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El Sisimite
El relato del Sisimite cuenta la historia de una grotesca y colosal criatura que guarda una sorprendente similitud con otro gigante que deambula por los bosques de Norteamérica, comúnmente conocido como "Pie Grande".
En algunas narraciones, a esta bestia también se le ha llamado Itacayo. Podríamos describir al Sisimite como un ser con la apariencia de un gorila de gran tamaño, aunque su pelaje es considerablemente más espeso.
Se le ha avistado en áreas boscosas profundamente apartadas de la civilización. Se dice que su refugio se encuentra en cavernas huecas y gélidas.
Su dieta se compone principalmente de frutas, y suele salir a pasear durante la noche, deambulando libremente por las montañas de mayor altitud en el territorio hondureño.
Un relato en particular que me llamó mucho la atención acerca de esta criatura, según la tradición, relata cómo el Sisimite se aventura periódicamente hacia las zonas pobladas en busca de la mujer más hermosa del pueblo.
Una vez que la encuentra, la secuestra y la lleva consigo a las montañas más remotas, con la intención de tener compañía. Algunos habitantes de las zonas boscosas me aseguraron que en una ocasión, una joven logró escapar de las garras de la bestia.
Se cuenta que cuando el Sisimite se dio cuenta de la fuga de la mujer, la persiguió sin descanso hasta acorralarla en la orilla de un río. Sin embargo, este obstáculo no la detuvo y nadó a contracorriente hasta llegar al otro lado.
Una vez a salvo, la joven se detuvo para recobrar el aliento mientras observaba cómo la criatura la miraba con ojos llenos de furia.
Por otro lado, se establece una fuerte conexión entre el Sisimite y el dios Chac, figura presente en varios textos que abordan la cultura maya.
El Cristo de Santa Lucía
La leyenda del Cristo de Santa Lucía nos lleva de regreso a los albores del siglo XX, específicamente al año 1900, cuando surgió un caos en las autoridades eclesiásticas que estaban a punto de realizar un intercambio de crucifijos entre el Municipio de Cedros y Santa Lucía.
Después de una exhaustiva investigación, se determinó que, de hecho, los crucifijos estaban en lugares equivocados. En otras palabras, el Cristo de los Cedros se encontraba en Santa Lucía y viceversa.
Preocupada por esta situación, la gente decidió devolver cada crucifijo a su iglesia correspondiente. En enero de 1901, los habitantes de ambos pueblos se reunieron en Tegucigalpa para celebrar un convivio y llevar a cabo el intercambio de las imágenes sagradas.
Los peregrinos de Santa Lucía emprendieron su viaje sin mayores inconvenientes, hasta que llegaron a un lugar conocido como "La Travesía de Tegucigalpa". En ese momento, quienes cargaban el crucifijo se detuvieron abruptamente, afirmando que la imagen pesaba demasiado y era imposible moverla.
A pesar de cambiar a otros hombres para cargarla, todos los esfuerzos por mover la imagen fueron en vano. Curiosamente, cuando intentaban avanzar hacia Tegucigalpa, el Cristo parecía pesar toneladas, pero al retroceder, era liviano como una pluma.
Los habitantes de Santa Lucía interpretaron este evento como una señal de que el Cristo no quería dejarlos. Más tarde, informaron al otro municipio sobre lo ocurrido.
Finalmente, en el lugar donde se detuvieron, se erigió un monumento para conmemorar el suceso, conocido como el "Monumento al Cristo de Santa Lucía", ubicado en el Boulevard Morazán en la ciudad de Tegucigalpa.
La Piedra de Oro
La Leyenda de la Piedra de Oro narra la historia de cuatro hombres que trabajaban incansablemente en la mina de Yuscarán. En un momento, uno de ellos escuchó un sonido extraño, lo que lo llevó a descubrir una roca que no se partía como las demás.
A pesar de su dureza, lograron extraerla con gran esfuerzo y descubrieron que era un trozo de oro macizo, con un peso estimado entre 90 y 100 libras. Al discutir sobre cómo repartirla, el carrito que contenía la roca rodó colina abajo mientras discutían en lo alto de un peligroso barranco.
Desesperados, descendieron rápidamente para recuperarla, pero no encontraron rastro alguno de la piedra. Esta historia se convirtió rápidamente en una leyenda, motivando a muchas personas a emprender expediciones en busca del enorme tesoro.
Hasta la fecha de esta narración, no se tiene noticia de que alguien haya encontrado la misteriosa piedra de oro. Por ello, si eres amante de la aventura, te invitamos a visitar Yuscarán y ser tú quien tenga la suerte de hallarla.
La Mina de Agua Sucia
La Leyenda de la Mina de Agua Sucia cuenta la historia de un hombre en una comunidad cercana al río Cececapa, quien conocía el paradero exacto de la verdadera "Mina de Agua Sucia".
Cada viernes, este hombre salía de su casa y se dirigía hacia ese lugar misterioso. Nadie sabía realmente por qué llevaba a cabo este extraño ritual, pero se rumoreaba que portaba una gallina blanca y velas de cera de castilla, utilizadas en un misterioso ritual para contentar al guardián de la mina.
En una tarde, la hija del campesino decidió seguirlo en secreto, intrigada por sus acciones semanales. Se escondió detrás de unos arbustos y observó cómo su padre llevaba a cabo el ritual.
Repentinamente, de las profundidades de la tierra surgió un torbellino de fuego que casi la envuelve en llamas. Aterrorizada por lo que había presenciado, la joven salió de su escondite.
Su padre la descubrió y la reprendió severamente, advirtiéndole que nunca más debía seguirlo. Después de llevarla de vuelta a casa, el hombre regresó a la Mina de Agua Sucia para continuar con el sacrificio de la gallina.
Lo que la gente ignoraba es que, según las tradiciones hondureñas, aquel que mantuviera feliz al protector de la mina tendría el privilegio de encontrarse cara a cara con el legendario lagarto de oro.
Se dice que este ser mitológico permitía a quienes realizaban los rituales arrancarle un trozo de su cola. En otra versión de esta historia, se afirma que la criatura vivía dentro de la mina y, al igual que las lagartijas, tenía el poder de regenerar su cola a voluntad.
El Comelenguas
El Comelenguas es una leyenda relativamente reciente en Honduras, originada en Nacaome, al sur del país. Según relatos, varios testigos avistaron un ave inusual de gran tamaño sobrevolando las haciendas de la zona, sembrando el pánico entre los lugareños.
Lo que realmente aterrorizó a la población fue el descubrimiento de cientos de reses muertas al día siguiente de la aparición de esta criatura alada. El Comelenguas, como se le conoce, posee una cola de serpiente que utiliza para estrangular a sus víctimas, sin importar su fuerza. Además, después de matarlas, devora sus lenguas de un solo bocado.
Se cuenta que el ganado encontrado sin vida a menudo presentaba las mandíbulas dislocadas, como si hubieran luchado antes de sucumbir ante la bestia.
Este relato guarda similitudes con una historia similar en Brasil, donde se narra la presencia de una criatura parecida al Comelenguas. La leyenda surge en una época marcada por avistamientos de objetos voladores no identificados y extrañas criaturas que se rumoreaba vagaban por los bosques.
Finalmente, se especula que el Comelenguas podría ser un pariente lejano del "Pájaro León", otra criatura que atemorizó las tierras hondureñas en años anteriores.
La Mula Herrada
La Leyenda de la Mula Herrada nos transporta a un tiempo antiguo en Honduras, donde las historias a menudo están teñidas de tragedia. Este relato, clasificado dentro del género del terror, narra la muerte de una joven hermosa en el momento en que se entera del fallecimiento de su madre, a quien una mula había dejado gravemente herida.
Lo más impactante es que la joven, en lugar de socorrer a su madre, la abandonó a su suerte, con casi todos sus huesos destrozados.
Tres días después del entierro de la madre en el panteón municipal, un rayo de luna iluminó el ataúd, y la mujer resucitó. Pero ya no era una humana común, sino una criatura mitad mula, mitad mujer.
Se cuenta que esta entidad, conocida como la Mula Herrada, ha sido avistada por varias personas en las noches, especialmente cerca de los hogares de aquellos que viven en pecado mortal, con la intención de llevarlos a cambiar radicalmente sus vidas.
Esta leyenda se suma a muchas otras que provienen de diferentes rincones de Honduras, enriqueciendo así la cultura no solo de este país centroamericano, sino también de todos aquellos que comparten el idioma español.
Es importante destacar que el propósito de esta narración no es inducir a creer en las criaturas descritas, sino ofrecer una perspectiva que refleja la cosmovisión de generaciones pasadas.
El Cerro Brujo
La leyenda del Cerro Brujo nos lleva a explorar una de las historias más famosas de Honduras. Un cerro, una colina aislada de terreno, pero no cualquier cerro, sino el misterioso Cerro Brujo.
Situado entre las colonias "Estados Unidos de Tegucigalpa" y "El Sitio", este lugar se ha ganado su fama debido a los supuestos eventos paranormales que allí ocurren, llevando a la creencia popular de que está embrujado.
Al conversar con los lugareños, algunos, especialmente jóvenes, consideran estas historias como simples cuentos de miedo, mientras que otros están firmemente convencidos de su veracidad.
Sea cual sea la verdad, el Cerro Brujo se ha convertido en un punto turístico gracias a la difusión de estas leyendas tanto entre los locales como entre los visitantes.
Una de las historias más conocidas es la de la señora Paula Sierra, quien experimentó un evento paranormal en el Cerro Brujo cuando era niña. Aunque han pasado décadas, ella recuerda el incidente con claridad.
Otra anécdota relata cómo un grupo de reporteros que investigaban el cerro se vieron afectados por extraños fenómenos, como escalofríos y la detención de las agujas de los relojes al escalar la colina.
Y por último, Manuel López compartió que los intentos de destruir el Cerro Brujo para construir viviendas han sido frustrados por los fantasmas que habitan en su interior, quienes han impedido su destrucción de diversas maneras.
Los Dos Huerfanitos
La Leyenda de los Dos Huerfanitos narra la trágica historia de dos niños que quedaron solos en el mundo tras la muerte de sus padres. El niño mayor, desesperado por encontrar comida para su hermana menor, se aventuró un día en busca de alimento y descubrió una huerta repleta de árboles frutales.
Aunque encontraron un lugar donde satisfacer su hambre, el dueño de la huerta, que resultó ser el Diablo, se dio cuenta de que alguien estaba robando sus frutos. El chico, inteligente, supo evadir la vigilancia del Diablo hasta que una noche fue sorprendido.
Sin embargo, en lugar de asustarse, el niño decidió contarle su situación al Diablo, quien, impresionado por la historia, les ofreció trabajo y comida a cambio de sus almas. Los niños aceptaron y se convirtieron en esclavos del demonio.
Pero su desesperación por escapar creció cada día, hasta que un día un pajarillo les reveló un plan para engañar al Diablo. Siguiendo el consejo del pájaro, lograron hacer que el Diablo cayera en un pozo lleno de agua hirviente, causando su muerte.
Para escapar de las garras del Diablo, los niños hablaron con un venado y un sapo, quienes les ayudaron a llevar las cenizas del Diablo al otro lado del río. Sin embargo, en el camino, el sapo cayó en la tentación de abrir la jícara que contenía las cenizas, liberando todo tipo de alimañas que lo marcaron para siempre.
Así, la leyenda cuenta cómo la piel del sapo quedó marcada por sus acciones, recordando la astucia de los dos huérfanos para escapar del malvado Diablo.
La Mina Clavo Rico
La leyenda de la Mina Clavo Rico es una de esas historias breves de Honduras que encierran una importante moraleja. Según se cuenta, este rico yacimiento fue descubierto en el año 1585 en Choluteca.
Durante la época colonial, la Mina Clavo Rico fue una de las más explotadas debido a la abundancia de minerales preciosos que se podían extraer de ella. Incluso en la actualidad, sigue siendo objeto de explotación, aunque en menor medida.
Algunos comparan la historia de Clavo Rico con la leyenda del Dorado, un lugar mítico donde las calles supuestamente estaban pavimentadas con oro sólido. Muchos exploradores llegaron a esta región de Centroamérica en busca de esta ciudad dorada, aunque lo único cierto fue que algunos de ellos enviaron pepitas de oro al rey de España, quien las recibió con agrado.
Otra versión de la historia de la Mina Clavo Rico relata que, una vez que los mineros agotaron el oro superficial, decidieron excavar un pozo de más de un kilómetro de profundidad. Después de meses de trabajo, llegaron a una pared infranqueable. Tras numerosos intentos, lograron retirar las rocas y descubrieron un enorme lagarto de oro puro detrás de ella.
El encargado de la Mina, emocionado por el hallazgo, lanzó una amenaza al cielo: "Ni siquiera los ángeles se atreverán a mirarme ahora, pues el brillo de este lagarto los dejará cegados". Luego ordenó a los mineros que sacaran al enorme cocodrilo. Sin embargo, en cuanto lo movieron, el suelo cedió y la Mina se derrumbó, atrapándolos a todos en su interior.
El Timbo
La leyenda del Timbo es un misterio rodeado de especulación, ya que las narraciones provenientes de diferentes partes de Honduras lo describen como un ser que se dedica a profanar las tumbas de los cementerios públicos.
Se dice que su alimento preferido son los restos humanos. Durante las noches, el Timbo se desplaza entre las sombras hasta llegar al camposanto, donde elige cuidadosamente la tumba que más le atrae.
Para llevar a cabo su macabro propósito, busca lugares donde la tierra esté blanda, lo que facilita la extracción de los huesos del féretro después de retirar el exceso de tierra.
Residentes de localidades como Texiguat y Sabanagrande aseguran haber avistado a esta criatura de ojos grandes y rojizos, que se esconde detrás de las lápidas, especialmente en las noches de luna llena.
Las descripciones clásicas del Timbo lo representan como una criatura con pelaje rojizo, capaz de caminar erguida como un ser humano. Además, se dice que sus extremidades superiores, es decir, sus brazos, son extraordinariamente largos. No menos relevante es el detalle de que en lugar de uñas, posee garras grandes y afiladas, perfectas para excavar casi cualquier tipo de suelo.
La Chorca
La Chorca es una de las leyendas más escalofriantes de Honduras, una criatura híbrida entre mujer y lechuza que comparte la misma sed de sangre humana que los vampiros.
Según la tradición, en los pueblos donde los evangelizadores no habían llegado, comenzaban a ocurrir muertes inexplicables de infantes menores de dos años y recién nacidos. La Chorca, vista como una mujer normal durante el día, se transformaba al caer la noche en un demonio alado ávido de hemoglobina.
Sus poderosas alas le permitían desplazarse rápidamente sin fatigarse, y su agudo olfato le indicaba dónde encontrar a los recién nacidos. Una vez localizados, utilizaba una pajilla delgada para succionar la sangre del ombligo de los bebés, dejándolos literalmente "secos", incluso en presencia de sus madres.
La única protección conocida contra este mal era el bautismo de los niños. Además, se decía que los ladridos de un perro grande podían ahuyentarla.
Se cuenta la historia de un leñador que, desafiando las advertencias del pueblo, acudió al llamado de auxilio de una mujer solitaria que era considerada una bruja. Esa misma noche, su esposa estaba a punto de dar a luz. Gracias a la valentía del leñador, logró llegar a tiempo para salvar a su hijo recién nacido de las garras de la "lechuza malvada".
Leyenda del cíclope
La leyenda del cíclope hondureño, similar a otras de su tipo en el mundo, describe a seres gigantescos con un solo ojo, quienes tenían la costumbre de apresar, engordar y finalmente devorar a sus víctimas sin piedad.
En ocasiones, cuando les sobraba carne, la almacenaban en recipientes de vidrio, ya que a veces pasaban mucho tiempo sin encontrar una nueva presa.
Una crónica proveniente de la selva Mosquitia relata la historia de un indígena llamado Julián Velázquez, quien se aventuró a explorar la selva en compañía de un brujo. A mitad del camino, se encontraron con una tribu de extraños seres unioculares. A pesar de intentar huir, los aldeanos los capturaron rápidamente y los encerraron en una choza, alimentándolos más de cinco veces al día.
Trágicamente, el compañero de Julián fue asesinado por los cíclopes. Sin embargo, Julián logró encontrar una forma de escapar. Desde entonces, nadie ha vuelto a verlo. Se rumorea que pasó sus últimos días cerca de la "Laguna Seca", aunque esto sigue siendo especulación.
El Duende
Los gnomos o duendes son una parte fundamental de numerosas leyendas cortas hondureñas, especialmente en las zonas rurales. Si le preguntas a cualquier campesino sobre la existencia de estas criaturas, te dirá que no son simples mitos, sino seres tan reales como él o como tú, solo que de baja estatura.
A pesar de su existencia, son muy pocas las personas que han tenido contacto directo con ellos. Los duendes tienen la tendencia a enamorarse fácilmente de las campesinas jóvenes, aunque prefieren mantenerse ocultos en los bosques. Otra característica distintiva del duende hondureño es su afición por gastar bromas a los humanos. Les gusta jugar travesuras, como lanzar pequeñas piedras hacia los graneros o ensuciar las entradas de las casas, todo con el simple propósito de divertirse.
Sin embargo, se dice que si un hombre ebrio desafía a duelo a un duende, este último se verá en aprietos. Los gnomos, cuando se ven en peleas, triplican su fuerza, lo que resulta en una paliza segura para el individuo desafiante.
El Aullador
No hay evidencia concluyente de que "El Gritón" haya vagado alguna vez por las tierras de Honduras. Sin embargo, la creencia arraigada de que este ser aterrorizaba a la gente con sus aullidos escalofriantes durante las noches tranquilas sigue tan vigente como el día en que surgió por primera vez esta leyenda.
Los agricultores del campo afirman conocer a la perfección los sonidos de todos los animales de la región, lo que les permite afirmar que esos alaridos no se parecen en nada a lo que han escuchado antes.
Otra versión de la leyenda del Gritón sugiere que los sonidos que se escuchan en las noches no son aullidos, sino lamentos provenientes de las almas de hombres que han sido asesinados en los rincones apartados del bosque.
En esta interpretación, el propósito de esas almas no es aterrorizar a los demás, sino encontrar de una vez por todas el descanso eterno.
La Dama de Casamata
Cuenta la leyenda que en los primeros días del Cuartel de Policía de Casamata, las celdas solían estar llenas los viernes, sábados y domingos, principalmente con delincuentes y personas ebrias.
Un día, las autoridades arrestaron nuevamente a Emeterio, un ladrón conocido por sus peleas callejeras. Esta vez, su arresto se debió a una pelea en la que dejó gravemente herido a un joven. Los agentes le advirtieron que si el joven moría, sería trasladado de inmediato a la comisaría central para enfrentar un largo tiempo tras las rejas. Sin embargo, si el joven sobrevivía, solo tendría que pagar una multa y sería liberado.
Emeterio, al comprender la gravedad de la situación, derramó lágrimas, mostrando miedo por primera vez al enfrentar la posibilidad de pasar el resto de su vida entre rejas.
En las celdas de Casamata, no había camas ni catres, obligando a los detenidos a dormir en el suelo. Esa noche, la temperatura descendió drásticamente, llevando a varios detenidos a abrazarse entre sí para combatir el frío.
Fue entonces cuando los presos notaron que a Emeterio le estaba acariciando el cabello una dama ataviada con un vestido de color azul.
Los detenidos comenzaron a gritar:
¡Guardias! Aquí han metido a una mujer. Sáquenla por favor. Los gendarmes llegaron rápidamente, pensando que se trataba de un motín. Revisaron todas las celdas, pero no encontraron nada.
Los días pasaron y la salud del joven herido mejoró notablemente. Posteriormente, Emeterio fue liberado, aunque su libertad no duró mucho, ya que regresó detenido cinco días después por haber insultado a un diputado.
Una vez más, la extraña mujer de cabello azul fue vista por los presos. Al intentar detenerla, la mujer comenzó a flotar y desapareció atravesando varias paredes.
Una semana después, liberaron a Emeterio nuevamente. Sin embargo, nadie estaba preparado para lo que encontró un gendarme en la celda en la que había estado Emeterio por varios días: un antiguo rosario de piedras blancas. El jefe de policía reconoció el objeto como el mismo rosario con el que enterraron a la madre de Emeterio hace más de 20 años, generando aún más misterio en torno a la leyenda de la mujer de Casamata.
El Repartidor de Bulas
En el siglo XVIII, un hombre llegó a la ciudad de "Gracias a Dios" con la tarea de distribuir bulas. Para quienes desconocen su significado, una bula es un documento papal autorizado para ser entregado a los católicos.
La labor de este repartidor era informar a la población de los días en que estaba prohibido consumir carne de res.
El hombre se dirigió al centro del pueblo, donde ese día se celebraba una festividad patronal. Una gran feria estaba en marcha y la mayoría de los habitantes participaban activamente.
El repartidor notó que en una mesa se jugaba una partida de póker. Se unió al juego y todo transcurrió sin problemas hasta que una de las jugadoras, también esposa del alcalde, hizo trampa para ganar.
El repartidor, indignado, la abofeteó por tramposa. Los otros jugadores intentaron golpearlo, pero logró escapar.
Como sucede en cualquier pueblo, los rumores se propagaron rápidamente, y personas que no presenciaron el incidente también buscaron al hombre para castigarlo.
Logró refugiarse en el templo de la Merced, donde los sacerdotes intentaron calmar a la turba enfurecida, advirtiendo que no permitirían una profanación del suelo sagrado.
A pesar de los esfuerzos de los frailes, la multitud irrumpió en la iglesia, causando destrozos. Incluso una piedra golpeó el rostro de la Virgen de las Mercedes.
Finalmente, capturaron al repartidor, quien fue ejecutado en la plaza pública esa misma tarde.
Los sacerdotes, consternados por la violencia, lanzaron una maldición sobre el pueblo que duraría cinco generaciones.
El pueblo permaneció maldito hasta que llegó el sacerdote Manuel Subirana. Tras escuchar la leyenda, ofreció su ayuda para romper el maleficio.
Según él, los habitantes debían exhumar los restos del repartidor y quemarlos hasta reducirlos a cenizas.
Siguiendo las instrucciones al pie de la letra, el pueblo de "Gracias a Dios" se liberó de la maldición.
La Dama del Río
Esta narrativa figura en la cúspide de las leyendas populares de Honduras. Se cuenta que la protagonista, conocida como la "Sucia", era una joven hermosa que ayudaba a sus padres en las labores domésticas, especialmente lavando la ropa en el río.
Con el tiempo, la muchacha se enamoró de un joven de buena posición. Pronto, su novio pidió su mano y los padres de la "Sucia" aceptaron felices, viendo en este matrimonio un futuro seguro para su hija.
El día de la boda transcurría con normalidad hasta que el clérigo solicitó las actas de bautismo de los novios. Para sorpresa de todos, la joven no pudo cumplir con este requisito, ya que nunca había sido bautizada.
Al percatarse de esto, el sacerdote anuló el matrimonio, ignorando las súplicas de los padres. El novio, al descubrir que la muchacha no era católica, la abandonó de inmediato.
La "Sucia" cayó en una profunda depresión, negándose a comer o salir de casa. Se dice incluso que ese día perdió la razón y nunca se quitó el vestido de novia.
Un día, mientras lavaba ropa en el río, escuchó a unas mujeres comentar que su ex prometido estaba a punto de casarse. Esta noticia la devastó y corrió hasta un acantilado, donde se arrojó al vacío sin dudarlo.
Desde entonces, se dice que en las noches de luna llena, una mujer vestida de blanco aparece en las orillas de los ríos en Honduras. No hace daño a nadie, simplemente espera reunirse algún día con su prometido.
La Carreta Encantada
A comienzos del siglo pasado, se encontró muerto a un ganadero dentro de su propia carreta. Este hombre era conocido por su falta de escrúpulos y su propensión a aprovecharse de la bondad ajena.
Por eso, no sorprendió a nadie que su muerte fuera el resultado de varias puñaladas por la espalda. El funeral fue organizado por el ayuntamiento, ya que el hombre no tenía familiares.
Es importante mencionar que la carreta quedó abandonada en el lugar de los hechos durante años.
Con el tiempo, la gente empezó a contar historias sobre cómo la carreta recorría las calles por las noches, sin conductor alguno.
Algunos afirmaban que en ella viajaban almas en pena o espíritus que buscaban aterrorizar a los transeúntes para llevar consigo las almas de los inocentes al averno.
Por otro lado, aunque estas narrativas puedan ser espeluznantes, también se crean leyendas cortas para niños sobre estos temas, con el objetivo de transmitir los hechos sin enfatizar en el terror.
El Piano de Valle de Ángeles
Hace mucho tiempo vivía en el pueblo una amable señora llamada Dolores, conocida por su gran corazón y su habilidad en las artes, especialmente la pintura y la escritura.
Viuda y madre de una única hija, Dolores temía por el futuro de esta última, ya que no heredó su talento artístico. A pesar de sus intentos por enseñarle diferentes habilidades, la joven no mostraba interés en ninguna actividad.
Sin embargo, al acercarse a la adultez, un día la muchacha se sentó frente al piano que había pertenecido a su padre y empezó a tocar con maestría una melodía. Su habilidad para componer música la llevó a abandonar el pueblo y dirigirse a Europa, donde se casó con un hombre de origen alemán y fue feliz durante muchos años.
Lo más curioso de esta leyenda es que en algunas iglesias del pueblo natal de la joven, durante la Nochebuena se puede escuchar la melodía que interpretó por primera vez en el viejo piano de Valle de Ángeles.
Se cuenta que este piano se convirtió en un "amuleto" para encontrar el amor. Las jóvenes solteras que buscaban pareja acudían a la casa de Dolores y pasaban sus manos sobre las teclas del piano, en busca de su "media naranja".
La Casa Embrujada de Santa Rosa de Copán
En Honduras, abundan las leyendas de terror sobre lugares embrujados. Se dice que la mayoría de estas historias son completamente reales, aunque también hay algunas inventadas con el fin de infundir miedo entre los habitantes de ciertos lugares.
Hoy vamos a adentrarnos en la crónica de la casa embrujada de Santa Rosa de Copán. La creencia popular asegura que ninguna persona puede habitar ese domicilio, ya que aquellos que pernoctan allí fallecen al día siguiente de formas inexplicables y misteriosas.
Además, los vecinos relatan que en las noches a menudo se escuchan lamentos provenientes del interior de la casa. Estos alaridos perturban el sueño de todos los que los escuchan.
Se cuenta una versión en la que el domicilio albergaba a huérfanos bajo el cuidado de un cura. Lo extraño es que un día todos amanecieron muertos. No existe ningún reporte periodístico ni policial que corrobore este suceso, lo que aumenta la incertidumbre sobre la veracidad de la historia.
El propósito de compartir esta leyenda hondureña es para que cada quien saque sus propias conclusiones. ¿Crees que es un mito o tal vez consideras que hay verdad en ella?
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Cadejo
The cadejo is a supernatural character from Central American folklore. There is a good white cadejo and an evil black cadejo. Both are spirits that appear at night to travelers: the white to protect them from harm during their journey, the black (sometimes an incarnation of the devil) to kill them.
The sight of the cadejos are sometimes exchanged according to local tradition. In some places, the black cadejo is seen as the evil one and the white cadejo the good one. They usually appear in the form of a large (up to the size of a cow), shaggy dog with burning red eyes and a goat's hooves, although in some areas they have more bull-like characteristics.
Pic by Kikksi on DeviantArt
According to the stories, many have tried to kill the black cadejo but have failed and perished. It is also said that if a cadejo is killed, it will smell terrible for several days, and then its body will disappear. Some Guatemalan and Salvadoran folklore also tells of a cadejo that protects drunks against anyone who tries to rob or hurt them. When the cadejo is near, it is said to bring about a strong goat-like smell. Most people say never to turn your back to the creature because otherwise you will go crazy. Speaking to the cadejo will also induce insanity.
In popular etymology, the name cadejo is thought to have derived from the Spanish word "cadena", meaning "chain"; the cadejo is at times represented as dragging a chain behind him. There is a fairly large member of the weasel family, the tayra, which in common speech is called a cadejo and is cited as a possible source of the legend.
In Guatemala and El Salvador, and Honduras the dog-like creature is known as El Cadejo, is said to look like a dog but is not a dog, has deer-like hooves and also moves like a deer, rather than a dog. The white Cadejos are known to be benevolent and eat bell-like flowers that only grow on volcanoes. The white Cadejo protects people including drunks, vagabonds, and people with grudges from all evil foot steps and even La Siguanaba, and bad choices which are sometimes caused by the evil black Cadejo. The black Cadejo is malevolent and lures people to make bad choices. The black Cadejo has glowing purple eyes and eats new born babies and sometimes the black Cadejo is said to be the devil himself. The black Cadejo is said to be able to stand on two feet like a man and swiftly throw punches on its victims, letting them know that they are no ordinary dog. The book "Los perros mágicos de los volcanes" (Magic Dogs of the Volcanoes) by Manlio Argueta, describes the Cadejos as mythical dog-like creatures that figure prominently in the folklore of El Salvador. They mysteriously appear at night and lovingly protect the villagers who live on the slopes of the volcanoes from danger. In Guatemala and El Salvador the legend of El Cadejo revolves around La Siguanaba and El Cipitio legends. The evil cadejo ranges in size according to different tales in various regions. It lurks in graveyards and dark alleys, waiting to attack a passing victim. It has a distinctive smell of concentrated urine and burning sulphur. It rattles with a jerking motion, contracting its pharynx. Its gaze freezes anyone who makes eye contact. It glitters in the pitch dark with skin and short hair, similar to that of a pig.
There are three types of black cadejos:
The first is the devil himself in the form of a large, wounded dog with hoofed feet that are bound with red-hot chains. It is said that not even the white cadejo is able to completely stop him. Unlike the regular black cadejo it is not likely to pursue and attack a passing person, as it is a scout - the eyes of evil. Instead, anyone who spots him will have a sad event. In the short story "Leyenda del Cadejo" ("Legend of the Cadejo") by Nobel Prize laureate Miguel Ángel Asturias, this variety of cadejo terrorizes a young abbess and robs her of her braid.
The second type of cadejo is the regular cadejo, the mysterious evil dog. It kills and savagely tears through its victim. First it demoralizes him with a series of sounds and other signs that it is nearby. Then, after the victim is scared, it leaps forward, and will kill him if the white cadejo is not near.
The final, and least powerful type of black cadejo is the offspring of a normal dog and the "regular" cadejo. It is a mortal hybrid and can (with difficulty) be killed by a strong man (bearing in mind that most men in those regions only carry a machete for protection). Once dead, it will completely rot in a matter of seconds, leaving behind a stain of evil, on which grass and moss will never grow again. This cadejo will never bite its victim. Instead, he kicks and pecks them with his snout. After this happens, people say "Lo jugó el cadejo" which means "he\she was handled by the cadejo". The victim goes mad. This term is sometimes applied to people that are born with a mental illness.
A fairly popular version of the legend in El Salvador talks about two brothers who walk into the house of a black magician. During a storm, he asks the boys to help him with some logs for a fire. Both boys slack on the job but eat the man's food. Once he finds out the little bit of food he had is missing and that there is not enough wood for his fire, he puts a curse on the road that leads to the boys' village. Voices bother the boys and when they turn their backs on the voices they get turned into creatures: a white cadejo and a black one. After going back to their village in their cursed form they get kicked out and have no choice but to wander.
In the early 1900s, Juan Carlos was a guardian who lived in a thatched house near Los Arcos, in the country fields near La Aurora in Guatemala. He worked near Parroquia Vieja and arrived at his house at midnight. Almost all the time, his wife and small children spend the whole day alone, in the middle of the fields. Juan found a white dog when he arrived at his house one day. When the dog saw him coming, it would shake, turn around and disappear. Juan always tried to follow the dog, but he could never reach him. One day, when he arrived, the white dog never moved, and when he approached the dog, it did not make a single sound. But then Juan touched his paw, and all of a sudden it opened his eyes. Juan was scared; the dog said, 'you do not need my help anymore'. Frightened, Juan exclaimed, 'what help'? And the dog said, in pain, 'I am a dog sent from above. My mission was to protect you from any danger. But you had showed me you do not need my help anymore.' Right after that, the white dog closed his eyes. Juan buried him, and every time he came home, he remembered the white dog.
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ACERCAMIENTO AL CINE FANTÁSTICO DE JACQUES TOURNEUR
1 Jacques Tourneur es uno de los más apasionantes, enigmáticos y desconocidos directores americanos. El tardío estreno, en 1965, de Una pistola al amanecer (Great Day in the Morning, 1965) y Furia salvaje (Frontier Rangers, 1959) suscitó en Film Ideal una confusa aproximación a su obra (1). Con posterioridad, ni el estreno de La ciudad sumergida (The City in the Sea/War-Gods of the Deep, 1965), su última película y la más floja de las que conozco, ni la inesperada reposición de El halcón y la flecha (The Flame and the Arrow, 1950), ni la fugitiva proyección —en la Filmoteca, casi siempre en V.O., en T.V.E., mal dobladas— de La mujer pantera (Cat People, 1942), I Walked With a Zombie (1943), Retorno al pasado (Out of the Past/Build My Gallows High, 1947), Berlín Exprés (Berlin Express, 1948), La mujer pirata (Anne of the Indies, 1951) o Martín, el gaucho (Way of a Gaucho, 1952) han dado lugar a otra reacción destacable que la crítica de I Walked With a Zombie que publicó Tomás Delclós en esta misma revista (2), crítica que, en algún sentido, voy a intentar prolongar en las páginas siguientes, aunque interrogándome menos por las sensaciones que provoca en el espectador el film mencionado, producido por Val Lewton y dirigido por Jacques Tourneur —autor de otros parecidos efectos, como Retorno al pasado o Berlín Exprés, o incluso westerns como Tierra generosa (Canyon Passage, 1946), Wichita (1955) o Una pistola al amanecer—, que por la forma en que tales sensaciones —y sus transgresivas implicaciones ideológicas— han sido conseguidas.
Creo conveniente advertir, sin embargo, que no voy a analizar las películas inscribibles en el género fantástico que ha realizado Tourneur: de ellas, desconozco una de las más famosas, Night of the Demon/Curse of the Demon (1957), y varias más de posible interés, como The Leopard Man (1943), Experiment Perilous (1944) y The Comedy of Terrors (1963). Además, creo que el calificativo de fantástico es aplicable, en rigor, a todo el cine de Tourneur, con independencia de los numerosos y variados géneros que ha abordado a lo largo de una carrera iniciada en Francia, en 1931, y concluida en 1965, en Inglaterra, y que comprende 34 películas, casi todas ellas americanas.
2 Si la introducción de lo inexplicable en el seno de la normalidad cotidiana es la esencia misma de lo fantástico, se han realizado muy pocos films tan radical y permanentemente fantásticos como Cat People y I Walked With a Zombie. Resulta muy curioso que Gérard Lenne casi ni los mencione en su inteligente Le Cinéma «fantastique» et ses mythologies (3), tras definir lo fantástico como «el choque de lo Real y lo Imaginario» o la «intrusión de la anormalidad en la normalidad» y subrayar la necesidad de «la reconstrucción más exacta posible (ambiente, intriga, psicología) de un universo que no sea copia del mundo existente, sino terreno de encuentro de lo imaginario y lo real: lo que puede llamarse un lugar poético», ya que «lo fantástico no podría existir sin credibilidad». Incluso cuando señala que «lo fantástico se concreta en una narrativa discontinua» —como apuntó certeramente Delclós en la crítica mencionada—, Lenne parece estar describiendo, más que ningún otro film, La mujer pantera.
Destaco esta película, anteponiéndola a la más fascinante y perfecta I Walked With a Zombie, o a la obra maestra de Tourneur, Out of the Past —ambas visualmente dignas del Murnau de Tabú—, porque, precisamente por ser el primer trabajo conjunto de Lewton y Tourneur (y su primera incursión en el género fantástico), me parece el más revelador y radical de sus films, el que mejor permite discernir el peculiar estilo que elaboraron y que luego Tourneur, a solas, fue desarrollando, aplicándole a otros géneros con resultados insólitos y turbadores, en films tan extraños como Tierra generosa, El halcón y la flecha, Cita en Honduras (Appointment in Honduras, 1953), Wichita o Una pistola al amanecer. (4).
3 Estimo que una película sobria, contenida y rigurosa como Cat People puede ser más fantástica que la alucinante y lírica I Walked With a Zombie precisamente porque su misterio —menos patente— tiene sus raíces en una normalidad más creíble, lo que multiplica la fuerza del choque entre lo real y lo imaginario y, consiguientemente, su impacto en el espectador.
Ante todo, más «normal» es Nueva York que Haití, y no sólo para el público norteamericano de 1942 —su inmediato destinatario— sino para cualquiera. Más «convencionales» son también el encuentro de Irena (Simone Simon) y Oliver (Kent Smith) y sus ulteriores relaciones, que la brusca introducción de Betsy (Frances Dee) en el seno de la turbia y conflictiva familia Rand-Holland y los sucesos acaecidos antes y después de la llegada a la isla antillana de la joven enfermera canadiense (5). No es que Cat People renuncie a un recurso dramático tan clásico y eficaz como el dépaysement de la protagonista, sino que tal situación se reduce a un dato —uno más, no el más importante—, mientras que en I Walked With a Zombie el extrañamiento de Betsy —en una isla como Haití, en el entorno que hace posible la magia vudú, en el seno de la familia a la que presta sus servicios y en la que no puede evitar sentirse como una intrusa— es un elemento motor del drama: de hecho, el film comienza precisamente con su llegada a la isla, típico lugar de aislamiento, al que Betsy huye en cierto sentido. Además, no hay que olvidar que el espectador está dispuesto a aceptar de Haití y de sus moradores —indígenas o colonos— cosas, actitudes y comportamientos más extraños que de la joven pareja de Central Park que nos presenta Cat People; en consecuencia, el temor de Irene ante la posibilidad de convertirse en pantera resulta más perturbador para Oliver (y para nosotros) que los célebres zombies haitianos para Betsy. La mayor verosimilitud ambiental de Cat People hace innecesario que Tourneur y su iluminador —el genial Nicholas Musuraca (6)— se esfuercen por alcanzar el poder hipnótico conferido por el director y J. Roy Hunt a las imágenes de I Walked With a Zombie, al mismo tiempo que el agudo sentido de la economía plástica y narrativa del autor de Retorno al pasado le ha hecho ver que podía prescindir, en esta ocasión, del empleo de un relato retrospectivo en primera persona y del comentario «coral» —calypsos de Sir Lancelor— que objetivaba la visión subjetivista —aunque no plenamente identificadora— de I Walked With a Zombie, artificio que cumplía una misión semejante a la del punto de vista adicional y externo que suponía la presencia muda del joven ayudante de Jeff (Dickie Moore) Markham/Bailey (Robert Mitchum) en Out of the Past, o la cómica y activa complicidad de Piccolo (Nick Cravat) con respecto a Dardo (Burt Lancaster) en El halcón y la flecha. Esta menor «expresividad» da a Cat People un tono más neutro, sosegado y realista, que refuerza la insidiosa eficacia de su ataque indirecto a los hábitos y reflejos mentales y perceptivos del espectador cinematográfico.
Un segundo factor que acrecienta la complejidad de Cat People radica en el origen de lo inexplicable. En I Walked With a Zombie, la amenaza es en todo momento exterior a la protagonista (los Rand-Holland, los zombies, el entorno extraño y hostil); por mucho que los acontecimientos puedan llegar a concernir o afectar a Betsy, su situación será muchos menos angustiosa y conflictiva que la de Irene, ya que el peligro externo —una legendaria maldición hereditaria que afecta a algunas mujeres de su país, Serbia— tiene en Cat People la virtud de introducirse en la heroína. Por ello, Irene teme la maldición y sus obsesivas manifestaciones exteriores —los abundantes motivos felinos que decoran su apartamento, las fascinantes panteras del zoológico, la inquietante mujer-gato encarnada por Elizabeth Russell— y, al mismo tiempo, tiene miedo de sí misma, de sus inclinaciones latentes y difícilmente controlables, de la posibilidad de ser poseída y de hacer daño a quien ama.
En tercer lugar, los hechos anormales que suceden a Cat People podrían explicarse interpretándolos desde una perspectiva psicoanalítica freudiana —frigidez, tabú de la desfloración, lesbianismo latente; es decir, un cuadro neurótico conocido y no muy alejado del descrito por Hitchcock en Marnie, la ladrona (Marnie, 1964)—, mientras que los sucesos de naturaleza equivalente de I Walked With a Zombie pertenecen a la mitología de lo «sobrenatural» —al igual que el vampirismo, la brujería, los fantasmas—, y exigen del espectador una suspensión of disbelief que no siempre está dispuesto a otorgar. Es decir, que lo inexplicable de I Walked With a Zombie obliga al espectador a deponer voluntariamente su incredulidad o, en caso contrario, a atrincherarse tras una sólida barrera de escepticismo que sólo la fuerza mágica de las imágenes y la sinuosa estructura narrativa del film pueden tratar de atravesar o remontar: I Walked With a Zombie necesita imponerse al espectador, subyugándole visualmente, desconcertándole con oscilaciones rítmicas y de tensión dramática, engatusándolo con aparentes concesiones —la idea del complot o la maquinación— a su afán de hallar una explicación racional a hechos que, en definitiva, responden a otra lógica, a una lógica distinta. Cat People, en cambio, actúa de forma más insidiosa, puesto que —como Los pájaros (The Birds, 1963) de Hitchcock— acepta e incluso sugiere hipótesis «lógicas y racionales» para luego desmentirlas o, cuando menos, ponerlas en duda, manteniendo hasta el final —y aun después— un máximo de ambigüedad. Al principio, el único personaje que cree en la posible metamorfosis de Irena en pantera es la propia heroína, por quien hemos tenido noticia de tal maldición serbia —cuyo auténtico origen no es una leyenda serbia, como pretendió Lewton, sino el pánico que desde niño le inspiraron los gatos (7)—; nuestra primera reacción es desconfiar de Irena: o es una mentira urdida como excusa —aunque su amor por Oliver parezca sincero—, o es una superstición absurda, o se trata de una obsesión neurótica de raíz sexual. El elíptico discurrir del relato va acentuando al mismo tiempo nuestra inquietud y la impresión de que nos encontramos ante un caso clínico. Las explicaciones evidentes —incluso sospechosamente despreocupadas y simplistas— del psicoanalista Dr. Judd (Tom Conway) parecen confirmar esta hipótesis, que bastaría para justificar la evolución —estancamiento o bloqueo, primero; deterioro, después— de las relaciones conyugales —nunca satisfactorias, siempre frustrantes— de Irena y Oliver, y el que éste acuda a su amiga y compañera de trabajo Alice (Jane Randolph) en busca de compensación. Llegamos a creer que Irena teme realmente convertirse en un félido, y atacar a su marido y a Alice, impulsada por los celos, pero que tal eventualidad —en el fondo, deseada por Irena— es racionalmente imposible y constituye, simplemente, una alucinante esquizoide de la mente enferma de la heroína. Pero es precisamente entonces cuando empiezan a producirse incidentes anómalos, que ponen en entre dicho el acierto de nuestras conclusiones provisionales, y que resultan inexplicables desde nuestra arraigada perspectiva racionalista: la aparición alarmante de la mujer-gato (cuya voz fue doblada, significativamente, por la propia Simone Simon); la persecución de Alice por una sombra equívoca a través de Central Park; las ovejas destrozadas, y las huellas de pantera que se confunden con las de unos zapatos de tacón; el acoso nocturno —otra sombra, ruidos que parecen rugidos— de Alice en una piscina cubierta, la llegada de Irena, el albornoz desgarrado; el amago de ataque a Alice y Oliver por lo que ellos toman por una pantera pero que a nosotros se nos antoja, a lo sumo, un gato (dentro de que no podemos estar seguros de lo que estamos viendo, o entreviendo, y mucho menos de lo que realmente vimos minutos antes), lo que nos va haciendo dudar de la salud mental no ya de Irena, sino hasta de personajes tan equilibrados y «normales» como estos, al tiempo que el psiquiatra se revela como un cínico sin escrúpulos ni el menor sentido de la ética profesional, que trataba de abusar sexualmente de su «frígida» paciente; y, finalmente, las muertes de Judd (obra, al parecer, de Irena, tal vez transformada en felino) y de la propia protagonista (muerte que parece descartar su metamorfosis, y causada por el estoque de Judd).
Todos estos sucesos —particularmente eficaces por basarse en los temores más primarios y comunes, que el espectador proyecta sobre las sombras inconcretas que pueblan la pantalla: la oscuridad, los ruidos súbitos y no identificados, los animales, la locura, el agua, el sexo, lo desconocido, lo incomprensible, la muerte— constituyen los tiempos «fuertes» de la narración, aquellos en que lo fantástico irrumpe violentamente en lo cotidiano, quebrando fulgurantemente la «normalidad» monocorde —suaves y precisos movimientos de cámara, iluminación en «medias tintas», diálogos susurrados— y nada estridente de la película, con la doble función de intensificar la vaga sensación de malestar e inquietud generalizada del espectador, por un lado, y de poner en tela de juicio cualquier confortable explicación positivista que le hayamos podido imponer a la intriga o, mejor dicho, a la sucesión elíptica —ajena a toda continuidad, a las leyes de causalidad y al sentido habitual del transcurso del tiempo— de incidentes inadmisibles que la suplantan. Tourneur parece empeñado —en parte, por afán experimental y como consecuencia de una reflexión sobre la naturaleza y la función del cine fantástico, pero también a causa de las limitaciones económicas de la serie B— en minar nuestra complaciente sensación inicial de seguridad: nuestras tentativas de recuperarla resultan vanas frente a su firme y solapada negación de cualquier explicación lógica, natural, psicológica, onírica e incluso simbólica. Ni siquiera se nos permite hallar refugio en la reducción de lo que entrevemos a una fantasía legendaria, puesto que tampoco se confirma que los temores de Irena sean fundados, ni que llegue a convertirse en pantera. Los versos de John Donne que cierran la película tienen por objeto sugerir una nueva y un tanto nebulosa explicación, que estaría en abierta contradicción con cualquiera de las interpretaciones que hayamos podido dar a las dos últimas secuencias:
I am a little world made cunningly
Of elements, and angelic sprite,
But black sin hath betray'd to endless night
My world's both parts, and, oh, both parts must die. (8).
Resulta, pues, que al final del film lo inexplicable permanece inexplicado. El misterio no ha sido sometido, doblegado, disipado, resuelto ni esclarecido; por el contrario, las fuerzas de lo insólito triunfan y la película —su enigma, sus inquietantes implicaciones— no acaba con la palabra «fin». Esta interrogación desasosegante, que pone en cuestión las relaciones causa-efecto y nuestras nociones acerca de lo que es posible o imposible, equivale a unos «puntos suspensivos» que ni siquiera prometen una continuación, una segunda parte (9), que no son siquiera transitivos, lo que niega toda posibilidad de interpretación «cerrada», de confirmación de hipótesis. Y no es un final «abierto», sino irremisiblemente cerrado, irreductiblemente clausurado a nuestra forma de razonar. Su opacidad es total, su misterio es el mismo —incitante, tantalizador, instigador de la curiosidad— que el de una puerta o una ventana cegada. Ante Cat People no queda otra opción que renunciar a desvanecer su misterio —y convivir con esa sensación de impotencia— o alterar radicalmente nuestra concepción de lo real y lo imaginario, de lo posible y lo imposible, de lo natural y lo sobrenatural.
4 Porque lo más desazonante de Cat People o I Walked With a Zombie no es la prolongación de lo fantástico más allá de la dimensión temporal del film —su duración—, sino la difusa pero constante pérdida del sentido de la orientación que provoca el suave, sinuoso y aparentemente errático o aleatorio flujo del relato, sembrando dudas contradictorias, obligándonos a descartar las relaciones de causalidad que se nos ha enseñado a tratar de establecer entre los hechos, sumiéndonos en un terreno movedizo, ambiguo e inestable en el que no sabemos qué rumbo elegir. Somos nosotros, los espectadores, los verdaderamente desarraigados, quienes nos encontramos en una deslizante e insegura «tierra de nadie» —el lugar poético que mencionaba Lenne— para cuya travesía de nada sirven los mapas, las brújulas, los compases y las reglas milimetradas que nos han suministrado nuestra educación académica. Más útiles resultarían —y no estoy muy seguro— las obras de Robert Louis Stevenson, Edgar Allan Poe, Jorge Luis Borges, André Breton, William Blake, F. W. Murnau, Alfred Hitchcock, Luis Buñuel, Carl Th. Dreyer, Mizoguchi, Georges Franju, André Delvaux y demás cartógrafos de lo fantástico, y en especial de lo fantástico que yace oculto, latente y activo bajo el manto tranquilizador, plácido y rutinario de lo cotidiano.
5 Ahora bien, si este acercamiento al procedimiento suscitador de lo fantástico empleado por Jacques Tourneur se centra, de forma casi exclusiva, en su primera obra adscribible al género fantástico, La mujer pantera, debo advertir que ello obedece a dos razones básicas: en primer lugar, a que en ella pueden detectarse, en su formulación más pura y extremada, los rasgos fundamentales de su estilo; en segundo término, a que es el film que, en los últimos tiempos, he podido contemplar más a menudo y en las condiciones debidas —es decir, en una pantalla de cine, y no en un receptor de televisión; en versión original, y no mal doblada—. Lo que no impide que la mayor parte de las observaciones hechas hasta ahora sean igualmente aplicables, al menos en su mayor parte y en cierta medida, a todas o casi todas las restantes películas de Jacques Tourneur, con absoluta independencia del género al que puedan permanecer sus argumentos.
Esto queda especialmente claro en sus films negros, como Berlín Exprés o, sobre todo, Retorno al pasado; pero también puede descubrirse, por extraño que pueda parecer, en géneros menos nocturnos e inquietantes, en películas de capa y espada —El halcón y la flecha—, de piratas —La mujer pirata—, de aventuras exóticas —Martín, el gaucho, Cita en Honduras—, o del Oeste —Tierra generosa, Wichita, Una pistola al amanecer—, pues en todas ellas se manifiesta el mismo estilo, cuyos rasgos decisivos podrían enumerarse, someramente, como los siguientes: ausencia de suspense —muchas de sus películas son flashbacks a partir de una situación inalterable e irremisible—, uniformidad de tono dramático —no existen golpes de teatro, ni clímax—, discontinuidad narrativa —frente a la clásica estructuración vectorial del cine americano de géneros, en Tourneur reinan las elipsis y los cambios de sentido en zigzagueantes—, neutralidad interpretativa —de ahí su afición a actores «impasibles» como Kent Smith, Dana Andrews, Joel McCrea o Robert Stack, que no facilitan la identificación del espectador—, bajo nivel sonoro —que obliga a prestar una especial atención a cada susurro, a cada sonido, a cada eco—, sabia dosificación entre lo mostrado, lo sugerido y lo ocultado, ausencia total de escenas explicativas o meramente expositivas (de hecho, cuando son imprescindibles, se pasan a una voz interior reflexiva o confesional), etc. Y pongo ya fin a este esbozo, cuya única finalidad consiste en llamar la atención sobre un cineasta ignorado y desatendido, apartado de su trabajo desde hace ya doce años —cuando esperaba encontrar la independencia necesaria para rodar dos ambiciosos y apasionantes proyectos—, e incitar a la reflexión y a la discusión acerca de sus métodos.
Miguel Marías
Notas
(1) Film Ideal, n.° 176, 15 de septiembre de 1965: Jacques Tourneur en 11 secuencias. Junto a traducciones de textos de Robert Florey, Cahiers du Cinéma, Jean-Pierre Coursodon & Yves Boisset (sin interés), Jean-Louis Noames (interesante) y una entrevista de Midi-Minuit Fantastique, este número ofrecía cinco artículos originales, de los que La curva como distancia más corta, de Javier Sagastizábal, era el único esclarecedor.
(2) Dirigido por... n.° 19, enero de 1975, p. 29-30.
(3) Collection 7ª Art, n.° 51, Les Editions du Cerf, París, 1970. Versión castellana: El cine «fantástico» y sus mitologías, Editorial Anagrama, Barcelona, 1974.
(4) Sobre la personalidad y el estilo de este director me parecen especialmente relevantes los artículos Note sur Jacques Tourneur, de Jacques Lourcelles (en Présence du Cinéma, n.° 22-23, otoño de 1966), y Murmures dans un corridor lointain, de Bertrand Tavernier (en Positif, n.° 132, noviembre de 1971), y las entrevistas que acompañan ambos estudios, así como el librito Jacques Tourneur (editado por Claire Johnston & Paul Willemen, Edinburgh Film Festival, 1975, en el que destacan la «Introducción» y el articulo Notes Toward the Construction of readings of Tourneur de Willemen); The Shadow Worlds of Jacques Tourneur, de Robin Wood (en Film Comment, vol. 8, n.° 2, verano de 1972); la crítica del libro de E.F.F. que hizo Wood (en Film Comment, vol. 12, n.° 1, enero-febrero de 1976); Out of the Past y Daniel Mainwaring on Out of the Past, de Tom Flinn (en The Velvet Light Trap, n.° 10), así como la polémica entablada entre Flinn, Mainwaring y Richard T. Jameson en el n.° 11 de The Velvet Light Trap; las entrevistas publicadas en Cahiers du Cinéma n.° 181, Films and Filming (noviembre de 1965), el libro The Celluloid Muse (1969) de Charles Higham & Joel Greenberg, Cinefantastique (verano de 1973); el artículo Le jardin aux sentiers qui bifurquent, de Michael Henry (en Positif, n.« 149, abril de 1973), y algún otro.
(5) La intriga de I Walked With a Zombie se inspira en la célebre novela de Charlotte Brontë Jane Eyre (1847), llevada al cine por Robert Stevenson (y Orson Welles) en 1944 y por Delbert Mann en 1970; una novela posiblemente influida por aquélla, Rebecca, de Daphne Du Maurier, fue filmada en 1940 por Hitchcock. Curiosamente, la novela Wide Sargasso Sea (1966), de Jean Rhys, sitúa en Jamaica una intriga explícitamente basada en la de Jane Eyre.
(6) Operador de películas como Stranger on the Third Floor (1940) de Boris Ingster, The Seventh Victim (1943) y The Ghost Ship (1943) de Mark Robson, The Curse of the Cat People (1944) de Gunther Von Fritsch & Robert Wise, The Spiral Staircase (1946) de Robert Siodmak, Deadline at Dawn (1946) de Harold Clurman, Bedlam (1946) de Robson, The Locket (1946) de John Brahm, Out of the Past, Blood on the Moon (1948) de Wise, Born to Be Bad (1950) de Nicholas Ray, Clash by Night (1952) y The Blue Gardenia (1953) de Fritz Lang.
(7) Cfr. el interesante y documentado estudio de Joel E. Siegel Val Lewton: the Reality of Terror (Cinema One Series n." 22, Secker & Warburg, Londres, 1972).
(8) Versos 1-4 del V de los Holy Sonnets. La traducción de esta estrofa sería: «Yo soy un pequeño mundo, hecho astutamente de elementos físicos y de un espíritu angélico, pero el negro pecado ha entregado a la noche eterna ambas partes de mi mundo y, oh, ambas partes deben morir.»
(9) Pese a que Lewton produjese en 1944 The Curse of the Cat People —también con DeWitt Bodeen como guionista y Musuraca como operador, pero dirigida por Gunther Von Fritsch & Robert Wise; al parecer, excelente—, que reunía, años más tarde, a Alice y Oliver —casados y padres de una niña— con el fantasma de Irena.
Dirigido por… nº44, mayo 1977
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LA LLORONA: HITORIA Y ORIGIEN DE LA LEYENDA DE TERROR EN MÉXICO Y LATINOAMERICA
Latinoamérica siempre ha tenido dentro de sus historias una fuerte presencia de elementos sobrenaturales. La mitología de los pueblos prehispánicos está llena de espíritus, figuras fantasmales, dioses y más que durante siglos han protagonizados relatos de la tradición oral que hasta el día de hoy se siguen compartiendo.
Varias de estas historias tienen como protagonistas a figuras sobrenaturales que pasan por los ríos llorando o lamentándose. Es con la llegada de los españoles que este mito comienza a tomar forma como lo conocemos hoy.
En este artículo te comentaremos todo lo que se sabe sobre la historia de La Llorona y sus orígenes. Es necesario resaltar que no hay un origen fijo para la misma por lo ya mencionado anteriormente, existiendo diferentes versiones en toda Latinoamérica y en otros países del mundo.
¿QUIÉN ES LA LLORONA?
La llorona es un mito urbano que los historiadores han ubicado su origen principal en México, antes de la llegada de los españoles. La leyenda cuenta que se trata de una mujer fantasmal que deambula por las noches lamentándose, diciendo algo como “ay, mis hijos” como un lamento prolongado.
El mito ha evolucionado con el tiempo y tiene muchas versiones, pero todas coinciden con que este espíritu es el de una mujer que asesinó a un hijo recién nacido para tratar de limpiar sus culpas por un pecado, tal vez el de la lujuria.
A partir de allí, su destino parece haber sido el suicidio o algún otro final nefasto. Sin embargo, por sus pecados, no pudo ingresar al cielo ni al infierno, siendo condenada a vagar por las calles apareciéndose en las encrucijadas de los caminos. Los que aseguran haberla visto, comentan que lleva cabello largo y un vestido blanco mientras se lamenta.
¿CU��L ES LA HISTORIA DE LA LLORONA EN MÉXICO?
Como ya se mencionó anteriormente, la historia de La Llorona se remonta a los pueblos prehispánicos, donde sucesos paranormales eran relacionadas con Auicanime, una diosa de los purépechas, la Xonavi Queculla, de los zapotecos, la Cihuacóatl, de los nahuas y la Xtabay de los mayas lacandones. Todos estos pueblos identificaban a la figura como un espíritu maligno con mucha relación con el inframundo, el hambre, la muerte y el pecado.
Durante la época de la colonia, según la tradición oral de México, este ser comenzó a aparecer en el lago Texcoco durante el año 1500. Su presencia se relacionó con un futuro horrible para los mexicas, por lo que los sacerdotes comenzaron a decir que esta diosa había salido de las aguas para prevenir a los pobladores, que corrían un grave peligro.
Se cuenta que ellos subían al templo para ver a esta figura blanca con largos cabellos, flotando o arrastrando la tela de su ropaje que se combinaba con la brisa del viento. A lo lejos, se escuchaba “¡Ay mis hijos! ¿Dónde los llevaré para que escapen de tan horrible destino?”
Luego de la conquista, esta leyenda se tomó como una premonición de la futura destrucción del imperio de Moctezuma, donde los españoles fueron los que trajeron a los pueblos atrocidades como enfermedades, mujeres violadas, epidemias, dioses olvidados y mucho más.
A pesar de todo esto, la leyenda se mantuvo viva por la tradición de contar la historia de esta diosa que intentó salvar a su pueblo y hasta el día de hoy deambula por las calles lamentando no poder haber evitado que sus “hijos” perecieran.
LA LLORONA EN OTROS PAÍSES DE AMÉRICA LATINA
La historia de la llorona no solo se quedó en México. La leyenda ha pasado por toda latinoamérica gracias a los ancestros que transmitieron la historia de boca en boca, modificándose hasta convertirse en los cuentos más macabros de terror de todos los tiempos.
En Perú, La Llorona se ha visto principalmente en los campos o las chacras. Los guardianes han compartido historias de sus apariciones por las noches donde se escuchan lamentos y ruidos de una mujer diciendo algo sobre sus hijos.
En los demás países de Latinoamérica, esta historia es conocida por diferentes nombres:
Venezuela
• La Sayona
Honduras
• La sucia
México
• Leyendas de la Ciudad de México
• La Malinche
• Xtabay
Panamá
• La Tulivieja
• La Tepesa
• La Silampa
Chile
• La Calchona
• La viuda negra
Costa Rica
• Cadejos
• Cegua
• Leyendas costarricenses
El Salvador y Guatemala
• Cipitío
• Siguanaba
• Justo Juez de la noche
• La Descarnada
Colombia
• La Patasola
Ecuador
• La Tunda
• La Dama Tapada
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La vera pax. Propuesta franciscana en tiempos de (post)militarización
Entre el franciscanismo y la militarización existe una dicotomía ineludible desde el origen del primero como una respuesta al segundo. Podemos recordar a Francisco, hijo de Pedro Bernardone, quien aspiraba a ser un militar con reconocimiento del Estado. Claro, en la época medieval se llamaba de otra manera. Él deseaba ser un «noble caballero» entendida la nobleza como realeza o, como políticamente se entendía, ser parte de los «mayores»:
A los 17 años, el mismo Francisco había participado ya en la lucha de los burgueses (Minores) contra los nobles (Maiores). Y cuando la nobleza llamó en su ayuda a la poderosa ciudad de Perusa, él se fue al combate de Ponte San Giovanni. Empobrecida la nobleza a consecuencia de las Cruzadas, era natural que la burguesía aspirase a tomar en sus propias manos su poder político y a ocupar su posición social; también el mismo Francisco quería ser caballero.[1]
Las condiciones de poder, que generalmente van unidas la fuerza física, económica y epistemológica, pueden motivar a cualquiera a obtenerlas bajo el principio de placer, tal como lo describe el Evangelio en la lógica de muerte que busca tentar a Jesús (cfr. Mt. 4, 1-11) y fracasa en el intento.
Francisco vive el trauma y la incertidumbre de un preso político que sólo «sabe que ese futuro queda pendiente de un podestá arbitrario o de una camarilla hostil de señores feudales»[2], es en este sentido que su conversión evangélica trazará una búsqueda de paz inigualable. Por eso y muchas otras razones se le atribuye aquella oración simple: «Señor, hazme un instrumento de tu paz».
En Centroamérica han pasado ya muchos años desde que se firmaron los acuerdos de paz en los países que vivieron conflictos armados. Estos dejaron un saldo sangriento de muchas muertes que no se pueden olvidar.[3] A pesar de ello, recientemente los actuales jefes de Estado han apoyado la militarización como el remedio más próximo a la necesidad de seguridad social.
Ese ha sido el mandato Juan Orlando Hernández en Honduras frente a las constantes manifestaciones populares de disconformidad con el gobierno, pero también ha sido el modus operandi de Nayib Bukele en El Salvador durante el último semestre del 2019 y, mucho más recientemente, el presidente electo en Guatemala, Alejandro Giammattei ejecutó un Estado de Prevención para militarizar servicios públicos, intervenir en sitios particulares y lograr la disolución de colectividades por la fuerza, antes de su primera semana de ser presidente juramentado.
Sandra Xinico Batz, antropóloga Kaqchikel, explica la militarización como estrategia de control que utiliza la violencia, el terror y la violación de derechos humanos para infundir una falsa idea de seguridad. [4] Es decir, la violencia como necesidad –sin la cual no se da la convivencia, es la idea escondida detrás de cada arma–, terror como condición –siguiendo la idea maquiavélica que es mejor ser temido que ser amado– y la violación derechos humanos, específicamente hacia las clases más pobres y excluidas, donde la marginalidad de la cultura del descarte gesta las pandillas. Esto da una idea de falsa seguridad, pero solo a las clases medias que poseen otros recursos y otros espacios para no estar en contacto directo con los militares.
Francisco de Asís le prohibió las armas a los hermanos y envió a cada fraile a ser artífice de paz en un mundo violento. Afirmaba que la paz que se proclame con los labios esté primero en los corazones[5].
Sin embargo, desde el corazón del Estado no hay paz, sino un sistema que fomenta y protege la corrupción con impunidad a costa de los más miserables. El común denominador entre los Estados de El Salvador, Guatemala y Honduras –además del alto índice de pobreza, violencia y desnutrición– es que invierten en educación menos del tres por ciento del Producto Interno Bruto. Mientras tanto, en estos tiempos de «paz armada», prefieren invertir millones en la institución del ejército, que tampoco ha dado garantía de responder a la violencia de los peces más gordos, como el crimen organizado y el narcotráfico.
San Francisco de Asís se llamaba a sí mismo indocto e ignorante, sin embargo apostaba por la educación/formación de cada uno de sus hermanos, siempre y cuando no apagaran el esp��ritu de oración y devoción. [6] Posiblemente, apostando más por la educación se pudiera construir un sistema que haga a los jóvenes más capaces de comprender el origen de la sociedad centroamericana y los problemas que compartimos.
De este modo, no se atarían a pensar la necesidad de la violencia –sea física, económica o epistémica– como condición sine qua non de vida. De manera que el pensamiento crítico sea cotidiano en medio de un mundo de fake news y manipulación ideológica. Hasta podrían exigir al Estado políticas públicas que garanticen la seguridad social a partir de la educación y los espacios de recreación social y, en una democracia legítima, el Estado obedecería.
La propuesta franciscana no puede reducirse a una romántica respuesta intimista de «paz solipsista». Es necesario que la paz verdadera –vera pax– sea fruto de la justicia (cfr. Is 32, 17). Esa justicia que viene de Dios y es Él mismo quien da el conocimiento que libera de todo sistema excluyente que genera la muerte.
Por tanto, debemos recordar que un franciscanismo que no cuestione las fuerzas militares –y toda fuerza política clasista y aporofóbica– de la sociedad, posiblemente, no es el franciscanismo que vivió Francisco de Asís como heraldo de la paz. La paz que es el arma más poderosa de los más pobres.
[1] Cfr. Sophronius Clasen, OFM. Francisco de Asís y la cuestión social. [Título original: Franziskus von Assisi und die soziale Frage, en Wissenschaft und Weisheit 15 (1952) 109-121] Disponible en: http://franciscanos.org/historia/Clasen-SFcoYLaCuestionSocial.htm
[2] Cfr. Ignacio Larrañaga, OFMCap. El hermano de asís. p. 5. Disponible en: https://marisabelcontreras.files.wordpress.com/2014/01/el-hermano-de-asis.pdf
[3] En torno a los olvidados existe ya un esfuerzo de conocerlos desde la perspectiva franciscana. Cfr. Víctor Treminio, OFM. Filosofía franciscana, ¿para qué? (2020). Disponible en: https://drive.google.com/file/d/1R6kXf-LlRFJLzIqThwBPybFLzCzIfmQ3/view
[4] Cfr. Sandra Xinico Batz. Sin historia no hay futuro (18 de enero 2020). Recuperado de: https://lahora.gt/sin-historia-no-hay-futuro/
[5] Cfr. Leyenda de los Tres compañeros, 58.
[6] Cfr. Francisco de Asís, Carta a San Antonio de Padua.
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Félix Vega y su fantasía mapuche (o lo que pudo ser del milenario pueblo)
El historietista chileno publicó “Duam: La piedra de luz”, una novela gráfica que deslumbra con una reversión de la cosmovisión mapuche, en los ojos de una machi que desafía, inocentemente, el orden de la naturaleza. Además, el artista adelantó detalles de su próxima novela junto a Francisco Ortega sobre la vida de Pinochet.
Félix Vega Encina, historietista chileno de 48 años, se encontraba en España cuando se dio cuenta que echaba de menos la tierra que lo vio nacer.
“Yo vivía en Barcelona y obviamente terminamos por osmosis aprendiendo catalán, que se habla más que el castellano allá. Y siempre me llamó la atención el mapudungún”, dijo el también autor de Juan Buscamares, una fantasía distópica que posicionó al artista nacional a mercados como el francés, español, estadounidense, entre otros.
La nostalgia por un “territorio milenario” dio origen a Duam: La piedra de luz (Planeta, 2019), cuyo personaje homónimo es una machi con poderes que desafían las normas de la magia y la naturaleza, en un mundo de fantasía que reimagina la mitología del pueblo mapuche.
Si bien este trabajo primero fue publicado en Francia en 2010, la edición que conocemos este 2019 cuenta con un prólogo y un epílogo nuevo. Y según el mismo Félix contó, ha tenido una buena recepción.
“Le ha gustado a gente como Pedro Cayuqueo, dijo que encontró que yo tomaba la cultura mapuche con mucho respeto para reversionarla, y eso para mí fue una tranquilidad”, comentó.
Félix es hijo del dibujante del primer Mampato, Oskar Vega, emblemático pintor acuarelista, historietista e ilustrador chileno. A fines de 2018, Editorial Planeta publicó la reedición de su primer volumen Los increíbles viajes de Mampato. Y a pesar que la tradición historietista se haya pasado de Oskar a Félix, junto a su pareja de hace décadas han decidido no tener hijos para dedicarle tiempo completo a sus oficios.
Y es que dedicarle la vida al arte gráfico, como el que Félix demuestra con calidad en Duam: La piedra de luz, requiere de tiempo, sin contar lo reciente de la industria que se ha generado.
“Allá (Europa) hay una industria más consolidada que acá. Llevamos mucho tiempo -yo desde mediados de los 80 que estoy publicando en Chile-, y siempre ha sido una travesía por el desierto”, explicó.
Con todo, aseguró que el panorama actual luce auspicioso. Librerías mainstream que exhiben cómics o novelas gráficas, o editoriales “grandes” que toman estos trabajos y los publican, son ejemplo de ello.
Fantasía mapuche (o lo que pudo ser del milenario pueblo)
“¿Cómo te atreves a jugar así con la vida y la muerte?”, dijo el “demonio” al doctor Víctor Frankenstein en el clásico de Mary Shelley, frase que Félix sumó como epígrafe en Duam: La piedra de luz, y que refleja fielmente el viaje de la joven machi.
“Yo tomo estos mitos pero los transformo, y eso era parte de la apuesta”, comentó Vega. Y eso es efectivamente lo que vemos: Pillán y KayKay Vilu, brujos y machis, humano y naturaleza, vida y muerte; todo eso plasmado en 121 páginas de arte gráfico.
De niña, Duam era intrépida, sin miedos, con viajes propios fuera del orden del Consejo Machi. Un día perdió a Kuri, su pequeño y peludo amigo de seis patas.
Tras un largo viaje, la pequeña encontró lo que buscaba: la piedra de luz, una poderosa roca caída desde el cielo en tiempos previos a dioses y humanos. Con ella, sería capaz de romper las reglas de la naturaleza y podría traer de regreso a Kuri.
Sin embargo, el preciado artefacto era resguardado por una deidad, la que sorprendida por el valor de la machi decidió permitirle tomarla; esto, a cambio de algo, algo que sólo el tiempo le diría qué fue.
Ya con la piedra de luz, Duam pudo traer de vuelta a su pequeño amigo. Sin embargo, darle vida a quien ya ha muerto no lo regresa tal y como se fue, y el calor que irradia la vida deja de sentirse.
En 2018, cuando Black Panther llegó a los cines de gran parte de África, muchos señalaron, con entusiasmo, que eso pudo ser su continente sin el imperialismo europeo. Pues bien, algo de eso ocurre al leer el trabajo de Félix.
Biografía de Pinochet (o el Macbeth chileno)
Actualmente Félix se encuentra trabajando junto a Francisco Ortega, autor de Logia, Dioses chilenos y Mocha Dick: La leyenda de la ballena blanca, en una novela gráfica que busca abarcar toda la vida de Augusto Pinochet, con las intimidades que eso implica.
“Obviamente no es ciencia ficción, tampoco va a ser una novela gráfica histórica rigurosa, sino que nos tomamos ciertas licencias de género. Vamos a transitar un poquito el fantástico o el terror”, adelantó el historietista.
Tomando como base la historia del país, el trabajo de Ortega y Vega busca darle drama y delirio a la figura de Augusto Pinochet. “Es un personaje shakesperiano. Es nuestro Macbeth, con su Lady Macbeth. Entonces, realmente da para mucho. Nos interesa meternos en esas honduras y ver qué sale de eso”.
Si bien aún no tienen fecha para su publicación, el artista gráfico aseguró que será pronto. “Ahí vamos a ver qué reacciones trae eso”, comentó entre risas.
Entrevista publicada el 04.07.2019
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EL CHUPACABRAS
Seres Extraños.
Por: Giovanny Valencia.
Estuve pensando cual sería el tema apropiado para escribir un artículo digno con el cual iniciar este blog sobre enigmas, Y al poco tiempo cruzó por mi mente uno de los grandes enigmas contemporáneos aún vivo, ocurrido principalmente en mi región geográfica, me refiero nada menos que al “CHUPACABRAS” el críptico más legendario de nuestra era.
¿Y por qué no comenzar este blog con la Criptozoología? Yo pertenezco a una generación que ha vivido la era plena del CHUPACABRAS, y he sido parte de los que ha dejado estupefactos y confundidos. Haré una síntesis del fenómeno, pero antes me disculparé ante los lectores, pues ante un hecho tan real y tan serio, es poca la información que hay en la internet así como bibliográfica, las investigaciones importantes de fuentes oficiales no se han revelado aún al público, y la poca información de estas características sale de circulación rápido.
Veamos ahora como es la historia de una de las leyendas urbanas más grandes de los últimos tiempos, y la histeria mundial que desata.
Un antecedente que no hay que descartar fueron los sucesos entre febrero y Julio de 1975 en Puerto Rico cuando ocurrieron la primeras muertes, de una cantidad de animales en forma inexplicable coincidiendo al mismo tiempo con de avistamientos de OVNIS, fenómeno común en la isla desde hace mucho tiempo. Por alguna razón el entonces llamado Vampiro de Moca no trascendió como ocurría 20 años después.
Nace “El Chupacabras”.
La selva del Yunque es un lugar mítico en Puerto Rico. Ha estado asociado a lugares de culto desde la era indígena, ha sido centro de diversos cultos en la era actual, está también junto a una Base militar de los Estados Unidos, en donde se sabe que han funcionado laboratorios científicos, una curiosa anécdota, es que de la base se fugaron varios especímenes de monos Rhesus, y se establecieron en la selva del Yunque, como una especie de invasión, ya que fueron traídos al país. El Yunque es también un centro de investigaciones ufológicas. Los estados Unidos tienen en el área radares y observatorios de investigación espacial. Y es en la selva del Yunque, es el lugar donde surge la mítica criatura.
Corría el mes de Marzo de 1995, en una granja de los alrededores de la selva de El Yunque, una matanza de ocho ovejas con heridas punzantes en cuello y pecho, y a las que les habían succionado la sangre, llama la atención de la población a su alrededor, durante los próximos meses varios otros ataques en granjas y casas de campo se repiten de la misma manera, en poco tiempo comienzan a surgir testimonios de personas que dicen haber visto a la criatura, “La Gárgola”, responsable por los ataques. Avistamientos y ataques proliferan por toda la isla, ya no solo alrededor de la selva del Yunque.
Las autoridades ambientales y policiales deciden investigar, las autopsias a los animales mutilados así como las visitas a los lugares de los ataques, no dan resultado lógico que clase de especie animal es responsable por esto. En algunos casos las victimas no solo no tienen sangre, sino también no tienen órganos, quedando tan solo marcas punzantes del grosor de un dedo. Nadie se atreve a decir oficialmente lo que es, ovejas, cabras, conejos, pollos, ocasionalmente vacas, son las principales víctimas, en algunos casos perros aparecen heridos con las marcas punzantes. Los bocetos hechos tanto por artistas como por los que se atrevieran a dibujar pululan por el país ayudando a desatar la locura. El internet hace famoso el caso para el mundo y periodistas de varios países comienzan a llegar.
Boceto común de la criatura.
Las personas que dicen haber visto a la criatura coinciden en ciertos puntos de su aspecto y comportamiento, Lo describen como un ser de 1 a 1.30 metros, bípedo similar a un canguro, su pies es gris o verde, o una tonalidad entre las dos, tiene colmillos, manos con garras y ojos rojos resplandecientes, parece tener alas y espinas o aletas en la espalda, en algunos casos dicen tener alas similares a los murciélagos, pero no vuela, solo da saltos impresionantes con los que se escabulle de todas partes. Las matanzas de animales continúan ocurriendo en las noches, el terror no solo está en las áreas rurales sino en toda la isla.
El fenómeno se consagra cuando le dan nombre a la criatura, el coloquial nombre se le atribuye al comediante Silverio Pérez en un programa de radio, coronando así al mítico personaje y dándole cuerpo al terror.
La histeria desatada es peor que la de un asesino en serie, las autoridades junto a los campesinos realizan unas 200 batidas ese año en busca de la criatura, la gente comienza andar armada, hacen en sus casas vigilancia nocturna, como en viejos tiempos, algunos periodista extranjeros que visitaron las áreas rurales al ver las personas armadas les daba una sensación similar a la de una población que se levanta contra un invasor, pistolas, revólveres, rifles, escopetas, carabinas, batidas, rondas, la gente no se queda quieta ante lo desconocido, y lo peor parece no ser solo un individuo, sino varios. El área de la selva del Yunque donde suelen aparecer animales muertos, es cerrada varias veces, durante casi todo el resto del año.
Durante ese año se reportan más de 200 ataques y avistamientos, que generan estragos en la economía domestica y en la economía de la isla. Además de los periodistas, llega una oleada, de ufólogos, criptozoologos, brujos, ocultistas, videntes, escritores, charlatanes, así como cazadores que llegan de los Estados Unidos con sofisticados aparatos como cámaras, sensores y visores nocturnos para unirse a las batidas locales. Teorías sobre el ser surgieron muchísimas, extraterrestre, demonio, creación científica, espíritu, licantropía. Una verdadera locura.
Las autoridades que investigan el caso, solo dicen tratarse de una criatura desconocida, o una nueva especie, algo difícil de creer en Puerto Rico, debido a ser una Isla, un territorio pequeño y que una especie así no se haya manifestado en cientos de años, no es algo creíble.
Dentro de las teorías tanto de expertos como charlatanes, apuntan como un posible responsable a las autoridades Militares Estadounidenses, de haber creado en laboratorio dicho ser, o de tratarse de alguna vida alienígena que tenían en su poder que se fugó o fue liberada para estudiar su comportamiento. Por parte de los Militares o del gobierno americano, hay hermetismo total sobre el asunto, para ellos la vida sigue como si nada.
Para final de 1997 los ataques disminuyen y parecen terminar en la isla del encanto, pero el fenómeno se traslada a otros territorios….
México…
Corría Mayo de 1996, numerosas matanzas animales aisladas en Sinaloa, Veracruz y Jalisco, llevan a realizarse un reportaje para la televisión nacional sobre lo sucedido, principalmente ganado caprino se vio afectado por los ataques, las autoridades ambientales , sanitarias y federales reaccionan atribuyéndolo a especies de murciélagos gigantes, a especies de invasión, coyotes, felinos, o incluso avispas africanas.
Pero los casos son muy similares a los de Puerto Rico, animales sin una gota de sangre y hasta sin órganos, solo dejando pequeños orificios o cortes muy pequeños, esta vez hay heridas como infringidas por garras, las explicaciones de las autoridades no son satisfactorias para la población general.
México tiene un folclor muy dado a los mitos, esto hace que los rumores hagan correr el pánico con la ayuda de los medios de comunicación, a diferencia de Puerto Rico hay más avistamientos en los momentos mismos de los ataques y por primera vez ataques a personas, las personas atacadas son examinadas por equipos médicos y científicos. Las personas atacadas solo dicen que fue un ser desconocido, pero el miedo no les ayudó a detallar mucho.
El hecho se vuelve la comidilla de los medios sensacionalistas, el miedo en la población se desata, la gente no quiere salir de sus casas, fincas o haciendas de noche, hacen “cierres” (horarios de entrada y salida) como en la Edad Media, en el Norte del país disminuye las cifras de delincuencia y robos, pues los antisociales no salen de noche por temor a tener un encuentro con el CHUPACABRAS.
Prensa Sensacionalista agudiza el temor.
Expertos cazadores, rancheros y exploradores se unen para hacer batidas, construir trampas, examinar las aéreas de los ataques y colectar muestras de sangre, pelos y huellas para entregar a los organismos de investigación estatales y privados, el desafío era capturar un espécimen vivo o muerto, nunca lo consiguieron.
El mismo desfile de investigadores, escritores y charlatanes pasa por el país, el ambiente de las áreas rurales es también de guerra civil, personas con armas al hombro y al cinto, en sus casas las tienen cerca de puertas y ventanas, quienes no tienen armas de fuego se las fabrican, mosquetes, arcabuces, trabucos, y otras armas hechizas desfilan en el arsenal, en fincas y haciendas no se deja ningún escondite que pueda albergar al Chupacabras, también se construyen trampas, de las que según dicen algunas veces cae pero consigue huir. Cierres, rondas, batidas, patrullas. Toda una histeria medieval a puertas de siglo XXI.
Las autoridades se preocupan, la Policía Federal de México, crea un dossier en donde se colecta todo lo que más pueden respecto al caso, tampoco están al margen de los encuentros con la criatura, en el Estado de Nayarit, la Policía dice haber disparado contra un Chupacabras antes de este escabullirse tras saltar una cerca de 1,80 metros. Tras los hechos de México, el Chupacabras para a ser un mito regional.
Latinoamérica.
Finalizando las oleadas de sucesos en México, la segunda parte de la década de los 90 la historia se repite más o menos igual en Argentina, Paraguay, Perú, Colombia, Chile, Ecuador, Brasil, Honduras, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Panamá, Uruguay, Bolivia y Venezuela. En algunos casos, las mutilaciones son pocas, en otras muchas, al igual que los ataques a personas. República Dominicana vivió varios casos de ataques a personas que testimoniaron ver al o los Chupacabras. Los casos de policías, cazadores y hacendados que dispararon contra la criatura son muchos, al igual de que consigue escaparse de todo tipo de trampas y emboscadas. Al menos se sabe que huye cuando le disparan, dato común en todos los casos.
(El subintendente Luis Tocarruncho,) Detalle de periódico regional EXTRA en Colombia. Autoridades investigaron casos en Latinoamérica.
El Chupacabras se convierte en el nuevo mito Latinoamericano, y a diferencia de la Llorona, el Sombrerón y otros es algo mayor, este si deja evidencias contundentes como las mutilaciones animales, huellas, personas heridas, y en el que participan la investigación científica, policial, periodística y paranormal. Ningún otro mito en nuestra región fue como este. Este ser llegó a imponer hasta toques de queda a su antojo en nuestros países.
El Chupacabras hace aparición también en Los Estados Unidos, allí hay una forma diferente de ver la situación es por eso que quiero comentar ese Punto de vista.
Estados Unidos.
En el país ya tenía antecedentes de mutilaciones y muertes de animales desde los años 70’s a los que se les relaciona con apariciones de OVNIS, avistamientos de ovnis en granjas sucedían en la noches y al día siguiente aparecían animales muertos. Oklahoma, Minnesota, Iowa, Nebraska y Kansas, los principales escenarios.
Para la segunda parte de los 90, hay muertes de animales en similares características en Florida. Al comienzo del 2000, ataques dejan animales sin sangre o con poca, en otros casos aparecen sin algunos órganos, los órganos externos son extraídos de manera “quirúrgica”, nuevamente los avistamientos de ovnis hacen parte del menú. Texas, Arizona, Florida, New Mexico, casos aislados en las Carolinas, Massachusetts y el Estado de New York.
Pero el Chupacabras Norteamericano, “GOATSUCKER”, Tiene una apariencia diferente, es más un cánido, su rostro parece más un murciélago, corre en cuatro patas, en algunos casos luce como un canguro, tiene poco pelaje, incuso ninguno. Es curioso pero la forma es más similar a la de los mitos y leyendas urbanas del país, como el Diablo de Jersey, o los Grunch de New Orleans. La criatura es de aspecto más terrestre y no tan alienígena, ni del inframundo.
El foco que se da es diferente, el pánico no cunde de la misma manera, sus medios de comunicación tratan el tema con criterio y no con tanto sensacionalismo, es un país donde la gente tiene fácil acceso a armas de fuego, lo cual ayuda a disminuir el temor, esta vez no tienen que fabricar fistos. Desde el principio científicos y zoólogos se concentran en estudiar los hechos y envían las pruebas directo a laboratorios, diferentes instituciones y autoridades hacen parte de las investigaciones. Las declaraciones oficiales apuntan cruces de razas como lobos y coyotes, y a tipos de murciélagos vampiros que emigran desde Suramérica.
Los granjeros toman precauciones, ovejas y cabras duermen en lugares cubiertos con luces encendidas, construyen refugios para proteger sus animales, aumentan el numero de perros para dejarlos vigilantes en las noches y los acompañen en hacer rondas, los más sofisticados instalan cámaras de vigilancia nocturna y durante el día revisan lo grabado en la noche. Ya habían oído las historias de los hechos de Puerto Rico y Latinoamérica, estuvieron más preparados y más tranquilos.
La declaración más usada por las autoridades competentes, es la de híbridos entre lobos y coyotes, en unos casos de mutaciones genéticas de coyotes, o coyotes que sufren de Sarna Sarcóptica, Importantes laboratorios y prestigiosas universidades participaron de las investigaciones e hicieron públicas estas declaraciones.
Existen algunos testimonios en los que el Chupacabras es más similar al Latinoamericano, es visto en carreteras y veredas, en pocos casos hay comunicación telepática con el ser, algo ya mencionado en Puerto Rico. Hasta el 2014 hay casos de muertes animales y encuentros, pero cesando después de ese año.
Casos de Chupacabras van a ocurrir en Rusia, Bulgaria, Filipinas y más recientemente en Portugal.
Misterio, fenómeno mediático, exageración de algo lógico, en todo caso, sí hubo un ser que desató el pánico en un continente, que hizo matanzas de animales, que hirió a personas, que afectó la economía de países enteros y de humildes familias, que hizo que el crimen disminuyera, porque en la noche rondaba un ser que no tendría compasión de los delincuentes, que hizo a policías rurales patrullar con sus armas en la mano y sin seguro, y que odiaron el turno de la noche, que hizo que los cortes de luz fueran aterradores, la gente de las ciudades temió ir al campo, se creó dispositivos de seguridad similares a los de la edad media o tiempos antiguos, chamanes y hechiceros fueron llevados a fincas y haciendas para que con sus rituales protejan al ganado y animales de los ataques. Hechos a los que la ciencia da declaraciones poco satisfactorias al tamaño de los sucesos.
Las Teorías al respecto son varias, veamos las principales.
Extraterrestre: Es la principal teoría, los ataques de Chupacabras siempre se dieron a la par de avistamientos de ovnis, por lo cual se cree que es una criatura de otro mundo o tal vez sea la “mascota” de seres inteligentes y lo dejaron en el planeta, en busca de alimento, de exploración o de colectas de muestras orgánicas y genéticas. Junto a esto hay teorías de la conspiración, como se trata de un alienígena, es muy simple para ellos trasladarlo por los diversos países en donde hizo presencia, la teoría se alimenta también los dispositivos de observación espacial de las autoridades de Estados Unidos en Puerto rico.
Creación genética: Es una de las más reconocidas teorías y tal vez la más realista. Se relaciona con las bases militares de los Estados Unidos en las que funcionaron laboratorios de diversos tipos de experimentos, que tiene anécdotas como los monos Rhesus que se escaparon y se establecieron en la selva del Yunque, buscaron crear algún tipo de arma viviente. Otra forma de esta teoría es la de ser un cruce genético alienígena y terrestre, una criatura que salió de control y lo dejaron escapar, o que tal vez lo dejaron salir para hacer pruebas. Durante los hechos de Puerto Rico, ni el gobierno de Estados Unidos, ni el personal a cargo de las bases manifestaron declaración alguna.
Ser dimensional: Para algunos credos espiritistas, médiums, Parasicólogos y cultos Yorubas, se trata de un ser venido de un universo paralelo, este tipo de personas dice, que la selva el Yunque es un punto energético que sirve como portal dimensional, que el ser busca materializarse (por eso chupa sangre) y que fue traído en algún tipo de invocación la cual abrió ese portal, tal como una ceremonia Vudú, Yoruba o espiritista. Y es por este tipo de portales que se transporta por los diversos países. Estos “estudiosos” también dice que la solución es comunicarse con el ser para saber lo que quiere y pedirle que regrese a su dimensión de origen, ayudándole a encontrar el portal por el que llegó. ¡Casi nada vedad!
El diablo o demonio: Como si se tratara de la edad media, esta es la teoría más común, obvia y tal vez por ignorancia. Incentivada en parte por la iglesia católica, se trata del mismo Satanás o de uno de sus perros, o de un demonio, o ser del inframundo, tal vez un castigo de la providencia, ya que la ciencia no pudo darnos explicaciones satisfactorias, se da esta respuesta como en los tiempos en que la ciencia era precaria. En ese caso, prefiero creer en la teoría dimensional.
Evolución ó mutación: Algunos científicos, se atrevieron a decir que la criatura es desconocida al tratarse de una evolución o mutación de una especie, o tal vez de un cruce. Por desgracia no hay especímenes vivos o muertos que ayuden a estudiar este caso para saber exactamente de lo que se trata. Ocurrieron casos como el de un campesino de Tolapa Nicaragua, quien hizo una trampa cavando un foso y mató a un Chupacabras, llevó el cadáver ante las autoridades ambientales y estos dijeron que era un tipo de coyote, él mismo hombre desmintió lo dicho por ellos ya que era un animal casi bípedo y de un aspecto desconocido, nada que ver con un coyote o un cánido, solo que nunca tomó fotos, ni filmó el cuerpo, así como los que estudiaron el espécimen nunca mostraron imágenes de este, tampoco dijeron nada más al respecto.
En lo personal, no tengo un criterio al respecto, no tengo idea lo que sea o pudo haber sido, soy una persona más confundida con un ser devastador, de grandes habilidades, extremadamente rápido, que da saltos impresionantes, que las balas de cazadores, rancheros, policías y militares no lo abaten, que vive en las sierras y bosques, que no puedo distinguir entre los testimonios verídicos y la charlatanería , soy alguien más que tendrá que esperar a que el tiempo pase y tal vez así sepamos qué fue lo que nos visitó.
Los humanos tenemos necesidad de sentir miedo a desconocido, que existen peligros superiores que no podemos enfrentar, ya que la Llorona, la Sayona, el Cadejo, entre otros no nos asustan hoy, vino uno que dejó a la ciencia, la ley y la prensa sin saber que decir al respecto. En una era en que los espantos están en entredicho.
Impacto en la cultura popular. En la Lucha mexicana “El Chupacabras”.
El ser dejó huella en nuestra cultura popular y comercial. Han habido películas de cine y dibujos animados, novelas literarias de ficción, ha sido personaje invitado en capítulos de diversas serie de televisión, también en historietas, videojuegos, músicos populares le han dedicado varias canciones, en Puerto Rico se consiguen camisetas, llaveros y figurillas. Un luchador de espectáculo en México lo usó como característica, sus atuendos imitaba los principales rasgos de la criatura, su especialidad era los grandes saltos y hacer planchas sobre sus oponentes.
Sea lo que sea el Chupacabras ¡Si existe! O existió, es una lástima que los hecho no estén claramente registrados y las pruebas sean solo de ciencia ficción. Esperemos que se quede solo en nuestro folklor, y que nunca más vuelva.
https://www.youtube.com/watch?v=PhDbEev8OPM
https://www.youtube.com/watch?v=OJdhueCCB0g
https://www.youtube.com/watch?v=MzLLcjUuk3c
https://www.youtube.com/watch?v=e5jaB4hM6Qw
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Los 18 mejores Poemas sobre el Mar (de los mejores autores)
**El mar es una temática recurrente en poesía y literatura**. Se trata de un fenómeno natural que muchos poetas han descrito, ya que despierta muchas sensaciones, a través de su oleaje, su sensación de calma o tormenta, sus colores, su sonido, su olor... En este artículo **conoceremos los 18 mejores Poemas sobre el Mar**, de la mano de los mejores autores de todas las épocas. ## Los 18 mejores Poemas sobre el Mar (de los mejores autores) Los 18 mejores Poemas sobre el Mar que vamos a leer pertenecen a los mejores poetas de diferentes épocas; encontraremos a autores como Mario Benedtti, Antonio Machado, Jorge Luis Borges, Federico García Lorca, Guillermo Prieto… Veremos cómo muchos de ellos incorporan en sus poemas, además del mar, otros elementos naturales (playa, sol, viento…). Además, veremos también cómo frecuentemente personifican el mar, atribuyéndole características y acciones propias del ser humano. ### 1. El Mar, de Jorge Luis Borges Antes que el sueño (o el terror) tejiera mitologías y cosmogonías, antes que el tiempo se acuñara en días, el mar, el siempre mar, ya estaba y era. ¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento y antiguo ser que roe los pilares de la tierra y es uno y muchos mares y abismo y resplandor y azar y viento? Quien lo mira lo ve por vez primera, siempre. Con el asombro que las cosas elementales dejan, las hermosas tardes, la luna, el fuego de una hoguera. ¿Quién es el mar, quién soy? Lo sabré el día ulterior que sucede a la agonía. * Comentario: En este poema, Jorge Luis Borges habla del amor como algo impactante y bello; lo describe, y recalca cómo se siente uno al verlo: como si siempre fuera la primera vez. También se refiere a él como algo que estaba antes que nada, antes que el universo y que el cosmos. ### 2. El Mar, de Mario Benedetti (extracto) ¿Qué es en definitiva el mar? ¿por qué seduce? ¿por qué tienta? suele invadirnos como un dogma y nos obliga a ser orilla nadar es una forma de abrazarlo de pedirle otra vez revelaciones pero los golpes de agua no son magia hay olas tenebrosas que anegan la osadía y neblinas que todo lo confunden el mar es una alianza o un sarcófago del infinito trae mensajes ilegibles y estampas ignoradas del abismo transmite a veces una turbadora tensa y elemental melancolía el mar no se avergüenza de sus náufragos carece totalmente de conciencia y sin embargo atrae tienta llama lame los territorios del suicida y cuenta historias de final oscuro * Comentario: Benedetti habla del mar como algo misterioso lleno de mensajes ocultos; describe sus olas, sus aguas y la orilla que lo precede. También describe las sensaciones que el mar transmite, sobre todo la melancolía, y realiza una metáfora; habla de nadar en él como una forma de abrazarlo (en cierta manera lo personifica). ### 3. Recuerdo el mar, de Pablo Neruda (extracto) Chileno, has ido al mar en este tiempo? Anda en mi nombre, moja tus manos y levántalas y yo desde otras tierras adoraré esas gotas que caen desde el agua infinita en tu rostro. Yo conozco, he vivido toda la costa mía, el grueso mar del Norte, de los páramos, hasta el peso tempestuoso de la espuma en las islas. Recuerdo el mar, las costas agrietadas y férreas de Coquimbo, las aguas altaneras de Tralca, las solitarias olas del Sur, que me crearon. Recuerdo en Puerto Montt o en las islas, de noche, al volver por la playa, la embarcación que espera, y nuestros pies dejaban en sus huellas el fuego, las llamas misteriosas de un dios fosforescente. * Comentario: En este poema Pablo Neruda habla de diferentes lugares cercanos al mar, y del mar mismo (Puerto Montt, Coquimbo, Tralca, mar del Norte....). Describe su pasión por el mar y las sensaciones que este le transmite. Habla de sus aguas, de la arena, de la espuma, etc. ### 4. Mar, de Federico García Lorca (extracto) El mar es el Lucifer del azul. El cielo caído por querer ser la luz. ¡Pobre mar condenado a eterno movimiento, habiendo antes estado quieto en el firmamento! Pero de tu amargura te redimió el amor. Pariste a Venus pura, y quedose tu hondura virgen y sin dolor. Tus tristezas son bellas, mar de espasmos gloriosos. Mas hoy en vez de estrellas tienes pulpos verdosos. Aguanta tu sufrir, formidable Satán. Cristo anduvo por ti, mas también lo hizo Pan. * Comentario: Federico García Lorca habla del movimiento del mar, de su color y de los animales que habitan en él (“pulpos verdosos”). Menciona a las tristezas como algo bello. También habla de Cristo y de Satán, haciendo referencia a leyendas de la biblia que transcurrieron en el mar. ### 5. Frente al mar, de Octavio Paz ¿La ola no tiene forma? En un instante se esculpe y en otro se desmorona en la que emerge, redonda. Su movimiento es su forma. Las olas se retiran ¿ancas, espaldas, nucas? pero vuelven las olas ¿pechos, bocas, espumas? Muere de sed el mar. Se retuerce, sin nadie, en su lecho de rocas. Muere de sed de aire. * Comentario: Octavio Paz describe primero las olas del mar; su forma, su movimiento. También lo personifica, como otros poetas: “Muere de sed el mar”, haciendo una especie de juego de palabras (morir de sed, agua, mar…). ¿Cómo puede morir de sed “algo” que está lleno de agua? Y luego, sigue: “Muere de sed de aire”. ### 6. Dicen: La mar es triste, de Marià Manent Dicen: la mar es triste. ¡Qué señal hace cada ola, cuando quiebra! Y veo una mar triste, pero en medio tú, como una perla. Dicen: la tierra es triste. ¡Qué señal hace la hoja! Apenas osa. Vea la tierra triste, pero en medio tú, como una rosa. * Comentario: El poeta Marià Manent habla de la tristeza que transmite (o que es/son) el mar y la tierra. E introduce -seguramente- a una persona, en medio del mar, como una perla marina, y en medio de la tierra, como una rosa que florece. Es decir, une el ser humano y los fenómenos naturales, los mezcla, incorporando el primero en los segundos. ### 7. Cómo será el mar, de Guillermo Prieto (extracto) Tu nombre ¡o mar! en mi interior resuena; despierta mi cansada fantasía: conmueve, engrandece al alma mía, de entusiasmo férvido la llena. Nada de limitado me comprime, cuando imagino contemplar tu seno; aludo, melancólico y sereno, o frente augusta; tu mugir sublime. Serás ¡oh mar! magnífico y grandioso cuando duermas risueño y sosegado; cuando a tu seno quieto y dilatado acaricie el ambiente delicioso? * Comentario: Guillermo Prieto habla de lo que le provoca oír la palabra “mar”; la conmoción, la sensación de “engrandecer el alma”, el entusiasmo… Personifica al mar, y habla de su “seno” y de sus sonidos. Para él el mar es algo magnífico y espléndido, que transmite muchas emociones. ### 8. El mar triste, de Antonio Machado Palpita un mar de acero de olas grises dentro los toscos murallones roídos del puerto viejo. Sopla el viento norte y riza el mar. El triste mar arrulla una ilusión amarga con sus olas grises. El viento norte riza el mar, y el mar azota el murallón del puerto. Cierra la tarde el horizonte anubarrado. Sobre el mar de acero hay un cielo de plomo. El rojo bergantín es un fantasma sangriento, sobre el mar, que el mar sacude… Lúgubre zumba el viento norte y silba triste en la agria lira de las jarcias recias. El rojo bergantín es un fantasma que el viento agita y mece el mar rizado, el tosco mar rizado de olas grises. * Comentario: Antonio Machado describe el mar y también lo personifica, como la mayoría de autores: habla de que palpita, habla de sus colores (nombra varios), del viento que lo acompaña, de las olas (que son “grises”)… También le atribuye otras acciones: “arrullar”. Habla de él como si sintiera, como si tuviera emociones como nosotros. Por otro lado, describe otros fenómenos, como el cielo (“cielo de plomo”). ### 9. Se alegra el mar, de José Gorostiza (extracto) Iremos a buscar hojas de plátano al platanar. Se alegra el mar. Iremos a buscarlas en el camino, padre de las madejas de lino. Se alegra el mar. Porque la luna (cumple quince años a pena) se pone blanca, azul, roja, morena. Se alegra el mar. Porque la luna aprende consejo del mar, en perfume de nardo se quiere mudar. Se alegra el mar. Siete varas de nardo desprenderé para mi novia de lindo pie. * Comentario: José Gorostiza también personifica al mar, atribuyéndole acciones o características humanas. A lo largo del poema repite varias veces que “el mar se alegra”. Menciona también un platanar, un camino, la luna… es decir, diferentes fenómenos también de la naturaleza. ### 10. Tus gritos y mis gritos en el alba, de Gabriel Celaya Tus gritos y mis gritos en el alba. Nuestros blancos caballos corriendo con un polvo de luz sobre la playa. Tus labios y mis labios de salitre. Nuestras rubias cabezas desmayadas. Tus ojos y mis ojos, tus manos y mis manos. Nuestros cuerpos escurridizos de algas. ¡Oh amor, amor! Playas del alba. * Comentario: Este poema es un poco diferente, no hace una alusión tan directa al mar, sino más bien a la playa. Así, Gabriel Celaya empieza hablando del alba y de la playa. Incorpora elementos marinos pero se centra en él y en otra persona (“tus ojos y mis ojos, tus manos y mis manos”...). Habla del amor y menciona las playas en el alba como algo romántico. ### 11. Calma, de Eliseo Diego Este silencio, blanco, ilimitado, este silencio del mar tranquilo, inmóvil, que de pronto rompen los leves caracoles por un impulso de la brisa, Se extiende acaso de la tarde a la noche, se remansa tal vez por la arenilla de fuego, la infinita playa desierta, de manera que no acaba, quizás, este silencio, Nunca? * Comentario: Eliseo Diego, más que definir el mar, habla del silencio del mismo, que se rompe por el sonido de la brisa. Habla de cómo este silencio se expande por la playa, la orilla, e incluso por la tarde y la noche. ### 12. Junto al mar, de José Hierro Si muero, que me pongan desnudo, desnudo junto al mar. Serán las aguas grises mi escudo y no habrá que luchar. Si muero que me dejen a solas. El mar es mi jardín. No puede, quien amaba las olas, desear otro fin. Oiré la melodía del viento, la misteriosa voz. Será por fin vencido el momento que siega como hoz. Que siega pesadumbres. Y cuando la noche empiece a arder, Soñando, sollozando, cantando, yo volveré a nacer. * Comentario: José Hierro habla en este poema de lo único que quiere cuando muera: estar junto al mar. Todo lo demás le da igual. También menciona otros elementos: las olas (“amaba las olas”) y el viento (“la melodía del viento”). ### 13. Ocaso, de Manuel Machado Era un suspiro lánguido y sonoro la voz del mar aquella tarde… El día, no queriendo morir, con garras de oro de los acantilados se prendía. Pero su seno el mar alzó potente, y el sol, al fin, como en soberbio lecho, hundió en las olas la dorada frente, en una brasa cárdena deshecho. Para mi pobre cuerpo dolorido, para mi triste alma lacerada, para mi yerto corazón herido, para mi amarga vida fatigada… ¡el mar amado, el mar apetecido, el mar, el mar, y no pensar nada…! * Comentario: Manuel Machado personifica también el mar en este poema (“la voz del mar”, “su seno el mar”, etc.). Como muchos otros poetas, incluye otros elementos de la naturaleza, como el sol, las olas… Al final habla de su tristeza y de su dolor, y de cómo el mar es lo único que necesita (“el mar, y no pensar en nada…!”). ### 14. Playa, de Manuel Altolaguirre A Federico García Lorca. Las barcas de dos en dos, como sandalias del viento puestas a secar al sol. Yo y mi sombra, ángulo recto. Yo y mi sombra, libro abierto. Sobre la arena tendido como despojo del mar se encuentra un niño dormido. Yo y mi sombra, ángulo recto. Yo y mi sombra, libro abierto. Y más allá, pescadores tirando de las maromas amarillas y salobres. Yo y mi sombra, ángulo recto. Yo y mi sombra, libro abierto. * Comentario: Este es un poema de Manuel Altolaguirre dedicado a Federico García Lorca. Menciona a pescadores, la playa, la arena… y repite varias veces los siguientes versos: “Yo y mi sombra, ángulo recto. Yo y mi sombra, libro abierto.” Te imaginas una escena de alguien en la playa, leyendo un libro tranquilamente y en paz. ### 15. El negro mar, de Nicolás Guillén La noche morada sueña sobre el mar; la voz de los pescadores mojada en el mar; sale la luna chorreando del mar. El negro mar. Por entre la noche un son, desemboca en la bahía; por entre la noche un son. Los barcos lo ven pasar, por entre la noche un son, encendiendo el agua fría. Por entre la noche un son, por entre la noche un son, por entre la noche un son. . . El negro mar. -Ay, mi mulata de oro fino, ay, mi mulata de oro y plata, con su amapola y su azahar, al pie del mar hambriento y masculino, al pie del mar. * Comentario: Nicolás Guillén se refiere al mar en este poema como “el negro mar”. Por lo que dice, nos podemos imaginar fácilmente una escena de noche. Al final introduce una figura femenina, un persona que parece la persona amada: “mi mulata de oro fino, mi mulata de oro y plata”. ### 16. La niña que se va al mar, de Rafael Alberti ¡Qué blanca lleva la falda la niña que se va al mar! ¡Ay niña, no te la manche la tinta del calamar! ¡Qué blancas tus manos, niña, que te vas sin suspirar! ¡Ay niña, no te las manche la tinta del calamar! ¡Qué blanco tu corazón y qué blanco tu mirar! ¡Ay niña, no te los manche la tinta del calamar! * Comentario: En este poema, el protagonista, más que el mar, es una niña. Con las palabras de Rafael Alberti nos podemos imaginar una niña pequeña, inocente (“¡Qué blancas tus manos, niña!”, “Qué blanco tu corazón”). Habla de la tinta del calamar como si fuera aquello que puede corromper su inocencia, su infancia (“¡no te los manche la tinta del calamar!”). ### 17. Hermosura, de Miguel de Unamuno (extracto) ¡Aguas dormidas, Verdura densa. Piedras de oro, Cielo de plata! Del agua surge la verdura densa; De la verdura. Como espigas gigantes, las torres Que en el cielo burilan En plata su oro. Son cuatro fajas: La del río, sobre ella la alameda. La ciudadana torre Y el cielo en que reposa. Y todo descansando sobre el agua, Fluido cimiento, Agua de siglos, Espejo de hermosura. [...] * Comentario: Miguel de Unamuno hace alusión al oro, a la plata… (“piedras de oro”, “cielo de plata”), cuando describe el mar. Describe el mar como algo hermoso, de ahí el título del poema “hermosura”. ### 18. Muy serena está la mar, de Gil Vicente Muy serena está la mar, ¡a los remos, remadores! ¡Esta es la nave de amores! Al compás de las serenas cantarán nuevos cantares, remaréis con tristes penas vuelos remos de pesares; ternéis suspiros a pares y a pares los dolores: esta es la nave de amores. Y remando atormentados, hallaréis otras tormentas con mares desesperados y desastradas afrentas; ternéis las vidas contentas con los dolores mayores: esta es la nave de amores. * Comentario: En este poema Gil Vicente habla de la serenor del mar, de su tranquilidad, que puede verse interrumpida. También menciona a los remadores o navegantes que circulan por el mar; habla de lo que se pueden encontrar: amores, tormentas, aguas turbulentas… Así, se refiere continuamente a la “nave de amores”. Ver Fuente Ver Fuente
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