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Hazte viejo.
Hay un “algo” especial en algunas prendas, que las hacen mejor cuanto más viejas y curradas están. El paso del tiempo las favorece. Las moldea. Las hace nuestras. Las hace únicas. A mí me pasa con un par de camisetas. Primero, fueron para un uso tradicional y , después, para dormir o “estar por casa” pero siguen ahí. Un algodón muy suave, el tejido ya dado de sí y moldeado a mi cuerpo. El mensaje…
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needy
pairing. enzo vogrincic x reader
cw/tw. smut, praise, established relationship, dry humping, unprotected sex, enzo un pocooo bromista, oral (reader recibe), dirty talk, age gap (no especificado), afab!reader/pronombres femeninos.
word count. 1.4k
rating. +18 (dejé ganar a mis pensamientos intrusivos)
"enzo" la joven musita bajito el nombre del hombre que se hallaba en la habitación que ambos comparten, acostado en la cama, viene de haber estado lavando la poca vajilla que quedaba sucia. él se encontraba leyendo un libro, llevando puesto lo que parecía ser una camisa bastante liviana y el resto de su cuerpo cubierto por una sábana.
"¿qué pasa, mi amor?" dice y aparta la mirada del libro brevemente para enfocarse en ti por unos segundos, sonríe y vuelve a prestar atención a su libro. "vení y acostáte ya".
"sobre eso..." ella ríe nerviosamente y empieza a caminar hacia su dirección, su ropa consistía en una camiseta negra oversize, la más grande que pudo haber encontrado, sus bragas y no llevaba sostén porque al encontrarse sola con su pareja, en su hogar ¿quién en su sano juicio usaría sostén?
la muchacha se sube a la cama, con enzo en la cabecera y ella en el otro extremo, pero planea cambiar eso. empezando a gatear hacia él y una vez a su costado, toma suavemente el libro de las manos del uruguayo y lo deja en la mesita de noche "¿podrías seguir leyendo mañana? tengo una situación aquí.”
él alza una ceja "bueno dale, pero tengo una pregunta para vos, ¿la situación es; 'necesito una culeada'?" él aprieta los labios divertido "no estoy que me quejo".
"¿cómo sabes?" se hace la sorprendida, como si esa no hubiese sido la intención de todo el asunto para empezar.
empieza desabotonar los botones de la camisa de enzo con paciencia, logra su objetivo y se la saca delicadamente por la cabeza, quita la sábana que cubría el resto de su cuerpo, para ahora bajar su bóxer, tarea que acaba con una sonrisa coqueta.
"un poco bastante necesitada andas vos"
ella ignora su comentario y se sube sobre él. pone sus piernas en los costados de enzo, al nivel de su miembro y de su clítoris cubierto, lleva también sus manos a la cintura del mayor. ambos jadean por el roce más que placentero y enzo agarra sus caderas guiando su ritmo, conociendo mejor que nada cómo es que a su chica le gusta.
la fémina mueve sus manos con la intención de quitarse la camiseta, sin dejar de jadear, una vez que cumple con su objetivo agarra las manos de enzo de donde estaban y las lleva a sus senos, incitandolo a tocar y masajear tanto como quiera. “vos serás mi muerte.” menciona mientras acaricia suavemente los pezones ya duros de su novia. “decime qué querés y lo tenés, mi sol.”
se mueve con más rapidez encima del miembro de enzo y toma fuerzas antes -casi- susurrar “q-quiero que me folles.” entre jadeos.
“¿con esa boca besás a tu vieja?”
“dios, enzo no menciones a mi mamá mientras estamos en esto.” dice ella, sintiendo sus cachetes más que calientes.
él se ríe “mmh, vienes acá, te hacés la que no pero sí, no demorás ni dos minutos y ya estás saltando sobre mí.”
“no estoy saltando-” menciona, podrían estar cogiendo como si de eso dependiera su vida pero jamás permitiría la oportunidad de llevarle la contra a su novio. “y yo vine a lo que vine.”
“quizás debería cogerte tan fuerte y duro como estoy seguro vos esperás.”
con delicadeza (no la misma que acaba de usar para decirle que la va a follar hasta el cansancio) él la toma y voltea a la chica acostando la en la cama.
le baja las bragas, su mirada sigue todo el breve momento y procede a quitarlas, sin importarle donde las arroja. su cabeza sube a la altura del centro de la muchacha, sus dedos caminan por los muslos de ella y los acaricia haciendo camino hasta llegar a su estrecho agujero e ingresa dos dedos que mueve a propósito, a un ritmo lento, lleva sus ojos en dirección a los de ella “toda mojada, no tenés ni puta idea de lo que me hacés sentir.”
sus labios van a su clítoris donde comienza el trabajo de chuparlo con adoración, la mujer gime alto y acaricia sus senos dejándose llevar.
“muy exquisita si querés saber.” comenta enzo, lo que causa que la chica suelta una pequeña y nerviosa risa, él mantiene su trabajo en ella, dedos en el fondo de ella y lengua y labios en su clítoris, moviéndose, chupando y lamiendo como solo él sabe y aprendió, que a su compañera le gusta.
sus labios dan lentas vueltas alrededor del punto más dulce de la muchacha y suelta bajos jadeos al probarla “mierda, sos tan adictiva.”
“e-en, yo…”
“decime qué querés”
“ya lo dije, en, sabes lo que quiero”
“no lo recuerdo” se encoge de hombros sabiendo que ella mantiene sus ojos en su figura.
“te quiero dentro, te necesito, quiero que me folles” dice con todas sus fuerzas, enzo nunca detuvo sus movimientos y los gemidos de la chica a la par, tampoco nunca cesaron.
enzo asiente con una sonrisa burlona. “nunca te diría que no.” aleja su rostro de ahí abajo, saca sus dedos contemplando lo mojados que están y alza una ceja divertido. nivela sus rostros y sonríe una vez más, sus dedos llenos de la esencia de la muchacha, van hacia la boca ella, donde los mete y mueve. “mi amor siempre sabe lo que quiere y yo se lo doy.” la fémina mueve su lengua alrededor de los dedos de enzo.
él después de un par de segundos separa sus dedos de su boca, usa ambas manos en el trabajo de poner las piernas ella a los costados de su cintura.
una mano finalmente se dirige a su miembro erecto para llevarlo al encuentro del centro de la joven. “siempre luces tan deliciosa cuando estoy apunto de enterrarme en ti.” finalmente comienza los movimientos de sus caderas contra las de la muchacha, suelta un par de gemidos mientras susurra su nombre, lleno de lujuria, adoración y gran amor. mantiene un ritmo rápido, estocadas que llevan a ambos a un muy alto placer.
“sos tan hermosa.”
“por-por favor, te necesito.” dice.
“lo sé, mi amor.” no planea detenerse y observa con fascinación la figura de la mujer que tanto ama debajo de él. “me tomas tan bien. ”acerca su rostro al de ella y empieza un más que apasionado beso, lenguas se tocan y exploran todo lo que el otro le puede dar a cada uno.
enzo, como ya se mencionó, conoce cada punto que tocar, besar, lamer y acariciar para que su novia se siente en el mismo cielo, y no duden en que usará cada uno de sus conocimientos sobre ti en cada oportunidad que se le presente de hacerte sentir bien. “justo así, mierda, esa es mi chica.”
desesperadamente, la joven lleva sus manos a la espalda del pelinegro, donde las mantiene y acaricia con veneración, respiraciones pesadas se sienten el uno contra el otro, besos mojados son depositados en el rostro de ella.
puede sentir como las paredes de ella lo presionan en su interior y sonríe, con más ternura que lujuria, al conocer que su amor está cerca de llegar a la cúspide de placer.
tal cómo él también lo es.
no tiene reparos en preparar y calcular cada uno de sus siguientes movimientos en ella, cualquiera podría llevarla al tope. sus estocadas premeditadas son un poco más lentas, entrando y saliendo, disfrutando cada segundo, sabiendo que es suya y que momentos así, estarían acompañándolo toda su vida, específicamente, ella lo estaría acompañando.
“sos tan linda desmoronándote debajo de mí.” susurra.
pensamientos de cómo es que dijo esas palabras con tanta facilidad llegan a él y sonríe, una sonrisa cargada de todas las posibles emociones que la situación le podría brindar, sigue los gemidos de ella diciendo todo los sinónimos de hermosa que llegan a su mente.
enzo acelera una vez más, moviendo sus caderas contra las de ella con la mayor precisión posible, toma el rostro de la jóven en sus manos. “mírame mientras te corres.” logra decir, muy sumergido en la neblina de placer en la que se encuentran ambos.
ella asiente, diciendo todo tipo de obscenidades, su orgasmo llega de manera abrumadora y suelta un último gran gemido. más respiraciones pesadas le siguen mientras el pelinegro busca también su liberación, ya que su prioridad ya había sido alcanzada.
luego de lo que parece casi nada, ella siente la carga de semen del mayor bañando sus paredes de forma deliciosa.
“¿fue esto más interesante que el capítulo de tu libro que estabas leyendo?”
“déjame en paz, amor, vamos a limpiarte.” le responde con una sonrisa cansada pero satisfecha.
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writer's note: esto fue, definitivamente más rápido de lo que pensé 😭 si me olvidé de algún tag ¡avísenme!
otra vez, cualquier tipo de feedback es bienvenido :p espero que les guste <3
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Rum on a Fire - Enzo Vogrincic
+18! Dom!Enzo, biting, choking, creampie, dacrifilia, daddy kink, dirty talk, face sitting, fingering, sexo oral, sexo sin protección, size kink/size difference, spanking (sólo una vez), edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
El aroma del café persiste en la habitación, pero Enzo sólo percibe la fragancia de tu perfume y la sensación de tus dedos en su cabello. No tiene idea de cuánto tiempo lleva recostado en tu regazo, sólo sabe que está agotado y disfruta demasiado de tus caricias como para abandonar su lugar.
-¿De dónde sacaste las flores?
-De una maceta- contestás, como si no fuera más que obvio.
Emite un sonido de desaprobación y recordás la charla sobre no cortar flores ajenas, pero no dice nada más. Cuando cierra los ojos te deleitás con la imagen de sus pestañas oscuras y largas rozando su piel, la curva de su nariz y sus labios, que probablemente conservan el sabor del café y de su alfajor favorito.
Tus dedos comienzan a descender, delinean el puente de su nariz y la definida línea de su mandíbula para luego capturar su mentón con tu mano y acariciar su labio inferior con tu pulgar. Hace amague de morderte y el sonido que acompaña el gesto es enternecedor, pero sus movimientos letárgicos te permiten reaccionar a tiempo y escapar del juego que tanto adora.
Planta un beso en tu muslo, su mejilla reposando sobre este, y sentís la forma en que su mano acaricia tu piel con un toque casi imperceptible. Las yemas de sus dedos te provocan escalofríos y Enzo disfruta sentir que te estremecés, incluso si su intención sólo era mimarte para retribuir un poco de la atención que le brindás.
-Te extrañé- otro beso-. Mucho.
-Yo también te extrañé mucho.
Te dirige una mirada un tanto ambigua, en sus ojos una mezcla de timidez y algo más... Es algo oscuro, para nada inocente y con implicaciones que conocés a la perfección. Sus dedos se acercan más y más al interior sensible de tu muslo mientras deposita besos húmedos sobre tu pierna, sus dientes te rozan como una sutil amenaza y sus párpados se cierran por cuenta propia cuando comienza a sentirse embriagado de tu ser.
-¿Mucho…?- arquea una ceja. Contestás con un suspiro y sonríe contra tu piel.
Cada vez más desesperado, Enzo deja que sus dulces mimos se conviertan en un enérgico masaje y te provoca frotando tu ropa interior de manera superficial. Siente tu respiración acelerándose y la creciente inquietud que te generan sus acciones le fascina, pero no tanto como los gemidos que escapan de tu boca una vez que captura tu piel entre sus dientes y muerde con fuerza suficiente para dejar una huella.
Vuelve a besarte con suavidad, como si eso aliviara de alguna forma el incendio que provocó, y esta vez sus dedos presionan contra la tela ya humedecida que cubre tu intimidad. Suspira y alza la vista para encontrarse con que estás mordiéndote el labio y tus ojos están cerrados en un vano intento de contenerte, el control sobre tu cuerpo desvaneciéndose cada vez que su respiración cálida te golpea.
Enzo adora verte en tal estado, pero adora más saber que él es el único responsable.
Se reincorpora y te deja sobre su regazo sin esfuerzo alguno, la sorpresa robándote un pequeño grito y una risa. Sus manos encuentran su lugar debajo de la camiseta que tenés puesta para masajear tu cadera, tu cintura y tus costillas, donde dejan una sensación de cosquilleo. Te retorcés por el nerviosismo, al igual que cada vez que Enzo decide hacerte cosquillas, pero el movimiento sólo hace que tu centro entre en contacto con el bulto que deja ver su ropa interior.
Suspira y sus dedos se cierran sobre tu muñeca.
-Mirá cómo me ponés- coloca tu mano sobre su miembro cubierto, haciéndote gemir-. ¿Te gusta…?
-Mucho- confesás, tus dedos tirando de la cintura elástica de la prenda con anhelo.
-Mostrame entonces.
No perdés tiempo y liberás su miembro ardiente, tus dedos rozándolo con delicadeza antes de cerrarse sobre su extensión y comenzar a masturbarlo; Enzo inspira profundamente y cuando echa la cabeza hacia atrás un sonido gutural llega a tus oídos, acompañado por la imagen de una gota de líquido preseminal brillando en su punta y sus uñas casi enterrándose en tu cadera.
Continuás con los mismos movimientos, acariciás la punta con tu pulgar y te deleitás con las expresiones que se apoderan de su rostro y los sonidos involuntarios que emite ante tus caricias. Sentís sus manos sobre todo tu cuerpo, ansioso por más, por lo que decidís recostarte entre sus piernas y besar sus muslos y su cadera mientras trabajás para llevarlo hacia el borde del orgasmo.
Tu lengua recorre su miembro desde la base hasta su punta goteante y roja, tus labios cerrándose sobre esta mientras mantenés contacto visual con Enzo para poder ver la forma en que su rostro se transforma. Se muerde el labio y frunce el ceño, casi como si estuviera enojado, pero sus pupilas dilatadas y el brillo en sus ojos hacen que sus emociones sean más que evidentes para vos.
Una vez que comenzás a moverte, sus caderas reaccionan de manera automática y Enzo toma el control inconscientemente. Tus ojos se llenan de lágrimas debido a los reiterados golpes en el interior de tu boca y sus dedos tirando de tu cabello, uno que otro gemido dejándolo al ver la dificultad con que tomás sólo la mitad de su miembro en tu boca y cuán pequeña te ves entre sus piernas. Sólo cuando sus músculos se tensan decide liberarte, el hilo de saliva manchando tu mentón haciendo que se replantee su decisión.
Se deshace de su ropa y palmea su pecho tonificado con la clara intención de hacerte saber lo que quiere, pero te negás a causa de la vergüenza. Acorta la distancia entre ambos, una expresión preocupada en su rostro, y limpia con sus dedos el rastro de una lágrima.
-¿No querés...?
-Sí, quiero, pero…- tu voz se desvanece, pero Enzo ya sabe lo que ibas a decir.
Es consciente de lo mucho que te avergüenza tal posición, pero sabe que se debe más a la vulnerabilidad en la que te pondría dicha situación y no a la forma en que puedas verte ante sus ojos... También sabe que te encanta estar completamente a su merced, sometida a sus deseos y cediendo el control hasta ser un mar de lágrimas y súplicas.
-¿Color?- sus nudillos acarician tu mandíbula.
-Verde.
Te dedica una sonrisa antes de quitarte la ropa interior y moverte con facilidad para posicionarte sobre su rostro, sus manos acariciando tu cadera y sus labios depositando pequeños besos que alternan con mordidas inofensivas en tus piernas. Tomás aire y dejás caer un poco de tu peso, la calidez de su boca envolviéndote de inmediato y haciéndote gemir.
Estás completamente mojada y Enzo adora sentir tu esencia manchando sus labios y su lengua, que acaricia tus pliegues de manera experta hasta hacerte lloriquear. Disfruta la forma en que tus muslos suaves lo arropan y siente que podría morir al ver que tus dedos se cierran sobre tus pezones, notorios debido al color y la tela de tu camiseta. Sus labios se cierran sobre tu clítoris y succiona con fuerza, ganándose un grito ahogado de tu parte y confirmando que adoraría morir de esta forma.
Sus manos encuentran tu cadera y te fuerza a dejar caer todo tu peso sobre él, sus dientes rozando peligrosamente tu centro mientras continúa asaltándote con su lengua. Tus gemidos aumentan en volúmen, cada vez más constantes, y un hilo de palabras sin sentido surge de tus labios; logra distinguir su nombre y varias súplicas, pero el resto es un confuso producto de lo que el placer provoca en tu mente.
Te lleva al orgasmo sólo con su lengua y los sonidos obscenos que esta produce en contacto con tus pliegues y la humedad provocada por tu excitación. Recobrás un poco de fuerzas y te separás de su boca -un tanto sobre estimulada por sus labios que continúan besándote en todos los lugares posibles-, el brillo de tu liberación adornando su piel y una mueca de satisfacción u orgullo apoderándose de su rostro.
-Me encantás- da un beso a tu muslo-. ¿Puedo seguir...?
Te ayuda a recostarte y te sentís en trance al ver cómo pasa una mano por su cabello despeinado, tus ojos vidriosos siguiendo cada uno de sus movimientos hasta que se posiciona a tu lado y captura tus labios. El beso se torna intenso y su mano cerrándose sobre tu cuello no ayuda a calmar la sensación ardiente entre tus piernas, que sólo empeora cuando su lengua se cola en tu boca y sus dedos comienzan a ejercer presión.
No estás segura de qué provoca el leve aturdimiento que nubla tu mente, si es la restricción de oxígeno o la fuerza con la que Enzo te está besando, pero sus acciones se detienen antes de que pienses en advertirle. No tenés mucho tiempo para recuperarte antes de sentir sus dedos haciendo un glissando en dirección a tu centro, sus yemas deslizándose por tus pliegues y rodeando tu entrada, deleitándose al sentir que estás goteando.
Tu interior no opone resistencia alguna cuando introduce uno de sus dedos, la lentitud y profundidad de sus movimientos haciendo que tu respiración se entrecorte en un segundo. Cometés el error de mirar justo cuando su pulgar encuentra tu clítoris y comienza a masajearlo con círculos, el placer arrancando de tu garganta un gemido que borda lo pornográfico… Pero para Enzo no es suficiente, así que introduce otro dedo y acelera el ritmo.
El placer te desborda y los sonidos húmedos que llegan a tus oídos son tan indecentes como tus gemidos, que sólo actúan como fuel para las acciones de Enzo. Le encanta llevarte al borde, dejar que te pierdas por completo en las sensaciones mientras él se encarga del placer de ambos, saber que tu mente es una especie de boceto que él desdibuja hasta dejar en blanco.
-Papi…
Tu voz es poco más que un susurro, pero es suficiente para que te escuche. Sus dedos siguen asaltando tu interior mientras besa tu mejilla y repite palabras de aliento en tu oído, haciendo un esfuerzo inhumano por no frotar su miembro contra tu pierna cuando ve en tus ojos el reflejo de la desesperación y necesidad que sentís. Se lamenta cuando ve tus párpados caer, indicio de tu orgasmo desatándose, pero la imagen de tus pestañas brillantes por las lágrimas y tus dientes torturando tu labio le resulta celestial.
La tensión en tus músculos se disipa y tu cuerpo frágil reposa contra el suyo. Rodea tu cintura con su brazo y te atrae hacia su cuerpo aún más; tu espalda contra su pecho te permite sentir su respiración todavía acelerada y el calor que irradia su piel, pero este no se compara con el calor de su miembro aprisionado contra tu muslo, donde deja un rastro húmedo.
El particular sonido del lubricante llama tu atención y te preguntás en qué momento y de dónde lo sacó, pero sus dedos con producto frío en tu entrada hacen que te sobresaltes y te distraigas. Se disculpa y su voz ronca provoca un cosquilleo entre tus piernas, besa tu hombro mientras su punta acaricia tus pliegues y tu entrada antes de comenzar a introducirse en tu calidez.
-Papi- llorás, sensible ante el inevitable ardor de la penetración inicial.
-Ya sé, bebé, ya sé- dice en un intento de calmarte, regalándote un beso-. Estás muy apretada.
Sus movimientos son lentos y muerde tu hombro una vez que se adentra por completo, conteniendo sus deseos de forzarte a tomar sin protestar todo lo que él te ofrezca. Te da unos segundos para acostumbrarte a la intrusión, su mano acariciando tu cadera y luego dirigiéndose hacia tu clítoris, el contacto provocando que te contraigas alrededor de su miembro.
Comienza a acelerar su ritmo y no hay forma de que reprimas tus gemidos, tu cuerpo reaccionando por cuenta propia cuando sentís cada vena y surco de su miembro rozando tu interior mientras su punta abusa de tu cérvix reiteradamente. Su ataque sobre tu clítoris no se detiene, su lengua se desliza sobre la piel sensible de tu cuello y posteriormente sus dientes apresan el lóbulo de tu oreja. Llegás al clímax ahogando un grito en la almohada.
Te arrastra hacia el borde de la cama y te deja sobre tus rodillas, las sábanas revueltas en tu rostro amortiguando tus jadeos cuando su palma impacta contra tu piel al volver a penetrarte. El sonido de su piel colisionando con la tuya inunda la habitación y las palabras que te dirige se pierden en algún punto en el aire antes de llegar a tus oídos, que parecen estar cubiertos con algodón.
Sus estocadas son profundas y frenéticas, pero cuando siente su orgasmo aproximándose se detiene. Retira su miembro hasta dejar sólo la punta dentro y acaricia con su pulgar el borde de tu entrada, embelesado por la forma en que la fricción enrojece tu piel. Escucha tus súplicas por más, lo llamás papi una y otra vez en un intento de convencerlo por continuar, pero no cede.
-Estás desesperada, ¿no?- pregunta. Ya sea que negás o asentís, se inclina sobre tu cuerpo para poder tirar de tu cabello y continúa:- ¿Querés más, princesa?
Te aleja del colchón y encuentra una respuesta en el hilo de saliva que cae de tus labios, acompañado por las lágrimas que recorren tus mejillas antes de humedecer las sábanas. Abandona tu interior y te oye protestar, pero te calmás cuando te deja sobre tu espalda y posiciona su cuerpo sobre el tuyo.
Te obliga a ver la forma en que su miembro acaricia tus pliegues, enrojecidos y más que húmedos, pero apartás la vista para ver su rostro cuando vuelve a hundirse en tu interior: sus ojos están cerrados y sus labios entreabiertos dejan salir un sonido casi animal, su cabello despeinado enmarcando sus rasgos a la perfección.
Lleva tus piernas a sus hombros y utiliza un brazo para aprisionar tus muslos contra su abdomen, su otra mano ubicándose en tu abdomen bajo y ejerciendo presión para sentir cómo tu interior se amolda a él, la forma en que tu cuerpo lo recibe cada vez. La sensación es abrumadora y tus manos se mueven en todos los sentidos buscando aferrarse a algo -lo que sea- para poder sobrellevar el placer que te invade, pero sólo encontrás las margaritas desperdigadas en el espacio entre la almohada de Enzo y la tuya.
-Papi, por favor, ¿puedo…?
Asiente mientras besa tu tobillo, sus ojos abriéndose de inmediato para poder presenciar el espectáculo que le ofrecés cada vez que acabás. Masajeás tus pechos y pellizcás tus pezones, justo como él suele hacerlo, y cuando el orgasmo te golpea repetís su nombre entre balbuceos. El movimiento de sus caderas no cesa ni por un segundo y tu rostro se contrae en una mueca de algo similar al dolor, pero que Enzo reconoce como la prolongación tortuosa de tu orgasmo.
Estás a punto de rogarle, pero sus jadeos te interrumpen y la repentina brutalidad en sus embestidas hace imposible formular palabra alguna. Su cabello brilla bajo la luz y cubre parte de su rostro cuando sus dientes se cierran sobre tu pierna. Sentís el palpitar de su miembro en tu interior y recuperás la voz.
-Adentro, por favor.
-¿Sí? ¿Querés que te llene la conchita…?- cerrás los ojos, casi avergonzada por lo mucho que disfrutás oírlo expresarse de esa forma-. Dios…
Sentís el calor de su liberación salpicando tu interior y suspirás satisfecha, tus brazos separándose instintivamente para abrazarlo cuando se desmorona sobre tu cuerpo y su rostro busca refugio en el espacio de tu clavícula. Masajeás su espalda mientras su respiración vuelve a la normalidad y estás casi segura de que percibís los latidos de su corazón.
-Extrañaba tanto esto- comenta, alejándose para mirarte a los ojos-. No te das una idea.
-Yo también lo extrañaba- sonreís-. Pero…, ¿no tenías sueño vos?
Suelta una carcajada pero no responde, en su lugar se estira para tomar una margarita y colocarla sobre tu oreja. Besa tus ojos, tu nariz, y por último envuelve tus labios en un apasionado beso que te deja sin aire.
-Gracias por el café- apoya su frente sobre la tuya-. Me ayudó bastante.
Sabés que no se refiere al café.
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literally in love with the idea of juani & reader just making out on set of lsdln before he’s about to get his hair & makeup done >3<
café y caramelo | juani caruso
summary: un pequeño vistazo a la rutina con juani en las mañanas de set, o mejor dicho, la razón por la que siempre llegan atrasados. 1.4k
fue muy rápido, una hora estabas caminando tranquilamente por los camerinos en dirección al trabajo y a la siguiente te metían en una habitación, sin avisar, sin sospechar, y de repente te encontrabas contra la puerta y unos ojos azules profundos muy familiares se clavaban en los tuyos, con un brillo travieso en la mirada.
"¡ai juani!", exclamaste, llevándote la mano al pecho, sintiendo cómo el corazón se te aceleraba contra las costillas. la sensación del susto reverberaba en los latidos de tu corazón, que oías resonar en tus oídos. "¡no puedes seguir asustándome así!".
fingiendo una falsa frustración, una mueca permanecía en su rostro mientras la sonrisa de juani no hacía más que aumentar. el chico, tratando de esquivar su ceño fruncido, rodeó sus caderas con los brazos, abrazándola fuertemente contra la puerta y le dio un tierno beso, luego apartó la cara para poder mirarla. estaba prácticamente vestido con su disfraz, aún tenía que maquillarse y peluquearse, y sabía que ya había pasado la hora de que estuviera allí.
"estás preciosa con esa cara de enojada", juan tenía una amplia y tonta sonrisa en la cara, que se reflejaba en su expresión boba y apasionada mientras te miraba. era una visión a la que ya estabas acostumbrada y que siempre te llenaba el pecho de una sensación cálida y deliciosa.
"te odio" lo intentó, pero no pudo contener la risa, así que tuvo que morderse el labio. tus manos se dirigieron hacia el pecho del actor en un intento sin esfuerzo de alejarte de él.
juani, aprovechando su guardia baja, no perdió el tiempo y llevó sus labios a su cuello, debilitando todo su cuerpo, como una maldita táctica, para luego dirigirse a su barbilla y finalmente, a sus labios. no satisfecho, continuó plantando tiernos besos por todo el resto de su cara, provocando auténticas risas en usted. para él, era como escuchar una melodía suave y agradable, que siempre hacía mucho más ligeras las agotadoras y largas jornadas de grabación.
tenerte cerca durante las grabaciones fue una bendición absoluta para juani. os conocisteis en el set, os hicisteis íntimos en la primera semana y desde entonces no os habéis separado. de hecho, le fue muy difícil mantenerse alejado contigo como asistente de maquillaje.
"¿todavía me odias?", preguntó el hombre de pelo ondulado con tono divertido y un brillo en los ojos, tomándose un respiro por un momento tras una sesión apreciando tu rostro.
"un poco menos, un muy poco menos", dejaste caer tu rostro a un lado y deslizaste tus manos por los hombros del chico, que tomó tus palabras como un desafío.
los ojos de juani se abrieron de par en par, indignado, y te puso la mano en el pecho, haciéndose el ofendido. nunca deja de hacerte reír, y con tu forma de actuar con él es como si no tuvieras control sobre ninguno de los músculos de su cara que esbozan una sonrisa.
"yo sé cómo resolver esto", dice, con expresión decidida y las cejas levantadas. tú le imitas, alzándole las cejas y, naturalmente, vuestras caras se acercan cada vez más hasta que vuestras frentes se presionan.
"¿sabes?", le preguntas mientras tu nariz roza suavemente la suya, provocativamente. tu voz sale más como un susurro debido a la cercanía, soplada sobre los labios de juan, que ahora te sujeta la cintura un poco más fuerte, hundiendo sus dedos en el espacio de piel que hay entre tu camiseta y tus pantalones.
un pequeño escalofrío te recorre la espalda al contacto de sus dedos fríos sobre tu piel, y no te cuesta demasiado ablandarte entre los brazos de tu novio, sobre todo cuando sus labios, cálidos y suaves, chocan con los tuyos tan lenta y suavemente que jadeas. los besos eran siempre suaves y dulces, besarle era como saciar una sed infinita en tu interior que te hacía anhelar más cada vez.
"vas a tardar" murmuras entre besos, un poco sin aliento y mareada "vamos a tardar".
sueltas una risita mientras intentas ser racional, pero el chico se limita a rodar los ojos, haciendo un gesto de que no le importa.
"sólo cinco minutos más", dice socarronamente, atrapando tus labios de nuevo, pero sin ninguna prisa. cinco minutos podrían haberse convertido fácilmente en diez, pero ambos eran demasiado ajenos al tiempo.
los dedos de juani se deslizaron dentro de tu camisa y acariciaron suavemente la base de tu espalda, añadiendo algo más al beso que te hizo querer derretirte contra su cuerpo. apenas te diste cuenta de que estabas de puntillas hasta que te tiró al brazo del sofá, sentándote entre sus piernas. sus manos encontraron tu cara, sujetándola suavemente, ayudando a intensificar el beso. las yemas de sus dedos ejercen poca presión sobre sus mejillas, pero mantienen su cara lo suficientemente cerca como para que él pueda ordenar hábilmente el movimiento de sus labios.
el desliza su lengua bajo la tuya y pequeñas centellas recorren tu cuerpo como chispas, suficientes para hacerte suspirar entre beso y beso. juani sabe a café y caramelo, y disfrutas explorando cada rincón de su boca mientras sus lenguas bailan en armonía. es fácil perderse en esa sensación, en la calidez de sus labios y la suavidad de su mano sujetando tu cara, y con los ojos cerrados, pareces bucear en busca de más.
tus manos recorren los brazos de juani hasta llegar a sus rizos, y el chico se estremece bajo tu tacto cuando siente tus dedos recorrer su cuero cabelludo. respira hondo por un momento, sintiéndose embriagado por su aroma y la sensación de sus labios suaves y adictivos. ese no sería el único beso del día, por supuesto, juani volvería a besarte a escondidas entre cortes de grabación, cuando vengas a retocarle el maquillaje, o después de comer, mientras los chicos se distraen viendo algún partido en la tele, y seguro que te besaría un millón de veces más en el hotel, pero aun así, teme perderte ni un segundo en esa rutina.
el ruido fuera, en el pasillo, empieza a acercarse cada vez más, reconoces la risa de pipe y la voz de enzo, y sabes que te estás quedando cada vez más atrás, ya que se dirigen a maquillarse. esto te ayuda a recuperar la cordura, y empujas ligeramente a juani, tan resistente como él a deshacerse el uno del otro. él también sabe lo mucho que te gustaría pasar el día así, pero el trabajo llama.
con besos lentos, te suelta la cara, como si le costara soltarte. es como intentar salir de la cama en una mañana fría cuando estás bajo las cubiertas calentitas. tortuoso.
luego, en un último besito, te atrapa el labio inferior con el diente y te lo muerde suavemente, sólo para burlarse de ti, anticipándose a la sonrisa coja que tendrás poco después. en respuesta, tu mano le da una palmada en el trasero al chico, que gruñe y se aparta completamente de ti.
"¿cómo tratas a tu novio? que te ha traído café". juani devuelve ese tono de falsa ofensa, retrocediendo hasta la estantería y cogiendo el vaso caliente para entregártela.
todas las mañanas se empeña en recogerte el café de la cafetería que te gusta, porque juani sabe cuánto odias el café amargo y fuerte que tienen en el set. con una sonrisa de agradecimiento, coges el café y le das un sorbo, sintiendo cómo el sabor a canela se extiende por tu lengua y calienta todo tu cuerpo.
"sabes que no puedes usar eso como excusa, ¿no?", le dices, mirándole por debajo de las pestañas mientras bebes otro sorbo.
"¿qué?", pregunta juani, como si no lo supiera. saltas del brazo del sofá al mismo tiempo que él abre la puerta del camerino y se asegura de que no hay nadie en el pasillo.
"que llegas tarde por qué fue buscar café, esa mentira se está quedando un poco vieja", bromeas de pie en el umbral de la puerta, entre él y el pasillo.
el de los ojos azules sonríe, baja la cabeza y la sacude negativamente. "bueno, no soy un mentiroso total, ¿eh? al menos miento mejor que tú".
camináis por el pasillo, mientras juani se ajusta el cuello de su traje, tú intentas alisar la arruga de su ropa. se os escapa una risa cómplice mientras os miráis furtivamente, es difícil resistir el impulso de arrastrarle de nuevo a ese camerino, o de no cogerle de la mano mientras camináis, pero vuestras manos chocan entre sí dos o tres veces. podrías acostumbrarte, eso seguro. todas esas mañanas de momentos robados y besos con sabor a café.
"oye", te llama juani, justo cuando estás a punto de entrar en la sala de maquillaje. te roba otro besito rápido y luego desliza el pulgar por la comisura de tu labio, limpiando los restos de espuma del capuchino. " nos vemos luego, ¿eh?"
espero que lo hayan gostado! feliz san valentin atrasado, mis amores <3
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Dad's Friend?
Hugh jackman x fem!reader
࣪ ⠀ ⠀⠀˒⠀⠀⠀⠀⠀𝅅⠀⠀⠀⠀⠀⠀/⠀⠀⠀ ⠀-⠀⠀ ⠀
summary: ella se encuentra sola con el mejor amigo de su papá. Mientras comparten copas de vino, el aire cálido de la noche, sus palabras en voz baja y el vínculo silencioso que se crea entre ellos crean un momento que ninguno reconoce en voz alta, pero que ambos sienten profundamente.
Categories: Romance, Forbidden Relationship, Age Gap, Family Friend Dynamic, Unspoken Desires, Emotional Comfort, Slow Burn, Mutual Longing, Tension. {TW}: Age difference, family friend relationship, intimate vulnerability, physical touch, hints of forbidden attraction, emotional dependency soft manipulation.
...
Era jueves por la noche, y estaba en mi habitación, sumergida en mis pensamientos mientras escribía en mi diario. Llevaba puestos unos shorts ligeros, ajustados pero cómodos, y una camiseta de tirantes finos. Mi cabello estaba recogido en un moño desordenado, como siempre cuando me quedaba en casa, sin planos más allá de relajarme en la comodidad de mi habitación.
La casa estaba en silencio, y el único sonido era el leve rasgueo de mi bolígrafo sobre el papel. La noche parecía igual a tantas otras, tranquila y sin sobresaltos, hasta que un par de luces atravesaron mi ventana, proyectándose en el techo. Me detuve, curiosa, y caminé hacia la ventana para ver quién estaba afuera.
Ahí, bajo la luz tenue de la calle, vía a Hugh bajándose de su auto. Mi respiración se detuvo por un instante; él, el mejor amigo de mi padre, el hombre que siempre había sido como una presencia familiar, pero que en mi adolescencia había comenzado a despertar en mí algo diferente, algo que apenas entendía.
Sentí mi pulso acelerarse mientras lo observaba desde arriba. Él parecía venir a ver a mi papá, como tantas otras veces. Pero esta vez, papá no estaba en casa.
Bajé las escaleras, manteniendo una sonrisa mientras escuchaba el timbre. Sabía que era Hugh, y algo en mí quería aprovechar la situación. Cuando llegué a la puerta, me apoyé en el marco, dejándome ver con esa misma postura relajada de quien simplemente está en casa.
Abrí lentamente y, con una expresión inocente, lo miré como si no lo reconociera. "¿Puedo ayudarte en algo?" Pregunté, alzando una ceja y poniendo mi mejor cara de indiferencia.
Hugh me observó con una media sonrisa, claramente divertida por mi tono. “¿Así es como recibes a las visitas ahora?” Replicó, sin poder evitar mirarme de pies a cabeza, notando mi atuendo relajado.
"Bueno, depende de la visita", respondió, encogiéndome de hombros. "Pero diez centavos, ¿quién eres y qué buscas en esta casa a estas horas?"
Hugh dejó escapar una risa suave, y por un segundo vi un destello en su mirada, como si percibiera mi pequeño juego. "Vine a ver a tu padre. No sabía que ahora tiene una portera tan estricta". Su tono era casual, pero su sonrisa delataba una complicidad silenciosa.
Abrí la puerta por completo y, sin decir nada más, me acerqué para darle un leve abrazo. Fue algo rápido, pero no pude evitar que se sintiera un poco cargado de emoción. Hugh se quedó un instante quieto, como si la cercanía lo hubiera tomado por sorpresa, y al separarnos, mantuve mi sonrisa mientras le decía: “Papá se fue a ver a la abuela… No anda muy bien últimamente, pero dijo que regresó en unas horas. Puedes pasar si quieres.”
Hugh caminaba lentamente, aunque parecía pensativo. “No quisiera molestar, puedo volver otro día”.
Le sostuve la mirada y con un gesto tranquilo le dije: “Pasa a la casa, de todas formas no tengo nada que hacer, y papá seguro no tardará”.
Él dudó por un segundo, como si estuviera evaluando si era buena idea, pero finalmente dio un paso hacia adentro. Mientras cerraba la puerta detrás de él, sentí cómo el ambiente cambiaba, y un silencio pesado se instalaba, solo roto por el suave crujido de sus botas sobre el suelo.
Lo seguí mientras avanzaba hacia la sala, y antes de adentrarnos más, eché un vistazo rápido en el espejo del pasillo, arreglándome un poco el cabello de forma distraída. Cuando entramos a la cocina, me adelanté hacia el mueble de las bebidas y lo miré de reojo con una sonrisa despreocupada.
“¿Qué quieres para tomar? ¿Cerveza, whisky, agua… o vino?” Pregunté, sin darle realmente tiempo para contestar. Antes de que pudiera responder, ya había sacado una botella de vino blanco y estaba sirviendo en dos copas.
Hugh arqueó una ceja y me observó con una mezcla de sorpresa y diversión. “¿Vino a esta hora?” comentó, con un toque de ironía en la voz, pero tomó la copa de todas las formas. “¿No crees que estás aprovechando mucho la libertad, ahora que tu papá no está?”
Le dediqué una sonrisa juguetona, levantando mi copa. “Que sea un secreto entre nosotros, ¿sí? Además, ya soy grande para que me hagan esas preguntas, Hugh”.
Él soltó una risa baja, negando con la cabeza, como si aún no pudiera creerlo del todo. “Claro… ya eres toda una adulta”, comentó con un toque de sarcasmo en la voz, pero con una sonrisa divertida mientras tomaba su copa.
Con las dos copas en la mano, me dirigí hacia el jardín y él me siguió en silencio. Me acomodé en uno de los sillones al aire libre, y él se sentó a mi lado, tomando su copa con una mano. A pesar de la cercanía, el ambiente era cómodo y tranquilo, como si por un momento se hubieran desvanecido las barreras que solían estar entre nosotros. La noche era fresca, y la luz tenue del jardín le daba un toque especial al momento, haciéndolo casi íntimo en su simplicidad.
Mientras tomaba un sorbo de vino, noté que Hugh miraba a la distancia, con la vista perdida, casi como si estuviera en otro lugar. Había algo en su expresión que no podía pasar por alto, un dejo de cansancio y tal vez… una pizca de tristeza. Sabía que había estado esquivando este tema en sus últimas visitas, pero la curiosidad y la preocupación me ganaron.
“Escuché que las cosas… han sido complicadas últimamente”, comenzó con cautela, mirándolo de reojo. “Con tu divorcio, digo. Sé que es un tema delicado, pero… si necesitas hablar de eso, sabes que estoy aquí.”
Él apartó la mirada hacia su copa, y por un segundo, pensé que no diría nada. Finalmente, soltó un suspiro y giró hacia mí, esbozando una sonrisa cansada.
“Tu padre te contó algo, ¿verdad?” preguntó con un tono resignado, aunque con una ligera sonrisa, como si la situación le resultara irónicamente divertida. “Supongo que ya no hay secretos en este vecindario”.
Sacudí la cabeza, sonriendo mientras lo miraba. “No es así, Hugh. No creas que mi papá anda divulgando tus secretos por ahí. Es solo que... bueno, eres famoso, ¿sabías? Y, además, estamos en el siglo XXI. Las cosas vuelan”, bromee, tratando de aligerar el ambiente.
Hugh soltó una pequeña risa, aunque noté que sus ojos seguían reflejando algo de esa tristeza. “¿Así que soy famoso ahora, eh?” murmuró, con una media sonrisa.
“Digamos que he escuchado algo… en alguna de tus visitas”, admití, sin entrar en demasiados detalles, y miré hacia el jardín para darle algo de espacio. “Y sé que no es fácil. No tienes que hablar de eso si no quieres, pero, ya sabes… estoy aquí.”
Hugh me miró, tomó un sorbo de su vino y, de repente, estiró una mano hacia mí, revolviéndome el cabello con un gesto cariñoso. “Sabía que lo harías, pequeña”, dijo, su voz suave pero cargada de ese tono familiar que siempre me hacía sonreír.
“Las cosas… bueno, están un poco desordenadas”, continuó, mirando la copa en sus manos como si buscara las palabras en el reflejo del vidrio. “No es fácil dejar atrás algo que creíste que duraría. A veces siento que me falla el instinto, ¿sabes? A veces me pregunto si todo esto es solo… cosa mía.”
Asentí en silencio, tomando un sorbo de mi vino antes de mirarlo de nuevo. “¿Y qué hay de Oscar y Ava?” Pregunté, con un nivel de preocupación en mi voz. Sabía lo importantes que eran para él y no quería imaginar cuánto más difícil se volvería todo con ellos en medio de la situación.
Hugh suspir y se le pas una mano por el cabello, claramente cansado. “Supongo que… están bien, o tan bien como se puede estar en medio de todo esto”, murmuró, con una tristeza que se hacía evidente en cada palabra. “Ellos entienden algo, o al menos lo intentan. Pero es complicado… ya sabes, también están los rumores, y trato de mantenerlos lejos de eso, pero…”
Desvió la mirada, como si quisiera esconder algo de lo que sentía en ese momento. Lo sabía lo suficiente para entender que, detrás de esa fachada fuerte, estaba luchando mucho más de lo que dejaba ver.
Asentí despacio, lamiéndome los labios mientras buscaba una forma de alivianar el ambiente, aunque fuera solo un poco. “Sí…” murmuró, mirando hacia el jardín. Después, tomé aire y, con una pequeña sonrisa, cambié de tema. “Pero, ¿sabes? No entiendo cómo es que tú tienes problemas… mientras que yo aquí ni siquiera consigo a alguien.”
Hugh soltó una risa suave, sorprendido por el cambio arrepentido en la conversación. “¿Así que la pequeña está teniendo problemas en el amor, eh?” Bromeó, mirándome con una ceja arqueada y un tono divertido.
“Ni que fuera tan pequeña”, respondí, medio en broma, medio en serio, mientras cruzaba las piernas y volvía a tomar un sorbo de vino, sintiéndome cada vez más cómoda en su compañía.
Solté un suspiro y me reí, apoyando la copa de vino en mi rodilla mientras lo miraba. “Es que no lo entiendo, de verdad. A mis 20 años, todos los hombres que conozco son unos completos imbéciles o actúan como princesas”, dije, rodando los ojos con una mezcla de frustración y humor.
Hugh se rió con fuerza, esa risa genuina que siempre lograba sacar cuando algo realmente lo divertía. “¿Princesas, eh?” Comentando, negando con la cabeza mientras me miraba. “No sé si es la palabra que habría usado… pero parece que los tiempos han cambiado un poco”.
“Bastante, diría yo”, respondió, cruzándome de brazos y mirándolo de reojo, en un tono cómplice.
Él me observó con una sonrisa ligera, aún entretenido. “Bueno, si todos actúan como princesas, supongo que estás buscando algo… distinto”, dijo, con una voz que llevaba un toque de curiosidad.
Mis ojos se alzaron y se encontraron con los suyos, y por un momento, el aire pareció cargarse con algo que no esperaba. Me sonrojé un poco, sin saber bien si responder o simplemente desviar la mirada. Había algo en su última palabra, en cómo la había dicho, que me desarmaba.
Él pareció notarlo, porque su sonrisa se suavizó y, sin romper el contacto visual, llevó su copa a los labios y bebió en silencio. Ese pequeño hizo gesto que mi corazón diera un vuelco. No era solo lo que había dicho, sino cómo lo había dicho... como si entendiera más de lo que quería admitir.
Sonreí y traté de disimular el calor en mis mejillas, intentando no darle demasiada importancia a la forma en que me había mirado. Pero cuando fui a girarme un poco en el asiento, mis dedos rozaron la copa de vino, y antes de darme cuenta, un pequeño chorro de vino blanco aterrizó en su camisa.
“¡Oh, lo siento!” exclamé, llevándome las manos a la boca mientras una risa nerviosa se me escapaba.
Él se miró la mancha en la camisa y luego a mí, con una sonrisa que combinaba exasperación y diversión. “¿Intentando sabotear mi estilo?” Bromeó, alzando una ceja.
Reí y busqué alguna servilleta, sintiéndome aún más torpe. “Eh, no… sólo intento… añadirle un toque de diseño abstracto”, contesté, mordiéndome el labio, sin poder contener la sonrisa. Con cuidado, presioné la servilleta contra la mancha en su pecho, sintiendo de cerca su calor y su respiración, lo que sólo hizo que el rubor en mis mejillas se intensificara.
En un movimiento inesperado, me rodeó con sus brazos y me atrajo hacia él, sin decir una palabra. Mi corazón dio un brinco, y en lugar de alejarme, me permití descansar contra su pecho, sintiendo el ritmo constante de su respiración. Él me acurrucó suavemente, con un gesto que me envolvía en una calidez que no había sentido en mucho tiempo.
El aroma de su colonia mezclado con el vino y su propia esencia era embriagador. Me quedé quieta, cerrando los ojos, dejándome llevar por el momento, sintiéndome extrañamente segura y en paz. Los minutos se deslizaban en silencio, y ninguno de los dos parecía querer romperlo, como si ambos supiéramos que algo importante estaba ocurriendo en ese simple abrazo.
“Sabes”, susurró, rompiendo el silencio con una voz suave, “hace mucho que no me sentía tan... tranquilo. Es lindo poder hablar así, sin preocupaciones.” Su mirada se perdió en algún punto lejano, como si estuviera grabando algo, y luego volvió a encontrar la mía. “Es raro, pero... contigo me siento cómodo, en paz”.
Sus palabras resonaron en mí, y me di cuenta de lo especial que era para él este momento. Sentí un calor inexplicable expandirse en mi pecho, un deseo de seguir allí, de sostener esa calma que compartíamos, de ser parte de ese refugio que él necesitaba.
“Me alegra escucharlo”, respondí en voz baja, apenas un susurro, sin querer romper el encanto que nos envolvía. Nos quedamos en silencio de nuevo, pero ahora, el peso de sus palabras me daba otra perspectiva, algo nuevo y esperanzador que no esperaba sentir.
Hugh me miró de nuevo, sus ojos brillando con una suavidad inesperada. Con un gesto tranquilo, acomodó mis piernas sobre las suyas, y sintió el roce de sus manos en mis piernas, cálido y cuidadoso. Deslizó su mano en una caricia lenta, casi como si quisiera guardar este momento también.
“Esto…” murmuró, con una leve sonrisa en sus labios, “esto también se tiene que mantener en secreto, ¿de acuerdo?”
Mi corazón dio un vuelco mientras asentía, sintiendo cómo una pequeña chispa de complicidad se encendía entre nosotros. Nos quedamos allí, en silencio, en un momento que era solo nuestro.
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Day 5: traditional/ folk clothing 🇰🇷/🇲🇽 traditional Korean and Mexican clothing fusion!
Izquierda: una blusa blanca bordada con flores rositas, amarillas, y azul claro y azul oscuro. Tiene baji azules (los pantalones) en estilo moderno, y unos aretes de mal de ojo. Tiene un peinado que no se si tiene nombre pero es algo medio popular hoy en dia con chicas coreanas. Usualmente esta totalmente suelto pero tener el flequillo partido con rizitos en las puntas, de eso hablo Abajo a la izquierda: Meg lleva jeogori, jokki, y dongjeong (la camiseta, chaleco, y pieza blanca que se pone en el cuello) color turquesa, una falda folklorica negra, con rayas con el color de las banderas Coreana y Mexicana en su fondo. Su estuli de pelo son unas dos trenzas (un estilo tipico de varios paises latinos) con listones en los colores de las banderas. Arriba a la izquierda: Una camiseta vaquera, negra con rosita, con detalled bordados en el collar, pecho, mangas, y lados de la camisa. Pantalones blancos de mezclilla, botas negras y rositas, un cinturon negro con hebilla en forma de cola de zorro, y se puede ver (apenas) un nudo de la suerte turquesa. Centro: Meg tiene puesta una guayabera de color azul claro, y una falda chima rosita, con un nudo de la suerte azul, cominando con la guayabera en color. Luego lleva unos huaraches de cuero. Arriba a la derecha: Chaqueta y pantalon jeogiri negros, en estilo moderno, con unos zapatos turquesas con forma de patita de zorro/varios mamiferos como perros, simplificada en la punta del pie Abajo a la derecha: Unn charro negro y rosita en estilo hanbok! Tiene una jjokjin meori, lo cual es un estilo de pelo tradicional Coreana. Es una trenza doblada, envuelto con tela, torcida, y fijada con un binyeo/pinza
oki ahora les enseno mi locura !!!!!!
pueden ver que tenia más ideas de que agregar, como referencias a la religion dominate de ambos paises. El catolicismo en México, el budismo en Corea, el jade siendo una piedra prominente en Corea junto con otros países del este de asia, y la turquesa siendo un piedra prominente en México junto con otros países latino americanos. El arroz y el maíz siendo fundamentales para los respectivos países, como crecieron, y varios platillos tipicos. Las flores nacionales de cada pais iban a estar en el sombrero. Dulces mexicanos saliendo de una bolsa de "white rabbit" lo cual es una marca de dulces de leche muy popular en paises asiaticos y con la gente asiatica en general, puedes encontrarlo en mercados asiaticos. Iba hazer todo los outfits separados y completos luego jugue con la idea de hacer mix y match entre las dos culturas y bueno. aqui estoy. tambien pense en hacer toda la cosa en colores de la bandera trans xq "la relacion entre la tradicion y genero..." supongo que en fin la mayoridad de el dibujo si salio con rosita, azul, y blanco pero no pude alejarme del negro. meg stop beign emo youre runing the clarity of my messages TAMBIEN no tan solo queria jugar con estilos de pelo tradicionales pero me sirvio para experiemntar con el cabello de meg xq lo que djo 10hour shift aquiiiii me hizo pensar que tiene mucha razon y quise jugar con como enseñar su ojo oculto....
oh y aqui les paso el primer borrador de lo que pense hacer en "cscarring" antes de que Meg spawneara en mi cabeza y me hico hacer esta locura.
@cicadahaus hi thanks for helping me with the idea u freak, get tagged
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA i can finally kms
#fnafhs#fhs#fnafhs meg#fhs meg#meg fnafhs#fhs week 2024#fnafhs 2024#le di mi todo diseñado esto��#gracias a mi amgigo nao por darke la idea#fnafhs fanart#fhszero#fhsz3r0
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Make you feel better, parte 2
Holaaaa, aquí les traigo la segunda parte de mi último fic, espero que les encante y me comenten qué cosas le gustan y qué cosas puedo mejorar. Gracias por leer!💕
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❤️🔥Por fin sucede
💞Enzo x fem!reader
⚠️Warnings: sexo menstrual, sexo sin protección, sexo oral, algo romántico también.
Make you feel better, pt.2
Tratabas de dominar tu respiración, los nervios te la estaban alborotando. Enzo estaba encima de ti, mirándote con esos ojos oscuros y profundos, su pelo negro enmarcándole el rostro.
-Tranquila, chiquita…
Soltaste una pequeña risa para intentar hacerle caso y darle a entender que deseabas esto tanto como él.
-Está bien si te toco? – preguntó con esa voz suya que era como chocolate negro derritiéndose y cayendo sobre tu piel. Asentiste sin quitarle la mirada de encima, pero, cuando su mano rozó tu cuello y fue bajando con la punta de los dedos hacia tus pechos, tuviste que cerrar los ojos. Su otro brazo le sostenía, apoyándose junto a tu cabeza y acariciando tu mejilla para intentar, de una vez, que estuvieses tranquila.
-Cómo no me llevás sujetador, nena? - provocó con media sonrisa de diablo.
-Me dolía…
-Ah, te dolía…-sonaba a falso reproche, a que te iba a enseñar porqué eso era una temeridad y estaba mal. Procedió a serpentear su mano por debajo de la vieja camiseta hasta llegar a tu pecho, el cual abarcó sin esfuerzo. Masajeó como si fuera un experto y lo tuviese todo bajo control, sin embargo, aunque lo ocultase mejor que tú, él también estaba nervioso, y sobre todo embelesado por lo que estaba pasando. Mientras pasaba el pulgar por encima de tu pezón, con cuidado de no hacerte daño, notabas como exhalaba su aliento caliente como fuego en tu cuello, indicativo que se estaba quemando por dentro tanto como tú. No era lo único, naturalmente, también podías sentir su erección, imposiblemente firme contra tu muslo, la cual hundió un poco más para su propio alivio y para hacerte saber cómo te deseaba. Eso provocó que gimieras en su oído.
Antes de que te dieras cuenta, Enzo se había desecho de tus shorts.
Un pensamiento cruzó tu mente como un rayo, ¿estarías sangrando? Aunque las molestias y el dolor habían comenzado, el sangrado no lo había hecho, según tus cálculos, lo más probable es que empezara mañana o esta noche, pero eras consciente de que no era una ciencia exacta. No podías aceptar la idea de que quizá manchases a Enzo, te morirías de la vergüenza y desearías que te tragase la tierra. Cuando éste deslizó tu ropa interior lentamente por tus piernas lograste echar un vistazo y comprobaste que no había restos de sangre, pero sí de toda tu excitación, lo cual él se tomó como un halago no verbal.
-Sigues teniendo cara de preocupada, chiquita… - dijo con una voz que te sonó aún más grave, pero como si casualmente no estuviera acariciando tu monte de venus.
-Es que no quiero mancharte, boludo-te reíste, al fin siendo tú misma con él.
-No sé con que clase de nenes has salido vos, pero a mí un poco de sangre no me asusta.
¿Es que acaso estaba dentro de tu cabeza para saber exactamente qué decir para prenderte aún más?
Tanteó con la punta de los dedos tu entrada, y la humedad que él había provocado en ti se adhería a su piel, pequeños hilos transparentes adornando sus dígitos. Poco a poco se introdujo en ti haciendo que te estremecieras y arquearas la espalda. Él resopló y te miró frunciendo el ceño.
-Ufff… qué apretada que estás, nena…-acercó su boca a tu oído provocando un nuevo vuelco en tu corazón- ¿Así me vas a apretar la pija?
Dios. DIOS. Un gemido que fue casi un grito escapó de tu garganta sin que tú pudieras (o quisieras) hacer nada por evitarlo. Hubieras jurado que cualquier pibe que te hablase sucio se hubiera ido de tu casa con una patada en el culo, pero joder, cómo te había prendido que Enzo dijera eso. De hecho, como si tu cuerpo quisiera darle la razón, tu interior se contrajo alrededor de sus dedos, provocando una risita maliciosa en él. Los movía con habilidad, dibujando el típico gesto de “ven aquí”, encontrando y masajeando un punto muy sensible de tu centro.
-Enzo…-gimoteaste.
- ¿Qué, nena? - contestó con la respiración agitada, notando, desde hace un rato como su líquido preseminal estaba formando una mancha húmeda en sus bóxers negros, su erección, pulsando dolorosamente.
Querías contestar, pero el placer te nublaba la capacidad de hablar, solo podías gemir y agarrarte con fuerza a su espalda, reparando en lo firme que era, y lo pequeña que parecías debajo de él. Le miraste a los ojos suplicante, queriendo comunicar tus deseos sólo con tu mirada.
-Ya sé, ya sé... – se apiadó él. Se apartó de ti con cuidado de retirar sus dígitos suavemente para no herirte. El vacío que dejaron te molestó intensamente, pero sabías que simplemente el aperitivo había terminado: ahora venía el plato fuerte. Arrodillándose en tu cama comenzó a desabrocharse el cinturón. Iluminado solamente por tus tenues luces azules y la pantalla de tu televisión, la figura de Enzo era escultural: su cabello largo y oscuro, su torso definido y bronceado. Incluso el vello de sus axilas te pareció intensamente atractivo cuando alzó los brazos para sacarse la camiseta. Su aroma, su aroma parecía tener temperatura, emanaba calor, y un olor riquísimo a madera y café, a hombre.
Se bajó un poco el pantalón vaquero, y, aunque su intención era levantarse para desprenderse de él por completo, un instinto súbito tuyo se lo impidió. Te incorporaste y gateaste hasta que tu rostro quedó a la altura de su cintura. Acariciaste la tela de su bóxer, notando su dureza, cómo su anatomía estaba provocando que la prenda estuviese tirante. Cuando Enzo procesó lo que estabas a punto de hacer suspiró. Su caballerosidad no quería dejarte continuar, esta noche se trataba de ti, pero ¿cómo te iba a decir que no? Tu boquita debía sentirse como el cielo en la Tierra.
Apenas te tomaste un momento para admirar cómo su miembro se erguía ante ti, inflamado, expectante de tu atención. Lo tomaste con delicadeza en tu mano derecha e hiciste que entrase en tu boca, tus labios haciendo de cálida bienvenida para él, tratando de relajar la lengua para que pudieras acomodar su tamaño más fácilmente.
-Ay, sí…- gimió con voz ronca.
Sonreíste para ti misma, no era algo de lo que pudieras alardear en cualquier conversación, pero sabías que era algo que se te daba muy bien hacer.
Continuaste el movimiento de vaivén, utilizando tu saliva como lubricante, provocando una serie de sonidos que Enzo juraba que le iban a volver loco. Tenía su mano en tu mentón, sin sujetarlo, pero marcando la posición. Notaba como tu boca se llenaba y nunca se vaciaba del todo.
Su respiración, su pulso acelerándose, la forma en la que tensaba los abdominales, eran señales de que le costaría mucho aguantar si continuabas con ese ritmo.
-Basta – sacó su pija de tu boca sin previo aviso, y tú te quedaste con la cara que se le queda a un niño cuando le quitas su juguete favorito – tumbáte – ordenó.
Te dejaste caer sobre la pila de almohadas, que se desinflaron suavemente por tu peso.
No había ya lugar para miramientos o preámbulos, tenía que cogerte ya.
Enzo volvía estar encima de ti, pero esta vez frente a frente. Se mantenía en equilibrio, además de con sus piernas entre las tuyas, con su antebrazo sosteniéndole junto a tu cabeza. Su otro brazo, sin embargo, se perdía debajo de su abdomen, no podías verlo, pero pronto notaste cual era su cometido. Su mano estaba agarrando su propio miembro, pesado, duro, para posicionarlo en tu entrada, que no podía esperar para tragárselo. Sentías su sudor en tu piel, su calor, tus pulsaciones disparadas, la humedad que compartíais. Pero todas esas sensaciones se vieron ensordecidas por la más intensa que habías sentido probablemente en tu vida:
Enzo entrando en ti
Tus ojos y tu boca se abrieron como para sustituir el sonido que eras incapaz de generar. Tu mirada se encontró con la suya. Él también tenía una expresión obscena, os mirabais incrédulos del placer que os estabais dando el uno al otro. ¿Porqué carajo no lo habíais hecho antes?
Tras un momento de adaptación, tú a su tamaño y él a tu estrechez, las embestidas se tornaron más rápidas y casi todo lo profundas que podían ser sin hacerte daño.
Enzo pareció leer tus preocupaciones (una vez más), y de forma inconsciente, las tomó como si fueran un papelito, las arrugó y las tiró lejos de ti.
-Dios, nena… -dijo con voz grave y entrecortada- ¿te gusta? ¿te alivia un poco…?
-Muchísimo, amor- Mierda. Eso se te había escapado, por mucho que estuvierais haciendo lo que estabais haciendo no debías haberlo llamado así.
-Me alegro, mi vida – al decir esto, besó tu mejilla con calidez, decidiste que su respiración era lo único que querías en tus pulmones.
¿Era posible que te sonrojaras aún más? Sí, era posible.
Habías conseguido entrelazar las piernas a su espalda, acercando más tu cadera a su cuerpo, haciendo que las estocadas fueran todavía más profundas. El movimiento cada vez era más errático, estaba golpeando tu punto más débil, la humedad que había provocado en ti estaba con seguridad creando una gran mancha en tus sábanas, escurriéndose por tus ingles y tus glúteos. Notaste fuego dentro, en tu bajo vientre y en el fondo que Enzo estaba tocando una y otra vez con su glande hinchado. No hacía falta que dijeras nada - tampoco es que pudieras- te aferraste a él con desesperación, como si no quisieras salir volando arrastrada por una corriente de viento brutal. Por instinto te encogiste, escondiendo la cara en su pecho.
-Dale, princesa, miráme cuando te venís- tomó tu cara en su mano y te obligó a encararle.
Como todo un experto eligió un ritmo y lo mantuvo para ayudarte a concentrarte en perseguir tu clímax, mientras tanto, agarró uno de tus pechos, estimulando tu pezón, añadiendo otro foco de placer a la ecuación.
-Vamos nena, dejate ir…-continuó animándote.
Tus labios dibujaron una ‘O’ que no se cerraba más, él miraba tus ojos y después tu boca, la cual se le antojaba la frutilla más dulce que había tenido el placer de devorar. Dios, como deseaba él acabar en esa lengua rosada.
Tu interior se contrajo exponencialmente, atrapándole y, a los gritos, te viniste agarrada a él, en el orgasmo más increíble de tu vida. Si había un cielo podías afirmar que lo habías tocado.
Enzo seguía haciéndote el amor, (por que ya no se podía decir que simplemente te estaba cogiendo), pero la sobreestimulación no te estaba incomodando, querías seguir sintiendo, y de hecho seguías sintiendo muchísimo placer.
-¡Dentro, Enzo!
-Nena, no voy a aguantar…- te miró con urgencia entre gemidos roncos- d-dime…dónde…
Te miró confundido. Estabas disfrutando malévolamente de su preocupación, omitiendo el pequeño detalle de que estabas en la píldora.
-¿Tomás la pastilla? -casi gruñó por el esfuerzo de aguantar su eyaculación.
Asentiste con sonrisa de diabla, divertida.
-¿Te lleno? ¿querés que te llene…? - su respiración cada vez más agitada, su voz, rota.
En respuesta gemiste aún más alto, encontrando un momento para lamer su cuello, salado por el sudor, y terminar de volverle loco.
Un último quejido salió de su pecho y le obligó a cerrar los ojos con fuerza. Estaba derramándose por completo en tu interior. Jurabas notar los disparos blancos y ardientes inundando tu interior. El pulso bombeando alocadamente en su miembro había hecho que se sintiera todavía más ancho, arrebatando más lloriqueos desesperados de tu boca.
-Ufff… - resopló exhausto antes de unir su torso al tuyo y descansar encima de ti.
-Yo te tenía unas ganas inmensas, chiquita- confesó él por fin- Te quiero, ¿sabías? - remató, haciéndote sonreír inmensamente.
-No me lo puedo creer- te reíste peinando su pelo húmedo con tus dedos- ¿qué hemos hecho?
Le apartaste el cabello de la cara con dulzura para poder verle bien.
-Yo también a ti. - soltaste, sintiéndote ligera después de decirlo.
Una extraña nueva confianza se estaba apoderando de ti, Enzo te hacía sentir como la mujer más maravillosa, y con él en tus brazos, lo viste todo mucho más claro.
Parte 1
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(me he basado en mis reblogueos e interacciones para hacer la tag-list, diganme si quieren que les agregue o los borre de la misma ;))
#enzo vogrincic#enzo vogrincic fanfic#enzo vogrincic smut#society of the snow#lsdln cast#enzo vogrincic x reader#la sociedad de la nieve#enzo x reader#enzo x female reader#enzo vogrincic fluff#enzo vogrincic imagine
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"A straight foward Halloween"
Tags: gay to straight, dumbification, fartkink, burpkink.
Marco y Jalil, vivían juntos en su lindo y ordenado departamento, cada Halloween solían impactar en las fiestas con elaborados disfraces, sin embargo habían decidido un disfraz de Halloween menos producido, pero divertido para este año: los dos novios se disfrazarian de hombres heterosexuales.
Era una idea estúpida, pero todos aman una buena sátira.
Jalil se había decidido por unas bermudas y una camisa de fútbol de la selección del país.
Por otro lado Marco estaba usando unos pants flojos y un sport blanco sin mangas que además había tintado de un marrón amarillento en la zona de las axilas para hacerlo parecer un Sport sudado.
Todo habia sido comprado en lugares de segunda mano.
- Nos quedó increíble, 'Bro' - bromeó Marco dándole una nalgada a su novio
Después de aquel golpe, el trasero de Jalil liberó un corto pero sonoro pedo PPTTTTTTTTTRRRFT. El joven se sonrojo de inmediato.
- Jaja alguien se está metiendo demasiado en personaje - bromeó su novio
- Sí... No se que paso, lo siento Bro, ¡digo!, amor - contestó, sintiéndose un poco confundido
- No te preocupes amor... - Marco le dio un beso a su novio, no sabiendo que aquel sería el último...
Pronto arrugó la nariz, un hedor rancio estaba invadiendo sus fosas nasales. Era el gas de Jalil.
No quería demostrarlo e incomodar a su novio, pero aquel gas apestaba demasiado, era bastante sorprendente, jamás había sentido a Jalil apestar así. Para no incomodar a su novio, pero dejar de sentir aquel hedor, Marco caminó hacia el baño.
Estando ahí, aspiró profundamente, pero otro olor igual de rancio invadió sus fosas nasales, comenzó a buscar la fuente para toparse que venía de las manchas de falso sudor de su camiseta.
Pero era imposible... Las había hecho con colorante, agua y esencia de vainilla...
Sin embargo entre más olía, más seguro estaba de que aquel olor venía de esas manchas. ¡No podía ir a la fiesta oliendo así!, Así que se quitó la playera y decidió que también iría con una camiseta de fútbol, como Jalil. Que suerte que habían obtenido 2 camisetas de fútbol en aquel extraño bazar... Un momento... Aún estando sin camiseta el hedor lo acompañaba, olisqueo nuevamente y se dió cuenta de que ahora el hedor venía directamente de sus axilas.
Olió directamente y un olor a atleta después de partido lo invadió.
Algo muy raro estaba pasando.
Mientras, en la sala, Jalil se rascaba constantemente la entrepierna, había algo en aquellas bermudas que le causaba una constante picazón. Y eso solo podía resolverse de una forma: Jalil metió una mano a su ropa interior y rascó fuertemente.
Cuando terminó de hacerlo por alguna razón sintió curiosidad de oler sus dedos... así que lo hizo, un olor a sudor guardado y húmedo invadió sus fosas nasales.
"Tal vez necesito un baño... Tal vez" pensó y rió.
Pronto desde el baño se escuchó un enorme:
- PRRRRRIFFRRRFRRRRPT
Marco estaba teniendo una incontrolable cantidad de gases.
Jalil rió, sintiéndose incluso algo humillado, eso por mucho lo había superado
- ¡Buena Bro! - gritó Jalil, está vez no cambiando el Bro por algo más cariñoso.
Pronto marco abrió la puerta saliendo del baño y el hedor invadió todo el departamento, pero esta vez ninguno de los dos arrugó la nariz. Ambos aspiraron aquel masculino olor que les recordaba tanto al olor del locker room después de entrenar, el olor del sofá cuando los 2 se juntaban a jugar videojuegos, el olor que ellos consideraban olor a hombría; todos nuevos recuerdos implantados por aquel mismo olor de las camisetas y sus propios pedos que estaba alterando todo en ellos:
Marcos y Jalil ya no eran aquella ordenada y culta pareja gay, ahora eran 2 sucios, descuidados y descerebrados mejores amigos, dos bros que vivían juntos ya que eran los únicos capaces de aguantar el hedor y desorden del otro.
Marco hizo una reverencia a modo de broma, aunque realmente sí estaba orgulloso, seguro que aquel pedo había sido audible hasta en la habitación del nerd que tenían de vecino. Se puso su camisa de fútbol, y ambos estaban listos.
Este año los dos amigos habían decidido usar sus uniformes de fútbol como disfraz para Halloween, no era un disfraz muy creativo, pero ellos tampoco lo eran y no era como que a sus amigos hetero de la fiesta a la que iban les importará.
- ¿Listo, bro?
- Como siempre
Marco nalgeo a su mejor amigo, a lo cual este contestó con un ruidoso pedo, pero esta vez no hubo besos ni vergüenza, solo risas como los buenos jugadores de fútbol heterosexuales que eran.
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Para terminar las ideas de camisetas, aquí la versión de Lucifer. 😎
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have i ever posted here the image i made with different axolotl morphs? lotls have a lot of interesting colors and variations altough a few of these have been created intentionally by breeding (firefly and gfp being the most notable ones)
hope more media shows other colors outside of the classic leucistic (yes its mislabeled in the image sorry)
in case you are interested all of these designs are in my redbubble shop in different items (altough for some reason redbubble wont show all in the shop so youll have to open the design and then check what products its in, no idea why it works like that), thanks
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HOLA, tu arte esta super mega bonito, se ve como uno de esos cuentos ilustrados que veía en la primaria!!
He venido a preguntar, que pinceles usas? ;0 Hace que se vea como si fuera crayón o algo! Tiene mucha textura (my beloved) entonces quería preguntar ;DD
Utilizó uno parecido también, aunque no tan texturizado (lamentablemente)!!
De todos modos, tu arte es muy bonito! Los colores y tus líneas y la forma en que coloreas me hace muy feliz! lo veo y digo hehehehjejejeje, jsjsjs
También, omg una camisa de las tortugitas? Super bonita, una muy buena idea e inversión! 🌟🌠✨
Holii qué taal 💛 Muchísimas gracias por tus comentarios, los aprecio un montón!!🥰 y efectivamente, los cuentos de la infancia siempre han sido una gran inspiración para mí! Su calidez y ternura son lo que más me encanta:) Sobre los pinceles, en general uso cualquiera con textura de tiza y pastel, pero el que principalmente uso es uno que vino en el Clip Studio, apenas lo encontré me enamoré de él! Si tienes el Clip lo ubicas como Carboncillo 2
Y sobre la camiseta, muchas gracias!! Espero en un futuro poder mostrar mi trabajo en ferias jeje 👀
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Te podría pedir un dark!Enzo x Barbie! reader que no sea smut? ✨
Cuando digo Barbie me refiero a una chica bien femenina y dulce
Fluff con Dark!Enzo ♡
"Los opuestos se atraen" siempre fue para Enzo -sin importar los estudios científicos que lo confirman- una frase carente de lógica. Las personas deberían tener valores, creencias, metas y gustos en común para que una relación funcione, ¿no? ¿Por qué compartirías tu tiempo con alguien que no ve la vida de la misma manera?
En este momento la idea le parece distante, propia de un sueño febril, mientras observa tu blusa blanca y el suave cárdigan rosa que cubre tus hombros; ambas prendas combinan con el... ¿Cómo era? ¿Rose Latte? Bueno, esa bebida que ordenaste y depositaron en la mesa en una taza tan rosa como su humeante contenido.
-¿Qué pasa?- pregunta cuando nota que no comenzás a beber. Su propia bebida, un Black Eye que es un reflejo de su ropa, también espera por él-. ¿No es lo que pediste?
-Es que no quiero arruinar el dibujo.
-Sacale una foto- propone, conteniendo la risa.
-¿No te molesta?
-Para nada.
Tomás un par de fotos, enfocando intencionalmente su parte de la mesa, antes de regresar tu teléfono a tu bolso y desdibujar con la cuchara el delicado latte art. Cuando levantás el tazón él te imita, disfrutando la costumbre de beber juntos el primer sorbo.
Nota que tu labial deja una huella en la taza y debajo de tu labio inferior, por lo que se estira para borrar la mancha de tu piel. Ese gesto revive el recuerdo del trend de TikTok en el que llenaste su rostro con la marca de tus besos. Estabas usando el mismo labial -tu favorito-, está seguro, y también utilizaste ese color cuando estampaste una de sus camisetas.
Le sonreís para luego tomar una servilleta y deshacerte del resto de producto en tus labios, limpiando la porcelana cuidadosamente mientras le comentás algún detalle de tu semana. Te escucha con atención pero tiene que esforzarse para no perderse en el tintineo de tu brazalete o los movimientos de tus manos, con los que otorgás énfasis a tu relato.
Luego de unos minutos nota tu mueca de molestia y alza ambas cejas. Ante esto respondés señalando sutilmente hacia el extremo opuesto del lugar en el que se encuentran: no es necesario voltear para saber de qué se trata, son típicas las miradas curiosas que juzgan y normalmente logran ignorarlas, pero no siempre es sencillo.
Siempre hay algún que otro curioso que se detiene para mirar, probablemente preguntándose por qué la chica con un peinado perfecto está sentada con alguien que difumina su delineado desastrosamente adrede. Tus pequeños pendientes son otro detalle que contrasta con sus múltiples y notorios anillos.
Toma tu mano y eso es suficiente para borrar la molestia de tu rostro. Recuerda la primera vez que te enojaste en su presencia, durante el estreno de Oppenheimer y Barbie (vieron ambas y para su sorpresa, Barbie fue genial), porque en ambas salas todos miraron más tiempo del debido.
-No entiendo- dijiste entonces y repetís ahora-. ¿Por qué tienen que mirar tanto?
-Porque mi novia es la más linda del mundo.
Soltás su mano bruscamente, fingiendo odiar sus demostraciones cursi, pero puede ver la forma en que mordés tu labio sutilmente para reprimir una sonrisa. Le encanta.
#letters to enzo#deep in thought#deep answers#enzo vogrincic#enzo vogrincic x reader#lsdln cast#lsdln x reader
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Pedri Gonzalez (FCBarcelona) ft. Pablo Gavi - Bakery
Requested: anon wattpad
Prompts: 6) "You never cease to amaze me."
13) "Can you just pick something so we can go?"
Warnings: nopety nope
Pedri sighed as Gavi sat playing music as usual I his car as the pair drove around the city on their way home from training. "Tengo tanta hambre, hombre." (I'm so hungry, man.) Gavi groaned. "Lo mismo aquí. Estoy listo para irme a casa y comerme todo el refrigerador." (Same here. Im ready to go home and eat my whole fridge.) Pedri chuckled. "O, tengo una idea mejor. Tome la siguiente a la izquierda." (Or, I have a better idea. Take the next left.) Pablo said. Pedri looked at his friend confused. "Pero estoy en el carril derecho?" (But I'm in the right lane?) Pedri stated, but it came out as more of a question. "Entonces? Si te detienen, soborna al policía con tu camiseta o algo así! Toma la siguiente a la izquierda!" (So? If you get pulled over, bribe the cop with your jersey or something! Take the next left!) Pedri groaned and switched lanes, before turning in left.
"Adónde vamos?" (Where are we going?) He asked. "Tengo un amiga que tiene una panadería en esta calle. Si puedes encontrar estacionamiento, podemos entrar y comprar algo de comida." (I have a friend who owns a bakery on this street. If you can find parking we can go in and get some food.) Pedri agreed and found a place. He parked and the pair hopped out, ready to go. "Tu estacionamiento es un poco mierda." (You're parking is a bit shit.) Gavi grinned. "Ni siquiera puedes encender un auto, cállate." (You can't can't start a car, shut up.) Pedri warned, locking his car and following his friend.
As they walked into the bakery, they were welcomed by the smell of "Ana!" Y/n shouted loudly. "Your boyfriend." Pedri's eyebrows knitted in confusion. "Nice to see you too, Y/n." Pablo said in English, making Pablo even more confused. "We both speak English to one another. She's not from here." Pablo explained. "Por qué me hablas en inglés?" (Why are you speaking English to me?) Gavi sighed and turned back around. "My friend, Y/n!" The girl that appeared to be Ana said, walking out of the kitchen. "Pablo, what's up." As Pablo and Ana melted into conversation, Pedri couldn't take his eyes off the girl on the phone. He assumed she was ordering in ingredients for baking or something but he still focused on her. "Does he have a little crush?" Pedri turned quickly to see both Pablo and Ana joking about his 'puppy eyes' he had been giving Y/n.
"What?" He asked. "Definitely." Pablo answered for him. "I don't know what you're talking about but I am ready to leave." Pedri replied half serious, half joking. "Do you two want something to take with you?" Ana offered. "I don't see why not." Pablo smiled and went over to the counter to pick. Pedri followed and looked around at all the luxurious looking baked goods. He chose his and watched as Pablo went between choices. "Puedes elegir uno para que podamos irnos?" (Can you just choose something so we can leave?) Pedri said. "Puede ser más fácil para usted elegir los que no quiere! Tal vez entonces podamos reducirlo." (It would be easier to say what you don't want. Maybe that would narrow it down.) The girl at the counter chuckled at the remark as Pedri hid a proud smile. "Eres un comediante, de repente. Me pregunto porque?" Pedri knotted his brows in confusion as Ana and Pablo laughed together. He shook his head, not understanding the joke.
After what felt like eternity, Pablo finally chose. He thanked the girl and turned, ready to leave. Pedri picked up a ten euro note from his pocket and went to hand it over to the girl. "Oh, no. Pablo never pays." She said. "That's not fair, the kid has more than enough money." The girl smiled and looked to the ground. "Yes, but Pablo never pays." She repeated. "I'm not him." Pedri smiled. "Well still, I don't want the money. We don't take from Gavi." Pedri paused and looked to the left of the til and spotted a small jar, decorated with the word "papina". She followed his eyes and shot him a stern stare. "No." A wild grin appeared on his face as he took the ten euro note and placed it in the tip jar. "No-" Her hand swung to his, holding the top of it in an attempt to not let the man put the money in the jar but it was too late. There, sat amongst the copper and gold coins sat a wrinkled ten euro. "What did you do that for?" Y/n asked, nearly enraged. "I wanted to pay, you wouldn't let me."
"For good reason!" She was almost yelling now. "Which was?" Her mouth opened and closed as she thought of an answer but couldn't. "I'll take money from the til-" She felt a hand on hers. "No. Just keep it." She looked back to see the footballer. A blush crept onto her cheeks as she swallowed hard. "At least let me give you a coffee or something." She offered. "Only if I get your name." Pedri replied. "Does that usually work?" She asked, unamused. "As often as people offer me free coffee." A smile reappeared on her face once more. "Y/n. My name is Y/n." Pedri stretched his hand out over the counter. "Pedri. Nice to meet you."
"Nice to meet you too. Now, coffee?" Pedri shook his head. "Maybe another day. I can pick you up from here whenever you want and we can go for coffee." Y/n blinked. "Did you just ask me out?"
"Would you go if I did?" He asked. "No, not really." She said quickly. "Well then I'm letting you pay me back." She held in a laugh. "You're smooth." She muttered. "Not usually. But I'll be back tomorrow for you to come with me for a coffee."
Pedri turned on the car and looked back between the seats to reverse, spotting his friend grinning at him. "Que?" He asked. "Nunca dejas de sorprenderme." (You never cease to amaze me.) Gavi looked forward and laughed. "Eres especial mi amigo." (You're special, my friend Pedri.) Pedri scoffed. "Oh si? Cómo soy especial?" He looked out for traffic. "Por lo general, nunca le da a la gente la hora del día, sin embargo, se sentó a hablar contigo. No mentiré, es lo más largo que la he oído hablar y lo más feliz que la he visto." (Usually, she doesn't give people the time of day, yet she sat and spoke to you. I won't lie, that's the longest I've heard her speak and the happiest I have ever seen her.) Pedri paused and found a softened smile creeping onto his face. "Deja de sonreir, te ves como si estuvieras enamorado." (Stop smiling, you look like you're in love.) Pedri looked back to Gavi. "Hijo de puta, lo eres!" (Son of a bitch, you are!)
"No." Pedri replied quickly and drove out. "Usted está! Usted está! Estás enamorado!" (You are! You are! You are in love!) Gavi chanted as he shook Pedri, further annoying the Spaniard beside him. "No, Pablo-"
"Me equivoco?!" (Am I wrong?)
"Un poquito, Sí!" (A little, yes!)
"Pero tengo un poco de razon no?" (But I am a little bit right, no?)
"Güey, callate!" (Mate, shut up!"
"Déjame conducir en paz!" (Just let me drive in peace!) Pedri shouted. Pablo was silent but he didn't lose his grin. "Creo que le gustas de vuelta." (I think she likes you back.) Pablo mumbled, breaking the silence. "De Verdad?" Pedri asked. "No, pero no seré la persona que te diga lo contrario." (No, but I won't be the person to tell you otherwise.) He laughed again. "puedes caminar a casa si quieres. o tal vez aprender a conducir realmente. tal vez entonces te encontrarías con una novia en lugar de reírte de mí por poder al menos intentar conseguir una." (you can walk home if you want. or maybe learn to actually drive. maybe then you'd find a girlfriend instead of laughing at me for being able to at least.) Pedri replied, his tongue nearly twisting with the speed of which he said it.
"Eso estaba demasiado lejos." (That was too far.) Pablo replied quietly. "Sí, pero cierto asi que no lo es." (Yes, but it's true so it wasn't.)
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VIDA
Este es el sexto partido en casa del Barcelona femenino al que voy con mi hija de 5 años. En los otros partidos no hemos tenido la oportunidad de que Lexa conociese o que le firmarán la camiseta alguna jugadora del Barça porque o las jugadoras no pasaban por donde estabamos o porque los aficionados que habian no nos dejaban pasar y pegaban empujones y demás.
Ahora acaba de terminar un partido de Liga contra la Real Sociedad donde el Barça ganó 3-0.
-Mami, venga vamos que se está acercando Mapi- Dice Lexa agarrándome la mano y tirando de mi para acercarse a la barandilla donde ya había un montón de gente
En un momento conseguí colar a mi hija pero yo no pude pasar con ella por lo que me quedé detrás.
-Mapi, Mapii- Llama mi hija cuando llega pero esta incómoda ya que la gente de al lado le están dando golpes. Le van a salir muchos moratones dentro de pocos minutos.
-Oye oye- Dice Mapi- ¿No veis que hay una niña aquí? ¿Podéis no empujarla?- Se acerca a mi hija sin prestarle más atención a la gente que empujaba y gritaba.
-Hola Mapi- Dice mi hija sonriendo mostrando el diente incisivo que le faltaba arriba.
-Hola pequeña, ¿cómo te llamas?- Dice mirándola.
-Lexa
-Vaya, es un nombre muy bonito pequeña. ¿Dónde está tu mami?
-Ahí- Se gira un poco y me señala. Al haberse calmado la gente pude acercarme hasta quedar detrás de ella por completo.
-Soy yo, me llamo t/n- Doy un pequeña sonrisa
-Encantada- Me estrecha la mano.
-Igualmente.
-Dime Lexa, ¿quieres una foto?- Pregunta Mapi
-Siiii porfa- Chilla contenta y sonrío sin poder evitarlo.
Es todo lo único que quiero, que sea feliz.
-Y que me firmes está camiseta del Barça- Añade- He venido a otros partidos pero la gente no me dejaba acercarme porque soy muy pequeña- Se encoge de hombros
Veo que Mapi cierra por un momento los ojos y se aclara la garganta antes de contestarle.
-¿Sabes que, pequeña? Tengo una idea mejor
-¿Cuál?- Dice emocionada.
-Hay que pedirle permiso a tu mami, pero... ¿qué te parece bajar al campo?- Le suelta y Lexa suelta un gritito girandose a verme con la boca abierta.
-Mamiiiiii porfiiii
-Esta bien- Levanto las manos
-¿Crees que puedes saltar esto?- Me pregunta y asiento. Le paso a Lexa a la cual carga sin dejarla en el suelo y luego salto yo.
Ellas toman la delantera hasta encontrarse a Alexia Putellas
Antes se gira para mirarme aún encima de Mapi con cara de pánico.
-Es Alexia, mami- Me gesticula con los labios para que nadie se entere y me río de ella.
-Mira Ale, hay alguien que quiere conocernos.
-Hola- Sonrie- Soy Alexia- Le tiende la mano y la pequeña se la estrecha gustosa
-Yo soy Lexa- Dice un poco tímida. Supongo que es el efecto Putellas ya que yo también estaba tímidamente escondida detrás del cuerpo de Mapi.
-Nombre de toda una campeona. ¿Cuantos años tienes?
-Cinco, casi seis ya
-Vayaaa, te estas haciendo mayor eeh, campeona.
-Mami piensa que no, que soy su bebé todavía- Se encoge de hombros.
-¿Quieres que te diga un secreto?- Asiente entusiasmada- Mi mamá todavía piensa eso de mi- Le susurra al oído haciendo reír a Lexa.
-Pero si tu ya estás grandeee- Le devuelve el susurro.
-Para las mamás nunca estamos grandes- En ese momento conectamos miradas por primera vez y me da una sonrisa tímida.
-¿Me firmas la camiseta, Alexia?- Pregunta mi hija tímida
-Claro que si, campeona- Se la firma y se hacen una foto hecha por mi. Mapi le dio a Lexa haciendo que Alexia la cargara y ambas sonrieran.
-Gracias Alexia- Le da un beso en la mejilla y ambas se quedan sorprendidas
-De nada, campeona. Mira ahí están Patri y Clau seguro que te gustan mucho- Mapi la vuelve a cargar y va para allá y yo dudo si ir o no
-Soy Alexia, encantada- Me tiende la mano como hizo con Lex y la estrecho
-Yo soy T/n, dudo mucho que la gente no sepa tu nombre- Bromeo un poco quitarme la timidez.
-Ya bueno, me gusta presentarme cuando conozco a alguien- Me sonrie- ¿Hace mucho que venis a los partidos?
-Pues este es el sexto al que venimos en Barcelona. Siempre vemos vuestro a partidos en el hospital pero llegó un momento en el que Lexa me dijo que quería venir y acepté pero sólo a los partidos del Johan.
-Oh vaya, me alegro mucho de que podáis venir y apoyarnos en casa-Hace una pausa y se me queda mirando- Se que puede ser entrometido y si quieres no me contestes... pero... ¿Qué tiene Lexa?- Pregunta suavemente.
-No te preocupes... Es normal tu curiosidad, raro que no me haya preguntado Mapi. Tiene leucemia desde que tiene 2 meses. Estamos haciendo tratamiento y sesiones de quimio y vivimos en el hospital prácticamente.
-Oh vaya, joder- Se queda sin palabras- Lexa es una niña muy fuerte, ambas sois muy fuertes.
-Bueno, no puedo desmoronarme cuando es lo único que ella tiene, no?- Digo sonriendo triste
-Oye, se que nos acabamos de conocer y que puede sonar muy cliché pero no estáis solas, ya no T/n. Me tenéis a mi y estoy segura de que también tenéis a todo el equipo al completo.
-Gracias de verdad, pero no tenéis que molestaros...
-No sois una molestia, ¿vale?- Dice muy segura y me pone una mano en el hombro apretandome con ternura.
-Vale- Me limpio dos lágrimas que se me han caído.
-Y el padre?- Pregunta suavemente.
-Él cuando se enteró de que estaba embarazada no quiso saber nada.
-Que capullo, él se lo pierde- Declara y me abraza de costado poniéndonos a caminar hacia donde esta mi hija rodeada de literalmente todo el equipo.
-¿Cuántos años tienes?- Me pregunta antes de llegar.
-22
-Vaya, la tuviste muy joven.
-Si, con 17- Contesto.
Después de eso llegamos al grupo y todos nos pusimos a hablar y a conocernos. Mi hija esta encantada con la atención que estaba recibiendo de parte de todas las jugadoras.
-T/n, está sangrando- Dice Alexia preocupada ya que ella era la que la tenía en brazos en ese momento.
Cuando la escucho dejo la conversación con Patri, Mapi, Ingrid y Claudia.
-A ver, cariño- Me acerco a ellas dos y hago presión con mis dedos en el tabique nasal haciendo presión. - Pon la cabeza hacia delante, mi amor.
En ese momento la charla amena y divertida que había en el campo desapareció y se convirtió en un silencio total. Todas pendientes de mi hija, mirando con preocupación y lastima la mayoría.
-Creo que es hora de volver, mi amor. Demasiadas emociones por hoy... - Le digo mirandola y ella intenta negar con la cabeza.
-No quiero irme mami, me lo estoy pasando bien aquí...
-Y yo también, mi amor, pero necesitas descansar. Además, estoy segura de que Carla te esta esperando para que le cuentes como ha ido el partido de las chicas- Intento convencerla pero sigue sin estar muy convencida.
-Además... Creo que mañana hay sitio para un personita muy especial en el entrenamiento de su equipo preferido- Intenta convencerla esta vez Alexia y todas la respaldan.- Claro, si mamá quiere.
-Siii porfiiii - Chilla la niña y quito mis dedos al ver que ya no sangra más.
-Mmmmmh, me parece bien... Si también hay sitio para mi, claro
-Creo que no eh, estamos al completo- Dice Claudia sonriendo
-Vaya pena- Me hago la triste.
-Siempre podemos echar a Ale para que entres tú- Me guiña un ojo Mapi
-Eso me parece perfecto
Veo como Alexia se indigna y sonrio.
-Vamos, cariño- Le ofrezco los brazos para que se venga conmigo pero veo como se agarra más fuerte del cuello de Alexia pero frotándose los ojos en señal de sueño.
-¿Cómo habéis venido?
-Andando
-¿Queréis que os lleve? Lex está cansada y no creo que camine mucho más.
Me la queda mirando por un momento. Lexa no va a andar más y yo no puedo cargar con ella hasta el hospital
-No quiero molestar. Seguro que estás cansada y quieres llegar pronto a casa...- Me mira mal
-¿Qué te he dicho antes? No sois ninguna molestia- Empieza a andar a lo que supongo que es la salida.
-Encantada de conoceros chicas- Digo porque me voy a tener que ir detrás de Alexia.
-¿No estas sola vale? Nos tienes a nosotras ahora- Dice Irene
-Y aunque te quieras despegar de nosotras no vas a poder- Dice Leila abrazándome de lado.
-Gracias chicas, de verdad- Digo emocionada y Mapi me abraza
-No es nada, hasta mañana
Me despido de todas y voy donde Alexia me espera con una Lexa dormida en su cuello.
Caminamos y nos montamos en su coche en silencio hasta que llegamos al hospital.
-¿Quieres que te ayude a llevarla a la habitación?
-Si quieres- Le doy una sonrisa de medio lado y Alexia carga a la niña hasta la habitación donde la deja suavemente en la cama.
-Ale- Susurra Lexa despertandose un poco.
-¿Qué pasa, campeona?
-Gracias por el día de hoy- Dice y se vuelve a quedar dormida.
-Gracias a ti, campeona- Le susurra y le da un beso en su pelada cabeza.
Salimos de la habitación para no despertar a Lex.
-Nos tengo palabras para agradecerte todo lo que habéis hecho, has hecho hoy por ella. Ella es una niña feliz a pesar de que sabe todo lo que le pasa pero nunca la he visto tan feliz como hoy.
-No tienes nada que agradecer. A partir de hoy será así ¿vale? No vas a tener por que preocuparte ni llorar sola nunca más. Estoy aquí contigo... Con vosotras y las chicas también- Dice y los ojos se me cristalizan.
-Puedo... Puedo darte un- No me deja terminar cuando me envuelve con sus fuertes brazos.
Me hace sentir protegida, apoyada y escuchada por primera vez en mucho tiempo.
Antes de separarnos me da un beso en la cabeza.
-Dame tu número- Se lo doy- Si necesitas algo llamame o si quieres hablar escríbeme...
-Vale, pasame luego la hora para ir al entreno.
-Vendré a buscaros- Dice
-¿Qué? No hace falta, podemos ir andando.
-Mañana estoy aquí, buenas noches, preciosa.
-Buenas noches, Alexia.
Nos despedimos y con una última mirada se va dejándome con el corazón a 1000 y con una pequeña estúpida sonrisa mirando por donde se ha ido hace minutos.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Pasaron los meses y la relación con las chicas era genial, las consideraba familia y Lexa también. Eran sus tias.
Sin embargo con Alexia era todo diferente. Alexia todos los días estaba ahí para nosotras, iba al hospital y se quedaba con nosotras para por la noche leerle un cuento para dormir a Lexa, jugaba con ella y con el resto de niños que había en planta. Lexa estaba super orgullosa de tener a Alexia como amiga y así se lo mostraba a los otros niños.
Cuidaba de mi. Me mandaba a casa para que pudiera descansar correctamente, para que me duchara o comiera bien mientras ella se hacía cargo de Lex, nos poniamos a hablar o a ver películas demasiado cerca como para 2 simples "amigas".
Ya nos habíamos besado unas cuantas veces y habíamos tenido "citas" a solas pero sin llamarlo así. Nos lo tomábamos con calma. Quería que se pensara muy bien si quería estar conmigo a pesar de tener una hija y encima enferma.
Alexia nunca se había hechado para atrás y tomaba roles que no le pertenecían pero que los hacía encantada y desde el corazón y eso me enamoraba mucho más.
-Mira mamii, Ale nos está saludando- Dice mi hija sacándome de mis pensamientos levantando la mano y saludando emocionada.
Yo también le saludo y nos da un sonrisa encantadora.
Estábamos sentadas en la grada familiar del Camp Nou esperando a que comenzara un Barça-Madrid tan esperado de la Champions.
El partido empezó y yo nunca he sido una loca aficionada al fútbol pero desde que tengo que verlo con mi hija puede que me haya aficionado un poco al Barça y lo estábamos viviendo como nunca.
El marcador de la ida iba 2-1 a favor del Barça un partido que jugaron en Madrid pero al que no fuimos por más que me insistió mi hija.
Las chicas iban con 1 gol de ventaja pero la intensidad y la rivalidad hacía que fuera difícil mantener esa diferencia. Habían faltas por doquier, empujones, palabras susurradas para encender al contrario... Y se notaba. Me asombrada la rivalidad que podían tener en un clásico pero luego en la selección todas eran amigas y se llevaban estupendamente.
El medio tiempo llegó y todas estaban enfadadas podía verlo pero la que más era Alexia, las madridistas iba a por ella sin darle pausa y sin dejarla en su salsa haciéndole constantes faltas sobre todo en el tobillo para que no pudiera ocasionar el gol o el pase al gol.
-Mami- Me llama mi hija
-Dime, cariño
-Le están haciendo daño a Ale- Dice con el ceño fruncido.- No me gusta eso
-Ya cariño, si no la dejan jugar tienen más posibilidades de que no les metan gol.
-Ale va a meter gol- Dice confiada
-Seguro que si. Esperemos que no le hagan mucho más daño- Le doy un beso en la cabeza.
El partido se reanuda y siguen comentiendole falta a la mayoría pero a la que más a Alexia. En una ocasión pitaron una falta a favor del Barça por una entrada fea que le hizo Olga a Alexia.
-Si tira Ale la mete, mami- Dice confiada Lex.
-Pero es un poco difícil- Digo al ver el ángulo y la barrera.
-Nada es difícil para ella, mami
Y mi hija y Alexia me callan la boca. Tiró la falta por encima de la barrera a la esquina haciendo que Misa no pueda tocarla.
-Goooooooooooool- Grita Lex y ambas nos levantamos a celebrar- Te lo dijeee mamiiiiii
Cuando las chicas la dejan en paz Alexia se gira hacia nosotras besándose la muñeca derecha donde tiene una pulsera. Es un método de celebración que nos dedicaba desde que Lexa le regaló una pulsera hecha por nosotras dos
-La ha besado, mami.
Aunque Alexia siempre lo hacía aún cuando no estábamos en el partido y se lo hacía a la cámara porque sabe que la estaríamos mirándola desde el hospital mi hija siempre se emocionaba y para que esconderme, a mi también me emocionaba.
El partido terminó al final 4-1 con un gol de Pina, Aitana y Patri y del Madrid hecho por Ester.
Antes de que me pudiera dar cuenta y frenarla Lexa se escabulló de los dos guardias que habían al lado y consiguió meterse al campo con estos dos corriendo detrás de ella.
Yo negué enfadada pero al ver cómo Alexia dejó lo que estaba haciendo cuando vio a Lex correr a ella y se agachó para cogerla y abrazarla se me quitó rápido. Era imposible enfadarme con esa imagen clavada en tus ojos y memoria.
Vi como los guardias estaban hablando con ella cuando se levantó con Lex en brazos y supongo que estaban disculpándose pero después de dos palabras más vinieron hacia donde estaba.
-La señorita Putellas nos a dicho que puede entrar al campo.
-Ahora iré- Asientieron y se marcharon a otro lugar.
Yo hora mismo no quiera interrumpir en la celebración que estaba teniendo todo el equipo junto a Lexa. Alexia estaba en ese momento sosteniendo un tambor de un aficionado mientras Lex estaba dándole con la baqueta siendo grabadas en todo momento por la de redes sociales del Barça. Después les pediré el video y las fotos.
Cuando Lex se cansó le pasaron el tambor a Aitana y mi hija vio otra cosa que quería. Una bandera que estaba Leila ondeando. Supongo que se lo dijo a Ale porque ambas fueron y Leila se la dio pero obviamente sola no podía hacerlo y Alexia la ayudó a hacerlo mientras los aficionados cantaban el himno culé.
Una vez se acercaban para ir al vestuario, baje. Felicitaba a todas las chicas que me encontraba hasta llegar a dos personas en específico.
-Enhorabuena Ale- Le digo y le doy un beso en la mejilla para después darle otro a Lex que estaba acurrucada en el cuello de la mayor.
-Gracias preciosa.
-¿Sabes, Ale? Mami dijo que no creía que ibas a meter el gol de falta.
-¿Ah si? - Dice indignada
-¿Qué? Lo veía muy difícil- Me excuso- Pero siempre me sorprendes.
Recibo una sonrisa a cambio y yo también le sonrio pero se me quita enseguida cuando veo que a Lex le sale sangre por la nariz.
Saco rápido un pañuelo y presiono.
-Voy a cambiarme rápido- Me da a la niña- Dos minutos y vuelvo- Promete y se va corriendo.
-Mami, me siento mal y estoy cansada.
-¿Porque no me lo has dicho antes? - La regaño levemente.
-Me lo estaba pasando bien y no queria que os preocuparais por mi.
-Siempre nos vamos a preocupar por ti- Dice Alexia apareciendo con las llaves del coche en la mano.- Andando, reinas.
-Me siento mal, mami- Me susurra y de inmediato miro preocupada a Alexia que también lo ha escuchado.
Lexa no diría eso si realmente no se sintiera mal, muy mal. Es muy callada con esas cosas
Una vez nos sentamos en el coche veo como Lexa empieza a desenfocar la mirada y después comienza a convulsionar.
-Alexia, date prisa por favor- Digo nerviosa intentando que mientras convulsiona no se haga daño.
Al llegar al hospital sigue igual y entro con la niña así en brazos de Alexia.
-Marta, Marta- Llamo a la enfermera que esta ahí de guardia y al verme junto con un médico se la llevan mientras nos sentamos en la sala de espera.
-Todo estará bien, cariño- Me dice Alexia abrazándome.
-¿Porque le tiene que pasar esto a ella?- Pregunto al aire con la voz temblorosa
-Porque en la vida hay dos tipos de personas. Las que luchan contra viento y marea contra los obstáculos que se le ponen en el camino y los que conforman y no hacen nada y vosotras, cariño, sois las personas más fuerte que he visto nunca. Vais a salir de está, vamos a salir de esta juntas cueste lo que cueste. - Me da un beso en la frente.
-Gracias por estar aqui- Le agradezco y me acurruco más contra su cuerpo
-Sois mi lugar, no pienso estar en ningún otro sitio que no sea con vosotras.
POV ALEXIA
Estuvimos varias horas en la misma posición esperando a que el doctor que siempre a llevado a Lexa apareciera con noticias. Cuando por fin apareció ambas nos levantamos rápido pero yo me quedé un paso detrás de T/n.
-¿Cómo está, Miguel?- Pregunta T/n
-Ahora está bien. Le hemos hecho una serie de pruebas y lamento decirte t/n que Lexa no a reaccionado a está quimioterapia lo suficiente.
En ese momento el corazón se me detiene y no me puedo imaginar como se está sintiendo ahora mismo T/n
La abrazo dandole apoyo y al ver que T/n no reacciona tomo el control.
-¿Qué se va a hacer ahora doctor?
-Pues veréis, al ver que la quimioterapia sola no basta podemos hacer un trasplante de células madres junto con quimio y con esto estoy un 90% seguro de que podremos curarla.
-¿De que trata ese trasplante?-Pregunto.
-Primero de todo tenemos que hacer unas pruebas para que el donante sea compatible, cuando nos aseguramos el donante se somete a una anestesia general o una epidural para que no sienta dolor alguno. Una vez hecho esto con una jeringuilla pinchamos en la cadera donde se encuentran las células madres y extraemos algunas.- Explicar el Doctor García.
-¿Lexa va a sentir dolor con el trasplante?
-No, para nada señorita Putellas. A ella solamente se lo pondremos en la vía para que le vaya a la sangre y que la sangre la transporte a su zona.
T/n parece que vuelve a reaccionar y iba a hablar pero me adelanto.
-Hazme esas pruebas para ver si soy compatible.
-¿Qué? No no Alexia- Se niega T/n
-¿Porqué?
-Alexia eres una jugadora de fútbol, no quiero perjudicar tu carrera ni nada de eso- Dice preocupada
-El doctor lo a hecho parecer una cosa bastante sencilla, ¿verdad, doctor?
-Si, es bastante sencillo en si. Solo te tendrías que quedar un día aquí y podrías seguir jugando obviamente.
-No tienes porque hacer esto
-Ya se que no tengo porque hacerlo- Le agarro can las manos la cara para mirarnos- Quiero hacerlo, deseo hacerlo cariño.
Nos quedamos unos instantes simplemente mirándonos hasta que me besa suavemente.
-De acuerdo-Acepta y mira al doctor.
Me voy a hacer los estudios con el doctor y me dice que si soy compatible con Lexa. Estoy por abrir la puerta de la habitación pero una conversación dentro me detiene.
-¿Que pasa, cariño? Estas muy callada mirándome fijamente-Dice T/n
-¿Ale puede ser mi mami?- Suelta después de estar unos minutos más callada
-¿Qué?
-Digo mi otra mami. Los otros niños tienen un papi y una mami y otros que tienen dos papis o dos mamis. Yo quiero que Ale sea mi otra mami.
En ese momento mi corazón bombea de una manera que ni corriendo 4 horas lo hace.
-¿Porqué quieres eso, cariño?- Pregunta y noto que tiene la voz un poco rota.
-Porque Ale siempre se a preocupado por mi, me quiere, me hace reír, juega conmigo y tu eres feliz cuando estas con ella.
Me limpio una lágrima que no sabía que se me había caído.
-Soy feliz contigo, mi amor- Asegura t/n
-Ya lo sé, mami, pero eres mucho más feliz cuando ella está con nosotras y yo quiero que seas feliz
-Mi amor...
Me encantaría formar una familia con ellas y que Lexa diga esas cosas hace que mi corazón se derrita de ternura y amor por ellas.
Antes de entrar a la habitación me aclaro la garganta y toco a la puerta para que parezca que acabo de llegar.
Al entrar me encuentro con madre d hija abrazándose fuerte.
-¿Hay sitio para una más?- Pregunto con un puchero
Ambas abren un brazo para que me una y así lo hago encantada.
-¿Mami, me puedes traer un zumo?- Dice Lex después de estar un rato abrazándonos.
-¿Con un sandwich?
-Siii, de nutella porfa- Hace un puchero y yo hago otro.
-Yo también quierooo porfaa- T/n sale con una sonrisa de la habitación.
Cuando se Lexa se me queda mirando y se que me quiere decir algo
-¿Qué quieres, campeona?
-¿Puedes prometerme una cosa?
-¿El que?
-Se que el bicho que tengo dentro no funciona con la medicación y mami me a dicho que tu vas a ayudarme a matar al bicho.
Hace una pausa y yo le aliento a continuar.
-Pero si no sale bien quiero que me prometas que no dejaras sola a mami. Tu y las tias la hacéis muy feliz, se rie y sonrie mucho y yo no recuerdo que antes lo hiciera. Asi que quiero que siga así aunque yo no esté.
Frunzo el ceño y niego con la cabeza.
-Eso no pasará, campeona. Tú no te vas a ir a ninguna parte y haremos a mami siempre feliz, convenceremos a mami cuando el bicho se muera de apuntarte a fútbol, molestaremos a mi haciéndole cosquillas, estudiaras lo que quieras y cuando te vayas de casa para hacer tu vida lloraremos mucho- Le aseguro.
-No me iré de casa, Ale. No quiero que lloreis- Dice
-Eso dices ahora, campeona, cuando seas mayor no dirás lo mismo- Suelto una risita y me tumbo con ella en la cama.
-Ya soy grande- Dice segura apoyándose en mi pecho.
-Tienes razón, pero tienes que ser muuuucho más grande- Le contesto y se queda tranquila con la respuesta.
La vuelva de Alexia ha hecho que vuelva la inspiración y había terminado esta historia de una manera pero al final he decidido dejarla así porque si os gusta subiré una continuación
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