#los buenos profesores
Explore tagged Tumblr posts
Text
youtube
Entrevista con Thomas Lilti, director de "Los buenos profesores" (2023).
0 notes
Text
𝜗𝜚⊹ ‧₊˚ excuses
pairing: actor!enzo x actress!r
sinopsis: Enzo y vos estan teniendo dificultades para filmar una de las escenas en su nueva pelicula, por lo que una noche se aparece en tu puerta con la excusa de practicar.
contenido: SMUT !! insultos, thigh-riding, creampie, p en v, sexo sin condon, diferencia de edad (reader 22 y enzo 34), mirror sex, un poquito de breeding kink, reader es un poco innocente (kinda) smut con plot
word count: 5.3k me re inspire sepan disculpar
a/n: holis !! primero que nada PERDON por tardar tanto, soy bastante perfeccionista y cada vez que decia que iba a subir el fic no me convencia como quedaba, pero me parece que ahora esta bastante decente, espero que les guste, me inspire en tres reqs que me mandaron asi que muchas gracias, sigan mandando !!!
i.
"¡No, no, no, corten!" El director grito repetidamente, su creciente irritación coloreaba su voz por completo. "Chicos... Ya se los dije antes, pero..."
Te restregaste la cara con un suspiro, levantandote del regazo de Enzo, quien se masajeaba el puente de la nariz en una clara seña de agotamiento. "No veo chispa... no veo-"
"No veo pasión", terminaste la oracion de tu director, quien asintió con seriedad. Era la quinceava vez que estaban intentando repetir esta escena ese dia, el cansancio se hacia presente en el set, sin embargo todo el equipo seguia ahi, inalterable, esperando a que el director diera las ordenes para poder retirarse a descansar ya que, despues de todo, eran casi las doce de la noche.
"Les juro que esto es igual de agotador para mí como para ustedes.", continuó el con el guión entre las manos. "Necesito que quede bien. Simplemente imaginense que esta escena es la culminación de seis meses de espera entre los personajes. Seis meses de tabú, de tensión sexual implacable. Nada más que miradas en clase y breves caricias... se supone que estan al borde de la locura el uno por el otro, feroces el uno por el otro. Pero aca solo veo nervios e inexperiencia... Ustedes son profesionales, les pido por favor que se concentren... Cuanto antes se suelten mas rapido vamos a terminar."
Enzo y vos estaban rodando la primera escena de sexo de una película que relataba la enfermiza y prohibida relación amorosa entre una alumna de 18 años y su profesor quien era mucho mayor que ella. Bueno, no exactamente filmando —ya que no estaban llegando muy lejos con la escena.
Esto era dificil para los dos, simplemente no podían complacer a su director.
El papel ya de por si era increíblemente agotador, incluso sin contar el estrés extra de la escena de sexo: eran jornadas de rodaje de 15 horas, viviendo en el set en una ciudad lejos de tu casa, y la mitad de esas horas se dedicaban a filmar o practicar esta misma escena, tener a un director perfeccionista que se creia la reencarnacion de Kubrick no era facil.
El problema de la escena era su extensa duracion, y el director quería que se hiciera en una sola toma.
una. sola. toma.
Daniel era un director brillante, y tenía un amor incondicional por este proyecto y sus personajes que desearías que todos los directores tuvieran por el suyo, pero él era inflexible en que todo sea hecho a la perfección ya que en varias reuniones previas al rodaje hablo sobre como esta escena estaba destinada a ser la mas "icónica" de toda la película, porque era el quid de la cuestion, el punto de inflexion para los personajes, el punto de no retorno.
"Con todo respeto, Daniel..." empezaste "nunca me habia imaginado en un escenario así, y tampoco tengo experiencia en este tipo de situaciones. ¿A que te referis con que nos falta pasion?"
"Ese es tu trabajo: imaginar e interpretar". El director exigió. Obviamente frustrado con la situacion.
Justo antes de que pudieras retrucarlo, Enzo intervino con suavidad. "Creo que lo que ella quiere decir", dijo, viendo las venas de la frente del director casi por estallar "es que es difícil actuar porque no es una situacion que se viva cotidianamente. Es fácil actuar enamorado porque amor hay por todas partes, ¿no? Pero aca no tenemos mucho en lo que basarnos mas que en lo que podemos llegar a imaginarnos."
La mirada del director se turnaba rápidamente entre vos y enzo por un momento antes de suspirar cansado.
"Me vas a decir que nunca pensaste en alguien mas grande de esta manera?" te insistió, obviamente bromeando y tratando de aligerar el ambiente en el set.
Hiciste una pausa, y trataste de no mirar a Enzo, tu co-protagonista de unos treinta y tantos años.
Enzo habia sido casteado no solo por su impecable actuación sino que tambien por lo absolutamente precioso que era.
Su personaje era enfermizo y asqueroso, por eso sabias que el haberlo elegido a él era una decision calculada y previamente analizada. Querian que el publico bajara la guardia ante su belleza para poder darle un plot twist y que la inmoralidad del personaje los tomara por sorpresa mas tarde.
Estaba destinado a ser visto como un hombre encantador, guapo, totalmente fuera de los límites. El objeto de deseo completamente prohibido, la línea que tu personaje estaba desesperada por cruzar.
No era muy distinto en la vida real; la joven actriz inexperta que anhelaba pasar por alto las reglas sociales y expresar con total sinceridad su admiración por el actor de mediana edad con años de experiencia a sus espaldas.
No estabas enamorada ni nada, pero te deleitabas ante su presencia, despues de todo Enzo era todo lo contrario a su personaje; el mayor era paciente, amable y completamente comprensivo con tu falta de experiencia en el ambito cinematográfico, siempre te guiaba durante el rodaje y te daba tips para sobrevivir a un rodaje. Eran cosas basicas, tales como cuando podias quitarte el maquillaje y el vestuario o como pedir ciertas cosas en set y lenguaje especifico, todas las cosas que a él le hubiera gustado que alguien le diga cuando estaba empezando.
Siempre estaban esos tiempos libres en donde compartian risas sinceras y conversaciones tontas que nunca esperabas de un hombre tan imponente como Enzo, conversaciones en donde sus manos ásperas apenas rozaban tu cintura y su mirada recorria con atencion tu rostro y tu cuerpo, en donde su voz sonaba sensual y provocativa a pesar de que nada vulgar salia de su boca.
Enzo hacía que tus interiores palpitaran, con anticipacion especialmente cuando llegaba la hora de rodar las escenas más íntimas, y solo podías aferrarte a la fantasía de que él sintiera lo mismo.
Todavia te acordabas de la primera escena que hicieron juntos: en la película, sus personajes se encontraban después de clase para conversar sobre un examen desaprobado, el punto en donde comenzaria su atracción del uno por el otro. Enzo estaba presionado contra tu espalda, inclinándose sobre vos para mirar con insistencia el examen, con una de sus grandes manos agarrando tu hombro. El aire se sentía cargado, su cuerpo cálido, su voz baja haciéndote sentir mareada mientras recitaba sus líneas.
Te estremeciste al recordar el momento, y, volviendo a la realidad, respondiste a la pregunta del director con un enérgico asentimiento de cabeza.
El director soltó una risa ‐forzada- y golpeó suavemente el guion contra la palma de su mano. "Bien. Bueno, les parece si cortamos por hoy. Aprovechen este tiempo extra para imaginar, investigar, cualquier cosa, e intenten practicar la escena antes de mañana, ¿Si? La práctica hace al maestro."
Enzo y vos asintieron al unísono, intercambiándose una mirada que gritaba "que vamos a hacer?" antes de apartar la vista mutuamente y regresar a sus caravanas.
Más tarde esa noche, estabas preparándote para irte a dormir, quitándote el pelo recién lavado de la toalla mientras veias el guión reposando sobre tu cama, la luz tenue te invitaba a relajarte, sin embargo un golpe en la puerta del trailer te saco del trance.
"Ahí va!!," exclamaste, mientras te ponías tus shorts de seda. Te percataste rapidamente de lo incómodo que podría ser ser vista en esos pijamas si el director o alguno de tus compañeros actores estaba detras de esa puerta, pero estabas demasiado cansada como para preocuparte.
Te importó, si, pero sin embargo, en vez de cambiarte cruzaste tus brazos de manera que estos estuvieran cubriendo tu pecho, el cual se encontraba ligeramente descubierto. Fue entonces cuando abriste la puerta y ahi, en los escalones, estaba tu compañero de reparto, Enzo.
Antes de hablar, te examinó de arriba a abajo, con sus oscuros ojos brillando detrás de un par de lentes de descanso, los cuales eran desconocidos para vos, no pudiste evitar pensar en lo lindos que le quedaban. "Uh, disculpame chiquita, ¿Te estabas por ir a dormir?" preguntó por lo bajo, su voz se escuchaba mas grave de lo normal. Ese tipo de apodos eran normales viniendo de Enzo, sin embargo hizo que tu piel se erizara, ¿O habia sido el frio aire del exterior? Sí, probablemente era eso.
Su mirada se paseo por tu cuerpo y se detuvo en la piel desnuda de tus piernas por unos segundos más, te moviste incómodamente, cruzando los tobillos en un intento pobre de esconderte. "Si... son casi las tres de la mañana En... ¿Pasó algo?" preguntaste con un tono un poco agresivo, un poco mas de lo que pretendías ser.
"Si ya se, disculpame", se corrigió, sacudiendo la cabeza y finalmente mirándote a los ojos. "Quería pasar antes... me quede pensando porque sé que esta escena nos está desconcertando, así que..." se interrumpió, levantando el guion que sostenía detrás de su espalda. "¿Estas muy cansada como para practicar un poco? Sino mañana temprano, no hay problema." Parpadeaste rápidamente ante la simple e inocente solicitud. Enzo estaba parado en tu puerta a las tres de la mañana preguntandote si podian ensayar. Solo un ensayo, no alguna travesura lasciva de última hora de las que te estabas imaginando. "Ah... sí, obvio, pasá que está frio.", asentiste entumecida, apartándote para dejarlo entrar.
Enzo asintio en forma de agradecimiento y te regalo una sonrisa, una vez dentro de la caravana se instaló en el borde de tu tocador, mirandote mientras cerrabas la puerta y te volteabas en su direccion. Se veia casual, tenia puestos unos joggings grises holgados y una camiseta blanca ajustada y desgastada.
Ya estaba todo predefinido en el guión, cada palabra que tenias que decir y cada acción que tenias que hacer, pero aún así. Decir y hacer cosas de esa índole después de las horas de trabajo parecia formar parte de una de tus fsntasias con el mayor. Sin embargo, te obligaste a despavilarte internamente -por segunda vez en menos de dos minutos-. Enzo había venido a ensayar la escena con intenciones profesionales y probablemente solo lo había hecho porque estaba cansado de que arruinaras la escena, despues de todo el podía hacer su parte magistralmente, y sabías que si hubiera estado acompañado por una actriz más experimentada, la filmación habría avanzado hace ya mucho tiempo. Caminaste temblorosamente hacia tu cama, acomodándote sentada como indiecito en la misma mientras lo veías hojear el guion; enzo levantó la vista y frunció el ceño con una sonrisa. "¿Qué estás haciendo ahí? Vení para aca", te indicó que te acercaras, casi como una orden sin embargo salil de su boca con amabilidad. "No tenemos un escritorio, así que podemos usar tu tocador. ¿Te parece?" Asentiste, mordiéndote el labio y obedeciendo nerviosamente a sus palabras. "¿Entonces, arrancamos desde el principio?" preguntaste, sintiendo de repente como tu voz y tus piernas se sentian débiles.
Sus ojos seguían fijos en el papel mientras respondía. "No, no creo que haga falta. La parte del sexo es lo único con lo que estamos teniendo problemas, ¿No?" Tragaste saliva, tu garganta estaba repentinamente seca.
"Sí, supongo que sí."
Con eso, Enzo termino de darle un último vistazo al guion antes de sumergirse en la escena.
Sus acciones ya eran familiares para vos ya que habian estado intentando filmar esta escena todos los días durante al menos tres dias. Su cuerpo se volvió hacia el tuyo, sus manos subieron a tu mandíbula y presionaron tu espalda ligeramente sobre la mesa. Te abrazó fuertemente y te hizo mirarlo, mientras recitaba sus líneas. Torpemente, hiciste lo mismo, recordando mal lo que necesitabas decir. "La puta madre, perdón, me puse nerviosa." dijiste de repente, apartándote de su contacto y suspirando. Él te dio una pequeña y cuidadosa sonrisa, rompiendo inmediatamente el personaje y dando un paso atrás del tocador. "No hay necesidad de ponerse nerviosa. La práctica hace al maestro, ¿te acordas?" Te burlaste de su cita al director.
"Sí, ya se... Es que no entiendo a qué se refiere con apasionado. Estoy tratando de ser una profesional al respecto, pero - pero nunca fui parte en una historia de amor de este tipo, me cuesta imaginarmelo..."
"No es muy raro igual viniendo de vos, es normal. Sos muy joven todavia, nena. Demasiado buena para este tipo de cosas... ¿No?" dijo, su mano subiendo a tu hombro, donde el tirante de tu pijama de seda se había resbalado, acariciándolo suavemente. Prácticamente te derretiste ante el apodo y cómo las yemas de sus dedos rozaban tu piel. Estabas tan cautivada que casi gemiste cuando se detuvo y levantó tu tirante caído, pero en cambio, tomaste en silencio el guion que se había caído sobre la mesa y encontraste una de las líneas, inhalando profundamente y preparándote para entrar en personaje.
Tu mano subió para tirar de la manga de la camisa de Enzo, según lo dictaba el guion. "Por favor", susurraste con la voz aguda de tu personaje, "Quiero que me toques."
"No, esto está mal... Soy tu profesor y..." respondió Enzo, rápidamente volviendo al personaje, el dorso de su mano rozando tu mejilla. "No te quiero romper el corazon."
Miraste a Enzo, las lagrimas nublaban tu vista, tal como lo indicaba el guión. "Por favor. Te necesito." Despues, una de tus temblorosas manos bajó por el pecho de Enzo mientras hablabas, tal como lo hacías en el set. "Pienso en vos todas las noches... Me mojé tanto el día que me regañaste enfrente de todos."
Escuchaste cómo a Enzo se le entrecortaba la respiracion.
No, Enzo no, su personaje, te recordaste a vos misma.
"Ay nena... Yo pienso en vos todos los dias, en clase, en mi casa...", gruñó despues de decir sus lineas.
Hasta ahora, todo bien, pensaste. No era incómodo y ya estaba siendo mucho mejor que las actuaciones mediocres que habías dado anteriormente. Continuaste inclinándote hacia Enzo, haciéndo que se siente en el tocador, esta era la parte de la escena a la que habían llegado antes de que el director les dijera que cortaran.
Esta vez, sin embargo, las acciones de Enzo difirieron de las que se suponía que tenia que realizar: en lugar de acariciar tu rostro, sus dedos bajaron por tus caderas, enviando escalofríos por tu espina dorsal.
"Te prometo que me voy a portar bien... Nunca le voy a contar a nadie...", recitaste, sintiendo calor en la cara mientras su mano se acercaba más a la curva de tu trasero. "Podes hacer lo que quieras conmigo".
La mirada de Enzo se oscureció recorriendo tus rasgos. No dijo su línea, y pensaste que se había perdido, por lo que retiraste tus manos de su cuerpo preocupada. "¿Enzo estás bien?"
Antes de que pudieras terminar tu oración, Enzo te agarró por el culo, cambiando sus lugares y colocándote en el borde del tocador.
"¡Enzo!" chillaste, era lo único que podías decir mientras procesabas lo que acababa de suceder. Tu mente divagaba en confusión - y anticipación - mientras él estaba de pie enfrente tuyo, con las piernas presionando a ambos lados de tus rodillas, su gran cuerpo atrapándote contra el tocador.
"Shh... un poquito de improvisacion nunca mató a nadie." musito en voz baja con su característico acento antes de que un guiño pícaro se dibujara en sus rasgos afilados.
Su mano luego acarició tu cabello, mientras que su otra mano subió a tu barbilla y te hizo mirar hacia arriba. "¿Todo lo que yo quiera?" murmuró, volviendo al guion.
Batiste las pestañas coquetamente. "Todo. Soy tuya".
Aca es donde pensabas que Enzo se detendría, porque después de tu línea venían los besos, los toques y las caricias intensas: todas las cosas que hasta ahora no habías filmado en absoluto, porque ni siquiera podías pronunciar el diálogo correctamente.
Pero en cambio, se inclinó y comenzó a besar vorazmente tu cuello, haciéndote jadear.
"¿Qué haces?"
"Seguime", exigió suavemente, "es todo parte de la escena, ¿te acordas?"
Parpadeaste aturdida, abriendo y cerrando la boca, incapaz de registrar un pensamiento o palabra coherente. Dijo que era parte de la escena, pero habías leído el guion, y sus dientes mordiendo ligeramente tu sensible piel no estaba escrito en ninguna parte.
Pero, te tragaste tus pensamientos y recitaste varias líneas más junto con las suyas. Sentias como su otra mano sostenia tu muslo tan fuerte que pensaste que podría dejar moretones, pars este entonces ya empezabas a creer que tal vez esto era una de esos sueños que tenias sobre el mayor, solo producto de tu imaginación.
Estabas siguiendo el guion, tal como él había dicho que harian, pero incluso así, era evidente lo sencillo que podria ser rendirte ante sus besos, después de todo, apenas te estabas reprimiendo para no entregarte por completo. Pero ¿cómo resistirse, con su hermoso rostro a escasos centímetros del tuyo? esa era la verdadera pregunta.
Actuando o no, estabas decidida a disfrutar cada minuto de esto.
Cuando una de sus manos comenzo a jugar con la cintura de tus diminutos shorts y sus labios succionaron levemente a piel de tu cuello -justo en ese punto-, no pudiste evitar el gemido que salió de tu boca.
Sin embargo, el ruido pareció asustarlo; lo sacudió, lo devolvió a la realidad, y tus sospechas se confirmaron cuando se apartó bruscamente de vos.
"Dios, perdon nena..." una mueca cubrió sus rasgos, mirándote de arriba abajo como si acabara de darse cuenta de lo que estaba haciendo. "No sé qué me pasó, yo... no tendria que haber venido tan tarde, perdón."
Lo miraste, tu cuerpo decepcionado por la falta de contacto, observándolo presionar sus labios rosados en una mueca conflictiva. "¿Qué - qué queres decir?"
Su mirada recorrió cada rasgo tuyo, tan intensamente que pensaste que estaba admirando tu rostro. "No puedo, no podemos. Sos mi compañera, sos... sos mas chica que yo y..."
"Entonces podemos parar. Si eso es lo que queres", murmuraste coqueta, levantando la mano para quitar un pequeño hilo de su delgada camisa. "Pero solo si lo decis, decime que no queres que esto siga." dijiste, peligrosamente cerca de sus labios.
Gruñó, mordiéndose el labio. "No me hagas esto. Por favor sabes que no puedo"
"Hacerte qué?" Inclinaste la cabeza hacia un lado mirandolo con ojos grandes, fingiendo inocencia.
"Provocarme asi, nena. Porque sabes que no te voy a decir que pares. Y porque lo haces sabiendo que no voy a poder controlarme", gruñó antes de darte un beso profundo y desesperado, bajandote del tocador y bajando los besos por tu pecho.
"Entonces no me lo pidas En." gemiste enredando tus dedos en su cabello, siguiendo cada movimiento suyo, derritiendote bajo su toque dominante. "Y cogeme de una vez."
Enzo jadeaba entre besos. "Decis todas esas cosas con esa boquita tan bonita... No sabes como me calentas."
Tus manos recorrían todo su cuerpo, te detuviste en el borde de su camiseta, levantando esta para quitarsela, Enzo se separo y se deshizo de la prenda el mismo. Estabas desesperada por sentirlo. Y él tenía pensamientos similares, sus largos dedos se sumergieron en tus pantalones de seda y acariciaron tu intimidad por encima de la tela de tu ropa interior.
"Te necesito tanto, Enzo", jadeaste, y, despues de escuchar tus palabras, te quito desesperadamente los shorts y las bragas, haciéndote estremecer ante la repentina exposicion.
Acto seguido, se sentó en la silla de tu tocador y te agarró bruscamente por las caderas para colocarte sobre uno de sus muslos. La gruesa tela de sus pantalones de jogging, absorbiendo tu humedad como una esponja.
"Dale entonces", exigió sombríamente, "Mostrame cuánto me necesitas y movete".
Te mordiste el labio, la cara ardiendo de vergüenza ante la orden. Pero había una necesidad dolorosa en tu centro, y la forma en la que cruzó los brazos, mirando y esperando a que te frotaras en su pierna, hizo que te apretaras contra su muslo.
Tus manos se aferraron a sus hombros, y comenzaste a mover tus caderas de adelante hacia atras lentamente, la suave tela de sus pantalones haciendo mal trabajo para complacerte, apretaste tu cara contra su hombro, molesta por la falta de fricción.
"No puedo yo sola", te quejaste, "por favor".
Él sonrió socarrón. "Dijiste que me necesitabas y ahora no te podes ni mover? Mira que vende humo que sos, hermosa.". Entonces, de repente movio su pierna hacia arriba haciendo que un gritito saliera de tu boca.
No habia nada que necesitaras mas que enzo adentro tuyo, pero ahi estabas, frotandote pateticamente en su muslo hasta que el te permitiera hacer otra cosa. Obedeciste con resignacion, comenzando a establecer un ritmo constante en tus caderas aumentando el calor en tu interior clavando tus uñas en sus hombros, buscando algo que sea tu cable a tierra ante el placer que te estabas inflingiendo.
Tus caderas se movian vigorosamente contra el muslo del mayor cada vez más fuerte, cada vez de una forma más necesitada, sintiendo la presión en tu coño crecer cada vez mas y más haciendo que te muevas desenfrenada.
"Enzo por favor... por favor te lo pido" hiciste una pausa al sentir una de las manos del mayor posicionarse en tu mejilla, acariciandola lentamente. "No puedo mas... te necesito adentro."
¿Te estas escuchando chiquita?" Preguntó, uno de sus dedos tomo tu barbilla, inclinandola hacia arriba para que lo miraras, acto seguido metio dos dedos dentro de tu boca abruptamente.
"¿Te das cuenta de lo necesitada que te escuchas? ¿De lo duro que me pone saber que estas asi... solo por mi y que todavia no te haya tocado ni un pelo?"
Asentiste extasiada mientras pasabas tu lengua por al rededor de sus gruesos dedos, pero en realidad no estabas prestando atención: estabas cerca de tu orgasmo a tan solo unos segundos de liberarte de toda esa presion en tu estomago que te estaba volviendo loca, tus caderas desincronizadas, buscando el alivio... "Basta."
Escuchaste la voz de Enzo cargada de deseo mientras posicionaba su otra mano en tus caderas, deteniendo la fricción. Lloriqueaste ante la perdida de tu climax, era casi como si te lo hiciera a proposito. El pelinegro se levanto y te giró, manteniendote presionada a su cuerpo con una mano en tu cintura y la otra todavia empujando sus dedos dentro de tu boca, quedaron de tal manera que tu cuerpo estaba mirando hacia el espejo de tu tocador, la vista de ambos siendo reflejada ante tus ojos, sin embargo no pudiste prestar mucha atencion a eso. La mirada de enzo bajo hacia sus pantalones, viendo la mancha que habias dejado en la zona del muslo "Mira como me enchastraste los pantalones, ¿Mh?" Musitó contra tu oido.
No respondiste, o mas bien no pudiste responder, ahora tus muslos estaban siendo presionados entre si, buscando la mas minima fricción entre ellos mientras te mordias el labio en un intento de ocultar los quejidos necesitados que amenazaban con salir de tus labios hinchados.
Él se dio cuenta de esto, sin embargo, en vez de hacer algo solamente sonrió y rápidamente presiono tu estomago contra la mesa que yacia enfrente de ambos, sus dedos salieron de tu boca y sostuvieron tu cara, obligandote a mirarte al espejo por primera vez desde que habias salido de la ducha, tus ojos estaban entreabiertos pero tus pupilas se encontraban dilatadas, tus labios rosados y humedos por la saliva, tu ceño ligeramente fruncido.
Te veias absolutamente destrozada, fue entonces cuando sentiste cómo Enzo alineaba la gruesa punta de su polla contra tu entrada, el momento en el que se deshizo de sus pantalones habia sido algo que te habia pasado desapercibido al estar tan absorta en tu expresion siendo reflejada en el espejo. Cerraste los ojos con anticipacion.
Y de repente, tomaste plena conciencia de la situación: te habías entregado por completo a tu compañero de reparto, quien era 12 años mas grande. Y ahora él sabía que no eras solo una talentosa aspirante a actriz, sino simplemente una chica desesperada y rogando por ser follada.
"Ey, ey, ey, no" dijo rapidamente, "abri los ojos y acordate de tus expresiones. Te va a servir para la escena". Gemiste sin poder evitarlo, obedenciendo a sus ordenes y abriendo los ojos mientras él introducía lentamente su miembro entre tus pliegues.
"E-En, Dios!", exclamaste cuando finalmente se adentró por completo. Te sentías tan llena, tus paredes estirandose hasta el límite para poder tomar su polla tan profundo que sus testículos rozaban tu clítoris.
"Dios, chiquita... Mira lo mojadita que estas, me vas a matar", comentó casi sin aliento desde atras, su expresion mlstraba lo extasiado que se sentia. Tus jugos facilitaban su entrada rápida, aunque su miembro seguía siendo una intrusión ajena para tu inexperiencia íntima. Eras joven y nunca habías sido del tipo de estar cogiendo por ahi- o al menos no tan intensamente como ahora.
Te contrajiste alrededor suyo, un gemido escapando de su boca debido a la presión en su miembro. Enzo comenzo a empujarse adentro tuyo con un ritmo moderado, haciendo que tu cuerpo presionado contra la mesa se moviera de adelante hacia atras, el tocador rechinaba ante la abrupta sacudida y tus labios se separaron ligeramente para dejar salir un dulce gemido.
Habías estado enfocada en su rostro en el espejo, te encantaba ver su ceño fruncido, como su cabello se pegaba a su frente, producto de su traspiracion, su boca levemente abierta, y como sus cachetes se volvian cada vez mas colorados, sin embargo la mano de enzo se enredó en tu cabello tomandote de sorpresa, agarrando un puñado y levantando tu cabeza para hacer que tu atencion vuelva a tu cara. "Te dije que te mires, nena" dijo con seguridad mientras sus caderas chocaban contra tu culo haciendo que la caravana se inunde en ese sonido acompañado de tus gemidos. "Mirate y aprende como tenes que actuar ante la cámara."
Su otra mano se posicionó en tus caderas, apretandola con fuerza mientras sus embestidas se volvian cada vez mas erraticas.
En cualquier otra situacion ya hubieras objetado por el repentino cambio de velocidad ya que apenas habías tenido tiempo para acostumbrarte a su largo miembro. Sin embargo, tu calentura era aún más intensa que antes, si eso era posible.
Tu boca estaba entreabierta, tu lengua afuera y estabas jadeando y gimiendo como si fueras un perro; tus ojos se ponian en blanco con cada fuerte embestida, y habia saliva cayendo por tu barbilla, sentias como Enzo te sacudía contra el pobre tocador y como estimulaba cada parte dentro tuyo. Los sonidos que emitías no hacían nada más que aumentar tu vergüenza, eran gemidos ininteligibles y quejidos necesitados, jamas pensaste en mostrarte asi adelante de un hombre, pero el simple hecho de ver lo grande que era a comparación de tu cuerpo y como te podia manejar a su antojo te excitaba de sobremanera.
Y sin duda los doce años de diferencia formaban parte de esa excitacion.
"¿Hace cuanto que necesitabas que te cogiera asi? ¿Te pensas que no me daba cuenta de lo desesperada que estabas? cuando te presionabas contra mi mientras filmabamos y como tus manos tocaban de mas... No perdias el tiempo vos tampoco preciosa.", se burló.
"Desde siempre En..."susurraste, con entusiasmo, apenas capaz de comprender lo que estabas haciendo con el placer que te envolvía y nublaba tus sentidos. "Dios me cojes ta-tan bien... No pares por dios que rico" Tu espalda se arqueaba hacia él, tus paredes tomaban su miembro con desesperacion experimentando un extasis casi desgarrador con cada embestida. Tus gemidos eran cada vez mas incoherentes, cada vez mas fuertes.
"Dios, mirate como gritas por mi, chiquita... ¿Queres que te coja y que mañana todos se enteren de lo desesperada que estas por mi pija? Mirate, mirate lo patetica que te ves, te encanta que te coja fuerte ¿O no?", murmuró, inclinándose para dar un beso en tu mejilla; dulce y encantador, una clara contradicción con sus embestidas freneticas y las palabras degradantes.
Gimiste ante sus palabras, pero sabías que eran ciertas: nunca te habías visto siendo penetrada ya que estabas ocupada, bueno, siendo penetrada. Ver tu reflejo en el espejo de esta manera te tenía inesperadamente más excitada que antes. Había algo en ello, tu rostro contorsionándose del placer, las manos de Enzo serpenteando por tu cuerpo mientras seguía embistiendote desde atras.
Era como ver tu propia pelicula porno, pensaste de pasada, y te preguntaste como seria grabaras a vos misma. Y si tenias suerte, con enzo.
Su otra mano se deslizó hacia tu coño, separando tus pliegues para poder ver cómo su miembro desaparecia en tu interiores. "Por dios mira como me tomas... Viviría adentro tuyo", gruñó, inclinando la cabeza hacia atrás, entregándose al placer.
El orgasmo que sentias venir no era como el que tuviste al restregarte contra su muslo, no, venía más rápido, haciéndote temblar debajo de su gran cuerpo.
"Enzo... más rápido" exclamaste "m-más fuerte",
"Por favor", rogaste sin muchas esperanzas de una respuesta, "dale, Enzo, p-por favor". lloriqueaste ante su indiferencia.
Sin embargo y para tu sorpresa, ambas manos agarraron tus caderas para mantenerse firme. "Mira lo necesitada que estas, bebé", gruñó, empujándose más profundo y rápido, sintiendo cómo las paredes de tu cavidad se adaptaban a su nuevo ritmo. "Llorando por que te de mas fuerte, ¿Mh? ¿Asi te gusta? ¿Queres que te coja hasta dejarte sin poder caminar?"
Con esas palabras, tu climax llegó tan rápido como un tren de carga, golpeándote y sacudiendote, haciéndote gritar su nombre. Tu orgasmo te destrozó, tu visión se volvió blanca y tus pensamientos se pararon por completo. Apenas distinguiste el suave murmullo de Enzo, diciendo "Muy bien chiquita, aca estoy... tranquila" en tu oído, sosteniendote con sus fuertes brazos, evitando que te cayeras.
Cuando volviste en sí, tenías la cabeza baja, los ojos desorbitados y los labios hinchados. Enzo seguía moviéndose adentro tuyo, pero esta vez sus estocadas eran más entrecortadas, inestables y necesitadas.
"Acabame adentro", rogaste de repente, agarrándote de la superficie, tus piernas temblando, tu voz debil de tanto gritar.
"¿Si? ¿Queres que te llene to-toda?", titubeo entre gemidos, dando una última embestida antes de correrse en tu interior, podias sentir su miembro latiendo adentro tuyo. Estaba tan adentro que podías sentir cómo su semen entraba directamente en tu cuello uterino, no estabas preocupada, despues de todo estabas tomando anticonceptivas.
Pero tampoco te molestaria si no fuera asi.
Después de un momento, retiró su miembro, de tu coño y te alzó por la cintura para colocarte en el tocador y evitar que cayeras al suelo.
"Gracias", susurraste, mirándolo a través de tus pestañas. Luego mordiste tu labio al sentir como su semilla se deslizaba lentamente fuera de tu coño.
Él también se percató, y soltando un gemido satisfecho, abrio ligeramente tus piernas para recoger parte de su semen con el dedo, empujándolo nuevamente dentro de tu coño. "Te portaste tan bien, chiquita", dijo, volviendo a ser tierno, acariciando tu cabello, mimando tu frágil figura y mirandote profundamente.
Te derretiste ante sus delicadas acciones. "¿Es un buen momento para decir que me gustas?"
Enzo se rió con ternura. "Es un buen momento, si. Y vos también me gustas."
"Pero dijiste que era muy joven" le recordaste, pasando tu mano por su cabello ligeramente transpirado
Él suspiró, desviando la mirada nerviosamente por un momento antes de regresar a vos "Sí, porque es verdad, pero si a vos no te va a molestar verme con un baston en un par de años lo podemos hacer funcionar...", se encogió los hombros, reprimiendo una sonrisa.
No pudiste evitar la risa que broto desde lo mas profundo de tu pecho ante sus palabras tan fantasiosas y alejadas de la realidad "Ah, bueno no voy a tener mucho problema con eso, mientras que te sigan funcionando las caderas" dijiste con una sonrisa socarrona.
Antes de que pudiera terminar de abrir la boca para decir algun otro chiste malo, tus brazos se envolvieron al rededor de su cuello y lo empujaste hacia vos, uniendolos en un suave beso.
"Me gustas de gustar, en serio..." le dijiste en un susurro, mirandolo a los ojos con sinceridad, Enzo no podia creer lo brillantes que se veia tu mirada.
Sus manos se acercaron a tu rostro, sosteniéndote suavemente, su mirada demostrando todo su aprecio "Ya se, bebé, a mi tambien me gustas de gustar". Dijo con suavidad antes de presionar un pequeño beso en tu frente.
ii.
"¡Corten!" exclamó el director, y sentiste cómo tu corazón se detenia. Mierda, pensaste, con la mente acelerada, ¿qué salió mal esta vez? ¿Fue el beso o las manos en el pelo? Capaz no le gusto la forma en la que estaban encuadrados...
Sin embargo, el director se acercó a Enzo y a vos y soltó un grito de deleite para nada característico de su persona. "Perfecto", dijo simplemente, bordeando lo catatónico por lo satisfecho que estaba.
Tus hombros se relajaron con alivio, y te inclinaste hacia Enzo, quien sutilmente acariciaba tus muslos. "¿Ya terminamos?" preguntaste, sin aliento de la emoción.
El director asintió. "Fue increible, eléctrico, necesitado y apasionado, muy, muy apasionado", continuó con un suspiro, juntando las manos con fuerza. "Ustedes dos son de los actores más increíbles con los que he trabajado; tienen un talento asombroso, fueron tan convincentes que por un momento pense que realmente habian mantenido relaciones sexuales". dijo seguido de una carcajada
Sonreíste con satisfacción ante sus palabras, pero no sin echarle un vistazo a Enzo, compartiendo una mirada complice tratando de mantener tu expresión contenta y neutral, y no delatarte al recordar los eventos de la otra noche.
Mientras el director divagaba sobre la obra maestra que sería la película, Enzo te siguió fuera del set, murmurando bajito en tu oído, "Al final la práctica sí hace al maestro".
#enzo vogrincic#enzo vogrincic blurb#enzo vogrincic one shot#enzo vogrincic x reader#enzo vogrincic x you#enzo vogrincic fanfic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic fluff#enzo vogrincic fic
2K notes
·
View notes
Text
"Match Inesperado" Parte 1
P.O.V Gilberto:
Nunca fui fanático de las aplicaciones. De hecho, apenas uso mi teléfono más que para lo esencial. Pero esa noche, algo en mí cedió. Quizá fue la rutina de siempre, esa monotonía que me hacía sentir como un espectador de mi propia vida.
Cuando instalé SwitchMe, lo hice sin expectativas. Miré la pantalla parpadeante, preguntándome qué tipo de personas usaban esto. No tardé mucho en completar el perfil, aunque al terminarlo sentí un poco de vergüenza: "Gilberto, 45 años, profesor universitario". Tan aburrido como mi propia vida.
No esperaba nada, pero entonces ocurrió.
"¡Felicidades! Tu Match ha sido encontrado."
Mi pulso se aceleró cuando apareció un perfil en la pantalla. Pedro. Mi alumno más insoportable. El que siempre llegaba tarde, hacía comentarios sarcásticos y conseguía, de alguna forma, el favor de todos. Sentí una mezcla de enojo y curiosidad.
—Esto no puede ser serio.
Pero lo fue. Hice clic casi por reflejo, y de repente, todo se volvió oscuro.
Cuando abrí los ojos, algo estaba mal. Mi cuerpo se sentía diferente, más liviano. Caminé tambaleándome hacia el espejo del baño… y ahí estaba. El rostro de Pedro, su cabello despeinado, sus ojos brillantes, su cuerpo atlético.
—¡Esto tiene que ser una broma! —murmuré, llevándome las manos al rostro.
Estaba atrapado. En el cuerpo de mi alumno más rebelde.
P.O.V Pedro:
Había sido un día increíble. Como siempre, todos me trataban como si fuera una especie de estrella de rock. Y, para ser sincero, me encantaba. Rubén y yo habíamos hablado todo el día sobre la apuesta. Cambiar de cuerpo con alguien por un rato. Sonaba divertido, aunque no planeaba hacerlo en serio.
Esa noche instalé SwitchMe solo para demostrarle a Rubén que no tenía miedo. Subí una foto cualquiera y no tardó mucho en aparecer la notificación.
"¡Felicidades! Tu Match ha sido encontrado."
Me reí al ver el perfil. "Gilberto, 45 años, profesor universitario". Mi maldito profe de cine.
—¡Esto es un chiste! —dije, riéndome mientras aceptaba.
El mundo se volvió negro, como si alguien hubiera apagado las luces de golpe.
Cuando abrí los ojos, estaba en un lugar extraño. La habitación era pequeña, con muebles viejos y una pila de libros desordenados en el escritorio. Me levanté, pero algo se sentía raro. Mi cuerpo estaba rígido, como si nunca hubiera hecho ejercicio.
Me acerqué al espejo y ahí estaba él.
—¡No puede ser! —grité al ver la cara de Gilberto reflejada.
Estaba atrapado. En el cuerpo del profesor más cascarrabias de la universidad.
No tenía idea de cómo lidiar con esto. ¿Qué clase de vida llevaba Gilberto? Su apartamento parecía más una biblioteca que un hogar. Películas viejas por todos lados, un calendario lleno de notas sobre clases y trabajos, y una pila de tareas sin calificar en el escritorio.
—¿Esto es lo que hace todo el día? —murmuré, dejándome caer en la silla.
Agarré el teléfono que había en la mesa. Solo tenía un par de contactos y ninguna notificación interesante. Era deprimente.
—Bueno, supongo que puedo aprovechar esto para relajarme —pensé, sonriendo ante la idea de saltarme las clases que él daba. Pero entonces me detuve.
Si yo estaba en su cuerpo… eso significaba que él estaba en el mío.
—¡Mierda!
Imaginé a Gilberto, con su cara de gruñón, caminando por el campus con mi cuerpo. Si hacía algo estúpido, podría arruinar mi reputación.
POV Gilberto:
Pasé casi una hora intentando convencerme de que todo era un sueño. Pero no lo era. Todo era demasiado real: el reflejo en el espejo, la voz que salía de mi garganta. La app… SwitchMe realmente funcionaba.
Estaba en el cuerpo de Pedro, ese joven extrovertido que tanto me irritaba. ¿Cómo vivía alguien así? Miré a mi alrededor: una habitación desordenada, ropa tirada por todas partes, y un celular lleno de notificaciones.
Tomé el teléfono y revisé sus mensajes. Decenas de chicas enviándole emojis de corazones. Fotos de fiestas, videos donde él era el centro de atención.
—Por supuesto —murmuré con sarcasmo—. La vida perfecta.
Por un momento, sentí envidia. No solo por su juventud, sino por cómo parecía disfrutarla. Pero algo en mí también temía lo que podría hacer con mi cuerpo.
Pasé toda la noche en vela. No podía cerrar los ojos ni un segundo. La sensación de estar en este cuerpo ajeno, joven, lleno de energía que no reconocía, me tenía inquieto. Era como si estuviera en un disfraz, pero sin la posibilidad de quitármelo.
Me observé en el espejo durante horas. El rostro que veía no era el mío: piel tersa, sin líneas de expresión, cabello oscuro y perfectamente desordenado, y unos ojos que parecían brillar con vitalidad. Jamás me vi así cuando tenía veinte años. Ni siquiera me acerqué. Mi juventud había sido torpe, gris, marcada por inseguridades. Este cuerpo, en cambio, era la encarnación de todo lo que siempre había envidiado.
Me sentí abrumado. ¿Cómo podía alguien como Pedro llevar una vida tan… perfecta? Su físico era atlético, con músculos bien definidos, y su rostro parecía salido de una revista. Pero esa perfección solo me hacía sentir más extraño.
Finalmente, en algún momento de la madrugada, me quedé dormido sin darme cuenta, rodeado por el caos del cuarto de Pedro: ropa tirada, un par de botellas vacías y un olor a desodorante barato mezclado con algo más que no podía identificar.
Entonces, la alarma sonó.
Me desperté de golpe, confundido. Miré el reloj: las 9:15 de la mañana.
—¡Me quedé dormido! —exclamé, sobresaltado.
La voz que salió de mi boca me desconcertó. Era la de Pedro, grave y juvenil. No podía acostumbrarme a escucharla. Todo en este cuerpo se sentía ajeno, como si estuviera jugando un papel que no entendía.
Me levanté rápidamente y busqué algo limpio que ponerme. La habitación estaba en un estado caótico, y lo único que encontré fue una camiseta arrugada y unos jeans que estaban en la silla, encima de lo que claramente era ropa sucia.
—Espero que esto no huela mal —murmuré mientras me vestía.
El olor del cuarto me resultaba abrumador, una mezcla de sudor, colonia y algo que no podía identificar pero que definitivamente era propio de un adolescente.
Miré alrededor, intentando decidir qué hacer. Ir a la universidad era lo más lógico, pero la idea de enfrentarme a estudiantes, profesores y… a mí mismo, en este estado, me hacía sentir náuseas.
Suspiré y me peiné rápidamente frente al espejo. Este chico no necesitaba mucho para verse bien, pero yo no podía evitar sentirme incómodo en su piel. Finalmente, tomé una mochila que parecía medio vacía y salí de la habitación, dispuesto a enfrentar un día que sabía que sería todo menos normal.
Mientras caminaba hacia la universidad, una sola pregunta resonaba en mi mente:
—¿Cómo voy a sobrevivir a esto?
P.O.V Pedro:
El sonido de la alarma fue lo primero que me golpeó esa mañana. Abrí los ojos, confuso, y por un momento olvidé dónde estaba. Luego, la realidad me cayó como un balde de agua fría.
Eran las 5:30 de la mañana. ¿Quién demonios se despierta tan temprano? Miré alrededor y confirmé lo que ya sabía: estaba atrapado en el cuerpo de Gilberto, el profesor más amargado que conocía.
—Esto tiene que ser una broma —gruñí mientras apagaba el despertador.
Me levanté de mala gana y caminé hacia el baño. La luz blanca del espejo iluminó mi rostro, pero no era mío. Observé la piel áspera, con pequeñas líneas de expresión que nunca había visto en mi vida. Me acerqué un poco más y noté un par de canas en la barba y el cabello.
—¡Esto es asqueroso! —solté, pasando las manos por mi cara.
Lavé mi rostro con agua fría, esperando que eso me hiciera sentir más despierto. Pero cada vez que miraba al espejo, la realidad era peor. Este cuerpo… no era el mío. Era como si todo estuviera en modo baja calidad.
Me quité la camisa para revisar el resto. Lo que vi fue desalentador. Mi físico atlético, mis músculos marcados… todo había desaparecido. Este cuerpo era ancho sin gracia, apenas funcional.
—¿Cómo puede alguien vivir así? —murmuré, sintiendo una mezcla de frustración y repulsión.
Intenté pensar en algo positivo, pero todo parecía ir cuesta abajo. Ni siquiera Rubén, mi mejor amigo, se había puesto en contacto. Seguramente estaría buscando al “Pedro” real, sin saber que yo estaba aquí, atrapado en la vida de este profesor gruñón.
Suspiré y me senté en el borde de la cama. Aún faltaban 15 días para que todo volviera a la normalidad, y cada minuto se sentía como una eternidad. Miré el teléfono de Gilberto, esperando algún mensaje que al menos me distrajera. Pero no había nada.
—Esto es un infierno —dije, dejando caer el teléfono sobre la cama.
En ese momento, entendí que si quería sobrevivir a esta situación, tendría que adaptarme. Aunque odiara admitirlo, ahora era Gilberto, y tenía que enfrentarme a su aburrida y monótona vida.
Desde el momento en que me miré al espejo esa mañana, supe que este día iba a ser una tortura. Intenté prepararme mentalmente para dar clases como Gilberto, pero apenas me planté frente al grupo, me di cuenta de que no sabía ni por dónde empezar. Los alumnos me miraban con expectación, como si esperaran que soltara un discurso inspirador, pero lo único que podía hacer era sudar y tartamudear.
—Eh… clase cancelada —dije, tratando de sonar firme, aunque mi voz se quebró al final.
No hubo quejas, por supuesto. Los alumnos recogieron sus cosas en un santiamén y salieron del aula, dejándome solo con mi desesperación.
Mi prioridad ahora era clara: encontrar a Rubén y exigirle que me ayudara con esto. Después de todo, esta situación absurda comenzó por su estúpida apuesta.
Me tomó un rato encontrarlo, pero finalmente lo vi cerca de la cafetería, con su típica sonrisa despreocupada. Cuando me acerqué, su expresión cambió al verme.
—¿Qué rayos haces en el cuerpo del profesor más amargado de la escuela? —preguntó, atónito.
—¡Exactamente lo que quiero saber! —le espeté. Le conté todo lo que pasó con la app y el "error" que me emparejó con Gilberto en lugar de una chica. Rubén intentó contener la risa, pero no pudo evitar soltar una carcajada.
—Esto es demasiado bueno —dijo entre risas—. Pero, amigo, el daño ya está hecho. Ahora tienes que aguantar las próximas dos semanas.
Rodé los ojos, frustrado.
—Dos semanas en este cuerpo es una eternidad, Rubén. ¡Es una pesadilla!
Rubén se encogió de hombros.
—Pues creo que lo único que puedes hacer es encontrar a Gilberto en tu cuerpo y asegurarte de que no arruine tu reputación.
Suspiré. No era como si tuviera otra opción.
P.O.V Gilberto:
Había algo extrañamente liberador en estar en el cuerpo de Pedro. Por primera vez en años, me sentía ligero, ágil, lleno de energía. Sin embargo, no todo era tan sencillo como parecía.
Apenas llegué a la universidad, varias personas se me acercaron para hablar. Algunos eran compañeros de clase de Pedro que me saludaban con entusiasmo; otros eran chicas que no dejaban de coquetearme.
—Hola, Pedro. ¿Qué vas a hacer después de clases? —me preguntó una de ellas, sonriendo coquetamente.
No sabía qué responder, así que me limité a asentir y murmurar algo ininteligible antes de alejarme. Esta atención me resultaba abrumadora.
Finalmente, decidí refugiarme en la biblioteca. Siempre había sido un lugar de paz para mí, y esperaba que funcionara ahora, aunque estuviera en el cuerpo de Pedro. Me senté en una mesa apartada y abrí un libro al azar, intentando relajarme.
Perspectiva de ambos
Mientras yo disfrutaba de la tranquilidad en la biblioteca, Pedro y Rubén recorrían la universidad buscándome.
—Esto es tan raro. Parece que estoy buscando a un profesor con mi cara —dijo Pedro, frustrado.
—Lo más extraño es verte caminar al lado de tu alumno más problemático, pero siendo tú el profesor más cascarrabias —respondió Rubén con una sonrisa burlona.
De repente, Rubén se detuvo.
—Espera… ¿no se la pasa siempre en la biblioteca? —preguntó, recordando uno de los hábitos de Gilberto.
Pedro se dio una palmada en la frente.
—¡Claro! ¿Dónde más estaría?
Se dirigieron a la biblioteca, y efectivamente, ahí estaba yo, sentado tranquilamente en una esquina, con un libro en las manos.
Cuando Pedro me vio —o más bien, vio su propio cuerpo sentado ahí—, su frustración alcanzó su punto máximo.
—¡Oye! ¡Tú! —dijo, caminando hacia mí rápidamente.
Levanté la vista del libro y vi mi propio rostro, con una expresión de enojo que conocía demasiado bien.
—Ah, hola, Pedro… bueno, Gilberto —dije con calma, intentando no alterar la escena pública.
—¿Cómo puedes estar tan tranquilo? —me espet��—. ¡Esto es una pesadilla y tú estás aquí leyendo como si nada!
—Tal vez porque por primera vez en años no tengo que lidiar con alumnos como tú —respondí, dejando el libro a un lado.
Rubén se mantuvo en silencio, claramente disfrutando del intercambio.
—Tenemos que arreglar esto ya —dijo Pedro, cruzando los brazos.
Sonreí con cierta ironía.
—¿Y cómo planeas hacerlo?
Pedro no respondió de inmediato. Sabíamos que estábamos atrapados, al menos por las próximas dos semanas, y lo único que podíamos hacer era intentar sobrevivir… juntos.
Continuara..
176 notes
·
View notes
Text
20 years of rebelde (october 4th, 2004)
No sé si el colegio era exactamente como lo recuerdo. O si los profesores eran tan buenos, o tan malos como quedaron en mi memória. Lo que sí sé es que lo más importante que aprendi en aquellos dias, fué el valor de la amistad. Los amigos, siempre presentes para bién o para mal. En las buenas y las peores. Son ellos el recuerdo más nitido de entónces. Y el amor… El primer amor. Amores, amigos, no importa lo lejos que estén, siempre los llevo conmigo. Y sé que voy con ustedes porque el lo que somos hoy está presente lo que fuimos. A ustedes, mis amigos del alma, les doy gracias por siempre. Porque hicierón que aquella época de camiñar el mundo a corazón abierto haya sido el mejor lugar donde esperar la vida.
#rbd#rebelde#mia colucci#anahi#alfonso herrera#poncho#miguel arrango#giovanni mendez#christian chavez#lupita fernandez#maite perroni#roberta pardo#dulce maria#diego bustamante#christopher uckermann#gif#gifs#mine#rebelde mx#20 years of rebelde#rebeldeedit#rbdedit
145 notes
·
View notes
Text
UPDATE. Todo malio bieeeen y hasta mejor que bien. APROVEEEEEE. REGULARICE TODAS LAS MATERIAAAAS MARTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Ojalá mañana todo salga como lo soñé. Me pone tan nerviosa... lo pienso tanto... que lo soñé. En mi sueño todo salía bien.
#me nombrooooo aaaaah#y yo tan tonta que nomas x eso me alegro que boba#En mi cabeza el movimiento corporal y el tono de voz quedaban de manera comida pidiendole a a la profe que ya no hable jajajajaja peeeeero#creo que hacía afuera se pudo haber visto de otra menerq#No lo se#Literalmente en la facu siempre quiero hacer todo lo que en el laburo no jajaj#sobre todo xq me siento más libre y menos obligada#Cueeesssstion finalice el año#yyyyyyy van a notificar a las autoridades pertinentes de la facu el episodio tan chungo y violento que tuvo lugar hoy#yo venía alertando que el man era agresivo lo bueno es que esta vez hubo testigos#y q bueno saber también que los profesores ya lo venían mirando xq notaron cosas raras jajajaja una bandaaa#incluso temen que pase a mayores y lastime#una bandaaaa#literal que las peores personas estan dentro de la facu de psicológica#que pena manito#Ah y pa colmo es mentiroosoooo como la misma mielda#La mitad de los problemas con 3eros los tuve xq salia a contar invensiones suyas a otros a mi nombre.#De todo esto rescato que los profes son hermosos y observan todo#Que alivio saber que ya se habían percatado#Aaunque hubiera estado bueno... tal vez... quizas... que frenaran el carro antes#pfffff.#me da paz saber que ahora saben q no tenía problemas con nadie jsjsjs ni sali a hablar mal de nadie (?#No hablo mal ni de la gente que me hizo mierdaaaa. Imaginen sobre otros jajajajaja
8 notes
·
View notes
Text
velorio del amor de mi vida, papá (discurso)
lima, jueves 1 de abril del 2021.
buenas tardes con todos,
hace dos días tuve, el día más desgarrador y doloroso de mi vida a mis cortos veintitrés años, realmente no quería hablar. como saben me caracterizo por nunca dejar de hacer esto mismo, pero...hoy siento que se me agotaron las palabras. siendo sincera, sigo procesando, todo. hace unos días tenía a mi padre escribiéndome palabras de aliento, aunque el que las necesitara fuera él y hoy estoy hablando junto a su ataúd. mi papá es el amor de mi vida y no es un secreto. soy lo que el formó y así, ustedes a lo largo de mí existencia, han sido testigos de los detalles que nos dábamos públicamente, demostrándonos amor. desde videos en youtube, sorpresas musicales, hasta mi primera tesis “mi papá es el mejor del mundo” en su último día del padre. realmente fue una tesis tan seria como la universitaria que tengo que hacer. una tesis que me hizo pensar en lo realmente grandioso padre que es. una tesis que fue expuesta por mí, en la casa de mis abuelos y ustedes de testigo. a lo largo de nuestra vida hemos recibido comentarios como: “me encantaría tener un padre como el tuyo” “tu papá es el mejor” “que cariñosa y buena hija tienes” y así, eso nos retroalimentaba, reafirmándonos en el amor que manteníamos.
mi padre fue sostén, regla, refugio y medicina, para mí. no es un secreto que soy algo complicada pero increíblemente, existía una criptonita en este mundo y esa era él. papá fue padre, madre, amigo, psicólogo, maestro musical, entrenador y un gran desafío para mí. ¿cómo estar a la altura de un gran padre? simplemente, seguía mis objetivos y los iba cumpliendo, eso era su mejor recompensa, según sus palabras. mi papá fue buen hermano, músico, hijo y maestro. como cualquier persona, cometió errores, que luego, con acciones, hicieron que se disiparan en mí, cualquier repercusión de esta. mi padre me enseñó, muchas veces a la fuerza –jajaja- que la familia y el momento familiar, no se reemplaza por nada. aún recuerdo cuando tenía doce y trece, todos los domingos tenía clases obligatorias de música, primero la guitarra, luego el bajo, ukelele, batería y así. un profesor exigente diría yo. me enseñó que la rutina, estructura y disciplina, son el pilar, para cumplir mis sueños, ya que soy una gran soñadora, que vuela mucho y no sabe aterrizar muchas veces.
papá me enseñó la palabra confianza y aunque muchas veces terminé en una ducha helada por confiar mucho y sobrepasarme con mis arranques de ira, eran lecciones que felizmente, aprendí. papá fue un rockero increíblemente cariñoso y gracioso, un rockero que siempre será mí estrella favorita y que le ruego al destino, me topé con alguien con la pizca de talento y amor, que él tenía. papá no quería ser papá, pero cuando me vio por primera vez, supo que seríamos él y yo contra el mundo. y si, ahora tengo muchas referencias de películas en mí mente, sin embargo, el preferiría que mencione nuestras playlists infinitas o tal vez, alguna memoria divertida, como: cuando tenía diecisiete y tomé alcohol por primera vez, unos sorbos, llegué a casa, me olió y dijo: a bueno te gusta tomar, ok. ve a dormir. y dije “uf me salvé”. volvió con un balde de agua con detergente y me lo tiró, diciéndome “estás sucia”, me reí, se fue y dije “bueno ya, dormiré con mi hermana” pasaron unos minutos y volvió, con sólo agua, me lo tiró y dijo “para que te enjuagues” y me quitó mí recién comprado iphone 4. no volví a beber hasta mis veinte años. jajajaj. y así, mi papá sabía que los golpes nunca funcionarían en mí, ni mucho menos los insultos. mi padre se instruía todas las noches, en libros, meditaciones, consejos y dios (algo que me enteré hace muy poco). algo que recordé ayer , mientras hablaba con mi hermana, es el pacto que hicimos, como jugando, que hoy, es una realidad y aunque suene extraño, espero que siga hasta la eternidad, hace unos años, mi padre y yo, vimos una película sobre “que hay después de la muerte” seguidamente, me preguntó: valerie ¿cómo te comunicarías conmigo, si no te puedo ver (muerte)? y yo respondí riéndome: a través de la luz, obvio, para asustarte, jajaja y que sepas que estoy ahí y si estoy de buen humor, haría como luces de discoteca jajajaj, y pregunte: “¿y tú?” y el sonriendo me dijo: “que es lo que más nos une? la música, pues. imagínate que vas a una cita y coloco una música de tu infancia o una de nosotros jajaja, como vas a viajar por el mundo, imagínate en australia, españa o estados unidos en algún centro comercial, con amigos nuevos o tu familia y que suene una canción de mí banda, una nuestra o la que te dediqué” yo repliqué: “ay papá, ya no comiences, que si me imagino sin ti, voy a empezar a llorar” recordar eso, ayer, mientras lo sentía a mí lado, sentada en el piso, de fondo nuestras músicas, fue simplemente consolador y espero que ese pacto siga hasta volver a reencontrarnos.
recuerdo a mí papá, faltando al trabajo para no dejarme sola en los días de las madres del colegio y en el día del padre, siendo el cabecilla para organizar todo. recuerdo a papá dándome un abrazo cuando mis lágrimas de niña preguntaban por mamá. recuerdo a papá, tratándome de enseñar a perdonar, algo que aún tengo pendiente. pero sobre todo recuerdo a papá en sus últimos años, siendo mejor amigo de mamá, como dándome una gran lección de amor, perdón y esperanza. alimentó estos últimos años, junto con mamá, mí idealización de amor, familia y complicidad. papá y mamá juntos por primera vez en mí vida consciente, fue lo mejor que me pudo regalar, escuchar por primera vez “la comida está lista” “vamos a comer en familia” “mamá a cocinado”. nunca entenderé el propósito de dios, ni mucho menos lo juzgaré, sin embargo, hoy, me rindo ante él, porque se ha llevado absolutamente toda mi vida. muchas veces, tomé decisiones que no debía, muchas veces probablemente lo decepcioné, pero me quedo siempre con lo último que me dijo y a lo largo de mi vida, me repetía: “te amo valerita, eres mí orgullo más grande, mi primer amor”. gracias a la vida y sus perfectas historias, no me quedo con nada que decirle, porque se lo dije todo en vida y se lo demostré, pero si me quedo con todo el amor y mi futuro por delante, que se va cumpliendo como el deseaba, de sus frutos, mi accionar y su amor. después de hoy, no soy más una niña que hace rabietas para conseguir lo que quiere, hoy me convierto en lo que él me enseñó: una mujer, con estabilidad emocional, independiente que cumple sus sueños, o al menos, voy a luchar y tratar de ser mí mejor versión, aunque eternamente tenga un luto. pero por favor, no lloren, aunque es inevitable, recuerden que diría mí padre: “no me gusta verlos llorar”. mi papá luchó hasta el final, está con una sonrisa, siendo parte de nosotros ahora mismo, porque, él me enseñó alguna vez, esto: “nuestro amor es como el aire, no se ve, pero se siente”. y ya para terminar, quiero agradecer a todo aquél, que está aquí, a pesar de las circunstancias, hoy no voy a cantar a su lado como de costumbre y realmente no sé qué pase mañana, pero... nunca lo olviden por favor, nunca olviden que existió en la tierra, un ser maravilloso, un padre excepcional y alguien que siempre estará con nosotros, mientras su recuerdo persista. te amo hasta la eternidad papá, sé que estás acá, porque te siento y en cada música conversamos. te amo hasta volvernos a reencontrarnos, allá, en el muy, muy, lejano. gracias.
------------------------------------------------------------
me a costado tres años, escribir este texto, algo que me debía, le debía a él y a todo aquel que me lee desde hace un tiempo, siguiendo mi historia. traté de recopilar todas las grabaciones y memorias de ese día para ser lo más fiel posible a la versión original. sólo espero que si me están leyendo entiendan que este texto, se lleva parte de mí, de mi historia, de la gran relación con mi padre y por fin, luego de tres años, muchos poemas, narraciones y escritos, le puedo decir adiós de la manera más digna, al momento más doloroso de mi vida. quiero añadir, que a la actualidad, mí padre siguió cumpliendo su promesa, se comunica cada cierto tiempo y sobre todo en fechas especiales, cuando estuve en portugal, valencia, madrid y francia. lugares sumamente extraños algunas a solas y la mayoría con personas que ya conocían la promesa y de repente, mi padre, en el momento más aleatorio, hizo demostración de nuestro amor y conexión que sólo dios, él y yo conocemos, gracias a eso, las personas que me acompañaron en esos maravillosos y conmovedores momentos, entendieron, lo incompleta que quedé luego de su pérdida. pero que gracias a él mismo y dios, tengo los dones hermosos de seguir comunicándome a través de la música y la escritura. así que, sin más, gracias por leer.
#relatos#amor#papá#poeta#muerte#madrid#lima#frases#relato sobre papá#carta a papá#para papá#te extraño papá#te amo papá#memorial#velorio#discurso#padre e hija#escritos sobre muerte#escritos#notas#textos
59 notes
·
View notes
Text
Bueno dejo esto y una descripción:
-Dogday, trabaja en oficinas: sobreexplotado // Se sabe todos los chismes de la oficina.
-Catnap, trabaja de bartender: le gusta preparar bebidas // Odia lidiar con los borrachos problemáticos (malacopas).
-Bubba, profesor de universidad: Sabe enseñar bien // Amor-odio por sus alumnos. -
-Kickin, guardia de seguridad en hospitales: a veces le toca el horario nocturno // Siempre tiene alguna anécdota paranormal que contar.
-Crafty, maestra de kínder: Adora enseñar artes a los niños // A veces tiene que lidiar con padres irresponsables.
-Picky, granjera: Ama su trabajo // todos se sorprenden de lo fuerte que es a pesar de su estatura corta. (No hay quejas de su trabajo)
-Bobby, diseñadora de modas: Ama su trabajo, muy apasionada // Le toca a veces tratar con clientes groseros.
-Hoppy, maestra de educación fisca: Siempre motiva a sus alumnos a no rendirse // A veces se pasa con los ejercicios.
#poppy playtime#smiling critters#dogday#catnap#bubba bubbaphant#kickinchicken#craftycorn#picky piggy#bobby bearhug#hoppy hopscotch#smiling critters au
78 notes
·
View notes
Note
Tal vez Enzo siendo profesor y enamorado de una alumna? 😞
Si queres no lo hagas pq aja… pero yo ahí lo dejo 😸
Loveuuu
youtube
+18! Cockwarming :)
La oficina del profesor Vogrincic, quien siempre permanece en la institución hasta altas horas de la noche, es un lugar más que seguro para los alumnos que necesitan desahogarse sobre las frustraciones relacionadas con sus proyectos. Él los escucha y aconseja, siempre encontrando las palabras necesarias para contenerlos, pero en ocasiones esas consultas consumen por completo su energía y buen humor.
Es así como la pequeña habitación, ubicada al final de un pasillo oscuro y usualmente desierto, se convierte en un lugar seguro para ahogarte con su semen. Enzo te tiene sobre tus rodillas debajo del escritorio de roble, tu boca llena con su liberación y también con su miembro, que permanece erecto luego de su orgasmo.
Tus manos están sobre sus muslos, quietas luego de otra advertencia, y mientras vos intentás no ahogarte corrige algunos trabajos de tus compañeros de clase y acaricia tu cabello. Siempre es estricto, serio, le gusta hacerte cumplir sus reglas para luego recompensarte cuando tu comportamiento es excelente, así que permanecer en la misma posición durante casi una hora no supone para vos una molestia.
-¿A qué hora estaba la película que querías ver?- pregunta de la nada, mirando el reloj en su muñeca-. Si termino de corregir esto rápido capaz llegamos.
Un intento de sonrisa quiere transformar tus labios pero es imposible gracias al tamaño de Enzo, el cual hace que tu mandíbula duela y que las comisuras de tus labios ardan. Unas gotas blanquecinas escapan de los confines de tu boca y se deslizan por tu piel hasta llegar al cuello de tu antes impecable blusa; esto molesta a tu profesor, que detesta el desorden, y borra el rastro con su pulgar.
-Mirá lo que hiciste- te reprende-. ¿Te parece que así te puedo llevar a algún lado?
Tus ojos se llenan de lágrimas y el gemido de angustia que nace en tu garganta muere instantáneamente, ahogado por su miembro. Querés creer que sólo bromea y que todavía se va a esforzar por terminar temprano con su trabajo, pero también sabés que no permitiría que estés desaliñada en público y eso incluye cualquier aspecto de tu persona.
-Tragate todo, dale- ordena, deslizando sus dedos por tu cabello para peinarte. Cuando tragás y tu garganta se contrae sobre su miembro arroja la cabeza hacia atrás, suspirando-. Te puedo prestar mi camisa, pero que no se te ocurra volver a usarla para venir a clase.
Te separás de él y le sonreís con tus labios brillantes: unos hilos de saliva los conectan y Enzo mentiría si dijera que no le parece una de las visiones más eróticas que vio en su vida, únicamente superada por tus expresiones cuando te acorrala debajo de su cuerpo y abusa de tu pequeña entrada sin consideración. Su pulgar vuelve a jugar con tu labio, tirando juguetonamente antes de colarse en el interior de tu boca.
-Es que me gusta cómo me queda tu ropa- contestás, tus palabras prácticamente indescifrables por el dígito que juega con tu lengua.
-A mí también me gusta cómo te queda, pero no quiero que se repita.
-Bueno.
-Andá a lavarte la cara rápido y volvé- ordena-. Que antes de irnos te voy a dar un premio.
Dejé un poco de lado lo romántico y el enamoramiento porque me pareció tentador escribir sobre esta escena y dejar un final abierto... sólo porque sí, no es porque planee una segunda parte que involucre el escritorio, por supuesto que no :) taglist: @madame-fear @creative-heart @llorented @recaltiente @chiquititamia @lastflowrr @delusionalgirlplace ♡
#letters to enzo#deep in thought#deep answers#enzo vogrincic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic x reader#lsdln cast#lsdln smut#lsdln x reader
56 notes
·
View notes
Text
youtube
Tráiler (V.O.S.E.) de "Los buenos profesores" (2023), de Thomas Lilti. Empieza un nuevo curso escolar. Benjamin es un estudiante de doctorado sin beca. Ante la falta de perspectivas de futuro, acepta un trabajo como profesor en un instituto de París. Sin formación ni experiencia descubre lo duro que puede ser la profesión de maestro en un sistema educativo afectado por una falta de recursos crónica. Con el apoyo y el compromiso del resto de docentes, y un poco de suerte, se replanteará su vocación. ESTRENO: 17 MAYO 2024.
0 notes
Text
shut up, ¡please!
viktor modern au - academic rivals
genero neutral - drabble en español
viktor, quien es conocido en la academia como alguien de gran intelecto.
viktor, quien es el pupilo y ayudante del profesor.
viktor, quien simplemente asumía que sería la persona por encima del resto en la lista de notas.
claro, hasta que tu presencia se hizo notar de la forma más molesta posible.
no sociabilizaba con el resto, se la pasaba estudiando lo máximo que las horas del día le alcanzarán, no fallaba en sus proyectos y era quien se llevaba los puntos al momento de atravesar debates durante las clases. ¿cómo podía ser que alguien tan contrario a el tuviera los mismos resultados? le molestaba tu voz, tan alegre y llena de energía.
hace relativamente poco habías llegado, pero ya te habías ganado el cariño de tus compañeros, profesores e incluso aquellos que no coincidian en clases con tu persona. para rematar, tu habitación estando a dos paredes de la suya, lo que causaba que pudiera escuchar cuando ponías música alta durante tus periodos de estudio. ¿quien en su sano juicio estudiaba con música?
la primera vez que hablaron, no fue como esperabas. lo conocías, todos hablaban de él y de como nunca habían visto a alguien llevar su nivel, por lo que imaginabas que podrían incluso ser amigos y estudiar juntos.
no era muy tarde, tal vez las siete y tantas de la tarde. aún sin entender cómo, lograste escuchar un leve golpe en tu puerta, por lo que aún con la manta puesta sobre tu cabeza, la cual protegía tus mejillas del frío que se asomaba a medida que el invierno se acercaba, te apuraste a abrir ésta.
viktor juro que pudo oír un tropezón previo a ver tu cara aparecer con las mejillas completamente coloradas. desconocía si era debido al frío o la posibilidad de que hubiera oído la caída. tomo unos segundos en hablar, pues verte de una forma no "arreglada" lo tomaba por sorpresa. quien era su par, tan sociable, tan arreglado, siempre dando una buena impresión frente al resto, completamente desalineado.
soltó un bufido, ¿la gente los comparaba? no eran para nada iguales, e incluso comenzaba a creer que por cada día que pasaba las similitudes se dispersaban cada vez más, si es que siquiera existían. acomodo su corbata, tosiendo un poco en búsqueda de que su voz apareciera luego de caer en que tal vez se había quedando observando tu figura más de lo debido. no que fuera de manera indecente, pero no era lo planeado.
— me parece que alguien estudia con el volumen algo... alto, ¿me equivoco?
pestañeaste una. dos. tres veces.
debía haberte tomado por sorpresa, pues no parecías consciente de que otros tal vez oían lo mismo a la hora de tus sesiones de estudio. nadie se había quejado antes, ni siquiera sabías que el se encontraba tan cerca.
— ¡oh! cuánto lo lamento, viktor. juro por dios que no era mí intención, en absoluto.
sabía que no era tu intención, en realidad y para ser sincero, ni siquiera le molestaba. la distancia hacia que fuera un zumbido con letras casi indistinguibles, pero el simple hecho de que fueras tu quien estaba en esa situación lo molestaba de alguna forma, por lo que decidió devolver el favor e interrumpir.
— ¿en serio? pensé que lo hacías adrede, que bueno saber que no es así.
sonrió con una falsa simpatía la cual no te fue difícil distinguir. ¿que le pasaba? tal vez lo que decían de el realmente era verdad. sarcástico, fanfarrón y mal compañero. tu ceño se frunció al instante arqueando una ceja ante tal actitud.
— si, claro, bueno... bajaré el volumen entonces, mis más sinceras disculpas nuevamente, viktor, bonito día.
y con eso cerraste la puerta, imitando la sonrisa tan simpática que te había ofrecido segundos atrás. percibiste que tardo un poco en volver por dónde vino, pero no bien escuchaste a la lejanía el portazo de su habitación, volviste a encender la música, acercándote al parlante para poder bajar el volumen.
que lástima que no fue lo que hiciste.
si antes viktor no entendía las letras, ahora las había con completa claridad. ¿que demonios? era a propósito, por supuesto que lo era. se dio una bofetada a si mismo en su cabeza, insultandose por haber creído que serías la amabilidad en persona sin el serlo. estaba errado, odiaba equivocarse, pero esa personalidad que no mostrabas con el resto se lo recordaba cada segundo, complicando el estudio.
así fue por meses, riña iba, riña venía.
debates, proyectos, exámenes. se palpaba la tensión en el aire cuando ambos entraban en un argumento denso del cual ninguno pensaba soltar la cuerda. viktor conoció algo que al resto no le habías mostrado, una competitividad feroz junto al desagrado por su desdén. te odiaba, le resultaba insoportable, si pudiera te haría callar para no tener que oírte nunca más. pero no podía, porque así como te quería lejos, no podía evitar sentirse atraído a la idea de discutir contigo.
te buscaba, eso era obvio a la vista de varios. la competencia que se generaba ante la mínima tarea iba fogueada por pequeños comentarios que terminaban escalando en conversaciones intensas sobre lo que cada uno creía. en cierto punto, le entretenía.
no sabe en qué momento dejo de parecerle una molestia y en cambio algo necesario de su día a día. te odiaba, si, pero la necesidad de ver tu cara contraerse en enojo cuando te superaba en algo le era más gratificante que no verte en todo el día.
por tu lado, dicho comportamiento no se alejaba demasiado de tus ideas. sabías que trataba de pincharte en cada oportunidad que tenía, y te exponias al peligro que significaba recibir un comentario de doble filo por su parte.
tal vez respondías incorrectamente a algo, y su respuesta sería "que considerado de tu parte dar siempre el ejemplo de la respuesta errónea". ambos se sentaban delante, por lo que dichas proclamaciones no eran necesarias hacerlas en voz alta, llegaban a tus oídos de manera perfecta sin necesidad de que el resto lo oyera, excluyendo a quienes estaban cerca, rodando los ojos y soltando bufidos, algún que otro comentario de "deberían resolver esa tensión de otra forma", cosa que claramente ambos ignoraban.
aún así, las dagas no las lanzaba el solamente, puesto que ante la mínima oportunidad de molestarlo la aprovechabas al máximo. debía ser más sutil, tenías una imagen que mantener, lo que resultaba en disculpas y pequeñas risas sin mucho sentimiento cada que pasabas por su lado y tiranas sus lápices al suelo. o pateando su silla, aunque nunca su bastón, había límites. viktor agradecía eso internamente, sería un decepción que incluso tu te metieran con eso.
era divertido para ambos, esperaban que dichas situaciones se dieran durante el transcurso del día, sin temer a alimentarlas o crearlas por qué si, ninguno lo admitía, pero se convertía en una necesidad por la atención del otro.
aunque claro, no era divertido para los profesores quienes notaban como esto entorpecia el desarrollo de ambos, no que sus notas se vieran afectadas, pero la atención puesta en clase era nula, podían contar las veces que viktor miraba el pizarrón, pues eran escasas en comparación a las miradas que te dirigía.
¿le sorprendió a alguno de los dos ser juntados en un proyecto? no, ¿les incomodaba la idea? en lo absoluto. fingir que no les agradaba era sencillo, y tampoco pusieron mucha resistencia ante la situación, intentaron, claro, ¿pero realmente se opondrian a algo que los dejaba tan expuestos a las discusiones? para nada.
viktor optó por que fuera en su cuarto, insististe en llevar tu parlante pues trabajabas mejor de esa forma. no le agrado la idea, pero sabía que luego podría hacertelo saber, cosa que no se hizo esperar mientras ágilmente resolvían los problemas que al resto se le complicaban más.
— que música tan molesta.
— ¿ah sí? me alegra que así te parezca.
intercambiaron una mirada llena de intensidad, eso no quedaría ahí, pero por el momento lo haría.
minuto tras minuto, la tensión se hacía palpable en tan pequeño espacio, no tardó en haber otro encontronazo.
— esto es realmente ridículo, deberías callar ese parlante.
espero ahora si, irritado. ¿realmente lo estaba, o le irritaba que no le hubieras seguido el juego?
tu respuesta no decepcionó.
— creo que en realidad tu deberías callarte, viktor.
cuánto le encantaba que dijeras su nombre, podría haber suspirado en ese preciso instante. dejo su lápiz y apoyo su mentón sobre su mano, mirándote fijamente. no tardaste en devolverle la mirada, se encontraban enfrentados y a poco de distancia, una mesa sobre la que trabajaban los mantenía con la suficiente distancia para no sentir la respiración del otro.
te cruzaste de brazos sobre la silla que te había prestado, observándolo con la misma intensidad que te dedicaba. el estaba sobre su cama, pierna estirada sobre una almohada y hojas desparramadas sobre las sábanas de color azulado.
ambos se quedaron en silencio unos momentos, el pensando su siguiente movimiento, o más bien dicho respuesta. por tu lado, expectante a qué respondería, esperando que aquella cabeza que tanto se parecía a la tuya a la hora de pensar inteligentemente respondiera lo que tanto querías oír.
— ¿te molesta mí voz? encuentran la forma de callarme entonces.
¿como definir lo que sentiste? comencemos por tu reacción, completamente perpleja ante tal seguridad en dicha afirmación. ¿era lo que esperabas? completamente, ¿lo esperabas aún así? para nada. tu sorpresa se hizo notar, pues viktor comenzaba a sentir la inseguridad de que tal vez lo había llevado muy lejos, demasiado lejos.
— sabes que no... no me refería a-
y no, no sabías, pues estabas con la seguridad suficiente de que si se refería a eso, y cumpliendo su pedido lo callaste antes de que pudiera seguir de la forma que tanto ansiabas hace tiempo. viktor solo oyó como lápices caían al suelo viendo tu rodilla se hizo espacio en la pequeña mesa que los separaba, abalanzandose a su figura y tomandolo por las mejillas para plantar un beso torpe en sus labios. tardo en reaccionar, por lo que te separaste pero sin dejar mucha distancia de por medio.
— cállate, por dios. si no era a lo que te referias, al menos déjame disfrutarlo unos segu-
y está vez fue su turno de callarte, tomandote por la nuca para acercarte a el nuevamente, retomando lo que habías dejado momentos antes. era torpe, la necesidad de tal suceso mostrándose en cada movimiento que ambos daban. era incómodo con la mesa de por medio, pero ninguno pensaba soltar al otro, no cuando el deseo había escalado día a día hasta la fecha.
labios inexpertos se movían sobre otros, tratando de dar un balance a la desesperación y la necesidad. tus manos pronto llegaron a su cabello, aferrándose a este como si tu vida dependiera de ello. su otra mano pronto encontró tu antebrazo, al cual se sostenía con la suficiente fuerza para no permitir que te alejaras.
volvieron a abrir los ojos y verse cara a cara cuando el aire no fue suficiente para continuar. agitados, con las pupilas dilatadas, viktor fue el primero en hablar.
— ¿cómo no me iba a referir a eso? las grandes mentes piensan igual, ¿no?
— claro, aunque no catalogaria la tuya como una gran mente.
un simple beso no haría que la relación cambiase, y de aquello viktor se sentía agradecido. las risas no tardaron en hacerse un espacio en el intercambio, volviendo a retomar lo que habían dejado segundos antes en busca de que el otro no logrará decir algo más inteligente que el contrario.
23 notes
·
View notes
Text
alguien parece haber dejado la lista completa de clases e inscritos sobre una mesa de la biblioteca, y él no ha desaprovechado la oportunidad de echarle una vistazo. ‘ seguro no tiene nada que ver con que el profesor a cargo sea olivier basset... ’ murmura. índice se ha detenido justo sobre la lista que comprueba; por lo menos reconoce el nombre de makenzie. eso es... ¿bueno? ‘ ¿de casualidad estás en persuasión también? estoy haciendo un estudio para comprobar la relación entre su popularidad y el profesor que está a cargo ’ medio bromea, recién entonces volteando a ver a la persona que ha sentido cerca.
#(un besito a makenzie)#pueden ignorarlo y desarrollaré la historia de cómo la biblioteca está embrujada y no había nadie ahí
53 notes
·
View notes
Note
Hola! Veo que hablas español, puedo preguntar por un Ler! Kagaya y Amane y Lee! Sus hijos, siento que sus hijos aún no tienen demasiado protagonismo en la historia
Por favor y Gracias!
@giyuusimpblog tenemos la misma mentalidad 😼 (extrañaba Kimetsu Gakuen pipipipi)
Lers: Kagaya and Amane Ubuyashiki
Lees: Nichika, Hinaki, Kuina, Kanata and Kiriya Ubuyashiki
'Nunca consigo amarrar esta corbata de forma correcta. ¿Me ayudarías con esto, Amane?', okey, no eres el único Kagaya, no te preocupes.
Amane sonrió, terminando de acomodar su uniforme y collar y acercándose a su esposo, era algo común.
'Sabes que no me gusta que uses la corbata tan apretada, el colegio no cuenta con aire acondicionado, por lo que podrías ahogarte'
'Oh Amane, no hay ningún problema, cálmate, yo estaré bien. Puedo con esto, pero gracias por preocuparte por mi, te lo agradezco mucho...'
'Está bien, confío en ti. Debería ir a despertar a los niños, se les hará tarde para el primer día de clases.'
Kagaya solo rio, él los entendía. Es algo tedioso el levantarse temprano.
'Niños, despierten, deben de ir a la escuela. Vamos, su desayuno ya está listo y su ropa elegida. Venga ya, a levantarse que ya amaneció', y nop, ninguno de sus hijos la escuchó.
Amane se cruzó de brazos, golpeando el piso con sus tacones mientras esperaba que, al menos, uno de sus hijos se levantase.
'¿Tuviste suerte? ¿Porqué esa cara?'
'No se despiertan, se les hará tarde para ir. No me trasnoche para tener todo listo y que ahora no quieran levantarse'
'No te enojes, cariño. ¿Qué te parece si vamos ambos? Quizás ellos quieren de otra iniciativa para despertar, sí tú me entiendes'
Amane suspiró y asintió, bueno, el resultado que ella quería era que se despierten, por lo que, sea cual sea el método, ella lo aceptaba.
Y confiaba en que no sería nada malo ni nada peligroso, Kagaya amaba, no, ADORABA a sus hijos y sería incapaz de lastimarles o gritarles.
'Niños, vamos, es hora de despertar, sé que quieren dormir, pero también es importante que aprendan', la misma situación, no hubo respuesta.
A Kagaya no le molestó, incluso cuando Amane le hizo una cara e hizo un sonido de "te lo dije", él tenía sus métodos.
'Nichika, Hinaki, vamos niñas, ya es hora de desayunar'
'Mmm... Cinco minutos más papá... Es aún muy temprano...'
'Kiriya, Kuina, Kanata. Lo mismo va para ustedes tres'
'Sabemos que es para que vayamos a la escuela, papá. Ningún profesor hace algo el primer día o la primera semana, solo es una introducción y eso, podemos seguir durmiendo...'
Okey, Amane estaba alterada, ella entendía, o al menos lo intentaba, pero no, ninguno de sus hijos podía faltar la primera semana.
Luego se les haría costumbre y lo harán el año siguiente, y el que sigue, y el que sigue, y así hasta quién sabe que edad.
'Kiriya, Kuina, Kanata, Hinaki y Nichika Ubuyashiki, es momento de levantarse. Ya está todo para que-'
'Tranquila Amane, paciencia con los niños, solo vas a conseguir que se despierten de mal humor', Amane tomó aire y se calmó, bien, lo dejaba en manos de su esposo entonces.
Kagaya intentó jalarlos de la sábana o golpearlos suavemente con las almohadas, pero, no tuvo éxito.
Amane vio la hora, aún tenían tiempo si se despertaban en los próximos 10 minutos.
'Muy bien, ¿no quieren despertarse? Una pena, debo aplicar mi método al parecer...'
Incluso con esa "advertencia", ellos no se inmutaron, ¿qué iba a hacerles después de todo? Su padre nunca les daba un castigo...
'Amane, tú a Nichika y a Hinaki. Yo me encargo de los otros tres...'
Okey, eso no lo esperaban, pero fue muy tarde cuando estos quisieron cambiar su respuesta. Por si fuera poco, ellos dormían en 2 camas.
Eso fue por su propia decisión, así que ellos mismos se pusieron la soga en el cuello, en fin...
'Mami... Y-ya me desperté... No es- ¡Mahahahamihihi!'
'¿Sí? Cielo...'
'¡Hinahakihihi! ¡No patehehehes! ¡Yieeee! ¡Mahamihihi! ¡Peherdohohon! ¡Irehemohohos!'
'Un poco tarde su reacción, ¿no les parece?', sip, demasiado tarde, ni siquiera fue necesario que lo digan, el chillido lo dijo todo.
Pero los otros tres no la estaban pasando mejor, incluso si eran tres.
No supieron como lo hizo, pero su padre logró hacerles cosquillas a los tres al mismo tiempo.
'¡PAHAHAPAHAHAHA! ¡IREHEMOHOHOS!'
'¡NOHOHOHOS REHEHENDIHIMOHOHOS!'
'Aaaaw, incluso ambas lo dicen al mismo tiempo, que lindo, entonces... ¿Despertarán e irán a la escuela?'
Los 5 dijeron que sí, entre risas, y sus padres finalmente se detuvieron, levantándose e indicando que hacer y que se apuren porque se les hacía tarde, como si nada.
Bueno, al menos tienen la seguridad de que sus hijos lo pensarán, al menos, dos veces antes de negarse a hacer algo
#demon slayer tickle#demon slayer tickling#ler!amane#ler!kagaya#lee!kiriya#lee!hinaki#lee!nichika#lee!kuina#lee!kanata#kny ubuyashiki#MY CHILDREN
24 notes
·
View notes
Text
Pedro Pascal está bueno pero es un típico profesor de humanidades con 2 hijos, hay uno en cada parada de colectivo (porque los profesores de humanidades no pueden comprarse un auto). Oscar Isaac también está bueno pero tiene mucha pinta de cogerman de instagram, o sea te trataría bien pero es medio sobrador. El Chino Darín si es un tipo inolvidable, se me hace que si lo cruzaran en la calle o tomara un café con él o más, me quedaría obsesionado como Borges y el Zahir.
123 notes
·
View notes
Note
Profesor jirafales x don ramon yaoi prohibido, enviar ask
Bueno, y el fanart? Y los edits? Rosa pastel de Belanova amv cuando?
96 notes
·
View notes
Text
* SENTENCES STARTERS
¡Atención! Si gustan pueden especificar al inicio de cada uno de los starters en qué locación se encuentran, para ayudar a sus compañeres ubicarse. Sin embargo, esta vez no será obligatorio.
"¿Qué impresión te dieron esos nuevos profesores?"
"Marcel parece estar analizando cada movimiento que hacemos, ¿no te sientes observado?"
"Tengo la sensación de que estas evaluaciones no serán tan simples como dicen."
"Espero que Adrian esté soltero."
"¿Crees que CENFI realmente mejorará nuestras habilidades o solo están aquí para juzgarnos?"
"Hay algo en esos tres que no termina de encajar."
"¡Ay! ¡Por fin gente competente dándonos clases!"
"¿No te parece raro que ninguno de nuestros profesores nos advirtiera sobre esta visita?"
"¿Crees que nos estén comparando con otras academias de Europa?"
"Bueno, si fallamos en las evaluaciones, siempre podemos decir que estábamos practicando el arte del despiste."
"Celeste me da la misma calidez que un iceberg… ¡pero qué iceberg tan elegante!"
"Si Marcel me sigue mirando así, le voy a preguntar qué somos."
"¿Crees que podamos sobornar a la CENFI con galletas? Solo para ver si tienen sentido del humor."
"¿Has notado que el café de la máquina es cada día peor o soy solo yo?"
"Hoy en el gimnasio encontré una nota anónima en mi casillero."
"La nueva máquina expendedora tiene un sistema más complicado que algunos de nuestros casos."
"Creo que mis ánimos se quedaron en las vacaciones."
"Parece que alguien ha decidido reorganizar la biblioteca otra vez; nunca encuentro lo que busco."
"Me crucé con un gato negro en los jardines esta mañana; quizás sea un presagio."
"¿No te hace sentir extrañe la ausencia de Piers en todo esto?"
"Me pregunto qué caso nos pondrán el viernes, ¿o serán casos?"
"Primera vez que no tenemos que levantarnos a las 4 de la mañana para empezar a trabajar."
"Tengo más sueño que ganas de vivir."
"No entiendo por qué todes debemos hacer el general físico, me duelen las piernas."
"¡Casi perdí el bus de acercamientos!"
"No sé qué comeré hoy, hay tantas opciones."
"Creo que me fue fatal en el examen."
"Creo que me fue bien en el examen."
"Estudié hasta tarde, ¿se me nota mucho?"
"Me perdí en la biblioteca hace un rato, no encontraba la salida, los de las cámaras de seguridad debieron reírse un montón."
"Me cansé sólo mirando desde las gradas a los que estaban en la zona de entrenamiento."
"Me acabo de pegar una siesta que ¡Dios!"
"¿Quiere jugar una partida?"
"¿Y si practicamos algunos tiros? ¿Qué puede salir mal?"
"¿Juguemos una partida de futbolito?"
"Siento que los profesores me estaban juzgando mientras me evaluaban."
"Algo me huele mal aquí y no creo que sea la gente del gimnasio."
"¿No te parece extraño todo esto?"
"¿Cómo te ha ido en las evaluaciones?"
"Me están empezando a persuadir de no evaluarme nada, ¡son buenos en esto!"
"Me duelen músculos que no sabía que tenía."
"Me cohibe más Olivier que los nuevos profesores."
"¿Crees que Celeste quiera darme su número?"
"Crystal está más linda, severa y malvada que nunca."
"¿Te enteraste que Seoyeon con Samuel tuvieron algo? Ahora no puedo dejar de pensarlo cuando los veos."
"¿Hasta que hora podemos quedarnos aquí?"
"Ay, lo que necesitaba, un poco de pasto y aire fresco."
"¿No estás cansade?"
"Siento que 100% fue peor el entrenamiento en la granja, ¿te acuerdas?"
"¿Cuánto tiempo queda para volver a la Academia?"
"Quiero comer algo, ¿vamos?"
"Estaban deliciosas las hamburguesas, me pediría cinco más, pero aún quedan clases."
"Podría dormir toda la vida aquí."
"Mira, ahí hay un lugar vacío, vamos."
"Adrian tiene cara de que me va a destruir en cualquier momento."
"¿No extrañas las vacaciones?"
"¿Qué hiciste en tu tiempo libre?"
"Dormí en el camino y no estoy segure si babee el asiento."
"¡Mira, qué lindo pajarito!"
"Tengo curiosidad de ir a la habitación con luces, ¿qué pasa si una me da?"
"¿Viste los sacos con peso? Qué pesadilla."
"Levanté varios sacos con peso, me siento renovade."
"Estuve practicando equilibrio y me caí, ¿se ve muy mal?"
"Se me pasó el día en la biblioteca, casi llegué tarde a un examen."
"¿Crees que nos suban o nos bajen los puntajes?"
"¿Qué pasa si fallo en el examen?"
"Por ahora no ha sido nada del otro mundo, ¿qué tal te ha ido a ti?"
"Escucho una queja más y mataré a alguien."
"¿No es raro que puedan seguir todo como siempre con lo de Piers?"
"Genevieve estaba como molesta hoy en clases, ¿o fue idea mía?"
"Max estaba extraño en clases."
22 notes
·
View notes
Text
Relato corto de misterio
Nadie sabe lo que se le pasaba por la mente, pero siempre estaba escribiendo en clase, solo hacía que escribir y escribir, pero no eran palabras coherentes para los profesores,claro.
Cuándo iba al psicólogo, todo cambiaba.
El terapeuta le decía que debía de cambiar su forma de pensar.
A él eso no le gustaba,tampoco pensaba cosas extrañísimas,pero al psicólogo no le gustaba.
Bueno, no solo no le gustaban al psicólogo, su madre se moría de miedo al no saber que escondía ese cuaderno de tapas duras y color negro.
Una vez la curiosidad pudo con ella, abrió el cuaderno y solo pudo leer una pregunta.
¿Té gustaría morir?
💔 lachicadeallado 💔
18 notes
·
View notes