#hombres en ropa interior
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voy a hacer a luca mi oc más cringe, ya van a ver
#perdón luca; cuando te creé en 2021 no creí que ibas a terminar como un streamer femb-y que tiene éxito por su apariencia#y también es un camb-y a escondidas. antes también era cis; pero ahora tiene un género muy raro (????)#es femb-y para los streams en ambos lados y sus fans; pero si te atrae sos gay sin importar tu género. mujer? hombre? nb? otros? sos gay#le gusta más la ropa interior de 'mujer' y es lo que más usa incluso si nadie le ve lol aunque tiene un par de bóxers por ahí también#lo que estoy guardando del original tho es que en cámara se re saca pero fuera de ellas es re tímido ksdnfjnjd y muy colgado#vivir solo para él significa vivir a fideos instantáneos o pedir comida porque sino se le quema porque se olvida de que está cocinando#vive de sus streams porque hay muchas personas hornys que le mandan plata o le compran cosas; pero también está aprendiendo a dibujar<3#y quiere hacer comis de eso en algún momento. jayce lo ayuda a que aprenda porque dibuja 100 veces mejor y se siente muy orgulloso ah#(o bueno; lo ayudaba hasta que le agarró la depresión por perder su embarazo y ya no tiene ganas de mucho rip)#(luca medio que no sabe qué hacer pero trata de animarlo invitándolo a comer o simplemente pasando tiempo con él kjsdnfkdjs)#oc talk
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Hands to myself | Esteban Kukuriczka.
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Sumario: mañanas tranquilas con tu novio.
Warnings: sexo explícito (+18), fingering, sexo desprotegido, dirty talking.
Notas: cómo argentina, me parece preocupante la falta de fanfics que hay de este hombre xx.
Créditos: esta inspirado en la canción de Selena Gómez, las imágenes del principio no me pertenecen y las encontré en pinterest, sin embargo, el collage fue hecho por mi.
1.3k words.
La suave brisa bonaerense inunda el amplio cuarto, jugueteando con mis mechones, desperdigados en las almohadas. El sol empieza a colarse sin consideraciones por las ventanas entreabiertas, obligando a mis cansados parpados a perforar mi sueño.
Los fuertes brazos anclados en mi cintura me atraen aún más cerca del hombre dormitando a mi lado, su rostro anidado en mi cuello, su dulce y varonil aroma inundando mis fosas nasales, envolviéndome en su calor corporal.
“Buenos días, Tebi”- Murmuro suavemente, cubriendo sus hombros con delicados besos para despertarlo.
“Buenos días, preciosa”- Responde, despegándose de la somnolencia y serpenteando sus extremidades con las m��as.
Hinco mis dientes seductoramente en su piel descubierta, salpicándolo con pequeñas marcas rojas en contraste con su tez pecosa. Ansiosa, deslizo mis piernas sobre las suyas, posicionándome a horcajadas sobre su regazo.
“¿Andamos cariñosas esta mañana?”- Socarrón, amasa la desnudez de mis caderas entre sus palmas, causando que nuestros sexos se rocen firmemente. La burlona fricción no está ni cerca de ser suficiente para calmar las llamaradas que empiezan a asentarse en mi estomago bajo.
“Dale, amor, ¡por favor te pido!”- Ruego impaciente, tratando de replicar sus movimientos. Su agarre me mantiene estática en mi lugar, sin permitirme mover.
“¿Por favor qué?”- Finge inocencia mientras las puntas de sus dedos empiezan a dibujar entramados sobre mis costillas, trepando hacia mis pechos.
Atrapa mis pezones entre sus yemas, jugueteando con ambos a la vez, hasta sentir como se endurecen ante sus atenciones.
“Tocame, te necesito…”- Aclaro sin aliento.
Con una sonrisa ladina, acerca su boca hacia el derecho, provocando el montículo con la lengua hasta empezar a succionarlo con urgencia. Me enredo en su cabello, tirando de el con ferocidad, ganándome un gimoteo de satisfacción de su parte.
Separándose de mi abusado busto, observa mis ojos con cierta malicia impresa en los suyos al tiempo que me restriega contra su palpitante centro. Una creciente erección se hace notar bajo la ropa interior que nos separa.
“Mira lo que me haces”- Acentúa su punto al embestir mi coño cubierto con su pulsante miembro. Mi boca se entreabre ante el placer repentino- “Me pones tan duro.”
“Tebi, no puedo más”- Susurro cuando su mano baja por mi estomago hasta hallar mi intimidad, desliza mi tanga por mis pantorrillas para así estimular el clítoris en premeditados movimientos circulares. Creo enloquecer ante sus ralentizadas caricias
Asienta su toque errante en mi humedad, sus yemas buceando entre mis jugos. Retira sus dedos índice y corazón, para luego sorberlos ruidosamente, lamiendo mi reluciente excitación.
“¿Quién te tiene así de mojadita? Mh?”- Pregunta orgulloso, sabiendo perfectamente que el es el causante.
Reanuda sus ministraciones en mi núcleo, colándose por entre mis labios para penetrarte con dos dígitos. Mis orbes fijos en sus movimientos, aun desconcertada por lo obsceno de su accionar.
Rápidamente acelera sus movimientos, curvándose para golpear la esponjosa cavidad. Su longitud roza todos mis puntos sensibles, acercándome a un inexorable crescendo. Sumergida en el disfrute, lo único que escapa mis cuerdas vocales son quejidos de satisfacción, entrelazados con gemidos nombrándolo.
“Contestame, nena. ”- Reclama, forzando el contacto visual al aprisionar mi mandíbula en su agarre.
“Vos, Kuku, ¡solo vos!”- Contesto, hundiendo mis uñas en la tersura de sus bíceps, marcando lunas crecientes para la posteridad. Una sonrisa engreída tiñe sus delicadas facciones al notar mi estrechez aspirándolo, signo de mi orgasmo aproximándose a pasos agigantados.
Meciéndome sobre sus largos dedos, comienzo a percibir las avasallantes olas de mi culminación; la presión en mi vientre amenazando con explotar, la euforia difuminando todo a mi alrededor, centrándome solo en el rostro de mi novio cercano al mío.
El clímax se ve remplazado por un insoportable vacío cuando retira sus dígitos de mi calor, negándome la liberación. Un sollozo se cuela por mi expresión desahuciada, mis ojos alarmadamente abiertos cubiertos por una fina capa de lágrimas.
“No no no, por favor”- Lloriqueo en su oído, tratando de reganar el pasado contacto. Sus fuertes extremidades me aquietan por encima de su muslo, logrando que mis movimientos mueran lentamente.
���Tranquila, linda. Ahora te voy a coger, ¿sí?”- Pronuncia, apaciguando mis patéticos hipidos. Asiento frenéticamente, deseosa de sentirlo en mi interior.
Con un preciso movimiento, me enjaula bajo suyo, su largo cuerpo enmarcando al mío. Lo observo despojarse de sus calzoncillos, ardiendo al presenciar su desnudez absoluta.
Mis ojos merodean desde su esbelto pecho hasta los colorados vellos que trazan el inicio de su pelvis, gruesa y rebosante de líquido preseminal.
Casi ausente, permito que mi mano recorra su cuerpo, centrándome en su furioso pene. Con lánguidos movimientos, trazo su longitud, torciendo mi muñeca para proporcionarle el mayor placer posible.
“Me vas a matar, bebé”- Confiesa, acalorado y excitado. Sus rizos cobre empiezan a pegarse a su frente ante el esfuerzo físico, unas singulares gotas de sudor recorren su tórax.
Toma mis extremidades superiores entre sus garras para anclarlas sobre mi cabeza, dejándome completamente a su merced. Con un gesto busca mi consentimiento, el cual soy rápida en proporcionarle.
Su glande comienza a ingresar por mi núcleo, empujándose pacientemente dentro mío. Mas allá de la cantidad de veces que repitamos el procedimiento, jamás lograría acostumbrarme a la deliciosa manera en que me estira. El aire se condensa de sus suspiros de alivio al sentir su polla completamente en mi interior.
Así, inmóvil entre mis piernas, logro sentir cada una de sus vena latiendo dentro mío, las crestas y surcos que lo componen.
“Hace conmigo lo que quieras, Kuku, pero por favor movete”- Demando sin aire, todavía pasmada por la intrusión.
Ni bien las palabras me abandonan, Esteban retira su falo casi por completo antes de embestirme ferozmente. Su boca yace abierta, su cara contorsionada por el deleite, sus cejas arrugadas entre sí… La vista más bella del mundo.
Noto que mis caderas intentan acompasarse a su compás, encontrándolo a medio camino. Un frenesí casi inhumano apoderándose de ambos, obligándonos a acelerar el ritmo para satisfacer aquel deseo tan primal.
Su palma izquierda apresando mis muñecas fuera de su camino, la derecha se posa en mi abultada panza, advirtiendo la protuberancia que su pene delinea en mi vientre bajo. Un gemido nace de mi garganta al notar lo que ocurre.
“Así de profundo te estoy cogiendo, nena”- Gruñe en mi oído, su mano aún en mi estómago, sus penetraciones cada vez más hondas.
“Ay, Esteban, estoy tan llena”- Plaño frente a su boca, robándole un chape al notarme increíblemente mojada ante la imagen.
Vuelven a apropincuarse las primeras olas de mi culminación quemándome por dentro, consiguiendo desesperarme por concluir. Sin siquiera notarlo, mi voz se fuerza por vociferar el regocijo que me inunda, aumentando su volumen a medida que mi clímax me alcanza.
“Dios, me voy a venir”- Advierto, enloquecida por las sensaciones apoderándose de mí. El mayor se apresura, complaciendo mi pedido tácito.
Su boca busca de nuevo la mía cuando mi coño pulsa delirantemente su entrepierna, buscando conducirlo hacia su propia liberación.
“¿Ah sí? ¿Me vas a empapar la chota, amor?”- Cuestiona, sabiendo cuanto me gusta que me hable así de sucio.
Su nombre huyendo de mis labios como mantras, mis uñas anclándose en su espalda, marcándolo como propio.
Me entrego al orgasmo que me engulle, mi cuerpo retorciéndose espasmódicamente bajo su imponente figura, mi centro manchándolo con mi corrida al contraerse.
En la brevedad, aúlla desaforado pues su masculinidad pulsa hasta derramarse dentro mío. Su semen pintando mis paredes internas, colmándome por completo.
Se retira de mis cavidades con lentitud luego de venirse, procurando que sus espermatozoides permanezcan en mi interior. Selecciona mi ropa interior de las desechas sabanas, calzándomelas como si nada.
“Así no se escapa nada”- Murmura, regalándome un pico. Me fascino ante la idea de mantener su eyaculación así de cerca de mí.
Lo arropo contra mí, exhausta y saciada, con la intención de quedarme atrapada en sus brazos por un rato más. Recíproca mi voluntad, reposando su cabeza entre mis pechos y acariciándome delicadamente.
“Te amo”- Digo luego de unos instantes, observándolo maravillada.
“Yo te amo más”- Responde, presionando nuestras bocas en un beso descuidado.
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Aniversario
Una soleada tarde de primavera, una leve brisa entraba por las ventanas abiertas del apartamento de Michael. El hombre yacía boca arriba sobre su cama destendida, con nada más que un suspensorio puesto. El cuerpo de Michael estaba bañado en sudor, resultado de su rutina de ejercicio matinal y el calor de la tarde. La luz de la habitación hacía los músculos de Michael resaltar aún más.
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La habitación estaba bastante ordenada, a excepción de un poco de ropa sucia desperdigada por el suelo. El aroma masculino de Michael era perceptible en toda la habitación. Era el resultado de la mezcla de colonia, desodorante y sudor. A la mayoría le hubiera parecido un olor demasiado intenso, a algunos incluso repugnante, pero a Ernesto le encantaba ese olor. Lo único que Ernesto amaba más que el olor de Michael, era usar el cuerpo de Michael.
En la habitación contigua al cuarto, Ernesto se daba un baño refrescante. Por más que amara utilizar a Michael, el calor del ambiente hacía sofocante estar dentro de él por mucho tiempo. Para poder regular su temperatura, Ernesto tenía que salir un par de veces al día del interior de su anfitrión para darse un respiro. El agua tibia resbalaba por su rostro redondo y de barba desaliñada, hasta llegar a su abdomen globoso, y luego a sus piernas regordetas. La luz del sol que entraba al baño hacía relucir la pálida piel de Ernesto, haciéndole ver algo fantasmal.
Ernesto cerró la regadera y secó rápidamente su piel con la toalla de Michael. Michael estaba comenzando a despertar. Estaba desorientado, su memoria era muy nubosa. Lo último que recordaba era estar en una fiesta y tomar un par de cervezas, pero ahora estaba en su apartamento. Aunque, a decir verdad, de no ser por los muebles que reconocía a la perfección, no habría sabido en donde estaba. Todo el lugar estaba organizado de una manera diferente. Desde su closet, que ahora estaba empotrado al muro, hasta su cama, que antes estaba junto a la pared. Pero ahora estaba justo en el centro de la habitación, debajo de una extraña estructura de metal que seguramente serviría para sostener algo.
Aun tratando de entender el cambio en la habitación, Michael notó un cambio aún más importante. Recordaba perfectamente haberse afeitado el día anterior. A las chicas siempre les gustaba más su rostro limpio y cuerpo liso. Pero de alguna manera, todo su cuerpo se había cubierto de vello de la noche a la mañana. Había pelo por todos lados, incluso en sus axilas y entrepierna. Siempre había odiado tener un cuerpo tan peludo. Ahora tendría que salir a comprar crema para afeitar y varios rastrillos para poder eliminar todo el desastre que había sobre su piel.
Michael comenzó a frotar su cuerpo, notando aún más cambios. Su cuerpo parecía un poco más grande de lo que recordaba. Sus pectorales se habían vuelto más voluminosos. Sus piernas se notaban un poco más gruesas. Las venas de sus brazos eran más visibles de lo que recordaba. Era el avance de meses de ejercicio, pero de alguna manera lo había logrado de un día para otro. Como cereza del pastel, Michael vio dos enormes tatuajes, cada uno en un brazo diferente. El nunca marcaría su piel de manera permanente. Por alguna razón, los tatuajes no se veían recién hechos, por el contrario, cualquiera diría que les hacía falta un retoque.
Michael se bajaba de la cama cuando escuchó el ruido de la puerta del baño al abrirse. “Seguramente mi nena de ayer sigue aquí. Ya que no recuerdo nada de anoche, creo que una ronda matutina no estaría mal”, pensó Michael, emocionándose un poco. Su pene había comenzado a llenarse de sangre. El hombre abrió sus ojos como dos platos cuando del baño no salió una chica joven y sexy, sino una bola de grasa desnuda, bajita y muy blanca, parada despreocupadamente frente a él.
"Veo que estás despierto”, Dijo Ernesto en voz alta. “Bueno, disfrútalo. No volverá a ocurrir en mucho tiempo". Antes de que Michael pudiera reaccionar, Ernesto se lanzó contra él y lo tacleo, haciéndolo caer de nuevo a la cama. Michael trató de luchar, pero aún en su condición física, Ernesto era mucho más fuerte y ágil. Ernesto se levantó y tomó las piernas de Michael con sus manos. En un solo movimiento, el cuerpo musculoso de Michael quedó boca abajo. Las redondas y peludas nalgas de Michael estaban apuntando al techo, totalmente expuestas ante el pervertido hombre detrás de él.
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“Esta pelea ha hecho que me emocione”, Dijo Ernesto mientras acariciaba su creciente miembro con una mano. Ernesto jaló a Michael al borde de la cama y se lanzó sobre su ancha espalda, usando su barriga para aprisionarlo contra el colchón. Aún contra tanto músculo, Ernesto no tuvo problemas para someter a Michael gracias a su peso. Ernesto alineó su pene ya erecto con el ano sudoroso de Michael, e inmediatamente comenzó a presionar hacia adentro. El agujero de Michael solo había sido utilizado por Ernesto, aún si el primero no lo sabía. Para Ernesto fue muy fácil abrirse paso por la estrecha entrada, introduciendo todo su miembro de un solo golpe.
Un gemido de dolor y placer se escapó de los labios de Michael. Ernesto movió sus caderas de adelante hacía atrás. Su pene por debajo del promedio casi se sale del ano de Michael en más de una ocasión. Michael se sentía asfixiado por el peso de Ernesto sobre él. Ernesto lograba tocar el punto G de Michael en algunos momentos, y de vez en cuando un leve gemido salía de los labios de Michael. Antes de que Michael siquiera se diera cuenta, las piernas de Ernesto ya se habían fusionado con las suyas. Solo las tonificadas y peludas piernas de Michael quedaron apoyadas en el piso a un lado de la cama.
Ernesto siguió empujando su cadera, y de un momento a otro, su pelvis se perdió en la de Michael. Ahora la cadera que se movía era la de Michael, y el placer que sentía se había incrementado exponencialmente. Su verga, hasta ahora flácida, había comenzado a levantarse dentro del suspensorio, y liberaba hilos de líquido preseminal en la tela. Michael ya no controlaba la mitad inferior de su cuerpo, pero podía sentir cada movimiento que esta hacía bajo el mando de Ernesto. En lo más profundo de su mente, una débil y familiar voz comenzó a resonar, le decía que este era su papel en el mundo, y que no le quedaba más que disfrutarlo.
El roce de las suaves sábanas de la cama estimulaba a Ernesto y Michael por igual. Ernesto bufó como toro al sentir la potencia del poderoso miembro que ahora controlaba. El pene de Michael era lindo, a Ernesto le gustaba verlo desde afuera, pero le encantaba poder sentir placer con él. A la vez que los bufidos de Ernesto se hacían más intensos, los gemidos de Michael también aumentaban en volumen y frecuencia. La cabeza de Michael era un desastre. Los instintos más básicos de su mente le decían que debía liberarse y correr. Al mismo tiempo la voz se hacía más y más intensa. La voz le repetía a Michael una y otra vez que debía dejarse llevar por el placer, que era su deber entregarse totalmente al desconocido.
Con un solo movimiento, Ernesto fusionó su gran vientre con el firme torso de Michael. La gran barriga de Ernesto se hundió dentro de Michael como si nunca hubiese existido. Ernesto empujó un poco más y logró dejarse caer completamente sobre los anchos hombros de Michael, y al hacerlo, también logró controlar sus brazos y sus manos en un solo movimiento. Ernesto usó los grandes y fuertes brazos de Michael para levantarse de la cama. Ahora el cuerpo de Michael tenía dos cabezas, por un lado estaba su cabeza original, y del otro estaba la del ladrón de cuerpos. Michael podía ver y sentir cómo su cuerpo se movía bajo la voluntad de Ernesto.
Ernesto caminó usando sus nuevas piernas gruesas para dirigirse hasta el espejo de cuerpo completo que tenía en el cuarto. Se paró frente a él y admiró su adquisición. Sin duda Michael había sido la mejor opción de todas las que tenía disponibles. Casi todas las partes del viril cuerpo de Michael estaban bajo el control de Ernesto, quien comenzó a flexionar sus brazos y a apretar sus pectorales peludos, enmarcando aún más la masa magra que ahora poseía.
La cabeza de Michael estaba inmóvil, pero con los ojos bien clavados en su reflejo. De vez en cuando, un gemido de placer salía de su garganta. En el interior, la conciencia de Michael no podía concentrarse en otra cosa que no fuera la voz. Era su propia voz hablándole en el interior. Decía que estaba siendo un buen contenedor para el amo. Decía que su deber era servir a su maestro sin importar qué. Decía que su cuerpo ahora era única y exclusivamente propiedad de su maestro. Michael ya no luchó más. Solo podía pensar en complacer a su raptor.
"Gracias por darme este gran cuerpo. Hoy es un día especial, así que te dejaré estar consciente. Así podrás ver cómo me hago cargo de él jeje", las bocas de Ernesto y Michael dijeron al unísono. Ernesto bajó las manos de Michael por todo su cuerpo. Una vez en sus caderas, tomó el elástico del suspensorio y lo dejó caer hasta sus tobillos. Con toda su gloria masculina al descubierto, Ernesto comenzó a masturbar su verga, que estaba tan firme como un mástil. Ambas cabezas comienzan a gemir y bufar a la vez. La mente de Michael aún era semi independiente, pero el resto de su cuerpo ya había sucumbido al control del ladrón.
“Hora del gran final", dicen Ernesto y Michael a la vez. Aún frente al espejo, Ernesto continuó masturbándose, usando su verga robada. El sudor salía de cada poro de la piel de Michael, y escurría por todas partes, funcionando como lubricante. Después de un par de frotamientos más, Ernesto pudo sentir que estaba a punto de correrse, y antes de soltar su carga, empujó su cabeza contra la de Michael, tomando el control total al mismo tiempo que dejaba su leche caliente y espesa por todo el espejo. Ernesto se dejó caer de rodillas y usó la lengua de Michael para limpiar hasta la última gota de semen del espejo. "Delicioso", dijo en voz alta para sí mismo.
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El cuerpo de Michael estaba bañado en sudor. Ernesto se levantó del piso, tomó la toalla que había usado para secarse previamente y se quitó el exceso de sudor de la piel. Rápidamente se vistió con un conjunto que tenía preseleccionado. Este era el comienzo de un gran día, un día de celebración. Después de todo, justo hace un año, Ernesto había dejado su trabajo como conserje y había robado el cuerpo y la vida del adinerado Michael, el DILF del edificio en el que trabajaba. Casi nadie notó la ausencia del conserje latino del edificio, y a los pocos días contrataron uno nuevo. Ernesto ya no tenía que preocuparse nunca por el dinero o tener un trabajo que involucrara esfuerzo físico. Sin duda, robar el cuerpo y vida de Michael fue la mejor idea que pudo haber tenido.
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Lo que pasa en el auto... (Franco / Lando)
Resumen: Nada. Cosas randoms en el auto :D
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Nota de autora: ese video de Franco confirmando que lo HIZO en un auto, asi como si nada... Fue inspirador.
Masterlist de mi autoría
Lando
Es una persona muy impaciente. En el caso de "emocionarse", no podría aguantar mucho.
Ver a su pareja bailar en aquella discoteca totalmente en su mundo, usando aquel vestido que él mismo le había regalado... Fue estimulante.
Para la mujer fue extraño sentir como una mano tomaba la suya y tiraba apenas. Solo cuando notó que era Lando sonrió.
"¿Quieres bailar, cariño?" Soltó risueña, llevando su mano libre al cuello de Lando, deslizándola por su nuca hasta rozar los primeros rizos. Lando se tensó con eso.
"Quiero hacer otras cosas, hermosa ¿Nos vamos de aquí?"
En cuanto la mujer subió al auto, los labios de Lando atacaron los suyos. Las manos del hombre se colaron por su falda, subiéndola lo suficiente para que sus dedos hicieran a un lado su ropa interior.
—¡Lando!—la mujer apartó su mano, mirándola completamente sonrojada—. Estamos en el estacionamiento, alguien puede vernos.—
—Sinceramente no me importa.—reclinó un poco la butaca, haciéndola hacia atrás—. Te necesito ahora, cariño... ¿Me darías un poco de atención?—
La mujer no podía decirle que no.
Apartó a Lando, haciendo que se acomodara sobre la butaca. El hombre la miraba con completa fascinación, terminando de perder la cabeza en cuanto la vio subirse sobre sus muslos. El vestido estaba subido hasta sus caderas, permitiéndole acomodar sus piernas cómodamente a ambos lados.
—Tú tienes toda mi atención, Lando...—soltó en su oído, deslizando las manos sobre su camisa—. Cuando y donde quieras...—
Lando suspiró con pesadez.
Franco
A pesar de ser una persona con un alto nivel de labia (chamuyo), Franco era bastante inseguro en cuanto a avance físico.
Cuando conoció a la CM que lo acompañaría esa temporada, no tardó en caer enamorado por ella.
Y esa madrugada, después de una fiesta agotadora, Franco se ofreció a llevar a la mujer a casa.
Lo último que esperaba de ese gesto era conseguir una confesión.
—De verdad, Fran. No era necesario. Se notaba que te estabas divirtiendo.—
La chica subió al auto, mirando de inmediato al piloto que acababa de subir.
—No es nada, tampoco estaba tan buena la fiesta.—
—¿Tan malo era el asunto que es más divertido llevar a una chica a su casa?—
—Todo lo que te incluya a ti es mejor que cualquier cosa...—Franco le sonrió—. ¿Nos vamos?... ¿Qué sucede?—
Franco se llevó una gran sorpresa en cuanto sintió los labios de la mujer sobre los suyos.
—¿Eso significa... Que te gusto un poco?—la mujer sonrió sobre sus labios, y Franco no supo qué hacer.
Sus ojos inquietos viajaban de los labios de la chica a sus ojos, gesto que solo hizo que ella se volviera loca. Volvió a besarlo con necesidad.
—Un poco no... Mucho. Demasiado.—Franco se tensó en cuanto sintió que la mujer tenía intenciones de subirse a sus piernas—. Me gustás mucho...—
Las manos de Franco se aferraron con necesidad a la cintura ajena en cuanto sintió la presión en su entrepierna.
#español#x lectora#formula 1#formula uno#formula one#formula x reader#lando norris#franco colapinto#formula 1 x lectora#lando x y/n#lando x oc#lando x you#lando x reader#lando x lectora#vine por franco colapinto y me quede por leclerc#franco x reader#franco colapinto x reader#franco colapinto x you#formula 1 x reader#formula one imagine
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Podría ser que Enzo esté obsesionado con la tetas de reader y terminen haciendo una rusa?
No se si tu le dices así, m parece q se dice de diferente manera x todas partes pero x si acaso te dejo la definición sacada de Google :)
“Práctica sexual en la que el hombre desliza su pene entre los senos de la mujer”
Graxx
+18!
No es ningún secreto que tu novio está obsesionado con tu cuerpo. Cada que comienza a acariciarte se toma su tiempo, tentándote y torturándose mientras finge -como si le fuera posible ocultar los efectos que tenés sobre él- no estar más que desesperado por llevarte a la cama.
Sus intenciones eran más que obvias cuando te acorraló en la cocina, presionando su erección contra tu espalda y masajeando tus pechos con movimientos no tan suaves. Deslizó sus manos por debajo del suéter que llevabas puesto y comenzó a acariciarte hasta sentirte temblando bajo sus dedos.
No tardó demasiado en arrastrarte hacia la habitación y posicionarse sobre tu cuerpo, ignorando tus protestas tanto como la situación ardiente entre tus piernas. Luego de despojarte de tu ropa se dedicó a jugar con tus pechos por un largo rato, provocándote y haciéndote llorar cuando tiró de tus pezones.
Se deshizo de su pantalón y su ropa interior y volvió a aprisionarte contra el colchón luego de acomodar las almohadas bajo tu espalda. Creíste que sólo quería usar tu boca y fue por eso que te sorprendiste cuando dirigió su punta hacia tus pechos, manchándote con líquido preseminal y haciéndote gemir por su calor.
Ahora lo observás mientras humedece tu piel -ya empapada con su excitación- con lubricante y te ordena sostener con firmeza tus pechos para poder usarlos.
-Así- indica y obedecés-. Muy bien, sí, justo así.
Tus mejillas arden por sus palabras y él te sonríe mientras desliza su miembro entre tus pechos. Arroja la cabeza hacia atrás cuando la suavidad y calidez de tu piel lo reciben, primero abrazando su punta de un rojo furioso y luego el resto de su extensión.
Te sorprende la sensación y tus palabras cuando susurrás:
-Se siente bien.
-Muy bien- contesta con la voz entrecortada-. Me encantan tus tetitas, ¿sabías?
Respondés con un gemido involuntario y bajás la vista para concentrarte en la manera en que su punta y parte de su miembro se asoman entre tus pechos. Presionás con más fuerza, sin importarte el deje de dolor, haciéndolo gemir.
Sus dedos acarician tu mejilla y roza tu labio inferior con su pulgar antes de introducirlo en tu boca, ofreciéndote una especie de consuelo: succionás con fuerza y tu lengua juega con el dígito que ahoga tus gemidos, pero luego de unos pocos minutos Enzo te arrebata tal confort.
Reemplaza una de tus manos con la suya y utiliza la humedad de tu saliva para jugar con tu pezón despiadadamente, imitando los movimientos que normalmente dibuja sobre tu clítoris. Encontrás su mirada, que alterna entre tu rostro y el espectáculo desarrollándose debajo de él, y sabés por sus pupilas dilatadas que ya está saboreando su orgasmo.
Separás tus labios y enseñás tu lengua para comunicarle lo que querés, tu mueca logrando que los movimientos de su cadera sean aún más frenéticos y que sus jadeos se transformen en gemidos desvergonzados, los cuales sólo empeoran la humedad en tu centro.
Su semen caliente pinta la piel entre tus pechos y tu cuello, salpicando también tu mentón y tu lengua ansiosa por probarlo; un patético sonido deja tu garganta pero él no logra oírlo, porque su respiración agitada es escandalosa y los latidos de su corazón inundan sus oídos.
Nueva necesidad desbloqueada 😔
taglist: @madame-fear @creative-heart @chiquititamia @llorented @recaltiente @delusionalgirlplace @lastflowrr ♡
#letters to enzo#deep in thought#deep answers#enzo vogrincic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic x reader#lsdln cast
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— Choose
farleigh start x f!reader
warnings: smut. handjob. farleigh (he is just so beautiful)
note: maybe I'm gonna translate this to english, but I'm lazy. You can find me also on Wattpad as grussellgirl
"¿Bromeas?" chillaste con una expresión de incredulidad ante la declaración del chico sentado junto a tí.
Tu amiga Venetia te había invitado a Saltburn para pasar el verano, y en cuanto conociste a su primo Farleigh conectaron de inmediato, llevándose bien y haciendo una buena amistad, una de esas en donde el coqueteo es constante y las respuestas deben ser agudas.
"¿Matarías a Ben Whishaw pero te cogerías a Hugh Jackman?" negaste con la cabeza.
Habían estado jugando a 'coger, casar y matar' desde que el karaoke había sido acaparado por uno de los Henry, y a pesar de que a ustedes les parecía tedioso, al resto parecía encantarle, ya que aplaudían y coreaban las canciones, atentos a la actuación del hombre. Pero tú discusión con Farleigh era mucho más entretenida, y el sillón empotrado en una esquina del salón era mucho más cómodo.
"¿Entonces tú qué harías?" resopló, mirándote a los ojos. "Es difícil decidir con las opciones que me diste".
"No es difícil. Yo me casaría con Halle..." respondiste decidía y él asintió ya que había respondido lo mismo. "...me caso con Ben y mato a Hugh"
"No" negó Farleigh con la cabeza, golpeando tu rodilla con su pierna. Tú lo miraste mal, pero él ignoró tu expresión.
"Ya, tu turno" apuraste, mientras veías a Henry comenzar otra canción con los vitores de todos animándole. Farleigh pensó por un momento, pero su rostro pronto se iluminó con picardía y la sonrisa en su rostro te mantuvo alerta.
"Felix, Venetia y yo" murmuró mirándote a los ojos, tan cerca de tu rostro que sentiste cómo su aliento te hacía cosquillas en tu mejilla.
"Fácil" declaraste y él alzó las cejas en sorpresa. "Follo con Venetia, mato a Felix y me caso contigo".
"No" negó de nuevo con la cabeza, apartando su mirada de la tuya, soltando un suspiro por la decepción.
"¿Qué?" reíste por su reacción. Él se dedicó a ver el concierto de Henry, gritando y aplaudiendo para animarlo. Le habías dado en su ego. Lo llamaste por su nombre, pero él te ignoró, coreando la canción, hasta que se te ocurrió colocar tu mano en su muslo, subiéndola peligrosamente cerca de su entrepierna sólo para bajarla de nuevo, lo cual funcionó, ya que giró su rostro de nuevo para mirarte.
"¿Por qué no coges conmigo?" preguntó en un susurro, mirando tus labios.
"Me estoy casando contigo, es obvio que vamos a follar a diario" dijiste obvia muy cerca de sus labios y el chico se movió en su lugar, tratando de acomodar su pantalón, el cual de pronto le resultaba apretado. "¿Feliz?"
"No" sentenció, alternando su mirada de tus ojos a tus labios. Se acercó a tu rostro, dispuesto a besarte, pero justo cuando sus labios se rozaron, te apartaste de él, negando con la cabeza. Él abrió la boca para decir algo, pero lo único que salió de sus labios fue un suspiro pesado al sentir tus dedos acariciar su creciente miembro sobre su ropa. Sus caderas se elevaron contra tu mano en busca de una mayor estimulación, pero tú dejaste de tocarlo. "No me dejes así" pidió, tomando tu mano y guiándola de regreso a su erección.
"¿Tan urgido estás?" reíste bajo mientras movía tu mano contra su dureza. Miraste a tu alrededor, asegurándote de que nadie viera lo que estaba por venir. La esquina en donde estaban estaba poco iluminaba, por lo que quizá no verían mucho, además, Henry había comenzado a cantar SexyBack y todos estaban más atentos a él que cualquier otra cosa.
Te deshiciste del agarre del chico y él te miró suplicante. "Si nos atrapan será tu culpa" le advertiste antes de bajar el cierre de su pantalón, para después escupir en tu mano, haciéndolo jadear ante la imagen. Metiste tu mano en su cremallera y te abriste paso a través de su ropa interior hasta su miembro, tomándolo en tu mano, comenzando a subir y bajar. La respiración de Farleigh se volvió pesada, tratando de mantener sus jadeos por lo bajo.
Su miembro estaba completamente duro, y el líquido preseminal ayudaba a lubricarlo, permitiéndote trabajar. Cuando comenzaste a estimular la punta, Farleigh mordió su labio inferior, cerrando sus ojos y echando su cabeza hacia atrás, dejándola caer en el respaldo del sofá. Sonreiste para tí misma y volviste a tomar su miembro desde la base, subiéndola por su longitud al mismo tiempo que lo apretabas un poco. Aumentaste la velocidad y de pronto le era casi imposible contener los sonidos que amenazaban con salir de su boca. Sentiste cómo su cuerpo se tensó y su mano derecha se aferró al brazo del sofá mientras que la otra se posó en tu pierna.
"Más rápido" murmuró con los ojos aún cerrados y su pelvis se elevó un par de veces contra tu mano por reflejo. Tú hiciste caso, aumentando la velocidad de tu movimiento, acercándolo cada vez más al clímax. Su abdomen se tensó y abrió la boca, con su nariz arrugada y sus ojos cerrados con fuerza, y sin advertencia se corrió en tu mano con un gruñido que se perdió entre los aplausos de todos. Tu mano siguió bombeando su miembro mientras su semen terminaba de salir por completo, prolongando su placer un poco más.
Abrió los ojos y soltó un suspiro, tratando de recuperar la respiración. Tú sacaste tu mano de su ropa, manchada con su semilla y te limpiaste en un abrigo que estaba junto a tí. Farleigh te miró con una sonrisa divertida y subió su cremallera.
"Ahora debo limpiar tu desastre" susurró contra tus labios antes de ponerse de pie y salir de ahí directo al baño.
Miraste alrededor de la sala y notaste a Felix observándote con una copa en su mano. Cuando sus ojos se encontraron te dedicó una sonrisa juguetona, alzó su copa a manera de brindis y bebió el contenido de un sólo trago. Notaste el bulto en su entrepierna y te preguntaste si había visto tu momento con su primo.
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"A straight foward Halloween"
Tags: gay to straight, dumbification, fartkink, burpkink.
Marco y Jalil, vivían juntos en su lindo y ordenado departamento, cada Halloween solían impactar en las fiestas con elaborados disfraces, sin embargo habían decidido un disfraz de Halloween menos producido, pero divertido para este año: los dos novios se disfrazarian de hombres heterosexuales.
Era una idea estúpida, pero todos aman una buena sátira.
Jalil se había decidido por unas bermudas y una camisa de fútbol de la selección del país.
Por otro lado Marco estaba usando unos pants flojos y un sport blanco sin mangas que además había tintado de un marrón amarillento en la zona de las axilas para hacerlo parecer un Sport sudado.
Todo habia sido comprado en lugares de segunda mano.
- Nos quedó increíble, 'Bro' - bromeó Marco dándole una nalgada a su novio
Después de aquel golpe, el trasero de Jalil liberó un corto pero sonoro pedo PPTTTTTTTTTRRRFT. El joven se sonrojo de inmediato.
- Jaja alguien se está metiendo demasiado en personaje - bromeó su novio
- Sí... No se que paso, lo siento Bro, ¡digo!, amor - contestó, sintiéndose un poco confundido
- No te preocupes amor... - Marco le dio un beso a su novio, no sabiendo que aquel sería el último...
Pronto arrugó la nariz, un hedor rancio estaba invadiendo sus fosas nasales. Era el gas de Jalil.
No quería demostrarlo e incomodar a su novio, pero aquel gas apestaba demasiado, era bastante sorprendente, jamás había sentido a Jalil apestar así. Para no incomodar a su novio, pero dejar de sentir aquel hedor, Marco caminó hacia el baño.
Estando ahí, aspiró profundamente, pero otro olor igual de rancio invadió sus fosas nasales, comenzó a buscar la fuente para toparse que venía de las manchas de falso sudor de su camiseta.
Pero era imposible... Las había hecho con colorante, agua y esencia de vainilla...
Sin embargo entre más olía, más seguro estaba de que aquel olor venía de esas manchas. ¡No podía ir a la fiesta oliendo así!, Así que se quitó la playera y decidió que también iría con una camiseta de fútbol, como Jalil. Que suerte que habían obtenido 2 camisetas de fútbol en aquel extraño bazar... Un momento... Aún estando sin camiseta el hedor lo acompañaba, olisqueo nuevamente y se dió cuenta de que ahora el hedor venía directamente de sus axilas.
Olió directamente y un olor a atleta después de partido lo invadió.
Algo muy raro estaba pasando.
Mientras, en la sala, Jalil se rascaba constantemente la entrepierna, había algo en aquellas bermudas que le causaba una constante picazón. Y eso solo podía resolverse de una forma: Jalil metió una mano a su ropa interior y rascó fuertemente.
Cuando terminó de hacerlo por alguna razón sintió curiosidad de oler sus dedos... así que lo hizo, un olor a sudor guardado y húmedo invadió sus fosas nasales.
"Tal vez necesito un baño... Tal vez" pensó y rió.
Pronto desde el baño se escuchó un enorme:
- PRRRRRIFFRRRFRRRRPT
Marco estaba teniendo una incontrolable cantidad de gases.
Jalil rió, sintiéndose incluso algo humillado, eso por mucho lo había superado
- ¡Buena Bro! - gritó Jalil, está vez no cambiando el Bro por algo más cariñoso.
Pronto marco abrió la puerta saliendo del baño y el hedor invadió todo el departamento, pero esta vez ninguno de los dos arrugó la nariz. Ambos aspiraron aquel masculino olor que les recordaba tanto al olor del locker room después de entrenar, el olor del sofá cuando los 2 se juntaban a jugar videojuegos, el olor que ellos consideraban olor a hombría; todos nuevos recuerdos implantados por aquel mismo olor de las camisetas y sus propios pedos que estaba alterando todo en ellos:
Marcos y Jalil ya no eran aquella ordenada y culta pareja gay, ahora eran 2 sucios, descuidados y descerebrados mejores amigos, dos bros que vivían juntos ya que eran los únicos capaces de aguantar el hedor y desorden del otro.
Marco hizo una reverencia a modo de broma, aunque realmente sí estaba orgulloso, seguro que aquel pedo había sido audible hasta en la habitación del nerd que tenían de vecino. Se puso su camisa de fútbol, y ambos estaban listos.
Este año los dos amigos habían decidido usar sus uniformes de fútbol como disfraz para Halloween, no era un disfraz muy creativo, pero ellos tampoco lo eran y no era como que a sus amigos hetero de la fiesta a la que iban les importará.
- ¿Listo, bro?
- Como siempre
Marco nalgeo a su mejor amigo, a lo cual este contestó con un ruidoso pedo, pero esta vez no hubo besos ni vergüenza, solo risas como los buenos jugadores de fútbol heterosexuales que eran.
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One Shot Buddie; Post 8x06
"A tu lado (Tan unidos como nuestros cuerpos lo permitan)"
✍️ Palabras: 5.319
⚠️ Etiquetas: Smut, Fluff, más Smut y más sentimientos.
—Me siento bien, es solo que esta fue mi primera relación con un hombre y siento que todo es tan diferente, incluso la ruptura la siento muy distinta. —Buck pasó sus manos por su cabello vagamente húmedo. —Podría decir que estamos más felices ahora, que hace una hora.
—Bro. —Eddie le dio un abrazo a Buck. —Sabes que estoy aquí para lo que necesites.
—Gracias. —Buck apretó más fuerte la espalda de Eddie solo para molestarla. —¿Puedo quedarme aquí? Va a llover y no quiero mojarme más de lo debido.
—Amigo, claro que puedes quedarte aquí. —Eddie le lanzo una almohada a la cara.—Puedes quedarte aquí todos los días que quieras, sabes perfectamente que esta es tu casa, además, tu cepillo de dientes sigue en el baño.
—Es un alivio, porque tengo los zapatos mojados por dentro.
Buck sacudió su cabello mojado en el aire.
—Por cierto. —Buck se levantó del sofá. —Qué bonitos calzones.
Eddie había olvidado por completo que estaba bailando en su casa antes de que su amigo llegara y también había olvidado que estaba en ropa interior. No tuvo muy presente ese detalle cuando abrió la puerta a su mejor amigo.
—Hombre, lo siento. —Eddie se sonrojó. —No me había dado cuenta. —Le quito a Buck la almohada que le había pasado antes y se la puso en las piernas. —Espero no haberte incomodado.
—Vamos Eddie, te he visto en ropa interior antes.
—Es un alivio. —Eddie dio un gran respiro. —No quería que esto fuera algo raro.
—Aunque esta vez pude sentir tú… —Buck camino en dirección al baño señalando la entrepierna de Eddie. —No es que no haya sido raro. —Dijo nuevamente gritando desde el pasillo. —Pero bueno, pude sentir algo rozando mi mano mientras me abrazabas.
Para seguir leyendo en Ao3...
O en Wattpad...
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#buck x eddie#eddie diaz#edmundo diaz#evan buckey x eddie diaz#buck and eddie#eddie díaz#buddie meme#evan buck diaz#buddie#buddie canon#buddie fanfic#buddie fic#evan buck buckely#evan buckley#edmundo eddie diaz#buck buckley#Eddie Diaz Buckley#911 season 8#911 abc#911 on abc#Buddie en español
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Big boy ⊹
Advertencia: sub ! Choso, dom ! Lectora, oral, creampie, negar orgasmo, sobreestimulacion.
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- Choso se estremecía bajo tu suave toque, recostado sobre su cama en su cómoda habitación, mientras tanto tú sobre su cuerpo tocando cada punto sensible de el mientras te restregabas contra su intimidad.
Se podían escuchar los jadeos desesperados de el gran muchacho que te volvía loca, con pequeños gemidos por aquí y por allá cuándo sus intimidades se rozaban de manera más inquieta y precisa.
Tu lindo novio portaba un gran y trabajado fisico, con una gran espalda y unos brazos considerablemente más grandes que tus muslos y sin hacerlo de menos unas manos que podían agarrar sin problema tus dos muñecas, con grandes venas saliendo a relucir que lo decoraban con gran sensualidad.
Seguías sobre el frotando su centros de placer mientras te dirigías a morder y succionar su pálido cuello, cada que gemía de satisfacción su manzana de Adán se movía de forma sugestiva.
Pasaban los minutos y comenzabas a tocar cada ricón de su cuerpo, sus lindos pectorales con pezones rosáceos, sus abdominales marcados y mirando desde abajo su definido y sensual rostro, con una forma curvada en sus abundantes cejas y ojos cansados levemente cerrados de placer.
A pesar de que es muy vocal para la hora de el sexo en este momento estaba callado, simplemente jadeando, hasta que algo dentro de el se rompió incitándolo a hablar.
"Dios mío, ____! Creo que estoy cerca, muy cerca" Dijo cerrando sus ojos y mordiendo su labio esperando la confirmación que no obtuvo.
"No te corras Choso, quiero disfrutar de tu miembro un rato más, se un buen chico y espera a que esté satisfecha" Dijiste para seguir restregandote en el hasta que se comenzó a contraer y gemir más alto, a lo que te detuviste.
"Por favor... Estaba tan cerca" Exclamó Choso sin mirarte a los ojos desviando su mirada a la mesa de noche al lado de la cama.
Sin mediar palabra con el lindo hombre debajo de tí, te escurriste cuál serpiente hasta estar frente a su intimidad, bajando tortuosamente sus pantalones de dormir y boxer color negro mientras el te miraba suplicante, pero sin decir ni una palabra.
Al bajar su ropa, te encontraste con su prominente erección que golpeó fuertemente tu mejilla derecha, un golpe seco que hizo gemir a Choso.
Sin importarte mucho diste una gran lamida a su miembro desde la base hasta la punta succionando la misma, ganado un suspiro pesado de el contrario.
Ya estando en el inicio de su intimidad, fuiste bajando mientras lo colocabas dentro de tu boca, escenario que volvía loco al pelinegro que agarraba fuertemente las sábanas para después tirar su cabeza hacia atrás de el placer obtenido.
Tus movimientos eran constantes y rápidos, aunque en momentos bajabas la intensidad para torturar al contrario.
Los gemidos de el hombre se hacían presentes y su inminente orgasmo también, el chico estaba a punto de explotar, lindos gemidos y súplicas salían de el, haciendole honor a tu nombre.
"____! Por favor... Dios mío, déjame correrme, te lo suplico" Dijo Choso rogando mientras su labio estaba siendo mordido por el mismo al punto de sangrar levemente.
Sacaste su miembro de tu boca, para acariciar sus abdominales mientras movías tu mano de arriba a abajo sobre su eje.
Escuchando sus súplicas y pensando que decir detuviste nuevamente tus movimientos, frustrando de sobremanera al más alto.
"Un rato más lindo, te haré sentir muy bien, la espera vale la pena, solo se paciente" Dijiste para guiñarle un ojo y comenzar a bajar tu short y ropa interior, dándole una linda vista al contrario.
Volviste a tu posición inicial de estar en su regazo, teniendo sus intimidades cerca.
Agarras su miembro y comienzas a introducirlo, mientras con la mano que tenías apoyo en su muslo estaba siendo marcado con tus uñas bien cuidadas.
Choso se estremecía y jadeaba mientras tus paredes lo abrazaban sin quitar la mirada en ningun momento de la unión de sus intimidades.
Comenzaste a moverte sobre el, escuchando sus pieles chocar haciendo un ruido sumamente obsceno que volvía loco al hombre, sus gemidos cubrían los tuyos, siendo muy ruidoso por todo lo que estaba sintiendo, tanta estimulación y negación lo estaba matando.
Fuiste más rápido, apoyándote en su hombro, mordiendo su cuello nuevamente.
Tenías su boca en tu oreja escuchando a claridad total todo su placer.
Parecía que tú estabas hecha para el, como se conectaban, como apretabas todo su eje y encajaban perfectamente, lo volvía loco y adicto a lo que le provocabas.
Estaba a punto de llegar a su climax, y esta vez si tienes planeado dejar que lo alcance.
Casi llorando, con los ojos cristalizados el más grande súplica.
"D-dios, dime qué si, por dios, dime qué me puedo correr, lo necesito, t-te necesito" dijo cerrando los ojos dejando caer sus lágrimas de estimulación.
"Si, Choso puedes correte" Dije entrecortadamente para el hombre.
Cada segundo que pasaba aumentaba la intensidad separando mi cara de su hombro para mirarlo a los ojos.
El obsesionado mirando mis pechos rebotar mientras llevaba uno a su gran mano, apretándolo suavemente.
Gruñia en vez de gemir, los jadeos ya eran casi inexistentes, hasta que por fin llegó a su climax.
Su cuerpo se contrajo y agarro mis caderas para moverme y dejar toda su semilla dentro de mí.
Jadeando soltó mis caderas, pero sinceramente no había llegado a mi punto final, así que seguí moviendome.
Su cara fue un poema, jamás había experimentado la sobreestimulacion y se notaba.
Desesperado colocó parte de su puño en su boca para morderlo por la sensación que le estaba haciendo sentir.
Agarraba las sábanas con desesperación, mientras lágrimas brotaban de sus ojos.
Su semilla se veía esparcida entre mis muslos y su pelvis, dando una lubricación natural.
Pronto sentiría mi propio orgasmo llegar al igual que el suyo, ya por segunda vez.
Me moví con más intensidad persiguiendo mi primer climax, consiguiéndolo a la par de Choso.
Cansados tratamos de calmar nuestras respiraciones, con nuestros corazones juntos y un lindo abrazo que denota todo el amor que tiene para dar.
Sinceramente fue una noche que siempre va a recordar.
⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘
#choso kamo#jjk choso#choso x reader#choso smut#jujutsu kaisen choso#jjk#jujutsu kaisen#oneshot#español
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"Déjame cuidar de ti, amor"
Hello amixes! Este es mi pequeño aporte (de 600 palabras más o menos) para el reto que de mi amada Cali @the-californicationist. Hace mucho tiempo que no escribo ficción, o algo que no sea de trabajo, así que puedo estar un poco oxidada.
Aproveché que me he sentido muy estresada y solo quiero que uno de los chicos de COD me cuide. ¡Espero que les guste! Va con mucho amor.
_________________
Era un viernes por la noche cuando llegaste del trabajo, tu cabello húmedo y la ropa goteando porque ¡sorpresa! Comenzó a llover, no habías llevado un paraguas y tuviste que correr por todo el estacionamiento, usando unos lindos pero incómodos zapatos de tacón. Tu semblante era tan feroz como el clima, un ceño fruncido que provocaría un dolor de cabeza más tarde y los labios torcidos en una mueca que no aflojó al oler esa rica loción después del afeitado que tu hombre usaba, las notas de un perfume ahumado embriagaron tus sentidos y condujeron tus pasos hacia el pequeño balcón, donde podías atisbar la poderosa fisionomía del susodicho.
Cuando escuchó el golpeteo de los pies en el suelo de madera pulida se volteó, dejando caer el vaso sobre la mesa de cristal y atrayendo toda su atención. Sus ojos, tan profundos e intensos, bebían el contorno de tu figura mientras te quitabas la ropa mojada, dejándola en el suelo sin importarte que parecieras desesperada.
— ¿Algo que te esté molestando, amor? —preguntó, alisando su regazo y tendiéndote la mano para que pudieras sentarse a horcajadas sobre él.
Suspiraste, dejándote caer sobre su cuerpo robusto y cálido, presionando tu rostro en la deliciosa curva de su cuello. Llevaste las manos a su pecho descubierto por la camisa blanca desabrochada, acariciando los pectorales cubierto de vellos que escondían tiernas pecas y cicatrices tenebrosas por toda su piel tostada luego de haber combatido en numerosas guerras.
—Es esa perra en el trabajo de nuevo, no deja de molestar y mis jefes no hacen nada para detenerla —murmuraste, subiendo los delicados dedos para acariciar el contorno de su mandíbula fuerte.
—Amor, solo tienes que decir la palabra y está hecho. No tienes que seguir trabajando cuando soy más que capaz de cuidar de ti y darte todo lo que necesitas —contestó el mayor, su mano izquierda amasando la carne desnuda de sus muslos, mientras que la otra sujetaba tu cuello y te instaba a mantener el contacto visual.
Como un depredador que acecha a su presa, se inclinó y a su vez te acercó por el agarre en tu cuello, para delinear tus labios con su traviesa lengua antes de devorarte en un beso que inició un incendio forestal desde tu pecho hasta tu vientre. La boca del hombre te bebía como el líquido que yacía olvidado a su lado, mordiendo los labios, chupando sensualmente la lengua y comiéndote con abandono, consumido por la pasión reprimida entre tu estresante trabajo y la pila de informes que le esperaba después de cada despliegue.
—No quiero ser una carga para ti… —afirmaste entre besos, enterrando las uñas en su pecho y acariciando la piel lastimada por la fuerza con la que te sujetabas.
Para ese momento, sus manos callosas y experimentadas dirigían los movimientos de tu cuerpo en su regazo, permitiéndote sentir la fuerza de su virilidad que se presionaba deliciosamente contra tu clítoris vestido. La ropa interior húmeda se pegaba a ese lugar que ardía de deseo por tu hombre, que estaba muy ocupado en convencerte para que fueras una buena ama de casa para él y dejarás de sufrir tanto a manos de un trabajo donde no te valoraban.
—Dame la oportunidad y te daré el mundo eterno, amor.
Sus palabras se escucharon como un ronroneo seductor para tus oídos, acompañado de sus manos tirando de las pocas prendas que tenías para desnudarte a sus ojos y hacerte suya nuevamente, esta vez para siempre, mientras planeaba un futuro donde estuvieras llena con sus bebés regordetes y lo esperaras con los brazos abiertos al retirarse.
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El problema, es que quieren conocerte a ti, porque así de enajenado mentales son.
Que se la suda tú blog, solo les interesa la palabra sexo. Y si eres mujer o no.
Cómo hombre, opino así.
Solo le importa, tiene un blog de sexo, pues "hostia" como follara? Que ropa interior usará? O con que se mojará? O como haré que se moje para intentar entrale? .
Es absurdo. Pero la gente funciona así.... No han tocado una teta en su vida..
("que te voy a contar que no sepas")
A mí me pone tú blog y es muy bonito, las cosas como son.
Y no voy a ir a decirte nada a ti porque es faltarte al respeto, otra cosa es conocernos y que los dos, estemos descuerdo. (es una manera de hablar, perdoname por meterme de por medio xD?)
Pero para que me entiendas.
En fin... Paciencia.
Bueno, no son perturbados por querer conocerme y montarme, dicho pronto y mal. Eso es pulsión biológica y les puede arrastrar más a ir así aquí el que no encuentran satisfacción a esa faceta de su vida IRL. Pero son raros, violencia sexual, o al menos verbal seguro y hasta creepy algunos intentos de llamar mi atención, y que demostraría que no andan muy bien en sociabilidad
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No es una queja velada de fotos de pene no solicitadas, estoy pensando en el francés que enviaba fotos de mujeres desnudas y encadenadas en porquerizas o el anon que decía en Ask de matarme y seguir violando mi cadaver que dio para hablar aquí sobre que debemos ser persona y pensar que los demás lo son al tratarlos.
Veo a otras mujeres que provocan a su audiencia, coquetean con los Asks recibidos y dan selfies de partes corporales. Están en su derecho y usan de otra forma la plataforma, lo que que vayan allí los que quieren ese tipo de interacción. Pero repito aquella analogía, es como si a canal de Youtube de cocina les viene dejando comentarios la gente exigiendo que les inviten a comer por haberles dado hambre.
Agradezco la sinceridad, que te de igual el blog (no tiene por qué interesar a la gente) y que me sigues por las fotos. Estás en tu derecho y ya dije que eran para mejorar en engagement. Así que siendo coherente no me puede molestar lo primero y he de sentirme orgullosa de lo segundo.
En cuanto lo otro, ni soy prístina y virginal criatura ni inaccesible porque voy respondiendo siempre a comentarios y hago por saludar los buenos días y que se sienta cierta cercanía aunque tengo los DM cerrados a no-mutuals por pura salud mental. Lo que pasa es que esto no es Tinder ni un servicio de gratificación. Dedico ratos a mirar fotos, compartir y programar posts y cuido un blog no entrando a aliviarme ni aliviar a nadie. Pero otra gente si, o por alguna razón saludan al DM si pueden, ruegan en Ask que les abra ese espacio para poder y a la tercera línea me enseñan el pene o me vienen con guarreo, y otros son ignorados antes porque en la segunda línea de chat preguntan edad o país de procedencia... vamos que no se han mirado del blog ni la parte de bio/descripción.
Algo así me parece muy natural y sano que exista, pero lo vive la gente como un glory hole en lo sexual y lo social lo reducen solo a lo sexual. Me reclama tiempo gente desconocida porque dice que quiere conocerme y olvidan lo importante, que debería sentir yo algo de curiosidad en ellos primero, que los viera comentar posts, que tuvieran un blog que no solo fueran fotos prestadas y sexuales... que fuera algo que surgiera orgánico. No me importa no poder cara ni datos concretos como ciudad, soy la primera que es cuidadosísima en eso que salen muchos locos que se obsesionan y yo digo muchas cosas comprometedoras para mi trabajo, pero un perfil angloparlante sin blog que ni se a que pais hablo y que ha salido de la nada hace diez minutos ¿por qué debería dedicar tiempo e importarme su gratificación sexual?
Además... la literatura poniéndose el personal erótico, que terrible. Me ha pasado que alguno me ha abordado de la nada estando yo caliente de ver fotos en mi feed y se ha puesto a intentar calentarme con tal pericia que me ha enfriado, no me he dignado en contestar y he cerrado esto para irme a dormir. Pero ya me estoy alargando de más mientras quedan Asks y se acumulan más. Termino. Escríbeme más, con poca gente puedo hacerlo en mi idioma y... nunca se sabe. Gracias por aportar. Un saludo.
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Infidelidad
Una persona con el corazón roto es capaz de cualquier cosa por despecho. Cuando Antonio se enteró de que su esposa le había sido infiel, se volvió loco. 20 años de matrimonio se fueron directamente a la basura. Aparentaba estar tranquilo ante todos, incluso firmó los papeles de divorcio sin ninguna protesta. Pero de lo que nadie se había percatado era que Antonio cocinaba su venganza desde las sombras. Hasta donde él sabía, su esposa estaba por fugarse de la ciudad con su amante, varios años más joven que Antonio. Las piezas estaban en el lugar ideal para la venganza.
- Veo tu cara en el espejo, y por más que lo intento, no comprendo lo que vio ella en ti.
Germán, el joven hombre de 29 años, se dijo a sí mismo en el espejo, mientras con sus manos, acariciaba su musculoso cuerpo lampiño. Bueno, algo así. Si bien ese era el cuerpo de Germán, era Antonio quien lo utilizaba. El hombre había robado el cuerpo de este joven como parte de su plan.
- Quiero decir, eres guapo, bastante, a decir verdad. Y tienes un cuerpo bastante sexy. Pero yo también tengo lo mío. Para empezar, gano más dinero que tú. En lo que respecta a la apariencia, es verdad que no hago tanto ejercicio como tú, pero nunca he descuidado mi cuerpo.
Mientras estas palabras salían de su boca robada, Antonio continuaba sintiendo con sus nuevas manos cada centímetro del cuerpo de Germán. Poco a poco sus dedos se acercaron hacia su zona más íntima. Sin vacilar, sus dedos entraron por debajo de su ropa interior y le dio un buen apretón al largo y sensible trozo de carne circuncidada entre sus muslos.
Mientras estas palabras salían de su boca robada, Antonio continuaba sintiendo con sus nuevas manos cada centímetro del cuerpo de Germán. Poco a poco sus dedos se acercaron hacia su zona más íntima. Sin vacilar, sus dedos entraron por debajo de su ropa interior y le dio un buen apretón al largo y sensible trozo de carne circuncidada entre sus muslos.
- ¡Vaya muchacho! Puedes sacarle el ojo a alguien con esta cosa. Pero el mío es mucho más grueso.
Una sonrisa arrogante se dibujó en el rostro de Germán, una que el verdadero nunca haría. Antonio continuó con su monólogo frente al espejo, odiaba admitirlo, pero toda esta experiencia lo excitaba demasiado.
- Bueno, no importa lo sexy que seas, ahora todo esto me pertenece. Yo soy tu, al menos por ahora. No me malinterpretes amigo, esto tiene poco o nada que ver contigo. Tu no tenías idea de que te estabas metiendo con una mujer casada. Simplemente estuviste en las circunstancias incorrectas. Pero, en fin, eres justo lo que necesito para vengarme de ella.
Antonio terminó de quitarse la ropa que llevaba puesta, dejando al aire libre la hombría de Germán, además de su redondo y suave trasero. La figura redondeada del par de melones que ahora poseía fue irresistible para Antonio. Se dio una fuerte nalgada que hizo a sus glúteos temblar como dos gelatinas.
- La idea original era grabarme teniendo sexo con varias de las amigas más íntimas de mi ex, pero tengo una mejor idea. Llevo semanas con una inquietud en la cabeza, pero no me atrevo a intentar en mi propio cuerpo. Supongo que esta es mi oportunidad.
Antonio les dio un fuerte apretón a las suculentas nalgas de Germán. Estaba muy excitado por la emoción de estar en un nuevo cuerpo. Y más por el estar en uno tan sexy. Se dirigió a la mesa de noche junto a su cama, abrió el cajón, y de él sacó una bolsa negra. Dentro se encontraban un estimulador de próstata totalmente nuevo y una botella de lubricante. Solo Antonio sabía cuánto tiempo llevaban esos objetos guardados. Antonio sacó de su empaque el vibrador y se aseguró de cubrir meticulosamente todo lo largo del objeto de plástico con suficiente lubricante. Aún recordaba con recelo su último chequeo médico, cuando tuvo que consentir un tacto rectal. Salió del consultorio caminando como un cervatillo. Antonio se agachó casi hasta tocar sus pies, de tal manera que su trasero quedó expuesto al cielo.
Todo estaba listo, y con una mezcla entre emoción, duda y algo de miedo, Antonio acercó poco a poco el estimulador a su ano. Introdujo suavemente la punta en su culo virgen, y con toda la delicadeza que pudo, metió el objeto hasta el fondo. Antonio se incorporó y se vio de nuevo al espejo. Hasta el momento todo iba excelente, su rostro mostraba genuina emoción. Su pene incluso se había comenzado a poner erecto sin haberlo tocado. Antonio se recostó cómodamente en su cama y tomó el control del vibrador. La verdadera diversión estaba por empezar. Con mucha seguridad presionó el botón de encendido, haciendo así que un muy corto y rápido movimiento sacudiera el ano robado de Germán. Esto solo había sido el aviso de encendido, pero fue más que suficiente para que un gemido escapara de los labios de Antonio.
La mirada de Antonio se llenó de determinación. Configuró el aparato a una intensidad media y con vibración constante. Tan pronto cómo el estimulador comenzó a hacer su magia, Antonio comenzó a retorcerse de placer en la cama. Daba vueltas y vueltas por todos lados, intentando agarrarse de las sábanas. Las olas de placer recorrían su cuerpo, su respiración comenzó a agitarse. Gemidos, bufidos e incluso gritos se hicieron audibles por toda la habitación. Antonio estaba volviéndose loco de placer. Gotas de líquido preseminal salían de la punta de su pene erecto, que se sacudía erráticamente al ritmo de sus caderas.
Su parte consciente se repetía a sí mismo una y otra vez que debía controlarse, pero poco a poco la lujuria y el placer fue todo lo que su mente obedeció entre el caos sensorial. Constantemente Antonio tapaba su boca, en un intento deliberado de no dejarse llevar tanto por sus instintos. “¿Por qué hago esto?” pensó a la vez que apartaba sus manos de su rostro y se dejaba llevar por la excitación. Respiró profundamente, recuperando un poco el aliento, y a partir de ese momento dejó que el cuerpo que tanto trabajo le había costado robar fuera dominado por sus instintos más salvajes.
Los ruidos de placer se hicieron más intensos. Probablemente podían escucharse desde la calle, pero a Antonio no le importaba. Su cuerpo estaba empapado por el sudor. El olor que emanaba de él era exquisito. Con sus fuertes manos recorrió cada parte del cuerpo bien tonificado de Germán. Su pene se encontraba ya a reventar. Antonio quería llegar de una vez por todas al clímax, así que tomó la botella de lubricante, se untó las manos con él y comenzó a acariciar furiosamente su verga. No pasó mucho tiempo hasta que hilos de blanco y caliente semen salieron disparados en todas direcciones. El cuerpo de Germán terminó cubierto en sus propios fluidos. Varios chorros aterrizaron en su cara, uno incluso en su boca, permitiendo a Antonio probar por primera vez en su vida el jugo viril de otro hombre.
- No puedo esperar para que metan algo aún más grande por allí. Esto va a ser aún mejor de lo que había pensado. - Antonio apagó el vibrador y recobró su aliento. Tras unos minutos pudo ponerse de pie, tomó una toalla de su baño y se limpió un poco. Sabía que debería haberse duchado, pero le pareció más apropiado conservar su cuerpo cubierto por fluidos corporales. Se puso de nuevo sus Jens y se recostó de nuevo viendo hacia el espejo.
- Voy a matar dos pájaros de un tiro contigo. Tú no te preocupes amigo, descansa allí adentro. Cuando salga de ti no recordarás absolutamente nada de todo esto, y yo abre obtenido mi venganza contra esa perra que alguna vez llamé esposa.
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Max estaba tan ansioso de llegar a su casa, se sentía la persona más caliente del mundo; era tanto su deseo de explorar su cuerpo que le lanzaba miradas incomodas al taxista.
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Al principio del día pensó que solo compraría comestibles, fue en la tienda en donde encontró al cuerpo que actualmente habita. Estaba vestido de manera formal; traje, corbata, barba recortada y zapatos limpios. Inmediatamente, obtuvo la atención de Max, era el tipo de hombre con el cual le gustaba estar. Esa fue razón suficiente para que se sintiera emocionado por las miradas que recibía de su parte.
Su corazón se acelero cuando el hombre se le acercó para hablar, tenerlo tan cerca le dio la oportunidad de percibir el aroma que emanaba de su ropa. Su entrepierna comenzó moverse mientras charlaban.
El hombre le ofreció un trato que lo dejo desconcertado, se trataba de tomar su lugar en una boda. Max confuso cuestiono si no habría problema con que un desconocido asistiera. El hombre se burló al ver que no había entendido su plan, se acercó a su oído y expreso claramente “Nadie dirá nada si te ves como yo”. Con una sonrisa a medias, Max expreso su incomodidad, aún no entendía que quería decir. El hombre se cansó de ser sutil y le pregunto directamente si aceptaba.
Max confirmo con su cabeza, pensó que eso le daría la oportunidad de verlo más seguido. El hombre sonrío, de un movimiento brusco tomó la entrepierna de Max y elevo su alma hasta sacarla de su cuerpo. El chico estaba aterrado, veía su cuerpo inerte mientras el flotaba a la deriva. El hombre suspiro, su alma salió de su cuerpo y entro directamente hacia el que estaba vacío.
El cuerpo del chico comenzó a moverse y miro hacia el espectro. Apunto hacía si mismo indicando que entrará de la misma forma. Sin ninguna otra opción se acerco como pudo y entró en el cuerpo más corpulento.
De inmediato, Max se sentía raro, su peso casi lo hace caer y la vista que ahora tenía le mostraba un apretado traje provocando un enjambre de sentimientos, predominando la curiosidad. El hombre ahora en el cuerpo de Max, le dio detalles del evento y le pidió que se comportara decentemente evitando a toda costa hacer cosas vergonzosas, pero después de que terminara era libre de hacer lo que quisiera. Eso último emociono a Max, se sentía motivado y con confianza.
Durante todo el día estuvo resistiendo la tentación de tocar su cuerpo, su entrepierna se marcaba demasiado, algo que llamo la atención de otras personas en el lugar. Fue un alivio cuando se retiro y tomó el primer taxi hacia su casa.
Ya en su hogar fue directo al primer espejo que encontró, observo detenidamente cada parte de su rostro quedando encantado con cada segundo que pasaba, tocando su barba, exagerando la picazón que provocaba tener una. Jugaba mucho con su voz, era anormal que sonará tan diferente a la suya.
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Se quito la ropa de poco en poco explorando con paciencia cada una de las partes que iba descubriendo. La corpulencia de ese cuerpo le encantaba, sobretodo en sus piernas tan anchas y marchadas. Pronto lo único que quedo fue su ropa interior, introdujo su mano dentro para tocar su paquete que durante todo el día había anhelado conocer. Una onda de placer se extendió por todo su cuerpo provocando que se encorvara a la vez que soltaba un leve gemido.
Rápidamente retiro su mano y tuvo una idea. Bajo una aplicación en su teléfono para buscar a alguien con quien explorar más su nueva carne, se tomó fotos justo en ese momento para llamar la atención. A los pocos minutos su teléfono estaba lleno de notificaciones esperando que alguno de ellos fuera lo suficientemente bueno para el cuerpo que estaba habitando.
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Holi! Todo bien?
Tengo un request para enzo si puede ser 😃 porque ya vi que escribís sobre embarazos y necesito un pibe con ese hombre, podrias hacer un drabble o one shot o LO QUE USTED QUIERA sobre enzo y su novia en el cual ella rompe bolsa? (Me imagino que esa es la una situación en toda la relación donde genuinamente lo veas nervioso y sin idea de que hacer yendo para aca y para allá con el bolso del hospital y mirandote con cara de terror cada vez que tengas una contracción)
Cuando sentiste un líquido caliente corriendo entre tus piernas pensaste que eran restos de lo que había sucedido horas atrás, restos del momento compartido con tu esposo luego de bromear sobre las últimas veces teniendo sexo antes de ser padres, pero cuando la sensación no se detuvo comprendiste que se trataba de otra cosa.
Lejos de entrar en pánico e intentando ignorar cuánto te molestaba que se arruinara tu pijama favorito, terminaste tu snack de madrugada y lavaste los utensilios con tranquilidad. Visitaste el baño y estabas batallando con un suéter cuando Enzo despertó, asustándose al encontrarte en medio de la habitación.
-¿Qué pasó? ¿Tenías frío?- preguntó mientras te ayudaba a vestirte, todavía sin comprender por qué estabas en ropa interior cuando abrió los ojos.
-Hay que ir al hospital.
-¿Por qué? ¿Te sentís mal?- y colocó sus dedos en tu muñeca para medir tu pulso.
-Va a nacer.
No recordabas haberlo visto tan pálido en… bueno, nunca, porque en todos los años que llevaban de relación jamás lo habías visto tan nervioso o asustado. Soltó tu muñeca y mientras intentaba recomponerse se llevó una mano al pecho, como si temiera que su corazón fuera a escapar o que sus pulmones colapsaran.
-¿Estás segura?
-Muy segura.
-¿Y cómo estamos? ¿Cómo estás?
Tu sonrisa fue contagiosa pero no lo suficiente para tranquilizarlo y mucho menos para evitar que comenzara a correr por toda la casa luego de ayudarte con tu pantalón y tu abrigo: tomó el bolso que prepararon para el bebé y el bolso con tus pertenencias y los dejó cerca de la entrada mientras buscaba las llaves del auto con desesperación.
-¿Me buscás el termo?- pediste cuando regresó a la habitación, peinándote sin prisas.
-¿El termo…?
No esperó tu confirmación y tampoco preguntó para qué querías un termo, desapareció de tu vista y pocos segundos más tarde un fuerte golpe y un grito te permitieron saber que había llegado a la cocina. Recordaste el pequeño desastre que manchaba las cerámicas y el no advertirle, junto con tu incapacidad de limpiarlo en el momento, te hizo sentir culpa.
Ponerte de pie no fue tan difícil como llegar a la puerta de la habitación, lugar donde una contracción te atacó y provocó que te doblaras presa del dolor. No gritaste pero tu queja fue suficiente para que Enzo regresara corriendo y fingiendo no masajear su cadera para disipar el dolor de la caída.
-Acomodate acá, vení- te guió hacia el mueble más cercano, tu tocador, y una vez que lograste apoyarte en este comenzó a acariciar con fuerza tus costados. A través del espejo encontraste su rostro nervioso y te sorprendió que la fuerza con la que mordía su labio no lo hiciera sangrar o desmayarse.
-Respirá- le recordaste-. No pasa nada.
-Sí, tenés razón- asintió, aún conteniendo la respiración, y luego soltó una risa temblorosa-. ¿No tendría que estar tranquilizándote yo a vos…?
No fue difícil ver en sus ojos el pánico y la desolación ante un panorama desconocido, pero las palabras de calma durante el corto trayecto hasta el hospital te confirmaron nuevamente que no podías estar en mejores manos. Enzo estaba nervios, sí, pero eso no le impedía recordar que necesitabas su apoyo más que nunca.
Entre contracciones y contracciones tomó tu mano, acarició tu rostro sudoroso y continuó masajeando tu cuerpo en un intento de aliviarte. Ambos habían acordado que no recibirían acompañantes en el hospital (y tampoco los días posteriores al parto), lo cual pareció ser una buena opción una vez que la habitación en la que se encontraban comenzó a asfixiarte y aún más cuando pareció volverse increíblemente pequeña.
Cuando se aproximaban a la sala de partos Enzo encontró la fuerza suficiente para sonreírte, contenido y sereno como siempre, y besó tu frente cuando dijo:
-Vamos a tener un bebé.
La maternidad será con Enzo Vogrincic o no será...
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Boda Sorpresa (e Incestuosa)
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Susy había recibido una llamada de su hijo para invitarla a su boda ese mismo fin de semana, eso la había desconcertado pues en todos los años que su hijo tenía viviendo en otra ciudad nunca le había presentado a alguna novia ni por lo menos hablado de alguna chica. La boda seria el sábado antes del mediodía, Susy llego el viernes por la tarde, poco antes de anochecer, a la hermosa casa de su hijo, al llegar lo beso en la boca como acostumbraban hacerlo desde que él era niño, y con la intensidad y pasión que hacían después de que Susy enviudo, cuando su hijo era adolescente.
Se instaló en la habitación de visitas y se iba aponer algo más cómodo, después de varias horas de viaje la hermosa madre estaba cansada y quería refrescarse, apenas se estaba cambiando para conocer a su futura nuera, pues su hijo le dijo que llegaría más tarde para presentarlas. Cuando Susy apenas estaba desempacando su hijo entro a la habitación, la tomo en sus brazos por atrás y la beso en el cuello, sin dejar de besarla calmadamente la acostó en la cama con delicadeza. Susana se dejó llevar por la pasión con su hijo, extrañaba sus besos y sus caricias, pero muy en el fondo estaba triste de pensar que una desconocida iba a quitárselo, Susy decidió aprovechar la que probablemente sería la última vez que haría el amor con el su mejor amante. La vagina de la madre estaba ardiendo, deseaba sentir el duro falo de su hijo entrar como ariete, la humedad que de su vagina ayudo a la penetración. Después de una cadena de orgasmos que electrificaron su cuerpo Susy callo rendida y se quedó dormida en el viril pecho de su hijo, por última vez.
A la mañana siguiente, sonó el timbre mientras se duchaba, escuchó la voz de su hijo que la llamaba, Susy pensó que su futura nuera había llegado, salió de la regadera envuelta en una toalla; se sorprendió al ver entrar a su hijo a la habitación seguido de una tropa de personas “corre mamá tienes que arreglarte para la boda, ellos te van a ayudar a estar hermosa para el día más importante de nuestras vidas”. Las personas que entraron se instalaron eran maquillistas y peluqueras y una de ellas llevaba un par de portatrajes; al abrirlos vio el esmoquin de su hijo y del otro la hermosa dama que los llevaba saco el más hermoso vestido de novia que Susy había visto. Apenas estaban terminado de maquillarla, y de peinarla cuando la mujer de los portatrajes le dijo que era hora de probarse su vestido mientras le extendía el vestido de novia a ella. Susana no sabía que decir, la sorpresa la había consumido. El hermoso vestido le quedaba perfecto, la talentosa costurera lo había hecho usando como referencia las fotos que ella le había mandado a su hijo en ropa interior. El escote resaltaba su pecho, la cintura se pegaba perfectamente a su figura, el trasero de Susy se veía redondo y la espalda desnuda terminaba de cerrar la imagen de una sensual mujer madura todo se completo con el velo casi transparente que complementaba la efigie de la perfecta novia dotada de la hermosura que solo una felicidad inesperada puede provocar.
Poco antes del mediodía Susy estaba lista en el patio trasero de la casa de su hijo, lista para caminar por un pasillo improvisado entre un puñado de invitados, que a ella le eran desconocidos. La emocionada madre noto que en su mayoría los invitados eran parejas de mujeres mayores y hombres jóvenes y unos cuantos eran mujeres jóvenes acompañadas por hombres mayores y otras pocas parejas eran personas de la misma edad pero extremadamente parecidos entre ellos… Susy no tardo en entenderlo, todas las parejas estaban formadas por familiares, madres e hijos, padres e hijas y algunos tenían que ser hermano y hermana, fue lo que pensó ella dentro de su sorpresa. Tras de ella iba un sequito de mujeres maduras que le explicaron la situación: su hijo era miembro de la Fe de Edipo un grupo pequeño pero en crecimiento que aprobaban el incesto consensuado entre adultos, efectivamente todas las parejas eran familiares pero no solo heterosexuales o monógamas, de hecho la Yocasta, así se hacían llamar las sacerdotisas, que iba a oficiar la ceremonia era pareja de su hija.
El ambiente estaba lleno de dicha, una nueva pareja incestuosa se iba a unir, un hijo declararía su amor eterno a su madre en frente de una comunidad que aprobaba y disfrutaba del tabú más antiguo “fornicar entre familiares”. Susy estaba más emocionada, ella había fantaseado con casarse con su hijo desde que empezó a hacer el amor con él cuando era adolescente, pero no podía admitirlo, no era algo “normal” para la sociedad en donde ella había crecido, sin embargo aquí se veía libre de aceptar sus deseos que tanto tiempo se había visto obligada a ocultar. En el Altar la esperaba su hijo, todo un hombre vestido con un elegante traje, era todo un adonis para su madre y futura esposa.
La ceremonia fue bella y breve, la Yocasta hablo de la pureza del amor entre una madre y el fruto de su vientre, hablo del poder de amor de un hijo a su propia madre, de la responsabilidad que ahora ambos adquirían como pareja y de defender el estilo de vida que estaban adoptando ante los ataques de odio de intolerantes como una obligación y de ser posible difundir la Fe de Edipo entre más personas, familiares y conocidos.
Hubo una pequeña recepción para los invitados después de la ceremonia, todos felicitaban efusivamente a Susy abrazándola, en especial otras madres. A su hijo le felicitaban con fuertes apretones de mano. Algunas mujeres le preguntaban si aún era fértil y si no le emocionaba poder tener hijos/nietos con su ahora hijo/esposo, Aun lo era, sin embargo por lo rápido que habían pasado las cosas ella no había considerado esa posibilidad y de solo imaginarse embarazada sus pezones se hincharon bajo el vestido y su coño se empezó a humedecer; sentía la urgencia de hacer de nuevo el amor con su hijo, pero ahora como marido y mujer.
Después del banquete la nueva pareja de esposos incestuosos hizo el tradicional primer baile como pareja, Susy sintió como su hijo/esposo le apretaba una nalga con pasión para pegarla más a él, podía sentir la tremenda erección que tenía su hijo, ella presionaba el pecho contra el de su hijo, con la intención de que sintiera sus pezones duros como rocas, por la urgencia de hacer el amor con su hijo.
Al final del baile su hijo saco sus pechos y se puso a mamarlos enfrente de todos los invitados, luego él saco su pene y la “obligo” a ponerse de rodillas para chupárselo, su hijo no tardo en correrse y Susy trago toda la corrida de su hijo. Entonces después de guardarse el pene su hijo la tomó en sus brazos y en medio de una multitud aplaudiendo y vitoreando subió las escaleras con ella en brazos, ella se aferró a su cuello y lo beso con pasión, lo que había estado anhelando estaba a punto de suceder al dar un último vistazo a los invitadas pudo ver que la mayoría de las madres/esposas estaban chupando las vergas de sus hijos, Susy entendió que era parte de la tradición que los invitados esperaran haciendo el amor mientras la pareja disfrutaba de la noche de bodas, de tener sexo por primera vez como marido y mujer.
Ya en la habitación de su hijo, se arrancaron la ropa mientras se comían a besos, Susy sentó a su hijo en la cama y ella se arrodillo frente a él, chupo su pene y se lo puso entre las tetas para hacerle una buena rusa, Susy sentía el sabor de la verga de su hijo, cuando se la chupaba al salir de entre sus tetas, y su hijo sentía el calor de las tetas de su madre y el de su boca, eso hizo que su hijo explotara en la boca de Susy, y ella disfruto el sabor amargo del semen de su hijo, tragándolo completamente si derramar una sola gota de la semilla de su hijo. Susy no tardo en lograr que la verga de su hijo se pusiera dura de nuevo y en cuanto estuvo tiesa Susy la introdujo dentro de su vagina, sin dejar de ver a los ojos a su hijo, se clavó el pedazo de carne dentro de su húmeda y ardiente caverna y solo emitió un quejido apagado al sentir como llegaba al fondo la verga de su hijo. Su hijo se recostó en la cama y Susy cabalgo con fuerza a su hijo, sus quejidos se sincronizaron con las embestidas de su hijo, quien apretaba sus tetas con fuerza. Sentir las manos de su hijo sobre sus pechos y su verga entrando hasta el fondo de sus entrañas, saber que follaban como marido y mujer hizo que Susy sucumbiera a una fuerte cadena de orgasmos.
Sentirla temblando sobre él provocó que su hijo se pusiera más cachondo quien siguió perforándola hasta que él mismo sintió la necesidad de venirse. Susy sintió como su hijo disparaba chorro tras chorro de semen, Sentir su vagina llena de la crema de su hijo, la hizo imaginarla embarazada con su propio nieto, eso intensificó el orgasmo de Susy. Su cuerpo temblaba con intensidad y ella se agarraba el cabello y se mordía los labios, su hijo se tiró a su lado en la cama y la abrazó. Madre e hijo se abrazaron en un tierno abrazo de amor filial, de amor incestuoso amparado por la fe de los testigos de Edipo. Susy y su hijo se besaron apasionadamente. Sabido que el resto de sus vidas estaban por delante y que el siguiente límite a alcanzar seria tener un hijo, Susy con una hermosa barriga de embarazada. Ellos no lo sabían pero, no habiendo mejor forma de decirlo, eso se estaba gestando justo en ese momento.
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˛ ⠀ ⠀⋆ ⠀ ⠀𝗧𝗔𝗦𝗞 01: LEALTAD NO ES UNA CADENA, SINO UN LAZO DE TINTA Y SANGRE. ( @losavntos )
𝗔𝗹𝗱𝗲𝗿𝗶𝗰𝗵 𝗛𝗮𝘀𝘁𝗶𝗻𝗴𝘀 entrevista a 𝙉𝙞𝙖𝙡𝙡 𝘽𝙮𝙧𝙣𝙚.
Había estado tranquilo. Calmado. Relajado. Había andado por ahí como quien no quiere la cosa hasta que los sobres aparecieron sobre las camas. La frase cuidadosamente escrita inscribiéndose en sus retinas con el dolor de una marca hecha con hierro caliente. Traidor. Eso era. Y eso descubriría Alderich Hastings en el momento en que pusiera un pie en la oficina.
Decidió que se aferraría a la estrategia planteada por Malena. Después de todo, ella era mucho más inteligente que él. Cuando llegó al despacho y aquella gélida cordialidad lo recibió, supo que sería más difícil de lo que había planteado en un inicio en su cabeza. Dentro de esta, había ensayado respuestas a posibles preguntas, pero nada lo había preparado para el sentirse a mil kilómetros de distancia del hombre que siempre le había tendido una mano.
Niall lo siguió dentro de la habitación, callado, sin animarse a hacer alguno de sus típicos chistes, aquellos que el hombre siempre recibía con camaradería y solemnes risas. En esos momentos, Alderich le recordaba a su padre. La relación con este nunca había sido mala, pero su progenitor tenía momentos en los que imponía un témpano de distancia entre ambos. Quizás era algo en él que estaba mal. Tal vez era la forma en que se expresaba que lo dejaba fuera de línea. Sea como fuere, el irlandés se vio obligado a tomar asiento, sin decir ninguna palabra. El silencio reinaba. Dejar que Hastings condujera la entrevista podía resultar un arma de doble filo, Niall estaba al tanto de ello, pero tampoco sabía cómo comenzar. ¿Tomar la iniciativa en este caso? No, no podía. Era capaz de pisar el palito, de exponerse sin siquiera darse cuenta, pero al mismo tiempo, ¿no era eso lo que estaría por buscar el fundador del círculo?
—Gracias, Alderich —finalmente habló. Su voz sonó ronca y carraspeó mientras aceptaba el cigarro—. ¿Me permites…? —con esto señaló el encendedor, y fue tan pronto vio el corto gesto de asentimiento por parte del mayor que lo tomó y prendió el cigarrillo, que ahora colgaba de sus labios.
La mano en su hombro pesó. Fue como si una tonelada de rocas cayeran sobre él. Era un gesto tan paternal y a la vez tan ominoso, que Niall no supo qué pensar sino hasta que las palabras empezaron a golpearle el cerebro. Le dio una calada al pitillo, inhalando profundamente el tabaco para relajar su interior. Expulsó el aire por la nariz y estuvo a punto de hablar cuando se vio interrumpido por más verborrea. Fue la mención a su generación la que lo hizo fruncir el ceño. Si había algo que sentía caracterizaba a la suya, era todo lo contrario a los dichos de Hastings. Claro, no iba a contradecirlo, mucho menos bajo esas circunstancias. Así que solo asintió como un perro entrenado, dándole la razón, incluso si este no lo ve.
Continuó fumando. Los nervios lo consumían. El tiempo se espesaba.. ¿Cuánto llevaba ahí? Siente que horas, y cuando miró el reloj en la oficina, vio que ni siquiera habían transcurrido cinco minutos. Profundizó la pitada al cigarro, consumiéndolo casi en un santiamén. Las cenizas cayeron sin cuidado sobre su falda y no le importó. No le importó que su ropa cara se viera mancillada por los restos de cigarrillo. En ese momento sólo podía pensar en lo que estaba ocurriendo, en lo que vendría. Y llegó. El reflector estaba en él y la luz quemaba.
—Alderich, yo… No creo estar desperdiciando la oportunidad, sino todo lo contrario. Por eso estoy aquí, porque sé que vas a ayudarme. Sé que me vas a escuchar y me vas a creer —emprendió con tanta calma como pudo. Sin embargo, el movimiento frenético de su rodilla delataba la ansiedad que lo carcomía por dentro—. Vera Quinn estaba loca, vamos, que eso lo sabemos todos —una risotada casi sin gracia brotó de sus labios—. Me citó… Nunca entendí por qué. Tal vez porque fui amigo de Alfred. Ella quería saber más de él, no sé, no se me ocurrió preguntarle las razones, pero me dio a entender que era para escribir sobre su vida o algo por el estilo.
Eso pareció llamar la atención del hombre, que se volvió a él y lo miró de una forma tan acusatoria que Niall no pudo hacer más que tragar en seco. O tal vez no fue acusatoria, tal vez fue una simple mirada que él, con la culpa corroyendo sus entrañas, interpretó como una. “Prosigue” dijo Hastings, con esa solemnidad característica, y el ojiazul asintió de inmediato, de forma automática, como si fuese un soldado raso y el hombre uno de sus generales.
—Todo empezó como una charla normal, pero poco a poco fue mutando a otra cosa… Quinn quería que yo hablara mal de Alfred —continuó con convicción—. Me hacía preguntas tramposas, buscaba acorralarme a partir del hecho de que decidí alejarme de él. Eso lo hice porque ya no coincidíamos, el vínculo se había desgastado y no había ningún remanente de amistad. Nos habíamos vuelto extraños. Cosas que a veces pasan entre las personas —expresó. Claro que era mentira, claro que se había alejado por todas las mierdas que Buchanan había hecho y continuaba haciendo en su momento, pero eso no podía mencionarlo—. Le dije que Alfred era buen tipo, que tenía sus defectos, como todos nosotros, porque era humano, pero que no escondía ningún secreto ni era condenable por sus errores, y pareció no gustarle. Siguió con su ponzoña; estaba empecinada en que mencionara algo. No sé bien qué, pero la notaba errática —el cigarrillo se terminó por consumir solo y cuando lo notó, dejó la colilla en el cenicero más cercano, sobre el escritorio. Se limpió las manos entre sí, pensando qué más podía agregar a su falsa confesión—. Ah… Ella… Bueno… En un momento… Dios, qué vergüenza porque perteneció a nuestra institución —si bien estaba fingiendo, el nerviosismo que lo poseyó era genuino. Rascó su sien con la uña de su pulgar en un gesto que evidenciaba intranquilidad—. Pero… Flirteó conmigo. Se me insinuó de una manera poco apropiada. Supongo que, bueno, quiso aprovecharse de mí y de que mi reputación me precede un poco —carraspeó—. No estoy orgulloso de ello, porque casi cedo, pero nada sucedió. Lo juro por el Círculo y todo lo que este me ha dado. Soy un poco imbécil a veces, sin embargo la frené y le dije que no iba a conseguir nada con ello. Eso pareció ponerla de peor humor —chasqueó la lengua y reposó la mano sobre la rodilla que todavía temblaba en un gesto que intentaba calmar su desasosiego—. Después me echó a los gritos, diciéndome que no le servía para nada lo dicho —concluyó, encogiendo un hombro.
Su historia pareció cautivar a Alderich, quien seguía paseándose por la oficina a gusto y piacere, con su cigarro y sus zapatos caros que a cada paso retumbaban en la cabeza del irlandés. Desconocía cuánto tiempo pasó hasta que finalmente volvió a oír la voz del profesor. “Está bien, Byrne. Supongo que eso era todo lo que necesitaba escuchar.”
—¿Quieres que me retire? —preguntó a medio pararse y señalando la puerta. Un asentimiento fue lo que recibió como respuesta—. Pues muchas gracias por el tiempo, Alderich. Siempre es un placer verte.
“Gracias a ti por la información. Saluda a tus padres por mí. Nos estaremos viendo pronto” y el hombre le extendió la mano en señal de cordial saludo.
—Así lo haré, Alderich. De nuevo, muchas gracias —Niall estrechó la mano extendida en su dirección con su mejor sonrisa decorando su semblante y asintiendo—. Nos vemos pronto.
Al fin, su mano y la de Hastings se separaron y el irlandés pudo abandonar la habitación con el corazón galopante de éxtasis. Una vez fuera, limpió los restos de ceniza de su pantalón, que habían dejado sus huellas. Pero hay marcas que son imposibles de borrar, y Niall lo sabía muy bien.
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