#gracias por mandar princesa!
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🏹.
🏹 ¿hay alguien en tu vida con quién quisieras tener una mejor relación? ¿por qué es esta persona tan importante?
¿Con mi madre? Siempre fui más cercana a mi padre, y no es como que mamá no estuviera presente, pero por el tiempo, el trabajo y la distancia ha sido complicado mantener la relación. Me gustaría que mejorara porque sólo nos tenemos a nosotras, mis abuelos y todo el resto de mi familia esta en Corea.
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Mildrith of Wealas (1/3)
Pairing: Sihtric Kjartansson x fam!reader
Sinopsis: la pacífica vida de Mildrith se ve interrumpida cuando un grupo de guerreros daneses llegan a la finca merciana donde reside con la pequeña princesa y la hija de uno de ellos.
Warnings: sangre, contenido adulto,
You can traslate the story and read it!
-¿Por qué vuelan y nosotros no?
-Dicen que es por la gracia de Dios, porque los hizo así para sobrevivir.
La niña rubia y pálida frente a ella pareció pensárselo. Tenía los brazos sobre la mesa, y miraba a la jaula dorada donde estaba encerrado un pequeño pájaro que piaba como si se tratase de una canción. Las ventanas estaban cerradas, pero por los huecos que decoraban las contraventanas en forma del símbolo de Mercia entraba luz suficiente como para ver. Las puertas estaban cerradas a sus espaldas, obra de Stiorra, la única hija del segundo hombre de confianza de la reina Aethelflaed. Aquella mañana se había despertado de mal humor y lo había dejado claro golpeando las puertas, gruñendo respuestas y burlándose de los comentarios inocentes que hacía Aelfwynn.
Consciente de esa tensión, se había encerrado con la pequeña princesa en el comedor donde la tres comían a la espera de que la reina regresara. Había sido una semana larga, calurosa para la zona en la que estaban, y en la que el mar humor pagaba factura a los más jóvenes.
-Vuestro Dios es demasiado divertido -se había burlado.
-Stiorra -regañó, pero no dijo más.
Ella levantó los brazos en señal de rendición. La vio marcharse a la estancia central, la que daba directamente con la puerta del hogar. Se trataba de un edificio alto y de madera, con algunas secciones de piedra, pero que era relativamente nuevo por deseos de Lady Aethelflaed para ella y su hija. Había sido el primer edifico donde se había alojado como invitada de los reyes de Mercia, y al que hubo regresado tras lo ocurrido en el monasterio cuando huían del rey y sus planes para con la reina. Pero eso ya era pasado, y se había esforzado en perdonar aquel atentado y en olvidar las muertes que tantas noches la persiguieron. La ayuda de Dios la había sanado, consciente de que necesitaba descansar.
Su padre apenas había respondido a las cartas. Wealas estaba lejos, pero no tanto de la villa como para mandar a un mensajero que informara sobre los cambios de decisiones. La última había sido una advertencia a la reina sobre la seguridad de Mildrith, acompañada de una pequeña guarnición de guerreros galeses, todos vestidos de rojo y con el emblema de su Casa, y una amenaza con romper las relaciones con Mercia si volvía a cometerse un error estratégico como ese; se refería a lo sucedido en el monasterio, a raiz de las malas relaciones entre la reina y el rey. Ahora esos guerreros cuidaban de ellas, siempre apostados a las afueras de la residencia, en el interior de la muralla. Como solo hablaban galés, era difícil para los pocos soldados mercios comunicarse con ellos.
-No me gusta estar sola.
-No estás sola. Estás con nosotras -le indició, pero la duda aún reflejaba en los ojos claros de la niña. Casi le recordaron a los ojos de su madre, la reina, pero estos eran más inocentes y aún no conocían maldad.
-Pero no está mi madre.
Mildrith se apiadó de ella.
Semanas sin ver a su madre y encerrada todo el rato en aquella residencia volvería loco a todo el mundo. Su único consuelo había sido ese pájaro, y el niño que la reina había traído de Wessex que nunca se relacionaba con ellas. Hablaba unas pocas veces con ellas, sí, pero en general se escondía para leer en el piso de arriba o en los huecos más pequeños del edificio. Cuando Aelfwynn lo invitó una vez a jugar, este le había respondido que no se lo merecía y había vuelto los ojos hacia la estantería con los manuscritos religiosos que habían rodeado su vida temprana.
De repente, escuchó a Stiorra reír al otro lado de la puerta. Seguido de varias voces que ni eran las suyas por obvios motivos ni las de Aethelstan. La última vez lo había visto en el piso de arriba sentado en la cama con el libro abierto por la mitad, con el desayuno al lado.
-¿Aelfwynn? Tu madre está aquí.
La niña levantó la cabeza a la velocidad de una flecha, y una sonrisa apareció rápidamente en su rostro. Dudaba que fuera una broma porque ni siquiera Stiorra era tan cruel como para hacerle eso a una niña. Aelfwynn se levantó, abrió las pesadas puertas de la estancia y salió corriendo llamando a su madre. Hubo más voces que llegaban hacia donde estaba.
Mildrith observó un poco más al pequeño pájaro. Piaba y piaba encima del palo que la niña le había puesto para que tuviera un entretenimiento ahí dentro. Al final, Mildrith cogió la jaula y salió con ella entre los brazos para ponerla al sol; era una forma de que a Aelfwynn le diera el sol después de tanto tiempo dentro. En la estancia principal, Aelfwynn abrazaba con fuerza a su madre, la reina, que vestía un jubón de cuero por encima de la ropa formal; una imagen a la que ya estaba acostumbrada. Llevaba el pelo trenzado y visiblemente sucio, pero sonreía al tener en brazos a su hija... No supo cómo sentirse al respecto, dado que el único afecto que había recibido de su madre cuando era pequeña había sido una sonrisa y algunas palmaditas en la cabeza antes de entregársela a las monjas para sus clases religiosas. Entre ellas era tan diferente que costaba verlo sin sentirse inferior, pero le alegraba ver a la reina que la hospedaba en el reino a salvo.
Lo que sí le sorprendió no fue ver a su consejero, Aldelmo, con ella, sino a un hombre alto y fornido que imaginaba al otro lado del país o al servicio del rey de Wessex. La espada con el ámbar deslumbrante en la empuñadura le dijo todo.
-Está un poco lejos de su hogar, señor -dijo, en su dirección.
El hombre se dio la vuelta, como si no hubiera caído en su presencia, demasiado preocupado en atender los reclamos de su hija. Stiorra sonreía aún en brazos de su padre. Los ojos abiertos y las cejas arqueadas sobrepasaron su estoicidad.
-Debería sorprenderme de verla en Mercia, dama, pero no voy a actuar como si no supiera de su presencia cuando durante todo el viaje he soportado las quejas de mis hombres con verla.
-¿Han enfrentado a los daneses, señor? -quiso saber.
-Y visto la rabia de los galeses en campo abierto -respondió, cosa que la pilló por sorpresa. ¿Galeses?-. Los demás también están aquí.
-Y mi hermano monje también -añadió Stiorra, que recibió una palmada en la cabeza, señal para que marchase
Mildrith asintió, y apretó la jaula más contra su pecho. El pájaro aleteó, pero no salió volando en el pequeño espacio. Con un gesto, ya estaba camino al patio delantero donde varias figuras vestidas de negro y otras de rojo, que distinguió como sus guerreros, caminaban de un lado a otro. Al primero que distinguió fue al joven que trabajaba con un chico más pequeño y delgado, portador de un hacha afilada a su costado, con una cicatriz en la mejilla. Osferth y el que debía ser el hermano de Stiorra, en parte similar a ella por la forma de los ojos y de la nariz. Pero Stiorra se parecía más a su padre sin necesidad de un arma que el chico. Cuando la vio, hizo un gesto con la cabeza para mostrarle respeto, acompañado de un tierno sonrojo que sacó una risa en ella.
-¿La bruja viene con vosotros, guerrero?
Osferth se dio la vuelta. Su expresión se había suavizado, pero sus rasgos vuelto más adultos y curtidos en batalla. Seguía siendo alto y delgado, pero había ganado algo de masa.
-Dios nos hizo un favor con ella, señora -fue lo único que dijo, pero sonriendo y como una buena acción. Mildrith le devolvió la sonrisa, bajando los altos escalones con cuidado de no tropezar.
El siguiente al que vio fue al irlandés que se había reído de las respuestas que hubo lanzado a la bruja rubia cuando esta la atacaba con su lengua bífida. Le había caído bien, y en su momento la protegió con fiereza para que los daneses no se la llevaran. Guardaba buenos recuerdos con él, y parece que la vida le sonreía si continuaba vivo. El último estaba de espadas, concentrado atando a los caballos y en cerrar las puertas de la muralla. Los guerreros galeses ayudaban en la tarea, seguramente por instinto al ver que los guerreros mercianos lo hacían. El pájaro aleteó más fuerte, golpeando esta vez las barras de la jaula, y casi fue como sus sentimientos saliendo a flote solo con verlo. La había salvado hacía unos años, después de que ella le dijera que si llegaban a capturarla le cortase el cuello para proteger el honor de su padre. Y nunca había llegado a disculparse por dejarle esa carga a un hombre que no conocía...y que había cuidado de ella la noche de antes.
-Finan -saludó, y él le devolvió la sonrisa y un gesto con la cabeza a modo de saludo. No dijo nada, pues siguió trabajando en las cuerdas que rodeaban sus manos y las de los caballos. El metal en forma de cruz centelleó en su pecho. Su compañero fue más reacio en responder, pero aún así supo que la había escuchado por la tensión en sus hombros y el casi invisible movimiento de sus orejas-. También es un placer verte, Sihtric. ¡Aethelstan, sal! Ven a saludar.
Bajó la cabeza, rodeando el hogar principal y dirigiéndose hacia la mesa improvisada con un tronco donde dejaba que Aelfwynn tomase el sol unos minutos cada día, tarde y noche. Fue ahí donde dejó la jaula, con el pájaro de nuevo relajado -un pequeño traidor- y espero pacientemente a que cierto niño moreno asomara la cabeza del libro. Obedientemente, no tardó en aparecer arrastrando los pies por la entrada y siguiendo la voz. Cuando vio a los guerreros desconocidos para él, recorrió a sus brazos sin expresión alguna en el rostro. Mildrith lo rodeó.
-¿Otro galés al que la reina de Mercia acoge? -preguntó burlándose Finan, a lo lejos.
-Algo como eso -respondió, entrelazando los dedos con la pequeña mano del niño-. Se llama Aethelstan y vive con nosotras desde hace un tiempo. Le vendrá bien relacionarse con hombres en vez de tener las narices metidas en los libros siempre.
Aethelstan alzó la cabeza para mirarla, como si le hubiera ofendido ese comentario. No dijo nada, sin embargo, más que pestañear un par de veces y bufar por lo bajo. Mildrith le revolvió el pelo.
-¿No le valen los valientes hombres de Wealas, señora? Los he visto luchar y son fieros como cabrones.
-A veces las lenguas son un impedimento, Finan, y Aethelstan es muy pequeño para aprender todo lo que dicen, y más si suena como trabalenguas.
Solo se encogió de hombros, pero dejó claro con ello que estaba de acuerdo con la decisión. Tampoco le quedaba otra opción. Eso, o enfrentarse a los doce galeses bien entrenados él solo. Finan volvió a su trabajo, acercándose a Osferth y al hijo de Uthred. Mildrith le dio un golpecito en el hombro a Aethelstan, quien obedientemente se marchó corriendo de nuevo al interior del hogar, de nuevo arrastrando los pies.
Sihtric también miraba hacia ellos. Había cambiado mucho, y ahora llevaba el pelo echado hacia un lado, rizado y desordenado, exponiendo la mitad de la cabeza que no llevaba el tatuaje. Los rizos le caían por la otra mitad, cubriendo las sombras del tatuaje de su cuello. También estaba muy cambiado.
Fue la primera vez que Sihtric la había mirado.
-Tengo un mensaje de tu tío, nos lo encontramos en la batalla -anunció Lady Aethelflaed. Eso la sorprendió, en parte. Porque los britanos de Wealas y los sajones del oeste nunca se relacionaban y menos -. El rey Hywel vela por tu seguridad y ha mandado que llegado el momento regreses a Wealas, pero cuando las tensiones con los daneses hagan seguros los caminos.
Mildrith asintió, pero tuvo ganas de burlarse. Los caminos nunca eran seguros, pero aún así se habían arriesgado. Y la guerra solo había hecho que Mercia se enfrentase a las invasiones que llegaban de la costa oeste, o tenía entendido algo así. Wealas era capaz de repeler los ataques por su cuenta, pero Mercia... Al menos Lady Aethelflaed estaba sana y salva, y había regresado de la guerra más viva que nunca para asegurar a su hija y a ella en su residencia. Mildrith solo podía estar agradecida.
-Rezaré para que se cumpla, dama.
No hubo respuesta, puesto que la reina merciana decidió que debía resolver otros asuntos en el interior del hogar. Mildrith observó a Aethelstan a lo lejos buscando un juguete que había escondido ahí aposta para entretenerlo. Sentada en los escalones, escuchaba de fondo las voces de los daneses discutiendo con la reina, acompañado del suave tono de Stiorra. El sol ese día pegaba fuerte, más que en los días nublados y lluviosos de atrás, y a los niños les vendría bien salir y relacionarse aunque fuera entre ellos. Los hombres del interior no estaban ahí para entretenerlos, sino para discutir lo que pasaría. Según parecía, era un asunto serio.
-¿Cuándo vas a soltarlo? -le preguntó a Aelfwynn, que sentada de rodillas en la tierra silbaba intentando imitar a su pajarito. Había llevado la jaula con ella a donde estaban y ahora intentaba comunicarse con el animal.
Una brisa sacudió su pelo rubio echándolo a sus espaldas. Lo mismo pasó con la melena pelirroja de ella, que se sacudió y metió en los ojos. Mildrith se lo apartó como pudo, recogiéndoselo detrás de las orejas. La niña se mordía el interior de la mejilla.
-¿Tengo que hacerlo?
-Habrá -razonó. Los ojos de Aelfwynn bailaron entre ella y el pajarito- si queremos que pueda volar.
Aelfwynn se lo pensó. Miró la jaula como si fuera una encrucijada, y luego regresó los ojos a ella y se quedó mirándola con sus grandes ojos claros llenos de curiosidad, miedo e inocencia. Le recordaron a lo joven que había sido cuando su madre decidió abandonar el castillo y residir en una residencia aparte habiendo cumplido sus deberes como tal, pero Aelfwynn tenía la suerte de estar en contacto y vivir con su madre.
-Pero ya vuela, ¿no?
A veces se preguntaba si una niña de tan temprana edad podía ser consciente de lo que pasaba a su alrededor. De que, al igual que ese pájaro, viviría encarcelada por su seguridad y sin poder moverse libremente. La veía mirar divertida a los guerreros, pero temía acercarse a ellos y preguntar si podían jugar con ella; lo sabía porque la cogía de la mano, la apretaba, y seguido iba a abrazarla. Una niña sensible que no había heredado la confianza de su madre. Le recordaba tanto a ella... Mildrith la abrazaba con fuerza y dejaba que durmiera con ella si alguna pesadilla la atormentaba, la cogía de la mano y protegía.
-¿No quieres jugar con Aethelstan?
-Es un chico -respondió con un tono indignado-. No me gustan los chicos.
-Es guapo -afirmó. Aunque fuese un niño. Seguramente fuese un muchacho guapo solo por quién era su padre. ¿Por qué lo sabía? Lady Aelswith no era sigilosa hablando.
Finan pasó entonces por delante de ellas mordiendo una manzana y abrochándose los pantalones. Al verlas, le hizo un guiño a la niña que consiguió hacerla reír. Osferth apareció más tarde gritándole a Aethelstan que buscase césped más adentro. Se preguntó dónde estaría Sihtric, pero conociendo su actitud distante estaría escondido en algún lugar observando y vigilando si los otros estaban tan relajados. Mildrith se miró las puntas de los pies.
-¿Te gustan los chicos? -dejó de atender al canto del pajarito y la miró a los ojos.
-Algunos, sí.
Se encogió de hombros.
-Son tontos.
-No conoces a ninguno de tu edad -señaló al niño, que se había adentrado entre la maleza obedientemente-. Cuando lo hagas cambiarás de opinión.
No parecía muy convencida.
-¿Los chicos de tu reino son todos pelirrojos como tú?
Mildrith se rió suavemente.
-No todos, pero sí algunos. Al norte, en Escocia, dicen que también lo son -recordó los comentarios de los monjes que llegaban del norte buscando alianzas con un reino vecino de Wessex-. También dicen que son unos cerdos porque no se lavan.
La niña arrugó el ceño, visiblemente asqueada de que hicieran algo como eso. Tampoco es que ellos fueran los más limpios, claro, pero sí tenían más higiene que en el frío norte. Los deditos de Aelfwynn cogieron uno de los mechones pelirrojos de su melena.
-Me gusta mucho tu pelo.
-Y a mí el tuyo -lo cual era cierto.
Aelfwynn miró de nuevo a la jaula, manteniendo un ligero silencio antes de volver a abrir la boca.
-A él también le gusta.
Tampoco dijo a qué se refería con ello.
Lady Aethelflaed y Aldelmo marcharon galopando tan rápido como lo anunciaron. Noticias desde la capital de Mercia, decían, donde se amenazaba la sucesión del reino. La asistencia de la reina era obligatoria en esos asuntos. Desde ese momento, Aelfwynn sollozaba y se limpiaba las lágrimas con las mangas del pequeño vestido con flores bordadas. Ella intentaba consolarla como podía, pero apenas podía sola. Stiorra prefería encerrarse en el ala de arriba y juzgar a todo aquel que subiera a hablarle, incluso a los niños. Su hermano, que se llamaba igual que su padre, fue al único que dejó entrar.
Los demás estaban en la planta de abajo. Uthred había marchado con la reina y su consejero, pero antes había ordenado que sus guerreros protegieran la residencia merciana de Saltwic. Se habían llevado a los guerreros con ellos, por lo que tendrían que haberse quedado los doce guerreros galeses a su servicio. Pero estos se habían dividido en dos bandos: uno volvería a informar al rey Hywel de lo que sucedía y otro marcharía con Aethelflaed como refuerzo. Les había parecido mal puesto que solo eran fieles a una persona de entre todos ellos, pero al final habían marchado con todos ellos.
Aelfwynn silbaba con lástima a su pájaro, mirándolo con ojos llorosos y mirada ausente. Parecía un fantasma en vida. Alejarse de su madre en tan poco tiempo le suponía un gran impacto ahora que la había recuperado, pero así era la vida de una dama. Y más la de una princesa. Aethelstan se habría perdido por la residencia aprovechando que todos estaban ocupados. Cuando fue a buscarlo, descubrió que no estaba donde solía esconderse. Hasta que lo había visto practicando su escritura en pergamino al final de la sala donde Finan, Sihtric y Osferth descansaban -o hacían guardia-, la voz de Stiorra sonando de fondo a gritos.
-¿Me enseñas galés? -le había preguntado al corregirle el trazo de una "d" minúscula.
-No tienes por qué escribirlo -le respondió, un poco confundida por su repentino interés-. Y no es una lengua bonita que suela gustarle a los sajones. ¿Por qué quieres?
Solo se había encogido de hombros y mirando a la pluma.
-A mí me suena bien.
No sabía dónde había escuchado hablar más galés que a los guerreros, que normalmente se mantenía al margen de los niños. Porque ella no solía hablarlo estando a solas, solo pensaba en él. Lo habría visto escrito en las cartas intercambiadas con su padre, pero aún con esas era extraño que un niño mostrase interés por aprender una lengua como esa.
-Me gusta cuando lo cantas.
Miró a través de la ventana abierta, hacia donde la princesa silbaba entretenida con la pequeña ave. Mildrith se recogió entonces las faldas del vestido y salió de la estancia, caminando por los largos pasillos camino a su objetivo. Todavía escuchaba a Stiorra hablando en voz alta, y un cuchicheo que debía ser la de su hermano mayor. Sus pasaron resonaron por el eco del edificio.
-Osferth -llamó, entrando en la sala de descanso. Rápidamente lo vio, tumbado con un libro frente a la ventana y con una tímida sonrisa-, ¿puedes asegurarte de que Aelfwynn y Aethelstan sigan ocupados?
-Sí, señora.
Cabeceó una respuesta y caminó por la sala de descanso. La luz entraba clara por las altas ventanas, algunas cubiertas con cortinas de seda amarilla a juego con los muebles. Osferth ya estaba de pie cuando ella se fijó en el juego que Finan y Sihtric tenían entre manos. Finan movía tres vasos opacos de oro boca abajo, con tanta soltura que parecía haber nacido para aquello, el entretenimiento. Sihtric, tumbado y con los ojos fijos en ellos, bebía en silencio. Ninguno llevaba la ropa de cuero curtido, sino la ropa que iba por debajo de las armaduras de ese estilo, pero había una espada en el lado diestro de Finan que le hizo saltar las alarmas.
Estaban jugando a adivinar dónde estaba lo que fuera que tuvieran para esconder ahí abajo; su hermano le había enseñado a jugar, y siempre perdía porque su hermano hacía trampas para cabrearla. Cuando los separaron, ella siguió jugando por su cuenta con alguna de sus niñeras. Antes, de salir, se detuvo unos segundos en el umbral y miró por encima del hombro, hacia donde Finan sonreía por el malestar de Sihtric, sabiendo que iba a ganar.
-Lo tiene en la boca -contestó. Ambos la miraron, pero lo que sucedió a continuación de eso no lo supo porque había entrado en la cocina.
La cocinera acababa de salir cuando ella entraba, cerrando las puertas tras de sí. No era un espacio muy iluminado, sino lo justo como para trabajar y no tener un accidente. Algunas velas estaban ya por la mitad en las zonas más oscura. Se dirigió a los armarios, consciente de que al otro lado de la cocina había movimiento y la risa de Finan atravesaba incluso la madera más dura. Mildrith abrió uno de ellos, cuyas provisiones se acumulaban en los estantes. Pero no estaba lo que buscaba. Así fue en los armarios siguientes, y en los posteriores.
Mildrith se dio la vuelta, y se encontró en la entrada a un Aethelstan algo desorientado, una mano sujetándose el hábito de pequeño monje, porque nunca había estado en esa parte del hogar y Sihtric. Este último llevaba un ramo de flores recién cogidas en una de las manos, puesto que la otra agarraba por instinto la empuñadura de una cuchilla a un costado. En otra ocasión, se habría sorprendido de encontrarse a solas con un hombre, más un pagano, pero con un niño la cosa cambiaba. Le daba en parte más seguridad, y más si se trataba del hombre que la había protegido esa noche en el monasterio y ahora estaba ahí para, sorprendentemente, lo mismo. Los ojos de Mildrith no se separaron de las flores ni un segundos.
-Son muy bonitas -dijo, con sinceridad y una sonrisa-. ¿Para quién son?
-Son para Lady Aelfwynn -dijo él, Sihtric, rápidamente, tendiendo las flores en su dirección. Ella las recogió, dándose cuenta del gran puñado que eran y que necesitaría dos jarrones-. El niño quería dárselas pero es muy cobarde.
Mildrith se sorprendió. Los ojos de Aethelstan estaban clavados en Sihtric, agarrado al final de su camisa roída. Supuso que ni siquiera los guerreros más poderosos tenían tiempo para cuidar su aspecto, ni el más hermoso a la vista.
-¿Aethelstan? Eso es muy generoso y de ser un caballero -respondió, y le hizo una señal para que se marchase.
Aethelstan obedeció y abandonó la cocina, ahora sí dejándolos a solas. Mildrith analizó las flores, claramente recién cogidas y del patio, las mismas que Aethelstan había golpeado con un palo para buscar el juguete como si no fueran nada. Y ahora se las estaba dado a Aelfwynn. Un gesto muy generoso por su parte y que tendría en cuenta.
-¿Te ha pedido que las cojas tú?
-Sí, señora.
-Eres muy amable. Se lo diré a la princesa -informó, a lo que él asintió sin hacer contacto visual, cabeceando una respuesta-. Seguramente lo habrá hecho para disculparse con ella por no querer jugar.
Se recogió las faldas rojas del vestido y se encaminó a la estantería más cercana en busca de dos jarrones, con suerte. Encontró uno, pero lo suficientemente grande como para almacenar todas esas flores. Mildrith lo hundió con una mano en el agua de un balde, y con la otra metió las flores con cuidado de no romperlas. Al acabar, sonrió. A Aelfwynn le daría una alegría ver unas flores tan bonitas decorando el comedor.
-Quería distraer a Aelfwynn con alguno de sus postres favoritos, pero me temo que la cocinera los ha guardado y no los encuentro -habló, entonces, a Sihtric. Él permanecía en la puerta con la cabeza alta y el cuerpo tenso, los brazos a sus espaldas como si esperase alguna orden-. Verlas le inundará el corazón de alegría. Tal vez la convenza de recoger alguna para que le haga una corona a Aethelstan.
Supuso que un hombre como él no entendería el significado de esos detalles, y más en el contexto de unos niños, pero ella se esforzó en explicárselo. Le contó que cuando era pequeña las monjas que la cuidaban le habían enseñado a hacer coronas de flores para intercambiarlas con otras niñas en las festividades de su tierra, de Wealas, siguiendo la tradición del reino. En ningún momento habló del cristianismo, pero sí del cristianismo celta y las celebraciones que todavía se llevaban a cabo en sus tierras.
Sihtric no había cambiado la expresión, y en cierto momento le recordó a la estoicidad de Aethelstan cuando se rodeaba de ellas y nunca abría la boca. En cierta parte, eso le molestó.
-Es muy bonito, señora.
Asintió. No supo qué más decirle, suponiendo que no eran dos personas conocidas y tenían ideas contrarias y discutibles. Lanzó una oración silenciosa por su seguridad y paciencia. Mildrith le sonrió con cierta tensión antes de darse la vuelta y tirar unos restos de comida a la basura al lado de la puerta trasera. La cocinera fuera estaba regañando a unos soldados mercianos que se reían de algo que la habría molestado. Volvió a mirar las flores, claramente arrancadas del patio, pero bien elegidas, y luego a Sihtric. Este permanecía en el umbral de la puerta en silencio, mirando al suelo.
Entonces a Mildrith se le ocurrió preguntarle por algo.
-¿Qué significan las pulseras?
Se refería a las pulseras que lo había visto llevar tanto el día que lo conoció hacía ya tiempo atrás como aquella mañana. Joyas que decoraban tanto antebrazos, dedos y muñecas, pero esta última apenas visible. Le habían llamado la atención porque no era el tipo de accesorios que un guerreros habría llevado para enfrentarse a otros peores, pero cuando vio que sus iguales, pero de bando contrario, también los llevaban supo que era un tipo de tradición entre los daneses. De oro o plata, materiales caros y ricos, bienes de lujo.
-Son recompensas -le respondió.
-¿Recompensas?
-Por mi trabajo con el señor Uthred -añadió, haciendo un amago de enseñarle una, para darse cuenta de que se había desprendido de ellas en el momento que se quitó la armadura. Su mano cayó de nuevo sobre la empuñadura-. Es una tradición entre los daneses, más o menos. Mi señor me los da como recompensa por una victoria, y con ellas a veces pagamos... -la sonrisa le desapareció del rostro tan pronto como se dio cuenta de lo que estaba diciendo, tan libremente frente a ella.
Mildrith iba a preguntarle a qué se refería con eso último cuando un grito hizo que pegase un bote en el sitio.
-¡Están aquí! ¡Vienen hacia aquí! -gritaron desde fuera. Sihtric y ella salieron de la cocina siguiendo los gritos de Stiorra, cuyas pisadas a medida que se acercaba se hacía más pesadas.
Finan ya estaba de pie, con una mano empuñando su espada aún sin desenvainar, y Osferth entraba en la sala cogiendo la mano de Aethelstan. ¿Y Aelfwynn? Sus ojos las buscaron, nerviosos, e incluso se atrevió a acercarse a la ventana, solo para descubrir que no había nadie al otro lado. El joven Uthred llegó corriendo con una niña rubia de la mano, y casi le dieron ganas de echarse a llorar. Mildrith inspiró.
-¿Quién viene?
-Unos hombres bajando la colina vienen hacia aquí. Vienen armados.
-¿Quiénes son?
-No lo sé -respondió la joven-, pero vienen rápido.
Mildrith sintió el corazón latirle con fuerza.
La sucesión. El rey herido. Todo encajaba. Venían a por Aelfwynn por ser la única hija del rey Aethelred y su reina. La decisión de los condes dependería de todo al final por la sucesión, la razón por la que Aethelflaed había marchado para discutirlo, pero siempre facilitaba las cosas tener a los hijos del rey cerca en caso de plantearse una alternativa. Porque era una niña. Una joven capaz de heredar el trono y que necesitaría una regencia... O a un hombre.
-Aelfwynn -la niña fue corriendo a sus brazos sin decirle nada más, claramente temblando y con el rostro pálido sin comprender qué sucedía a su alrededor.
Tenía la piel fría, pero la ropa caliente. Cuando vio el hacha de Sihtric, Mildrith se alejó con la princesa entre sus brazos con temor a que por accidente le hiciera acabase golpeando a la niña. Sihtric las miró a ambas, pero sobre todo a ella; Mildrith le devolvió la mirada. No supo qué significaba o si le estaba diciendo algo con la mente. Finan ya estaba desenvainando la espada cuando Stiorra se adelantó en el acto.
-¡Esperad! Tenemos un plan.
Mildrith intentó descifrar a qué se refería Stiorra, cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Había un plan, que ninguno de ellos conocía. Solo ella, y puede que por la sonrisa de Aethelstan él también tuviera algo que ver. Al final, él se movía por la residencia y conocía mejor que nadie dónde uno podía esconderse para no ser encontrado. El condenado niño que los salvaría a todos era el mismo que huía de la presencia de los demás. Aelfwynn tiró de la falda de su vestido llamando su atención.
-Toqué tu arco buscando mi escondite -le dijo, con ojos triste-, lo siento.
Mildrith le dio una palmadita, restándole importancia. Su atención se concentraba en los ojos astutos de la hija de Uthred, que explicaba el plan de forma comprensible y dictaminaba dónde cada uno debería estar para que funcionase correctamente. Finan se escondería en el hueco de una de las paredes, mientas que Osferth tenía la constitución perfecta para hacerlo en el arcón de la entrada, donde guardaban los juguetes y las mantas de los niños. Los niños, por otro lado, lo harían en el césped alto que crecía en el jardín aprovechando su tamaño. El joven Uthred los controlaría.
-Ella no -se refería a ella. Stiorra la detuvo cogiéndola del brazo-. Se te vería el pelo de lejos, por eso de tener el pelo rojo. Mejor en el dormitorio de arriba que hay más espacio.
-¿Y tú que harás?
-Alguien tiene que demostrar que Aelfwynn no está y que esto está vacío -respondió de forma astuta. Cada vez se demostraba más de quién era hija-. Si ven a la hija del rey de Wealas y que es mentira, intentarán también llevársela. Si no tienen órdenes de antes...
Así que así lo hicieron. Sihtric la cogió de la mano y ayudó a subir corriendo las escaleras por la dificultad de movimiento que había con vestido. Los demás se quedaron en la planta de abajo, y se escuchaba lo que estaban haciendo. Stiorra estaba diciéndole algo a Aethelstan que no atendió puesto que la madera crujía debajo de ellos. Una vez en la planta de arriba, la cama de Aelfwynn cubierta con pieles era el único mueble amplio.
-Aquí -señaló al armario empotrado en la pared, de madera y también decorado con los símbolos de Mercia-. ¿Dónde te esconderás?
Él no dijo nada, como era costumbre ya. Un hombre que vivía en su mundo y que iba por solitario como los lobos. Había dejado el hacha en el patio clavada a la mesa de madera, como algo casual, pero había cogido un cuchillo de su arsenal privado de armas.
Mildrith abrió las puertas del armario, por su parte, al mismo tiempo que él se agachaba frente a la cama y arrastraba. Sihtric desapareció debajo del mueble sin mediar palabra alguna, arrastrándose hasta que la madera crujió. ¿Qué estaba haciendo ahí abajo? Supuso que seguir el plan de esconderse como todos. A Mildrith se le calentaron las mejillas de rabia contenida, pero continuó con el plan de Stiorra porque una cosa no, pero estaba realmente bien planteado. Como si lo hubiese planeado por sí sola... Mildrith cerró las puertas del armario, y dejó que los ruidos metálicos inundaran sus oídos como si estuviera en el campo de batalla a su propia manera.
El interior del armario era sofocante, la oscuridad apenas rota por las rendijas por las que se colaba la luz del exterior. Mildrith contenía la respiración, sus oídos atentos y despiertos a cualquier sonido que llegase de fuera. Sabía que su vida dependería del plan de Stiorra, pero jamás en su vida como princesa se habría imaginado escondida de aquella manera. Le tocaba ahora confiar en ella lo había calculado todo al milímetro, por mucho cambio que supusiera.
Los pasos resonaban entonces en el pasillo. Eran pesados y firmes, el tipo de pasos que no dejaban espacio para la duda a que buscaban algo. Solo una persona, con suerte. Cerró los ojos, tratando de calmar el frenético latido de su corazón. Las botas se detuvieron justo frente a las puertas del armario; la cota de malla deslumbraba amenazadoramente. El silencio siguió siendo ensordecedor, temiendo que la hubieran descubierto. Mildrith se mordió el labio inferior. Por un momento, el tiempo pareció detenerse.
Hasta que los pasos se alejaron, escuchándose el crujido de la madera por su peso y la señal de que estaba bajando las escaleras. Mildrith abrió entonces los ojos. La voz grave hablaba, seguida de otras y una que distinguió como la de Stiorra. Aprovechó el momento... Con un movimiento lento y cuidadoso, empujó ligeramente la puerta del armario. Esta se abrió con un leve chirrido que le heló la sangre. Pero no hubo reacción. Se deslizó fuera, sus pies cubiertos por las botas de cuero elegante apenas hicieron ruido sobre el suelo. Se movió, entonces, hacia el exterior, vacío. Mildrith salió dejando la puerta abierta, teniendo cuidado de por dónde pisaba.
Sihtric también decidió que era el momento de salir de su escondite. Al menos no había destrozado la habitación para averiguar dónde estaba la niña. La madera sonó bajo sus pies suavemente. Escuchó debajo de donde estaban los movimientos de los hombres a los que Stiorra entretenía. Sihtric se arrastró saliendo de su escondite, un pequeño cuchillo en boca y el colgante de siempre bailándole en el pecho. Mildrith se alejó de la barandilla todo lo que pudo, arrastrando los pies. A sus espaldas, escuchaba el sonido de la ropa de la otra persona para limpiarse el polvo.
Los ojos de Sihtric se lanzaron directamente hacia ella, inmóvil ahí donde el suelo crujió como una escena de terror. Ambos guardaron silencio, mirándose el uno al otro. Los ojos de Sihtric bailaron entre ella y el sitio donde había pisado. Hubo un silencio estremecedor que le congeló la sangre de tal forma que dejó de sentir a su alrededor.
-¡No, no subáis! ¡Se habrá colado un gato callejero!
Aunque el intento de Stiorra era bueno de corazón, no habría convencido ni al hombre más tonto del mundo. Sihtric y ella intercambiaron una mirada cómplice. Sin pensarlo dos veces, marcharon corriendo sin importarles el ruido -aunque fue poco el que hicieron, cosa que los alivió- hacia el mismo espacio donde ella se había ocultado antes y, con un tirón firme, Sihtric los metió a ambos cerrando la puerta tras de sí.
Dentro del armario, el espacio era aún más reducido con los dos compartiéndolo. Se apretó contra la pared, su respiración entrecortada y sudando miedo. Sihtric, pegado a ella, intentaba controlar la suya propia. Estaban cara a cara, con una marca diferencia de altura que a la distancia que solían dejar entre ambos apenas se notaba. Pero era enorme comparado con ella. Sihtric tenía que levantar un brazo y agarrarse a la barra del armario para dejarle espacio en el que colocarse.
-¿Gato?
El hombre estaba ahí. Los pasos se dirigieron hacia la habitación de donde habían salido. Mildrith contuvo la respiración, sintiendo el calor del cuerpo de Sihtric a su lado, su proximidad haciendo que el momento fuera aún más intenso. Y peor. Esa cercanía podría condenarlos a ambos si se descubría por la persona inadecuada. El hombre rebuscaba en la habitación, maldiciendo entre dientes. Ahora estaba enfadado, y nervioso. Buscaría en todos lados hasta darle caza a lo que había pasado por alto.
Un crujido resonó cerca de ellos, y Mildrith sintió el pánico crecer en su interior. Las sombras se movieron frente al armario y, por un momento, pareció que todo se detendría ahí. Mildrith cerró los ojos, rogando que no los descubriera. Estaba pegada a Sihtric, lo sentía, y a su calor. También sentía su respiración entrecortada resonando en la oscuridad, si bien él intentaba controlarla haciendo ejercicios. Mildrith podía sentir el calor del cuerpo de Sihtric junto al suyo, su proximidad, provocando una mezcla de nerviosismo y una creciente corriente eléctrica entre ambos. Podía olerlo, y no se parecía en nada a lo que hubiera imaginado; sudor, un aroma varonil que le ponía los pelos de punta, mezclado con algunos elementos más como el metal y lo que temía que fuera sangre.
-Gato...Gatito... -se estaba burlando sabiendo que llevaba ventaja en ese juego. Sihtric se movió, y la madera crujió, y de repente los pasos del hombre se detuvieron. Mildrith se agarró a su brazo alzado, estirando la espalda en aquel minúsculo espacio.
Sihtric se inclinó ligeramente, intentando imitarla, solo para que la madera volviera a crujir. Lo vio cerrar los ojos con fuerza, tensar la mandíbula de forma que demostraba la incomodidad de estar ahí dentro y en esa situación. El armario, tan estrecho y opresivo, ahora se sentía como su propio universo. Un nuevo espacio. Mildrith se alejó de la puerta lo máximo que pudo, no fuera a llamar la atención sin quererlo. Para ello, tuvo que inclinarse un poco más sobre el cuerpo del hombre con el que compartía ese lugar. Su visión fue a parar sobre el amuleto que siempre colgaba de su cuello, a juego con el de su señor, y no pudo evitar contemplarlo desde cerca. Había sustituido el de madera por uno metálico oscurecido por la vida fuera de casa.
-No te muevas -susurró, lo suficientemente bajo como para que solo él la escuchara.
El sonido de los pasos continuó, la madera sonando de forma que el vellos de Mildrith se erizaba a cuanto más cerca se encontraba. Mildrith y Sihtric contuvieron la respiración como pudieron cuando la malla volvió a aparecer frente al armario. El silencio cayó sobre ellos, cargado de tensión. Mildrith inspiró como pudo, intentando calmarse y pensar con claridad. Pensó en Aelfwynn y en Aethelstan, ahí fuera ocultos con el joven Uthred, desprotegidos. Y en donde se hubieran escondido Finan y Osferth.
¿Y si los pillaban a los dos? Matarían a Sihtric. Pensarían que estaba ahí para secuestrarlas por su apariencia de danés o que obstaculizaba la tarea ordenada desde la capital, seguramente por los condes hasta el momento al cargo de la sucesión de Mercia. Y luego se la llevarían a ella por los pelos si descubrían quién era, lo cual era bastante sencillo solo con mirarla. Las lágrimas amenazaron con salir de sus ojos. Inspiró y exhaló, una y otra vez. El aire le oprimía. ¿Era así como se sentía el pájaro de Aelfwynn, sofocado por no encontrar la salida?
-Respira. No contengas el aire -el aire cálido de su aliento la golpeaba en las mejillas al hablar, pero también al intentar respirar. Mildrith sintió un tirón en el estómago, una especie de advertencia a que... No lo sabía. Pero no podía alejarse de él. De su calidez asfixiante.
-No puedo -balbuceó.
-Tienes qué hacerlo.
Pero Mildrith sacudió la cabeza. El pelo comenzaba a molestarle, así que se lo apartó del cuello echándoselo a un lado. Empezaba a sentirse mareada.
Más pasos. El sudor corría por su espalda, empapándola y enfriándole la piel como bien podía. Sihtric se removió, esta vez la madera no crujió. Ni cuando consiguió con la mano libre apartarle el pelo por completo de la cara. No supo si la estaba viendo, pues ella era incapaz de ver su rostro, pero sí imaginárselo. Se preguntó si él era capaz de eso. Otra vez los pasos. Más. La respiración de Mildrith se aceleró cuando sintió sus dedos recorrerle la piel de la nuca, la expuesta por el pelo. Mildrith se estremeció, pero no apartó. Sus ojos bailaron acostumbrados a la penumbra.
-Lo siento. Por haber pedido que me mataras en el convento. Lo siento, lo siento mucho...
-Eso es pasado -su voz sonó dura pese
-Pero importante para mí.
Apretó los labios. Con fuerza. Tanta que sintió las venas romperse contra sus labios y el sabor de la sangre en su lengua.
-¿Milli? -sonó una vocecita. Una luz en el camino. Un hueco por el que fuese capaz de arrastrarse y salir de ese espacio. Sihtric y ella respiraron finalmente.
La puerta se abrió, golpeada por ella. Primero sacó las piernas, y después el resto del cuerpo empapado en sudores fríos. Tosió, pero por el repentino aire frío de la habitación. Aethelstan esperaba fuera con los brazos a los costado y una postura relajada. Sonreía, pero no ampliamente como había visto antes. Era visible que estaba emocionado, pero se contenía de acuerdo a sus enseñanzas en el monasterio. Hubo movimiento a sus espaldas, mientras ella recuperaba el aliento.
Aethelstan salió corriendo escaleras abajo al escuchar a Stiorra llamarlo para que recogiera sus cosas. Hubo silencio entre los dos, solo roto por la voz relajada de Uthred, padre, en la planta de abajo, Debía de acabar de llegar evitando a los soldados mercianos. Una presión sobre el hombro la sorprendió.
Mildrith se alejó.
-Se han ido -anunció, y huyó como una cobarde de la escena.
Uthred ordenó que recogieran todo lo comestible y posible para abandonar la residencia. Cuando bajaron -de distintas formas: Sihtric saltando la barandilla y ella las escaleras-, ya todos estaban recogiendo y moviéndose. Al poco tiempo, habían cargado a los niños a un carro guiado por Osferth al frente y lo necesario en su interior. Uthred y Finan se posicionaron al frente, mientras que tras el carro iban los hijos de Uthred y ella atendiendo y vigilando que los niños estuvieran a salvo, con Sihtric cerrando la fila. No habían hablado más. ¿Para qué hacerlo?
Aelwynn había sacado el arco de madera del arcón de su dormitorio y puesto a su lado, abrazándolo con fuerza. No había dicho nada respecto a ello, y menos cuando Finan le había dado una mirada extraña.
Antes de marchar, Mildrith de Wealas, única hija del actual rey de Wealas, se permitió el lujo de darle un último vistazo al que había sido su residencia en los últimos años. Los altos muros de piedra, con un tejado tan bien trabajado que recordaba a las construcciones fronterizas que separaban Wealas de Mercia. El jardín donde Aelfwynn había liberado al pajarito llorando, y volado hacia su libertad, el mismo lugar donde habían jugado, hecho muñecos de nieve con ayuda de los soldados que se rendían a los pucheros de la princesa y comido con el buen tiempo. Huían de una guerra que envolvía a una extranjera con título de reina consorte, a su hija con sangre merciana con derecho propio al trono y a todo aquel que codiciaba el trono de un reino en guerra con los daneses. Y ella solo podía sentir lástima por lo que pasaría con ellos si eran capturados.
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Keigo Takami
✿| Cómo novio.
🍁 Caballeroso, siempre tratará a su novia como a una princesa.
🍁 Ama presumirla frente a todos, en fotos, en entrevistas y demás.
🍁 Jamás suele tener tiempo, a menos que sea ella, procura organizarse con las misiones y el trabajo para siempre darle su tiempo, antes no hacía eso y dejaba todo al azar.
🍁 Ahora es más cuidadoso con lo que hace en las misiones, sabe que debe regresar a casa sano y a salvo.
🍁 Keigo es un novio que se deja hacer skincare.
🍁 Le encanta que cuiden de él, jamás se había sentido tan importante para alguien.
🍁 Solos es demasiado cariñoso y pegajoso, pero frente a los demás la trata como a una princesa, intocable para los demás.
🍁 Keigo es alguien que suele enojarse cuando alguien se atreve a hacerle daño a su pareja.
🍁"Tocala y te mato"
🍁Podría mandar al carajo todas las misiones qué tenga si escucha qué ella corre peligro en alguna.
🍁 Ambos serían héroes increíbles, con millones de fans, constantemente los estarían shipeando, pero si ambos son héroes mantendrían su relación en secreto bastante tiempo.
🍁 Es un cabron en las citas, todo le sale bien.
🍁 Romántico por naturaleza.
🍁 Le encanta llamarte "mi esposa" aunque aún no lo sean.
🍁 Aprenderá a ya no decidir sólo, antes de decidir tendrá que consultarlo con su pareja. "No sé, déjame lo pienso con mi esposa"
🍁 Si aún estudias, amará qué le preguntes tus dudas, aunque al final no sepa.
🍁 Endeavor tiene un trato especial con la pareja de Keigo, pues sabe lo importante que es para él, así que tendrá demasiados protección.
🍁 Burlón cuando ella se tropieza o se cae en las misiones.
—El que llegue primero lidera la misión— dijo Endeavor, mirando a la pareja de héroes.
Kaede frunció el ceño y Keigo solo sonrió al pensar en lo que se venía, Endeavor abrió la puerta y la castaña salió corriendo de la oficina.
—¿No quieres liderar la misión?— le preguntó Endeavor al verlo salir sin prisa.
—En cualquier momento puedo alcanzarla.
Kaede se balanceaba por los edificios lo más rápido que podía para llegar al lugar y ganar, estaba ansiosa y desesperada, tanto que por accidente olvidó llenar su espacio de asistencia en la bitácora de la empresa y al pensar en eso, no miró hacía donde iba y chocó con un señor que limpiaba los vidrios en un edificio alto, lo detuvo con sus telarañas y ella no tuvo tiempo para reaccionar al aterrizaje, cayendo el los brazos de su rubio.
—¿Te ayudo?— preguntó con burla, la miró, analizando qué no haya tenido algún golpe fuerte y la bajo dándole un beso en la frente— debes ser más cuidadosa.
—Lo sé, sólo, quería liderar esta misión.
—Pues hazlo— dijo arreglando el cabello despeinado de su chica— es toda tuya la misión
—¿En serio?— sus ojos brillaron, Keigo sonrió por lo tierna qué se veía y solo asintió con el rostro sonrojado— ¡Ahh, gracias!— se lanzó a abrazarlo— Eres el mejor.
—Lo sé, cariño— le dijo abrazandola, se percató de que algunos los miraban— Oye a mi no me importa que los demás sepan de nuestra relación, pero...
Se separó de inmediato con timidez, tomó la mano del rubio y se alejaron lo más rápido posible, la cargó como a una princesa y elevó sus alas, sonriendole como todo un príncipe.
✿| Nivel de celos.
55% de celos.
No es celoso por cualquier cosa, sabe lo hermosa y famosa qué su pareja es por ser la mejor heroína, pero si alguien se atreve a cruzar la línea se enojaría y se pondría serio durante todo el día, tratando a los demás con frialdad.
Al llegar a casa obviamente su pareja lo notaria, lo observa dirigirse al baño para quitarse la parte de arriba, dejando libre su abdomen y musculos, se cepilla los dientes y se lava la cara, ella se acerca por detrás y empieza a besar su espalda.
—Celosoo— canturrea para molestarlo, Kiego toma las manos de la chica para pasarla delante de él, contra el lavabo de cuarzo qué tenían y la mira con seriedad— No me mires así, eres tu el celoso.
—Tomemos un baño.
Añade, quitándose todo, la mira y eso hace que haga lo mismo, Kiego la ayuda a quitarse el traje, la toma de las manos, abre la regadera y empiezan a mojarse, vuelve a mirarla, toma su cintura y empieza a besarla apretando sus nalgas con ferozidad.
—Eres sólo mía, cariño.
✿| Apodos.
🍁 Cariño, bebé, preciosa, mi esposa, mi mujer.
✿| Pasatiempos.
🍁 Comer en lo más alto de Japón, edificios, torres y demás.
🍁 Molestar a Endeavor
🍁 Entrenar a Shoto porque Endeavor se lo pide.
🍁 Citas y más citas.
🍁 Provocarla, seducirla, hacerla sonrojar en momentos que no se debe.
🍁 Dormir con ella, su lugar seguro.
✿| Futuro
Cumplirá su objetivo de llamarla "mi esposa" . Keigo no es alguien de tanta formalidad, pero la pedida de matrimonio será significativa.
Sonríe cuando su pareja abraza niños, más cuando tienen 1 o 2 años. Siente mariposas en su estómago y querrá tener un pequeño con ella.
—¿Qué tienes en mente?— preguntó ella agarrándose el cabello, habían salido de comer su comida favorita, Keigo se bajó un poco tomando las piernas de su novia para cargarla.
—Voy a raptarte esta noche— dijo y despegó, ella ocultó un poco su rostro en el pecho del rubio y cuando llegaron al destino, ella sonrió. Estaban en la torre más alta de Japón.
La cuál estaba decorada con algunas flores en los barandales, listones y demás. Ella sonrió al ver todo eso, admirando cada detalle.
—Qué romántico, Keigo— dijo, aún sin mirarlo— ¿Es por la lluvia de estrellas?
—Si, sabía que querías mirarlas— contestó, apoyándose en el barandal junto a ella— ¿Te gusta?
—Me encanta.
Kaede miró el cielo, esperando a que las estrellas cayeran a su ritmo. Keigo la miró. mentiría si dijera que no se encontraba nervioso, lo estaba, cuativado por su belleza y porque esa noche sería mágica y única.
—Yo, no sólo te traje a ver las estrellas— comentó con leves tartamudeos— Sé que llevamos mucho tiempo de novios y que todo es risas— habló— Pero, esta noche quería decirte lo importante que has sido, eres una mujer increíble, hermosa, brillante y sobre todo confiable, tu llegada a mi vida sin duda es lo mejor que me pudo haber ocurrido— Kae lo miró con sorpresa, Keigo no era mucho de hablar de esa manera lo que sentía— Te amo demasiado, mi vida, quiero estar contigo para la eternidad.
El rubio le sonrió, ella iba a abrazarlo pero le dio la vuelta para que mirara las estrellas, quedando fascinada.
Keigo se arrodilló, sacando una caja de tercio pelo de su bolisllo y la miró, ella estaba dándole la espalda, suspiró, pues esto lo había planeado desde unos cuantos meses atrás, sabía lo que significaba tomar esa decisión y sabe que jamás se arrepentirá.
—Te amo demasiado y quiero que estemos juntos para la eternidad, por eso— ella se dio la vuelta cuando lo escuchó hablar, quedándose en shock por verlo arrodillado con un anillo brillante— quiero que seas mía y que yo sea tuyo, por favor, ¿me consederias el honor de ser tu esposo?
Ella empezó a sollozar, Keigo se sorprendió y se puso de pie rápidamente tomándola en brazos.
—Oye, s-si crees que es demasiado pr-pronto, esperaré.
—Claro que quiero ser tu esposa, tonto— añadió limpiandose la nariz, Keigo sonrió y la abrazó con fuerza, sintiendo el corazón de ella en su pecho, la tomó del rostro y la besó, apasionadamente bajo la lluvia de estrellas.
—Prometo hacerte feliz, todos los días de tu vida.
Algunos días después.
—Oigan, ¿ya vieron que Kaede lleva un anillo en su mano?— agregó Mina con emoción— y lo más sorprendente es que Hawks lleva uno igual.
—¡Si, de la nada ambos tienen anillos!— lloriqueó Uraraka con emoción, mirando el celular de Mina por las fotos que algunos fans habían tomado y subido a redes sociales
contenido explícito
🍁| Kinks/Cosa que le gustan [tiene varios O///O]
❤︎︎{ Daddy Kink
La verdad es que lo usa cuando está estresado o enojado, no con ella o cuando lo seduce para darle un beso y después no se lo da, eso lo irrita y termina tomándola de la cintura para cargarla y llevársela a la cama
"¿No eras tan mala después de todo, no bebé?— preguntó moviendo sus caderas para penetrarla más profundo, mientras ella escondia sus gemidos en la almohada"
❤︎︎{ Elogiar.
Le encanta excitarla diciéndole lo bien que se mueve, lo bien que se la mama, lo bien que lo aprieta su interior. También elogiando lo bien que ella se estando caliente.
"Tan preciosa, rebotando en mi polla"— dijo entre besos qué depositaba en su cuello.
❤︎︎{ Hacerlo en lugares públicos o rapidines.
Le encanta sentir la adrenalina de ser vistos o escuchados, no suele hacerlo siempre, pero cuando ambos están necesitados después de estar bastante tiempo ocupados en el trabajo, lo hace, y vaya que lo motiva.
"Shhh, has silencio, mi vida— le aconsejó, callandola con su mano con algo de dificultad, ya que la tenia cargada contra una pared y embistiendola ferozmente— ¿Acaso quieres que nos escuchen?
—Ahhh, Keigo...
—Por dios, mala idea de hacer esto antes de la misión— añadió ocultando su rostro en el hombro de ella pues estaba alcanzando el máximo y sabía que no podía gemir— hacemos la misión, pasamos el reporte y volvemos a casa para follarte bien. "
❤︎︎{ Seducir en público.
Ama la tensión qué puede sentir estando en una reunión, junta de trabajo, siente como ella acariciar su entrepierna, debajo de la mesa, la mira y se muerde los labios, frunce el ceño por lo mala qué está siendo en ese momento, se acerca un poco para hacer lo mismo, abre sus piernas y la acaricia.
—Estás siendo mala— murmura lo suficiente para que lo escuche, ella sonríe victoriosa
—¿Yo? Sólo estoy amando a mi hombre.
—Me las vas a pagar más tarde.
—¡Keigo y Kaede! ¿Pueden decirme las principales reglas de esta misión?— preguntó Endeavor, ella bajó y el rostro con timidez al no haber prestado atención.
—¿No dejarse atrapar?— respondió el rubio, haciendo reír a los demás.
—Tss, presten atención por dios, serán los líderes de esta misión.
Kaede empujó a Keigo y subió sus manos al escritorio al escuchar qué sería la líder, ignorando por completo a su esposo.
—Gracias, Endeavor, estaba seduciendo a mi esposa— murmuró con sarcasmo, haciendo berrinches.
🍁| Sex Phone
No tiene tiempo para eso. Ni ella, además si sale de viaje o algo por el estilo, se lleva a su esposa.
🍁| Apodos.
[ mi vida, amor, bebé, nena]
🍁Vocal.
Odia quedarse callado, este hombre gime, gruñe y lloriquea. Más cuando está apunto de venirse, cierra los ojos y hace movimientos más rápidos y profundos.
🍁| Aftercare
Príncipe. Le preguntara si esta bien, si le hizo algún daño, tendrá la cena ya preparada y probablemente se la lleve a tomar un baño y probablemente haya una segunda ronda.
🍁| Cum.
En donde lo dejen, pero ama hacerlo adentro sin nada, claro con pastillas porque aún no quiere ser padre.
🍁| Hard.
No suele serlo, cuando está frustrado pero lo más que haría sería jalarle el cabello, apretar y dar nalgadas fuertes.
🍁| Lugar.
Lugares en dónde corra peligro de que los cachen, en su cama, en donde sea cómodo.
🍁| Motivación.
Lo mala y seductora qué es con el.
Verla en su traje de héroe.
Verla cargando niños
Cuando se viste con vestidos pegados y largos.
Después de una misión, verla sudando y jadeando por el cansancio.
🍁| Posición Favorita
Ella contra la pared.
En cuatro.
De Misionero pero en el suelo o en algún lugar en dónde se pueda.
🍁| Weird Fact
Hacerlo en lo más alto de la torre.
Le encanta verla cocinar o hacer trabajo, se acercara y empezará a distraerla con besos en su cuerpo.
🍁| Anhelo
Kiego si es alguien que necesita atención, ¿y cómo no dársela? No puede pasar demasiado tiempo sin tener a su novia encima de él, rebotanto y gimiendo su nombre.
🍁| body part.
la cintura, abdomen y piernas de su chica.
🍁| No lo intentaría.
Se sabe que le gusta hacerlo en público p correr el riesgo, pero jamás compartir o que alguien vea como tienen sexo. Eres suya y nadie más puede tenerte.
🍁| Fotos.
La verdad es que son pocas fotos que reciben de ese "estilo". Le gusta más cuando le envía fotos de su carita preciosa, comiendo o haciendo cualquier cosa.
🍁| Tiempo.
4 veces a la semana.
Aguanta más de tres rounds.
Y dura mucho en el acto, más porque le gusta hacer de todo, fajes, orales y hacerlo en diferentes posiciones.
🍁 Tamaño.
Grueso, joder si qué lo es. Amas cuando sus venas se resaltan y puede llegar a los 19
🍁| Zzz.
Es más probable que ella termine dormida por la larga sesión qué tuvieron, la limpiara, cambiará de ropa o la tapara bien para que no pase frío y se le quedará viendo hasta que el se duerma.
🍁 Extra 🍁
Ambos discutían enfrente de Shoto Todoroki, pues el menor les había preguntado algunas cosas sobre las misiones y batallas de cuerpo a cuerpo, pero después de eso a Shoto se le ocurrió la idea de preguntas sobre citas y el noviazgo.
—En serio, niño. Sólo ve y dile "Hey, me gusta, ¿Quieres salir conmigo?" No pierdas el tiempo sino quieres
—Ah, ¿crees que es así de fácil?— preguntó la castaña con el ceño fruncido.
—Pues a mi me funcionó.
—Estás tonto, conmigo duraste más de un mes y medio tatuando de invitarme a salir.
—Porque te hacías la difícil.
—¿Me hacía la difícil?— preguntó enojada, Keigo dejó de sonreír y Shoto se quedó en silencio
—Es broma, mi amor, yo era el que no sabia como pedírtelo.
—¿De que diablos están hablando?— preguntó Endeavor entrando a la sala de su hogar— ¿Le están enseñando a mi hijo a conquistar chicas?
—Fue idea de Kae— dijo Hawks, ella lo miró confundida y enojada.
—Fue mi idea, son mis maestros, ¿no? puedo preguntarles lo que sea.
—Puedes preguntarme a mi qué soy tu padre.
Los tres se miraron, recordando lo de su madre y todas las cosas difíciles qué habían afrontado como familia
—Naaaah— dijeron los tres, haciendo pasar vergüenza a su mayor.
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La perdiste.
Ella era tuya, carnal,
¿por qué permitiste que esto pasara?,
¿qué pedo contigo?,
te convertiste en esa misma
persona de la cual ella huyó,
en esa que juraste jamás serías.
¿Recuerdas que hasta le tenías
odio al cabrón que la rompió?,
pues mira,
quien diría que tú ibas a ser peor.
Todo iba bien,
lo estabas haciendo con madre:
la recibiste,
la acogiste,
la rescataste,
la curaste
pero después la dañaste...
¿por qué si te costó tanto
sanarla ahora la destruyes?
no te comprendo...
Estaba feliz la niña,
te comprendía,
soportaba tus berrinches,
en la cama, ¡uff!, era una diosa
y aún así te atreviste a fallarle a tu princesa,
a tu muñeca;
la rompiste,
le mentiste,
y una mujer rota ya no vuelve.
Ella está sufriendo
y tú ya no puedes hacer nada,
porque ahora que se fue, le va a doler,
pero si regresas, le va a doler;
porque si le pides perdón, le va a doler,
pero si no haces nada, le va a doler;
y si lloras y sufres por ella, le va a doler,
pero si te ve feliz, le va a doler,
¿entiendes la gravedad?,
¿te das cuenta de lo inestable
que la dejaste?...
ahora ella está como en el limbo,
sensible,
confundida,
jodida;
pensando en por qué
volvió a creeré en el amor,
le arruinaste la confianza
y seguridad que tenía,
pero creeme que te va a superar
estando con alguien o volando sola,
tú más que nadie sabes lo fuerte que es.
Ella era tuya,
tu amiga,
tu vieja,
tu todo,
pero ya no será,
y ya no vas a poder regresar el tiempo,
vas a tener qué vivir con esto,
y te darás cuenta que los consejos de tus
amigos son una porquería cuando sepas que
"NO hay más culos que estrellas"
"con una peda NO la olvidas"
y "NO podrás mandar a la chingada
a esa p i n c h e vieja exagerada"
Pero bueno...
tú también tienes derecho
a una segunda oportunidad:
verla feliz y en paz será tu tranquilidad,
eso es a lo único que puedes aspirar...
Y pues nada,
ustedes fueron lecciones de vida...
ambos aprendieron algo.
Algún día se recordarán en las charlas con los amigos y ella se dirá:
"Gracias a él me supe valorar"
y sonreirá.
Y a tú dirás
"Gracias a ella supe valorar"
y los ojos te llorarán.
—Gustavo Hernández
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Jugar las cartas: Freud y Lou Andreas-Salomé
Antonella Sorrentino
De las aventuras de la joven Violet Evergarden, protagonista del animé homónimo, se desprenden las preguntas que, creo, encierra toda carta: ¿qué son las palabras?; ¿cómo funcionan? Luego de sobrevivir a la guerra en la que pierde sus brazos, Violet se convierte en una automemories doll: una escritora de cartas por encargo. La deshumanizada amanuense vive la extrañeza que todos sufrimos al ser hablantes y se pregunta qué significan las palabras “te amo” que le pronuncia su enamorado antes de morir en combate.
La correspondencia encierra en su nombre mismo una paradoja: la escritura epistolar no implica exactamente comunicar. Pensar en estos términos ¿no nos llevaría acaso a creer en la correspondencia entre significado y significante? Para nada: Violet Evergarden enseña que las palabras son intermediarios molestos. Mediante el juego homofónico entre amor y amuro Lacan muestra que entre dos amantes se interpone el muro del lenguaje: “pero dos que se quieren se dicen cualquier cosa”1 canta en argentino el Indio Solari.
Las misivas no consisten en un diálogo entre personas sino entre lugares de discurso2. Kafka -dice Piglia-, en su escritura epistolar, inventa a su lectora. No se trata tanto de la señora Felice Bauer como del lugar hacia el que el autor dirige su escritura, que, como toda carta, siempre llega a destino. Destino y destinatario son dos funciones diferentes: el destinatario es el otro al que uno cree que le habla, mientras que el destino se vincula con el Otro, rompiendo la idea de comunicación.
“Una carta siempre llega a destino” insiste Lacan en su seminario sobre “La carta robada”; con pasión doctrinal Derrida le responde con su libro La tarjeta postal: de Freud a Lacan y más allá. En ese seminario Lacan señala que la carta robada es el cuarto personaje del cuento de Poe. Desde Shakespeare las cartas se convierten en personajes de las obras (¿tal vez sea eso lo que desemboca en el furor de las novelas epistolares a finales del Siglo XVIII?). Romeo envía una carta a Julieta en la que le anticipa sus planes. Julieta no recibe la carta y se cumple el destino trágico de la obra. La carta llegó a destino pero no al destinatario. El destino de la carta, como todo hecho de lenguaje, escapa a la voluntad del yo.
Oscar Wilde escribía cartas en Chelsea, les colocaba la estampilla y las arrojaba por la ventana; algunos decían que lo hacía para no perder el tiempo en dirigirse hasta el correo, confiando en que algún comedido las levantaría y despacharía. Particularmente considero que lo hacía porque entendía que: “el emisor recibe su propio mensaje bajo una forma invertida. (…) una carta siempre llega a su destino” (Lacan, pág. 35)
“¿Han pensado ustedes que una carta es precisamente una palabra que vuela?” (Jacques Lacan)
El equívoco entre Letter y Litter indica que la carta no es solamente un mensaje, sino que también es un objeto que puede intercambiarse, romperse, devolverse e incluso desecharse. En español se puede jugar con carta/descarta.
Vale aclarar que no es el mensaje de la teoría de la comunicación. El término género epistolar es incorrecto, argumenta Saer, se trata de un procedimiento que poco tiene que ver con la comunicación: “El procedimiento de la carta es un pretexto literario para encubrir formalmente un monólogo” (Saer, pág. 233). No hay en esa excusa un diálogo posible3: las cartas siempre son a uno mismo. Miller postula que el significante sirve a los fines de la comunicación de manera secundaria; su uso principal tiene que ver con un goce autoerótico que elude al Otro. Una cita del ensayo sobre el Elogio y vindicación de la correspondencia epistolar de Pedro Salinas deja en evidencia la doble función del significante: “Por lo pronto, cartearnos desinteresadamente con nuestros prójimos nos coloca en el trance de tener que entendérnoslas con el instrumento de comunicación, el lenguaje. Nos coloca frente a nuestra lengua en actitud muy otra a la del conversante” (Salinas, pág. 60)
Otra perspectiva es la de Eduardo Grüner, quien expone que hay que buscar en la correspondencia epistolar siempre una estructura de a tres4: “La carta expresa un vínculo especular en el instante de búsqueda de una Terceridad, de un salto al exterior que habría que verificar en cada caso” (Grüner, pág. 255) Elige para sus desarrollos sobre las cartas el concepto de “intercambio”, afirmando que se tratan de un “don de amor” o que se puede incluir entre las formas universales del intercambio que plantea Levi-Strauss: de objetos, de signos y de mujeres. Si se entiende que la Terceridad es el Otro del lenguaje, no por ello dejaré de señalar algunos ejemplos de esta estructura de a tres en las cartas de Freud. ¿Dónde buscar dicha estructura? Tal vez en la interpretación que realiza Anna Freud sobre la negativa de su padre a que se publicaran sus correspondencias: “desea que lo publiquen”. O el protagonismo de Marie Bonaparte en la conservación y posterior publicación de las cartas de aquél a Fliess (es conocida la afición de la princesa por los registros escritos: diarios, cartas, cuadernos, etc.). En 1936, el Sr. Stahl, un comerciante de arte le vende cartas de Freud que le había comprado a la esposa de Fliess. Freud quiere apoderarse de ellas para destruirlas, pero Bonaparte se niega: su intención es que ese importante material para la historia del psicoanálisis fuera preservado. Las cartas de Freud se editan y publican en francés en 1956 “como una bella formación de compromiso por Anna Freud, Marie Bonaparte y Ernst Kris, precedidas por un prefacio-guía de lectura de Kris que es traducido con el resto.” (Eric Laurent, Virtualia 2006).
Las cartas: escritura a uno mismo o estructura de tres elementos. Ambas definiciones ilustran la imposibilidad lógica de un diálogo en la práctica epistolar.
Resulta evidente que la carta además es un objeto. El intercambio epistolar se vuelve una práctica popular en la época de la Reina Victoria con el penny black. La oficina postal se convierte en una institución en sus primeros años de reinado; las novelas epistolares ya no constituyen el género literario predominante. La hipótesis que formula al respecto Kate Thomas es que la carta comienza a tener un protagonismo como objeto y no ya como mensaje: “La ficción epistolar, en otras palabras, le dió el paso a la trama postal, en el que el interés no recae sobre el interior de las cartas, sino sobre su exterior: la carta se invirtió”5 (Thomas, pág. 2). En Inglaterra de principios de siglo XIX se instituye en el saber popular una relación entre el sistema postal y el sexo “promiscuo”. Joyce escribe a Nora Barnacle el 2 de diciembre de 1909: “Hay algo de obsceno y lascivo en el aspecto mismo de las cartas. También su sonido es como el acto mismo, breve, brutal, irresistible y diabólico” . (Joyce, pág. 87) Al ser la carta un objeto, como desarrolla Freud en su texto Sobre las transmutaciones de los instintos y especialmente del erotismo anal, puede ser equivalente e intercambiable adquiriendo distintos valores.
La metamorfosis que sufren las cartas que han sido publicadas consiste en dejar de ser ese objeto único de papel: son impresas, editadas, anotadas, abandonan el circuito de lo privado y se convierten en un género secundario. Esos manuscritos que otrora le entregó Anna Freud a Ernest Pfeiffer se multiplican en la imprenta, y una vez más aparece una pregunta: ¿a quién pertenecen las cartas? Creo que esto responde a una inquietud que me contagió mi amigo Oscar Montivero ¿por qué las cartas de Freud no forman parte de sus obras completas?
Cartas, textos, fotos, dinero, oro, hija…regalo
"Siempre me pareció que las cosas son hermosas, valiosas, cuando son regalos, no adquisiciones, y porque entonces traen inmediatamente consigo el segundo obsequio: el poder sentirse agradecido."(Lou Andreas-Salomé. Mirada retrospectiva. Compendio de algunos recuerdos de la vida)
A comienzos del Siglo XX las postales se volvieron populares. Son el paradigma de la carta como objeto: una foto de un paisaje con un mensaje, en la mayoría de los casos prefabricados: “wish you were here” y acompañada de un pequeño manuscrito expuesto a los ojos de cualquier curioso que se encuentre en medio del circuito postal. Con la Reina Victoria y su sello postal de un penique el correo se vuelve popular. En un principio, el sistema fue cuestionado por el hecho de pagar por adelantado6 para mandar una carta; gracias a la paradoja epistolar sobre el propietario de la carta, anteriormente los gastos de envío corrían por cuenta del destinatario. Algunos nostálgicos y apocalípticos condenaron este hecho histórico como el responsable del declive de la carta inglesa; otros lo veían como un signo de progreso. El resultado de la creación de la oficina postal fue el grandioso incremento del tráfico de cartas, que obliga en esta misma época al nacimiento del buzón de correo para uso público. Luego de la reforma de 1840, las cifras de cartas transportadas se duplicaron. Diez años después esta cifra nuevamente se duplicó. El sello postal y la inclusión de buzones en los hogares hicieron más rápido y eficaz el proceso de envío de correspondencia. Menos de cien años después, y con la práctica epistolar instalada en la vida cotidiana, Sigmund Freud y Lou Andreas-Salomé inician su correspondencia.
Lou siempre se mostró interesada por los misterios del lenguaje. Jugaba con los nombres propios. Gillot, el pastor protestante con quien estudia en secreto, la bautiza Lou al no poder pronunciar su nombre en ruso. ¿Ella adoptará ese nombre, porque como asegura Lacan “es en tanto que vehicula cierta diferencia sonora que es tomado como nombre propio” (Lacan, pág. 16)? René Maria Rilke cambia su primer nombre por Rainer, a pedido de ella porque ese nombre le sonaba más masculino. El enamorado poeta cambia su letra para que se parezca a la de ella. Un detalle en las cartas: Cuando Lou Andreas Salomé le envía a Sigmund Freud (a quien en ocasiones llamaba cómicamente Freuden) su texto “Mi agradecimiento a Freud”, éste le sugiere cambiar el título “Mi agradecimiento al psicoanálisis”. Lou, como la califica Freud, “con su agudeza habitual” no acepta sustituir el nombre propio por la palabra Psicoanálisis: “puesto que el trabajo mismo no es en realidad más que esta sola palabra: ha sido vivido con el pensamiento en la persona que así se llama; en cuanto a lo que hubiera sido como simple saber objetivo, sin esta vivencia humana ni me lo puedo imaginar. (Después de todo soy mujer)” (Freud-Salomé, pág. 262, ). Con la lucidez que la caracteriza, lee que la historia del psicoanálisis es la historia de Freud: “esta historia es la historia de quien la escribe” (Musachi, G. recuperado de http://www.revistavirtualia.com/articulos/146/psicoanalisis-y-literatura/el-acto-en-cuestion-su-objeto)
En su escrito de 1915 Sobre la transmutación de los instintos y especialmente del erotismo anal Freud cita Anal y sexual, el texto de Andreas-Salomé, y explica que hay elementos tratados en lo inconsciente como equivalentes e intercambiables. La relación de Lou y Freud no solo incluye cartas, sino también otros objetos.
En la carta que Freud escribe dos días después de su sexuagésimo cumpleaños, agradece a Lou por sus hermosas palabras. Le agradece por regalarle aquello que ella no tiene7, y que lo expresa abiertamente en varias de sus cartas: “Y ahora quisiera decir todavía muchas cosas, pero no sé cómo hacerlo” (Freud-Andreas Salomé, pág. 214); “Por desgracia es tan difícil verter esas cosas en palabras (a lo menos para mí, que lucho siempre con la expresión)” (Freud- Andreas Salomé, pág. 241) “Por el momento se trata únicamente de este “no poder contenerlo” que por desgracia no se puede exteriorizar fácilmente con palabras” (Freud - Andreas Salomé, pág. 279)...
Junto con las cartas se envían textos, libros y artículos. Freud escribe a Lou:
“Las conferencias grandes no se las envié, porque no son más que una reimpresión inalterada de aquello que usted ya posee en tres partes. Pero bastará una palabra de usted indicando que desea también esta edición en un volumen para que el ejemplar le sea inmediatamente enviado” (Freud-Andreas Salomé, pág. 119)
En esa misma carta Freud le pide que le regale su conmovedor acto fallido para incluirlo en Psicopatología de la vida cotidiana, Lou lo amplía y se lo adjunta en la siguiente carta.
Otros objetos comienzan a circular entre ellos: Freud, en un generoso gesto de amistad le envía dinero a Lou; ella una vez más le da las gracias. Graciela Musachi en su artículo sobre las cartas de Freud/ Andreas-Salomé interpreta el dar las gracias como otorgar aquello que falta. Lou aclara a Freud que además de la felicidad del agradecimiento no siente vergüenza por el presente. En otra de sus cartas lo culpa por: “semejante despilfarro”: utilizar los 50 dólares que le envía Freud por medio de Eitington para arreglar su vieja piel con la cual podrá “pavonearse” nuevamente. “Le doy a usted de todo corazón las gracias por haberme orillado a esta tentación, porque la mujer inmoral que soy se complace siempre al máximo de sus pecados” (Freud-Andreas Salomé, pág. 187). Freud no sólo le envía dinero, sino que también la exhorta a subir los honorarios a sus pacientes.
Lou corona la cantidad de textos que se envían y comentan con su carta abierta titulada “Agradecimiento a Freud”.
Las fotos son intercambiadas también entre ellos al principio y al final de su correspondencia. En una de las últimas cartas Lou le adjunta su retrato y lo llama “mal recuerdo”; Freud en cambio, se abstiene de enviar el suyo.
Lou recibe un importante presente: uno de los anillos de oro que el Profesor obsequiaba a su círculo más íntimo. Este símbolo de lealtad hace que Freud confíe a Lou a su predilecta Anna, quien inicia un análisis con Andreas Salomé.
Las cartas son, en la relación de Freud y Lou, uno de los tantos regalos que intercambian.
“¡Por carta una se siente un poco más atrevida!”
En su carta del 15 de marzo de 1923 Lou Andreas Salomé le hace esta confesión a Freud: “¡Por carta una se siente un poco más atrevida!”
El secreto de la correspondencia se impone por derecho constitucional en el Siglo XIX. El secreto está en la etimología misma de los manuales epistolares y de aquellos que se encargan de la correspondencia: los Secretarios8. Para el psicoanálisis existe una proximidad entre las mujeres y el secreto. La correspondencia y el secreto sirven a las mujeres para generar intrigas; para escribir, como Lou, en exceso; para hacer hablar al Otro; para ser amadas; para gozar…
El secreto no es el único punto en común entre las mujeres y las cartas; también lo es la coquetería. Esto se desprende de una de las tantas paradojas epistolares: la carta es privada pero puede pasar al ámbito de lo público. Esta ambivalencia es la que toma Salinas para comparar la carta con la coquetería femenina: ”por dar algo y negarlo, por ofrecer y reservar, en un solo acto”. (Salinas, pág. 95). Más adelante agrega: “Y así carta y mujer tienen de común darse a conocer por sus rasgos, y a la vez mantenerse secretas”. (Salinas, pág. 95)
Lou Andreas-Salomé es el secreto que permanece durante toda la correspondencia con Sigmund Freud, a pesar de su parloteo él conoce muy poco acerca de ella.
Lewis Carroll en su texto ocho o nueve palabras sabias sobre la escritura de cartas percibe que las mujeres suelen excederse en las palabras, por lo cual intenta regular esto con una advertencia: “La posdata es una invención muy útil, pero no está pensada (como suponen muchas damas) para contener la auténtica esencia de la carta; más bien sirve para quitar importancia a cualquier asuntillo sobre el que no deseamos armar alboroto”. (Lewis Carroll, pág. 20)
Escribir cartas o la construcción del lector
Piglia enseña la operación que realiza Kafka al escribir sus cartas a Felice Bauer; inventa en esas innumerables cartas a su lectora. Ella forma parte de su proceso de escritura: del procedimiento estratégico del monólogo del que habla Saer. Antonio Oviedo lee que se trata de la marginalia. El margen forma parte del texto principal, son inseparables.
La hipótesis puede hacerse extensible a las misivas de Freud a Lou Andreas Salomé. Freud ganó el 28 de agosto de 1930 el premio Goethe por su estilo de escritura y le obsequió a ella parte del dinero, otro objeto de los tantos que circularon entre ellos. Más aún, escribe en la carta que considera que este gesto permite: “deshacer una parte de la injusticia que se cometió en la concesión del Premio” (Freud-Andreas Salomé, pág. 254) ¿No es acaso éste el indicio de que ella forma parte del proceso de escritura de su profesor?
Las correspondencias de Freud forman parte del cuerpo teórico y político del psicoanálisis, permiten entender de qué modo Freud va construyendo el movimiento psicoanalítico y sus conceptos. Respecto de sus cartas con Lou Andreas-Salomé, Appignanesi y Forrester escriben: “A través de estas cartas, emerge un retrato íntimo de los procedimientos intelectuales de Freud” (Appignanesi-Forrester, pág. 288). Me atrevo a decir que estos procedimientos intelectuales forman parte de su escritura misma. Freud escribe en un estilo ensayístico, argumentando cada uno de los conceptos que va escribiendo.
El recurso argumentativo que utiliza Freud es dialéctico: una tesis, una antítesis y una síntesis a la que fuerza a permanecer abierta. Con esto insiste en reiteradas oportunidades a su perspicaz interlocutora: la importancia de no apresurarse a concluir:
“Paso a paso, sin necesidad interior de conclusión, siempre bajo la presión de un problema actualmente presente y esforzándome temerosamente sin respetar los trámites. (...)
Si me es dado seguir elaborando la teoría, es posible que usted llegue a reconocer con satisfacción más de una cosa intuida o inclusive anunciada por usted desde mucho antes. Sin embargo, a pesar de mi edad, no me corre prisa alguna” (Freud-Andreas Salomé, pág. 79)
Freud juega con una constante tensión entre la tesis y la antítesis, Lou completa este proceso de argumentación con una síntesis y empuja a Freud a seguir escribiendo.
En reiteradas oportunidades, él se admira del arte de síntesis (palabra que utiliza en varias de sus cartas), del poder ir más allá de lo dicho de la “encontradora de problemas”9. Él envía sus textos y espera sus comentarios crítico-sintéticos. En 1930 Freud le escribe que la relación que cada uno mantiene con un tema no cambió: entre ambos se produce un movimiento de dialéctica acerca de un mismo punto de conversación:
“Yo toco una melodía, muy simple en la mayoría de los casos, y usted proporciona las octavas superiores; yo separo una cosa de otra, y usted reúne lo separado en una unidad superior; yo presupongo silenciosamente las condiciones de nuestra limitación subjetiva, y usted atrae deliberadamente la atención sobre ellas. En conjunto, nos hemos entendido bien y somos de la misma opinión. Sólo que yo tiendo a excluir todas las opiniones menos una, y usted, en cambio, a fundirlas todas en una sola”. (Freud-Andreas Salomé, pág. 247)
Graciela Musachi10 afirmó que: “el psicoanalista es el último lector puesto que Freud inventa una nueva manera de leer” ¿De qué lectura se trata en psicoanálisis? Se podría anticipar una respuesta: un analista lee lettres. Bouvet se sirve de Schuerewegen para reafirmar: la carta es modelo de lectura.
Desde la óptica del lector, Schuerewegen sostiene que toda lectura se realiza sobre el modelo de la lectura de la carta, es decir, de una escritura privada, siempre compleja, a descifrar por el modelo comunicacional, que necesita elegir entre interpretaciones múltiples. En este sentido, escritura privada y literaria resultan indistinguibles; la primera funda la segunda. Una obra literaria pone en escena también su propia “regla de destinación”, la forma de contacto que quiere mantener con sus lectores, cómo quiere ser leída. (Bouvet, pág. 127)
Conocer algunas de las cartas que Freud enviaba a distintos interlocutores permite realizar una lectura “no-cronológica” de la historia del movimiento psicoanalítico. Un ejercicio en el que el lector debe poner de su parte para construir el relato. Este es un modo de explicar lo que propone Lacan en la Obertura de sus Escritos: “Toca al lector dar a la carta en cuestión, más allá de aquellos a los que fue dirigida un día, aquello mismo que encontrará allí como palabra final: su destinación”. (Lacan, pág. 4). Leer las cartas de Freud es un modo de continuar con su deseo: la construcción de la historia del movimiento psicoanalítico. Las cartas son parte de esta historia, pero no solo por su valor documental, esto queda incluso en segundo plano. Con la correspondencia Freud estaba, en una operación política11, construyendo a sus lectores en el sentido de una elite12 intelectual: aquellos que puedan descifrar un mensaje. Cuando Germán García escribe sobre Kojeve, señala que el arte de escribir permitía no sólo escapar de una persecución, sino también “ejercitar la sagacidad del lector elegido” (García, pág. 28). Inventar a sus lectores es crear el movimiento psicoanalítico.
Del mismo modo que Lacan expresa en la Obertura a sus escritos sobre la carta robada, la destinación que Freud otorga a las cartas de Lou Andreas- Salomé es la de una lectura que le permite seguir argumentando. En una de las misivas que ella envía bromea que el mejor modo de escribir cartas consiste en mandar hojas en blanco al destinatario para que éste las interprete. La perspicaz Lou Andreas-Salomé sabe que las cartas siempre llegan a destino.
Bibliografía:
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1 Patricio Rey y los redonditos de ricota: “La hija del fletero” Lobo suelto-Cordero atado (1993) Discográfica: Del cielito records.
2 Tomando los conceptos que utiliza Todorov al realizar una poética y una lectura de la novela epistolar de 1782: Las relaciones peligrosas de Pierre Choderlo de Laclos.
3 Alejandra Pizarnik en sus cartas a León Ostrov escribe lo siguiente: “Pero hacer los diálogos me es imposible. Yo no sé hablar como todos. Mis palabras suenan extrañas y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con nadie”.
4 Oscar Masotta deduce que con la carta robada Lacan introduce el problema estructural: cómo pensar el dos en el interior de una relación de tres términos.
5 Epistolary fiction, in other words, gave way to postal plots, in which literary interest lay not in the interiors of letters, but rather their outsides: the letter became inverted. La traducción es mía.
6 El valor de envío por adelantado era de un penique, mientras que si se pagaba contrareembolso el valor era de dos peniques.
7 Germán García en una entrevista para “La voz del interior”, compilada por César Mazza bajo el nombre “Palabras de ocasión” dijo: “Quien escribe es alguien que tiene, por exceso o por defecto, un problema con el lenguaje: le sobran o le faltan palabras; el sujeto de la literatura no es diferente de aquel del psicoanálisis: es el sujeto derivado del lenguaje”. Freud se refería a Lou como “desmesuradamente modesta como escritora” (Freud- Andreas Salomé; p. 132)
8 Salinas en su ensayo sobre la carta misiva define los secretarios como un sitio intermedio entre lo público y lo privado.
9 Este es el apodo con el que Freud nombra a Lou Andreas-Salomé en la carta que le dirige el 1 de agosto de 1919.
10 En el marco del taller de lectura sobre “La cosa freudiana o sentido del retorno a Freud en psicoanálisis” del CIM-Instituto Clínico de Buenos Aires, año 2016
11 Piglia afirma que la pregunta acerca de ¿Qué es un lector? es siempre política.
12 La palabra leer viene del Latín Legere: escoger, leer.
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Glee «Homecoming» Part II
Septiembre de 2032
-¿Cómo sabes tanto de eso?… —quiso saber Henry sintiéndose estúpido al ponerse un poco colorado con aquello. -¡Biología!… ¡hola!... —respondió saliendo del elevador— además hermanito, permíteme darte un consejo… —agrego la chica girando sobre su propio pie para quedar frente a frente a su hermano— si solo quieres aprender a rasurarte, remitente al «Papáblen»… ahora si lo que quieres aprender a rasurarte y a ponerte luego 253 productos diferentes en la cara… entonces habla con el Papá… -Eso es cierto… -¡Obvio que es cierto!… ¡hola!... ¡ahora apresúrate que estoy que me hago!… —termino por decir Lizzie saliendo del elevador haciendo un especie de baile divertido, Henry se quedó otro rato mirándose la cara en la superficie pulida de las puertas del elevador, movió el mentón de un lado a otro sin convencerse del porque Amelia había reaccionado como lo había hecho si en realidad al parecer tenía los tres pelos que decía su hermana— ¡Henry!... —exclamó la chica señalando la puerta. -¡Voy!.... —exclamo como volviendo en si, dio un pequeño salto y partió corriendo a abrir la cerradura.
-¡Papás!... ¡llegamos!... —grito Lizzie dejando caer al piso y a un costado de la mesita del recibidor todo lo que cargaba— ¡Papás!... —insistió pateando la mochila para que no quedara en medio del camino. -¡Oigan!… —dijo Blaine apareciendo desde la sala— ya llegaron, ¿no se encontraron con el Papá?... —preguntó acercándose. -No… tal vez venía bajando cuando nosotros veníamos subiendo… permiso… —dijo Lizzie continuando con lo del baile. -Un momento Princesa, ¿por que tan apurada? -Porque necesito ir al baño… -¿Y no fuiste antes de venirte?... —pregunto su papá con las manos en la cintura. -No, obvio que no, ¡hola!... además no fue porque no quisiera, fue porque Elisha Davis estaba vomitando como que no había mañana… —explicó Lizzie abriendo sus manos, Blaine hizo una mueca de asco— en fin… -Pero espera un poco Princesa, ¿qué paso con esa chica?, ¿esta bien?… —insistió tomándole la mano. -No lo sé… —respondió Lizzie acrecentando lo del baile. -Pero es importante que lo sepas, ¿qué tal sí es algo contagioso o…? -¡«Papáblen»!... —interrumpió sintiendo que se orinaba allí mismo. -Estoy bromeando contigo Princesa ve a hacer pipi… —dijo Blaine riendo, Lizzie partió corriendo y gritando como si estuviera en un dio de campo en el Central Park.— y eso demuestra que el Papá no esta en la casa… —dijo mirando a Henry y señalando hacia atrás por sobre su hombro. -Muy cierto… hola «Papáblen»… —respondió su hijo saludándolo con un beso— ¿el Papá se fue al teatro? -Se fue… Yo iré a la hora de la función… -Claro… -¿Qué tal la escuela?... —quiso saber Blaine abrazándolo por los hombros mientras comenzaba a caminar con él en dirección de la sala. -Bien… -¿Tenías algo con Liang?, ¿verdad? -¿Él Papá te lo dijo? -Me lo dijo… lo que si él tampoco se acordaba que era, pero me insistió que te preguntara entre otras cosas… -Claro… -Hijo… yo se que cuando estoy por terminar un disco estoy un poco ausente, pero debes saber… -«Papáblen»… —interrumpió Henry parándose delante— yo lo sé… y no te preocupes, a pesar de eso, eres un excelente Papá, igual que el Papá… —dijo riendo al notar que decía muchas veces la palabra Papá… -Ok… solo quería asegurarme de que sepas que tengo pendiente todo lo que haces… -Lo se también… -Perfecto… cambiando de tema, el Papá me dijo que el baile «Homecoming» es por estos días… —dijo Blaine en tono de pregunta. -La próxima semana… -Muy bien, antes de todo, ¿va s air? -Si… -¿Con Amelia? -No... si, es decir no… la verdad es que como somos de primero y nuestra presencia pasa un poco desapercibida en la escuela, iremos como grupo, ella, yo, Liang, Austin y su novia que en realidad no se quien es… -¿No es la que estaba vomitando?... —preguntó señalando en la dirección en que se había ido Lizzie. -No… —contestó Henry riendo. -Menos mal… pero sea como sea, el Papá me pidió que averiguara si necesitas algo, ropa, una ida al salón, lo que sea… -Bueno, aun no decidimos que usaremos, porque el tema del baile es un poco raro… así es que cuando lo decidamos les diré… -Genial… ¿esta todo bien hijo?... —pregunto mirándolo de medio lado— ¿necesitas algo? -Si… bueno… —Henry hizo un gesto con la cabeza indicando hacia otro lado, un poco más alejado de la puerta de entrada de la sala, Blaine miró en todas direcciones sin entender muy bien aquella necesidad repentina de privacidad— quiero pedirte algo… -Lo que quieras hijo… -¿Me… me puedes ayudar a.... afeitarme? -¿Como? -Mira, se que tengo como tres pelos como me dijo «Rizzie», pero no se, creo que lo necesito, no me gustaría andar pinchando a Amelia si es que acepta bailar conmigo… —dijo mientras se tocaba la cara y su barba inexistente. -Nadie quiere eso, independiente del género de la persona que te acompañe a bailar… -¿Me ayudarías entonces? -Por supuesto… mira, el Papá hoy termina temprano su función, cuando lleguemos podemos ayudarte… ¿que?... —pregunto al ver que Henry ponía cara de complicación. -Nada… es decir… ¿no me podrías ayudar solo tú? -¿Y eso?... -«Papáblen»… ¿quién te enseñó a ti?, ¿el abuelo? -En realidad fue el tío Cooper, pero fue bastante poco paciente y termine con severos cortes en la cara… —respondió blanqueando los ojos, Henry no supo si podía reír de aquello, así es que prefirió guardar silencio y seguir escuchando— así es que más bien aprendí en el centro comercial en una exhibición de productos masculinos, ¿por qué? -Porque… «Papáblen», yo amo al Papá, y jamás me atrevería a criticarlo, por nada, pero Lizzie me dijo algo y creo que es verdad... -¿Que te dijo? -Que… que si se lo pido a él, terminaré con una mascarilla de barro y aceite de no se donde en la cara además de otros 253 productos diferentes… —explicó Henry arrugando la nariz, Blaine sonrió pensando que aquello era más que cierto— no le digas que dije eso… -No se lo diré… pero tampoco puedo aceptar que no quieras que él sea parte de esto… si bien la primera vez que te afeitas es algo que tal vez tú consideres baladí, para los Papás es un gran momento… -Lo se pero… -Hijo… cualquier cosa que decidas yo la respetaré y haré mi mejor esfuerzo para que el Papá también la respete, pero solo te pido que consideres lo mal que se sentiría él si lo dejas fuera de esto… y yo prometo que haré lo posible por reducir en un 80% los productos que el Papá te sugiera usar... ¿qué dices? -Esta bien… -¿Si? -Si… —repitió Henry encogiéndose de hombros. -Gracias hijo… —dijo Blaine dándole un abrazo. -Ire a terminar algunas cosas… —agregó apartándose— ¿vendrá Julianna? -Si… llegara en una hora y 50 minutos… —respondió mirando su reloj. -Ok… —dijo el chico dándose media vuelta para subir por la escalera de la galería, Blaine se le quedó viendo un instante y soltó un suspiro al pensar que tal vez no había actuado de manera correcta en toda aquello. -¡«Papáblen»!, ¡no esta control remoto de la tele!… ¡hola!... -... -¡«PAPÁBLEN»!... —grito Lizzie causando en su padre un respingo de susto. -¿Qué cosa Princesa?... —preguntó dándose vuelta como en cámara lenta. -Te estaba preguntando algo… ¡hola!... ¿en qué estabas pensando?, si dices que en el Papá te juro y me da algo… ¡hola! -No estaba pensando en él… —respondió acercándose— de hecho… —Blaine miró hacia donde se había ido su hijo y quiso contarle a Lizzie lo ocurrido pero acabó arrepintiéndose— ¿sabes que?, tú no deberías estar buscando ningún control remoto… -¿Que? -Lo que oyes… -Pero, ¿por qué?... -Porque lo más seguro es que tengas deberes que hacer… ¿me equivoco?... —pregunto dándole un toque en la nariz. -Obvio que te equivocas… no tengo nada que hacer… —contestó Lizzie cruzándose de brazos. -Lizzie Anderson Hummel... -¡Ay!, ¡esta bien!… es verdad… ¡uy!… estoy segura y el Papá te dio todas esas instrucciones para perjudicarme… ¡uy!... —volvió a exclamar empuñando sus manos. -Loca… —dijo desordenándole el cabello. -Voy a hacer esos deberes entonces… —agregó partiendo cabeza gacha como un robot al que se le agotan las baterías lo haría— pero luego miraré televisión… advirtió apuntándolo. -Me parece justo… -Bien… —dijo volviendo a lo de bajar la cabeza. -Princesa… una cosa antes… -¿Que me vas a mandar a hacer? -Nada… oye… ¿tu le dijiste a tu hermano que si le pedía ayuda al Papé con lo de afeitarse terminaría con…? -253 productos en la cara… si… —dijo encogiéndose de hombros— ¿por qué?, ¿me castigaras por decirlo?.. ¿me harás hacer los deberes de un mes? -Primero, hacer tus deberes no es un castigo, es tu deber como la misma palabra lo dice y segundo… solo corroboraba información… —dijo Blaine señalando hacia adelante. -Bien… cuando llegue Julianna le diré lo super injusto de todo esto… —agregó Lizzie volviendo a lo de caminar con la cabeza gacha. -Pues yo le daré las instrucciones primero, así es que… —termino por decir Blaine caminando detrás de ella mientras le daba empujones pequeños y divertidos para que avanzara.
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You: La obsesión disfrazada de amor tóxico
You, la serie que parecía aproximarse para masacrar a las redes sociales, terminó siendo toda una representación sobre las relaciones amorosas tóxicas, la falta de personalidades y la diferencia de clases. Esto no quiere decir que no funcione como una llamada de atención tanto para aquel que hurga en las redes del resto como para él/la que expone toda su vida mediante las redes sociales. Esta es una obra perfecta para saber abordar, de la forma más inteligente, una gran cantidad de problemas preocupantes del siglo XXI. No es para nada pesada, así que no te preocupes. Abarca las temáticas de una manera muy divertida y amigable. Razón por la cual se encuentra posicionada como mi segunda mejor serie de thriller del 2019.
Joe Goldberg, nuestro personaje principal, es gerente de una librería. Él será quien nos sumergirá en la historia, ya que toda la serie está narrada bajo su perspectiva. Él se presenta en los primeros segundos del primer episodio como un auténtico acosador que se enamorará perdidamente de Beck, una chica que sueña con ser novelista y vive en un mundo de falsas apariencias que exhibe y presume mediante sus redes. Desde el primer momento en el que la ve entrar a su tienda, se siente atraído inmediatamente por ella. Con el pretexto de conocerla mejor para no sufrir una decepción amorosa, utiliza las redes sociales para averiguar sus datos, actividades y gustos personales.
Gracias a su ardua investigación, comienza a seguirla, vigilarla y estudiarla de una forma tan enferma y silenciosa que ni ella misma se percata. De esa manera, Joe logra dar con todos los problemas que abruman a Beck: un enamorado patán, su necesidad de atención, falta de una identidad definida y sus crisis/bloqueos literarios. Todas las debilidades de ellas terminan siendo su pase de entrada ganadora para nuestro querido acosador.
Su protagonista tiene todo el encanto del mundo y ella puede representar la ternura en su máximo resplandor. El primer encuentro de ambos hacen que pidas a gritos que nuestro librero una lazos de amor con nuestra escritora frustrada, pero luego llega el minuto dos y te das cuenta de que el acosador te acaba de robar el corazón. No te asombres. Joe puede hacernos creer, en algunos momentos, que es el novio perfecto, pero, en realidad, es la bestia jugando entrar en la piel de la masculinidad del siglo XXI. ¿No me crees?
Tú, que has visto la serie, te has preguntado que enseñanzas has podido sacar de esta historia que, dicho sea de paso, no se aleja mucho de la realidad. Tranquilo(a). Y es que You es el manual perfecto para saber qué pasos no debemos seguir ni pasar por alto en una relación amorosa (a menos de que quieras volverla tóxica y obsesiva). Si ese fuera el caso, haz de esta serie tu biblia.
Advertencia: Si no sabes de qué se trata You, te recomiendo que cierres este artículo rápidamente, cojas el control remoto y te pongas a verla porque, lamentablemente, está lleno de pequeños spoilers. Si eso no te incomoda, adelante, eres bienvenido.
PASO 1: Consigue toda información relevante con tan solo un click
¿Tienes miedo acercarte a tu crush por temor a ser rechazado? ¿No sabes con qué tema de conversación deberías acercarte? ¡Relájate! En este siglo XXI, todo está al alcance de un solo click. Sí, porque hay un genio de la lámpara llamado Internet que tiene a sus retoños conocidos como las redes sociales. Ustedes dirán: “Pero, Cronopio, mis cuentas andan privadas. No hay por qué preocuparme”. Sí, puede ser, pero créeme que en un par de noches, esa persona que te anda buscando puede hallar al menos un dato tuyo. Porque, amigo(a), lamento desilusionarte, nosotros siempre estamos en algún maldito lugar de Internet.
Hace un año atrás, se me dio la locura de buscar mi nombre por el buscador de Google. Y, ¡oh, sorpresa! Hallé fotos mías que estrenaba como foto de perfil en mi cuenta de correo y en otras redes, que por cierto se encontraban en modo privado. Fueron fotos que me costaron aproximadamente casi 6 meses sacarlas del buscador de Internet y lo logré después de mandar una montaña de correos. Actualmente, tengo el mismo problema, ¿no me creen? Googleenme y verán.
Para buena fortuna de Joe, y de varios acosadores, Beck era esa clase de personas que documentaba cada segundo de su vida en sus redes, las cuales, dicho sea de paso, estaban en modo público. Así que, moraleja #1: Nadie está seguro en esta época en ningún medio.
PASO 2: Manipula toda la información encontrada y ponla a tu favor
¿Esto es necesario? Pues a Joe le funcionó. Gracias a su ardua investigación, logró crear una personalidad que calzaba perfectamente con el príncipe de ensueño de Beck. Crear una personalidad falsa no es tan mala si se hace en nombre del amor, ¿verdad? Pues, sí, sí es malo. Si quieres tener una relación sana y estás haciendo esto, déjame decirte que estas yendo por mal camino. Entiendo que siempre queramos crear una buena ilusión de nosotros al compañero que deseamos, pero mostrarle una versión tuya idealizada no es lo correcto. Una vez que se te caiga la máscara, te darás cuenta.
PASO 3: Propicia sus encuentros “casuales”
¿Encuentros casuales? Sí, busca soltar ese “¡Qué sorpresa! No esperaba verte por aquí!”. Si ya tienes registrado sus hábitos/rutinas, mover tus piezas será muy sencillo. La idea, según Joe, es asegurarse de que tu nombre no se pierda junto con el millón de personas que tropiezan en la ruta de tu amado/a. ¡Debes posicionarte! Tal como lo lees. Impregnar en su mente que tú existes es el paso primordial para cumplir tu obsesivo deseo. Si dentro de tus encuentros no mantienes el elemento sorpresa en un estado “casual”, date por perdido.
Definitivamente, Joe, pudo haberlo tenido más fácil que tú o que yo, pues se movía como pez en el agua en New York y más aún en esa zona bohemia en el que se mantenía Beck. Igual, no te desilusiones. Yo lo he hecho en un par de ocasiones. No siempre con el fin amoroso, sino también para “acosar” a docentes que ni se atrevían a responderme el correo. Porque sí, todos tenemos un lado perverso activo en ciertas temporadas de nuestras vidas. Si a mí me funcionó, ¿por qué a ti no? Solo te doy un pequeño consejo: No abuses mucho de estos encuentros forzados que podrían jugar en tu contra.
PASO 4: Ponte tu disfraz del príncipe/princesa encantador(a)
Si ya lo(a) tienes adelante, es hora de jugar a qué tan bien lo(a) has estudiado. Propón cosas que le gusten, invítale su comida favorita o llévalo(a) a sus lugares de ensueños. En el caso de nuestro librero acosador, él sabía perfectamente que Beck necesitaba consuelo y compañía, razón por la cual el papel del hombre comprensivo y amoroso no le falla para nada. El punto central de este paso es no repetir los errores pasados. Para Joe es simple. Debe ser todo lo opuesto a Benjamín, el exnovio de Beck: un verdadero caballero. Terrorífico, ¿verdad?
Si tú estás dispuesto a realizar tremendo meollo, a pesar de que ya te mencioné que es tóxico, te dejo otra pequeña sugerencia: da destellos mínimos de tu propia personalidad para ver si es necesario seguir montando esa falsa o no. Yo no he seguido este paso, así que no te podría orientar. Y es que no me considero capaz de jugar con un ser humano y menos con aquel que digo querer.
PASO 5: Retroceder, nunca; descuidarse, jamás
Aquí la voz principal es estar alerta a cada oportunidad. Joe aprovechaba cada ocasión para tomar ventaja y conquistar a Beck: reuniones o citas casuales. No importa el tiempo ni el esfuerzo que podía tomarle porque para él el premio final valía la pena. El hecho de que ya hayas logrado tener unos días con él/ella, no significa que ya tengas que bajar la guardia, pues el ser humano es muy volátil. Entonces, ¿cómo diablos puedes asegurarte de que ya lo/la tienes?
Para saber si estás yendo por el camino correcto es necesario que lo oigas de los propios labios de tu crush. ¿Cómo podría ocurrir ello? Pues husmeando en sus conversaciones privadas. Para Joe fue fácil, pues hurtó el celular de Beck en un encuentro que él mismo propició. Por eso, él sabe perfectamente qué camino debe optar para mover sus piezas. Sería absurdo que, aún sabiendo lo que ella sentía por él mediante las conversaciones con sus amigas, no pueda hacer que las cosas fluyan con ella. Ahora bien, si no te funciona hurtar el celular de tu crush o de tu pareja, existen dos opciones puestas en práctica en la actualidad: la opción del acecho o llamar a Badabun.
PASO 6: Analiza su círculo de amistades
Pues, como lees. No es suficiente centrarte solo en tu crush, sino también con la gente con la que se rodea: amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc. Es que puedes encontrar en ellos alguna información relevante que se ponga a tu favor. Intenta ser cuidadoso(a) de que tanto puedas manejar la situación. La idea es que los analices en una determinada distancia y no que te involucres tanto con ellos, pues podrías convertirte en el amigo(a) incondicional de tu crush. Y ese no es tu plan, ¿cierto? Sino, pregúntale a nuestro bibliotecario obsesivo. En la mayoría de los casos, una relación suele pasar primero por la aprobación de las amistades. Entonces, con una buena investigación de ellos, pasarás este paso como un conejo: con un salto alto y veloz.
Debes ser listo(a) y anticiparte a todos los cambios que se te presenten, dejando claro que lo que buscas es una relación amorosa, no una amistad. No entres en pánico si ves que no está funcionando. Actúa rápido, pero siempre con la cabeza fría. Joe no dejó ni un cabo suelto: no descuidó ni siquiera al terapeuta de Beck, el doctor Nicky . ¡Tremendo enfermo!
PASO 7: Te unes al enemigo o lo sacas de la partida
Si no puedes neutralizar a tu enemigo, lo primero que debes intentar es unirte a sus juegos. Puede que hacer esto sea una de las cosas más desagradables de la vida, pero todo vale por amor, ¿no? Joe tuvo una gran cantidad de noches de chicas, donde sufría los incontrolables maltratos de Peach, pero nunca se dio para atrás hasta que… comprendió que Peach era de esas piedras muy molestosas y peligrosas cuando ella descubrió lo que jugaba él con su amiga, así que terminó matándola. ¡Ojo! No te digo que tengas que convertirte en asesino, pero sí podrías llevar el juego con estrategias inteligentes. ¡Vamos, sé más listo!
PASO 8: Hazte indispensable y necesario
¡Uno de los pasos que más odio! Pero el favorito de varios lunáticos. ¿Cómo se logra esto? Pues haciéndole la vida más sencilla a tu pareja. ¿No tiene trabajo? Consíguele uno o sino bríndaselo. ¿Necesita consuelo? Quédate con él/ella. Y así, progresivamente. No cometas los errores del pasado, de ellos se aprenden a forjar un futuro prometedor con tu nueva pareja. Y recuerda que, si a pesar de todo lo que ya has hecho -siguiendo fielmente cada paso- aún no resulta, no es tu culpa, sino de los de más. Porque sí, es más fácil culpar al resto que asumir que fuiste un maldito enfermo. ¿Verdad, Joe?
Como ves, para sostener una relación obsesiva no existe el momento de presentación porque simplemente no serás totalmente tú el/la que la/lo enamorará. No quieres perder tiempo. Mejor es ir por lo seguro, ¿verdad?
En fin, después de leer cada uno de estos pasos, felicitaciones, estás preparado para la prueba. Ahora, sino estás demasiado enfermo(a) como Joe, déjame ver que recomendaciones podría darte a ti.
#1: No existen personas malas, ni buenas
En cada episodio, nuestro querido narrador nos hace dudar de nosotros mismos, ya que él comenta que no todos mostramos lo que realmente somos. Terrorífico, ¿cierto? Pero no tanto como la retorcida mente de nuestro acosador en serie. Conforme la trama va avanzando, nos vamos cuestionando quién realmente es el “malo” de la historia. Y la verdad es que no hay malos, ni buenos, sino una escala de grises muy bien pronunciadas. You solo nos demuestra que el amor que mantenían nuestros dos protagonistas es solo una representación de las falsas conclusiones a las que se puede llegar a definir lo qué es el amor entre parejas si es que no sabemos cuidarlo ni tratarlo. Así que, si ves uno de los pasos mencionados anteriormente asomarse a la puerta de tu relación… ¡Haz algo! ¡Despierta!
#2: Dale y respeta el espacio de tu pareja
Este consejo viene de la mano de un gran compañero, amigo mío, Joel Llanos. Le doy la total credibilidad. No te creas súper man o la mujer maravilla intentando facilitar todos los problemas de tu pareja. Dale un respiro, hazle saber que puede contar contigo y si él/ella te pide el favor, recién actúa. Y si por algún motivo, ella o él no quiere hablar sobre el tema, respeta la decisión y no entres en el mundo de pensamientos de Joe. Toda relación sana está construida en base a confianza y si no la tienen, entonces por qué sigues con esa persona. Joe desconocía las reglas morales y las violaba a su antojo. No respetaba los límites personales, todo con la excusa de que esto era por el bienestar de su amada. No seas patético, por favor.
¡Hasta la próxima crónica!
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Shobbs! Y mi fic # 100
Pequeño oneshot Shobbs “La llamada”. Espero lo disfruten.
https://archiveofourown.org/works/25514461
Título: La llamada
Autor: Lady chibineko (Miembro de la Orden Sirusiana) (Miembro de la Mazmorra del Snarry) (Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
Disclaimer: La franquicia de Fast & Furious es propiedad intelectual de Gary Scott Thompson, Universal Pictures y los respectivos productores de cada película. Esta historia entra después de la película Fast & Furious 8 (The Fate of the Furious) y el spin-off Hobbs & Shaw.
Advertencia: Este es un fic slash, lo que quiere decir relación chico-chico; si no es de su agrado este tipo de lectura por favor no sigan.
Dedicatoria: ¡A mí misma! Porque éste es (redoble de tambores) ¡Mi fic número 100 en Fanfiction net! (es allí donde llevo la cuenta, y si dice 101, uno no vale porque es traducción al inglés de otro fic)
~.~.~.~.~.~
La música resonaba al fondo, al igual que las risas y el murmullo de docenas de voces entremezcladas de las personas interactuando en grupos de a dos o más.
El olor a carne asada y maíz dulce sancochado, así como a latas y botellas de refrescos abiertas y alguna que otra cerveza para los adultos, inundaba el lugar.
Sam hablaba y reía rodeada del resto de su equipo de fútbol, mientras celebraban merecidamente la victoria que las estaba llevando a jugar la final en dos semanas.
Luke Hobbs no podía sentirse más orgulloso.
- ¡Buen trabajo, entrenador!- fue la frase que nuevamente le era extendida, esta vez por la madre de Stacy, una de las jugadoras delanteras del equipo, y el hombre agradeció con una sonrisa y empinando la botella de refresco con que llevaba entretenido los últimos 15 minutos, tras lo cual volvió a sus pensamientos.
Que lo llevaban una y otra vez al pedido de Sam.
El cual él había prometido intentar hacer realidad.
Chequeó el reloj, sacó el teléfono móvil y buscó la hora exacta en Londres... No era tan tarde.
¡Ah! ¡Qué diablos! Al mal paso darle prisa.
Le dio una mirada de reconocimiento al lugar, Sam aún seguía charlando y riendo con las chicas... y además del señor Reyes, el abuelo de Andrea, nadie parecía estar haciendo tonterías, e incluso así al señor lo controlaban su hija y su yerno.
Tras asentir para sí mismo, salió del patio de la casa donde se llevaba a cabo la barbacoa celebratoria, dejando el estridente sonido apenas como una tonada de fondo, y tras asegurarse de que nadie había salido detrás, marcó y puso el teléfono en su oído.
- Contesta, contesta. Vamos, contesta.- pidió sin siquiera darse cuenta de lo que hacia, o de que en el proceso de esperar había comenzado a caminar en círculos.
De pronto, los timbrazos cesaron.
- ¡¿Qué?!- fue el saludo hosco que obtuvo, y que lo hizo fruncir el entrecejo con aire ofendido.
- ¿Qué pasa, princesa? ¿Interrumpí tu sueño de belleza?- replicó el samoano en un gruñido.
Sin embargo el sonido de disparos al fondo borraron el fruncimiento de su ceño, mientras su cejas se alzaban con sorpresa.
- ¡¿Dónde estás?! ¡¿Qué está pasando allí?!
- ¡Ah, por favor!- fue el gruñido exasperado, y Luke casi y pudo escuchar el rodamiento de ojos del otro lado de la línea- Tan solo dime lo que quieres decir, campanita; para así poder volver a patearle el trasero a mi misión de turno.- fue la respuesta que obtuvo a cambio.
Luke sintió sus mejillas arder. Ni siquiera se le pasó por la cabeza que el británico pudiese estar en una misión (con 90% de probabilidad de que fuese una de las del señor Don Nadie).
- Puedo llamar después.- replicó sin embargo Luke, lo cual le ganó otro gruñido.
- ¡Mira, Nena Hulk! Incluso he buscado resguardarme tras una sólida columna de los disparos que vienen en mi dirección ¡Así que di lo que tengas que decir antes de que pierda la poca paciencia que me queda!- y la frase fue seguida por la ráfaga de balas de una metralleta- ¡Hatts! ¡No tan cerca!- lo escuchó renegar, pero esta vez la voz no iba dirigida al auricular, porque Luke dudaba que Shaw tuviese un teléfono en la mano en la situación en la que estaba.
- ¿Hattie está contigo?- preguntó el ex-DSS, aunque conociendo la respuesta de antemano cuando escuchó a la rubia mandar a volar a su hermano mayor ante la anterior solicitud.
- Si ¿Algún problema?... ¡Es Hobbs!... ¡No! ¡No voy a decir hola de tu parte!
Luke sonrió ante aquello.
- ¡Deckard!- llamó la atención del hombre tras escuchar otro par de disparos demasiado cercanos.
- ¡Aquí! ¡¿Qué diablos quieres?!
- Bueno, es algo así como un favor. Y ayuda que Hattie esté contigo. Verás, es Sam.
- ¡¿Sam?! ¡¿Le pasó algo?!- escuchó el auricular siendo cubierto de alguna manera- ¡No tengo idea de que le pasó a Sam! ¡Deja de escuchar mi conversación y concéntrate en los malditos rusos frente a ti!- otra vez se escuchó movimiento- ¡¿Qué le pasó a Sam?!
- ¡Nada!... ¡El equipo ganó las semifinales de fútbol y ella me pidió invitarlos a ti y a Hattie a la final!... Es en dos semanas...
- ¡Oh!
Y es que en el transcurso del último año, Luke Hobbs y Deckard Shaw habían tenido más de media docena de misiones juntos por pedido del señor Don Nadie, y a partir de la tercera (contando el asunto con Eteon), Deckard había terminado pasando su recuperación en la casa Hobbs más veces de las que no; e increíblemente el click entre el británico y su hija había sido casi instantáneo, al igual que con la menor de los hermanos Shaw, quien también terminó en el hogar de los Hobbs en una ocasión.
¿Y quién hubiese imaginado que Deckard fuese un fan del fútbol? ¿O que hubiese sido él quien le enseñase a jugar de pequeños a Owen y Hattie? Y no era malo en lo absoluto, llegando incluso a enseñarle un par de movimientos bastante elaborados con el balón a la pequeña Sam, motivo por el cual la niña hacia casi responsable a Deckard de sus últimos goles (como si Luke no llevase años entrenándola... en fin).
Como sea, yendo al motivo por el que estaba haciendo la llamada...
- Si, y Sam me preguntó si tú y Hattie querrían venir. Así que...
- Oh...- fue de nuevo la respuesta del otro lado, antes de volverse a escuchar movimiento en torno al auricular- ¡Sam nos invita a la final de su liga de fútbol! ¡Su equipo juega!- casi escuchó a Deckard gritar sobre una nueva serie de disparos.
- ¡Genial! ¡Cuenta conmigo!- escuchó a Hattie también gritar, esta vez alto y claro.
Y no fue la única voz conocida que escuchó.
- ¡¿Para qué?!- fue dicho en la voz del hermano de en medio de los Shaw, junto a lo que supuso fue Hattie contándole ahora más cerca de él que a Deckard de que iba el asunto, y la posterior respuesta fue- ¡También voy!- lo que hizo que el ceño de Luke volviese a fruncirse.
- ¡Ah, no! ¡Owen Shaw no está invitado!- replicó el samoano con tono amenazante.
Y es que Owen Shaw también se las había arreglado para conocer a su hija y caerle bien a la niña, para su total horror.
- ¡Dice que Sam nos espera a los tres!
Y Luke quiso replicar una vez más y amenazar a gusto, pero los gritos de celebración de los hermanos menores lo interrumpieron, antes de que cambiasen a gritos de guerra y la balacera se intensificara una vez más, y a eso se sumara el sonido de lucha de cuerpo a cuerpo tras, al parecer, la caída del auricular inalámbrico de Deckard al suelo.
Luke tuvo que suprimir el impulso de ir al lugar a darle una mano a los hermanos.
Lo que no suprimió fueron sus palabras al notar al otro de nuevo en línea, tratando de sonar normal al seguir el hilo de la conversación; sin estar muy seguro de que estaba tratando de cubrir con dicho comportamiento.
- ¡No quiero al criminal de tu hermano en el partido!
- ¡No seas gilipollas, Hobbs! ¡Owen va y punto! ¡Y a menos que tengas algo productivo que agregar, tengo un sindicato ruso que desmantelar!
Luke gruñó.
- ¡Más le vale comportarse, y la responsabilidad recae en ti! Tarado.
- ¡Como si fuese novedad! Baboso.
- No me tientes, princesa.
- ¿O qué?
- No querrás descubrirlo.
Se dio un segundo de silencio tenso entre los dos.
- Idiota.
- Imbécil.
Un par de gruñidos sonaron casi al unísono.
Pero lo que fuese que estuviesen por intercambiar entre los dos, fue interrumpido cuando alguien al parecer atacó a Deckard... de nuevo.
Y de nuevo el impulso de ir a ayudar lo inundó, sobre todo al escuchar golpes cercanos tanto repartidos como recibidos, hasta que finalmente alguien cayó.
Y Deckard volvió al teléfono.
- ¿Sigues allí?
- ¡Sí!... Si...
- Bien. Te vemos en dos semanas.
Luke aspiró profundo.
- Ésta bien. De acuerdo. Si... Estaremos esperando.
- Hasta entonces, Hércules.
- Nos vemos, princesa.- fue la despedida de Luke, aunque con un tono de voz una décima más profundo de lo normal. Como una promesa que implicaba más que verlos en el partido.
Y de pronto Hattie se escuchaba al lado de Deckard, preguntando.
- ¿Estás sonrojado?- justo antes de que la llamada se cortase.
Luke miró su móvil con desconcierto.
¿Sonrojado?... Eso... Eso era algo en lo que iba a tener que poner un pensamiento o dos.
Pero por lo pronto, la prioridad era ir a avisarle a Sam que su solicitud había sido despachada, recibida y aceptada.
Todo lo demás... se respondería en 2 semanas.
O tal vez antes, si es que Luke se animaba a realizar alguna otra llamada.
The End
Notas de la autora:
¡Hola amantes del Shobbs! ¡Hello everyone! Muchas gracias a quienes hayan leído y celebrado conmigo.
Espero que este pequeño oneshot (pequeño, muy pequeño... no estoy acostumbrada a escribir cosas tan pequeñas, pero éste solo salió) les haya gustado, porque lo hice con cariño y con ánimos de celebrar.
Un pre relación que me llegó cuando escuchaba Danza Kuduro en YouTube y pensaba en Luke bailando tontamente con Sam mientras Deck cocinaba el desayuno... lo cual es una escena de un futuro fic por cierto. Y entonces ¡BAM! otro fic se coló y tuve que escribirlo.
Anyway, muchas gracias por darse los minutos para leer. Me hacen muy feliz.
Es cortito, es de un fandom donde casi no hay lectores en español, pero es lo que al muso se le dio por escribir y celebrar conmigo, así que gracias.
Hace poco más de 4 años estaba publicando mi fic celebratorio por mi número 50 (un Mystrade). Ahora le doy al 100 con un Shobbs... no puedo creerlo (debe ser porque la mayoría han sido oneshots, aunque algunos longfic he publicado), pero sigo aquí y lo hago con pasión y cariño por escribir; y lo siento como un súper logro, que no tiene nada que envidiarle a mis logros profesionales, los que también me hacen sentir orgullo.
He escrito fics sobre Card Captor Sakura (varias parejas), Rurouni Kenshin (AoshixMisao), Saint Seiya (varias parejas, algunas poco comunes), Harry Potter (varias parejas, pero sobre todo Snarry), Yu-Gi-Oh (Puppyshipping), Full Metal Panic (SousukexKaname), Junjou Romantica (mi intento de Fuyuhiko/Tanaka), Alice in Wonderland 2010 (Alice y Tarrant son mi debilidad), Ice Age (mi Diego precioso), X/1999 (aquellas épocas), James Bond (00Q para todos!) y por allí también Johnny English, Justice League (BatFlash es la voz), Star Trek: 2009 (Spiiiiirk, y pronto Sybones), Sherlock (Mystrade es la pareja de mis sueños), Capitán América/ Avengers (WinterPanther... en serio), Hamtaro (¡Pequeños Ham, grandes aventuras!), The Boss Baby (entrando al Mystrade), Rise of the Guardians (Jackrabbit!), Night at the Museum (Jedtavius), Hawaii Five-0 (McDanno con todo el corazón), Criminal Minds (AaronxSpencer), Good Omens (le voy a los Ineffables), y Fast and the Furious ( y llegamos al Shobbs), y de los 100 fics: 92 están concluidos; y de los 8 que faltan, a dos solo les falta un sidestory, así que también están concluidos. De los 6 restantes, 2 están aún actualizándose... Los otros cuatro aún voy a terminarlos algún día.
Ese es el resumen hasta ahora.
Así que allí seguimos. Nos leemos pronto.
Un beso felino para todos.
chibineko chan (Miembro de la Orden Sirusiana) (Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía) (Miembro de la Mazmorra del Snarry)
~.~.~.~.~.~ Campaña de NO AL PLAGIO Digamos NO al plagio, este mensaje va dirigido al público, para que el trabajo de cada uno como autor sea tratado con el respeto que se merece. Recuerden que cada obra es como el bebé de cada uno de los que creamos dichas obras; y como tales amaremos y protegeremos esas obras dándole lo mejor de nosotros para que el resto del mundo pueda disfrutar con el resultado final. Por eso, si sabes de algún caso de plagio, denúncialo al autor del respectivo trabajo, ten por seguro que dicho autor te lo agradecerá. Gracias.
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Ana y Mia Gracias por demostrarme lo fuerte que soy.
Ya el mundo a cambiado, ya podemos mandar a la mierda a la sociedad y a los pensamientos de los demas porque pasar nuestra única vida queriendo cambiar para agradar a los demas eso si es estar jodido, ¿por qué me debe de importar lo que piensen los demás? cuando la que est viviendo mi vida soy yo, porque pasar hambre, cortarme y odiarme dia dia cuando puedo aprender a amarme y vivir mi vida como si fuera el ultimo disfrutando y el que no me trague pues que se pierda, Ana y Mia me ayudaron mucho pero a auto destruirme vendiendome la idea de ser una princesa cuando me convertían en una prisiones o una drogadicta de pendiente que pasa sus días pensando en aquella droga que la hace sentir viva, estas dispuesta a condenarte la vida solo para que a lo demas no les gustas como eres, pues si es asi dejame decirte que te estas jodiendo tu solita ya que no a todo el mundo le vas a caer bien y eso es algo que debes de saber, Matate haslo acaba con ti vida pero no pienses que harás un cambio seras la patética chica que acabo con su vida por no querer luchar mas, puedo decir que no me amo a mi misma pero tampoco me odio, el respeto que tengo me lo he ganado demostrando que no necesito ser una jodida princesa para que los demas me acepten puto el que crea que puede humillarme y acabarme sin que yo de pelea y eso es lo que debes de implementar tu.
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Hola Akame.
Te escribo esto aquí porque sé que será tal vez muy largo esto y plato únicamente me deja mandar mensajes muy cortos y no quiero que sean muchísimos mensajes.
La razón por la que escribo supongo que será evidente a lo largo de este mensaje, primero que nada, no revisaré ortografía y como siempre mis mil palabras incompletas, así que una disculpa desde ahora.
Obviamente hablaré de mí, así que espero que no sea un fastidio todo esto.
Últimamente he pasado días muy, muy malos. A veces la gente estamos acostumbrados tanto a alguien que es difícil verse sin ellas y yo soy un ejemplo de eso, porque estoy enamorado, totalmente enamorado.
Te amé desde hace tanto que no tienes una idea de lo bien que me has hecho, amaba cuando éramos tú y yo solamente.
¿Sabes? Justamente ayer le conté a una persona sobre todo lo que he estado pasando durante mucho tiempo, cómo te hablaba antes y cómo comenzó una relación contigo.
Sé que no debí darle el poder a mis amigas de que me dijeran cosas que te hicieran sentir insegura, y es que si quieres la verdad, yo creí que mientras no nos afectara a nosotros dos, no importaba lo que dijeran porque tú eras mi novia y únicamente te amaba a ti, no a los demás, pero yo lo pensé, nunca te pregunté y no entendía por qué te molestaba si te elegía únicamente a ti, si eras tú en mi vida, si era contigo con quien deseaba pasar literalmente cada segundo de mi vida.
Fue mi error no querer lastimar a alguien más al ser novios tú y yo, lo sé, porque lo deseaba pero me sentía mal por ver a alguien más triste, siendo que debí pensar en cómo te sentías tú, pero obviamente estúpidamente creí que tú lo entendías o que "debías" entenderlo, cuando no es así, para nada.
La verdad es que, aunque suene estúpido, recién lo entendí... hoy.
Quise siempre hacer tantas cosas contigo, pero no entendía que yo también ayudé a que estuvieras mal, porque aunque tú hayas hecho cosas que no me gustaron, no significa que debía yo continuar en eso.
Hoy estuve hablando con alguien que supo todo, la única persona, de hecho, ehh... obviamente supo de que me bloqueaste, de lo que dije en plato y justamente es él a la persona que más apoyo cuando está mal, porque lo quiero y porque quiero que esté bien. Y sé totalmente que él quiere lo mejor para mí, obvio se molestó mucho conmigo y de alguna forma me hizo entender varias situaciones que no sabía siquiera que debía entender.
Una de ellas es que el amor no se fuerza y son cosas que solamente se dan y no debes insistir, no debes pedirlo y todo debe fluir.
Yo te amo tanto que dejé fluir mi amor de formas erróneas.
Con eso me di cuenta de que no debo darte tiempo para que me respondas, claro que no...
Porque la segunda cosa que entendí, es que no estoy respetando tu decisión, sigo pensando en mí y en lo que quiero, porque claro que te quiero conmigo, claro que quiero abrazarte y besarte y decirle a todo el mundo que eres mía, mi novia, y que sé que puedo dejar a cualquier persona y sé que ya no volvería a preocuparme de alguien más, únicamente de ti y demostrarte que eres en serio lo que necesito y a quien amo.
Pero justo ahora, no estoy respetando tus decisiones, no estoy respetando tu espacio ni absolutamente nada de ti, únicamente pienso en que te necesito y que eres todo para mí.
Por eso decidí que no hay un tiempo más, no esperaré nada al día de mañana, no debes pensar en nada.
Yo te dejaré en paz y te daré esa libertad que necesitas y no voy a atormentarte con que pienses cosas o seguirte buscando.
Quiero que tengas ese tiempo para ti y lo disfrutes, quiero que seas muy, muy feliz.
Perdóname por darte cosas malas, perdón por no ser el novio que me prometí que sería para ti.
Perdón por alejarte de alguien y ser peor.
Perdón por todo.
Y gracias por estar conmigo siempre, siempre, por aguantar cada vez que te buscaba, por soportar mi mal humor y en general a mí.
Te amo desde lo más profundo de mi corazón hasta lo más notorio que puedo ser y tener.
No te prometo que en un futuro podamos ser amigos porque sé que así como estuve enamorado de ti tanto tiempo, será complicado dejar de hacerlo.
Gracias por todo y perdón por yo no darte un carrd super precioso, pero como ya dije antes, es porque no puedo mandarte un mensaje largo y tumblr es algo que tengo descargado y fue muy fácil.
Creo que tenía muchas cosas qué decir, pero la verdad es que estoy muy bloqueado y no sé qué más debería.
Solamente espero que un día puedas perdonarme.
Por favor, nunca dejes de ser tan alegre como siempre, de tener cerca a la gente que en serio vale la pena que esté ahí.
Sé muy, muy feliz y sigue esforzándote mucho, porque sé que lo puedes lograr todo y en un futuro tendrás todo lo que desees.
Te amé desde hace tanto tiempo que ahora mi amor es totalmente tuyo genuinamente.
Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo y espero que nunca olvides que estás en el corazón de alguien.
Gracias por darme cosas buenas, porque aunque no lo creas, sí lo fueron.
Nunca olvidaré muchas cosas que hablamos y lo hermosa que siempre te vi, tan tímida para muchas cosas y los pequeños besos con pena que me dabas a pesar de que ya éramos novios.
Por compartirme historias tuyas que posiblemente no cualquier persona lo sabe... o eso quiero creer.
Por mostrarme fotos de todo lo que te pedía, como lo que hacía tu madre o el muñeco que hacía tu hermana.
Sigue siendo la buena hija y buena hermana que siempre has sido y espero un día puedas leer mi libro favorito, porque obviamente yo sí busqué el tuyo, aunque sinceramente se quedó solamente en mis favoritos de Google, pero te aseguro que el día que lo lea pensaré tanto en ti y sé que te voy a recordar con todo el cariño que siempre te he tenido.
Y cuando tú leas el chico de las estrellas, espero que conozcas un poco más sobre cómo me siento, porque como una vez lo dije, esos sentimientos me definen mucho.
No me olvides pronto, no me dejes de querer.
Y perdóname un día.
Lamento todo en verdad y todo estará bien, te lo prometo.
No quiero dejar de escribirte, porque de alguna forma mientras lo hago imagino que lo estás leyendo y es como si estuviera hablando contigo.
Por cierto, hace rato que comencé a escribir esto, puse música en aleatorio y justo sonó una canción que se llama try again de keane, y pensé mucho en ti, si quieres puedes buscarla.
Gracias por dármelo todo mi princesa hermosa, por hacerme tan feliz con tan solo estar a mi lado, porque aunque suene estúpido, contigo supe que es verdad esa frase de que "sería feliz contigo aunque sea en el infierno" porque sabía que mientras estaba a tu lado, todo lo podríamos superar.
Pero también sé que todo son ciclos, ciclo que ya querías terminar y yo lo impedí muchas veces con tanta insistencia para que estuvieras conmigo.
Pero esta vez quiero hacer las cosas bien, como tú las deseas y prometo, no volveré a ser insistente ni nada, por todo el amor que te tengo.
Perdóname por insistirte hace rato, sólo pensaba en que podríamos ser felices en serio, pero sé que debí respetar tu decisión.
Te amo, por siempre y al infinito.
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✶, ☾, ✧
envía ✶ para conocer una pesadilla recurrente de mi personaje.
su sueño más recurrente es verse a él mismo, de pie sobre un camino largo y desértico, a lo lejos puede ver una pequeña cabaña, rustica y muy descuidada, la madera tiene tintes negros, como si se hubiera quemado solo que sigue intacta. Cuando llega puede sentir el olor putrefacto de algo adentro, hay muchos signos satánicos sobre las paredes y cuando entra solo se encuentra atado en una silla y completamente putrefacto.
envía ☾ para saber qué le parece atractivo a mi personaje del tuyo.
Le parece una chica muy atractiva, pero cree que lo que más resalta en ella es su cabello y el arete que cuelga de su nariz, para Adler siente que eso es muy parte de su personalidad.
envía ✧ para conocer la relación de mi personaje con un familiar a tu elección.
Madre: Suele su madre parecer un fantasma más en la casa, jamás tiene voz ni voto en las decisiones que se hagan en la familia y por esa razón para Adler siente que es otra persona más que habita ahí, no le tiene odio, pero le da pena que no pueda hacerse respetar como debería, tampoco la quiere demasiado, por que es simplemente como un fantasma.
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12 de marzo, por la mañana.
Hola.
N.
Sé que me dijiste que no viniese a este lugar, pero también me dijiste que me ibas a acompañar hasta llegar a tu edad, y no te veo. No es un reclamo, solo me excuso.
Vine acá sin que nadie lo sepa. Solo le mande un msj a mama para que no moleste y lo comente en un lugar que se supone que nadie ve. Salí casi al mismo tiempo en el que amanecía, pero no le preste atención al cielo, y empecé el viaje largo hacia acá. No hay muchos comentarios sobre el viaje, no es nuevo porque ya lo he hecho.
No te traje nada porque sé que odias que corten las flores y otra cosa no se me ocurre. Tal vez escribí algo pero lo termino olvidando en algún lugar. Es curioso pero no te extraño.
¿Por qué vine? Bueno, hace unos días se me vino de la nada misma una de nuestras charlas, esas que improvisamos, que me enseñaste. Bueno, precisamente esa en la que te saliste del papel y contaste algo real, tuyo, se escapó un recuerdo tuyo. Eras muy chico, tenías el pelo mucho más largo de lo que yo llegue a tenerlo, tu padre llego no muy sobrio y violento. De la nada se la agarro con vos y no podías hacer nada para salir de esas situación, sentías el terror de que estas eligiendo todas las palabras equivocadas para hablar con él y ya no querías ni siquiera verlo, intentaste escapar del comedor pero te agarro del brazo y fuerte, algo dijo de que le molestaba no poder verte la cara y empezó a cortarte el pelo con unas tijeras que tenía a mano, con lo inestable que estaba tuviste suerte de que no te lastimase. No estaba tu mama y tu hermano era muy chico para hacer algo, él había vivido episodios peores. Pasaste toda la noche con el pelo en tus manos preguntándome el porqué de todo. Al día siguiente te despertó por la puerta tu mama, que llegó en algún momento, quería entrar pero rápidamente pensaste que no querías más problemas. Si ella te veía tus padres iban a pelear y no querías tener que escuchar más, lo de ayer fue suficiente. Le dijiste "te quiero y papi ayer estaba triste". Encerrado en tu pieza y sin molestia terminas de cortar los mechones de pelo largo que te quedaban y te volviste a dormir. Mama tenia la llave de todas las puertas así que no tardo en despertarme de nuevo pero esta vez logrando verte. Intentaste mentirte que fuiste vos mismo pero ella sabía que no dejarías pelos en el comedor. Una vez que supo todo te abrazo y lloraste todo lo que llevabas guardando, "no me vuelvas a dejar". Ella te dio tu tiempo para que te recuperes pero cada día te mostrabas más triste, tu papa no había vuelvo en todos esos días. Tu mama, esa hermosa mujer, tomó una decisión digna de alguien que ama y tiene empatía, (hasta valentía si lo pienso yo) corto su pelo de princesa y te dije que no está tan mal. Madre e hijo, princesa y príncipe ahora se volvían a parecer, y vos no lo podías creer, lo que ella hizo, y se veía feliz, pensaste que vos también podrías volver a hacerlo. Nunca más necesitaste pruebas de que esa mujer te amaba. De ella aprendiste, una vez que se fue, que si ella amaba a tu papa era por algo, y vos también lo ibas a intentar. Cuando ella se fue lo que dejó era el amor que tenía por cada uno de ustedes, vos guardaste el amor de ella.
Sinceramente no sé porqué me acordé de esto. Pero tengo muchos sentimientos en mí estos últimos meces y en esos esta vos y quise venir a verte.
Quería llegar y empezar a hablar de mil cosas pero no puedo. Es que siento esta tranquilidad que hay aquí y quiero interrumpirla lo menos posible.
Bueno, estoy acá y la tierra es húmeda, un manto verde y gastado también se ve, muestra que está cerca el final del verano. Eso me pone bien, sabes? Nos ponía bien saber que el verano terminaba, cosa de introvertidos supongo. Cague todo lo que intente, sabes? Es duro de escucharlo, imaginate de decirlo. Re pienso eso y ya brotan esa sequedad en la garganta, el tiempo pasó y me sigue costando llorar. Si, llore en algunas, pero me arrepiento, no del hecho por el cual llore, sino de el lugar en el que lo hice. Vos te arrepentiste de mostrar tus lágrimas? Ellas sí que eran raras, las borraste de tu rostro muy fácil.
Te acordas de la música, siempre quedo en nada. Estoy lleno de letras pero no puedo hacer nada con ellas, si esperabas que mi voz mejorase estabas muy equivocado, hablo re para el orto (si alguien mas me lo vuelve a repetir lo voy mandar a la mierda), no valdría la pena ponerle mi voz a eso que me esfuerzo por escribir, no.
El deporte que me mantenía distraído ya no hace falta. Lo deje todo. Estudiar, ya te lo dije, no es mi agrado. El estudiar por mi cuenta, me falta mucho motivación. Y bueno, me informo solo si es obligatorio.
Chamuyar, sabes que realmente nunca lo intente ? Ahora sé que ni me interesa.
Te conté de ella ya, una vez que me quise matar, le hable, porque no había nadie. Estoy escribiendo bastante. Las cosas terminaron. Me hubiera gustado escribir más sobre ella cuando estaba a mi lado y no cuando me prohibo por ella escribirle. Tengo muchas fotos de los dos, más aún... Sé que no te va a agradar, puede que se parezca a ese tipo de persona que veíamos mal pero para nuestra mala suerte las apariencias engañan. Bueno, con algunas cosas.
Ya voy a tener más tiempo para decirte en todo lo que la cague. Te dije que no te extraña, pero es porque otra persona tiene ese lugar. Te necesitaba, comprendes? Es raro, estabas ahí igual. Con tu forma de ser racional con todo. Me acompañó un tiempo largo después de que te fuiste, me hizo más frío también. Y alguien me lo quito. Estabas ahí, en esos forzosos silencios que tenía, ahí estabas, te hable, y el silencio era la respuesta, bueno ahí estabas. Sigo siendo realista, sé que no existís materialmente, solo lo que tengo de vos, y lo necesite. Hablo de un pasado si te diste cuenta, y por que es así? Bueno, me di cuenta que no tengo nada así que no podía seguir con vos, deje de necesitarte, no hay nada simplemente. Solo te quiero. creo que vine para decirte eso
Te quiero
No había tenido la oportunidad de decirtelo.
Arruine mi vida, pero esta bien. Son mis decisiones.
Mi familia, cada vez son menos para mi, sólo quiero que no se metan en esta vida que llevo.
La escritura, bueno, estoy siendo más constante pero de qué me sirve si termino escribiendo algo pensando en ella en la mayoría de las veces. Tengo un par de cosas que te van a gustar, te voy a leer algunas ahora. (...)
Prometo traer aunque sea una que no te haya leído antes cada vez que venga. En el camino escribí algo que de eso que tengo en mi cabeza y mis sueños, lo que quisiera. Lo voy a terminar y lo voy a subir.
Voy a seguir viniendo, mientras tanto, si.
Empecé a ir a la psicóloga. La pago yo. Me cuesta entenderme y comunicarme con ella. Es una mujer mayor que espera solucionar todo con Freud. Sé que te va a caer del orto. No le voy a hablar de vos, porque prometí no volver a hablarte con nadie. Lo que me mostraste fue a mi, y tengo que llevarlo yo sólo. Todos los demás hicieron mierda eso. Volviendo a la psicóloga, no estoy viendo progresos pero supongo que puedo aguantar unas semanas más, no veo la hora de tener las recetas a las pastillas (sarcasmo).
Hace casi dos años que no busco bandas y géneros nuevos, me volví muy conformista, capaz demasiados.
Las drogas están haciendo en mi algo que capaz no quiero pero no sé, ya no importa, no?
Hace un rato dije que iba a seguir viniendo pero más que eso siento que voy a cruzarse, esta vez sabes de lo que hablo, ya nadie lo puede impedir. No es que quiera ser como vos, son cosas diferentes las que nos llevan a nuestros respectivos finales.
Encontré trabajo, pero no te creas que me baje a los estándares laborales de ser lo que las empresas buscan. Me metí en un empleo precario en el que vos prestas tus servicios (repartidor en este caso) y trabajas lo que queres. Estoy saliendo a las 9 de mi casa y volviendo 11 de la noche, me viene bien porque me hace perder mi vida, me ahorra pensar, me ahorra afrontar cosas que no quiero. Pero mis sueños, la vida sabe cómo ingeniárselas, en ellos te juro que se va todo. Y los días libre que me tengo que dar ya sea porque mi cuerpo no da mas o tengo que arreglar la bicicleta sufro, no la paso bien. Me drogo o salgo. Nunca te entendí con tu manía de tener que salir a cualquier lado siempre con alguien, sino no salias. Me voy a cualquier lado solo, ya no tengo compañía, menos amigos. Si me pinta saltar de altura, lastimarte, decir que me quiero morir, lo hago. La tranquilidad. Es eso. Sé que se van a aprovechar algún malviviente de mi estado de estar sin segunda para salir, pero bueno, que venga. Quiero probar lo que es estar con lsd en un bosque, pronto voy a comprar una moto y me voy a ir lejos. Jajaja, igual eso último es fantasear, pero no está muy lejos. Me dijiste que no se puede gastar todo el dinero en drogas (término general de la palabra) pero conocí a varios que muestran lo contrario.
Si conozco a varias personas, pero no las meto en mi vida, de ser necesario les muestro otro yo. Gracias a eso aprendí a jugar con fuego. Me fui a pleno sur del conurbano con la costera, y era tan feo como lo pintan, te juro que con esa determinación con la que fui me volví. Nada, parece que lo disfruto, pero estoy muy lejos.
Distraerme, dijiste que mujeres hay muchas pero no me tocó ni yo mismo, estoy muy apagado ahora mismo.
Su amistad, siempre la buscaba, dijiste que era por falta de afecto materno pero te he dicho que no. Dijiste que podía ser un casanova, con respecto a eso, estoy cansado de tener que dejarlas de lado porque en realidad su intención de buena onda era otra, me canse de esas cosas. Pero ya me da igual, no las busco más.
Me gustaría tener una habitación como las de un manicomio y llena de cosas cutes, kawaii como muñecas y hello kitty, sábanas blancas manchadas de sangre. Me retabas por cortarte pero no es la única forma de lastimarse, sabes?
Te imaginas como hubiera sido todo si mis padres me daban un hogar? Si hubiera sido más alto como te conté, si vos siguieras acá, si no hubiese tenido piedad por esa persona y terminaba mi vida. Es una paja pensar en eso.
Quiero vestirme como quería y hacer esa mierda que me distrae la cabeza, no estoy pidiendo nada en realidad, sobrevivo y pierdo mi tiempo.
Descansa, pronto descansaré también. Te tendré respecto cuando te des cuenta de que este es mi respeto.
Te deje con el nombre de "Gran Hermano" no tiene nada que ver con el libro ese nombre. Es solo sentimental. Sos mi único hermano y aun así fuiste el mas grande.
Capaz aguante para que puedas ver mi pelo largo de nuevo.
No necesito de nada más que aguantar esta vida.
Me voy, y hasta la próxima vez que venga voy a estar en modo automático.
Nunca te dije adiós, y no tengo la necesidad.
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¡Bienvenida a tus años dorados, Andrea Prewett!
¡Felicidades, Dannie! Tu audición ha sido aceptada, nos alegra mucho tenerte por aquí. Tienes 48 horas para mandar tu cuenta e incorporarte al roleplay. Esperamos disfrutes tu estancia y cualquier duda, estamos para servirte. ¡Gracias por tu interés!
moony.
→ PERSONAJE CANON
✦ DATOS IC
DATOS PERSONALES
Personaje deseado: Andrea Prewett.
Apodo: No le gustan pero su familia solía decirle Andreita.
FC: Jane Levy.
Fecha de nacimiento: 15 de abril.
Padres: Mildred y Dawson Prewett.
Hermanos: Coleen y Frida.
Mascota: Tiene un gato color amarillo en casa que se llama Buttercream sigue vivo gracias a sus padres y hermanas.
Alianza: Pro Orden.
CARACTERÍSTICAS MÁGICAS
Boggart: Ella muerta sin haber vivido su vida al máximo, sin haberla disfrutado.
Patronus: Gato.
Varita: Nogal Negro, pelo de unicornio flexible 24 cm.
Amortentia: Alcohol, dulces, humo de las fiestas.
Espejo de Oesed: Ella con una sonrisa en el rostro, su familia ha dejado de tratarla como una niña pequeña y se puede ver en su mirada que ha vivido su vida al máximo.
ETCÉTERA
¿Algún cambio?
Nops.
¿Por qué escogiste a este personaje?
Me quede pensando en cual debería ser mi 15 personaje porque pues es el ultimo que tendré hasta que ocurra una tragedia. Y leí varios que no han sido tomados en años, quienes tenían relaciones con los que están y algo en mi cerebro grito TOMA A ANDREA y aquí estamos.
¿Cómo ves al personaje psicológicamente?
Hay dos Andreas, la Andrea previa al accidente que era dulce, tierna, tímida, noña, la mejor alumna, la más calmada de la familia, aquella que era la princesa de la familia, aquella que no rompía un plato. Pero después ocurrió el accidente y tenemos una nueva Andrea, la Andrea que no tiene límites, que solo quiere vivir, sale de fiestas, suele estar bajo la influencia de sustancias, esta estresada por vivir su vida como se debe, cuando no lo logra llora. Le asusta todo, pero finge que no. Es enérgica, despreocupada, risueña, es muy raro no verla sonriendo. ¿Obligaciones? Hace mucho que Andrea no las conoce, le estresan y si algo le estresa lo evita, algo le quita su felicidad, lo evita, lo ignora para ella esas cosas ya no forman parte de su mundo, es muy ingenua.
A pesar de tener amistades de dudosa procedencia Andrea no es como ellos, ella es amor y ternura, y alegría, te ayudara si es necesario, tiene un corazón de pollo. Pero claro ignora cosas como la guerra que se esta viviendo haya afuera, para ella eso acabara pronto. Los secretos le aburren los odia y hará que se aleje de ti. Uno de sus miedos mas grandes es la muerte, pero su reputación no la deja demostrar lo que siente pero por dentro cada muerte de alguien que conoce la destroza, y teme mucho que la siguiente muerte que llegue a sus oídos sea una de un miembro de su familia.
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¡El descanso de primavera ha concluido! tus vivencias quedan atrás, es tiempo de volver a lo tuyo. has bajado del camión en la noche, el reloj marca las 10:40 pm y al igual que el resto te encuentras confundido porque no hay nadie para recibirte. ¿Qué esta pasando? ARIA será mejor que mantengas los ojos abiertos y cuides tu espalda, las personas se muestran como son en las peores situaciones, pero mientras tanto siéntete bienvenida, no intentes explorar el interminable terreno de Church Hill. El bosque demasiado denso para ir solo, las señales pueden ser confusas y el lago es profundo.
Mia, felicidades, has llegado al paso número dos, estás a uno de ser ya miembro oficial, recuerda que cuentas con veinticuatro horas para mandar la cuenta de tu personaje. si llegarás a necesitar más tiempo, siempre puedes pedirlo. Gracias por el interés en el grupal y este proyecto, te deseamos la mejor estadía.
OOC
nombre o seudónimo: Mia
edad: 21+
país: México
actividad (1/10): 7/8
triggers: Incesto.
¿si te retiras del rp, nos cedes permiso de utilizar a tu personaje cómo fallecido?: Depende de las circunstancias por las que me retire.
¿algo que agregar?: Nope
INFORMACIÓN IC
nombre completo: Aria Chandler
edad: 18 años
fecha de nacimiento: 17 febrero de 2002
fc: Kiernan Shipka
carrera: no aplica
descripción psicológica:
+ amable, astuta, desinteresada
- impulsiva, coqueta, ingenua
biografía:
uno. Nacida justo a las cero horas con dos minutos, solo cincuenta segundos después de su hermano Aaron, Aria Chandler es la hija “menor” de un matrimonio perfecto. Fue una bebé deseada, a pesar de ser considerada una sorpresa por parte de sus padres pues no esperaban gemelos. No le faltó absolutamente nada al crecer, ¿la niña quería un juguete?, lo obtenía sin siquiera mover un dedo. Es la princesa de la familia y ella lo sabe muy bien. Aún así, jamás la verán usar su status para humillar o sacar ventaja de alguien más. Porque si bien nunca tuvo la necesidad de hacerlo, sus padres le enseñaron tanto a ella como a su hermano, el valor del trabajo duro.
dos. Es la típica chica popular en la escuela, parte del squad de animadoras, aquella chica de la que todos quieren ser amigo. Sin embargo, no se ganó esa reputación siendo mala o haciendo que la gente le temiera, para nada. Se lo ganó a pulso y con su carisma. No hay persona a la que no quiera ayudar; aún si la conoce desde hace muy poco. Es de esas personas que trata con extrema familiaridad a todo cuanto conoce apenas entra a una habitación. Quiere que todos se sientan incluidos, y que sinceramente la consideren una amiga. Cree lo mejor de las personas y es eso lo que la hace, al menos a los ojos de otros, bastante ingenua. Y a su vez, a provocado más de un corazón roto por colocar su confianza en la persona equivocada. Esto, ha iniciado varias peleas entre ella y su hermano, quien, a pesar de ser su mejor amigo, no para de decirle que debe ser más cuidadosa.
tres. Ama a su hermano con toda el alma, de eso no tiene duda; pero, aunque, no lo diga en voz alta, a veces desearía que no fueran gemelos. Quizá así, la mayoría de la gente dejaría de referirse a ella fuera de la escuela como “la hermana de…” o “Chandler #2”, No diría que lo odia, porque ese sería un sentimiento muy fuerte, pero si le desagrada cuando la comparan con él. Son individuos, no uno solo, o mucho menos la sombra del otro. Su temor más grande es nunca poder llegar a ser ella misma, o que la juzguen como solo una cara bonita más. Durante lo que va de su vida, son muy pocas las personas que realmente la conocen, o que buscan su amistad sincera sin esperar nada a cambio
cuatro. Es una exploradora nata, pasa la mayoría de su tiempo libre en los lugares menos esperados del pueblo. ¿Por qué? Es en aquellos lugares solitarios donde cree que puede ser ella misma sin tener que cumplir las expectativas de nadie,
tres datos curiosos:
uno. Apenas cumplió la mayoría de edad, se hizo un tatuaje muy pequeño en la parte superior derecha de su espalda, es de tinta blanca, así que es casi imperceptible. Solo lo hizo para marcar una diferencia entre ella y su hermano.
dos. Es fan de la fantasía de época, todo aquello que va desde “El señor de los anillos” a “Game of Thrones.”
tres. Espera algún día poder salir del pueblo, no para estudiar, como casi todos esperan que lo haga, sino para viajar por el mundo.
secreto: removido
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nozomi: esto.....*toma aire * no había reunido el valor para preguntar en este magnifico blog pero aquí voy!!!! .. es usted una dulzura mystyc-sama!!!!! es un placer conocerlo ! *le aplaude como loca * me llamo nozomi katsura es un placer 0w0 usser: sip definitivamente el es increíble 7w7
Mystic: ¿¡S-s-s-s-sama!?
Mystic: Bueno, aprecio el ser llamado con tanto respeto.
Mystic: Gracias, Nozomi, es un placer conocerte también.
Mystic: Espero que no te moleste el si te beso la mano como princesa, ya que esa es la forma en la que me enseñaron a resivir a una señorita.
【Mun!Danny: ¡Gracias por mandar el ask! ¡AQUÍ SIN VERGÜENZA PREGUNTEN! ¡Yo no soy mala, haha!】
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Besar las lágrimas del rostro del otro.
- ¿Noelle? ¿Qué sucede?
- ¿Asta? – Ella no esperaba que la encontrara en el techo de la base debido a que normalmente solo Nero subía hasta aquí – ¿Por qué viniste?
- Sentí que regresaste por tu mí, parecías sentirte muy triste. – Contestó sentándose a su lado y apoyando su mano sobre la que ella tenía en el techo.
- No es nada. – Dijo nerviosa por el contacto de sus manos.
- Pensé que habías ido a cenar con tus hermanos.
- Si, no sali�� nada bien, no sé por qué tenía esperanzas de que algo hubiera cambiado, solo porque ahora puedo usar mi magia.
- ¿No fueron amables?
- Hermano Mayor Solid me trato como si nada hubiera sucedido, durante el ataque de los elfos me dijo que tenía que regresar con vida porque también era una Silva, en cambio esta noche…. Lo negó todo. – Algunas lágrimas cayeron por sus mejillas mientras sus hombros temblaban – Fui una tonta al esperar más…
Se vio interrumpida cuando Asta se inclinó para besarla en la mejilla, la acción la tomo tan desprevenida que solo pudo aguantar la respiración mientras su rostro se ruborizaba, balbuceo tontamente mientras retrocedía.
- ¿Qué haces?
- En la iglesia cuando alguno de los niños estaba llorando, la Hermana Lily solía besar sus lágrimas, para ayudarlos a quitar esa tristeza. – Asta le dedico una sonrisa amable – Yuno y yo éramos los mayores así que teníamos que consolar a los más pequeños cuando tenían pesadillas, Yuno incluso era muy llorón cuando éramos niños.
- ¿Yuno?
- Sí, vivimos algo difícil cuando éramos pequeños, a partir de ese día no volvió a llorar y se convirtió en lo que es ahora. – Asta sonrió orgulloso – Soy un hermano mayor así que me cuesta mucho creer las cosas que tus hermanos te hacen, los crueles que pueden ser contigo.
- Cuando era niña y hasta antes de entrar a los Toros Negros, pensaba que merecía ese trato, después de todo era la causa de la muerte de nuestra madre… Fui miserable toda mi infancia, deseando, aunque sea una pequeña muestra de afecto por parte de ellos. – Noelle movió sus manos para poner énfasis en sus palabras – No es justo.
Odiaba la forma en que su voz se quebraba al decir las palabras, odiaba sentirse pequeña, miserable y desolada, incluso con el conocimiento de la verdad de la muerte de su madre no podía dejar de pensar como en el pasado, en las circunstancias que dejaron huella en su persona.
- No lo es. – Concordó el chico dándole un apretón a su mano – No es justo la forma en que te tratan, no puedo cambiar su comportamiento, pero puedo estar aquí para ti siempre que lo necesites.
- ¿Siempre?
- Siempre, es una promesa. – Soltó su mano para levantar su dedo meñique hacia ella.
- Estas haciéndole una promesa a una princesa, no puedes romperla. – Dijo entrelazando su propio meñique con el suyo mientras usaba un tono de voz exigente, sin embargo, sabía que eso no hacía falta, Asta siempre cumplía sus promesas.
- La próxima vez deberías mandar a volar a tu hermano.
- Hermano Mayor Nozel me reprendería, no es apropiado para una princesa tener ese comportamiento.
- Pero los Toros Negros pueden hacerlo.
- No, los Toros Negros tampoco pueden hacerlo. – Replica con seriedad antes de sonreír sinceramente – Gracias, Asta.
- Siempre podrás contar conmigo. – Noelle asintió dirigiendo su mirada al cielo estrellado, quizás no lograría formar parte de su familia de sangre, pero tenia una nueva familia con la que había creado preciosos recuerdos, lazos irrompibles, un amor hacia si misma y hacia la persona que estaba a su lado.
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