#me duele demasiado la garganta es horrible
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haveyougotitchybones · 2 years ago
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tengo anginas y preferiría MORIR
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tidus-suan · 1 year ago
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Debi ser fuerte, no dejar la universidad, eso arruino mi vida, tanto que me costo incluirme a la sociedad, terminar mi colegio y llegar a la universidad, lo arruine todo por un amor, algunas veces, mi abuelito me pregunta: y como va la universidad? y yo le menti: bien muy bien, asi le dije varias veces.
hoy mi Papa me dijo que mi abuelito esta enfermo y que se esta yendo como debilitandose, asi murio su mamá, mi bisabuela maria, y estoy pensando en eso, en lo poco hombre que fui, yo soy demasiado debil para este mundo almenos mi abuelo moriria con honor, pero yo que hice mi sangre muere conmigo ni eso consegui, cada dia estoy contemplando el suicidarme, como antes, y esto ni lo pienso solo surge, como flashes en mi mente, me duele el corazon, me duele el alma, mis ojos no lloran mas y es horrible porque hay un llanto en mi garganta se vierte como una cascada hacia mi corazon, ahora entiendo mis dibujos.
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minimoonpiece · 2 years ago
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No puedo dormir, el malestar que siento en mi cuerpo debido a mi dolor de garganta es horrible. No puedo respirar, tengo demasiados mocos, me duele todo. Sé que tengo la culpa por no cuidarme, pero odio no poder dormir bien 😭😭
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0takudl · 4 years ago
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Diabolik Lovers Dark Fate: Yuma, Ecstasy 3
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Es un bajón regresar con escenarios de relleno. Pero bueno, acá estoy.
Traducción en inglés por @akuichansera​.
Prólogo Ecstasy- Ecstasy 1- Ecstasy 2
Traducciones Dark Fate
-Sala de estar del castillo.-
Yui: ──¡Entonces! ¿¡Por qué siempre haces esto!?
Yuma: ¿¡Ah!? ¡Porque quiero!
Yui: Qué... ¡Qué clase de excusa es esa!
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Ruki: ¿Qué están haciendo?
Yui: ¡Ruki-kun... !
Yuma: Oye, Ruki. Mira. Ella--
Yui: ¡N-No “ella”! Esto es tu culpa--
Ruki: ... *Suspiro.* No puedo seguir esta conversación. Primero, explíquenme lo que ocurrió.
-Después de un teimpo.-
Ruki: ... ¿Entonces de repente Yuma agarró al ganado, el ganado se sobresaltó y se le atascaron los caramelos en la garganta?
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Yui: No importa cómo lo mires, es culpa de Yuma-kun. ¿¡Verdad!?
Siempre tiene que hacer eso. Agarrarme desprevenida... ¡Gracias a ti casi me muero!
Yuma: ¿¡Ah!? Tú me perteneces. ¡Puedo agarrarte cuando quiera!
Ruki: ... *Suspiro.* Esto es estúpido.
Aparentemente, tengo que darle un castigo a ambos.
Yui: ¡Eh... !
(¿Q-Qué debo hacer... ? Ruki-kun luce serio... )
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Yuma: Aah espera, Ruki... En realidad fue mi culpa.
Yui: ¿Yuma-kun... ?
Yuma: No la he tratado adecuadamente.
Yo me haré cargo de ella. ... ¿Está bien?
Yui: (Está diciendo eso para que Ruki-kun no nos castigue, pero incluso así... no me gusta cómo suena. )
Ruki: ... De acuerdo. Luego hazme un reporte sobre eso.
*Ruki se va.*
Yuma: ... *Suspiro.* Qué molestia. Vamos, andando. Cerda.
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Yui: ... Gracias por asumir la culpa.
Yuma: No te preocupes. vamos a dormir.
Yui: Está bien...
-Después de un tiempo.-
*Yui se despierta.*
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Yui: (─La actitud de Yuma-kun cambió muy rápido. Es bastante extraño. )
(Espera, esto es... )
*Yui siente un látigo.*
Yui: Ah...
Yuma: Heeh. Cuando dijo que usara esta cosa, solo estuve un poco de acuerdo con eso. Pero parece que vale la pena intentarlo, ¿eh?
*Yuma azota a Yui.*
Yui: ¡D-Detente... !
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Yuma: Nop. Oye, ¿cómo se siente el látigo?
*Yuma mece el látigo.*
Yui: Uugh...
(Duele... esto es cruel... )
Yuma: Debo decir que este es un buen pasatiempo que tiene Ruki. Tengo que castigarte, así que por qué no usar este látigo para hacerlo.
Yui: ¿Por qué... haces esto... ?
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Yuma: ¿Ah? Porque tengo que disciplinarte. Obviamente.
Tú me perteneces. Debería dejarlo más claro.
De esta forma, no harás un escándalo cuando te agarre.
Yui: Qué...
(¿¡Qué demonios!? ¡No puedo creerlo... !)
Yuma: Ahora, ¿dónde serás azotada esta vez? Dime.
Yui: Ah... No, suficiente...
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Yuma: Heh... No estás respondiendo mi pregunta, cerda. Necesito disciplinarte más, ¿eh?
Yui: ... ... Uh.
Yuma: Vamos... Respóndeme. ¿Dónde serás golpeada?
Yui: (Realmente odio esto... pero tengo que responderle... )
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脚  → Piernas. (S. )
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Yui: L-Las piernas...
Yuma: ¿Eh? Entonces no serás capaz de estar parada.
Yui: No me gustaría eso...
Yuma: No te preocupes. Como no podrías caminar, yo te cargaría.
Primero, te daría un baño. Te arrojaría un montón de agua caliente.
Se mojarían tus heridas y eso dolería bastante.
Yui: ¡No... !
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Yuma: ¿Ah? ¡Tú eres la que dijo en las piernas!
*Yuma la azota.*
Yui: ... Ggh...
(Esto es... horrible... )
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背中 → Espalda. (M. )
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Yui: La espalda...
Yuma: Hmm... ¿Así que estás en este tipo de cosas?
Yui: ¿Eh... ?
Yuma: Vamos, voltéate... ¡Ggh!
*Yuma mece el látigo.*
Yui: Agh...
*Yuma rompe la ropa de Yui.* [Supongo que con el látigo(? Aunque solo dice que lo mueve. ]
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Yuma: ¿Heh? Quién habría pensado que tu ropa se rompería con el látigo.
Jeje... Ese look de ropa rasgada realmente te queda bien, ¿eh?
Yui: Esto es demasiado...
(Duele. También estoy avergonzada... he tenido suficiente... de esto... )
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Yuma: *Suspiro.* Estoy cansado...
Ah, tu sangre está saliendo. Qué desperdicio.
*Yuma se acerca.*
Yuma: Mnghh... Haah...
Yui: No... ¡Duele... !
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Yuma: Si no hay dolor, entonces no es disciplina. ¿No?
Haah. Hacer algo nuevo me dio hambre... Nngh... Mnn...
Lo que está ocurriendo aquí hoy necesita ser reportado a Ruki mañana. Recuerda esto bien.
Le dirás tooodo directamente desde tu boca. ¿Entendido?
Yui: (Decirle a Ruki-kun... no hay forma en que pueda hacerlo... )
─ “F” de fin y “F” por Yui. ─
Recuerden: si piden que les azoten las piernas son unas sádicas enfermas, pero si piden que sea en la espalda, se ganarán el corazón de su vampiro traumado preferido ♥.
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i-landy · 3 years ago
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12-01-2022
En esta noche no puedo dormir , mis pensamientos cada vez son más ruidosos , mi mente imagina colores para ser franca predomina el negro , como cuchilladas que da en el techo de la habitación , me imagino sentada en esa cama negra , con demasiado calor , con esa blusa verde que tenía dos días de usar mi cabello duro y seco , sin color y sin vida , mi vista borrosa porque Necesitaba mis anteojos con suficiente hambre y sed , con miedo y con ese nudo en la garganta como si no pudieses tragar saliva , lo siento hoy… Mis emociones se descontrolan están alteradas , no sé si sea buena idea tomar esa mágica pastilla para dormir , creo que abuzaría mas de lo que Necesito, por ello no me atrevo a volver a ellas , de alguna o otra forma las extraño , me pongo a pensar la rutina que tuve ahí adentro , el sonido de el carro de comida era la única cosa que podría animar a cualquier compañera que tenia , era la más callada me peinaba mi cabello con mis uñas por alguna extraña razón funcionaba … Recuerdo el sabor de la comida ,estaba fría el agua era muy agria en ocasiones los sabores que normalmente habón era horchata y Jamaica , francamente ambas Sabían a lo mismo jajaja , mi horario era de 6 a 6.
6:00 AM : colación (gritaba la enfermera para que nos de nuestras patillas y seguidamente un par de galletas o algo , un pan o fruta ) de ahí yo persistía despierta hasta esperar el desayuno , y de ahí el almuerzo y de ahí la cena.
Soñaba que iba en la parte de atrás de el asiento de el carro de mi hermano acostada y mi mamá estaba de copiloto , yo dormía , con la seguridad que ese mismo día saldría de ese horrible lugar llamado psiquiátrico…
Aquí vamos de nuevo , mis mejillas se mojan y empiezo con ese nudo en la garganta que casi no me deja respirar , Faltan 30 minutos Para que den las 3 , mis dedos no dejan de escribir y mi corazón y mi mente más se lastiman al recordar
,¿ Qué me pasa ? ¿Quien podrá ayúdame ? ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Porque me duele tanto mi pasado? ¿Que debo hacer para poder cambiarlo ?
Más preguntas llegan a mi cabeza y mis dedos se empiezan a entumir , los minutos corren y mi mente más me ahorca , Tengo miedo … creo que estoy callando nuevamente , mis deseos de quitarme la vida persisten , Miedo a volver al psiquiátrico , miedo a las medicinas , y a sus reacciones creo que tendré un ataque de anciedad … me duele tanto ….
Continuaré mañana , Descansen buenas noches
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cxrsedlovers · 4 years ago
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-  ̗̀♘SHIN LABYRINTH END: ESPAÑOL
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•️ੈ۪۫✦• • • ━━━━━
【♕Lugar: Cabaña abandonada】
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Shin: ——Kino, este tipo no ha llegado.
Yui: Este es el mejor lugar para reunirse.
Shin: Así es. No estaba en la cueva...
Yui: ... De ninguna manera, ¿podría ser que Carla-san lo atrapó?
Shin: Mierda, ¿no crees que estás diciendo cosas innecesarias?
Yui: Es verdad. Estoy segura de que estará bien.
Yui: (... Para creer eso, hemos estado corriendo tan rápido que me duele el corazón).
—Ruido—.
Yui: ¡Ah! Estoy segura de que es Kino-kun. ¡Kino-kun finalmente está aquí!
—Shin agarra a Yui—.
Yui: ¡Eh...!
Yui: (Shin-kun, ¿¡por qué está sosteniendo mi brazo!?)
Shin: ... Kgh.
Yui: (Está olfateando... Es Kino-kun... ¿No es así?)
Shin: No puede ser. Este olor—— ¡Es de mi hermano!
Yui: ¡¡...!!
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Carla: Después de todo, estaban aquí.
Shin: ... ¡¡Hermano!!
Yui: (¿Después de todo, qué significa eso? ¿Kino-kun le dijo dónde estábamos o algo?)
Carla: Entonces, ¿me darás a Eva?
—Carla saca su espada—.
Shin: ¡Detente! Hermano, no puedo hacer eso.
Yui: Shin-kun...
Shin: Yui, quédate atrás.
Yui: ...
Yui: (¿Va a pelear con Carla-san? ¿A estas alturas ya es inevitable?)
Yui: (¡Por qué los dos deben pelear——!)
Shin: El tiempo de espera se acabó...
Yui: (¡Shin-kun! ¿¡Está dispuesto a pelear con Carla-san!?)
Shin: ... No puedo dártela. A ella no—— ¡Hermano!
—Shin agarra la espada—.
Yui: (¡Shin-kun también ha tomado la espada!)
Carla: Entonces, morirás aquí.
—Choque de espadas—.
Shin: ¡Uh!
Yui: ¡Shin-kun!
Carla: Hmph, ¿llegado a este punto todavía puedes soportarlo?
—Varios choques de espadas—.
Shin: Ah, ah, ah.
Yui: (Se está presionando cada vez más. Hará todo lo posible para evitar el ataque de Carla-san).
Carla: Solo estoy comenzando.
Shin: ... Ah, ah... Hermano.
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Carla: Cállate.
—Choque de espadas, Carla ataca a Shin—.
Shin: ¡Aghhh...!
Yui: ¡¡No!! ¡¡Shin-kun...!!
Carla: ¡Muere!
—Carla apuñala a Shin—.
Shin: ——¡Ah!
—Carla apuñala a Shin—.
Shin: ¡Kgh——!
Yui: ¡¡Carla-san...!! ¡¡Por favor... Detente!! ¡¡Deja de hacerle esto a Shin-kun...!!!
Shin: Uh... Ah...
—Shin cae al suelo—.
Yui: ¡¡Shin-kun...!!
—Yui corre hasta Shin—.
Yui: ¡¡Shin-kun!! ¡¡Por favor!! ¡¡Abre tus ojos...!!
Yui: (¡Esta cosa... Esta cosa es...!)
Yui: (¿Ha dejado que su hermano mayor le mate sin poner resistencia?)
Yui: (Shin-kun solo quería que Carla-san recordara——)
Carla: Hmph, era de esperarse.
—Shin se levanta—.
Shin: ... Her... Ma... No.
Yui: (Shin-kun ya está muy herido. ¡Detente! ¡¡Detente——!!)
Carla: Solo ven. Eva.
Yui: ¡Kyaaa!
Yui: (¡Carla-san está tirando de mi brazo!)
Shin: Aleja... Tus manos... De ella.
Yui: ¡Por favor, sepárate, Carla-san!
Carla: Ven, te llevaré a la mansión.
Yui: ¡...! ¡No...! ¡No...!
—Carla comienza a llevarse a Yui—.
Shin: Tráela... No te vayas... Espera... Por favor...
Yui: ¡Shin-kun...!
Yui: (¡Incluso si me resisto, es inútil——!)
Yui: (Shin-kun está intentando venir hacia mí. Intento ir hacia él pero... ¡No lo alcanzo——!)
—Shin se desploma en el suelo—.
Yui: ¿Shin-kun...?
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Shin: ...
Yui: Shin-kun, Shin-kun, ¡¡aghhhhhhh——!!
—Carla se lleva a Yui—
[Monólogo]:
❝ ¿Cuántos días han pasado desde entonces?
No lo sé——
El paso del tiempo aquí es una locura.
No. No es solo eso. Todo aquí está demente.
Shin-kun y yo fuimos devueltos a la mazmorra subterránea de la mansión de Carla-san. Kino también fue atrapado, el primero. ❞
【♕Lugar: Mansión Violet - Mazmorra】
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Kino: ... Mierda, la cadena que tengo en el cuello duele.
Shin: Las cadenas se rozan entre sí... Y el dolor es... Parece que va a explotar.
Yui: (Estamos encadenados y tenemos un collar en el cuello—— No hay libertad aquí...)
Yui: (No puedo moverme incluso si quiero acercarme a Shin-kun, solo puedo acostarme en el suelo).
Yui: (Y esa persona siempre viene——)
—Pasos acercándose—.
Carla: Como siempre, se ven horribles.
Yui: Carla-... San.
Shin: ... Her... Ma... No.
Carla: Todos los de las otras casas fueron eliminados.
Yui: ¡Eh...!
Shin: ¡...!
Kino: ...
Carla: El día en el que me convierta en el gobernante supremo está cerca.
Yui: (Todos... ¿Han sido asesinados? Tal cosa——)
Carla: Vamos, Eva. Dame la sangre que me convertirá en el gobernante supremo.
Yui: ¡Ah...!
Carla: Levántate.
Yui: (Carla-san me obliga a levantarme. Esto también es habitual——)
Carla: ¿Ya no puedes levantarte por ti misma? Qué criaturas más débiles.
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Carla: ... Pero aún así, chuparé esa sangre.
Carla: Nn... —Carla muerde a Yui—.
Yui: Ah...
Carla: ... Nn... Nn... Ah... Ah...
Yui: (... Mi sangre está saliendo...)
Carla: Ah... Esta sangre... Cada vez que la chupo... Hace que no quiera detenerme.
Yui: (Carla-san está chupando tanto... Y parece que sus recuerdos no regresan...)
Carla: ——Nn, suficiente por hoy.
—Carla arroja a Yui al suelo—.
Yui: Uh...
—Carla se va—.
Yui: (——Se ha ido).
Yui: (Pero después de un tiempo, volverá para chupar. Siempre viene solo por eso...)
Yui: (Ni si quiera miró hacia atrás para ver a Shin-kun. Ya no puede llegar a Carla-san).
Shin: Mierda... El aroma de la dulce sangre está por toda esta mazmorra...
Kino: Ah... De verdad... Me muero por hacer esto cada vez.
Yui: (¿Huele tanto a mi sangre...? Ugh... Mi cabeza no deja de dar vueltas...)
Shin: No puedo soportarlo más... Yui, déjame chuparte la sangre...
Yui: (No puede soportar este olor. Bien, haré cualquier cosa por Shin-kun...)
Yui: Sí, ¡espera...! Voy a intentar acercarme a ti...
—Yui se acerca a Shin—.
Yui: ¡Shin-kun...! ¡Firmemente...!
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Shin: Nn... Ah... —Shin muerde a Yui—.
Yui: (Shin-kun, tu conciencia está perdida... Tal vez ni siquiera sabes que me estoy acercando).
Shin: El olor... De esta sangre...
Yui: ¡Shin-kun...! Puedes chupar mi sangre de una forma fácil y rápida...
Shin: Kgh... Nn... Ah... ¡Nn...! —Shin muerde a Yui—.
Yui: ¡Nn...!
Shin: Nn... Ah... Nn——...
Yui: (——Mi sangre está siendo chupada...)
Kino: Eh, tú... Yo... también... Déjame chupar. Me muero por saciar mi garganta.
—Kino se acerca a Yui—.
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Yui: Eh, ah——
Yui: (Estoy siendo arrastrada... Pero, no puedo... Resistirme...)
Kino: Ah... Nn... Nn... Ah... Mi garganta... Se está saciando...
Yui: (Mi cabeza está somnolienta... Mi cuerpo está demasiado débil...)
Shin: No me hagas dejar de chupar todavía. No es suficiente.
Yui: ...
Shin: Nn... Ah... Nn——... —Shin muerde a Yui—.
Kino: Hmm... Ah... Nn... —Kino muerde a Yui—.
Yui: (No sé cuánto más... Voy a aguantar así... ¿Por cuánto tiempo continuará esto...?)
Yui: (¿Ya no podré salir de esto...?)
Shin: Nn... Ah, nn... —Shin muerde a Yui—.
Kino: Hmm... Nn... —Kino muerde a Yui—.
Yui: (Ah, ya... No puedo pensar en nada——)
『Labyrinth END』
Masterlist Scarlet
Masterlist Violet
Masterlist Orange
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itsalejandrostuff · 3 years ago
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Son las 23:48, y hoy tuve que pasearme por Google Fotos para hacer un poco de espacio por temas de trabajo, y encontrarme con un pedazo gigantesco de momentos, conversaciones, videos, donde fue inevitable situarme en cada uno de ellos y pensar en qué momento todo eso se esfumó? cosas que ni siquiera están tan lejanas en tiempo, es como si te hubiesen sustituido por otra persona, una que no me volvió a decir que le gustaba mucho, que quería tanto que estuviese "allá", que estaba llena de alguna forma de ilusión con cada cosa que le daba, material y no material, que le parecía lindo enviarme una foto recién despierta y antes de dormir luego de un día jodido de trabajo... a dónde te fuiste? por qué sólo te quedaste en mis capturas de pantalla? se me hace complicado no envolverme en rabia cuando se cuestionó tanto lo que yo sentí, lo tanto que sentí amor, o sea, es que no es obvio el por qué te amé con mi vida? fue la suma total y plena de todo lo que recibí de ti, e irónicamente, como todo en mi vida, fuiste el inicio y el final. Tan sólo tu. Es horrible para mi tener que borrar (materialmente) un trozo tan significativo de mi vida y de mi tiempo, y sigo preguntándome qué pude haber hecho mejor, aún cuando realmente me esforcé por ser "lo mejor", lo "más", alguien del cual no se pudiera dudar, total, quien quisiera querer o enamorarse de alguien que no te da seguridad, no? pensé que era lo más sensato... y acá sigo, con un "te amo" peleando contra un "te extraño" y un "no puedo creer que te hayas querido ir así" todos juntándose y amontonándose en mi garganta, en mi cabeza. Duele en el alma que te hayas ido así. Duele demasiado.
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hyunjinimaginas · 4 years ago
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Nightclub (Oneshoot)
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Estaba tan cansada del trabajo, no quería salir de verdad me estaba arrepintiendo de prometerle a Sunhye que saldríamos de fiesta esta noche.
Me quite mis tacones y traje de oficina para arrojarme sobre mi colchón, tratando de acumular energía para está noche. Me quede ahí un buen rato hasta que vi mi alarma de las 07:00 pm, Sunhye me recogería a las 9:00 pm ya tenía que arreglarme. 
Sin ganas me levante en ropa interior para buscar entre mi ropa un vestido un poco corto de color negro de tirantes, me coloque unas plataformas para no cansarme, y una chaqueta negra esta tenía bolsillos con broche así que no llevaría un bolso. Mi telefóno empezó a brillar con el rostro de mi amiga, bufé.
- Si, si ya voy - Le colgué, cerre mi departamento y baje para entrar en el auto de Sunhye. Ella estaba demasiado emocionada, se la pasaba hablando de su princípe azul y no se que diablos.
Llegamos a un lugar famoso, había un montón de gente afuera pero Sunhye me tomo de la mano emocionada hasta llegar con dos grandes hombres. Esta les susurro algo y nos dejo pasar.
- Oye! espero que no nos hayas comprometido, eh’ - comente sorprendida por los conectes de mi amiga, está rio y me abrazó.
- Ou ya te faltaba salir! - jalo mi mejilla- Iré por algo de tomar, ya sabes si pasa algo grita mantequilla, cool? - me pregunto emocionada.
- Cool - le sonreí y la ví perderse entre  la multitud, la música no era tan mala, no tomo mucho así que decidí ir de centro a la pista de baile.
Estaba bailando y prontó aparecío Sunhye espantandome.
- Ya! no hagas eso - la empuje y está sonrío malvada.
-Hay alguien mirandote desde hace un buen rato - comento tomando un sorbo de su bebida con ojos picaros volteando a una mesa con varios chicos en una esquina. Mi mirada cruzo con un rubío de pelo algo largo, me sonroje a lo lindo que era y volteé mi mirada.
- Y qué quieres que haga? - me encogí de hombros.
- Hagamos una apuesta, si lo besas ganas, si no pierdes - comento poniendose la mano en la cadera. - Si ganas, te invito el almuerzo y te llevo a tu casa toda la semana - extendio su mano.
Me ahorraría muchisimo tiempo.
- Pero si yo gano tu invitas el almuerzo, trato? - divertida tome su mano y le guiñe el ojo.
- Tu mira y diviertete - le dije llena de confianza,  se fue a sentarse donde pudiera ver, comencé a bailar más sensual y de vez en cuando lo miraba, el solo tenía levantada una ceja. Reto aceptado, vi como se levantaba e iba a la barra, fuí para captar su atención.
Me senté en un banquillo libre a un lado de el, pero lo ignore.
- Hey, ¿Me puedes dar un vodka? - Comente acostandome un poco en barra haciendo que mi trasero resaltará, el chico de la barra me guiño el ojo y empezó hacer mi trago.
- ¿Eres bailarína? - Una voz algo gruesa llamó mi atención, el chico rubio me miraba curioso.
- Ehm no - reí un poco confundida- ¿Por?
- Bailas muy bien - comento lo último dando un vistazo a mi cuerpo, yo solo alcé mi ceja divertida mientras me cruzaba de brazos.
- ¿Y tu, bailas? - pregunte recibiendo mi trago y dandole un sorbo.
-Se podría decir- ladeo su cabeza sonriendome.
- No te creo - Solte una sonrisa divertida.
- ¿No? ¿Qué tal si te lo demuestro? - se había acercado a mi, lo suficiente para ponerme nerviosa -¿Deberíamos ir? - comento alzando su mano como invitación para ir.
- De acuerdo - sonreí mientras tomaba su mano,y entrebamos entre la multitud, la música resonaba tanto que vribraba el suelo. El puso sus manos sobre mis caderas, sentía que por su firme agarre mis piernas me iban a fallar, baile al ritmo de la música y decidí darme la vuelta donde mi espalda estaba pegada a su torso. El alcohol me estaba haciendo demasiado efecto, todo iba bien hasta que llego un maldito borracho.
Esté me tomo de la muñeca y me jalo hacía el.
- Vamos amigo, comparte a esté tesoro - me abrazó a él, y yo trate de empujarlo.
- Sueltalá idiota - comento serio el rubío como si lo estuviera apuñalando con la miraba.
- No lo creo, me i- había aprovechado que estaba distraído, le pise el pie con fuerza para después darle un puñetazo en la cara. Vi como el ebrio se cayó agarrandose la cara, yo solo sentí un horrible dolor en mi puño y lo agarré con fuerza. Sentí unos abrazos cubrir mis hombros, era el rubio.
- Ya, ¿Estás bien?- tenía sus cejas levantadas yo negué mientras apretaba mi mano, tenía ganas de llorar - Ven, vamonos antés de que esta basura vuelva a molestar - le había dado una patada en el estómago cuando el ebrío estaba en el suelo y todos estaban viendo. Por el dolor y la pequeña ebriedad que tenía se me había olvidado totalmente que había venido con mi amiga Sunhye. Una brisa de aire frío estampo contra mi cuerpo, sintiendo un alivio.
- ¿Te duele mucho? - comento el chico revisando mi puño con cuidado, quede hipnotizada con esa hermosa vista, tarde en reaccionar y un sonrojo me delataba.
- SI, ehm, jeje, bueno no lo se - hice un puchero, tal vez estaba un poco consiente pero estaba haciendo cosas son controlarlas, esté sonrío con ternura al ver mi puchero.
- Ven, te ayudo a curarte - tomo mi mano y caminamos a un auto negro, me abrío la puerta y me puso el cinturón, cuando lo hizo su rostro quedo muy cerca del mío, Dios! estaba demasiado tentada por esos lindos labios, sentía que la gravedad me atraía a el, el aclaro su garganta y cerro la puerta. Suspire pesadamente. El se subío y condujo a la farmacia más cercana.
- Quedate aquí, ya vuelvo - me sonrío y lo vi bajar. Me quede mirando a un punto en la calle hasta que el recuerdo de mi amiga me había llevado, al inicio me alarmé pero luego pensé que ya la vería mañana, o llegando a casa le mandaría mensaje ya que deje mi celular allá.El sonido de la puerta cerrandose me saco de mi transe.
- Listo, no se mucho sobre esté tipo de heridas pero la chica me comento que un parche te ayudaría - me paso una cajita.
- Oh! eres muy amable, dios tengo tanta pena - me queje cubriendome la cara ya me había puesto mi parche.
- No digas eso, es la primera vez que veo que una chica golpeé tan fuerte a un ebrio, digo lo dejaste en el suelo - comento divertido dandome animos.
- ¿Tie- Tienes hambre? - maldita sea, por qué diablos tartamudé, a él le dio gracia y lo pensó por un tiempo.
- ¿Qué propones?
Está es la primera parte, mañana subiré la otra :3 espero les guste!
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locura-de-palomas · 5 years ago
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PARTE DOS
PARTE UNO
Se hace la hora, me pongo la camisa y salimos. Dejo a mi hija en la casa de su amiga. Su mamá es un ángel en mi vida, aunque tal vez no lo sepa. Nunca se lo dije. Quizás debería. No sé. No tenemos tanta confianza. Sólo hablamos cuando llevo a mi hija y cuando la voy a buscar, además de los mensajes que nos mandamos para coordinar. Pero no más que eso. No somos amigas, ni nos conocemos mucho. Pero ella recibe a mi hija en su casa siempre con una sonrisa genuina en su cara y, cuando la voy a buscar, me dice siempre que la lleve cuando lo necesite sin dudarlo. Le agradezco muchísimo. Trato siempre de decírselo, aunque nunca puedo expresarle cuánto.
Una vez que se cierra la reja, me doy vuelta y comienzo a caminar. Quiero llorar otra vez. En parte porque tengo que ir a donde voy, en parte porque estoy feliz de que mi hija se queda en un lugar donde la cuidan y no tiene que ver lo que tengo que hacer, aunque lo sabe muy bien. Con sus trece años ya entiende muchas cosas. Ojalá no existieran estas cosas que ella tenga que entender.
En el camino escucho gritos que provienen desde dentro de una casa. Es una chica discutiendo con su madre a causa del novio. Me duele el pecho. (Yo también discutí a los gritos. Yo también me peleé por él con el mundo. Yo también le grité a mi mamá, aunque yo no tenía la excusa de ser adolescente. Ya tengo treinta y tres años. ¡Qué vergüenza!). Se me cierra la garganta. “¡No vale la pena!”, le quiero gritar. Pero no puedo hacer nada.
Pienso en ir caminando, pero veo venir el colectivo (creo que algo de saldo en la SUBE tengo), así que lo paro y me subo (me queda en saldo negativo). Ahora sí me pongo los auriculares para escuchar música. Estar fuera de casa me produce muchísima ansiedad, y la música me ayuda a poder manejarla mejor. Me cuesta elegir las canciones ahora. Siempre le di mucha importancia. Tengo más de ochocientas canciones en la tarjeta de memoria del teléfono. Listas de reproducción para cada cosa. Algunas con nombres coherentes: “Ducha”, “Para dormir”, “En español”. Otras no tanto: “kjkjdksbkjbskjdbgv”, “dnddnasnsnksn”, y mi favorita, “Eludiendo lúcidos” (ésa es especial. Cada canción elegida con cuidado. Aunque hace rato que no la escucho).
No uso ninguna lista hoy. Pongo “Todas la canciones/Modo aleatorio” y listo.
Bah. Listo no. Paso la mitad del viaje eligiendo una y, al final, ni siquiera le presto atención. (Él no tenía ninguna canción su teléfono. Decía que no le gustaba tanto la música. “¡Eso es de psicópata!”, bromeé una vez. No le hizo gracia. Tampoco le gustaba que yo escuchara música. Sobre todo Foo Fighters, mi banda favorita de toda la vida. “Te ponés muy insoportable cuando los escuchás”. “¿Insoportable cómo?”, le pregunté. “Te gustan demasiado”, respondió, ”Te ponés eufórica”. “Contenta, querrás decir”. Tampoco le hizo gracia).
Abro Facebook nuevamente y cambio la descripción en mi perfil:
Si te quitaste la venda de los ojos,
Que no te pongan una mordaza en la boca.
Llego a la Plaza media hora temprano. Me siento en un banco. Prendo un cigarrillo. Miro nerviosa para todos lados (Acá se apareció la vez que vine a feriar antes de Navidad. Una vez que ya me había confiado de que no iba a molestarme en mi lugar de trabajo. Escuché a mi prima gritar “¡MACHO!”. Levanté la cabeza y lo vi. Caminando muy tranquilo por la vereda de en frente con la cabeza en alto. Sentí la rabia hervir dentro mío como nunca antes en mi vida y comencé a gritar junto con ella: “¡MACHO! ¡VIOLADOR! ¡PEDÓFILO!”. Luego, corrí detrás suyo. Mi prima me llamó y exclamó: “¡No!”. Tenía miedo de que le haga algo que me pueda perjudicar a mí. Él salió corriendo. Siempre fue un cobarde. Tuve que explicarle a la gente ahí lo que pasó. LO QUE ME HIZO. Recibí muchos abrazos y frases de apoyo. Mi hija estaba ahí. Me pidió que le haga la denuncia de una vez. Ese día me decidí. Por ella. Por la hija de él. Por mí. Por todas).
Termino el cigarrillo casi sin darme cuenta y me lamento. Ahora me queda uno solo. No puedo comprar más. Me voy hacia el tacho de basura cruzando la Plaza para tirar la colilla. Me siento en otro banco.
Mensaje de la abogada. Que la vea en la Municipalidad, en frente. Me cruzo. No la encuentro. Recién entra a una reunión. Me ve después del “Pañuelazo”.
Me vuelvo a sentar en el mismo banco. Ya son las diez. En cualquier momento cae la gente de Defensoría de Género. Me reviso los rulos con la cámara frontal de mi teléfono (Tardé treinta años en saber que mi pelo natural era así. Siempre me lo planché. Me enteré que era así luego de haberme rapado. A todo el mundo le dije que lo había hecho porque me había cansado del calor, pero no fue la razón. La verdad me produce mucha vergüenza. Esa semana mi mamá, mi hija y su hija se habían ido de vacaciones, cada una por su lado, y nos habíamos quedado solos. Algo rarísimo. Pensé que la íbamos a pasar re bien. Pileta. Mimos. Pelis. Series. Pero no fue así. Se la pasó enojado. Muchos reclamos. Muchas quejas. Muchas discusiones. Todo le parecía que estaba mal. Su mal humor provocaba mi mal humor. Hizo muchísimo calor todos los días. Yo quería usar ropa liviana y dormir desnuda, aprovechando que estábamos solos. Pero él hizo un escándalo varias veces diciendo que le daba asco. Que era horrible cómo quería andar con la concha al aire. Me sentí un monstruo. Se lo dije. Otro escándalo, pero esta vez todo era mi culpa porque no lo entendía y buscaba hacerlo sentir mal. Que yo malinterpretaba todo para hacerlo sentir culpable y yo hacerme la víctima. No dormí esa noche. No paré de llorar. Él sí durmió. Muy tranquilamente y fresquito en su desnudez. A las seis de la mañana agarré la máquina de cortar el pelo que mi mamá usaba para los perros y me empecé a rapar, a pesar de que siempre había sido obsesiva con mi cabello. Quería verme por completo como el monstruo horrible que él me decía que era. Al despertarse, vino a ver lo que estaba haciendo. Se hizo el simpático comprensivo. Agarró la máquina y terminó de raparme él. “¡Qué copado!” decía. Se reía. Lo disfrutaba. Después me pidió que lo rapara. Obviamente que a él le quedó mejor. Yo me quedé sintiéndome gorda, fea y ahora pelada, fingiendo un falso empoderamiento, y él jugando al novio moderno que apoyaba todas mis decisiones. Sé que odió que yo amara mi pelo cuando comenzó a crecer y descubrí mis bucles naturales. Odió que me sintiera mejor conmigo misma. Lo sé porque jamás lo disimuló, en privado obviamente).
@locura-de-palomas
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penelope-seymour · 6 years ago
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-Me acaricias el pelo llenándome de una sensación que solo tú puedes causar. Sé que irás conmigo si papá no puede ir y, contigo, sigo estando igual de seguro que solo con él o con los dos, porque los dos valéis por separado lo mismo que juntos. Y es muchísimo. Te sientas a mi lado y yo me quedo muy a gusto. Sé que vas a tener ese dibujo como si fuera un tesoro. Mirándote, acaricio a Lotso.- Mamá, he estado pensando en una cosa, ¿sabes? -Digo porque es algo que me da pena, algo que papá sabe, pero que ahora me da más pena todavía, y eso no lo sabe.
-Te miro mientras acaricias a Lotso, nuestro pequeño Lotso, ese que tanto te gusta a pesar de su pequeña deformidad. No todos los niños son como tú, hay niños horribles, niños que odian a los animales y les hacen daño, aunque sean los mínimos... Pero tú eres un ángel. Con los animales y con todo el mundo. Nunca te he visto menospreciar a nadie, ni siquiera a la pequeña Sofía, de la que otros niños, se reirían, por desgracia. Entonces me dices unas palabras que me hacen fruncir el ceño, porque me hacen sentir curiosidad, aunque sonrío-. ¿Si? ¿Y puedo saber lo que es? -Te pregunto sin dejar de sonreír, acariciando tu pelo con suavidad y delicadeza.
-Me fijo en lo gracioso que me parece siempre tu gesto cuando arrugas así la frente, porque se te juntan las cejas haciendo dos marcas a cada lado de tus cejas, donde empieza la nariz.- ¿Por qué no tengo abuelos? -Pregunto y te miro de nuevo. Siempre he querido a mi abuela, que es un ángel desde que se fue al cielo. Pero me gustaría haberle conocido y, desde que fuimos de vacaciones a ese sitio tan bonito en verano, no he dejado de pensar en esa mala suerte. Y es algo que se ha repetido contigo, porque tampoco tengo abuelos de ti.
-Estaba sonriendo, pero tu pregunta hace que la sonrisa se me borre de golpe. Mis ojos se llenan de lágrimas, y dejo mi mano quieta en tu cabeza, sobre tu pelo. Trago saliva porque acabas de hacerme una pregunta de esas para las que nadie tiene una respuesta, aún así sé que no puedo dejarte sin una, por eso tomo aire profundamente, y pongo en mis labios una sonrisa, aunque ésta me pesa demasiado porque mis ojos están llenos de lágrimas mientras te miro. Sé cómo era el padre de Thomas, pero yo no soy quién para contarte nada sobre él, que no te haya contado él, y pienso en mi padre, que vive muy lejos de aquí, ese hombre al que dejé atrás al venir a Godric's Hollow, y con el que hace tiempo que no hablo apenas. Algo me dice que está demasiado lejos de ti, y por lo tanto, está demasiado lejos de mí. Pienso en tus abuelas, en esas dos mujeres que eran tan grandes, que siguen haciendo eco en el mundo, y me muerdo el labio inferior un instante antes de responderte-. Porque tus abuelos eran mucho más buenos que el resto de abuelos, y eran tan tan grandes, que se fueron al cielo para poder cuidarte mejor desde allí. -Digo sintiendo que me tiembla la voz, tanto como las lágrimas en mis ojos, porque en realidad, esta no es una respuesta real.
-Veo que se te va la sonrisa. Y tu sonrisa no puede irse. Yo la he roto y eso me hace daño. Pero sonríes de nuevo, lo poco que se va, vuelve. Y yo sonrío también, aunque siento pena y, cuando me respondes que eran tan grandes que tuvieron que irse al cielo para cuidarme, siento un escalofrío. Tú también debes notar algo parecido, porque te cambia la voz.- Pero mi abuelo por parte de mi padre no era un ángel... -Digo negando con la cabeza.- La abuela sí. Elizabeth. -Digo sonriendo.- ¿Cómo se llaman tus padres? -Pregunto para saber el nombre de mis abuelos.- ¿Son ángeles los dos?
-Trago saliva sintiendo un escalofrío, y niego con la cabeza, volviendo a acariciar tu pelo-. No, mi amor, él no era un ángel... -Pienso en que él era un demonio, pero no te lo digo, no ahora, porque creo que el protagonismo de este momento, lo merecen tus abuelas. Sonrío y asiento con la cabeza-. Sí, la abuela Elisabeth, sí que lo es. -Digo pasando tu pelo tras tu oreja izquierda con delicadeza, y cuando me haces esa pregunta, me muerdo el labio inferior-. Mi papá se llama Frederick, y mi mamá... -Digo sintiendo mis ojos más llenos de lágrimas aunque no dejo de sonreír-. Ella se llamaba Mia. -Digo sonriendo-. Y ella sí es un ángel... Uno de los cuatro angelitos que guardan tu cama cada noche, Isaak. -Digo tratando de retener mis lágrimas mientras te miro sonriendo.
-Me dices que él no era un ángel y yo sonrío, mirándote los ojos que tan tristes me parecen ahora. Y asientes a lo de mi abuela ángel. Me das el nombre de tu papá y, cuando me hablas de tu mamá, puedo darme cuenta de que no puedes decirlo con tanta facilidad en voz alta, pero yo quiero saberlo porque no te lo he preguntado nunca.- Mia... -Digo porque me parece muy bonito. Ella es uno de los cuatro angelitos que guardan mi cama cada noche.- Y la otra es Elisabeth. -Afirmo sonriendo. Ahora, siento que tengo el corazón más lleno por ellas dos.- ¿Y por qué ellas dos? ¿Por qué yo no puedo tener al menos una abuela? -Pregunto dejando de tocar a Lotso para dejar mis manos sobre mis piernas.
-Asiento con la cabeza sonriendo, tragando saliva con mucha fuerza, para desatar el enorme nudo que tengo en la garganta ahora-. La otra es Elisabeth. -Afirmo sonriendo, y al ver tu sonrisa, me quedo tranquila, pero cuando escucho tu pregunta, siento un escalofrío. Tienes razón, ¿por qué ellas? ¿Por qué no puedes tener al menos una abuela? Mi madre murió porque la vida tomó esa decisión, pero la madre de Thomas, fue asesinada, por unas manos que amaba. Trago saliva pero ya no es suficiente, y una lágrima rueda por mi mejilla izquierda, una  lágrima que me llevo en los temblorosos dedos de mi mano izquierda, antes de suspirar, y bajar mi otra mano desde tu cabeza hasta tu regazo, donde busco una de tus manos para cogerla con la mía, y apretarla muy fuertemente aunque con suavidad-. Porque ellas eran las más grandes... Las abuelas más grandes que el mundo ha tenido y tendrá. -Digo escuchando mi temblorosa voz-. Y porque ambas se pusieron de acuerdo, para volverse ángeles, y cuidarte desde el cielo...
-Ya no puedo más. Me duele la garganta, me escuecen los ojos, y me da mucha pena verte triste. Por eso, cuando veo esa lágrima y me coges de la mano, solo me abrazo a ti. Ahora sé el nombre de mi otro ángel, el tuyo, tu mamá. También me gustaría que estuviera con nosotros, pero me sentiré muy cuidado con otro ángel más en mi vida.
Isaak y Penélope
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escritoraulquii · 7 years ago
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Egoísmo
19 Days | He Tian x Mo GuanShan 
Capítulo Único | T | 2048 palabras.
Después del capítulo 242
~
Para cuando He Tian volvió a su lado, la sangre de su nariz se había secado y sentía la cortada en su labio endureciéndose en una costra. No tenía la energía de siquiera levantar la mirada de los zapatos de Tian, en cuclillas frente a él.
—¿Estás bien?
No contestó, la mente demasiado borrosa y vaga como para prestar atención a sus palabras.
—Pequeño Mo, ¿estás bien?—volvió a preguntar, esta vez inclinándose más a él.
Sintió su boca sufrir un ligero espasmo al no querer contestar pero sentir la necesidad de hacerlo, y arrugó la nariz debido al dolor agudo asentándose en el corte de sus labios.
—GuanShan.
Dejó que sus pupilas subieran hasta encontrarse con las de él, notoriamente consternadas en la seriedad de su expresión. Tenía un pequeño golpe en su mejilla y un casi rasguño sobre su ceja. Por supuesto que no saldría completamente ileso de un tres contra uno.
—¿Dónde más te duele?—le preguntó nuevamente, alzando su mano a su rostro y acariciando con demasiada gentileza el corte de su labio inferior.
—¿Por qué?—dudó en un hilo de voz y la mano de He Tian se quedó quieta sobre su piel.
—Bueno, tenemos que tratar tus heridas—comenzó en tono obvio—, y necesitaría saber dónde están.
Se quedó mirándolo, parpadeando una vez y dirigiendo su atención a la mano en su dirección, ahora separada de su rostro un par de centímetros.
—No—musitó delineando sus dedos con la mirada, extrañado del vacío que se había formado en su pecho cuando sus dedos decidieron alejarse de él—, ¿por qué me ayudaste?
No le contestó, dejando al silencio estirarse sobre ellos como una liga, cada vez más tensa, y finalmente suspiró, posando su mano en su cabeza en una caricia lejana a cariñosa.
—Vamos, tengo un botiquín en casa.
Esperó a que He Tian le ayudara a levantarse, más por los pensamientos que vagaban por su cabeza que por la incapacidad de sus rodillas de mantenerlo en pie por sí mismo.
~
—Arderá un poco.
La advertencia sirvió poco, estremeciéndose y conteniendo un quejido cuando el algodón humedecido en alcohol rozó la cortada en su mejilla, olvidada hasta el momento que He Tian la mencionó después de revisarle el torso en búsqueda de heridas más graves. Su respiración tembló ante los breves toques del algodón contra su pómulo abierto, y mantuvo los ojos cerrados incluso después de que se detuvieran.
—GuanShan.
Abrió los párpados perezosamente, moviendo sus pupilas distraídamente hasta el rostro de Tian, mirándolo con atención. Seguía con el algodón en mano, ahora un poco manchado de sangre.
—No cierres los ojos—dijo con un bufido, con demasiado aire tras sus palabras que el tono divertido se perdía en su aliento—, me pones nervioso.
Mo GuanShan lo observó en silencio, notando unos segundos después que esperaba una respuesta de su parte, cosa que no estuvo dispuesto a cumplir. Le oyó soltar una risa corta, más como un suspiro, y le vio bajar el algodón usado hasta dejarlo junto a su pierna en la mesa de centro donde estaba sentado, habiéndole dado el lugar en el sillón a GuanShan después de que volviera a ponerse la camisa.
Tian separó la mirada de la de él, tomando la curita en sus dedos para cubrir la pequeña cortada junto a su ojo, rozando sus dedos en la piel alrededor de manera suave.  Se removió en su lugar mientras buscaba un algodón nuevo y lo humedecía en alcohol. También tragó pesado, pudo notar Mo, al ver su garganta moverse ligeramente por su manzana de adán. Le miró brevemente, bajando la vista al corte en su labio, y tomó aire antes de inclinarse a él, murmurando nuevamente que ardería antes de pasar el algodón en su boca. Su labio se retrajo levemente por el dolor, pero no hizo el ademán de alejarse, ni de cerrar los ojos como lo había hecho antes.
Los ojos de He Tian subieron fugazmente a los suyos, y su respiración se detuvo medio segundo, continuando con normalidad aunque su expresión había cambiado un tanto.
—Sí que estás obediente hoy—dijo con sorna, aunque se podía percibir un poco de arrepentimiento de su propia petición.
Aparentemente eso le ponía más nervioso, pero su orgullo era demasiado, pensaba GuanShan, como para decírselo.
El algodón acarició con más gentileza a su boca que a su otras heridas, poco a poco siendo más lento y cuidadoso hasta quedarse estático sobre su labio. Le oyó inhalar y separó el algodón de inmediato, dejándolo junto a los otros y comenzando a guardar el botiquín aunque en el momento era innecesario, al parecer buscando con qué ocupar sus manos.
—¿Tienes hambre?—le preguntó cuando cerró la caja, levantándose y haciendo el ademán de ir a la cocina—Quedó un poco de estofado de la última vez qu-...
—¿Por qué me ayudaste?
Las palabras de He Tian murieron abruptamente, él girándose un poco hacia GuanShan y quedando frente a frente. Mo seguía con los ojos pegados a él, y no estaba seguro de qué era lo que reflejaba, pero sentía la necesidad de seguir viéndole, comenzando a notar todo tipo de detalles de los cuales no estaba seguro hasta ahora.
Y creyó que no contestaría. Creyó que volvería a ignorar su pregunta cambiando de tema, yendo a la cocina, hablando sobre el estofado y haciendo un comentario sarcástico o irónico al respecto.
Pero, como siempre, He Tian iba mas allá de lo que esperaba. Siempre era más de lo que su comprensión alcanzaba. Siempre hacía más de lo necesario, y para ese punto Mo GuanShan ya debía estar acostumbrado.
Sintió el cojín del sillón hundirse entre sus rodillas debido al peso de una de las ajenas, pero no se dio el tiempo de mirar el movimiento, más atrapado en la manera en la que Tian se inclinaba sobre él con lentitud, dando un par de miradas fugaces a sus labios y volvía a sus ojos revisando la reacción de GuanShan. Se encontró a sí mismo bajando la vista a la boca del otro, notando cómo las pupilas negras se suavizaban al regresar a ellas. Su cuello fue acunado con cuidado, sintiendo el pulgar pasearse por la unión de su cuello y mandíbula, y su hombro fue detenido contra el respaldo del mueble, obligándolo a inclinarse sobre su espalda para ver directamente a He Tian, quien dejó de acercarse al estar escasa distancia entre sus rostros, viendo detenidamente en los ojos de GuanShan.
Pasaron algunos segundos, Mo esperando a que hubiera una respuesta antes de que el sonido de su corazón opacara el silencio en la habitación, y Tian suspiró cortamente, agachando un poco la cabeza y titubeando antes de rozar sus labios contra los suyos. No cerró los ojos, mirando los otros fijos en su boca, completamente estática ante el movimiento pausado y dulce de un beso.
Parpadeó varias veces, percatándose del cosquilleo apoderándose de sus sentidos, y dejó caer sus párpados, correspondiendo un poco al vaivén lento, sintiéndolo tensarse por un momento antes de continuar.
He Tian hizo distancia un par de segundos después, suspirando contra su boca y haciendo una mueca al lamer sus propios labios, seguramente por el sabor a alcohol y sangre. Mo GuanShan no pudo sonreír socarrón por ello, no pudiendo siquiera dejar de mirarlos, interesado en el flashazo de la lengua del otro. Tian tomó aire, nuevamente inclinándose hacia él y besándole con más seguridad, más ímpetu, conservando sorpresivamente el sosiego en sus movimientos. La mano en su cuello acarició su nuca, paseando los dedos en el inicio de su cabello, y la otra mano se pasó de su hombro al cuello de su camisa, deslizando algunos dedos entre la tela y su piel, acariciando el principio de sus omoplatos.
Volvió a separarse, esta vez de manera abrupta, y fue GuanShan el que casi inicia con el tercer beso, deteniéndose cuando sus acciones alcanzaron su cabeza.
A juzgar por la sonrisa torcida de Tian, su ademán no salió desapercibido.
—Egoísmo.
Mo subió la vista a la de él, confundido por la sola palabra tirada al silencio de una forma casi despreciable.
—Ése es el por qué, GuanShan—continuó antes de siquiera permitirle preguntar—. Por mi egoísmo y miedo a quedarme solo de nuevo.
Quiso preguntar a qué se refería aunque quedaba bastante claro, pero las palabras murieron en la boca del otro, besándole otra vez y presionándole contra el sillón. Se aferró a su espalda al no encontrar manera de respirar, y abrió la boca en un jadeo, siendo invadida de inmediato por la lengua de Tian, moviéndose con lentitud en contraste con la forma en la que le había empezado a besar. Apretó sus puños en la tela blanca, intentado corresponder con su inexperiencia, y sintió los labios de He Tian sonreír contra los suyos, ralentizando el beso de poco en poco hasta que los labios quedaron quietos contra su piel, su boca hormigueando entumecida, el corte abierto levemente, el sabor de la sangre y el asqueroso alcohol atrapado en su lengua y el amargo pero ligero sabor a tabaco en su paladar.
Se sorprendió de que He Tian no se separara de él, deslizando los labios por su mejilla hasta besar bajo su oreja, sobresaltándolo. Volvió a besar, bajando por su cuello, y terminó escondiendo su rostro en el cuello bajo su barbilla, rodeándole el torso con uno de los brazos mientras su otra mano se mantenía en su cabello.
—Me gustas��susurró en la piel de su clavícula, suspirando una risa—. Ése es el por qué. Sintió sus ojos abrirse mucho más, y no supo qué expresión tenía su cara hasta que He Tian se alejó de él, viéndose sorprendido. Hasta entonces se percató del horrible ardor apoderando sus mejillas y orejas, y de los latidos salvajes que se escapaban de su pecho.
En los ojos de Tian algo pareció romperse, y nuevamente se encontró atrapado contra el sillón, en un beso demasiado acalorado para ser correspondido con lo poco que sabía de besos. Siguió el paso como pudo, pronto dándose cuenta de la falta de aire en sus pulmones, buscando llenarlos con jadeos insuficientes.
Un gemido se escapó de su garganta al sentir la lengua ajena acariciar su paladar, y fue acompañado de un movimiento torpe de su cadera, chocando inevitablemente contra la pierna de He Tian, causándole otro jadeo entrecortado. Fue entonces cuando Tian se separó de él, dejándole respirar su aliento acelerado mientras rozaba sus labios con cada respiración. Aquella caricia lo estremecía, pero no sentía la energía de poder cerrar la distancia de nuevo y sobrevivir.
GuanShan lo sintió reír contra sus labios, los dedos atrapando el lóbulo de su oreja con el arete que le había regalado adornándola, y tuvo la necesidad de gruñirle en molestia, aunque sólo un lamento bajo pudo salir de su boca. He Tian lo miró en silencio, y pudo ver en sus ojos cómo memorizaba la imagen frente a él, un sonrojo invadiendo tímidamente sus pómulos.
—Shan.
Se tensó, notando la curva torcida en la sonrisa socarrona, y no quiso quedarse atrás.
—Tian.
La sonrisa desapareció, los ojos negros quemándole el rostro, y respiró hondo un segundo antes de quitar las manos de su cuerpo.
—... Te llevaré a casa—dijo desviando la vista hacia el cojín junto a GuanShan, dejando la mandíbula colgar antes de continuar—, o puede que no te deje ir hasta mañana.
Tragó con dificultad, percibiendo la tentación en la boca de su estómago, pero He Tian no le permitió más cuando lo tomó de la mano, jalándolo gentilmente hasta ambos quedar parados uno frente al otro en el pequeño espacio entre la mesa de centro y el sillón. Mordió su labio inferior, arrepintiéndose al sentir la cortada nuevamente, y la mano de Tian atrapó su barbilla, levantándola hacia él y lamiendo la herida con rapidez, dejando un extraño cosquilleo atrapado bajo su piel.
—Vamos—murmuró alejándose, tomando su muñeca y llevándolo consigo hasta la puerta de su departamento, no sin antes extenderle su suéter.
Y el camino fue en completo silencio, con la mano ajena sosteniendo la suya, entrelazando los dedos o acariciando sus nudillos cada que debían detenerse debido al tráfico.
—Gracias—había oído He Tian en algún momento de la caminata, pero no quiso indagar más, estando satisfecho de lo que pudo tomar de Mo GuanShan esa tarde.
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sharifmiriadd · 3 years ago
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Realmente quería que fueras tú, la primera vez que te vi mi corazón se me salía del pecho, amaba tus ojos y lo sensible que parecías, el abrazarnos tan fuerte y no poder dejar de hacerlo.
Mi corazón volvía a sentir que aún habían personas buenas, quería protegerte y amarte.
En nuestras peleas no podíamos estar separados ni un día sin extrañarnos, mantuve la guardia baja siempre porque jamás te creí capaz de hacerme daño, después de mi antigua relación solo estaba ansioso de que alguien me amara y me sanara.
Demasiado entusiasmado de no volver a pasar por lo mismo que no vi las redes flags, ni una sola, y me fui dejando envolver por la ilusión y esperanza de una nueva historia.
El primer día que me dijiste que nadie amaría a alguien con mi condición, y que debería haber muerto, me quede atónito, te dije cosas horribles que no quería decir, me dijiste otras más; y pasó, estábamos juntos nuevamente, herirnos con palabras se volvió algo habitual.
Llego el día del que quisiera olvidarme, hundirme en ese recuerdo y que fuera solo una pesadilla, pero no lo es, era real, tan real como los morados en el ojo, cachete y boca.
Ese día me marcaste no solo la piel, también el alma, y te dejé de amar, me preguntaste cuando había sido ese día y no se como no puedes saberlo, me dolía todo lo que sucedía pero me dolía que me seguía preocupando tu bienestar aún después de eso.
Me rompiste, rompiste algo dentro de mi, que no se como reparar, tocaste ese lugar del que tanto miedo tengo.
Mi mayor error probablemente haya sido no haberme ido ese día, y creer cuando decías que cambiarias que solo había sido un error, te sentí tan dañado que a pesar de lo que sentía te acepté con la estupida ilusión de que podía cambiarte con mi amor. Pero cada día me era difícil amarte, sobre todo porque no fue la última vez.
Tenía marcas en el cuerpo, cada día tenía que decir mentiras que nadie me creía y era tan incomodo, que la poca autoestima que pude hacer dejo de existir.
Te cuide aún con el alma herida, te cuide, de pronto dolía mucho, sobre todo cuando decías lo prometo y volvías haciendo lo mismo, como si tus promesas no te importaran, y tampoco mi corazón.
Quería herirte tanto como yo estaba herido, preguntabas porque no era el mismo de antes, me lo exigías, te decía que aguardarás, que tenía cosas que curar, pero como se puede curar una herida que es abierta cada tercer día.
Te ame, te ame mucho, mucho más de lo que podrías merecer, te di la última esperanza en el amor, la tomaste y la arrojaste al suelo.
Te llevaste contigo la ilusión de que fueras tú, porque lo que más me duele de todo esto, es que nunca serás tú no puedes serlo, porque por más que me obligue a creer en ti, ya no puedo, porque ya no puedes romperme más, duele, porque no pude cambiarte con amor, duele que aún a pesar de los golpes aún conserve recuerdos lindos, duele porque tus recuerdos buenos terminan con mi autoestima.
Por eso cuando decidí irme, tenía tan poco valor de mi que desvalorice mi cuerpo por completo al final qué valor puede tener un cuerpo que permite ser golpeado y escupido.
Quería que al desnudarme alguien pudiera ver mi corazón y decirme lo valioso que era.
Espere muchos días y no habían lágrimas como si me hubiera secado, no habían letras tampoco, solo un nudo enorme en la garganta y no podía sacarlo, pensé que nunca mas volvería a sentir, que ya estaba tan acostumbrado a sufrir que ya no podía desahogarme.
Y aquí estoy, llego, me abrazo cuando la calma llego a mi vida, me abrazo y me sostuvo, se acostó a mi lado me abrazo por la espalda y me dio un beso en la mejilla, comencé a llorar al voltear y verme acariciando mi cabello, entendí todo, había llegado a casa, y estaba yo esperándome.
Sin decir nada, entendí que me había perdonado, que por dentro todo seguía intacto, seguia siendo bueno, amable, tenía esperanza, tenía empatía, sueños y muchas ganas de vivir.
Es hora de recorrer este camino, del amor propio, por primera vez no siento la nececidad de sentirme amado, porque me estoy amando, amando de verdad, sin juzgarme, sin prejuicios, estoy en paz después de muchos años, por fin puedo respirar profundo, por fin puedo llorar, puedo gritar y reír, soy feliz maldita sea soy feliz y ya no duele mas.
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dulfermujica · 3 years ago
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"El dolor demanda sentirse"
Te conocí cuando éramos dos niños pequeños con sonrisas inocentes, cuando brincabamos sobre un inflable, cuando de vez en cuando nuestras miradas chocaban y siempre había una risa de por medio, siempre estabas ahí cantando las mañanitas en mi cumpleaños, eras aquel que después veía pasar y pensaba "que rápido a crecido" ¿Será que aún me recuerda?.
Alguna vez me dijiste que siempre estuviste enamorado de mi, que creíste me habías perdido, pero no acertaste, siempre estuve cerca de ti, soñando con algún día poder caminar a tu lado, te vi llegar en tu moto esa noche lluviosa y mi mente solo pensaba "es el" provocaste una sensación extraña, hoy que hago el recuento de los daños me doy cuenta que la vida siempre trato de juntarnos, hasta poder decirnos "amor", que siempre estuvimos en la vida del otro, aunque fuera viendo de lejitos, esa noche de invierno el destino dijo es hora, y mi mundo logro cambiar al verte cruzar la puerta, siempre has provocado sensaciones en mi que no conocía.
Hoy duele que no estés aquí, porque la realidad es que siempre hemos estado en la vida del otro, y es un dolor que no se remedia con nada, lograste entrar tan profundo que has dejado un vacío enorme, es como si me arrancarán algo, es un nudo en la garganta, una opresión en el pecho, un hueco en el estómago, son nervios sin motivo, estás pero no estás, verte en mis sueños y luego no encontrarte a mi lado es de las sensaciones más horribles que e experimentado.
En tus brazos había encontrado mi refugio, mi hogar, hoy entiendo que un hogar no lo hacen los ladrillos ni las varillas, si no las personas, tu eres mi hogar, dónde encontraba paz y consuelo, dónde encontraba la felicidad en su máxima expresión.
Duele por todos esos momentos que vivimos, por esas risas, por esos abrazos, por esos besos, por todas esas veces que fui tuya y tú mío, duele porque para mí fue real, porque no ha existido un día en el que no Te Ame, porque no ha llegado un día en el que no te piense y me preocupé por ti.
Creí que nunca acabaría, íbamos a nuestro ritmo, con nuestras pequeñas aventuras, sin necesitar tanto, soñamos una boda, dónde me pedirías a la antiguita, una familia grande, una moto, nuestro Coffi y nuestro Hachi, una casita en cualquier lugar, nunca me dijiste que llevabas prisa y querías más, habría entendido y hubiera corrido contigo.
Duele demasiado no tenerte aquí, daría cualquier cosa por volver a ver esos ojitos, escuchar esa risa, por volver a sentirte cerca.
Escribo sobre ti para no olvidarme de que fuiste real.
Dulfer M.
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love-mirror · 3 years ago
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Sigo pensando en ti , no hay día en que no lo haga y esto duele demasiado por qué se que todo termino y ya no volveré a besar tus labios, no volveré a abrazarte, no volveré a acariciarte, no volveré a reír junto a ti, te extraño como no tienes idea y esto me está matando poco a poco, no hay día en que el alma no me duela al recordarte, es tan difícil intentar seguir sin ti, me parte el alma no verte más, pero que puedo hacer si ya todo está hecho, el primer día lloré demasiado pero de ahí en adelante no he podido llorar, no sabes lo horrible que es que te duela el alma y no puedas derramar ni una sola lágrima , solo vas por ahí con el alma rota, con un nudo en la garganta y ese dolor constante que no desaparece, al contrario con el paso de los días se hace más fuerte, se que no debería extrañarte por como me trataste el otro día, me dio coraje la verdad y quise tomarlo como impulso para salir adelante sin ti, pero no puedo porque aún te amo y no puedo enojarme contigo, solo sé que no te voy a buscar por qué me harías más daño y no pienso permitir que me humilles o me ignores, prefiero dejar las cosas como están aunque esto me este destrozando, quisiera regresar el tiempo pero eso no es posible, ya todo el mal está hecho, ya no hay vuelta atrás.
No se que voy a hacer para volver a ser yo, espero el tiempo me ayude a estar mejor, aunque ahora siento que nada puede hacerme sentir mejor, por qué cada día estoy más triste, realmente esto me molesta por qué tal vez tú estés como si nada mientras yo estoy muriendo, eso realmente sería injusto para mí y por eso mismo quiero volver a estar bien pero no está siendo nada fácil.
No sé cómo explicarle a mi corazón que tú ya no vas a volver, que tengo que olvidarme de ti por qué a ti no te importo salvar lo nuestro, no se cómo haré para olvidarme de lo que soñé a tu lado, no se cómo sacarte de mi corazón, cómo hacer para olvidarte....
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cxrsedlovers · 5 years ago
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- ̗̀♘SHIN'S STORY O1: ESPAÑOL
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【♕Lugar: Mansión Orange - Habitación Disponible】
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Shin: Sí, soy el adecuado para gobernante supremo... Aunque tampoco sé por qué me elegiste entre todos nosotros.
Shin: Aunque tienes buen gusto, ¿cierto? Pensé que eras una mujer que no estaba pensando en nada.
Yui: Sí...
Yui: (Me pregunto por qué creo que esta persona es adecuada).
Yui: (Cuando nombraron lo de gobernante supremo... Pensé que solo era Shin-san podía serlo).
Yui: (¿Después de todo...?)
Shin: Pues nuestra charla ha terminado.
Shin: Cuando estés lista, ven a la sala de estar. Porque es hora de comer.
Yui: ¿Eh? ¡Sí!
Yui: (Sí, es una regla comer tres comidas correctamente en esta casa).
Yui: (Se siente extraño rodear adecuadamente la mesa del comedor a pesar de que fui secuestrada...)
【♕Lugar: Mansión Orange - Comedor】
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Yui: (Este arroz es realmente delicioso. Dijeron que Ruki-san lo hizo, y tiene una gran habilidad...)
Yui: (Qué comida tan deliciosa, si puedo comer estas comidas, supongo que está bien quedarme aquí).
Yui: (¿En qué estoy pensando? Eso no es bueno).
Shin: ... Oye. Estuvo tan delicioso hoy, hermano.
Kanato: Sin embargo, no estoy completamente satisfecho. Pedí un montón de postres, pero ¿cuándo me lo servirán?
Ayato: Bueno, ¿eso es todo? Estoy cansado de tu trato egoísta.
Ruki: Cállate. Todos han terminado de comer.
Ruki: Quiero hablar con ustedes otra vez.
Ruki: Eva, contigo también tiene que ver. Escucha atentamente
Yui: ¿Sí?
Ayato: ¿Qué? No tengo intenciones de predicar.
Shin: Eres ruidoso, cállate. ¿Qué sucede hermano?
Ruki: Gracias a tu trabajo, pudimos conseguir a Eva.
Ruki: Sin embargo, por el momento, solo he logrado obtener la Eva, no ser el gobernante supremo.
Ruki: No sé si debería esperar hasta que llegue el momento o si aún no tengo suficientes llaves.
Ruki: Como el nuevo gobernante supremo aún no ha nacido, las otras casas probablemente comenzarán a intentar robar a Eva.
Yui: ¡Qué...! Eso significa...
Ruki: Sí, todos competirán por ti. Para convertirse en el gobernante supremo.
Yui: (Sí, es cierto... La batalla aún no ha terminado).
Yui: (Ahora lo entiendo, soy como una herramienta que ellos necesitan para convertirse en el gobernante supremo, por eso ellos estarán compitiendo entre sí).
Shin: ¿Qué le pasa a Eva? Tiene una expresión tan ansiosa.
Shin: Quizás estés pensando en "no peleen por mí—" o algo semejante.
Shin: Fufu. La heroína tratando de verse trágica. Eres bastante atrevida.
Yui: N-No se trataba de eso.
Ruki: Bueno, quiero evitar peleas inútiles.
Ruki: Si también lo crees, muéstranos la actitud para cooperar. ¿De acuerdo?
Yui: Sí, entiendo.
Yui: (¿Pero qué debo hacer incluso si coopero?)
Yui: (No puedo recordar nada más que Eva, así que lo que puedo hacer ...)
Ruki: Quiero que recuerdes la pista para convertirse en el gobernante supremo. Lo que sea.
Ruki: Por esa razón, antes que nada, es esencial que otra familia no robe a Eva.
Así que Eva necesita un vigilante.
Yui: ¿¡Yo, vigilancia... ...!?
Ayato: Entonces yo lo haré. Terminarás volviéndote mía sin importar qué, por lo cual será más sencillo que estés a mi lado.
Kanato: De ninguna manera Ayato es el más conveniente para este rol, solo la chupará sin prensar y la terminará dejando seca.
Yui: (¿¡Chuparme, dejarme seca ...!? Sí, todos son vampiros ...)
Yui: (Si me quedo aquí, me matarán pronto...)
Shin: Ni Ayato ni Kanato pueden cumplir el papel de vigilantes.
Shin: Entonces, hermano, yo haré ese puesto de observación.
Shin: Estás muy ocupado. Aunque sea Eva, no puedes permitirte pasar todo el tiempo con una humana.
Shin: ¿Está bien así, hermano?
Ruki: ... ...Entiendo. Es mejor no dejar a Eva con los otros dos. Eva ahora depende de ti.
Yui: (Decidieron por su cuenta ... pero ahora no tengo más remedio que obedecer ...)
Shin: Es por eso que no deberías salir de mi campo de visión, ¿entendiste?
Yui: Sí, tendré cuidado.
Yui: (Voy a ser vigilada por un vampiro. Da un poco de miedo).
Shin: A partir de ahora voy a amaestrarte, resultaría un inconveniente dejarte suelta y que hagas un estropicio.
Shin: Te contaré las reglas de esta casa y te mostraré la mansión.
Shin: Vamos. No te quedes ahí para siempre, sígueme.
Yui: ... ...Sí.
Kanato: Fufu. Es casi como una muñeca, obedeciendo a Shin.
Ayato: Keh ......... no es gracioso. En absoluto posees personalidad.
Yui: (Muñeca... Me pregunto si...)
Yui: (Seguramente me siento vacía por dentro).
Yui: (De repente, todas las cosas importantes estaban escondidas en una caja ...)
Yui: (¿Por qué se siente como si tuviera una tapa que me impide abrirla nuevamente?)
【♕Lugar: Mansión Orange - Pasillo】
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Shin: Y este es el baño. Puedes usarlo y darte un baño cuando quieras.
Yui: Sí, entiendo.
Yui: (Esta mansión es más grande de lo que pensaba ... Me pregunto si soy capaz de recordarlo todo).
Shin: No, mejor si quieres bañarte, por favor consigue mi permiso. Estarás bajo mi cuidado.
Yui: (¿Cuidado...? ¿Eso significa que no podré actuar por mi cuenta?)
Yui: (O ... ¿quizás él me protegerá de otros hermanos?)
Shin: Esa expresión de tu rostro, ¿estás insatisfecha?
➜ ELECCIONES:
♙ Gracias (camino bueno/pieza blanca).
♟ Quejarse (camino malo/pieza negra).
[♙]Gracias:
Yui: No, muchas gracias.
Shin: ¿Qué? No recuerdo haberte dicho algo como para que me agradezcas.
Yui: Pero, te refieres a que me protegerás, ¿verdad?
Shin: Fufu, parece que estás malentendiéndolo, no te estoy protegiendo, soy tu vigilante.
Shin: Si haces algo que resulte inconveniente, molestaras a mi hermano.
Shin: Según la leyenda, eres como la llamada princesa dormida. ¿Puedes dejar de ser una princesa?
Yui: Lo siento...
[♟]Quejarse:
Yui: Pero ... estoy un poco incómoda con eso.
Shin: ¿Puedes dejar de malinterpretar las cosas? No te acogimos como una princesa.
Yui: (¡Wow, la atmósfera de repente ...!)
Shin: Debes pensar cuidadosamente sobre tu presencia.
Shin: Eres la clave para convertirse en el gobernante supremo. Básicamente eres solo una herramienta.
Yui: (Una herramienta, algo así...)
—Fin de las opciones—.
Shin: Bien, por último te mostraré mi habitación.
Shin: A partir de hoy, también dormirás allí.
Yui: ¿Eh? Pero ayer, esa habitación vacía era mi habitación...
Shin: Es una molestia que el vigilante esté en otra habitación. Solo necesitas estar en mi cuarto en silencio.
Yui: Pero...
Yui: (Despertar en una habitación con un hombre que aún no conozco ...)
Shin: ¿Qué? Esa cara. ¿Crees que te voy a atacar o algo?
Yui: ¡...Uh!
Shin: ¡Huh...! Al parecer di en el blanco.
Shin: No te preocupes, no haré nada sin el permiso de mi hermano.
Yui: ¿Eso es...?
Yui: (Sí, esta persona no parece desafiar a Ruki-san—— Su hermano).
Yui: (¿Entonces no necesito preocuparme...?)
Shin: No, pesándolo mejor... Podría ser mejor probarlo primero.
Yui: ¿¡Eh, ahora...!?
Shin: No sé si tu sangre sea buena, pero no puedo dársela a mi hermano así como así.
Yui: ¡Por favor, espera! Degustación... Eh, ¿vas a chupar mi sangre?
Shin: ¿Qué más si no? Somos vampiros.
Yui: Yo... No, mantente alejado.
Shin: Quédate quieta. No sé nada de Eva estaba durmiendo en la iglesia pero...
Shin: Después de todo, ¡no eres nada mas que un cebo!
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Yui: ¡¡Kya...!!
Yui: (Mi espalda está contra la pared... ¡No puedo alejarlo!)
Shin: Ahora, mantén tu cuello visible.
Yui: ¡Wow, incluso si chupa mi sangre, no está deliciosa...!
Shin: No estoy seguro de eso. Y el sabor es algo que puedes que se puede ver probándola.
—Shin se acerca a Yui—.
Yui: (Hmm... Siento su respiración en mi cuello..... ¡Si se queda como está, seré mordida y mi sangre será chupada...!)
Shin: Fufu... ¿Qué? ¿Tienes miedo? Solo eres un pequeño y obsceno cebo.
Yui: No... Déjame ir...
Shin: ¿No es estúpido dejarte ir? De ahora en adelante, encajaré mis colmillos en ti.
Shin: ¿No es tu primera vez siendo chupada? Te enseñaré lentamente el dolor. Nmn... —Shin muerde a Yui—.
Yui: Par... Ah...
Shin: ¿A qué se debe el rubor en tu rostro? Ah, ya sé, los estabas deseando, ¿cierto?
Shin: Te morderé de inmediato, si ese es tu deseo... Nmn... Nn... —mordida—.
Yui: No... Aah...
Shin: Hmm ... Esto es más de lo que esperaba ... Mi garganta esta ardiendo.
Yui: Por favor, detente... Por favor...
Shin: No es malo rogar. Si quieres que pare, dilo más. Si pides perdón desesperadamente, lo pensaré.
Yui: Por favor, detente... Por favor, te lo ruego...
Yui: ¡Moriré si me chupas más sangre ...!
Shin: Fufu, bien. Una voz temblorosa en una cara asustada... Es interesante, pero——
Shin: Te recomiendo usar la cabeza, ¿crees que voy a detenerme pronto?
Yui: ¡Eso es...!
Shin: No puedo escuchar lo que dice un ser humano humilde. Realmente irritante.
Yui: (Ah, qué horrible... Está jugando conmigo).
Shin: Esta vez, en lo posible, ¡alza para que escuche esa voz tan deprimente!
Shin: Nn... Nnmn... Nn...
Yui: Uh... Ah...
Yui: (El lugar donde me está mordiendo es doloroso... Mi cuerpo comienza a entumecerse... No entiendo, uh...)
Yui: (Se siente... Como si estuviese recuperando un recuerdo perdido).
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Yui: (¿Eh?... ¿Qué fue... éso?)
Shin: Como era de esperar de Eva... Es la primera vez que pruebo una sangre así de espesa...
Shin: No puedo parar... Nmn...
Yui: Deten... ¡Uh...!
Yui: (Me duele... Pero me duele más la cabeza, no el cuello...)
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Yui: (¿Es esto solo una ilusión...? O ...)
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Yui: (No ... no es una ilusión. Este es mi recuerdo ... Lo sé bien).
Yui: (Soy Eva... No, no lo soy).
Yui: ¡Uhhhhhhh!
Yui: Aah, Aah, Aaah...
Yui: (Mi cabeza ... está dando vueltas. Mi campo de visión está borroso ...)
Yui: (¡Pero al menos lo recordé!)
Yui: (¡Yo soy Yui Komori...!)
Shin: ¿Por qué gritas de repente? Era tan exagerado, solo estaba chupando tu sangre.
Shin: Bueno, chupé demasiado, dejaré la degustación por aquí. Gracias.
Yui: ...Shin-kun...
Shin: ¿Qué? ¿Que fue un shock tan grande que chupara tu sangre y por eso te asustaste demasiado?
Yui: ¡N-No, no es...!
Yui: Espera, ¿dónde estamos? ¿Por qué estamos en este lugar?
Shin: ¿Qué?
Yui: (Me siento muy confundida, pero estoy segura que estaba viviendo con Shin-kun y Carla-san en el Pandemónium...)
Yui: (Cuando me di cuenta ... sí, ¡desperté en esa extraña iglesia!)
Yui: (¿Por qué lo olvidé? No, era como si mi memoria estuviera cubierta y sellada).
Shin: ¿Estás actuando para atraer mi simpatía? Es muy molesto, ¿podrías detenerte?
Yui: No estaba actuando. ¡Lo recordé claramente! Quién era yo...
Shin: Oh, eso estuvo bien. Entonces haz que mi hermano mayor sea el gobernante supremo.
Shin: ¿Recordaste todo respecto a que eres Eva de la leyenda, cierto? Entonces puedes hacerlo cuanto antes, ¿verdad?
Yui: Leyenda... ¿Qué estás diciendo? ¡Shin-kun está un poco raro!
Shin: Tú estás rara, para empezar, ¿no deberías llamarme con más respeto?
Yui: Pero... Siempre suelo llamarte así.
Yui: Después de convertirte en mi amante ...
Shin: ¿Amante? Ahh, ¿solo por chuparte la sangre ya te volviste loca por mí?
Shin: No hay tal cosa como tú y yo siendo amantes. Te conocí por primera vez ayer.
Yui: Eso es...
Yui: (Shin-kun actúa raro... ¿Sus recuerdos también se dispersaron como los míos?)
Yui: (No, no solo Shin-kun. Ruki-kun y todos los demás ...)
Yui: (¿Por qué todos los diferentes hermanos están mezclados? ¿Por qué todos nos encontramos en este lugar?)
Yui: (¿Qué está pasando?... ¡No sé nada...!)
Shin: Caray, por un momento llegué a pensar que habías recuperado todos tus recuerdos, no me des falsas esperanzas.
Shin: De todos modos, sabía que tenías buena sangre.
Shin: En este caso, está bien que mi hermano tome.
Yui: ¿De verdad quieres que Carla beba mi sangre...? [No pude evitar reírme por la inocencia de Yui aquí xDDD]
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Shin: ¿Qué? ¿Por qué estás mencionando al hijo mayor de Violet?
Shin: Llevas ya un rato diciendo cosas extrañas... ¿Buscas que me irrite?
Yui: ...Eh, lo siento...
Yui: (En este momento su hermano no es Carla. Es Ruki-kun).
Yui: (Shin-kun, a quien no le gustan los vampiros, ¿vive con Ruki-kun ...?)
Yui: (¿Qué pasó...?)
Shin: Aún así, este sabor... Es difícil de olvidar.
Shin: Ocasionalmente, yo también querré chupar. Si solo tomo un poco, estoy seguro que mi hermano me perdonará.
Shin: Fufu, las cosas a partir de ahora puede que sean novedosas, ¿no crees?
Yui: (La actitud de Shin-kun... ¿Te olvidaste completamente de mí?)
【♕Lugar: Mansión Orange - Comedor】
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Ruki: Ya veo, así que ayer probaste la sangre de Eva.
Shin: Lo siento. Fue sin permiso...... Pero pensé que sería mejor verificar antes de dársela a mi hermano.
Ruki: No importa. ¿Pero qué demonios estás diciendo, Eva?
Yui: ¡Es por eso...!
Yui: Este no es el lugar donde vivimos, ya no nos encontramos en la ciudad Kaminashi, ¡estamos en un lugar desconocido!
Yui: (Traté de hacerles ver, ya que Shin-kun me absorbió mi sangre ayer y mi memoria regresó ...)
Yui: (No se lo toman en serio... Algo grave está sucediendo).
Shin: Caray, desde que bebí de tu sangre enloqueciste. Cuida tus palabras.
Ruki: El shock que pudo haber tenido luego de que su sangre fuese chupada puede haber confundido su memoria.
Ruki: Esta puede ser alguna pista que me acerque a ser el gobernante supremo.
Ruki: Shin. Solo mira la situación. Si comienza a decir algo nuevamente, repórtalo de inmediato.
Shin: Por supuesto, hermano.
Yui: (Ruki-kun no cree en la historia en absoluto......... Ayato-kun, etc. Nadie lo hace).
Shin: Ayato y Kanato están resultando ser muy inútiles. Pese a que les dijimos que se reunieran, no nos hicieron caso.
Ruki: Efectivamente. Entonces, lo dejo en tus manos.
Shin: Sí, yo me encargo.
Yui: (Shin-kun obedeciendo a Ruki-kun como si se tratase de Carla-san...)
Yui: (Estaba tan unido a su hermano de verdad... Que ahora terminó olvidando a Carla-san por completo).
Yui: (También se olvidó de que éramos amantes...).
Yui: (El Shin-kun que se muestra ante mis ojos es muy diferente al Shin-kun que conozco).
Yui: (¿Qué puedo hacer...Sola, en un lugar como éste...?)
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elconvoy · 3 years ago
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Ryoko
–¡Daji! ¡Mira esto, Daji! –exclamó Ryoko.
Daji giró la cabeza hacia donde le indicaba la pandaren: una vasija de cerámica corriente y moliente, como todas las que decoraban la tumba que él y la eremita llevaban más de dos horas recorriendo.
–Ah, vaya. Otra tinaja –dijo con evidente desilusión.
–¿Otra tinaja? ¿Otra tinaja? –Ryoko infló sus carrillos, furiosa–. ¡Esta "tinaja" es una urna de las almas que data de la dinastía Yang! ¿Ves estas marcas, el chapado en oro y el símbolo del Emperador Maldito?
–Eh… ¿Sí? –Contestó el vulpera–. Entonces es diferente de las demás…
–Mm…  No es del todo diferente. Es otra variedad: una pieza de cerámica muy valiosa, creada con el objetivo de contener almas. Definitivamente, deberíamos llevárnosla.
La eremita, una pandaren de pelaje marrón y ojos verdes, hizo amago de agarrar la vasija. Pero en el último momento, se retractó.
–¿Qué pasa? Cógela. ¿No eres una Saqueadora de Tumbas?
–¿Qué? ¡No! ¡Ya te he dicho que soy una eremita!
–Pues haces exactamente lo mismo que el Raposo y que otros ladrones de tumbas a los que he conocido en Vol'dun –afirmó el guerrero sosegadamente–. ¿Por qué no te la llevas? No es que el emperador Xu Yang, infame fundador de la escuela de los Mil Infiernos, vaya a volver del Más Allá para reclamarla…
–Me ofendes. Yo estudio la historia antigua. ¡No estoy aquí para desvalijar la cripta! –aseguró ella.
–No te juzgaré, Ryoko. He visto cosas peores.
–No. Definitivamente no… No debo –Se reafirmó la pandaren–. Sigamos adelante.
–Como quieras.
Continuaron caminando por un largo pasillo y una vez más, se hallaron ante un cruce. Ryoko iba trazando un mapa con las direcciones que tomaban y los pisos a los que subían o bajaban. Daji practicaba una muesca en la pared con su espada, Muramasa, en las bifurcaciones por las que ya habían pasado. Así les resultaría más fácil orientarse en las catacumbas y obtener su ansiado premio.
–Este descubrimiento va a hacernos muy famosos… ¡Muramasa llevaba razón, Daji!
El vulpera asintió con lentitud.
–Bueno, más que Muramasa, la herrera Mo Ye. Hay más almas cautivas en la espada.
–Me resulta asombroso que Muramasa fuese a parar a Zandalar –admitió Ryoko.
–Debió de ser un botín de guerra de tiempos antiguos –conjeturó Daji–. Por algún motivo, acabó en Vol'dun. Seguramente exiliaron a alguno de los descendientes del trol que se la trajo.
–¿Sabes lo importante que es la Hoja Fantasma? Muchos matarían por ella…
–He matado por ella. Y seguiré matando a todos los que quieran arrebatármela –sentenció con frialdad y dureza el vulpera.
–Es el último legado de Mo Ye, la herrera pandaren que servía al emperador Xu Yang. Creadora de la Muramasa, entre otras horribles armas atrapaespíritus, como el kris del jiang shi –Le explicó la eremita–. ¿Por qué te pidió Mo Ye que vinieras aquí? ¿Y cómo conseguiste que se comunicase contigo?
–Lo primero no lo sé –Reconoció el guerrero–. En cuanto a lo segundo, me ha llevado muchos años lograr entender las voces de los espíritus confinados en Muramasa. La primera vez que empuñé la espada, me desmayé. Eran tantas, tantas almas cautivas, que mi mente colapsó. Mi hermano Pitt cuidó de mí las semanas que estuve en coma. Tras eso, me propuse aprender a hablar con ellas. Aunque a Pitt no le hacía mucha gracia la idea, no se opuso a mí…
–¿Cómo lo hiciste? Las leyendas afirman que quienes empuñan a Muramasa se vuelven locos…
Daji dibujó una sonrisa sucinta y sesgada.
–Pasé varios años en el Risco del Trueno, una de las montañas más altas de Vol'dun, casi en completa soledad, meditando y perfeccionando mis habilidades con la espada. Entonces, cierto día, de repente Mo Ye me habló y me pidió que viajase a Pandaria –dijo–. Acompañé a mi hermano a Roanapur como guardia de su caravana. El resto ya lo sabes, pues tú y yo nos conocimos ahí.
Ryoko observó a Daji con admiración. Su porte sereno, su gesto estoico y tranquilo, sus movimientos masculinos y firmes, e incluso su actitud ligeramente amarga e irónica, la fascinaban. Que aquella pequeña criatura, un vulpera, hubiese tenido éxito donde tantos maestros pandaren y Zandalari habían fracasado también la asombraba. Y también que se hubiese prestado compartir con ella los conocimientos de la Muramasa.
–Gracias, Daji.
–¿Gracias por qué?
–Gracias por confiar en mí.
–Gracias a ti por ayudarme a localizar estas cámaras, Ryoko.
La pandaren le sonrió y siguieron andando.
Cambió la ornamentación a su alrededor. Las urnas de almas dieron paso a una colección de sarcófagos mogu. Daji no le dio mucha importancia, pues en Vol'dun hallazgos como aquel eran relativamente corrientes. En cambio, Ryoko estaba fascinada. Todos los tocaba y a cada uno de ellos le dedicaba una lección de historia.
–Se nos hará de día si no nos apresuramos, Ryoko –Señaló el vulpera.
–¿Que se nos hará de día? Querrás decir "de noche". Aún es de día, Daji…
–No. Ya no.
La pandaren se mordió los morros. A regañadientes, accedió a moverse. Mas algo los sobresaltó: un crujido a sus espaldas. Daji, que sostenía una zarpa una linterna mágica, alumbró hacia atrás y lo vio: un muerto viviente, un cadáver mogu que había emergido de uno de los ataúdes y que arrastraba los pies pausadamente hacia ellos.
–¡Ah! ¡Pero qué susto, santa Yu'lon! –gritó Ryoko.
–Quédate atrás. Voy a ocuparme de él rápidamente.
El vulpera se adelantó unos pasos y le hundió la Hoja Fantasma en el estómago. Pero el no-muerto continuaba pataleando y moviéndose.
–Em… ¿Daji?
–Qué extraño. ¿Por qué Muramasa no ha engullido su alma? Debería haberse detenido…
–¿Daji…?
–¡Ahora no, Ryoko! –exclamó él mientras decapitaba al jiang-shi. Eso sí que lo paró definitivamente.
–Daji, en serio, deberías ver esto…
–No más lecciones de historia por ahora, por favor –le pidió–. Deberíamos salir de aquí.
–Ya, ¡a eso me refiero, cabezota!
El vulpera se dio la vuelta y vio a un grupo de tres jiang-shi acorralando a la pandaren. Ryoko, ni corta ni perezosa, conjuró una nova de fuego para repelerlos hacia atrás. Corriendo, Daji saltó sobre ellos, los apuñaló y los degolló.
–Se acabó –Sentenció el guerrero.
Mas no se acabó. Las tumbas, todas, se abrieron al unísono. Cerca de una veintena de jiang-shi mogu aparecieron tras ellos, sedientos de sangre.
–¡Daji, hay demasiados!
–¡Vámonos, Ryoko!
–¿Adónde? ¡Están bloqueando el camino de regreso! –Chilló la maga–. Ay, Xuen, no tendría que haberme metido en esto…
–¡Si no podemos volver sobre nuestros pasos, avancemos! –Sugirió Daji.
–¡Pero tenemos un mapa! ¡Debemos seguir…!
El vulpera cogió a Ryoko por el antebrazo y tiró con fuerza de ella. Corrieron por los laberínticos corredores de la tumba, perseguidos por una masa creciente de jiang-shi. Eran incontables en número y cada vez se movían más deprisa hacia ellos, poseídos de la firme determinación de devorar sus cadáveres.
En cierto momento, llegaron a un salón al que los jiang-shi no se atrevieron a entrar. Los contemplaron desde el umbral del mismo, mas no dieron un solo paso al frente.
–¿Qué les pasa? ¿Y por qué demonios la Hoja Fantasma no ha absorbido sus almas?
–Son jiang-shi: cascarones huecos, privados de espíritu –Le explicó Ryoko–. Parece que aún conservan un atisbo de inteligencia. Evitan esta cámara, pero ¿por qué?
Daji se desplazó un paso a su derecha para comenzar a explorar la sala.
–¡Espera, Daji, no te muev…!
Al pisar una baldosa adyacente, se disparó una trampa que cerró las puertas. Una corriente de aire gélido y viciado extinguió la llama de su lámpara.
–Genial –dijo Daji con acritud–. ¿No se suponía que esta antorcha era incombustible?
–Son vientos oscuros, Daji. Apagarán cualquier fuego al que soplen.
El vulpera arqueó una ceja, pero no persistió con sus protestas.
–Debería haber algún mecanismo que abra las puertas. ¿Quizás otra baldosa? –Preguntó Daji–. ¿Alguna idea, Ryoko?
–No. No más baldosas. La cosa solo se pondrá peor si seguimos activando trampas –declaró ella–. Ven, Daji, dirijámonos a las paredes. El mecanismo estará oculto tras una estatua, tras una urna o detrás de alguna de las antorchas.
Esta vez fue la eremita quien agarró al guerrero y lo guió hacia la pared más próxima.
–¿Y qué buscamos, exactamente?
–Toca la pared –le dijo Ryoko–. Si hay algo que te resulte extraño al tacto, avísame. Y por favor, no te despegues de ella: estamos más seguros aquí que en el centro de la habitación.
–Bien.
Sirviéndose del tacto, Daji y Ryoko empezaron a registrar las paredes y todo cuando había apilado en torno a las mismas.
–Y dime, Daji, ¿has buscado tesoros antes? –Fisgoneó la pandaren–. Esto de sobrevivir a trampas mortales no se te da nada mal…
–La verdad es que no, pero mi hermano, Pitt, se dedicó un tiempo a esto. Entre otras muchas cosas –Le contestó–. Desde que nos separamos, ha emprendido varios negocios. Ninguno ha tenido demasiado éxito. En el fondo, creo que echa de menos los días en los que actuábamos en las caravanas a cambio de agua, comida y dinero.
–¿Actuabas? ¿Erais artistas?
–Sé bailar. También camino sobre las brasas, me tumbo en camas de pinchos, me he introducido machetes por la garganta y puedo escupir fuego, entre otras cosas –Relató Daji.
–Guau… ¡Eso es sorprendente! ¿Y no te duele?
El vulpera la sonrió.
–Soy resistente al dolor.
De pronto, Daji tocó algo inusual.
–¡Eh, Ryoko! Creo que tengo algo –Anunció–. Parece… Un cojín o algo similar. Quizás el cojín en el que descansaba sus posaderas el emperador Xu Yang…
–Eh, Daji…
–Ese mogu tenía buen gusto. No me importaría recostarme aquí a mí también –dijo mientras lo manoseaba furiosamente.
–Daji, lo que estás tocando no es un cojín, sino mi…
El vulpera metió un brinco hacia atrás y accidentalmente, golpeó una antorcha de pared que provocó que se abriesen las puertas. La llama regresó a su linterna y Daji pudo ver a Ryoko, sonrojada, acariciándose los glúteos con las zarpas.
–Yo… lo… Ryoko, quiero decir…
El Juradunas no llegó a finalizar sus disculpas, dado que el resplandor inequívoco del oro atrajo a la eremita como una abeja a un panal de miel. La sala contigua era un pasillo estrecho, rodeado de dos fosos profundísimos y sin un vallado de seguridad. A ambos extremos, detrás de las zanjas, había infinitud de riquezas acumuladas: oro, cofres con gemas, e incluso un santuario consagrado a los dragones nimbo, abarrotado de piedras preciosas ovaladas y de gran tamaño.
–¡Aaaah! ¡Sabía que a Xu Yang le encantaban los dragones nimbo! ¡Especialmente los azules! El emperador consideraba que eran auspiciosos y que traían buena suerte. ¡Esto demuestra todas mis teorías! –Exclamó la eremita–. Daji, ¡debemos saltar al otro lado!
–Espera, Ryoko. Hay algo que no me huele bien en todo esto –opuso él–. Es una trampa muy evidente, ¿no crees?
–¡Tengo que estudiar ese santuario y esas rocas gigantescas y brillantes!
–Aguarda –Insistió él.
El vulpera agarró un trozo de piedra desprendido de las baldosas del suelo y lo arrojó al foso. Después de casi diez segundos cayendo, alcanzó el suelo.
–Fiu… ¡Sí que está profundo, Daji!
–Saltar es una locura –dijo él–. La caída sería letal.
–¡Lo que sería letal es dejar pasar esta oportunidad para comprender mejor la leyenda negra del Emperador Maldito!
–Shh –Chistó Daji.
–¿Qué? ¿Quieres que me calle? –Preguntó Ryoko–. ¡Pues no! Estoy legítimamente emocionada. ¿Sabes cuántos años me he pasado estudian…?
–¡Shh!
Daji cerró los párpados y se concentro en sus oídos. Escuchó cómo algo viscoso y grande reptaba hacia ellos, desde algún lugar indeterminado de la sala. Cuando abrió los ojos para advertir a la asustada pandaren, vio cómo unos zarcillos de oscuridad pura se cernían alrededor de ella. Veloz como el relámpago, el vulpera saltó y los seccionó antes de que pudieran atrapar a su compañera. Los tentáculos cayeron al abismo.
–¡Hay algo ahí abajo! ¡Nos ha detectado! –La avisó Daji–. ¡Corre!
Más apéndices brotaron del foso, pero eran lentos y ciegos. En cuanto se adentraron en la siguiente sala, regresaron a su oscura morada en lo más profundo del foso.
–¿Qué era eso?
–No lo sé, Ryoko –Admitió Daji–. ¿Alguna teoría?
–¿Quizá es un monstruo al que trató de someter Xu Yang? Si no tuvo éxito, tiene sentido que lo sepultase aquí…
–¿Y que lo usase como guardián de sus riquezas?
–Sí…
Daji asintió. Ambos se dieron la vuelta y contemplaron con pasmo lo que en el pasado debió de ser una fragua, bien abastecida de agua, materiales, un yunque y carbón, si bien algo sucia y atestada de telarañas a causa del desuso de milenios.
–Es aquí –proclamó Daji–. El lugar del que me habló Mo Ye. La forja donde creó a la Muramasa, el kris del jiang shi y otras tantas obras más.
–Es… increíble. Debo tomar notas de todo esto –Propuso Ryoko–. ¡O quizá debería llevarme algo como testimonio de que he estado aquí! El resto de eremitas no se lo van a creer… Pero eso sería mancillar el pasado, no debería… ¿Tú qué opinas, Daji? ¿Daji?
Pero Daji ya no estaba allí. Los ojos del vulpera resplandecían. Una presencia fantasmagórica había ocupado su cuerpo y se encaminaba con paso lento a la fragua. La acarició con los dedos, casi con ternura y emitió un dilatado suspiro.
–Mi forja, mi yunque, mis instrumentos, los materiales… Sigue todo donde lo dejé –Daji habló con una entonación, con un acento, que no eran los suyos.
–Mo Ye… ¿Qué has hecho con…?
–Te lo devolveré –respondió ella–. He notado lo mucho que lo aprecias. Me ha permitido que controle su cuerpo. Le he prometido algo que os ayudará a salir de aquí…
–¿Indicaciones, tal vez? ¿Un mapa? –Sugirió la pandaren.
–Un arma.
–Ah… Sí, por supuesto que sí. Aunque yo soy una firme partidaria de que la solución de los problemas no reside en la violencia. Para muestra, un botón: la última guerra en Pandaria –dijo Ryoko–. Así que... Esto… ¿De qué va a servirnos un arma, exactamente?
–Los jiang-shi, esas carcasas sin alma que deambulan por todo el complejo, son inmunes a las heridas de la Hoja Fantasma –contestó Mo Ye mientras colocaba el carbón, encendía el fuelle y se preparaba para trabajar–. Para enfrentarse a ellos, Daji va a necesitar un arma distinta.
–Ya, ya veo. Es comprensible, sí, y yo te lo agradezco muchísimo, pero… ¿Qué sacas tú de esto?
–Paz –Replicó la herrera–. Le prometí a Daji que le revelaría todos los secretos de Muramasa si me llevaba aquí. Quería ver por última vez mi forja…
–Oh, qué melancólico y tierno…
–Para destruirla.
–¿Cómo? ¿Qué? ¡No, no, no, no, no! –Negó Ryoko, alterada–. ¡Es historia! ¡No debemos dañarla! No se puede…
–Esta forja ha creado innumerables aberraciones, niña. Armas que no deberían existir. Armas que causaron dolor al pueblo pandaren y a otras tantas civilizaciones y seres –Le contó Mo Ye–. Cuando termine mi arma, quémala. No quiero que nadie vuelva a utilizar jamás mis conocimientos, mis herramientas ni mis técnicas para el mal…
–Entonces es cierto lo que se dice sobre ti…
–¿El qué?
–Que cuando el emperador Xu Yang te exigió que le entregases a Muramasa, te arrebataste la vida con ella y la embrujaste para que nunca pudiese usarla…
–Me cercioré de atormentarlo. A él y a todo el que empuñase la Hoja Fantasma para el mal –explicó–. Es decir, a todos sus propietarios en… muchos, muchos siglos. Hasta que conocí a Daji.
–¿Por qué él es diferente?
–Porque persistió. También traté de destruir su mente durante años, pero él insistía en comunicarse con las almas capturadas en la hoja… Entre ellas, las almas de sus padres.
–Fiu. Eso sí que es una relación tóxica…
Mo Ye se puso zarpas a la obra de inmediato. Usando sus poderes y el cuerpo de Daji, forjó el acero que le había prometido al vulpera en unas pocas horas. Mientras tanto, Ryoko indagó todo lo que pudo, llenó de anotaciones su pergamino y quedó satisfecha con sus averiguaciones. Tanto que resolvió concluir en ese punto su investigación.
En cuanto Mo Ye terminó su obra, su espíritu regresó a la Hoja Fantasma y Daji, sistemáticamente, procedió a destruir con sus dos espadas la que había sido su fragua.
–Aún me sabe un poco mal esto, pero supongo que es lo mejor –dijo la eremita.
���Lo es.
–Por cierto, ¿cómo se llama?
–¿Quién?
–Tu nueva hoja.
–Ah –afirmó el vulpera. Extendió su nueva arma. Su filo era delgadísimo y estaba tan afilado que podía cortar el aire–. Hanzo. Su nombre es Hanzo.
–¿Crees que eso será suficiente para que salgamos de aquí, Daji?
–No estoy seguro –admitió él–. Vayamos con cuidado, sorteando las trampas y rehaciendo la ruta que seguimos la primera vez, solo que en sentido contrario.
La pandaren afirmó con gravedad. Volvieron al pasillo donde se ubicaban los tesoros de Xu Yang; entre ellos, el hermoso y suntuoso santuario dedicado a los dragones nimbo, junto al que reposaban varias gemas esféricas y de una envergadura considerable. El monstruo del foso no dio señales de vida: no debía de haberlos oído. Decidieron andar despacio y emitiendo el menor ruido posible por si las moscas.
–Daji.
–¿Sí?
–Quizás podríamos seguir haciendo esto –dijo Ryoko–. Ya sabes: desvelar misterios, investigar tumbas antiguas…
–Mm… Avisaré a los Cuarenta Ladrones. Puede que nos sean de ayuda.
–¡No! Quiero decir… Los dos solos.
El vulpera se percató de lo que estaba insinuando su compañera. Paró unos instantes, volvió la cabeza hacia ella y la sonrió. Le estrechó la mano.
–La próxima vez que quieras entrar una cripta mogu, puedes contar con…
Ambos escucharon el sonido de unos pies arrastrándose por la estancia. Los jiang-shi, muchos más que la primera vez, habían acudido en tropel hacia el corredor y ahora lo infestaban y bloqueaban el camino de salida. Esto es, el único camino posible.
–¡Han vuelto!
–Ayúdame, Ryoko, ¡tenemos que abrirnos paso!
Daji se abalanzó hacia ellos y como si se tratase una picadora vulpera, seccionó a un par de momias mogu por la mitad con dos movimientos sincronizados de Muramasa y de Hanzo. Por su parte, Ryoko les lanzó varias bolas de fuego. Una de ellas se desvió de su trayectoria y rozó peligrosamente el santuario de los dragones nimbo que tanto la había embelesado.
–¡Ay! ¡Casi me cargo el santuario!
–¡Ryoko, no te quedes atrás y sígueme! –Le ordenó Daji.
Un par de no-muertos se precipitaron hacia el foso. Su caída alertó al a bestia que yacía en sus profundidades. El monstruo extendió sus tentáculos, como la vez anterior, solo que en esta ocasión no alcanzaron a escucharlo. De pronto, Ryoko chilló. Daji giró el cuello hacia ella y atestiguó cómo los zarcillos la atrapaban y la atraían a la oscuridad.
–¡Ryoko! ¡Ryoko! –Bramó Daji–. ¡Ryoko, aguanta! ¡Ryoko!
Sus gritos se apagaron en menos de diez segundos y el engendro del Vacío, complacido, pudo gozar al final de su festín. Apesadumbrado, pero decidido a sobrevivir a toda costa, Daji saltó por encima de los mogu y recorrió de memoria las galerías de la tumba. No se detuvo. No volvió la vista atrás. No regresó jamás a aquellas criptas y no le habló a nadie, exceptuando a la familia de la difunta, de lo que había acaecido allí abajo.
Con su partida, los monstruos que habitaban las catacumbas se aletargaron de nuevo. Todos salvo una pequeña y curiosa criatura, que eclosionaba y veía la luz por primera vez mientras el resto dormían un sueño eterno.
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