#humedecida
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deepinsideyourbeing · 10 months ago
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Rum on a Fire - Enzo Vogrincic
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+18! Dom!Enzo, biting, choking, creampie, dacrifilia, daddy kink, dirty talk, face sitting, fingering, sexo oral, sexo sin protección, size kink/size difference, spanking (sólo una vez), edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
El aroma del café persiste en la habitación, pero Enzo sólo percibe la fragancia de tu perfume y la sensación de tus dedos en su cabello. No tiene idea de cuánto tiempo lleva recostado en tu regazo, sólo sabe que está agotado y disfruta demasiado de tus caricias como para abandonar su lugar.
-¿De dónde sacaste las flores?
-De una maceta- contestás, como si no fuera más que obvio.
Emite un sonido de desaprobación y recordás la charla sobre no cortar flores ajenas, pero no dice nada más. Cuando cierra los ojos te deleitás con la imagen de sus pestañas oscuras y largas rozando su piel, la curva de su nariz y sus labios, que probablemente conservan el sabor del café y de su alfajor favorito.
Tus dedos comienzan a descender, delinean el puente de su nariz y la definida línea de su mandíbula para luego capturar su mentón con tu mano y acariciar su labio inferior con tu pulgar. Hace amague de morderte y el sonido que acompaña el gesto es enternecedor, pero sus movimientos letárgicos te permiten reaccionar a tiempo y escapar del juego que tanto adora.
Planta un beso en tu muslo, su mejilla reposando sobre este, y sentís la forma en que su mano acaricia tu piel con un toque casi imperceptible. Las yemas de sus dedos te provocan escalofríos y Enzo disfruta sentir que te estremecés, incluso si su intención sólo era mimarte para retribuir un poco de la atención que le brindás.
-Te extrañé- otro beso-. Mucho.
-Yo también te extrañé mucho.
Te dirige una mirada un tanto ambigua, en sus ojos una mezcla de timidez y algo más... Es algo oscuro, para nada inocente y con implicaciones que conocés a la perfección. Sus dedos se acercan más y más al interior sensible de tu muslo mientras deposita besos húmedos sobre tu pierna, sus dientes te rozan como una sutil amenaza y sus párpados se cierran por cuenta propia cuando comienza a sentirse embriagado de tu ser.
-¿Mucho…?- arquea una ceja. Contestás con un suspiro y sonríe contra tu piel.
Cada vez más desesperado, Enzo deja que sus dulces mimos se conviertan en un enérgico masaje y te provoca frotando tu ropa interior de manera superficial. Siente tu respiración acelerándose y la creciente inquietud que te generan sus acciones le fascina, pero no tanto como los gemidos que escapan de tu boca una vez que captura tu piel entre sus dientes y muerde con fuerza suficiente para dejar una huella.
Vuelve a besarte con suavidad, como si eso aliviara de alguna forma el incendio que provocó, y esta vez sus dedos presionan contra la tela ya humedecida que cubre tu intimidad. Suspira y alza la vista para encontrarse con que estás mordiéndote el labio y tus ojos están cerrados en un vano intento de contenerte, el control sobre tu cuerpo desvaneciéndose cada vez que su respiración cálida te golpea.
Enzo adora verte en tal estado, pero adora más saber que él es el único responsable.
Se reincorpora y te deja sobre su regazo sin esfuerzo alguno, la sorpresa robándote un pequeño grito y una risa. Sus manos encuentran su lugar debajo de la camiseta que tenés puesta para masajear tu cadera, tu cintura y tus costillas, donde dejan una sensación de cosquilleo. Te retorcés por el nerviosismo, al igual que cada vez que Enzo decide hacerte cosquillas, pero el movimiento sólo hace que tu centro entre en contacto con el bulto que deja ver su ropa interior.
 Suspira y sus dedos se cierran sobre tu muñeca.
-Mirá cómo me ponés- coloca tu mano sobre su miembro cubierto, haciéndote gemir-. ¿Te gusta…?
-Mucho- confesás, tus dedos tirando de la cintura elástica de la prenda con anhelo.
-Mostrame entonces.
No perdés tiempo y liberás su miembro ardiente, tus dedos rozándolo con delicadeza antes de cerrarse sobre su extensión y comenzar a masturbarlo; Enzo inspira profundamente y cuando echa la cabeza hacia atrás un sonido gutural llega a tus oídos, acompañado por la imagen de una gota de líquido preseminal brillando en su punta y sus uñas casi enterrándose en tu cadera.
Continuás con los mismos movimientos, acariciás la punta con tu pulgar y te deleitás con las expresiones que se apoderan de su rostro y los sonidos involuntarios que emite ante tus caricias. Sentís sus manos sobre todo tu cuerpo, ansioso por más, por lo que decidís recostarte entre sus piernas y besar sus muslos y su cadera mientras trabajás para llevarlo hacia el borde del orgasmo.
Tu lengua recorre su miembro desde la base hasta su punta goteante y roja, tus labios cerrándose sobre esta mientras mantenés contacto visual con Enzo para poder ver la forma en que su rostro se transforma. Se muerde el labio y frunce el ceño, casi como si estuviera enojado, pero sus pupilas dilatadas y el brillo en sus ojos hacen que sus emociones sean más que evidentes para vos.
Una vez que comenzás a moverte, sus caderas reaccionan de manera automática y Enzo toma el control inconscientemente. Tus ojos se llenan de lágrimas debido a los reiterados golpes en el interior de tu boca y sus dedos tirando de tu cabello, uno que otro gemido dejándolo al ver la dificultad con que tomás sólo la mitad de su miembro en tu boca y cuán pequeña te ves entre sus piernas. Sólo cuando sus músculos se tensan decide liberarte, el hilo de saliva manchando tu mentón haciendo que se replantee su decisión.
Se deshace de su ropa y palmea su pecho tonificado con la clara intención de hacerte saber lo que quiere, pero te negás a causa de la vergüenza. Acorta la distancia entre ambos, una expresión preocupada en su rostro, y limpia con sus dedos el rastro de una lágrima.
-¿No querés...?                                                              
-Sí, quiero, pero…- tu voz se desvanece, pero Enzo ya sabe lo que ibas a decir.
Es consciente de lo mucho que te avergüenza tal posición, pero sabe que se debe más a la vulnerabilidad en la que te pondría dicha situación y no a la forma en que puedas verte ante sus ojos... También sabe que te encanta estar completamente a su merced, sometida a sus deseos y cediendo el control hasta ser un mar de lágrimas y súplicas.
-¿Color?- sus nudillos acarician tu mandíbula.
-Verde.
Te dedica una sonrisa antes de quitarte la ropa interior y moverte con facilidad para posicionarte sobre su rostro, sus manos acariciando tu cadera y sus labios depositando pequeños besos que alternan con mordidas inofensivas en tus piernas. Tomás aire y dejás caer un poco de tu peso, la calidez de su boca envolviéndote de inmediato y haciéndote gemir.
Estás completamente mojada y Enzo adora sentir tu esencia manchando sus labios y su lengua, que acaricia tus pliegues de manera experta hasta hacerte lloriquear. Disfruta la forma en que tus muslos suaves lo arropan y siente que podría morir al ver que tus dedos se cierran sobre tus pezones, notorios debido al color y la tela de tu camiseta. Sus labios se cierran sobre tu clítoris y succiona con fuerza, ganándose un grito ahogado de tu parte y confirmando que adoraría morir de esta forma.
Sus manos encuentran tu cadera y te fuerza a dejar caer todo tu peso sobre él, sus dientes rozando peligrosamente tu centro mientras continúa asaltándote con su lengua. Tus gemidos aumentan en volúmen, cada vez más constantes, y un hilo de palabras sin sentido surge de tus labios; logra distinguir su nombre y varias súplicas, pero el resto es un confuso producto de lo que el placer provoca en tu mente.
Te lleva al orgasmo sólo con su lengua y los sonidos obscenos que esta produce en contacto con tus pliegues y la humedad provocada por tu excitación. Recobrás un poco de fuerzas y te separás de su boca -un tanto sobre estimulada por sus labios que continúan besándote en todos los lugares posibles-, el brillo de tu liberación adornando su piel y una mueca de satisfacción u orgullo apoderándose de su rostro.
-Me encantás- da un beso a tu muslo-. ¿Puedo seguir...?
Te ayuda a recostarte y te sentís en trance al ver cómo pasa una mano por su cabello despeinado, tus ojos vidriosos siguiendo cada uno de sus movimientos hasta que se posiciona a tu lado y captura tus labios. El beso se torna intenso y su mano cerrándose sobre tu cuello no ayuda a calmar la sensación ardiente entre tus piernas, que sólo empeora cuando su lengua se cola en tu boca y sus dedos comienzan a ejercer presión.
No estás segura de qué provoca el leve aturdimiento que nubla tu mente, si es la restricción de oxígeno o la fuerza con la que Enzo te está besando, pero sus acciones se detienen antes de que pienses en advertirle. No tenés mucho tiempo para recuperarte antes de sentir sus dedos haciendo un glissando en dirección a tu centro, sus yemas deslizándose por tus pliegues y rodeando tu entrada, deleitándose al sentir que estás goteando.
Tu interior no opone resistencia alguna cuando introduce uno de sus dedos, la lentitud y profundidad de sus movimientos haciendo que tu respiración se entrecorte en un segundo. Cometés el error de mirar justo cuando su pulgar encuentra tu clítoris y comienza a masajearlo con círculos, el placer arrancando de tu garganta un gemido que borda lo pornográfico… Pero para Enzo no es suficiente, así que introduce otro dedo y acelera el ritmo.
El placer te desborda y los sonidos húmedos que llegan a tus oídos son tan indecentes como tus gemidos, que sólo actúan como fuel para las acciones de Enzo. Le encanta llevarte al borde, dejar que te pierdas por completo en las sensaciones mientras él se encarga del placer de ambos, saber que tu mente es una especie de boceto que él desdibuja hasta dejar en blanco.
-Papi…
Tu voz es poco más que un susurro, pero es suficiente para que te escuche. Sus dedos siguen asaltando tu interior mientras besa tu mejilla y repite palabras de aliento en tu oído, haciendo un esfuerzo inhumano por no frotar su miembro contra tu pierna cuando ve en tus ojos el reflejo de la desesperación y necesidad que sentís. Se lamenta cuando ve tus párpados caer, indicio de tu orgasmo desatándose, pero la imagen de tus pestañas brillantes por las lágrimas y tus dientes torturando tu labio le resulta celestial.
La tensión en tus músculos se disipa y tu cuerpo frágil reposa contra el suyo. Rodea tu cintura con su brazo y te atrae hacia su cuerpo aún más; tu espalda contra su pecho te permite sentir su respiración todavía acelerada y el calor que irradia su piel, pero este no se compara con el calor de su miembro aprisionado contra tu muslo, donde deja un rastro húmedo.
El particular sonido del lubricante llama tu atención y te preguntás en qué momento y de dónde lo sacó, pero sus dedos con producto frío en tu entrada hacen que te sobresaltes y te distraigas. Se disculpa y su voz ronca provoca un cosquilleo entre tus piernas, besa tu hombro mientras su punta acaricia tus pliegues y tu entrada antes de comenzar a introducirse en tu calidez.
-Papi- llorás, sensible ante el inevitable ardor de la penetración inicial.
-Ya sé, bebé, ya sé- dice en un intento de calmarte, regalándote un beso-. Estás muy apretada.
Sus movimientos son lentos y muerde tu hombro una vez que se adentra por completo, conteniendo sus deseos de forzarte a tomar sin protestar todo lo que él te ofrezca. Te da unos segundos para acostumbrarte a la intrusión, su mano acariciando tu cadera y luego dirigiéndose hacia tu clítoris, el contacto provocando que te contraigas alrededor de su miembro.
Comienza a acelerar su ritmo y no hay forma de que reprimas tus gemidos, tu cuerpo reaccionando por cuenta propia cuando sentís cada vena y surco de su miembro rozando tu interior mientras su punta abusa de tu cérvix reiteradamente. Su ataque sobre tu clítoris no se detiene, su lengua se desliza sobre la piel sensible de tu cuello y posteriormente sus dientes apresan el lóbulo de tu oreja. Llegás al clímax ahogando un grito en la almohada.
Te arrastra hacia el borde de la cama y te deja sobre tus rodillas, las sábanas revueltas en tu rostro amortiguando tus jadeos cuando su palma impacta contra tu piel al volver a penetrarte. El sonido de su piel colisionando con la tuya inunda la habitación y las palabras que te dirige se pierden en algún punto en el aire antes de llegar a tus oídos, que parecen estar cubiertos con algodón.
Sus estocadas son profundas y frenéticas, pero cuando siente su orgasmo aproximándose se detiene. Retira su miembro hasta dejar sólo la punta dentro y acaricia con su pulgar el borde de tu entrada, embelesado por la forma en que la fricción enrojece tu piel. Escucha tus súplicas por más, lo llamás papi una y otra vez en un intento de convencerlo por continuar, pero no cede.
-Estás desesperada, ¿no?- pregunta. Ya sea que negás o asentís, se inclina sobre tu cuerpo para poder tirar de tu cabello y continúa:- ¿Querés más, princesa?
Te aleja del colchón y encuentra una respuesta en el hilo de saliva que cae de tus labios, acompañado por las lágrimas que recorren tus mejillas antes de humedecer las sábanas. Abandona tu interior y te oye protestar, pero te calmás cuando te deja sobre tu espalda y posiciona su cuerpo sobre el tuyo.
Te obliga a ver la forma en que su miembro acaricia tus pliegues, enrojecidos y más que húmedos, pero apartás la vista para ver su rostro cuando vuelve a hundirse en tu interior: sus ojos están cerrados y sus labios entreabiertos dejan salir un sonido casi animal, su cabello despeinado enmarcando sus rasgos a la perfección.
Lleva tus piernas a sus hombros y utiliza un brazo para aprisionar tus muslos contra su abdomen, su otra mano ubicándose en tu abdomen bajo y ejerciendo presión para sentir cómo tu interior se amolda a él, la forma en que tu cuerpo lo recibe cada vez. La sensación es abrumadora y tus manos se mueven en todos los sentidos buscando aferrarse a algo -lo que sea- para poder sobrellevar el placer que te invade, pero sólo encontrás las margaritas desperdigadas en el espacio entre la almohada de Enzo y la tuya.
-Papi, por favor, ¿puedo…?
Asiente mientras besa tu tobillo, sus ojos abriéndose de inmediato para poder presenciar el espectáculo que le ofrecés cada vez que acabás. Masajeás tus pechos y pellizcás tus pezones, justo como él suele hacerlo, y cuando el orgasmo te golpea repetís su nombre entre balbuceos. El movimiento de sus caderas no cesa ni por un segundo y tu rostro se contrae en una mueca de algo similar al dolor, pero que Enzo reconoce como la prolongación tortuosa de tu orgasmo.
Estás a punto de rogarle, pero sus jadeos te interrumpen y la repentina brutalidad en sus embestidas hace imposible formular palabra alguna. Su cabello brilla bajo la luz y cubre parte de su rostro cuando sus dientes se cierran sobre tu pierna. Sentís el palpitar de su miembro en tu interior y recuperás la voz.
-Adentro, por favor.
-¿Sí? ¿Querés que te llene la conchita…?- cerrás los ojos, casi avergonzada por lo mucho que disfrutás oírlo expresarse de esa forma-. Dios…
Sentís el calor de su liberación salpicando tu interior y suspirás satisfecha, tus brazos separándose instintivamente para abrazarlo cuando se desmorona sobre tu cuerpo y su rostro busca refugio en el espacio de tu clavícula. Masajeás su espalda mientras su respiración vuelve a la normalidad y estás casi segura de que percibís los latidos de su corazón.
-Extrañaba tanto esto- comenta, alejándose para mirarte a los ojos-. No te das una idea.
-Yo también lo extrañaba- sonreís-. Pero…, ¿no tenías sueño vos?
Suelta una carcajada pero no responde, en su lugar se estira para tomar una margarita y colocarla sobre tu oreja. Besa tus ojos, tu nariz, y por último envuelve tus labios en un apasionado beso que te deja sin aire.
-Gracias por el café- apoya su frente sobre la tuya-. Me ayudó bastante.
Sabés que no se refiere al café.
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mefistofeles3 · 5 months ago
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La música sonaba suave, y una lágrima se llenaba poco a poco en mis ojos, se sentía demasiado pesada para poder sostenerse en mis pestañas.
De repente comenzó a caer, cargando consigo el peso del mundo todo, rodaba lenta, cálida por mi mejilla, hiriendome a su paso, arañando mi alma, como si los escombros de un mundo destrozado se arrastrasen con a ella.
Poco después le siguió otra, marcando un camino irregular en mi otra mejilla, como si no estuviera segura del camino que debiera seguir.
La música sonaba, sus tambores retumbaban en mi corazón y mis mejillas estaban humedecidas; el café ya frio y la luz de la vela se extinguia lentamente, llevándose con ella su calor, su luz y mi dolor...
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kaos-literario · 11 months ago
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Tan mágica
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El bastidor quedó abandonado, la maleza a comenzado a entrar en la casa y es que la última vez que estuvimos aquí; alguno de nosotros dejó la ventana abierta. La encuadernadora está humedecida y manchada, han pasados millones de tormentas y las hojas que teníamos en el estante también han sufrido nuestra separación. Lo único que se mantiene en posición es tu colección de tazas, polvorientas e intactas como si el tiempo no pudiera pasar por ellas y lo entiendo; era tan grande tu amor por la porcelana que dejaste magia en ellas. Eras mágica. Al igual que los libros que fabricabas, tus manos tan humanas y tu corazón tan incapaz de ser traspasado. Todavía no lo entiendo Serafín, eras la personificación de un ser celestial y poderoso, no podía entenderte porque los lunes te escapabas y los viernes no te encontraba, o los miércoles que simplemente no eras nada. Y a mi me decías ángel. Trataste de ponerme a tu lado, me trajiste un sillón a tu taller y me enseñaste a coser las hojas, yo tan hombre, tan humano. Me sentaba a leerte lo que me pedías, mientras trabajabas y mientras te admiraba en mis silencios como tarareabas melodías. Solo esperaba que me mirases un segundo y con eso yo estaba satisfecho, pero eran migajas las que me dabas. Aún así no me importaba, se complementaba todo cuanto por fin podías verme y entrelazar nuestras manos, me hacías el amor encima del sillón y dejabas tu vida para otro momento. Ahí solo tenias ojos a mi. Vos tan mágica y yo tan humano. No pude entenderte y quisiera poder golpearme por eso, revivir cada momento en los que coincidimos y besarte mucho más. Decirle a mi madre, convencerla, de que si me amabas con todo tu corazón ese que a veces me negabas pero que cada tanto se calentaba. Es que no puedo entender como fue que todo comenzó a llenarse de maleza, no se si fue cuando te miraba pintar o cuando te admiraba bailar. Vos tan mágica y yo tan humano. Fue tan poco el tiempo y es tan largo el olvido.
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imaven · 7 months ago
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aún tenía su cabellera humedecida después del turno en aqua mouse, sobre sus hombros colgaba ropa seca y podía sentir una especie de cansancio bajo su piel, pero lo ignoró por completo cuando escuchó la pregunta femenina. desvió su mirada hacia la chica que pasaba con el accesorio, ¿le gustaría a emma? posiblemente. ‘ va — pero después vamos por los helados ’ le recordó la verdadera razón de la visita a la zona comercial, y la apuntó con su dedo índice, en una advertencia que se rompió tan pronto sonrió. ‘ ya sé que eres embustera, puedo oler tus artimañas desde aquí ’ entrecerró sus orbes y comenzó a caminar en dirección a la tienda que suponía podría serles de ayuda. 
# ZONA COMERCIAL 𓂃 @dawsri ha dicho ‘ ¿esas son orejas de minnie? ¿vamos por unas? ’
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ghqstfqce · 1 year ago
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Holis! Antes que nada, no sabes la emoción que me da encontrar a alguien que escriba a Billy Lenz en español!! 💚 Quería hacerte un request de un blurb con Billy Lenz acosando a t/n (con pronombres femeninos) mientras está en su trabajo como recepcionista tomando llamadas; preguntándole dónde está y por qué se fue, que la está esperando en casa para hacerle obscenidades.
Muchísimas gracias!!!💚
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♰ Billy Lenz x Fem ! Reader.
♰ Alguna clase de sex phone, pero es solo Billy siendo un culo cachondo. No hay obscenidad real, pero si hay mucha mención de ella explícitamente. MINORS DNI.
♰ 610
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Es temprano en la mañana, habías llegado minutos antes de lo esperado a tu trabajo, sabiendo que si te quedabas tu tiempo extra en casa, Billy no te dejaría ir por nada del mundo.
Había pasado antes, como terminabas de arreglarte mucho antes de lo esperado y queriendo pasar tiempo con tu adorable novio, irías a buscarlo en su habitación semi compartida para esperar tu hora de partida.
Al principio estuvo bien, hasta que Billy empezó a volverse descarado y retenerte, te abrazaría con fuerza contra su cuerpo o se levantaría temprano para esconderte las llaves y no te darías cuenta hasta que tuvieras que irte.
Cada una de esas ocasiones acabaron contigo llegando tarde o faltando a tu trabajo, así que un poco triste al pensar en cómo se sentiría Billy, empezaste a salir mucho antes de casa o mantener tus llaves a la vista para salir solo terminaras.
Así que, aunque no fue de extrañar que al momento de que acabarás de acomodar todo en tu escritorio y apesar de lo temprano del día, que recibieras una primer llamada. Sin dudarlo y con una pequeña sonrisa burlona levantaste el teléfono, no tardando en escuchar a quien te llamaba.
— Billy no te ve, donde estas? ¿Estas escondida?
— No, Billy, estoy en el trabajo, lo sabes.– No querías burlarte de él, pero aun así soltaste una pequeña risa al escucharlo balbucear sobre donde te encontrabas. — Billy, cariño, tengo que colgar, te amo.
Sin esperar una respuesta suya, dejaste el teléfono en su lugar y por unos cortos minutos esperaste a que volviera a llamar, pero cuando sonó la segunda llamada en el día y escuchaste como preguntaban por la disponibilidad de tu jefe, pensaste que sería todo por hoy.
Que equivocada estabas. Era medio día y sin otra llamada por parte de Billy, no dudaste en tomar el teléfono cuando volvió a sonar y responder en toda tu posición de secretaria.
— No, no, no, no, Billy no quiere a ese horrible doctor, Billy quiere a (T/N), su cerdito.
Esta vez no dudaste en reír alegremente ante el hombre al otro lado de la línea, encantada por su distraído trasero.
— ¡Cerdito! ¿Por qué te fuiste? ¿Billy fue malo? ¡Billy promete no volver a tirar tus libros!
Tu corazón dolía al escucharlo algo angustiado por tu partida y encantado por sus promesas de buen comportamiento, aunque sabías que no durarían, pero trataste de mantenerte fuerte. Alguien debía mantener esa casa en pie y estabas segura de que no sería Billy.
— No, no fuiste malo, cariño, pero debo trabajar, recuerdas?
Silencio, sabías que Billy estaba pensando, llegando a un acuerdo de lo que era y porqué debías trabajar, así que despidiéndote amorosamente de él no dudaste en colgar nuevamente.
Esta vez tuviste que esperar menos para saber de Billy, después de esa segunda llamada le siguieron muchas más de un Billy extasiado diciendo todo lo que deseaba hacerte solo te tuviera a al alcance de sus manos.
— Voy a comer y follar ese asqueroso coño.
— Billy te hará tragar su polla coma la asquerosa perra que eres.
— Puta sucia, eres la puta sucia de Billy y Billy te llenara con su semen.
— ¡Deja que Billy te joda el culo cuando llegues!
— Voy a llenar ese agujero ¡Billy quiere llenar tu coño de semen!
Quizás no debiste encontrarte encantada por cada y una de las palabras más que groseras y sucias por parte de Billy, pero aun así podías sentir como tu ropa interior se humedecida cada vez más con tu exitación o la necesidad de llevar tus manos a tu coño y darte algo de consuelo hasta que llegaras a casa.
Estabas prohibiendole a Billy el teléfono, no podías trabajar mientras pensabas solamente en ser follada por él.
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navegandoportumente-blog · 1 year ago
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Telas humedecidas por el deseo carnal que se acumula en tu piel...
Pensamientos lascivos que incrementan la exhalación por tu boca de vapores cargados de lujuria...
Un ambiente impregnado de intenciones, carente de tabúes,
lleno de deseo flotando en el aire...
El rojo carmesí decora tus formas,
los pliegues textiles caen sutilmente sobre tu anatomía insinuando superficies y volúmenes.
Te ves tan bella así...
Irradias sensualidad a pesar de estar cubierta por un delgado manto que oculta tu desnudez,
tus femeninos atributos destacan entre transparencias y opacidades rojizas...
Seda que envuelve tu cuerpo,
que cubre tus senos pero que muestra tus pezones teñidos de un rojo pasión hipnotizando mis sentidos y alimentando mi excitación...
Acércate aún más,
levantaré el telón para que seas protagonista de mis perversas intenciones,
siendo yo el único espectador que se deleite con semejante espectáculo...
©Navegandoportumente
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trevanian-rt · 2 months ago
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Después de largo día de trabajo, ya estás tan cansada que sólo puedes ponerte a cuatro sobre el sofá y sin quitarte la ropa, dejarte en mi poder para que levante tu falda, te ponga las bragas a un lado y deje mi polla dura con la punta en tu entrada, humedecida, rozando tus labios, esperando que te deslices hacia atrás y empieces a metértela poco a poco dentro. Tus gemidos cada vez más intensos, porque la sientes tan gorda que te llena al completo, haciéndote sentir cada centímetro de carne caliente dentro de tu vagina, hinchándote, dándote un placer insoportable. Y entonces sentir mi pulgar haciendo círculos en tu culo, acariciando ese círculo duro y tan sensible. No lo puedes evitar. Lo estás deseando. Quieres hacerlo, pero te sentirías tan zorra que te quedas callada. O no. Méteme el dedo dentro. Y es muy gordo. Y entrecorta tu respiración. Soy un bestia y casi te lo meto hasta donde empieza de la mano. Pero sé que eres muy puta y te gusta así de fuerte todo. Y no dejas de moverte hacia atrás. Como una perra, te estás cogiendo mi polla hasta el final. 20 gordos centímetros. Y no dejo de animarte. ¿Te está gustando, cariño? Lo mereces todo. Ha sido un día duro y alguien te lo tiene que compensar. Córrete conmigo. Joder qué rico. Vamos. Más fuerte. Sigue. Sigue baby. Ohhhh. Así. Así.
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erotic-world-of-an-angel · 11 months ago
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USTED....
Usted me gusta cómo para perderle el respeto...
me gusta para saciar sus fantasías y las mias, para hacer y deshacer en una cama.
Usted me gusta para desnudarla lento, para recorrer su cuerpo, para besar cada pedacito de su piel.
Usted me gusta para urgar su ser con mi lengua, para abrirle lentamente sus piernas y clavar mis labios en los suyos, para chupar y besar hasta
hacerle brotar su miel y saciar mi sed de usted...
Usted me gusta y me gustaría tenerla así con su espalda en mis labios, con sus nalgas en mis muslos. Con su humedecida cavidad llena de mi.
Me gusta así para embestirla sin piedad, para hacerla vibrar con nalgadas, con tremendas arremetidas, con ese vaivén de mi cintura y mi miembro entrando sin cordura en su ser...
Si... Usted me gusta para tener sexo salvaje, para que se despoje de sus tabus y me mamé, me chupe, y succione mi falo... Me bese, me lama y juegue con su lengua.
Me gusta para que se despoje de su pena y deje que se pierda esa dama y se vuelva una fiera en la cama, que me domine a su antojo y juegue
con mi deseo... Que al cabalgarme sus pechos me hipnotizen y su vulva mojada empapada apriete mi hombría...
Usted me gusta para cumplir mis fantasías y me cuente las suyas y las cumpla...
Que yo seré materia dispuesta, vuelvace loca y folleme con locura, hagame, su sumiso...
Usted me gusta para robarle uno y mil orgasmos...
para empaparnos en nuestros fluidos y terminar... Bañados de felicidad.
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margeocar · 11 months ago
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Entre sábanas enredadas y humedecidas
anudan sus brazos mi espalda,
el cafe de mis ojos se intensifica
a la luz de su intensa mirada
y al sonido de su voz mi pecho tiembla,
y al estar tan cerca nuestras bocas
su vientre en hambriento deseo me nombra
nos gustamos y hay que hacerlo …🦋
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deepinsideyourbeing · 5 months ago
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enzo + safeword
+18!
Siempre llorás, repite la voz en tu cabeza en busca de una explicación lógica para las sábanas humedecidas bajo tu rostro. Recordás tus peores castigos y tus mejores orgasmos, todos de la mano de Enzo, todos acompañados por tus lágrimas.
Y esto es diferente, muy diferente.
-Enzo- intentás llamar su atención entre gemidos y sollozos. Siempre practican, incluso antes de las escenas más leves, para tener en mente las diferentes palabras clave, pero ahora no podés recordar ninguna-. Basta, no...
Continúa con sus estocadas, increíblemente profundas y deliciosas, mientras observa el hipnótico rebote de tu cuerpo cada vez que sus caderas golpean tus muslos. El constante roce de su miembro con tus paredes calientes y estrechas es exquisito, así como la sensación de sus dedos llenando tu otra entrada.
Y también es mucho. Es mucho.
Una sensación de vértigo te hace temblar e intentás no perder el equilibrio cuando volteás para mirar a Enzo. Tus rodillas duelen por permanecer tanto tiempo en una misma posición y sentís terror de tan sólo pensar en hacer un mal movimiento y caer, estando peligrosamente cerca del borde del colchón, pero...
-Enzo- repetís débilmente. Sus ojos oscuros adquieren ese algo particular cuando su mente procesa tu mirada vidriosa. Golpeás el colchón tres veces-. Rojo.
En una fracción de segundo abandona tu interior.
-¿Qué pasó?- pregunta con voz temblorosa. Te observa desplomarte sobre el colchón, preocupado por tu respiración irregular producto del llanto, pero le toma otro segundo reaccionar-. Arriba, arriba. Sentate.
No te movés.
Desliza un brazo bajo tu cuerpo para obligarte a reincorporarte. Acaricia tus brazos y tu espalda con fuerza para lograr mantenerte presente, esforzándose por hacer que conectes con tus sentidos en lugar de seguir el camino distante que ve en tu mirada.
-Hey- toma tu mejilla. Cuando lo mirás tus ojos vuelven a derramar infinidad de lágrimas-. Respirá conmigo.
Incontables minutos y respiraciones se van mientras intenta recuperarte. Comenzás a llorar nuevamente cada vez que logra que te calmes, intentás esconderte y tiene que batallar para alejar tus manos de tu rostro, consciente de las marcas que tus uñas dejan en tu frente, pero lo más difícil es lograr que dejes de disculparte.
-No pasa nada- insiste mientras el agua caliente corre por tu cuerpo, el vapor llenando el baño y empañando el espejo. Funciona mejor que sus otras técnicas, reconoce-. Vos ya sabés que cuando uno necesita parar, paramos y listo. No tenés que pedirme perdón.
-Me dolían las rodillas- explicás más tarde, mientras seca tu cabello. Él sabe que hay algo más-. Y me molestaban las sábanas mojadas.
Besa tu frente.
-Ahora las cambio.
-¿Mis rodillas?
-Ya te sentís mejor, ¿no?- pregunta-. Porque para hacer ese chiste tan malo...
Intenta no reír cuando ve tu expresión de indignación en el espejo, pero no puede ocultar la sonrisa de alivio que tira de sus labios.
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thecanvasofmadness · 5 months ago
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He querido consolarme con tus manos el dolor de esta herida, pero no estás aquí… no me pertenecen tus dedos ni el calor de tus huellas, humedecidas por el tacto del amor; ésas son de nadie o, quizás, de quien alguna vez te tocó con la misma incendiaria pasión con la que tú me tocaste a mí.
I have wanted to console the pain of this wound with your hands, but you are not here... your fingers, and the warmth of your footprints, moistened by the touch of love, do not belong to me; they belong to no one or, perhaps, to the one who once touched you with the same incendiary passion with which you touched me.
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breathandsamadhi · 2 years ago
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░c░r░e░a░ ░t░u ░p░r░o░p░i░o░ ░h░u░e░r░t░o░
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Estos son los pasos para empezar tu huerto desde cero
Añade sustrato a tu zona de huerta (promueve la aireación, retención de nutrientes y agua y brindan el soporte necesario para el desarrollo de la planta.)
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2. Delimita las secciones. En el caso de que quieras sembrar varias semillas de diferentes plantas es necesario hacer separaciones en la tierra (camas de cultivo).
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3. Agrega a tu tierra una capa de compost. (Deshechos naturales y de lombrices.) Lo que brinda nutrientes a las plantas.
🌟 Próximamente les enseñaré a hacer su propia composta 🌟
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4. Para este momento tu tierra debe estar humedecida para continuar. Luego procede a hacer un pequeño huequito en tu tierra preparada para incertar tu raiz o semilla. (Algo que facilita mucho el proceso de crecimiento es sembrar una semilla ya germinada)
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5. Espera! Ahora todo es cuestión de paciencia una vez que ya tienes sembrada tu plantita procura que tu huerto este en un lugar soleado y riégalo 1 vez por día.
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TIPS:
No olvides remover la tierra a medida de que vaya creciendo, con cuidado de no dañas las raices. Esto hará que los nutrientes se diversifiquen por toda la planta.
Trata de agregar compost cada semana en pequeñas cantidades para brindar a tu planta los mejores nutrientes.
Evita el uso de fertilizantes artificiales, estos son dañinos para la salud y pueden alterar los sabores de tu cosecha.
Disfruta!
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vienitas · 8 months ago
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# 𝐒𝐀𝐋𝐀 𝐃𝐄 𝐄𝐒𝐓𝐀𝐑 𓂃 𝐬. shawn derramó una bebida por accidente encima de las pertenencias de venus.
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@shwnli › ‘ estoy empezando a pensar que tienes algo en mi contra, uh, shawn ’ ya ni siquiera es capaz de molestarse realmente con él. tampoco se lo toma personal, está consciente que tercero es más nervio que persona, a esta altura. dígitos tomaron el borde de la libreta humedecida, por no decir empapada y la jaló hacia arriba dejándola gotear un poco. ‘ me debes una libreta, de estas mismas, las venden en inglaterra, ¿tendrá que ser en alguno de los próximos viajes? ’ aunque su voz sonó serena, en realidad, se moría por estallar en carcajadas. 
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josemin2024 · 9 months ago
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E ali 'alba morirò!                      Joaquim Manuel Magalhães * E ali 'alba morirò!
A arte erótica dos sábados sentava-se ao café e esperava. Na cidade humedecida para lá dos vidros chapinhavam os pneus para os cinemas. A bica amolecia com açúcar dentro. Falavam mais alto, o acre dos cigarros ficava preso ao sobretudo, ao lenço com que limpava os óculos. Quem olharia primeiro com os olhos fitos hesitados insistindo no sinal assente: vamos os dois. Para onde? O mar ao longe ouvia-se trazido pela chuva, as luzes amarelas cercavam as garrafas das vitrinas com uma aura que parecia celofane. Sem esperar o troco que já saíam os dentes desejantes caminhou para a porta giratória saltou sobre poças de água e aceitou abrigar-se ao guarda-chuva. Trocaram nomes podiam ser fingidos mas já eram uma designação da carne, uma alegria cruzando-se no frio, o prenúncio de mãos incertas tirando o corpo do seu escuro. *
E ali 'alba morirò / “E ao amanhecer morrerei
Fonte: POESIA SEMPRE. Revista da Biblioteca Nacional do RJ. Ano 1 – Número 2 – Julho 1993. Rio de Janeiro: Fundação Biblioteca Nacional / Ministério da Cultura – Departamento Nacional do Livro. ISSN 0104-0626m Ex. biblioteca António Miranda
* imagem . vitor-palla Sem título 1954–1959 MNAC Chiado
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blacksvans · 10 months ago
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La caballeriza era el lugar donde estaba seguro, iba a encontrarlo y también estaba seguro, no sería encontrado por el príncipe envidioso. Era un juego del gato y el ratón, también era ponerse una soga al cuello y esperar a que alguien le sacase el banquillo debajo de los pies, ese alguien siendo Minjun. Pero, ¿alguien podría culparlo? El general era justo lo que le gustaba, una persona exótica, excéntrica, fuera de este mundo. ❝ Escuché que te ascendieron a General, eso nos hace estar en el mismo rango ❞ Abre la conversación, apoyando su cuerpo en contra del establo. El dulce aroma a jacinto escondido en la caoba le hace sentir la boca humedecida. La propia, el grano de café y el cacao tostado hacen aparición. | @mikrokosmcs
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angelamariamedinaruiz · 11 months ago
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ONCE
Hoy es el día número once desde el día cero que en el calendario corresponde al catorce.
Once dias que es uno. Uno corto, pero que tampoco termina.
Once días que parecen uno. Uno en el que se detiene la alegría y me da tiempo de contenerla y sentirla a mi antojo. La alegría contenida en un sólo día, que son once días, pero se siente como uno.
Un día, que ha sido once días, en el que las nubes tienen forma de flores blancas.
Once días que es una tarde lluviosa. Una planta humedecida. Un sol que seca el agua y el rocío aparece como gotas que son letras escritas en mi ventana a través de la cual miro una vida que quiero vivir.
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