#la seda y el opio
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savagegardenrpg · 10 days ago
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¡Nuestra primera Trama Global está activa!
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Es el año 1837 y una joven Alexandrina Victoria acaba de ser nombrada como Real Soberana del Reino de Inglaterra, dando inicio a lo que conocemos como Época Victoriana.
En estos momentos, “Jardine, Matheson & Co” es la Firma de Exportaciones más poderosa de todas. Tal es su nivel de importancia e impacto, que muchas autoridades tienen intereses públicos y privados respecto a la Compañía. Mientras la prensa celebra estos hitos, algunos más conservadores ven con malos ojos el evidente monopolio o cuestionan la inserción de drogas como el opio en la cultura oriental.
No faltarán los detractores del emergente capitalismo ni del tráfico de drogas: Aquellos que teman a una guerra o que no tengan intereses privados de por medio y que no se dejen comprar ni intimidar, serán una piedra en el zapato para Jardine.
Esta polarización cimentará poco a poco los primeros antecedentes de la Guerra.
En esta arriesgada empresa, con tanto dinero sucio y arreglos turbios de por medio, las redes de espionaje son fundamentales para sobrevivir.
¿Te atreverás a ser parte de este mundo?
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la-semillera · 2 years ago
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TRACEY EMIN & ANAÏS NIN
(Diciembre de 1941)
George Barker era terriblemente pobre. Quería escribir más relatos eróticos, y escribió ochenta y cinco páginas. El coleccionista consideró que los cuentos eran demasiado surrealistas. A mí me gustaron. Sus escenas de amor resultaban desmesuradas y fantásticas: amor entre trapecios. Se bebió el primer dinero, y yo no le pude prestar nada, salvo más folios y más papel carbón. George Barker, el excelente poeta inglés, escribía erotismo para beber, como Utrillo pintaba cuadros a cambio de una botella de vino. Empecé a pensar en el viejo al que todos odiábamos. Decidí escribirle, dirigirme a él directamente, explicarle cuáles eran nuestros sentimientos
"Querido coleccionista: le odiamos. El sexo pierde todo su poder y su magia cuando se hace explícito, mecánico, exagerado; cuando se convierte en una obsesión maquinal. Se vuelve aburrido. Usted nos ha enseñado, mejor que nadie que yo conozca, cuan equivocado resulta no mezclarlo con la emoción, la ansiedad, el deseo, la concupiscencia, las fantasías, los caprichos, los lazos personales y las relaciones más profundas, que cambian su color, sabor, ritmos e intensidades.
Usted no sabe lo que se está perdiendo a causa de su examen microscópico de la actividad sexual, que excluye los aspectos que constituyen el carburante que la inflama. Aspectos intelectuales, imaginativos, románticos y emocionales. Eso es lo que confiere al sexo sus sorprendentes texturas, sus sutiles transformaciones, sus elementos afrodisíacos. Usted está dejando que se marchite el mundo de sus sensaciones; está dejando que se seque, que se muera de inanición, que se desangre.
Si alimentara usted su vida sexual con todas las excitaciones y aventuras que el amor inyecta en la sensualidad, se convertiría en el hombre más potente del mundo.
La fuente del poder sexual es la curiosidad, la pasión. Está usted contemplando cómo su llama se extingue por asfixia. El sexo no prospera en medio de la monotonía. Sin sentimiento, sin invenciones, sin el estado de ánimo apropiado, no hay sorpresas en la cama. El sexo debe mezclarse con lágrimas, risas, palabras, promesas, escenas, celos, envidia, todas las variedades del miedo, viajes al extranjero, caras nuevas, novelas, relatos, sueños, fantasías, música, danza, opio y vino.
¿Cuánto pierde usted a través de ese periscopio que tiene en el extremo del sexo, cuando puede usted gozar de un harén de maravillas distintas y nunca repetidas?
No existen dos cabellos iguales, pero usted no nos permite gastar palabras en la descripción del cabello. No hay tampoco dos olores iguales, pero si nos extendemos sobre eso, usted exclama: "Supriman la poesía." No hay dos cutis con la misma textura, y jamás la misma luz, o temperatura o sombra ni el mismo gesto, pues un amante, cuando es movido por el verdadero amor, puede recorrer siglos y siglos de tradición amorosa. ¡Qué posibilidades, qué cambios de edad, qué variaciones de madurez e inocencia, perversidad y arte…!
Hemos estado hablando de usted durante horas, y nos hemos preguntado cómo es usted. Si ha cerrado sus sentidos a la seda, a la luz, el color, el olor, el carácter y el temperamento, debe estar usted ya completamente marchito. Existen multitud de sentidos menores, que discurren como afluentes de la corriente principal que es el sexo, y que la nutren. Sólo el pálpito al unísono del sexo y el corazón puede producir el éxtasis.
Anaïs Nin, Diario III (1940-1943). Editorial RBA libros 2012. Traducción de Enrique Murillo.
Tracey Emin, Love me-me-me (1997)
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nestordiaz · 3 years ago
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NO TODOS SABEN QUE... Gran Bretaña invadió de opio a China y convirtió al pueblo chino adicto a esta droga. En el siglo XVII los ingleses tenían gran demanda de té, seda y porcelana que compraban a China, pero el emperador chino empezó a exigir el pago de sus productos en plata. La baja producción de plata de los británicos imposibilitaba la compra, sin embargo conocía que los chinos consumían opio, entonces comenzó a exportarlo ilegalmente convirtiendo al pueblo asiático dependiente de la droga al punto que llegó el momento que la seda, el té y la porcelana la adquirían cambiandola por opio. Las exportaciones ilegales crecieron vertiginosamente 15 toneladas en 1730 a 75 toneladas en 1773. Era un escándalo hasta que el emperador chino, en 1829, prohibido la venta y consumo de opio a causa del gran número de adictos. En la primavera de 1830, confiscó e incinero más de 20.000 cajas de opio, además envío una carta a la reina Victoria pidiéndole que respetará las reglas del comercio internacional y no comerciara con sustancias tóxicas. Revista Farandula Trujillo Farandula Showbusiness https://www.instagram.com/p/CetbENkuiTB/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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mkds9 · 3 years ago
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[ Kirguistán ]
País del Asia Central que limita con China, Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán. Fue parte de la ruta de la seda y ha conservado gran parte de su cultura e independencia gracias a estar en una zona montañosa de difícil acceso. Son poseedores de buenas reservas de oro y tierras raras, y sólo puede cultivarse en poco menos del 10% de su suelo. Su fuerte económico es la ganadería de ovejas, caballos y reses, pero también practican la agricultura de algodón, frutas, tabaco, seda y opio. La población es mayoritariamente rural. Aunque el ruso es idioma oficial, también se habla kirguiso como lengua principal. Por mucho tiempo se practicó el ateísmo, pero ahora es una región musulmana, aunque también hay población católica. Su deporte oficial es el futbol., aunque también se practica balonmano, atletismo, equitación y artes marciales, entre otros.  Viajar en sus carreteras viejas y con acantilados es muy peligroso, por lo que el caballo es su medio favorito de transporte. Su moneda es el som kirguís, que vale aproximadamente 20 centavos mexicanos. Su población es de casi 7 millones de personas.
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zoevaldes · 3 years ago
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Comenzará inserción efectiva de #Cuba en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, con #China -
Comenzará inserción efectiva de #Cuba en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, con #China –
Por Redacción ZoePost. Pocos han hecho caso de esta noticia que da el Granma real de Cuba sobre un paso económico que no sólo le regalará gran respiro y ganancias al régimen, además pudiera fastidiar la legendaria Ruta de la Seda, que como saben se convirtió con las sucesivas Guerras del Opio y la industrialización y el comunismo del PCCH en la Ruta (al revés) del Petróleo. Mucho ojo con esta…
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munove · 6 years ago
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Afganistán, el jardín del opio
Años 60. Un cuarteto de melenudos, de Liverpool, compone la mítica Lucy in the Sky with Diamonds. Son los años del LSD, de la sicodelia, del desfase y desenfreno. Los hippies, llegados de todos los rincones del planeta, desembarcan en Afganistán siguiendo los pasos del inmortal Marco Polo y su Ruta de la Seda. ¿Por qué el país centro asiático? Su hachís y, sobre todo, su opio eran los mejores del mundo. Y si tu objetivo es drogarte uno tiende a buscar la mejor calidad.
etiquetas: afganistán, jardín, opio
» noticia original (www.elindependiente.com)
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ichtys · 6 years ago
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El tesoro de los peces del infierno
Quisiera que mis recuerdos estuvieran
atravesados por la luz de Rembrandt
y no por esas reproducciones tan lánguidas
que pendían de un hilo en las paredes del hospital.
En el año de la desgracia también hubo un puente de paredes vidriadas
que surcía una sala de espera pequeña
con otra más grande y más cerca de la muerte
como se une al lugar de espera con el fuego y la descarga
que cose neurona con neurona
hasta llegar a una modesta conclusión:
la oscuridad es un camino, la luz un lugar,
la vida un vaso errado
que descompone sus paredes al contacto con el agua.
La idea que empieza como idea termina muerta
y el vago pensamiento
formado por el aire donde las almas se vuelven salvajes
desplazado por los engranajes de la melancolía
con su destreza de caballo fantasma
llega a convertirse en una voz, desde lejos,
que nos deja saborear en la misma boca
el regusto oxidado que el tiempo deja.
Solípedos caballos que tiran
de carros como blandas amapolas
dan sus vueltas a una pista mental
cuando la tarde se queda sin fichas y desploma
su letanía en la inquieta ausencia, se oyen
las máquinas escupiendo barritas de cereales, papafritas
latas de coca cola que siselan el vacío
al golpear en el buche forrado de goma
con un tímido ploc.
Hay personas pero no hay nadie concreto
no hay presencia, solo cuerpos
inyectados en la red de pasillos
que atraviesan como venas la carnaza del hospital,
ahí donde es el hábitat controlado del silencio
que más se parece a la muerte
enamorado de ella anidó para siempre y envuelve
todo con su gasa de medicina y de falsa complejidad.
Hay personas pero no hay nadie
sólo cuerpos, el olor a desinfectante queda y los murmullos, alelados,
que llegan desde la calle:
alguien nombra la palabra futuro con cierta inhabilidad
(y alguna resignación)
otro con ingenio azucarero describe
todas las formas de arrebatar un botón
y de nuevo adentro el intermitente pip al que rogamos crédulos
como si los pasos inciertos de un Zeus tonante fueran.
Hay un niño triste que juega, un poco más allá,
con un muñeco de acción, tal vez un héroe,
un Jonás de hueso y arterias
engullido por la estructura del hospital.
En una pieza podría estar su madre
después de una ardua intervención
la piel blanda hidratada por el suero, los ojos opacos del opio
o postrada mientras reflexiona
sobre la fría mirada de la muerte
que la tomó entre sus dedos
y la trajo de vuelta al más acá.
Y ahora que ya creció un poco la vida se completa
corre por su cabeza como un película continua
y luego crece un poco más y los recuerdos, adulterados
se van desvaneciendo como una mancha de spray
sobre un vidrio que también es un espejo
y después ya sólo queda un latido tenue, una aureola
y más tarde ni siquiera eso
apenas recuerdos de los recuerdos
que se niegan a la descomposición.
Y ahora soy ese niño en otro hospital,
es un invierno helado y estoy completamente solo en el mundo
el nosocomio nuevo lo habitan
otros seres de la buena voluntad
los que no han podido estar seguros
de todas las cosas que se ven
-afuera no es muy distrito (afuera es parecido) un poco al revés-
hay un hombre japonés que cuida de su mujer
como si fuera una estatua de seda
hay una señora o señorita que pasea
un perro pequeño que no se puede ver
le cuenta anécdotas del pasado
errores que fueron determinantes
está la señora de rulos con una melena gigante
siempre sentada frente al televisor.
Todos los objetos demuestran el paso del tiempo
y la sobrevida rodeados de quienes no los pueden cuidar
por no decir que está todo roto.
Sentada en el parque, mucho más lejos que la distancia que indican los metros,
ahí estaba ella, el pelo largo crecido sobre los hombros
del color que tiene el hormigón cuando se seca
ha envejecido cien años en lo que tarda en llegar el colectivo
yo la miro y me pregunto cómo pudo suceder
ella inventa un esfuerzo y se produce aquello parecido a una sonrisa
el sucedáneo en el rostro de los que ya no están entre nosotros.
No hay un señor japonés, un perro que no se ve, ni mira televisión
hay en cambio un destino oscuro
que se cierne sobre su corazón
y su mente meticulosa que teje punto por punto
el sendero sinuoso que llega hasta el último puente arbolado.
Al cruzar sobre las vías del Premetro
el salto del colectivo me despertó
viajo de vuelta hacia la civilización.
Cae la tarde sobre el domingo
como una pesa que aplasta un papel,
enfrente mío aparece el resto del mundo:
una masa uniforme de objetos que no me pertenecen
dibujados en la penumbra por los rayos inclinados
que deja el sol antes de oscurecer.
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estebanalbertogonzalez · 6 years ago
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LA BURGUESÍA Y EL NACIONALISMO (tercera parte: China).
Capítulo 6.
CHINA.
Mapa Google:
https://maps.google.com/maps?q=China&hl=es&ie=UTF8&sll=37.0625,-95.677068&sspn=34.808514,86.572266&oq=china&t=h&hnear=Rep%C3%BAblica+Popular+China&z=4
La geografía de China.
La superficie terrestre de China es de 9.600.000 (9.596.960) kilómetros cuadrados y en el mundo ocupa el tercer lugar por su extensión territorial, después de Rusia y Canadá. Posee cinco mil islas e islotes y Hainan tiene una superficie de 34 mil kilómetros cuadrados; con la inclusión de Taiwán, se agrega una superficie de 36 mil kilómetros cuadrados. China tiene cuatro regiones, diferenciadas por las características territoriales y la altura sobre el nivel del mar; la declinación terrestre es de oeste a este. Las tierras altas, con más de cuatro mil metros, están en la región sudoeste y forman la meseta Qinghai-Tíbet; alrededor de la misma, se elevan montañas muy altas como el Himalaya, con 8848 (8850) metros de altura del monte Everest; el pico más elevado de las montañas Kunlun tiene 7.719 metros de altura sobre el nivel del mar. La región centro-oeste, ubicada a 1.000-2.000 metros sobre el nivel del mar, tiene las mesetas: Yunnan-Guizhou, Loess y Mongolia Interior; además, posee las cuencas: Tarim, Sichuan y Junggar. Las cordilleras Xuefeng, Wushan, Taihang y los montes Gran Khingan o Hinggan Mayor pertenecen a dicha región; los montes Celestes (Tian Shan) alcanzan una altura de 7.439 metros sobre el nivel del mar, con el pico Pobedy (nombre actual: Pico Jengish Chokusu); el desierto Takla Makan está situado más abajo. (EL INVESTIGADOR POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Propietario: González, 1992, pp 4 y 5). La meseta de Mongolia Interior se caracteriza por un suelo plano y “…un clima árido, lo que explica la formación de desiertos de guijarros y dunas como los de Gobi y Ordos”(21) (LA ENCICLOPEDIA HISPÁNICA. Vol. 5, p 50). La región del este, desde la altura de 500 y 1.000 metros sobre el nivel del mar, tiene las llanuras del centro-sur-este, del norte y del nordeste; posee colinas y montañas, pero con alturas más bajas que otra región con elevaciones muy altas; de norte a sur: la cordillera de Changbai y las montañas Dabie; las cordilleras Wuyi y Nanling pertenecen a dicha región. La región marítima continental tiene, de norte a sur, tierras bajas y arenosas porque desemboca el río Yangtsé en el mar Oriental; al este y al sur, el terreno se caracteriza por un declive áspero, costas muy recortadas y los ramales bajos de las montañas se prolongan hasta contactar con las aguas del mar; las rocas abundan. Las penínsulas se ubican al este de China y tanto la de Shandong como la de Liaodong rodean el golfo de Po Hai; la península de Leizhou se sitúa en el lado superior del Estrecho de Hainan. La bahía donde desemboca el río Si Kiang y la bahía de Hangzhou, situada en el sur de Shanghái, pertenecen a esta región. (EL INVESTIGADOR POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Propietario: González, 1992, pp 5 y 6).
La dinastía Tsing.
Durante el siglo XIX, la dinastía Tsing se caracterizó por varios problemas que no favorecieron su gobierno en China. Entró a dicho siglo desde una posición gubernamental muy decadente, porque la pobreza caracterizó a las infraestructuras existentes: los caminos eran obsoletos y las ciudades más peligrosas, por las pérdidas de sus fortalezas militares. La economía no era buena por la corrupción gubernamental y la distribución de las riquezas era poco equitativa. Los comerciantes ricos y los terratenientes no eran muy honrados y la población pobre fue la más perjudicada. Esta carestía hizo necesario traer los granos de las regiones meridionales; era una crisis causada “…tanto por las exacciones y prevaricaciones cometidas por los mandarines como a la rutina general de la administración y a su indiferencia” (22) (Crouzet, 1977. Vol. VI, pág. 503). (CROUZET, 1977. Vol. VI, p 503). Con la recaudación de los impuestos, denominado Yang-lieng (mantener la anticorrupción), se pagó a los funcionarios públicos para asegurar la honestidad de los mismos; no obstante, la lucha contra la corrupción gubernamental fue más un ambición política que una realidad. En 1880,“…la suma total de las pagas regulares de los oficiales del ejército y funcionarios militares ascendió ese año a 575.558 onzas de plata, y las de los funcionarios académicos civiles en las provincias, a 557.195 onzas, pero los emolumentos de ambos grupos según el sistema yung-lien, alcanzó la cifra de 4.282.056 (23) (Franke y Trauzettel, 1973. Vol. 19, pp 301 y 302). En dichos números no se incluyeron las riquezas ingresadas por las extorsiones ni los sobornos; las empresas comerciales y las fincas dieron ingresos económicos a la burocracia. El Imperio intentó mantener una burocracia pequeña y favorecer a los manchúes, en detrimento del pueblo chino; esta diferencia de privilegios incentivó el nacionalismo de la población china, contra los Tsing, se ahondaron las diferencias entre los funcionarios del gobierno central y los locales; la ideología del Imperio era favorable a la autarquía económica, pero para enriquecerse necesitó del comercio exterior.“La carta dirigida al rey Jorge III, que Ch’ien-lung entregaba a Macartney en 1793, expresaba que el imperio (chino) producía de todo en abundancia y no confiaba nunca en las mercancías de los bárbaros para la satisfacción de sus necesidades” (24) (Franke y Trauzettel, 1973. Vol. 19, p 302). El comercio inglés convirtió a dicho país europeo en la potencia más importante de Occidente en China; los chinos no permitieron aumentar los productos industriales ingleses importados y se negaron a disminuir sus tasas aduaneras. En 1816, otro fracaso comercial en China fue la delegación liderada por William Pitt, conde de Amherst. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, pp 301 y 302).
Durante la dinastía Tsing, el emperador fijó su residencia en la Ciudad Prohibida, ubicada en Pekín; el quedó, “…prisionero de un majestuoso ceremonial, protegido y vigilado a la vez por las Banderas” (25) (Crouzet, 1977. Vol. VI, p 497), encargadas de guarnecer las provincias; el emperador era el Huang-Ti, con el poder de dispensar el Bien por conocerlo. No existió la nobleza hereditaria y por el mérito, después de aprobar los exámenes, era posible acceder al Poder como funcionario y hasta convertirse en Virrey, aunque fuera pobre; los mandarines formaron un “…cuerpo jerarquizado, incapaz de salirse del más estrecho formulismo, habituado a transmitir órdenes y a rendir cuentas a los de arriba y no a los de abajo” (26) (Crouzet, 1977. Vol. VI, p 497); para ser mandarín bastó la memorización, sin exigirle carácter ni inteligencia. La caída en la corrupción del funcionario fue porque su paga era poca y utilizó su influencia en los negocios, cobró sus servicios y oprimió a los deudores; en 1838, el precio de dicho empleo fue fijado a través de un edicto. (CROUZET, 1977. Vol. VI, p 497).
La primera crisis del Imperio Chino.
Las revueltas Taiping y musulmana; la alianza entre los militares extranjeros y el gobierno de los Tsing.
La agitación política contra la dinastía de los Tsing aumentó en el sur, donde el prestigio de la misma era menor. Las sociedades secretas: Tríada y Loto Blanco se constituyeron para derribar a los Tsing y favorecer a los Ming; estas sociedades utilizaron la consigna: Fan Tsing, Fu Ming y la xenofobia caracterizó a cada una de ellas. El apoyo de los extranjeros a los Tsing hizo posible el triunfo de dicha dinastía imperial; las relaciones con los extranjeros fueron difíciles y por esta xenofobia se prohibió la propaganda cristiana; no era posible negociar, con los países europeos, para lograr la igualdad de condiciones. Los extranjeros eran contrarios al co-hong: la guilda o gremio de mercaderes, encargado de monopolizar el tráfico en Cantón. (CROUZET, 1977. Vol. VI, pp 503 y 504).
La Primera Guerra del Opio.
En 1786, la Compañía de las Indias Orientales, con sede en Cantón, logró el monopolio del comercio inglés en China; a dicho país asiático, fueron exportados: las telas de lana de Yorkshire, plomo, estaño y telas de algodón; especialmente, se importó de China el té, comprado por un total de 23 millones de libras esterlinas en 1800; la balanza comercial fue favorable a los chinos y la plata en gran cantidad ingresó a China. Esta economía, conveniente para China, no tardó en cambiar; la Compañía de las Indias Orientales se estableció en Bengala, “…desde mediados del siglo XVIII (en 1757, primeros derechos territoriales; en 1765, administración civil en toda la baja Bengala y Bihar), (y) comenzó a ampliar enormemente sus exportaciones de opio a China” (27) (Franke y Trauzettel, 1973. Vol. 19, pp 302 y 303). En dicha época, parte de la población china acostumbró a fumar el tabaco y el opio; desde la dinastía T’ang se utilizó el opio en China, pero Yung-cheng lo prohibió con un edicto en 1729. Al principio, solamente doscientas cajas de opio lograron entrar cada año en China; entre 1780 y 1810, esta cantidad subió de 4 mil a 5 mil; cada caja contenía 65 kilos de opio. La corrupción de los funcionarios chinos favoreció el contrabando del opio, a pesar de los decretos para prohibirlos, realizados en los años: 1796, 1814 y 1815. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, p 302).
La Compañía inglesa de las Indias traficó con opio en China, para incrementar sus ingresos económicos; entre otros productos, dicha compañía compró porcelanas, té, sedas, goma y nankins (tejidos de algodón de color amarillo gamuza) de China. Pekín era contrario al tráfico de opio y protestó; el Emperador declaró en 1838: “Este pueblo (el inglés) que no tiene de qué vivir en su tierra procura aprovecharse de los demás países y para ello debilita primero a sus habitantes…” (28) (Crouzet, 1977. Vol. VI, p 504). Aunque la preocupación más importante de los gobernadores chinos era “…la inversión de la corriente del metal blanco” (29) (Crouzet, 1977. Vol. VI, p 504). Las autoridades chinas se adueñaron del contrabando de opio para anular dicho negocio inglés; pero Cantón fue bloqueada por los ingleses y ellos, posteriormente, bombardearon a Nankín. En 1842, el primero de los tratados desiguales fue firmado en Nankín; los extranjeros consiguieron abrir los puertos chinos para comerciar y derogaron el co-hong; China fue obligada a pagar una indemnización por dicha guerra y entregar la isla de Hong Kong; esta guerra se denominó la Guerra del Opio y desprestigió a la dinastía Manchú. Las críticas a los Tsing por los tradicionalistas se hicieron porque su país fue humillado; ellos eran enemigos de la connivencia del Imperio con los negocios extranjeros en China y denunciaron los tráficos de los fusiles, el opio, las Biblias y los coolies; los extranjeros compraron los coolies para destinarlos a las colonias. Los granjeros y los contribuyentes de China terminaron perjudicados por la evacuación de las divisas y asumieron sus obligaciones, aunque el numerario era escaso. Las importaciones de los productos europeos no favorecieron la economía del artesanado, pero los negociantes de los puertos progresaron. (CROUZET, 1977. Vol. VI, pp 503 y 504).
La sublevación Taiping.
La monarquía Tsing, considerada muy poderosa anteriormente, fue perjudicada por la división social entre clase superior de los manchúes y la clase china. El veto al absolutismo de los Tsing era ambicionado por algunos burócratas chinos; el poder de la burocracia china se amplió y fue el comienzo de la desintegración de la administración Tsing. China quedó dividida con la sublevación Taiping. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, p 305).
En estas circunstancias políticas, con la decadencia Tsing, se inició el movimiento político Taiping; su revuelta unió a los descontentos: los campesinos pobres, los hambrientos de las urbes, los remeros de los sampanes, los mozos de cuerda, los mineros, los piratas, los desertores y los aventureros; además, el movimiento Taiping se integró con los intelectuales, los comerciantes y los propietarios rústicos, hostiles al gobierno Tsing. Las profecías sobre la vuelta de los Ming, el corte de las coletas Tsing y la falta de sumisión a Pekín por parte de estos disidentes, caracterizaron dicha época; ellos eran los hombres del T’ai-ping t’ien-kuo, el Celeste Reino de la Gran Paz. La sociedad Taiping fue creada por los campesinos hakka en el Kuang-Si, procedentes de la China Central; ellos lucharon contra los campesinos de la región, sostenidos por el gobierno imperial Tsing. Los miembros de dicha revuelta política siguieron a Hung Hsiu-Chuan, lector de la Biblia, monoteísta y defensor de la universalidad del Reino de Dios; la crítica al confusionismo de los mandarines fue otra política de dicho líder, porque consideró a dicha filosofía como egoísta; él era favorable a la emancipación de la mujer, pero contrario al consumo del opio y a los juegos de azar. Hung Hsiu-Chuan adoptó un calendario de Occidente y sus políticas económicas se idearon para desarrollar la industria y el comercio; él practicó un comunismo agrario y rescató determinadas instituciones políticas y militares chinas más antiguas. (CROUZET, 1977. Vol. VI, pp 504 y 505).
El líder de los Taiping: Hung Hsiu-Chuan (1813-1864) perteneció a una familia con escasos recursos económicos de Hakka; después de fracasar en los exámenes, él se dedicó a predicar con el misionero de nacionalidad norteamericana Roberts y agrupó a los miembros de otras sociedades secretas para fundar la Sociedad de los adoradores de Dios (pai Shang-ti hui); tres años después, dicha sociedad reunió a treinta mil miembros entre los mineros, los campesinos, los desertores y los piratas; muchos de sus integrantes pertenecieron a los pueblos: :Hakka, Yao y Miao; ellos compartieron en común: la religión y la revolución contra el gobierno Tsing. El nuevo estado político t’ai-p’ing t’ien-kuo fue fundado en 1851, después de 12 meses del levantamiento de Kuangsi; cinco reyes obedecieron al rey celeste: Hung-Hsiu-Chuan; entre 1817 y 1856, uno de ellos fue el carbonero, organizador y estratega: Yang Hsiu-ch’ing. “El estado T’ai-p’ing era de carácter teocrático; los ideales cristianos, taoístas y budistas de igualdad impusieron su sello a la ideología adoptada por él. (…) A su vez, 13.156 familias formaban un ejército”. (30) (Franke y Trauzettel, 1973. Vol. 19, p 306). La tierra fue entregada solamente para su usufructo, porque la propiedad de la misma fue abolida; los graneros y las cajas eran comunes; cuando se aplicaron los impuestos, los mismos eran mínimos. Las mujeres eran consideradas iguales que los hombres para todas las cuestiones importantes, desde ocupar cargos públicos hasta servir en el ejército. El gobierno Taiping prohibió consumir opio, alcohol y tabaco; otra prohibición fue la deformación (atrofiamiento) de pies. La monogamia fue obligatoria, a pesar de la costumbre entre sus dirigentes de tener varias mujeres. Se utilizó el calendario occidental de siete días, con misas los domingos. Dicho gobierno intentó reformas literarias y lingüísticas. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973, Vol. 19, pp 306 y 307).
Por su programa de reformas, los más tradicionalistas se alejaron de esta revolución; el movimiento T’ai-ping logró éxito militar: partió de Kuang-Si, recorrió la cuenca del Yang-tsé y se adueñó de Hankeu; posteriormente, conquistó Nankín. Los Taiping organizaron su gobierno, distribuyeron la tierra entre las comunidades campesinas y crearon una industria estatal; sus productos fueron destinados a los almacenes públicos, para proveer a un ejército reclutado obligatoriamente. El emperador Hien-Fung no fue derribado; él era poco fuerte para gobernar China, pero los militares del movimiento Taiping no se arriesgaron en la gran llanura, tardaron en marchar hacia Pekín y fracasaron por su falta de eficacia organizativa. Influyeron en este decaimiento varias causas; el provincialismo fue vacilante respecto a sus fines; cundió el temor entre los tradicionalistas, letrados y ricos ante el radicalismo ideológico Taiping; había oposición a pagar los impuestos de su administración gubernamental. (CROUZET, 1977. Vol. VI, pp 504 y 505).
Entre 1852 y el año siguiente, los T’ai-p’ing tuvieron éxito militar cuando avanzaron por Hunan, hacia el Este; su ejército recorrió la cuenca del Yangtsé y conquistó Nankín en 1853, para convertirla en su capital política; su error fue no llegar hasta Shanghái, gobernada por la Sociedad de la Pequeña Espada desde dicho año hasta el inicio de 1855. Otro error: no organizó las reservas para tener los avituallamientos imprescindibles en su territorio, bastante extenso; además, los militares prescindieron de la caballería, explicaron Franke y Trauzettel. “Un ejército enviado al Norte con 50.000 hombres logró llegar a la comarca situada al sur de Tientsin, pero al no poder atacar por sorpresa se vio obligado a abandonar su empresa (31) (Franke y Trauzettel, 1973. Vol. 19, pág. 307). (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973, Vol. 19, p 307).
Las revueltas musulmanas.
En 1856, el levantamiento de los musulmanes de Yunnán no ayudó al gobierno Taiping, sino lo estorbó. La insurrección musulmana sucedió entre los mineros de los yacimientos de galena argentífera; Sin-Kiang y Kan-Su se involucraron con todos sus chinos del Islam; esta revuelta musulmana agitó a sus integrantes. Los feudales de Hu-nan apoyaron, con sus militares, al gobierno de Pekín y el mismo no tardó en reaccionar militarmente, ante la división política de China; el mandarinato se unió ante el peligro y levantó el estandarte del confucionismo; la crisis aumentó porque la dinastía Tsing no pudo acudir a la ayuda de los extranjeros y éstos aprovecharon para adueñarse del control de las Aduanas, porque argumentaron que los tratados no fueron respetados por los Tsing; los franceses e ingleses movilizaron sus tropas, ocuparon Tien-Tsin; después, ellos llegaron a Pekín y destruyeron el Palacio de Verano. Ante esta nueva realidad política, el gobierno Tsing (Qing o King) fue obligado a ceder nuevos puertos al extranjero, pagar una indemnización de guerra y aceptar la representación de las potencias en su capital política; los rusos fundaron Vladivostok en la costa del mar del Japón, después de obtener la Provincia marítima. Lord Elgin, “… cuyo padre había saqueado la Acrópolis y que el mismo no había sido insensible a la atracción de los tesoros del Palacio de Verano, anotaba en su Diario que el comercio se practicaba en condiciones deshonestas respecto a los chinos y desmoralizadoras con respecto a sus compatriotas” (32) (Crouzet, 1977. Vol. VI, pp 504 y 505).
Robert Hart, inspector general de las Aduanas marítimas fue el árbitro entre las relaciones mantenidas por China con los países extranjeros; los misioneros, igual que los capitalistas extranjeros, estuvieron a favor del control dinástico Tsing en China y no apoyaron a los Taiping ni a las insurrecciones musulmanas; se estableció una alianza militar contra Nankín entre Pekín y los extranjeros, quienes aportaron las armas y los voluntarios al gobierno Tsing. El americano Ward y el comandante inglés Gordon, conocido posteriormente como Gordon Pachá, dirigieron las tropas contra los musulmanes y resultaron vencedores, aunque tardaron muchos años en concluir las revueltas musulmanas. En Yunnan se firmó un acuerdo con el gobierno Tsing, pero otros jefes musulmanes siguieron la guerra; uno de estos nuevos jefes utilizó el título de Sultán; Yacub resistió hasta 1877 en Sin-Kiang. Durante las revueltas contra el gobierno Tsing, las ciudades: Nankín, Sucheu y Yunnanfú (Yunnan-fu) quedaron en ruinas; las provincias fueron atacadas y terminaron destrozadas en su totalidad. En Yunnán la represión continuó hasta 1900 y entre 1877-1899 la población china soportó la hambruna. (CROUZET, 1977. Vol. VI, pp 504 a 506).
La Segunda Guerra del Opio.
La intervención extranjera en China obedeció a los intereses económicos de otros países, pero con Rusia se agregó el interés político; desde 1844, China tuvo que negociar, a través de los tratados, con Francia, Estados Unidos y Bélgica. Los ingleses aprovecharon la sublevación Taiping y fueron aliados de los piratas chinos, para contrabandear opio en las orillas de Kuangtung (Kuang-tung) y Fukien; además, estos europeos causaron violencia en Cantón. En 1856, la policía de China subió a la lorcha (barca ligera de pequeño porte, menos que el junco) Arrow y bajó la bandera británica, porque esta nave no gozó el derecho de enarbolar dicho pabellón. El gobernador de Hong Kong intentó acceder a Cantón. Al año siguiente, una fuerza militar integrada por cinco mil ingleses y franceses entró en Cantón; otro contingente militar combatió a los Taiping desde Shanghái, en la cuenca del Yangtsé. En 1858, el fuerte Taku, ubicado en la desembocadura del Pei-ho, fue vencido por los militares extranjeros. El tratado de Tientsin fue celebrado en julio del mismo año y favoreció a las potencias extranjeras; acorde con “…sus términos, China tuvo que permitir que se acreditasen enviados en Pekín, abrir el comercio 10 puertos más (entre ellos, algunos situados en Formosa), permitir que las misiones protestantes y católicas desarrollasen sus actividades sin obstáculos, otorgar a los comerciantes occidentales la libertad de establecimiento, firmar de nuevo la cláusula de la nación más favorecida y pagar indemnizaciones de guerra (cuatro millones de onzas de plata e (a) Inglaterra y dos millones a Francia)” (33) (Franke y Trauzettel, 1973. Vol. 19, p 313). Rusia y los Estados Unidos no tardaron en lograr concesiones con privilegios semejantes, pero los conflictos diplomáticos siguieron; ante los nuevos hechos que permitieron ganar a los chinos, la fuerza militar aliada entró en Pekín en 1860 y logró destruir el Palacio de Verano. Con la paz de Pekín, se permitió la apertura del puerto de Tientsin y la entrega de los territorios cedidos de la península de Kowloon al Reino Unido; las contribuciones exigidas totalizaron los 16 millones; Inglaterra y Francia recibieron dicha cantidad en onzas de plata por partes iguales. El gobierno chino se comprometió a revisar las tasas aduaneras y los productos textiles importados dejaron de pagar una tasa en el interior de dicho país, las naves de otros países viajaron libremente en el sistema fluvial local y el tráfico de opio terminó legalizado. Sir Robert Hart (1835-1911) fue designado Inspector General de Aduanas en China; él aumentó los ingresos económicos por las tasas aduaneras, aplicadas al tráfico ultramarino. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, pp 313 y 314).
El Imperio chino ante su segunda crisis.
La influencia cultural extranjera en China. La guerra contra el Japón y las concesiones internacionales en China.
Después de la primera crisis del Imperio chino, el país agotado fue sometido a la tutela occidental; entre 1778 y 1895, China descansó un poco y el capitalismo indígena se juntó con las ideas de renovación. Los extranjeros eran bárbaros para los chinos, pero Occidente fue favorable a dicha renovación en China; no obstante, estos inmigrantes observaron las transformaciones ocurridas en el Japón y apoyaron, con sus militares, al gobierno Tsing.
El comisario Lin Tsao-Sin imprimió 12 volúmenes de los Annales ilustrées des nations maritimes en 1844, porque se impresionó por la superioridad militar occidental. Los chinos quisieron la artillería moderna y muchos jóvenes fueron a estudiar a Saint-Chamond y Le Creusot; ellos sirvieron en las unidades inglesas. Los oficiales marinos franceses construyeron el arsenal en Fuhen, solicitado por el Virrey de Fukien; en 1884, Courbet bombardeó dicho arsenal. Un colegio, fundado por el reverendo americano W. A. P. Martín, auspició la traducción de numerosas obras científicas; el centro cultural de este religioso enseñó las reglas diplomáticas y el conocimiento de las lenguas extranjeras a los empleados del Ministerio de Asuntos Exteriores; dicho ministerio fue creado por el gobierno imperial de China, con posterioridad al tratado de 1860. Los chinos estuvieron favor de conocer las técnicas occidentales, por su importancia para el restablecimiento de la independencia de su país; altos personajes se asociaron con el mundo de los negocios extranjeros en China. En 1862, un luchador contra los Taiping: Tseng-Kuo-Fan contrató a los ingenieros ingleses para fundar un astillero naval, ubicado en la costa del río Azul de Nankín. Tres años después, el astillero Kiangman Dock and Engineering Works funcionó en Shanghái. Una fábrica de hilados y un taller textil mecánico se asentaron en U-Tchang, por decisión del gobernador de Hunan; con posterioridad, se instaló el arsenal de Han-Yang. Li-Hon-Tchang, superintendente de comercio y relacionado con el control de Aduana, consideró la fundación de hilaturas y de arsenales; él creó la China Marchant Steam Navigation y estableció la línea de cabotaje entre Shanghái y Tien-tsin (Tientsin); además, Li-Hon-Tchang hizo un acuerdo con la Great Northern Telegraph. (CROUZET, 1977. Vol. VI, pp 506 y 507).
Durante el gobierno del emperador T’ung-chich, las relaciones de China con las potencias extranjeras mejoraron; varios chinos optaron por estudiar fuera de sus país. Muchos culis de Cantón fueron llevados para trabajar en California y la propuesta de China fue una convención, destinada a proteger a dichos nativos, pero los países de Occidente no aceptaron en 1866. Al año siguiente, se fundó un instituto dedicado a la traducción: t’ung wen kuan, ubicado en Pekín. Las escuelas de los misioneros tuvieron más éxitos en esta época, pero en 1870 fueron asesinados, en Tientsin, el cónsul de Francia: Fontanier y algunos misioneros de dicho país europeo; el gobierno local castigó a los asesinos y mandó una embajada, destinada a la reconciliación con el extranjero. En 1876, después de un año de conflicto, los ingleses lograron una vía para comercializar en Birmania desde Yünnan, mediante el tratado de Chih-fu, realizado en Shantung; otras disputas de China fueron con Francia y Rusia. En 1860, los rusos fundaron Vladivostok. Once años después, Rusia ocupó el territorio de Ili; China intentó recuperarlo y negoció con los rusos, pero fracasó; en 1880, ambos países casi terminaron en una guerra por dicha disputa; en 1882, China pagó nueve millones de onzas de plata y se adueñó de dicho territorio, con el tratado de San Petersburgo. En 1870, los franceses se asentaron en Annam; cuatro años después, ellos establecieron su protectorado, con un tratado firmado en Saigón; dichos europeos llevaron su guerra hasta China por culpa de la guerrilla de los anamitas y destruyeron los astilleros de Ma-wei, en Fu´chou; después de la paz de Annan, dicho territorio se convirtió en un protectorado francés. En 1886, Birmania terminó conquistada por los ingleses. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, pp 314 y 315).
Los ingleses quisieron vestir a los chinos con su industria textil de Manchester; estos europeos prevalecieron en el negocio del té chino, contaron con un depósito mundial enorme de dicho producto y disputaron la supremacía sobre la seda. (CROUZET, 1977. Vol. VI, p 507).
No fue posible una revolución industrial en China, porque los chinos más privilegiados no lograron una acumulación importante de capitales económicos y los funcionarios carecieron de las escuelas económicas modernas. Varias actividades económicas lograron atraer las inversiones chinas; entre las mismas: los talleres de devanado de seda, las hilanderías de algodón y las tejedurías de lino; otros capitales monetarios fueron para las imprentas, los talleres de maquinarias, el telégrafo de Shanghai en 1870 y los telégrafos administrados por el gobierno imperial en 1881; en 1877: se invirtió en las minas de Chilhi. Los comerciantes de los puertos, los latifundistas y los funcionarios ricos de las provincias no bastaron económicamente para tener un país capitalista; el gobierno estuvo en riesgo de caer en bancarrota. La China modernizada se desmoronó por la guerra contra el Japón por Corea; en 1871, los japoneses lograron un acuerdo comercial; en 1879, el japón anexionó las islas Ryukyu; desde 1876, se inició la disputa del Japón con China, para prevalecer en Corea; en 1894, terminó en el enfrentamiento bélico entre ambos países. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, pp 317 y 318). Con dicha anexión, el reino de los Ryukyus perteneció a la administración japonesa, convertida en la provincia de Okinawa. Entre 1904 y el año siguiente, el Japón causó la guerra mencionada, porque quiso influir en Corea, un país relacionado tributariamente con China, (BITO, Masahide y WATANABE, Akio, p 19). La Tonghack (Tonghak), movimiento del sincretismo religioso de la doctrina oriental, tuvo un rol destacado en la disputa interna de Corea; también intervinieron en dicho país: los Estados Unidos, Inglaterra y Rusia. Los militares de China apoyaron al rey Kojong (Gojong), perteneciente a la dinastía Yi de Corea; él gobernó entre 1864 y 1907. Japón envió sus militares para favorecer al regente Taewongun. “Por lo demás, el gobierno Ch’ing estaba representado en Corea no sólo por Yuan Shih-k’ai (1859-1916), sino también por el cónsul alemán de Tientsin, P.G. von Moellendorf (1874-1901)” (34) (Franke y Trauzettel, 1973. Vol. 19, p 318). En julio de 1894, esta guerra entre China y Japón por Corea se inició con el hundimiento de un buque inglés, destinado al transporte de los refuerzos chinos; Li Hung-chang esperó sin éxito la intervención militar rusa; él contó con la provincia de Zhili para sostener económicamente dicha guerra, pero sus fuerzas navales y terrestres fueron derrotadas; un ejemplo fue la batalla naval en la desembocadura del río Yalu, con la derrota de China; otros triunfos permitieron a los japoneses ocupar Port Arthur, Wei-hai-wei y Dalni (Dairen). En abril de 1895, se celebró la paz de Shimonoseki y Corea se convirtió en un país independiente, reconocido por China; la península de Liaotung, la isla de Formosa (Taiwán) y la isla Pescadores fueron cedidas por China a Japón; el país vencido aceptó “…abrir cuatro nuevos puertos libres en los cuales, después de un tratado adicional de 1896, tuvo que obligar al Japón a erigir industrias propias” (35) (Franke y Trauzettel, 1973. Vol. 19, p 318). La indemnización de guerra, pagada por China, totalizó 200 millones de dólares de plata. Las protestas de Alemania, Francia y Rusia obligaron a la restitución de la península de Liaotung; después, la misma fue alquilada a Rusia. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, pp 318 y 319).
La segunda crisis del Imperio fue causada por la derrota de China, en su guerra con el Japón por Corea (1894-1895); además, China perdió Formosa (Taiwán), con el tratado de paz; una cláusula convirtió al vencedor en la nación más privilegiada comercialmente; China fue obligada a pagar una gran suma por la indemnización de la guerra; para tener un préstamo y pagar, arrendó el suelo chino a través de las concesiones internacionales, con un plazo de 99 años. Las protestas japonesas y la declaración norteamericana se hicieron para apoyar la política de puerta abierta, pero Alemania, Rusia y Gran Bretaña se radicaron “...en los promontorios de Liao-Tung y del Shan-Tung, en Port- Arthur, Kiao-chen y Wei-hai-wei respectivamente, mientras que Francia (…) (consiguió) Kuang-Tcheu frente a la isla de Hainán”(36) (Crouzet, 1977. Vol. VI, páginas 508 y 509). Macao fue cedida por China a Portugal en 1887. Alemania ocupó Tsingtao en 1897 y logró el arrendamiento de Kiautschau (Chiao-chou) por noventa y nueve años. En 1898, Rusia arrendó Port Arthur (Lü-shun-k’ou) y Dalni (Ta-lien) a China para construir su ferrocarril en Manchuria y unir ambas ciudades. Inglaterra se quedó con Wei-hai-wei en Shantung y Francia arrendó Kuang-chou-wan, ubicada en la provincia de Shantung. Los residentes de otros países en los asentamientos semicoloniales, situados en China, vivieron aislados de la población nativa; ellos habitaron en las costas de dicho país, pero no fueron aceptados por los nacionalistas de China. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, pág. 315).
Los extranjeros agregaron nuevas zonas, destinadas sus actividades comerciales, en las concesiones internacionales de China; se incrementaron los establecimientos industriales y los japoneses lograron el derecho para instalar los mismos. Las minas y las líneas férreas aumentaron. Ocho bancos nuevos e importantes fueron inaugurados; entre ellos, el banco ruso-chino utilizó el dinero francés, por su interés en Siberia y para relacionar este territorio con Port Arthur, a través de Manchuria; la industria local aportó manufacturas a la economía china, pero arruinó a la artesanía y no consiguió ninguna solución para el déficit de la balanza comercial de dicho país. (CROUZET. 1977. Vol. VI, pp 508 y 509).
La hipocolonia extranjera en China.
Desde 1842, la apertura de China permitió a 18 países de Europa, signatarios de los tratados, tener beneficios económicos en dicho país asiático. Sun Yat-sen definió como hipocolonia europea a los privilegios de los mismos, porque se permitió a los europeos comercializar en los puertos, incluidos en los tratados; ellos lograron: las 20 concesiones y los enclaves comerciales, el control de Occidente de algunos servicios para los puertos, las gabelas y las aduanas; otras ventajas fueron: la extraterritorialidad independiente de los tribunales de China y el derecho a las guarniciones extranjeras; además, los europeos fueron favorecidos por el régimen de comercio y su cláusula de país más beneficiado, la tarifa aduanera muy baja y la inmunidad fiscal. (CROUZET. 1977. Vol. VII, p 16).
Los reformistas.
En China coexistieron diferentes grupos defensores del crecimiento económico y de un militarismo afianzado, para servir a la estructura imperial sin necesitar ningún cambio. Pero otros pensaron en renovarla; entre los exponentes de esta renovación, estuvo Yen Fu (1853-1921), defensor de la monarquía constitucional y traductor de dos obras importantes; una de ellas, fue Evolutions and Ethics, escrita por Thomas H. Huxley; la otra, fue Wealth of Nations, perteneciente a su autor: Adam Smith. La diplomacia china orientó su política exterior hacia Inglaterra, preferida por el emperador y Weng T’ung-ho; la emperatriz viuda y Li Hung-chang quisieron una alianza con Rusia. Para los reformistas, Japón fue su ejemplo; ellos anhelaron la ayuda de dicha nación, para renovar a China en su estructura social y tener las ideas políticas más nuevas; sus exponentes fueron: K’ang Yu-wei (1858-1927), T’ang Ssu-t’ung (1865-1898) y Liang Ch’i-ch’ao (1873-1929); el primero y el tercero defendieron las ideas de Confucio, pero con sus interpretaciones particulares; incluido entre los reformistas darwinianos, el segundo representó el ala izquierda y pretendió disminuir las diferencias entre los manchúes y los chinos. T’ang Ssu-t’ung, seguidor de Wang Fu-chich, tuvo una posición anti-manchú y favorable a un gobierno popular chino capitalista; él no fue un conservador como K’ang Yu-wei. En los periódicos existieron dichas disputas reformistas y T’ang editó el suyo, desde 1897, en Hunan; además, Liang escribió en otro diario. Las ideas de renovación se extendieron a las asociaciones educacionales; entre ellas, la Sociedad para la difusión de la ciencia fue creada por el misionero de Gran Bretaña: A. Williamson y funcionó en Shanghai, desde 1887. T’ang Ssu-t’ung presidió la Asociación de estudios del Sur de T’an Ssu-t’ung y logró un poco más de mil adherentes.
K’ang Yu-wei consiguió (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, página 322) del emperador Kaung-Siu (CROUZET, 1977. Vol. VI, p 509) un edicto para aplicar, en 1898, la Reforma de los cien días. Estas reformas, extendidas desde el 11 de junio hasta el 21 de septiembre (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, p 322), transformaron el sistema de exámenes, simplificaron los reglamentos judiciales, crearon los servicios económicos, refundieron el militarismo (CROUZET, 1977. Vol. VI, p 509) para limitar el ejército de banderas y ordenaron la hacienda estatal, con la publicación de su presupuesto. En la cultura, las innovaciones reformistas fomentaron las ciencias y las artes; además, permitieron las fundaciones de los periódicos, las editoriales, las asociaciones (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, p 322) y las publicaciones de las noticias, provenientes de los países extranjeros (CROUZET, 1977. Vol. VI, p 509). El reformismo defendió el derecho de la población de acudir al gobierno e incluso al emperador (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, p 322).
Yüan Shih-k’ai llegó a la capital política: Pekín por orden de Kuang-hsü; el bando enemigo se enteró por él de los planes del emperador para consolidar su gobierno. La emperatriz madre Tseu-Hi, apoyada por el militarismo manchú y los tradicionalistas opuestos a las reformas, no estuvo de acuerdo con su hijo; para hacerlo abdicar (CROUZET, 1977. Vol. VI, página 509), ella hizo un golpe de Estado, ocurrido el 21 de septiembre (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, página 322), sin causar una reacción popular (CROUZET, 1977. Vol. VI, página 509). El emperador Kuang-hsü terminó cautivo y Tz’u-hsi se ocupó del gobierno de China. Las reformas de K’ang Yu-wei se cancelaron poco después y el gobierno ordenó arrestar a los reformadores, pero K’ang escapó a Hong Kong y Liang Ch’-ch’ao se refugió en Japón; T’ang t’ung no quiso huir.
Mientras el emperador estuvo en cautiverio, los aliados de Tz’u-hsi quisieron hundir definitivamente las intenciones reformistas y confabularon para destituir a Kuang-hsü; el príncipe Tuan (Tsai-i), perteneciente la dinastía gobernante, se destacó entre los reaccionarios del nuevo gobierno.
La caída de la dinastía Tsing.
La crisis económica china.
La economía industrial de China septentrional perjudicó la artesanía rural y empobreció a la misma; los productos de la tejedurías mecánicas y los tejidos de algodón de los Estados Unidos prevalecieron en dicho país asiático y causaron la crisis económica campesina. Las catástrofes naturales se añadieron a dicha crisis; entre los años 1876 y 1879, Shensi, Honan, Shansi y Shantung soportaron varias sequías que ocasionaron de 9 a 13 millones de muertos; en 1898, las roturas de los diques de Huangho fueron desastrosas para Chihli y el occidente de Shantung. Muchos soldados fueron licenciados, otros se convirtieron en desertores y los impuestos, aplicados a la clase media, aumentaron para pagar las contribuciones, ocasionadas por la guerra entre Japón y China; en 1896, el tabaco y el vino de Shansi fueron perjudicados por dicha carga impositiva. El pauperismo de parte de la población nativa incrementó el odio hacia los extranjeros, debido a sus explotaciones económicas en China: los ferrocarriles y las industrias; dicho rencor prevaleció entre los frustrados económicamente y no tardó en extenderse a los otros sectores sociales chinos.
Las sociedades secretas chinas. Los boxers.
Los chinos descontentos se agruparon en las sociedades secretas; la secta religiosa de Shantung: Grandes Espadas fue absorbida más tarde por la liga: Puño por la justicia y la unión (Boxer), procedente de otra secta más antigua: Loto Blanco. El movimiento Boxer no fue revolucionario con la dinastía gobernante y se caracterizó por su extremismo religioso, enemigo del cristianismo y de los extranjeros; en 1899, sus integrantes atacaron a las máquinas extranjeras en China, para defender a los Ch’in; en el mismo año, dicha organización cambió su nombre por Liga de la justicia y la unión. El gobernador de Shantung: Yüan Shih-k’ai atacó con sus militares a los boxers, pero ellos se refugiaron en Chihli porque allí fueron ayudados por los funcionarios locales. La corte siguió la posición política del príncipe Tuan y favoreció el movimiento boxer, para eliminar a los reformistas y luchar contra los extranjeros; Tz’u-hsi fue una mujer prudente y no quiso discutir con Tuan (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, pp 322 a 324).
La guerra de la dinastía Tsing contra las potencias extranjeras.
La secta Puño de la Concordia y de la Justicia aprovechó el golpe de Estado, luchó contra los extranjeros y extendió su influencia política en las provincias del Norte; sus integrantes destruyeron parte de las líneas férreas, quemaron los edificios; las misiones y los chino evangelizados soportaron las agresiones de dicha secta. (CROUZET, 1977. Vol. VI, página 509).
Cuando Pekín y Tientsin fueron ocupadas por los boxers, intervinieron los militares de la emperatriz Tz’u-hsi. Los saqueos, las devastaciones y las violencias del movimiento Boxer causaron las quejas de los representantes de los países extranjeros, ante el gobierno de China; el 17 de junio de 1900, el fuerte Ta-ku fue ocupado; el asesinato del ministro alemán: Klemens von Ketter ocurrió el 19 del mismo mes; un día después y hasta el 14 de agosto, fue sitiado el barrio de las legaciones. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, p 325).
Finalmente, Pekín se sublevó y las Legaciones se bloquearon (CROUZET, 1977. Vol. VI, p 509). La declaración de guerra de China ocurrió el 21 de junio; los militares chinos se enfrentaron a un ejército integrado por Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Rusia, Alemania, Italia y Japón (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, p 325). Esta coalición militar extranjera venció a los boxers y entró en la capital política de China CROUZET, 1977. Vol. VI, p 509) el 16 de agosto; Tz’u-hsi y la corte escaparon a Hsi-hang, ubicada en la provincia china de Shensi; recién en enero de 1902, dicha nobleza china regresó a Pekín. YüanShih-k’ai no intervino con sus militares en dicha guerra (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, p 325). A través de la mediación de Li- Hong-Tchang, la dinastía Tsing fue obligada a disolver toda organización caracterizada por la xenofobia; además, se prohibió la importación de armamentos y China tuvo que pagar una indemnización de guerra (CROUZET, 1977. Vol. VI, página 509). La indemnización, pagada con dólares de plata, alcanzó a 450 millones, el fuerte Ta-ku fue desmantelado y el gobierno chino publicó un decreto prohibiendo los actos contra los extranjeros (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, p 325). La crisis de 1894-1901 significó una gran humillación para China y la decadencia de dicha dinastía. (CROUZET, 1977. Vol. VI, p 509).
La guerra entre Rusia y Japón.
Después de la derrota de los boxers, las rivalidades entre las potencias extranjeras no facilitaron la paz en China. Los japoneses hicieron una alianza con los británicos, ante la amenaza rusa por el arriendo de la península de Liaotung. Estalló una guerra entre Rusia y Japón; los vencedores fueron los japoneses. El 5 de septiembre de 1905, los países beligerantes aceptaron, con la mediación de los Estados Unidos, la paz de Portsmouth; los derechos soberanos chinos sobre Manchuria fueron reconocidos, pero su territorio quedó dividido entre dos zonas de influencia: una rusa y otra japonesa.
Las nuevas reformas.
En 1905, el gobierno chino abolió el sistema de exámenes. Fueron empleados instructores japoneses para la reorganización militar y se permitió el matrimonio chino-manchú. No obstante, las reformas de 1906 solamente cambiaron la denominaciones de los puestos oficiales, pero la corte fue perdiendo su libertad de movimiento. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, pp 325 y 326).
La regencia del príncipe Ch’un.
Kuang-hsü y su madre la emperatriz viuda murieron en 1908 (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, p 326); el trono fue heredado por un niño de 2 años (JOHNSON. Paul. 2000, p 241); el príncipe Ch’un, regente y padre del niño P’u-i, gobernó China entre 1909 y 1911, con la divisa de gobierno: Hsüang-tung. Yüan Shih-k’ai fue destituido para controlar el ejército, pero fue difícil mantener la alianza entre la dirigencia económica china y la dinastía manchú; la falta de dicho consenso se notó en la neutralidad del sur de China, en la guerra contra los boxers; esta dirigencia se alió con las organizaciones secretas, como la Sociedad trinitaria y la Sociedad de los hermanos mayores; entre estos aliados, prevaleció la posición política contraria a la dinastía gobernante. Sun Wen, conocido como Sun Yat-sen en el dialecto cantonés, compartió dicha posición política. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, p 326).
La revolución de 1911.
Biografía de Sun Yat-sen.
La infancia, la profesión y el inicio de la carrera política de Sun Yat-sen.
En 1866, Sun Yat-sen nació en la aldea de Cuiting, situada en el distrito de Xiangshan; en la actualidad, el nombre de dicho lugar es Zhongshan. (EL INVESTIGADOR POLÍTICO POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Propietario: González, 1992. Página 33). Su nacimiento en un hogar del campesinado pobre fue alrededor de Cantón; él aprendió el idioma inglés estudiando en una escuela misionera, ubicada en Hawai. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, pp 326 y 327). La familia de Sun Yat-sen perteneció a una familia de campesinos arrendatarios; su padre fue Sun Dacheng y se dedicó a diversos oficios: zapatero, sastre y agricultor de tierras de dimensiones muy pequeñas, para alimentar y vestir a sus familiares. En su niñez, Sun Yat-sen aprendió con un maestro adepto a los T’ai-ping, porque él residió en una provincia sublevada, durante la guerra civil (1851-1864); la guerra Taiping fue iniciada por Hung-Hsiu-Chuan, contra la dinastía imperial Qing (Tsing). Sun Yat–sen cursó la secundaria en Hawai, con la ayuda económica de su hermano Sun Mei; después, él siguió su enseñanza superior en Guangzhou. Este chino logró su título de médico en Hong Kong y ejerció su profesión en Macao. Sun Yat-sen se interesó por la política china y conoció a otros individuos con ambiciones similares (EL INVESTIGADOR POLÍTICO POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Propietario: González, 1992, pp 33 y 34); en Hong Kong, se dedicó a la política. Él fundó la Sociedad para el resurgimiento de China (Hsing-Chung Bui), pero dos insurrecciones fracasaron: una en 1895 y otra en 1900. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, pp 326 y 327). Posteriormente, dicha “... sociedad aclaró (...) ante el pueblo chino su pronunciamiento para derrocar al gobierno Qing, un régimen feudal autocrático, y establecer una república democrática-burguesa” (37) (China Gráfica, 1991, p 3). (CHINA GRÁFICA, 1991, p 3). Los movimientos políticos chinos se reunieron en la ciudad japonesa de Tokio, porque desde allí recibieron los aportes materiales para sus actividades revolucionarias. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, p 327). Sun Yat-sen viajó por el mundo y llegó al Japón; allí se unió a otros líderes chinos y acordó, con los enemigos de la dinastía Qing, fundar la Liga Revolucionaria (Tong Meng Hui) en 1905 (EL INVESTIGADOR POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Propietario: González, 1992, p 34); dicha liga se organizó utilizando modelos europeos y japoneses. (JOHNSON. Paul. 2000, p 241). Sun Yat-sen ocupó el cargo de Presidente de esta liga y editó el Diario del Pueblo (Min Bao o Min–pao) (EL INVESTIGADOR POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Propietario: González, 1992, p 34) en Tokio (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, pp 327); en dicha publicación, él escribió los principios de su programa político: nacionalismo, constitucionalismo y socialismo agrario. (EL INVESTIGADOR POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Propietario: González, 1992. Pág. 34) en Tokio (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, p 327). Dicho programa, influido por la teoría de John Stuart Mill, fue elaborado para derribar al gobierno manchú e instaurar una República china; en el mismo, fue incluido el respeto a la propiedad del suelo, pero se atribuyó al Estado el plusvalor; la República tuvo cinco poderes: ejecutivo, judicial y ejecutivo, sistema de control y sistema de exámenes. Sun Yat-sen consideró necesario el apoyo de la burguesía, para concretar su revolución en China.
La sublevación de Wu-ch’ang en 1911.
El gobierno manchú no siguió construyendo la vía ferroviaria Pekín- Hankou y otras en 1911; China pidió un empréstito a otros países: Francia, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos. Los militares de Wu-ch’ang en el Yangtsé y los gobernadores provinciales chinos se sublevaron; dicha dinastía envió a Yüan Shih-k’ai, con su ejército, para reprimirlos, pero él negoció con los mismos.
Las negociaciones para la paz y la presidencia provisional de Sun Yat-sen.
El 12 de diciembre de 1911, Nanking (o Nankín) fue ocupada por los rebeldes; ellos formaron su propio gobierno; el jefe militar YüanShih-k’ai y la corte negociaron la paz con los rebeldes en Shanghai. El 29 de diciembre del mismo año, en dicha ciudad, Yun Sat-sen fue elegido Presidente Provisional de la República por los representantes políticos de 16 provincias.
La abdicación de P’u-i y el gobierno de Yüan Shih-k’ai.
El 12 de febrero de 1912, el emperador abdicó; el 14 de febrero, dicho país se convirtió en la República de China; YüanShih-k’ai fue elegido para la presidencia de la misma y juró en Pekín, durante el mes de marzo. Sun Yat-sen renunció para favorecer la unidad de China. (FRANKE y TRAUZETTEL, 1973. Vol. 19, pp 327 y 328). La Liga Jurada (Tung-meng hui) de Sun Yat-sen reunió en 1912 a cuatro grupos políticos más chicos y formó el Partido nacionalista popular (BIANCO. 1976. Vol. 33, p 56) o Partido del Pueblo, conocido como Kuomintang o KMT (JOHNSON. Paul. 2000. Página 242), pero YüanShih-k’ai optó por trampear a dichos partidarios de la república; el dirigente del Kuomintang: Sung Chiao-jen triunfó en las elecciones parlamentarias y exigió el control del gabinete chino por el KMT, pero fue asesinado en febrero de 1913. El 16 de abril del mismo año, YüanShih-k’ai logró un empréstito bancario, muy costoso, otorgado por un consorcio de capitales económicos franceses, ingleses, alemanes y japoneses; dicho gobernante chino sofocó un segundo intento revolucionario; en noviembre, él desmanteló el KMT y centenares de diputados fueron asesinados. En 1913, los diputados totalizaron 500. Fue permitida la afiliación simultánea de los diputados a varios partidos políticos y tres de los mismo reclamaron un total de 700 escaños. Otro problema fue la venta del voto en la Cámara de Diputados, aprovechado por YüanShih-k’ai; el año siguiente, él cerró el Parlamento. La opinión pública china fue muy ignorante de las violaciones constitucionales y la falta de respeto democrático, por parte del gobierno de China. Los gobernadores provinciales y los generales formaron la clientela política de dicho gobernante y su administración gubernamental fue financiada por las potencia extranjeras; en 1915, el propósito de él fue fundar su dinastía, pero ocho provincias chinas se sublevaron; esta oposición, contra el gobierno dinástico de YüanShih-k’ai, fue iniciada por Yünnan y su declaración de independencia, en diciembre de dicho año, lo obligó a desistir. (BIANCO. 1976. Vol. 33, pp 56, 57 y 58).
Las veintiuna peticiones japonesas al gobierno de China.
Durante la Primera Guerra Mundial, el Japón no soportó la destrucción belicista de los países beligerantes y se posesionó mejor comercialmente, porque los japoneses agregaron nuevos territorios estratégicos en China y otros ubicados en el Pacífico, anteriormente detentados por Alemania (Hall, John Whitney. Página 283); en 1824, el ejército del Japón ocupó la provincia de Shantung en China, por su guerra con Alemania. En enero del año siguiente, los japoneses presentaron las veintiuna peticiones ante el gobierno de YüanShih-k’ai y fueron aceptadas, por el temor chino de una invasión japonesa más grande (EL INVESTIGADOR POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Propietario: González, 1992, p 49); el gobernante de China murió en 1916. (JOHNSON. Paul. 2000, p 241).
La guerra civil en China y el gobierno decenal de Chiang kai-shek. La invasión militar japonesa.
China después de la caída de la dinastía Tsing.
El fracaso de la unidad de China.
Los revolucionarios chinos quisieron volver a las fronteras de 1840 y unificar China; ellos expulsaron a los extranjeros, pero la caída de la dinastía Tsing no favoreció la unidad de China. Utuku de Urga logró la independencia de Mongolia exterior; en 1912, él firmó un tratado con Rusia. Cuatro años después, 5 provincias chinas se independizaron. Los militares japoneses invadieron Manchuria, el norte y otras regiones de la costa. Las esferas de influencia fueron determinadas durante las reuniones de las potencias extranjeras, pero sin la participación de China. La corrupción en la administración del sistema impositivo y los pocos ingresos económicos de la Aduana Marítima no permitieron mantener un ejército nacional chino.
El feudalismo chino y los Señores de la Guerra.
La disolución del imperio chino causó el feudalismo; una parte importante de la nobleza rural fue aliada y cliente del gobierno militar feudal, cuya autoridad se convirtió en señor de la guerra local. Durante 1920, existieron 4 señores de la guerra muy poderosos y otros tantos de menor importancia en China. (JOHNSON. Paul. 2000. Páginas 241 y 242).
En 1920, el caos en China fue debido a la guerra civil y los Señores de la Guerra: los tukiuns fueron los soberanos en las provincias; dichos jefes militares se aliaron o lucharon entre ellos para mantener y aumentar sus tropas. La recaudación impositiva fue exclusivamente para los gobiernos provinciales de China; Pekín y Cantón se empobrecieron por estos impuestos; las provincias chinas otorgaron concesiones a los extranjeros y utilizaron los bancos de los mismos para guardar sus dineros.
La inseguridad y la desocupación. La emigración campesina china hacia Manchuria.
En esta época, la inseguridad fue general; la miseria en China causó la baja de la natalidad y acrecentó la mortalidad infantil; las poblaciones buscaron lugares más seguros. Los habitantes de las concesiones internacionales no sufrieron la crisis económica china ni sus hechos violentos. Varios diques se rompieron porque no se mantuvieron e inundaron los territorios, dedicados a la agricultura, como el ubicado en el Yang-tse y el perteneciente al Canal Imperial, entre otros. La desocupación laboral abundó en las urbes, porque faltaron las ofertas laborales en las industrias. En el campo, la tierra fue más dividida; muchos arrendatarios no pagaron a los propietarios rurales y el campesinado desesperado se trasladó hacia Manchuria: 400 mil en 1926 y 1 millón un año después; una parte importante de esta emigración campesina murió por la hambruna, antes de llegar. En una década, desde 1922, la cantidad de habitantes aumentó ocho millones, hasta un total de 30 millones. La población de Malasia se incrementó con 3 millones de inmigrantes chinos.
La economía industrial y los conflictos laborales. Los burgueses chinos.
La guerra civil transformó económicamente a China, porque se agregaron las industrias a la economía rural; entre ellas, la más moderna como la industria pesada. Los chinos trabajaron en otras actividades económicas tradicionales, para producir: el algodón, el cemento, la harina y el tabaco; dichas economías utilizaron la mano de obra barata. Las mujeres y los niños integraron el proletariado industrial empleado, cuya cantidad fue de 2 millones. Otras ciudades se fundaron y las jornadas laborales se prolongaron, hasta 15 horas en las urbes industriales: Shanghái, Tientsin y Hankeau; los trabajadores, organizados laboralmente, hicieron 47 huelgas en Shanghái.
El patriotismo fue muy defendido por los nativos y utilizado como propaganda. Los comerciantes y los industriales burgueses apoyaron a los huelguistas, sin descuidar a sus otros aliados: los terratenientes y los extranjeros, ante los hechos más conflictivos de los trabajadores urbanos y rurales; en 1924, ocurrió una de estas huelgas en Cantón; tres años después, sucedió otra de las mismas en Shanghai (o Shanghái). La industria pesada necesitó del capitalismo extranjero: europeo y japonés, pero los nativos ricos invirtieron en las industrias ligeras. Los chinos compradores amasaron sus fortunas en los puertos; ellos y los propietarios de los latifundios optaron por dichas inversiones industriales y crearon los bancos locales. La burguesía nativa quiso la independencia para terminar con los tratados desiguales entre China y los extranjeros; esta clase social necesitó unificar su país y copiar el modelo político de Occidente, para reformar la administración y la justicia en China, pero los Señores de la Guerra y los comerciantes de las potencias extranjeras aumentaron los temores de los capitalistas locales.
Los intelectuales y las reformas educativas. El nacionalismo chino.
Las ofertas universitarias aumentaron para el pueblo chino, porque se crearon numerosas escuelas superiores. Los intelectuales reformaron el lenguaje literario clásico por otro más simple y popular; dicha reforma del idioma y la escritura fue el Pai-hua, obligatoria en las escuelas desde 1920. El método de los mil caracteres fue pensado para enseñar, especialmente a los analfabetos; el mismo, se incentivó con la publicación de Hu-cho: “Esbozo de la historia de la filosofía china”. La república y la modernidad fueron defendidas por dicha revolución intelectual china, pero el patriarcado y el confucionismo terminaron denostados. (CROUZET, 1981. Vol. VII, páginas 560, 561 y 562). El filósofo Hu Shih (1881-1936) denominó a dicha reforma de la escritura: “La revolución literaria” y solicitó a los escritores chinos dejar la lengua clásica de los dedicados a la literatura: wen-yen, por la lengua vulgar. (BIANCO. 1976, Vol. 33, página 62).
El nacionalismo chino fue incentivado por el movimiento del 4 de mayo de 1919 (CROUZET, 1981. Vol. VII, pp 562). En 1914, Japón invadió Shantung, una provincia de China, por su guerra con Alemania. En enero de 1915, las veintiuna peticiones del imperialismo japonés a Yüan Shih-k’ai eran contrarias a la soberanía territorial china, pero fueron aceptadas el 7 de mayo, ante el ultimátum japonés. El 4 de mayo de 1919, los estudiantes chino se manifestaron en Pekín por la transferencia de los derechos alemanes en Shantung a los japoneses, después de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial; los manifestantes extendieron sus reclamos a otras ciudades como Shanghái y Cantón; los comerciantes hicieron huelgas para acompañar las protestas estudiantiles. Dicho movimiento nacionalista chino fue considerado una revolución cultural (Avant la lettre) y el filósofo Hu Shi llamó al mismo el Renacimiento chino; él fue estudiante de la Universidad de Columbia desde 1917, ubicada en Nueva York. El líder intelectual del estudiantado revolucionario fue Ch’en Tu hsiu, nacido en 1879 y muerto en 1942; él se destacó intelectualmente con su revista “La Nueva Juventud”; dicho escritor defendió la libertad, la democracia, el progreso, la ciencia, la juventud y la audacia. Muchos intelectuales estudiaron en el extranjero; Ts’ai Yüan-p’ei fue el rector de la Universidad de Pekín, después de volver de Francia; él designó a Ch’en Tu-hsiu como de decano de la Facultad de Letras y Hu Shih se ocupó de enseñar la ciencia Filosofía. (BIANCO, 1976. Vol. 33, págs. 60, 61, 62 y 63).
Las decisiones políticas de Versalles en 1919 y después en Washington entre 1920 y el año siguiente enemistaron a muchos independentistas chinos con Occidente y sirvieron para sus propagandas nacionalistas, contra los tratados desiguales. Dichos nacionalistas boicotearon la actividades comerciales británicas en China, para vengar los hechos sangrientos en las concesiones internacionales. Los comerciantes ingleses y los misioneros fueron atacados por los nativos y se trasladaron hacia los puertos; las propiedades de las misiones resultaron dañadas y una cantidad importante de religiosos perecieron o terminaron heridos; los cañoneros extranjeros bombardearon a los independentistas chinos para castigarlos. (CROUZET, 1981. Vol. VII, pp 560, 561, 562 y 563).
La alianza china con Rusia.
El Kuomintang y el plan de Sun Yat-sen para los británicos y los norteamericanos.
Sun Yat-sen fue elegido nuevamente presidente y se convirtió en generalísimo en 1921. Él escribió varios libros; “San-min chu-i” y “Chien-kuo fan-lueh” fueron dos de sus obras. Sun Yat-sen argumentó con las tres fases de su lucha revolucionaria; la primera, luchar contra el sistema monárquicoTsing, la segunda, gobernar para educar; la tercera, crear el gobierno de la democracia. Su gobierno tuvo problemas económicos y soportó los motines de su seguridad, por falta de pago. Sun Yat-sen negoció, con lord Curzon, para lograr la protección militar británica, pero no logró ningún acuerdo. En otro intento, él quiso financiar su gobierno con el dinero norteamericano, a cambio de los privilegios económicos y la protección de los Estados Unidos de América, pero el ministro de dicha potencia extranjera, con residencia en Cantón, Jacobo Gould Schurman no aceptó; entre 1923 y dos años después, Sun Yat-sen insistió, pero fue rechazado. (JOHNSON. Paul. 2000. pp 241 y 242).
Las negociaciones de Chiang Kai-shek con el gobierno ruso.
En enero de 1923, Sun Yat-sen firmó el manifiesto Sun-Joffe, con el enviado del gobierno de la URSS; este documento se hizo para unificar China, pero sin el establecimiento del comunismo en su país y fue aceptado por los soviéticos. (BIANCO. 1976, Vol. 33, pp 64). En el mismo año, dicho líder chino reorganizó el Kuomintang y mandó a Chiang Kai-shek (o Chiang Kai-chek) a Moscú, para lograr una alianza con Rusia, derrotar a los Señores de la Guerra y reconquistar el norte de China. El gobierno bolchevique ruso conoció las dificultades económicas del gobierno de Sun Yat-sen y negoció con Chiang Kai-shek; Rusia renunció a sus tratados desiguales con China y envió a sus expertos militares, para instruir a las tropas chinas; además, otros profesionales de la organización política viajaron a China. (CROUZET, 1981. Vol. VII, pp 562).
La creación de la Academia Militar Whampoa y la muerte de Sun Yat-sen.
Michael Borodin y el general Blucher, encargados de un grupo de expertos, estuvieron entre los rusos enviados por el gobierno de Stalin. El primero, conocido además como Berg o Grisemberg, se ocupó de reorganizar el KMT; el segundo, conocido como Galen, fue el militar ruso destinado al ejército chino y él creó la Academia Militar Whampoa, dirigida por Chiang Kai-shek (JOHNSON. Paul. 2000, pp 243 y 244). En junio de 1924, dicha escuela militar fue fundada en las proximidades de Guanzou; Chiang Kai-shek fue su Comandante en Jefe (EL INVESTIGADOR POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Propietario: González, 1992, p 53) y Chu En-lai se ocupó de la jefatura del departamento político de Whampoa..
En 1924, se reunió el primer congreso del KMT, organizado acorde con la alianza entre el Kuomintang, el Partido Comunista Chino y el gobierno de Rusia; el Partido del Pueblo (KMT o Kuomintang) tuvo 600 mil afiliados. Sun Yat-sen temió las garras de la ideología bolchevique rusa y su avance en China; él lamentó que Estados Unidos y Gran Bretaña no lo apoyaran contra el comunismo (JOHNSON. Paul. 2000, pp 244 y 245); la revolución de este chino fue nacionalista (EL INVESTIGADOR POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Propietario: González, 1992, p 36) y defendió la democracia burguesa china (CHINA GRÁFICA. 1991, p 3). En 1925, Chiang Kai-shek fue ascendido a jefe del Estado Mayor; él se convirtió en el único señor de la guerra del Kuomintang, despuès de la muerte de Sun Yat-sen en 1925 (JOHNSON. Paul. 2000, p 244).
La Expedición al Norte.
El primer éxito militar de Whampoa, para unificar a China con la Expedición al Norte (la pei-fa), fue logrado en el oriente de la provincia de Kuantung (o Kwantung); en dicho lugar, este ejército derrotó al caudillo del sur: Ch’en Chiung ming (EL INVESTIGADOR POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Propietario: González, 1992, pp 53 y 54). Entre 1925 y 1926, una parte de la China meridional fue controlada por el ejército de Chiang Kai-shek, pero el centro y el norte de dicho país fueron gobernados por otros señores de la guerra. El general Yen Hsi-shan gobernó la provincia de Shansi; los mariscales: Sun Chuan-fang, Wu Pei-fu, Chang Tso-lin y Chan Tsu-chang controlaron: Shanghái y cinco provincias, Hankow, la provincia de Shansi, Mukden y tres provincias de Manchuria, respectivamente; la región de Pekín-Tientsin fue gobernada por Chu-Yu-pu. El Ejército Popular (Kuominchun) fue comandado por el mariscal Feng Yu-hsiangen y recorrió 10 mil km; él rodeó Mongolia meridional y avanzó hacia el este para conquistar Shensu y Hunan; después, dicho mariscal marchó desde el sur para adueñarse de Pekín; entre 1926 y el año siguiente, estos éxitos militares permitieron a Chiang Kai-shek conquistar el norte de China. Cuatro de los señores de la guerra más importantes aceptaron la superioridad militar de Chiang Kai-shek, para unir a China (JOHNSON. Paul. 2000, pp 245 y 246); en 1927, Shanghái, Hankow y Nankín estuvieron controladas por este jefe militar victorioso. (EL INVESTIGADOR POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Propietario: González, 1992, pp 54).
La contrarrevolución de Chiang Kai-shek.
. En 1927, el ejército de Chiang Kai-shek masacró en Shanghái a los huelguistas del proletariado industrial y rompió su alianza con los comunistas (JOHNSON. Paul. 2000, p 246); en el mismo año, Chiang Kai-shek hizo su contrarrevolución para detener a los comunistas en China; él persiguió y asesinó a millares de ellos (EL INVESTIGADOR POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Propietario: González, 1992, p 54). El partido comunista fue prohibido en China y terminó su intento de lograr una reforma agraria. El ala derecha del Kuomintang se acercó a los extranjeros en Shanghái; Estados Unidos y Gran Bretaña reconocieron al gobierno de Chiang Kai-shek. El grupo consultor ruso dejó China y volvió a su país (CROUZET, 1981. Vol. VII, p 563).
El gobierno de Chiang Kai-shek entre 1927 y 1937.
Al inicio del gobierno decenal de Chiang Kai-shek, en China coexistieron dos economías: la moderna y la tradicional, muy distintas socialmente; varias ciudades populosas y los puertos costeros, oriental y meridional del mar de China, albergaron la economía moderna; otra economía más tradicional y autárquica fue practicada en el ámbito rural.. En la economía colonial china, las inversiones económicas más importantes fueron para el comercio; se utilizaron los bancos y los transportes marítimos; los bienes de consumo ocuparon el segundo lugar en las inversiones, con las harinas, las cerillas, los cigarrillos y los productos textiles; la industria pesada no interesó mucho al grupo inversor. Las empresas autóctonas y de otros países funcionaron en China, pero las tarifas aduaneras favorecieron a las empresas extranjeras, por los tratados desiguales; esta desigualdad económica, incentivó el nacionalismo de la burguesía nativa, todavía incipiente; dicha clase social empezó a desarrollarse en Cantón, Shanghái, Tientsin y Wuhan. Los japoneses, los occidentales y sus simpatizantes nativos fueron boicoteados por los burgueses nacionalistas chinos. Las industrias, las minas y los ferrocarriles de China ocuparon al proletariado local, mayormente proveniente del campo, pero su calidad de vida fue deplorable por el salario muy bajo, la jornada laboral prolongada, la falta de descanso, la retención salarial, el alojamiento miserable y el endeudamiento difícil de pagar (BIANCO. 1976. Vol. 33, pp 67 y 68).
Chiang Kai-shek quiso modernizar la administración estatal y se interesó por la aduana de China; la gabela y las aduanas marítimas necesitaron de la autonomía aduanera, para controlar dichos servicios; él se esforzó por desarrollar las industrias, construir las carreteras y los ferrocarriles, crear un nuevo código penal y civil, reorganizar el sistema de los bancos y unificar la moneda. Entre 1921 y 1925, los países derrotados, en 1918, perdieron la extraterritorialidad en China; posteriormente, renunciaron a la misma: Dinamarca, España, Bélgica, Portugal e Italia, porque expiraron los tratados chinos con dichos países. En 1930, Inglaterra renunció a los territorios de Wei-hai-wen y favoreció la soberanía territorial china. La modernización china fue provechosa exclusivamente para la clase social alta; los terratenientes, los comerciantes y otros negociantes portuarios apoyaron al nacionalismo gubernamental de Chiang Kai-shek, establecido en Nankín (CROUZET. 1981, Vol. VII, pp 563 y 564). Los lujos caracterizaron a los privilegiados del nuevo gobierno chino. La viuda de Sun Yat-sen fue una de las hijas del banquero T. V. Soong (JOHNSON. 2009, pp 244 y 247); otra de ellas: Soong Mei-ling fue desposada por Chiang Kai-shek, en diciembre de 1927 (BIANCO. 1976. Vol. 33. pp 67); dicha viuda se exilió en Europa y denunció a los altos funcionarios del nuevo gobierno, por enriquecerse escandalosamente y apoyar gubernamentalmente a la gente rica, en detrimento del pueblo chino pobre; ella acusó a los militares de Chiang Kai-shek por comprar sus mansiones en las concesiones internacionales y pasear con sus concubinas, muy caras, en limusinas lujosas. Un corresponsal del periódico norteamericano: New York Times fue testigo del pago por Chiang Kai-shek de 17 mil dólares para hospedar, durante una quincena, a su esposa en un hotel de Pekín. (JOHNSON, 2000, pp 244 y 247).
La invasión del ejército japonés y el gobierno de Chiang Kai-shek en Chung-King.
En 1932, los japoneses crearon el estado de Manchuria, un año después del incidente en dicho lugar; en 1937, las tropas japonesas se enfrentaron con el ejército chino, en la proximidad de Beijing; esta guerra se expandió hacia Shanghái y otras áreas chinas (BITO, Masahide y WATANABE, Akio, pp 21 y 28). Por la invasión militar japonesa, Chiang Kai-shek trasladó la capital política a Chung-King, perteneciente a una provincia china muy pobre; en dicho lugar, él se distanció de la banca de Shanghái, las masas populares chinas y los estudiantes nacionalistas, pero hizo alianza con los propietarios rurales ricos. Los japoneses establecieron un gobierno favorable a ellos en Nankín; los negociantes poderosos y otros de China, hartos de las hostilidades guerreras, adhirieron a la guerra japonesa contra el imperialismo del hombre blanco; Estados Unidos se convirtió en el gran enemigo del militarismo expansionista japonés.
Chiang Kai-shek no permitió ninguna oposición política en Chung-King; los liberales y los comunistas fueron prohibidos en la administración pública; los periódicos opositores no se permitieron; los intelectuales y los liberales, perseguidos por la policía política, emigraron hacia Hong Kong y Singapur. En el gobierno de Chung-King, no fue creada una organización colectiva eficaz, para trasladar las fábricas al interior de China, otras características negativas: las dificultades financieras, la inflación monetaria, el comercio sin control y la especulación de los productos, no incluidos en los cupos. El gobierno Chiang Kai-shek, en Chung-King, se desprestigió ante los norteamericanos y los británicos; varias fueron las causas: la ineptitud de la administración estatal china, las concusiones del cuñado de T. V. Soong y la corruptela, acostumbrada por los otros altos funcionarios públicos y los generales; el general norteamericano Stillwell comparó el gansterismo gubernamental de Chung King con el nazismo. El ejército de Chiang Kai-shek no pudo afrontar con éxito la guerra contra el Japón, porque los sueldos de los militares, la disciplina castrense, los equipamientos, los abastecimientos y las vestimentas fueron deficientes o insuficientes; estos problemas causaron millones de muertos en el ejército de China. El gobierno chino tampoco armó al campesinado, por el temor al comunismo. Otro problema fue la hambruna, entre la población china; en 1943, murieron tres millones de nativos, porque faltaron los alimentos. La esperanza nacionalista, puesta en Chiang Kai-shek, terminó por defraudar a los chinos. Los corruptos del oficialismo se enriquecieron y compraron inmuebles lujosos en las concesiones internacionales, además de otros terrenos en China; ellos almacenaron las máquinas, los medicamentos y los tejidos. Muchos productos, obtenidos con los préstamos y arriendos, no fueron destinados al ejército chino, sino terminaron vendidos por los ministros, los gobernadores militares y los oficiales (CROUZET,. 1981. Vol. VII, pp 564 y 565).
CITAS:
1).- Yutaka, Tazawa y otros. Historia cultural del Japón. Japón, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1973, p 83.
2).- Bito, Masahide y Watanabe, Akio. Esbozo cronológico de la historia del Japón. Tokyo (Japón), International Society for Education, Inc, s/d, p 14.
3).- Hall, John Whitney. El imperio japonés. España, Siglo XXI, 1973. Vol. 20, p 184.
4).- Crouzet, Maurice. Historia general de las civilizaciones. El Siglo XIX; El apogeo de la expansión europea (1815-1914). Barcelona (España), 1977. Vol. VI, p 511.
5).- Ibídem, p 512.
6).- Hall, John Whitney. El imperio japonés. “Op. cit.”, p 146.
7).- Crouzet, Maurice. Historia general de las civilizaciones. El Siglo XIX; El apogeo de la expansión europea (1815-1914). “Obra citada.”. Pág. 512.
8).- Ibídem, p 512.
9).- Hall, John Whitney. El imperio japonés. “Ob. cit.”. Pág. 151.
10).- Johnson, Paul. Tiempos modernos. “Op. cit.”. Pág. 224.
11).- Bito, Masahide y Akio, Watanabe. Esbozo cronológico de la historia del Japón. “Ob. cit.”. Pág. 16.
12).- Hall, John Whitney. El imperio japonés. “Ob. cit.”. Págs 240 y 241.
13).- Bito, Masahide y Akio, Watanabe. Esbozo cronológico de la historia del Japón. “Op. cit.”. Pág. 17.
14).- Crouzet, Maurice. Historia general de las civilizaciones. El Siglo XIX; El apogeo de la expansión europea (1815-1914). “Ob. cit.”. Pág. 516.
15).- Ibídem, p 521.
16).- Hall, John Whitney. El imperio japonés. “Op. cit.”. Pág. 273.
17).- Ibídem, p 273.
18).- Nakamura, Takafusa y Grace, B. R. G. El desarrollo económico del Japón. España, 1985, Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón. Pág. 35.
19).- Hall, John Whitney. El imperio japonés. “Ob. cit.”. Pág. 280.
20).- Crouzet, Maurice. Historia general de las civilizaciones. El Siglo XIX; El apogeo de la expansión europea (1815 – 1914). “Ob. cit.”. Pág. 523.
21). La Enciclopedia Hispánica. Primera reimpresión de la primera edición, Versailles-Kentucky (Estados Unidos de América), 1990-1991. Vol. 5, pág. 50.
22).- Crouzet, Maurice. Historia general de las civilizaciones. El Siglo XIX; El apogeo de la expansión europea (1815-1914). “Ob. cit.”. Pág. 503.
23).- Franke, Herbert y Trauzettel, Rolf. Historia Universal; El Imperio Chino. Madrid (España), editorial Siglo XXI, 1973. Vol. 19, pp 301 y 302.
24).- Franke, Herbert y Trauzettel, Rolf. Historia Universal; El Imperio Chino. “Ob. cit.”. Pág. 302.
25).- Crouzet, Maurice. Historia general de las civilizaciones. El Siglo XIX; El apogeo de la expansión europea (1815 – 1914). “Op. cit.”. Pág. 497.
26).- Crouzet, Maurice. Historia general de las civilizaciones. El Siglo XIX; El apogeo de la expansión europea (1815-1914). “Ob. cit.”. Pág. 497.
27).- Franke, Herbert y Trauzettel, Rolf. Historia Universal; El Imperio Chino. “Ob. cit.”. Págs. 302 y 303.
28).-Crouzet, Maurice. Historia general de las civilizaciones. El Siglo XIX; El apogeo de la expansión europea (1815-1914). “Ob. cit.”. Pág. 504.
29).- Crouzet, Maurice. Historia general de las civilizaciones. El Siglo XIX; El apogeo de la expansión europea (1815 – 1914). “Ob. cit.”. Pág. 504.
30).- Franke, Herbert y Trauzettel, Rolf. Historia Universal; El Imperio Chino. “Ob. cit.”. Pág. 306.
31).- Franke, Herbert y Trauzettel, Rolf. Historia Universal; El Imperio Chino. “Ob. cit.”. Pág. 307.
32).- Crouzet, Maurice. Historia general de las civilizaciones. El Siglo XIX; El apogeo de la expansión europea (1815 – 1914). “Ob. cit.”. Páginas 504 y 505.
33).- Franke, Herbert y Trauzettel, Rolf. Historia Universal; El Imperio Chino. “Ob. cit.”. Pág. 313.
34).- Franke, Herbert y Trauzettel, Rolf. Historia Universal; El Imperio Chino. “Ob. cit.”. Pág. 318.
35).- Ibídem, p 318.
36).-Crouzet, Maurice. Historia general de las civilizaciones. El Siglo XIX; El apogeo de la expansión europea (1815 – 1914). “Op. cit.”. Páginas 508 y 509.
37). - Sun Yat-sen y la Revolución de 1911. (En China Gráfica, la Revista Ilustrada de China n° 135. Beijing (China), Ediciones Xinxingh, noviembre de 1991.). Pág. 3.
LIBROS:
- BIANCO, Lucien. Historia Universal; Asia contemporánea. Primer edición, Madrid (España), Siglo XXI Editores, 1976. 349 p.
- BITO, Masahide y WATANABE, Akio. Esbozo cronológico de la historia del Japón. Tokyo (Japón), International Society for Education, Inc, s/d. 28 pp.
- FRANKE, Herbert y TRAUZETTEL, Rolf. Historia Universal; El Imperio Chino. Madrid (España), editorial Siglo XXI, 1973. Vol. 19, 386 p.
- CROUZET, Maurice. Historia general de las civilizaciones. El Siglo XIX; El apogeo de la expansión europea (1815-1914). Barcelona (España), 1977. Vol. VI.
- CROUZET, Maurice. Historia general de las civilizaciones. La época contemporánea; En busca de una nueva civilización. Quinta edición, Barcelona (España), Destino, 1981. Vol. VII, 958 p.
- CROUZET, Maurice. Historia general de las civilizaciones. Revolución intelectual técnica y política (1715 – 1815). Barcelona (España), Destino, 1975. Vol. V.
- HALL, John Whitney. El imperio japonés. España, Siglo XXI, 1973. Vol. 20, 321 p.
- JOHNSON, Paul. Tiempos modernos. Barcelona (España), Javier Vergara, 2000. 1087 p.
- ISHIZAKA, Kazou La educación escolar en Japón. Tokyo (Japón), International Society for Education Information, s/d. 56 p.
- NAKAMURA, Takafusa y GRACE, B. R. G. El desarrollo económico del Japón. España, 1985, Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón. 113 p.
- YUTAKA, Tazawa, SABURO, Matsubara, SHUNSUKE, Okuda y YASUNORI, Nagashata. Historia cultural del Japón. Japón, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1973. 120 p.
REVISTAS:
- AQUÍ JAPÓN. Tokio (Japón), Japan Graphic, Inc, 1992. 36 p.
- EL INVESTIGADOR POLÍTICO Y ECONÓMICO, N° 2. Formosa, Argentina, propietario: Esteban Alberto González, imprenta propia, 1992. 98 p.
- CHINA GRÁFICA, LA REVISTA ILUSTRADA DE CHINA, N° 135. Beijing (China), Ediciones Xinxingh, noviembre de 1991.
ENCICLOPEDIA:
- LA ENCICLOPEDIA HISPÁNICA. Primera reimpresión de la primera edición, Versailles-Kentucky (Estados Unidos de América), 1990-1991. Vol. 5.
HISTORIADOR ESTEBAN ALBERTO GONZÁLEZ.
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- LOS ARGENTINOS ENTRE LOS LIBERALES Y LOS ESTATISTAS. LA CULTURA POPULAR.
https://docs.google.com/document/d/1EaYd78F-XvX1LTMRHlP8MxfjU6ItrvtOn4xPWub283I/edit
- LA FUNDACIÓN DE FORMOSA. ARGENTINA.
https://docs.google.com/document/d/19CqD2E2OW3ZTnY0WlzUbMbboeHeiaWStSYjZiNaD5OE/edit
- LA BURGUESÍA
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sercompetitivos · 7 years ago
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Se hunde el precio del opio y Birmania tiene que cambiar la adormidera por el gusano de seda.
Se hunde el precio del opio y Birmania tiene que cambiar la adormidera por el gusano de seda.
El cultivo de la adormidera en Birmania es tan ancestral que algunas familias ni siquiera recuerdan en qué momento comenzaron a practicarlo. Sin embargo, el futuro de la planta de la que se obtiene el opio en el país está en entredicho: las estrictas leyes del país y el hundimiento de los precios ha hecho que muchos de ellos se pasen a otro negocio: los gusanos de seda. De fondo, el impulso de la…
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mkds9 · 3 years ago
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[ Kirguistán ]
País ubicado en Asia central, vecino de China, Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán. Está encerrado por duras montañas (cubriendo el territorio en un 80%), lo que le ha ayudado a mantener su cultura y tradición, y le ha dado el apodo de “la Suiza de Asia Central”. Su idioma oficial es el kirguís (el ruso es el segundo más hablado) y su gobierno se divide, igual que en México, en poder ejecutivo, legislativo y judicial. Su territorio se divide en siete provincias, siendo su capital y ciudad más poblada Biskek. Es el país que se encuentra más alejado del mar en todo el mundo. Sus minas son ricas en metales como oro y tierras raras. El país se ha industrializado gracias al comercio de oro, carbón, antimonio y uranio. La mayor actividad económica es la ganadería (caballos, ovejas y reses), pero también se cultiva algodón, fruta, tabaco, seda y opio. La mayoría de la población se ubica en el campo, y aunque los kirguises ocupan el 69% de la población, también pueden encontrarse rusos, uzbekos, tayikos, kazajos y ucranianos. Se sigue practicando en algunas zonas el “rapto de novias”, que consiste en que el novio secuestra a la novia para hacer oficial que quiere desposarla. Es un país de mayoría musulmana, aunque también existe población católica, protestante, judía y afiliada a los testigos de Jehová. Su deporte más famoso es el futbol soccer, pero se siguen practicando deportes tradicionales a caballo como el Ulak Tartysh, donde los contrincantes pelean a caballo por una res sin cabeza ni extremidades que deben meter a una línea de anotación, carreras a larga distancia, luchas, y una carrera en la que el hombre busca el beso de una mujer que huye a galope (y si consigue ganar ella, puede pegarle con un garrote). Es un país de poca población, unos 6 millones de habitantes, lo que le da una densidad de apenas 28 habitantes por kilómetro cuadrado. Finalmente, su moneda es el som kirguis, equivalente a 0.24 pesos mexicanos.
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galata-morente · 7 years ago
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Dos cajas vacías sobre una periquera que a su vez reposa sobre una mesita ratonera en un cuarto iluminado cenitalmente
Quiero una amiga prostituta,
salir por un helado agarrando su cintura,
despreocuparme de ese horrible sufrir
otorgado en vida a las necias almas.
 Oler su perfume, fumar de su boquilla,
víctima de su mirada parda,
pernoctar en sus piernas sin nada más que estilo
y reír como idiotas de las mentiras del último inquilino.
 Deambular en la abstracción de la palabra “amor”  
el café beberlo cargadísimo
la historia real donde Pinocho se cuelga
no pagar cuota fija.
 Que no pierda jamás su gracia
que oculte su verdadero rostro
vacuidad en sus palabras
fosforescencia en sus deseos.
 Tardes llenas de esplendoroso glamour
alhajas solariegas de esposas mal cogidas  
un sinfín de anécdotas con finales insospechados
presenciar la metamorfosis, gusano de seda.
 Opio para mi espíritu inquebrantable
la veo polvearse la nariz y me dan celos
medias de encaje, iluso el dueño de sus noches
las páginas sin voltear que se acumulan en su cabecera.
 La tumba le calza perfecto.
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ulisesbarreiro · 7 years ago
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¿Cómo impacto en la acumulación temprana de capital para los ingleses su extracción de capitales desde la india? Por Rocio Arami Sanabria
El establecimiento de los ingleses en Calcuta en el año 1690 estaba estrategicamente armado para aprovechar la declinación Nughal. De esta forma las provincias de Bengala, aislada del resto de los territorios. Estaba entrando en un periodo de florecimiento comercial pues exportaba no solamente sedas y algodón fino. Sino además azúcar arroz, indigo y opio (para China). Todo esto organizado por poderosos comerciantes (burgueses) y banqueros que cobraban impuestos por las operaciones que se hacian. Y ese dinero, se giraba hacia Londres. Así la compañia Inglesa de las Indias Orientales, a travéz de los impuestos y además se apoderó de más de 5.000.000 millones de libras esterlinas de ese momento del tesoro de la Provincia de Bengala.  De esta manera los ingleses pirateando por todo el tercer mundo lograron amazar muho capital para luego hacer la revolución industrial dentro de Gran Bretaña.                       Rocio Sanabria             
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