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#la niña a la que se le vino el mundo encima
"Había comenzado a darse cuenta de que la vida tiene siempre pérdidas y ganancias, que no te mereces ni las primeras ni las segundas pero hay que aprender a recibirlas." - La niña a la que se le vino el mundo encima, Gaby Pérez Yslas
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Promesas y soluciones
“Tengo sed, quiero tomar una coca”
Últimas palabras de una niña antes de obitar por un cuadro de meningococcemia.
“Por si no lo sabían, en el Curie no hay espejos en las habitaciones de los pacientes, ya que más de uno, luego de una cirugía en su rostro, quedó con tal consternación que opto por el suicidio…”
La promesa de una vida mejor presente en muchas religiones, dando por sentado que este mundo es en realidad un gigantesco caos de violencia, fétidos aromas e incontables imperfecciones. El anhelo de soluciones que enciendan aún la llama de la esperanza, tan frágil, pero a la vez tan propensa a persistir, lastimosa, débil, pero persistiendo a toda costa. Claro está que la adversidad no tiene una fracción de respeto por lo conmovedor de la permanencia de esa llama y la pasa por encima con inimaginable desdén ¿No les paso que iban esperanzados por algo y la realidad les paso el cruel designio por las narices, casi como burlándose? “Toca ver agonizar a los tuyos, irse cada vez mas lejos, vos como espectador de esta obra, mí obra”.
Si juntáramos todas las cenizas de las ilusiones primordiales, esas que se suponen sirven como combustible para el motor de la voluntad de vivir, que fueron deglutidas entre lágrimas y sardónicas sonrisas de superación… haríamos un nuevo planeta de incontables débitos cenicientos.
Soluciones a problemas que en realidad no los tienen, cosas con las que va a haber que cargar hasta el fin de los días: desde recuerdos sumamente traumáticos, pasando por una autopercepción nociva plagada de desdén y nublada por el desánimo perpetuo, llegando a el continuo martirio de uno mismo por errores que costaron todo lo que valía la pena en pos de lo mas nimio que se le ocurra al mas nimio de los seres
La promesa de que en este mundo se vino a ser feliz, para luego decir con el corazón en la mano y el alma hecha añicos “al menos ya no sufre más” y luego quebrarse en incesante llanto, ese que no tiene ni un ápice de sanador, solo es mero retrato de la derrota aplastante ante la azarosa repartición de problemas entre los seres vivos.
Espurias soluciones a los problemas incontables que genera el vacío que la vida lleva ligada consigo, aturdir los sentidos, mandar al muere temporalmente al cerebro, autodestruirse, cambiar un dolor por otro, uno mas soportable en principio para luego desplomarse aun mas fuerte contra el suelo. Y no basta preguntarse quienes son nuestros compañeros de sufrimiento, al fin y al cabo, casi todos querrían que sean los demás y no ellos mismos. “¿Por qué le tuvo que pasar a él?” lleva de implícito que hubiera sido mil veces mejor que le pasara a otro.
Promesas y soluciones que saboreamos, parecen que nos saciaran, y es que nuestro hambre de motivos para mantener la fe en la existencia es de tal magnitud que expone lo horripilante de esta.
Un viaje a Europa, un auto nuevo, nueva pareja (mas vistosa esta vez), un título que provoca admiración de desconocidos, una mejor pinta, una noche de repugnante etilismo desenfrenado y drogas, más dinero en nuestro haber, juntarnos con nuestros semejantes a fingir que nos caen bien o hacer locuras para ignorar olímpicamente lo que esa persona en si misma puede ofrecer al mundo (por lo general, nada importante, pero si entretenido) … ¿y después de eso?
Simple, solo hace falta más de eso, subir dosis hasta que eventualmente te derrumbes. Así que supongo que todo esto son buenas noticias ¿verdad?
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sweetsorrow26stuff · 2 years
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Hoy hace un año que fui a terapia por primera vez. Así que quiero decirle algunas cosas a esa parte de mi que tomo la decisión que me salvó la vida, a esa que a pesar de estar tan rota y de no querer seguir decidió buscar una última esperanza.
Me abrazo por esas noches llorando y sin poder dormir donde solo pensaba en terminar con todo.
Me apoyo por haberme abandonado tanto tiempo.
Me admiro por todo lo que fue tomar la decisión de sentirme vulnerable y contar todo eso que me consumía por dentro.
Así que a esa niña asustada que se sentó en esa silla por primera vez y lloro por horas después de terminar, a esa que sintió que el mundo se le vino encima cuando la diagnosticaron con ansiedad y depresión, a esa que se rompió un poco más cuando la medicaron y pensó que no podía sola, quiero decirte que hoy estamos mejor, seguimos intentándolo a veces rotas, otras a pedazos y talvez no cerca de estar del todo bien, con recaídas, altas y bajas. Quiero decirte que tomaste la mejor decisión. Nos salvaste. Te amo y te abrazo siempre.
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3amdistress · 3 months
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Querido Án,
Cuando vino, me dijo que no dejaba a nadie detrás que ya no tenía nada que lo retuviera en México. Nos conocimos y aprendí mucho estando con él. En eso en que lo conocía, descubrí qué clase de persona no quería llegar a ser. No quiero ser alguien que no sabe valorar lo que tiene. A pesar de que a veces odio a mi familia, yo sé que mis padres me quieren. También todos los amigos y conocidos que tengo cerca, a pesar de que tú eres el más importante, son personas que me gustan y que me quieren, aunque sea un poquito. creo que Daniel solo quería escapar de toda esa gente que lo retenía y quería apoyarse en mí para eso, pero yo no estaba preparada ni quería que un desconocido me usara y se aprovechara de todo lo que podía ofrecer. Yo quería que ese responsabilizara de su propia vida sin mi y si me ayuda, porque a mí me resulta muy difícil y muy pesado dar algo a alguien que no me da ni la mitad. Y yo sé que no soy Daniel. Pero me aterra la idea de hacerte sentir como me hizo sentir él. Por eso no quiero ir a Mexicali sin planes propios, sin estar segura de que puedo aportar en tu vida, lo mismo que tú no podrás dar. Y quiero poder hacerlo por mi cuenta, porque sé que puedo y porque quiero estar orgullosa de mí y que tú lo estés también.
Hay cosas que quiero hacer aquí en Bruselas. Quiero mejorar como mujer, aprender todo lo que esta ciudad me pueda enseñar y cumplir mi sueño de volar con alguna compañía a quien le pueda enseñar mi valía. Quiero poder volver aquí, sin vergüenza y sin temor a defraudar. Quiero ir a donde quiera siendo autosuficiente.
Por eso te agradecería que creyeras en mí y nosotros, en qué podemos funcionar siempre y cuando queremos nuestras vidas aparte Y encontremos en ese camino lo que nos una. No quiero que me facilites la vida, ni que me la arregles. Quiero solucionar mis problemas y abrirme paso poco a poco a un futuro cerca de ti. Y quiero que tú estés allí para verlo.
Quiero que compartas tus logros conmigo y hagas un lugar en tu desorganizada mente para pensar en mi siendo parte de ti y que estés seguro de que siempre estaré a tu lado, que sepas que ni la muerte me va a separar de ti, el dolor y el sufrimiento que te pueda llegar a causar nunca superará el amor que te tengo. Quiero que tengas presente que cada cosa que hagas, cada cosa que digas, cada cosa que pienses, me lo puedes compartir. Y que lo intentaré proteger con garras y dientes… Cree en ti porque yo creo en ti y todos lo hacemos. A pesar de lo que todos puedan hacer, decir o pensar, la gente que te quiere jamás te va a dejar. Y te puedes equivocar, y está bien porque así puedes aprender, y no te tienes que torturar si no te sale bien ni a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera… Ni a la cuarta, ni a la quinta. Nunca sientas que te culpo ni que te juzgo, y si lo hago perdóname. Mi intención es solo darte el afecto que te mereces. Voy a encontrar el modo de que este vínculo nunca se rompa, y por más que no quiera esperar nada de nadie, tú eres tú, y voy a creer en tus intenciones y en el amor que me tienes. Así que te voy a dejar crear tu propio camino hacia mí si así lo quieres.
no te voy a odiar si no quieres venir hacia mí. Pero te agradecería que seas sincero contigo mismo y conmigo cuando ya no me quieras más. Porque no quiero caminar en un mundo de ilusiones que me creaste para hacerme feliz con falsedades. No quiero mentiras. Quiero solo pura honestidad. Quiero que lo que quiera crear contigo sea real y no solo la imaginación de una niña que creció viendo historias románticas de fantasía. así que te pido por favor que vivas tu vida al máximo mientras me respetas y yo te respeto en este mundo lleno de pecados. Ojalá pronto podamos darnos la mano, con nuestras piernas encima del otro, besarnos y tocarnos después de todas las dificultades y lágrimas. Quiero que valga la pena. Esos son mis deseos.
Atentamente,
Mej
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itsdoobergirl · 3 months
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Story of the lady who ate kids (Spanish Version)
Historia de la señora que comía niños.
Hay bellezas que no todo el mundo entiende. Es fácil ver un cuadro que todo el mundo ama y aprender a repetir como niña buena que las cosas que a todos gustan también le gustan a una. Adquirir el gusto, que le llaman. Acostumbrarse. Sonreír mientras se bebe el vino, para convivir y nada más, sin importar que siga siendo igual de agrio que la primera vez. Hay bellezas que todo el mundo entiende, o dice entender.
El otro día llegó Santiago con un disco, de ésos que ya no escuchan los jóvenes porque tienen celular. Llegó a la casa con un sobre de papel amarillo en la mano, preguntando si podía usar el estéreo de la tele. Adentro había otro disco, parecido al que metió él, blanco de por encima y con un título en marcador permanente. Ese lo aventó a la hendidura del sillón y ahí se quedó. Ecos del Silencio, o algo así se llamaba. Cincuenta minutos de un tal Enrique hablando de sus diez autos de lujo, sus mil millones y sus cuatro casas.
Santiago dice que los demás no entienden por que están viejos. Ya les llegó su tiempo, y cuando eran jóvenes igual les gustaba escuchar lo mismo. Nunca, en la historia de la humanidad, una generación había quedado sin hablar de las banalidades materiales y cómo abundaba de ellas. Alardear de cómo les va bien. Mateo apaga el estéreo y le pide por favor a Santiago que pongan la radio, y fruncen el ceño los dos, casi haciendo la misma cara.
Yo a Enrique lo entiendo, pero sólo a medias. Tanta gente que lo escucha, que compra discos incluso, y me rehúso a pensar que soy la única que puede ver la verdad. Podría pararme frente a la tele y decirle a Santiago lo que pienso de su música. Pero no ver la belleza, y que la belleza no esté, son dos cosas muy diferentes, creo yo. Sucede que aún no encuentro la belleza en los Ecos del Silencio. Pero no tengo prisa.
Mateo casi no escucha música. Que ya tiene mucho ruido en su cabeza, dice. Cada vez que abro la puerta de su cuarto me mira a mí, y mira la ventana. Me pregunta si hizo algo malo, y le digo que no, que sólo vengo a verlo. Le pregunto si tiene hambre y nunca tiene.
-- No sé cómo le hace Santiago.
-- ¿Para qué?
-- Para correr por los pasillos así. No le importa nada.
Mateo mira al suelo y le doy un abrazo. Mañana cumple quince años. Ya no es edad de bailar y cantar sin razón. Una década de mirar al mundo con ojos ávidos, y un lustro entero buscando una razón para sonreír. Gira su cabeza entre mis brazos para verme de frente,
-- De veras que no lo entiendo.
Al final, Enrique canta de las cosas buenas en su vida, creo yo. Desborda de felicidad por lo que tiene, vaciando gratitud a chorros sobre cuatro acordes de sintetizador. Yo doy gracias, también. Le canto a las flores como él le canta a sus autos. Le canto a la tierra, a mis niños cuando se van a dormir. Me canta a mí el viento desde la ventana del cuarto, haciendo revolotear las sábanas recién dobladas entre los estantes vacíos. Canto mientras barro, al polvo quizás, le canto al trapo que me ayuda a secar. Canto con Enrique en el coche, con las bocinas a todo volumen y los muebles en la cajuela.
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nuberso · 8 months
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La vida es como una mina, da muchas vueltas, tiene muchas vetas y lugares oscuros. A veces uno cae, muy, muy profundo y queda sumido en una gran oscuridad. Sin embargo, no hay noche que dure eternamente y hermosos amaneceres prueban que siempre hay espacios para ser feliz.
- Gaby Pérez Islas. La niña a la que se le vino el mundo encima.
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textosporrenard · 2 years
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POS A DAR II, extracto, 2020
(...)
Un solitario invadido es aquel que se retira a la perfección de su soliloquio con unos ganchitos clavados en la nuca y los genitales que conectan con la camada de inconscientes, tirando una y otra vez un hilo del que no conocen su otro extremo, por lo tanto cuando te jalan lo suficiente como para venirte, te corres todo encima de ellos y te va mal porque se enamoran o te castran, y ninguna de las dos situaciones favorece. Pero mi invasión es más que voluntaria entonces digamos que antes de sentir su jalada yo ya estoy agarrando los hilitos y jalándomelos yo solita, es como el juego de tirar de la cuerda donde ellos y yo tiramos para el mismo lado pero sólo yo me caigo cuando ganamos. Pero ¿quién se queda con las ganas? Todos los seres que he conocido en mi vida se fusionan para llamarse mundo y no me parezco a ninguno de ellos nótese que no por la originalidad sino por la inexistencia, está agotado, la cancelaron. A pesar de que ahora presumo que ya existo me sé la versión del diablo que vive en mis pómulos e insiste en que la era digital me ha confundido y ha hecho pensar que tengo cuerpo, sería mejor asegurarnos y por eso los putazos de vez en cuando, comprobamos que no somos reales porque salimos con la cara morada y nadie parece notarlo así que seguro nosotros lo estamos inventando, eso me dijo el señor cuando le di mi teoría edípica de su relación con mi novia, “te lo estás inventando” y yo “pero por supuesto” sin entender que a los inventores nunca se les ha querido del todo. 
Se me escurre la baba cuando toco la guitarra ah pero sequito sequito cuando de tocar otras curvas se trata y es que se me mete la niñez por las fosas nasales, me doy un pasón y jamás fui niña mañosa, insisto en que las manualidades no son lo mío. Aprendí a masturbarme viendo porno gay, lo hecho mal todo este tiempo pero sí que funciona, no mames, por favor, no mames, quédate cerca de mi boca, no me rompas la ilusión.
Mamá donde pusiste mi inocencia, está en tu cuarto, claro que no, qué te hago si la encuentro. Y aparece una madre y la saca sin problema alguno, aparece, como si hubiera estado con ella todo este tiempo, como si mi inocencia estuviera tapizando mi cama pero yo no sé tenderla, sólo Andrea. Es que no la veía, la escondiste, no m’ijo simplemente no te fijas, aquí estaba, no la veo no la veo no la veo no la veo no la veo no la veo, digo con ojos aguados y sueños podridos en la parte trasera de mi cráneo.
Ayer papá me dice que se lo está llevando la fregada porque no le gusta decir chingada enfrente de mí pero ya sé que son la misma vieja. Es que en qué cabeza cabe sentar cabeza y más junto a una madre como la mía, te hubieras ido papá, fecundado a otra persona, incluso a la vida misma y hubiera surgido lo mismo que yo pero de otro cuerpo que sí hubiera abortado por novena vez. Ya estás muy viejo como para cobrar ese tipo de quincenas, perdóname, yo te quiero mantener el corte de cabello y las botellas de vino que te bajan la presión pero me falta poquito nada más para cobrar las regalías de mi sufrimiento, vas a ver, no te mueras así, no me digas que no sabes lo que te gusta, estás con el pinche josé josé todo el día, delirando melodías y las manos convulsionando por dibujar algo y en vez de eso frotan masturbatoriamente los azulejos de la cocina, no somos tan diferentes. 
Día internacional del Edipo, señores. Y uno que quiere disfrutar de la fecha justamente por las festividades el día se le llena de mamadas y no acabamos no acabamos no acabamos, más que a partir del arrepentimiento excitante de quien acaba de declarar un amor no correspondido, fundador de las ganas frenadas por la correspondencia misma del post quiebre de espíritu natural, me duele el útero porque digo soy mi propia madre y me empieza a dar embarazo psicológico, cuando vaya al doctor y me digan que no tengo nada le diré que justamente eso busco parir: la nada. (...)
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ochoislas · 3 years
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Hace justo veinticinco años que mi madre vino a vivir cerca del parque Rikugien con sus tres hijos. Yo tenía diez años y era la menor. Nos contó la historia del jardín y poco después de instalarnos entramos a visitarlo. A pesar de tenerlo enfrente pronto perdimos interés, porque el recinto estaba rodeado de un muro de ladrillo de dos metros de alto con una única entrada en el extremo más alejado de casa. De todos modos un jardín paisajista japonés no es nada divertido para unos niños y nunca volvimos allí juntos. Sin embargo las muchas aves —urracas piquirrojas, tórtolas turcas y carboneros chinos— que veía en los árboles y tejados me recordaban siempre que vivía cerca de un parque. Y en verano podía escuchar las cigarras al anochecer. Para una niña de la ciudad como yo, las cigarras nocturnas y las urracas azules eran una novedad.
[…]
Un día el perro desapareció. Pensé que se habría escapado del patio. Pasaron dos o tres días y no volvió: no era lo bastante inteligente para encontrar el camino de vuelta si se había extraviado. No sabía si llamar a la perrera. La preocupación me indujo por fin a romper nuestro silencio habitual y pregunté a mamá: «¿Y el perro…?». «Ah, ¿el perro? —respondió— lo tiré por encima del muro del parque hace unos días».
Me quedé impactada, nunca había escuchado antes esa manera de deshacerse de un perro. Con todo no fui capaz de protestar. Tampoco me precipité a rastrear el parque. Mi madre podía haberlo sacrificado, pero prefirió llevarlo al pie del muro de ladrillo, levantarlo y lanzarlo por encima. No era grande, apenas treinta centímetros de largo, así que no le costaría mucho hacerlo.
Viéndose arrojado al bosque, el perro no habría ido a esconderse en silencio, más bien habría corrido por todo el parque ladrando furiosamente, llamando de inmediato la atención del guarda. ¿Qué habría venido luego? ¿La perrera? Pero cabía la posibilidad de que no hubiera acabado así. Podía imaginarme más o menos el bosque durante el día: habría muchos pájaros e insectos y poco más. En el estanque morarían unas cuantas carpas, tortugas y barbos. ¿Pero qué ocurría por las noches? Como no me atrevía a quedarme después de la hora de cierre, me preguntaba si alguien tendría la experiencia de pasar una noche en el parque hasta que abrían las puertas por la mañana. Podrían acontecer todo género de cambalaches, inimaginables durante el día. ¿No podría un perro que ingresara en este mundo sobrevivir, no ya como diminuto terrier sino como algo distinto? Tenía que agradecer que el destino del perro dejara tanto margen a la imaginación.
Desde entonces di la espalda a Rikugien más firmemente que nunca. La profunda arboleda, tan fuera de lugar en la ciudad, me asustaba: era el dominio del perro abandonado por mi madre.
Tsushima Yūko
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s-beth1307 · 3 years
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Oye!! Ella ya no espera un mensaje tuyo;enero 2022 sintió cómo el mundo se le vino encima al menos 10 veces, no estuviste ahí para ella, pero sabes? Se dió cuenta que ella puede levantarse el ánimo sola, ser su propia compañía, darse un abrazo sola, cuidar de ella misma.
A la niña mimada y consentida le tocó ser fuerte, la verdad... No le va nada mal!!
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teresabilba · 3 years
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Imagina Loki
No pertenezco a ningún sitio. No soy nada, sólo una mota de polvo que flota en la atmósfera anhelando un hogar que nunca podrá encontrar...
Me tumbé en mi cama pensando en estos oscuros pensamientos... mi mente era un abismo que amenazaba con tragarme. Mis rodillas estaban acurrucadas contra mi pecho, mis brazos envueltos, temblando como un tímido vicio alrededor de ellos. Apenas podía respirar. Respiraba profundamente tratando de calmarme, pero en lugar de eso, se me atascaba en la garganta, doliéndome el pecho. Sentía que me ahogaba, o me hundía, o me ahogaba, o las tres cosas.
Lágrimas de desesperación y soledad rodaban por mis mejillas, y mis ojos ardían de un rojo intenso por la sal de mis lágrimas... un océano en cada gota.
Llamaron a la puerta, un suave golpecito, y la voz apagada de Loki flotó a través de la puerta hacia mí: "Amor mío, ¿estás bien? ¿Puedo entrar?"
No estaba bien, y aunque cada fibra de mi ser anhelaba que me abrazara, no quería que me viera así: débil y rota.
"Por favor, no lo hagas". Me ahogué, mi voz vaciló, traicionándome.
Oí el pomo sonar cuando sus elegantes dedos se cerraron alrededor de él, la puerta crujió al abrirse. 
Resoplé, tratando de contener el flujo de lágrimas que caía por mis mejillas.
Loki se acercó a mí, en silencio, y los muelles del colchón chirriaron cuando se desplazó a la cama que estaba a mi lado.
"Teresa, háblame, por favor, cuéntame qué ha pasado. ¿Quién ha hecho daño a mi palomita?", preguntó, con su voz como una suave y delicada caricia... una fría compresa en los nervios expuestos. Quería apoyarme en ese consuelo.
"Loki..." Me quedé en blanco, incapaz de hablar. Me ardía la garganta por las palabras que había retenido y por las emociones que amenazaban con consumirme.
Loki no me presionó más, sino que me rodeó con sus brazos, con su cuerpo pegado al mío, con el calor que irradiaba. Su cabeza se apoyó en el pliegue de mi cuello y me respiró lentamente.
"Ya estoy aquí, Teresa. Tienes que contarme lo que ha pasado, palomita". Su mano apartó el pelo de mi cara y lo alisó detrás de mi oreja.
Besó la tierna carne detrás de mi oreja, y susurró, sus labios rozando mi sensible piel: "Cuéntame, quiero ayudar".
"Loki... yo... me siento tan rota, tan rechazada y tan sola". Sollozaba, las lágrimas caían frescas por mi cara.
"Shhh, shhh", su áspera mano ahuecó suavemente mi cara como si fuera una delicada muñequita de porcelana, hermosa pero rompible. Volvió mi cara hacia él, y yo cerré los ojos como una niña pequeña, pensando que tal vez no sería capaz de ver el dolor y la sombra rota de una persona frente a él.
El pulgar de Loki frotó mi mejilla, limpiando mis lágrimas.
"Mírame, Teresa", hizo una pausa, "por favor".
Mis labios temblaron y abrí los ojos vidriosos, asomando a través de las pestañas húmedas y saladas.
"Te veo. Veo el dolor que te desangra, cada día, consumiéndote. Veo el dolor que amenaza con ahogarte y hundirte. Veo las emociones que anhelan volcarte para hacerte naufragar y estrellarte contra rocas afiladas y ominosas. Sé que deseas rendirte, pero no podría soportar vivir sin ti. Quédate por mí". Sus ojos me atravesaron, escudriñaron en lo más profundo de mi alma. Pude ver la pequeña criatura asustada y triste que era, reflejada en sus ojos. No había mentido, me vio.
"Palomita, qué resistente eres, ni siquiera lo sabes", me instó, convincente. "¿Has oído alguna vez la historia de la serpiente cornuda?", me miró momentáneamente antes de continuar. "La serpiente cornuda es una bestia mitológica muy popular en muchas culturas nativas americanas, que me parece formidable y cautivadora a la vez. A primera vista, es un villano, un presagio de muerte y destrucción.
"Curiosamente, la serpiente cornuda nació de una figura de la oscuridad que violó a su propia madre..."
Le miré con horror en la cara, su mano se levantó haciéndome callar, "espera un momento, palomita, paciencia".
"La serpiente cornuda odiaba su existencia, sintiendo que era un bicho raro, una bestia, un monstruo no querible, y por supuesto, sus habilidades de muerte y destrucción validaban lo que sentía de sí mismo.
"Pero lo que es evidente para mí, es que él no eligió cómo vino a este mundo. No eligió su creación ni el método de su concepción. No tuvo ningún control sobre ello.
"Ahora déjame decirte cómo es; está enjoyado, es una serpiente gigante hermosa y temible de contemplar, colmillos del tamaño de mi brazo, ojos que amenazan con hipnotizarte y controlarte... como los tuyos", dijo, su dedo se deslizó sobre mi ceja.
"Tiene unos cuernos gigantescos en forma de espiral, un medio de defensa contra el peligro y las amenazas percibidas. De hecho, la característica más fascinante de su apariencia, son sus alas.
"Ahora bien, algunas tribus nativas americanas creían que hay un inframundo, un mundo medio y un mundo celeste.
"Cada bestia de la creación tiene su lugar en uno de estos reinos, pero no la serpiente con cuernos. La serpiente cornuda es especial, ya que puede viajar a cualquiera de los reinos.
"¿Lo entiendes?", preguntó, sus dedos encontraron los míos y se enlazaron con ellos.
Asentí, "creo que sí".
Y continuó, "porque la serpiente con cuernos puede tener su hogar en cualquier lugar.... Realmente no pertenece a ninguna parte.
"¿Pero puedes entender lo crítica y crucial que es su vida? Puede hacer lo que le plazca. Puede ver a los muertos, ayudar a los vivos, comunicarse con ambos... Es realmente una criatura de resistencia y poder..."
Su mirada volvió a mi rostro, escudriñándolo, "igual que tú, pequeña paloma. Eres mucho más fuerte de lo que crees, me mantienes con los pies en la tierra y completa.
"Ahora, sécate las lágrimas, y sabe que eres mía", sonrió.
El talón de mi mano limpió los océanos, y respiré profundamente, mi cuerpo se giró para mirarlo completamente. Enterré la cara en su pecho, respirando su olor a cuero y a pino, con una sonrisa surgiendo en mis labios. Me abrazó, y mientras hablaba, escuché sus palabras retumbando en su pecho, "tienes mi corazón en la mano, tú no ves tus alas pero yo sí, palomita... yo sí".
Levanté los ojos, buscando su rostro familiar y reconfortante, y mi pequeña mano subió lentamente por su pecho hasta acariciar su escultural mandíbula.
"Loki", su nombre escapó de mi boca como un susurro.
En respuesta, me miró, con la preocupación grabada en su rostro.
"Necesito sentirte... Por favor", le supliqué, con las lágrimas amenazando con salir de mis ojos.
Él sonrió, con conocimiento de causa, y asintió.
Me quitó la ropa, sosteniendo mi mirada mientras la desabrochaba.
Cuando me liberé de la ropa, entrecerré los ojos y me cubrí los pechos con los brazos, cruzando las piernas.
Su mano recorrió ligeramente mi brazo, haciéndome cosquillas en la piel.
"No te escondas de mí, palomita", me susurró al oído.
Mi propia agitación emocional no me hacía sentir muy atractiva, aunque deseaba estar con él por completo. 
"No me siento atractiva ahora mismo, Loki, lo siento". Dije en voz baja.
"Hmm..." una pausa, "quiero mostrarte algo, Teresa. Cómo te veo". Retiró mis manos, sacando mi piel de su escondite. 
"Abre los ojos, mira cómo toma forma tu mundo, pequeña paloma". Hice lo que me pedía, observándole, mientras sus ojos se cerraban y su ceño se fruncía de concentración. 
Y allí, nacido de su concentración, un mundo de colores voló desde él. Al principio se extendió lentamente, hasta que se extendió a nuestro alrededor: un campo siempre verde, un mar de hierba y altos árboles de aspecto solitario que se balanceaban en lo alto. Los pájaros volaban desde sus ramas, entonando sus lúgubres cantos, y el sol brillaba a través de las hojas, filtrándose hasta el suelo del bosque en un brillo dorado e hipnotizante. 
Era increíble y demasiado real. Mi pelo estaba enredado y jugaba a algún juego íntimo con la hierba que coronaba mi cabeza. 
Solté una risita, mis dedos agarraron las briznas de hierba y se sumergieron en el suelo húmedo, zumbando con vida.
"¿Qué te parece, Teresa?" preguntó Loki, estudiando mi rostro con atención, tratando de leer mis pensamientos. 
"Nunca he visto un lugar tan puro y lleno de vida". Mis dedos se enroscaron en la tierra, "tan lleno de vida".
"¿Así es, Teresa?... De todos los lugares en los que he estado, mientras he vivido, este es mi lugar favorito para estar. Nunca he estado en un lugar tan cautivador en toda la creación". Terminó, sus ojos revoloteando a su alrededor y asimilando todo. 
"¿Dónde estamos?" Pregunté, con curiosidad.
"Teresa, esto no es un lugar, en realidad, es lo que veo cuando te miro a los ojos". Me miró, inocentemente, como un niño que dice la única verdad que ha conocido. 
Me quedé sin palabras, "Loki..."
Su mano se cerró alrededor de la mía y tiró de ella hacia arriba, estirándola hacia las copas de los árboles. Abrí los dedos mientras los rayos de sol coquetos bailaban con las yemas de mis dedos, calentándolas y bañándolas en su brillo mágico. 
"¿Ves lo hermosa que eres, palomita?"
La risa brotó de mí y giré la cabeza para mirar a Loki. Me había observado con una pequeña sonrisa en los labios. Me mordí el labio, mis manos agarraron el cuello de Loki mientras lo atraía hacia mí. Cuando cayó en mi abrazo, mis manos peinaron su pelo, calentado por los rayos del sol.
Respiré contra sus labios: "Te quiero, Loki", y él sonrió mientras me besaba.
Deslicé mis manos hacia abajo, por debajo del cuello de su camisa, para posarlas sobre su piel. Quería que su piel estuviera tan desnuda y libre como la mía. 
Leyó mi señal y continuó besándome mientras se quitaba la ropa. 
Puse mi pierna sobre su cadera y me puse encima de él, a horcajadas. 
Me observó atentamente, apenas respirando, mientras yo agarraba su dura longitud, dirigiéndola hacia mis empapados labios. 
Cuando entró en mí, un suspiro escapó de sus labios, y su pecho se levantó del suelo de hierba del bosque. 
Empecé a mover mis caderas eróticamente, mis labios empapados tirando de su longitud, y de vez en cuando el aire siseaba entre sus dientes. 
Me senté a horcajadas sobre él, separando más las rodillas para poder abarcar más. A medida que subía y bajaba, mi líquido empezó a cubrir su saco hasta que también se mojó. 
Puse mis manos detrás de mí, para que descansaran sobre sus rodillas, soportando mi peso. 
Sus dedos alrededor de mi cintura comenzaron a apretarme, podía sentir la excitación burbujeando dentro de él, y podía sentir su longitud creciendo dentro de mí. 
Sonreí, complacida por cómo respondía a mi cuerpo.
Loki se rió, negando ligeramente con la cabeza. 
Entonces me levantó de las rodillas y me hizo girar para que quedara tumbada debajo de él.
Él tenía el control entonces, pero en mi apuro seguí moviendo mis caderas contra él, mis dedos arañándolo con necesidad. 
El ritmo con el que se movían sus caderas empezó a provocar un orgasmo en mi interior. Mi cuerpo era suyo y los cantos que salían de mis labios eran sólo para él. 
Cerré los ojos, concentrándome en el placer que se acumulaba y brotaba entre mis caderas, una sensación arremolinada que crecía en mi interior.
Cuando mi orgasmo amenazaba con su dulce liberación, Loki bombeó más profundamente dentro de mí. Con una mueca de determinación en su rostro, su cuerpo comenzó a sufrir espasmos mientras el orgasmo lo desgarraba, y verlo en su éxtasis me llevó al límite para unirme a él.
Mientras yacíamos entrelazados y embrujados el uno con el otro, el paraíso que Loki había creado retrocedió en un lento goteo, hasta que las paredes, el mobiliario y la cama fueron lo único que quedó a nuestro alrededor. 
Su voz penetró en el silencio. "Teresa, he vivido toda mi vida y no he encontrado a alguien como tú. Tú, palomita, eres el amor de mi vida. Cuando nací no pasé por el sol y gané aliento. No, pasé junto a tu estrella, me acerqué demasiado y fui maldecido con un anhelo y una nostalgia que nunca pudo ser satisfecha hasta que estuve en tus brazos. Nunca he amado hasta ti". 
Le sonreí, mis brazos rodeando su cuello mientras suspiraba contenta: "Loki". Su nombre sería para siempre un aliento anhelante en mis labios.
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La niña a la que se le vino el mundo encima, Gaby Pérez Yslas
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sarapb · 3 years
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I just want to hold your hand
Cinco veces que Emma y Ray se tomaron de la mano, y una vez que no lo hicieron.
RayEmma Week 2021, Day 3: Handholding.
Manga Spoilers.
1
El humo es visible por encima de las copas de los árboles, la luna brilla generosa esta noche, augurando un buen futuro para su huida.
Ray no mira ni a la luna ni al humo, sino que contempla perplejo a los niños, a sus hermanos, que le sonríen y le saludan desde el otro lado del abismo. Un abismo que pensó era insalvable, imposible de cruzar.
El abismo que ahora los lleva a la salvación.
Sonríe. Supone que es un gesto más irónico que otra cosa, pero solo hay sinceridad tras él. Ray sonríe. Le sonríe a Emma, le sonríe a Thoma y Lannion, y le sonríe a la asustada Jemima mientras se acerca a ella.
—Cruzaremos juntos —dice. 
Hay algo que se agita en su pecho, algo que le dice que por primera vez va a contribuir en salvar a uno de sus hermanos, que no va a dejar que se dirija derecho a la muerte sin poder hacer nada.
Emma susurra su nombre, con emoción y alegría en los ojos. Ray cree que también ve orgullo, pero no cree merecerlo así que decide pasarlo por alto.
No obstante, antes de cruzar, agarra la mano de Emma. Es tan solo un momento, un apretón fuerte de unos solos segundos de su mano sobre la mano de la chica, sin ni siquiera girarse a mirarla, pero espera que ella entienda todo lo que quiere decirle con ese gesto.
Gracias. No te voy a fallar. Voy a estar aquí. Gracias.
Cruza con Jemima bien aferrada entre sus brazos, y después los otros dos no tardan en llegar junto a ellos.
Emma viene la última. Hace un aterrizaje perfecto con una sonrisa enorme en el rostro. Pasa la vista por todos sus hermanos, pero la detiene finalmente en Ray.
Ella entiende.
Mientras Mamá Isabella contempla el abismo, aquel que pensó sus hijos, su hijo, nunca cruzaría, los niños corren por el bosque hacia la libertad como un solo ser.
2
Emma no odia demasiadas cosas, pero estar convaleciente es una de ellas. No se arrepiente del acto que la llevó a recibir la herida que la obliga a estar en cama pero eso no hace que las semanas se  le hagan interminables.
No está sola, nunca lo está. Don, Gilda y Anna se turnan para hacerle compañía y contarle qué tal van las cosas en el refugio. Yuugo pasa todos los días para saludar, y poco a poco se queda más tiempo a charlar con ella, aunque sigue siendo huraño y quejica, pero siempre se asegura de decirle que todos los niños lo están haciendo bien. Los chicos de Goldy Pound, que ahora supone son parte de la familia, también la visitan, pero de uno en uno, obligados por Gilda desde aquella tarde en que se juntaron demasiados en su cuarto y aquello parecía una fiesta y no el cuarto de una chica herida. Sus hermanos más pequeños vienen a visitarla en pequeños grupos vigilados por los mayores, y aunque Emma adoraría tenerlos con ella todo el tiempo, los obligan a salir pronto porque tiene que descansar.
Son muchos pero también tienen muchas cosas que hacer para sacar el refugio adelante, y aun así se las arreglan para que siempre haya alguien con ella durante el día.
Ray siempre la acompaña por las noches.
El muchacho se queda a hacerle compañía todas las noches, solo falta un par de ellas y es única y exclusivamente porque se pelea a gritos con Yuugo, quien le dice que si quiere aguantar en pie durante el día debería dormir un poco más. Parece ser que está tan o más ocupado que los demás, seguro que casi todos los niños acuden a él en busca de consejo, así que suele llegar después de cenar, así que tienen muy poco tiempo para hablar, ya que Emma siempre se queda dormida muy pronto, cayendo rendida ante los sedantes que la ayudan a sobrellevar el dolor del tirante tejido que cicatriza lentamente. Siempre se queda dormida con Ray sentado en la silla junto a la cabecera de su cama. Al despertar, la silla siempre está ocupada, pero nunca por Ray.
Emma odia pocas cosas, pero ver a Ray solo unos pocos minutos al día es una de ellas.
Es lógico, dado que llevan pasando casi todos sus días juntos desde que tiene memoria. Además, los últimos meses antes de la huída habían estado muy separados, y luego vino el bosque, y luego Goudy Pound, y aunque todavía tiene un agujero en el estómago ahora se puede decir que el ambiente es más tranquilo y por fin pueden relajarse, y Emma quiere pasar tiempo con Ray.
Lo echa de menos.
Desea poder bajar el nivel de la morfina, pero sabe que como se atreva a decir algo Ray es capaz de subirle la dosis, así que prefiere callarse y atesorar con cariño esos pocos minutos de su compañía.
Esa noche no es diferente. Ray aparece por la puerta poco después de cenar con un libro bajo el brazo y una sonrisa cansada para hacerle el relevo a Gilda. Emma siente el tirón en su corazón que siempre aparece al ver a Ray, pero su cuerpo está muy cansado (no sabe de qué, si no ha hecho nada en todo el día) y siente que no va a durar mucho tiempo despierta.
Ray se sienta a su lado y habla un poco con ella. Emma intenta ponerle todo el entusiasmo posible a la conversación, ignorando la pesadez de su lengua en su boca. Intenta beber con sus ojos a Ray, pero siente que los párpados se le cierran en contra de su voluntad.
El chico sonríe y estira las manos. Emma cree que le va a dar uno de sus acostumbrados capones, pero no tarda en notar que lo que hace es extender las mantas para arroparla.
—Debes estar cansada —le dice con suavidad—. Duerme, no te preocupes por nada.
Quiere protestar, por supuesto que quiere, pero su cabeza se acomoda en la almohada. A través de sus ojos entreabiertos puede ver como Ray coge su libro, dispuesto a leer.
Reúne toda su fuerza, la poca energía de la que su cuerpo dispone, para abrir los labios y decir:
—Odio esto. Odio verte tan poco tiempo. Y —ahoga un bostezo, sintiéndose más en el mundo de los sueños que en el real— y que cuando despierte, nunca estés.
Está casi dormida, así que no está segura de que sea verdad, pero nota una calidez rodeando su mano. Pronto sus dedos están entrelazados con otros largos y delgados. La aprietan con fuerza, y luego aflojan el agarre, pero nunca la sueltan.
—Estaré aquí. No voy a ninguna parte —susurra la voz de Ray en sus sueños.
Cuando a la mañana siguiente Emma empieza despertarse, lo primero que nota es la mano que sostiene con fuerza la suya. Abre los ojos de golpe y mira a su lado. Ray está sentado en la silla de una manera muy poco cómoda, cuando se despierte seguro que le dolerá el cuello, pero su rostro tiene una expresión pacífica que Emma no recuerda haber visto en mucho tiempo. O que quizás en realidad nunca ha llegado a ver.
Se acomoda mejor en la cama, de lado, para poder mirar a Ray, sin soltar su mano. Se queda dormida de nuevo así, mirándolo. Sin soltar su mano. Si dependiera de ella, nunca la soltaría.
3
Ray todavía no puede creer que hayan encontrado el templo, en especial porque solo han logrado rastrearlo a través de los recuerdos de Emma.
Es un lugar bastante impresionante, debe admitir Ray a regañadientes. Quizás no demasiado llamativo por fuera, más los dibujos de las bóvedas son alucinantes. Intenta, en vano, no sentirse cautivado por el fresco del sol y la luna, la noche y el día, pero es francamente precioso. Es increíble pensar que una civilización cruel y sanguinaria como los demonios tengan también un toque especial para crear arte. Aunque quizás no debería resultarle tan extraño. Han pasado de incógnito por varios pueblos y aldeas, y los demonios que allí han encontrado eran muy distintos a las criaturas terroríficas y frías de Goldy Pound. Eran más parecidas a Sanju y Musica. Más…
A pesar de todo, Ray se niega a terminar ese pensamiento, y en su lugar se deja invadir por la emoción de Emma, que corre de una torreta a otra, queriendo contemplarlo todo a la vez y al mismo tiempo nunca llegando a apreciar los detalles de las cosas.
Se detiene finalmente frente a una de las torretas. Ray solo alcanza a verle la espalda, pero puede ver como sus manos se aferran a los barrotes, apretando con fuerza.
Cuando se acerca a ella, preocupado porque quizás le puede pasar algo, el rostro de Emma está iluminado por un resplandeciente color dorado, pero más resplandeciente todavía es la sonrisa que está dibujada en su rostro, más hermosa que cualquier pintura.
“Es como el sol”.
—Lo hemos encontrado, Ray. Lo hemos hecho —le dice, y en un momento atípico de Emma, su voz es suave y casi reverencial.
Ray se acerca todavía más a ella y contempla el interior de la torreta entre el hueco de los barrotes. Al ver su interior, no puede más que lanzar un suspiro y esbozar una sonrisa.
—Lo encontraste, Emma —afirma él, contemplando la fuente de brillante agua dorada que ilumina todo el lugar, sus rostros, que parece capaz de iluminar el mundo entero.
—No —contradice Emma, y Ray siente como la mano de la chica agarra la suya—. Lo hemos hecho. Juntos.
Desliza sus dedos por el dorso de su mano, y luego su palma en su palma, hasta que finalmente los dedos de ambos quedan entrelazados.
—No podría haberlo hecho sin ti.
Se gira a mirarla, solo para encontrar que los ojos de ella están fijos en él. No ha dejado de sonreír en ningún momento, pero hay una calidez en su sonrisa que es diferente, que no es la sonrisa de “hemos encontrado el templo por fin”, sino otra sonrisa, una con la que siempre mira a Ray. Al instante Ray le corta las alas a la ilusión y se dice que debe estar imaginando cosas.
Aparta la mirada y vuelve a contemplar el agua dorada. Emma lo imita.
Ambos la contemplan durante un buen rato, y luego los demás se unen, fascinados y emocionados de por fin haber encontrado aquello que parecía más una leyenda que una realidad, sintiéndose cada vez más cercanos de encontrar los siete muros.
En ningún momento sueltan la mano del otro.
4
La visión de Emma como una niña es impactante. No tanto por verla de nuevo como cuando era pequeña, sino porque su sonrisa sigue siendo exactamente la misma y eso conlleva un golpe emocional para él. Porque se da cuenta de que Emma nunca ha dejado de ser esa niña que se caía y se levantaba y corría a vendar rodillas ajenas antes de hacerse cargo de sus propias heridas. Sigue siendo la niña brillante que obsequiaba a todo el mundo con su sonrisa.
Y Ray, Ray en verdad nunca se ha sentido un niño. Siempre ha sido un adulto, o peor, siempre ha sido un prisionero. Prisionero de unos recuerdos espantosos, prisionero de su madre, prisionero de un cuerpo pequeño y débil con el que era incapaz de salvar a sus hermanos. Siempre se ha sentido cansado, desde que tiene memoria, y es completamente opuesto a la vitalidad de Emma, más evidente aún viendo a Emma con su cuerpo de niña pero la misma sonrisa de siempre.
Entonces Emma alza las manos, pequeñas, suaves y delicadas, y agarra las suyas, grandes, agrietadas y arrugadas. Lo mira fijamente con esos ojos verdes que no lo dejan dormir y que cuando le dan tregua lo persiguen en sus sueños. Y le dice que confíe en ella.
Hay una cosa que el Ray niño, que el Ray que siempre fue prisionero de un conocimiento más grande que él, nunca hubiera hecho: confiar en que otro le diera la solución.
Pero, se da cuenta, ya no es ese Ray. Emma sigue siendo la misma Emma de siempre, pero él lleva cambiando, evolucionando, desde la noche en que se bañó en gasolina.
Este Ray devuelve el agarre a Emma, y entrelaza sus manos, ahora iguales de pequeñas e inocentes, con las de ella. Le sonríe y cierra los ojos. Y confía.
Confía en el mundo, en el destino, en las infinitas posibilidades que este les ofrece.
Pero sobre todo confía en Emma. Confía en ella como nunca jamás ha confiado en nadie.
El mundo cambia a su alrededor, puede sentirlo. El tiempo se acelera, se detiene, retrocede. El mundo crece y se destruye. Fluye nueva vida, que florece y acaba en muerte. Brilla el sol, brilla la luna, brillan las estrellas.
El mundo cambia a su alrededor, pero la calidez de las manos de Emma entre las suyas no cambia, y Ray piensa asegurarse de que, si algo va a ser fijo, inamovible  indiscutiblemente permanente en su vida, será ella.
5
Cree que podría estar perdida. Bueno, está casi segura de que se ha perdido. Eso es lo que pasa cuando vas de excursión de un lugar a otro sin parar en un mismo día: que al final alguien se acaba extraviando Y por supuesto tenía que ser ella.
Están ahora mismo en una enorme y bonita ciudad costera en la que han decidido hacer un poco de turismo antes de ver el plato fuerte (¿Una iglesia? ¿Una catedral?). Es una ciudad que bulle de vida, y entre toda la gente de la ciudad, y toda la gente de su grupo, el parque en el que están ahora mismo está abarrotado de gente. Y cuando vas con tanta gente, es normal que te confundas y te acabes perdiendo. En especial si son personas con las que todavía luchas día a día por poner nombres a sus rostros. Al final, se había quedado contemplando ensimismada una de las vistosas esculturas del parque pensando que Don y Hilda eran los dos que estaban a su lado y cuando se había girado a mirar se había dado cuenta de que eran personas completamente distintas que ni siquiera hablaban su idioma. Encima la habían mirado como si fuera tonta.
Aunque quizás lo fuera.
No quería moverse demasiado de ese sitio, pero quedándose quieta tampoco iba a encontrar a nadie. Salió casi corriendo cuando vio unos niños en la distancia, pensando que podrían ser Phil y el resto, a unos pocos metros se dio cuenta de que no lo eran, y que al lado de ellos había un par de señoras que la miraban con cierto aire de preocupación. Les sonrió, se dio media vuelta antes de crear problemas y empezó a caminar sin rumbo.
Definitivamente, estaba perdida.
No sabía que iba a hacer en aquella enorme ciudad para encontrar a los chicos. Sí, eran muchos pero también había muchos metros y metros en los que podían estar y podrían incluso estar andando en círculos buscándose mutuamente.
Lanzó un profundo suspiro.
De pronto una mano se cerró con fuerza en torno a la suya. Era una mano más grande que la de ella, más áspera, de largos y delgados dedos que encontraron su camino rápidamente entre los suyos, afianzando su agarre, como si hubiera hecho eso muchas veces antes.
Y de hecho, así era.
Podría haber saltado, sobresaltada por ser agarrada de repente en medio de la multitud, pero su cuerpo hizo lo contrario: se relajó de inmediato al contacto. Conocía a esta persona. Sabía quién era.
Lo supo incluso antes de que Ray se colocara junto a ella y la mirara con el ceño fruncido.
Todavía se peleaba con los nombres de algunos de los chicos, pero el de Ray nunca había supuesto un problema.
—Debí haber imaginado que te quedarías embobada en algún sitio y te acabarías perdiendo —masculló con tono de reproche.
—Lo siento, Ray —dijo ella esbozando una sonrisa lastimera, a lo que él suspiró.
—Vamos, vamos a unirnos a los demás antes de que piensen que te hemos perdido y les dé un ataque.
Empezó a andar y ella lo imito, caminando a su par. Sus manos seguían entrelazadas, el agarre de Ray sobre ella más fuerte de quizas lo estrictamente necesario.
Quizás él también estaba preocupado por pensar que la había perdido.
La había perdido una vez ya, al fin y al cabo.
“Y yo lo perdí a él” pensó repentinamente, y aquella idea le acelero el corazón.
Lo había perdido una vez, lo había perdido y ni siquiera tenía sus recuerdos, había sido una sombra en las luces de sus sueños, una nube que al alcanzar con la mano se desvanecía.
Lo había perdido, y saber que había perdido algo pero no saber el qué, o a quién, la había matado por dentro.
Apretó su agarre sobre él.
Ray se volvió a mirarla con los ojos muy abiertos.
—Oh, lo siento —dijo y bajó la mirada hasta sus manos unidas—, no me he dado cuenta, lo siento yo…
Empezó a aflojar sus dedos con la clara intención de soltarla pero ella alzó su otra mano y la cerró sobre la de él, impidiéndoselo.
—¡No!
Ray parpadeo confuso.
—No, no me sueltes —dijo ella, y su voz acabó siendo apenas un susurro, sus mejillas calientes y no por el brillante sol de España—. No quiero que lo hagas.
“No me sueltes nunca” era lo que de verdad quería decirle, pero no se atrevía.
El chico la miraba fijamente, y ella sentía su sonrojo crecer por momentos, pero entonces un poco del rojo de sus mejillas pareció contagiarse a las de él, que apartó la vista, azorado.
—No lo haré entonces —aseguró él, y volvió a tomar su mano con la misma fuerza de antes—. No quería hacerlo, tampoco —confesó.
Ella sonrió y su corazón siguió latiendo acelerado pero esta vez por otro motivo muy distinto. Uno mucho más feliz y emocionante.
Reanudaron la marcha, sus manos bien agarradas para no perderse entre la multitud, para asegurarse de que nunca volverían a perderse el uno al otro.
+1
Años más tarde, durante unas vacaciones de verano, Emma y Ray volvieron a Barcelona. Volvieron a visitar la Sagrada Familia, y Ray volvió a llorar al verla. Volvieron a bañarse en sus playas, volvieron a recorrer las callejuelas llenas de arte y colores, y volvieron  pasear.
Sin embargo, esta vez no iban tomados de la mano. A pesar de ello no había sentimiento de lejanía, sino que se sentían más cerca del otro de  lo que se habían sentido la primera vez que estuvieron en la ciudad. Porque puede que no fueran agarrados directamente de la mano del otro, pero sí que tenían las manos unidas. Tenían las manos unidas, pues entre ellos siempre caminaba una personita, con una mano bien agarrado a Emma, y con la otra bien agarrado a Ray.
(Este fic va acompañado de una ilustración que podéis encontrar en el tumblr de la maravillosa https://mermazing-art.tumblr.com/ )
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CAPÍTULO IV: DESPUÉS (PARTE 1)
ATTILIO CACCINI, EL PENSATIVO PIERROT
Attilio, el Pensativo Pierrot, agarraba la mano de Niña de la torre relojera al salir por las puertas del teatro.
Cerró los ojos contra la luz del exterior. Al final se acostumbró a la luminosidad lo suficiente como para entrecerrar los ojos y ver lo que le rodeaba.
Se encontraba en la plaza central del Parque Rosa de Navidad. El Teatro Balan no se veía por ningún lado.
¿Dónde está todo el mundo? Habría jurado que había salido del teatro con todos sus amigos delante, pero ya no estaban. Incluso Niña de la torre relojera, cuya mano había sostenido con fuerza.
¿Qué está pasando?
Las palabras de despedida de Balan resonaron en sus oídos: ‘’Volved al lugar de donde vinisteis, no os quedéis aquí mucho más tiempo del que debéis.’’
Todos venimos de lugares diferentes, así que también debemos haber regresado a lugares diferentes.
Ninguno de ellos había sospechado que se separarían en el momento en que pusieran un pie fuera del teatro, así que no se habían dicho sus verdaderos nombres, ni dónde vivían, ni nada.
Las imágenes de la reina de Rey a cuadros desapareciendo dentro de él pasaron por la mente de Attilio.
¿Pudo...pudo Niña de la torre relojera, todos ellos, haber sido creados desde mi corazón así también?
La idea le llenó de un temor desesperado, pero sabía que no podía ser cierto. Al fin y al cabo, su mano izquierda seguía caliente desde donde Niña de la torre relojera la había sujetado.
Ella es real. Sólo está...en otro lugar. Donde sea que haya encontrado el Teatro Balan. Nos encontraremos de nuevo, estoy seguro de ello, todos nosotros. Pero tengo mucho que mejorar antes de eso…
Miró su reloj de pulsera.
Apenas había pasado tiempo desde que entró en el Teatro Balan.
Ahora mismo estarían preparándose para el primer desfile del día. Attilio el Pensativo Pierrot se armó de valor y salió a paso ligero por el parque.
Todavía era un poco temprano para que el equipo del desfile llegara, pero cuando llegó allí, encontró a la princesa Merry, preparándose sola.
La princesa inclinó la cabeza cuando vio al payaso.
Su corazón se aceleró contra sus costillas.
Se quitó la máscara. ‘’Tengo algo que decirte, y si te hace reir, bueno… Entonces supongo que he hecho mi trabajo al menos. Princesa, yo...siento algo por ti. Siempre.’’
Durante mucho tiempo, sólo le miró fijamente. Luego levantó una mano para quitarse la peluca plateada.
‘’He estado esperando una década para oírte decir eso, Pensativo.’’
Attilio se quedó boquiabierto ante el pelo turquesa que le caía por los hombros.
‘’¿Princesa…?’’
‘’Me llamabas Niña de la torre relojera, diez años atrás,’’
Observó su cara y supo que era ella. No había duda de esos rasgos. Pero él no entendía, Niña de la torre relojera había sido, bueno una niña hace sólo un momento, pero la princesa ante él tenía al menos veinte años.
‘’Mi nombre real es Cass Milligan. Cuando salí del Teatro Balan, busqué por todas partes el Parque Rosa de Navidad del que estabas hablando, pero no lo pude encontrar. Me hizo temer que simplemente hubiera inventado Wonderworld, imaginando todos los amigos que había hecho allí. Pero todavía podía sentir tu mano en la mía, así que supe...supe que tenía que ser real. Tan pronto como me di cuenta de eso, recibí la noticia de que estaban construyendo este parque.’’
‘’Entonces...debemos haber entrado en el Teatro Balan con años de diferencia...
‘’Años y kilómetros de diferencia, sí. Han pasado diez años desde que entré en el teatro. Desde que volví.’’
‘’Diez años enteros…’’
‘’Sabía lo que tenía que hacer. Recibí clases de voz, estudié interpretación, me presenté a la audición para el papel de princesa aquí en el parque. Y cuando lo conseguí, esperé. Por ti.’’
‘’Deberías haberme dicho,’’
‘’¿Quieres decir haberte dicho lo que pasó en el futuro?’’ Cass la Niña de la torre relojera le dio una gentil sonrisa. ‘’¿Y si te lo hubiera dicho, y cambiara el pasado o algo así?’’
De repente Attilio recordó.
‘’¿Qué le pasó a...a tu gatito?’’
‘’Me armé de valor y volví a la torre relojera. Estaba bien, no tenía ni un rasguño. La llamé y vino enseguida y se restregó por mis piernas. Ya no es una gatita, pero sigue paseándose por la torre relojera como si fuera la dueña del lugar. También tiene muchos bebés y nietos que le hacen compañía.’’
‘’Qué alivio…’’
‘’Y que lo digas.’’
‘’¿Y los otros?’’
‘’Encontré uno de ellos. Seguimos siendo amigos.’’
‘’¿Quien?’’
‘’Ven, te lo mostraré.’’
Una suave brisa giraba en torno a ellos, deslizándose a través de la peluca plateada en la mano de Cass la Niña de la torre relojera y llenando a Attilio de una extraña nostalgia.
Ella le ofreció su mano y él la tomó.
Estaba tan cálida como cuando salieron juntos del Teatro Balan.
‘’Llevo diez años esperando para volver a agarrarte de la mano,’’ dijo Cass, sonriendo incluso mientras lágrimas resbalaban por su mejilla.
CAL SURESH, EL REY A CUADROS
‘’Gracias por toda tu ayuda.’’
‘’Has mejorado bastante desde nuestra última lección,’’ dijo Cal Suresh, el Rey a cuadros, con una sonrisa. ‘’A este ritmo, serás un campeón en poco tiempo.’’
‘’¿Eso crees?’’
Los ojos del niño brillaron con asombro.
‘’Depende de cuánto te esfuerces en conseguirlo. Pero lo más importante que puedes hacer es seguir siendo apasionado, y nunca olvidar lo mucho que te encanta jugar.’’
Cal fue campeón de ajedrez, una vez. Durante un tiempo, dijeron que era imbatible.
Se le subió a la cabeza, le hizo perder de vista a sí mismo. El mundo del ajedrez es vicioso, y nadie puede reinar para siempre. La siguiente generación de jugadores se levantó y le arrebató el trono a Cal. Parecía que no podía ganar una sola partida, ni siquiera contra oponentes más jóvenes y menos experimentados. Reclamar su antigua gloria se convirtió en una obsesión que eclipsó todo lo demás en su vida. Incluso a su esposa, cuya enfermedad no de la que nunca se dio cuenta de que estaba empeorando hasta que fue demasiado tarde.
Su amor por el pecho se convirtió en odio. Entonces entró al Teatro Balan.
El teatro le ayudó a curarse. Cuando volvió a casa, reformó una de sus habitaciones y abrió un taller de ajedrez. No tardó en hacerse con una clientela de niños deseosos de aprender de un antiguo campeón, Rey a cuadros, como se le conocía en el Teatro Balan.
Cal miró su reloj de pulsera.
Cass le había llamado ayer, le dijo que Pensativo Pierrot había confesado finalmente sus sentimientos por ella. El payaso tardó bastante. Los dos iban a visitarlo en cualquier momento.
‘’Será mejor que empiece a preparar nuestro aperitivo,’’ se dijo a sí mismo alegremente, y se dirigió a la cocina.
Después de irse de Wonderworld, la cocina se convirtió en una nueva pasión, sólo superada por su amor al ajedrez.
El joven que había derrotado a Cal hace tantos años era ahora el campeón. Hacía tiempo que había empezado a venir de visita mensualmente.
Charlaban de todo lo relacionado con el ajedrez mientras cenaban la deliciosa comida que Cal les preparaba. Durante una de sus visitas, Cal se enteró de por qué había sonreído cuando se enfrentaron en aquella feroz partida.
El chico le contó lo feliz que se había sentido al jugar por fin contra el campeón al que había admirado durante tanto tiempo, pero que, cuando la partida terminó, se sintió muy desolado.
Ahora, la buena comida y la buena conversación le proporcionaban a Cal la misma alegría que sentía al enseñar ajedrez a los niños.
Pero el chico no iba a venir hoy. Hoy recibía a Niña de la torre relojera y a Pensativo Pierrot, o a Attilio Caccini, debería decir.
Los recuerdos de Wonderworld se arremolinaban en su cabeza mientras removía la fragante sopa en el fogón. El timbre de la puerta sonó, rompiendo su ensoñación.
Cal se quitó el delantal por encima de la cabeza y se apresuró a ir a la entrada.
Abrió la puerta y vio a Cass la Niña de la torre relojera y a Attilio el Pensativo Pierrot frente a la entrada de su casa.
‘’¡Bienvenidos, bienvenidos! Vaya, pero qué bueno verte de nuevo, Pensativo. Ha pasado demasiado tiempo.’’
‘’¿Lo ha sido? ¿Cuánto tiempo hace que dejaste Wonderworld, Rey a cuadros?’’
‘’Siete años, más o menos.’’
Pensativo Pierrot estudió un momento el rostro de Cal, observando los sutiles signos de esos años de más. En efecto, era más mayor, pero la amabilidad en la expresión de sus ojos era la misma, al igual que la calidez de su sonrisa.
‘’Me llevó cerca de un año encontrar a Rey a cuadros después de salir de Wonderworld,’’ dijo Cass, ‘’¿Te puedes creer que es una celebridad? No podría decirte nada sobre el ajedrez, ¡así que no tenía ni idea de que era un campeón mundial imbatido!’’
‘’Era, si. Pero perdí mi título, mi esposa, todo. Ojalá no hubieras estado allí para verme en mis peores momentos. Deberías haberme dicho que me recompusiera.’’
‘’No lo necesitaba, porque sabía que lo harías.’’
Cass esbozó una sonrisa pícara ante el gruñón Cal.
‘’Pero bueno, algo huele divino. ¿Qué delicia nos tienes preparada para hoy?’’
‘’No sabía que te gustaba cocinar.’’
Cal sonrió a Attilio. ‘’Casi tanto como me gusta el ajedrez. Me hace muy feliz agasajar a mis amigos con buena comida y bebida.’’ Su cara se cayó un poco. ‘’Pero me temo que el queso que pedí para nuestro aperitivo aún no ha llegado…’’
‘’¿Qué tipo de queso es?’’
‘’Importado del sur. Casi nadie ha oído hablar de él, pero cuando lo encontré, supe que iría perfectamente con lo que estaba planeando para hoy.’’
Pero mientras hablaba, la campana volvió a sonar. Abrió la puerta y vio a un repartidor con una gran caja de madera.
‘’¡Qué momento más perfecto!’’ Con una sonrisa de oreja a oreja, Cal recogió el paquete del repartidor y lo llevó a la mesa de la cocina.
‘’Guau, ha llegado desde bastante lejos,’’ Cass dijo, maravillada por el sello de correos de la caja. ‘’Me alegro de que haya llegado a tiempo.’’ Cal abrió la tapa, rebuscando entre las virutas de madera que protegían el contenido. Por fin, sacó un paquete envuelto en papel de periódico y otros papeles viejos. Quitó el polvo de las virutas y lo desenvolvió con cuidado.
‘’Ahora, este sí que es un buen queso,’’ dijo Cal, girándolo sobre sus manos para que pudieran admirarlo desde todos los ángulos.
‘’Veamos si sabe tan bien como parece.’’
Cuando fue a buscar una tabla de cortar, Cal sintió como si una brisa lo envolviera. Extraño, teniendo en cuenta que estaban en interiores. ‘’¿Oléis eso? Seguro que me trae de vuelta,’’ murmuró, pero tan pronto como trató de olfatear el olor de nuevo, se desvaneció. El papel que había sido atado sobre el queso se agitó con el viento.
‘’Cal…’’ Cass señaló al papel.
Parecía como algún tipo de póster.
‘’¿Qué es esto?’’ Cal aplanó la impresión arrugada. No podía leer las palabras extranjeras, pero a juzgar por las imágenes, era un cartel que anunciaba algún tipo de exposición de arte. Cass señalaba uno de los cuadros que parecían figurar en la galería.
‘’Ese se parece a mi escenario en Wonderworld,’’ dijo. Al mirar más de cerca, pudieron ver que la propia Cass aparecía en el cuadro, tal y como se veía cuando era una niña.
Entonces vieron la fotografía de la artista.
‘’¡Es Madam de la mansión!’’
Cal miraba con los ojos muy abiertos el póster arrugado que tenía en las manos y lo extendió para que Attilio pudiera observarlo más de cerca.
‘’Estudié un poco este idioma cuando estaba en la universidad. El nombre de la artista es Lucy Wong. Parece que toda esta exposición es de sus obras, y empieza desde...¡por qué, ya está abierta!’’
‘’Encontramos a Madam de la mansión,’’ dijo Cal en asombro. Tomó su teléfono, indicando a Cass y a Attilio que se dirigieran al comedor. Junto al contestador colgaba una fotografía de Cal cuando era más joven; en ella aparecía con el brazo alrededor de una mujer que se parecía a su reina en Wonderworld. ‘’Vosotros dos tomad algo de comida. Organizaré nuestros vuelos.’’
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¿Te está gustando la lectura? Pues te pido que consideres en comprar por 10 dólares la novela original para Amazon Kindle/iTunes para apoyar a los creadores: (Debido a los problemas con el link, pido expresamente que te dirijas al la publicación fijada o al archivo que contiene todas las partes, ahí tendrás el enlace al Amazon del libro.)
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electrvs-x · 3 years
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hello there como diría mi queridísimo general kenobi, cata por aquí trayendo a esta niña al mundo. ya saben, bajo el readmore dejaré datos que pueden resultar de interés (o no) intentaré ser lo más breve posible pero les dejo la advertencia que eso nunca pasa. anyways, si les interesa algún punto, nada más cliqueen el corazón y voy a hablarles para ver qué sale. por favor lean los datos que dejé para no tener que repetir todo de nuevo en cada im, y eso ! cualquier cosa les hablo por aquí o telegram ( el mío es @/skywvlkcr) amonos a lo importante. @pomintro
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AUDICIÓN / PINTEREST / CONEXIONES
electra woodridge, veintiuno, nacida en los angeles, california. estudia traducción e interpretación y sus extracurriculares son esgrima y griego.
los señores woodridges estaban medios cucú y tenían a los tres hijos metidos en que fueran famosos, electra era modelo de marcas infantiles pero lo odiaba, el hermano estaba alcanzando la fama pero muere en un accidente automovilistico y los padres toman a las niñas y arrancan a canadá (porque el viejo fue el culpable bc ebrio)
no las dejan seguir en el lío de intentar ser famosas, tbh electra estaba super lejos de serlo y fue tremendo alivio porque lo ODIABA. en canadá ya pudo ser más ella pero igual los padres se volvieron super sobreprotectores y es como que ya la tenía hastiada porque siempre estaban encima, viendo cómo se vestía, sus intereses, le destruyeron cualquier ilusión con hacer algo con el dibujo (para lo que es bastante buena) y todo empeoró cuando a peach se le ocurrió largarse de casa porque nada más la tenían a ella para joder.
luego vino su salvación: pomona. eligió cualquier cosa porque si hay algo que tiene electra es que no tiene verdadero interés en nada y tampoco es demasiado inteligente. se le daban bien los idiomas y dijo pues bueno, vámonos aquí. luego se metió a esgrima y se dio cuenta que se le daba bastante bien, suelta tensiones y compite cuando es necesario, siempre la están jodiendo que mejore las calificaciones pero es lo suficientemente soberbia para creer que no la sacarán porque es buena.
en personalidad she doesn't give a single fuck about you or your mama, tu pj tiene completos de queen b? se le reirá en la cara y la creerá tonta. no es pleitera porque es buenísima emputando a los demás haciendo que los ignora y luego riéndose, y si crees que te odia seguro te sale con un "no eres importante como para que tenga ese sentimiento por ti" en serio una odiosa. pero si la tomas por el lado buena she's really cool, es liviana de carácter, te hace reír, no se toma en serio nada entonces no es densa, pero siempre se las arregla para llamar dramas, en fin.
busco de todo, pleito, amigos, angt, romance, seguramente cualquier cosa que me propongas diga que sí.
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Hace poco vino a mí la idea de darte una nueva oportunidad, en permitirme abrir mi corazón a ti de nuevo y aparentemente resulto ser un mal paso.
Me heriste por arreglar los errores de tu vida y nunca lo juzgué. Trate de crecer sin resentimiento, apuntando siempre a las partes positivas de que te alejaras de mí. Hoy por hoy discierno tu carácter y el tipo de persona en la que te has convertido, ese alguien que disfruta de la soledad y si no lo hace quiere aparentar que así lo es. Con una carencia de amor maternal enorme y no te culpo, tú nunca lo tuviste.
Te he visto lejana y desconocida, en soledad y tristeza, arrepintiéndote de cada paso que diste titubeante, ambiciosa, deseosa de lo ajeno y desentendida de lo propio.
Hoy te analizó y te admiro en el papel de persona “capaz y luchadora” mirándote como conocida, jamás como una madre.
Vivo con la inquietud constante de ser como tú, si bien sé qué no quiero repetir, sé que si en algún momento de la vida me convierto en madre espero sea cuando esté lista para amar a mis hijos por encima de todo en este mundo. Sin tener sueños frustrados o metas no alcanzadas, sabiéndome llena del desenfreno de mi juventud, agradecida por no parar quieta ni un segundo hasta que decidí frenar ya que de lo contrario entenderé las heridas que les podré causar a aquellos niños que son solo eso; unos niños.
Hoy te libero del saco que te quedo grande esperando encuentres el que sea de tu talla porque entre más quería que te lo pusieras más lo tirabas haciendo creer que era accidental.
Como conocida me despido porque ya adopté todo lo positivo que podía adoptar de ti, lo malo prefiero que se quede guardado. Te disculpo y me voy sin llevarme rencores en la maleta, solo enseñanzas, le cierro la puerta a los fantasmas que pudiste dejarme. Tranquila, que ya me he encargado yo de coser las prendas que rompiste incluidas en ellas mi corazón, me llevo a la niña feliz por los buenos recuerdos y abrazo a la niña triste que dejaste cuando decidiste partir, le susurro al oído que nunca le va a faltar amor y buenas enseñanzas, que va a crecer con el alma más linda a pesar de lo adverso porque así le habrán de enseñar y todo gracias a que tú decidiste irte.
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iamquake · 4 years
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 Aunque se crio en Chicago, Erin siente Nueva York como su verdadero hogar, no solo porque se mudó allí tan pronto se independizó, es porque sabe que la gran ciudad fue el lugar de nacimiento de sus padres, o al menos eso es lo que ella cree.
Marie, su segundo nombre es en honor a su madre, así se llamaba ella que murió dándola a luz y a su padre le pareció un bonito homenaje poniéndole su nombre a la hija de ambos.
Lo pasó muy mal cuando su padre murió y se vio obligada a irse a vivir con el mejor amigo de este, un hostigador que poco tenía de familiar, pero tiene que reconocer que con ella se portó mucho mejor que con los otros huérfanos que cuidaba, y al final le tomó cariño.
 De niña encontró unos patines en la basura, para ella se convirtieron en uno de sus objetos más preciados, pasaba horas y horas montada sobre esas cuatro ruedas recorriendo la calle delante de la casa en la que residían.
Erin se crio con los Todd, siempre vio a Remy como una hermana, pero en cambio nunca pudo hacer lo mismo con Nathan, desde que tiene uso de razón esta enamorada de él, siempre ha tenido miedo de decirlo, le aterroriza la idea de que las cosas entre ellos no funcionaran y terminaran por perder esa unión de años. Pero aun así recientemente se animó a dar el paso.
 Vivió una adolescencia bastante complicada, se dejó llevar por las emociones características de la edad además de muchas inseguridades y miedos que acarreó durante años convirtiéndose en una joven bastante rebelde, pero fue durante un breve periodo de tiempo, un par de años como mucho.
Después de salir de Hygia decidió que quería ser reclutadora para encontrar a otros niños que como ella perdían a sus padres y necesitaban una guía para salir adelante. No fue fácil, aun a día de hoy no lo es, porque muchas veces no es capaz de ayudar, o de llegar a tiempo y cada vez que pierde un iniciado se derrumba.
 Intentó averiguar más sobre los origines de sus padres, de él se sabe poco, que es un captado y que nació en Nueva York, intentó encontrar al reclutador que lo capto cuando salió de Hygia, pero El Destino le había pasado factura y no recordaba nada. De su madre no encontró absolutamente nada, pero todavía no se rinde con eso.
 Es una gran fan de Bon Jovi, hace algunos años consiguió sacar tiempo para acudir a uno de los conciertos de la banda.
Sabe conducir, se sacó el carnet hace varios años, pero la realidad es que odia ponerse al volante, por eso no tiene coche y suele ir andando a prácticamente todas partes, solo maneja cuando no le queda más remedio hacerlo.
Tiene claro que en unos años quiere convertirse en mentora, tan pronto se vea limitada a la hora de llevar a cabo su trabajo como reclutadora eso es a lo que le gustaría dedicarse, a formar a jóvenes cazadores.
Nació un veinte de septiembre, pero nunca ha celebrado su cumpleaños, es una fecha que guarda con mucho recelo, pocos de sus amigos la conocen. El motivo por el que no le gusta festejarlo es porque el día que ella vino al mundo, su madre perdió la vida.
Lleva el pelo corto desde hace bastante tiempo, nunca lo reconocerá, pero tomo la decisión de cortárselo después de escuchar a John, el hombre que los crio, insistir durante años que las cazadoras deberían llevarlo así por comodidad. De joven nunca le hizo caso y él se lo permitió todo, pero ahora de adulta se siente bien con ese estilismo y le gusta.
Se considera a si misma una sanadora híbrida, otra cosa que le enseño John es que puede cumplir con su labor de soporte de un grupo de caza además de ser capaz de convertirse en un buen activo ofensivo, él nunca la dejó relegarse únicamente a hacer labores de sanador, siempre le explicó que tenía que saber defenderse, que, aunque no cazaran solos a veces las cosas se vuelven en tu contra y es indispensable saber cuidarse por sí mismo.
 Tiene una puntería envidiable, desde bien pequeña demostró que lo suyo eran las armas a distancia, también es muy diestra lanzando objetos arrojadizos, pero con lo que es realmente una experta es con el arco o la ballesta.El revolver que suele llevar encima es un regalo de John, se lo dio el día que se graduó.
Siempre fue una persona bastante desinteresada, de pequeña una vecina de al lado solía regalarle tabletas de chocolate y ella era incapaz de comérselas sola, siempre acababa compartiéndolas con los Todd.
Recientemente John desapareció sin dejar rastro, los niños que actualmente estaban a su cuidado se quedaron solos y juntos con los Todd se hizo responsable de ellos y de encontrar al viejo hostigador, pero por el momento no están teniendo éxito en su misión.
Recientemente ha decidido mudarse a Chicago con Nathan, a la casa en la que crecieron, quería quedarse en Nueva York porque adora la ciudad, pero sabe que él no y como siempre se sacrifica por los demás, además siente que en cualquier momento John volverá a casa.
Durante una temporada fue fumadora, en la actualidad solo sucumbe al vicio cuando esta muy agobiada y nerviosa.
Odia el calor, Chicago no es conocida por ese tipo de clima por lo tanto al haber crecido allí se hizo mucho más fanática del frío.
Desde pequeña quiso tener una mascota, pero John no la dejaba, por eso cuidaba de un gato callejero al que puso de nombre Turbo, actualmente tiene un gato negro que heredó ese mismo nombre por el parecido con el minino de su infancia.
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