#placeres de la noche
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... i fucked up.
(one shot)
🗯ADVERTENCIAS/TAGS: enzo vogrincic x reader, smut, porn with plot(?), infidelidad, reader es infiel, fingering, squirting, enzo es el cuerno, moral muyyy cuestionable, sobreestimulación, un poco de size kink (no importa si reader es gorda o flaca, tetona o plana ENZO ES MAS GRANDE), age gap de 10 años (reader 20 enzo 30), sexo sin protección, sexo rudo(?), choking (muy ligero), llanto durante el sexo (de placer), un poco emocional y confuso al final.
eran las siete de la mañana cuando ibas saliendo de tu apartamento compartido con tu novio blas. te dirigías al set de la nueva película en la que estaban trabajando él y otros dos chicos de LSDLN, enzo y francisco, ya que formabas parte del equipo de maquilladores en esta nueva película, al igual que en la anterior. de hecho, fue gracias a aquella que te hiciste pareja del rizado y formaste amistad con la mayoría de los otros actores, volviéndote más cercana con enzo.
fue el mismo blas quien solicitó a los directores y productores de este nuevo proyecto que te contrataran para trabajar como maquilladora, así que tú no podías estar más feliz pues significaba que ibas a estar cerca de él más tiempo... y cerca de enzo también.
a los tres meses de hacerte novia de blas, asististe a una pequeña reunión en casa de juani que organizaron entre todos los chicos, como matías había llevado a su novia al igual que esteban, el de rizos decidió llevarte a ti también. lo que no sabía él es que esa misma noche empezarías a guardar un secreto con enzo.
sentados en los escalones de la entrada de la casa más alejados del ruido, cada uno con una cerveza en la mano, estabas con enzo charlando y riéndote de sus incontables chistes, blas no había querido unirse ya que estaba concentrado jugando con la play4 de juani.
"no no pero ahora decime algo, con sinceridad". dijo el castaño repentinamente, haciendo que la risa que tenías cesara un poco.
"¿qué?" dijiste un poco nerviosa sin dejar de sonreír igualmente.
"¿vos estás satisfecha con blas? ¿él te hace sentir bien?"
tragaste duro sintiendo como tu boca se secaba de los nervios, ¿qué pregunta era esa?
"e-eh, a qué te refieres?"
"digo, no niego que blas sea un buen novio, he visto cómo es contigo, pero a veces lo veo muy infantil, no sé, falto de experiencia," chasqueó la lengua, sentiste como ponía su mano en tu rodilla descubierta y la apretaba.
con cada palabra que salía de la boca de enzo y con cada acción te ponías más nerviosa, aunque realmente no le faltaba mucha razón. a pesar de tener la misma edad que blas, sentías a veces que no andaban en lo mismo...
"te pregunto, ¿él te coge bien?"
te ahogaste con tu saliva.
"perdoname el atrevimiento," se retractó casi instantáneamente mientras sobaba tu espalda, ayudándote en tu ataque de tos. "creo que tomé mucho, no mido lo que digo".
cuando dejaste de toser te quedaste mirando al suelo por un momento, enzo era un hombre atractivo y muy intimidante, no lo ibas a negar, pero no captabas por completo sus intenciones y tampoco querías malinterpretarlo, tal vez te pregunta esas cosas porque te considera su amiga cercana y te tiene confianza, así que decidiste ignorar su mano en tu pierna otra vez y tanteaste el terreno.
"tranquilo, s-solo me agarró por sorpresa" le sonreíste. "nada más lo hemos hecho dos... tres veces, creo" notaste como abrió más los ojos, mirándote asombrado. "y realmente no ha sido la gran cosa" murmuraste con pena.
qué carajos estabas haciendo.
"mhm," enzo asintió y frunció el ceño, mirándote atento mientras pensaba. "¿por qué no es la gran cosa?
suspiraste recordando como han sido las experiencias con blas hasta ahora, sintiendo un poco de frustración. "perdoname el atrevimiento a mi ahora," te sinceraste "dios, que vergüenza, pero..." te acercaste un poco a su oreja, hablando más bajo como si alguien más aparte de él te fuera a escuchar. "no me he venido con él nunca, siempre termina y se duerme".
enzo tomó el último trago de cerveza que le quedaba. "no sé por qué no me sorprende sabés," soltó una pequeña risa y desechó la lata en el tacho de basura que había en una esquina. "como te dije, le falta," dijo mirándote a los ojos y acariciando tu muslo con su pulgar "no sabe todavía cómo satisfacer a una mujer".
"¿y tu qué, si sabes?" preguntaste de repente y te sorprendiste de tus propias palabras.
ya había llegado demasiado lejos la conversación, y no sabías por qué no te detenías. tal vez eran las cervezas en tu organismo, o simplemente era la atracción sexual tan fuerte que sentías por enzo que ya no lo podías ocultar.
"no te voy a afirmar nada, chiquita" acercó su cara a la tuya mientras te acomodaba un mechón de pelo detrás de tu oreja. "deberías comprobarlo tu misma".
cortaste el poco espacio que había entre ustedes y lo besaste con deseo.
rápidamente su lengua se apoderó de tu boca haciéndote soltar un pequeño gemido y poner tu mano en la parte de atrás de su cabeza, tomando su cabello.
te separaste cuando un sentimiento de culpa te llenó el cuerpo.
"e-enzo, espera" pusiste una mano en su pecho, jadeando, mientras mirabas el suelo con pena. "esto es malísimo, sabes?" negaste con la cabeza cerrando los ojos y abriéndolos despues de una pausa. "yo quiero mucho a blas, no entiendo por qué hago esto" dijiste más que nada para ti misma.
el mayor te tomó por la barbilla suavemente, obligándote a mirarlo. "nena, esto no tiene por qué significar nada, si?" acarició el borde de tu mandíbula con sus dedos, mientras observaba tus labios "pero entiendo si no quieres seguir".
tomaste aire y suspiraste temblorosa, tenías un conflicto interno. por un lado no querías hacerle esto a blas, te sentías como una mierda y sabes que si se enteraba se iba a ir todo al carajo, pero por otro... tenías tantas ganas reprimidas y acumuladas, que tus bragas ya estaban empapadas y tu coño pulsaba nada más con un roce en tu pierna y medio minuto de besos. realmente patético, pero nadie podía culparte.
"solo será esta vez, y luego seguimos como siempre, como amigos, y hacemos como que no pasó". volviste a cerrar los ojos intentando prometerte a ti misma algo que sabías sería difícil de cumplir. enzo asintió juntando sus frentes y retomando aquel beso hambriento.
enzo se separó, se levantó y se dirigió a la puerta. "espera aquí un momento".
al entrar vio a todos en un desastre, la música estaba demasiado alta y casi todos estaban borrachos ya, algunos jugando cartas y otros bailando. blas seguía jugando con la consola ahora acompañado de matías.
le dijo que te empezaste a sentir mal y que te llevaría a casa, el rizado dudó un poco pero finalmente terminó agradeciéndole. enzo tomó tus cosas y salió de nuevo.
esa noche tuviste tu primer orgasmo provocado por un hombre.
sobra decir que no fue cosa de una vez.
cuando estabas cerca de tu destino recibiste un mensaje de uno de tus compañeros de trabajo, habían rodado la grabación para otro día por un problema con los productores.
bufaste con fastidio y marcaste el número de blas.
"hola lindo, buenos días" lo saludaste cuando contestó. "oye, no tienes que venir hoy al set, no sé si te avisaron ya pero cambiaron la fecha del rodaje".
"mierda, justo salí de bañarme, eh, bueno" escuchaste su voz frustrada. "me voy a dormir otra vez, ya qué. venís?"
"voy a aprovechar de comprar unas cosas, ya que estoy acá, para no perder el día" dijiste recordando al ver un super en la esquina.
"bueno, está bien, traeme algo" dijo divertido y supiste que estaba sonriendo.
"claro, te quiero" hiciste un sonido de beso. "nos vemos".
colgaste y te encaminaste hacia dicho supermercado, cuando sentiste otra vez la vibración de tu celular en tu bolsillo.
era enzo.
"nena, estás sola?"
en menos de veinte minutos estabas en el auto de enzo dirigiéndote hacia su casa.
hablaron de cosas cotidianas y de la nueva película, tú riendo ocasionalmente de los comentarios del mayor.
era increíble el contraste entre esos momentos tranquilos e inocentes y lo que sucedía cuando estaban en privacidad. apenas cerrada la puerta de la casa enzo ya tenía sus labios sobre ti y sus manos encima de tu cuerpo.
te cargó por los muslos y enrolló tus piernas en sus caderas, los llevó a ambos a su habitación y se sentó en el borde de la cama contigo en su regazo. llevó sus besos hasta tu cuello, donde empezó a lamer y morder suavemente un punto que ya conocía a la perfección, un punto que te hacía poner los ojos en blanco y empezar a frotar tu coño contra su bulto.
enzo ya se había memorizado tu cuerpo.
te sacó el suéter que tenías y desabrochó tu brasier en el proceso, tomó una de tus tetas en su mano y acercó su boca a tu pezón, empezando a lamerlo en círculos y succionarlo con la fuerza necesaria para hacerte gemir y jalar su pelo entre tus dedos.
"me encanta lo sensible que eres, tan preciosa" jadeaste ante el apodo.
en un instante, enzo te había acostado en la cama y ahora él estaba encima de ti, repartiendo besos desde tu pecho hasta tu abdomen, donde sentías su aliento caliente bajar hasta tu vientre.
alzaste la cabeza y sus miradas se encontraron cuando empezó a bajar tu short y tus bragas al mismo tiempo, sin dejar de verte, hasta que los terminó de sacar por completo dejándote descubierta ante él.
abrió tus piernas y al encontrar tu coño brillante y húmedo, no pudo evitar relamerse los labios.
"bebé, intentemos algo" dijo mientras te jalaba por tus piernas hacía él, te apoyaste en tus codos sobre la cama para verlo mejor. "si se te hace mucho solo decime, pero tenés que dejarte llevar igual" asentiste con un poco de nervios. desde hace varios encuentros enzo te había ayudado a experimentar algunas cosas nuevas y todas te habían gustado hasta ahora, así que te preguntabas qué sería esta vez.
subió ligeramente una de tus piernas y envolvió su brazo en tu muslo, mientras que con su otra mano frotaba tus jugos en sus gruesos dedos y en todo tu coño, desde tu entrada hasta tu clítoris, el cual empezó a frotar en circulos con su pulgar haciéndote cerrar los ojos y jadear, echando tu cabeza hacia atrás.
metió despacio dos de sus dedos y los empezó mover dentro ti con un ritmo lento, curvándolos ligeramente hacia arriba sin presionar del todo tu punto más sensible, provocándote, desmoronándote ante él. por ahora no había nada nuevo, solo era enzo sabiendo usar sus dedos como un experto. hasta que aceleró el ritmo y la fuerza de sus movimientos, presionando por completo y únicamente tu punto g, con la palma de su mano rozando tu clítoris repetidamente.
todo se volvió demasiado intenso de repente, tus cejas estaban arqueadas en una expresión de placer, tus labios rojos de tanto morderlos formaban una 'o' de la cual salían gemidos y lloriqueos que iban directamente a la erección de enzo, que estaba roja y adolorida encerrada en su pantalón.
abriste los ojos y se encontraron rápidamente con los del mayor, que te miraban con adoración.
"m-me voy a venir, en-" enzo asintió, alzaste tu cabeza y bastó solo con mirar como su mano cubría completamente tu coño, para que un orgasmo te recorriera desde la cabeza hasta la punta de los pies, haciendote soltar un jadeo seguido de un fuerte gemido, mientras tu espalda se arqueaba y tus piernas intentaban cerrarse involuntariamente.
enzo no cesó el movimiento de su mano, más bien mantuvo el mismo ritmo lo cual hizo que tomaras su muñeca intentando sacar sus dedos por la sobreestimulación.
"solo un poquito más, chiquita" dijo quitando tu mano con delicadeza y acercando su cara a la tuya para tratar de distraerte con un beso.
pronto sentirías como se formaba un nuevo orgasmo en tu vientre, pero esta vez se sentía raro.
tomaste otra vez la muñeca del castaño "e-enzo, creo que me voy a-". te interrumpió una sensación de presión en tu vientre.
un segundo orgasmo más intenso que el anterior, te llevó a sentarte de golpe mientras se formaban lágrimas de placer en tus ojos, tus uñas se clavaron en la piel de la muñeca del mayor con fuerza y lo único que sentías eran los espasmos de tu cuerpo y tu coño alrededor de sus dedos.
cuando te calmaste un poco abriste los ojos, los cuales ni siquiera sabías que tenías cerrados, solo para encontrarte con la cama totalmente empapada al igual que el brazo y la mano del castaño, cuyos dedos seguían dentro de ti, ahora quietos.
te asustaste y te giraste hacia él, haciendo que salga de tu cuello donde estaba repartiendo besitos.
sacó sus dedos con cuidado de tu coño haciendote soltar un quejido, sintiendote vacía de repente, y viste como se metió ambos dedos en la boca, limpiándolos con ella. jadeaste por lo obsceno que se veía.
"qué vergüenza... perdoname". dijiste viendo otra vez el desastre que era la cama.
"nada de eso," respondió recostándote otra vez. "fue demasiado caliente ver como te venías tan duro, te gustó?"
"la verdad sí..." dijiste bajo, "mucho". lo miraste a los ojos y viste como algo se oscureció en ellos.
"decime, tu novio te ha hecho venir así, princesa?" dijo observándote, con la voz más grave y baja de lo normal.
"n-no, nunca". de repente estabas apretando tu coño alrededor de la nada otra vez.
enzo pensaba que esta era una de tus mejores facetas, cuando estabas desnuda en su cama, temblorosa y jadeante, completamente jodida por él, porque sabía que era él y solo él quien te llevaba a ese estado. tú ni siquiera debías hacer nada complicado para ponerlo caliente, le era suficiente ver como reaccionabas a las cosas que le hacía a tu cuerpo, porque tu placer era el suyo.
parecía que con cada encuentro que tenían, más atraído se sentía hacia ti, más hermosa eras en cada ocasión.
tenía tiempo sin sentirse de esa manera.
a todo esto, el mayor seguía completamente vestido, así que tomaste el borde de su camisa y la subiste intentando sacársela.
"¿todavía tenés ganas?" te miró con diversión, incrédulo, quitándose la ropa igualmente.
observaste sus anchos hombros y sus brazos, tan grandes en comparación con los tuyos. enzo como tal, era tan grande al lado tuyo, y tan fuerte. amabas como te podía cargar y mover fácilmente, como sus grandes manos apretaban tu cuerpo mientras empujaba su miembro dentro de ti.
el hecho de que no solo era más grande en físico, sino en edad también, te excitaba más de lo que le podías admitir.
cuando el castaño liberó su polla de la ropa interior que se había vuelto incómoda, sentiste que se te hizo agua la boca. la punta estaba sonrosada, brillante con líquido preseminal, y viste como una gruesa vena sobresalía a lo largo de la base.
"dejame chupartela, por favor", casi suplicaste, levantándote para quedar más a su altura y tomando su polla en tu mano, recogiendo la humedad de la punta para empezar a moverla de arriba a bajo más fácil.
"no, no, preciosa" detuvo tu mano. "necesito ya estar dentro de ti".
te empujó suavemente y tu hiciste un puchero en frustración, pero te volviste a acostar, con enzo encima tuyo.
con una mano apoyada al lado de tu cabeza como soporte, alineó su miembro en tu entrada con la otra. no te preocupaste por el condón porque ya habían hablado el tema, ambos estaban sanos y tu estabas con la pastilla.
"nena, mirame". te dijo obligándote a mantener contacto visual, le gustaba ver tus expresiones en todo momento.
un gemido de alivio salió de ambos al sentir como finalmente introducía la punta, pero cerraste los ojos con fuerza cuando siguió empujándose dentro de ti. no importaba que tan mojada estuvieras, el grosor de su miembro casi siempre los obligaba a tomar una pausa.
sentiste como su pelvis chocaba con la tuya y exhalaste fuertemente, el castaño corrió el cabello desordenado que se habia pegado a tu frente, y comenzó a repartir pequeños besos.
"estás bien? querés que me mueva?" murmuró contra tu piel, bajó su mano desocupada hacia donde ambos se unían y empezó a frotar círculos en tu clítoris con sus dedos.
el estímulo hizo que tu coño se apretara alrededor de él, sacándole un jadeo.
asentiste con fervor, moviendo tus caderas en un intento de estar imposiblemente más cerca de su cuerpo. "s-sí enzo, cogeme duro esta vez". tus mejillas se enrojecieron, ya no tenías nada de pena.
"¿ah, sí? ¿querés que te coja fuerte y que te deje sin caminar bien?" el castaño rió al verte asentir con ojos grandes mientras te relamías los labios.
"¿querés llegar a casa y que blas se de cuenta de que no está haciendo su trabajo como debe, ah, chiquita?" masculló y se irguió en su lugar, comenzando sus embestidas controladas pero duras, sus manos apretando con fuerza tus caderas y sosteniendote.
gemidos agudos salían de tu garganta mientras jalabas las sábanas en puñados, sentías como el placer hormigueaba en la punta de todos tus dedos, estabas sensible todavía por los orgasmos anteriores.
tus tetas rebotaban con cada estocada, enzo las tomó en sus manos y las amasó, pellizcando y frotando sin cuidado tus pezones, mientras aceleraba el movimiento de sus caderas. la punta de su polla llegaba a golpear tu cervix haciéndote lloriquear, pero el ligero dolor solo te excitaba más, y enzo sintió como te contraías en su miembro.
"mirá como me apretás, dios" el mayor dijo casi sin aliento. "así querías que te cogiera? hmm? querías que fuera malo contigo, princesa?"
lo miraste directamente a los ojos con una expresión de placer puro. "sí, sí, m-mierda, tan rico- ah,"
agarraste una de sus manos y la dirigiste hacia tu cuello "a-ahorcame enzo, dios" suplicaste prácticamente fuera de ti misma y tus ojos se llenaron de lágrimas otra vez, extasiada. estabas muy cerca y sabías que querías correrte con sus manos en tu cuello.
sin detener sus duras embestidas, el mayor envolvió su mano y apretó con cuidado los lados de tu cuello, haciéndote girar los ojos y echar la cabeza hacia atrás, mordiéndote el labio inferior. "qué preciosa sos-" se acercó a tu oreja dándote un beso en la mejilla antes de murmurar muy, muy bajo "no sabés cuánto te amo".
no descifraste qué palabras dijo enzo en tu oído, porque el tercer orgasmo de esa mañana te azotó con más fuerza que los dos previos.
tu vista se nubló y tu boca se abrió sin soltar ningún ruido, agarrabas con fuerza la muñeca de enzo cuya mano seguía en tu cuello, pero que yacía quieta ahora, nada más que acariciando tu piel suavemente.
con un gritito ahogado tu cuerpo pareció ganar consciencia de nuevo, y sentiste como el castaño todavía se empujaba con dificultad dentro de tu agujero, de forma más desordenada y errática por cómo tu coño se contraía repetidamente alrededor de su miembro.
tu mano se posó en su abdomen débilmente, intentando alejarlo de ti por lo incómodo que se estaba volviendo tanto estímulo, hasta que su orgasmo llegó de manera repentina, llevándolo a sacar su polla y venirse sobre tu vientre, gimiendo con el ceño fruncido mientras terminaba de exprimir hasta la última gota de semen sobre ti.
lo único que se escuchaba en la habitación eran sus respiraciones agitadas y ocasionalmente pequeños gemidos tuyos, estabas completamente sensible y podías sentir las corrientes de placer en todo tu cuerpo aún. al recomponerse, enzo bajó delicadamente tus piernas temblorosas de la posiciónen la que estaban, y se levantó a buscar un paño para limpiarte.
al llegar de nuevo a la habitación, el castaño recién pareció notar tus mejillas sonrojadas y húmedas, al igual que tus pestañas, por tus lágrimas.
"bebé, te hice daño?" preguntó preocupado analizando tu cuerpo, temía haberse pasado. "fue demasiado para vos?"
acarició tu rostro suavemente, apartando las lágrimas de tus ojos.
"estuvo más que perfecto, enzo" lo miraste con ojos adormilados y una pequeña sonrisa en tu boca, estabas tan saciada.
tan satisfecha.
la expresión en su cara se suavizó y te devolvió la sonrisa. "deberíamos ducharnos" dijo antes de darte un piquito en los labios.
"estoy taan, tan cansada sabes" te quejaste e hiciste un puchero que enzo también besó.
"no importa chiquita, nos metemos en la bañera y yo te limpio, sí?"
no entendías nunca esto. pasaban de tratarse como amigos normales... a tener sexo así de sucio, para luego tratarse con una intimidad que parecía de pareja.
cuando tu verdadera pareja te estaba esperando en el apartamento que compartían.
¿te sentías culpable? demasiado, todo esto era el resultado de un error, un error que cometiste en una noche de desliz. todo por no haberte comunicado desde el principio con tu novio sobre su situación sexual. tu estabas segura de que lo amabas, simplemente sentías que... el sexo con él era lo terrible.
la peor parte era que tal vez ya no había vuelta atrás. los meses pasaron y perdiste la cuenta de las veces que estuviste con enzo, blas no sospechaba nada pero sabías que era cuestión de tiempo para que se enterase.
sí debías poner un alto a la situación con el mayor, aunque no sabías cómo, ni cuándo exactamente.
por los momentos, solo te dedicarías a disfrutar de los dedos que masajeaban tu cuero cabelludo suavemente en aquel baño.
pensabas que no sería tan difícil dejar el tema con enzo, después de todo, antes de besarse y coger, eran amigos muy cercanos. el único sentimiento que había entre ustedes era ese, amistad.
o al menos eso creías tú.
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Con sólo verte una vez te otorgué un nombre,
para ti levanté una bella historia humana.
Una casa entre árboles y amor a media noche,
un deseo y un libro, las rosas del placer
y la desidia. Imaginé tu cuerpo
tan dulce en el estío, bañado entre las
viñas, un beso fugitivo y aquel -"Espera,
no te vayas aún, aún es temprano".
Te llegué a ver totalmente a mi lado.
El aire oreaba tu cabello, y fue sólo
pasar, apenas un minuto y ya dejarte.
Todo un amor, jazmín de un solo instante.
Mas es grato saber que nos tuvo un deseo,
y que no hubo futuro ni presente ni pasado.
LUIS ANTONIO DE VILLENA
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© Lucas Garcete, Luna de amor consciente (Moon of conscious love)
¿De qué estaríamos hablando? Una noche, te dije, a media voz, con el temblor de los enfermos de amor: no abras al sol las puertas, en la luz no te siento mía; en el jardín del silencio con rapidez sobrevolaba apenas en la claridad de la fuente, una mariposa nocturna: era el buen sueño mío de renuncia.
Tu cuerpo se había tornado de placer, y te creíste la elegida, la amante maravillosa del solitario errabundo. No vino el sol; y, en ello, amor fuiste sólo por esto: habías creído en mis palabras.
What would we be talking about? One night, I told you, in a low voice, with the trembling of the lovesick: do not open the doors to the sun, in the light I do not feel you are mine; In the garden of silence, a moth flew quickly over, barely in the clarity of the fountain: it was my good dream of renunciation.
Your body had become filled with pleasure, and you believed yourself to be the chosen one, the wonderful lover of the lonely wanderer.
The sun did not come; and, in this, you were love only for this: you had believed in my words.
#darkart#dark#dark fantasy#darkartist#gloomy#gloomy art#dark art#horror#horror art#artists on tumblr#photographers on tumblr#film photography#filmisnotdead#dark photography#symbolism#surrealism#art#digital art#lucasgarcete#plague doctor#night#moonlit#occult#demon#darkcore#creepycore#terror#terrorart
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hey!! I saw that you write for lyney (I love your lyney fics btw- they're so scrumptious) and I was wondering if you could write sub!top lyney who gives dom gn! reader oral, and then is made to fuck reader and overstimulates himself because they told him to :0 If you can thank you so much! have a nice day :3
(also sub!top is basically someone who isn't in control but does the fucking if you were confused- sorry if im not describing it well)
💖~ Thank you for making this request! I won't deny that I love the idea of sub!Lyney 👀
Warning: NSFW, breath play, creampie, GN!Reader | English is not my native language, so if I have made any mistakes in the translation, I am open to corrections | Content in spanish and english!
Spanish:
Lyney se ha acostumbrado a perseguir tu satisfacción antes que la suya, principalmente porque no le gusta ser egoísta contigo en ningún aspecto. Te cuida mucho antes, durante y después del sexo, tratando de que siempre estés tan a gusto y feliz como él. Se enrosca a tu alrededor, te limpia y desborda su devoción como si fuera lo único capaz de sentir.
Por eso, cuando se puede permitir ser cuidado, no es capaz de negarte nada. Ni siquiera si se trata de ponerse un collar y follarte tan fuerte como le permitan sus caderas.
Tiras del cuero contra su cuello, él siente que su respiración terminará por incendiar sus órganos enteros cuando tu humedad lo chupa y lo exprime hasta dejarlo casi ciego por la lujuria. Su rostro patético solo puede demostrar su estado mental, vacío, solo enfocado en lo bien que te sientes cuando su polla te martilla y es abrazado por tu carne. Lyney no es alguien que disfrute ser vocal, pues le gusta mantener las cosas discretas, llamándote en susurros mientras se obliga a llenarte con sus múltiples cargas, pero esto es nuevo. Tan nuevo que la máscara de confianza del mago ha caído muy lejos de su rostro, solo siendo capaz de jadear y sollozar con tu nombre y súplicas.
No sabe cuántas veces se ha corrido en lo que va de la noche, tampoco puede enumerarlas ahora, solo sabe que la extraña sensación pegajosa que sentía en el punto donde tus muslos y los suyos se conectaban era tan irreal que quería perseguir más. La toalla debajo de ti se encontraba empapada, la cama también era una pista de la escena del crimen que estaban cometiendo, pero no pudo pensar en que debía cambiar las sábanas y limpiar el colchón, sino que se permitió soltar más lágrimas que caían por sus mejillas hasta tu propio rostro.
Su boca estaba manchada, rastros de labial y el delicioso líquido que lo obligaste a tragar minutos antes se mezclaban con la saliva que caía por su lengua. Era una buena imagen, fascinante, como Lyney perseguía el placer sin detenerse, sus manos estaban agarrando con fuerza el marco de la cama que para este punto ya había dejado varias marcas en la pared.
“No puedo…” Lloró buscando tu mirada con sus ojos aguados, incapaz de demostrar algo más que unas nuevas ganas de llenar tu interior con su semen. “¡Por favor, por favor!”
Pero Lyney es tan obediente contigo. Es tan lindo cuando jadeos contra su oído y tiras más fuerte de la correa que lo deja sin aire momentáneamente, suspirando su lujuria y golpeando contra ti con más urgencia. Ya había cerrado los ojos, perdido en la sensación deliciosa y pegajosa de los lubricantes mezclados con su semen y saliva.
“Me voy a desmayar, amour.” Traga saliva cuando siente la picazón en la punta de su polla que lo obliga a arañar tu muslo y acercarse más. El ruido de la piel sudorosa chocar se pierde entre sus maullidos y llantos. Su semilla se dispara lo que profundo que puede dentro de ti, que lo aceptas con gusto y le besas las mejillas mientras limpias sus lágrimas. Ha sido un buen chico, tan dulce y sensible que tiembla entre tus piernas y se detiene para por fin respirar algo de aire fresco y no el aliento cálido del que se ha vuelto adicto.
Pero no tiene mucho tiempo para descansar, pues vuelves a apretar el collar y lo haces encorvarse, tembloroso, para besarlo en sus labios devastados. Y Lyney entiende que aún no han terminado, y vuelve a follarte más a través de su semen que gotea y baja por tus labios y lo embelesa más contra tus suaves paredes que lo aprietan nuevamente.
English:
Lyney has taken to pursuing your satisfaction before his own, mainly because he doesn't like to be selfish with you in any way. He takes great care of you before, during, and after sex, trying to ensure that you are always as comfortable and happy as he is. He curls around you, cleans you, and overflows with his devotion as if it were the only thing capable of feeling.
Therefore, when he can allow himself to be cared for, he is not able to deny you anything. Not even if it means putting on a collar and fucking you as hard as his hips will allow.
You pull the leather against his neck; he feels that his breath will end up setting his entire organs on fire when your wetness sucks and squeezes him until he is almost blind with lust. His pathetic face can only demonstrate his mental state: empty, only focused on how good you feel when his cock hammers you and is embraced by your flesh. Lyney isn't one to enjoy being vocal, as he likes to keep things discreet, calling out to you in whispers as he forces himself to fill you with his multiple loads, but this is new. So new that the magician's mask of confidence has fallen far from his face, only being able to gasp and sob at your name and pleas.
He doesn't know how many times he's come so far this night, nor can he list them now, he just knows that the strange sticky feeling he felt at the point where your thighs and his were connected was so unreal that he wanted to chase more. The towel under you was soaked, and the bed was also a clue to the crime scene you were committing, but he couldn't think about changing the sheets and cleaning the mattress; instead, he allowed himself to let out more tears that fell down from his cheeks to your own face.
His mouth was stained, traces of lipstick and the delicious liquid you had forced him to swallow minutes before mixing with the saliva that ran down his tongue. It was a good image, fascinating, how Lyney pursued pleasure without stopping, his hands were tightly gripping the frame of the bed, which by this point had already left several marks on the wall.
“I can't…” He cried, searching your gaze with his watery eyes, unable to show anything more than a new desire to fill your insides with his cum. "Please please!"
But Lyney is so obedient to you. He's so cute when you gasp against his ear and tug harder on the leash that it leaves him breathless momentarily, sighing at his lust and pounding into you with more urgency. He had already closed his eyes, lost in the delicious, sticky sensation of the lubricants mixed with his cum and saliva.
“I'm going to faint, amour.” He swallows when he feels the itch at the tip of his cock that forces him to scratch your thigh and get closer. The noise of sweaty skin colliding is lost between his mewls and cries. His seed shoots as deep as it can into you, who accept it with pleasure and kiss his cheeks while you wipe away his tears. He's been a good boy, so sweet and sensitive that he trembles between your legs and stops to finally breathe some fresh air and not the hot breath he's become addicted to.
But he doesn't have much time to rest, as you tighten his grip on his collar again and make him bend over, trembling, to kiss his ravaged lips. And Lyney understands that you're not done yet, and he goes back to fucking you more through his cum dripping down your lips and enthralling him more against your soft walls that squeeze him again.
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Poseer cuerpos siempre ha sido mi forma de disfrutar de mi vida. La sensación de tener el control de alguien me pone muy cachondo. Actualmente vivo solo en un condominio de dos habitaciones y normalmente contrato a un stripper gay para que venga a mi casa y me apodere de su cuerpo cuando no está mirando, pero solo podría quedarme en ellos una noche y devolverlos al día siguiente para no levantar sospechas. No quiero que la policía venga y llame a mi puerta. Un día se me ocurrió una idea: ¿para qué tener un compañero de cuarto? Trabajo desde casa, así que apenas salgo, el alquiler no es un problema debido a mi trabajo y tener un cuerpo agradable disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sin plantear ninguna pregunta, es un plan perfecto.
Publiqué un anuncio en Internet buscando un compañero de piso y he recibido varias llamadas. Después de un par de entrevistas y encuentros, me he decidido por mi nuevo "compañero de piso". Alexis, de 25 años, busca un lugar donde quedarse mientras busca trabajo. Sus pasatiempos son hacer ejercicio y nadar. Tiene una personalidad increíble, pero lo más importante es que tiene un cuerpo atractivo.
El día de la mudanza, saludé a Alexis afuera de mi departamento y lo ayudé a llevar sus pertenencias. Después de que todo estuvo listo en el departamento, le dije que se sintiera como en casa y que fuera a descansar a mi habitación, ya que su cama aún no estaba allí. Me agradeció y entró a mi habitación. Sonreí cuando entró y comenzó a quitarse la ropa hasta quedar en calzoncillos tipo bóxer. Se volvió hacia mí y me preguntó si me molestaba que se desnudara, ya que estaba más cómodo así cuando estaba adentro. Le dije que no me molestaba. Agotado, se acostó en mi cama y se quedó dormido.
Momento perfecto. Me quité la ropa y entré en mi habitación y le sonreí al príncipe dormido. Serás mío. Lentamente le quité los calzoncillos boxer y me coloqué encima de él. Hay muchas formas de poseer un cuerpo, pero esta es, de lejos, mi forma favorita, el sexo. Pensar en estar dentro de su cuerpo ya me tiene dura, coloco mi pene frente a su ano y empujo lentamente hacia adentro. La invasión repentina despertó a Alexis cuando giró la cabeza para ver qué estaba pasando. Grita preguntando qué le estaba haciendo. Antes de que pudiera escapar, lo inmovilizo con mi cuerpo. Le digo que no se preocupe y que solo dolerá un poco antes de que se convierta en nada más que placer. Se retuerce debajo de mí haciendo todo lo posible por liberarse hasta que la cabeza de mi pene completa su entrada. Jadea por la sensación y deja de moverse. Sonreí y continué empujando más, lo que le hizo gemir. Una vez que todo mi pene estuvo dentro de él, me incliné hacia sus oídos y le susurré que su cuerpo iba a ser mío. Comencé a empujar dentro y fuera de él, lo que le hace gemir aún más fuerte. Antes de que se diera cuenta, comencé a fusionar sus piernas con las mías hasta que solo las suyas eran las únicas allí. Miré hacia atrás y admiré mis nuevas piernas antes de continuar el proceso. A continuación fue su torso inferior, mientras continuaba empujando pronto fue solo su cadera la que empujaba y se frotaba contra las sábanas. Gime aún más ahora que es su propia polla la que siente el placer de ser frotado contra las sábanas combinado con mi placer. Luego su torso superior, luego sus brazos y finalmente fue solo mi cabeza sobresaliendo de su cuello. Antes de completar la posesión, me puse de pie con nuestro cuerpo y caminé hacia mi espejo colgante para admirar nuestro cuerpo. Sonreí cuando vi a Alexis jadeando por el proceso de posesión tratando de recuperar el aliento. Alexis se mira a sí mismo y a mí sobresaliendo de su cuello y me ruega que pare. Sonreí y con sus propias manos agarré la cara de Alexis y la giré hacia la mía y cerré mis labios con los suyos antes de decirle que no. Regresé a la cama y comencé a frotar nuestra polla en las sábanas lo que lo hizo gemir nuevamente. Después de un par de frotamientos más, puedo sentir que estamos a punto de corrernos y antes de que nos corramos, empujé mi cabeza contra la suya y tomé el control total y me corrí por todas las sábanas. Me acosté boca arriba y admiré mi nuevo cuerpo mientras el semen seguía goteando de mi nueva polla. Tomé el semen y lo esparcí sobre mis nuevos músculos y sonreí. Voy a disfrutar de este cuerpo.
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Boludo | Enzo Vogrincic
Para mis hispanas/hispanos: en español completito.
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Mientras caminas por las calles de Tlaquepaque en Guadalajara, decides acudir a una pizzería llamada La Valentina. Es de noche y llevas puesto un vestido negro hecho a mano, te sientes supercómoda y segura de ti misma. El mesero te pregunta si quieres ir a una mesa o al bar, y le dices que prefieres el bar. Al llegar, te sientas y le pides al bartender un Moscow Mule. Lo tomas tranquila y feliz, entablas una conversación con él, y le cuentas que eres de (tu país) con una gran sonrisa.
A medida que pasa el tiempo, te das cuenta de que el bartender está muy ocupado. Miras a tu alrededor y ves a tres chicos guapos, pero hay uno en particular que llama más tu atención. Te das cuenta de que no son mexicanos; tienen un acento argentino. Sin embargo, el chico que estás mirando tiene un acento muy peculiar.
Sigues disfrutando de tu trago, y el chico se acerca a ti, diciendo: "Disculpa, eh... es que mis amigos me retaron a que te hablara, porque te ves hermosa y, en realidad, no sé cómo hablarte. Ah... ¿te apetece un trago en la terraza y una pizza? Veo que no has ingerido ningún alimento", dice con timidez.
Sonríes y le respondes, repitiendo sus palabras: " 'No has ingerido ningún alimento', suena muy formal, ¿no? Es que cuando estás tomando un trago, la comida va al final, like the end," dices, terminando en inglés.
"Bueno... arrancamos con un traguito, supongo que eso es un Moscow Mule, y al final nos mandamos una pizza," dice con un toque coqueto.
"¡Vale! Nos vamos pa' la terraza y charlamos," le dices, esbozando una sonrisa pícara.
Cuando suben las escaleras hacia la terraza de La Valentina, te quedas asombrada al contemplar el paisaje nocturno, con una iglesia colonial antigua como telón de fondo y las coloridas calles de Tlaquepaque. Las luces de la terraza crean un ambiente relajante y romántico, y a tu lado está el chico, y comienzas a admirarlo. Sus ojos tienen un toque de caramelo, pero debido a la oscuridad de la noche, se ven intensamente cafés puya. Su nariz es prominente, al estilo de Adam Driver, y su piel tiene un tono moreno, como café con un toque de leche. Alto y hermoso. Era simplemente perfecto.
Entonces, él te mira y se presenta diciendo: "Che, creo que debería presentarme. Soy Enzo, de Montevideo. Resulta que acabo de laburar en una película, o mejor dicho, soy actor, y..."
Sin embargo, lo interrumpes diciendo sorprendentemente: "¡Oh! Con razón ese acento. Me preguntaba de dónde eras. Anyway, me llamo (tu nombre) y soy de (tu país), pero llevo casi toda una vida viviendo en los Estados Unidos".
"Y... ¿por qué estás aquí?" él dice intrigado.
"Amo viajar, y la verdad es que no soy tan amante de Estados Unidos, así que decidí recorrer América Latina. Pronto me iré a España, ya que tengo amistades en Madrid. Quizás me quede allí y trabaje como maestra de inglés," respondes.
Enzo te mira con interés y te dice: "Me encanta que hagas eso— viajar y conocer el mundo. De verdad que sos muy afortunada. Ojalá te vea en Madrid, ya que laburo bastante por allá."
"Gracias, y tú, eres muy afortunado. Yo pienso que la actuación es un trabajo de talento y valentía," le decís orgullosamente, dejando un toque de coqueteo en tus palabras.
Mientras Enzo y tú están inmersos en una conversación sobre logros y conociéndose, entran los amigos de Enzo, visiblemente tomados. Un chico guapo y argentino le dice a Enzo: "Che, yo pensé que te habías desaparecido con la boluda," mientras otro chico le pregunta a Enzo: "Pero, ¿quién es esta chica, Enzo? Preséntela." Tú te ríes ante sus comentarios disparatados.
Enzo te mira medio avergonzado y suelta: "(Tu nombre), estos son mis amigos del alma y compatriotas, Matías, Agustín y Simón. Son más locos que una cabra en patines, pero los banco a muerte".
"Un placer," decís tímidamente, mientras Matías suelta con su típico humor: "Che, vos sos muy guapa, Enzo, me la cogiste, pero como amigo te la doy." Agustín te dice: "(Tu nombre), te dejamos a vos y a Enzo tranquilo, nosotros nos vamos para una discoteca. Enzo, me mandás un mensaje para saber que vos estás vivo. Y sí, vente chico’, que nos vamos, ciao." Todos se despiden de manera cómica y se encaminan hacia la discoteca.
Tú miras a Enzo riéndote, y él, medio avergonzado, te dice: "Los quiero, pero a veces se pasan." Tú te ríes aún más y le dices que no te preocupes. Después, Enzo te dice: "Vos tenés una sonrisa hermosa," y luego, como disculpándose, agrega: "Es que es verdad."
Después de la risueña conversación, Enzo te mira y sugiere: "¿Qué te parece si caminamos un poco por la calle? Seguro encontramos algo interesante." Asientes con entusiasmo, y juntos se aventuran por las coloridas calles de Tlaquepaque.
Enzo y tú se encuentran con unos mariachis que entonan “Y…” de Javier Solís. Sin dudarlo, Enzo te toma de la mano y te invita a bailar cómicamente en plena calle, siguiendo el ritmo apasionado de la música mexicana. Ríen y se divierten, creando un momento inolvidable mientras los mariachis continúan su serenata. La noche se llena de risas, música y la magia de ese encuentro espontáneo en las coloridas calles de Tlaquepaque.
Mientras caminan, se cruzan con una parada animada de tacos. Enzo sonríe y te propone: "(Tu nombre), ¿qué te parece si paramos acá y nos mandamos unos tacos? Y, obvio, los acompañamos con una Coronita." La idea te parece re buena, y los dos se acomodan en la parada, compartiendo risas y sabores locales.
Son las dos de la mañana y de repente llegan los tres amigos de Enzo, caminando en zigzag debido a la borrachera, y le gritan a los dos: "¡Enzoooo, boludo! ¿Nos vamos?" Enzo te mira y tú le dices: "No te preocupes, ya tienes mi número." Él te dice: "Me escribís cuando llegues a casa, y nos vemos mañana por un café, ¿vale?" Tú le respondes: "Claro, ¿cómo no?" y le das un beso, a lo cual Enzo responde profundamente. Mientras tanto, los chicos están gritando: "¡Enzoooo, ya cásate, cabrón!" La noche termina con risas, besos y la promesa de un encuentro al día siguiente.
#enzo x reader#enzo vogrincic#society of the snow#la sociedad de la nieve#uruguay#argentina#mexico#latina#fanfic#my writing#enzo vogrincic x reader
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Mi soledad es azul como la noche estrellada de Van Gogh, es nostálgica como los lirios de Monet, es un cuadro de arte azul desierto por elección aunque no por placer.
Efimera Lunar Intemporal
#efimera lunar intemporal#marede petricor#tsuki no himawari no majo#agosto 2023#escritos tumblr#escritos originales
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𝐌𝐄𝐑𝐂𝐀𝐃𝐎𝐍𝐀 ✵ SIMÓN HEMPE
❛ 𝔱𝔲 𝔫𝔬𝔳𝔦𝔞 𝔪𝔢 𝔬𝔡𝔦𝔞, 𝔞 𝔱𝔲 𝔪𝔞𝔪𝔞 𝔩𝔢 𝔢𝔫𝔠𝔞𝔫𝔱𝔞 ❜ `✦ ˑ ִֶ 𓂃⊹
18+
smut, infidelidad, p in v sex, cornudos, mi primer fic en español.
el humo del cigarrillo llena el aire del cuarto de simón mientras te acuestas a lado de el. ya se había hecho costumbre pasar cada minuto del día con el hablando pavadas y fumando. lo veías atentamente mientras te contaba sobre otra pelea con su novia y como ya no la aguantaba a la pobre mina. también ya se había hecho costumbre fingir que te importaba su relación cuando a ti nunca te callo bien la mina.
“pero boludo ya corta con ella si no te llevas bien con ella!” lo regañas.
“amiga o hater?” el bromea.
“bue! tu me pediste mi opinión y te la di.” te quejas.
esta vez no dice nada y nada más te mira atentamente mientras piensa. te pone un poco nerviosa y no aguantas mirarle a los ojos. en un cerrar de ojos se acerca a ti hasta estar encima tuyo. el acto te toma por sorpresa y te acuestas en su cama esperando que te trague el colchón. no ayuda que hace un calor inmenso y no trae la remera puesta. aunque nada más eran amigos no podías negar que simón era un hombre muy guapo.
“a ti nunca te ha caído bien mi novia. porque?” te reta.
“por favor simón.” no lo puedes tomar en serio. “si ella no te caí bien a ti como me va caer bien a mi? deja de fumar te está haciendo mierda la cabeza nene.”
te mira fijamente analizando tu rostro determinado si te cree o no. es un poco intimidante lo bien que te conoce. no tarda en reírse de tu reacción.
“mentira. estas celosa.” se reí como que si hubiera hecho un gran hallazgo.
“pero dale! estas loco nene.” le das un codazo para que se quite de encima.
pero el no se mueve es más se acerca más a ti para tentarte. su cara está a centímetros del tuyo y juras que puedes sentir su respiración mientras el tuyo se corta. es un acto tan intimo y doméstico que te tiene mareada. la proximidad te vuelve loca y te acuerdas de las noches donde dejaban de hacer amigos y ves en sus ojos como el los recuerda también. te trae loca el pelotudo, no lo aguantas más. el comienza a cerrar la pequeña distancia entre los dos y justo cuando se acerca a darte un beso mueves tu cabeza al otro lado.
“simón tienes novia.” le dices para recordarle a él y a ti sobre su novia.
“una novio que no quiero.” murmura.
hay un momento de silencio donde los dos se miran. en solo un instante pierdes tus morales y lo besas. el mueve sus labios contra los tuyos y recuerdas las noches donde te metía a su cuarto a escondidas. entrelazas tus manos en su pelo tratando de acercarte a él. sus manos sostienen tus caderas mientras te come la boca. por un segundo casi pierdes la respiración por cómo los dos se besan como si fuera la última vez.
“estas tan linda.” te dice cuando se separa de ti. elogio te hace sonrojar.
“y tu tan feo.” lo molestas. el simplemente te besa otra vez.
no sabes si es la temperatura o el hecho de que simón te está comiendo la boca pero se siente muy caliente. no aguantas más las ganas y te quitas la blusa exponiendo tu brassiere a tu amigo. ya ni sabias que era simón en tu vida porque los amigos no se comían a besos ni se desquitaban las ganas así. el procede a besar tu cuello, explorando la piel expuesta. no puedes sostener tus gemidos mientras deja marcas en tu cuello.
“simón…” te muerdes los labios tratando de evitar más gemidos.
el se aparta para quitarse la remera exponiendo su pecho a ti. no era una vista que no habías visto antes pero se sentía así. te besa otra vez mientras tus manos exploran su espalda tratando de acercarlo más a ti. la acción causa que su erección rozará contra tu centro. ambos gimieron al placer que causaba y sentías como te mojabas por el.
“dale nena ya no aguanto déjame cogerte.” murmura contra tus labios mientras repite los mismos movimientos para darse placer.
“pero te sales.” lo adviertes y él sonríe. gil.
el no aguanta las ganas y en segundos se baja los pantalones y a ti tus shorts y los panties que traes puestos. dirige su pija hacia tu centro y te mira a los ojos otra vez para asegurase que todavía estás de acuerdo con el. le ofreces una simple sonrisa y el no gasta más tiempo enterrándose adentro de ti. los dos gimen al contacto, tú nunca te habías sentido más llena antes. simón se queda quieto unos segundos asegurándose de que te ajustes a él. lo necesitas y envuelves tus piernas alrededor de su cintura para darle el permiso a moverse.
se mueve para atrás casi sacándose completamente afuera de ti y se meti adentro de ti otra vez para comenzar sus movimientos. no puedes evitar el grito que sueltas a su acción ni como dejas la boca abierta mientras te comienza a coger. sus manos encuentran tu cintura ora asegurase que pueda estar lo más cerca de ti. su cabeza termina en tu cuello mientras se mueve adentro de ti y aprovecha para marcarte más. sus labios contra tu cuello, sus manos enterrándose en tu cintura, y los movimientos de él adentro de ti son intensos y ya puedes sentir como te acercas.
“más rápido simón porfa…” le murmullas a lado del oído.
él obedece y acelera sus estocadas. en el proceso encuentra tu punto g. lo toca una y otra vez mientras te penetra. es todo un montón y en segundos te encuentras corriendo contra su miembro. el siente como lo aprietas duro y se da cuenta que él ya no aguanta más. rápido se salí y termina de pintar tu vientre de su semen. admiras su cuerpo sudoroso y sus jadeos mientras se recupera del sexo.
sientes como alguien se presiona atrás tuyo mientras pones el helado de vainilla en el vaso. sus manos te agarran por tu cintura y te besa las mejillas.
“simón basta. estamos en la cocina.” lo regañas sabiendo que en cualquier momento podría entrar alguien.
“y que? ya lo hemos hecho antes aquí.” te guiñe el ojo.
“que han hecho antes aquí?” su mamá entra por la puerta trasera agarrándole a los dos por desapercibidos.
“una torta de chocolate.” eres rápido en responder.
“y no me dejaron ningún pedazo?” finge estar dolida.
el timbre suena y simón aprovecha a irse a responder al visitante. su mamá nada más se ríe y te dirige una sonrisa pura. te cae muy bien. aunque su sonrisa se va a notar que había llegado la novia de su hijo. igual que a ti. la tensión crecí y notas como la novia te da un look feo. si ella supiera.
“vos deberías ser la novia de mi hijo no esa maleducada.”
#el pussy k mana 💋#simon hempe#simon hempe smut#simon hempe fic#simon hempe imagine#simon hempe x reader#la sociedad de la nieve
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Far Too Gone (Gimme Love) - Enzo Vogrincic
+18! Sub!Enzo (hint of Switch!Enzo). Begging, dirty talk, fingering (anal), hiperespermia, masturbación, (fugaz) mommy kink, sexo oral, sexo sin protección, sex toy (dildo), subspace (implícito), edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
-¿Querés más café?- ofrece tu novio mientras tus dedos se deslizan entre las hebras todavía húmedas de su cabello castaño. Permanece recostado en tu regazo y su palma cálida y pesada recorre tus muslos afectuosamente, sus labios sembrando besos ocasionalmente.
-No, gracias bebé.
Es una fría mañana de sábado y te encontrás nuevamente bajo las mantas para protegerte de las bajas temperaturas invernales; tu novio, por el contrario, caminaba hasta hace unos minutos por todo el departamento, llevando nada más que su ropa interior y un suéter oversize con el que no logró ocultar por completo su erección.
-¿Te falta mucho?- pregunta Enzo, estirándose para poder mirarte desde su posición.
Cerrás tu libro y te entretenés con otro sorbo de café antes de contestarle. Te observa con esa arrolladora profundidad que tanto caracteriza su ser y su mirada y contrasta con la impaciencia que tira de sus labios hasta transformarlos en un tierno gesto que pretende ser demandante. Dejás la taza sobre la mesita de noche y con tu mano libre abrigás su mejilla.
-¿Por?- tu pulgar juega con su labio-. ¿Necesitás algo?
-No.
Suspirás.
-¿Qué querés?- insistís-. Decime.
-Nada, es que…- muerde su labio, indeciso-. No, no importa, seguí leyendo.
Un pequeño movimiento llama tu atención y comprendés que está intentando con todas sus fuerzas no imponer sus deseos, como siempre, convenciéndose –falsamente esperanzado- de que los roces de su mano podrán sustituir el placer que le brindan tus atenciones y tu cuerpo. Capturás su fuerte mandíbula entre tus dedos y cierra los ojos con anhelo.
-¿Qué estás haciendo?
-Nada.
-No me parece que sea nada- renegás, apartando las mantas para descubrir su cuerpo.
Todavía está muy duro y su excitación oscurece desvergonzadamente su ropa interior. Sus movimientos no se detienen y, motivado por el fulgor que percibe en tu mirada, permite que su mano se cierre en torno a su bulto para que puedas apreciar el contorno de su extensión. Enzo es insaciable y ojalá pudieras molestarte con él por eso, pero… ¿Cómo podrías cuando tiene tanto para ofrecer?
-Desde que te despertaste estás así, ¿por qué?
-Por tu culpa- dice con un hilo de voz-. Porque vos estabas…
-¿Qué?
-Desde ayer- tiembla bajo tus dedos-. No me dejaste…
-Eso fue tu culpa- corregís-. No querés otro castigo, ¿no?
-No.
-Entonces hablame bien- cerrás tus dedos sobre su cuello -. ¿Querés que te la chupe?
Un patético sonido de necesidad surge en su garganta y asiente rápidamente.
-¿Y te vas a portar bien?
-Sí- pellizcás su pezón por sobre el suéter-. Sí, me voy a portar bien.
Se mueve rápidamente cuando te alejás para dejar tu libro en la estantería y se recuesta sobre las almohadas, impaciente, bordando la desesperación. No puede evitar observar todas las líneas y curvas que la ropa holgada cubriendo tu figura le permite ver, así como tampoco puede evitar pensar en arrancar las prendas de tu cuerpo para regarlo con besos y mordidas.
No se atreve a deshacerse de su ropa interior -que está cada vez más empapada- porque sabe que preferís ser vos quien descubra su cuerpo y mientras espera tira nerviosamente de las mangas del suéter, que ya son lo suficiente largas como para que sólo las puntas de sus dedos sean visibles. Sus dedos inquietos se contraen repetidamente en un intento de no tocarse.
Regresás a la cama luego de unos minutos y gateás hasta él, posicionándote entre sus piernas y mirándolo seductoramente mientras deshacés la distancia entre su cuerpo y el tuyo. Tus dedos escalando rítmicamente por su muslo desnudo hacen que se estremezca y le sonreís antes de depositar un pequeño, casi imperceptible beso sobre su piel caliente.
Rodeás su erección con una mano y con movimientos lentos pero firmes comenzás a masajearlo por sobre la tela. Suspira de alivio, agradecido por un poco de estimulación, pero pocos minutos más tarde su compostura comienza a desvanecerse y tiene que esforzarse por no mover sus caderas en busca de más contacto con tu palma. Sabe cuáles son las consecuencias.
Gime débilmente, sensible en extremo cuando son tus caricias las que bañan su cuerpo, y te recostás sobre su pierna temblorosa mientras continuás torturándolo: observás cómo muerde su labio inferior con fuerza, su cabello cayendo en todas las direcciones cuando arroja la cabeza hacia un lado y luego hacia el otro, sus uñas clavándose en sus palmas.
Ojalá nunca sepa lo hermoso que se ve y lo débil que te sentís ante su imagen, pensás, porque es peligroso que sepa todo el poder que su ser tiene sobre tu cuerpo y también sobre tu mente. Es capaz de deshacerte con una sonrisa y calmarte con un abrazo, cosas sobre las cuales es consciente y aprovecha sin maldad, ¿pero esto? Es mejor que no lo descubra.
-Así te gusta, ¿no?- preguntás sólo para hacer arder su rostro.
-Sí- contesta, casi siseando-. Se siente muy bien.
-Mirá cómo te estás mojando…
Una exclamación ahogada, mezcla entre vergüenza y excitación, escapa de su boca. Sentís el súbito y violento palpitar de su erección, que seguramente está liberando todavía más del abundante líquido preseminal que pronto tendrás el lujo de sentir recorriendo tu lengua.
-¿Más?- suplica-. Por favor, mi amor.
Tocás su cadera con dos dedos para que te permita retirar su ropa interior y cuando lo hacés, lenta y serenamente para atormentarlo, su erección furiosa reclama tu atención. Está goteando y hace brillar deliciosamente la piel de Enzo, sobre la cual deslizás tus yemas para luego llevarte los dedos a la lengua y probar su esencia.
-Elegí- decís una vez que comenzás a masturbarlo justo como le gusta-. ¿Dónde querés acabar?
Torcés tu muñeca y él arroja la cabeza sobre las almohadas.
-En tu boca- contesta entre gemidos-. ¿Puedo?
-Sí, podés- besás la base de su miembro y suspira, contento.
Los movimientos de tu mano no cesan y, luego de lo que él considera una eternidad, tus labios siempre tan provocadores comienzan a sembrar en él besos húmedos que resuenan por toda la habitación. Tu saliva y sus fluidos se entremezclan hasta cubrirlo por completo, provocando sonidos obscenos y otorgándote tanta lubricación como necesitás para aumentar el ritmo.
La vena que recorre su extensión te desconcentra de la mejor manera y bajás la velocidad con que lo masturbás sólo para poder trazarla con tu lengua. Un gruñido que él intenta silenciar es la única confirmación que necesitás para comenzar a lamerlo con entusiasmo, como si se tratara de tu dulce favorito, pero sabés que para Enzo no es suficiente.
Sus muslos se contraen sobre tu cuerpo, producto del placer de los interminables giros de tu muñeca y la antelación con que espera sentir más de tu boca, y te detenés por completo para llamar su atención. Descubre su rostro, oculto los pasados minutos por su brazo en un intento desesperado de no dejarse llevar por tu imagen, encontrándose con tu mirada en el momento justo en que tus labios se cierran sobre su glande y succionás.
Sus dedos fundiéndose con las pobres sábanas bajo su cuerpo, tirando y retorciéndolas, son un claro indicio de su sensibilidad. Intentás no sonreír para no entorpecer tu trabajo pero te resulta imposible, sobre todo considerando cuánto disfrutás arruinar a tu novio y la forma en que su adictivo sabor recorriendo tu lengua provoca más calor y humedad entre tus piernas.
El más que generoso tamaño con que siempre llena tu interior, independientemente de en qué entrada sea, provoca cierto dolor en tu mandíbula y te dificulta respirar con normalidad; no te importa, por supuesto, ya estás acostumbrada a manejarlo y estás segura de que disfrutás ahogarte con él más de lo que otras personas lo harían.
Las vibraciones que tus gemidos provocan sobre su miembro y el constante ritmo con que lo tomás en tu boca, cada vez más profundo y permitiéndole golpear tu garganta, lo hacen tiritar; pronuncia un hilo palabras entre las cuales se repite tu nombre –que con su voz suena celestial-, muerde sus nudillos para que el dolor lo distraiga, pero es completamente inútil.
Es obvio que él también disfruta en demasía tu pasión y devoción a la hora de chupársela.
-¿Qué pasa?- preguntás cuando te separás para tomar aire-. ¿No aguantás más?
-Necesito…- sacude la cabeza y en sus ojos hay lágrimas de vergüenza-. ¿Puedo?
-Cuando quieras, bebé.
Cuando quieras resulta ser el preciso momento en que volvés a llevártelo a la boca, succionando con fuerza y ocupándote con tu mano de los centímetros que no lográs tomar más allá de tus labios. Los incontables hilos de su semen caliente salpican tu garganta y cubren por completo de blanco tu lengua, y prolongás tus acciones hasta oírlo sollozando por la sobre estimulación. Gimotea tu nombre cuando tu garganta se contrae mientras tragás.
Lo liberás e intenta regular su respiración errática, esforzándose por calmar el ritmo descontrolado de su corazón mientras te observa ponerte de pie en busca de quién sabe qué. Con la mente letárgica y desorientada por la intensidad del orgasmo es incapaz de comprender por qué no estás consolándolo o mimándolo y un quejido deja sus labios.
Regresás a la cama y encontrás su rostro oculto en la almohada en un dramático gesto de protesta. No le das importancia y tirás de sus piernas con fuerza para obligarlo a retomar su posición anterior, haciéndole a su vez entender cuál era el motivo por el cual lo dejaste solo: buscar el lubricante y el dildo que llevás en tus manos.
-Pensé que…
-¿Que iba a dejar que me cojas?- arqueás una ceja-. No.
No es correcto que te parezca divertida la decepción con que deja caer sus hombros, lo sabés, pero la bruma que nubla sus pupilas y las lentas reacciones de sus extremidades comienzan a hacer efecto en ese rincón de tu mente: su vulnerabilidad y total entrega desencadenan en tu sistema algún proceso, ya sea químico u hormonal, no estás segura y no te importa.
Sólo sabés que te encanta.
El lubricante en contacto con su piel lo sorprende y cuando intenta apartarse lo inmovilizás con una mano en la parte baja de su abdomen, una franja de su piel ahora visible gracias a que su ropa está desacomodada. No estás haciendo fuerza, es más como una leve caricia, pero es suficiente para mantenerlo quieto en su lugar.
-Lento, amor- implora.
Separás sus muslos todavía más, en tu rostro una sonrisa dulce y atrevida que le roba el aliento, sosteniéndole la mirada para distraerlo: tus dedos rozan su entrada y sus músculos se relajan por la costumbre, haciéndote notar que su cuerpo todavía está muy arruinado por las reiteradas e incontables veces en que lo castigaste el día de ayer… y el plug anal con el que durmió.
Su entrada no presenta resistencia cuando presionás sobre ella y unos segundos más tarde te recibe en su interior, sus paredes bañadas de lubricante provocando sonidos indecentes cuando comenzás a estimularlo con pequeños y repetitivos movimientos. Su erección pulsa con el ritmo de tus estocadas.
Enzo se retuerce, extremadamente sensible en cuerpo y mente, cuando curvás tus dedos para acariciar su próstata. Un roce en el lugar exacto y se lleva las manos a la boca, mordiéndose los nudillos y las mangas del suéter para guardar silencio, consciente –aunque cada vez menos- de que aún es muy temprano y que no pueden permitirse más quejas por parte de los vecinos.
Tomás su miembro y por la desesperación en sus facciones creerías que no está goteando cantidades absurdas de líquido preseminal, los hilos traslucidos que brotan en su punta cayendo por tus dedos y también por el dorso de tu mano. Respirás profundo, ignorando sus ojos atentos a tus movimientos, con la esperanza de controlarte ante la tentadora imagen frente a vos.
Rezás para no desmoronarte antes que él.
Entre sus gemidos graves y suspiros temblorosos repite tu nombre para llamar tu atención mientras lo preparás; hacés caso omiso porque sabés que en caso de mirarlo va a conseguir justo lo que quiere y no es algo que estés dispuesta a concederle sólo porque sí. Una simple advertencia, ese gesto tuyo más que familiar para él debería resultar, pero....
-¿Me dejás? Por favor.
-Enzo- apretás su miembro, más molesta por tu debilidad que por su insistencia y la irónica facilidad con que logra manipularte siempre, y se queja.
-Dale, mami, te necesito…
Temblás.
-Callate. No te aguanto más.
Tus dedos dejándolo vacío y desprovisto de atención son para él más angustiantes que tus furiosas palabras. Te observa inmóvil desde su posición, preguntándose qué tan mal estaba comportándose como para que reacciones de tal manera: no cree haber cruzado el límite, pero no encuentra otro motivo para tu falta de paciencia.
Tardar no es una opción porque sabés que podrías arrepentirte –sobre todo viendo que Enzo no deja de gotear y sintiendo entre tus piernas el correr de tus fluidos- y es por eso que llenás el juguete con lubricante para luego conducirlo hacia su entrada. Con tan sólo un poco de presión lográs introducirlo en su interior y él clava las uñas en el colchón ante la estimulación.
Volvés a tomar su miembro.
-No, pará- dice casi gritando-. Es mucho.
En lugar de contestar comenzás a masturbarlo siguiendo el ritmo con el que movés el dildo. Intenta cerrar las piernas para detenerte pero luego de ver la mirada que le dirigís las deja caer nuevamente y permitirte hacer con su cuerpo lo que quieras porque, más allá de cuánto él disfrute estar dentro tuyo o la insoportable sensibilidad ante tus acciones, esto también le gusta.
Mucho.
No estás segura de si intentás vengarte por su no tan ejemplar comportamiento (dijo que se iba a portar bien, ¿no? Entonces, ¿por qué no se quedó callado?) o si sólo querés reducirlo hasta convertirlo en un incoherente desastre, justo lo que era hasta hace unas horas, pero de todas formas posicionás el dildo en el ángulo ideal para golpear su próstata una y otra vez.
Grita y sonreís cuando un destello de pánico ilumina su mirada. Vuelve a cubrirse la boca y cierra los ojos con fuerza, probablemente pensando en los vecinos y en qué dirán, pero sus gemidos ahogados todavía son audibles y las lágrimas que se deslizan por sus mejillas son tu recompensa.
Continuás abusando de ese punto y su excitación cada vez más abundante entorpece los movimientos de tu otra mano. Reafirmás tu agarre sobre su miembro y para cuando Enzo reúne fuerzas e intenta protestar, reincorporándose para tomar tu muñeca y detenerte, es tarde: acariciás su punta con tu pulgar y en lugar de hablar sólo balbucea, tropezando con las palabras y con su orgasmo.
Su liberación mancha tu mano, su piel, su suéter y también las sábanas. Observás absorta ese lugar entre su estómago y su pelvis donde el semen se acumula, casi accidentalmente ignorando que el interminable vaivén del dildo en su interior y los movimientos de tu mano lo están volviendo loco.
Sólo cuando solloza salís del trance y dejás de tocarlo.
-Ya está, ya está- acariciás el interior de sus muslos-. Muy bien, bebé.
Regresás a su lado para besar sus labios, salados por sus lágrimas y muy suaves, mientras peinás su cabello y rozás su mejilla con tus nudillos. Susurrás palabras de consuelo en su oído y también un dulce sin sentido, felicitándolo sin hacer mención a un pequeño detalle que planeás usar a tu favor.
-¿Me das otro beso?- pregunta.
-Obvio.
Tus labios rozan los suyos por unos segundos y los separa cuando tu lengua se desliza sobre ellos. Es un beso húmedo, enriquecido por el fuego y la intensidad que se genera cada vez que ambos se tocan, y se prolonga hasta que sus pulmones comienzan a arder por la falta de oxígeno. Recostás tu frente en la suya y él sonríe.
Es una pena, pensás.
Está tan agotado y tan desconectado, tan pero tan lejos, que no parece comprender el motivo por el cual tus dedos recogen el pequeño mar de semen sobre su piel para luego dirigirse a tu entrepierna, haciendo a un lado tu ropa interior y mojando tus pliegues ya humedecidos.
Un sonido extraño escapa de sus labios luego de ver la expresión que hacés cuando tus dedos se deslizan en tu interior. Su mano masajea tu cadera en una silenciosa súplica y, Dios, es tan tierno que él crea que sólo utilizarás sus dedos.
-Por...- se aclara la garganta-. Por favor, ¿puedo?
-¿Qué?
-Tocarte.
-Ya me estás tocando- hacés un gesto hacia su mano recorriendo tu piel.
-Tocarte bien- explica-. Ahí.
-¿Dónde?
Se arroja sobre la almohada y cubre su rostro con una mano. Intentando amarse de valor para decir justo lo que querés oír, relame sus labios, pero antes de poder hablar lo sorprende sentir tu peso sobre su cuerpo y tu mano envolviéndolo otra vez.
-No me pediste permiso- explicás cuando encontrás sus ojos sorprendidos. Un gemido brota de entre sus labios cuando deslizás su glande entre tus pliegues, cubiertos con tu excitación y su semen, y se muerde los labios cuando lo guiás a tu entrada-. Y estabas re insoportable porque querías cogerme.
Te dejás caer sobre su miembro, su erección todavía firme luego de dos orgasmos, y el ardor que provoca en tu estrecha entrada te hace suspirar de placer. Te encanta el tamaño de Enzo, pero más te encanta saber que es sólo tuyo y que podés hacer con él lo que quieras.
Sus manos se cierran sobre tu cadera.
-No puedo, no puedo.
-Sí, podés- comenzás a mover tu cadera y una chispa de placer te recorre de pies a cabeza cuando su pelvis estimula tu clítoris. Sentis sus uñas enterrándose en tu piel y siseás-. ¿Querías cogerme? Cogeme ahora, dale.
Su mandíbula tensa y la forma en que sujeta tu cuerpo llama tu atención, seguro, pero no lo suficiente para cuestionarlo. Continuás moviéndote sobre él, embriagándote con la angustia que la sobre estimulación agrega a su voz y perdiéndote en el placer que sólo podés conseguir con su cuerpo.
-Decís que no podés pero bien que la tenés dura todavía- te burlás, deslizando una mano bajo su suéter para acariciar su pecho... Bueno, masajear su pecho era el plan inicial, pero tus dedos terminan cerrándose sobre su pezón y pellizcándolo cruelmente.
La tensión en el aire se vuelve intolerable y la única advertencia que captás es su mueca repentinamente arrogante. Sus fuertes manos sobre tu cadera te obligan a detenerte y gemís de dolor, segura de que sus huellas quedarán impresas con marcas moradas y rojas, confundida por la inesperada demostración de fuerza.
Tu voz te traiciona cuando tiembla:
-Enzo, no.
-¿No era que no ibas a dejar que te coja?- pregunta.
-Yo te estoy cogiendo.
Intentás golpear su mejilla, molesta por la insolencia, pero captura tu muñeca en el aire y tira hasta que caés sobre su pecho. Tu rostro está a milímetros del suyo cuando con una brusca estocada te hace gemir de manera patética, robándote el aliento.
-¿Segura?
Nota mental: no hacer enojar a Sub!Enzo. Eso. taglist: @chiquititamia @creative-heart @recaltiente @lastflowrr @madame-fear @delusionalgirlplace @llorented ♡
#deep inside - love letters#enzo vogrincic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic x reader#lsdln cast#lsdln smut#lsdln x reader
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"Better Things" - Giselle
???: Creeme, cuando digo que los negros son mejores en todo, no me equivoco
Giselle: Estuviste con uno solo quince minutos porque no duraste más
???: Aeri, querida amiga.. es tiempo suficiente para saber que son superiores a cualquier otro hombre
Giselle: Bueno, aunque me gustaría comprobarlo, dudo encontrar un hombre negro en Japón
???: Tengo una idea.. podría funcionar o no, pero vale la pena intentar
Giselle: ¿Que planeas?
???: Este es el plan...
Una semana más tarde
POV: Giselle
"No puedo creer que me hice caso a esta loca.. ¿¡Voy a alquilar un cuarto a un extraño!?"
"Hoy llegará.. Debo ir por el al aeropuerto.."
Mientras salía de mi casa en un taxi, todo el camino al aeropuerto temblaba de los nervios, no solo por vivir un mes con un extraño.. Si no un hombre negro, que si es igual a las fotos.. Me hace temblar las piernas
"Concéntrate Aeri!! No es momento de pensar en cosas asi.."
El resto del viaje no pude evitar pensar en cosas indebidas, en como el me pondría contra la pared apenas entremos y abusaría de mi sin parar..
En como ese desconocido me obligaria a dejar mi carrera como Idol para dedicarme a satisfacer sus necesidades carnales como su puta japonesa..
No me dí cuenta cuando llegamos, cuando baje y estaba parada frente a el, me había sumergido en mis pensamientos impuros
T/N: Hola.. ¿Tu eres.. Ae.. Ri? - El me sonrió con esa hermosa sonrisa que vi en sus fotos y mi corazón casi estalla
Giselle: S-si.. Pero puedes decirme Giselle si es más fácil para ti..
T/N: Oh, claro! Un placer conocerte Giselle, gracias por acogerme durante este mes, prometo que no seré una molestia para ti
Giselle: Está bien, no te preocupes, no lo serás
Nos subimos los dos al mismo taxi, el hombre fue muy amable al esperar, aunque no recuerdo cuando se lo dije, Pero el resto del trayecto le fui contando cosas de Japón, le expliqué dónde dormiria y algunas reglas básicas de convivencia
T/N: Todo en orden, respetaré tu espacio y tu hogar, solo lo usaré para dormir o comer, el resto del tiempo estaré fuera buscando establecerme aquí, solo espero no sea difícil conseguir trabajo con mi tono de piel..
Giselle: Puede ser difícil, Pero no te rindas, lo lograrás
T/N: Gracias Giselle, me alegra saber que contaré con el apoyo de una desconocida
"Desconocida? El no sabe quién soy..? Con razón actúa con normalidad.."
Giselle: Apartir de ahora somos compañeros de hogar, no más desconocidos
POV: Escritor xd
Giselle y T/N llegaron a su hogar, entraron juntos, el se quedó admirando el elegante hogar de la Idol, mientras ella sentía una vez más sus nervios al estar a solas con el en su hogar
Giselle: B-bueno.. Tu cuarto está por aquí.. Sigueme
Giselle lo guío hacia su habitación, el entro, le agradeció y se acomodo mientras ella iba a la cocina para cocinar algo
Y el resto del día transcurrió con normalidad, entre ellos dos intentando conocerse mejor para hacer más cómoda su estadía allí
Una semana después
Giselle conoció un poco más a T/N, descubrio que en su país de origen trabajaba como productor musical a medio tiempo y en una tienda de música a tiempo completo, aún así el no sabía quien era ella..
Durante la primer semana no paso nada, excepto ese día donde Giselle abrió una puerta sin golpear...
FLASHBACK
Giselle llegó del gym, entro en su casa tranquila y sudorosa, de inmediato se dirigio al baño para ducharse, pero al abrir la puerta olvidó que no vivía sola..
Giselle: A-ay! T/N! L-lo.. Siento!!
Cerró la puerta sonrojada, salió corriendo a su cuarto, cerró la puerta y se tapo los ojos, pero al cerrarlos solo podía ver una cosa.. El sexy cuerpo de T/N semi desnudo, ese color chocolate, sus músculos.. Su polla negra casi saliéndose de su boxer..
T/N lo dejo pasar, no pensó en nada más que debería tener cuidado al ducharse, pero Giselle.. No podia pensar en otra cosa que no sea en el
Esa misma noche Giselle estaba en su cama tocando sus pechos, suavemente gimiendo mientras imaginaba el cuerpo desnudo de T/N, lentamente sus manos bajando hasta su entrepierna, haciendo a un lado sus bragas y metiéndose dos dedos, embistiendo su propio coño como si fuera el quien la follara
Al final.. Giselle se quedó dormida luego de tener el mejor orgasmo de su vida, hasta ahora..
FIN DE FLASHBACK
Desde ese día Giselle no puedo verlo a los ojos, se siente tan sucia..
T/N: Estás bien? Perdóname si hice algo mal, no fue mi intención
Giselle: N-no No! Y-yo.. Aún me avergüenza lo que pasó hace unos días.. No era mi intención
T/N: Oh.. Eso, no te preocupes, es culpa mía por no trabar la puerta, lo siento Giselle
La cálida sonrisa de T/N calmo a Giselle y el resto del día paso.. Como otra semana más.
Luego de la segunda semana ya eran más cercanos, habían acomodado sus horarios para cenar juntos y charlar antes de dormir, ella se sentía más cómoda con el y viceversa
Pero un viernes.. Llegó de visitas su amiga Cathy, con mucho alcohol en la mano, ella rápidamente entabló una conexión con T/N y los convenció de tomar, al final terminaron los tres borrachos
Cathy: ¿En serio no haz probado un coño asiático?
T/N: Aun no, estoy ocupado trabajando
Cathy: En serio? Viviendo con Aeri? Amigo! Tienes un cuerpo perfecto viviendo contigo para follar y no la haz tocado!
Giselle miraba atenta, avergonzada pero sin decir nada
T/N: Vamos Cathy.. Respeta a tu amiga.
Cathy: Al diablo con Aeri.. Dejame chuparte la polla, extraño tener un negro para mí
T/N: No puedo, es la casa de tu amiga y no está bi-
Giselle: Hazlo.. Solo.. Háganlo, quiero.. ver.. y aprender.. Para satisfacerte.. *susurro*
Cathy se tiró sobre T/N sin que el pueda responder, empezó a besar el cuello del chico mientras frotaba su coño contra el bulto de el, Giselle se mordía el labio al ver a su amiga sobre el
T/N llevo sus manos al trasero de Cathy, le dió una fuerte nalgada mientras la jalaba del pelo para besar su boca, casi que abusando de su boca con su larga lengua
Cathy gemia entre el beso, su cuerpo ardía de placer al sentir el dominio de T/N en su boca, lo miro a los ojos y..
Cathy: Enséñale a mi cuerpo lo que un negro puede hacer, muéstrale a Giselle lo que se pierde por ser una estúpida sin valor
T/N empujó a Cathy, tirandola de su cabello la arrodilló frente a el, libero su polla y la acercó a su boca
T/N: Te enseñaré a respetar a tu amiga puta barata
Embistió su boca con fuerza, Cathy se ahogo con su verga larga y gruesa, una fuerte bofetada resono en la sala asustando a Giselle que se había parado a detenerlo cuando vio los ojos de su amiga.. La lujuria la invadía, mientras sus ojos lagrimeaban ante la falta de aire, una sonrisa se formaba en su rostro ahogado por su gran polla
La saliva de ella caía por los lados directo a sus muslos, T/N abuso de la boca de Cathy hasta dejarla sin aire, Giselle vio a su amiga al borde de perder la consciencia cuando T/N la solo y descargo su semen en la cara de su amiga..
T/N se acercó a Giselle, le pasó la polla por la cara y limpio su verga con el pelo de la japonesa, luego se vistió y se metió a la ducha..
Allí quedó ella, ayudando a su amiga y luego esa misma noche metiéndose los dedos mientras olía su pelo cubierto de semen, incluso lamiendo o comiéndose su pelo sucio
4 AM
"Más duro T/N ~ Follate a esta perra japonesa.. Hazme tu juguete personal, abusa de mi cuerpo!" Giselle gemia con fuerza en su cuarto, estaba bombeando un cepillo en su coño, no podía dejar de pensar en el.. en como destrozó a su amiga frente a ella
Mientras T/N dormía en su cuarto, pero en un momento de levantó, fue a la cocina a tomar agua y al volver escucho los gemidos de Giselle
El abrió la puerta y encontró a la japonesa con las piernas abiertas, dándose placer mientras gemia su nombre y simulaba que el la follaba, su polla negra ya estaba dura de nuevo.. Sin pensarlo entro despacio, se acercó a la chica que aún no lo había visto y le metió dos dedos en el coño de golpe mientras sujetaba su mano
T/N: Si tanto me querías, podrías haberme lo dicho Giselle ~
Giselle: Y-yo.. T/- P-papi.. Usame, porfavor
Los ojos suplicantes de Giselle estaban fijos en los suyos, la intensa necesidad de una polla la estaba volviendo loca.. T/N penetraba su coño húmedo despacio, mientras acercaba su rostro al clítoris de Giselle, lamiendo y chupando logrando que la chica se corriera rápidamente
Su cuerpo temblaba de placer, sus piernas se cerraron apretando su mano contra su coño, mientras sus ojos miraban el techo de su cuarto
T/N se desnudo rápidamente, mientras Giselle seguía en la cama respirando pesadamente, el se acercó a ella, apoyo su verga encima del estómago de Giselle
Giselle: P-papi.. Esa verga.. Vas a destrozarme hasta el útero..
T/N: Seré cuidadaso.. Al menos lo suficiente para que puedas llevar mis hijos
Ella miraba con asombro su tamaño, su coño cosquilleando ansioso por tener su enorme verga en su interior, lentamente el se acercó a su rostro, la sujeto con una mano y le dio un dulce beso, uno suave que demostraba más amor que pasión
T/N: Esto es por ser tan dulce y amable conmigo y esto..
El se echo hacia atrás, su larga y gruesa verga contra la entrada de su apretado pero mojado agujero.. De un solo golpe el se enterró hasta el fondo en ella, el cuerpo de Giselle intentó alejarse por el repentino dolor, Pero el fuerte agarre de T/N sobre sus caderas no se lo permitio
Un grito desgarrador salió de su boca, sus ojos lo miraban pidiendo piedad mientras una lágrima caí de ellos, T/N poso su mano libre sobre el cuello de la chica y la ahorcó, embistio contra ella con fuerza, el interior de Giselle estaba siendo estirado por la gran verga negra de T/N
Minuto a minuto, embestida tras embestida su cuerpo se acostumbraba al placentero dolor de ser follada por una verga negra, sus saladas lágrimas se mezclaban con sus dulces gemidos, el cuarto de Giselle explotaba con el sonido de sus cuerpos chocando en un frenesí de pasión
Giselle atrapa a T/N con sus piernas, lo atrajo hacia ella con todas sus fuerzas mientras intentaba respirar, cuando sintió su cuerpo débil T/N la solto y de un empujón Giselle tuvo un fuerte orgasmo, mojando la cama debajo de ella con un fuerte grito que dejó medio sordo a T/N
T/N: Casi se me va la mano, mierda..
Giselle: *toz* E-estoy.. bien *toz* M-mas.. porfavor.. ¿Papi?
T/N: Pensaba seguir aunque no quisieras ~
Giselle se dió la vuelta, le ofrecío su cuerpo desnudo mientras miraba por encima de su hombro sonriéndole, T/N le dió una fuerte nalgada dejando su culo blanco medio rojo
La japonesa grito levemente y cerró los ojos mientras sentía la gran verga de el entrando en ella una vez más, está vez se sentía diferente.. El placer era mayor, su verga se sentía más grande en su interior con cada embestida, la habitación llena de sus gemidos
Apretaba sus nalgas con fuerza, cada golpe en lo profundo de su coño le daba un ligero espasmo, la cama rechinaba y golpeaba la pared
La follo así durante varios minutos, Giselle llegó a otro orgasmo y el nunca se detuvo, sujeto su pelo con una mano, tirandolo hacia el, levantado la cabeza de la chica, con cada golpe o tirón de su pelo el sentía como el coño de Aeri apretaba más
T/N no podía ver a Giselle, pero ella tenía los ojos en blanco, la boca abierta con su saliva cayendo, la que alguna vez es una hermosa y sexy Idol estaba siendo convertida en un simple juguete sexual para el negro con el que vive por ahora.. Rendida totalmente el placer de una verga negra
Durante el resto de la noche T/N uso a Giselle como quiso, donde quiso.. La follo en su cama, contra la pared, en el suelo.. En la ducha, la cocina.. En el balcón de su hogar.. E incluso en el pasillo del lugar donde vive
Giselle estaba llena por dentro y por fuera por el dulce aroma del semen de T/N...
Dia final
Giselle: Entonces.. Es todo?
T/N: Bueno, conseguí un lugar donde vivir y un mejor trabajo, todo gracias a ti
Giselle: Y-yo.. desearía que no te fueras T/N
T/N se acercó a ella, la sujeto de la cintura y le susurro "Querés que tu amo de quede y te domine, pequeña zorra?"
Giselle lo miro a los ojos y con un simple "Si, Amo" Fue llevada a la cama y siendo follada una vez más
T/N: Eres mia.. Te voy a destrozar, Aeri ~
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Carta al amor:
Inquieto llegaste aquella vez, como desesperado porque te recibiera en el latido de mi corazón, en el impulso de mis rimas, en el silencio de mi soledad. Y fue así con ese disturbio, que al verte, amor, me vi… y al ver en mi rostro esa sonrisa desconocida, ese brillo en mis ojos —como el del faro que abre camino al viajero en la tormenta—, ese temblor de emoción en mi piel y esa ilusión de pronto construida, cada neurona de mi cerebro sufrió de enamoramiento por ti.
Esta carta va dirigida al amor, dice ahí en el saludo… pero, más bien su destino va hacia lo amartelado, al preámbulo del amor, a la noche antes de que amanezca… o al revés, al día antes de que lo abrace el ocaso… porque así es este fenómeno, como el viento omnipotente, llega y abre las puertas sin anunciarse, hace sus destrozos en el ser, desordena las emociones y desperdiga la razón… la enmudece, la ciega, la amarra para que no sepa de decisiones correctas… y después… se va, se va por alguna de las ventanas o, por algún pequeño orificio que descuidamos… ahí se fue esa locura… esa pasión… esa necesidad de ser embestido de detalles, de amor, de atención, de ternura, de esa gratificación que inundará todos los vacíos que nos hacen sentir en falta. Y se va… se va… se va muy lejos ese pequeño espíritu juguetón y efímero que se coló hasta en el estómago, que nos hizo cosquillas, que nos hizo sentir invencibles y hasta capaces de volar. Porque volamos, ¿no es así? Yo volé… de verdad volé… ese condenado hombre me hizo volar hasta esa parte del universo que jamás creí conocer… ese condenado hombre que lleva nombre me cegó a tal grado que volví a confiar en la perpetuidad del amor. Amor… nada tiene que ver una cosa con la otra. Amar es de humanos… enamorarse es de poetas. Lo dijo aquel gran filósofo Platón, ‘al toque del amor, todos se convierten en poetas’, pero analizándolo bien, no es el amor el que nos hace ser poetas… es la idealización, es la fantasía, el reflejo de nuestros sueños, anhelos y deseos en el otro. Pero, ¿qué crees? Que nadie tiene la posibilidad de ejecutar nuestros anhelos más que nosotros mismos. Por tanto, el poeta que iba enamorado… siempre termina muriendo. Hay un poeta muerto en cada uno de nosotros, pero también hay un lienzo donde se pintaron los deseos de otro sobre nosotros, y no fuimos capaces de conceder. Somos posibles pero también imposibles. Somos perfectos y en un instante imperfectos. Somos intensos y de pronto, dejamos de serlo. ¿Por qué? ¿Por qué bajo el roce de esa ilusión enamorada bombardeamos al otro de conquistas, de detalles, de momentos, de sonrisas, de placer, de poemas, de prosas, de la pintura de una vida creativa… de una vida que queremos terminar de la mano del otro? Y entonces creemos que siempre será así, y no. ¿Por qué dejamos de conquistar al otro cuando ya lo sentimos seguro? Enamorados que llevan sus primeros meses o incluso su primer año… Sean bienaventurados y disfruten de la dosis de felicidad que su cerebro les va obsequiando ahí, en su centro del placer, porque no será eterno… Mmm, ahora entiendo porque el saludo va dirigido al amor… Porque el amor es crudo, es real, es mortal, sufre, se duele, hiere y puede ser herido, porque el amor es de humanos… y hoy, esta carta la está escribiendo la mujer humana no la poeta… la que ha amado, la que se ha herido, la que ha lastimado, la que ha dejado de amar y a quien han dejado de amar, y ha tenido la posibilidad de volver a amar después de atravesar por el océano del enamoramiento… un viaje que paga todos los gastos, un viaje que te alimenta las carencias y te las deja bien nutridas… hasta que se termina y llega a la orilla de la isla… esa isla en donde yace el amor, y es ahí, donde ya nada está incluido, donde tú mismo debes trabajar para conseguir el amor, donde tienes que sacar tus propios recursos y buscar nuevos, para ahora sí, construir uno verdadero, un amor presente, maduro, un amor que a pesar de conocer tus heridas, te priorice y se atreva a quedarse.
—Paloma Zerimar🦋
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Cuando me tocaste supe que me quería quedar, no por placer, sino por la sensación de calma que lo supero, las noches dejaron de ser oscuras, la tormenta dejo de sonar, cuando te conocí algo en mi despertó, los sueños, la vida, todo lo muerto de pronto resucitó, un solo toque basto.
Ishannaina
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El último cigarrillo de nuestra historia.
No podía dejar de pensar en lo que había pasado. Me sentía tan lleno de caos, de dolor e incertidumbre. Quería saber qué era lo que nos había llevado a tomar esa decisión, porque no podía comprender de dónde había podido surgir tanta maldad.
Fue una noche, como cualquier otra, tranquila al caer el sol y dejar a la luna tomar la batuta de las estrellas. El viento soplaba ligero, tibio, casi como si estuviese siendo exhalado por una boca llena de sosiego. Era verano y, aunque se podía percibir aún los dejos de primavera, la humedad de la costa se hacía sentir en la piel como un brote de sudor. No nos habíamos permitido salir de la habitación de hotel una vez que nuestros cuerpos habían logrado sentirse satisfechos. Entre fumar y beber, se nos fue el tiempo. No hablamos mucho, lo más que hacíamos era acariciarnos, besarnos, suspirar y bebernos la piel con ligeros roces de nuestras lenguas. La sed no se nos acababa, pero el tiempo parecía que sí. Una vez que cayó el sol, él se puso de pie, caminó desnudo por la habitación, quizás buscando qué decir ante tanto silencio enmarcado en nuestra lujuria. No podíamos seguir así. Hablar con los cuerpos no siempre es lo más sensato, si es que jamás lo es. Pero, no teníamos palabras, ésas se habían ido desde la primera vez que decidimos transformar a nuestras lenguas en un puente al placer que otorga el silencio, cuando éste se vive entre música... lujuria... y gemidos.
Lo seguí con la mirada, me sentía confundido. De pronto, quise usar la lengua para algo más que lamerlo, pero me mordí los labios, apreté los dientes y agaché la mirada. Tomé un profundo suspiro y me puse de pie, al igual que él, pero yo caminé hacía la ventana, cuya vista dirigía al mar. Cerré los ojos un momento para impregnarme de ese aroma a sal que merodeaba por toda la bahía. La humedad me hacía sentir pegajoso, sudoroso, un poco sucio, mas, consciente de dónde estaba y con quién.
“¿Qué sientes por mí?”, escuché su voz a unos metros detrás de mí. Fue tan repentino que me estremecí. No esperaba una pregunta así. No había pensado en eso. En realidad, no me había importado pensar. Lo que yo hacía era sentir... y el sentimiento no siempre sabe qué decir; no le interesa. Si estaba ahí, con él, esa noche tibia y húmeda de comienzos de verano, fue porque él me lo pidió y yo no pude resistirme. No pude, no al verme en ese bello espejo que lleva en los ojos como irises. ¿Cómo iba a poder negarme a la desnudez de la que había sido víctima al sólo mirarlo? Mi pecho respondió a esa mirada como jamás antes lo había hecho. Mi voz enmudeció, pero no mi cuerpo; éste se encendió como la madera seca al tacto del fuego y ardió en una constante llamarada hasta arrebatarme la razón y lanzarme a sus labios. No había dicho nada. Mi boca había callado. Mi lengua sólo sabía de un solo lenguaje y ése era probarlo... degustarlo... recorrerlo con la sed que a mi garganta afligía. Trataba de encontrar alivio en su piel, en los vellos que le cubrían, en el sudor que exudaban sus poros, en las palpitaciones que engrosaban a sus venas. No, no había voz en mí ni intención de usarla.
Encendí un cigarrillo y absorbí con fuerza, dándole el golpe para dejar el humo dentro de mí, por unos segundos y, luego, dejarlo marchar por mis labios y, un poco, por mi nariz. Seguí mirando hacia el mar y sus olas, hacia la luna y la noche, hacia la oscuridad que se cernía en el horizonte... y casí pude escuchar a lo lejos, cantándome en compañía del viento y la brisa, a mi propia voz. No estaba ahí, sino allá. En la distancia, en esa línea oscura que hacía de límite entre el cielo y el mar. Entonces, volteé hacia mis espaldas...
Merodearon mis ojos por la habitación. Esperaba verlo ahí, pero ya no estaba. Alguna vez lo estuvo, quizás. No recuerdo cuándo. Lo he olvidado. Las fechas se han ido borrando de mi calendario, así como su nombre de mi memoria. Pero, su voz, al igual que la mía, martilleaba mis sienes. La oscuridad me avasallaba. Las luces eran una ilusión de mi mente, así como lo que había vivido ahí, en esa habitación, en ese hotel, en esa nada que se burlaba ante mis ojos hastiados de tanto mirar. Caminé hacia el buró y saqué todas la botellas de alcohol. Sin pensarlo, comencé a verter su contenido en toda la cama, en cada esquina, en cada mueble, en cada objeto que mis ojos cegados por la oscuridad podían ver... y, con la mano segura, encendí un cerillo y lo lancé a la cama. Ya no más recuerdos. Ya no más vicio. Ya no más tú.
Me quedé ahí, esperando a ver cómo el fuego se esparcía por toda la habitación, quemándolo todo, así como tú me quemaste a mí cuando me miraste... Sí, me habías mirado sin compasión, sin justicia, sin derecho. No te importó que terminara hecho cenizas. Tu fascinación por el fuego la supe desde que te conocí. Eras un pirómano, como yo. Amabas quemarlo todo no importándote las vidas de quiénes podrían perderlas. Tu único afán era gozar, darte placer, engendrar fuegos... quemazones... e infiernos que te hicieran recordar de dónde habías venido.
No, no eras humano... y, sobre mí, tampoco podía decir lo contrario. Nuestra labor ha sido quemar por el placer de purificarlo todo, después de, claro, haberlo mancillado con nuestra avaricia.
Esperé a que la habitación quedara hecha cenizas, mientras fumaba el último cigarrillo de nuestra historia y me preguntaba si Nuestro Padre tenía planeado darnos otra oportunidad para redimirnos. Ah, su bondad es absoluta, ¿cuándo vamos a aprender a respetarla?
No pude quedarme más. No había nada más que ver. Lancé la colilla al aire y elevé mi desnudez a los cielos, no para alcanzarlos, porque sabía que están vedados para mí, pero sí para tocarlos, al menos, con el pardo roce de mis alas.
“¡Hasta pronto, hermano! Esperaré con gran ansiedad volverte a ver”.
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𝗡𝗶𝗴𝗵𝘁 𝘃𝗶𝘀𝗶𝘁 - 𝗛𝗘𝗥𝗠𝗔𝗡𝗢𝗦 𝗛𝗔𝗜𝗧𝗔𝗡𝗜
Ran Haitani/Rindou Haitani x Male!Reader
𝗔𝗗𝗩𝗘𝗥𝗧𝗘𝗡𝗖𝗜𝗔: Menciones de sangre, trío, poliamor, sexo oral. NSFW en general.
────────────────────────────
Ran y Rindou estaban cubiertos de sangre. Habían asesinado a un par de personas por ordenes de Manjiro. Tal vez esas personas eran inocentes, pero ambos acabaron con ellas por diversión o aburrimiento.
Mientras caminaban por las calles a ambos hermanos les surgió la idea de visitar a alguien
Tú.
Tal vez una pequeña visita sorpresa no le haría mal a nadie
Ran y Rindou decidieron que querían una pequeña aventura esta noche. Ambos se colaron en tu habitación de tu mientras dormías. No pudieron resistir más la tentación al ver tu hermosa figura en ropa de dormir, luciendo tan inocente y vulnerable.
Ran pasó suavemente sus dedos por tu mejilla mientras miraba profundamente tus ojos seductores descansar, parecían hipnotizarlo aún más. Se inclinó más cerca para susurrar suavemente cerca tus oído, provocando escalofríos por tu espina.
── Despierta, cariño. ── Lentamente comienzas a abrir los ojos, sientes a alguien cerca, confusión estaba escrita en tus rasgos al principio. Puedes ver a Ran y Rindou sonriéndote de forma lujuriosa bajo la tenue luz de la luna que entraba a través de las cortinas de la ventana.
Sin embargo, antes de que pudieras pronunciar una palabra, Rindou se presionó contra tu suave cuerpo asegurándose de sentir cada centímetro de tí presionando contra él con fuerza, provocando un jadeo audible de tu parte, aún estabas ligeramente dormido tu corazón ahora late más rápido con emoción mezclada con vergüenza por haber sido atrapado.
En una situación tan vulnerable.
Mientras Rindou te sostenía con fuerza contra tu pecho, Ran se quitó la camisa ensangrentada y la arrojó a un lado para revelar nada más que pura tentación debajo; un torso suave y tonificado que captaba la luz de la luna como plata brillante.
── Rin... ¿qué está pasando? ── Preguntas sin aliento, tratando de liberarte del cálido abrazo de Rindou mientras fracasabas estrepitosamente debido a que estabas cautivado por el atractivo irresistible de Rindou.
Ran se acercó en respuesta, extendiendo lentamente la mano hacia tus suaves mechones de cabello, pasando sus dedos suavemente por ellos antes de susurrarte suavemente al oído.
── Relájate cariño, solo queremos un poco de diversión.
Apenas podías creer lo que estaba sucediendo.
¿Tus dos chicos irrumpieron en tu habitación a jugar a juegos lascivos?
Tus pensamientos giraban en confusión mezclada con emoción; ¿Deberías estar asustado o emocionado?
Una parte de tí también deseaba esto tanto como parecían, ¡tal vez incluso más que juntos! De repente sentiste un golpe en tu trasero.
Soltaste un pequeño quejido.
No quedaba nada más que hacer más que ceder por completo a estos deseos traviesos que ahora crecían dentro de tí.
Sin dudarlo ahora, te encontraste derritiéndote bajo sus toques sensuales mientras Rindou lentamente comenzaba a pasar sus dedos por tus suaves mejillas antes de recorrer suavemente la línea de tu mandíbula.
Ran, por otro lado, comenzó a pasar las yemas de sus dedos por tu pecho de forma procativa, haciendo que suaves gemidos escaparan de tus labios sin querer.
Tu cuerpo parecía anhelar más afecto mientras permitías que estos hombres, que acababan de irrumpir en tu habitación, continuaran con esta tentadora danza de placer que estaban creando con cada toque y susurro.
Rindou decidió que era hora de llevar las cosas un paso más allá y lentamente inclinó tu cabeza hacia la suya sin querer nada más que una oportunidad de probar esos dulces labios tuyos.
Tan pronto como Rindou te besó, sus lenguas se entrelazaron deliciosamente provocando jadeos tuyos, por otro lado, Ran se acercaba volviéndose aún más atrevido al jugar con el dobladillo de tu ropa de dormir dibujándolo hacia arriba centímetro a centímetro, exponiendo la tierna carne poco a poco.
A medida que te quitaban gradualmente la ropa de dormir, ambos hermanos quedaron hechizados por la belleza de tu cuerpo perfectamente esculpido.
La lujuria de ambos se hizo más profunda y su toque se volvió más audaz. Te empujaron suavemente contra la cama, donde aterrizas suavemente con un suave suspiro escapándose de tus labios, indicando cuánto disfrutas este emocionante momento de indulgencia.
Rindou se acercó para besarte con más pasión ahora mientras Ran dejaba delicados besos a lo largo del camino que conducía hacia el centro de tu pecho expuesto, haciendo que cada fibra de tu cuerpo anhelara más.
Rindou se separó del beso de labios el tiempo suficiente para mirar tus ojos soñadores que ahora brillaban de deseo, mientras Ran deslizaba un dedo en tu miembro ya erecto provocandote un gemido tan profundo y sensual que podía excitar a cualquiera con solo escucharlo.
La química entre los dos hacia tí era sencillamente insoportable; ¡Ambos hermanos te anhelaban en todas las formas posibles!
Tus deseos se apoderaron por completo cuando la mano libre de Rindou acarició tu firme pecho, burlándose suavemente de tus pezones, mientras Ran acariciaba tiernamente tu miembro erecto.
Mientras Rindou continuaba besándote apasionadamente, sentiste que tu orgasmo se acercaba. Ran también lo sintió y le susurró algo al oído a Rindou.
Rindou inmediatamente dejó de provocar tu pecho y se movió más hacia abajo entre tus piernas, abriéndolas más, dándole acceso completo; sus ojos se encontraron con los tuyos con una mezcla de emoción lujuriosa ya que ambos hermanos sabían lo que estaba a punto de suceder.
Rindou comenzó a dejar marcas de amor entre tus muslos, desde mordidas, hasta chupones hasta llegar a tu miembro. De vez en cuando te daba una mirada lujuriosa, mientras disfrutaba burlarse de tu miembro dándole tiernas lamidas o incluso llegando a morder.
En poco tiempo, cuerdas calientes de placer salieron disparadas de tu núcleo golpeando suavemente la cara de Rindou, provocando escalofríos recorriendo su columna mientras atrapaba cada gota lamiéndolas, aumentando inmensamente el placer de ambos hermanos.
La vista ante Ran era realmente impresionante; Rindou complaciendote de una manera que le hacía imposible contenerse por más tiempo.
Ran también quería probar este dulce cielo, así que se alejó de tus labios por un momento y devoró con avidez los restos de tu líquido presiminal.
Finalmente, exhaustos pero satisfechos, ambos hermanos colapsaron juntos con sus cuerpos empapados de sudor.
Su respiración era dificultosa pero disfrutaban del resplandor: sonrisas jugaban en sus labios mientras se acurrucaban más cerca tuyo, estando Ran en tu pecho y Rindou en tu espalda, ambos abrazándote perdidos en la satisfacción.
Había sido una de tantas experiencias que ninguno de los tres olvidaría jamás; la emoción de romper las reglas se mezclaba con un placer tan intenso que desafiaba las palabras.
La luz de la luna se filtró a través de las cortinas bañándolos en su suave brillo plateado dejando iluminar los tres cuerpos sudorosos.
Susurras suavemente ── Eso fue increíble...
Rindou y Ran se rieron suavemente besando tus mejillas afectuosamente, compartiendo emociones no expresadas llenas de felicidad y gratitud por poder compartir tal experiencia.
Un momento increíblemente lleno de lujuria.
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Note
Hello, I hope you are well
I love your writing, I hope you keep writing ❤️
Could you do a scenario of Male Reader having his first time with Lyney?
If you feel uncomfortable, you can ignore the request, there will be no problem.
💖~ Thank you for your words! I hope I can continue writing too, studies take up a lot of my time but sitting down to write this helps me rest~
In the end it took me too long, but I finally did it ksgdkvd
Now I'm a flan. A flan-tasma.
Warning: smut, Male!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
Spanish:
Al mago le gusta el romanticismo. Cada beso está cargado de sentimiento, te sostiene como si fueras la criatura más preciosa del planeta porque sabe que lo eres, te adora más de lo que puede imaginar y siempre ha planeado detalladamente cada paso como pareja. La primera cita, el primer beso, el primer show en que le ayudaste, todo estuvo metódicamente calculado para que sea perfecto y se arrancaría el cabello de la cabeza si algo no salía como debía. Por eso no era de extrañar que la noche en que planearon unirse por primera vez todo estaba vacío, olía a flores y las Rosarcoíris estaban esparcidas por la habitación junto a las velas que iluminaban todo de una tenue luz amarilla. Lo notaste, las flores cerca para que el aroma te tranquilizara, las velas cálidas algo lejos para evitar un incendio por algún accidente, había agua y aperitivos a un lado de la cama y Lyney solo esperaba que te gustara tanto como esperaba.
Te desnudó con tranquilidad, a un ritmo lento que parecía tímido. Besó tus labios, los mordió con delicadeza y te acostó para que estuvieras cómodo.
"Lo estás haciendo bien, amor. Eres muy lindo." Susurró contra tu piel, dejó marcas rojas con la forma de sus dientes y sus labios tomaron la carne hasta pintarla de morado. Sus manos pasaron por tu pecho hasta tu espalda baja para sostenerte, sus dedos lubricados pasaron por tu agujero apretado y entró uno, se tragó tus jadeos que pasaron de tu garganta hasta su boca y acarició tu cadera. Sus murmullos pasaron desde tu piel hasta el núcleo de tu ser cuando te masturbó con su otra mano, manchando sus palmas con tu líquido preseminal que bajaba como un hilo hasta tu vientre. Tus caderas se movieron contra su mano y lo hicieron sonreír. "Se siente bien, ¿verdad? Dime si te gusta." Tus súplicas lo pusieron duro a más no poder, sonrió mientras te hacía retorcer.
Fue a un ritmo lento, casi manchó sus pantalones cuando tú linda voz lo llamó para que te follara y sentiste su respiración en tu cuello cuando por fin decidió entrar en ti. Calmado, te sostuvo en sus brazos y te abrazó para que te relajarse, te besó por todas partes mientras era delicado, tomando tu mano y besando tu muñeca, luciendo como un borracho por tu olor mientras se metía bajo tu piel y te hacía alcanzar el placer con tus manos. Su lengua paseó por tu cuello y hombros, besando mientras jadeaba por lo apretado que estabas, alabándote como s un Dios mientras sus lágrimas se mezclaron con las tuyas al igual que el sudor.
Pintaste tu piel con tu semen al mismo tiempo que él te llenaba por dentro. Gimió contra tu cuello y tembló al llamarte su único amor, el más suave y placentero.
"Por favor... Déjame hacerlo una vez más." Sus ojos brillaron con un lujurioso deseo de ti, de enterrarse en tu carne eternamente. Sintió hambre de ti y no estaba dispuesto a dejarte ir ahora que había probado tu sabor.
English:
The magician likes romanticism. Each kiss is loaded with feeling, he holds you as if you were the most precious creature on the planet because he knows you are, he adores you more than he can imagine and he has always planned every step as a couple in detail. The first date, the first kiss, the first show you helped him with, everything was methodically calculated to be perfect and he would tear his hair out of his head if something didn't go the way it should. That's why it wasn't surprising that the night you planned to get together for the first time, everything was empty, it smelled like flowers, and the Rainbow Roses were scattered around the room along with the candles that illuminated everything with a faint yellow light. You noticed it, the flowers nearby so that the aroma would calm you down, the warm candles a little far away to avoid a fire due to some accident, there was water and snacks on the side of the bed and Lyney just hoped that you liked it as much as she expected.
He undressed you calmly, at a slow pace that seemed timid. Kissed your lips, bit them gently, and laid you down so you were comfortable.
"You're doing well, love. You're so cute." He whispered against your skin, left red marks in the shape of his teeth and his lips took your flesh until painted it purple. His hands ran down your chest to your lower back to support you, lubricated fingers passed through your tight hole and one entered, he swallowed your gasps that passed from your throat to his mouth and caressed your hip. His murmurs passed from your skin to the core of your being as he masturbated you with his other hand, staining his palms with your precum that ran down like a thread to your belly. Your hips moved against his hand, making him smile. "It feels good, right? Tell me if you like it." Your pleas made him hard as hell, he smiled as he made you squirm.
He went at a slow pace, almost stained his pants when your pretty voice called him to fuck you and you felt his breath on your neck when he finally decided to enter you. Calmly, he held you in his arms and hugged you to relax, kissing you all over while being gentle, taking your hand and kissing your wrist, looking like a drunk from your scent as he got under your skin and made you reach for the pleasure with your hands. His tongue ran along your neck and shoulders, kissing as he gasped at how tight you were, praising you like a God as his tears mixed with yours as well as sweat.
You painted your skin with your cum at the same time he filled you inside. He moaned against your neck and trembled as he called you his only love, the softest and most pleasant.
"Please... Let me do it one more time." His eyes shone with a lustful desire for you, to bury himself in your flesh forever. He felt hungry for you and he wasn't willing to let you go now that he had tasted you.
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Text
Lo que haría por ti.
Te dejaría tener cada parte de mi si lo deseas, hasta que queden solo mis huesos.
Si te faltará tinta te daría mi sangre, para que nunca te falten escritos y poemas lindos en tu libreta.
Me arrancaría el corazón y te lo regalaria en una caja rosa con un ramo de rosas rojas.
No creo en religiones ni nada de eso, pero si necesitas un sacrificio te ofrezco mi cuerpo.
Quieres alimento, ven y toma mi carne, cocinala a tu gusto, disfruta cada bocado, hasta sentirte saciado.
Deseas placer, usame, aprovecha todos mis rincones y satisfacete.
Ocupas una esclava, atame a la cama y graba tu nombre en mi piel con la pieza más afilada.
Devora mi boca para que mis palabras y susurros te acompañen siempre.
Si tú cuerpo pide calor por la noche, utiliza mis brazos, cortarme la piel y cobijate.
Alguien te lastima, yo me ensucio las manos y le pongo fin a sus daños.
Lo que quiero decir, de la manera más loca y sanguinaria, es que no hay nada que no haría por ti.
-Ela. 🧛🏻♀️🩸
(Un poema que tenía abandonado en mis notas)
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