#mamá gallina llego
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cursedsprout · 8 months ago
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kreacciones · 5 years ago
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Musa - Johnny (NCT)
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-Ambos parecen pareja- El comentario nos había tomado tan desprevenidos que Johnny y yo explotamos en risa, tanto que me apoye en su hombro mientras aún reía.
-Estas loco- Mark me miro incrédulo y negó con la cabeza.
-Bro, olvida eso jaja- Johnny aun no paraba de reír mientras le decía eso a Mark, yo aun trataba de relajarme, porque por alguna extraña razón mis mejillas se sonrojaron mientras aún no terminaba de reír.
No es que no tomara enserio a Johnny, pero, vamos, eramos amigos hace años y hasta me había visto en pijama con mi pelo sin lavar por tres días, si alguna vez hubiera existido una oportunidad, esta murió hace tiempo.
Salimos del restaurante y nos despedimos de Mark, el solo accedió a acompañarnos porque quería fotos para su Instagram, y con Johnny nos volvía locos la fotografía, por lo cual era una oportunidad para aumentar nuestra experiencia y así entre ambos apoyarnos en lo que necesitábamos. Era mi compañero, mi amigo y principal confidente, literalmente llevábamos todas las vacaciones viéndonos todos los días, y yo aun no comprendía el como no se había cansado de mi.
-Quedate quieta- me giré aun sorbiendo de mi bebida y sonreí al ver el flash saliendo de su cámara, empecé a moverme lentamente para que pudiera captar diferentes poses.-Me encantan, estas saldrán preciosas...
Sonreí y camine, Johnny me alcanzo y me ofreció su brazo para apoyarme, era tarde y las luces de la calle se habían encendido, mi casa no quedaba lejos y la de él tampoco, por lo cual irnos a pie no era una tontería.
-Papá me presto el auto, podremos ir a la playa por el día - Johnny dijo mientras miraba su celular, yo asentí con fuerza, quería ir alla pero no tenia aun licencia de conducir.
-Cargare ambas baterías y llévare ropa para modelar- Johnny me miro y sonrío.
-Llevare la análoga también, quiero probarla allá - me solté de su brazo y asentí.
-Genial, ¿mañana me pasas a buscar?
-Si, a las 7, duermete temprano - hice un puchero y el sonrío.- Nada de K-Dramas o me pondré celoso.
-No puedes ganarle a Lee Jong Suk - le saque la lengua y rei- Prometo estar a la hora John. Bye.
Entre a casa y fui a mi habitación, debía preparar mi bolso, seria genial ir a un lugar nuevo para poder sacar fotos y experimentar con diferentes luces.
Luego de ordenar todo mi madre llego a mi habitación, le conté el plan y dijo que haría comida para ambos ya que nos podría dar hambre en medio del camino, me pregunto como había salido todo hoy y le mostré las fotos que había tomado, ella sonrío al ver a Mark tan grande.
-Johnny se ve muy lindo en esta- yo asentí ante el comentario.
-Si ¿verdad? , a él no le gusto, pero no sabe que aun lo conservo- reí maliciosamente y mire a mi mamá que se había quedado callada.
-Hija, ¿estas segura que no te gusta?
-¿Que? ¿porque todos me hacen esa pregunta?- Negué con la cabeza mientras escondía mi rostro entre mi pelo mirando las fotos de mi cámara.
-Tu madre te conoce pequeña, pero no te presionare, sola caeras.- ahora ella reía maliciosamente.
Pase toda la noche viendo las fotos, y en eso alguien respondió mi historia de Instagram, la cual era una de Johnny mostrándole las fotos a Mark.
"Amiga, me preocupas, el 90% de tus historias sale Johnny"
Fruncí el ceño y me negué a contestarle a mi amiga, la cual me había abandonado por irse de vacaciones a otro estado. Pero en eso revise las historias de Johnny, las cuales al igual que las mías, aparecía yo el 90% de ellas... por eso la gente pensaba que eramos pareja.
Reí y bloquee el teléfono, tenia que dormir o Johnny no me esperaría mañana.
Desperté temprano, como nunca, me sentía emocionada por este pequeño viaje, tanto que faltaban 15 minutos y ya estaba abajo esperando que Johnny tocara la bocina, por mientras vagaba por Twitter a ver si encontraba nuevos memes por compartir, Johnny los amaba así que guarde varios para mostrárselo mas tarde.
En eso sentí el bocinazo y salí con mi bolso, al subir al auto el me ofreció un café.
-Awww Gracias - Bebi y era justo mi favorito- Mmm, maravilloso.
-¿Yo? lose - reí y besé su mejilla rápidamente antes de partir.
Puse la playlist mientras el manejaba, le conté de varias historias que vi en la red incluso que pasaba en el último capítulo de mi serie, hasta que me quede dormida en un momento mirando por la ventana. Desperté al sentir como el auto se frenaba, abrí los ojos y ya estábamos frente al mar.
Baje emocionada y espere solo que Johnny cerrara el auto para tomarlo de la mano y correr hacia la orilla. De hecho no lo solté incluso cuando ya mis pies tocaron el agua, pero en un momento el viento hizo que temblara levemente, me acerqué mas a Johnny y él como entendiendo mi señal me abrazo por la espalda, quedándonos allí, mirando como las olas rompían antes de que llegaran a nuestros pies.
-Mamá envío comida- dije levantando la mirada el sonrío.
-Suena genial, tu mamá siempre cocina maravilloso.
Fuimos por la orilla sacando fotos y probando la nueva cámara de Johnny, a veces me quedaba mirándolo a través del lente de mi cámara, notaba como poco a poco mi cámara se enamoraba del rostro de mi mejor amigo, mis manos no paraban de capturar sus rasgos y la memoria de mi cámara se agotaba poco a poco. Me aleje un momento para poder calmar mi corazón que por alguna razón empezó a latir mas fuerte, tanto que me costaba respirar y la cabeza no me paraba de dar vueltas al estar cerca de él.
Empecé a sacar fotos a unos surfistas del lugar, los cuales también accedieron a posar para mi, lo que provocó que me riera bastante tiempo por lo simpático que me resultaban, pero cuando ya se tenían que ir volví donde estaba Johnny.
Me senté a su lado en un banco y me mostró algunas fotos que saco por el otro extremo de la playa, eran bastante buenas, de hecho había una mía con el pelo revuelto por el viento y sonriendole.
-Esta es mi favorita de todas - dijo orgulloso, yo reí y golpee ligeramente su hombro.
-Debes tener miles de fotos de mi ya a esta altura- negué con la cabeza y el sonrío, saco su teléfono y abrió la galería, me mostró que tenia una carpeta llena de fotos mías, el rio y yo me sonroje.
-Dios Johnny... que vergüenza - reí y el solo se encogió de hombros.
-Como no podría tenerte acá, al fin y al cabo eres mi musa- bloqueo su teléfono y vi como en el fondo nos tenía a ambos.
Solo apoye mi cabeza en su hombro como respuesta, el tomo mi mano libre y la entrelazo con la suya, eso solo hizo que mi corazón empezara a latir mas rápido, pero no quería romper el contacto, porque... me sentía extrañamente feliz.
Seguimos un rato mas sacando fotos hasta que nos dio calor y solo pensaba en entrar en el mar.
-¿Entras conmigo?- dije mientras deslizaba mis shorts por mis piernas.
-Aun no, estaré jugando con la cámara un rato- asentí y amarre mi cabello con una liga, saque mi polera y se la lance en el rostro.
-No me tomes fotos asi- saque la lengua y camine hacia la orilla, el agua estaba bastante templada y poco a poco empecé a avanzar hasta ya tenerla a la altura de la cintura.
Me quede observando el fondo marino y lo transparente que estaba el agua, vi un cangrejo pasar y un alga siendo llevada por la corriente, en eso me giré y vi como Johnny se sacaba su polera y la lanzaba en la arena, al parecer había decidido venir conmigo.
Me hundi completamente en el agua y sentí como el frío de sus aguas me abrazaba quitándome cualquier rastro de calor provocado por el sol y por... por ¿Johnny?.
Recordé como su mano había estado junto con la mía, las veces que me abrazaba o simplemente me miraba... ¿realmente me gustaba?.
Salí a la superficie ya por falta de aire y vi como él ya estaba a solo centímetros de mi, sonreí y le lance un poco de agua, provocando que se estremeciera por el frío.
-Basta... Que tengo la piel de gallina- Johnny reía mientras me mostraba su brazo.
-Mientras mas te resistas mas difícil será despues- Le volví a salpicar agua y el respondió lanzándome mas agua, me escondí bajo el mar hasta que parara, pero en eso vi como también se sumergió y tomo mi brazo para sacarme a la superficie.
-Oye- rei.
-Oh no, no te escapas de esta- tiro de mi, me abrazo y nos sumergimos juntos otra vez, no paraba de reír en mi mente, era un niño cuando se trataba de estos juegos tontos.
Cuando salimos seguí riendo, sus manos en mi cintura descubierta hacían que mi piel se sintiera caliente ante su tacto, estaba sintiendo ya cosas tan fuertes por él que dudaba que esto se haya generado por solo un día... ¿Me había gustado Johnny desde antes y nunca lo había notado?.
Jugamos en el agua hasta que nos dio hambre, en ese momento al volver al auto después de secarnos revise mi teléfono y mi amiga me había llamado mas de 10 veces... debía ser una emergencia.
-Comprare algo para tomar, llámala... o se preocupara- me guiño un ojo y cruzo la calle.
Marco solo una vez y la voz aguda de mi amiga contesto al otro lado.
-QUE ESTE A MILES DE KILÓMETROS NO JUSTIFICA EL QUE NO ME CONTESTES.
Reí, siempre era dramática cuando se trataba de nuestra relación.
- Lo siento, estaba bañándome en la playa y deje el celular en el auto.
-Dejame adivinar, ¿tus planes tienen el nombre de Johnny no? - no respondí y ella suspiro. - Dios, dime por favor que ya se besaron o algo.
-¿Que? No... no, ¿Porque haría algo así? - me sonroje y mire hacia la otra calle donde Johnny hacia fila para comprar en un negocio.
-Vamos chica, es obvio que te gusta, deberías aceptarlo - dude y ella lo noto - Oye... llevas saliendo con el literalmente todo el verano y es él quien SIEMPRE te invita... hasta te etiqueta en sus historias con corazones, ¿¡QUE MAS SEÑALES QUIERES!?
- Creo... creo que de verdad me gusta...- Quite la vista del frente y mire mis rodillas.- Pero... debería decirle...yo...
-Ya, compre el de fresa para ti y el de cereza para mi- di un salto al escuchar la voz de Johnny abriendo la puerta del auto.
- Te... te llamo luego ¿si? - Colgué y lo mire.
-Estas roja... ¿tienes calor? - acerco su mano y yo la evite riendo.
-No, no.... es mi amiga, me hizo reír por una tontería.
Mi teléfono vibró y vi un mensaje.
"Vamos tigre, tu puedes... si vuelvo y no son novios te haré la ley del hielo"
-Aish....
-¿No te gusto el de fresa? si quieres te doy el mio... - negué con la cabeza y le sonreí.
-Esta perfecto, gracias.
Cuando ya el sol se estaba poniendo nos sentamos por ultima vez en la playa para ver el atardecer, el miraba hacia el mar y yo lo miraba a él, compartíamos un audífono con una canción sonando de fondo, quería tomar su mano pero me contenía apretando las mías contra mi cuerpo, ¿porque todo se me revelaba ahora?
-Debemos volver pronto - derrepente sus ojos se encontraron con los míos y pestañee rápido, asentí y mire al mar tratando de ocultar lo rojo que debía estar mi rostro. -¿Estas bien? Siento que has estado mas lejos de mi en todo el día... - Johnny hizo un puchero.
-Yo... eh, solo tengo muchas cosas en la cabeza... y...
-¿Te sentiste incomoda cuando tome tu mano? - la pregunta me tomo por sorpresa y negué rápidamente.
-No, no... eso no es... no es exactamente lo que... Aish yo... -Respire profundamente, tome sus mejillas y junte sus labios con los míos.
Cuando procese lo que había hecho me separe de él con pánico, él me tomo de los hombros y evito que saliera corriendo.
-¿Me acabas de besar? - sonrío y se rió, divertido por la situación.
-Yo, solo... solo olvida esto. - tape mis mejillas con mis manos.
-¿Estas loca? como quieres que olvide eso... - de solo un movimiento puso sus manos sobre las mías y volvió a besarme.
Dios mio de mi vida, ¿estaba realmente besando a Johnny?... y... oh Dios sus labios saben tan bien... sus manos se sienten tan firmes ahora en mi cintura... podría derretirme en ti ahora mismo...
El audífono aun transmitía sonido, el que estaba ignorando, porque estaba completamente perdida entre todo lo que significaba Johnny.
-Me gustas- susurro aun tocando mis labios con los suyos. - Y tenia miedo que todo lo que hiciera antes te alejara de mi...
-Johnny... tu también me gustas... y solo hiciste que confirmará lo que sentía por ti... así que creo que no hiciste nada malo - reí y escondí mi rostro en su cuello, el me abrazo y acaricio mi cabeza.
-¿Esto significa que Mark tenia razón? - reí y lo mire.
-No le demos la razón - Saque la lengua y el río.
♥️☁️🌙️
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lescomuneseba · 5 years ago
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Mele Bruniard: el artista siente la necesidad de contar al mundo su mundo.
“Yo nací en 1930. Mi vida ha sido trabajar, trabajar y trabajar como cualquier ser humano para sobrevivir. Me pasaron cosas buenas y malas como a todo el mundo le pasa en la vida. Lo primero fue perder a mi padre, Pedro Antonio Bruniard, a los 10 años. Desde que nací hasta la muerte de mi padre todo fue vivir en un país hermoso, sobre todo porque nací en el norte, en Reconquista, cuando la ciudad era un pueblito y vivíamos en una esquina, frente a un hotel. Mi padre era escribano y estuvo dos años en la intendencia de Reconquista, en la época de Manucho Iriondo como gobernador, con quienes eran amigos de infancia. Me acuerdo de la experiencia que tuve de chiquita en el jardín de la casa. Era un jardín de cuarto de manzana, con muchos árboles. Teníamos pomelos, mandarinas, naranjas, un granado enorme, gallinas, pavos, un mundo de animales. Y yo me la pasaba con el viejo jardinero, un inmigrante de Italia. Yo recorría el jardín, tomaba las hojas, las pelaba. Contra la calle había una alambrada y teníamos ligustro cerrando el jardín. Me quedaba la hoja de ligustro pelada, con todos los nervios, parecía un arbolito. Muchos años después, en un cuadro de Magritte, con tres árboles, los troncos desnudos, vi mis arbolitos de chica. Entonces era mirar todo: la forma de la rosa, de las flores, las estrellas federales. Era un país encantado. Todo eso se incorporó a mí. Después de la muerte de mi padre, la vida cambió. Mi mamá, Nélida Barraco y del Mármol, se enfermó de los nervios y yo le ayudé a desarmar la casa y a malvender todo. Teníamos una muñeca de porcelana que era más alta que yo, me acuerdo de haberla llevado a una casa donde componían muñecas porque mi mamá me dijo: “Esto no lo vamos a llevar, deciles que se las doy para que la vendan”. Tardamos un año en levantar la casa, y nos vinimos a vivir a Rosario. Me sentía sola, el trasplante fue muy duro.
•••••
Yo no pensaba en el arte. Me gustaban los colores, los lápices. Con mis hermanos jugábamos con lápices de colores, teníamos unas pinturas que habían salido en el Billiken y pintábamos, a ver quién hacía el pájaro más lindo. Mi hermana fue al profesorado del Normal número 2, la escuela de plástica y música. Y yo terminé en el Colegio del Huerto, donde me recibí de maestra. Quise seguir Bellas Artes. En ese momento se rendía un examen, era hacer un dibujo. Ponían cosas en la pieza y había que dibujarlas. Lo hice, y entré. No me gustaban todas las materias, pero me encantaba dibujar. Lelia Pilar Echezarreta, una señora muy agradable, que tenía una casona en Saladillo, nos llevaba hojas, ramas, flores, para que dibujáramos, y las acuarelábamos o las pintábamos con lápices de colores. Tenía pintura con Juan de los Ángeles Naranjo, que nos traía tarjetas y copiábamos con lápices y acuarelas. Y Nicolás Antonio de San Luis me enseñó escultura y además me prestaba libros, me prestó la Vida de Miguel Ángel, y después me regaló la Vida de Rafael, cuando terminé la carrera. Lo tuve también a Uriarte, que ponía modelos y se iba a fumar al patio. Nos traía, por ejemplo, a un anciano de la calle, con olor a peste, a mugre, lo sentaba frente nuestro y había que dibujarlo; o nos llevaba a la esquina a dibujar tal casa. Yo, dibujaba. Pero no estaba estructurada la parte formal de una carrera. Tuve varios profesores, pero no puedo decir que entonces contactara con el arte. Estaba sumergida en una escuela donde se pretendía hacer arte, pero la esencia no se enseñaba. No había elementos, no había libros de artistas, no había historias y los profesores eran pintores que enseñaban dibujo o pintura. Yo no tenía idea si estaba bien o mal lo que hacía, tomaba el lápiz y dibujaba, nada más. Me recibí, aprendí grabado. ¿Aprendí? Lo único que hice fue una chapa que el profesor nos trajo pulida de la casa. 
Terminé el profesorado y el verano siguiente me compré unos cartones y los pinté de blanco. Me compré unas flores chinas, las dibujé, las pinté. Y las rompí en edazos, las tiré a la basura y dije: “yo no sé dibujar, no sé pintar, no sé nada, porque hago lo que veo y no se trata de eso”.
•••••
A mí me enseñó a grabar Grela, Juan Grela. Primero fui a ver a Uriarte, a buscar pintura. Eramos cinco: Rosa Aragone, Nilda Bustos, Ana María Pusso, Zulema Piazza y yo. Uriarte nos dijo: “Grela les va a enseñar dibujo, porque ustedes no saben”. Los dos vivían en Alberdi, a cinco cuadras. Nosotros fuimos y nos encontramos ante un hombre fino, respetuoso, que sabía lo que decía. Un hombre que pensaba. Pensar, y buscar a través de los ojos fue su tarea. Grela nos enseñó primero la línea. Después los grosores de la línea. Después observar todo. Nos decía: “El domingo que viene tráiganme treinta dibujos”. Porque íbamos los domingos a la mañana. Yo tomaba el tranvía, el 15 me llevaba a la casa de Grela. Grela quería que estuviéramos a las 7 de la mañana, entonces yo tenía que salir a las cinco y media; volvía a las tres de la tarde. Nos pedía cincuenta y si podía ser cien dibujos. Ante esa exigencia hacíamos tres, cuatro. Él decía: “Piensen, si están en la casa, está el papá o la mamá, dibújenlos. Pero no los pongan ahí, dibújenlos en acción. Si tienen un gato, dibujen el gato, el gato se mueve, se rasca. O toman las tazas del desayuno y las apilan, les miran el contorno, la curva, la recta, la línea, la manija. Y dibujan las tazas.Una latita con un malvón: la dibujan. Dibujan todo lo que hay en la casa: el hermano, la hermana, el novio, el perro, si la vecina tiene una vaca también la dibujan. Dibujen todo lo que hay en el mundo. Pero mírenlo”. La cuestión era mirar a través de la línea.
Después, cuando era profesora de dibujo, me paraba en el salón y decía: “Yo soy el punto. Debajo mío hay un punto. Miro hacia el norte y camino; cada paso que doy es un punto. Llego al final, he hecho una línea de puntos. Hago otra línea hacia el oeste, otra línea, otra línea. En fin, queda formado el plano, la superficie donde se va a hacer el dibujo”. La actitud es distinta. No es copiar ni dibujar la copa sino mirar para adentro y manejar lo que nos da el dibujo: la recta y la curva. La recta se corta y se quiebra, la curva se ondula o se cierra, se mueve, va, viene, es pequeña, se inclina para un lado o para el otro. Y la línea. No hacemos la manzana, no hacemos el caracol. La manzana y el caracol están hechos. Nosotros dibujamos con una curva, otra curva más pequeña, el borde del caracol, seleccionamos lo que mejor nos parece. Me maté en la escuela enseñándoles a los chicos que venían de sexto grado que la realidad en el arte es muy distinta a la realidad que vemos y tocamos.
•••••
En 1954 hice mi primer grabado fuera del taller de Grela. ¿Cómo lo hice? Como me enseñó el maestro. Me planteé un problema formal: blanco, gris claro, levemente oscuro, más oscuro, más oscuro, más oscuro y negro. Un valor. Lo llamé “La vela apagada”. Participé en la Asociación de Grabadores Rosarinos y cuando se hizo la muestra en el Círculo Italiano, que estaba en Mitre y Córdoba, mi grabadito brillaba. “Bruniard, vení, te quiere conocer Hilarión Hernández Larguía, pregunta por vos”, me dijeron. “¿Usted ha hecho este grabado? —me dijo Hernández Larguía— .Yo creía que era un hombre”.
•••••
Yo no lo conocí a Eduardo hasta los 28 años. Y nos casamos a los 30. Tuvimos una amistad muy linda, llevamos una vida plena. Fui a ver una muestra a la Galería O, de Lidia Borgonovo “que fue la que metódicamente introdujo las vanguardias plásticas en Rosario”, dice Emilio Ellena, y que había inaugurado en 1956 con una muestra de Clorindo Testa. Llego una tarde con una amiga a ver una muestra donde exponían Eduardo con Susana Zinny. "Mele, te ha estado llamando Eduardo Serón”, me dice Lidia Borgonovo. “No lo conozco", le contesté. "Quiere hablar con vos, llamalo", me dice, y me da el número. Cuando le hablo él me dice: "Me acaban de nombrar secretario del Museo Rosa Galisteo de Rodríguez de Santa Fe y vamos a instituir una sala para jóvenes artistas. Querríamos que usted haga una exposición". Viajé a Santa Fe y lo conocí. Nos hicimos amigos. Íbamos a tomar café al Savoy. Hablábamos de libros. La afinidad fue muy grande. El trato era de usted a usted, él me traía libros. Yo leía, leía, leía. Aprendí mucho de Eduardo. Me siguió enseñando lo que me enseñaba Grela y lo que se debe enseñar. Es decir, todo sale de adentro. Hay un libro de Lewis Mumford, de los tantos que trajo Eduardo, que comienza así: “Por necesidad se cantó, por necesidad se habló, por necesidad se escribió, por necesidad se pintó”. Por necesidad se hizo todo.
••••• En Álbum de familia, una de mis series, me hice yo de 3 años, de recuerdo. No miré la tarjeta, la tengo adentro, me fui dibujando. y agregué un cochecito que había hecho en mimbre. Lo hice a mi padre. Hice un tío. Me acordaba del tío. Las tías, también las recordaba. Todo está adentro, la búsqueda de la forma está adentro de uno. Gatos, he hecho tantos gatos que estoy asombrada. Pero nunca tuve uno. Sigo dibujando al gato y el gato siempre es distinto. Y tengo el animal que creé yo, el tortimulitatú; torti, de tortuga, muli de mulita y tatú. Le puedo hacer liso, negro, rayado; más finito, más grueso, con pintitas. Me gustan los críticos de arte que dicen en televisión “sí, pinta muy bien las caras, las hace igualitas”. Pero nadie hace nada igual. Entre vos y yo hay espacio, aire, vos me ves y yo te estoy mirando, estoy hablando, y este momento es único. Nos encontraremos en otro lado y las cosas serán distintas. Todo cambia y el mundo sigue andado, como decía Gardel. En escultura, ¿cómo enseñás a hacer una manzana? Tomás la arcilla, la tenés que amasar, darle la forma, mirar la manzana. Pero no te la podés comer cuando terminás, porque no es una manzana, es una forma que parece una manzana. No hacés una cara. Tenés que mirar y continuar dibujando la línea, sacar el espíritu de la línea que se desarrolla a través de lo que podés mirar. Pero todo tiene que salir de adentro, y de la necesidad de hacerlo y de hacerte. Yo soy figurativa, pero no copio la realidad, yo tengo mi realidad. Como dice Mumford, el artista siente la necesidad de contar al mundo su mundo.”
“Mele Bruniard, el arte vivido como necesidad en un mundo propio” en diario La Capital, domingo 16 de Junio de 2013, https://www.lacapital.com.ar/senales/mele- bruniard-el-arte-vivido-como-necesidad-un-mundo-propio-n422933.html consultado 2 de abril de 2020, fragmentos. Foto: Silvina Salinas.
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gotticalavera · 7 years ago
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Héctor, el zapatero: Capítulo 2
El primer capitulo del año y empezamos con Ernesto ¡Yuj!
[[Au: Héctor es el fundador de la zapatería Rivera]] Ernesto de la Cruz era el mejor cantante de todo México, pero el que componía las canciones era su amigo que se encontraba en Santa Cecilia a cargo de su niña…
Capítulos en tumblr.
Prologo
Capitulo 1
Link de este capitulo en: Fanfiction
Link de este capitulo en: Wattpad 
Coco no me pertenece, uso sus personajes sin fines de lucro.
La moralidad de Ernesto
Héctor lo abrazó antes de subir al tren, le dedicó una sonrisa antes que los rieles empeñaran su función, y partió rumbo a Santa Cecilia, cuando Ernesto perdió de vista el transporte sabía que era el momento de volver al hotel donde se hospedaba.
Sus pasos le pesaban como cemento y antes que se diera cuenta ya tenía en frente la puerta de su habitación, entró como fantasma y la cerró tras de sí. Al estar completamente solo; de su chaleco sacó un frasco y lo arrojó con furia sobre el suelo, nunca lo uso, el contenido se desperdició en la alfombra. Jaló sus cabellos azabaches, grito con furia y coraje mientras caía de rodillas al suelo, no le importaba el dolor.
Solo quería que las voces se callaran de una vez.
"¿En qué pensabas?"
"¿Qué planeabas hacer?"
"¿En serio podrías hacerlo?"
Las voces no paraban de atormentarlo, y sus lágrimas de enojo eran una reprenda de sí mismo...
― ¿¡Qué iba hacer!?
El dolor se hizo ameno en sus rodillas, pero no se comparaba con el dolor que estaba sintiendo dentro. Aun así, se incorporó, se limpió sus heridas y rejunto la evidencia de un crimen no cometido, y se dispuso a dormir con ese tormento.
.-.-.-.-.-.-.-.-.
Ernesto nunca comprendió mucho el significado de la familia, tenía entendido que eran las personas que te cuidaban y querían al nacer; personas que compartían la sangre y la carne.
Tiene recuerdos borrosos de su madre, antes que su padre la corriera por ponerle el cuerno, su madrastra poco lo quería, su padre apenas estaba presente y sus hermanos lo miraban con indiferencia.
Nada era feliz, lo único que lo animaba era la música, su pasión por ella lograba que su vida fuera más llevadera. No fue por mucho tiempo hasta que se enlistó para defender a Santa Cecilia de la Revolución, no importaba si eran; Carrancistas, Zapatistas o Villistas, si intentaban hacerle daño a su hogar, su vida tendría que pagar.
Ahí fue donde conoció a Héctor, ya lo conocía de lejos por vivir en el mismo pueblo, pero nunca llegó su interés de relacionarse con él. Era solo un mocoso que hacía labores de campo y se enlisto a este sector para probar que era un hombre.
Los hombres poco a poco se iban y llego un momento en que ambos quedaron solos, recuerda esa noche frío donde el fuego parecía extinguirse por cada fuerte brisa que pasaba sobre ellos. No le dedicó palabras a Héctor, estaban en una situación de la historia donde no formar lazos podría ser fatal si los perdías delante de tus ojos, un hambre de perros que te cala hasta los huesos y machar con el cielo teñido de rojo como el suelo.
― ¿Puedes tocarla?―esa pregunta lo tomo desprevenido.
―...
―La guitarra ¿la sabes tocar?
―Ahs~―bufó en desagrado― ¿A poco quieres escuchar música?
― ¿Pues pa' que te la traías?―su boca silbaba con cada palabra.
― ¿Sabes en dónde nos encontramos?
― ¿Y no sería mejor pasarlo bien que pensar en tristezas?
Ernesto frunció el ceño por tener una pregunta como respuesta, aunque sí, tenía la razón. La había traído para animar el campamento, pero fueron divididos en poco tiempo en diferentes zonas, quedo como niñera de ese mocoso.
Rascó las cuerdas, preparó su garganta para entonar una canción, pero le ganó la palabra el chiquillo. Entonó de forma suave y su cantar lo hipnotizo, pudo sentir sus huesos vibrar de alegría y recordar esos bellos tiempos que tuvo con la música.
―No cantas tan mal...―exclamó Ernesto al terminar de tocar.
―Dicen que lo llevo en la sangre, mamá cantaba como el cenzontle.
― ¿Cantaba?―su pregunta hizo que su sonrisa se borrará.
―Sí, cantaba.
―Lo siento.
―Con la muerte no se le puede pedir disculpas, son cosas que suceden.
―Muy cierto―dijo en bajo.
Pero a pesar del tema, el chiquillo volvió a sonreír―Soy Héctor.
―Y yo Ernesto.
Su tiempo, como parte de la Revolución hizo más fuerte su amistad, entonaban canciones para no tener sueño y si eso no funcionaba, se turnaban el fusil mientras el otro dormía.
Aún después de hacer sus servicios siguieron siendo amigos, con Héctor había encontrado algo que desconocida, una persona que quería mucho y deseaba proteger mientras crecía.
Fue egoísta con el tiempo de Héctor y sus sueños de ser músicos famosos le harían ser dueño de su futuro; solo que no contó con el amor. No pensó que Héctor se enamorara, era obvio que en algún momento lo haría, pero no quiso que fuera así de rápido; Imelda le quería arrebatar lo que él había encontrado...
¡Ay, pero que podía hacer!
Los ojitos de Héctor brillaban de la emoción y componía canciones en honor a ese amor, se tragó sus palabras y se burló de Héctor por ser gallina al confesarse. No dijo nada cuando al fin fueron novios, ni detuvo la boda cuando el padre dio el permiso.
"Si alguien se opone, que hablé ahora o calle para siempre"
Espero que alguien dijera algo, algún pretendiente de Imelda o una de las pocas enamoradas de Héctor, pero ni eso. Dio sus palabras de aliento y se inflo de orgullo cuando dio por ende que era una paloma atada a otra.
Sintió más ajeno a su amigo al anunciar que tendría un hijo; Ernesto podía sentir la distancia más marcada entre ellos y eso le daba coraje. Tal vez si Héctor hubiera seguido rebozando de felicidad lo hubiera hecho, lo haría sin chistar en matarlo en la primera oportunidad.
Porque ya no era el chiquillo que le cantó, que le brindo un sentimiento cálido; se había vuelto un hombre de familia que le estaba robando las alas.
Lo que no contó fue la muerte de Imelda; ambos sabían por experiencia lo duró que era perder a una madre, por lo menos ellos lograron formar recuerdos con las suyas, y no corrieron con la suerte de Coco. La empatía que sentía por él le hizo reprimir sus malos actos y lo dejó ir para reencontrarse con su hija.
.-.-.-.-.-.-.-.-.
Fue difícil para Ernesto seguir así, cantaba las canciones que Héctor le había dejado y cuando alguien se interesaba en él y pedía hacer espectáculos, tocar en la radio o grabar un disco. Él decía la verdad y prácticamente lo corrían por no ser obras originarias de su mano.
Se estaban poniendo duras las cosas y aunque las limosnas eran suficientes para sobrevivir, no pudo darle su parte a Héctor con tan poca ganancia.
Cuando pensó que ya no podía más, y reconsidero volver a Santa Cecilia ante el desprecio del contribuidor que tenía en frente, alguien lo detuvo.
― ¿Cómo que no son suyas?―habló una mujer entrando al despacho.
―Laura ¿Qué haces aquí?
―Te estaba esperando Fausto, pero como vi que te tardabas, vine... ¿Y usted no me ha respondido?
―No son mías, son de mi amigo.
― ¿Y dónde está él?
―No está muerto, gracias a Dios...―se aclaró la garganta― Su esposa murió cuando tuvo a su hija, y se está haciendo a cargo de ella.
― ¿Cómo?
Contó con pelos y lenguas los sacrificios que hizo Héctor por el bien de Coco, la esposa del contribuidor se le ablando el corazón al escuchar tan hermosa historia, y más viniendo de Ernesto, le brillaban los ojitos de admiración al hablar de ellos.
― ¿Y cómo se llama usted?
―Ernesto de la Cruz, señora.
―Amor, dale un contrato al señor de la Cruz, porque ahora tendrá que interpretar canciones con el corazón...
―Pero nadie lo escuchará y no le convendría ya que...
―Tonterías, Fausto.
¿Quién diría que esa mujer le brindó la oportunidad de su vida? A regañetes y golpes el distribuidor hizo el contrato y dio dos cheques por adelantado. Con especificaciones de su esposa de darle el debido crédito tanto al compositor como al intérprete.
Le dio el cheque a Héctor junto con una carta, y está recibió una respuesta de rápida. Se sorprendió que Héctor abriera una zapatería en nombre de Imelda y con el dinero que le había dado sería para contribuir al negocio y las necesidades de Coco. Pudo casi imaginar la sonrisa de Héctor mientras le escribía la carta que estaba leyendo; la guardo junto con las demás cartas que se escribieron durante ese tiempo.
Con el tiempo, Ernesto ganó fama, por su voz y atractivo, y su historia hizo que la gente lo viera como una persona de buen corazón.
¿Buen corazón?
¿Lo tendría una persona egoísta?
¿Lo tendría una persona que tuvo intenciones de matar a su mejor amigo?
Las voces nunca lo dejaron de atormentar, el trabajo pronto se volvió una prioridad para él. Apenas si socializaba con las nuevas estrellas fuera del rango de trabajo y las cartas de Héctor eran como un escape; era un llamado para decir de donde había venido, de cómo fue que llegó a tenerlo todo y a la vez nada.
La felicidad en cada carta que leía Ernesto era sincera, tanta calidez sentía con esas palabras que le daban ganas de tomar una maleta e ir directamente a Santa Cecilia para hacer zapatos con Héctor; abrazarlo y abrazar a su ahijada, porque ellos se habían vuelto algo que nunca tuvo.
Una familia.
Pero tenía que volver a la realidad que le tocó, una donde aún hay mujeres (y muchas) que desean casarse con él, donde lo alaban como un Dios; como el Tesoro de México.
Eso no le importaba, aunque el mundo resultará ser su familia la verdadera se encontraba en Santa Cecilia. Su único deseo era el bienestar de ellos, que estuvieran sanos y lo recordaran.
Pero no pensó que unas semanas después; la Guerra Cristera estalló...
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jose-a-perez · 5 years ago
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https://www.youtube.com/watch?v=ibdyfpv3Y8c
NO JUEGUES CON JUGUETES DURANTE LA NOCHE. Cuando era pequeña, cada vez que se acercaba la madrugada, mi abuela me decía que no jugará con los juguetes, pues cosas malas podrían pasar... Mi abuelita Licha, desde que nació vivió en un pequeño pueblo de la Huasteca Potosina, su papá (mi bisabuelo) trabajaba en un rancho, y su mamá (mi bisabuela) se dedicaba a los labores del hogar. Mi abuelita cuenta que cuando ella tenía 6 años, su mamá estaba embarazada, y durante algunos meses tenía mucho sueño, por lo que se dormía temprano, independientemente si su esposo hubiera llegado a la casa o no. Los días jueves, mi bisabuelo solía llegar muy noche, ya que él se juntaba a beber en una cantina con sus amigos y su patrón. A pesar de ser muy pequeña mi abuelita Licha, ella no podía conciliar el sueño si no llegaba su papá, así que ella lo esperaba en la cocina (frente a la puerta principal) jugando con sus juguetes, los cuales básicamente eran una muñeca de trapo y un changuito de plástico. Faltaba poco para ser Día de Muertos, y mi abuelita cómo todo jueves en la noche, estaba jugando, cuenta que alrededor de las 12 de la madrugada, alguien tocó a la puerta tres veces, ella pensó que era raro, pues su papá nunca tocaba, además que en ese entonces no ponían llave a la puerta. Mi abuelita se subió a un sillón que daba a la ventana, y se asomó para ver quien era, y aunque no se podía ver del todo (no había luminarias), no parecía que hubiera alguien ahí, sin embargo cuando miró entre la oscuridad frente a su casa, se percató que había ojos rojos observando por todo el patio de la entrada. Mi abuelita sintió algo de escalofríos, pero también pensó que podrían ser los ojos de las gallinas, así que mejor decidió regresar a jugar... Después de unos minutos, volvieron a tocar la puerta tres veces, en esta ocasión, ella ya estaba un poco asustada, pero aún así, volvió a asomarse, pero seguía sin poder ver a nadie, pero aquellos ojos rojos cada vez estaban más cerca de la puerta. Mientras ella veía asombrada, volvieron a tocar la puertas tres veces, fue entonces que se echó corriendo al cuarto de su mamá, pero ella no despertaba por nada, así que decidió acostarse junto a ella abrazándola. Mientras mi abuelita estaba bajo las sabanas acurrucada, podía escuchar que volvían a tocar por cuarta vez, no sabe de donde, pero agarró fuerzas para ir a ver... Cuando ella llegó a la cocina, se percató de algo que antes no había puesto atención, pues bajo la puerta se podían ver las sombras de unos pies ¡Realmente había alguien ahí¡ Mi abuelita estaba llena de terror, se encontraba paralizada, poco a poco como pudo, miró hacia la ventana, y para su desagradable sorpresa, aquellos ojos rojos del patio, ahora estaban pegados al vidrio, se estaban asomando hacia adentro. Mi abuela llorando preguntó: “¿quien anda ahí?”, cuando de pronto, la voz de un niño respondió: “Soy Paquito ¿me invitas a jugar?”. Mi abuelita no sabía que hacer, pero el hecho de que fuera un niño le había dado un poco de confianza, así que mientras abrazaba a su changuito, se atrevió a abrir la puerta, sin pensar, que lo que había en el otro lado, la perturbaría por tantos años de su vida... pues lo que había ahí, si era un niño, pero no estaba vivo... El pequeño tenía un rostro pálido como la muerte, y sus ojos eran completamente negros como un cielo sin estrellas, su ropa estaba muy sucia, parecía cómo si hubiera salido desde la tierra. Mi abuelita de la impresión, dejó caer su juguete, y de manera alebrestada le cerró la puerta en su cara, y se puso a gritar como loca “¡vete! ¡Vete de aquí por favor!”. En eso, llego mi bisabuela espantada por los gritos, y mi abuelita se echó a llorar, diciendo que había un muerto afuera; cuando mi bisabuela abrió, no había nadie ni siquiera el juguete de mi abuelita. Al día siguiente, ya más calmada mi abuelita, le contó todo lo que sucedió a sus padres, y ellos le contaron a algunos de sus conocidos. Unos días después, una señora cómo de 90 años, la habitante más grande del pueblo, le contó a mi abuelita que no hay que jugar con juguetes a tan altas horas de la noche y menos en fechas del Día de Muertos, pues es cuando las almas en pena deambulan en nuestro mundo. Dijo que jugar a esa horas, podrÍa atraer niños difuntos que no tienen con quien jugar. Y aunque suene un poco nostálgico, sigue siendo igual de peligroso, pues la señora también le dijo: “Lichita ¡Cuidado! Los espíritus no vienen solos, si hubieras invitado al niño a pasar, otra historia estaríamos contando...” Al día siguiente de la charla, era 2 de noviembre, y cuando mi abuelita junto a sus padres fueron a llevarle flores a sus parientes fallecidos al panteón, se les pusieron los pelos de punta al ver que el changuito de mi abuelita reposaba sobre la tumba de un niño llamado: “Paquito”. Desde entonces mi abuelita les advierte a los niños: “no jugues con juguetes durante la noche...” Créditos a quien corresponda
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exoficsspanish · 7 years ago
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Almas y flores Capitulo 2
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(GIF no me pertenece, crédito para el que lo hizo :D)
Park Chanyeol x Lectora
Número de palabras: 2434
Capitulo anterior / siguiente
Vi como Baekhyun dormía sin limitaciones, quería poder dormir, pero mi pesadilla me había despertado, a decir verdad, ni siquiera era una pesadilla, era un recuerdo de uno de los momentos de mi papa con mi mama.
—Ya están durmiendo los niños— pregunto mi papa, mientras descansaba su           cabeza en las piernas de mi mama
—   Querido llegaste demasiado tarde, Chanyeol aprendió a tocar otra canción — se escuchaba animada mientras peinaba a mi padre
—   Lo siento sabes que el trabajo me exige demasiado— desde donde estaba escondido podía notar las marcas en el cuello de mi padre
—   ¿Por qué lo sigues haciendo? — mama le pregunto entre lagrimas
—   Sabes que no importa que pase, te amo como a nadie, lo sabes, eres mi todo— el peino el flequillo de mi mama y beso sus manos
—   Eres realmente un cretino— dijo limpiándose las lágrimas, pero beso la frente de mi papa
—   Nunca te he merecido— dijo el con una sonrisa
—   No, no me mereces, pero tienes suerte que te amo tanto—se besaron
—   ¿que tal si me traes la comida y un poco de soju? —mi mamá solo hizo un pequeño ruido y s puso a cocinar
—   Ya puedes salir de ahí Chanyeolie— salí de mi escondite y caminé con la cabeza baja
—   Lo siento, iré a acostarme— dije apenado por haber presenciado todo
—   ¿Viste lo que hice? Si algún día tu alma gemela se pone como tu madre, solo haz lo mismo, y podrás ser como yo— golpeo mi espalda como si me estuviera enseñando algo asombroso — Dentro de unos años, te llevare conmigo a ese lugar, ahí hay personas sin pareja, sin alguna marca, dispuestos a todo— guiño n ojo y me dijo que podía ir a dormir, creo que está de sobra decir que jamás me he podido sacudir su sonrisa burlona mientras mamá cantaba feliz en la cocina
 —Tienes más de veinte, no puedo creer que sigas con esta loca idea— me dijo Baekhyun ayudándome a desempacar alguno de los materiales que había traído
—Por eso mismo, tú tienes veinte y crees en estos cuentos de hadas, todo esto es enfermo—saque algunas de mis mejores obras de la escuela que mande a enmarcar para ponerlas alrededor de mi estudio compartido con Baekhyun
—No, no lo es, no tienes ni idea, es como si todo tuviera sentido, porque te trajo hasta ese momento de tu vida, y llega en el instante exacto que lo necesitabas— colgó una imagen de su pareja mientras yo negaba
—¿Qué piensas de Eva Braun y Hitler? — sabía que con esto había ganado
—Que pasa entonces con los millones más de personas que son felices Chanyeol, porque solo quieres ver as parejas malas, en las destructivas, no todo tiene que ser destrucción ¿sabes? Cuando la encuentres entenderás hasta los silencios, no será necesario hacer mucho con ella, el simple hecho de tenerla junto hará que agradezcas todo—fue evidente que estaba enojado cuando salió de la habitación sin decir nada mas
—¿Otra pelea? —preguntó Kris tocando la puerta mientras yo asentí
—Se que es difícil para ti concordar con todo esto, pero, algunos tienen expectativas o han conocido a su persona destinada— el me ayudo a que estuviera más recto el cuadro que había colgado
—Lo entiendo, pero ellos no me entienden a mí, quieren que vaya por ahí feliz porque hay alguna persona fuera destinada por alguna cruel broma a compartir su vida con la mía, ¿Qué tal si todo sale mal? ¿Qué pasa si es igual a lo que paso con mis padres? No saben lo que es vivir en una casa donde es claro que lo más sano era no estar juntos— a propósito, deje al final de la caja la fotografía de Yoora, su pareja y yo en un juego de los Soles de Phoenix
—¿Viste a Yoora con su pareja? Que pensaste de eso— me quedé callado, porque jamás me sentí incomodo con ellas, era natural y la casa parecía brillar cuando ellas dos estaban juntas, estaba cálida, siempre tenían alguna buena palabra para la otra, las pocas peleas eran por situaciones ajenas a ellas como mi afición por los tatuajes, por mi “inmadurez” según decía Yoora
—No será igual que eso, Yoora no vio lo que yo— mi manga había dejado al descubierto lo poco de la marca que seguía ahí, se veían las flores y un poco de la figura del triángulo aun cuando había utilizado la mejor tinta para cubrirla, seguía atormentándome
—Solo sé que no quiero perder a ningún amigo, Chanyeol, si la rechazas poco a poco los dos morirán, este es un lazo demasiado fuerte, no hay ninguna persona que sobrevivieron sin su pareja, dale una oportunidad— se levantó dejándome con mis pinturas
_____________________
—¿Para quién es eso? — mi mama me había parado justo cuando cruzaría la calle para saludar a los nuevos
—Quería ser cortes— respondí sonrojándome a lo que ella solo me hizo regresar a la tienda
—Eso puede esperar, mira lo que encontré— Sooyeon rodo los ojos molesta porque era otro artículo sobre alguna psíquica que podía dar datos sobre tu alma gemela
—Señora, cada una de las personas a las que la lleva siempre termina diciéndole una cosa distinta— contesto escéptica
—Esta es diferente Sooyeon, créelo, dentro de poco llegara, hice lo posible para que nos visitara acá—mi mama me hacia sus ojos de súplica, suspire y comencé a bajar las cortinas del local para prepararme y recibir a una nueva psíquica. Sooyeon dijo algo acerca de ver a su novio y salió antes de hacer musarañas detrás de la espalda de mi mama burlándose de ser tan crédula
Cuando llego la mujer casi me fui para atrás, era una chica parecía estar terminando su sexto año, mi mama me murmuro que creyera en ella, me senté enfrente de la chica, pero ella negó, nos sentamos juntas en la banca donde esperaban los clientes
—Dime… ¿Cómo describirías el fuego? — la quedé mirando como si le hubieran crecido dos cabezas frente a mi
—El fuego es cálido, una pequeña chispa que en el material adecuado puede hacer desaparecer todo, es volátil, es luz, puede ser reconfortante, pero a la vez temido, no lo sé, es combustión— dije confundida, era un concepto fácil pero no sabía cómo describirlo
—¿En una palabra que es para ti? — sus ojos eran inocentes y no parecía tener ora intención con su pregunta
—¿Pasión? — no sabía si esa era una respuesta que la satisficiera
Sonrió asintiendo, volteo mi mano, trazo mi marca sin siquiera verla pues estaba cubierta, me asombre que la pudiera dibujar, pero donde había estado su dedo, estaba una imagen, era un chico, no veía nada de él solo una silueta bailando en la llama, me acerque había algo que me llamaba hacia él, estaba acostado en un gran campo, eso es lo que parecía, su rostro estaba sombreado, luego camino me veía desde abajo, como si estuviera en un plano picado, su cabello tapaba su rostro, estaba frustrada todo daba vueltas, la pequeña figura alzo la mano y la llama consumió la visión no sin antes mostrarme su anillo con una especie de grabación de voz cincelada en él.
—Amor, dios, dios, ¿estará bien? ¿cómo se me ocurrió? — cuando abrí mis ojos, mi mama estaba llorando, pero la chica seguía sentada, me levante y tome su cara entre mis manos
—¿Qué tengo que hacer? - buscaba en sus ojos la respuesta
—¿Cómo controlas el fuego? - me sentí desconcertada ante la respuesta, pero comprendí todas las señales anteriores
—No me ama de vuelta— escondí mi cara entre mis manos y comencé a llorar por haber recordado todas las señales que me había mandado en el lazo, ella solo asintió.
—Sin oxígeno no hay fuego, se eso para él, no lo dejes extinguirse a si mismo— contesto, termino la peculiar trenza y se fue sin recibir algún pago por lo que hizo, mi mama me quería abrazar, pero lo impedí solo le pude decir que nos fuéramos a casa.
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Xiumin estaba terminando de ordenar la estructura mientras que Luhan lo ayudaba dándole los últimos toques con la pintura plateada, el gran dodecágono se veía asombroso, todos sonreímos satisfechos, me tocó ser el que lo colgaría, Suho estaba diciendo un discurso cursi acerca de cómo gracias a mi todos se conocieron trate de no reírme cuando D.O lo calló.
Baekhyun ya parecía más contento, de hecho, saludó a una chica que pasó frente a el estudio, ella me quedo mirando y solo sonrió, pero me sorprendió lo que me dijo
—Será mejor que demuestres que vales la pena —la vi irse tan rápido como había llegado
—¡Vaya! eso parece sacado de película de terror—  Chen se rio nervioso mostrando su piel de gallina
—Estaba pensando porque no vamos a comer a ese lugar de pollo frito que le gusta a Kai, va por mi cuenta— estaba tratando de demostrar que no me había impactado la niña, pero no me podía sacudir el sentimiento de preocupación en mi estómago.
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—Amor, ¡debiste de ver que hermosa esta la florería!, ¡si vieras todo lo que hizo! — mamá servía la cena y platicaba hasta con los codos, mi papa asentía callado escuchando cada detalle del discurso de ella, compuse su cama para que estuviera sentado, acomode la mesa que habíamos mandado a construir para que pudiéramos comer junto a mi padre.
cuando apenas me estaba haciendo cargo yo sola de la florería mis padres decidieron ir a hacer un viaje, cuando regresaron a mi papa le dolía demasiado la garganta, le daban más gripas y tras muchas visitas al doctor nos dieron la noticia que tenía cáncer en el esófago, fue un gran impacto en nuestras vidas y decir que mi mama estaba destrozada es decir poco ahora podía entender un poco de eso, quería esconderme debajo de una roca y no salir, sabía que mi mama también estaba haciendo esto para quitar de mi mente lo que la chica me había dicho.
Mientras mi mama lloraba por el miedo de perder a mi papa, en esos tiempos yo solo podía llorar por la posibilidad de perder a mis papas al mismo tiempo, pero sin duda demostraron que con el otro al lado eran capaces de todo, todos los tratamientos estaban resultando un éxito y estaba segura de que dentro de poco podríamos respirar tranquilos al saber que papa estaría mucho más tiempo con nosotros.
—Es un buen tiempo para que los jazmines están floreciendo, la lluvia les ayudara— su voz era un poco rasposa
—Traeré para ti un nuevo ramo, sin duda las flores índigo se ven hermosas, pero tienes razón, necesitas algo con más fragancia— bese su frente mientras el veía su sopa
—Lamento que la semana pasada tuviéramos que utilizar tu dinero— sus orejas estaban rojas por lo avergonzado
—Eres mi padre, si hubiera algún avance créeme que daría algo de mi cuerpo para ti, es un negocio familiar así que siempre será tuyo y de mi mamá, además gracias a que Sooyeon es planificadora de eventos nos está yendo mejor—se volvió a quedar callado, no quise decir nada cuando vi que limpio una lagrima traicionera con su manga
—Es una buena chica— mama me dijo mientras me daba más comida
—A veces quisiera que ya conocieras a tu alma gemela y a veces quisiera que regresaras a tener cinco para perseguirte por el jardín— pico mis costillas para hacerme reír, pero la mención de mi pareja me puso tensa, en el té podía casi volver a ver la escena que la niña me enseño y su confirmación de mis sospechas desde que tenia 12.
—Créeme que nada cambiara— lo abrace y el solo me revolvió el cabello
—Eso lo dice ahorita Cariño, pero cuando lo conozca no querrá separarse ni un solo instante, escúchame bien así fue como te tuvimos— casi escupí mi sopa ante el comentario de mi mama, los dos reían se pusieron a contar muchas de las cosas que habían hecho antes de saber que eran realmente almas gemelas
Si, sin duda, estaba segura de que las parejas destinadas no tenían nada malo, no después de ver a mis padres amándose.
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—Mira eso, ayer el día estaba hermoso y ahora está lloviendo a cantaros, lo odio— Kris miraba a la calle desde el vidrio de la tienda, Suho era todo lo contrario parecía como si el adorara el agua, cantaba por su estudio “acomodando sus cosas” pero detrás de él iba Xiumin enfadado componiendo el desorden que dejaba a su paso, todos sabíamos que Suho parecía ser el chico dorado, pero en realidad era un desastre de desorden andando.
La lluvia parecía mas un tifón, la gente corría para cubrirse cuando la vi, traía un gran impermeable amarillo, sus botas de agua tenían lavandas grabadas y su gran sombrilla se movía por el aire parecía batallar para encontrar sus llaves entre sus bolsillos, puso sus manos en su cara y parecía llorar.
 Vi como Lay se pegaba más al cristal, casi podía estar seguro que pronto abriría la puerta para ayudarla, comenzó a patear su puerta y se sentó enfrente de ella, desde nuestro estudio era obvio que estaba triste, sentí un leve tirón de simpatía camine hacia la salida, escuche como Xiumin decía que ya era hora que el Chanyeol de antes hiciera un regreso, cuando estuve enfrente de ella y le ofrecí mi mano no entendí el por que mi corazón perdió el ritmo cuando sus ojos se posaron en los míos, comencé a sentir como mi mundo daba vueltas, ella observaba con miedo mi anillo, recordé como lo habia obtenido
—Se que ha sido difícil para ti el vivir acá, pero ayer estaba tan enojada por el tatuaje que no pude darte tu regalo— Yoora saco de su bolsillo una caja de joyería
—No debiste de haberte molestado, es mejor si ahorras para ir a la clínica y poder lograr tener un bebe— dije apenado de que hubiera gastado tanto en mi
—No es nada Chanyeol, espero y te guste— cuando abrí la pequeña caja, reposaba un anillo, pero tenía algo grabado como ondas sonoras en el —Busqué entre todos nuestros videos de niños, mama y papa grabaron la primera palabra que dijiste, no es de extrañarse que hubieras dicho mama— comencé a llorar y la abrace contra mi ignorando que me ardiera mi muñeca por el nuevo tatuaje desde ese día jamás me quité el anillo.
Cuando volví a observarla lo siguiente que dijo logró parar mi respiración
—Por favor no me odies, pero soy tu alma gemela—
Seria asombroso si me escribieran lo que piensan de la nueva historia...  
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campinzon11-blog · 8 years ago
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¿Qué es el amor? Parte 33//fanfic wigetta
Samuel y Guillermo cumplían tres meses: El tiempo se les había pasado volando, ahora que los padres de Samuel sabían sobre su relación podían pasar más tiempo juntos en la casa de alguno de los jóvenes o simplemente tenían más permisos para salir. En este punto Guillermo continuaba asistiendo al gimnasio, no sólo fue una sorpresa para Samuel sino para sí mismo pues él nunca había ido a hacer ejercicio tanto tiempo, cuando la apuesta de concreto y Samuel lo pago una cena, él continuó asistiendo al gimnasio con Samuel y cada vez se sentía mejor consigo mismo, su cuerpo no se parecía nada al del mayor pues él seguía siendo más fuerte y sus músculos se marcaban mucho más que los de Guillermo pero él menor comenzaba a notar un ligero cambio en él y eso le gustaba. Samuel y Guillermo cumplían cuatro meses. A los amigos de la pareja les sorprendía demasiado la noticia, ¿por qué? Porque todos conocían a Samuel y a pesar de que había cambiado ellos dudaban que él logrará mantener una relación; incluso Borja siendo su mejor amigo lo dudaba, para grata sorpresa lo lograron, y su relación se hacía cada vez más fuerte, ambos creían que tú pareja también tenía que ser tu mejor amigo, ¿que mejor que salir con tu mejor amigo? Se contaban todo, se acompañaban a todos lados, aunque en ocasiones Samuel salía solo con Borja y Guillermo salía solo con Alejandro, Rubén, Miguel Ángel, y Frank, eran una relación para admirar, se daban su espacio pero cuando estaban juntos disfrutaban cada momento juntos. Samuel y Guillermo cumplieron cinco meses. Estaban a punto de cumplir medio año juntos, ¡era la mejor noticia! Samuel estaba nervioso, él estaba comenzando a prepararle una sorpresa a Guillermo, algo que estaba seguro que le encantaría. Pero el menor no se quedaba atrás pues con Alonso el siempre fue bueno dando regalos, sorpresas, pues a pesar de hacerlo con menor frecuencia él siempre se esmeraba dando detalles. Los exámenes semestrales les arruinaron un poco el mes a la pareja pues ambos estudiaban bastante y eso les quitaba tiempo juntos. Samuel llamo una noche a Guillermo, tenían examen de lengua y Samuel comenzaba a agobiarse. -¿que tal?-susurró Guillermo al contestar la llamada. -me duele la cabeza, nunca entendí la sintaxis y sigo sin entenderla. -¿quieres que te ayude? -quizá por llamada sea algo complicado. -te llamo en cinco minutos. Guillermo colgó la llamada, dejando a Samuel confundido, ¿había dicho algo malo? El mayor no entendía hasta que alguien tocó a la puerta de su casa, se topó con la imagen de Guillermo con sus libros y una caja de las galletas favoritas de Samuel. -¿que haces aquí?-pregunto Samuel con una gran sonrisa. -ayudar a mi chico con la sintaxis, anda vamos a estudiar. La pareja subió a la habitación y cerraron la puerta para no despertar a los padres del mayor, la mesa de Samuel estaba llena de hojas con apuntes. -vaya, creo que lengua no es lo tuyo. -realmente no, ¿por qué tenemos que estudiar esto? Ya hablo español no tienen que mostrarme como hablarlo o escribirlo. -al parecer el instituto quiere eso y no podemos hacer nada el respecto, anda deja de ser tan quejica y estudiemos. -vale. Se sentaron el suelo, Guillermo comenzó a explicarle a Samuel y este con mucha fuerza de voluntad estuvo escuchando y prestando atención, durante media hora estuvieron repasando temas que vendrían en el examen. -¿has entendido todo?-Samuel asintió-si tienes alguna pregunta no dudes en decírmelo, vine para ayudarte en todo. -estoy seguro de que he entendido todo, gracias cariño. -no es nada Samu. Se quedaron en silencio durante unos segundos, ambos estaban agotados pues habían estado estudiando para los exámenes que tenían cada día. -te extrañe-susurró Guillermo. -pero si nos vemos todos los días. -lo sé, pero últimamente no he podido hacer esto. Y el menor tomo la mandíbula de Samuel y junto sus labios, Guillermo tenía razón, no se habían besado desde hace cinco días y había sido una tortura para ambos, el beso encendió una chispa en ambos, Samuel posó sus manos en las caderas de Guillermo mientras que él posó sus manos en los hombros del mayor, se aferraron el uno al otro. -extrañaba besarte, extrañaba abrazarte, extrañaba estar tan cerca de ti Samuel. No necesitaban aire, sus labios de se separaban. Hubo un punto en el que Guillermo apoyo su espalda en la pared de la habitación mientras que Samuel apoyaba su cuerpo encima del de Guillermo. -¿te he dicho lo mucho que te quiero? -muchas veces. -pues no me cansaré de recordártelo jamás Guille, eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. -iluminaste mi vida cuando todo era gris, gracias Samuel. El beso continuo, las manos de Samuel se posaron de bajo de la camiseta de Guillermo, acariciando su espalda lentamente, termino de despojándolo de su camiseta, el menor se ruborizó ante la acción pero intento no pensar en ello y continuar el beso, se le ponía la piel de gallina al tener contacto de las manos de Samuel con su piel. -se te empieza a notar el gimnasio guille. -¿tú crees? -claro que si, estás más sexy de lo que ya estabas de por sí. El rostro del menor ardía y no sólo por la situación, también por las palabras que su novio le decía. La desventaja de cuando duraban días sin besarse, o tener algún contacto físico es que cuando volvían a tenerlo llegaban a extremos como estos. Samuel continuo con el beso, sus labios se movían despacio, al compás de los de Guillermo, él comenzó a colar sus manos por debajo de la camiseta del mayor, tardó bastante en despojarlo de esta pero finalmente lo hizo, ambos estaban sin camiseta. La mirada del menor se posó en el abdomen de Samuel, lo miraba embobado, no le parecía ni medio normal la apariencia que tenían sus músculos. -¿te gusta lo que ves?-pregunto Samuel en un tono ¿erótico? Guillermo asintió tímidamente, el mayor tomo la mano de este y la poso en su abdomen haciendo que este se sonrojase, Guillermo decidió cerrar sus ojos y continuar con el beso, ¿cuánto tiempo llevaban así? ¿Diez minutos? ¿Veinte? No lo sabían y no les importaba, necesitaban compensar esos días en los que apenas y se vieron. Samuel volvió a posar sus manos en las caderas de Guillermo pero decidió no bajarlas de ahí, no quería que volviera a ocurrir lo que sucedió la vez anterior, pero Guillermo no paro esta vez, él seguía besándolo y sus manos ascendían y descendían en el pecho de Samuel. -¿guille, estás seguro? La pregunta le salió con un hilo de voz, él no quería parar sin embargo no se atrevía a continuar. Aquellas palabras frenaron al menor que se separó un poco de Samuel, lo miró a los ojos y negó con la cabeza, se recostó en su hombro y sollozo. -lo lamento. -eh cariño, que no pasa nada, que extrañaba tus labios y ya pero no haría nada más que tú no quieras, ¿vale? -gracias. Guillermo no dijo más, se quedó ahí abrazando a Samuel, a él le apenaba frenar las cosas siempre pero algo que ocurrió hace tiempo le frenaba, era su secreto, nunca se lo dijo a nadie y seguía sin decirlo, a veces se sentía mal por ocultarlo pero ¿como le contaba a la gente? Era complicado. -¿quieres quedarte a dormir? Creo que ya es muy tarde para que vuelvas solo a casa. -si no es molestia. -claro que no lo es mi niño, iré a darme una ducha. Guillermo se puso de pie y se sentó en la cama de Samuel, este salió de la habitación. -soy un tonto. Guillermo soltó un suspiro, decidió mandarle un mensaje a su madre avisándole que se quedaría en casa de Samuel. Samuel tomo una ducha de agua fría, tarareaba una canción mientras lo hacía, cuando salió, se vistió con sus pijamas y salió del baño. -¿que haces despierto tan tarde Samuel?-pregunto su madre tallándose los ojos. -Guille vino a ayudarme a estudiar y olvide ducharme por la tarde. -¿lo dejaste volver a su casa? A estas horas de la noche. -no mamá, está en mi habitación. -oh, está bien, salúdalo de mi parte. Samuel volvió a su habitación, se encontró con Guillermo dormido en su cama, abrazando a la almohada. -descansa mi niño. Samuel decidió dormir en el sofá de su habitación para no mover al menor, lo observó con una sonrisa y cayó rendido. Ambos aprobaron el examen con una buena calificación, se miraron mutuamente con una gran sonrisa. -creo que deberíamos estudiar juntos más seguido. -estarka Guillermo y Samuel cumplían seis meses. Para ventaja de ambos chicos el día de su "aniversario" cayó en sábado por lo que pudieron pasar casi todo el día juntos, desde la mañana; en la que Guillermo visitó a Samuel con un desayuno casero, a partir de ahí estuvieron viendo películas e intercambiando un par de besos en la sala de estar de la casa de Samuel, por la tarde asistieron al restaurante favorito de Guillermo, el mismo Samuel se encargó de que todo estuviera perfecto, incluso a la mesa que estaban comiendo llego un bello ramo de rosas y peonias. -¿son para mí?-pregunto Guillermo emocionado. -no, seguramente las compre para el mesero que está allí parado. Guillermo lo miro serio y Samuel río. -pero claro que son para ti cariño, feliz aniversario. -ya dijiste eso al menos ocho veces en las últimas dos horas. -lo sé, pero es lindo recordarlo. -te quiero y mucho. -yo te quiero más cariño. Al haber terminado de comer salieron a dar un paseo, sus manos estaban entrelazadas y sus respiraciones sincronizadas, ¿que es mejor que pasar un momento así con alguien que quieres? Volvieron a casa de Guillermo con la excusa de que Karol lo había llamado, pero en realidad era hora de que el menor le diera el regalo a Samuel. -¿quieres pasar? No tardó. Samuel asintió, como siempre Karol lo recibió con un abrazo. -Guille me dijo que era un día especial pero no quiso decir por qué. -lo que pasa es que justo hoy se cumplen seis meses que comenzamos nuestra relación. -¿y os vais a dar regalos y besos? -algo así-respondió entre risas-cuando tengas un novio lo entenderás. Cuando Guillermo bajo las escaleras, Samuel se quedó sin palabras. -tu, no tenías que, muchas gracias. Apenas y podía hablar, estaba impresionado. Guillermo tenía en sus manos el mejor regalo que Samuel había recibido: Una especie de collage con fotos de ambos y en el centro una frase escrita a mano por el propio Guillermo "eres la luz que ilumina mi camino", también llevaba una caja decorada con tonos morados; el color favorito de Samuel, y dentro de ella habían una camisa, y un colgante con el dije de una estrella; días antes Samuel le comentó sobre aquel colgante y Guillermo no dudó en conseguirlo. -eres el mejor novio del mundo. Exclamó Samuel cuando estaban en el auto, no había parado de abrazar al menor y de repartir besos por su rostro, estaba emocionado. -no tenías porque gastar en un regalo. -lo hice de corazón, quería darte algo que te gustara y que cada vez que lo vieras sonrieras porque te recordaba a mi. Pasaron la tarde en una especie de parque de atracciones que se ubicaba en el sur de la cuidad, intentaron hacer el día muy especial y lo estaban logrando con la cantidad de actividades que hacían. La noche llegaba, Samuel vendo los ojos de Guillermo. -¿por qué no puedo ver a donde vamos? -porque es una sorpresa y si lo vieras dejaría de serlo. No tardaron tanto en llegar, Samuel aparcó un poco alejado del lugar. -aún no te quites la venda. El mayor le abrió la puerta a Guillermo, lo ayudó a bajarse de el auto y lo guió por el camino. -cuidado con no tropezar. Finalmente llegaron, Samuel le quitó la venda a Guillermo. El menor estaba maravillado, no tenía palabras para describir lo que sentía. Estaban en el lugar en el que Samuel le pidió a Guillermo que fuera su novio, esta vez estaba adornado con luces en los árboles para iluminar el lugar, había una manta en el césped y encima de esta una canasta con cada alimento que Samuel sabía que su novio amaba, ¿era un momento de película? Era incluso mejor. No sólo se dedicaron a comer, a charlar y a darse besos, hubieron momentos en los que simplemente se recostaban juntos a mirar las estrellas. -si pudiera estar en cualquier parte del mundo yo seguiría escogiendo el estar aquí a tu lado, me has dado el mejor regalo del planeta Samuel. El reloj marcaba 3:25 a.m. cuando la pareja volvía a casa, se quedarían a dormir en casa de Guillermo ya que los padres de Samuel no estaban. No hicieron nada malo, intercambiaron un par de besos, un par de caricias pero nada más, dejaron que el momento fluyera y fuera especial, delicado, y sin duda alguna con amor. Samuel y Guillermo cumplían siete meses juntos. Fue un mes lleno de emociones para ambos, no sólo por las veces buenas en las que sonreían todo el día, también malas pues tuvieron su segunda discusión como pareja y ambos sentían que se les caía el mundo encima. Esto se provocó a que una ex pareja de Samuel se presentó en casa de Guillermo, le gritó, y lo agredió tanto verbal como físicamente, este no pudo hacer nada al respecto pues todo fue repentino para el. -¿pero quien fue guille?-pregunto Samuel con preocupación cuando vio el rostro del menor. -no se su nombre. -¿como era físicamente? -no lo sé-sollozo Guillermo-llevaba gafas oscuras y gorra no pude ver cómo era. -joder, si averiguo quién ha sido le daré su merecido. -no quiero que te metas en problemas samu. -¡se lo merece! Tú no le hiciste nada, si quería darle una paliza lo mejor es que hubiera sido a mi. -tú tampoco mereces que te golpee, tranquilízate. -¡no puedo estar tranquilo sabiendo que un hijo de la gran puta sabe dónde vives! Te grito palabras tan grotescas y ve como te dejo el labio mi niño, que se merece que lo deje peor. -tú no vas a golpear a nadie Samuel, tienes que calmarte y hablaremos de eso más tarde. -¿los golpes te dejaron tonto? Que no puedo permitir esto. -a mí no me estés hablando así Samuel. -¡yo puedo hablar como quiera a quien sea!-Samuel estaba gritando-y si golpeó o no a alguien es mi puto problema. -yo no te hice nada para que te comportes así conmigo-respondió Guillermo con lágrimas en los ojos-y sabes, tienes razón, es tu problema lo que hagas y de igual manera es mi problema lo que haga así que sal de mi maldita casa y no me llames. -¿qué? -como escuchaste Samuel. -no no, cariño, yo no quería. -¡no querías y ya lo has hecho! Sal de una vez Samuel. El mayor negaba con la cabeza, ¿por qué había reaccionado así? Guillermo ya estando molesto decidió empujar a Samuel y aunque este apenas y se inmutaba fue suficiente para que saliera de la casa del menor. Samuel no había querido hablarle así pero estaba tan enfado con sus ex parejas y las reacciones que tenían hacía él que su ego y rabia eran las que hablaban no él, no quería gritarle a Guillermo pero no pudo contener el enfado con él mismo. Estuvieron un día entero sin verse ni hablarse ya que Guillermo se incomunicó. No dejó de llorar en todo el día, no quiso responderle así a Samuel pero el hecho de que le hablara así lo saco de sus casillas. Después de un día de dolor para ambos, Samuel decidió colarse en la habitación de Guillermo mientras este no estaba, cuando llegó se llevó una buena sorpresa pues en el fondo esperaba que Samuel hiciera algo así, le explicó todo, y lo perdono al fin y al cabo fue un error humano ¿no? -solo te pido que no vuelva a pasar, ¿vale? -te lo juro. Pero bien dicen que después de la tormenta viene el arco iris pues los siguientes días los pasaron como niños. Guillermo y Samuel cumplían ocho meses juntos, este momento es el actual. Las vacaciones de Semana Santa se acercaban, era el momento más esperado para ambos, no sólo por el hecho de que querían descansar sino que también pasar tiempo juntos. -¿te gustaría hacer algo en particular cuando sean vacaciones? -quizá nadar, hace mucho que no voy a una piscina y me apetece usar bañador y esas cosas. -vale, a nadar iremos. -creo que con solo estar contigo me basta. Guillermo sonrío. -¿te he dicho lo cursi que eres? -a veces, me sale solo la verdad. Samuel siempre fue el típico conquistador, y con Guillermo no era la excepción pues siempre que podía le mostraba sus dulces frases que lo enamoraban más y más. Por primera vez en mucho tiempo comenzaron a besarse de nuevo, esta vez Guillermo estaba siendo más intenso, se movía mucho y sus labios eran rápidos y apasionados. -eh eh, cariño para-susurró Samuel. -¿ por qué? -no haremos nada más pero tienes que disminuir esa pasión que tienes. Guillermo se apartó de Samuel y se sentó en el sofá de la habitación. -eh Guille, no quería que te alejaras solo que paráramos un poco, estabas provocándome mucho. Guillermo sollozo, era hora de contarle a alguien lo sucedido en su pueblo. -nadie sabe de esto pero ya no puedo ocultarlo más-dijo Guillermo con la voz quebrada-una noche se hizo una fiesta en casa de Roberto un amigo de Alonso, la verdad es que casi todos bebimos exceptuando Alonso, Carlos y José, era de la primera vez que tomaba alcohol pues Alonso decía que no era para mí pero quería mostrarle que si, la verdad es que apenas y podía sostenerme por lo que Alonso decidió subir a la habitación de Roberto para que descansara, no sé qué me sucedió la verdad pero tenía las hormonas demasiado alborotadas, lo bese con mucha intensidad y le rogué que me hiciera suyo, él no lo hizo pues no quería aprovecharse de mi situación y además habíamos prometido que nuestra primera vez sería especial no en una borrachera en la que no estaba consciente, agradezco tanto que me hiciera eso pero en ese momento me moleste pues le sentí despreciado, como si no valiera la pena, creía que no me quería así que salí de la habitación enfadado y fui con otro chico que era gay, él estaba menos borracho que yo por lo que estaba consciente de lo que yo hacía, comencé a restregarme contra él solo para molestar a Alonso, se puso celoso y se enfadó pero no conmigo sino con el alcohol, le dio un solo golpe al chico y resistió las ganas de gritarme por lo que me saco de la fiesta con fuerza y me llevó a su casa pues no quería que mi madre me viera en ese estado, me dio una pastilla para el dolor de cabeza y me acompañó a su habitación, me quede dormido y a la mañana siguiente me desperté con una resaca espantosa y un dolor horrible, vomite durante horas y tome medicina, él y yo hablamos del tema y desde entonces el hecho de tener mi primera vez con alguien me aterra, me avergüenza. Guillermo estaba llorando, Samuel no resistió las ganas de abrazarlo y consolarlo. -cariño yo no tenía ni idea, tranquilo no tienes qué avergonzarte, no sabías lo que hacías y créeme que esperaré todo el tiempo del mundo solo por ti. -¿no crees que soy un imbecil? -¿qué? Para nada guille, eres valiente al haberme contado. Ahora todo quedaba claro, Guillermo se había quitado un peso de encima pues le contó a la persona que más confianza le tenía. Esa noticia fue un cambio, un avance en la relación de esos chicos, una etapa comenzaría.
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loveballen2017 · 7 years ago
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EL OSO DE LA PALMA
Obra inédita por Cristian Arturo Ballén Cárdenas.
 En el caserío, perdido a medio camino de la nada, en una de esas casitas, que tienen en sus paredes pintadas las ilusiones de un hombre y su mujer, nació un buen día de noviembre un niño. Como alguna vez, su padre un agricultor de espaldas anchas, manos laboriosas, y ojos marrón, había escuchado en la escuela rural el nombre de Ricardo, un rey muy poderoso de otras tierras, llamo a su hijo igual, para que “tuviese un nombre importante, como el de un rey”.
 Ricardo desde niño, estuvo en el campo, junto a su mamá, Libia, que lo miraba crecer, lo cuidaba como cuidan las gallinas de la finca, a sus polluelos. Siempre le regalaba una sonrisa en la tarde, cuando las luces del sol lentamente caían atrás de los montes, sembrados de todo aquello que servía de sustento a todos, al gran país tropical, ese al cual todos los años, por la radio se apresuraban a decir el nombre y orgullosos escuchaban decir las noticias de la lejana capital, una ciudad grande donde los aparadores tenían de todo lo que en el campo faltaba.
Los años pasaban uno a uno, los inviernos severos, seguidos de asoleados días, en los cuales su papa y su mama, trabajaban lado a lado, en la pequeña finca para recoger para el mercado, completar para vestirse, y tener lo suficiente para un presente en navidad.
En una de esas navidades, estando Ricardo aun muy niño, escucho que su papá, se reunía con los vecinos: Don Marcos, el papá de Juanita, Edilberto Rojas, el dueño de las mulas, y Juan Esteban el capataz de la finca mayor,  iban a cazar.
Los vio tomando aguadepanela para el frio de la madrugada, charlando sobre un animal que merodeaba la finca del Doctor Macias, que era el terrateniente  de la región, decía Juan Esteban, que el bendito animal ese, se había tragado un becerro, “enterito”, tanto así, que apenas había dejado las patas…. No muy convencido el papa de Ricardo, en deuda por todos los servicios que el Doctor Macías le había hecho en el pasado, Tomo su escopeta, cargo dos tiros, se ciño el machete, y salió con el grupo, no sin antes darle un cariñoso adiós a su Mujer e hijo.
La mañana llego, junto con los albores de un nuevo día, aunque ya estaban levantados por la algarabía del grupo de caza, Ricardo, se sentía incomodo, a sus seis años de vida, ya extrañaba el paseíto que se daba su padre, entre faenas, para venir a la casa, y saber que todo andaba bien. Ese día, no volvió.
Era la tarde, y su madre, estaba parada, junto al pórtico de la casa, desde donde se alcanzaba a ver en los días claros el caminito, labrado por miles de pasos que atravesaban, la montaña y se perdían en la montaña.  
Con la mirada puesta en el camino, mientras sostenía la linterna prendiendo aquí y allá, con el radio callado, escuchando solamente los ruidos del monte, los insectos que por esos momentos salen, y las ranas que comienzan a cantar en la caída de agua que canta en lo lejano.
Por fin, a las 8 y cuarto, cuando ya la noche estaba cerrada, vieron unas lucecitas que brillaban en lo alto del monte, se movían de aquí para allá, con el compas del paso de los caminantes. Eran Don Marcos, Juan Esteban Y Edilberto Rojas, todos enfundados en ruanas rucias de polvo y monte, que venían acercándose a la casa. Aunque la oscuridad no permitía ver bien los rostros a medio camino, Ricardo que estaba un poco paradito atrás de la pierna de su mama, pudo ver su expresión. Nunca la olvido desde esa noche. Entonces comprendió que algo en su vida había cambiado, a sus escasos seis años, su padre había muerto.
La escena se torno más oscura, que la oscuridad que rodeaba la cabaña en las noches sin luna. Su madre dejo caer una lágrima que corrió raudamente como la quebradita que baja del monte, por su rostro aun joven, y fue a caer al piso de tierra, donde esos pasos, que ahora ya no volverían, la habían abrazado, hacia ya siete años atrás. Su esposo ya no volvería más.
La claridad del día ilumino el rostro de Libia, ahora viuda, mientras seguía con tristeza la caja sencilla que el Doctor Macías había regalado para el entierro de Alejandro Gutiérrez Garcés, lo vistió con su mejor camisa, para que no vieran la herida fatal que se lo llevo, su mejor pantalón, el dominguero, el mismo de ir a misa, y entonces llegaron a la iglesia del pueblecito aquel,  entrando con ayuda de vecinos el cajón mortuorio, por esa puerta, la misma por donde habían salido felices años atrás, cuando se casaron…. Ahora era viuda, y justo a su derecha Ricardo, bautizado por su padre así, para que “tuviese un nombre importante, como el de un rey”, agarrado de ella, con su ropita de salir a la iglesia, callado, triste, pálido.
 Inviernos más tarde, un muchachito de piel blanca, ojos verdes vivarachos con la maleta terciada, camina montaña arriba rumbo a una casita perdida entre el monte, vive junto a su madre, ella, como puede maneja la humilde heredad de su esposo, ya fallecido, por sus manos trabajadas pero aun jóvenes corren los trabajos de la casa, la huerta, los animales, recoge lo que se pueda, el trabajo donde Don Macias, como mucama, cuando hay visita pagan. Cuando no, alguna cosa se tiene, para que Ricardo, algún día llegue a completar sus sueños.
Pero Ricardo tiene un sueño: coger la escopeta de caza y salir en pos del animal aquel, que un día se llevo a su padre en una madrugada oscura de su pasado. Por eso en la escuela le gusta leer de animales, de cómo son y conocerlos.
En la tarde del día 20, cuando el sol, ya cansado de calentar la tierra se pierde por los barrancos, Ricardo, Juanita la hija de Don Marcos, Felipe y Manuel, se van de cacería. Ya aprendió eso de matar animales, en su haber tiene pájaros, conejos y zarigüeyas. Su madre no lo sabe, solo sabe que tenían que hacer no se que de la escuela, y que Ricardo promete volver un poco tarde; cansada ya de la faena diaria, se rinde y deja que su hijo salga a tan altas horas de la noche, con la linterna cargada, en filita de amigos, por el camino de la montaña, el mismo caminito que vio años antes partir a su esposo, lo que no sabe es que en una bolsa, oculta va la escopeta, con cuatro cartuchos que Manuel tomo “prestados” de su casa, se van a cazar al monte.
Van por la ladera entrando al bosque lejos de los sembradíos dormidos, lejos de la cañada, donde toman las reses y donde años antes su padre, se resbalo al rio, según cuenta Don Marcos, cuando le preguntan de ese día, dice que era un oso, si un oso, por que en los libros dice muy claro, que los osos comen ganado, y como se pierden reses, pues ha de ser un oso, así de sencillo. De modo que Ricardo y su tropa buscan al oso.
En medio de la oscuridad del monte andino, llegan al límite más alto, donde los animales huyen del hombre en su afán de sobrevivir, y allí lo ven: no es tan grande como el del libro, no es café como el del libro, tampoco se ve amenazante, al mirarlos desde el follaje tiene una máscara blanca que mas que máscara, pareciera unos anteojos de criatura indefensa. ¿Cómo matar algo así? No hay consenso en el grupo: “Este no es como el del libro”, dice juanita, más bien parece un peluche grande, pero Ricardo está seguro, que este fue el causante de la angustia de su familia, “este es” y “hay que matarlo”… dice mientras carga la escopeta, “como sabes que fue este?” dice Manuel, “Lo dice Don Marcos”, “mira”, dice Juanita, “mi papá también le dijo a mi mamá, que Don Alejandro se había caído al rio, cuando intento detenerlos para evitar que mataran al oso de la palma”, Los ojos del niño se nublaron, mientras al otro lado del arbusto el oso parecía mirarlos con dulzura, mientras la niebla andina se eleva por entre las palmas, rumbo al infinito.
Es agosto, y la ciudad se mece en medio de su bullicioso quehacer, en una esquina del barrio contiguo a la universidad, un grupo de muchachos con apariencia de campo, pegan carteles para la próxima reunión de conservación de la naturaleza. La imagen del oso de anteojos, el oso andino por excelencia, ahora en vías de extinción, domina la cartelera. Uno de ellos el mas airado defensor de la naturaleza andina es Ricardo Gutiérrez, el junto con su grupo de compañeros, iniciaron la campaña para salvar el hogar del oso de anteojos, tal como lo quería su padre, un agricultor de espaldas anchas, manos laboriosas, y ojos marrón, quien había escuchado en la escuela rural el nombre de Ricardo, un rey muy poderoso de otras tierras, y llamo a su hijo igual, para que “tuviese un nombre importante, como el de un rey”. Y quien en una oscura madrugada perdió la vida defendiendo a un oso que vivía en las palmas.
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leidyalvarezba-blog · 7 years ago
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Viernes 13 de Abril del 2018.
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Hoy Viernes se realizó el cierre de la situación didáctica titulada “Conociendo a los animales de la granja”, como inicio de la mañana de trabajo se recibió a los alumnos y se realizó la activación, en donde se observó que la mayoría de los niños realizan los movimientos que se les indican de acuerdo a la docente que dirige la activación, se muestra interés por parte de los alumnos.
Al concluir pasamos al aula para realizar las actividades programadas. Para dar inicio se realizó una retroalimentación sobre los temas que se estuvieron abordando en las clases pasadas pidiendo participación y observando que la mayoría de los alumnos adquirieron aprendizajes significativos que algunos hicieron mención que les platicaban a sus papás sobre las actividades que realizaban y el tema que se abordaba.
La clase anterior no se realizó la actividad de “Conozcamos al pollo”, lo cual, se llevó a cabo el día de hoy. Los alumnos estaban entusiasmados por conocer la actividad que se iba a realizar, un alumno comento que A1: “Maestra ya quiero trabajar con el pollo” mientras se realizaban las actividades permanentes; los alumnos se encontraban distraídos con el sonido que producía el pollo.
Toda la semana se estuvo repasando la rima “las tres ovejas” y el día de hoy  se pude afirmar que los alumnos se aprendieron de memoria la rima e incluso se pidió participación para que pasaran al frente y mencionaran la rima, fue una gran satisfacción escuchar y observar que los alumnos se la aprendieron sin ninguna dificultad.
Para dar inicio a la actividad de “Conozcamos al pollo” se realizó un semicírculo para observar las características del pollo, para esto, se optó realiza la actividad en la parte de atrás del aula, debido a que, hay más espacio y un lugar para que puedan tomar asiento. Los alumnos estaban atentos a las acciones que el pollo realizaba y mientras observaban se hacían mención algunos cuestionamientos para identificar las características del animal, participaron activamente e incluso cuando se les pedía que observaran realizaban la acción sin ninguna dificultad.
Una vez observado, pasamos a nuestros lugares para realizar una actividad sobre el ciclo de vida del pollo, en donde se realizó una explicación sobre cómo nace el pollo. Posteriormente se llevó a cabo una actividad en donde realizaban el ciclo de vida; para ello se presentaron algunas dificultades al momento de entregar el material, porque los alumnos mientras realizaban la actividad y colocaban algunos recortes que se les entregaban se ponían de pie y hacían mención “así estaba bien maestra” cuando un alumno se ponía de pie para comentar los demás lo realizaban.
Mientras se entregaban los recortes se realizaba paso a paso y se les cuestionaba que representaba la imagen que se les había entregado y los alumnos contestaban sin ninguna dificultad. Poco a poco se fue teniendo el control del grupo y esto permito que se lograra concluir la actividad.
Se observó que la actividad fue del interés de los alumnos y prestaron atención durante la misma, generando aprendizajes significativos sobre el pollo y conociendo su ciclo de vida, todo esto se logró analizar gracias a las participaciones activas de los alumnos.
Considero que una de las áreas de oportunidad en esta actividad fue la organización  y control del grupo, una de las sugerencias para mejorar es atender a todos los alumnos y tal vez entregar todo el material por igual para que pueda realizarse la actividad sin ninguna dificultad.
Al regresar del recreo acudimos a informática.
Se realizó la última actividad de la situación didáctica, mencionando que no se lograron llevar a cabo todas las actividades, debido a que, el tiempo destinado de algunas no era el adecuado y se llevaba más tiempo de lo planeado, se realizaban algunas adecuaciones curriculares en cuanto al tiempo de las actividades.
La última actividad estuvo enfocada en juguemos a los animales de la granja, se inició con un cuento titulado “la granja del abuelo” para esto se les comento a los alumnos que se recostaran en la mesa porque estaban un poco inquietos y no prestaban atención, así que mientras se acomodaba el material los alumnos estaban recostados y se les contaba una historia mencionándoles que la imaginaran; la historia fue inventada y trataba de la granja, los alumnos realizaron las acciones que se les indicaron además escuchaban con atención la historia.
Un desafío profesional para la educadora es mantener una actitud de observación e indagación constante en relación con lo que experimenta en el aula cada uno de sus alumnos. Al tratar un tema o realizar una actividad es conveniente que se plantee preguntas cuya respuesta no es simple (SEP, 2011, p.20).
Una vez concluida se dio seguimiento al cuento, se observó que prestaron atención durante la narración, además para identificar si se estaba comprendiendo se realizaba algunos cuestionamientos y contestaban acertadamente. Al concluirlo se les entrego unos antifaces para realizar la dramatización pero por el poco tiempo no se logró concluir, así que solamente pasaron al frente y mencione algunos animales y los que tuvieran ese antifaz realizarían el sonido del animal.
Los alumnos lograron identificar cada sonido y respondieron a los cuestionamientos de reflexión para conocer si se había comprendido el cuento, una alumna comento A2: “Me gustó mucho los antifaces y el cuento que conto”. Así que fue una gran satisfacción observar que los alumnos estaban entusiasmados por escucharlo y lograron comprender.
Posteriormente llego la hora del timbre y se entregó a los alumnos, una mamá se acercó y me hizo mención a que su hija llegado a su casa y le comentó a su abuela que había ordeñado una vaca, así que la alumna le dijo que le comprará un guante para enseñarle como la maestra le había enseñado a ordeñarla, además la mamá me felicito por el material didáctico que se había utilizado que fue una vaca de cartón.
Fue una gran emoción recibir ese comentario porque fue una motivación para seguir adelante y realizar una práctica con una intención didáctica, brindando siempre la atención que los alumnos necesitan para su formación como estudiantes.
El aprendizaje experiencial es un aprendizaje activo, utiliza y transforma los ambientes físicos y sociales para extraer lo que contribuya a experiencias valiosas, y pretende establecer un fuerte vínculo entre el aula y la comunidad, entre la escuela y la vida (Barriga, 2005, p. 3).
Como evaluación de la situación didáctica se puede determinar que se logró el aprendizaje esperado que fue “describe características de los seres vivíos (partes que conforman una planta o un animal) y el color, tamaño, textura y consistencia de elementos no vivos”.
Los alumnos durante las actividades lograron describir algunas características de los animales de la granja como: vaca, cerdo, gallo, gallina, oveja, pollo y caballo, así como también, identificando aquellos que nos producen productos derivados.
Lograron ejecutar las actividades de acuerdo a las indicaciones mencionadas en cada una y participaron activamente cuando se les indicaba o voluntariamente, además mostraron interés en las actividades y considero que fueron atractivas y de acuerdo a las características del grupo haciendo mención que no todos trabajan igual, puesto que unos son más rápidos que otros.
La educadora me felicito por el desempeño obtenido durante la semana y las actividades que se realizaron estuvieron enfocadas a las necesidades de los alumnos, además de felicitándome por el material didáctico presentado resaltando que era muy atractivo y de acuerdo a la edad de los niños.
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