#la verdad agota
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solxs · 3 months ago
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Soy yo con todo mi malestar Sonriéndole al que vea pasar, aunque por dentro me este a punto de derrumbar. Le grito al viento con fervor que no puedo mas pero cada día me demuestro que puedo continuar, El cansancio no se nota, pero la verdad es que todo me agota.
-Dars :)
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silvertice · 2 months ago
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You Idiot.
[halloween especial]
Eddie Alden x fem!reader
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Summary: Ella ha estado enamorada de su compañero de cuarto durante años, pero con cada desprecio, su paciencia se agota. Una fiesta de Halloween ofrece la oportunidad perfecta para intentar seguir adelante, pero él no está dispuesto a dejarla ir tan fácilmente. Entre disfraces y juegos, la tensión se transforma en algo más.
Category: Slow Burn Romance, Friends to Lovers, Halloween Vibes, 2000s, Jealousy, Emotional Turmoil, Unrequited Love, Misunderstandings {TW: Light Humor, Emotional Moments, Friendship Dynamics, Flirting}
...
Me miro en el espejo, terminando de ajustar los últimos detalles de mi disfraz. No puedo negar que esta noche me veo increíble; algo en la luz tenue del cuarto, el maquillaje, el disfraz... todo parece estar en su lugar. Incluso mi confianza, que siempre tambalea cuando estoy cerca de él, parece haberse reforzado esta vez.
Eddie aparece detrás de mí, preparándose en su estilo despreocupado de siempre. Su disfraz le queda sorprendentemente bien, resaltando justo lo suficiente para que todas en la fiesta se den cuenta de su presencia. No es nada nuevo, claro; Eddie siempre ha sido de los que dominan la atención sin siquiera intentarlo. Me atrevo a lanzar un cumplido, un comentario ligero, esperando quizá un gesto que me demuestre algo más. “Vas a dejar a muchas chicas suspirando esta noche, ¿eh?” le digo, medio en broma y medio esperando algo más.
Él solo sonríe de esa forma suya, como si nada le importara demasiado, y responde con algún comentario casual. Una broma, un guiño, todo lo que dice sin comprometerse nunca. Siento el orgullo revolverse en mi interior; no puedo dejar que esta sensación se repita más. Y entonces se me ocurre una idea. Lo miro de reojo, y con una sonrisa casi indiferente, suelto: “Bueno, probablemente yo no vuelva esta noche... Un amigo me va a pasar a buscar más tarde, por si quieres traer alguien esta noche.”
La reacción de Eddie es casi imperceptible, apenas un pequeño cambio en su expresión que trato de no leer demasiado, pero está ahí. Y aunque mantengo la mirada en el espejo, noto que su postura se tensa un poco. Por un segundo, me permito disfrutar del poder de haberle dado una pizca de su propia medicina.
De repente, Eddie se inclina hacia mí, tan cerca que casi siento su respiración en mi cuello. Sus manos encuentran mi cintura con la familiaridad de quien sabe exactamente cómo afectarme, incluso sin proponérselo. Su toque es suave, apenas una presión en la piel que me quema de una forma que odio admitir.
Me mira a través del espejo con una sonrisa que tiene algo de desafío y algo de burla. “¿De verdad vas a dejar que otro te lleve esta noche?” Su tono es ligero, como si la pregunta fuera inofensiva, pero sus dedos se ajustan un poco más en mi cintura, manteniéndome firmemente en mi lugar. La tensión entre nosotros es palpable, como si ese simple contacto fuera suficiente para que todo mi plan de olvidarlo se tambaleara.
Mis manos se tensan en el borde del tocador, y me obligo a no mirarlo directamente, a mantener la mirada en mi reflejo. No voy a ceder tan fácil… o al menos, eso me repito en la cabeza mientras intento ignorar el torrente de emociones que él desata en mí con tan solo un roce.
Pero él, como siempre, parece saberlo. Su sonrisa se ensancha, y con esa confianza arrolladora de quien siempre obtiene lo que quiere, añade en voz baja: “¿Por qué buscar en otro lado cuando sabes que aquí tienes todo lo que quieres?”
Siento cómo algo se rompe y algo se despierta dentro de mí al mismo tiempo. Maldigo internamente, odiando la forma en que tiene de hacerme replantear todo. Justo cuando creo que puedo seguir adelante, aparece con esa actitud suya que me hace dudar, que me recuerda por qué me enamoré de él en primer lugar.
“Estúpido Eddie…” murmuro para mí misma, aunque no sé si intento convencérmelo a mí o a él.
Suspiro, tratando de mantener la compostura, y retoco mi labial en el espejo, aprovechando cada segundo para calmarme. Él sigue ahí, observándome como si disfrutara de cada una de mis reacciones. Cuando finalmente termino, me doy la vuelta para verlo y sacudo la cabeza, reprimiendo una sonrisa.
“¿De verdad no había otro disfraz?” le digo, cruzándome de brazos. Lo miro de arriba abajo, notando cómo su disfraz es una versión bastante similar al mío, pero con esos detalles que sólo él podría agregar para hacerlo único… y provocativo.
Él se encoge de hombros con una sonrisa burlona. “¿Qué? Pensé que haríamos buena pareja vampiresca.”
Ruedo los ojos y le doy un ligero empujón en el pecho. “No necesitamos ir a juego.”
Pero por dentro, esa parte de mí que todavía alberga algo de esperanza se pregunta si realmente eligió ese disfraz por casualidad o si, en algún rincón de su mente, quiso hacerme saber que le importa un poco más de lo que está dispuesto a admitir.
Eddie suelta una risa suave y se inclina hacia mí otra vez, con esa cercanía que hace que cada célula de mi cuerpo se ponga en alerta. “No podía dejar que te divirtieras sola, ¿verdad?”
Y ahí está otra vez, haciendo que una chispa de ilusión crezca dentro de mí, aunque sé que no debería. Me muerdo el labio y niego con la cabeza, porque a estas alturas, no puedo dejar que vuelva a quebrar mi orgullo… no de nuevo.
Finalmente, salimos del departamento que compartíamos, y la brisa fresca de la noche de Halloween me envolvió al instante. Eddie seguía haciendo comentarios juguetones mientras caminábamos hacia el auto. Una vez dentro, me acomodé en el asiento del pasajero, pero no podía dejar de pensar en lo que había estado sintiendo últimamente.
Mientras él encendía el motor, miré mi teléfono y vi un mensaje de mi amigo que decía que vendría a la fiesta mas tarde y que nos podiamos encontrar allí. Una mezcla de emoción y nervios me invadió. “Parece que esta noche podría ser más interesante de lo que esperaba,” murmuré para mí misma, pero Eddie lo escuchó.
Sin darme cuenta, él frenó de golpe, y el movimiento me hizo inclinarme hacia adelante, golpeando el cinturón de seguridad. “¿Qué carajos te pasa, Eddie?” le reclamé, irritada y sorprendida.
“Oh, nada, solo asegurándome de que no vayas a volar por la ventana si alguien decide buscarte un poco antes de tiempo,” respondió con una sonrisa que no ocultaba un toque de celos.
Lo miré, confundida. “¿Qué quieres decir con eso?” pregunté, sintiendo una chispa de tensión en el aire. Pero el no respondió.
La incomodidad se instaló entre nosotros mientras me debatía entre sentirme frustrada por sus comentarios y emocionada por la forma en que, incluso en su tono casual, dejaba entrever lo que realmente sentía.
Mientras continuábamos conduciendo, me resultaba cada vez más difícil entender qué le pasaba a Eddie esa noche. Estaba demasiado juguetón con sus comentarios, como si disfrutara de picarme. Aquella mezcla de humor y celos era nueva, y no podía evitar pensar que había algo más detrás de sus palabras.
“¿Por qué estás tan…?” empecé a decir, pero decidí callar. No quería profundizar en eso. La última cosa que necesitaba era complicar más nuestras dinámicas. Me obligué a sacar esos pensamientos de mi mente y concentrarme en la noche que tenía por delante.
“Solo relájate y disfruta, estamos a punto de ir a una fiesta, ¿recuerdas?” murmuré para mí misma, intentando hacer que la emoción del momento opacara cualquier otra inquietud. Había pasado demasiado tiempo deseando que Eddie me prestara atención, y ahora que lo hacía, no sabía cómo manejarlo.
Finalmente, llegamos al lugar de la fiesta, y la música ya resonaba en el aire. Abrí la puerta del auto y respiré hondo, tratando de despejar mi mente. “Vamos, no podemos llegar tarde,” le dije, forzando una sonrisa mientras bajaba del coche, decidida a disfrutar de la noche y dejar atrás cualquier confusión.
La fiesta era un caos encantador. La casa de dos pisos estaba completamente decorada para Halloween: telarañas falsas colgaban de las esquinas, calabazas iluminadas adornaban cada mesita y luces parpadeantes creaban una atmósfera espeluznante pero festiva. La música retumbaba en las paredes mientras la multitud se movía al ritmo de la canción, todos disfrutando de la noche disfrazados de criaturas de la noche y personajes de películas.
Me perdí en el mar de gente, saludando a amigos y conocidos. La noche era justo lo que necesitaba: risas, bailes y un momento para olvidarme de las complejidades. Disfruté de la libertad de dejarme llevar, riendo con amigas y compartiendo anécdotas sobre los disfraces que llevábamos. Pero a pesar de la diversión, había una parte de mí que no podía evitar buscarlo en la multitud.
Era difícil no notarlo. Eddie, con su disfraz de vampiro, se movía con una confianza que atraía las miradas de todos. Cada vez que pasaba cerca, una energía palpable me envolvía. Había algo en su forma de actuar que todavia me hacía dudar.
Más tarde, mientras estaba en la sala, rodeada de amigos, vi a un chico que se acercaba a mí. Era el que había mencionado antes, aquel que iba a pasar a buscarme. Tenía una sonrisa encantadora y una mirada que me hizo sentir emocionada. “¡Hey! Te estaba buscando,” dijo, acercándose y ofreciéndome su mano.
“¡Hola! Perdona, estaba en medio de la fiesta,” respondí, sintiendo que mi corazón se aceleraba un poco al verlo. La química entre nosotros era evidente, y me sentí aliviada al darme cuenta de que él también estaba disfrutando de la noche.
El chico comenzó a hablarme sobre lo que había hecho en la fiesta, y mientras intercambiábamos risas, sentí que Eddie me observaba desde un rincón de la sala. Era una sensación extraña, como si ambos estuviéramos conectados a pesar de la distancia. Sin embargo, decidí concentrarme en el momento y disfrutar de la compañía del chico.
Nos movimos por la fiesta, bailando y riendo.
Mientras charlábamos y reíamos, el chico me sonrió con una expresión cómplice. “¿Te gustaría ir a la cocina a buscar un trago? Escuché que tienen un ponche de Halloween que está increíble,” sugirió, su tono era casual pero atractivo.
“Claro, suena bien,” respondí, sintiendo una chispa de emoción al saber que tendríamos un momento a solas. Me dejé llevar por la idea de disfrutar de la noche y la compañía del chico, dejando de lado mis pensamientos.
Nos dirigimos hacia la cocina, donde la música sonaba más tenue y la iluminación era un poco más cálida. El ambiente era perfecto, y el aroma de las bebidas mezcladas flotaba en el aire. Él se movió hacia la mesa de la cocina, sirviendo dos vasos con el ponche.
“Aquí tienes,” dijo mientras me pasaba uno, sus dedos rozando los míos. El contacto me hizo sonreír, y por un instante, me sentí liviana y despreocupada.
Empezamos a charlar más relajados, compartiendo historias sobre los disfraces que habíamos elegido para la noche. “Me encanta tu disfraz de vampiro.” comentó, mirándome con una sonrisa genuina que hizo que me sintiera bien.
“Gracias, pero creo que tú te ves bastante bien también,” respondí, riendo mientras lo miraba a los ojos. Estaba empezando a olvidarme del caos emocional que había traído a la fiesta, y la química entre nosotros era evidente.
Mientras tomábamos un trago, el chico hizo un gesto hacia el jardín. “¿Te gustaría salir a ver la decoración afuera? Escuché que hay una fogata,” sugirió, y sin pensarlo mucho, asentí.
“si, claro.” exclamé, emocionada por la idea. Quería disfrutar de la noche y dejar que el momento me llevara, al menos por un tiempo.
Salimos juntos al jardín, riendo y disfrutando de la brisa fresca. A lo lejos, la fogata iluminaba el área y creaba un ambiente acogedor. Me sentía libre, y por un momento, olvidé todo sobre Eddie y las complicaciones que solía traer.
Mientras disfrutábamos del aire fresco y reíamos, compartiendo historias sobre nuestras aventuras pasadas, la atmósfera se sentía cada vez más relajada y divertida. La fogata chisporroteaba suavemente, y el calor del fuego contrastaba con la brisa de la noche.
“No puedo creer que viniste a esta fiesta,” dije entre risas, mientras él me contaba sobre una experiencia cómica que había tenido en otra fiesta de Halloween. Su risa era contagiosa, y me encontraba cada vez más cómoda en su compañía.
Justo cuando me preparaba para decir algo más, un grupo de chicos pasaron junto a nosotros, riendo y bromeando. Uno de ellos, evidentemente borracho, perdió el equilibrio y me empujó accidentalmente. “¡Hey!” exclamé, pero antes de que pudiera caer, el chico a mi lado me agarró de la cintura con firmeza, manteniéndome en pie.
Nos encontramos cara a cara, el espacio entre nosotros se redujo drásticamente. Su aliento era cálido y su mirada, intensa. Aquel breve momento me hizo sentir una conexión inesperada, pero decidí mantenerme enfocada en la diversión de la noche.
“Cuidado,” dijo él, una sonrisa juguetona asomando en sus labios, “no quiero que te caigas por culpa de estos locos.”
Reí, tratando de disimular la chispa de tensión que había surgido. “No te preocupes, creo que tengo un buen equilibrio,” respondí, alejándome un poco, aunque su mano aún permanecía en mi cintura.
“¿Quieres salir de aquí? La gente se está poniendo un poco densa,” sugirió él, lanzando una mirada hacia el grupo cercano que comenzaba a reírse más ruidosamente y a acercarse al borde de lo molesto. “Podríamos encontrar un lugar más tranquilo.”
Un alivio recorrió mi cuerpo al escuchar su propuesta. “Sí, eso suena bien,” respondí, y antes de que me diera cuenta, él tomó mi mano y comenzamos a abrirnos camino a través de la multitud.
La música resonaba a nuestro alrededor mientras la gente reía y bailaba. Pero había algo en su presencia que hacía que me sintiera más segura. La idea de intentar algo nuevo me llenaba de emoción.
Sin embargo, justo cuando estábamos a punto de salir, noté una figura familiar en el centro de la sala. Eddie, medio borracho, había levantado la vista y nos estaba mirando con una expresión que no podía descifrar. Su mirada pasó de la diversión a una mezcla de sorpresa y algo más, y en un instante, se acercó rápidamente.
“Ey, ey, ey ¿A dónde crees que vas?” preguntó Eddie, tomando mi brazo con firmeza y deteniéndome en seco. La intensidad en su mirada me hizo detenerme, y sentí un pequeño tirón en mi estómago. “¿No te quedas un rato más?”
El chico a mi lado me soltó, confundido, mientras yo intentaba procesar lo que estaba sucediendo mientras soltaba una risa nerviosa. “Solo íbamos a buscar un lugar más tranquilo,” respondí, tratando de sonar despreocupada, aunque mi corazón latía con fuerza.
Eddie me miró de nuevo, esta vez con una mezcla de celos y preocupación. “¿Por qué no me dijiste que te ibas con él?” su tono era un poco más intenso de lo que esperaba, y podía sentir la tensión en el aire.
“Si te dije que me iba con el, pero estás tan borracho que no te acuerda, solo... vete a casa, Eddie,” le dije, sintiendo que la situación se complicaba cada vez más.
El chico, aún a mi lado, parecía no saber qué hacer con la situación. Eddie, con su agarre en mi brazo, no me dejaba mover. La multitud seguía bailando a nuestro alrededor, pero en ese momento, solo había espacio para nosotros tres.
“No, estoy bien” respondió él, su tono firme aunque un poco tambaleante. “Solo quédate un rato más. No tienes que irte con él.”
El chico a mi lado, confundido por la tensión, miraba de uno a otro sin saber qué hacer. “¿Todo bien aquí?” preguntó, tratando de romper el hielo.
“Sí, todo bien,” respondí rápidamente, sintiendo la incomodidad en el aire. Pero la mirada de Eddie no se apartaba de mí, llena de frustración y algo más profundo que no podía descifrar.
“Vamos, solo un rato más,” insistió Eddie, dando un paso más cerca, ignorando al chico que estaba a mi lado. “No estoy tan borracho, ¿verdad?” trató de hacer una broma, pero su risa sonó más nerviosa que divertida.
“No sé, Eddie,” dije, sintiendo que cada palabra se volvía más difícil de pronunciar. “Quizás deberías pensarlo. De verdad, vete a casa.”
El chico se rascó la nuca, claramente sin saber cómo ayudar. “No quiero interrumpir…” dijo, mirando de reojo entre los dos.
“No es eso, solo… solo estoy tratando de aclarar las cosas,” respondí, intentando evitar el caos que estaba surgiendo.
Eddie se cruzó de brazos, la frustración visible en su rostro. “No quiero que te vayas, eso es todo. ¿Por qué no podemos quedarnos un rato más y disfrutar de la noche?”
La tensión creció, y la mezcla de emociones en el aire era casi palpable. Era como si Eddie intentara aferrarse a algo que ya estaba escapándose de su alcance.
Pero antes de que pudiera dar un paso más, sus pies tropezaron con el suelo y se desplomó, cayendo de espaldas. El golpe resonó en el suelo de la casa, y la gente a nuestro alrededor se giró, algunos riéndose y otros mirándolo con preocupación.
“¡Eddie!” grité, sintiendo una mezcla de frustración y preocupación. Me agaché a su lado mientras algunos amigos se acercaban para ayudarlo. “Dios mio. No puedo creerlo, ¡eres un idiota!” lo maldije entre dientes, sintiendo que la rabia crecía dentro de mí.
El chico a mi lado miraba la escena con sorpresa. “¿Está bien?” preguntó, tratando de contener la risa.
“Claro, solo es un borracho que no sabe cuándo parar,” respondí, sintiendo que mi corazón latía con fuerza. La situación que había intentado evitar se tornaba más complicada de lo que había imaginado.
Mientras ayudaba a Eddie a incorporarse, no podía evitar pensar en lo absurdo de todo esto. ¿Cómo podía seguir sintiendo algo por alguien tan imprudente?
El chico se acercó, preocupado por Eddie. “Déjame ayudarlo. Puedo llevarlo a casa,” ofreció, mirando de reojo a Eddie, que seguía tambaleándose.
“Sí, por favor. Eso sería genial,” respondí, sintiendo que esta era la mejor solución en medio del caos. No tenía ganas de lidiar con sus tonterías ni un segundo más.
Eddie murmuró algo incomprensible, pero el chico lo rodeó con un brazo por sus hombros, guiándolo hacia la salida. A medida que caminábamos hacia el auto, el aire fresco de la noche me despejó un poco la mente. Sabía que no podía dejar que Eddie arruinara mi noche.
Cuando llegamos al departamento, el chico y yo ayudamos a Eddie a entrar. Él se dejó caer en el sillón, y aunque trataba de mantenerse consciente, sus ojos se cerraron lentamente.
“Te dije que no debías beber tanto,” le dije, sintiendo una mezcla de frustración y preocupación mientras me aseguraba de que estuviera cómodo.
El chico me miró después de acomodar a Eddie en el sillón. “¿Te llevo a casa o quieres quedarte un rato más?” preguntó, con una sonrisa amistosa.
“Vivo con él,” respondí, señalando a Eddie, lo que hizo que la atmósfera se tornara un poco incómoda. “Así que tecnicamente estoy en casa.”
“Oh, claro...,” dijo el chico, su sonrisa desvaneciéndose un poco. “No sabía que eran compañeros de cuarto. Es... un poco raro.”
Me encogí de hombros, intentando mantener la conversación ligera. “Sí, bueno, es mas barato pagar la renta.” Sentí que tenía que defender la situación, pero la incomodidad entre nosotros se hacía palpable, dibujando una sonrisa algo nerviosa.
La atmósfera se tornó tensa tras el comentario del chico. “Es... un poco raro,” repitió, mirando a Eddie como si esperara alguna reacción. Yo me sentía atrapada entre querer aclarar las cosas y el deseo de salir de esa incomodidad.
“No es tan raro, solo es un compañero de cuarto,” dije, tratando de restarle importancia. “No pasa nada entre nosotros.”
Él me observó, y pude ver la duda en su mirada. “Ya, claro... pero, ¿no es un poco complicado vivir con alguien así?” cuestionó, frunciendo el ceño.
“Complicado o no, es...simplemente Eddie” respondí, un poco más defensiva de lo que pretendía. La frustración comenzaba a aflorar en mí, y podía sentir que las cosas no se estaban desarrollando como esperaba.
Finalmente, el chico dio un paso atrás, alzando las manos en señal de rendición. “Está bien, no quiero hacerte sentir incómoda,” dijo con un susurro. “Quizás debería irme.”
“No, no es eso,” intenté tranquilizarlo, pero era demasiado tarde. Él dio un paso atrás, murmurando algo sobre que era mejor dejar las cosas así.
“Está bien. Cuídate,” dijo antes de alejarse, dejándome sola en el departamento con Eddie.
Suspiré, sintiéndome frustrada y decepcionada. Había querido que la noche fuera diferente, pero aquí estaba, de nuevo lidiando con los efectos del alcohol en Eddie y la incomodidad que había creado. Me quedé mirando a Eddie en el sillón, preguntándome si alguna vez entendería lo que realmente quería.
Eddie se movió en el sillón y, como si despertara de un profundo letargo, se incorporó con una expresión clara en el rostro. “Era un completo idiota,” murmuró, frotándose los ojos. “Menos mal que no te fuiste con ese tipo.”
Mi indignación creció al escuchar su tono tan lucido. “No me jodas ¿Así que todo esto era un juego para ti?” respondí, cruzando los brazos con fuerza. “¿Estabas fingiendo estar borracho?”
Él se echó a reír, como si fuera la cosa más graciosa del mundo. “Vamos, no es tan grave. Solo estaba probando tus límites.”
La rabia se apoderó de mí. No podía creer lo infantil que era su actitud. “No es una broma, Eddie. No tienes idea de lo que siento, y te comportas como un tonto. ¿Por qué siempre tienes que jugar así?” Mi voz se quebró ligeramente mientras hablaba, la frustración acumulándose en mis palabras.
Eddie se detuvo, su risa se desvaneció. Se acercó un poco más, su expresión cambió a una de seriedad. “Espera... ¿qué quieres decir?” Su mirada se volvió intensa, como si realmente comenzara a entender la profundidad de mis palabras.
“No sé por qué siempre tengo que estar aquí rogando que te des cuenta de lo que hay entre nosotros,” seguí, sintiéndome vulnerable pero decidida. “Es como si no pudieras tomarte nada en serio. Eres tan estúpido a veces.”
Su rostro se suavizó, y la broma que había querido lanzar se desvaneció. Sentí el aire cargado entre nosotros, la tensión palpable. Estaba claro que ambos habíamos llegado a un punto crítico. La pregunta ahora era si estaríamos dispuestos a dar el paso hacia lo que realmente queríamos.
Sentí que las lágrimas comenzaban a acumularse en mis ojos mientras la frustración y el dolor se desbordaban. Me dejé caer en el sillón, sintiéndome atrapada entre la ira y la tristeza. “Siempre he estado aquí, Eddie. Siempre. Pero parece que nunca te das cuenta de lo que siento, simplemente lo ignoras y te comportas como un verdadero imbecil. He estado tratando de ser fuerte, de hacer como si no me doliera, pero no puedo más,” solté, mi voz temblando mientras hablaba.
“Me esfuerzo por seguir adelante, por no esperar nada de ti, pero siempre termino esperando, deseando que alguna vez reconozcas lo que hay entre nosotros. Me haces sentir como si estuviera persiguiendo sombras, como si mis sentimientos no importaran en absoluto.” Las palabras se deslizaban fuera de mí, un torrente de emociones que no podía controlar.
“Siempre eres el primero en divertirte, el que se ríe y juega. Siempre es ‘solo una noche’ o ‘solo diversión’ para ti, pero yo no puedo seguir pretendiendo que eso no me afecta. Quiero más que eso, y es tan frustrante porque sé que tú sientes algo, pero no lo admites. ¿Por qué no puedes simplemente ser sincero conmigo?” Mis ojos se llenaron de lágrimas, y sentí cómo una de ellas se deslizaba por mi mejilla.
Eddie se quedó en silencio, su mirada fija en mí, tratando de absorber cada palabra. Se acercó, y aunque la distancia entre nosotros era corta, me sentía más vulnerable que nunca. “No sabía que te sentías así,” dijo, su voz apenas un susurro.
“Claro, como si no fuera obvio, Ed. Pero estoy cansada. Estoy cansada de estar aquí, esperando que te des cuenta de que soy más que una amiga para ti.” La presión en mi pecho era abrumadora, y la realidad de mis sentimientos se hacía más clara.
“No quiero ser solo una opción para ti.” terminé, sintiéndome expuesta y al borde de las lágrimas. La combinación de la tristeza y la rabia me envolvió, y lo último que quería era que mis sentimientos lo asustaran o lo alejaran aún más.
Eddie se inclinó hacia mí, su expresión cambiando a una de sinceridad profunda. “Yo lo siento mucho, no quería que te sintieras así.”
Mis lágrimas comenzaron a caer libremente, y mientras los sentía deslizarse por mi rostro, comprendí que tal vez, solo tal vez, esta noche podría cambiar todo.
Se acercó lentamente, como si temiera romper la atmósfera delicada que nos rodeaba. Con cuidado, rodeó mi cintura con sus brazos, atrayéndome hacia él. Sentí el calor de su cuerpo, una sensación de protección que me reconfortó en medio de mi tormenta emocional. El silencio se alargó entre nosotros, un espacio en el que mis sollozos comenzaron a calmarse poco a poco, mientras él simplemente me sostenía.
Finalmente, rompió el silencio con su voz suave. “Lo siento de verdad,” dijo, su mirada profunda y sincera. “A veces soy un completo idiota, y no sé cómo reaccionar ante lo que siento. Pero no quiero que pienses que no me importas. Es justo lo contrario.”
Me miró fijamente a los ojos, y en su expresión había una mezcla de juguetonería y seriedad. “La verdad es que tengo miedo, ¿sabes? Miedo de que algo salga mal, de que nuestras risas se conviertan en lágrimas, de que si me atrevo a dar un paso adelante, no sea capaz de manejarlo. No creo que te merezca, pero quiero que sepas que te quiero con todo mi corazón.”
Mientras hablaba, acarició mi rostro con las yemas de sus dedos, secando mis lágrimas con un gesto tierno. Su toque era suave, casi reverente, y sentí cómo la calidez de su cariño comenzaba a calmar mi angustia.
“Lamento ser tan complicado y no saber cómo hacer las cosas bien,” continuó, su voz ahora llena de sinceridad. “No sé cómo manejar lo que siento, pero lo que más deseo es que no me pierdas. No quiero que te vayas.”
Las palabras de Eddie me envolvieron como un manto cálido, y por primera vez en mucho tiempo, sentí que tal vez, solo tal vez, estaba en el camino correcto.
“Ed…” susurré, tratando de procesar todo lo que me estaba diciendo. Su cercanía me llenaba de esperanza, y aunque sabía que había un largo camino por recorrer, su sinceridad me hizo creer que tal vez podríamos enfrentarlo junto
Eddie me abrazó con más fuerza, y, de repente, me sentí vulnerable, atrapada entre sus brazos y el sillón. Antes de que pudiera reaccionar, me tumbó, quedando él encima de mí, mirándome con una sinceridad que me desarmaba. Los latidos de mi corazón resonaban en mis oídos mientras lo observaba, buscando en su mirada alguna pista de lo que realmente sentía.
“Shh,” dijo suavemente, acercándose más. Su rostro estaba tan cerca que podía sentir su aliento cálido sobre mi piel. La luz tenue del departamento jugaba con las sombras, acentuando la intensidad de su mirada. Era un momento tan íntimo que casi podía olvidar lo que había pasado antes, las risas, los celos y la confusión.
“Solo escúchame,” continuó, y sentí que se me aceleraba la respiración. Cada palabra suya era un hilo que tejía un nuevo camino entre nosotros, un camino que temía recorrer, pero que a la vez deseaba con todas mis fuerzas.
Lo miré a los ojos, buscando respuestas. Era difícil ignorar el calor que emanaba de su cuerpo, la forma en que su mirada se posaba en mí como si estuviera intentando grabar cada detalle. “Eddie, ¿qué estás haciendo?” pregunté, mi voz temblorosa.
“No quiero perderte,” dijo, y esas palabras resonaron en mí como un eco. “Sé que he sido un idiota, pero, ¿podríamos intentar ser algo más que amigos esta vez?”
Su sinceridad me golpeó.
“No lo sé, Eddie,” respondí, sintiendo las lágrimas amenazando con escapar nuevamente. “Siempre estás en la cuerda floja entre el chico que me gusta y el que parece no importarle nada.” Mi voz se quebró, y, en un momento de vulnerabilidad, dejé caer mi guardia.
Eddie se acercó un poco más, sus ojos fijos en mí, como si cada palabra que decía contara. “No quiero que te vayas con el primero que se cruce en tu camino solo para olvidarme, y sé que esto es raro, vestidos de vampiros y todo, se que tarde un poco en darme cuenta pero...” bromeó, tratando de aligerar el ambiente, y por un momento, me hizo sonreír a pesar de la tensión.
Era una locura lo que estaba pasando, pero, mientras lo miraba, sabía que había algo real entre nosotros, algo que merecía ser explorado.
Nos miramos en silencio, el mundo exterior desvaneciéndose mientras nuestras miradas se entrelazaban. Era como si el tiempo se detuviera, cada segundo estirándose hasta el infinito, lleno de significado. La habitación se llenó de una energía palpable, y pude sentir el latido de mi corazón resonando en mi pecho.
Eddie, aún inclinado sobre mí, mantuvo su mirada fija en la mía. Sus ojos, llenos de sinceridad, parecían decirme todo lo que nunca había podido expresar. Sentí cómo la distancia entre nosotros se acortaba, un imán invisible atrayéndonos el uno hacia el otro. Era un momento cargado de promesas y posibilidades, de todo lo que podríamos ser.
Finalmente, sus labios se acercaron a los míos, lentos y deliberados, como si temiera que cualquier movimiento brusco pudiera romper el hechizo. Cerré los ojos, sintiendo su aliento cálido acariciar mi piel, y me dejé llevar por la magia del momento. Cuando nuestros labios se encontraron, fue como si todo cobrara vida de nuevo.
El beso fue honesto, lleno de la vulnerabilidad que ambos compartíamos. Sus labios eran suaves, exploratorios, y había una dulzura en su toque que me hizo sentir segura. Me devolvió todo lo que había sentido por él, y en ese instante, todas mis dudas se desvanecieron. Era solo nosotros, envueltos en un mundo que parecía pertenecer únicamente a nosotros dos.
Eddie inclinó un poco su cabeza, profundizando el beso, y la calidez que se expandía en mi pecho me hizo sentir viva. Era un beso lleno de amor, de esa conexión que había anhelado por tanto tiempo. La tensión que había existido entre nosotros se transformó en un sentimiento reconfortante, como si finalmente hubiéramos encontrado nuestro camino de regreso a casa.
Cuando nos separamos, nuestras frentes se tocaron, y sentí su respiración entrecortada mezclándose con la mía. Los ojos de Eddie estaban brillantes, y por un momento, el mundo exterior volvió a existir, pero esta vez, me sentí lista para enfrentar lo que viniera, porque sabía que, a su lado, podría ser quien realmente era.
“¿Qué hacemos ahora?” murmuré, una sonrisa tímida asomándose en mis labios, sabiendo que había dado el primer paso hacia algo nuevo y emocionante.
“Lo que sea que tú quieras,” respondió él, y en su voz, escuché la promesa de un futuro lleno de posibilidades y juguetón.
Lo miré a los ojos, una mezcla de risa y frustración burbujeando en mi interior. “Eres un idiota,” le dije con una sonrisa. “Podrías ser un gran actor con lo que hiciste para parecer tan borracho.”
Eddie soltó una risa baja, intentando mantener la seriedad. “Siempre he sido bueno para hacer teatro. Pero la verdad solo quería asegurarme de que no te fueras con ese tipo.”
Su sonrisa se amplió, y en ese instante, todo lo que nos había separado pareció desvanecerse. Nos miramos, y él se inclinó hacia mí, robándome un beso suave y tierno. Me reí entre los labios de él. “Eres un idiota,” murmuré, mientras él seguía robándome besos, cada uno lleno de cariño y complicidad.
“Quizás debiera seguir actuando así más a menudo,” bromeó, y ambos estallamos en risas, dejando atrás cualquier duda que nos hubiera atormentado.
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sinfonia-relativa · 9 months ago
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Hay un par de cosas que quisiera poder decir:
Estoy harta de que me hagan daño.
Me rompe el corazón que nadie me valore.
Me siento invisible para todos.
Quisiera huir lejos, incluso de mi.
Estoy cansada de que pongan cargas sobre mi, que siento que no puedo llevar.
Me agota ser la única que desea la paz.
Vivo agobiada de ser la que se calla para no hacer los conflictos más grandes.
Me duele ser la única que debe ser humilde siempre. Mientras los demás no.
Quiero ser amada y valorada.
Necesito un larga siesta en la que de verdad pueda descansar.
Moongirl
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melancolirio · 2 months ago
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Soy yo con todo mi malestar
Sonriéndole al que vea pasar, aunque por dentro me este a punto de derrumbar.
Le grito al viento con fervor que no puedo mas
pero cada día me demuestro que puedo continuar,
El cansancio no se nota, pero la verdad es que todo me agota.
Nube triste
14 notes · View notes
capsulas · 7 months ago
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El Club de las 5 de la Mañana: Un libro que no solo te inspira, sino que también te guía hacia una vida más significativa y productiva. A través de una cautivadora historia, Robin Sharma nos presenta un enfoque matutino que puede transformar nuestra vida.
La Magia de las Mañanas:
¿Qué harías si tuvieras una hora extra cada día? El Club de las 5 de la Mañana te invita a despertar temprano y aprovechar ese tiempo para ejercitarte, reflexionar y aprender.
La Fórmula 20/20/20 es clave: 20 minutos de ejercicio, 20 minutos de reflexión y 20 minutos de crecimiento personal. Estos minutos matutinos pueden marcar la diferencia en tu día.
Enfoque y Energía:
Simplifica tus actividades. No te dejes atrapar por lo trivial. Enfócate en lo importante.
La excelencia se construye a través de pequeños logros diarios. Cada actividad debe realizarse con excelencia.
La vida no es solo acumular cosas o alcanzar metas. Es vivir y disfrutar el presente.
Elimina las Distracciones:
Menos noticias, más verdad. Busca fuentes confiables y evita los noticieros que generan emociones negativas.
Redes sociales: ¿Te drenan energía? Considera eliminarlas o reducir su uso.
Evita los centros comerciales: Comprar cosas innecesarias distrae y agota.
Creatividad y Propósito:
La creatividad es la clave para la innovación y el éxito. Encuentra tiempo para crear y ser creativo.
Define un propósito claro para tu vida. Trabaja en proyectos significativos que te apasionen.
El Club de las 5 de la Mañana nos recuerda que nuestras mañanas son un lienzo en blanco. ¿Por qué no pintarlas con hábitos que nos impulsen hacia una vida extraordinaria? 🌅📘
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capi-art · 2 years ago
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Dibujo de Cherry y Sarik (@alanitaperez )
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La verdad esque Cherry no aguantaría tanto a Sarik ya que ella es muy energetica y eso cansa y agota a Cherry 😅😅
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venus-planeta-del-amor · 10 days ago
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2 ↬ liberosis: n. El deseo de preocuparse menos por las cosas.
Luka pasa toda su vida preocupándose. A veces, lo enfurece. La mayoría de las veces, simplemente lo agota.
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fandom: honkai star rail
recuento de palabras: 604
idioma: español (english ver.)
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Luka pasa toda su vida preocupándose demasiado, locamente; frenéticamente; defendiendo a personas que nunca son su responsabilidad de defender. Arriesga, sí, su seguridad y la soledad oscura y húmeda de la herrería. Y arriesga algo más cuando se arrodilla y rodea con su brazo a un niño tembloroso, de ojos muy abiertos y ojos oscuros.
Arriesga su libertad.
Luka siempre ha sabido que algún día se marcharía de Belobog. El pensamiento hierve bajo su piel como una brasa lejana, alimentada por el conocimiento de que la ciudad no lo ama y no lo extrañará cuando se haya ido. Ahorra el pan que puede para los niños que se quedan en sus rincones sombríos, pero su determinación es de hierro: no se quedará, ni por ellos, ni por nadie. Forjará un lugar para sí mismo en el mundo, uno que no lo mire hacia otro lado, uno que lo reciba con los brazos abiertos en lugar de en silencio. Un lugar al que finalmente pueda llamar, de verdad, hogar.
Todo eso cambia el día que conoce a Oleg.
Los recuerdos llegan en destellos. La guerra, el toque de queda. El olor a hierro de la sangre mezclado con el hedor del petróleo, los residuos de ceniza adheridos a su camisa y su piel. Una explosión, y luego... un niño, llorando bajo el peso de una viga corroída. Su cuerpo revolotea como el ala de un canario, sus labios tiemblan mientras intenta gritar pero no puede. Luka se congela; mira boquiabierto al niño, de la misma manera que una vez se miró a sí mismo. Recuerda ser ese niño de labios finos, con el pecho apretado por el terror de saber que la sombra de su padre se extendería a lo largo de su vida para siempre. El sonido del hierro contra el yunque, el peso de un destino más pesado que la muerte.
El brazalete carmesí no es un adorno: está empapado con los tendones de cada soldado que sangró para que Luka pudiera estar aquí, en este momento, sin grilletes. Así que levanta el brazo derecho, protege al niño de las fauces del monstruo y enjaula los hombros demacrados del niño con su fuerza. Por primera vez, siente.
Luka no se arrepiente de haber obtenido acero, en realidad no. Pero en las horas más oscuras de la noche, el resentimiento supura en el silencio. Mira fijamente el brillo metálico de su extremidad, tirada sobre su saco de dormir, el brillo opaco lo provoca. Piensa: Ya podría haberme ido. Podría estar en un lugar mejor si no fuera por ti.
Esa amargura nunca dura mucho. Luka siempre recuerda las palabras de Oleg: Siempre habrá gente mala en todas las épocas, Luka. Incluso si los monstruos de Fragmentum desaparecen, la gente seguirá luchando por las más pequeñas migajas de poder. Y mientras la gente mala permanezca en el Inframundo, Luka sabe que debe luchar por los buenos que necesitan protección.
Cada vez que su mirada se posa en la tela roja de su brazalete, recuerda el infierno que le hirvió el pecho aquel día, el momento en que su carne y la manga de su camisa se hicieron jirones. Ese calor lo une a Wildfire. Lo une al Inframundo.
A veces, lo enfurece. La mayoría de las veces, simplemente lo agota.
Esas noches, Luka se levanta y deambula bajo el dosel de estrellas falsas, cuyo brillo es un pálido eco del mundo sobre Boulder Town. Las mira con picardía y se pregunta, en lo más profundo de su corazón, si existe una palabra para describirlo: este amor infinito para un universo que no sabe cómo corresponderle.
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gate-to-horizon · 3 months ago
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A aquellos que no deben olvidar regalarse flores.
Si mi esencia fuera regalar flores, te daría un ramo para animar ese mes, pero esa no soy yo. ¿Sabes cual es mi esencia? Regalar letras organizadas de la manera aquella en la que a mi cabeza le gusta divagar.
A veces, cuando uno camina por una acera un poco más rápido que los que van al frente, tiene la oportunidad de sincronizarse por un segundo con seres maravillosos que nunca llega a conocer del todo.
A veces, se da vuelta a una esquina y tas! Alguien que hace rato no veías viene caminando hacia ti (si estás de malas, es alguen que no te querías encontrar) y luego sigues caminando, y ellos tambien... Y así hasta que coinciden... ¿Y luego? Pues siguen caminando y cuando ya no lo notas, se están dando la espalda y van hacia direcciónes opuestas.
A veces, cuando se camina de afán, de repente nos vemos atrapados detrás de alguien que vá con el ritmo de aquellos que buscan piedritas que patear para fingir que conocen realmente el sendero que recorren... Y entonces caminas... Y caminas... Y caminas detrás sin encontrar una forma de decirles que están atravesados y si no se hacen a un lado, en algún momento tus ganas de hacer camino a la fuerza te pueden superar; pero inevitablemente de una manera u otra, pasas por un costado, o la mitad de la calle, o toman diferentes curvas... O solo, lo inevitable se hace tácito y los empujas porque "se hace camino al andar."
A veces, caminas durante horas, cambias de rumbo, das vuelta a todas las esquinas posibles en un trayecto, y jamás encuentras otra alma cuyo divagar coincida con el tuyo. En ocasiones es alarmante la calma del alba y hasta se cortan los pensamientos y se hacen añicos las tripas con un único sonido de una "moto de ñero" que viene hacia ti... Y surge ese pensamiento inevitable de persona nacida en el platanal "marica ¿Dónde putas me guardo el celular para que no me lo pillen si me atracan?, que gonorrea, y yo que justo me vine con los zapatos y el reloj chimba..." Y ¿sabés qué? La mayoría de las veces no pasa nada, nadie para, la moto pasa, era un Rapp... Entonces ¿Por qué solo recordamos el susto, las veces que sí pasa y ese frío en cada hueso de las manos?
Hay tantos escenarios posibles como árboles en la tierra... Y dato curioso, (que te soy sincera, la verdad no he comprobado. Porque si es falso, es algo que quiero seguir creyendo) hasta dónde sabemos, hay más árboles en la tierra que estrellas en la Vía Láctea.
No siempre aquellos a quienes encontramos en el camino son personas. Algunos son insectos, árboles, atardeceres, un cielo estrellado, una luna, la lluvia y más de una que otra vez, ese alguien, es una canción, un recuerdo, un sentimiento que habiamos enterrado en un lugar lejano al que nunca quisimos volver.
Pero... ¿Sabes qué siempre es constante en este multiverso de aceras caminadas? Qué, quién marca el ritmo, sufre los pasos, agota las suelas de los zapatos y gasta cuantos segundos le plazca en solo detenerse a respirar... No puede ser otro que tu.
Es dificil hacerlo y reconozco que es incluso un descaro de mi parte creer que me encuentro en condición para decirlo sabiendo lo ignorante que soy. Pero mereces que alguien lo diga de una manera que no suene burda.
Al final, cuando la suela de los zapatos no dé más, cuando la rodilla mala te demuestre qué tanto puede doler, cuando el bastón no sea suficiente para ayudarte a transitar más que unos metros. Cuando la memoria esté copada, la pasta térmica del procesador esté gastada de años de uso, cuando el ventilador funcione a medias cada que respiras y tu cabeza saque errores por estar al borde de fritarse, cuando el cable de poder esté gastado y lance latidos irregulares y entonces tengas que elegir cuáles carpetas conservar y a cuales darles "delete" ¿Que quieres recortar? Las manos frías y el nudo en la garganta cuando un ñero muy ñero del centro te dijo "oe, ¿Me va a dar la hora?"... La moneda de divisa extranjera que te encontraste en medio de la nada... Esa flor silvestre que nunca habías visto y que posee una belleza que no creerías posible si no la hubieses apreciado tu mismo... Esa gonorrea de día en la que un carro pasó a toda por un charco al lado tuyo... El amanecer en un jacuzzi luego de una noche estrellada... El día en que se despegó la zuela del zapato a medio camino... Cuando fuiste el afortunado elegido para que una mariposa se posara en ti... Cuando cruzaste una serie de miradas sinceras que la verdad no esperabas que terminaran por ocultar una historia... O quizá cuando no volviste a ver esa mirada específica...
¿Sabes? A veces hay que cruzar la calle y solo, seguir por la acera de enfrente.
Feliz octubre 🎃🖤
01)10/24 13:54
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rollingthvnder · 2 months ago
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se te puede hablar por dm? 🥺
no pesco mucho la verdad :( porque siempre es lo mismo de hola cómo estás qué haces jsjdjs e intentar mantener esas conversaciones con tanta gente me agota kdjdsj estar en tumblr es para relajarme un rato, no para sentir presión de si le respondí o no a personas x
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sxcondchances · 3 months ago
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𝗔 𝗞𝗜𝗡𝗚 𝗪𝗜𝗧𝗛𝗢𝗨𝗧 𝗢𝗣𝗧𝗜𝗢𝗡𝗦.
A veces me pregunto si todo esto tiene sentido. No hablo del mundo en general, aunque eso también me agota. Hablo de lo que se espera de mí, de la manera en que cada decisión parece estar predeterminada antes de que siquiera pueda pensar en ella. Es como si el aire a mi alrededor estuviera controlado, como si cada respiro estuviera cronometrado para encajar en el esquema de algo más grande, algo que no elegí.
La gente suele decir que nací con suerte, pero no estoy tan seguro de que entiendan lo que eso significa. Sí, tengo un techo sobre mi cabeza, más que eso, un maldito palacio, con paredes tan altas que a veces parece que están diseñadas para que nunca pueda ver el mundo real desde dentro. Pero también hay cadenas. Invisibles, claro. El tipo de cadenas que no puedes cortar con una espada ni romper con fuerza. Son las cadenas de lo que los demás esperan de ti.
Mi dilema, si es que se puede llamar así, es que todos parecen pensar que es normal. Que para mí, esto debería ser lo único que conozco, lo que quiero. Como si no pudiera sentir otra cosa. "Serás rey", dicen, como si eso lo cubriera todo. Como si esas dos palabras fueran la solución a cualquier duda, a cualquier pequeño anhelo. Pero ser rey significa renunciar. No te lo dicen así de frente, pero lo intuyes, lo sientes. Renunciar a todo lo que haces con el corazón, a todo lo que podrías haber sido.
El amor, por ejemplo. Todos hablan del amor como si fuera algo que les pertenece, algo que puedes alcanzar como si solo tuvieras que estirar la mano y tomarlo. Pero no para mí. No para alguien que nació para algo más "grande", o al menos eso dicen. Para mí, el amor no es una opción, es una negociación. Un trato sellado con sellos de cera y viejas palabras escritas en papel amarillento. Cualquier sentimiento real tiene que ser filtrado, tamizado a través de lo que conviene, de lo que es adecuado. ¿Cómo puedo amar cuando amar de verdad sería rebelarme? Y ya sabemos que los rebeldes no duran mucho en las monarquías.
Por eso, he renunciado a pensar por mí mismo en algunas cosas. Es más fácil así, ¿sabes? Fingir que no tienes elección. Que todo está decidido y que lo mejor que puedes hacer es sentarte, sonreír y seguir el guion. A veces me pregunto si es algo cobarde, pero luego me detengo. Tal vez lo sea. Tal vez aceptar lo que otros esperan de ti es lo más cobarde que puedes hacer, pero hay días en los que simplemente no tengo la energía para luchar. Porque, ¿qué cambias realmente? El trono no desaparece si te resistes. Solo te arrastra con más fuerza.
Hasta ahora, las pequeñas decisiones que aún puedo tomar son las que me mantienen... cuerdo, supongo. Elegir qué música escuchar cuando estoy solo, los libros que leo en las noches que no puedo dormir, o las conversaciones que tengo con extraños que no saben quién soy. Eso me da algo de paz. Poca, pero es algo. Siento que esas decisiones son lo último que me queda antes de que tenga que renunciar por completo. Y quiero disfrutarlo, aunque sea por un tiempo limitado.
Sé que cuando me nombren rey, será el punto de no retorno. Mi vida, mi verdadero yo, quedará enterrado bajo capas de deber, protocolo y sonrisas falsas. Ya no tendré el lujo de elegir nada por mí mismo. Ni siquiera podré pensar en lo que podría haber sido. Simplemente, seré lo que los demás necesitan que sea, lo que esperan que sea.
Así que, mientras tanto, mientras este momento final no llega, vivo por esos pequeños momentos de libertad. Porque cuando todo eso desaparezca, ¿qué quedará de mí? ¿Quién será Carter, realmente? Un nombre en la historia, tal vez. Una figura más en un largo linaje de reyes. Pero, ¿seré algo más? Quizá. Pero lo que está claro es que no seré yo. Y eso, en el fondo, es lo que más me aterra.
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s-boy-world · 1 year ago
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Lucha por la verdad
Desde mi percepción lo que llamamos verdad es un acierto colectivo del cual no todos estarán de acuerdo, eso me hace llegar al hecho de que cada quien vive su propia verdad que se puede dudar por lo que también puede ser una mentira con la que son felices.
Me agota luchar por una verdad no colectiva que vive en la cuerda floja, que tú veas el mundo con unicornios, no significa que yo deba... sí a mi me gusta ver el mundo con fantasmas, eso me hace feliz en su medida, ¿Qué sentido tiene tratar de convencerme de lo contrario? Es Res-pe-to, otra cosa es que a algunos les cueste.
No veo justo tratar de obligar a alguien de ver el mundo como lo veo yo, sería cruel sinceramente, le puedes proporcionar más dolor que calma. A veces, lo más justo es dejar que cada quien viva su realidad, sí reflexiona son decisiones y sí no, pueden pasar dos cosas, algo bueno o algo malo, si aprende o no, no está en nuestras manos, como ellos no tienen nuestra vida en su control.
Sad_Boy_World
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itsjaywalkers · 5 months ago
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¿por qué te entra ansiedad en internet? Mencionas en un post anterior jajaja
no sabría decirte nonnie.. tengo ansiedad diagnosticada así que existir en general me provoca ansiedad JAJAJAJA. en cierto sentido, internet incluso me lo hace más llevadero, porque hay algunas cosas que . simplemente no me afectan porque no son serias y tengo una vida fuera de tumblr y un alquiler que pagar y un trabajo que me agota física y mentalmente o sea que un par de insoportables mandando odio o criticándome desde anónimo solo me da pena y a veces hasta me hace reír
pero cuando se trata de interactuar con otras personas o mandarles un mensaje o compartir lo que escribo donde todo el mundo puede verlo.. pues es bastante estresante!!
no tengo una respuesta concreta la verdad, la ansiedad no es algo demasiado racional me temo </3
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d-u-d-a-s-ss · 5 months ago
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Odio tanto tanto tanto tanto mi cuerpo, desearía que las luces se apagaran para siempre para que nadie pueda volver a verme, para no tener que volver a verme a mí misma.
Me agota mental y emocionalmente no tener una autopercepción corporal clara, en un momento me veo demasiado gorda y siento que todos hablan de lo grandes que son mis piernas y burlándose de mí, a los 5 minutos paso por el espejo y me veo demasiado delgada al punto que pienso que todos estan hablando de mis piernas y juzgando mi delgadez y solo por eso como más, porque siento que en secreto todos piensan que no soy bonita si soy muy delgada y como menos porque siento que no soy bonita si no soy muy delgada.
He subido de peso a propósito pero se unió con la ansiedad que me está generando otros problemas de los que no quiero hablar, la verdad considero que desde hace algunos años soy bastante saludable (físicamente), pero no dejo de sentirme en un eterno conflicto con mi cuerpo, quiero esconderme y que nadie nunca vuelva a ver ni un centímetro de mí, mi corazón no aguanta más daño
Me siento infinitamente cansada de luchar con mi cuerpo y a veces siento que ni siquiera lo odio, solo mi mente no funciona bien cuando debo gestionar algo relacionado con mi cuerpo y enserio me siento agotada
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sinfonia-relativa · 9 months ago
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No me halló en ningún lugar, estoy encapsulado en un bucle sin salida últimamente y la verdad, en ocasiones me agota no saber a donde parar.
Sad_Boy☕
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sacodeboxeo · 9 months ago
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No sé qué escribir, se me acabaron todos los recursos disponibles para sentirme bien, ya es viernes 22 de Marzo, la gente alegre, cada quien haciendo lo suyo disfrutando su día o realizando alguna actividad que lo impulsen a seguir adelante, tengan o no un mal día, están concentrados en sus asuntos para resolverlos p disfrutarlos. Yo estoy en un limbo, en un vacío de que no estoy disfrutando nada, estoy desganada, harta y al mismo tiempo nada me importa, nada me interesa, nada me motiva. Me estoy moviendo porque me tengo que mover, porque es lo que me queda por hacer, yo quiero estar normal por el amor a Cristo, quiero sentirme tranquila mentalmente, ojalá está mierda se me quitara con algún placer sano pero es que ni eso, ya ni estoy disfrutando bailar, no estoy disfrutando comerme un chocolate o cualquier chuchería, me cuesta un mundo hacer deporte, estoy totalmente desinteresada el día de de hoy en hacer algo que me haga sentir mejor, sólo me queda escribir estás mierdas mientras estoy sentada en un centro comercial haciendo nada, viendo cómo carrizo me muevo o haga algo con mi existencia; que fastidio de verdad, quisiera tener la mente de una persona básica que disfruta las cosas mínimas de la vida y se mueva con la corriente de las circunstancias, porque a mí ni las circunstancias me mueven, de verdad ¿Cómo hago para no sentirme más así? ¿Será que mi fuente de motivación sería dejar de sentirme así? ¿ Hacer lo que sea para no sentirme comoe estoy sintiendo? Porque parece que ni eso, las energías hasta para dejar de sentirme mal se me agota, ya ni disfruto la música que me gusta, me cuesta empezar a dibujar, ni siquiera me muevo lo suficiente para ganar dinero, tuve una oportunidad para ganar algo de dinero y lo rechacé porque honestamente me daba demasiado fastidio hacer el trabajo y realmente si tengo necesidad de ganar más dinero, pero no quería tomar ese trabajo porque la paga me parecía poca para la cantidad de trabajo que me tocaba hacer.
Estoy entrando como en un nivel de desesperación mental y no sé si eso me ayudará a moverme, espero que sí. Por fin, se me acaban de salir las lágrimas en este momento, ya me estaba preocupando de que no iba a sentir absolutamente nada, de que estaba totalmente muerta por dentro o algo así. Sinceramente que semana de mierda, o más bien semanas de mierda, quisiera poder publicar este escrito en mis redes sociales para que mis conocidos me leyeran y me ayuden en algo, porque yo misma ya no encuentro solución a mi problema mental, que la gente me lea sin juzgarme y me ayude a buscar alguna alternativa, alguna solución. Pero eso no va a pasar, porque las pocas veces que he hecho algo así, lo que hace la gente es molestarse por mi malestar, diciendo que no debería sentirme así porque otras personas la están pasando peor que yo o que no tengo ninguna dificultad en la vida para que me esté sintiendo así... ¡Por favor! ¿Creen que me siento así por gusto? ¿Creen que gasto $80 entre el psiquiatra, psicólogo y medicamentos por gusto? Ojalá hubiera invertido esa plata en otra cosa si realmente no tuviera nada en mi cabeza, si realmente me sintiera mejor, ya me hubiera comprado una moto o ropa bonita para presentarme mejor en el trabajo, pero no, me he gastado una buena plata para sanar mi malestar y aún así cuesta.
Me siento molesta con la vida, con mi cabeza, no sé con quién me tengo que molestar, porque pareciera que nada me hace feliz o sólo me hace feliz por momentos, estoy en una montaña rusa emocional donde las subidas son pocas y las bajadas son cada vez más profundas. Pondré como meta de vida, es en tratar de sentirme lo mejor posible en medio de las tempestades e inestabilidades emocionales, de no dejarme derrotar por la apatía y el desgano, en moverme como sea con tal de no sentir que estoy viviendo por vivir.
Que fastidio, de verdad que fastidio. Ahora no puedo disimular una el llanto en público. Por lo menos me estoy sintiendo un poquito mejor después de escribir toda esta maraña de palabras, por lo menos soy inteligente y trato de gestionar lo mejor posible mis emociones, quisiera escribir un poema sobre mi malestar para publicarlo en mi Instagram, quiero hacerle saber a la gente de que yo no estoy viviendo bien, pero quiero hacérselo saber de manera sutil e indirecta, disfrazado de poema, porque quiero sentirme escuchada.
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moongirl-26 · 1 year ago
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Hace poco me dijeron : “ Tienes una fuerza interior increíble ” Aquel comentario me hizo sentir bien , me lleno de valor que alguien pudiera ver esa parte de mi , por que es de las pocas cosas positivas que puedo reconocer sobre mi. Aunque reconozco también que algunos días se me agota esa fuerza que me hace seguir amando como lo hago , sintiendo como siento , siendo como soy y lo único que quiero es desaparecer. Algunos días quisiera darme por vencida y no luchar más por nada ni por nadie ni siquiera por mi , pero me obligo y me esfuerzo por continuar, no me dejo caer , sangrando y sintiéndome derrotada me vuelvo a levantar , una y otra vez. Dando un suspiro y mirando al cielo rogándole que me ayude a continuar pongo de nuevo los pies sobre el suelo y sigo caminando... Algunas noches cuando por fin llego a casa me dejo caer en la cama y mirando al techo me pregunto ¿como lo he logrado? ¿Como he podido sobrevivir a la guerra de mi vida un día más? La respuesta a esas preguntas está en el fondo de mi corazón y es que sé muy bien que si me descuido y caigo y no me levanto con rapidez , ya no podré hacerlo, ya no habrá nada ni nadie que me saque del hoyo en donde caeré , también se que me recompongo por amor a los demás y no por mi. Y aunque algunos días esa fuerza interior se sienta en 0% de alguna manera me obligo a seguir , pero la verdad es que todo el tiempo estoy agotada y cansada y quisiera dormir por días enteros, pero esa misma fuerza no me deja y me hace cuestionarme entonces ¿si realmente sobrevivo por mi fuerza o por pura ansiedad? Esa misma que me produce la carga de sentir que es mi responsabilidad que todos los que amo estén bien.
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