su compañero paladín fuente de aquel rencor.
–Lance… –de nuevo Shiro pidió paciencia, una vez más, sin resultados.
–En otras palabras te caíste por error al río –intuyó Pidge fácilmente ante el comportamiento delator del joven moreno. Ante tal afirmación, Lance dejo de tocar de golpe.
–¿No oíste mi canción? –le recriminó este a la joven paladín con el ceño fruncido.
–¿De verdad estás molesto porque te deje caer al río? –preguntó Keith a Lance poniéndose de pie, aunque para todos en el campamento era obvia la respuesta.
–No –respondió el otro.
–¿Entonces?
Impulsivamente, Lance se puso de pie de inmediato dejando caer a sus pies el kumal, mientras exclamaba:
–¡Porque no dejas de hacerme a un lado!
Ante aquel arrebató, la cara de Keith dejo en claro su aturdimiento ante aquella declaración. Durante unos cortos segundos en los que el silencio reinó en el campamento, el paladín rojo parecía unir lentamente los puntos en su cabeza, hasta que finalmente dio en el clavo:
–¿Estás molesto porque te pido a veces que respetes mi espacio?
–¡Es como si quisieras que me alejara!
–Lance ¡No quiero alejarte! – gruñó Keith, pero dando unos pasos en dirección de su compañero paladín –. Solo que necesito mi propio espacio.
–¿Cómo es eso “no alejarme”? –preguntó Lance dando un paso hacia adelante por igual.
La conversación parecía haberse vuelto solo entre ambos jóvenes, aun así, Hunk intervino comentando sinceramente:
–Bueno, Lance, tienes que admitir que eras muy demándate.
–Y Keith es lo contrario –agregó Pidge a su vez.
–Gracias –dijo el paladín rojo ante las contribuciones de sus compañeros –, eso creo.
–Vaya apoyo que son, por eso los quiero tanto –espetó Lance actuando dolido.
–Vamos a calmarnos todos –interrumpió Shiro interponiéndose entre ambos paladines y posando sus manos en los hombros de ellos –. Lance, Keith, pueden hablar de esta situación tranquilamente compartiendo lo que sienten, las dudas que tienen dentro de su relación y siempre con respeto.
–Pues con todo respeto, Shiro –comentó Lance seriamente mientras cruzaba sus brazos –, tú no eres parte de esto para decirnos cómo manejar nuestra relación.
Aquellas palabras pesaron mucho en Shiro, pero aun así no demostró su dolor e incomodidad, en cambio, dio un largo suspiro antes de comentar con completa calma:
–Tienes razón –dijo –. Pero sigo siendo el líder de Voltron, y me preocupa la interacción que hay como paladines… como equipo. Solo quiero ayudar.
–Así como ayudaste besando a Lance el otro día –le espetó Keith de golpe.
La cara de Lance se tornó tan roja como tomate en cuestión de segundo, en los que Shiro dudaba un pequeño paso hacia atrás y sus ojos se abrieron como si fueran platos redondos. Su boca se movió inútilmente al no poder pronunciar palabra alguna.
–¡Shiro! –gritó entonces Hunk alarmado –. ¡¿Besaste a Lance?!
El ambiente en el campamento se volvió tan pesado que se podía cortar con un cuchillo.
–Quiznack –soltó Pidge.
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Lamento mucho la tardanza, pero realmente peleé con este capítulo. Además la canción fue dificil decidir cual usar y luego cambiar la letra, que por cierto no soy buena para rimar.
Por si no lo saben, es Rock lobster de los The B-52's, pero en realidad, estaba pensando más en la versión de Peter Griffin.
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Voltron Legendary Defender Fanfiction
Hilos de Telar “Especial”: Bond-fire
Esp. 1.0
Tiempo: Temporada 2 Capitulo 7 – Capitulo 8
El planeta Konib 3 se encontraba cerca de la actual posición del castillo de leones. Era un lugar de frondosa vegetación y vida animal, pero sin ningún habitante de inteligencia avanzada. Existía una pequeña población de humanoides en hemisferio sur que su mayor logro tecnológico había sido hasta el momento la rueda, por lo que una llegada de seres del espacio exterior sería demasiado para ellos.
En uno de sus largos y solitarios bosques lejos de cualquier civilización fue la elección de Shiro para llevar a cabo el entrenamiento que tenía en mente para su equipo. Un claro entre los arboles resultó lo bastante amplió para aterrizar los leones y establecer su campamento base.
–Este es un excelente punto –comentó Shiro admirando el terreno a su alrededor –. Hay bastante espacio, es tierra alta y hay una fuente de agua cerca –se volvió en dirección de sus compañeros paladines con una gran sonrisa –. Esto será fantástico.
Pero su buen humor no era compartido por el resto de los paladines que gruñeron al unísono al depositar el pesado equipo de acampar en el suelo.
–¿Soy yo o Shiro está extremadamente feliz? –murmuró Hunk a sus compañeros en lo que su líder se aproximaba a ellos.
Pero antes de que pudiera obtener una respuesta, Lance comentó alzando la voz:
–No entiendo como un campamento va a ayudar a mejorar la conexión con nuestros leones. Azul y yo ya estamos tan bien sintonizados que a veces creo que sabe mis más oscuros pensamientos.
–Siento lastima por tu león –comentó Pidge dejándose caer agotada sobre los sacos de dormir amontonados en un rincón.
–Si quieres te los cuento –bromeó Lance gimiéndole un ojo a la paladín y con un sonrisa ladina, que ella no tardó en corresponder.
–Si es para aumentar la conexión, Lance –interrumpió Shiro de inmediato la interacción cambiando su semblante jovial por uno más formal –. Pero no será principalmente con los leones, sino con el resto del equipo.
Los demás paladines lo miraron confundidos por unos segundos.
– Y ¿no podíamos hace eso en el castillos? –preguntó de nuevo Lance –. Donde hay aire acondicionado, camas y…
–¡Achu!... –estornudó Pidge dejándole una voz gangosa –. Y filtros de aire. Estúpido polen.
–Por ello vine preparado –explicó el paladín negro buscando algo en su bolsa de acampar, hasta que finalmente sacó de un extraño aparato definitivamente alteano que parecía una flauta de cinco centímetros de largo –. Coran dice que esto ayudará con tus alergias, solo necesitas soplar por él –explicó Shiro entregándoselo a la joven paladín, para luego volverse hacia al chico moreno –. Y Lance, no me imaginaba que te molestaría acampar.
–No me molesta –dijo éste rascándose la nuca –, lo hice miles de veces con mis hermanos. Pero… ¿es el momento más adecuado para hacerlo?
–Lance tiene razón –agregó Keith uniéndose a la conversación, pero rápidamente ganándose unas miradas inquisitivas de sus compañeros –: Sí, sé que suena raro que yo diga eso. Pero creo que no deberíamos continuar donde nos quedamos y encontrar la espada de Marmora –sugirió ocultando su desesperación, aunque esto se debía más a motivos personales.
–Es por eso que debemos estar preparados como equipo –insistió el paladín negro cruzando sus brazos sobre su pecho –. Aunque Ulax nos demostró que no son nuestros enemigos, debemos ser cautos y preparados para lo que fuera para suceder. Como equipos debemos no solo estar conectados al formar Voltron, sino también cuando nos encontramos cada uno por nuestra cuenta. El estar siempre consientes que nuestros compañeros dependen de nosotros es vital para el éxito, es por eso que debe existir compromiso y confianza.
Los demás chicos asintieron afirmativamente, dejando a lado cualquier duda que llegaron a tener. Un efecto cotidiano que tenía Shiro sobre ellos.
–Es por eso que nuestra primera actividad de campamento, será prepararnos para pasar la noche. Lance, tu tendrás la misión de traer el agua que necesitaremos, según el mapa del planeta, el río se encuentra en aquella dirección –dijo indicando con su mano robótica el bosque.
–Guardián del agua, va por el agua. Sí, señor –se burló el joven haciendo un saludo oficial.
–Keith, tú deberás traer material necesario para una fogata que debe durar toda la noche. Troncos, ramas, todo aquello que pueda arder; según los análisis del castillo sobre el planeta, será una velada fría.
Era una suerte que Pidge y Lance encontraran el viejo guardarropa para los paladines. Para aquella expedición, todos se habían preparado con una un tipo de deportiva especial que se adaptaba dependiendo a la temperatura del exterior. Aún así, no sería suficiente para pasar la noche.
–Entendido –afirmó Keith comenzando a marchar junto con Lance en dirección al bosque.
–Te apuesto que traigo primero el agua antes de consigas las ramitas para tu fogata –lo retó el paladín azul jovialmente.
–No es una competencia, Lance.
–¡Eso lo dijo el perdedor! –soltó el otro antes de empezar a correr.
–Maldita sea, Lance –vociferó el paladín rojo imitándolo inmediatamente.
Sus carcajadas se proyectaron por todo el bosque en lo desaparecían de la vista de sus compañeros.
–Pidge… –llamó Shiro a la chica que continuamente soplaba por la versión altena de un nebulizador como si estuviera en un recital.
–¿No es suficiente tortura traerme a la mitad del bosque? –soltó ésta de mala gana.
–Creí que había descubierto tu conexión con el bosque.
–Así es, nos apoyarnos cuando es necesario. El resto del tiempo respetamos el espacio personal del otro.
–Bueno, creo que ahora tendrás que ser el guardián del bosque y usar tu curiosidad innata para encontrar algo de comida –bromeó Shiro con ella ganándose una mirada suspicaz.
–¡Espera! –soltó entonces Hunk –. ¿No trajimos comida? –preguntó alarmado volviéndose a la joven sentada –. ¡Pidge!
La paladín verde gruñó una vez más antes de ponerse de pie de un brinco.
–¡Esta bien! Traeré algo para que no mueras de hambre –dijo acercándose a Hunk para darle un abrazo –. Pero no prometo que no será venenoso.
–Ve cuidado –respondió el otro devolviéndole el afecto –. Por favor no mueras.
Ambos se separaron y Pidge se encaminó desanimada a la espesura del bosque, resoplando una y otra vez en el pequeño aparato alteano.
–¿Crees que estén bien? –preguntó Hunk a Shiro una vez que se quedaron solos.
–Hay que confiar en ellos –dijo éste con calma –. Ahora Hunk, tú y yo tenemos mucho trabajo que hacer –agregó llevando su manos a su cintura y guiñándole un ojo al paladín amarillo –. Tenemos un campamento que levantar.
Hunk no sabía, pero estaba muy nervioso.
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Shiro planea comerse a sus compañeros (guiño, guiño)
Ya en serio, solo busca una segunda oportunidad.
Por cierto los atuendos que me inspiraron para este capitulo son de アク
Visita su galería en pixiv.net dando “click” aquí, para poder ver los trajes.
Es bueno estar de regreso
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Voltron Legendary Defender Fanfiction Universo Alterno Polydin
Hilos de telar
Tercera parte: Punto y Seguido
3.10
Tiempo: Temp 2. Cap. 7
Como si hubiera renacido u obtenido un segundo respiro de aire, Shiro caminaba por los pasillos del castillo con gran ligereza, como si un terrible peso e invisible se hubiera desvanecido de sus hombros. Pero no había que confundirlo con su misión y él lo sabía muy bien, la responsabilidad de salvar al universo aún pesaba en sus conciencia, aún así, ya no era como un pesar constante y de gran preocupación. El desasosiego se esfumó dejando solo la esperanza, seguridad y una libertad que no había experimentando desde hacía mucho tiempo; eso se lo debía a su equipo, a los demás paladines y el admitir lo muy importantes que eran para él. Curiosamente, Shiro tenía que agradecerle a Zarkon por esa nieva visión en su existencia.
La vida tenía un nuevo brillo, y era el su afectos por sus compañeros, y en ese momento, no había nada que deseara más que volver a verlos de nuevo.
Así que cuando se enteró que había regresado de su viaje al mercado Unilu, literalmente corrió a su encuentro. Los encontró en el centro de mando del castillo platicando alegremente y entre carcajadas sus aventuras a Allura.
Shiro se perdió un instante al atravesar las puertas y maravillarse de lo sonoras y alegres que eran las carcajadas de Lance, lo enorme de la sonrisa de Hunk, los destellantes ojos de Pidge y la relajación que mostraba Keith. ¿Cómo no lo había percibido antes?
El haber confesado entre ellos sus sentimientos les había proporcionado esas virtudes y ahora que Shiro también podía apreciarlo con todo su esplendor; algo que le generaba un candor en el pecho y lo llenaba de esperanzas.
¿Realmente había sido tan estúpido para perderse de todo eso durante tanto tiempo?
–¿Shiro? –lo llamó Allura sacándolo de su embelesamiento.
–¡Shiro! –lo llamarón con alegría a su vez los demás paladines al percatarse de su presencia. La felicidad en sus rostros al recibirlo, provocó que unas mariposas revolotearan en su estomago.
–¿Dónde estabas? –le volvió a interrogar la princesa antes de que pudiera decir algo –. ¿Acaso tomaste una siesta?
–No precisamente –respondió él con calma adentrándose más en la habitación –. ¿Qué hace aquí una vaca? –preguntó rápidamente al darse cuenta de la existencia del animal, lo cual había sido sorprendente ante su gran tamaño.
–Se llama Katlenecker –dijo Lance con una sonrisa – y es nuestra nueva mascota.
–¿Eh?
Pero antes de que Shiro preguntara más sobre el origen del animal, Pidge se adelantó al paladín azul y prácticamente brincó delante él emocionada.
–Mira Shiro –le mostró la caja de lo que parecía ser un videojuego –, lo que me ayudó a conseguir Lance –fue lo que alcanzó a entender de la lluvia verbal con la que lo asedió la paladín verde.
–Cualquier cosa por mi chica – agregó Lance pasando su brazo sobre los hombros de Pidge y jalarla hacía su dirección. Ambos se sonrieron como si fueran cómplices de alguna travesura.
–Por lo que veo se divirtieron mucho.
–No sé si una persecución cuenta como diversión –objetó Hunk perdiendo por un instante el semblante alegre de su rostro.
–Mientras no te atrapen lo es –comentó Keith a su lado.
–Pues para mí fue terrorífico –insistió el joven grande y regordete tomando a Keith por los hombros–. No hubiera soportado que me volvieran a encadenar y obligado a trabajar en ese centro comercial –Hunk comenzó a sollozar en lo que describía sus penurias y apretaba su rostro contra el hombro del paladín rojo.
Cuando terminó, Hunk abrazó desde atrás Keith, quien (extrañado en un principio) lo consoló unos segundo después, frotando suavemente su cabellera.
–¿Persecuciones? ¿Trabajo forzado? –soltó Shiro preocupado por lo que pudieron haber pasado sus amados compañeros paladines –. ¿Qué clase de lugar era ese?
–Les advertí que podría ser peligroso –comentó Coran altaneramente sacudiendo su mano –, pero no quisieron hacerme caso.
Vaya que Shiro si había entrado distraído en la habitación, porque al igual que la vaca, era la primera vez que se percataba de lo extraño que era el atuendo de Coran. ¿Qué había pasado en ese mercado?
–Lo importante es que consiguieron las lentes –interrumpió Allura tratando de armonizar la conversación –, ahora podremos arreglar el teludav y hacer de nuevo saltos por agujeros de gusano.
–Solo si Zarkon ya no pueda seguirnos–señaló Pidge provocando que todas las miradas en la habitación se enfocaran en Shiro. Era una suerte que nunca sufriera de pánico escénico.
–La próxima vez que nos encontremos con Zarkon –dijo con gran seguridad v, será porque nosotros vayamos por él –aseguró éste ganándose una sonrisa de su equipo.
–¡Genial! –soltó Lance alzando un puño al aire.
–Ahora podemos ir finalmente a buscar la espada de Marmora –comentó Keith entusiasmado.
–No tan rápido – objetó Shiro ganándose una miradas de sospecha por parte de sus compañeros –. Después de lo sucedido con el león negro y Zarkon, creo que es necesario que tengamos un nuevo entrenamiento.
–¿Para fortalecer el lazo con nuestros leones?
–No precisamente –dijo el paladín negro con una sonrisa.
–¿Eh? –se quejaron los demás paladines en duda ante sus palabras.
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Hola a todos y feliz final de temporada. En realidad, casi no lo llego a publicar esta semana por problemas de salud. Sé que no es mucho, pero es un preámbulo de la siguiente parte, que será un “especial”.
Saludos
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Voltron Legendary Defender Fanfiction Universo Alterno Polydin
Hilos de telar
Tercera parte: Punto y Seguido
3.7
Tiempo: Temp 2. Cap. 5 - Cap. 6
–Ya necesitaba esto –dijo Lance gustoso acomodándose a sus anchas en la orilla de la larga alberca alteana Después de haber logrado escapar del asedio de la armada garla que los llevó hasta el mismo ojo de una tormenta cósmica, no había nada mejor que relajarse en el agua calentada al gusto en la alberca del castillo. Algo que fue posible con las correctas indicaciones de Coran para usarla ya que ésta se encontraba originalmente en el techo. Resultó que la habitación podía rotar bajo un mismo eje –. Un momento de paz y tranquilidad –continuó el paladín chapoteando levemente con sus dedos –, un baño de agua caliente, sin demasiados problemas. Tanta persecución genera mucho estrés que no es bueno para los músculos y la piel. Solo faltaría un poco de música para amenizar el ambiente… ¿Qué dices? –comentó de ultimo dirigiendo a la persona que se recargaba en su pecho desnudo.
–Digo: ¿Por qué no puedes cerrar la boca cinco minutos? –se quejo Keith sumergido casi hasta el cuello en el agua.
Al parecer ambos paladines no solo tuvieron la misma idea desde un principio el disfrutar un chapuzón en la alberca, sino que también cuando decidieron intentarlo una segunda vez. El darse una zambullida en el agua era algo que definitivamente que Keith y Lance no estaban dispuesto a dejar pasar, hubiera otro ataque galra o no.
Sin embargo, tal cercanía y contacto piel con piel, había sido demasiado para Keith desde un principio. Y Lance iba a provecharse de eso.
–Perdóname por querer tener una conversación con mi novio –le dijo al joven contra su pecho, viendolo estremecerse en lo que su mejillas se tornaban rojizas. Una sonrisa picara se dibujo en los labios del joven moreno –. Y bien sabes que prefiero con la boca abierta.
Keith dio un respingo involuntario en respuesta a su comentario, pero un lugar de intentar escapar ante las insinuaciones de paladín azul, se dio media vuelta para sujetarlo del cuello e intentar ahogarlo con sus propias manos o con el agua, lo que fuera necesario.
Era un acto muy común entre ambos últimamente, Lance se aprovechaba de la incomodidad e inexperiencia de Keith, y Keith terminaba partiéndole la madre.
–¡Okay, me rindo! –soltó Lance entre carcajadas ante la desesperación en el rostro del otro –. ¡Lo siento! ¡Misericordia!
Sus lastimeros chillidos rindieron frutos al final, ya que el paladín rojo se apiado de él y dejo sus serios intentos de matarlo. Pero tan pronto, Keith volvió a darle la espalda, el paladín azul aprovechó para lanzase sobre de él sorpresivamente.
–¡Traición! –exclamó éste mientras le aplicaba un candado del cuello.
–¡Lance! –rugió Keith furioso evitando inútilmente que el agua se adentrara hasta su garganta –. ¡Detente!
–¡Solo si admites que soy el más guapo y atractivo chico de la galaxia!
–¡LANCE!
–Está bien –se rindió al final el joven moreno dejando a su pobre victima respirar –. Pero éste día lo voy a recordar el resto de mi vida como “el día en que derroté a Keith” –comentó mientras su compañeros se doblaba en arcadas.
–¿D-derrotado? –dijo Keith atragantado sobándose el gaznate –. No era una pelea.
–¿Qué era entonces? ¿Un momento para conectarnos? –se burló de nuevo Lance con una sonrisa ladina mientras posaba sus mano en su cintura. Con aire triunfador, se ganó la mirada de odio y repudio más intenso que era capaz de generar los ojos de Keith.
Pero eso no le importaba, lo estaba disfrutando como nunca.
Hasta que recibió una cachetada de agua directa en la cara.
Oh no, eso no iba a quedarse así.
Los siguientes veinte minutos fue la lucha más encarnada del chapoteo, donde los dos jóvenes hacían hasta lo imposible para dejar lo más empapado al otro. Lo que empezó en furia y frustración, pronto terminó en risas y bromas, y cuando la acción los llevó a reducir la distancia entre ellos, todo se volvió en abrazos y besos. Al final ya ni importaba porque había comenzado a pelear en primera instancia.
–Novio ¿eh? –le preguntó Keith al Lance pasando sus brazos alrededor de su cuello – ¿Ahora nos llamamos así?
–¿Acaso no quieres? –susurró él sin poder dejar de sonreír.
–No es eso –admitió el paladín rojo evitando la constante y penetrante mirada de Lance –. ¿Los demás estarán de acuerdo?
–No escuche quejas de Pidge y Hunk –soltó el paladín azul maliciosamente recordando su último encuentro y sesión de besos con los ya mencionados, así como sus respectivas reacciones.
Pero en lo que Lance divagaba en sus otros dos amores, Keith se volvió hermético… como si su mente se encontrara en otro lugar.
–¿En qué piensas? –le preguntó el joven moreno apretando sus brazos alrededor de su torso para llamar su atención –. ¿Aún estás enojado con Allura?
–Aún estoy confundido al respecto y… otras cosas –admitió a medias Keith, recordando de mala gana su sentir ante los secretos que había mantenido la princesa, así como los que él mismo mantenía de su compañeros –. Pero era… en realidad, es Shiro en quien pensaba.
–Oh.
–¿Me preguntaba por qué no resultó afectado como nosotros? ¿Por qué no siente lo mismo?
El semblante de Lance cambio rotundamente. De su flagrante conqueteo, pasó a una sutil incomodidad.
–En realidad crees que esto es ocasionado por los leones y Voltron ¿verdad? –soltó éste temiendo lo peor. Cada uno de ellos, a pesar de que se encontraban comprometidos con su nueva relación, la duda continuaba en sus cabezas, así como la preocupación de perder aquello que estaban descubriendo.
Keith reconoció esto en la mirada de Lance, ya que era un sentimiento que él también había llegado a sentir y temer.
–Sigo sin saber que pensar al respecto –confesó el paladín rojo liberándose un poco del abrazo, pero sin apartarse del todo –. Pero no lo rechazo, eso se los he dejado claro a los tres. Solo que difícil tener los mismos sentimientos por Shiro y él no lo sienta.
Aquellas palabras calmaron los temores de Lance, quien no permitió que su compañero se apartara ni un centímetro más de él.
–Primero, soy consciente que eres nuevo en esto del amor y puede ser abrumador la primera vez. Segundo, todos acordamos respetar la decisión de Shiro. Y tercero… no creo que Shiro no sienta algo por nosotros.
Aún con los intentos del paladín de mantenerlo en sus brazos, Keith logró librarse de su apretón constrictor y cuestionarlo directamente ante sus palabras:
–¿Qué quieres decir?
–No sé…. Tal vez… –balbuceó el joven moreno fingiendo ignorancia, mientras evitaba la mirada directa de Keith –pueda que simplemente sigue confundido con lo que sienta o lo quiere hacer…
–Lance… –lo llamó el otro a sabiendas que intentaba tomarle el pelo.
–Yo tan solo digo –dijo éste esquivando al paladín rojo olímpicamente, mientras intentaba salir de la alberca –. Puedes llamarlo presentimiento.
–No sé a dónde quieres llegar con todo ese balbuceo –le espetó Keith imitándolo en salir del agua –. Mira, dejemos de pensar en Shiro por un momento, ya que deberíamos mejor descansar y aclarar nuestras mentes antes de ir ver con éste grupo de galras rebeldes.
–Creo tienes razón –admitió Lance sentándose en la orilla de la alberca –. Además no veo importante contarte cuando Shiro me beso.
Acto seguido, Lance terminó más empapado que dentro de la alberca, ante el chapoteadero que generó Keith al caer de bruces en el agua ante la sorpresa.
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Feliz años a todos,
Si bien se enteraron, tuve problemas con mi computadora, eso me retraso en seguir escribiendo y aparte se atravesaron las fiestas, dejándome más difícil seguir escribiendo.
Bueno, ya retomado y espero que éste año se prospero con mi inspiración.
Saludos.
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