#pisos ruinosos
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Puigcerdà: Una bomba de relojería sin desactivar La urgente necesidad de un plan de emergencia
Puigcerdà navega a la deriva en un mar de problemas sin un timón que la guíe. La reciente confesión del Ayuntamiento, durante un pleno municipal, de la ausencia de un plan de contingencia social ha dejado al descubierto la fragilidad de nuestra villa. Mientras otras localidades cuentan con planes de emergencia que les permiten afrontar cualquier eventualidad, Puigcerdà se muestra desprotegida y…
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#ausencia de contingencia social#Ayuntamiento Puigcerdà#Cataluña#EMERGENCIA#Gobierno municipal#pisos de alquiler social#pisos ruinosos#política#policía local#Puigcerdà#urbanos#Villa
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Ecolocalización
Sonaron maullidos desde atrás de mi casa. Ahí reina un baldío como esos que los idiotas eligen para abandonar crías gatunas o perrunas, así que fui a investigar. Al llegar a la zona de interés los maullidos callaron. Hice un sonido onomatopéyico que según yo serviría para que el gato maullara otra vez y así poder ubicarlo. Funcionó, volvieron los maullidos y siguiendo el sonido llegué a un árbol. Buena noticia: nadie había abandonado a ese gato. Mala noticia: estaba muy arriba y no sabía cómo bajar. Reconocí al bicho, era vecino, se mudó recientemente con los humanos que ya estaban ahí hace tiempo. Nos vimos antes, jamás se me acercó, me puso la atención suficiente como para alejarse cada vez que yo hice algún intento de contacto. Ahora estaba a diez metros de altura, al verme decía miau más fuerte y claro, me miraba y trataba de bajar por donde yo estaba. Mi nulo atletismo me dijo que era imposible que yo subiera a rescatarlo. Al ver que el gato intentaba bajar por donde yo me paraba, busqué alguna parte del árbol donde él pudiera elegir ramas que le favorecieran el descenso, pero no funcionó, no había camino seguro al piso, el gato no era bobo, ni a él ni a mí se nos ocurría una forma segura de bajar. O ambos somos bobos, también puede ser. Con el corazón crujiendo me fui a forjar un plan B (B de bomberos), atrás el gato gritaba cada vez más pensando que lo abandonaba. Al llegar a mi casa vi a las hijas del vecino que estaban buscándolo, les dije que lo había visto y las llevé a donde estaba. El gato agradeció que llevara ayuda, y las hijas me dieron las gracias con tono de “ok, ya te podés ir, ahora queda en manos de profesionales”. Al otro día salí a remendar un ruinoso contador en la puerta de mi casa, el gato salió de su hogar corriendo, directo a mi, y empezó a refregarse contra mi pierna, dejó que lo acariciara todo lo que quise, de paso descubrí que era gata. Me dijo miau, le respondí acá estoy siempre para lo que precises.
(foto: random de internet, pero la gata es exactamente igual a la de la imagen)
Acostumbradoalfindelmundolandia: linktr.ee/acostumbradoalfindelmundo
#acostumbrado al fin del mundo#miau#maullidos#gato#gata#rescate#vecinos#convivencia#ecolocalizacion#ayuda#agradecimiento
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Que vidas más precarias..más absurdas..gente que mal vive de alquiler como mucho compartiendo casa..o sin pareja ni sexo..o sino en casa de papá.. HALA MADRID..VAMOS CAROL PUNTO G jaja..antes con un solo sueldo de camarero o taxista hasta te comprabas apartamento en la playa
Ya lo dice el TRAGICO Antonio OROZCO en el libreto del cd EL PRINCIPIO DEL COMIENZO [que empieza con sonido de una excarcelacion] ..LA PUTA MUSICA OS LO QUITARA TODO Y CUANDO OS LO HAYA QUITADO, SE IRA jaja
Por cierto..hablando del PUTO REAL MADRID, LA PUTA MUSICA Y CARCELES como ALCATRAZ..no creo CASUALISAD que Txus di FELLATIO [JESUS DE FELACION] de MAGO DE OZ y de BURDEL KING visitará el BERNABEU con una CAMISETA DE ALCATRAZ [ALCARAZ más la CRUZ que sustenta este REINO TRAGICO SATANICO Y RUINOSO]
A estos TITIRITEROS que no les vale con muerte prematuras de familiares ..les va valer una EXPLOSION SOLAR
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A Ransh of Hell piloto
No puedo ver nada, está demasiado oscuro. Bien, recordaré mi vida una vez más en lo que espero a que mis ojos se adapten a la luz... mi nombre es Mike, tengo 36 años y vivo solo, mi vida no ha sido la mejor, pero hago lo mejor que puedo, aunque últimamente he estado un poco endeudado... Bien, ya puedo comenzar a ver y... mierda.
Me encuentro en lo que parece ser un almacén con paredes metálicas altas y techo de aluminio irregular sostenido por vigas... a una de las cuales estoy amarrado yo. Entre la oscuridad logro discernir varios contenedores de metal de suficiente tamaño cómo para que cinco personas entren y sobre espacio para poder moverse un poco, aunque puede que sean más grandes, no es que la oscuridad me deje ver perfectamente. Ahora, la pregunta suprema... ¿Qué demonios hago aquí?
-Hola, ¿hay alguien? -mi voz hace algo de eco en las paredes y reverbera por unos segundos antes de desvanecerse en el silencio que había originalmente-
Bueno, al parecer me dejaron solo con mis pensamientos, bien... supongo que trataré de hacer memoria y descifrar cómo terminé en esta situación. Comenzaré por el momento más extraño de este último año, el día en que comencé el Juego de Demon.
Ese día mis deudas habían llegado a un punto límite y mis acreedores me estaban buscando para "liquidar mis deudas", probablemente junto conmigo o algunos de mis órganos internos. Recuerdo que en busca de escapar logré salir de la ciudad donde vivía hasta llegar a un edificio abandonado cerca de una zona de mendigos sin techo, el edificio era lo que parecía un antiguo casino que pasó más de una década sin ver visitas, la pintura roja que cubría sus agrietadas paredes estaba seca y caída en muchas partes, los ventanales rotos estaban cubiertos con maderos podridos y en mal estado, las puertas de ébano se veían fuera de lugar al estar en muy buenas condiciones... siendo sincero, el lugar era aterrador ahora que lo pienso con detenimiento, en especial porque al menos en cien metros a la redonda no había ninguna otra construcción cercana exceptuando los muros exteriores de la zona pobre a unos setenta metros y las cercas con advertencias de peligro que evitaban el paso al bosque ubicado detrás del "casino", pero en aquel momento estaba aterrado por los cobradores, así que sin miramientos entre al lugar. Por dentro se veía igual de ruinoso, el piso de madera se encontraba en pésimas condiciones, el gran salón estaba adornado con mesas redondas y sillas rotas, al final había un pequeño escenario casi destruido cuyas cortinas se encontraban rasgadas, las escaleras al segundo piso solo llegaban a mitad del camino antes de volverse una caída a sus escombros. La soledad era la característica principal de ese lugar, o eso aparentaba a primera vista, en una esquina, en la oscuridad, se podía ver a un hombre vestido con esmoquin y sombrero de copa morados, dicho sombrero coronado con una rosa púrpura que hacía juego con el resto de la ropa de aquel hombre cuya expresión mostraba una amarga sonrisa mientras observaba una pantalla en la mesa por la cual estaba sentado.
-¿Qué quieres? Estoy algo ocupado -la estruendosa y ronca voz del hombre de morado estremeció levemente el lugar-
-En realidad solo necesito esconderme, y lo haré por allá, sin molestar -respondí lo más calmado posible mientras señalaba una puerta en la arte izquierda del lugar a la que me acercaba lentamente-
-Sinceramente no te recomiendo cruzar esa puerta -habló sin siquiera levantar la mirada de la pantalla-
-¿Por qué sería eso? -me detuve con mi mano a pocos centímetros de abrir la puerta-
-No es importante que lo sepas, solo debes saber que no sería bueno (para ti) que entraras.
-Bien, entonces buscaré otro lugar para esconderme de mis acreedores, si ves a hombres armados e intimidantes, no me viste -tras decir eso me disponía a irme, pero el hombre interrumpe mi huida-
-¿Acaso tienes deudas lo suficientemente grandes cómo para que tu vida peligre? -por alguna razón eso pareció alegrar al hombre que finalmente apartó la vista de la pantalla para mirarme con una auténtica sonrisa- Si ese es el caso, creo que mi propuesta te puede interesar.
-¿Deudas? Por supuesto que tengo o no estaría huyendo -le respondo algo apresurado, pero aún así interesado (y preocupado) en lo que quería decir- ¿Cual es la oferta?
-Bueno, mi oferta consiste en darte grandes sumas de dinero y cualquier otra cosa que te puedas imaginar, siempre que no vaya en contra de las leyes de la naturaleza, por más oscuro o desagradable que pueda parecer o por más dulce y adorable que sea, te será entregado por este servidor -el hombre hablaba en un tono formal y ademanes indicando lo grande de su propuesta- Cualquier deseo que puedas pedir que no sea antinatural, te será concedido.
Al terminar de oír todo acerca de su propuesta me quedé sorprendido, no solo por lo increíble que era y hacía sonar la propuesta, sino también con la confianza, seguridad y naturalidad con la que hablaba semejante propuesta digna de algún rey del inframundo a un humano antes de hacerle pagar con su alma. Especialmente esa parte era la que me preocupaba, ya que no era un 0% probable que este extraño hombre fuera un demonio, además de que su aspecto recordaba a los OVERLORD del infierno o a un gran ente de oscuridad y maldad pura.
-Suena tentadora la oferta, pero dime cuál es el precio, dudo que sea gratis tan gran servicio -a este punto ya había perdido la urgencia de huir y tomé real interés (y cuidado) en este ser y su oferta-
-Perspicaz, claramente no es gratis, pero puede llegar a serlo, verás, mi oferta es en realidad un juego, yo te ofreceré todo lo que desees y tú te enfrentarás a los peligros y consecuencias que acarrean dichos deseos y si logras evitar dichos peligros y salir entero de ellos durante 15 años, estarás absuelto de cualquier pago hacia mí, pero si por otro lado, sufres graves perdidas físicas a causa de tus pedidos o mueres por cualquier otra forma... deberás pagar completamente cada uno de tus deseos -explicó de forma calmada, nuevamente acompañado con gestos, cómo si de una exposición se tratase-
-¿Y cual sería ese precio? Digo, solo para pensármelo antes de aceptar.
-Bueno, el precio depende de cuantos deseos pidas y de su naturaleza.
-¿Puedo saber tu nombre?
-Si te lo digo estarás obligado a jugar quieras o no.
-Bueno, de todas formas ya decidí participar, no haría daño saber el nombre del anfitrión -extiendo mi mano hacía él para cerrar el trato, pero en lugar de estrechar mi mano puso cara de disgusto hasta que bajé nuevamente mi mano-
-Trato hecho Mike, como muestra de que entraste al juego te daré esto -dicho eso introduce su mano en lo que parece ser un bolsillo interno en su esmoquin y al ser esta nuevamente visible se encontraba sosteniendo una enorme cantidad de dinero, de hecho, lo suficiente para pagar todas mis deudas y para vivir sin preocuparme por unos meses- Ten, es todo tuyo, este no tendrá precio en caso de perder el juego... por cierto, mi nombre es Demon, y soy el segundo de mayor rango en la jerarquía del inframundo, pero que eso no te intimide, no haré nada directa o indirectamente para que pierdas el juego.
Poco después de eso desapareció en un destello de luz negra y junto a él la puerta en la que me quise esconder. Después de eso finalmente pagué mis deudas y me mudé lejos de ahí y, aunque en su momento me fue algo difícil de aceptar, pedí múltiples deseos que se pueden considerar pecaminosos durante estos últimos meses y... así llegamos a donde estoy ahora, en un posible almacén oscuro, atado a una viga... probablemente porque alguien notó mis deseos y sus efectos, logró atraparme de alguna forma y traerme aquí para obtener beneficios de mí... lastimosamente para ellos puedo salir de aquí con solo pedirlo, pero quiero saber quienes (o quien) es el causante de estos minutos de preocupación (durante los cuales olvidé que aún estoy en el juego).
-Interesante, pero me encargué de que no puedas desear tu salida de esta -una voz femenina hizo eco en todo el lugar, por lo que no pude identificar de donde provenía con claridad-
-¿Quién eres y por qué me tienes aquí? -pregunto mientras veía una posible forma de salir... o cuando menos defenderme-
-Solo otra jugadora inconforme que desea auténtico poder -a pesar del eco pude descifrar un poco más de la atacante por su voz, sonaba como una chica de 17 años-
-¿A qué te refieres?
-No intentes ganar tiempo con preguntas estúpidas, de todas formas morirás dentro de poco... en cuanto sean las 12:00 AM... dentro de 13 minutos...
A pesar de que dijo que era una pregunta estúpida, realmente no tenía ninguna puta idea de que carajo se refería, supongo que quiere decir del juego de Demon, pero no comprendía a que se refería con "auténtico poder" o el porque de tener que matarme para alcanzarlo.
-¿Enserio no sabes a lo que me refiero a pesar de estar jugando el juego de Demon? -nuevamente habló contestando a mis pensamientos-
-Desearía que no leyeras mi mente... es más lo DESEO -uso otro deseo más para que me dejara tranquilo con mis pensamientos, aunque eso incrementara mi deuda con Demon- Pero sí, realmente no tengo idea de que hablas.
-Mierda... era divertido oír tus pensamientos, aún así no te ayudará a escapar. Por otra parte, Demon debería haberte dicho de que si eras el último jugador vivo se te otorgaría auténtico poder, aunque no es muy especifico, el poder que otorgará ha de ser inmenso si no considera el poder cumplir casi cualquier deseo.
Vale, creo comprender de que va la cosa, Demon ideó esa táctica después de que hubo muchos jugadores, así estos se matan entre ellos y reclamará su deuda más rápidamente, es inteligente... aunque no es que me sea útil saber eso ahora... espera... ¿por qué debía esperar hasta las cero horas?
-¡Oye! Nemesis -le hablo a la chica que aún no veo ni se su nombre- ¿por qué debes esperar a una hora exacta para matarme?
-Es para aligerar mi deuda al entregar tu alma y... ¿¡cómo me llamaste!? -a pesar de no poder verla estoy seguro que su cara era una mezcla de condición y enojo-
-Nemesis, no se tu nombre, así que te digo así... después de todo me matarás en pocos minutos.
-Pocos minutos no, en 35 segundos.
Oh bueno, mi vida está a punto de terminar. La chica se para frente a mi con una pistola de arpones, su tez era clara y su cabello negro brillante, sus ojos eran verdes y vestía como una pescadora... bueno, eso explicaría porque me matará como a un tiburón... aunque no he intentado ligar con ella. Ahora si, chistes aparte, me han enseñado que si vas a morir deberías llevarte a alguien contigo, así que...
-¡¡DESEO UN ENLACE VITAL!! -justo un instante antes de que disparara el arpón pedí ese deseo, un poco vago, pero se cumpliría de acuerdo a mis pensamientos-
-¡HIJO DE PU... -por un instante pude ver su expresión de rabia, incluso intentó detener el arpón, pero era demasiado tarde-
El arpón me atravesó la cabeza matándome instantáneamente y, de acuerdo a mi deseo, mi vida y la de la chica se enlazaron y ambos morimos al mismo tiempo, supongo que nos veremos en el infierno jaja...
...
Bien, llevo como media hora cayendo por un agujero donde tentáculos y fuego verde me han estado golpeando, seré positivo, ya estoy muerto y me tocará pagarle al extraño y posiblemente peligroso hombre de morado... okey, no hay lado positivo, no es como si me fuera a poner a trabajar felizmente en una granja en el infierno y~ ya veo el el fondo...
-Finalmente llegan, es muy bueno tener nuevas almas en el infierno -la voz de Demon sonaba en todo el lugar ignorando por completo el dolor de una caída de 32 minutos a laque sobreviví por estar muerto- Bien mi estimado Mike y estimada Sarah, a cada uno de ustedes se les será asignado un rol como parte de mi propiedad, así que sin tener voz ni voto tendrán que cumplir con su trabajo si desean regresar a la Tierra en el mismo EON que nacieron. Sarah, con tus pedidos has satisfecho muchos deseos realmente oscuros que iban no solo en contra de lo establecido por tu dios principal, sino que también con lo moralmente aceptable de tu sociedad y tus pensamientos del pasado, el precio por mis servicios es la producción de tanto dinero como la totalidad del que hay en la Tierra en las minas de oro del Círculo de la Codicia, podrás darte un descanso por cada billón de dólares producido.
En cuanto terminó de hablar la chica causante de mi muerte, que se encontraba a mi lado desapareció. Demon hizo una pausa en la cual pude apreciar el lugar donde me encontraba, era una sala enorme cuyas paredes estaban acolchonadas con una cubierta roja, decoraciones de oro se encontraban en todo el lugar, el suelo estaba oculto tras una alfombra morada con bordado dorado, al final de la habitación un enorme buró negro de espalda a un ventanal con vista a la absoluta negrura de la nada a la que Demon observaba.
-En cuanto a ti, Mike, no solo tus peticiones apenas incumplían leyes divinas, morales y sociales, sino que adicionalmente llegaste con un alma llena de pecados, me gusta eso, así que te daré un rol de acuerdo a eso, trabajarás a Susy y Zorzz en el rancho infernal de monstruos en el Limbo, mientras no tengas trabajo podrás visitar otros círculos, tras generar varios millones de ganancias en almas serás absuelto.
Tras terminar de hablar aparecí en lo que parecía una oficina frente a un buró en la que se sentaba una criatura cuya cabeza era únicamente una gran boca llena de afilados dientes.
-Eres el nuevo empleado del rancho de monstruos del señor Demon -la criatura hablo con una voz femenina y un olor fuerte a carne- Por su perfil es el más adecuado para llevar las riendas del lugar, buena suerte en tu trabajo.
Sin dejarme hablar me entregó una tarjeta con mi nombre, mi foto y un texto donde indicaba que era el "Encargado de Producción y Gestión de la Granja Infernal de Monstruos", después de eso me indica el camino para llegar al lugar donde me encontraría con mis compañeros Susy y Zorzz. El camino era un sendero de tierra gris a través de un bosque de árboles negros por el que caminé durante lo que pareció una eternidad hasta finalmente llegar a una cabaña de madera desde la que se escuchaban fuertes gritos y el sonido de una motosierra.
-¡DIOS! Ni he entrado y ya me hago una idea de lo terrible que será mi estadía aquí gracias a mis compañeros -me dije a mi mismo antes de abrir la puerta de la cabaña-
-¡ATRAPAME SI PUEDES PEDAZO DE MIERDA AZUL! -una chica de piel y cabello rojo vestida con una camisa a rayas negras y rosadas junto a un short y chaqueta rosa, con medidas de mayas negras le gritaba a lo que parecía un hombre azul con pantalones grises y chaqueta negra, tenía cuatro ojos y dos cuernos, uno de ellos rotos, sus brazos le llegaban a las rodillas y cargaba una motosierra gigante roja-
-¡SUSY! Ven acá, devuelveme mis almas humanas, las obtuve con una venta hoy, las necesito.
-¡JA! Si las quieres tendrás que venir a por ellas, looser.
-Ya verás, te cortaré la cabeza otra vez.
-Ni creas que lo harás de nuevo Zorzzzzzzzzzzz.
Y bueno, aquí comienza mi tortura en el infierno con una demonio punk y un monstruo psicótico impulsivo... ¿enserio estoy a cargo de estos dos?... ¿se supone que debo ganar almas cuando ni las que ganan las pueden conservar?... como sea... meta actual, obtener el primer millón de almas para Demon, progreso: 0/1000000
#web series#historia#indie#A ransh of Hell#capitulo 1#Mike Anderson#Demon#Susi Hellsing#Zorzz#Sarah Fisher#Limonlol
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Este cuento lo escribí hace unos años y me salió medio misógino. Igual creo que tiene valor. Acá va.
BOTÁNICA
Cada segundo que pasa, el reloj en la pared envía su terrible descarga de ansiedad hacia mis oídos en forma de ondas sonoras producidas por la manecilla más delgada. Cada segundo que pasa, mi conciencia y el control de mi ser están más cercanos a desaparecer. Ya es inminente que la criatura que habita debajo de mi piel tome el control.
La primera vez que vi a este ser fue en una nefasta y fría noche de invierno, durante una excursión con un grupo de conocidos aficionados a lo sobrenatural. Habíamos visitado varias animitas y casas abandonadas en distintos lugares del centro de la ciudad. Nuestro guía hacia un gran esfuerzo por convencernos de que sus historias sobre muertes inexplicables eran reales, lo que me tenía bastante decepcionado. Sin embargo, lo que prometía ser una velada para el olvido finalizó de la manera más inesperada. Llegamos a las dos de la madrugada a un ruinoso edificio abandonado en calle Huérfanos. Su particular diseño, con balcones rectangulares de diversos colores que evocaban colmenas, habría sido apreciado como algo moderno e innovador en los años setenta. Ahora, seis décadas después de su construcción, quedaba sólo un fantasma de lo que era. El cadáver de un coloso habitado y masticado por los gusanos.
Tuvimos que vigilar que nadie nos viera entrar. Por alguna razón este edificio estaba mejor protegido que la mayoría de las edificaciones abandonadas a merced de los elementos. Las puertas y ventanas de todos los pisos estaban bloqueadas por gruesas tablas fuertemente apernadas a los marcos. Nunca me había fijado en ese peculiar aspecto del edificio, pero ahora me parecía que alguien deliberadamente intentaba proteger algo que se escondía en el interior, o bien quería proteger al exterior de algo que se guarecía en el lugar. Algunos del grupo decidieron irse, sin embargo yo y unos pocos decidimos darle una última oportunidad a este charlatán. Éste conocía una ventana del primer piso donde se había aflojado un perno, y por ahí tuvimos que forzar nuestra entrada a la fantasmagórica recepción. El guía continuaba siendo majadero con que nadie nos debía ver entrar.
Una vez adentro, fuimos llevados por pasillos y escaleras iluminados sólo por unos pocos rayos de luz que apenas se filtraban desde el exterior. Las paredes se veían irregulares, pero no podía dar mucho crédito a mi visión, y cuando intenté comprobar si ya habían dejado de ser lisas, el guía nos prohibió encarecidamente que las tocásemos. De pronto nos detuvimos frente a una habitación. El líder de la expedición había preparado el lugar con antelación con unas anticuadas lámparas a parafina. El tenue resplandor que provenía de la habitación dejaba ver que las paredes habían sido cubiertas completamente por una hiedra rojiza de donde botaba un líquido amarillento. Ahora ya no sentía inquietud por tocar esas murallas insanas. Quien nos había llevado hasta ahí entró en la habitación y bombeó las lámparas para que recuperaran la presión que habían perdido. Tal proceso sólo era conocido por anticuarios y boy scouts del siglo pasado. Claramente este hombre no era un boy scout. Cuando las lámparas recuperaron su presión óptima, la habitación se iluminó completamente y una visión, más terrible, extraña y maravillosa de lo que me podría haber imaginado en cualquiera de mis excursiones por el Santiago fantástico, se dibujó ante mi incrédula mirada.
Ante nuestros ojos, la luz amarilla de las lámparas mostraba una habitación que parecía ser el comedor de un antiguo departamento. Las paredes estaban todas cubiertas por largas ramas rojas de donde colgaban hojas triangulares con manchas amarillas, rojas y anaranjadas. Desde cada una brotaba una baba maloliente. Pero esto era sólo el escenario para un espectáculo más nauseabundo. Debajo de esta capa de flora enfermiza y agobiante se alcanzaba a distinguir una figura humana. Eran los restos semi fagocitados de un hombre que yacía sentado en el suelo con su espalda contra una pared. Lo único que estaba medianamente descubierto era el rostro, que enseñaba una mueca de indescriptible dolor y aplastante horror. Desde la boca exageradamente abierta salían varias ramas. Parecía como si una enorme enredadera perversa hubiese utilizado cada apertura del cuerpo de este hombre para forzar su paso desde el interior. La sensación insana en mi espíritu, creada por tal aberración de la naturaleza apoderándose de los vestigios de una construcción humana y adaptándolos a su propia fisiología, se vio solamente intensificada con el hallazgo del cadáver. Mientras yo y los demás visitantes nos manteníamos petrificados en nuestros lugares, el guía dio una explicación de lo que veíamos. Mi impresión me incapacitó para entender nada, y creo que los demás estaban en la misma situación. Sólo alcancé a retener la idea de que el lugar estaba cerrado y en secreto por la seguridad de la población. Mientras las palabras se resbalaban por mis oídos, logré ver más detalles en los rincones de la habitación. En los lugares más oscuros había flores. Sus colores eran muy similares a las hojas, lo que las hacían casi imperceptibles. Los pétalos eran largos y delgados, y en el centro había algo que parecía… párpados… ojos cerrados llenos de clorofila sanguinolenta. Cuando estaba convenciéndome de que esto no podía ser tan bizarro, y que estos ojos eran sólo una coincidencia morfológica, logré reconocer un ojo más en la mano derecha del desgraciado occiso. Me acerqué para ver con más detalle, pero me detuvo el horror al ver el ojo abrirse. Una pupila verde musgo me miraba con una intensidad que atravesaba hasta mi alma. A través de ese ojo, la planta antropófaga podía leer mis secretos más íntimos.
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La planta maldita leyó mi mente. Leyó mi espíritu. Vió hasta lo que yo no podía ver en mi inconsciente: mis ansias de destruir mi entorno, de eliminar a los habitantes simples de mi ciudad, que no son capaces de salir de sus estúpidas rutinas. El ojo pudo adivinar mis fantasías homicidas en contra de todo quien no compartía mi desencantado punto de vista sobre la sociedad santiaguina. De pronto mis manos estaban cubiertas de sangre. Mi corazón latía con fuerza y ansiedad. Sentí satisfacción por algo que había hecho, y el temor de ser descubierto. Había destruido algo hermoso, y estaba feliz por eso.
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*
Me encontraba en mi departamento. Oscuro y vacío como siempre. Había un libro sobre la mesa de centro. Revisé mi billetera y estaba vacía. Eso significaba que había pagado los treinta mil pesos del tour al guía. ¿Qué había hecho? ¿Cuánto tiempo había pasado desde que mi alma fue ultrajada por ese vegetal consciente en el edificio abandonado? Quise salir corriendo por la puerta de calle, en un estúpido y desesperado intento por encontrar alguna explicación en algún lugar de la ciudad. No obstante, preferí ver por la mirilla de la puerta antes de salir. Lo que vi al otro lado me detuvo. Había un grupo de policías acercándose a mi puerta. Con horror volví a mi habitación y procuré no hacer ruido. Tenía la horrible sensación de que era a mí a quien buscaban, pero nunca llamaron a mi puerta, ni entraron a la fuerza. Me mantuve inmóvil por un largo lapso a pesar de mis ansias por saber qué ocurría. El miedo era más fuerte y me mantenía quieto. Cuando al fin pude dominar mis emociones ya había pasado al menos una hora. Lo único que atiné a hacer fue volver a mirar hacia el pasillo exterior. El departamento de mi vecina estaba abierto y había varios hombres de pie en la entrada. Algunos vestían como los policías comunes con sus uniformes verdes y otros con chaquetas azules que significaban algo más serio. No había ocurrido un delito común. En el departamento vecino se había llevado a cabo un crimen.
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Vi mis manos cubiertas en un líquido viscoso, tibio y rojo oscuro una vez más. Era un sueño hecho realidad. Un sueño tan oculto en mi subconsciente que ni siquiera me había percatado que existía. El hermoso rostro de una mujer llamada Valeria yacía inmóvil en el suelo. Sus ojos y boca abiertos más allá del límite natural sólo lo volvían más hermoso. Eran una coraza exquisita para un espíritu vacío y frívolo que yo había tenido el placer de destruir. El cráneo roto goteaba nada más que estupidez en forma de sangre y masa encefálica con pocas e insípidas conexiones neuronales. Tal masa gris nunca había hecho las conexiones necesarias para notar mi existencia a pesar de las miles de veces que había pasado frente al cuerpo despierto de Valeria a la entrada de nuestros departamentos. Pero por un minuto, Valeria finalmente supo quién era yo, y se llevó mi imagen para siempre al más allá.
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Yo sabía qué era lo que había vuelto ese retorcido sueño en realidad, pero me negaba a creerlo. Necesitaba cerciorarme con alguien que supiera más que yo. Me acerqué al teléfono y marqué el número del hombre que había trabajado de guía la noche anterior… o hace algunas noches… todavía no sabía cuánto tiempo había pasado. Contestó una voz que parecía ser de una anciana y me dijo que ese hombre hace varios meses que no vivía en ese lugar, y que no volviera a preguntar por ese maldito hijo de perra. ¡¿Cuánto tiempo había pasado?! Intenté contactar a los demás que habían estado en el tour. Nadie contestaba, o ya no vivían en esas direcciones. Sus teléfonos celulares no existían. No sabía qué hacer. No me atrevía a salir con tanto policía detrás de la puerta.
Y de pronto me di cuenta. Estaba usando guantes. ¿Por qué tendría que estar usando guantes? Ya sospechaba la respuesta. El ojo no se había apoderado solo de mi mente por un tiempo. Lentamente saqué el guante de mi mano izquierda y ahí estaba. Sobre el dorso de mi mano crecían pétalos rojos, y al medio de estos estaban los párpados cerrados. Cuando se vuelvan a abrir ya no seré dueño de mi persona. Por eso escribo este documento como carta suicida. Cuando me encuentren verán lo que hizo esta planta parásito conmigo… y probablemente sólo queden vestigios de mi cuerpo ocupado por las enredaderas. Veré que puedo hacer para detenerlo. Voy a la cocina por el cuchillo más afilado…
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Venus
Venus, la nueva película de terror a cargo del cineasta Jaume Balagueró con la actriz Ester Expósito como gran protagonista, presenta un nuevo y aterrador tráiler.
“Lucía es bailarina en una discoteca tecno de Madrid. Una noche, después de un espectáculo, roba una bolsa de viaje repleta de pastillas de éxtasis de la taquilla del dueño del club. Sorprendida por el portero, logra escapar, pero es apuñalada en una pierna en el último segundo. Sangrando profusamente y queriendo evitar el hospital, Lucía busca refugio en casa de su hermana y su sobrinita, que viven en el extrarradio en un bloque de pisos ruinoso llamado 'Venus'. Enseguida, Lucía empieza a notar que hay algo extraño en aquel lugar, así como en el comportamiento de los vecinos que lo habitan. Cuando su hermana desaparece una mañana, Lucía no tiene más remedio que velar por su sobrina y protegerla de un horror antiguo que se esconde tras las paredes del viejo edificio”
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La clínica Ikuta se encontraba en los predios del templo Jōkō, ruinoso y sin apenas rentas, como demostraba la decisión de los priores de permitir la construcción de un sanatorio mental en el recinto. Para entonces parecía más bien que era la clínica la que acogía al templo en sus terrenos. A los pacientes no sólo se les permitía tañer la campana a horas fijas, sino que podían vagar a sus anchas por el jardín —siempre que no supusiera peligro de agresión o fuga— y subir las gradas de la nave mayor del templo, donde hacían labores de artesanía u otras actividades, según su inclinación.
Entre ellos estaba el viejo Nishiyama, que llevaba tanto tiempo en la clínica que parecía el dueño. A menudo extendía pliegos de papel en el piso de tatami para practicar caligrafía, trazando enormes caracteres. El viejo loco raramente disponía de papel en blanco, ya fuera chino o japonés, de modo que casi siempre hacía uso de periódicos viejos.
Sin variación escribía la misma frase: «Entrar en el mundo de Buda es fácil; más difícil es entrar en el mundo de los demonios». Aunque tenía la vista nublada por las cataratas, su caligrafía era vigorosa. Carecía de toda mundanidad o afectación. Solo traslucía, si acaso, un barrunto de demencia. Los caracteres no eran burdos ni aberrantes en ningún sentido estereotipado, pero si se los examinaba atentamente empezaba a percibirse en ellos algo maniático, demoniaco. Quizá en otra época el viejo Nishiyama pretendió ingresar en el mundo de los demonios, pero le resultó arduo, y la amargura de su fracaso confirió a la caligrafía de su senectud su carácter. Fuera lo que fuera que constituyera su mundo de los demonios, su resolución de entrar en él lo perturbó de tal modo que perdió la razón. Tal como lo veía él, el sanatorio no se parecía al mundo demoniaco, pero tampoco se le ocurrió nunca considerarlo un refugio, un lugar de descanso para aquellos que intentaron entrar en aquel otro mundo y fracasaron.
En el presente el viejo Nishiyama era uno de los pacientes más pacíficos de la clínica. Como había perdido los dientes y nunca se puso dentadura, tenía las mejillas chupadas, y estaba calvo salvo por una pelusilla blanca en el cogote. Viéndolo era difícil imaginar que tuviera fuerzas para ninguna obra demoniaca. Sólo en su escritura podían rastrearse vestigios de aquel espíritu. El viejo solía alterarse mientras escribía, pero tan mansamente que no hubiera supuesto problema alguno ni siquiera en una residencia de ancianos corriente.
El viejo Nishiyama esperaba cada día impaciente el pronóstico del tiempo en la radio, antes del boletín de las siete. La información en sí no le interesaba —avisos de viento leve y marejadilla aquella noche y al día siguiente, y baja visibilidad por la niebla, por ejemplo—. Lo que le gustaba era la voz de la joven que la leía. Era una voz maravillosamente dulce, suave pero no tenue. El viejo sentía como si aquella encantadora muchacha le estuviera hablando a él desde el mundo exterior. Su voz rebosaba de amor. Era un alivio para el anciano, un consuelo. Constituía como un eco de los hermosos días juveniles. No sabía su nombre ni la había visto nunca, y sin duda ella seguiría dando el pronóstico con la misma bonita voz mucho después de que él hubiera muerto; pero ninguna de estas consideraciones preocupaban a Nishiyama: ella era la única persona que le hablaba a él —a la ruina en que se había convertido— un día tras otro, con voz plena de amor.
Kawabata Yasunari
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Capítulo 1
Trey intentó levantarse del suelo, emitió un quejido. Desistió de su empeño de incorporarse. No se acordaba de nada. Después de unos pocos minutos, instintivamente volvió a intentar ponerse en pie. Esta vez se ladeó con la esperanza de no sentir tanto dolor. A duras penas, se irguió, anduvo algunos metros y se agarró a una silla.
Echó una mirada a su alrededor. Parecía que por allí habían soltado a un enorme elefante que destrozó todo lo que encontró a su paso dejando añicos cualquier objeto que decoraba la habitación.
No se acordaba de nada, se supone que aquello era su habitación; pero no lograba acordarse de nada.
En una de las esquinas, observó que había una mesa con una partida de ajedrez, comenzada y un sobre. Pensó por un momento, que el contenido del sobre le iba a aclarar algo. A pasos cortos y arrastrando los pies se aproximó. Lo abrió y leyó: “Las negras juegan y ganan, Trey”. Instintivamente movió la reina, instante en que la mesa se abrió rápidamente, el tablero se hundió cayendo todas las piezas al vacío. Ojeó el fondo, metió la mano y se topó con una pistola.
Acto seguido, la puerta de la habitación se abrió. Se sobresaltó, pensando que era el disparo de un arma. Empuñó el arma y apuntó a la puerta.
Nadie entró.
Estaba encerrado en aquel cubil. Pensó en huir. Inmediatamente, se encaminó a la puerta, no fuera ser que la volviesen a cerrar y volviese a quedar encerrado como un animal nuevamente.
Respiró con alivio cuando se vio a salvo en las escaleras de un ruinoso edificio. Se agarró al pasamanos y fue descendiendo por los escalones de madera antiguos y destartalados.
Un silencio sepulcral lo envolvió.
A duras penas, descendió al siguiente piso. Estaba en el segundo piso. Buscó el interruptor de la luz. No había rastro de personas. Aporreó la puerta. Puso el oído, solo oyó que la lluvia caía. El vecino debía tener las ventanas abiertas: pero no atendió su insistente golpear de nudillos.
Apuntó con el arma la cerradura. Estaba dispuesto a volarla. Quería alguna respuesta; y no se resignaba a creer que era el único ser vivo en aquella ruinosa casa... Apuntó, y de repente se abrió la puerta lentamente. Una chica de treinta y cinco años asomó la cabeza y le imploró que no disparase:
- Soy Bernie... Trey, ¿no te acuerdas de mí?... Tú vecina... Aún, hace dos días hablamos, ¿no te acuerdas?... ¡Pasa se te ve mal! - le dijo a medida que iba abriendo más la puerta.
Miró al interior y su casa estaba ordenada, tanto que contrastaba claramente con la que acababa de salir.
Dudó sí fiarse o no. Ella interrumpió sus pensamientos:
- No se te ve bien. ¡Pasa! Tengo algún medicamento en el botiquín... ¿Sabes? No soy mucho de tenerlo al día; pero alguna Aspirina y Paracetamol pienso que quedan.
Todo comenzó a nublarse a su alrededor, y para cuando quiso contestar su cuerpo de desplomó a tal velocidad que solo alcanzó a decir un “sí” poco audible.
Libro: El Laberinto Del Recuerdo Que Era Abril
Autora: Cerise Acqua
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A propósito del reestreno de Okupas
1. El 2000
La serie se estrena justo con el milenio. Los que fuimos jóvenes en esa época recordamos los discursos que nos atravesaban. Nunca nos creímos que el mundo se iba a terminar y tampoco la historia, pero no dejaban de repetirlo. El menemismo nos había quitado hasta las ganas y De la Rúa, flamante presidente, no nos iba a devolver nada. Lo sabíamos. Por ese entonces había un colectivo que se llamaba 501. Se iban a 500 kilómetros de su lugar de votación para quedar eximidos de la obligación de votar. Era el único movimiento que me resultaba fascinante. Desde mis 18 impugnaba o directamente faltaba. No había salida. La política universitaria me expulsaba todo el tiempo, era pura rosca sin sentido. “Se va a acabar el mundo, se va a acabar, si un día me has de querer te debes apresurar” cantaba Molotov y yo estaba más hegemonizada por MTV que lo que era capaz de razonar, incluso sin mirar tv. Mi lujo, mi snobismo, mi soberbia, era esa. Odiaba la televisión. Un día en la casa de una amiga de la facultad, que vivía con su familia, vi Simuladores y me pareció complicado seguir con la mueca de desprecio. Entonces, apareció Okupas y nombraron a Severino Di Giovanni. Al fin la tele hablaba de mí, me hablaba a mí. El anarquismo -y algunas reminiscencias del peronismo- eran un paraíso perdido. ¿Qué seguía a un año tan redondo? No teníamos ni idea pero qué importaba. Tenía 22 años, dos menos que Ricardo, a quien seguro le decía que sí a todo, como la rolinga que se había cruzado a Echarri en el Alto Palermo. Porque no teníamos nada pero sí el cuerpo. Había que apurarse por sentir.
2. El margen
Okupas transcurre entre el conurbano y el centro y sur de la Capital. Hay muchas escenas exterior noche que hoy son casi de valor arqueológico. En Rosario, donde yo vivía, la ciudad más golpeada por la crisis neoliberal, había un 50% de desocupación. Mientras estudiaba Letras en una facultad que se venía abajo literalmente, buscaba laburo part time. Recuerdo hacer una cola de media cuadra para atender un locutorio en una estación de servicio de calle Oroño. No tenía ropa careta para ponerme ni corte de pelo que disimule el bardo. Era un bardo y sin embargo quería laburar. La facultad me contenía, mucho más de que que era capaz de darme cuenta, pero no me alcanzaba. La vida estaba afuera. Hay una secuencia clave en los últimos capítulos de Okupas. Ricardo está en el límite, casi por pasarse a lo que el arquetipo de Star Wars rubricó como el lado oscuro. Antes de dar el salto va a la Facultad de Medicina por última vez. “Qué hacés, delincuente”, le dice una compañera de estudio. Es verdad, nos saludábamos así. Él se da cuenta de que ese lugar, al que puede entrar y salir como pancho por su casa, no tiene más nada para darle. Y tampoco la compañera. “Soñaba con tus tetas” -le dice. Ella le sigue el juego. “¿Me hubieras dado bola?” La chica es terminante “No”. Esa negación es doble. No hay sexo pero tampoco hay espacio para él en ese lugar. La subjetividad de Ricardo ya está afuera de todo, al margen. La marginalidad no era solo la delincuencia. En ese año 2000 recién estrenado, afuera estábamos muchos, demasiados. La policía te pedía documentos en la calle porque sí más de una vez. En Rosario, en una zona hoy turística y llena de familias, estaba el Galpón Okupa y había unas cuantas casas tomadas. Yo iba a recitales, había unos cuantos personajes conocidos y mucho bardo, así decíamos por entonces. En las peñas de Humanidades, mi facultad, hacíamos fuego y también se hacía cualquier cosa. “Cualquiera”, también, repetíamos todo el tiempo. Qué íbamos a cuidar si nadie todavía nos había cuidado. Un día, en un recital de Catupecu Machu en el galpón, un pibe se tiró en bolas del escenario al piso. Tenía tanta mugre que nadie lo atajó. Hoy diríamos qué trash. Hace veinte años no teníamos palabra, solo juventud e instinto de supervivencia. Si el sistema nos dejaba afuera, bueno, que se la banque, porque teníamos que hacernos un lugar. Si no nos daba acceso a la cultura, bueno, no estaba tan mal apurar a unos músicos de conservatorio un poco achanchados para que toquen la 5ta de Mahler en el baño del San Martín (“súper hospitalario el centro cultural”). Estábamos hechos mierda pero todavía nos quedaban hilachas de sensibilidad. Lo digo en plural porque la juventud de Ricardo es la mía y la de mis amigos. Aunque yo, por suerte, nunca en mi vida vi un arma.
3. La violencia
Las armas en Okupas son las únicas herramientas con las que cuentan esos pibes. El lenguaje está limitado a balbuceos a veces insoportables, monótonos, guturales. Parece una exageración costumbrista pero era así. Yo lo vi, yo lo escuché. Con el deseo sexual, con el homoerotismo vibrante que se respira en algunas miradas, hacen lo que pueden. O sea, nada. Por eso todo ese brío reprimido, esa fuerza sin cauce, sale en movimientos torpes, bruscos, hirientes. La violencia estaba en la calle, la malaria nos pegaba mal e íbamos perdiendo ya hacía rato el catálogo de los buenos usos y costumbres. Sumado a eso, la criminalidad, vivir fuera de la ley: ocupando una casa, pegando merca en el conurbano, pungueando en la plaza, pero también tratando de levantarse una piba a la salida de un boliche. Todo ejecutado con el mismo arrebato: una violencia interna, hoy puedo decir patriarcal. Me acordé de una costumbre que me quedó de esa época: caminar por las calles en sentido contrario al de los autos. Así veía venir a esos pibes sacaditos que iban en primera, a paso de hombre, siguiéndote unas cuantas cuadras: primero te abordaban y después te decían barbaridades. Yo aprendí a lidiar con esa violencia, me costó después ablandarme, me cuesta todavía. Había que ser agreta, irónica, fuerte, para defenderse de esos salames, valga la alusión fálica. Y ellos también se estaban defendiendo. De todo lo que les faltaba, de todo lo que le habían exigido que sean sin darles ni una mínima herramienta. Me acuerdo de una viñeta de Quino de esa época que me había guardado: un tipo trajeado, sonriente, incluido, le da a un pibe una tarjeta magnética re moderna. Le dice: “Esta es la llave que abre la puerta del futuro”. El pibe se pone contento. Cuando ve la puerta se quiere morir: es vieja, desvencijada, con una cerradura antigua. Parece, incluso, la puerta de la casa de los pibes. Ese lugar, sin embargo, era todo lo que tenían.
4. Un lugar
Si hay algo que me la pasé buscando es eso: un lugar. Para nuestra generación, a caballo entre lo analógico y lo digital, no había refugio virtual donde inscribir nuestros cuerpos y sobre todo nuestras almas inquietas. Esto no es bueno ni malo, es solo un dato de lo real. El ocio, la soledad, el vacío, estaba ahí más claro y patente. Brillaba. Le sacábamos lustre, nos pasábamos una tarde entera tirados viendo una mancha de humedad o babeando delante de la tele de algún amigo, que siempre nos resultaba espantosa y decadente. Yo leía bastante, dibujaba, escribía mails largos que enviaba con los minutos contados de dial up. Pero, todavía, no había redes ni nada parecido. Estábamos solitos viendo la nada. Y sobre todo inventándonos espacios, porque no existían. No es casual, además, que en Okupas no haya adultos. Lo más parecido a un padre que hay es el Gitano que le llena el baúl de armas y les propicia la tragedia. La madre del Pollo está triste y empastada. Así la metonimia funciona y esa mujer representa a toda una generación reventada, sin entender a sus hijos, azotados por el ajuste o cooptados por los espejitos del uno a uno. Era pura orfandad la que se vivía en la época, incluso para los que teníamos la suerte de tener viejos más o menos centrados que nos daban una mano como podían, a los tumbos. Y a los tumbos también estos pibes, callejeando todo el tiempo, porque si no había lugar había que salir. Y esa casa, a la que los pibes se aferraban con uñas y dientes, era lo más parecido a una vida, a un camino, a un sentido aunque fuera ruinoso y difícil, para seguir viviendo.
El último capítulo nunca me gustó, y sigue sin convencerme. Pero esta vez que lo vi sentí que está bien, que no puede terminar de otra manera, que tanto desfile de armas no es gratis y que alguien tenía que morir. El Chiqui, uno de los personajes más queribles que haya visto, te parte el alma. El más puro se fue. A veces me pregunto qué batalla se llevaría a los otros: ¿la Plaza de Mayo de 2001, Cromagnon, o esa bala que, según Miguel, es la tuya? No sé bien, pero a veces me siento una sobreviviente de todo eso. Mi amigo Cris Bonaudi es fotógrafo, de los mejores que vi, y en una muestra usó una frase de Ojos bien cerrados. ¿Stagnaro y Kubrick tendrán algo que ver? Seguro que nada, pero miren si no les suena un poco. Al final de la película de 1999, Kidman y Cruise conversan y ella le dice esto: ”Deberíamos estar agradecidos porque logramos sobrevivir a todas nuestras aventuras, tanto las reales como las imaginadas.” Okupas es un poco sobre eso: el santo muere para que los mortales, valga la paradoja, sigamos vivos.
Tres apostillas sin sentido en el texto:
* Hay un capítulo en el que Clara lleva un trajecito color lavanda y el pelo atado en una cola que hace un bucle. Dije: “Kim Wexler, ahí está tu hermana mayor”.
** En otro capítulo Miguel, tan Trainspotting, y Ricardo caminan. Atrás aparece la gráfica callejera de Revista Tres Puntos, con “La piba” Bullrich en la tapa, justo cuando Ricardo dice “yo conozco a alguien que entra y sale como quiere”.
*** Qué hermoso el Pollo, qué bien se vestía. Qué sobriedad y elegancia, qué dignidad oliendo los chivos y cambiándose la remera con mal olor. Clara no era ninguna boluda.
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Carla era una joven estudiante que trabajaba en un bar para pagar sus estudios. Un dia entró al bar un joven de aspecto desaliñado, pidió un café, pagó con una moneda vieja y se quedo dormitando en la mesa. Anochece y el encargado lo quiso echar pero Carla intercedió :afuera hace mucho frio, seguro no tiene donde pasar la noche". -"Me da igual, si quieres llevalo a tu casa" Ella despertó suavemente al joven y le pidió que se marchase, él se marchó sin percatarse que ella habia introducido un billete de 10 euros en su bolsillo . El bar cerró y Carla como ya no tenía dinero para el taxí, optó por caminar hasta su casa, hacía frio así que apuro el paso, pero se percató que alguién la seguía, podia escuchar sus pasos, ella caminó lo mas aprisa que pudo, todo estaba solitario no podia pedir ayuda a nadie...en eso vió un bar abierto, entró pensado allí llamar a su amiga para que la recoga en su carro, el bar estaba vacio, sólo una joven que limpiaba el.mostrador, Carla le explicó su situación , - Entiendo que estas asustada, si quieres puedes pasar la noche en mi piso que queda cerca" -" No, llamaré a mi amiga" pero no encontró su celular y no sabia su número de memoria, entonces de nuevo la camarera le ofreció su piso, Carla aceptó, la joven le parecia bondadosa. - "Voy a ver que todo esté en orden en la despensa y luego nos vamos" . Regresó y juntas abandonaron el bar y llegaron a un edificio destartalado, Carla lo miró sorprendida, pero la otra joven le dijo que aunque parecia viejo, por dentro no estaba mal, entraron y todo parecia ruinoso....pero no tuvo tiempo de decir nada màs, cuando un hombre surgió de la sombra la agarró con fuerza tapándole la boca y la camarera en vez de ayudarla solo sonreia.- Ironias de la vida, por huir de un chico malo, caes en manos de otro peor, èl es mi hermano gemelo y le gusta bomboncitos como tú, lo llamé mientras iba a la despensa, él te hara el amor y yó miraré , cosa que me gusta mucho y despues lo siento por tí, no podemos dejar testigos. Entonces el hombre la arrastró hacía dentro dispuesto a violarla.....pero entonces pasó aquello, de las tinieblas surgió un enorme lobo negro ojos color sangre, la camarera al verlo salió huyendo aterrada, el hermano tiró a Carla y se enfrentó a la bestia sacando una navaja, pero un lobo gigante no es lo mismo que una chica indefensa, así que cayó al piso con la garganta destrozada, Carla al ver esto se desmayó de pànico.Ya era de dia cuando ella recobró el conocimiento, el cadaver del gemelo estaba ahí en un charco de sangre, pero el lobo había desaparecido, en eso Carla vió dos papeles bajo un fragmento de tela...uno era un billete de 10 euros, y el otro era un papel donde estaba escrito: Perdona que te siguiera anoche, pero queria devolverte el billete....los lobos no necesitan dinero. — Malditos Poetas
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Caso Real, ocurrido en Sevilla, Spain
Carla era una joven estudiante que trabajaba en un bar para pagar sus estudios. Un dia entró al bar un joven de aspecto desaliñado, pidió un café, pagó con una moneda vieja y se quedo dormitando en la mesa. Anochece y el encargado lo quizo hechar pero Carla intercedió :afuera hace mucho frio, seguro no tiene donde pasar la noche". -"Me da igual, si quieres llevalo a tu casa" Ella despertó suavemente al joven y le pidió que se marchase, él se marchó sin percatarse que ella habia introducido un billete de 10 euros en su bolsillo .
El bar cerró y Carla como ya no tenía dinero para el taxí, optó por caminar hasta su casa, hacía frio así que apuro el paso, pero se percató que alguién la seguía, podia escuchar sus pasos, ella caminó lo mas aprisa que pudo, todo estaba solitario no podia pedir ayuda a nadie...en eso vió un bar abierto, entró pensado allí llamar a su amiga para que la recoga en su carro, el bar estaba vacio, sólo una joven que limpiaba el.mostrador, Carla le explicó su situación , - Entiendo que estas asustada, si quieres puedes pasar la noche en mi piso que queda cerca"
No, llamaré a mi amiga" pero no encontró su celular y no sabia su número de memoria, entonces de nuevo la camarera le ofreció su piso, Carla aceptó, la joven le parecia bondadosa. - "Voy a ver que todo esté en orden en la despensa y luego nos vamos" . Regresó y juntas abandonaron el bar y llegaron a un edificio destartalado, Carla lo miró sorprendida, pero la otra joven le dijo que aunque parecia viejo, por dentro no estaba mal, entraron y todo parecia ruinoso....pero no tuvo tiempo de decir nada màs, cuando un hombre surgió de la sombra la agarró con fuerza tapándole la boca y la camarera en vez de ayudarla solo sonreia.
Ironias de la vida, por huir de un chico malo, caes en manos de otro peor, èl es mi hermano gemelo y le gusta bomboncitos como tú, lo llamé mientras iba a la despensa, él te hara el amor y yó miraré , cosa que me gusta mucho y despues lo siento por tí, no podemos dejar testigos. Entonces el hombre la arrastró hacía dentro dispuesto a violarla.....pero entonces pasó aquello, de las tinieblas surgió un enorme lobo negro ojos color sangre, la camarera al verlo salió huyendo aterrada, el hermano tiró a Carla y se enfrentó a la bestia sacando una navaja, pero un lobo gigante no es lo mismo que una chica indefensa, así que cayó al piso con la garganta destrozada, Carla al ver esto se desmayó de pànico.
Ya era de dia cuando ella recobró el conocimiento, el cadaver del gemelo estaba ahí en un charco de sangre, pero el lobo había desaparecido, en eso Carla vió dos papeles bajo un fragmento de tela...uno era un billete de 10 euros, y el otro era un papel donde estaba escrito: Perdona que te siguiera anoche, pero queria devolverte el billete....los lobos no necesitan dinero.
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Pastor Australiano
Pastor australiano
A pesar de su nombre, el Pastor Australiano comenzó en el oeste de los Estados Unidos, no en Australia, alrededor de la hora de la Fiebre del Oro durante la década de 1840. Inicialmente criado para abarrotar animales domesticados, sigue siendo una raza de perro de trabajo en el nivel más fundamental; el australiano, como lo apodan, es más alegre cuando tiene una ocupación que hacer. Puede ser un excelente compañero de familia si su conocimiento y vitalidad se desvían a los deportes o ejercicios de caza. Ver a un pastor australiano reunir a un rebaño de ovejas es una vista encantadora. Con un desarrollo seguro y atlético, coordina al grupo utilizando mordiscos, ladridos y "ojos", una mirada entrante que inequívocamente dice: "Estoy en control". Astuto, dedicado y flexible, el australiano es un canino directo que florece en un hogar donde su mente y vitalidad se aprovechan al máximo. No es necesario mantener un rebaño de ovejas en caso de que viva con un australiano, a pesar de que no duele, sin embargo, debe mantenerlo ocupado. Es un sabueso de alta vitalidad que no tiene la menor idea sobre el significado de la descuidada habitual y no lo favorecería si lo tuviera. Dado que tiene vitalidad para consumir, necesita mucha actividad (un paseo por el área no será suficiente) y, en cualquier caso, un pequeño patio para ayudarlo a resolver sus ya-yas. Al faltarle a su vocación, se agota, es peligroso y ruidoso. O, de nuevo, puede diseñar su propia actividad: agrupar a los niños, ya sean suyos o de los vecinos; persiguiendo autos o diferentes criaturas; o desmantelar tu casa. Si no tienes la oportunidad o la vitalidad de preparar y practicar el australiano de manera consistente, él no es la raza para ti. Sin embargo, en caso de que te interesen los deportes enfocados, el australiano es el indicado. Este hábil canino de tamaño mediano con la cola atracada o normalmente tejida es uno de los principales contendientes en todos los grados de obediencia, preparación, flyball y pruebas de agrupamiento. Además, es fructífero en profesiones caninas como el sabueso guía, el sabueso auditivo, el sabueso de ayuda, el perro de la policía y el trabajo de búsqueda y rescate. Incluso puede mostrar a un australiano para que lo ayude con los mandados en la casa, por ejemplo, quitando la ropa sucia del piso y llevándosela. Sin embargo, lo más probable es que necesites superponer ropa limpia. El australiano es un espectador genuino que se distingue del grupo debido a su atractivo pelaje de longitud media y sus oscuros ojos oscuros, amarillos, azules, verdes o dorados. Su legado como canino que trabaja lo convierte en un amigo fiel que puede estar a la defensiva del hogar y la familia y separarse de los extraños. Él coexiste con los niños, a pesar del hecho de que lo más probable es que intente "amontonarlos", excepto si le muestras que no lo haga. El australiano hace de la vida una empresa. Trabajará y jugará desde el amanecer hasta el anochecer y ganará tu corazón con su carácter confiable y apreciador. Esta raza adaptable es un increíble canino de trabajo y un maravilloso compañero familiar, pero solo si esa familia es funcional.
Caracteristicas
Los pastores australianos necesitan aproximadamente de 30 a una hora de actividad diaria, idealmente con ejercicios de alta vitalidad como jugar Frisbee. Necesitan una ocupación para hacer también, por ejemplo, día a día la preparación de cumplimiento o contender en agrupación y preliminares de destreza. Los pastores australianos pueden ser muy ruinosos y ladrar durante períodos prolongados en caso de que no obtengan la actividad y la incitación mental que necesitan. Los australianos alarmarán la alarma para advertirle en caso de que vean o escuchen algo sospechoso, y asegurarán a su familia y hogar con un asombroso salvajismo. Si bien los pastores australianos tienen la notoriedad de requerir un espacio totalmente abierto, les va bien en las comunidades urbanas con la posibilidad de que obtengan suficiente incitación y ejercicio. Sin embargo, son malos perros de condominio. En cualquier caso, necesitará un pequeño patio para ayudarlos a obtener una parte de su alta vitalidad. La presión de este hacinamiento canino con los animales domésticos puede continuar en el hogar y, con un propietario manso o poco practicado, puede aceptar el trabajo predominante en la familia. La raza necesita un propietario firme y seguro: los australianos probablemente no sean una decisión decente en caso de que nunca haya tenido un perro. Los pastores australianos son pastores normales, y su chaqueta necesita un mantenimiento ordinario, incluido el cepillado semana tras semana para mantenerla limpia y anticipar enredos, y posiblemente cortes para que se vea limpia. Los australianos aprecian la organización de su familia y les gusta adherirse cerca de su manada humana. No hacen todo atascado en la terraza sin el aporte de nadie para estiramientos significativos. Los australianos son habitualmente distantes con las personas de las que no tienen ni idea, y excepto si tienen una introducción normal a un montón de personas diferentes, en un mundo perfecto que comienza en la maternidad, pueden ser terribles para los extraños. Esto puede provocar la carcomida del temor y la hostilidad. Dale a tu australiano mucho contacto con compañeros, familiares, vecinos e incluso extraterrestres para que lo ayuden a limpiar sus habilidades sociales. Para obtener un sonido canino, nunca compre un cachorro de un reproductor flippant, una fábrica de perritos jóvenes o una tienda de mascotas. Busque un criador legítimo que pruebe sus perros callejeros reproductores para asegurarse de que estén libres de enfermedades hereditarias que puedan transmitir a los perritos jóvenes y que tengan personalidades sólidas.
Historia
Independientemente de su nombre, esta es una raza concebida en Estados Unidos. El Pastor Australiano fue creado inicialmente para aglomerar animales domesticados para granjeros y ganaderos en el oeste de los EE. UU., Y algunos australianos avanzados aún mantienen esa actividad. Existen numerosas especulaciones sobre qué razas se utilizaron para hacer el Pastor Australiano. A fin de cuentas, los precursores australianos incorporan collie y sabuesos de tipo pastor que fueron importados con envíos de ovejas desde Australia durante la década de 1840, de ahí el nombre. Los criadores se esforzaron por mejorar su capacidad de hacinamiento y crear un perro que fuera flexible, dedicado y sabio. La raza se deleitó en una explosión ubicua en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial que se conectó a la cadera con un entusiasmo recargado por montar a caballo al estilo occidental. Grupos de atletas o espectáculos de ponis, y multitudes de películas occidentales o televisiones, quedaron impresionados por los perros atléticos que vieron trabajando cerca de los vaqueros. Independientemente de la intriga prominente, la raza no fue percibida por el American Kennel Club hasta 1993. Hoy, el Pastor Australiano continúa como antes, un canino llamativo, vivo y afilado que demostró ser tan útil para los agricultores y ganaderos en el viejo oeste. Es apreciado por numerosos y hace la mayoría alucinante como socio familiar, defensor y sabueso.
Talla
Algo más largo que él, el Pastor Australiano mide 20 a 23 pulgadas de alto en el hombro para los hombres, de 18 a 21 pelos para las mujeres. En general, los hombres pesan en algún lugar en el rango de 50 y 65 libras, las mujeres de 40 a 55 libras. Es posible que vea comerciales para perros llamados taza de té, juguete o pastores australianos más pequeños de lo esperado. Los pastores australianos no perciben a estos perros callejeros como evidentes pastores australianos. La raza está destinada a ser un perro de trabajo útil equipado para agrupar existencias intensas por millas en una nación desagradable o ventisqueros, y no tiene una variedad de tamaños más pequeños.
Personaje
Reproducido para ser agresivo con los animales domésticos, los pastores australianos pueden y desempeñarán el trabajo predominante en el hogar en caso de que no les otorgue una autoridad firme y segura. Esto establece en ellos una mala decisión para los propietarios primerizos o tentativos. De la misma manera que otros perros de hacinamiento, los pastores australianos son generalmente fieles a su familia pero distantes con los forasteros. Necesitan una socialización temprana - introducción a una amplia gama de individuos, imágenes, sonidos y encuentros - cuando son jóvenes. La socialización garantiza que tu cachorro australiano crezca para ser un canino equilibrado. Seleccionarlo en una clase de jardín de infantes para perros pequeños es un comienzo extraordinario. Dar la bienvenida a los huéspedes de forma rutinaria y llevarlo a parques ocupados, tiendas que permiten perros y paseos cómodos para conocer a los vecinos también lo ayudará a limpiar sus habilidades sociales.
Bienestar
Los australianos son comúnmente sanos, sin embargo, como todas las razas, están inclinados a ciertas condiciones de bienestar. No todos los australianos contraerán alguna de estas enfermedades, sin embargo, es fundamental conocerlas en caso de que esté pensando en esta raza.
Cuidado
En el caso de que tengas un patio, asegúrate de tener una cerca protegida de la que tu australiano no pueda enterrarse ni rebotar. La cerca electrónica subterránea no funcionará para esta raza: el deseo de su australiano de salir y agrupar algo superará cualquier preocupación que pueda tener sobre un aturdimiento suave. Para una explicación similar, llévelo a la cadena, excepto si está dispuesto a prepararlo para oponerse a sus inclinaciones. Su australiano necesita de media hora a una hora de acción estimulante cada día, por ejemplo, una carrera, un juego de frisbee o el cumplimiento o la agilidad funcionan. En el momento en que no estás jugando con tus juguetes caninos y confusos, por ejemplo, los Buster Cubes son un método extraordinario para mantener esa personalidad dinámica involucrada. Los perritos jóvenes no requieren tanta práctica dura como los adultos, y en realidad, no debes darles la oportunidad de correr sobre superficies duras, por ejemplo, cemento o darles la oportunidad de hacer una gran cantidad de saltando hasta que tengan al menos un año de edad. Podría presionarlos aún creando un marco esquelético y causar futuros problemas conjuntos. La propensión australiana a pellizcar y perseguir es sorprendente para agrupar ovejas, aunque sean hábitos terribles cuando se aplica a personas y diferentes mascotas. La clase de deber puede ayudarlo a controlar la conducta de agrupación de su australiano, y también ayudan a cumplir con su requisito de incitación mental y trabajo. Los australianos reaccionan bien a la preparación de técnicas que utilizan la retroalimentación estimulante (recompensas, por ejemplo, aclamación, juego y alimentación) y, en general, se alegran de recibir instrucciones de su mentor. Simplemente necesitan darse cuenta de quién tiene el control para poder trabajar admirablemente para ellos.
Alimentaciòn
Suma prescrita día a día: 1.5 a 2.5 tazas de alimento seco de primera clase diariamente, aislado en dos cenas.
Color de pelaje y aseo
El Pastor Australiano tiene un abrigo impermeable de longitud media para mantenerlo agradable bajo la lluvia y el día libre. Los australianos en atmósferas frías tienen una capa interna más gruesa que las personas que viven en territorios más soleados. El cabello liso u ondulado cubre el cuerpo, con cabello corto y liso en la cabeza y las orejas, la parte delantera de las patas delanteras y debajo de los talones (conocidos como los halcones en términos de sabueso). Un plumaje moderado, o un borde de cabello más extendido, cubre la parte posterior de las patas delanteras y los calzones, la piel en forma de pantalón en la parte superior de las patas traseras. Hay cabello largo y abundante, que es particularmente grueso y lleno en los hombres, en el cuello y el pecho. Los pastores australianos vienen en algunos tonos: azul merle, rojo merle, rojo, tri-sombreado (blanco, oscuro y tostado) y oscuro. Un abrigo de merle tiene un entretejido de manchas tenues contra una base más clara, por lo que un sabueso azul merle tiene correcciones oscuras en tenue y un sabueso rojo tiene correcciones rojas en beige. Merles en general se volverá más oscuro con la edad. En caso de que esté pensando si el Pastor Australiano arroja, la respuesta apropiada es sí. La raza arroja todo el año, sin embargo, más vigorosamente durante la primavera, ya que pierde su abrigo de invierno. Cepille el pelo semana tras semana, tal vez con mayor frecuencia durante la temporada de desprendimiento, para evitar enredos. Antes de comenzar a cepillarse, rocíe la capa con un acondicionador para el cabello canino debilitado con agua para desenredar. En ese punto, con un cepillo más suave, acaricia el camino hacia el que se desarrolla el cabello, asegurándote de llegar hasta la piel, no lo pases simplemente por el punto más alto del pelaje. Un rastrillo de capa inferior también es útil para expulsar el exceso de cabello. Las alfombrillas son básicas detrás de las orejas, y es posible que deba trabajarlas con un cepillo de pelar. Puede descubrir cualquiera de estos dispositivos de preparación en una tienda de animales de compañía decente. En caso de que lo mantengas cepillado, tu australiano debería requerir una ducha justo cuando esté sucio, lo que presumiblemente no durará más de un año. Utilice un limpiador hecho para que los perros se abstengan de secar la piel y el pelaje. Las sesiones de preparación son un momento decente para verificar el estado general de su perro. Antes de comenzar a cepillarse, revise su perro en busca de hematomas, erupciones cutáneas, piel seca o indicios de enfermedad, por ejemplo, agravación o delicadeza. Verifique que los ojos no estén sueltos y las orejas en busca de elementos externos, por ejemplo, rebabas o colas de zorro. El abrigo debe verse brillante, no opaco. Un abrigo opaco podría demostrar un requisito para una abstención superior de los alimentos o una preparación de visitas cada vez mayor. Recorte las uñas todo el tiempo para evitar picaduras difíciles. En el caso de que puedas escuchar las uñas golpeando el suelo, son excesivamente largas. También es posible que deba mantener su perro limpio, cortando el cabello cerca de las orejas, en los pies y entre los dedos y alrededor de la zona de la cola. En caso de que sea incómodo ocuparse de algo además de los fundamentos de la preparación, intente un experto preparador.
Jóvenes y otras mascotas
Los pastores australianos son perros de hacinamiento y muchos consideran a los niños una parte de su "grupo", por lo que tendrá que mostrarle a su australiano que no está permitido perseguir y morder a los niños para agruparlos. Cuando adquieren competencia con este ejercicio, los australianos hacen aliados magníficos para familias con niños. Muestre continuamente a los niños cómo acercarse y contactar a los sabuesos, y supervise constantemente cualquier colaboración entre perros callejeros y niños pequeños para evitar roer o rozar las orejas o la cola con respecto a cualquiera de las partes. Indique a su hijo que nunca se mueva hacia ningún canino mientras come o descansa, o que intente eliminar la alimentación del perro. Ningún perro, independientemente de lo bien dispuesto que esté, debe dejarse sin ayuda de un niño. También pueden coexistir con diferentes mascotas, a pesar de que pueden intentar amontonarlas. Esto puede no pasar demasiado bien, particularmente con los felinos. Tenga cuidado con su australiano cuando haya diferentes mascotas alrededor hasta que descubra que no son individuos de su carrera. Read the full article
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Santuario
Recuerdo el incesante aleteo de una paloma, no sabía de manera exacta donde me encontraba, hacía bastante frió, la noche azul se cernía sobre mi de manera ominosa y amenazante, me encontraba en un edificio ruinoso con el papel mural cayéndose a pedazos como cicatrices que dejaban vislumbrar el cemento negruzco de las paredes, camine con decisión por un corredor que se prolongaba varios metros, la iluminación era tenue y era proporcionada por lánguidos bombillos amarillentos que dejaban ver un halo de polvo y niebla en el aire enrarecido del edificio, había también cierta humedad en el aire nocturno que se filtraba en el recinto y puertas abiertas que conducían a cuartos vacíos sin ventanas.
Después de avanzar un tramo largo, empecé a notar que en las paredes marchitas crecían enredaderas y musgo turquesa que se ceñían con una notable vitalidad por todas partes, en los muros, en el techo, en el piso agrietado e inundaban el ambiente con su perfume de jazmín de medianoche. Al llegar al final del corredor encontré una puerta, conducía a una cuarto grande que tenía en su interior únicamente una piscina olímpica, sus muros eran de mármol blanco y el piso de azulejos, no estaba iluminado por una fatídica luz vacilante como el corredor, si no por destellantes luces de un blanco puro y confiable.
Me sumergí en las aguas de aquel estanque divino, el frió abismal penetró mi ser y me sumergí varias leguas hasta el fondo, en éxtasis y purificación descendí hasta que el agua pura entro en mi boca, llenándome de sus dones y de su compañía, luego desperté.
¿Quien soy yo? Si no aquel que camina solo por senderos derruidos y marchitos buscando consuelo en las aguas embravecidas mientras el asfalto devora al mundo, un ezquizoide que se embriaga de la naturaleza pérfida, ansiando conocimientos oscuros de hombres muertos, queriendo que la sangre que deposita en las hojas se trasfigure en textos hermosos y anacrónicos, buscando paz y balance en la quietud y contemplación, ansiando descansos de la humanidad que sobrecoge su alma a la vez que la cansa su contacto pero que en ciertos momentos busca la compañía de seres semejantes para rebajar su extravió ¡sempiterna condición del hombre!
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#NaNoWriMo Day 2
Words: Rascacielos. Paraíso. Nieve. Flashback.
La áspera sábana colgaba a su espalda a pesar de estar envuelta a su alrededor con firmeza. El sol despuntaba débilmente a lo largo de la línea del horizonte, luchando por adornar el aire con miles de pequeños diamantes y cálidos brillos. A pesar de lo temprano que era a sus pies la ciudad llevaba horas en marcha, tal vez ni siquiera había marchado a dormir.
El aroma a café se filtraba bajo la rendija de la puerta, inundando toda la estancia, despertando a su estómago. El crujido agónico del antiguo colchón fue señal de que su acompañante también había amanecido. Se dejó caer sobre la silla acolchada que presidía la ventana desde la cual observaba el contaminado cielo todas las mañanas y noches. Era su modo de sentirse libre. El cielo sin límites se extendía sobre ella del mismo modo que lo hacía el suelo, pero bajar nunca había hecho feliz a nadie, desde luego nunca funcionaría con ella. Siempre le habían dicho que debía aprender a vivir con los pies firmes, pero ella estaba hecha para fantasear, soñar imposibles. Tal vez por eso no lograba ser feliz.
- ¿Qué miras?
La adormilada voz interrumpió sus caóticos pensamientos. Ni siquiera la reconocía. Giró el cuello para encarar a su dueño. Alto, ojos oscuros, pelo enmarañado, aura atormentada. Era un reflejo de sí misma. Estaba aburrida y únicamente habían pasado segundos. Era lo que llamaba su perfil seguro, la compañía comodín. Era la clase de persona que deseaba hablar con cualquiera de sus problemas y quejas existenciales junto a varias copas en un bar ruinoso que había vuelto a la vida como sitio moderno y alternativo. Decenas de ojos y escenarios semejantes pasaron ante sus ojos, reflejados en los del chico que continuaba mirándola; grandes, alargados, más negruzcos, más inteligentes, inconformistas, cansados… chicos, chicas… estaba hastiada, la humanidad era demasiado humana.
- Nada.
Pasó de largo a su lado, la sábana arrastrando aún a su paso, recogiendo y levantando motas de polvo. Efectivamente debía pensar que estaba loca.
Sobre la mesa, junto a la cocina, quedaban rastros de café y migas de cereales. Su compañera de piso apenas le había dejado los posos para desayunar. El resplandor del mechero acompañó la tenue iluminación. El cigarro descansaba ligeramente sobre su labio inferior mientras observaba atentamente el goteo de la cafetera. Pasados tantos años había empezado a encontrar en esa clase de detalles nimios la verdadera belleza de la rutina.
- Erm… Me voy a ir yendo. – De nuevo la misma voz adormilada, esa vez acompañada de lo que parecía ser un poco de enfado e incredulidad.
Su respuesta fue una nueva calada. Sabía que lo más adecuado en esos contextos era invitar a desayunar o asegurar que volvería a llamar, pero odiaba mentirse a sí misma. No iba a hacerlo. Nunca lo hacía.
La puerta se cerró a su espalda con firmeza. Desde luego que no iba a echarle de menos.
Sin demasiados miramientos se dejó caer sobre el sofá que presidía la estancia. Como todo lo que vivía allí había sido testigo de mejores tiempos. Era una nostálgica empedernida, o al menos eso contaban de ella. Sin duda algo de verdad debía haber en esos relatos, de no ser así no hubiese acudido a ese lugar al regresar a la gran ciudad, décadas de haberla abandonado, el mismo apartamento en el que ya vivió una vez, cuando esos buenos tiempos no eran un recuerdo sino la realidad.
Allí tumbada, con el humo rodeando su rostro y la sábana a su alrededor, se recordó con un vestido blanquecino apagado. Era un lugar muy lejano y diferente. Cuando se asomaba a aquella ventana lo que veía era un horizonte desolado, abierto, arrasado en el invierno por las tormentas y el frío; en verano por el calor y las temporadas de caza y reuniones sociales. Aquella casa era más grande y majestuosa, pero también más dueña de su libertad. Echaba de menos ese vestido. Tal vez por ello se arropaba cada mañana con esa tela.
El agudo y molesto pitido de la cafetera arrancó de su mente los recuerdos, devolviéndola a esa realidad. La luz invadía la sala finalmente.
Mientras caía el líquido oscuro sobre la taza de su compañera, no iba a molestarse en buscar la propia, volvió a dejar su conciencia vagar por el océano del pasado. Los flashbacks fueron manifestándose uno tras otro. Cada sorbo una nueva imagen. Se vio a si misma engalanada y caminando por las calles de un viejo y sucio Londres, camino de cualquier teatro que prometiese una fiesta clandestina tras el telón. Al siguiente instante estaba sentada sobre los cómodos asientos de cuero de un viejo automóvil recorriendo las calles de una Italia que despertaba tras el letargo de la guerra.
El sol presidía la estancia con la vitalidad de la mitad del día cuando su viaje se detuvo en una de las pocas miradas que realmente extrañaba. La decadencia de la eterna juventud había presidido su vida en esos días. Las carreras intrépidas. Los encuentros clandestinos. Los actos prohibidos. Uno de los pocos paraísos que había conocido en su larga vida. Fueron los años de su inmortalidad en que más mortal se sintió, el ritmo frenético de su corazón al saber que el error podría conducir a la muerte. Las noches interminables en brazos y compañía de otra persona, los besos y caricias, la llama de la pasión más humana. El amor.
El fantasma de su pasado apareció frente a ella, invadiendo el lugar y su mente. Era como si estuviese succionando el aire de la habitación. Su brillante sonrisa y sus ojos llenos de promesas volvieron a remover su interior como el primer día. Frente a frente. Deseaba poder entrelazar su mano con la suya y huir hacia el peligro de nuevo. Notó el pelo de su nuca erizarse y supo instantáneamente el motivo. Si él había reaparecido no podía hacerlo solo. La sombra alargada del tercer punto del triángulo se quedó a su espalda. En su cabeza la habitación llena de espejos, oscura, le permitía verse desde todos los puntos. Una presencia calmada al frente. Una tormenta encerrada a su espalda. Los mejores complementos que tuvo su mente y su corazón.
Las sombras de los rascacielos se extendían eternas por las calles. El ocaso acechaba y trataban de confirmar su dominio y presencia sobre las pequeñas personas que caminaban a su alrededor. Era el amanecer de una nueva noche.
La ciudad que nunca dormía hacía honor a su nombre ese sábado. Observaba las pesadas botas aplastar incansablemente el asfalto a su paso. En su cerebro continuaban apareciendo retazos de antiguas vidas. Ralentizó su paso al pasar frente a la puerta de un pequeño restaurante. Había visto ese local nacer de las cenizas, abandonado tras un terrible incendio en los años 30. La puerta se abría y cerraba incansablemente al paso de la gente que entraba y abandonaba aquel lugar. Se vio a si misma allí. Una versión más joven y menos insoportable. Borracha, sonriente, gritaba a su paso a cualquiera que osase mirarla de modo desafiante, sus dos caballeros de brillante armadura guardaban la retaguardia, igual de borrachos e intrépidos. Las calles eran suyas. Les vio dirigirse calle abajo, disolviéndose a cada paso como el tóxico humo que ascendía del tráfico.
Guardó sus manos con rabia en los bolsillos del pesado abrigo gris y continuó su camino. Aún le quedaban varias manzanas hasta su destino de esa noche. Usaba su vasta experiencia para trabajar en los locales nocturnos de cualquier parte. No buscaban nombres, historias, pasados o vidas perfectas. Solamente alguien ágil, inteligente, paciente y que pudiese emborrachar a una multitud. Sus mejores cualidades. O tal vez debía excluir de ellas la paciencia. Aunque había aguantado muchas décadas sin matar a nadie.
Las luces ultravioleta le dieron la bienvenida. Sin demora se dirigió a la parte trasera del pub, abandonando su abrigo en el almacén, como hacía siempre. La cadena metálica que rodeaba su cuello y caía sobre el abierto cuello de su camisa satinada destellaba. El jaleo y la música atronadora se colaron en sus venas. El aire cargado de energía, penas, alcohol y sangre joven era embriagador. Las botellas comenzaron a bailar entre sus dedos como si de una continuación de su cuerpo se tratase; los vasos acristalados centelleaban sobre la barra de madera húmeda, escurriéndose a lo largo de la misma. Era una noche frenética, justamente lo que más necesitaba, distraerse y no pensar.
El antiguo y recargado reloj que descansaba sobre su muñeca, compañero desde los tiempos del vestido blanco, marcaba las tres de la mañana. El ritmo de trabajo había descendido pero aún así continuaba siendo suficiente. Por el rabillo del ojo vio ocuparse la esquina izquierda de la barra. Estiró el brazo para extraer una copa nueva cuando distinguió un olor familiar. Giró a toda prisa, cualquier ojo humano no hubiese sido capaz de detectar su movimiento, pero la persona allí sentada no era mortal. Tampoco desconocida.
La habitación oscura y acristalada de su mente estalló en miles de pequeñas esquirlas, dando paso a un campo abierto. Habían viajado al hogar de su infancia. Los tres. El vasto campo estaba cubierto de un manto blanco helado mientras el viento traía consigo nuevos copos de nieve. Era una despedida y ningún sitio sería más apropiado que el que vio su primer adiós. Había aprendido que era mejor manchar un único lugar con memorias tristes cuando se tenía toda la eternidad para vagar por el mundo. Sus pasos se alejaron por el frío hielo mientras escuchaba la pelea a su espalda. Las voces gritaban su nombre pero sus oídos se negaban a escuchar. Su corazón sangraba a cada paso, acompañando el rojo que bañaba el blanco unos metros más atrás.
Únicamente miro atrás una vez, suficiente para ver un cuerpo tirado y otro arrodillado, luchando por una supervivencia que no lograría.
- Yo… Moriste. Lo vi. Fui yo quién…
- ¿Me mató? – La atrayente y peligrosa sonrisa no había desaparecido a pesar de los años, continuaba allí. Los colmillos asomaron discretamente sobre el labio inferior que tan bien había conocido. – Lo hiciste. O al menos lo intentaste. Pero no lo lograste.
- Con ninguno de los dos. – La voz había sonido claramente junto a su oído a pesar de que allí no había nadie.
Al otro extremo de la barra, justo a su espalda, se encontraba la otra pieza del puzle. Por ello había estallado la habitación en su mente. No era necesario un refugio para el pasado cuando este volvía a manifestarse en su vida real.
Por primera vez en mucho tiempo sintió el latido de su inerte corazón acelerarse. Puede que fuese miedo pero también implicaba volver a vivir.
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Muertos y heridos por derrumbe en Caibarién
(Foto: Radio Caibarién)
VILLA CLARA, Cuba.- Con el derrumbe esta mañana de una pared de carga que soportaba pisos ruinosos donde se trabajaba en labores de descombre, murieron dos personas de inmediato y otras ocho resultaron heridas dentro del patio del futuro “Hotel Comercio”, que se pretende reformar en Caibarién, como parte de una política de rescate de las estructuras relevantes y de algunas piezas arquitectónicas en estado de abandono.
Los trabajadores sorprendidos por el desplome, del cual no pudieron protegerse, eran todos vecinos del municipio costero del centro-norte cubano y ninguno supera por mucho los treinta años. Además de los fallecidos, dos de los lesionados se hayan en estado grave en el hospital “Arnaldo Milián Castro” de la ciudad central de Santa Clara, según informaron medios oficiales.
La brigada de construcción que les había contratado hace apenas dos meses pertenece al Ministerio del Turismo y tiene como encomienda la recuperación de ocho hoteles derruidos en la provincia antes de 2018, cuando acontecerá la Feria Internacional de Turismo por vez primera en el territorio, un evento anunciado desde principios del presente año.
(Foto: Pedro M. González)
(Foto: Pedro M. González)
(Foto: Pedro M. González)
(Foto: Pedro M. González)
La convocatoria lanzada a los locales tras la visita del ministro de Turismo, más el ajuste de salarios diferenciados para arrendar una fuerza laboral, fueron razones para que estos jóvenes se sumaran a la brigada removedora y de limpieza desde su estreno.
El salario estatal de estos obreros es de 150 pesos diarios (unos 6 CUC), algo que contrasta con los 1500 dólares que cada mes devengan operarios indios que trabajan para la firma francesa Bouygues Bâtiment S.A. en La Habana.
Muertos y heridos por derrumbe en Caibarién
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Un Poco de Nuestro Querétaro Antiguo “COLEGIO CIVIL”
Fundación del colegio civil 1861- 1870
En 1864 el colegio civil se muda las que el Zaragoza y Ocampo. Durante la época de la intervención francesa en colegios civiles clausurado por decreto de Maximiliano, pero clandestinamente siguieron las clases en casos particulares de los maestros. Algunos de ellos así como alumnos distinguidos del colegio civil combatieron por la república en el sitio de Querétaro.
Después de la ocupación francesa, las ciudades recuperada por las fuerzas republicanas al mando del general Mariano Escobedo, quien en su carácter de gobernador ordenó la construcción del edificio que albergaría al colegio civil y se nombra como director al doctor José Eleuterio González. En octubre de 1870 se inaugura solemnemente el edificio del colegio civil. Con el tiempo ahí se instaló un observatorio meteorológico, un telescopio y un museo de historia natural. En ese mismo año se construyen escuela normal.
Lectura arquitectónica del colegio civil
Edificio del Colegio Civil en 1902
Desde entonces ha tenido varios usos y modificaciones en su estructura. Actualmente (2008) es el Centro Cultural Universitario.]]El actual edificio del colegio civil y su plaza del mismo nombre sufrieron una serie de transformaciones a partir de 1794, año en que el arquitecto Juan Crouset inició su trazo y construcción. Desde entonces y hasta su restauración final en el 2006, se distinguen cinco etapas fundamentales:
La primera como el real hospital de pobres de nuestra señora del rosario que comienza construirse 1794 y que sería atendido por religiosas, pero queda inconcluso a suspenderse la construcción en 1797 por diferencias entre el obispo llanos y Valdés y el gobernador Herrera y Leyva.
La segunda fase es la del cuartel militar que surge en la segunda década del siglo XIX, durante la lucha por la independencia. En esta etapa se adecua los restos semi-ruinosos del hospital para convertirlo en cuartel militar y la plaza vacía en plaza de armas.
La tercera etapa corresponde el primer esbozo de la institución educativa, hacia 1857-1870 cuando el gobierno estatal adecua el cuartel militar para ser la sede definitiva del colegio civil del estado.
Esto implicó la construcción de un gran auditorio, el aula magna, para los actos oficiales y otras actividades culturales, además de ampliar con más salones las instalaciones del segundo nivel.
La quinta etapa será del centro cultural universitario que se conforma durante los año 2005 y 2006.
Cada una ésta etapa refleja una lectura arquitectónica distinta a causa de las adecuaciones que el edificio soportó para albergar a sus diversos ocupantes.
Transformaciones arquitectónicas
En 1877 se decreta la separación de las escuelas de jurisprudencia y de medicina del colegio civil.
En 1878 se suprime el servicio de internado por alumnos.
Se siembran árboles en el patio interior y las banquetas exteriores
1880 se crean escuela de artes y la de agricultura.
1886 se pavimentan las banquetas exteriores con aplacados de piedra negra y los pórtico de accesos y el salón de actos con aplacados de mármol negro y blanco procedente de las herederas de las Mitras, se instalan faroles externos para iluminación nocturna del edificio.
Se instale el observatorio meteorológico que funcionará hasta 1972, el museo de historia natural y se concebía el arquería sur del patio central. Además se reforesta la plaza.
1887 en el ala norte del edificio inicia actividades de escuela normal para maestros.
1896 se inicie la construcción del gran salón de actos en el segundo piso del ala poniente sobre el museo de historia natural.
Se ha isla el patio central de los laterales al norte y sur a Morelia no el lado limítrofe de los pasos por picados de modo que ahora operan como.
Se reforesta amante la plaza y se colocan bancas metálicas en sus fundadores y ocho jarrones de fierro sobre basamentos de cantera enmarcan el acceso a los fundadores tribunales que culminan en la fuente central de cantera.
1907 se describe la división del patio central por corredores por picados y la presencia no molinos de viento al centro del mismo. Se menciona un jardín botánico en el extremo sur y en el traspatio se ha sembrado una huerta de Morelia para la caída de gusanos de seda.
1908 el edificio cuenta con servicios de agua y drenaje por tuberías y se promueve un nuevo gimnasio interior.
1910 se fundó el departamento de fotografía.
Para conmemorar el primer centenario de la independencia se inauguran la plaza, el banco de nivel de Monterrey: un pedestal para le dicte dos de piedra de Durango, modulada que se corona con una esfera que saquea de mármol blanco y una fecha que la traviesa apuntando el polo astronómico que la dirección del meridiano que pasa por Monterrey.
1916 se formalice la biblioteca.
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