#no pude rolear mucho esta semana pero ;_; intento reponerlo con estas introspecciones

[moonaram]

demolish the light.

marco temporal: jueves cinco de noviembre, 6:35 pm ambientación: alrededores de las ruinas del castillo tw: sta largo  

trabaja. trabaja sin cesar porque cada segundo entre las ruinas sin el propósito de encontrar recursos es uno donde puede recordar que bajo escombros se encuentran rostros familiares, inocentes, que nunca verán la luz del día otra vez. trabaja porque de vez en cuando escucha gritos a sus espaldas, sollozos, otros voluntarios encontrando los restos de compañeros que nunca saldrán de entre esas montañas, y lo único que ella puede hacer es halar con más fuerza el suéter recién encontrado y ahogar en la frustración de su peso muerto el mismo miedo que se rehúsa a reconocer.

trabaja porque, al mismo tiempo, mientras está supuesta a mantenerse dentro del margen de lo que alguna vez fue cocina o zonas que ya fueron examinadas por quienes buscan el rastro de cuerpos, vive con la esperanza confusa de ver entre piedras y escombros el rostro de alguien familiar. ha buscado ya por todo el campo: en las filas de heridos, las de vivos y las de muertos, y en ninguna es capaz de reconocer la sonrisa tranquila de naeun.

busca, escarba, espera, y en algunas ocasiones hasta acepta ayuda, pero no es sino hasta el día en que nota miradas esquivarle que lo sabe. lo sabe con una seguridad que no ha sentido nunca, ni al consultar el tarot ni al estudiar alguna palma, una convicción que supera cualquiera de sus filosofías, con una opresión en el pecho que no tiene nombre porque no sabe aun lo que es. no distingue entre pena o alivio cuando ve primero cortas hebras oscuras balancearse en el aire, cuerpo aun cargado por quienes le han rescatado / arrancado de entre ruinas, y allí donde alguna vez pensó que podría haberse abalanzado hacia los restos de su amiga, se queda estática. inmóvil. como si las garras poderosas de alguna criatura la sostuvieran por el cuello y enterrada en su mismo lugar, ni siquiera el frío de los copos de nieve que continúan con su descenso capaz de hacerla reaccionar. porque a diferencia del cuerpo inerte de su madre sobre una cama, este es un shock que nunca pudo haber visto venir. porque a pesar de los días tras su rastro, ver los ojos sin vida, el rostro magullado y los restos heridos de quien aun se mantiene intacta en su memoria es demasiado.

lo primero que nota son las lágrimas. se da cuenta porque descienden primero cálidas y luego de vuelven inmediatamente frías, haciendo de su rostro una anatema de sensaciones que es difícil de ignorar. luego se da cuenta de que corre, piernas torpes que tropiezan y vuelven a levantarse mientras se aleja, en cualquier dirección, no importa donde, pero lejos, lejos, lejos. porque de repente su única oportunidad para respirar es a kilómetros de distancia, alejada de la realidad de los sobrevivientes y los cadáveres y los heridos y las ruinas, aquellas sobre las que sueña cada noche, y de naeun. por todos los dioses, naeun. es aquel nombre el que la invita a dejarse caer después de todo, rodillas chocando contra la tierra sucia y gélida, manos temblorosas que al fin se alzan y se presionan contra su rostro para liberar en ese momento la agonía que ha estado manteniendo a raya. no sabe qué tan lejos se encuentra de los establos, pero grita, un único alarido que libera el resto de sus lágrimas y sus recuerdos, risas y salidas y magia, tan pura y tan querida, y de nuevo la aparente causante de tanto mal en su vida.

piensa en regresar a casa. en darle la razón a dakho y arrepentirse, pedirle guía para vivir normalmente, ofrecer una disculpa a su madre por una misión que, realmente, nunca le fue encomendada. porque se da cuenta de la futilidad de perseguir un sueño perdido cuando no puede hacer nada por proteger a quienes más quiere. piensa, también, en que regresar es imposible. no solo por lo incognito de sus posiciones actuales, sino también por quien ahora es. por naeun. por el resto de personas perdidas en un sinsentido como el de la noche de brujas. nunca podrá ser la misma que decidió regresar a guleumseong tras un año de búsqueda fútil y esperanzas manchadas por su propia negación. ya no es la ilusa perpetuadora del destino de su madre. ya ni siquiera sabe quién es.

es imposible regresar de algunas decisiones, ara.

                                 “lo sé, papá.”

así como sabe, teme, que decidir quedarse y hacer todo lo posible por evitar más pérdidas de personas que cargan importancia en su corazón sea la decisión de la cual nunca pueda escapar. no mentalmente, pero sobre todo de manera física. ¿cómo podría vivir, sin embargo, como podría siquiera perdonarse, sin haber dado todo de sí ahí cuando más se la necesita?

con manos temblorosas se limpia el rostro, apoyándose después del suelo para impulsarse hacia arriba. debe volver. a naeun, a sus compañeros, y, sobre todo, a lo que ahora suena a misión.