#manotee
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#ysblf#yo soy betty la fea#betty la fea#armando mendoza#beatriz pinzón solano#marcela valencia#mario calderon
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would you want to swim with sharks
As long as they’re friendly, yes I’d be totally down, but I’d prefer manotees
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Manotees below zero
@therealjacksepticeye
Hopya like et!
#jacksepticeye#jse community#jse fan art#jse tag#subnautica#manotee#i know that there is a manotee like creature in the game#but i wanted to draw them#and first i want even sub theme it#so when i decied i didnt want to put a lot of details on them#but they turned out really sweet i think#and i got some practice in this style#youtube#youuber#septicart
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“Aquella noche, Aquella vida”
los arboles abrazaban junto al frio, el aire se llevaba una sutil nostalgia. Sus notas lloraban girando en si, el dorado se mezclaba con el ascendente azul oscuro. Miraba hacia la montañas trayendo recuerdos, revisabas sus picos, el humo que afloraba e imaginaba la vida que habitaba dentro de ellos, sus raíces y bichitos extendiendo las horas (Resuello en las casas, olor a café saliendo por los tejados grises, la radio en sintonía, el empedrado cascando contra las herraduras, el humo cabalgando a media noche) Revisaba en total calma la imagen que se retenía y se fragmentaba. [Recogí los papeles de la mesa y aliste los últimos mensajes, cuando una sonrisa me señalo su presencia, allí estaba, y mi corazón dio un golpe entre su silueta, cuanto tiempo, quizás su voz se había perdido en aquellos a��os, quise tirar del ultimo recuerdo y su boca en media luna, sus cabellos girando entre los dedos, sus ojos buscando una respuestas ante la despedida, su olor abrazándome por ultima vez mientras mi risa besaba su cuerpo, luego un largo camino, días eternos y un miedo entre las horas empolvadas, miedo a no volver, miedo de no encontrarle y de hallar dos extraños al decir nuestros nombres, al ver nuestros ojos, una mirada mas entre la multitud ... ¿Qué hacer? Centellaban las ideas... (¿quizás me ignoraría?) no me quería ver eso era claro o eso intuía en aquel mensaje, en esa recia forma de cortar y dejarme entre el limbo ahogando preguntas... (quizás encorvarme en los documentos o esperar contra el vacío algún indicio para avanzar) lo intente, busque fingir que no le había visto (tenia miedo, los latidos lloraban y reían entre un conjunto de hechos) más no pude, se junto el aire y el color apresuraba los tonos. Abrí una risa y bese mis labios con su nombre. El pecho ardía y abría con mariposas, allí estaba, le sonreí a la distancia, manotee un poco y me sonroje, cayendo entre las mejillas, intentando sutileza, buscando la respiración... (Las palabras son tan incoherentes, al querer solo al querer ") Escucho su nombre, se detuvo y se acerco (el corazón se arqueaba y el cuerpo apresaba el rojo) Extendí mis brazos y apresure a su encuentro; se abrazaron risas y silencios... nos quedamos así hasta que todo se redujo, hasta que el miedo y el pasado se extinguió. Que importaba todo aquello: los desaires, las palabras evasivas, el sonido cortando al decirme desilusión, que importaban el desplante de los sueños y el deseo de olvido, si al tenerlo cerca le reía el corazón y de nuevo se creaba el principio. Hable por el tiempo perdido, por los dos sin detenerme, los emoción apuntaba y su risa lo sabia al mirarme y abrazar mi boca con otra risa, salte de los baches al jilguero, mientras el nerviosismo afloraba entre cada palabra. Mire de reojo sus pestañas, la horma de sus labios, el rastro de sus respiros; eran choques cortos donde se rozaban nuestras manos, una que otra silaba coqueta bordeando la boca, suspire al juntar sus dedos a los míos. Se levanto y me envolvió en su brazos acogiendo aflores. buscamos el secreto de las estrellas y pintamos debajo de ellas nuestro labios, recorrimos en segundos el corazón del otro, sus cortes y color. Mis manos en su cintura adornando de caricias su piel, sus manos en mi rostro acunando mis pestañas, besando la sal. La voz cayendo a la saliva juntando las bocas, su calor doblando mi cuerpo en sus costillas. El deseo mordiendo sonrisas, la alegría desbordando sobre la ropa, sus piernas sosteniendo mi aliento, sujetando entre los vellos roces de tinta y carbón, los recuerdos entre los senos juntando sus latidos. Besos en cascadas bañando la arena, sacudiendo la piel, dejando espuma que se canta entre muelles de ilusiones, dejando su olor como el aroma de mi cuerpo]
Las estrellas despertaban y yo le besaba las palmas, mientras soltaba las mías y nos decíamos en una vaga esperanza hasta pronto, hasta que el tiempo nos trajera con su ola, nos decíamos entre susurros y miedos Adiós, tomando los últimos recuerdos: para maldecir, para perdonar, para desear, para la impotencia y horas vacías, para escribir olvidando la ausencia de un corazón y sus latidos cargado en el adiós.
Ocaso Inefable
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El 28 de abril me queme apropósito y manotee, me sentí inútil.
Creo que no sera la ultima vez.
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Starter para rol MM
► 【⇝𝓢𝓪𝓮𝓻𝓪𝓷⇜】◄
Mi cabeza giraba y giraba, como un carrusel descontrolado. El mundo era borroso, difuso. Las líneas y bordes se difuminaban, todo era, una pintura demasiado acuosa.
-Saeran.
Mi respiración era pesada, ruidosa, siempre se escuchaba por arriba de todos los sonidos del mundo, el oxígeno pasaba por mi sistema respiratorio como aire reciclado, denso, caliente, casi tóxico.
-¿Saeran?
Algo me martilleaba la nuca, un tambor gigante resonaba en mi cerebelo, el ruido era insoportable, cada vena de cada pliegue de mi cerebro, zumbaba con cada honda de graves.
-¡Saeran!
Un baldazo de agua fría, un golpe de realidad. Un seguidor, hablándome.
Mi mirada perdida se fijó en el, mis ojeras enmarcaban cada movimiento de mis ojos, miraba a ningún lado y a todos al mismo tiempo. ¿Que estaba haciendo?
-El señor la espera para la fiesta.
Asentí con pesadez, me pase la mano por los labios, estaban rotos, secos. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí parada?
Me moje la cara con agua helada, mi respiración de hizo más y más baja, hasta perderse en el ambiente. Me pase la lengua por los labios, dolían. El espejo me devolvió una versión de mi misma que odiaba ver.
¿Desde cuándo todo esto había sido así? ¿Cuál es mi último recuerdo bueno? ¿Cuando fue la última vez que saboree algo que no fuera odio interno?
Sacudí la cabeza. Tenía que ir, tenía que dejar de ser una mierda e ir.
Cerré lo ojos, relaje mi cuerpo, manotee el elixir con dedos temblorosos y de un trago largo, lo baje por mi garganta.
Sabía amargo, picante, sabía a prisión.
Abrí los ojos y ya no fui yo quien devolvió la mirada tras el espejo.
Sonreí.
Así está a mejor. Así tengo que verme. Tiré la botella contra la pared. Cayó junto a otros trozos de vidrio que alguna vez, fueron otras botellas.
Guarde todo lo que sentía en un baúl con candado. La llave, la perdí en la oscuridad de mi propia cabeza.
Y haciendo ruido con las cadenas que envolvían mi ser, me diriji al lugar donde me llamaban.
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Tinta Negra~ Banshee Capitulo 1
Kim Minseok x Lectora
Advertencias: Futuras escenas de violencia y contenido sexual ;)
Numero de palabras: 1697
Capitulo siguiente
Capítulo Uno
“Caminaba por la cuidad sus cabellos que se alborotaban gracias al viento parecía tinta negra diluida en agua...” Tinta negra, tinta negra, ¡rayos! qué puedo hacer para lograr que suene más interesante, realmente estaba pensando cuando una mano inconfundible me saco de mi palacio de ideas.
- ¡Hey! - me dio un ligero apretón en mis hombros mientras solo manotee dándole a entender que no tenía ganas para su energía por la mañana.
-No me digas que no están fluyendo las ideas para tu columna en la revista de la universidad- él se rió cuando noto mi mirada a punto de matarlo.
-Créeme, soy la última persona a la que quieres molestar Jaejin me mandaste un mensaje hace CUARENTA MINUTOS, que nos veíamos en 10 minutos en la cafetería, estoy esperándote aún cuando no pude haber venido- dije enojada, señalando mi celular con énfasis.
- ¿Querida, me has visto? ¿crees que esto es fácil de mantener? - se señaló a sí mismo y al estilo que parecía que emanaba de él.
-Si fueras realmente guapo podrías lucir cualquier cosa- dije entre dientes mientras llamaba a la camarera para que por fin tomara mi orden
-Ese es el problema con ustedes los feos, no entienden las complicaciones de ser tan guapo- me guiño un ojo a lo que le respondí con el dedo medio y rodando mis ojos.
- ¿Recuérdame porque somos mejores amigos? - murmuré mientras cerré mi computadora.
-Soy asombroso, te uniste a mi club de fans y caíste ante mis encantos- movía sus párpados de manera coqueta pero que para mi no servía
-Si claro, mejor dicho, he vivido con una maldición desde los cinco años que me ha seguido incluso hasta la universidad- señalé a la mesera las cosas que queríamos para desayunar sin prestar mucha atención.
-Yo también te quiero mucho- me saco la lengua y comenzó a hablar sobre la fiesta a la que su novio lo llevo, sí, Jaejin es mi amigo desde niña hasta ahora, ser la única familia de extranjeros llamó la atención en el vecindario y sin duda Jaejin no se iba a quedar sin hacerse amigo, hemos estado juntos en los momentos más importantes de cada uno, desde caerme de la bicicleta hasta decirles a sus padres que era gay y ahora estamos aquí.
En la universidad de Seúl tan unidos como siempre solo que a veces la fortuna le sonríe más a Jaejin que a mí; algunas personas nacen con una estrella protegiéndolos.
No digo que yo no sea guapa, solo que no al nivel de mi amigo, parece estar labrado por Miguel Ángel, yo era más común y corriente, algunos dicen que estoy gorda para los estándares de belleza de Corea, otros dicen que no tengo la figura esperada para una extranjera, pero llega un momento de tu vida donde simplemente ya te acostumbraste a estar en tu cuerpo y en lo que te toco, así que ya sé que me queda y que no; debemos de admitirlo si las caderas de Shakira no mienten porque las mías deben de ser tímidas.
-Así que terminamos llegando a mi casa hasta las 5 de la mañana, sin alguna idea de porque no traíamos nuestros zapatos- mi amigo terminó su historia y asentí para hacerle saber que había escuchado, aunque en realidad estaba pensando en esa línea que no había podido terminar de escribir.
-No sé porqué me molesto en hablar si no me haces caso, deberías un día salir con nosotros, no te dañaría conocer a gente nueva- cerré los ojos ante el fastidio
-Jae ya ha quedado claro que he aprendido mi lección, además estoy feliz como estoy- dije mordiendo mi tostada francesa
-Como quieras, pero eso fue lo que dijo mi tía que murió con 80 gatos como compañeros- golpee su sien con mi dedo mientras el sorbía su latte.
Desde que terminé mi última relación en preparatoria, Jae había hecho casi lo imposible para que saliera con alguien, pero sus opciones no eran buenas, agregándole que mis compromisos en la universidad no me dejaban tener mucho tiempo.
Nos despedimos entre gritos a causa de los dos estar ya tarde para nuestras clases Tinta negra...tinta negra... esa frase seguía dando vueltas en mi cabeza y mi música no me estaba ayudando a comprender mi proceso de escritura.
Tal vez si cambiaba la manera en la que la frase se movía podría transformar la incomodidad de la forma en que estaba describiendo la escena. Pensé en todo lo que tenías que hacer para terminar ese escrito que te habían pedido con una dosis de suspenso y terror pero que no lograba fluir, seria todo más fácil si te hubieran puesto a escribir historias con clichés sobre amor en eso eres una profesional.
El día transcurrió sin incidentes, a veces me preguntaba si mis días eran una copia hecha en papel carbón del gran artista de la vida, espera…eso sonaba bien, tome una bolsa de papel de un sándwich que había comprado en la cafetería de mi facultad y lo anote.
Era ya de noche y seguía observando como ese archivo de Word me hacía burla por no poder escribir nada, rogaba porque fluyera algo, pero al ver que no estaba funcionando, decidí guardar todo y dirigirme a algún lugar que me ayudara a escribir fuera de las cuatro paredes de mi apartamento.
Le mande un mensaje a Jae para que alguien supiera mínimo donde estaba, el solo me contesto con un ¡ok ¡describe lo asombroso que es tu amigo; sonreí mientras caminaba por las calles, no me daba miedo, vivía en un vecindario tranquilo, aunque últimamente ha habido extraños asesinatos a gente adinerada en la ciudad me sentía aun protegida por mi pequeño barrio.
Me senté en una pequeña banca, y el cursor seguía en esa frase “Tinta negra, cabello, viento” repetía las palabras, pero nada llegaba, escuché un grito en el callejón de la esquina, pero fue silenciado.
Tranquila, tranquila, tal vez estas exagerando un poco las cosas, moví mi cabeza asintiendo a mí misma, de seguro fue algún gato teniendo amoríos, pudo haber sido que alguien se pegó contra su mueble el dedo chiquito del pie, traté de racionalizar, pero el sentimiento de miedo no se iba, y con ello la sensación de ser observada.
“Tinta negra, cabello, viento” volví a repetir, pero esta vez sin convicción.
- ¿Cuántas veces te he dicho Jongdae que no juegues en el trabajo ni con las personas que venimos a enseñar una lección? - dijo una voz profunda pero suave como terciopelo.
-Vamos hyung, seamos honestos hice las cosas más interesantes, apuesto que mojó sus pantalones- una voz que sonaba más divertida y despreocupada contestó
Tranquila, tal vez solo vinieron a enseñarle a alguien matemáticas, ¡claro! Ahora son tan difíciles, los papás ponían más atención a esos aspectos académicos de sus hijos, si, obvio terminaron hasta las dos de la mañana de estudiar porque mañana hay un examen, no te paniquees, respira, muy bien.
-¡Oh! Hyung tenemos compañía- gritó la voz joven mientras que el otro solo gruño.
Dios, así moriré, virgen, tenía razón Jae moriría sola y lo peor de todo sin un solo gato, debí de haberme comido ese helado antes de salir, mínimo tendría algo para recordar en mis últimos momentos, pensé en ese trabajo sin haberse terminado.
- ¿Qué haces tan noche afuera? - me preguntaron, pero tenía los ojos cerrados, rezándole a cualquier dios que me escuchara, pedía por mis padres, por Jae y su mala costumbre de no tomar las cosas en serio, pero a quien quería engañar cuando por imprudente terminare asesinada en una calle abandonada de mi vecindario.
-Yo, trataba de escribir, de casualidad no tienes idea de cómo puedo terminar mi historia, no sé cómo describir a la criatura que es ella- dije nerviosa mientras no podía contener rascarme la nuca.
-Que tal una chica en una banca a las tres de la mañana- respondió la voz juvenil a lo que el chico misterioso solo callo
-Mira, nunca dejo testigos, a donde vamos no hay nadie que pueda salir a contarle algo a la policía- dijo él rápidamente mientras escuche como sonaba el seguro de un arma deslizándose
-Unas últimas palabras escritora nocturna- dijo el joven, realmente quería abrir los ojos, pero estaba segura que si lo hacía me mojaría los pantalones como mencionó sobre la otra persona, ahora entendía, tal vez no era el sonido de una pistola, sino una sombrilla, claro, la luz de luna es muy mala para algunas personas, tu cerebro seguía haciendo excusas para tu final.
-Me gustaría cantar alguna canción dramática que describa la cruel jugada del destino que pasara, pero algo me dice que no tendré suficiente tiempo- los dos extrañamente rieron.
Escuche que los dos susurraban y mis ojos seguían tan pegados como la vez que Jae intento el silicón líquido en las manos.
-¿Cuál es tu nombre? - me preguntaron
-Vaya, directo al grano, ni siquiera un ¿Cómo estás? ¿Linda noche, cierto? – hubo un gruñido y supe que no debía de seguir con mi mecanismo de sarcasmo y humor si quería salvarme de la muerte. Conteste rápidamente y solo hubo un ligero ¡humm! de respuesta.
-Hyung está de buen humor así que no te mataremos, te dejaremos ir con una advertencia, tienes suerte de ser graciosa y buena hablando- dijo el joven mientras yo solo asentía agradecida
-Contaré hasta diez, si llego al último número y te sigo viendo pondré una bala en esa bonita cabeza, entendido- me dijo la otra voz un poco más suave
-Es un mal momento para decir que soy una pésima corredora, ¿verdad? - se escapó esa frase antes de que la pudiera parar.
-UNO- gritó y no supe cómo salí corriendo fuera de allí, en realidad había contado demasiado lento, cuando estaba a punto de dar vuelta a la esquina escuché que me gritó “Una banshee, puedes describirla así” no supe que decir solo seguí corriendo.
No volveré a pedirle a ningún dios tener una vida interesante, muy tarde me dí cuenta que no había corrido con mi laptop y probablemente señor terciopelo la tenía.
Espero les haya gustado con esto anuncio mi regreso a este blog, espero les guste el capitulo y esperen con ansias el siguiente.
Admin Pau
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CON RUEDA PELADA
Hoy salimos sin rumbo fijo ni objetivo de que hacer, excepto que no tenia mucho interes en sacar fotos, porque cuando saco fotos termino parando a cada rato, especialmente en las mejores partes, asi que manotee la GoPro y la meti en la mochila y me fui colina abajo. Me dolian las patas un poco tras la sesion de ayer y la bajada de 5 kilometros estubo perfecta de calentamiento y cuando se termino pense: porque no vamos en direccion a las montañas? si voe que no aguanto me pego la vuelta y listo. Pero cuando mas pedaleabamos mas energia teniamos, parecia, asi que nos fuimos hasta las Flatirons, o casi, porque esta vez decidimos llegar hasta la pared de la montaña, pero nos topamos con un valle dalemas de 200 metros de profundidad, y con el calor que hacia y teniendo en cuenta que habia que volver tambien, decidimos no ser guesujen y nos pegamos la vuelta con la pared ahi al tiro, a unos 5 kilometros a vuelo de pajaro.
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Hoy no me cabe nada
Si sera una estación inmunda el verano.
Ya camino mal predispuesta y aun con la música a volumen máximo te escucho, entre otras cosas, preguntarme por la cara de orto.
Por suerte ahora presiono el botón del manos libres con más frecuencia para pausarla y hacerte frente; mientras parece desconcertarte que no nací para sonreírte, ni para medir mi autoestima en tu comentario de mierda sobre mi cuerpo.
Me lo estoy buscando, no ves que te lo estoy pidiendo con la mirada?
Como así te pedía antes de cumplir dos cifras que me muestres el pito en la plaza a la vista de todos, eh? Que dormilón.
Que me manotees el culo, a la pasada, bajando del colectivo y me agarres en la calle más oscura, te masturbes sobre mi uniforme escolar y con los años me entrenes para que la vergüenza de contarlo sea mía.
Me adiestraste para tener siempre bien presentes los carriles más seguros en la vereda según el momento del día. Si voy cerca del cordón me subís a un auto, si voy cerca de la pared me acorralas.
Me inculcaste la discreción a la hora de tocar el timbre en el colectivo y asegurarme que nadie me esté siguiendo al bajar, al textear patentes y direcciones y pedir por favor que algún amigo este en linea hasta que llegue a mi destino.
Mi vida social desde chica fue limitada por tus horarios, y ni te cuento si la ropa que tengo puesta habla por mi.
Terminé resignando los recitales de mis bandas por no tener nadie que me acompañe a meterme entre la multitud y transformaste el salir tarde del trabajo en un infierno.
Bajo del colectivo y veo a cien metros la esquina donde tengo que doblar para llegar a casa, y en cuanto pongo un pie en el cordón empieza una cuenta regresiva que puede frenarse para siempre.
Instantáneamente miro si hay alguien caminando cerca, y si es mujer intento pegarme, pero no demasiado, no quiero asustarla. Ey, soy de las tuyas. Dejame caminar cerca, así me aseguro de que alguien me escuche si grito y puede contar que fue lo que me pasó.
Si la calle está vacía o veo alguien venir a lo lejos apuro el paso lo más que puedo, pienso que si camino muy rápido se me puede oler el miedo, e intento compensarlo manteniendo la frente bien alta.
Pasé más tiempo del debido pensándolo dos veces antes de ponerme esa remera, y peor si la combino justo con ese short, aunque me quede divino y haga 35 de térmica a la sombra.
Estás acostumbrado y peligrosamente cómodo en tu burbuja de poder, estás por todos lados y casi nadie te reconoce como lo que sos. Porque seguro sos un tipo amable que siempre dice buen día en el almacén.
Te padecemos, todos los días, aunque algunas crucemos de vereda o subamos la música y miremos para otro lado alimentando tu morbo de no poder encararte.
Llego a mi puerta agitada y sé que hoy, otra vez, me va a costar un rato más dormirme. Quizás la próxima la piense dos veces y no salga a tomar algo con mis amigos hasta tarde si sé que no tengo forma de volver directamente hasta la puerta de mi casa.
No somos cada vez más, porque siempre fuimos las mismas. Solamente estamos cada vez más hartas y no vamos a parar hasta extirparte de una sociedad que te avala. Aunque estemos cansadas, aunque sigamos sintiendo miedo, todos los días.
Porque así como no me olvido de vos, tampoco olvido a los afectos a quienes alguna de estas situaciones le pareció cómica. Me banqué ser la exagerada, la cagona, la del mal carácter, la puta, la frígida, la fácil, la difícil, la histérica, la que no vale nada, la mal cojida, la que no se banca un chiste, la que te pide pija todo el tiempo, de cualquier forma.
No me la banco más.
O me la banco mucho más que antes.
Sí, estoy loca, loquísima. Mejor dejame caminar tranquila, a ver si un día, en un desliz, terminás con un cuchillo clavado en el estómago.
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Swimming with dolphins, manotees, sting rays and sharks today 🐬😍 (at Isla Mujeres)
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