Tumgik
#periddo
lapoetisa · 2 years
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la verguenza femenina es el equivalente en hombres de sentir verguenza de tener erecciones. siempre. una verguenza tan enorme que causa que al menos el 60% de los hombres a nivel mundial sean incapaces de tener una ereccion completa. hombres que de reprimir su sexualidad por la humillacion constante de lo feos y raros que son los penes por parte de las mujeres no sienten deseo sexual, que han perdido sensibilidad en el pene de no usarlo o por el dolor que sienten en el coito. hombres que hayan periddo sensibilidad en los testiculos por verguenza, por no tocarlos, porque piensan que son feos, porque las mujeres nos reimos de ellos y nos dan asco, porque se los operan y depilan con laser para que sean más esteticos y poder dejar de sufrir humillaciones. un mundo en el que la mayoria de hombres no tenga orgasmos porque se les ha enseñado a masturbarse como una mujer toca su clitoris y que las mujeres no sepan nada de como felar o masturbar a un hombre y nos quejemos de sus quejas, su dolor y su falta de libido. un mundo en el que por trauma a toda esta verguenza, rechazo y falta de empatia (violencia) un numero cada vez mayor de hombres tienen una disfuncion tan grande que su pene no se pone erecto para nada, nunca. y en lugar de ver de donde viene ese problema inventan un estira penes de metal con el que ajustas la medida a tu pene y te lo vas estirando dolorosamente hasta q puedes conseguir una ereccion antinatural y artifical y vacia de excitacion y libido pero por lo menos ya no eres raro y tu chica va a dejar de quejarse de que no quieres tener sexo a pesar de que siga sin empatizar con tu dolor y soledad.
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35milimetross · 7 years
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Crítica – “Perdido”
Título original: Mon garçon
Año:  2017
Duración: 84 min
País: Francia
Director: Christian Carion
Guion: Christian Carion
Reparto: Guillaume Canet, Mélanie Laurent, Olivier de Benoist, Marc Robert.
Género: Drama, Thriller
Ficha en Sensacine
Conduciendo por una carretera entre montañas y túneles, con el único sonido de una llamada telefónica de su exmujer, Julien vuelve a su antiguo hogar con una de las peores noticias que un padre puede escuchar: Su hijo ha desaparecido. Christian Carion vuelve a la gran pantalla con un thriller sobre la realidad que deben pasar demasiadas familias. Rodeado de los bosques nevados y el silencio de las montañas, el único escenario relevante que protagoniza la historia se encuentra dentro de un tipi donde solo quedan algunos restos de la vida de un niño. Carion decide introducir al espectador una vez ocurrido el desastre, para que junto al protagonista, comience la investigación y sospecha que va señalando a todos los personajes que parecen tener un mínimo de relevancia en la vida de su hijo.
Interpretado por un maravilloso Guillaume Canet, Julien parece un padre cualquiera, que no entiende cómo ha podido suceder algo tan duro como la desaparición de su hijo dentro de una familia como la suya. Marie, su exmujer interpretada por la actriz Mélanie Laurent, ve cómo toda su vida idealizada se viene abajo. No sabe dónde ni qué le puede haber pasado a su hijo, la única persona en la que puede apoyarse en un momento así está siendo acusada por su exmarido y la ansiedad, histeria y pánico están a flor de piel. Con una impotencia sobre humana que le hace incapaz de poder hablar sin romper a llorar. Julien y Marie intentan hacer todo lo posible para ayudar a las autoridades, facilitando todo tipo de pruebas y datos incómodos sobre sus vidas, pero Julien necesita ir más allá.
El espectador se ve obligado a acompañar en todo momento al protagonista, con un uso de la cámara al hombro persiguiendo la espalda de Julien allá donde vaya. Este y el espectador se funden en uno, sospechando de cualquier persona que rodease la vida de su hijo, sacando malas intenciones de cualquier parte. El director coloca al protagonista en el centro de numerosos planos con solo la inmensidad de la naturaleza a su alrededor, permitiendo que su agitada respiración y sus expresivas miradas las que hablen por él. Con una banda sonora que solo se deja ver en momentos que realmente lo necesiten, aumentando la tensión que ya hay de por sí en el manejo del suspense de Carion.
Tras Joyeux Noël, Carion dejó claro que los paisajes nevados le atraen de una forma especial, pero en Perdido, el director hace un uso exacto y tan bien controlado del mismo que da la sensación de que la nieve fue moldeada por y para la dirección y decorado del film. En un rodaje que duró apenas 6 días, con una escasez de diálogo y un lenguaje corporal extraordinario, el frenesí y ansiedad que desprende Perdido parece formar un todo en el cualquiera podría sumergirse.
Lo mejor: El perfecto uso del nevado paisaje
Lo peor: La velocidad que llega a alcanzar Carion para ir directos a lo ocurrido 
Nota: 7/10
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