#lo descubriremos después de comerciales AH LAFALKSDJFSDLK

[seonarii]

Entre gritos, vueltas y miradas inexplicables puestas sobre ellos, Nari debe hacer un enorme esfuerzo para no echarse a reír; ¡todo sea por mantener la magia de su interpretación! Una expresión horrorizada cobra vida en su rostro, pero nada podrá separar el par de manos que, firmemente, se sujetan todo el tiempo, infundiéndose ánimos, dándose valor y recordándose mutuamente que, juntos, son más fuertes. "¡Cuidado!" Patines se deslizan con firmeza, Jumin siendo capaz de seguirle el ritmo un poco mejor que la pequeña Nari, pues está más acostumbrado a ello; de todos modos, como la guardiana precavida que es, se asegura de no exceder ni en velocidad ni en maniobras evasivas. Pero el dramatismo no puede faltar cuando, con voz firme, extiende la mano libre hacia el frente, pretendiendo formar un escudo. "Debe apresurarse, príncipe Jumin. ¡La barrera solo resistirá un golpe!" El grandioso héroe, pudiendo leer la situación tras un vistazo alrededor, nota el tambaleo del maligno hechicero. Con la emoción reflejándose en su mirada, comienza a redirigir la marcha, acercándose muy cauteloso pero rápido, apenas un par de metros, blandiendo su espada imaginaria hacia Saeran. "¡Rayo de fuego!", pronuncia, apuntando hacia el pecho en el momento preciso cuando su hermanita princesa se protege tras el cuerpo del captor.

Deslizándose con precisión sobre el hielo, mantenía firmemente la mano de su hija, asegurándose de que pudiera seguirle el ritmo sin dificultad. Sus movimientos eran ágiles, calculados, aunque no iba demasiado rápido, dándole la oportunidad de mantenerse a su lado. Su expresión se transformó en una sonrisa ladina, oscurecida por el papel que había decidido interpretar en aquella historia improvisada. "¡Oh, qué conmovedor! Pero su valentía no será suficiente para detenerme." exclamó con dramatismo, proyectando su voz como si realmente fuera un malvado hechicero de hielo. Sus ojos destellaban con la emoción del juego mientras fingía alzar una mano, como si estuviera convocando un hechizo que haría temblar el reino entero. "Su resistencia es inútil, pequeños héroes. ¡El hielo eterno consumirá este lugar!" aprovechando el momento, giró con destreza sobre sus patines, fingiendo lanzar un hechizo en dirección a ellos, aunque lo suficiente lento como para que pudieran esquivarlo con facilidad. "¡Corre, princesa! ¡No dejes que el hechicero nos atrape!" exclamó su hijo, sosteniendo aún la mano de Nari con determinación. El surcoreano soltó una carcajada grave, disfrutando de la escena. "¡Hermano! Corre, sálvate tú, trataré de darte tiempo." grita su hija mientras trata de con su poca fuerza jalar a su padre, quien no duda en hacer como que ella realmente lo jala y parece tambalearse.