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No le quiero de novi@, pero me gusta. Le mandaré un mensaje...

Y así empezó la triste historia de la prima de una pobre y desdichada amiga.

No sé si les ha pasado, pero, el wey que más te gusta o la chava que más te atrae, resulta ser un desastre, tan desastroso que hasta huele mal.

Era diciembre, y cuando el año está por terminar, uno quiere hacer todo lo que no hizo en 11 meses, entran esas ganas de chinguesú, total el año ya se acaba y pareciera que estás desahuciada porque te la pasas haciendo cosas a lo pendejo, así sin pensarlo, como si te dijeran: el mundo se acaba mañana; perfecto, me voy a tirar a este wey que tanto me encanta y así fue.

Es importante decir que Juanito (así lo llamaremos) es más fácil que la tabla del 1, y es muy simple tirárselo.

Llegaron al bar, la cita fue algo planeado, ya saben grupal para que no sea tan obvio y ni media hora en el lugar, Juanito y La prima de una amiga, ya estaban intercambiando gérmenes. Se los dije, bien fácil. Terminaron en su casa y hasta ahí todo parecía normal, porque tampoco se las da de santa. Hoy así son las cosas, en ocasiones se da algo más y en otras pides tu taxi sin esperarte al café, es de sabios no quedarte a dormir, pero está no aprendió, y como Julia Roberts en Mujer Bonita, hasta se lo besó. Y comenzó el horror, calcetines regados (sucios obvio), ropa en el suelo (sucia obvio) polvo por todo el cuarto, porque lo que juró que nunca haría, lo hizo, se metió con un “conchudo” de 35 que vivía con su mamá, sí a lado de ellos dormía la bella señora, ahí estaba La prima de una amiga, fin de año y regresando a la prepa, rompiendo sus propias reglas. Al tiempo despertaron las ganas de ir al baño, y el pavor de encontrarse con la señora dándole los buenos días, no sé si la cabeza te duele por el alcohol o por “pendeja o caliente”. Total que él tenía que ir a trabajar y la prima, necesitaba una ducha anti resaca con urgencia, se despidieron con el “qué bien estuvo anoche” lo clásico que nos gusta escuchar, pero le saltó algo, ¿en serio se irá a trabajar sin bañarse? por fortuna no trabajamos juntos, pensó.

Salió de ahí, corriendo y jurando que nunca más le iba a escribir; tiene la manía de borrar los contactos porque siempre le gana la cosquilla, y Juanito era hasta para bloquearlo.

Pero la vida es canija y el Universo más, hay gente que te pone y te pone y ya sabes que no es de tu número, pero a huevo te lo quieres poner. Volvieron a verse y ésta es sin duda, la historia más catastrófica de La prima de una amiga.

Niñas y niños, es de vital importancia limpiar sus partes intimas y asegurarse que con quien compartan la cama, sea pulcro en ese tema. ¡Carajo! eso y lavarse las manos, son la regla número uno antes de ponerse intensos. Pero quién lo iba a imaginar, uno los ve o las ve todas lindas, “prendidit@s” y no te pasa por la cabeza, que son unos cerdos y, así como aquella vez no se bañó, está ocasión había tenido sexo con otra un día antes y ni siquiera las manos se había lavado, todo el cuerpo, hasta la barba le olía a su encuentro anterior, pero ya estás ahí, con las ganas desbordadas y el sentimiento de, esto es mejor que mi mano. Te concentras en lo tuyo, pero por más que lo haces el aroma a mugre, que hasta entonces descubres y comprendes lo que tanto te decía tu madre, “aquí, huele a mugre” pues si, sí existe y la prima estaba acostada sobre ese fétido olor a mugre. Ándele por gorrona. La cereza del pastel, limpiarse la venida con la toalla que le ofreció para secarse las manos.  

Sobra decir que fue el peor encuentro que a sus (todos los años) ha tenido.

Y aquí les dejo una lección:

“Las apariencias engañan” y por más que las ganas nos coman, mándenlos a bañarse o de plano paren el encuentro, porque le fue leve con su infección vaginal, que gracias a una crema pudo sanar. 

¿Te ha pasado? 

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¿Cómo superé la anorexia y la bulimia?

La prima de una amiga me platicó que ella sufrió anorexia y bulimia por eso quiere compartirte su testimonio para que sepas que no estás sola o solo, si ella superó su enfermedad tu también puedes recuperarte:

Desde pequeña fui la más “gorda” de mi familia, así me llamaban pero en realidad no era obesa, simplemente tenía una complexión diferente a la del resto de mis hermanas quienes sin importar cuánto o qué comieran, se mantenían delgadas. Hice mi primera dieta a las 15 años y mis padres me apoyaron e incluso me alentaron, me compraron la comida que la dieta exigía la cuál ni siquiera estaba prescrita por un nutriologo pero yo quería adelgazar y esa era mi única meta, llevé a cabo mi dieta y bajé un poco de peso pero aprendí a aguantar el hambre y a forzarme mentalmente a conseguir lo que deseaba así que seguí haciendo dietas, me llenaba el estómago de agua y me negaba a comer incluso lo necesario para nutrirme adecuadamente; buscaba métodos para perder el apetito e incluso en una ocasión compré un tubo que contenía una sustancia con olor a chocolate que inhalaba cada vez que tenía hambre para “engañar” a mi cerebro. Comencé a fumar porque alguien me dijo que el cigarro quitaba el hambre así que sustituía comida por cigarro, llegué al límite de la locura cuando lo único que entraba a mi boca era humo de cigarro y agua natural e incluso temía que el sodio me inflamara. Así sobreviví tres años, bajé mucho de peso pero no lo suficiente para agradarme frente al espejo, entre más bajaba de peso más me exigía y menos me gustaba, me sentía una persona que no lograba sus metas y si en algún momento comía después me sentía tan culpable que me recriminaba mentalmente el haber sido débil ante la comida y me auto castigaba, además de ofenderme con todos los calificativos despectivos que pudiera comenzando por decirme “gorda” “cerda” “asquerosa” “puerca” “marrana” “obesa” “bola de grasa” “ballena” etc. En una ocasión salí a caminar con mis hermanas y estuve a punto de desmayarme, veía todo borroso y sentía que si caía al piso se me rompería un hueso por lo delgada que ya estaba; me asusté mucho así que decidí investigar como vomitar la comida para al menos ingerir un poco de alimento, leí en algún lado que al vomitar devolvía aproximadamente el 30% del alimento que había ingerido así que comía lo que menos calorías tuviera, si iba a quedarme con el 70% al menos sería algo ligero; la comida que mis ojos veían tenía una clasificación en mi mente relacionada con calorías, contenido de grasas saturadas, azúcares, etc. así inicié mi historia con la bulimia, mi familia en ese entonces no tenía los ingresos económicos que queríamos así que “tirar” la comida era casi un pecado y por supuesto no podía seguir ocultando que no comía porque mi mamá ya me presionaba y vigilaba mucho, entonces comencé a comer y la supervisión disminuyó pero me desaparecía siempre al terminar de comer, aprendí a vomitar en silencio y a mejorar mi técnica para devolver rápido sin hacer tanto esfuerzo; llegó un momento en el que solamente me agachaba un poco y la comida salía, mi cuerpo al fin me obedecía como yo quería pero aún no lograba tener el peso que yo deseaba y ese peso no tenía un número exacto, el espejo me lo diría cuando al verme me gustara y me sintiera bella pero eso nunca sucedió, mi mamá me descubrió y lloró, se preocupó mucho por mi salud y me reclamo por desperdiciar la comida, yo estaba tan cansada y además me sentía peor que una cucaracha aplastada, que mi vida no valía y que ademas nunca sería delgada y hermosa como deseaba así que me di por vencida, le confesé llorando que tenía miedo de morir y le pedí ayuda; ella cambió su enojo por comprensión y amor, comenzó a hacerme de comer lo que yo pidiera y me sorprendió cuando mi primera comida fue verdura molida, ella la había batido en la licuadora para que yo pudiera tragarla sin que me doliera la garganta que estaba tan lastimada por vomitar, tomó una cuchara y me dio de comer en la boca; en ese instante algo dentro de mi me hizo darme cuenta de que ella me cuidó así cuando yo era una bebé, que ella me alimentó y me protegió sólo que en algún momento crecí y lo había olvidado, lloré mucho en silencio mientras comía y ella lloró conmigo mientras me alimentaba, ese día me sentí como nunca antes me había sentido: amada... Volví a comer normalmente, me recuperé y crecí pero nunca quise ir a terapia, yo realmente creía que sola podría salir de ese problema, yo pensaba que lo más difícil ya lo había logrado que era aceptar mi condición pero con el paso del tiempo el peso volvió a hacer ruido en mi mente, así que decidí comenzar a hacer ejercicio y a comer sanamente, tenía 20 años cuando comencé a interesarme en perder peso ejercitándome y me interesé demasiado, tanto que me volví adicta al ejercicio; mi anorexia y bulimia habían migrado a otro trastorno pero yo no me quise dar cuenta, era más cómodo seguir pensando que yo podía recuperarme con mi perseverancia... y la historia de la vigorexia te la compartiré después porque ese trastorno también migró pero a una adicción más fuerte.

Este es el testimonio de la prima de una amiga que quiere que sepas que ella te comprende y que desea de todo corazón que tu también sanes, si quieres ponerte en contacto con ella escríbenos a fundacionauramx@gmail.com

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¿Que es la ‪#‎codependencia‬?

‪#‎CodependientesAnónimos‬ comparte esta definición y los patrones de la ‪#‎adicción‬ en la literatura "Pelando la cebolla": A un nivel emocional necesitamos superar el trauma de la niñez que manejaba nuestro auténtico ser para sobrevivir. Para comprender lo que significa haber sido un niño totalmente indefenso que solo dependía de unos padres inapropiados o ausentes, consideramos la relación con nuestros cuidadores primarios. Nos daremos cuenta de que fuimos mal educados para cubrir nuestras necesidades. Algunos de nosotros tomamos las fallas de nuestros cuidadores, incluyendo el sinfín de sentimientos de disgusto contra nuestros cuerpos y sus funciones. Experimentaremos control y serenidad a través del lenguaje, los compartimientos, atendiendo modificando o soltando nuestras conductas. *Patrones de Negación: l@s codependientes tienen dificultad para identificar lo que están sintiendo *Patrones de Baja Autoestima: l@s codependientes tienen dificultad en tomar decisiones *Patrones de Conformidad: l@s codependientes comprometen sus valores y dignidad para evitar ser rechazados o que los demás se enojen *Patrones de Control: l@s codependientes creen que la mayoría de la gente es incapaz de cuidarse a sí misma Si deseas más información escríbenos a: fundacionauramx@gmail.com o llámanos al (984)1343297 www.facebook.com/fundacionAURAmx

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¿Quién es alcóholico o alcohólica? ‘Alcohólicos Anónimos’​ comparte esta definición