#mujerona
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Eras grande, Lola 💜💜
#Lola Beltrán#Musica Mexicana#Mexican Music#Mariachi#Mexico#mujeronas#morras chingonas#hispana#hispanic culture#Spotify
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Could you explain a little how augmentative/diminutives work in practice? It seems like there are some orthographic and other usage rules under the surface. For example, I’m a little confused why I see words like “cabeza” becoming “cabezón” when other feminine words add -ona instead of -on
It's a bit hard to explain but bear with me
The base word here is la cabeza
Now, the augmentative here to say "big head" would be cabezón "big head"
...But augmentatives can be used to describe people, in which case you could say cabezón, cabezona "stubborn" or "pig-headed"
In general if you were describing someone like "she has a big head" you'd still say es cabezona but if you were talking about a head just in general you might just say el cabezón
Though again, in my experience, talking about "a big head" in general is often la cabezota which is a DIFFERENT augmentative - and it's la cabezota regardless of gender
...
The true difference here is when you're talking about a noun vs. an adjective [specifically describing people]... and sometimes it's different words in general, sometimes multiple different options
An example is that the verb mandar "to mandate" (or "to send") can go to mandón or mandona "bossy"; or grande "big" can go to grandulón or grandulona "tall person" [like "big person" but usually height not weight]
...
And for different ones you might see pequeño/a "small" turn to peque "little one", or pequeñito/a "tiny"
Similarly chico/a "boy/girl" can also mean "small" so it's chiquito/a, chiquillo/a, chiquitín, chiquitina etc. - and these can be regionally preferred but still understood
The most common augmentatives are -ón/-ona, and -ote/-ota
The most common diminutives are -ito/-ita, -illo/-illa, or -ín/-ina, or in some cases -cito/-cita [like el corazón "heart" to corazoncito is "sweetheart/dear"]
There are other suffixes like despectives [which imply a certain amount of disrespect] like mujer to mujerzuela sounds like "a woman of ill repute", or escritor/a or escritorzuelo/a sounds like "writer" turning into "a hack writer", or pájaro "bird" to pajarito "little bird" or pajarraco "(big/ugly) bird"
Another despective that's common is la casa "house" to la casucha "hovel"
...
An example:
la mujer = woman (or "wife" in some cases) (la) mujercita = "little lady", "missy" [which is a diminutive but sounds sarcastic or patronizing in most cases] (la) mujerona = "big lady" [kinda like calling a lady "thicc" but it could be more cruel than that] (la) mujerzota = "grown woman" (la) mujerzuela = "woman of ill repute", "some woman from the streets" el hombre = man (el) hombrecito = little man (el) hombrecillo = little man (el) hombrezote = "big guy" (sometimes like "all grown up" or "adult") el hombrezuelo = pathetic guy / shady guy / creepy guy [or just implying not a good man]
...In my experience most of the time you're guided by feeling and you can usually figure out whether it's good or bad by how someone's saying it. Grammar wise, most adjectives describing people (diminutives/augmentatives) etc aren't unisex
So you can say el hombre es fortachón "the guy is super buff" or la mujer es ricachona "the lady is filthy rich" etc.
But there is more of a difference between tiene una cabezota "they have a big head" or es cabezón / es cabezona "they have a big head" / "they're stubborn"
-
This is also not counting nouns that are whole other words if they are diminutives or augmentatives - but nouns are easier to parse because they follow the standard rules
Sometimes it's straight-forward like el gato or la gata "cat" to el gatito, la gatita "kitten/kitty"
Others are more like la caja "box" to la cajita "little box", then el cajón "drawer"
Or la carta "letter/card" to el cartón "cardboard", or la taza "cup" (like tea/coffee) to el tazón "bowl/larger cup"
Or la calabaza "pumpkin" to a diminutive el calabacín which is often "squash/zucchini/gourd"
Possibly the hardest one to explain is la calza which starts as "hosiery" and "underwear" in history where a lot of it was onepiece stockings like longjohns etc... and is related to footwear in general [los calzados] because then it turns to el calzón "underwear" or "panties", then los calzoncillos "briefs", or el calcetín / los calcetines "socks" which are entirely different articles of clothing now
Nouns are a little easier to understand if you know the root (for the most part), and they're less changeable than people/adjectives
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Frank… soy yo…
Cuando Frank tenía nueve años, su papá lo disfrazó de Marlon Brando para Halloween. No fue muy difícil, se limitó al pequeño traje que usaba los domingos en el servicio de la iglesia y le rayó un escueto bigote. Para la quijada le compró una bolsa entera de chicles e hizo que los mascara todos juntos hasta que perdieron sabor. Una vez que esa gigantesca plasta de goma dejó de tener sabor hicieron dos ovillos con ella y los dejaron endurecer; por la noche Frank se las puso en los costados de la mandíbula.
Se dirigían al centro del pueblo para pedir dulces, cuando pasaron frente a la casa de la señora Liudmila, su papá se escabulló hacia su jardín para arrancar una rosa. La señora Liudmila salió a corretearlo
—¡Es para un disfraz! — Gritaba el papá mientras zumbaban las piedras que pasaban rozando su cabeza.
La señora Liudmila apaciguó su coraje cuando se percató del niño de traje. Caminó enternecida hacia él y le preguntó:
—¿Quién serás?
El niño, impresionado por aquella mujerona que por inercia aún sostenía una piedra por lo alto, se limitó a apenas emitir, con desconcierto, un leve
— Yo…
—El padrino – Se apresuró a completar su papá, avergonzado aún por el hurto cometido, mientras colocaba la rosa en la solapa del pequeño traje.
Al ver completado el outfit, Liudmila no pudo más que soltar la piedra e inclinar su torso para pellizcar suavemente la mejilla del niño…
—Se ve muy guapo, se parece más a Marlon que al padrino.
Desde entonces ella lo llama Marlon cada vez que lo ve. El día de hoy, mientras pedaleaba su bicicleta de camino a casa de Karina, escuchó ese grito amable - ¡Adiós Marlon! – Frank volteó, y ahí estaba Liudmila, tan entera y vital como hace tantos años, cuidando ese mismo jardín en el que decidió cambiar las rosas por tulipanes, claveles y un par de enredaderas que enmarcan la escena como si fuera un cuadro, al que sólo quien lo pintó sabe que le falta una rosa. Frank le devolvió una sonrisa que, por la distancia, difícilmente percibiría ella; así que decidió despegar su mano del manubrio para agitarla por el viento en un adiós cuando súbitamente oyó el claxon de un tráiler color naranja.
Frank alcanzó a recuperar el manubrio y giró rápidamente hacia la derecha, zigzagueando unos cuantos metros, y cayendo sobre su tobillo derecho. Mientras veía al tráiler alejarse con ese claxon desvaneciéndose en la distancia, volteó, a ver si Liudmila se había percatado del ridículo percance que acababa de tener. Pero en ese momento ella estaba de perfil y en ese jardín no había más movimiento que el agua que caía de la regadera que Liudmila sostenía tranquilamente. De inmediato Frank recuperó la dirección de su viaje y siguió pedaleando.
Poco antes de llegar a casa de Karina entró a una panadería a buscar una rebanada de mil hojas, el favorito de ella. Si no la encontraba se conformaría con un par de madalenas. Cerca de los bísquets se le acercó un hombre musculoso que le dijo – Yo te conozco. – Desconcertado, pasó de largo al pasillo siguiente. Con la mirada furtiva entre las teleras notó cómo el sujeto se secreteaba con otro de mediana estatura y aspecto juvenil. Se apresuró a tomar un par de panqués y fue rápidamente a la fila de la caja. Detrás de él se formaron un par de señoras que lo veían de forma un tanto lasciva. La incomodidad llegó a tal punto que sintió la urgencia de soltar el pan en la barra y salir de ahí cojeando, pues la caída de la bicicleta ya empezaba a dolerle. Se encaminó hacia la puerta por donde en ese momento entraban un hombre y su hijo de nueve años, completamente indiferentes a la escena que ahí se desarrollaba; incluso a pesar de que, en su apresurada y descontrolada huida, Franka dio un ligero empujón el hombro al papá. Al salir, aquél hombre musculoso le alcanzó a gritar desde la puerta de la panadería —¡Tú eres el mejor!
Al llegar a casa de Karina noté que se había cortado el cabello, se ve muy guapa así; al mirarla, por dos breves segundos, me sentí como un náufrago que no sólo toca tierra sino la superficie más hermosa nunca vista. Le pedí disculpas por no llevar pan como lo habíamos acordado. En cambio, ella sí había preparado nuestro acostumbrado café de olla. Me dijo que no me preocupara y me preguntó si había tomado “mi” pastilla para el dolor, antes de que siquiera le contara por qué llegué rengueando. Eso me gusta de ella, que es muy observadora.
Ella no dejaba de ver mi mano que temblaba mientras le conté lo sucedido: desde el tráiler hasta la panadería. Terminado el relato de mi travesía, ella dejó de ver mi mano y apuntó hacia mis ojos. Su rostro me parecía diferente, algo había o algo faltaba, pero no atinaba a saber que era. Sin embargo, su mirada me parecía conocida, eterna. Sentí vértigo porque supe que sólo eran unos instantes, esa mirada furtiva se iría como siempre, como el embrujo de algo que se aleja para ser buscado, dejando pistas en diferentes rostros para nunca dejarse atrapar.
—Ay, Frank…lo que te voy a enseñar... parece que no te ayuda mucho. Es como si reiniciáramos cada vez desde cero, en lugar de dejar correr la historia desde este punto. Se que, si no lo hago yo, fácilmente lo puede hacer cualquiera. Pero por alguna razón siempre vienes para acá.
Dejó de mirarme y prendió su celular. Escribió mi nombre en el buscador. Empezaron a salir fotografías que no recuerdo haberme tomado más joven: con esmoquin, en la playa con mejor tono muscular del que he podido tener nunca, y tantas otras como si fuera un modelo o algo así. Creí que era una broma hecha con alguna clase de aplicación. Siguió scroleando la pantalla y había fotos de un hombre tirado en el concreto a escasos dos metros de una bicicleta hecha añicos bajo las ruedas de un tráiler que se había impactado contra una barda, no lejos de ahí había grúas, luces y cámaras y hombres vestidos de negro con letras amarillas en sus camisas que decían “Los pasos de Marlon Staff”. Se supone que Los pasos de Marlon es una película en la que yo actuaba de protagonista. Y que cuando estábamos filmando una escena en la que yo llegaba en bicicleta a casa de una chica, los de Staff, que mantenían cerrada la calle, y los stunts dejaron pasar, por descuido un tráiler naranja que se tenía contemplado para otra escena. El tráiler me interceptó en la esquina de una cuadra por donde la cámara me iba a tomar desde un plano general. Aún siguen buscando al verdadero culpable. Google también daba entradas a entrevistas con la directora de la película, con el operador de cámara, con el staff, y otras personas que no conozco.
Karina me preguntó si me sentía listo para ver un extracto de la película. Nos mentí y dije que sí. Y es que seguía sin sentirme parte de esa situación que describía toda esa supuesta y aparente evidencia. Me era ajena la existencia de una película que por casualidad me ubicaba como Marlon, el mismo apodo con que me conoce la señora Liudmila. Y, sobre todo, me era ajeno el accidente. Karina abrió Youtube y me mostró una secuencia:
Un párvulo joven camina por un callejón (me niego a que sea yo, sólo es alguien más joven que se me parece). El chico llega a la esquina de una casa, saca un par de piedritas de la bolsa de su pantalón y las lanza a una ventana volada que está en un segundo piso. Por entre las cortinas se asoma la sombra de una mujer joven de cabello largo, le hace señas de que se vean en la entrada principal. Él brinca una barda y llega a la fachada de la casa. Detrás de una de las columnas que flanquean la puerta de la casa sale la joven. Ahí está esa misma mirada furtiva. Me dice que es difícil para ella decirme que ya no me quiere ver más, que su novio se puso muy violento la última vez que escuchó mi nombre, y que tiene planeado irse mañana con él a la frontera en su tráiler. Nos abrazamos y a ella se le salen un par de lágrimas; está a punto de besarme, pero nuestro abrazo se desintegra por el grito de su mamá que nos sorprende. Ella (una actriz que se parece a la señora Liudmila) cree que yo he andado “sonsacando” a su hija Kristina, yo lo niego todo y la señora empieza a tirarme manotazos, mientras me reclama haberle dado alcohol y drogas a su hija, yo me asusto porque no recuerdo cosa alguna relacionada con eso. Kristina, mientras llora bajo la luz de la puerta de su casa, le dice que no me pegue, que no soy yo. Logro escapar por la barda. Después hay una toma cenital de mi con ese rostro joven contemplando el techo. Un fundido encadenado muestra un amanecer, le quito el candado a mi bicicleta, me trepo y salgo de cuadro.
Se acaba el video y Karina apaga su celular antes de que se reproduzca ese molesto anuncio de seguros de siempre. Yo me quedo con la intriga de saber qué pasó en la película, más que saber lo que pasó después del accidente. Pero dice que quedó inconclusa, que ese y otros fragmentos se filtraron cuatro años después, y la gente los sube y los baja de la red intermitentemente.
Después me contó que “mis” pastillas para el dolor son porque a veces vuelve el dolor de las operaciones reconstructivas en gran parte del lado derecho de mi cuerpo. Llegando aquí, antes de sentarme a escribir, me desnudé y lo comprobé, no he tenido valor de ver un espejo. También me sugirió tomar el antidepresivo que guardo en el cajón de este escritorio, y me sugirió buscar en ese mismo cajón mi acta de adopción que, se supone, comprueba que no tuve familia sino hasta los diez años. Ya los tomé, pero el acta y mis otros documentos legales los revisaré más tarde.
Cuando Karina empezó a contarme cómo es que nos conocemos voltee a verla y me perdí buscando aquella mirada, pero no había nada, sólo un rostro que me hablaba como a alguien conocido. Salí del trance cuando ella dijo —He pensado que el hecho de que me sigas encontrando aquí tampoco ayuda mucho a tu memoria. Será mejor dejar este florero vacío. — Mientras señalaba un rosa.
Alguien toca a la puerta│
—Fran. Soy yo,│
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CANCIONES QUE LE DEDIQUÉ A MI ÚLTIMO "DESILUSIONAL LOVE" Y PROBABLEMENTE NUNCA SE ENTERÉ: #10 TRISTECHONDA - MS NINA
Tristechonda Estoy triste y también cachonda En la cama soy una demonía Te perdiste esta mujerona, mujerona
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Otro 8 de junio que se suma. Ella fué la primera en saber que yo existía, aunque no fue la única sorprendida, fue otra pasó que lo dió sin miedo. Estuvo 9 meses soportando dolores, nauseas, patadas, bailes en su vientre. Pero en lugar de quejarse, me amaba cada día más.
Tantas horas en el hospital recuperándose y aún así esperando para conocerme y tan pronto como pudo, en lugar de reclamarme por todo lo que la hice pasar esos días y las semanas siguientes, me tomó en sus brazos y me sonrió.
Me tuvo paciencia cuando aprendí a comer, a caminar, a correr… Se alegro cuando aprendí a leer, a escribir y más cuando aprendí a hablar.
21 años pasaron 21 largos o cortos años en los que tuvo que aguantar llantos, gritos, desveladas, preocupaciones, enfermedades, regaños, enojos, castigos, reclamos, miedos, enseñanzas… Pero al final del día siempre le dio gracias a Dios por mi.
Tampoco crean que soy la peor hija del mundo, le di bastantes alegrías, orgullos, porque hasta la fecha gran parte de mi motor es ella. Porque aún cuando ya no está atrás de mi, todas mi decisiones son pensando en las enseñanzas que ella me dejo, junto con mi padre, pero estoy bastante lejos de ser la hija modelo. Sin embargo para ella siempre fui la mejor. No importa cuanto discutimos y aunque no lo aproveche siempre, yo sé que pude confiar en ella, pues ella siempre busco lo mejor para mí!
Lloró, sonrió, gritó, caminó, se festejó en nuestro mes y bailó conmigo, desde que me enseñó sus pasos. Fue la mejor maestra que he tenido, pues no me enseño cálculo, estructuras, diseño, lenguas, leyes, computacion, ni mucho menos arquitectura, pero me enseño su gastronomía, me enseñó amar a los animales, me enseñó del hogar, me enseñó todo sobre el amor y la vida, la amo! Porque ella me amo a mí, porque ella me enseñó a amar, porque se lo merece y porque sin ella, yo no estaría aquí, compartiendo esto. La amo y no se lo dije todos los días, pero ella lo supo con sus instintos de mamá.
Después de 6 años de su despedida, dejo de escribir aqui. Porque se que todo esto no es necesario. Ella está en mis pasos, está en mi vida, en cada gusto que me dejo, mania y cada decisión que me enseñó a tomar. Les agradezco su tiempo de leerme y su cariño por mi madre, porque madre, amiga, hermana y confidente nunca me faltó.
1970 - 2013 Martha Deyanira Ceballos Cavazos. La mejor madre y esposa del mundo, luchadora y sufridora nata. Una auténtica señora. ('Mujerona" como escuché de algunos conocidos)
Me sigue sorprendiendo el amor que aún guardamos aquí tu familia, para ti madre. Orgullosa plenamente estoy de nuestra familia. Te amo demasiado y siempre será asi. Un día te veré madre.
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Eras grande, Chabuca 💜
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Another great example of diminutives are not always endearing is "el negrito" to speak of a black man, or even of a black boy/child. Maybe if you are black yourself can be accepted as such but a white person saying that is racist as hell, they are avoiding "negro" because they perceive it a bad word (it isn't, at least in Spain and some LatAm countries it is actually the preferred term).
And regarding augmentatives as endearing terms, it may be a regional thing. In Asturias, the North of Spain, both diminutives and augmentatives are frequently used. They can be just descriptive but they can also be affectionate. To use an example from OP, "una mujerona" is more often than not a compliment.
Other augmentatives are -ote/-ota and the Spanish chef who does Kitchen Nightmares in Spain is actually known as Chicote (Big boy). I think this ending tends to be perceived as more affectionate than other augmentatives because it is less frequent (may be regional or my personal perception).
So if ‘-ito’ and ‘-ita’ are for terms of endearment, and usually indicate something is small, is there a term of endearment for big things?
Yes and no. There are suffixes for many things, not all of them are endearment necessarily. The most common ones are diminutives (small), augmentatives (big), and despectives (bad and/or ugly)
To indicate a small thing is a "diminutive" usually ending in -ito/a, or -illo/a, sometimes -cito/a
The suffix to indicate big things is called an "augmentative" and it's usually -ón or -ona... But they don't always indicate a term of endearment but they could... like grandulón/grandulona is like "very big/tall" and it could be a cute thing to call a tall person, or it could be a regular description; sort of like "that's a big boy" could be a description or endearment but similarly could be like "a big'un"
...
So yes and no, it usually depends on the word itself
[Also not all diminutives are terms of endearment, sometimes they're used as belittling (literally)... like la mujer is "woman" and la mujercita is like "missy" or "little lady" and so it could be cute or it could be something someone says to put a girl in her place, like if you gave a parent attitude they might still give you a diminutive like that]
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Rocío Jurado. #domingo #verano #verano #zzz #photography #vintage #españa #cantantes #rociojurado #dimanche #sevilla #unvozarron #women #papelcuché #revisteo #faraonadechipiona #mujerona
#revisteo#photography#dimanche#women#faraonadechipiona#domingo#cantantes#mujerona#españa#papelcuché#verano#sevilla#unvozarron#zzz#vintage#rociojurado
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No me arrodillo facilmente, en eso tienes razón. Saca el telefono y da un paso atrás para hacer una foto al torso de Malachy. No va a hacer nada con ella, más que mirarla, quiza usarla como identificador de que la mujerona le está llamando. Pero pedirle que la borre sería respondido con una carcajada y una tortazo en la teta.
Pero lo otro me parece bien. Hace un gesto con la barbilla. Sientate en la cama.
Aunque a veces no lo parezca, porque es una mangosta manipuladora con lengua bifida y muy poco sentido del humor y paciencia para tonterías, Maki le gusta. O al menos, por el momento, mantiene su atención.
Y sabe lo que significa cuando una persona, una mujer para más señas, le invita a su casa, lo que busca.
Pero aún con todo, se arregla. Se pone un top corto de color azulmarino y una falda ajustada, lo suficientemente baja como para que se vea la goma de su ropa interior. Es ropa barata, no tiene ningun apego a ella, la ha comprado por poco dinero para ir tirando, mientras recupera acceso a sus cosas, pero le queda bien.
Se lo cubre con un plumifero largo, blanco, algo mas caro y que no le importaría quedarse en el largo plazo, y pide un taxi a su compañía de confianza para que le lleve al piso de @highlandsailor
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La mujerona machiruli más guapa del planeta
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yo escogiendo videos para asignarlos a mi estudiante de clases particulares de español, y una mujerona de uniforme bien estúpida me viene con "Bueno, la semana pasada hemos visto que todo el mundo tiene una familia". Por nomás escuchar esa tontería paso por alto el video porque ni siquiera la idiota analfabeta de mi estudiante merece tragarse una mentira tan descarada.
#hay huerfan@s y huerfanes#no solo por la naturaleza sino también por l@s que rechazan a sus cri@s o cries por ser l@s o les que son#ser queer no es una elección#ser homofóbico sí la es
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mujerona #culos #ass #booty https://t.co/nYkgjfN9qv
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Tu te vas y yo me quedo aquí...
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Un descanso
Esta mañana amanecía, como casi cada día, con malas noticias. En este caso, venía de una nota de prensa de uno de los eventos de videojuegos principales en nuestro país, presumiendo de estrenar comité asesor “compuesto por figuras de máximo prestigio”. No es que tenga nada en contra de esas figuras, totalmente lo contrario, sino que, una vez más, me dolía en el alma ver que se vuelven a olvidar de nosotras: no había ni una sola mujer. La normalización de esta invisibilización es otra cosa más que me hubiera gustado señalar desde Twitter otro día más (no sin antes, como siempre, pensármelo dos veces, si me valía la pena conociendo las reacciones que me iba a generar), pero lo que vengo a decir con todo esto es que ya no me quedan fuerzas.
No sé cuánto extenderme con esto, ya que por una parte me gustaría poder expresar muchas cosas que hasta ahora no quería decir, pero por otra sé que eso es dar más bola al acoso.
La mayoría sabréis que me he visto forzada varias veces ya a marcharme de Twitter. Probablemente la situación más fuerte fue este verano cuando decidí que era necesario hacer un evento solo para mujeres, donde no solo tuve que lidiar con un montón de señores a los que los videojuegos les dan bastante igual, sino también con comentarios muy sobrantes de gente de la industria. Hace meses tuve que abandonar también porque se me ocurrió decir que una frase de un videojuego, basado en mi anime favorito de siempre, era machista. Y lo que me hizo tener que dejar mi cuenta no fue la ola de señores randoms con banderitas españolas en el nick, sino las burlas que se dieron entre un montón, y repito, un montón, de gente de esta industria, donde los más educados vinieron a explicarme Dragon Ball y los menos aprovecharon para decir que cómo me gusta llamar la atención y vivir de las polémicas. Una situación que lleva ya tiempo repitiéndose en su esencia.
La verdad de todo esto es que llevo bastante tiempo empezando a tener problemas de salud a causa de todo esto. Y ser una mujer que en esta industria ha decidido no callarse (la mayoría de las cosas, claro) ha sido el origen de todo esto. Por otra parte, ya lo he dicho en alguna ocasión, pero dar una pequeña muestra de vez en cuando del acoso que recibo o mencionarlo supone mayor ración de mierda, así que volvemos a la situación original, que al final es callarse.
No ha sido una decisión fácil, pero en el fondo la llevaba sopesando desde hace tiempo. Si hay algo útil que me ha enseñado el feminismo y no lo estaba poniendo en práctica, es que debo cuidarme a mí misma. Ir en contra del statu quo, como sabrá cualquier feminista o persona concienciada en una posición de desigualdad, es una cuesta arriba, y yo, personalmente, me he quedado sin fuerzas para seguir tirando. Otra cosa que me ha enseñado el feminismo, y que sí que desde hace tiempo he intentado poner en práctica todo lo que he podido, ha sido la sororidad. Por eso no solo me duele muchísimo ver a una mujer atacando a otra, sino que llevo mucho peor cualquier ataque de una mujer que de cualquier hombre. Por esto, también, he decidido no defenderme en la gran mayoría de ocasiones donde otra mujer ha querido dejarme mal, por decirlo de alguna manera.
Dicho esto, es evidente que ninguna feminista coincide con otra en el 100 % de las cosas, de hecho, discrepamos incluso entre amigas, pero si algo entendemos la mayoría es que en público nunca se deja mal a otra mujer. Y digo esto porque es algo que me ha costado mucho entender pero que, si puede ayudar a otra mujer a entenderlo y aplicarlo a partir de ahora, ya habrá valido la pena.
No es un hasta nunca, pero sí es un hasta pronto, hasta que el cuerpo y la mente se recuperen. No sé si cuando vuelva me sentiré con la fuerza necesaria para volver al rodeo, pero me gustaría volver. Me da mucha pena abandonar Twitter porque ha sido ahí donde he conocido a la mayoría de los que ahora son mis mejores amigas y amigos. Me da pena abandonar Twitter porque gracias a esa red social (y esto es una historia que algún día me gustaría contar públicamente) volví a jugar a videojuegos y me motivé lo suficiente como para considerarlo una profesión.
No solo Twitter, sino también la comunidad del videojuego. Alejarme de todo esto implica también que dejo de escribir, algo que me apasionaba y que he empezado a odiar y a tenerle miedo sabiendo que por ser quien soy tengo 800 ojos más de lo normal vigilando todo lo que digo o escribo. También implica que dejo las charlas, y todas las actividades que hasta ahora hacía principalmente gratis et amore. Nunca me he visto en la necesidad de estar justificando y explicando todas las cosas que hago, tanto profesionales como más por ideales o activismo, puesto que otra cosa que he aprendido es a no tener que ir demostrando nada cuando se me acusa cada día de vaga y de vivir de la polémica, pero como voy a dejar de estar disponible, quería al menos dar un motivo y decirlo. Todo esto se traduce en que la próxima edición de Gaming Ladies se deja en el aire, los grupos privados de chicas se van a quedar por mi parte sin moderación, lo mismo que las cuentas de @a_fregar_tumblr y @gaming_ladies_ y los correos.
Entiendo que esto en general no es ninguna pérdida, pero personalmente he podido poner mi granito de arena y ayudar a algunas personas, sobre todo chicas, con estos proyectos o grupos, y siento abandonar todo esto también. También he quitado mi correo de la web, lo que implica que dejaré de atender a la gente que hasta ahora me escribía (no pensé que nunca tuviera que explicar esto, pero llevo tiempo dedicando bastante de mi tiempo a contestar a mucha gente que me escribe por esta vía, y nunca he tenido reparos en hacerlo a pesar de tener momentos de real agobio con otros muchos aspectos de mi vida).
Me parece absurdo tener que decir que no como de Twitter ni de la polémica, y que desde pequeña se me ha dado mal tener la atención de la gente, pero he visto desde hace tiempo que esta herramienta me ha servido para poder denunciar muchas cosas y, entre otras, montar algo como Gaming Ladies. También sé que hay mucha gente que lleva tiempo intentando desprestigiarme, pero también me he cansado de ir desmintiendo cosas (las veces puntuales que lo he hecho, insisto en que me gustan cero las polémicas).
No quiero acabar todo esto sin dar las gracias a mis mejores amigas y amigos, que siempre han estado para apoyarme y que han sido el gran motivo de que siga cuerda. También a todos/as lo/as desconocido/as que desde redes sociales o el correo me han mandado algún tipo de apoyo o ánimo. Sé que no he contestado a todos y todas como os merecéis, y espero que me perdonéis eso. Gracias también a la gente que ha creído en mí como para meterme en sus proyectos o darme espacio en sus medios, gracias por ver en mí algo que aportar. Sé que tampoco se va a notar mucho mi ausencia porque a mi lado hay un montón de mujeronas en esta industria que han estado, están y seguirán al pie del cañón y que nos vamos relevando cuando otras lo necesitamos: sororidad de la más bonita.
No quiero olvidarme de pedir algo que, aunque podría ser obvio, al final no lo es. A mis amigos y amigas más cercanos, por favor, no quiero saber nada de la comunidad del videojuego, nada de lo que pase en internet, a partir de este momento. Ya sé que este texto va a ser objeto de burla para muchos, pero ya no me concierne. No estaré en Twitter para hablaros, pero me tenéis por las otras vías, como siempre, y ahora sí que voy a tener mucho más tiempo para jugar, así que también os espero en el Overwatchos.
Por último, disculparme si alguna vez he reaccionado fuera de lugar, que ha pasado algunas veces. No sé hasta qué punto es excusa, pero muchos y muchas comprenderéis que cada vez estaba más cansada en una red social en la que se me hipervigila y se me exigen explicaciones de todo y siempre de las mejores formas (y que dicho sea de paso, nunca sirve para nada salvo para generar más mofa y escarnio).
La situación de estar siendo atacada aunque sea por dar los “buenos días” me ha llevado a estar mucho más a la defensiva de lo que querría, y no ha sido agradable; y de hecho me ha llevado también a no rendir a la hora de trabajar, por estar en un estado de ansiedad constante, por estar a la altura y de no poder cometer ningún fallo ante esas 800 miradas de más, porque eso daría pie a nueva ola de mierda. Una situación que, sinceramente, no vale la pena seguir sosteniendo.
Un abrazo a todas y todos, nos vemos tarde o temprano,
Marina
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