#mi cabeza: da pelotita
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no me sentia asi de mal desde que paso esto
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Ayer me desperté pensando que no estoy haciendo aquello que realmente me realiza como mujer. Y en mi cabeza ideé planes y planes, mientras intentaba hacer malabares con pelotitas de colores para que el día fuese ameno. La desilusión llega cuando se agota toda la energía que pones en una cosa y te das cuenta que no sos lo que necesita esa cosa para brillar. Que estas de más.
Entonces, sin energía y con mucho frío llegue a casa.
Hoy me levanté pensando que por qué debería compararme con alguién más... que haber pasado toda mi vida comparandome y creyendo que no era sufienciente fue y es demasiado desgastante para sumar personas a mi cabeza. Tendré mis problemas y mis defectos pero no quiero tener un espejito más para ver si se dan las condiciones o no.
Me levanté y pensé que estoy sobreviviendo en vez de vivir. Me levanté y pensé que quizás no sirvo para esto pero lo quiero intentar.
Y cuando me di media vuelta y me encontré sola en casa pensé que las energías se agotan muy rápido. El amor es fugaz. La vida es fugaz, y no sabemos que viene primero si mañana o la próxima vida.
Asi que ojalá se me calle el cuerpo y se me ensordezca la cabeza porque esta vez no lo tolero.
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WHAT IS LOVE? / Jesús Tadeo Palacios Valverde
Le quedan tres cuartos de hora al sábado y yo sigo detrás del timón del Lada, adormecido por los grillos, con un tufo que me rasguña la garganta y la nariz roja y ardiendo por los tiros que me metí en el Soltimbú. Pero ella, ella sigue sin aparecer. No importa, me digo. Todavía puedo esperarla, me miento.
Un mixto arde en mis labios. Yo mismo lo acabo de armar con el último moño que me quedaba y el resto del chamo que el Gonchi me fio en el baño de la discoteca. Dos caladas, y la noche es un gigante cayendo. Me gusta mirar cómo desaparece el pucho que sostengo entre los labios, cómo se va dejando coronar por el fuego, cómo se convierte en hilitos que reptan hasta lo más alto para perderse en la nuca inmensa de la madrugada que se derrumba en cámara lenta, que nos echa sus espaldas negrísimas encima.
El alma se me escapa, pienso, y sigo atrapado en el-tira-y-jala del bate a la jeta, de la jeta al bate, en este sábado huérfano de estrellas. Alumbrada por el vómito de los postes, la ciudad se ahoga en el espeso vaivén de un jugo de naranja: las veredas, los algarrobos cansados, la pista cubierta de baches y la esquina del parque en la que estoy cuadrado, hornándome.
Bajo la ventana. Feel the vibe with your mind. Me deshago del exceso de cenizas golpeando un par de veces al pucho, rápido, sin amor. Feel the vibe (feel the vibe). Un torbellino de luciérnagas salta al viento. Feel the vibe (Ahh, sing!). Y el dedo medio que vuelve a chasquear por la ventanilla un par de veces, no vaya a ser que me prenda la camisa empapada de wishky y ahí sí la cagada. Feel the vibe with your mind. La ceniza brinca y se pierde en la música del Soltimbú y Come alive, everybody come alive.
Quince minutos. Impaciente, comienzo a imaginármela a ella y a su cabello recogido como suelen llevarlo las enfermeras o las policías. Sí, puedo verla atravesar la bruma que me late en las narices. Lentamente, la espesa neblina le lame las nalgas, clip-clop; y, de pronto, son mis dedos los hilitos blancos que el invierno lleva hasta sus caderas y clip-clop. Me deshago en el silencio del humo y entonces soy mil manos que se dejan arrastrar a las costuras hinchadas de un jean, a la silueta de un enorme caballo al trote.
Inhalo. Ni en el malecón tanta humedad, conchasumare. La espero, la espero y pronto me veo rebuscando en la guantera un casete, entre cajetillas mojadas de Lucky. Está corrido y enredado. Qué chucha, hay que sacarle la vuelta al reloj, calmar a la araña que me trepa por la nuca y que me obliga a seguir jalándole fuerzas a la vaina.
En el suelo, entre freno y embrague, encuentro un lapicero con la tapa mordisqueada. Ya sabes de qué lapiceros hablo, ¿no? Color verde fosforescente, tapa azul. De esos que terminan por embarrarte la mano y, cuando menos lo esperas, tu brazo, tu cara, todo, toditito, teñido de un azul candela.
Otros cinco minutos se fueron mientras rebobinaba la cinta, y la quinta brasa consumió el quinto bate que por quinta vez desarmé, volví a armar y me jalé en cosa de segundos. Mis manos, atrapadas en el ritual y gira que te gira, gira que te gira, como si en algún momento la fricción hiciera lo suyo y ¡Zas!, el mono haciendo una fogata: el casete se ha comido casi por completo la cinta. ¡Carajo, me quemo! Y la colilla sale volando por la ventana.
Media vuelta a las llaves y los faros del Lada parpadean. Tres balazos del tubo de escape: el carro ruge, se ahoga, se apaga y queda sepultado en el silencio de un motor tembloroso. Una vez más, el giro, el parpadeo, la tos de los fierros y el pedal. Rummmmm. Ya no falta mucho, hay que calentar.
***
Sé que ella vendrá masticando una menta para disimula mi tufo. Sí, en cualquier momento la veré cruzar la esquina y "SISISISISISI", la cabeza como perrito de taxi.
La llamaré con un silbido, mientras mis ojos la pellizcan a la distancia. Vendrá corriendo y subirá de un portazo y me cubrirá con sus besos. Llevará un suéter verde Mao, espera, no, no, mejor uno verde Velasco, y me dirá que gracias por esperarme (tranquila, amor), que perdona la demora (ya, ya, nenita), que me peleé de nuevo con mi viejo (qué mierda te dijo), que estuvo jodiéndome (pero qué chucha te ha dicho, cuenta), que gracias y mua-mua-mua te amo, ¿sí? Mua-mua-mua y estoy harta de que ese pendejo insista con que te deje o, sino, dice que te va a meter el troncho por donde meas (...) y mua-mua no te preocupes porque es mi vida, y que yo sé que tú no te dejas de nadie (¡Ni cojudo!), y que ya vámonos porque se hace tarde y que perdona ¿sí?, no vuelvo a demorar (más te vale), aunque si me demoro, te provoco las ganas que me tienes ja, ja (¡!), y te pongo en fa en una, ¿no? Jiji. Cómo me gusta que termine las frases riendo, como incitando gestos que ni me pertenecen, ni quiero controlar.
Sí, carajo. Voy a morderla en la barbilla y mientras la radio se come el casete al que devolví las tripas, le diré que bien hubiera podido esperarla cien años, o más, o alguna vaina de esas. Y ella sonreirá. Luego, tomará la pelotita de chicle que dejé pegada al tablero y se llenará de mentol los labios. Entonces hará globitos que de inmediato yo reventaría con la lengua. Las primeras notas de Run to me de Double you nos lamerán las orejas y avanzaremos cinco cuadras hasta perdernos bajo la lumbre enferma de una ciudad que duerme recostada en la resaca de su gente.
En la primera curva me buscará la boca, como siempre. Y yo me dejaré comer, igual que siempre.
***
Cinco para las doce. ¡Cinco pa’ las doce y la putamadre!
Tardas como el culo. Seguro que te convenció la cojudez esa de tu viejo. Seguro hasta te ha llorado y tú te dejaste enredar por la misma huevada de siempre donde te grita sobre lo bueno para nada que soy y que deberías hacerle caso al Toño. ¿Qué cuál Toño? ¡No te hagas la que no sabes, Camila! ¡No me quieras huevear! ¿Cuál Toño, cuál Toño? ¡Toñito de Osambela, pues! ¡Por supuesto que conozco al maricón ese! Sé que desde hace tiempo te va a buscar a tu casa o que se cuadra en la esquina de la uni para panosearse con la bata blanquita de interno. ¡Me limpio el culo con su bata de mierda! Y sé que tu papá te restriega que él no es como el malviviente de tu Cheché que se la vive prendido del troncho y del trago, y jode que jode con esa poesía atorrante que habla de penes y putas y cosas que seguramente anda proponiéndote el muy desgraciado para que le des, y que no se lo vayas a dar porque olvídate que eres mi hija, mierda, y ahí nomás lo busco y ni bien lo encuentre al granputa ese, lo muelo a patadas y le meto el troncho por donde mea.
Y seguro por eso me tienes esperándote en vano, parado como pichula, Camila, porque ya te ganó la culpa de venir a verme a la hora que habíamos quedado. ¡Eso! Ya te remordió las entrañas lo de vernos para ir al cuarto y así poder hundirme en la vida que traes entre las piernas y que el imbécil de tu viejo no quiere que me des, pero que ya me has dado hace rato sin que lo sepa el muy huevón, y menos el Toñito ese que babea por ti con el estetoscopio en el cuello y su bata blanquita, ¡tremendo gilazo!, pero mira, ¡mira la hora! Soy bueno, ¡buenísima gente! Un tipo recontra paciente, sincero, a pesar de las cosas que tú conoces como ninguna otra persona, cómo nadie más lo hace, y que de nada vale repetírtelas.
Estoy cagado, tú lo sabes. Escribo y eso basta, aunque nadie más que tú me lea. Escribo sobre tu cuerpo mi tragedia. Me lees en la humedad de los versos que te di, versos ausentes de toda, de cualquier utilidad, pero más tuyos que míos, a fin de cuentas. Eso no da plata, dice tu viejo. Esa mierda no compra la casa y el carro que puedo ponerte, te miente el tarado de Osambela. ¿Qué pueden saber ellos de poesía? Dime, ¿qué? Carachosos, mugrientos, malcachados. ¡Qué saben los cerdos de métrica, de verso libre, ah? La historia vendrá, veloz, descarrilada, y les pasará por encima. Se los llevará de encuentro. Cagadas de mosca por las que nadie habrá de llorar, porque nada dejaron. ¿Y así te vienen a decir que yo, el poeta, aquel que hace de su vida un intento de recuerdo, soy el inútil, el pobre diablo, el mantenido, el fracasado? Y, a pesar de eso, yo aquí, consumiéndome en la espera de verte llegar, sin saber de ti, ignorando si acaso vendrás o si ya fue y solo me aburres para mandarme a donde tu viejo y tu Toño quieren que me mandes. ¿Verdad? Putamadre, ¡y yo aquí de huevón con el motor encendido y esperándote, Camila!
Se acabó, Camila. ¡Me llegas al pincho! Llave a tope y casete en radio. Pedal a fondo y soy un proyectil que quiere encajarse en tu pecho.
La pista es un abanico en el que se estrellan todas las formas y colores que pueblan al desierto con veredas que es Piura. Y río, porque el verde huele a chicle y el amarillo cosquilleo bajo mis párpados y el rojo es rojo como roja es la boca de Camila, que seguro debe estar tirando en su casa con el baboso de Osambela, y su viejo que mira, que escucha complacido como el médico se la empuja a su hija y ella, feliz, entre globito y globito de Clorets, pensando en el carro y la casa que no puedo comprarle. Casi, casi, saboreo su desprecio. ¡Qué buen bajo, conchasumare! You gotta run to me/ Uuh can't you see/ You gotta run to me/ Uuh can't you see/ You gotta run to me
La calle se desdobla ante mis ojos y la veo encenderse en un remolino de neón que arranca de su sitio al pavimento, a los algarrobos de los sardineles y a los semáforos de la pista. Y se estira el camino, se estira como fideo y sigue y sigue hasta enredarse en los postes y cubrir de imágenes imposibles a las sombras de la ciudad que se sienten de vidrio, imágenes de mi pasado, un tornado del que no hay salida y en el que me siento disolver, ¡di-sol-ver!
Se me derrite el timón en las manos. Y que no vayas a manejar, juega la pichanga y anda a jatear a tu casa, broder. Y que con quién te crees que estás, oye, que mira, no hay problema, ni cosquillas me hace tu vaina, ¡parece que no me conocieras!, que dame y te las pago a la vuelta, que pásate el wiskacho para asentarlas, que sí te las pago, Gonchi, huevón, pero aguántame un toque, voy a ver a la Camila y luego me guardo, puta, te lo juro. Luego arreglamos. ¿Cuándo he sido falla contigo, Gonchi? Y trato inútilmente de poner al timón en su lugar, pero se me ha escurrido entre los dedos porque es de plastilina suavecita, suavecita, y no puedo mantener la dirección. No hay izquierda o derecha o adelante o atrás. Y entonces las luces, el motor ahogándose con la gasolina, el pie tocando la pelusa del tapete, la pista que no es pista girando en un abanico de luces largas como cohetes humeantes, y Camila tirándose a Toñito y su viejo aplaudiendo y mi troncho quemándome la pija, y los colores, las quemaduras en la boca… el golpe. Un grito ahogado. Un grito rasgando la cabeza del gigante que es la noche. Mi frente rompiendo la lechuza encima del velocímetro y mi cabeza es un revolver. PIUM-PIUM, y solo queda el silencio en tanto que caigo en el abismo de los días. Ojalá me despierte pronto, mi viejita se hace un desayunón los domingos.
***
No puedo aguantarme las náuseas. El tufo me sube por la tráquea y termina en un batido de arroz, y algo que parecen ser los tomates de la hamburguesa que me sople en la bajona, saliendo nomás de la discoteca.
Con el huaico en la garganta, siento como un grito me escoce el hueco del pecho: Aunque esté molesto, la extraño.
Abro la puerta, la empujo. Zafo las piernas que el tablero oprime. Pujo, pujo. Por suerte, después de forcejear, aflojan mis huesos, truenan y toda mi humanidad se destroza contra el suelo. Ahora soy una lombriz en el asfalto. Un chasco.
Trato de levantarme. Intento ponerme de pie agarrándome de la puerta. La música sigue sonando, pero las piernas me fallan y muerdo la pista otra vez. Me faltan dos dientes. En su lugar una espesa cascada me baja por el mentón. Espera, ¿Por… por qué el Lada está subido al sardinel? La trompa retorcida, los vidrios regados como astillas en el piso y una humareda espesa alzándose desde el motor descubierto: El auto es un laberinto de fierros retorcidos. ¿En qué momento yo…? ¿Cómo es que…? ¿Q-qué? ¿Qué quieren ustedes? ¿Qué chucha me miran? ¿De dónde sali�� toda esta gente?
—¡El hijo de puta está zampadazo!
—Ya llamaron a la policía.
—Y encima anda todo reventado el conchasumadre este...
—¡Pobrecita! ¡Ayúdenme a sacarla!
—¡No la muevas, que la puedes fregar más!
—Pidan una ambulancia.
—¡Ponle la mano frente a la cara a ver si la flaquita respira!
Te demoras mucho, Camila. ¿Ya ves? Ahora estos huevonazos vienen a joderme. Quieren buscarme la boca. ¿De dónde salieron? ¿Qué mierda están hablando? Una ráfaga de nauseas me obliga a devolver hasta el alma. La hiel me rebalsa la boca. Tengo la nariz rota, apenas y puedo respirar sin que me sienta hundir más y más en un inminente desmayo. El sabor a fierro me colma el rostro, me ahoga.
Veo venir más y más pies. Intento incorporarme, hacer frente a la multitud que se me ha echado encima. Lanzo inútil, flojamente, un par de ganchos al aire. Mis pies no responden. Mis rodillas se desmoronan. Los huesos clarean a través del jean.
Las luces de los tronchos que simulan ser postes son un vendaval en el que voces de extraños y dedos afilados se alzan en mi contra. ¿Me… me están mentando a la madre? ¿¡ME ESTÁN MENTANDO A LA MADRE!?
— ¡Váyanse a la mierda!
No me puedo sostener. Todo lo que queda en mis ojos son manchas luminosas. Mis extremidades son una plasta de tallarines. Y tú que sigues sin llegar. Y lloro, lloro cómo nunca antes lo había hecho, lloro tumbado boca arriba sobre la pista. Me encuentro duro, tiezaso, como el cadáver de uno de esos perros que los tucos amarran a los postes y Den Xiao Ping, perro traidor, amarrado al pescuezo. Solo que aquí no hay perros, ni tucos, solo yo tan hecho mierda de repente y sin saber nada de ti.
—¡Agárrenlo!
—¡No, déjenlo! ¡Está cagado!
— La chica no respira... ¡No respira!
—Pobrecita, yo la vi parada, aquí nomás. Segurito lo conocía.
— ¡Dios mío, la ha cogido contra el poste!
— La flaca le alzó la mano, pero el pendejo aceleró y se la llevó de encuentro. Sin asco.
—Sí, sí. Este andaba cuadrado allá atrás, por el parque. De la nada, prendió el carro y se fue de hachazo contra la niña. No le dejó tiempo a nada.
—¡ASESINO! ¡ASESINO!
¿Asesino? ¿¡Asesino yo!? ¡Soy un poeta, cojudos! ¿¡Lo entienden!? ¡Un poeta! ¡Un poeta es incapaz de matar! ¡Cómo voy a ser un asesino si la vida en mis versos cunde y palpita! ¿Por qué insisten con eso? ¡Lárguense y no me jodan!
Más y más pies se suman a la muchedumbre que me asfixia, y, a ellos, el chillido de algunos neumáticos. De pronto, vienen las primeras piedras. Las patadas feroces. What is Love? Baby don't hurt me. Don't hurt me. No more. El reproductor ha girado el casete de forma automática, y los bajos se confunden con el aullido de sirenas a cada tanto más cerca.
Cierro los ojos un momento. Dibujo tu cara en mis parpados. Te extraño mucho, Camila. I don't know why you're not fair. Y yo que te amo tanto… me plantaste, mujer. I give you my love, but you don't care. Y tu rostro se ilumina con el juego de azules y rojos, rojos y azules que se traslucen a la piel de mis manos. So what is right and what is wrong? Las piedras llueven y escucho sin poder moverme cómo sacan chispas al caer. Llueven sobre mí, pero no hay más dolor, Camila. Me dueles tú. Gimme a sign… Silbatos, bocinas, sirenas y faros consumen el lugar y tú, cojuda, tú que sigues sin aparecer.
What is love?
Tadeo Palacios Valverde (Piura, 1994). Escritor y bachiller en derecho. Becario del programa «Arequipa Imaginada» del Ministerio de Cultura del Perú (2017). A los 19, publicó el conjunto de cuentos de horror Susurros del Abismo (Caramanduca, 2014) y tiene inédito un libro de relatos. En 2016, obtuvo un Segundo Puesto en la II Edición del Certamen Literario Nacional Cinemafic 2015-2016, organizado por Cinematosis. Y, en 2017, resultó ganador del Certamen Nacional de Cuento Jurídico «La Justicia» de la Universidad del Pacífico. Escritos suyos aparecen en antologías nacionales e internacionales.
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En las peores de la ansiedad, tener alguien que te quiera puede resultar una carga. Porque ahí vas, dándole a los pedales, la mochila un costal de cemento, los lentes empañados, y tu cabeza, que debería ocuparse del aquí y ahora, ya no como receta contra el insomnio sino pleno y llano mecanismo de supervivencia, se ocupa de algo que ocurre a miles de kilómetros de este presente. Estarán preocupados por mí. ¿Quiénes? Todos. Todos los que me quieren. Codelo, principalmente, porque compartimos cielo y ya se habrá dado cuenta de que se vino el aguacero. También mi mamá, mi hermano, Ale, Niche, mi abuelita desde el plano inmaterial. Estarán preocupados al saber que la tormenta desbordó las bayous. Se preguntarán: ¿no era esa la ruta que tomaba Ala? A ver, vamos a su instagram. Sí. Bayous.
La ansiedad es esto: un punto de fuga. Fuga: huída. Como una pelotita de pinball que va para todos lados menos para donde debería.
Le pregunto a Eva si leer, si andar en bicicleta, son maneras de meditar. Sí, dice, si adquieres consciencia del instante, si te concentras letra por letra, y no en brincos, sin intentar abarcar párrafos completos con los ojos, si cuando pedaleas, solamente pedaleas, consciente del pedaleo, de la sensación de las piernas, del movimiento, del roce del viento y del agua. Lee con atención, Alaíde, pedalea con atención. Pe
da
(estimado lector no)
lea.
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videos
siento que la escritura es segura. Es un ambiente cómodo porque lo que vayas a leer, tu cabeza es la que va a armar esos escenarios, tus propias imagenes, tus propios recuerdos van a hacer los encargados de mostrarte lo que ves cuando escribis.
El color en que ves, la profundidad en que ves, todo, esta en vos y en tu propio control, ese video que te armas mientras lees, es tu propia pelicula. Tu propia forma de armar las imagenes, la estetica, la gente, el aroma a lo que sea esa que esa cabeza arme.
La escritura es un filtro, porque el lenguaje es bastante escaso, a comparación de las imagenes. Eso creo, o eso es lo que me faltaria saber para entender que escribir es algo más hermoso que una imagen.
Es exactamente más indescifrable? el no ser como otros?
ay no.
otra vez
OTRA VEZ PENSANDO EN LOS OTROS.
no mentira.
Creo que ya no :).
- Hoy lloré porque despues de haber caminado durante varias horas, pateando una pelotita de los michis, mientras ellos se me acercaban y cada tanto tiraban una patadita. Yo estaba enfocadisima pensando en todo. Incluso terminé viendo imagenes, como VHS, si asi. Como los vhs, con el ruidito, los colores naranjas verdes, la imagen de verano, porque el VHS y la foto vieja es siempre en verano. Asi, vi todas imagenes, de mi vida, todas. Re sarpaaado. Y las ultimas eran las mas viejas, capaz re inventadas, pero yo segura que eran de mi vida. Y de repente pum, se corta. Pensé "creo q es un momento mágico en el que deberia decir algo, o pensar algo piola" eh?
si eso pensé.
El nivel de otredad.
Tanto siento que otro me mira que pienso cuando pasa algo.
Por eso no quiero ser como otros, porque el otro me mira.
Y ahi, esta el trauma. -
.
Por eso, decia.
La escritura es más segura.
Porque en las imagenes, yo veo puedo ver lo que otros ven, y la forma en que lo ven. Y puede ser, hermoso.
Puede ser increible, lejano, pero, puede ser un viaje. Uno que jamás habias pensado. Uno que jamás habias escuchado, porque la imagen y el sonido son eso. Un video.
Uf, es todo tan nuevo, es una sensacion distinta.
Da miedo? y, una peli de terror si.
Pero una dramática tambien.
La comedia, uff.
Quien iba a decir que mi cabeza iba a imaginarse una comedia cuando leo lo que escribo?
Pero no, tampoco es algo que me atraiga
Siempre pienso en la nostalgia.
Y si
Pero ya pasó eso.
Ahora hay luz.
Hay calorcito.
Ahora hay un farol prendido en una callecita.
Una callecita de tierra.
Como si la luz fuese la idea.
El foco.
Enfocarse en eso.
En esa luz.
En una calle. Antigua, arbolitos verdes.
Calle empedrada si. Ay, esas me encantan.
Me viajan.
Bueno, espero que esa sensacion quede guardada en este escrito por favor, es hermoso. Es hermoso sentir que cuando mire de vuelta a esta realidad, cuando deje de usar estas teclas, para dejar de escribir, y me de vuelta, mire, mire mi realidad distinta. Que la pueda ver como esto que escribo. Por eso a veces siento que me escapo cuando escribo. Pero es que tambien me imagino. Vengo aca a buscar la respuesta a como cambiar la imagen que tengo que ver todos los dias de mi vida.
Es un estudio exhaustivo eh, bueno no se si tanto.
pero me gusta transitarlo cada tanto. Venir aca, a este espacio, cómodo, sin presiones, a decir todo lo que quiero decir. quien me va a decir lo que tengo que decir aca?
Saben que otros?, les cuento a ustedes, otros. Si, basta de pensar que los otros no estan aca, porque aca estan.
Si, estoy loca sin audiencia, pero la audiencia la siento.
La veo, y no sos necesariamente vos. Soy yo en esta cabeza pensando en otros. Otres.
Me voy a mudar de barrio.
Voy a leer a otres. Ver a otres, a otros.
De la manera que tenga que ser.
Por que el ver, es hermoso, pero
el leer, puede ser peligroso?
Solo quiero una lamparita calida,
una lamparita cerca de una venana. Luz calida,
atardecer afuera. Y unos tambores que se acercan. Que me recuerdan que hay que vivir además de pensar y escribir.
Porque si no vivo, no escribo.
y si no escribo, no vivo.
Aca me siento sola pero bien
tranquila.
Aunque afuera
a veces escuche cosas.
Pero solo es la realidad.
Solo es vivir.
Solo eso. Surfear lo imprevisible de cada dia.
Asi de miedo le tengo a vivir.
Pero escribiendo me desapego. Solo cuento lo que me pasa.
Y con eso, me siento mas contenta.
:)
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Tenían un calendario complicadísimo y lo están resolviendo muy bien
El jugador no tiene absolutamente ninguna culpa de su hype y debe aprovecharse al maximo de lo que le pueda reportar, pero me parece absurdo discutir que ese hype existe, como ocurre en otro nivel con Rubio por ejemplo, para hablar de alguien de mi equipo y que nadie se ofenda, son grandes jugadores (Griffin a un nivel superior) pero no lo son tanto como pareceria indicar el hype que arrastran. Ahora, ghete galbene piele ellos hacen perfecto en aprovecharlo, faltaria mas, mientras no les distraiga de su objetivo de seguir creciendo como jugadores perfecto, y ambos me parece que tienen la cabeza bien amueblada y no se van a dejar distraer. Te vuelvo a responder lo mismo, no entiendo tu malestar porque Griffin gane mas dinero o menos zara pantalon point de croix chalet chino dinero. 37 36 Soy fan de Boston, y esperaba que Brooklyn se hundiera. Pero han aguantado el tipo de maravilla. Tenían un calendario complicadísimo y lo están resolviendo muy bien. Hay que reconocerle un gran valor para salir del armario en un mundo tan "masculino" como es la NBA y ya esta. Collison no tiene nivel de estrella NBA y pretende firmar el contrato de su vida al ser agente libre. Ese y no otro motivo es por el que no encuentra equipo. En polo raflorene la siguiente jugada fallamos pero el balón se va por linea de fondo tocado por alguien de los Lakers. Había tocado aro y nos correspondían 24seg y posesión. Nos dieron 13, pero en esos 13 metió el triple Deron. Demagogia, oportunismo, medias verdades. Escoge un calificativo para tu post. Segun tu las lesiones de calderon y bosh no tuvieron nada que ver en la temporda de raptors. Por su parte el demandado no logró desvirtuar ninguno de los alegatos de su contendor. Por último, el juez declaró con lugar la demanda por Prescripción Adquisitiva en provecho de Juan y ordenó: ". Téngase al ciudadano Juan. Stephen Curry consiguió 23 puntos en la victoria de los Warriors, que vencieron 103 89 a los Magic. Los Warriors (43 26) se hicieron de dos victorias seguidas y permanecen segundos en la División Pacífico y aseguran por el momento el sexto lugar en la Conferencia Oeste. David Lee logró doble doble de 20 puntos y 10 rebotes y Klay Thompson encestó 20 para el equipo de Golden State, que ha ganado siete de los últimos 10 partidos. 12Pues yo creo que folie samsung j6 2018 pt tot telegonilaqui Counsins poco tiene que ver por una vez. Es en un encontronazo mas del juego que se encargo de exagerar Shawne Williams que debio de ver ayer la pagina de Marca y su ida de olla con Chris Paul e Isiah Thomas Jr creo. Isiah Thomas Jr? Se llama Isaiah (isaías, como el profeta) y no tiene nada que ver con Isiah (nombre inventado) Thomas, salvo por el hecho de que su padre era fan de los bad boys y le hacía gracia. ''There's nothing more to say,'' Brooks said. ''He's a special player. He's going to be
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an MVP candidate until he decides to retire. Tras asombrar a todos los ojeadores del país, Vonleh se decantó por Indiana, dejando con las ganas a universidades con más tradición como Kansas, North Carolina o UCLA. La tradición baloncestística y académica le llevaron a tomar la decisión de enrolarse en los Hoosiers. Un equipo en el que sólo ha permanecido una temporada en la que ha sumado 11 puntos, nueve rebotes y 1,5 tapones y en la que ha vivido uno de los mayores sinsabores de su corta carrera al no ser capaz de clasificar a su equipo para el 'March Madness', algo que en Indiana llevaban tres temporadas consecutivas logrando.. Knicks con Bibby van directos al fracaso y Baron Davis está cargado de lesiones. Además no veo a Melo ni Amare jugadores líderes e inteligentes en el campo y en el banquillo como chanel ágynemű para llevarte a un campeonato. Si no fuera por el contrato que tenía, Billups era fundamental. Blake Griffin anotó 28 puntos y los Clippers llegaron a cuatro triunfos consecutivos al vencer jean coquelin 96 112 a los Jazz. El reserva Jamaal Crawford logró 22 tantos y adidas stan smith j white tactile blue Chris Paul consiguió un doble doble de 17 puntos y 10 asistencias. Por los Jazz (5 12), que sumaron cinco derrotas seguidas, destacaron Gordon Hayward con 30 puntos, Derrick Favors sumó 19 y el reserva Trevor Booker agregó 15.. Aki con lo de los juegos tamb sal los pol a escena,algo simplemente l y 13 11 Dejalo . Que esta gente siempre entran los primeros en las noticias que ponen algo de Lebron y simplemente copian y pegan lo mismo en todas las noticias. Con lo que no es necesario desgastar avenida alicante silla las teclas para responderles. 196 192 da igual, no lo digo por el nivel de los jugadores. Lo digo por el hecho de venir o no de las pelotitas de pinpon. Westbrook, Harden y Durant se juntaron vía pelotitas de pinpon, y si Harden acepta la oferta de 14.5 kilos, es bastante probable que hubieran montado una dinastía que ganase 5 anillos en 10 aos. Why? Because playing basketball with sleeves on, apologies to the children in the audience, sucks. Or, at the very least, playing basketball in anything more than a jersey or shirt without sleeves is a hard habit to for me to break. Over a quarter of a century of playing the game has driven home some habits, even if my pasty upper body does tend to frighten from a quarter mile away. 5 si el seleccionador es justo y sabe de basket deberia convocar a San Emeterio por el temporadon q esta haciendo. Siento desilusionarte en tu afan por meterte conmigo pero se ve claramente que lo de que venga a Unicaja lo decia en broma. Si quiere ir a Vitoria pues tampoco pasa nada..
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Día 12
Resulta que hay una especie de bichito con forma de pelota con pinchos, que nadie puede ver —como al coco— pero que les puede hacer mucho daño y por eso tienen que quedarse en casa hasta que se vaya.
Y ¿cuánto tiempo es eso?, se pregunta Yaiza. ¿Y si al bicho ese se le antoja quedarse para siempre?. Ha visto en la tele una imagen de él, es como una balón con púas y se imagina a la gente enferma llena de pelotitas rebotando dentro de su cuerpo hasta que explotan. Una imagen atroz para una niña de cuatro años, la que ha ido creando su cabeza a base de un exceso de información de la que no es consciente. De lo que sí es consciente es de que echa de menos a su madre, está luchando contra el bicho y hay días que le da miedo que el bicho gane.
***
A pesar de la compleja situación que tienen en casa, derrocha humor por todos los poros de su piel. Ella es, bueno era, camarera de pisos en varios hoteles. Como estaba contratada por una empresa de trabajo temporal hasta fin de obra, ha recibido su fin de obra y no es probable que vuelvan a llamarla a corto plazo. Su marido trabajaba en una fábrica de coches cerca de la ciudad. Él forma parte del enorme grupo de personas afectadas por los nuevos expedientes de regulación temporal de empleo, el nuevo trending topic, los ERTEs, que vienen a ser una especie de despidos a medias. La familia se completa por cuatro niños, a cada cual más hiperactivo, de siete, seis y cuatro años y medio, además de la madre de ella, que apenas se mueve de la habitación.
Hoy a las ocho de la tarde ha vuelto a ser el alma de la fiesta.
***
El día se le hace eterno, está preocupada por su marido que se despertó con molestias esta mañana y ha decidido quedarse en casa.
Antes de marcharse al trabajo quiso decirle que le daba igual lo que tuviera, juntos en la salud y en la enfermedad... Pero tampoco iba a servir más que para gastar energías.
Ese día en el supermercado tiene especial precaución con los clientes. Pasa un producto detrás de otro y cobra de un modo más robótico que nunca porque no puede dejar de pensar en él. Aún así, mantiene la sonrisa detrás de la mascarilla, aunque nadie la vea, hasta las nueve y media de la noche que por fin acaba su jornada.
***
A las seis de la mañana se despertó con una tos repentina y seca. Fue a la cocina, bebió agua y se puso el termómetro. 38′1. Ya me alcanzó el bicho, pensó. Mientras su mujer dormía, fue preparando el cuarto de invitados con medicamentos, algo de comida, los guantes y las mascarillas que reservaba para los clientes... Cuando ella se despertó, él ya estaba encerrado en el cuarto. Le habló desde el otro lado de la puerta: mientras no vea cómo evoluciono, mejor mantengamos las distancias. He dejado desinfectada la cocina y cuando te marches limpiaré nuestra habitación y el baño para limitar al máximo la posibilidad de contagio. Seguro que ya estoy contagiada, dijo ella. No, tú eres más fuerte, pero aún así ten mucho cuidado en el súper. Ambos besaron la puerta, cada uno por su lado, y ella se marchó.
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Un día sin nada a destacar, se dice para sí misma cuando llega la noche. El bizcocho para sus nietas tendrá que seguir esperando a que se sienta con el ánimo un poco más subido. ¡Ay! Gustavo, no pasa un día sin que piense qué narices hago yo viviendo esto. Ya me queda muy grande, noventa y dos son demasiados... Yo soy muy mayor para estas cosas. Le abre la puerta al gato que suele estar siempre fuera, libre, pero hoy echa de menos algo de compañía.
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No ha salido de casa desde que entró en vigor el estado de alarma. Por suerte, ella y su marido acababan de rellenar la nevera por una semana para los dos, así que le ha dado para dos semanas para una. Ahora puede que vaya siendo el momento de moverse. Sus vecinos le han dicho por la ventan que si quiere pueden hacer la compra por ella cuando vayan mañana, así que está preparando una lista completa.
Ha llamado al hospital, su marido fue trasladado ayer a la UVI con buen pronóstico. Ha informado a sus suegros. Es posible que el fin de semana le suban a planta para comenzar la recuperación. Entonces podrá ir a visitarlo una vez al día.... Si quiere.
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Ha estado lloviendo todo el día en el pueblo y parece que hasta a las niñas les ha afectado la tormenta porque no han conseguido estar quietas más de una hora seguida. Eso, unido a la poca luz que entra por el granero en días nublados y a las horas que lleva dejándose la vista delante del ordenador, se han transformado en un terrible dolor de cabeza. Para desconectar, decide jugar con sus hijas a uno de esos juegos que se inventan los tres y nunca saben cómo van a terminar. Ser un niño por un rato, piensa, debería ser obligatorio.
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Está en una nueva cama, camino a la recuperación, despertando poco a poco del letargo en confinamiento al que ha estado sometido. Su pronóstico es optimista más que el del resto de los compañeros que comparten hospital con él.
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Las personas confinadas en sus casas acaban sintiendo que se encuentran cada día en el mismo día, el gran día de la marmota. Ella también repite cada día pero en la primera línea del frente. La otra noche cuando habló con su hermano no lo dudó, te cambio el sitio, dijo, enciérrame en tu casa sin terraza y ven tú a este infierno. Ahora después de toda la noche recibiendo ambulancias, va camino de casa y piensa en la locura de estas últimas dieciocho horas, no han dejado de recibir urgencias, la mayoría infectados graves. Piensa en sus padres, en el pueblo están seguros. Piensa en si algún día tuviera que recibir a alguno de ellos en Urgencias, le aterra... Ella no recibe a pacientes, recibe a personas, personas con historias que desconoce pero que imagina muy cercanas a las de ella y no puede evitar sentirse conectada con ellas.
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Su vecina le ha explicado cómo hacer la compra por internet así que decide intentarlo. Sin embargo, muchas personas han tenido la misma idea y los tiempos de entrega de los supermercados se extienden hasta casi el final de la cuarentena. Vaya gracia, piensa, antes de que me llegue el pedido, ya me he muerto de hambre. Así que tiene que salir pero no tiene claro cómo hacerlo, no puede dejar al niño solo ni tampoco en casa de nadie con el tema del virus y llevarlo con ella...
Recibe una llamada, es un número desconocido así que piensa que es publicidad. La ignora pero insisten de nuevo. Le sorprende que alguien la llame porque desde que volvió a España apenas le ha dado tiempo a parir como para retomar los contactos que abandonó cuando se fue hace ya veinte años. Después de la tercera vez no vuelven a insistir más. Busca el número por internet. No sale como estafa o publicidad. Tal vez llame, pero primero tiene que solucionar el tema de la compra antes del fin de semana.
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Azai crece sin parar. Antes de dejar el hospital le hicieron una revisión exhaustiva con las pruebas suficientes como para que no tenga que volver hasta dentro de un mes, con suerte, cuando haya terminado el confinamiento.
Lo que más le gusta es cuando mamá le pone cerca del balcón, no afuera, porque ahí hace frío, solo lo suficientemente cerca como para escuchar el bullicio de los patios que le entusiasma, como si fuera música para sus oídos.
***
“ Anoche, mientras fumaba mi último cigarro del día al amparo de venus y de miles de estrellas que le acompañaban —qué paradójica la belleza cuando estás en mitad de una catástrofe— miré hacia la calle, mi gran tentación, entonces pasó un coche de policía y me reí en silencio por mis deseos prohibidos. Unos minutos después mi sonrisa se desvaneció. Tres ambulancias, un escalofrío, me ha costado dormir... Esta mañana casi ochenta casos más en la provincia. El viento sopla gélido sobre mi cara. El exceso de información, tanto cierta como falsa, hace días que me ha saturado.
Hoy he tenido que ir al supermercado, puedo permitirme ese lujo que no siempre valoramos. Esta mañana me di cuenta de que además de los huevos, me había quedado sin leche, con un yogur y apenas cuatro piezas de fruta. Nada de verdura fresca. Mi idea era esperar a la semana que viene y tirar con lo que tengo en el congelador y las conservas. Pero parece que las cosas se pueden poner más feas así que, por si acaso —una vez más por si acaso—, he esperado pacientemente delante del ordenador mirando en internet a que la concurrencia a tiempo real, si es que lo es, fuera la más baja y he salido con el coche. Me encantaría haber ido dando un paseo pero el momento obliga a una compra que no pueden cargar mis brazos.
Me lavo las manos. De casa al coche. Del coche al súper, esto es todo lo que voy a pasear en el exterior. No tengo mascarilla y como aún me acompañan los mocos, que les he caído bien, me cubro la cara con una braga de cuello. Me limpio las manos con el gel hidroalcohólico de moda, nuevamente antes de entrar al supermercado —no vaya a ser que me haya tocado la cara por el camino y pueda contagiar algo que desconozco viviendo en mi interior—. Entro al supermercado. A partir de este momento mi mente se concentra en que mis manos no vuelvan a mi cara hasta que salga fuera. En este supermercado no dan guantes y yo no tengo. Tampoco tienen para vender, agotados. Cojo los de la frutería y trato de hacer la compra lo más rápido y eficientemente que puedo sin éxito, porque tengo que recorrer algunos pasillos varias veces para encontrar todo lo que llevo apuntado en la lista. Lejía y desinfectantes, agotados. El papel higiénico ahora sobra. En mi paseo por los pasillos coincido varias veces con un hombre que parece hacer el mismo recorrido que yo, pasillo a pasillo, hacia arriba uno hacia abajo otro. Cruzamos miradas, yo es lo único que llevo descubierto. De repente me doy cuenta de que él no entra a los pasillos hasta que yo me voy, tal vez quiere los mismos productos que yo y respeta la distancia de seguridad que a mí se me olvida. Le miro una de las veces que salgo de un pasillo. Tengo la sensación de que más bien me tiene miedo con las pintas que llevo en este EPI improvisado.
Con todo lo que creo que necesito para los próximos quince días me he dirigido a la caja. En el suelo unas líneas amarillas y negras con una pegatina redonda donde aparece una persona con un carrito dibujado: espere aquí su turno. Bien, pienso, así no tengo que andar calculando el metro y medio reglamentario. La cajera, extrañamente agradable para el trabajo que debe tener estos días, parece sonreír detrás de la mascarilla. Yo hago lo mismo detrás de mi bufanda-mascarilla. Pago con tarjeta, cojo el ticket por si me para la policía de vuelta a casa y hago el resto de mi paseo quincenal: de la puerta del supermercado al coche. Hace sol, pero mucho viento. Cargo la compra en el coche y me limpio de nuevo las manos. Del coche al garaje, del garaje a casa. En casa... En casa se supone que todo puede estar contaminado así que directamente aparto los productos que no necesito inmediatamente y los pongo en cuarentena para no tocarlos y que se reduzca la carga viral con el tiempo, lo que sea que signifique eso. Los productos que necesito los paso a recipientes que tengo en casa y les quito los envases en donde vienen por si están contaminados. Los echo a reciclar ¿ves? ¿Qué sentido tienen que no reciclen las personas infectadas si los demás reciclamos productos infectados? No sé si nos estaremos volviendo locos. Me lavo de nuevo las manos. A lo mejor yo soy la única que se está volviendo loca... Por la noche me he dado cuenta de que hoy ha sido el día más emocionante que he vivido en diecinueve días.”
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El Héroe
Bienvenidos Felinos!!!!
Siguiendo con el especial musical, hoy les traigo otra de las canciones insignia de “El Mago”, una hermosísima canción titulada El Héroe y parte de lo que la hace tan pero tan especial, es el monólogo con el que era presentada, este Maestro era un verdadero poeta y por eso les dejo aquí esta obra y después de leerla, seguramente la guardarán para regalarla al amor de su vida en alguna fecha especial. ;)
“Las mujeres son capaces de transformar cualquier mundo y cualquier universo conocido o por conocer, sobre todo el mundo de los hombres.
Las mujeres son capaces de todos los días al despertarse, ver a su lado al hombre que aman y no al que en verdad somos.
Las mujeres cuando ven una pared, en realidad lo que están viendo son colores y texturas, los hombres cuando ven una pared, ven ladrillo sobre ladrillo.
Las mujeres son capaces de virar el universo en su favor para hacer que incluso el olvido sea una circunstancia difícil en la tierra de los desmemoriados.
Y todo esto ocurre porque la fe es alimentada desde que ellas son niñas por elementos de corte extravagante: una vecina incómoda, una hermana mayor rebelde, una profesora hippie, por ejemplo, una tía solterona o la mamá, a esa la tienen que ver ¿no? y les dice: ‘hija mía, tú no te preocupes, tú estás bendita y tarde o temprano, hasta el umbral de tu ventana llegará y se postrará de rodillas ante ti el Príncipe Azul’
¿Azul? Azul...
Y la verdad es que deben tener mucha fe porque a mi no me emociona conocer a un pelado azul, imagínense ¿no? Ha de parecerse al papá pitufo y luego si les gustan grandes pues sí es igualito al papá pitufo, con la barba blanca y la piel azul, azul.
Difícil imaginar un príncipe azul, pero en el centro de investigaciones ‘La Panza’ también hicimos parte de ese proceso de campo y descubrimos que: los príncipes azules son, a saber, por descripción estadística de las mujeres que fueron encuestadas
Pelados entre 1.85 y 1.95 de estatura.
Solo el 30% de la población femenina aceptó que les gustan peludos.
De ojos azules o verdes.
Cabello castaño claro, claro castaño y si se lo pintan que sea de ‘rubio natural’ ¿si se lo pintan cómo va a ser natural? Bueno, pero así les gustan a las mujeres que fueron encuestadas.
La mayoría de nuestro público femenino encuestado, coincidió en que, los príncipes azules son aquellas personas de una educación impecable, de unos modales intachables y de una cultura amplia.
Los príncipes azules también, por supuesto, deben ser espigados y delgados. Si se pudiera, usar pantalones que tengan de cintura 30 y de largo 38… de pantalón, a pesar de que sabemos la naturaleza ambiciosa de las mujeres esa pregunta no formó parte de nuestro cuestionario.
Los príncipes azules, según los indicadores de nuestra encuesta, también deben ser personas en extremo deportistas, dinámicas, pero no futbolistas; el príncipe azul desprecia el futbol, porque lo considera una manifestación eglógica y bárbara de la estupidez humana y no concibe cómo 22 imbéciles pueden correr detrás de una pelotita y encima alguien puede pagarles millones de dólares por tal hecho. El príncipe azul, por supuesto, debe hacer cosas como esgrima, polo, deportes de verdad ¿esgrima?
El príncipe azul también es una persona que, cuando se exhibe una película acerca de un buen libro, él probablemente ya leyó el libro porque considera que el cine con toda su magia no puede alcanzar la velocidad imaginativa que tiene el humano.
El príncipe azul también es alguien que se puede llevar perfectamente bien con su suegra.
Volteen a lado muchachas a ver si lo que traen es un príncipe azul.
Como comprenderán, un hombre así de perfecto no existe, si existiera se amaría a sí mismo ¿para qué las quiere a ustedes?... aunque creo que entre ellos… bueno, a mí que me importa ¿no?, ahora sí que si el amor es parejo…
El Centro de Investigaciones ‘La Panza’ realizó este proceso para descubrir en el plano personal dos cosas: la primera, los príncipes azules no existen; la segunda, si existieran… pues yo no soy uno de esos…
Y a mí no crean, me acongojaba porque, es muy difícil estar enamorado de una mujer que cree en los cuentos de hadas, es muy difícil estar enamorado de una mujer que aspira y merece un hombre perfecto.
Es muy difícil estar enamorado de una mujer que con una mirada cambia cualquier espectro.
Es muy difícil estar enamorado de una luna lejana, de una estrella, cuando te sabes con los pies puestos en la tierra.
Es muy difícil todos los días levantar los ojos para verla y saber que te va a deslumbrar.
Es muy difícil mentirle con canciones incluso, que cuando yo veo ladrillos, trato con todas mis fuerzas de ver sus colores. Que la fe que no tengo y que ella me regala es lo que me da fuerzas para presumirme loco a pesar de estar cuerdo, para saberme acompañado aún cuando estoy solo y para sentirme profundamente enamorado y con ganas de vivir muchísimos, muchísimos años.
Solo para que lo tengan claro gentiles amigos, caballeros hoy más que nunca, debemos tener el pleno conocimiento y convencimiento de que los hombres somos una especie que desciende directamente del mono y las mujeres de las estrellas y la mía más…”
Con este divertido y emotivo monólogo se hace apertura a una bella canción de amor:
Ella es mi luz, mi paz, mi voz, mi fe monosilábica y compleja que juega a ser y a no tener, mientras se escancia en nubes de tormenta, pero nunca quiere hablar de amor, porque le recuerda su tragedia y teme que en alguna depresión, mis labios lleguen hasta su dolor.
Ella creyó que el corazón vivía conectado a la cabeza y que al llegar al fin del mar un héroe salvaría su primavera, llevándola en los brazos a dormir hasta una cama entre las hojas secas, diciendo “estoy muriéndome por ti, descansa, mientras yo te hago feliz, feliz...”
Y yo que intento ser el héroe que ella espera, cuando baja la escalera con sueños remojados en café, un héroe de silencios y de grandes promesas que extienda lienzos viejos para que ella con sus besos dibuje lunas nuevas.
Y yo que intento ser y que no soy, cómo le explico que en el mundo ya no hay héroes, solo tipos como yo, como yo...
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Me levanté con dolor de cabeza, pero no dormí mal.
Sigue nublado, llovió un poco, pero ya no llueve más. Me había olvidado de los días nublados, pero me acostumbre rápido.
Los nenes de los vecinos salieron a jugar un rato.
Los gatos también salieron y volvieron con las patitas embarradas.
Barrí la casa, por vez numero mil. Pensé en empezar a contar las veces que barro y lavo los platos, solo para tener algo más que contar que los días de encierro.
6. Tomé mates, medio lavados. Esto también lo podría contar. ¿Cuántos termos de mates voy tomando en cuarentena? Llegó 53 días tarde a esta tarea de contar cosas.
7. Una chica en Twitter escribe sobre cómo hay gente haciendo fila bajo la lluvia para entrar a IKEA. No hay nada de “necesidad básica” dentro de IKEA, además lo que necesites de ahí lo podés comprar por Internet. Que desconsiderado abrir IKEA y los shoppings. Desconsiderado e innecesario.
8. Estoy fascinada con esta cuenta de Instagram. Me gustaría algún día poder llenar un cuaderno de esa forma.
9. Vi un video de un drone entregando una pizza de Dominos en un 5to piso. Por momentos me parece un fake de Black Mirror, pero con la realidad con la que convivimos, ya todo puede ser.
10. Hoy me bañé, me peiné y me puse zapatillas. Siento que no estoy en piyamas, aunque la ropa sea la de entre-casa de siempre.
11. Una mujer en Twitter pidió el libro de Amanda Palmer, The Art of asking. No lo pude descargar desde mi Kindle, pero lo busqué, lo descargué en PDF y se lo envié. Espero que lo pueda leer y disfrutar sin problemas.
12. Esta lista fue disparada desde este post en el Blog de Aniko.
13. Si la comida que se produce en el mundo, fuera directo a los humanos y no a las empresas que producen animales para consumo, ¿alcanzaría la comida para todos?
14. Una mujer que no conozco, pero con quién compartimos un grupo de Facebook, me pasó una receta de masa para hacer empanaditas. Espero que me salgan tan lindas como le salieron a ella.
Durante el almuerzo charlamos, con Ale, sobre qué libros le habían dado para leer en Lengua y Literatura. La conversación nació porque estoy leyendo por primera vez Animal Farm. ¿Vos leíste algún libro copado en el secundario?
Los rollos de papel higiénico estaban agarrando humedad en el compartimiento de abajo de la escalera. Los tuve que reacomodar.
Hoy es 29 de ñoquis. Ya hice la masa y la dejé en la heladera para la noche. (No fue una muy buena idea.)
Mucha gente que conozco -digitalmente- está jugando a Animal Crossing. Me da curiosidad saber de qué va el juego, pero no voy a pagar 40 pounds para descubrirlo.
No importa cuantas veces escuche Womanarchist de las Bad Cop/Badcop, siempre me emociona hasta las lágrimas de la bronca que me genera que las cosas sigan siendo tan injustas para las mujeres en todo el mundo.
Los gatos se levantaron de la siesta muy temprano, eso quiere decir que van a romper las bolas para cenar temprano. (Dicho y hecho)
Tengo ganas de cortarme el flequillo pero sé que es un error porque me va a dar fiaca mantenerlo.
No entiendo por qué la masa de los ñoquis lleva huevo. No es necesario.
Le tuve que abrir a los michis para que se vayan al patio porque querían cenar a las 5 de la tarde. Están locos. Después a la 1.30am están rompiendo las bolas para volver a comer. (Rompieron las bolas igual)
Batman hace patita (rasca) desde el otro lado de la ventana. Tiene los ojos redondos, observando cualquier movimiento que denote que hay alguien. Me hace reír fuerte.
A Pauli le llegó el acolchado para pasar el invierno. Es gris, amarillo y blanco y me encanta.
Me acordé de que no tengo vino para acompañar los ñoquis hoy. Que mal. Pero tengo quesito. ¡Que bien!
17.31hs. Sucumbimos a los maullidos de los gatos y les dimos una pelotita de alimento para que se entretengan. Van a romper las bolas en 1 hora. (Sí, era obvio)
Estoy leyendo un texto sobre como Disney está preparado para que los padres la pasen para el orto y me acordé de que, aunque nunca fui fan de nada que haya hecho Disney, fui una estúpida al haber cambiado el viaje por una fiesta a la que invité a personas que hoy, en un 90%, ni están en mi vida. Que ritual arcaico las fiestas de 15.
Ale está haciendo equilibrio con la compu en el aire para no molestar a la gata que duerme tranquila en sus piernas hecha un bollito. Batman duerme conmigo.
Me puse a ver cuánto sale el litro de pintura gris para pintar la pared de la habitación de Pauli. En Bs.As. Si, cualquiera, pero tal vez el verano que viene la podamos pintar juntas.
En el chat de Telegram charlan sobre la diferencia entre el prensado y las flores, en precio y calidad, según el país.
Me estoy haciendo pis hace media hora, pero quiero terminar de leer algunos textos.
Creo que estamos escuchando la misma banda desde las 11 de la mañana. Son las 18.11hs. (No era la misma banda).
En Twitter se pusieron a hacer “mundiales” en los que las personas tienen que ir votando entre varias opciones, tipo fixture. Ya me están hinchando las bolas porque están haciendo mundiales de cualquier verdura.
Netflix empezó a hablar en gallego. Que martirio.
No sé que tienen de “Digestive” estas las galletitas llenas de chocolate negro. Supongo que el marketing nada más.
No pude leer antes de irme a dormir.
La salsa me salió espectacular. El apio y las recetas de Bosh. son un viaje de ida.
Cada vez que levanto la mirada, veo la foto de Greg Graffin, cantante y compositor de Bad Religion. La foto la sacó la genia de Fuckin’ Clair Photos, una fotografa irlandesa, fan de la banda, del punk y los recitales. Le compré una foto, pero la plata se la dimos a la NHS. Apoyar y difundir artistas independientes (escritores, fotógrafos, músicos) es una forma de ayudarlos a que sigan creando y en tiempos en los que ellos no pueden trabajar, puedan seguir pagando las cuentas y la comida diaria.
Me suscribí a “Books that Matter”, una caja que contiene libros escritos por mujeres y arte independiente. Mandan las cajas a todo el mundo. Qué mejor manera de leer nuevos libros y seguir apoyando el arte.
No importa cuando escuche Bad Religion, todas sus letras se adaptan a la realidad. Este año no vamos a poder verlos, pues el mundo está en pausa, al menos hasta el año que viene. Teníamos entrada para verlos el 7 de Junio.
Salta un tema de Social Distortion en Spotify y recuerdo que también iba a volver a verlos, después de casi 10 años y se suspendió hasta el 2021. Esta pandemia me canceló una de las cosas que más disfruto y me apasionan en la vida: La música en vivo.
Siento la necesidad de tatuarme de nuevo. Quiero más canciones, quiero un bosque, una galaxia y a mi gatita tuerta.
¿Cómo hacen los escritores para no distraerse cuando tienen que escribir? Quiero tener una habitación, o mejor una cabaña en el medio de la montaña, sólo para escribir. Tener mi máquina de escribir y hacer ruido cuando tenga ganas. Que tenga una chimenea, porque amo las chimeneas y prender fuego. Con vista a un bosque verde, porque los bosques y las montañas son lo más hermoso que tiene este planeta después de todos sus animales. Si hay un río cerca, es un plus inmenso que amaría tener. No tomo café, pero con una pava para el mate que pueda poner sobre el fueguito, estoy lista. Es mucho pedir todo esto, ¿verdad? Bueno, es mi objetivo de vida.
Mi mejor amiga está por parir a su hijo en medio de este encierro obligatorio global. Me dijo que va a pesar alrededor de 4 kilos. Quisiera poder estar con ella, ayudarla a limpiar su casa, hacerle de comer y comprarle sanguchitos de miga, así ella puede pasar tiempo con su bebé sin tener que preocuparse por otras cosas.
El Director de la Organización Mundial de la Salud agradeció al Ministro de Salud argentino por su esfuerzo colectivo, su solidaridad y su gestión en tiempos de pandemia, por haber seguido los pasos correctos para cuidar a la población de nuestro país.
Esta lista la empecé ayer y para que coincida la cantidad de días con la cantidad de cosas en la lista, le tuve que sumar un ítem más. Por eso también se mezclan eventos de días distintos. Igual ¿qué importan los días, si solo existe Ayer, Hoy y Mañana?
Hace tiempo dejamos colgadas la serie The Handmaid’s Tale -El cuento de la criada-. La retomamos esta semana y algunos episodios me están resultando bastante densos y de relleno. La primera temporada es cruda. La segunda es sanguinaria. La tercera me hace enojar.
Cada vez que escucho un avión me gustaría estar en un aeropuerto vacío. Uno de los espacios que siempre corre a mil por hora, en donde el tránsito de personas con valijas es imparable, ahora está desolado. Los aeropuertos hoy se deben ver como estacionamientos gigantes. ¿Podríamos convertir los hoteles y aeropuertos en espacios sanitarios para albergar a las personas que están enfermas y a quienes los hospitales no pueden atender porque no hay espacios? ¿Y los clubes multimillonarios?
Leí este texto de Julieta sobre cosas que se acordaba de su mamá. Me hizo reír y pensar. Como todos sus textos. Si no la conocen, aquí la leen.
Ya que estoy recomendando gente que escribe, ella es Rocío, Rococó para quienes la seguimos desde hace tiempo. Escribe así de hermoso.
La lista que está escuchando Ale me hace acordar a New York. Linda ciudad, un poco sobrevalorada para mi gusto. Pero no me den bola a mi, las ciudades con mucho cemento, edificios grandísimos y espejados, y tiendas por todos lados no me llaman mucho la atención.
Google photos me recuerda que, hace tres años, fui a visitar a mis sobrinas y conocer su departamento universitario. Habían encontrado un perrito re lindo y estaban buscando a sus dueños. Me tomé un té en una taza que tenía un elefante. Salimos a caminar, tomamos unas cervezas y me quedé a dormir en su casa. Al otro día volver a Neuquén fue una odisea porque el sistema de transporte no está unificado y las frecuencias siguen siendo un asco.
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¿Quién es el que anda aquí?
¡Es Cri-Crí! ¡Es Cri-Crí!
¿Y quién es ese señor?
¡ EL Grillo Cantor!
En esta casa en donde vivo ahora en mi retiro por la pandemia del coronavirus, pues aquí me agarró y aquí me quedé, más allá que no tiene ventanas y es algo que realmente extraño, como en la otra, la de la montaña, donde se podía mirar al cielo y parecía que uno vivía en él.
En esta es lo contrario, aquí todo es muy terrestre, da a una callejón limitado por casas y paredes, la visión es encerrada y poco permite el abrirse al espacio sin conclusiones sin nada que detenga el perder la mirada en la vastedad, aquí el horizonte no existe, más allá hay un patio y en él se puede divisar un espacio de cielo que se tiñe por las tardes de los más hermosos colores cuando el hermano Sol parte a los confines del mundo para mostrarse a otros que igual que yo están encerrados y saludarlos para que el día tenga un poco de alegría y los bendiga con un nuevo despertar.
La cocina está afuera en el patio, en un pequeño techito que tiene. Allí es donde preparo los sagrados alimentos sin ninguna ventana cercana, de ahí observo en el día al mini huerto cómo crece y en la noche desde el primer día que llegué a ella hace ya un tiempo, los Cri Crí fueron mi compañía.
Yo estaba cortando la cebolla, el ajo, el perejil, el epazote, el cilantro para realizar un sofrito que contiene muchas vitaminas y minerales, para acompañar y darle un sabor especial a unos champiñones con setas cuando de repente sobre la tabla apareció un pequeño animalito, ansioso, con unas largas antenas, que se movía para todas partes sin poderse quedar quieto, saltaba para un lado, para otro.
Dejé de hacer lo que estaba haciendo y me puse a observarlo y como ya es parte de mí, preguntarle:
-¿Qué haces aquí?- pues con eso que se atravesaba corría el peligro que en un descuido quedara occiso, sin embargo ni en cuenta, yo no existía.
De repente por un borde de la tabla se apareció otro, que con el mismo gesto del anterior se puso a perseguirlo como si estuvieran en un gran juego, donde iban y venían, se encontraban de repente, huían hacia la otra esquina, para volver a aparecer.
-Bichos, bichos, escuchen sálganse de aquí, no ven que es peligroso- más allá seguí sin existir.
Así que con toda la paciencia del mundo me quedé contemplándolos en esa persecución digna de una película de Hollywood del Reino de los Insectos, donde el juego tal vez de cortejo se volvía una acción para mí como si estuviera viendo un partido de pimpon sin pelotita sino que ellos con sus saltos la imitaban y me sentía mirando para un lado, mirando para el otro, lo que me trajo a la memoria aquella canción de “Miranda y Mirón” de María Elena Walsh, donde una pareja de lechuzas están viendo un partido y movían la cabeza como si estuvieran diciendo “…que no, que no, que no”, así me sentía yo.
Hasta que uno de ellos en un esbelto salto en caída libre se bajó de la tabla y siguió su loca carrera en el suelo acompañado detrás de su compañero o compañera, que no titubeó en lanzarse al vacío, mostrando también su destreza.
Por fin, se fueron y pude terminar de preparar el alimento, mientras ellos correteaban , para un lado, para otro, subiéndose encima mío, como si fueran los dueños de todo lo que allí había.
Por mucho tiempo estuvieron en la vuelta, en las noches cuando me ponía a cocinar aparecían como traídos por esa magia que el momento abría, tenía que cuidarme al pararme pues como andaban cerca de mi zapato dando vueltas temía en algún momento pisarlos.
Difíciles de fotografiar pues son eléctricos, saltarines, parecen estar en un constante despliegue de ansia, de movimiento incesante.
Pasó el tiempo y se invadió el lugar de toda su descendencia, que desde diminutos brincan y corren, sin sentido aparente de a dónde se dirigen, pues en un instante pueden dar una vuelta veloz y salir hacia el otro extremo, eso sí, le dan su cuota de vértigo a la noche tranquila y mansa de esta zona del desierto.
Ahora montones de grillos revolotean por todas partes, libres, unos cantan y otros corren.
Uno de ellos se metió en la casa y ahí se quedó. En las noches canta y canta con su voz melodiosa, a veces un poco aguda que chirría en los oídos, sin embargo trae consigo la paz del monte, de los puntos abiertos, de la Vida en lo natural, lo cual agradezco y es una bendición para estos días en que hay que estar metido dentro en la compañía de uno mismo entre paredes de bloques.
Son los grillitos cantores que en estas noches primaverales bajo un cielo cubierto de estrellas que nos cobija a todos y la luna que por él se pasea, cuando salgo a cocinar, andan brincando por el patio, se suben a mi tabla, como saludando y llenando el espacio con un sano regocijo donde su compañía se vuelve una alegría para ser vivida, una esperanza de futuro y regalan algo fundamental: Vida.
MÉXICO
Letra de Cri Cri de:
“Francisco Gabilondo Soler, también conocido como Cri Cri, fue un cantautor mexicano de música infantil, famoso por presentar durante muchos años un programa de radio enfocado a los niños, para el cual creó al personaje Cri Cri, el grillito cantor”. Wikipedia
youtube
Aquí los dejo con la música de “Miranda y Mirón”
“María Elena Walsh fue una poetisa, escritora, cantautora, dramaturga y compositora argentina, considerada como «mito viviente, prócer cultural y blasón de casi todas las infancias»”. Wikipedia
Espero que les de unos momentos de alegría escucharla.
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DESDE EL RETIRO: EL MINI HUERTO
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!
HISTORIA DE ANIMALITOS: LOS CRI-CRÍ ¿Quién es el que anda aquí? ¡Es Cri-Crí! ¡Es Cri-Crí! ¿Y quién es ese señor? ¡ EL Grillo Cantor!
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‘Aparentemente amigas’
Sonrío de pensar cómo te estará yendo en tu vida, después de mi y sabiendo todos mis secretos. Nadie mejor que vos, me conoce en todas mis facetas. Y al ser la primera en enterarse sobre mi gran talento de escribir cuando estoy enojada, siempre me preguntabas cuándo iba a publicar sobre vos. Y sabés qué? Llegó tu turno. Y aunque me hubiese encantado hacerlo desde otro sentimiento, sabiendo que a pesar de la distancia yo me quedé con los buenos recuerdos. Hoy me toca estar enojada, por como cambiaste y por la falsa y lamentable imagen que estás dando. Me duele y hasta me da lástima porque sé, no puedo hacer nada. Porque no me da el efectivo, ni me da el target, porque no podría perdonar lo imperdonable por tener fotos con personas que se cagaron en mí y porque ser 'aparentemente amiga’ de alguien, no es mi estilo ni lo va a ser, nunca.
No te voy a negar, que más de una vez te recordé y quíse hablarte. También lloré por extrañarte y hasta te anhelé por los viejos y buenos tiempos que pasamos desde siempre. Pero mi yo interior sabía que no era buena idea volver a aparecerme por tu vida, siendo que fuíste vos la que decidió que las cosas se dieran así. Y por eso te colgaste de la más abzurdah excusa para culparme de algo que en realidad te estaba pasando a vos pero no tuviste los ovarios de asumirlo. Y como yo era la más fuerte y la más dura, me tiradte esa pelotita a mí porque sabías que yo sí, podía hacerme cargo y enfrentar las consecuencias. Y estoy segura que te arrepentiste en más de una oportunidad pero por una cuestión de exposición pública, no te acercaste a retractarte. Y te entiendo.
Siempre te entendí, incluso antes de que me pidas perdón, para mi ya estás perdonada. Yo no podría cargar con todo lo que te pusiste al hombro sólo para no quedarte sola. Y fingir una felicidad la cual se notaba en tus ojos, que mentías. Y seguís mintiendo. Te falta luz, te falta sonreír, te falta tu escencia y ser vos, la de siempre. Te apagaste, por dentro y por fuera y eso se hace notar a kilómetros. Tu mirada refleja la angustia y el dolor que sentís. Y eso no lo noto yo sino cualquier persona que circule a tu alrededor. Y no sólo estás queriendo engañar a tu entorno sino a vos misma, sin darte cuenta que no podés cargar con el peso de esa mochila que estás llevando todos los días fingiendo algo que no sos, ni fuíste, ni vas a ser nunca. Te conosco como la palma de mi mano y a mí no me vas a poder mentir.
Tu dolor es proporcional a la descepción que me generaste al alejarte de mí, diciendomé que soy una persona tóxica. Y no me desepcioné por eso, sino por lo influenciada que estabas por alguien que hasta el día de hoy, sigue sin valorarte, sin hacerte felíz y no te ama. Sólo está para usarte y quemarte la cabeza… es duro leer esto no? Pero es tu triste realidad y ninguna de tus 'amigas’ se anima a enfrentarte para hacerte abrir los ojos. Ninguna te aprecia como te lo merecés porque yo, que fuí tu mejor amiga, mejor que nadie sé, lo que vales. Pero no estoy acá para reclamarte nada sino para despedirme, porque no puedo más. Te respeté, acepté tu decisión y te esperé. Deseandoté lo mejor y claramente, que algún día vuelvas renovada y sea todo como antes y como siempre, como nunca y para siempre. Que vuelvas a ser mi mejor amiga y volvamos a ser inseparables. Pero todo tiene un límite y hasta acá, llegó mi amor. La vida nos hizo amigas pero el corazón, hermanas. Y hoy por el bien de mi salud mental no me queda otro remedio que resignarme porque superaste mis valores y principios y porque por desgracia, ganó la falsedad influenciada por la apariencia.
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Weón, creo que estoy tomando dms riesgo en esto, onda, pregunté sin pensar en que quizás no estoy lista para verla. Osea, estoy bien, mejor que antes, pero tampoco estoy sana XDDD. Podría decir que sobrevivo y llevo bien mi penita, escondida y arrugada, hecha pelotita en un cajón con candados de metal y perros de tres cabezas defendiéndola. Hace muuuucho que alguien no me ve llorar, hace mucho más que no la menciono, onda, es como un fantasma que sólo yo veo. Mis amigos y familiares ni la recuerdan, ante sus ojos la soltería me ha hecho bien y la estoy disfrutando (igual la estoy disfrutando), pero cuando me quedo sola más de un día y me da flojera responder la lista, se me aparece durante mucho rato. Y se queda!!! Su fantasma se queda y yo tampoco hago algo para que se vaya. Debido a tooooodo eso, la estaré cagando?? “Sabes que no, ya conseguí diarios y no los quiero, igual, gracias por tu tiempo” RIDÍCULA.
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La verdad es que yo detestaba ser albañil
La verdad es que yo detestaba ser albañil. El que más trabajaba era el Horacio. A él sí le iba bien con esa onda de levantar paredes en una hilera prolija y sin tirar demasiado material; maniobrar la cuchara con un ligero movimiento de muñeca cuando había que revocar; atar alambres con la tenaza, dándole vueltas y vueltas para ajustarlo pero sin que se corte; acarrear carretillas llenas escombros como si estuviese paseando tranquilamente por el barrio, sin que se note la carga del peso sobre las manos, los brazos, los hombros, la espalda. Yo no servía para nada de eso porque soy o era muy torpe, todavía no le saco la ficha a eso. Me tropezaba, me chocaba, me raspaba, me enganchaba la ropa en todos lados y siempre empezaba las tareas del modo más rebuscado y difícil. Esa era la eterna discusión con papá. “¿No te das cuenta - me decía mi viejo - de que así es más difícil?”. Y me mostraba cómo se hacía de verdad; o de manual, que es casi parecido. Pero a mí no me salía, no sé, me colgaba, me aburría “¡Sos un vago de mierda!”, decía él. Y, después, también decía el Horacio: “¡Sos un vago de mierda!”. Yo me aburría, me cansaba. Mucho calor, mucha fuerza. Me dolían las manos, las piernas, la panza y la espalda. Tenía hambre y los recesos no me alcanzaban. Suelo ser bastante discontinuo. Yo quería mirar las plantas, las raíces de las plantas, ¿a dónde van? ¿Qué tan profundo? ¿Cómo es habitar la oscuridad húmeda del bajotierra? Las telarañas blancas en los huecos de los ladrillos ¡Tan blancas y transparentes cuando las alcanza el sol por la mañana! Quería colgarme con las cosas chiquititas que veía flotar en el aire cuando miraba a contraluz. El rayo de sol golpea la medianera. El cono de luz y el cono de sombra se empujan con la misma intensidad. La línea que los divide es recta. En la frontera - ni muy allá, ni muy acá - pequeñas cositas, manchas blancas, suben y bajan como si estuvieran ralentizadas[1] ¡Atendé! ¡Dejá eso y prestá atención! ¡Mirá acá! Nunca quise ser albañil, por eso estudiaba y leía. Para ser alguien en la vida. Si, si, no dije mal: Estudiaba y leía para ser alguien en la vida. Eso me dijeron en todos lados. Me dijeron en la escuela, en la iglesia, en el barrio, en la canchita, en el almacén, en la carnicería, en la casa de una vecina. Había que estudiar para ser alguien y salir del barrio para ser mejor. Porque todo lo del barrio era una imagen fingida, una copia fallida de algo que aún no conocía: la escuela no era escuela sino un aguantadero de pibes chorros y maleducados, el comedor era para pobres que siempre serían pobres, la canchita en realidad era un descampado, un pedazo de tierra con dos palos como arcos, los kioscos y almacenes no estaban habilitados y todos los juguetes eran copias de copias de plástico mal trabajado. Pero el barrio era todo lo que conocía. Barrio con calles de tierra que se hacía barro cuando llovía. Grandes charcos, casi ríos, que llegaban hasta las patas mi cama; rodeados de sapos que se zambullían gozosos para cruzar de verada a vereda, en donde la tierra era un poco más alta. Barrio con baldíos casa por medio. Baldíos con caminitos que usaba para acortar camino cuando iba a visitar a Eduardo o a Rodolfo, o cuando iba a buscar pan y facturas de ayer a la casa de los Carrasco. Baldíos con unos yuyos horribles, marrones y amarillos, ni siquiera verdes. Así los recuerdo, marrones y amarillos, con un olor nauseabundo cuando le arrancaba una ramita que, mientras caminaba, iba partiendo en pedacitos uniformemente trozados como pasatiempo y como modo de contener un poco la cabeza. Y en la cima de los arbustos, un ramillete de pelotitas muy parecidas a las verrugas. A esa no las tocaba porque, secretamente y sin que nadie me lo transmitiera, creía que si les pasaba los dedos, luego me crecerían protuberancias con la misma horrible forma sobre mi piel. Una vez tuve una verruga en la rodilla y no lo soporté. La vieja Carmen, la bruja de a la vuelta, me dijo que no la mire por una semana y se me iba a ir. Así fue.
Estudia para ser alguien en la vida, porque el estudio trae dignidad, porque el saber te hace libre, dijo una maestra que nos enseñaba menos temas que los que veían en otras escuelas porque nosotros no éramos tan inteligentes, éramos pobres. Y yo no me sentía esclavo pero “conocerán la verdad y la verdad los libertará”, o algo así dijo una vez alguien en el salón de los testigos de Jehová. Estudiá para ser alguien, aunque nadie lo creía. Porque el que nace en el barrio muere en el barrio, mucho más en pueblo chico. Uno siempre vuelve al barrio, como la Natalí, el Martín, la Rosana, la Betina, el Tito, el Ezequiel, el Nico. Uno siempre vuelve al barrio aunque sea en los rincones más íntimos. Cuando bajan las luces y los ojos se cierran al compás del golpe de la manecilla del reloj, durante el silencio oscuro de la noche. De la oscuridad a veces viene niebla. Esa niebla espesa y fría de invierno que cubría la montaña. En realidad, no era montaña, era una duna como la que nombra el himno a Punta Alta; un coso gigante de arena rodeado de alambres al fondo de la cuadra, la última cuadra de la ciudad, al que le decíamos “La montaña”. Y ahí, los nidos de los teros. Y ahí, los cascarudos y las hormigas. Y más atrás, el viejo molino y la ermita. Y más allá, el camino que da la vuelta, toda la vuelta al pueblo. Pasa por el lugar donde había cabras y guanacos. Pasa por el basurero que visitamos varias veces con Julio, donde una vez me encontré un pedazo de fílmico largo muy largo y me puse a ver los fotogramas sin saber que eran fotogramas, y desculé entonces que las películas funcionaban así: cuadro a cuadro, fotos muy parecidas una al lado de la otra. Mi primera lección de cine fue en un basurero: las películas son un truco de magia y una mentira. Y el camino da toda la vuelta hasta llegar al FONAVI y la ruta vieja, por la que fantaseaba irme algún día de este barrio húmedo, frío y con hambre. Porque yo quería ser alguien que no fuera un albañil. Aunque a veces creo que la nada también está llena de cosas, tal vez más chiquitas y que flotan en el aire como ralentizadas. Cosas con otro tiempo y otra forma. Como ese lugar que pulsaba fugazmente mis ojos desde atrás, cuando miraba la gota de hormigón escaparse del encofrado y caer espesa por la pared desnuda. Como los colores de las plantas que mamá cuida cuando la lluvia recién acaba de caer y todavía queda su presencia cargada en el espacio, en el aire y en el pelo. Como las formas que creía ver a los lejos, los días de intenso calor de verano, sobre la arena de calle San Juan, más allá del campo donde ya no están los membrillos.
[1] Este concepto lo incorporo ahora, mientras repaso esas posibles imágenes que me quedan del pasado, después de haber estudiado ciertas cosas sobre la imagen audiovisual. Obviamente, en ese momento no pensaba en la temporalidad del movimiento sino en su calidad de lento, en la suavidad de las cosas que caen del cielo como un milagro. Quizás, incluso, pensaba en el Maná y en que me hubiese encantado poder probarlo.
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